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PARTIENDO DE CERO

Con esfuerzo y tenacidad se puede lograr ser algo en la vida

Recuerdo familiar de

ALBERTO GUERRA GUERRA

1
INDICE

1. PARTIR DE CERO.

2. NADIE SABE CUANDO NI DONDE ENCUENTRA SU MÁXIMA


FELICIDAD.

3. MIS HIJOS.

4. MIS AMIGOS.

5. PENSAMIENTOS AISLADOS.

6. VIAJES.

7. EL COMERCIO TAPATÍO EN LA DÉCADA DE LOS TREINTA.

8. CÁMARA NACIONAL DE COMERCIO DE GUADADLAJARA:


FUNDADORES Y CONTINUADORES.

9. CÓMO LLEGUÉ A LA CÁMARA DE COMERCIO DE


GUADALAJARA. ACTUACIONES DENTRO DE LA CÁMARA.

10. BREVE HISTORIA DE LA CRUZ ROJA.

11. CÓMO LLEGUÉ A FORMAR PARTE DEL CONSEJO DE LA CRUZ


ROJA.

2
PARTIR DE CERO

No escribo para darme a conocer ni mucho menos, ni pensar siquiera en


producir una obra literaria que a nadie puede interesar, pero yo si quiero
dejar hechos y recuerdos a mis hijos de que partí de cero y el esfuerzo
que se requiere para no sólo quedar en cero, mucho menos en cero a la
izquierda.

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NADIE SABE CUÁNDO NI DÓNDE PUEDE ENCONTRAR
SU MÁXIMA FELICIDAD

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En el mes de noviembre de 1936 llegué por primera vez a Acámbaro
Guanajuato, me hospedé en el Hotel Ibarra era el mejor entonces, su
administrador don Ricardo un español simpático y buen hotelero siempre
estaba atento a todo, daba vueltas por el comedor para cerciorarse si
estaban bien atendidas las mesas, cuando observaba que alguien hacía a
un lado algún platillo inquiría, si no le gusta le pueden servir otra cosa
pida hombre lo que quiera.

Como yo no conocía a nadie salí a buscar a mis posibles clientes, al


caminar un par de cuadras por el centro estaba parada en la puerta de una
tienda una jovencita muy guapa, morena de mirada cautivadora con sus
ojos negros, me detengo y le pregunto que si me podría informar sobre
comerciantes del pueblo, muy amable me proporciona los domicilios de
los futuros clientes, cuando ella me daba la información yo estaba
absorto, embelezado, me latía el corazón aceleradamente, quedé en
suspenso no sabía que decir, entonces ella se despidió amablemente y
entra a su tienda para atender clientes que llegaron yo también entré, me
senté mientras ella despachaba no le quité la vista de encima la seguía mi
pensamiento y corazón a cada movimiento que hacía, yo ya quería que se
quedara sola deseaba seguir platicando del tema que fuera no me quería
ir, al rato llegó su mamá excelente dama con una sencillez y don de gente
de bien que yo llegué a querer mucho. Me presentó, el señor es viajero y
es la primera vez que viene y me estaba preguntando por unos
comerciantes le menciono tres o cuatro nombres; pues ellas eran de ahí
muy queridas por todos y conocían muy bien a toda la gente. Ya me voy
mamá y me dice a mí mucho gusto y que le vaya bien. Seguí platicando
con la señora, ella era viuda y tiene tres hijos dos mujeres y un hombre:
Margarita, Carmen y Jesús. Seguimos platicando de cosas de familia,
después de esos inolvidables momentos salí a cubrir mi actividad para
después volver con la que a primera vista me cautivó su sencillez, su
excepcional hermosura, belleza y guapura sin maquillaje.

Debido a mi actividad he conocido muchos lugares de la República,


me tocó tratar a muchas amigas güeras, morenas, blancas pero nunca
había sentido ese algo tan especial que experimenté en aquel feliz
encuentro que terminó en boda el 19 de febrero de 1944. De nuestra
pasión de entonces la conservamos y nos empeñamos en cultivar el
recuerdo para vivirlo en el presente, un amor que empezó hace cuarenta
años, no se ha apagado aquel encendido romance que nació a primera
vista, no se ha extinguido, sigue en pie el recuerdo, la fantasía de dos
corazones que se juraron amor puro, eterno, se conserva rodeado por seis
hijos y cuatro queridísimos nietos; ellos nos hacen olvidar penas y

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tristezas que nunca faltan en la vida ellos nos hacen gozar, disfrutar
plenamente nuestros días en el ocaso de nuestra vida cuando los tenemos
a nuestro lado se acaba la nostalgia, se olvida o se hace a un lado la
melancolía, laten los corazones, se alegran los rostros y llenan de alegría
nuestra existencia; gritan, corren felices a abrazar a los abuelitos, que
mayor satisfacción que mayor felicidad puede aspirar un ser humano el
único es el amor de sus seres queridos. Yo me pregunto ¿existe mayor
felicidad?, categóricamente no ni en el poder ni en el dinero, lo suplen mi
esposa, mis hijos, mis nietos que me llenan de orgullo, de profunda
satisfacción que más puedo pedirle a la vida de que ellos y yo sigamos
inseparables con el deseo de ser útiles a nuestros semejantes y a nosotros
mismos.

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MIS HIJOS

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Hijos míos, son lo que más quiero y los quiero sin egoísmo alguno. Lo
único que deseo de ustedes es afecto y lealtad. Gratitud y ayuda no busco
ni procuro, soy su amigo con las más íntegra acepción porque lo seré
siempre hagan lo que hagan.

Permítanme que con base en lo sufrido y buscando su bien a modo de


consejos cuya aceptación queda a su criterio les diga algo de lo mucho que
quisiera decirles, primeramente vivan, es decir conserven existir sus almas
libres y su cuerpo sin mutilaciones innecesarias, para eso usen su criterio,
su prudencia y sus órganos de los sentidos. Enseguida incorpórense al
conocimiento es decir estudio y observación; así se darán cuenta de que
hay mucho en que poner atención y que el saber no tiene fin.

Aprecio que si viven, observan y estudian su camino, su propia vocación


en la cual no quiero influir, pero sólo muy secundariamente y mucho más
como información que con calidad impositiva, sólo decirles que con
integridad, esfuerzo y honradez depende el progreso de ustedes y de sus
hijos, y sólo como una sugerencia, y si creen en estas consideraciones
inculquen a sus hijos estos sentimientos.

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MIS AMIGOS

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El arco iris presenta espectáculos de brillantes colores, tiene semejanza a
los hombres aparece y desaparece.

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Para honrar una amistad fuera de lo común.

Contar con un amigo que nos apoye, nos aliente, a veces que nos
proponga algo, alguien que comparta con nosotros con igual sabor los
vaivenes de la vida, caminos siempre insólitos y nunca fáciles, amigo que
no sea ni nuestra sombra ni nuestro reflejo ni siquiera nuestro
complemento, alguien que nos deje en completa libertad y que nos obligue
sin embargo a ser plenamente lo que somos.

Padre Chayo a quien le profeso gran estimación y respeto a quien le debo


tantas atenciones, me alentó a escribir, lástima que no lo pude realizar
como yo hubiera querido.

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No puedo dejar de acordarme de la sincera, desinteresada y noble
amistad de mi entrañable Leonelo Ramella, que en paz descanse; nunca
llegó a empañarse en lo más mínimo nuestra mutua estimación a lo largo
de 40 años. Nos veíamos como hermanos; nunca le conocí enemigo
alguno, nunca escuché hablar mal de él, nunca le oí desear el mal a nadie,
era querido por todos.

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La “Amistad” que consiste en sacarle provecho al “amigo” no merece el
nombre de amistad, su nombre correcto sería conveniencia.

La amistad, para mí es sagrada. Saber ser amigo es saber comprender y


compartir no exigir algo más que eso, acompañar y servir.

Para que dos personas lleguen a una amistad entrañable es necesaria,


además de la comprensión, la reciprocidad. Para mantener una amistad
estrecha, fraternal y sincera, la estimación debe ser mutua, y el afecto
parejo. Sólo con estas características puede una amistad ser ejemplar.

Sobre estos sólidos conceptos se fincó y perdura, invariable e inalterable,


el cariño que existe entre la familia de don Jorge Karam y la mía, que
durante toda una vida compartimos juntos penas y alegrías, más que si
fuéramos de la misma familia. Han sido dos vidas familiares afines.

A don Jorge y a mí nos unen viejos e invariables vínculos de afecto, tanto


en lo familiar como en los negocios. Nos une una sociedad Comercial que
tiene cerca de cuarenta años de existencia, sin que haya surgido entre
nosotros la más mínima discrepancia o divergencia, debido a que actuamos
con permanente diálogo, con razonamiento, con honestidad, lo cual nos
conduce a común y armónico y acuerdo en todo lo inherente a la recta
marcha de nuestra empresa.

La amistad nace sólo en la práctica y se conserva en la práctica.

En la amistad verdadera, activa y perdurable, se marcha siempre al mismo


compás, con tal que los amigos estén de acuerdo en sus finalidades y así
sigan, inseparables, por divergentes que sean sus maneras de pensar y de
vivir.

Por otra parte, pienso que el tiempo es el mejor intermediario; en el se


desarrollan las acciones, los hechos, que son los que garantizan que la
amistad es sincera y consistente.

Las relaciones afectivas serán más estables si procedemos en ellas con


reserva y las practicamos sólo en aquellos puntos en los que el amigo
armonice realmente con nosotros, respetando el resto de su personalidad,
sin exigir que se dé en él, por así decirlo, otro yo.

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Considero que el medio más eficaz para conservar buenas relaciones
amistosas y mantener la comprensión, inclusive en sociedades mercantiles,
es la comunicación mutua sobre lo que se está haciendo, porque las
personas generalmente concuerdan más en los hechos que en los buenos
deseos. ¡Qué felicidad, qué alegría, cuanta dicha proporciona la fidelidad,
tanto al que da como al que recibe!

Es verdaderamente admirable, asombroso, que en más de cuatro décadas


permanezca limpia, diáfana y leal la comunión entre nosotros y nuestras
queridas familias.

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Me ligaban excelentes lazos de amistad con Jesús Huerta y con Simón
Marchina, dueños de un negocio de compraventa de diferentes artículos.
Nos veíamos con mucha frecuencia, pues nos acercaba una mutua simpatía
y estimación.

Una tarde de 1942 platicábamos de negocios, era de cajón entre gente del
gremio comentar la situación comercial; de buenas a primeras me dijo
Marchina:

_Oye Alberto, te propongo hacer un negocio en sociedad, mandar maquilar


camisas; nosotros nos encargamos de comprar la tela que sea necesaria, de
los maquileros, de surtir los pedidos, etc., y tu te comprometes a realizar
equis cantidad.

Con mucha razón quería él tener la seguridad de la venta; como yo estaba


seguro de que podía desplazar la cantidad fijada en el tiempo establecido,
que era un año le dije que me gustaba la idea; ¿Cuándo empezamos?,
Añadí.

Ejecutivo como era, y es, Marchina, en ese mismo momento quiso que
formuláramos el convenio para establecer las condiciones que le
correspondían a cada quien. Una de las cláusulas era que ninguna de las
partes dispusiera de dinero de ese negocio. Ellos se entenderían con
proveedores, facturas y demás, y yo me limitaría a realizar las prendas
estipuladas; la utilidad iría al cincuenta por ciento para cada quien. Esa
misma tarde firmamos el convenio.

En menos de seis meses hice lo que estaba estipulado que haría en un año,
pero como el negocio creció más rápido de lo que se esperaba, ya no era
suficiente el local de su negocio. En virtud de esto me dijo Marchina:

-Mira, Alberto, ya no nos podemos mover; nuestro ramo es distinto y


ocupa mucho espacio, vamos liquidando.

-¿Cuándo?, le respondí de inmediato.

-Ya en este momento.

Rápido hicimos las cuentas, obtuvimos una utilidad de cuarenta mil pesos;
de acuerdo a lo convenido, me correspondían veinte mil pesos.

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-¿Cómo los quieres?, me preguntó, ¿en efectivo o en tela?

Acepté que fuera en mercancía. Así, en una tarde hicimos el negocio, y en


una mañana lo liquidamos, de la forma más amistosa.

Aún pasados casi cuarenta años, conservamos sincera amistad.

Le platiqué a mi estimado amigo de la infancia don Jorge Karma la


tranquila, rápida y amistosa forma en que se realizó la liquidación del
negocio que tenía con los señores Huerta y Marchina, al tiempo que le
comenté mis intenciones de radicar en Verdura, Sinaloa para dedicarme a
la agricultura, concretamente a la siembra de tomate (que nosotros aquí
conocemos más bien por jitomate).

-Pero si tú no conoces nada de eso.

-Es cierto, pero conozco a muchos amigos que se dedican a ese trabajo y
con poca inversión obtienen jugosas ganancias, le dije, y ellos me ofrecen
asesorarme.

En efecto, Alberto C. López, un estimado amigo y uno de mis mejores


clientes en Verdura, Sin., importante comerciante en la región, al grado que
se oía decir en son de broma que si Alberto C. López era de Verdura o
Verdura era de Alberto C. López; hombre honesto, formal, cumplido, serio
en los negocios, muy trabajador y conocedor de la zona, y además uno de
los primeros accionistas del Banco del Noroeste; a este amigo pues, le
comenté mis deseos de dedicarme a ese negocio, advirtiéndole que yo no
conocía nada de agricultura, cosa que el sabía de sobra, y me dijo:

-Mira, tocayo, yo te consigo que te renten un determinado número de


hectáreas de acuerdo a lo que quieras invertir, cuenta conmigo para todo lo
que sea necesario: gente, riego, etc., los riesgos que puedes correr son las
heladas o que no tenga precio el producto ante el mercado americano; si te
va bien puedes ganar muchos miles de pesos, y en el peor de los casos
recuperar lo invertido.

Don Jorge me escuchó todo esto atentamente; es un hombre muy


inteligente, ecuánime, que sabe analizar las cosas, y me dijo:

-No te conviene meterte en un negocio que no conoces. ¿Qué objeto tiene


el que te vayas a arrumar a un rancho? Y con inteligentes razonamientos
me disuadió de mis propósitos, entonces me propuso hacer el negocio de
las camisas en la misma forma que lo tenía con Marchina.

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Ese mismo día quedó formada la sociedad; la única diferencia fue que en
lugar de la marca “Victory” le pusimos “Albert”.

Con toda armonía marchó esa sociedad durante dos años y nos fue bien.
Cuando me casé, convenimos en disolver la sociedad, me quedé yo con el
negocio, fue así como terminamos una mañana, la sociedad, de la forma
más hermanable. Quedamos separados de un negocio, pero inseparables en
nuestra cordial e inalterable estimación y amistad.

Instalé provisionalmente mi negocio en la calle de Liceo, dedicado


únicamente al mayoreo. Pocos meses después tomé un local en un punto
más comercial en la calle de Pedro Moreno, con la ventaja de poder
efectuar ventas al público, pero definitivamente mi fuerte era el mayoreo,
principalmente en el noroeste; durante tres o cuatro años me fue bien y
aumentó mi capital.

No obstante el hecho de vernos casi a diario mi padrino don Jorge Karam y


yo, una tarde me hizo una visita a mi negocio, nos saludamos con el afecto
de siempre y, sin esperarlo me dijo:

-Te invito a que hagamos un negocio en sociedad; desde hace mucho


tiempo tengo ganas de hacer un negocio de mayoreo de telas, como tal o
cual negocio; además puede quedar como agregado el de la camisa, llevo
buena amistad con don René Cusín, a ver si conseguimos la distribución de
las telas “Cijara”, son artículos que tienen mucha demanda.

Sin pensarlo mucho, le dije:

-Hecho, de acuerdo; pero necesito un par de meses para liquidar mi


negocio (es decir, pagar a mis proveedores, que realmente eran muy pocos,
y lo más entretenido cobrar las cuentas que me debían, que esas si eran
muchas).

El 2 de octubre de 1948 quedó legalmente formada la sociedad


denominada “Almacenes Guadalajara, S.A.”, ante el notario Felipe
Vázquez Aldana. Por el cariño que le tengo a Guadalajara, escogí ese
nombre para la sociedad que formamos.

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PENSAMIENTOS AISLADOS

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Lo que yo creía tener dentro, lo intentaba escribir, cada intento de hacerlo
me producía decepción y enojo, se me embrollaba todo por falta de estilo,
de norma para ordenar mis ideas, que bullen en mi mente, yo pienso que en
realidad por falta de claridad en mi propia concepción, sin embargo tenía
prisa por escribir lo regular que he leído y lo poco que se me ha quedado,
pero si lo mucho que he vivido para lograr este propósito, tenía mucho que
pensar y mucho que recordar. Nunca me ha sido que digamos muy fiel la
memoria objetiva, en cambio la emocional revive fácilmente, tal vez eso
me facilite la tarea, independientemente que al tomar una decisión, me
convierto en su esclavo, puede ser que esto resulte más bien un defecto en
mí que virtud, pero así soy, así he sido, que le vamos a hacer.

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La formación del carácter individual comienza en la familia y en la
escuela, pero sólo en la vida misma logra definirse y fijarse en definitivo,
en esa gran universidad del género humano me formé yo.

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He enseñado a mis hijos a decir siempre la verdad aunque esta duele es
más dolorosa la mentira, la verdad es dolorosa pero es más piadosa que la
mentira, la verdad es dura la mentira es traición es más nociva que la
verdad, hay mentiras piadosas sí es cierto, pero no será mejor que una
verdad.

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Las atenciones las correspondí con más atenciones, el Señor me ha
concedido el favor de dar más que recibir, la amistad la he correspondido
con devoción, a los conocidos los he tratado como tal, a lo antipáticos con
el deseo de que algún día la esposa los haga simpáticos, a los falsos
escucharlos, no hacerles caso es lo mejor, a los hipócritas juzgarlos.
Cuando se me otorgó confianza respondí con honradez, con lealtad, mi
norma, mi conducta fue y es la verdad.

22
Las explosiones de carácter y las aflicciones propias de la vida son algo
rigurosamente normales porque de lo contrario sería preconizar la santidad
y eso está en manos de Dios y no de los hombres.

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En nombre del cumplimiento del deber se puede hacer mucho, pero jamás
perjudicar los intereses ajenos.

24
Constantemente se habla de los marginados de los que nada tienen de los
desheredados, que a pesar de que bien lo saben los que lo pregonan,
ampliar un mejor nivel de vida sólo se adquiere con el trabajo, además se
convierte en unidad que produce más fuentes de trabajo.

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LA PALABRA TALENTO

Pienso que cada persona debe dedicarse a la profesión para la que se sienta
con más aptitud. Juzgo de mucha importancia esta regla, tengo la
convicción que a su olvido se deben muchos fracasos y frustraciones. La
palabra talento significa para algunos una capacidad absoluta, creyendo
equivocadamente estar dotados de sabias disposiciones para una cosa que
lo estará igualmente para todas, nada más falso; un hombre puede ser
sobresaliente, extraordinario, de gran capacidad para un ramo y ser muy
mediano y hasta mediocre respecto a otros. Napoleón y Descartes fueron
dos genios, y sin embargo en nada se parecen, pocos son los que alcanzan
una capacidad igual para todo. Los padres los maestros deben fijar mucho
la atención en este punto para prever la perdida de un talento que bien
empleado podría dar los más preciosos frutos y evitar que se consuma en
una tarea para la cual no han nacido.

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En el primer sermón de Buda se dice: El nacimiento es doloroso, la vejez
es dolorosa, las enfermedades son dolorosas, la muerte es dolorosa; las
preocupaciones, dolencias, la pesadumbre, la angustia son dolorosas, estar
junto a personas que nos son desagradables es doloroso, estar separado de
aquellos a los que se ama es doloroso, no alcanzar aquello que se pretende
es doloroso, resumiendo los cinco grupos del contacto con la vida
(Corporeidad, sensación, observación, fuerza de modelación y conciencia,
son dolorosos).

A cada hombre le queda la posibilidad de rellenar con sus experiencias


personales este módulo y de experimentar la veracidad de éstas sentencias.

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VIAJES

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Cuando dejé el viaje un día ordenando papeles, un día rompí los apuntes
que tomé durante ese tiempo que anduve por los caminos de la República,
porque me parecieron inútiles, que ahora me hubieran resultado muy
apropiados para el tema.

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VIAJES

Allá por el año 30 no recuerdo bien la fecha salí de la Piedad de Cabadas,


Michoacán a la “Ciudad de los Palacios”; el motivo para ir a México era
gestionar mi ingreso al Colegio Militar, pues tenía conocimiento de que
con tres años de instrucción y disciplina militar, salía uno con el grado de
Sub-Teniente. Después de un año de servir en el Ejército con ese grado, se
podía ingresar a cursar las carreras de Médico Militar, Ingeniero Militar,
Piloto Militar y otras.

Se tenían que llenar varios requisitos, entre otros, no ser mayor de 21 años
y tener estudios de secundaria. Tenía yo entonces 17 años, mis estudios los
había hecho en la Academia del Profesor Amezcua (joven y excelente
profesor), con quien había cursado la Primaria y la Secundaria. Para
facilitar mi ingreso al Colegio Militar como cadete, quise llevar una
recomendación; un amigo de mi papá decía que llevaba amistad con el
General Genoveva Rivas Guillén y allá voy a Irapuato, Guanajuato, donde
el General Rivas era jefe de la Zona Militar. El amigo de mi padre me
indicó que fuera, de su parte a entrevistarme con el mencionado General,
quien me recibió sin antesala; le platiqué sobre mis grandes deseos de
ingresar al Colegio del Aire, y me hizo saber que primero debía graduarme
de sub-Teniente, a fin de poder escoger cualquier otra carrera dentro del
Ejercito.

Le pedí entonces su recomendación, que sería muy valiosa para solicitar


mi ingreso al Colegio Militar; me escuchó atentamente, pues estuve como
treinta minutos con él en su despacho, y después de todas las explicaciones
que le di, la pregunta que me hizo fue esta. ¿Tiene usted verdadera
vocación para la carrera de las armas, o siente sólo ganas de lucir el
uniforme? (no recuerdo si me dijo lucir o presumir).

Desde luego, mi respuesta fue firme:


Sí, mi General, tengo verdadera vocación por la carrera Militar, por eso
acudo a usted para pedirle el gran favor de su valiosa ayuda. A lo que el
respondió:
Si, joven, yo le ayudo; pero hasta ahora no han publicado la convocatoria.

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Tengo entendido, aunque no estoy seguro, que en este año no va a haber
admisión, no me acuerdo de las causas. Vaya a México y presente su
solicitud.

Después me proporcionó varios datos y me informó sobre algunos


requisitos para que si a última hora había ingreso, aunque limitado, él se
pudiera encargar de lo demás. En fin me trató muy bien.

Fui a México, pedí información y me dijeron que no había convocatoria.


Obran en mi poder cartas del Director del Colegio Militar por esas fechas,
del General Richarday, en ese sentido.

Del General Rivas Guillén supe muchos años después que murió en forma
trágica, creo que se volcó con un tractor en el Estado de San Luis Potosí.

De la Piedad habíamos salido Rodolfo Trillo, un amigo, y yo. El llegó con


su tío, que era el Director General del Hospital de Jesús. No se que trabajo
le consiguió; yo me quedé unos días en México, y regresé después a la
Piedad, un poco desilusionado.

En 1934 vine a esta querida Guadalajara, pues aquí tenía un tío, José
Guerra. Fui llamado a trabajar en la tienda “La Primavera” que era del
Señor Salomón Karma y de su hijo (con quienes, al paso del tiempo, ha
llegado a haber vínculos de amistad, estimación y cariño).

Trabajé sólo unos meses, pues el fin era que me familiarizara con el
renglón del calzado, para poder salir de viaje a cubrir la ruta del
Pacífico.

En ese mismo año salí con diez o doce gavetas de muestras de calzado sin
lista de clientes, sin lista de rutas o pueblos que trabajar, lo único que se me
dijo fue:

_Aquí están las muestras; éstos son los precios; éstas, las condiciones de
venta. Pregunta a que hora sale el tren a Tequila, Jalisco, allí reinformas
con el cargador (sí, con el cargador), porque ellos saben a qué clientes
visitaba el agente viajero. Si quieres, puedes preguntar en el hotel, porque
allí saben qué agentes llegan, a quien le venden, y quiénes son los
principales clientes. Cuando termines de trabajar esas plazas, preguntas
que pueblo sigue de Tequila.

En estas condiciones fue como yo me inicié en el oficio de agente viajero.

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Tomé el tren de Tequila, llevaba mi baúl con doce gavetas de muestra,
como ya lo he dicho, un veliz con mi ropa y mi indispensable portafolio
con un block de pedidos; llevaba también varias hojas de papel para ir
formulando la ruta , es decir, los pueblos que iba visitando, desde Tequila,
Jalisco, hasta Nogales, Sonora; con los nombres de los clientes de cada
plaza, pueblo o ciudad; por ejemplo: después de Tequila había que ir a
Hostotipaquillo y regresar a Tequila para ir a Magdalena, de allí a
Compostela, Nayarit, y así sucesivamente hasta llegar a Nogales; y una vez
cubierto ese largo viaje, tomar el tren de regreso a Guadalajara.

Si me iba bien, hacía el trayecto en dos días y dos noches pasando por las
estaciones que había tocado de ida. Voy a enumerarlas por orden, de
Nogales a Guadalajara.

Nogales, Son., Imuris, Son., Magdalena, Son., Emplame, Son., Guaymas,


Son., Cd. Obregón, Son., Navojoa, Son., San Blas, Sin., El Dorado, Sin.,
Quila, Sin., Estación Naranjo, Sin., Verdura, Sin. Guamúchil, Sin.,
Angostura, Sin., Mocirito, Sin., Culiacán, Sin., Mazatlán, Sin., Rosario,
Sin., Escuinapa, Sin., Acaponeta, Nay., Tecuala, >nay., Ixtlán, Nay.,
Compostela, Nay., Ahuacatlán, Nay., Magdalena , Jal.,Hostotipaquillo, Jal.,
Tequila, Jal.Guadalajara, Jal.

Este recorrido duraba dos meses y medio. Probablemente haya algún error
en el orden, y tal vez algunos pueblos omitidos por olvido (que ya se me
empiezan a nublar los recuerdos).

Hay que agregar que en ese tiempo, un día a la semana no había “Corrida”,
ni de sur a norte, ni de norte a sur. En muchos tramos, no había carretera,
sólo caminos de brecha, ¡y qué brechas!; por ejemplo: de el Rosario, Sin., a
Mazatlán –cuarenta kilómetros-, se hacían cinco horas…hoy se hace media
hora. Para muestra basta un botón.

Voy a empezar a narrar los hechos, yo diría de Odisea, que viví por no
conocer ni pueblos ni clientes. No tenía más armas que las ganas de
trabajar, de triunfar. Trabajar un ramo que no se conoce, en lugares
desconocidos, siempre es difícil; con trabajos sabía cuál zapato era de
glasé o de charol. En la lista iban marcados los estilos, numerados y con su
respectivo precio; yo no tenía más argumentos que mi terquedad e
insistencia para tomar pedidos. Lo primero que tenía que lograr era que
aceptaran los clientes ver las muestras, una vez logrado este objetivo, el
siguiente paso era convencerlos para que compraran. Me decían: No puedo
comprarle porque tengo mejores precios, tengo muchos años de comprar
en tal o cual casa, ya me conocen; hacer compras a nueva casa no me

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conviene; ¿para qué tener tantas marcas?, con los proveedores que tengo
me basta por ahora; no necesito, estoy lleno de mercancías; las ventas están
mal; por último, mire usted este zapato, igual al que usted trae, me cuesta
dos pesos menos.

En fin, mil argumentos para no hacerme pedido: al otro viaje le compro.

No me resignaba a salir sin vender, aunque fuera sólo una docena. Me


pasaba horas hable y hable, buscando el lado bueno al posible cliente, que
terminaba por hacerme un pedido: yo no sé por pena, por haberme
aguantado casi una mañana o una tarde entera, o por quitarme de encima.

Cabe decir que los comerciantes de ese renglón son, en general, nobles,
accesibles y amables, aunque había otros hoscos, ecos, despectivos, tal vez
porque habían tenido alguna dificultad con algún viajero o con algún
proveedor, así que remataban con el primero que llegaba.

Con todos usaba yo casi los mismos argumentos, aunque a cada uno había
que hacerlo entrar al aro y convencerlos de diferentes maneras.

Tantas son las cosas por las que el comerciante a veces está molesto como
aquéllas por las que está contento. A lo largo de los años veo que es normal
y de humanos que esto suceda, no sólo a los comerciantes, sino a toda
clase de gentes.

Por otra parte, no se trataba sólo de vender, había que levantar pedidos a
clientes solventes, y los clientes que son buena paga quieren buenos
precios, seriedad, buenas condiciones de pago, se chiquean, o los chiquean
los proveedores. En fin, ser agente viajero tiene su arte: hay que saber a
qué hora acostumbran ver muestras, si les gusta tomar la copa; si les gustan
las faldas, hablarles de eso; saber si fuman, si no les molesta el humo del
tabaco; en fin, un poco observador. Yo salí dando palos de ciego.

Voy a narrar ahora cómo me fue en el primer pueblo que toqué; Tequila,
Jal.

Llego al Sud-Pacífico alrededor de la una de la tarde entre la gritería de los


vendedores de toda clase y marca de Tequila, ánforas de añejo,
almendrado, botellas a tal precio, entonces valía muy barato, no recuerdo
bien el precio. Desde luego, yo no compré, a pesar de la insistencia de los
vendedores; me decían que todos los viajeros les compraban, pero o iba a
trabajar y no a emborracharme.

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No hubo necesidad de buscar cargador, pues ya estaban tres o cuatro
gritando; “yo le ayudo, jefe”.Pocos momentos después empiezo las
preguntas: ¿A qué hotel llegan los agentes? ¿Qué tal está? ¿Queda en el
centro? ¿E el mejorcito? ¿Cuántas tiendas hay?
-Hay cuatro nomás la de don fulano… ya me daban los nombres. Son
buenos, fuertes, son tiendas grandes.

Claro yo les preguntaba cuántos había que vendieran calzado. Casi todos
tenían ropa, calzado y abarrotes, inclusive bebidas, desde luego no faltaba
el tequila.

Llegamos al hotel, que tenía cuatro o cinco cuartos. Era una de esas
antiguas casas de pueblo, con su patio en medio, sus macetitas, sus jaulas
con pericos o pájaros, camas limpias, aguamanil para el aseo personal, el
excusado en el corralito con su tabla y la fosa. Acomodé mi equipaje y le
pregunté al cargador:

-¿A que hora abren y cierran el comercio?

-Algunos no cierran hasta en la noche, me contestó.

Le pedí que volviera en la tarde, y le hice la segunda ronda de preguntas.

A la encargada del hotel le pregunté si llegaban muchos agentes viajeros


allí. Pocos, me contestó, y me dio algunos nombres que no recuerdo.

Después me di cuenta de que no visitaban Tequila y Magdalena por la


cercanía con Guadalajara, a donde ocurrían personalmente los
comerciantes para comprar especialmente calzado.

Todos los “Mayoristas de zapato”, principalmente de niño y de mujer lo


compraban a los canasteros, le ponían su marca, su caja, y ya eran
“fabricantes”. De todos los pueblos cercanos a Guadalajara venía gente a
comprar con los mismos canasteros, a quienes les compraban
“Mayoristas”.

Por todo esto era muy difícil vender en esos pueblos.

De los cuatro clientes que me compraron en Tequila sólo me acuerdo de


Don Delfino González Y Doña María (no recuerdo su apellido) de esto
hace más de cuarenta años, pero tengo presente que estuve toda una tarde
con el mostrador lleno de mis muestras para lograr, al final de tantas horas,
levantar un pedido de 2 docenas de pares para niño; por ese tiempo, el

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importe de esa venta era de sesenta pesos. A Don Delfino y Doña >María
los tengo muy presentes, a uno por ser el primer pedido que levanté, y a la
otra por la agotadora lucha que tuve que liberar para venderle algo; Don
Delfino me compró más. Estas dos ventas representaron para mí una
comisión de veinticinco pesos, pues hay que hacer la aclaración de que yo
viajaba por comisión.

Hay que imaginar la situación; trabajar en una ruta desconocida, con un


artículo desconocido, con cientos de competidores que tenían años de
experiencia y conocimiento de la ruta, clientela, con viajeros conocedores
del ramo, y otras ventajas. Con todo esto, no me quedaba más remedio que
luchar con fe. Viajara a comisión en esas comisiones, ahora lo veo como
una aventura. ¿Cómo triunfé no lo sé?

En poco más de dos meses, entre Tequila, Jal., primera plaza, y Nogales,
Sonora, vendí cincuenta mil pesos más o menos, nunca se despacha todo.
Voy a suponer que se surtieron completos todos los pedidos, quiere decir
que, en ese caso, gané dos mil quinientos pesos; a cuarenta años de
distancia es difícil precisar, pero posible aproximarse a la realidad, a
reserva de buscar en viejos papeles. Para ser exacto gasté
aproximadamente unos mil ochocientos pesos, llegando a los hoteles
donde se hospedaba el mejor viajero. Así es que de esa odisea salí ganando
setecientos pesos.

Don Salomón y Don Jorge quedaron muy satisfechos por el éxito, vieron
que su negocio podía dejar buenas utilidades. Me di cuenta de que su
margen de utilidades era más que bueno; zapato que costaba 10 pesos, lo
marcaban a la venta de mayoreo a 15.00 pesos o más como la venta era
sobre pedido, tardaban un mes en surtir mis pedidos; mientras tanto me
quedaba en Guadalajara para esperar los nuevos estilos, es decir, renovar
en parte las muestras del viaje anterior y salir de nuevo a cobrar y vender, y
así durante más de diez años consecutivos, a lo largo de los cuales hice
muchas amistades con comerciantes y compañeros de viaje; tanto de unos
como de otros guardo gratos recuerdos, más especialmente de un querido
amigo Leonelo Ramella, que en paz descanse, y de Eugenio García Verde,
y de tantos otros que sería muy largo enumerar.

Desde luego, los viajes posteriores los hacía con más seguridad en mí
mismo, con más experiencia, que lógicamente se va adquiriendo y ayuda a
emplear menos tiempo en el mismo recorrido.

Claro que no todo fue color de rosa, hubo de todo. Ahí viene la parte
dolorosa: Las oraciones de mi madre me salvaron de morir como un perro

35
en despoblado a manos de dos asesinos y bandidos policías de Tepic,
Nayrit, que fueron armados y pagados por ciudadanos para protegerlos.
Estos y su jefe, un teniente coronel que era comandante de la policía, se
dedicaban al robo, al asalto y al crimen. Lo que no puedo concebir cómo el
Gobernador, que no tenía que ver en estos sucesos que a diario pasaban en
la ciudad, capital del Estado, no ponía fin a toda esa serie de crímenes,
pues tenía la responsabilidad de saber lo que pasaba en su Estado.

El pueblo ya sabía que el coronel, o teniente coronel, que comandaba el


cuerpo se disfrazaba por la noche o la madrugada para asaltar gente a la
entrada de la ciudad.

Pasemos ya al relato de los hechos; me encontraba yo en Tuxpan, Nayarit,


con Antonio Naya, comerciante de primera como consumidor y pagador,
gente de bien, magnífico cliente que pagaba de contado mula para comprar
pero bueno para pagar; nos acompañaba también otro comerciante, Tomás
Briceño, buen cliente, de solvencia moral y económica, ampliamente
conocido. Estos dos clientes y amigos me incitaron a acompañarlos a Tepic
a pasar la tarde (y regresar a Tuxpan en el auto de uno de ellos). Cenaron
conmigo (Tenía yo ene ese entonces veinticuatro años de edad) mis dos
clientes que eran mayores que yo, aunque no por mucho uno de ellos. El
caso es que iban Tepic con la intención de pasar un rato contentos, dado
que en Tuxpan tenían su familia y no era prudente provocar un escándalo
ahí mismo, pues se trataba de personas muy conocidas y cualquier mal
paso que dieran, hubiera sido del conocimiento de todo el pueblo
inmediatamente. Yo los acompañé con gusto pues el caso significaba la
oportunidad de estrechar la amistad con mis dos mejores clientes en ese
lugar.

Yo nunca de los nunca cargué arma alguna. Un amigo, en Guadalajara, me


ofreció en venta una pistola 32 colt automática y se la compré, pero como
en Guadalajara no tenía con quien dejarla, la llevé conmigo. Durante el
viaje jamás la cargué en la cintura o en la bolsa, la llevaba en mi maleta.
Como no estaba acostumbrado a llevar armas me resultaba molesto, pero a
cualquier edad se cometen errores, y la que yo tenía entonces es mucho
más propensa para incurrir en ellos.

Vuelvo a mis amigos: acordamos la hora para ir a tomar la copa a equis


lugar que ellos conocían y era lo mejorcito. Un compañero de viaje que
acababa de conocer se unió al grupo; llegamos, tomamos una mesa y
pedimos no recuerdo que bebida, por allá se toma mucha cerveza y creo
que fue eso lo que pedimos. No sé cuanto bebí, pero sólo llegó a euforia
pues estaba acompañado de dos importantes comerciantes, y por otra parte

36
no me sentaba el llegar a esos lugares en puntada de borrachera. Siempre
tuve cuidado de no meterme solo a lugares como ese, lo hacía solamente
con comerciantes conocidos y no agresivos. Tengo que volver a la salida
del cuarto que tomé en el hotel “Imperial” para pasar la noche; entré a
dejar una cantidad de dinero en mi maleta para no llevar todo lo que traía,
en prevención de que al día siguiente amaneciera sin quinto casi siempre
así lo hacía; pero mi colega, casi recién conocido, un sujeto simpático, me
vio al dejar parte del dinero, que allí tenía la pistola.

Se me ocurrió llevármela, y ya pasado de copas mi amigo, se puso necio a


que se la prestara. Para evitar cualquier problema, se la di disimuladamente
a guardar a Tomás, y el otro convencido de que no había traído el arma, ya
muy tomado se fue a dormir.

Nosotros optamos también por retirarnos. A la salida, Tomás Briceño me


entregó el arma y ellos tomaron su coche para regresar a Tuxpan;
quedamos de vernos al día siguiente.

Fue entonces cuando se me acercaron dos policías para preguntarme si


traía permiso para portar armas; en un arranque de valor o de idiotez, saco
mi pistola, corto cartucho para no dejármela quitar, y ellos, con sus armas
desenfundadas me amenazan para que tire el arma. Si no la tiras, te
matamos dijeron. Sin experiencia y ya acorralado, tiré mi pistola. Una vez
desarmado se me acercaron y me conminaron a que los acompañara a la
comandancia.

No me quedaba otra alternativa; además estaba atenido a que tenía amigos


y pensé que estando en la comandancia todo se arreglaría.

Pero mi gran sorpresa fue que estos asesinos me llevaban a campo raso, y
comprendí que se trataba de asesinarme, despojarme de lo que traía, y al
día siguiente: nada, aparece un agente viajero muerto; y tal vez nunca se
habría sabido a manos de quién.

Yo caminaba pensando en qué forma podía escapar, pensé en sorprender a


alguno de ellos y desarmarlo, pues ellos caminaban confiados, y antes de
que me liquidaran a sangre fría, nada valía jugármele. Desde luego, les iba
diciendo que qué se ganaban con matarme, que yo no había hecho nada,
que ellos tenían familia y si les pasaba algo por matarme, cómo lo iba a
sentir su madre, que pensaran eso; que además yo también tenía familia,
que se llevaran lo que yo traía y me dejaran en libertad.

-Bueno, córrale o ya váyase…

37
En la oscuridad, a lo lejos, se veía una luz, un foco prendido muy lejos.
Corrí en zig-zag, me tiré al suelo y seguí en dirección a esa luz. Esperaba y
presentía que ya me había llegado la hora, que al decirme “córrale”, era
para matarme.

Por fin, después de una larga carrera, llegué a la estación de ferrocarril, de


donde provenía la luz que había visto a lo lejos. Toqué, me abrieron, les
platiqué lo que me había sucedido, y los tres o cuatro empleados que allí se
encontraban me dijeron:

-Se acaba de salvar, amigo; estamos en una época en las que todos los días
hay uno o dos muertos por las orillas de Tepic, y no son otros, sino esos
tales por cuales de la policía.

No sé cuanto tiempo transcurrió mientras les contaba lo sucedido; después


me dijeron:

-Agáchese, que allí están estos ca…


Confieso que, de momento, tuve desconfianza y creí que me estaban
vacilando. Pero no, era cierto; tocaron y preguntaron si había pasado por
ahí una persona y les dieron mis señas. Estos señores, que me salvaron la
vida, respondieron que no habían visto a nadie después de un buen rato me
dijeron:

-Ya puede levantarse, ya se fueron estos hijos de…

Ya estaba amaneciendo, creo que me llevaron al hotel, desvelado y con el


gran susto de mi vida. No me había faltado prácticamente nada para quedar
baleado en las orillas de Tepic. Ya había escuchado comentarios de mis
clientes sobre la inseguridad que prevalecía en esa Ciudad y lo peligroso
que era salir de noche. Pero como yo iba de paso, nunca di importancia a
tales comentarios. No pude conciliar el sueño, no sabia que decisión tomar,
si irme en el primer tren o camión que me sacara de allí, o permanecer más
tiempo. Después de mucho meditar acerca de lo que convenía hacer, llegué
a la conclusión de que aquello no debía quedar así, tenía que denunciar los
hechos, aun a riesgo de que pudiera resultarme contraproducente y me
acarreara represalias o venganza. Pero pensé ¿Cómo podría identificar a
aquellos analfabetas, salvajes y asesinos?

Resolví denunciar los hechos directamente con el Gobernador del Estado;


se me hizo muy larga la espera para las diez de la mañana pues consideré
que antes de esa hora no lo encontraría, y yo quería hablar directamente

38
con él para informarle sobre lo sucedido, porque me pareció que el
quejarme con otra autoridad era igual a perder el tiempo.

En el hotel, en la calle, por todas partes se sentía que Tepic vivía una época
de terror, asaltos, robos, desaparecidos, cadáveres que aparecían a diario,
despojados de sus pertenencias, rumores o verdades a las que los viajeros
no dábamos mayor importancia, pues nuestro trabajo y nuestras relaciones
eran con gente de bien. Además sólo íbamos de paso, y cuando salíamos
aceptando alguna invitación, lo hacíamos confiados en que estábamos
acompañados por amigos ampliamente conocidos, sin sospechar que al
despedirnos y quedar solos, quedábamos también a merced de bandidos y
desalmados policías, nayaditas.

Llegué pues al Palacio de Gobierno y me dijeron:

-El Señor Gobernador no ha llegado aún ¿Quiere usted hablar con el


secretario general del gobierno?

Yo insistí en esperar al gobernador. Entonces me dijeron que ese día, no


recuerdo por que motivo, el gobernador no iba al palacio. No me quedaba
otro recurso que ver al secretario general de gobierno. Me recibió luego, le
expuse con toda veracidad y detalles la tremenda y angustiosa experiencia
de la noche anteri0or. Me escuchó con interés y atención, lamentó lo que
me había pasado y me dijo que necesitaba verificar los hechos que acababa
de relatarle.

Llamó al procurador y le platicó lo que le había expuesto. Le pidió que me


acompañara a los lugares en los que había estado y que le dijera quiénes
me habían acompañado. Ya dije antes que estaba acompañado de dos
amigos y clientes de Tuxpan, Nayarit, Antonio Naya y Tomás Briceño,
principales de ese lugar, y de otro agente viajero a quien era la primera vez
que veía y, por cierto, nunca volví a ver en posteriores viajes. No recuerdo
su nombre ni la casa que venía representando.

Acepté gustoso que se verificaran los hechos. Acompañado del procurador


y de un licenciado del Ministerio Público, recorrí los lugares en los que
estuvimos. Yo me limitaba a decir b: aquí fue, a tal hora.

El procurador y el licenciado que me acompañaban tomaban nota


minuciosamente de lo que había pasado, y resultó cierto todo lo que yo les
había relatado, con lujo de detalles. Confirmaron, pues, que todo lo dicho
por mí era verdad.

39
Se indignaron a tal grado, que fueron a la comandancia, cuyo jefe era un
teniente coronel que resultó ser también jefe de los bandidos, y no sólo jefe
de la policía. El mismo, según se supo después era responsable de
infinidad de asaltos a mano armada.

No lo encontramos, pero abrieron el archivo, forzándolo, para que yo


identificara, por las fotografías, a los que estuvieron a punto de asesinarme
con todos los agravantes de la ley: premeditación, alevosía y ventaja.

Me puse a ver las fotografías de los “guardianes del orden”, pero como soy
mal fisonomista y los había visto en la oscuridad, me fue difícil
identificarlos. Uno era muy alto y el otro era tipo cora, esto hizo más fácil
la identificación. En el último lugar donde habíamos estado y en la
estación donde me refugié y salvé el pellejo los conocían; sin embargo el
procurador y el licenciado querían que yo mismo los identificara.

El licenciado le comentó al procurador:

-Oye, se me hace que ese es un hijo de tal por cual que trabajó conmigo en
un aserradero y que corrí por malos antecedentes.

Quedaron en que, a las seis de la tarde, y para estar más seguros iban a
ordenar que se formara toda la policía a fin de que yo los identificara.

Así fue, a las seis de la tarde ya los tenía formados. Me dijeron quiénes
fueron los que lo asaltaron.

Me fijé muy bien en todos unos segundos: allí estaba el más alto.

–Este fue- los señalé.

Le ordenaron dar un paso adelante, enseguida le preguntaron: ¿Quién


andaba contigo?

Inmediatamente señaló a uno:

-Éste es.

Le ordenaron también que diera un paso adelante en mi presencia, la del


comandante y sus compañeros. Los desarmaron y los detuvieron allí
mismo para consignarlos.

40
Salí acompañado del procurador y del licenciado del Ministerio Público; el
primero, sumamente indignado, y yo más tranquilo y contento conmigo
mismo por haber tenido el valor de tomar esa decisión, aunque al mismo
tiempo preocupado por las represalias que compañeros o parientes de estos
asaltantes y asesinos pudieran tomar contra mí.

Desde hace rato estoy haciendo esfuerzos para acordarme de ese ejemplar
funcionario, sólo me acuerdo vagamente que se apellidaba Villa.

-Yo también so de Jalisco, me dijo: vamos a mi casa, lo voy a invitar a que


tome una copa de amargo para el susto. Acepté la invitación y tomé la
bebida que me hizo el favor de ofrecerme. Me presentó a su señora, los dos
jóvenes y amables. Le agradecí todo lo que había hecho por mí y las
molestias que le ocasionado, pues casi se pasó todo el día atendiendo este
asunto.

Le quedé tan agradecido que un par de ocasiones más, si mal no recuerdo,


lo fui a saludar, pues cada dos o res meses visitaba, por razones de negocio,
ese lugar de no muy gratos recuerdos.

Lo que he relatado lo tengo tan presente, como si estuviera viviéndolo


ahora.

He tenido muchos deseos de saber qué hizo el tiempo de tan digno


procurador, pero no lo he logrado. Voy a tratar de indagar con alguien en
Tepic que haya vivido por allá más o menos en la época en la que
sucedieron estos inauditos hechos que tuvieron es zozobra a la capital
nayarita.

Seguí visitando esta plaza durante muchos años, de una a tres veces por
año; permanecía dos o tres días como máximo, para mi trabajo no
necesitaba más tiempo.

Entre ese lugar y Acaponeta era peligroso viajar en automóvil o en camión


de pasajeros porque los asaltos eran frecuentes. Algunos colegas pasaron
por el susto de su vida; por fortuna no mataban ni maltrataban a nadie,
siempre y cuando nadie abriera la boca, claro los ladrones despejaban a la
gente de todo lo que traía, y esos atracos duraron mucho tiempo.

Si mal no recuerdo, fue el general Juventino Rosas, gobernador de Nayarit,


quien acabó con todos los bandidos de esa región. La mayoría de los
agentes viajeros preferíamos el tren. En ese entonces era más cómodo, más
rápido y más limpio que las chatarras de camiones.

41
En ese tiempo tomaba uno el camión, por ejemplo, a las 9 de la mañana y
duraba más de una hora para salir porque recogía el pasaje a domicilio y
hacía parada en cada rancho, donde no faltaban costales, jaulas y gallinas
que subir. En fin, jamás nos quedaban ganas de usar ese medio de
transporte. Cuando tenía clientes que ameritaban la visita, en algún pueblo
al que no se podía llegar por tren, rentaba un automóvil especial, claro que
me resultaba más caro, pero viajaba más cómodo y me rendía más el
tiempo, lo cual a veces compensaba el gasto. Al ir en automóvil por
caminos malos y brechas, llegaba uno menos molido y menos entumido
que viajando en los camiones de aves y humanos. Así se viajaba antes;
dormir en catre, con sofocante calor; lavarse en palanganas; bañarse a
jicarazos; de comer ni hablar, ni siquiera frijoles bien hechos, lo mejor y
más limpio que se podía comer eran huevos, había que tener valor para
soportar tantas incomodidades.

En un pueblo Sinaloa e Leyva doña Elena la dueña, dizque de hotel, una


simpática señora, me preguntaba al llegar:

-¿Cuántos pollos le compro?

-Compre uno para la comida y otro para la cena –le decía.

Algunos pasajeros protestaban porque no les daban pollo, y como ella era
una señora malhablada y ocurrente les decía:

-¡Méndigos! (y otras lindezas), con lo que pagan, ¿No quieren faisán?

-No se enoje, doña Elena

-Entonces no estén “tiznando”

Sin embargo, no todo era aguantar incomodidades: un día, como a las 4 de


la tarde llegué al hotel de doña Elena y subí a mi cuarto que daba al calle;
debido al calor, nadie cierra las ventanas, y en frente estaban sentadas, en
un balcón, tres o cuatro guapas muchachas. No sé porque se me ocurrió
quejarme fuertemente. ¡Ay! ¡ay!, cada vez de una forma más lastimera; la
sorpresa de mi vida fue que vinieron las jovencitas al hotel y le dijeron a
doña Elena:

-Pobre señor, está muy mal; venimos a ver que se le ofrece, en que
podemos ayudarlo.

42
La vieja chistosa y habladora les dijo:

-Pasen a verlo, se está haciendo pen… para ver si por lástima le hacen
caso.
Luego que el “enfermo” las vio se enamoró de “Cabecha”, que así le
decían a una güera guapísima que resultó ser sobrina de un magnífico
cliente, don J. Rosario Lugo, un señor ya mayor, como de unos setenta
años, muy agradable y platicador, me contaba anécdotas de cuando viajaba
en diligencia. Yo le platiqué lo del día anterior, de cómo logré que las
muchachas fueran a verme; le cayó en gracia la puntada y me dijo:

-La güera guapa que usted dice, es mi sobrina, y la pretende un doctor de


los Mochis, (la ciudad que entonces era un pueblo, cerca de Sinaloa de
Leyva) que a ella no le simpatiza mucho.

-A mi me gustaría emparentarme con usted le dije. Don Chayo no tomó a


mal la broma y me dijo que me iba a presentar con ella.

Efectivamente, me la presentó y la invité a que diéramos un paseo por la


plaza principal. Entonces no había cine ni nada a donde ir, sólo al jardín a
dar vueltas.

43
EL COMERCIO TAPATÍO EN LA DECADA DE LOS TREINTA

CÁMARA NACIONAL DE COMERCIO DE GUADALAJARA


FUNDADORES Y CONTINUADORES

COMO LLEGUÉ A LA CÁMARA NACIONAL DE COMERCIO DE


GUADALAJARA

44
5 – EL COMERCIO TAPATIO EN LA DECADA DE LOS TREINTA

Voy a tratar de hacer un breve comentario acerca de cómo conocí el


comercio de Guadalajara hace cincuenta años, de cómo yo lo recuerdo.

En el corazón de la ciudad, en los portales, estaban los principales


negocios, entre los que destacaba una docena de almacenes de importancia,
bien surtidos de artículos importados y del país como casimires,
perfumerías, vestidos de novia, sedería, etc. estas tiendas exhibían sus
mejores artículos en los escaparates, eso sí, sin marcar precio. En aquel
entonces se aceptaba el regateo, característica que le daba un tinte
pintoresco al arreglo de la compra-venta. Los establecimientos también
ostentaban llamativas vitrinas con gran variedad de artículos, y cada
departamento era atendido por un dependiente distinto.

Por aquellos años se ocupaban más hombres que mujeres en las actividades
comerciales.
La gente consideraba un lujo el surtirse en aquellos almacenes. En las
tiendas de los portales, los principales artículos que se vendían eran:
manta, cambaya, driles, el famoso percal “mamerto”, tusor, cabeza de
indio, mezclilla “lista amarilla”, chamarras, pantalones, cobertores, cobijas
que colgaban en las puertas de los negocios para llamar la atención de los
posibles clientes, y otros artículos que eran pregonados a la puerta del
negocio por un empleado que prácticamente jalaba a los transeúntes hacia
el interior de la tienda.

Las mercancías no tenían un precio fijo; “vale tanto más cuanto”, decían, y
si notaban que el marchante no estaba conforme con el precio, le decían
“¿cuánto ofreces?, si vienes con ganas de comprar te hago alguna rebajita”.
A tiros y tirones se arreglaban, el caso es que no lo dejaban salir sin
venderle algo.

Pobre del primer cliente que entrara a una tienda y saliera sin comprar
algo, lo acosaban: ”se te nota que no venías a comprar”, “la vaca que da
leche se conoce de lejos”, “ya me salaste el día”, y frasecitas por el estilo.
Total que era una verdadera cacería de clientes.

45
En los portales y sus alrededores no sólo había tiendas de ropa, también se
contaba con restaurantes, cantinas de postín, casinos, y el atractivo
principal: ¿cómo olvidar las típicas alacenas instaladas entre pilar y pilar
alrededor de los portales?

Neverías, aguas frescas de todos los sabores, las famosas “Tostadas de don
Emiliano”, dulcerías, tabaquerías, loncherías, billetes de lotería, baratijas,
artesanías, frutas secas, cinturones, carteritas, mochilas. . . .

Todos ofrecían su mercancía invitando a cuanta gente acertaba a pasar por


el lugar: “¡véngase a las horchatas para que se refresque! “; no faltaba
algún vacilador que respondía: “¿Cuáles chatas?”. Por otra parte, saliendo
del primer cuadro de la ciudad, las tiendas y tendejones lo mismo vendían
una tira de longaniza que un carrete de hilo o una veladora, o bien diez
centavos de manteca, o una silla de montar. Mostradores llenos de grasa,
una tira enmielada pendiente del techo cumplía con su higiénica función de
atrapar al mosquerío que bailoteaba sin cesar alrededor de la dulce trampa.
Así conocí yo el comercio de esta hermosa y siempre hospitalaria
Guadalajara se hace medio siglo, un pueblo grande, limpio, seguro y
tranquilo que yo y muchos como yo añoramos. Pero el progreso no está
para cumplir gustos a los añoradores; sin embargo, siempre queda al grato
recuerdo.

Ah. . . qué tiempos tan bonitos aquéllos cuando el plumón disfrutaba de


aire puro y los ojos se deleitaban con un cielo azul límpido. Aún es un
privilegio, hay que reconocerlo, vivir en esta hermosa “Perla de Occidente”
si sabemos cuidarla.

En aquella época los comerciantes, grandes o chicos y de cualquier ramo,


eran conservadores, estáticos, no había iniciativas renovadoras. Estaban
siempre sujetos a la misma rutina: abrir sus tiendas, esperar clientes,
espantar moscas y cerrar las puertas del negocio con buen o mal humor,
según el monto de las ventas.

No hacían promoción alguna para incrementar el volumen de sus


operaciones, para desplazar más mercancías, para crecer. No tenían una
meta definida, un propósito, un programa de desarrollo. Trabajaban en un
clima de cierto conformismo que hoy no se concibe.

Eso sí, vivían a gusto, en una ciudad blanca, pacífica y segura a cualquier
hora del día y de la noche; como en cualquier pueblo, todo el mundo se
conocía. Así era esta querida Guadalajara, noble y leal ciudad.

46
Ha cambiado su fisonomía, se ha transformado en una gran ciudad, la
segunda del país en belleza y población, con todos los adelantos
urbanísticos y los problemas propios de las grandes urbes.

Hoy ya no se vive con aquella seguridad de hace medio siglo, ni con la


misma tranquilidad en esta vorágine de incontenible ajetreo. Recuerdo que
cincuenta años atrás, no llegaban a una docena el número de automóviles
estacionados frente a la Plaza de Armas en el centro, hoy, más de
doscientos cincuenta mil vehículos circulan día y noche por las calles y
avenidas de Guadalajara. Ese cielo transparente, azul, las hermosas huertas
de los alrededores que daban frescura al ambiente, las calles empedradas,
en fin todo aquello que un tiempo fue, ha ido cediendo el paso a nuevas
realidades. El exceso, llámese explosión demográfica, progreso, o como se
quiera, hace daño; tiene su precio, y a veces muy alto. Perder el equilibrio
es peligroso. El crecimiento acelerado de los pueblos, si es anormal en
cualquier aspecto, se vuelve conflictivo para sus habitantes y para quienes
los gobiernan.

¿Cómo empezaron a transformarse las viejas tiendas en modernos


almacenes? ¿Cómo surgieron las cadenas de supermercados de
autoservicio con gran variedad de artículos? Con la aparición en escena de
un hombre dinámico, emprendedor, un auténtico ejecutivo, con visión:
Don Miguel Moragrega, dueño de un importante negocio de abarrotes.
Llegó don Miguel y rompió viejos moldes abriendo el primer
supermercado “MAXI” en las calles Alcalde y Reforma, a un costado del
Templo de San José de Gracia, con mucho éxito. Don Miguel fue pues,
pionero de la transformación de los sistemas de ventas en Guadalajara.
En el ramo de la ropa, otro hombre muy hábil y con mucha visión, don
Eduardo de Ustúa, revolucionó el viejo y tradicional sistema de ventas
poniendo al servicio de los tapatíos una tienda en la calle de Pedro
Moreno: “El Famoso Gallo Tapatío”.

Ese fue el despegue de la transformación comercial de Guadalajara, hasta


llegar a lo que hoy todos conocemos: un comercio que está a la altura de
cualquier ciudad del mundo.

He hecho un breve comentario acerca de cómo conocí el comercio de hace


diez lustros, a otros les tocará hablar de la importancia del comercio de
nuestros días.

En contraste con el desarrollo que ya he mencionado, sigue proliferando el


comercio callejero, invadiendo calles y banquetas con cientos de puestos.
Nada más falta que instalen un “tianguis” en plena Plaza de Armas . . .

47
A excepción de los grandes almacenes con modernos sistemas de
comercialización, elevadores, escaleras eléctricas y demás adelantos
tecnológicos, siguen funcionando en el primer cuadro de la ciudad
comercios medianos y pequeños, aunque se han multiplicado
considerablemente.

La situación de los mercados no ha cambiado gran cosa: la limpieza brilla


por su ausencia, se sigue vendiendo gran variedad de frutas, legumbres,
aves, peces, carnes, lo mismo que alfileres, listones, tarjetas postales
adornadas con corazones, palomitas, hilo de carrete, papel fino para novia,
sombreros, zapatos que duran un zapateado, y un sin número de artículos
más. En estos lugares el comercio era y sigue siendo muy concurrido,
especialmente por las mañanas, y los domingos aumentaba tanto que se
extendía a las calles adyacentes, hasta impedir el tránsito insignificante de
entonces.

CAMARA NACIONAL DE COMERCIO DE GUADALAJARA


FUNDADORES Y CONTINUADORES

En el mes de Junio de 1883, Don Juan Somellera encabezó a un grupo e


hombres de buena voluntad, con vocación de servicio, con miras elevadas
y con el noble afán de servir a su Estado, a su ciudad y a la colectividad en
general, para fundar la Cámara de Comercio de Guadalajara. Lo que hoy
disfrutamos es producto de aquella inquietud, de aquel espíritu de entrega
desinteresada para avocarse a la resolución de los problemas inherentes a
la actividad del comercio.

48
A lo largo de casi un siglo, la Cámara ha continuado llevando a la práctica
sus ideales de servicio en todo aquello que tiene relación con los intereses
de sus agremiados y de la comunidad en general.

Los intereses de Guadalajara, de Jalisco y de México han sido los intereses


de esta institución, que ha tenido una trayectoria limpia y valerosa en el
marco de la sociedad tapatía.

En vida, muchos hombres son ignorados, desestimados; tal vez los


fundadores de la institución tuvieron que soportar críticas, desavenencias e
inconformidades. (Hoy como ayer, en el camino se encuentra uno algunos
opositores por sistema, que no ceden jamás. Se obstinan en una opinión,
aunque ésta sea equivocada, ya puede uno darles todas las pruebas y no se
convencen. Además, no faltan los hipercríticos que no se dan por
satisfechos con nada ni con nadie y se sienten tan autosuficientes que se
consideran capaces de dar lecciones a todo el mundo).

El éxito sólo es alcanzado por aquellos a quienes inspira un ideal y se


mantienen constantes en su afán por alcanzarlo. Estos Hombres son los que
triunfan, y es entonces cuando se les reconocen sus meritos.

Claro que su victoria no depende del homenaje transitorio que pueden


otorgarles o negarles los demás, sino de su propia capacidad para cumplir
su misión.

Hay una medida para apreciar si la genialidad es legítima: la grandeza de


los hombres se reconoce por la obra de los mismos, que es honda en su raíz
y vasta en su floración.

Hoy se le reconoce a Don Juan Somellera el mérito de su visión, de su


esfuerzo y de su ejemplo, igual que a los demás fundadores de la Cámara.
La fecundidad de su obra ha desvanecido las frágiles sanciones de sus
contemporáneos.

49
Todo lo hice con pasión, no me embriagó el éxito ni me dobló el fracaso.

50
La postura de la Cámara es de respeto mutuo, sabe aplaudir a todo lo que
venga bien a Guadalajara de quien venga y sabe indignarse de todo aquello
que la dañe, no importase quien sea; la Cámara no conoce el ocio, su
constante preocupación por el bien de la ciudad atenta a los intereses de la
colectividad lo siente como un deber sin demagogia, tuvimos la razón por
guía, sin apartarnos nunca de ella, que está por encima de cualquier
opinión.

51
COMO LLEGUE A LA CAMARA NACIONAL DE COMERCIO DE
GUADALAJARA

LA CAMARA ES EL CENTRO DE INFORMACION, ORIENTACION Y


DEFENSA DE LOS INTERESES DEL COMERCIO ORGANIZADO Y
DE LA COMUNIDAD.

Una tarde de Octubre de 1959, si mal no recuerdo, llegó el Sr. Enrique


Varela a mi negocio, “Almacenes Guadalajara, S.A.”, del que soy socio
fundador, y me entregó una carta en un sobre abierto, la leí en presencia de
él y me enteré de su contenido: me invitaban como Asesor de la Cámara.
Varela era entonces el Gerente de la Institución. Yo le agradecí su atención,
fue todo; desde luego, quedó pendiente el que yo aceptara o declinara la
invitación que se me hacía, pues yo, como mucha gente de entonces, no
tomaba en cuenta la importancia de la Institución, ahora respetable y
respetada. Además en esa fecha tenía mi tiempo más que ocupado, no
podía desatender mi negocio, que dependía de mí en gran parte. No soy
partidario de la exagerada modestia, ni de la exagerada jactancia, sino de
saber colocarse en lo justo de la realidad. Sin embargo, no puedo negar que
se siente íntima satisfacción cuando uno ha cumplido con una grave
responsabilidad, sin que esto implique envanecimiento. También sentía mis
errores humanos, pero me consolaba el tener valor para reconocerlos y no
aferrarme a ellos como si creyera ser infalible, sino tratar de superarlos aún
sintiendo que me absorbían.

Volvamos a la carta de la Cámara. Mientras pensaba si irían o no a la


sesión que me citaban - creo que un Martes a las 7:30 de la noche -, me
enteré de que Don Bernardo Anguiano, comerciante en artículos religiosos
y vecino nuestro, era quien me había propuesto como Asesor en la Cámara.
Después supe que los consejeros sugerían al Presidente alguna persona de
quien ellos consideraban que podía ser un buen elemento. Don Jorge
Karam, mi socio en “Almacenes Guadalajara, S.A.”, y padrino, formaba
parte del Consejo, debido a esto Don Bernardo nos visitaba y hacía
comentarios de las sesiones y otras cosas. Tenían ambos muy buena
impresión del Sr. Varela. Yo no conocía a Enrique Varela, ni de vista ni por
referencias, hasta el día en que me entregó la carta antes mencionada;
breve, cinco minutos, el cambio de saludos y la despedida.

Como ya lo dije, yo tenía toda la responsabilidad en un negocio que crecía


y que requería de todo mi tiempo, pero don Jorge y don Bernardo me
animaban, diciéndome que sólo era una junta cada quince días por la
noche, que no me iba a quitar tiempo, que la Cámara requería de gente
capaz.

52
El caso es que fui a la junta. Don Enrique me recibió amable: “qué bueno
que vino”, me dijo. En punto llegaron todos los consejeros y los suplentes.
El Consejo Directivo se componía de diez propietarios y diez suplentes,
más uno o dos invitados como asesores, todos con voz y voto.

El Consejo en pleno, y funcionarios, eran en 1959.

PRESIDENTE: Sr. Don Jesús Casillas Cruz


PRIMER VICEPRESIDENTE: Sr. Ing. Jorge Garibay
SEGUNDO VICEPRESIDENTE: Sr. Ing. Guillermo Martínez G.
SECRETARIO: Sr. Don Alfonso Alcaraz
SUBSECRETARIO: Sr. Don Francisco Venegas
TESORERO: Sr. Don Bernardo Anguiano
SUBTESORERO: Sr. Don José Luis Velázquez
CONSEJEROS: Sr. Don Ramón Baeza
Sr. Don Antonio Sánchez
Catellanos
Sr. Don Jorge Karam
Sr. Dr. Salvaor Madrigal
Sr. Don René Marseille
Sr. Don Senén Camarena Gómez
Sr. Don Rafael Vázquez del
Castillo
Sr. Don Mario Hernández Ochoa
Sr. Don Isaac Varón
Sr. Don David Martínez López
Sr. Ing. Carlos Nafarrete
Sr. Don Norberto Páramo Castro

ABOGADO CONSULTOR: Sr. Lic. Francisco López


González
GERENTE: Sr. Don Enrique Varela Vázquez
SUBGERENTE: Sr. Don Gustavo Preciado

Morales
Se hizo la presentación acostumbrada en estos casos, se dio lectura al acta
anterior y se discutieron varios puntos.

Claro que yo, como desconocedor del medio, me limité a escuchar y


observar el “tiroteo”. Uno de los puntos tocados fue éste: no sé por qué
causa se criticaba fuertemente a la Cámara de Propietarios me parece que
por unas declaraciones que había hecho el Presidente de esa Institución, el

53
Dr. Luis Alcazar Peinado (el Gerente era entonces el señor Garcilita). En el
Consejo Directivo de la cámara de Comercio fungía como secretario
Alfonso Alcazar Peinado, pero yo no sabía que era hermano del Dr.
Alcazar. Pedí la palabra para sugerir que antes de romper lanzas contra
ellos, pensáramos lo que íbamos a hacer, pues ellos formaban parte del
sector empresarial y no convenía un pleito en familia; algo así dije.
Entonces, el Presidente del consejo, don Jesús Casillas, me dice: usted,
señor ¿qué propone? Que nombren una comisión, contesté.

Alfonso Alcazar intervino entonces:

-Yo apoyo la idea del Señor Guerra.


El Presiente me preguntó luego que a quiénes proponía para que integraran
la comisión, y yo sugerí al Ing. Guillermo Martínez Gûitrón y al Ing.
Carlos Nafarrete, aunque apenas los conocía (actualmente llevo muy buena
amistad con Memo, a quien estimo).

Aceptaron los señores ingenieros que propuse, y yo me sentí bien al ver


que la primera sesión en la que yo participaba como Asesor había sido
afortunada para mí. Mi intervención fue bien vista por la Mayoría, aunque
después, ya fuera de sesión, alguien me dijo que Alfonso Alcazar era
hermano del Presidente de la Cámara de Propietarios, que era muy
agresivo y que o que hacía no estaba bien, pues él veía sólo sus intereses.

Al terminar la sesión, como a las nueve de la noche, llegó el señor Ricardo


Dueñas para tratar asuntos referentes al adorno navideño; había sido
invitado ese día para acordar su apoyo como Regidor del Ayuntamiento,
encargado del Departamento de Alumbrado que era. Veía él con simpatía la
iniciativa de la Cámara para adornar el centro de Guadalajara, y dar así
mayor realce a las fiestas decembrinas.

No recuerdo de quien salió la iniciativa, el caso es que se propuso que


fuéramos a cenar al “Casino Francés”. Yo tenía amistad con Ricardo y ya
conocía al Ing. Garibay y a don Bernardo. Este último a pesar de no ser
afecto a ese tipo de reuniones, fue con nosotros y nos acompaño hasta
cerca de las tres de la mañana. Fue una reunión muy agradable.

En ese primer encuentro me dice Varela:

-Entró con el pie derecho.


Tuve la impresión de que les agradó mi compañía y aún conservo esa
primera impresión.

54
Se aguantaron don Bernardo y don Ricardo hasta altas horas de la noche
sin beber una sola copa; si acaso le dieron un beso a alguna copa de coñac
que, a insistencia nuestra, les sirvieron; pero estoy seguro de que
estuvieron contentos. Nosotros más bien botaneamos sabroso y algo
eufóricos, no más.

Platicamos de todo; ni Jorge, ni Varela ni yo paramos de hablar. Tan a


gusto estábamos que no nos percatamos de que ya era de madrugada. Los
meseros a ratos cabeceaban y a ratos estaban pendientes de los chistes que
contábamos.

Con Jorge Garibay se pueden pasar horas sin sentir, es muy simpático, muy
ocurrente, tiene el don de caer bien a todos los que lo tratan; es agudo, no
perdona ni a su propia gente con sus ocurrencias. Si quiere o no quiere a
alguien, no lo hace sentirse mal, como él llegó a decir algunas veces: “hay
que tener mucha mano izquierda, buena para los muletazos”. No cabe duda
que tiene gracia para decir las cosas.

Recuero que en una reunión, de las que con mucha frecuencia se


suscitaban en la Cámara, estábamos en la oficina de la Gerencia Jorge,
Abelardo Garciarce y yo, y surgió una discusión entre ellos -casi era de
rigor cada vez que se encontraban-.

Jorge decía:

-Mira, Abelardo, convéncete: yo soy más simpático que tú, a mí me


quieren más; yo les miento la madre y me dan de besos, mientras que tú les
as de besos y te mientan la jefa.

-Estoy de acuerdo, le dice Abelardo, tú eres más simpático, pero yo soy


más inteligente en administración, en organización y en muchas otras cosas
e negocios; soy mejor que tú tienes que reconocerlo.

Claro que son muy amigos, pero siempre en cualquier reunión estaban “de
pique”. Jorge era el que, por cualquier cosa, empezaba la broma: COMO
DICE DON ABELARDO, RECALCADITO, EN UN TONO MEDIO
IRÓNICO, O IRÓNICO Y MEDIO, algo por el estilo. Lo observé durante
el tiempo que conviví con ellos en la Cámara y fuera de la Cámara.

Abelardo es una persona muy inteligente, serio, capaz, dinámico en los


negocios, aunque aparentemente despectivo, como que a veces de la
impresión de subestimar a las personas, pero pienso que tratándolo, uno
cambia de opinión fácilmente. Yo conocí a Abelardo García Arce allá por

55
el año de 1958 en San Juan de Los Lagos, Jal., me lo presentó mi padrino,
don Jorge Karam. Nos encontrábamos en la población alteña para recibir a
Su Eminencia, el Cardenal José Garibi Rivera que, procedente de Roma,
venía de la ciudad de México por carretera. Por cierto que a lo largo de
todo el camino de México a Guadalajara fue objeto de un apoteótico
recibimiento. Toda la gente volcó su entusiasmo al paso del señor
Cardenal, a tal grado que tardó dos días en llegar a la capital Jalisciense.
Hombres, mujeres, niños, ancianos, todos lo aclamaron a lo largo de
seiscientos y tantos kilómetros desde la capital hasta la perla Tapatía. Fue
algo grandioso, un júbilo que no alcanzo a describir.

Decía pues, que me presentaron a Abelardo en San Juan de Los Lagos, él


era entonces Presidente del Consejo de la Cámara nacional de Comercio de
Guadalajara, le decían “el Presidente joven”; se sentó a la mesa con
nosotros, estaba también don Jorge Karam y don Cristóbal Fernández (que
en paz descanse), estimado amigo español que nos acompañó a la
recepción de su Eminencia, de grata memoria.

Tomamos un par de copas y platicamos sobre el gran acontecimiento de


tener un Cardenal Mexicano y tocar precisamente a Jalisco la enorme
satisfacción y la bendición de dar a México su primer purpurado.

Se calculaba que el Sr. Garibi llegaría a San Juan de los Lagos a las ocho
de la noche, pero llegó como a la una de la mañana. Estábamos esperando
muchas personas de Guadalajara, a quienes sería largo enumerar. La cena
que fue servida no recuerdo el lugar estuvo muy bien de todo. Me dice don
Jorge ya cuando estábamos sentados:

-Vamos a saludar al Señor Cardenal.

Su Eminencia, que conocía a mi padrino, correspondió cortésmente al


saludo:

-¿Cómo le va, don Jorge?, se molestó en venir, muchas gracias (o algo así).
A mi no me conocía el señor cardenal Garibi; tuve la oportunidad y la
suerte de ver a su Eminencia en varias ocasiones, cuando festejé mis bodas
de plata matrimoniales me hizo el gran honor de celebrar la misa; en la
boda de mi hijo José fue muy bondadoso al aceptar bendecir sus nupcias,
asistido por mi estimado amigo, el padre José R. Ramírez. A este estimado
sacerdote y gran amigo le debo es estar tratando de escribir y relatar los
acontecimientos que me ha tocado vivir en diferentes épocas y actividades.
Yo siento que no puedo, que no tengo capacidad para llevar mis
pensamientos a la letra de molde; pero él no se decepciona, no cede, me

56
impulsa cuando me desanimo al ver que se me atora la carreta. El me
estimula y me dice que tal vez no tenga práctica, pero capacidad sí. Yo no
quisiera decepcionarlo, que me perdone si le fallo.

Por otra parte, confieso que desde muchos años atrás tuve siempre deseos
de escribir, de llevar mis inquietudes al papel; la verdad es que nunca hice
un intento serio, tal vez necesitaba que alguien me alentara, además de
tantas otras circunstancias.

Pero vengamos de nuevo a la cena ofrecida en San Juan de los Lagos a


nuestro primer Cardenal.

El Sr. Lic. Don Efraín González Luna hizo uso de la palabra para felicitar y
dar la bienvenida a nuestro recién llegado a Roma, a nuestro querido
Arzobispo y Cardenal Garibi. Como siempre, el destacado abogado don
Efraín pronunció un brillante, sentido y emotivo discurso. La cena terminó
como a las tres de la mañana.

Hacía un intenso frío. Con todo y la buena cama y los buenos cobertores,
la tremenda helada no nos dejó dormir.

Al siguiente día salimos temprano con rumbo a Guadalajara den Jorge


Karam, don Cristóbal Fernández, don Miguel Jones y el que esto escribe.
Llegamos a nuestro destino de noche, es decir, hicimos un día de camino,
veníamos casi a vuelta de rueda.

En la carretera había miles y miles de gentes de todas las clases sociales,


que querían saludar, aplaudir, corear, gritar, llorar e gusto, de emoción al
paso de su Eminencia.

Sin temor a equivocarme, creo que esta recepción sólo ha sido superada
por la que México y Guadalajara brindaron a Su Santidad, el Papa Juan
Pablo II, en su memorable visita.

ACTUACION DE ALGUNOS CONSEJOS

En el año de 1960 se llevaron a cabo las elecciones del consejo Directivo


de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara. Resulto electo, como
se esperaba, el Ing. Jorge Garibay Romanillos para presidir el consejo;
Primer Vicepresidente, David Martínez López; segundo Vicepresidente,
Ing. Guillermo Arce; Secretario, Ing. Jorge Albáñez; Subsecretario, Ing.
Carlos Nafarrete; Tesorero, Bernardo Anguiano Barragán; Subtesorero,
Alberto Guerra Guerra; Vocales: Norberto Páramo Castro, Alfonso

57
Cervantes, Arturo Camarena, Carlos Sánchez Chávez, Pedro Ramírez
Ramos, Juan Knobloch, Rene Marseille, Francisco Venegas, José J. Silva.
Transcurrió el año 1960 sin mayores problemas para mí. Desde luego, en
cualquier intervención o en cualquier comisión que me fue conferida me
apegué siempre a la verdad aunque a veces ésta resultara dolorosa y no me
favoreciera. Trabajé siempre con la cabeza dura a los golpes y firme en las
convicciones. Si no estaba en lo justo, reconocía mi error, pero también
pedía que se reconocieran mis aciertos.

Hice amistad con todos, con el Ing. Garibay, con David Martínez;
simpáticos y ocurrentes los dos, cada uno con su particular estilo. Ambos
eran requeridos por los consejeros debido a su ingenio, su buen humor y
sus puntadas agudas.

Desde luego, también llevé amistad con don Bernardo Anguiano, con el
Ing. Guillermo Arce (“MITO” Arce), muy estimadas personas.

Una vez más quiero recalcar que a través de los años compartimos muchos
momentos de recíproca estimación, y si alguna diferencia de criterios o de
puntos de vista tuvimos en las sesiones de Consejo, nunca fueron para mí
motivo de distanciamiento, ni mucho menos e no reconocerles sus aciertos
y su capacidad.

Como llevo dicho, tuvimos nuestras diferencias, pero eso nunca empaño el
aprecio. En las juntas de Consejo, yo tenía que ser congruente con mis
convicciones.

ESPERAR EL MOMENTO EN QUE TODO SE NOS PRESENTE FÁCIL


Y FAVORABLE, NOS EXPONE A PASARNOS LA VIDA
AGUARDÁNDOLO, SIN QUE ESTE LLEGUE JAMÁS, NO ES ASÍ
COMO SE ESCALAN LAS CUMBRES Y SE CONQUISTAN LAS
METAS.

Desde luego en cada sesión se trataban diferentes asuntos, muchos de


interés; se escuchaban opiniones, se analizaban hechos y problemas. Lo
principal era que había en todos los consejeros ánimo de trabajar, con
algunas –raras- excepciones; había ambiente de entusiasmo. No había
campo para la monotonía, el aburrimiento, la abulia, como suele suceder
en otros organismos.

Se inyectaba vida a las sesiones. Los informes que sobre casa asunto
planteaba el Presidente a los consejeros, siempre despertaba interés. En fin:
allí, ni bostezos, ni cabeceos. Tal vez surgía inconformidad o discrepancia,

58
pero no sueño ni cansancio; antes bien, interés general por enterarse y
hacer frente a los problemas. Salíamos de las juntas con entusiasmo, tal
vez con pesimismo o desconcentro, pero nunca con modorra.

Pido disculpas, acabo de abrir el cajón de mi escritorio para guardar un rato


la modestia, no para entrar en el terreno de la petulancia, el
envanecimiento, la jactancia o la vanagloria, sino por que hay cosas que se
impone decirlas. Tengo que narrar las actividades que realicé en diferentes
ocasiones y en los diversos cargos que me fueron asignados.

Desempeñé durante un año el cargo de Asesor; un año de Subtesorero, dos


años de Tesorero; un año fungí como Vicepresidente; un mes como
Presidente en Funciones, y trece meses como Presidente del Consejo
Directivo. Digo que trece meses porque al terminar mi gestión pedimos
una prórroga de un mes a las Secretaria de Industria y Comercio, con el
objeto de concluir la obra que se inicio para remodelar el edificio de la
Institución, que más que remodelación, lo que se hizo fue una total
reestructuración.

Muchos consejeros y otras personas se plantearon la posibilidad de una


reelección, que no procedía, de acuerdo con los estatutos de la Cámara. De
cualquier forma, ya tenía la autorización de la Secretaria para prolongar un
mes mi gestión, que terminó el día último de Febrero y no en los primeros
días de Enero, como era lo normal.

Confieso que me hubiera gustado tener más tiempo, porque tenía en mente
importantes proyectos, a mi modo de ver. Uno de ellos era el de hacer una
lonja mercantil que en lo futuro sirviera como lugar de esparcimiento y
reunión del Comercio Organizado. Todo con el fin de estrechar cada día
más los vínculos de amistad y acercamiento entre los socios de la Cámara.
Fui también Presidente de la Junta Coordinadota de la Iniciativa Privada, y
de las siguientes comisiones: ante las Autoridades Municipales, de
Arbitraje, Pro-Adorno Navideño, de Leyes Fiscales. Consejero de la
Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio del País. Tuve el
honor de ser electo Presidente de La Federación de las Cámaras del estado
de Jalisco. Ocupe otros cargos que ahora escapan de mi memoria.

En todas y cada una de las responsabilidades que tuve a mi cargo actué con
total entrega; no escatime tiempo ni esfuerzo alguno. Por encima de todo
egoísmo y de intereses personales -que nunca busqué-, para mí no había
más meta que cumplir con el cargo que acepté desempeñar y con el cual
me sentía comprometido. Lo hice con fe, con entusiasmo. Todo mi tiempo
lo dediqué a tratar de alcanzar las metas que me había propuesto.

59
Me siento satisfecho de haber cumplido la promesa que hice a mis
compañeros de Consejo; todas as fallas que tuve no se debieron a falta de
voluntad, sino a causas ajenas a ella.

Fue extraordinaria la estrecha colaboración que recibí de todos los


consejeros; gracias a esta solidaridad fue posible llevar a cabo los planes
que hicimos para cumplir nuestra misión.

LABOR DE LA CAMARA

En sus noventa y tres años de existencia, la Cámara Nacional de Comercio


de Guadalajara ha prestado innumerables servicios a la comunidad, trataré
de enumerar algunos en los siguientes párrafos.

La institución que agrupa a los comerciantes establecidos de la capital del


Estado de Jalisco ha sabido mantenerse siempre atenta a los problemas
citadinos de toda índole, pero no se ha conformado con señalarlos sino que
ha cooperado en la solución de los mismos, en el progreso y el desarrollo
de la ciudad. La Cámara ha participado siempre con toda su fuerza moral y
material en todo aquello que significa la consecución del bien común.

Los aspectos humanos, sociales, educativos y culturales has constituido


siempre el banco de las acciones de la Cámara. Por otra parte, ha trabajado
incansablemente en bien de sus asociados, a quienes ha defendido con
valor cuando les asiste la razón, nunca los abandonó si estaban faltos de
ella; al contrario, los orientó los asesoró.

Una cosa es cierta: mucho se ha logrado, y esto es -y ha sido siempre- un


estimulo para continuar su intensa y permanente labor. Cada día que pasa,
reafirma sus postulados, su ánimo, su entusiasmo para continuar realizando
sus funciones con responsabilidad y buena voluntad.

Son muchos los servicios que La Cámara presta y que gran número de
socios no se preocupa por conocer, por ejemplo: la promoción de nuevas
empresas, información sobre los requerimientos para instalar un nuevo
negocio, datos sobre la importancia del comercio fronterizo, sobre tarifas
de importación y exportación, sobre transporte; información acerca de
recursos financieros, naturales y humanos, sobre reglamentos de trabajo,
salarios, sobre los derechos y obligaciones del Instituto Mexicano del
Seguro Social.

60
Tiene, además, representantes ante las diversas dependencias municipales,
estatales y federales. Tiene conocimiento de todos los problemas de sus
asociados, a través de sus secciones especializadas, por ejemplo: la sección
Especializada de Turismo desarrolla un importante programa de
actividades en esa área, cobranzas foráneas y locales. Informes
confidenciales, certificaciones, y otros tipos de gestiones.

El órgano informativo de la Cámara, la “Gaceta Mercantil”, mantiene


informados a los socios acerca de los acontecimientos más importantes que
pueden afectarlos positiva o negativamente, disposiciones oficiales, y un
sinnúmero de informaciones que seria largo detallar.

Como formé parte de tres Consejos en diferentes periodos (1959-1960,


1960-1961, 1967-1968), me tocó vivir situaciones diversas, y entre los
muchos asuntos que se trataban en las sesiones de consejo, recuerdo
algunos de especial interés, que yo propuse:

Sugerí que se gestionara el registro de marcas en esta ciudad, ya que era


muy costoso, engorroso y dilatado tramitarlo en la ciudad de México.
Mucho tiempo después se consiguió esta modificación.

Pedí se solicitara a la Secretaría de Relaciones Exteriores el


establecimiento en Guadalajara de una dependencia en la que se expidieran
los pasaportes, pues también era costoso y entretenido el ir a la ciudad de
México para poder conseguir el documento. Afortunadamente, también
esta petición fue atendida satisfactoriamente.

Cabe aclarar que estas y otras demandas semejantes, aunque se realizaron


algunos años después, fueron planteadas desde entonces.

Considerando sumamente peligroso el que muchos camiones escolares


tuvieron qué atravesar la vía del ferrocarril por la muy transitada avenida
López Mateos, pues había muchas escuelas por el rumbo, y mucho trafico
procedente de México, Morelia, la costa de Jalisco y otras partes, pedí que
se gestionara ante las autoridades correspondientes el necesario e
indispensable paso a desnivel en el cruce de la avenida con la vía. Poco
después, la obra estaba funcionando.

En repetidas ocasiones solicité que no se permitiera el uso del disel como


energético en las unidades del transporte urbano, por la contaminación que
se genera con este combustible. Desgraciadamente no se le dio importancia
a mi iniciativa; ahora los hechos me dan la razón: los autobuses se han
multiplicado, y las nubes de humo arrojadas por los miles de vehículos que

61
consumen disel representan un grave problema para la ciudad y sus
habitantes. La contaminación ambiental transforma poco a poco en negra
una ciudad que fue blanca. Cada día se torna más difícil combatir este
problema que nos asfixia y que tal vez, a tiempo, hubiera podido evitarse.
Ahora, este mal que se dejo crecer se antoja insoluble. Hace pocos días
comentó a un reportero de un periódico local que en Guadalajara
representa una agresión para los peatones las enormes cantidades de humo
negro que les arrojan a la cara, y dijo que daba la voz de alarma para evitar
y ponerles remedio a esa anómala situación, para no seguir destruyendo
paso a paso ésta bella ciudad y consideraba un atropello el verse fumigado
como si fuera “una cucaracha” y que solo se fumiga los piojos y las
garrapatas y que el no se consideraba ningún animal de éstos sino un ser
humano, que ninguna Autoridad y ningún ciudadano debe ser indolente y
tiene la obligación de intervenir para poner freno a éste veneno que
padecen los habitantes de ésta capital; que no debe permitirse esta
contaminación del ambiente, pues con ello se está ahuyentando al turismo;
agregó que si la cara nos queda negra, de esa emanación de humo que
despiden los autobuses, peor nos deben quedar los pulmones.

En virtud de que todos los negocios de ventas al mayoreo y al menudeo


que efectuaban ventas a plazos sufrían perdidas de 10 a 12 por millar sobre
el monto de sus ventas anuales, y la ley sólo admitía como deducible de
sus utilidades uno al millar, proporción que estaba fuera de la realidad, el
día 24 de junio de 1960 presente al Consejo Directivo la siguiente
ponencia, que fue aceptada y enviada a la Confederación para su trámite.

PONENCIA

“Que se presenta a la aprobación de la XLIII Asamblea General Ordinaria


de Comercio de la república:
Reforma de la Fracción XVI del Artículo 29 de la ley de Impuesto sobre la
Renta.

ANTECEDENTES

a) El artículo 29 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta dispone: para


determinar la utilidad gravable, los sujetos comprendidos en los Artículos
22, 23 y 25 restarán de sus ingresos totales los ajustes a los mismos por
concepto de devoluciones, descuentos, rebajas, y bonificaciones; y del
ingreso neto que resulte, podrán hacer únicamente las siguientes
deducciones: Fracc. XVI. El uno al millar sobre ingresos netos por pérdida
en cobro de créditos, cuando los causantes efectúen ventas a crédito.

62
b) El ordenamiento trascrito en el párrafo anterior se considera fuera de
actualidad y falto de consonancia con las operaciones crediticias, lo cual es
comprobable, de acuerdo con las siguientes:

CONSIDERACIONES

I.- El trámite para la obtención de CERTIFICADOS JUDICIALES,


TESTIMONIOS NOTARIALES Y CONSTANCIAS LEGALES en
general es en la mayoría de los casos, más costoso que el pago del
Impuesto Sobre la Renta correspondiente.

II.- En gran número de ocasiones, se ha presentado el caso de algunos


comerciantes que REPENTINAMENTE CIERRAN SUS
ETABLECIMIENTOS SE AUSENTAN DE LA POBLACION Y NO SE
VUELVE A SABER DE ELLOS. Lo cual imposibilita al proveedor para
recuperar en absoluto el crédito concedido.

III.- En los casos que se decreta SUSPENSIÓN DE PAGOS´ o ´QUIEBRA


´ los trámites judiciales para la recuperación de los créditos concedidos son
sumamente dilatados, y en la mayoría de los casos no se recupera nada.

IV.- Todos los comercios, en especial los que operan con ´mayoreo´, tienen
un promedio de pérdidas que fluctúan entre el diez y el quince al millar.
Tomando en cuenta lo anterior, y dado que la disposición legal enunciada
se considera fuera de la realidad mercantil actual.

SE PROPONE:

I.- Que se apruebe la presente ponencia.

II.- Que la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio haga las


gestiones necesarias a fin de que sea reformada la Fracc. XVI del Artículo
29 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, en los siguientes términos:

Art. 29.- Para determinar la utilidad gravable, los sujetos comprendidos en


los Artículos 22, 23 y 25 restaran de sus ingresos totales los ajustes a los
mismos por concepto de devoluciones , descuentos rebajas y
bonificaciones, y del ingreso neto que resulte podrán hacer únicamente las
siguientes deducciones: Fracción XVI. El diez al millar sobre los ingresos
netos, por pérdida en cobro de créditos cuando los causantes efectúen
ventas a crédito.

63
Se exhortó a todos los sectores de la ciudad a estrechar los lazos de unión,
a coordinar nuestros esfuerzos para acelerar el desarrollo de Guadalajara,
de Jalisco y de México, al mismo tiempo no perder de vista que el progreso
económico debería de ser en base de una autentica justicia social y para
que esta exista, deberá complementarse los deberes y derechos de todos,
Gobernantes y Gobernados, Empresarios y Trabajadores. Al Gobierno le
manifestamos que nuestra postura no será la reclamación insolente, ni la
petición pordiosera, ni tampoco la contestación despótica ni la dádiva que
usurpe el derecho a la justicia, sólo con el diálogo razonable y fecundo
entre Cámara y Autoridades, sin que esto signifique entreguismo de
cualquiera de los dialogantes, así ha sido desde hace varios sexenios,
gracias a esas buenas relaciones y mutuo entendimiento, Jalisco está unido.

6- PLANES Y REALIZACIONES EN 1968

EL QUE NO QUIERA EXPONERSE A LA CRITICA, NO HAGA


NADA, NO DIGA NADA Y NADA SERÁ.

Las actividades y programas de trabajo del Consejo de 1968, que me tocó


el honor de presidir, fueron: Promover ante las autoridades
correspondientes las reformas que se estimaban necesarias, buscando una
acertada y justa distribución en los derechos y deberes de los comerciantes.
Tramitar ante el Gobierno del Estado los pasos necesarios para que el
Departamento de Tránsito llevara a cabo una reorganización total que
permitiera mayor fluidez, seguridad y garantía en el tránsito citadino.
Establecer el diálogo con las autoridades hacendarias del Estado para
lograr una equitativa distribución de la carga fiscal, evitando excepciones
que perjudicaran la marcha ascendente del Estado. Hacer ante las
autoridades hacendarias del Estado las gestiones correspondientes para que
se le otorgara al Municipio de Guadalajara la justa y debida participación
en los impuestos, para que el Ayuntamiento contara con medios suficientes
para brindar debidamente los servicios que los habitantes de Guadalajara
necesitaran y exigieran. Procurar que se llevaran a cabo los estudios
necesarios para actualizar los reglamentos y leyes municipales cuyo
contenido era inoperante; muchos reglamentos y leyes tenían ya largos
años en vigor, y una moderna y nueva Guadalajara requería de una
legislación y reglamentación municipal acorde con su crecimiento y su
desarrollo. Demandar al Ayuntamiento que las cantidades obtenidas por
concepto de impuestos y derechos de carácter específico fueran aplicadas
precisamente a la finalidad para la que habían sido establecidas.

En virtud de que el Ayuntamiento de Guadalajara había autorizado nuevos


financiamientos, solicitamos estudiar la conveniencia de que los servicios

64
de todos los fraccionamientos de la ciudad fueran manejados directamente
por el propio Ayuntamiento, a fin de conservar orden, la moral, la limpieza
y el alumbrado que la ciudad requería.

Insistimos ante las autoridades municipales sobre la necesidad de elaborar


el reglamento de la ley de zonificación comercial, de acuerdo con los
planteamientos del comercio organizado y con las necesidades de la misma
ciudad.

Pusimos especial interés en promover el establecimiento de nuevas


empresas para crear más fuentes de trabajo y atender a las necesidades de
la comunidad.

Fue constante nuestra preocupación por fomentar la afluencia del turismo,


a través de la sección especializada del ramo, cuya presidencia estuvo a
cargo del Ingeniero Guillermo Martínez Guitrón destacado empresario,
inteligente, capaz y con amplios conocimientos en la materia. Gracias a su
dedicación, se logro mucho en esa área.

Compartiendo el interés del Licenciado Francisco Medina Ascencio,


Gobernador del estado, en todo aquello que fuera para bien de la ciudad, le
solicitamos que contemplara la posibilidad de instalar una tienda en el
recién inaugurado Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en la que se
expendieran principalmente artículos típicos, libres de tarifas de
exportación. Nos ofreció tratar el asunto con los señores Ministros de
Haciendo e Industria y Comercio, Licenciado Don Antonio Ortiz Mena y
Don Octavio Campos Salas respectivamente.

En una de sus visitas a Guadalajara, el Licenciado Guillermo Martínez


Domínguez entonces Director e la Comisión Federal de Electricidad, nos
informo, durante una reunión-comida que se le ofreció en el Club de
Industriales, acerca del programa de desarrollo y sobre los planes a corto y
a largo plazo que tenia la comisión a su cargo. Ya para finalizar la reunión,
en presencia del señor Gobernador y del representante de la Canaco ante la
C.F.E. cuyo presidente era el Sr. Guillermo Arce, yo que en mi calidad de
presidente de la Cámara estaba en el presídium, pedí la palabra, hice una
pregunta escueta y concreta: -Señor Licenciado, ¿podría informarnos si hay
alguna posibilidad de cambiar las instalaciones aéreas, ya muy deterioradas
aparte de feas y peligrosas, que han causado lamentables accidentes, por
instalaciones subterráneas?.

Me contesto con voz amable y pausada, que no había planes sobre el


particular, que primero solucionáramos las inundaciones.

65
Al despedirse me dijo:

-espero que no le haya molestado la respuesta.

-yo también le dije confío en que no haya sido inoportuna mi pregunta.

En forma privada, le dije después que las principales avenidas de nuestra


Guadalajara parecían tendederos de ropa. Recuerdo que el Licenciado
Guillermo Ramírez Valadez, Gerente regional de la C.F.E. me dijo
entusiasmadamente en aquella ocasión; ¡que oportuna y buena estuvo esa
pregunta! Si hay planes para realizar lo que usted pregunto, no lo quieren
decir. Vale mas tarde que nunca, ya se trabaja en esa cuestión.

Vigilamos para que el aeropuerto de Guadalajara fuera utilizado tanto por


líneas nacionales como por internacionales, que conectaran a nuestra
ciudad directamente con el extranjero, y al mismo tiempo cuidamos de que
todos los servicios de la Terminal aérea fuesen eficientes: taxis, comercio,
restaurante, estacionamiento, aprovechando los últimos adelantos y
sistemas que permitieran mayor eficiencia, seguridad y rapidez, con el fin
de presentar una buena imagen a los visitantes de nuestra ciudad.

Redoblamos esfuerzos para que durante ese año fuera establecida


Guadalajara la Oficina de Pasaportes, dependiente de la Secretaria de
Relaciones Exteriores, para dar servicio no sólo al Estado de Jalisco, sino a
toda la zona de influencia de Guadalajara.

Vigilamos de una manera especial la conservación del lago de Chapala,


como vaso regularos de generación eléctrica y de actividades económicas
de toda índole.

Insistimos ante Teléfonos de México para que fueran mejorados en forma


eficiente y oportuna los sistemas y aparatos telefónicos que eran causa de
innumerables quejas por parte de los usuarios; igualmente solicitamos se
otorgase mejor atención y se tramitaran con más prontitud las demandas de
nuevas suscripciones.

Ante las autoridades correspondientes, realizamos las gestiones


conducentes al mejoramiento de los servicios de correos y telégrafos en
Guadalajara, que registraban numerosas fallas y retrasaban el desarrollo
económico de la ciudad.

66
A través de nuestros organismos nacionales, insistimos en nuestra posición
de inconformidad ante cualquier proyecto que tendiera a aumentar las
cuotas obrero-patronales al IMSS, bien fuera mediante cambio de grupo,
de tasas, o cualquier otra maniobra.

Iniciamos gestiones ante las autoridades para proteger los intereses del
comercio, que sufría constantes pérdidas y molestias por el extravío de
mercancías.

Apoyamos y alentamos la creación de nuevos centros comerciales en


diferentes rumbos de la ciudad, buscando se otorgaran las máximas
facilidades para su establecimiento y promoción, cuidando que en ellos
tuvieran cabida comerciantes de todas las ramas.

SEMANA JALISCO EN MEXICO D.F.

En el mes de septiembre de 1968 vinieron a esta ciudad los señores Alfredo


Santos y Luís Suberville, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio
de la Ciudad de México, y director de “El Puerto de Liverpool, S.A.”,
respectivamente, a participarnos la celebración de la semana dedicada a
Jalisco, que se llevaría a cabo en las instalaciones de “El Puerto
Liverpool”.

Dada la trascendencia del evento, los acompañamos en una entrevista que


sostuvieron con el Gobernador del Estado, Lic. Francisco Medina
Ascencio, quien nos recibió con entusiasmo y con el interés que ponía
siempre en todo aquello que fuera para bien de Jalisco (tengo que
agradecerle la gentileza que tuvo siempre para la Cámara y ara mí,
especialmente en esta ocasión: “yo despacho en la mañana y el señor
Guerra en la tarde”, dijo el señor Gobernador ante el Sr. Santos y el Sr.
Suberville; un caballeroso gesto).

El Lic. Medina Ascencio nos otorgó toda clase de facilidades; de inmediato


nombró como coordinador de los trabajos que habría que realizar al Lic.
Oscar de la Torre Padilla, jefe del Departamento de Turismo y delegado
federal de turismo en el Estado, a fin de lograr el mayor éxito posible en el
evento.

Esta promoción de Jalisco abrió en forma permanente el gran mercado del


Distrito Federal en beneficio de los artículos que se producen en el Estado.

67
Asistimos a tan trascendente acto el Lic. Efraín Urzúa Macias, presidente
municipal de Guadalajara, el Lic. Oscar de la Torre Padilla, don Luís
Plascencia primer vicepresidente de la Cámara Guadalajara, don Enrique
Varela director de la misma, el que esto narra, y otras personalidades.

Asistieron a la inauguración también el presidente de la confederación de


Cámaras Nacionales de Comercio, don Francisco Cano Escalante, don
Alfredo Santos de la Cámara de comercio de la ciudad de México, el señor
Ministro de Industria y Comercio, Lic. Octaviano Campos Salas, el Lic.
Miguel Alemán Valdez, ex presiente de la Republica, y muchas otras
relevantes personalidades.

Fue muy concurrida y exitosa esa importante exposición de la diversidad


de productos que se hacen en Jalisco.

En esa misma ocasión, en un desayuno, don Luís Plascencia me presento a


don Carlos Truyet, presidente del Consejo de Administración de Teléfonos
de México y de otras muchas empresas, hombre muy simpático, muy
ejecutivo, emprendedor de grandes negocios. En virtud de su trato franco,
se me ocurrió pedirle que obsequiara a la Cámara un conmutador, y me
respondió en forma campechana –ya me… el desayuno.

En otro acto que hubo en la noche con el mismo motivo de la “Semana


Jalisco”, me llamó como si fuéramos viejos amigos:

-que venga para acá ése de la Cámara, brindamos y conversamos


amigablemente durante el convivio; como que ya presentía que no le
quedaban muchos días de vida con la copa en la mano me dijo:

-en cualquier momento caigo muerto.

Lamentablemente, al poco tiempo así fue.

68
VISITA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE
GUADALAJARA A LA CÁMARA DE COMERCIO

El ingeniero Jorge Garibay, Ex-presidente de la Cámara y Vicepresidente


del Consejo de Directores de la Universidad Autónoma de Guadalajara,
expreso ante el Consejo Directivo de la Cámara, el cual tenia yo el honor
de presidir, el deseo del Rector de esa universidad, Dr. Luís Garibay
Gutiérrez, de establecer un diálogo con los empresarios, a fin de exponer
ante ellos el trascendental programa de desarrollo de la universidad y la
importancia que tiene, para bien de todos los sectores de la sociedad, el
formar buenos profesionistas.

La Cámara, conciente de la gran importancia que tiene para Jalisco la


elevación del nivel cultural, y conciente también de que existen en Jalisco
instituciones que realmente enseñan y educan, tuvo el gusto de recibir al
Dr. Luís Garibay Gutiérrez y a sus colaboradores, en el seno del Consejo,
con la presencia también de todos los presidentes de las secciones
especializadas. He dicho: “instituciones que enseñan y educan” porque
para ejercer una profesión o un oficio se necesita educación; solo se
cumple con una misión si ésta se lleva a cabo con ética, no solo con
conocimientos científicos sino con sentido humano, solo axial se puede
llegar a tener la satisfacción de ser un ciudadano útil a uno mismo, a los
demás y al país.

El ingeniero Garibay y don Miguel Moragrega, miembros los dos del


Consejo de Directores de la U.A.G., (al cual pertenezco actualmente)
plantearon ante el selecto auditorio lo que significa, en el presente y en el
futuro de Jalisco, el imperativo inaplazable de preparar profesionistas y
técnicos que realmente contribuyen para lograr un autentico, armonioso y
acelerado desarrollo en todos los órdenes, específicamente en el del
comercio y la industria, que cada día requieren de personal más capacitado,
única salida para crear más fuentes de trabajo y elevar el nivel de vida, es
decir generar progreso y prosperidad.

El Rector de la U.A.G., hizo una amplia, clara, precisa y objetiva


exposición sobre importantes y significativos logros del programa que
lleva esa prestigiada casa e estudios, sobre su excelencia académica y
administrativa, subrayando la urgente necesidad de establecer un
permanente dialogo y una activa participación de los empresarios en la
importante labor educativa, a fin de realizar plenamente la armonía

69
universidad-empresa. Muy brillante, elocuente la amena disertación del Dr.
Garibay, que cautivo y capto la simpatía de los presentes.

Yo por mi parte, como presidente del Consejo, expresé, entre otras cosas,
que la presencia de los señores directivos de la Universidad Autónoma de
Guadalajara en nuestra Cámara era honroso, y motivo de profunda
satisfacción.

Veíamos, entusiasmados, los ambiciosos proyectos de construir su Ciudad


Universitaria, y el firme propósito de ampliar al máximo sus actividades
culturales, expuestas en forma, por demás, elocuente. Entre sus proyectos
estaba el de formar un plantel de profesores de tiempo completo y su
magnifica idea de intercambiar experiencias con las universidades
latinoamericanas, especialmente con la Universidad Nacional Autónoma
de México.

Destacamos que estábamos concientes de que el éxito de cualquier


empresa está íntimamente ligado a la calidad profesional, intelectual y
humana de los profesionistas que ahí se desempeñan.

Hicimos hincapié en que ninguna obra que redundara en beneficio de


nuestra Ciudad nos podía se ajena, y los felicitamos por su visión y su
entusiasmo en la formación de la Ciudad Universitaria y en su firme
propósito de ampliar sus actividades culturales, elocuentemente expuesto.
Hoy, a 14 años de distancia, no sólo han logrado realizar sus nobles
propósitos sino que los han superado con creces.

Realizamos todas las mejoras necesarias en el edificio de la institución,


para que las oficinas de la Cámara contaran con medios y posibilidades
suficientes para desarrollar su labor de acuerdo a los nuevos
requerimientos de los asociados. Se imponía ya el contar con un edificio
moderno funcional, con unas instalaciones adecuadas y dignas de uno de
los organismos claves en la vida de la sociedad tapatía.

Resolvimos en forma definitiva y total el problema económico de la


institución, buscando que los asociados se percataran de la responsabilidad
que tienen de sostener a la Cámara proporcionándoles los medios
necesarios para realizar su labor. Los hicimos tomar conciencia de que una
Cámara fuerte, saneada y bien organizada refleja la posición económica y
el desarrollo del comercio organizado de una ciudad, y solo así es capaz de
brindar eficientes servicios a sus asociados.

70
El consejo Directivo y el equipo de funcionarios de la Cámara, nos
echamos a cuestas el programa antes mencionado, y podemos afirmar, que
nos pusimos a trabajar.

No escatimamos esfuerzo alguno. Nos empeñamos en cumplir la tarea que


nos propusimos, y lo hicimos sin desmayo, sin ver el reloj con ansias de ir
a casa o al negocio. Cuando las cosas se hacen con gusto no llega la fatiga.
Hubo fallas –ajenas a nuestra voluntad-, las reconocimos sin empecinarnos
en negarlas o disminuirlas, y procuramos siempre remediarlas. No hay
mejor testimonio que los hechos, no para vanagloria, sino simple y
sencillamente para hacer una consideración.

Nuestros esfuerzos y nuestro entusiasmo no tuvieron más mérito que el de


corresponder con lealtad a la confianza que nos fue dispensada. Cumplir
con un deber era imperativo.

Tal vez caben satisfacciones, pero hasta ahí. Tan sólo nos limitamos a
narrar acontecimientos y situaciones de las que nos tocó ser actores en esa
época.

Recuerdo que en la cena tradicional de toma de posesión del Nuevo


consejo, expresé ante las autoridades estatales y municipales, ente
consejeros, ex presidentes, ex consejeros, representantes de la prensa,
radio, televisión, y demás invitados, que la Cámara ha sido un factor
importante en el desarrollo pujante del comercio.

Asimismo, exhorté a todas las fuerzas vivas de la ciudad a estrechar cada


día más los lazos de unión entre ellas, a coordinar esfuerzos y a trabajar
más para acelerar el desarrollo de Jalisco y contribuir así al progreso de
todo el país, basando nuestra labor en una autentica justicia social. Así,
todos unidos: Gobernantes, gobernados, trabajadores, empresarios,
profesionistas, estudiantes y pueblo en general podríamos entregar a los
que vinieran después de nosotros la herencia que recibimos, superada y
acrecentada. Así finalicé mi intervención.

Honradamente, creo que muchos de los deseos y aspiraciones que


manifesté en aquella ocasión, se fueron haciendo realidad con el paso de
los días.

En el Mes de Octubre, en una comida cuyo motivo no recuerdo, le comente


al señor Gobernador del Estado, Lic. Francisco Medina Ascencio, mis
intenciones de iniciar las obras de remodelación de las instalaciones de la
Cámara. Yo conocía la simpatía del Lic. Medina Ascencio por nuestra

71
institución, y le extendí una atenta invitación para que colocara la primera
piedra. El me respondió “Me gustaría colocar la ultima piedra, pero en este
caso con mucho gusto voy, me avisas, ya empiece”.

A los pocos días, en presencia del Consejo, de invitados y funcionarios, el


señor Gobernador, con la sencillez y amabilidad que lo caracterizan, a
invitación mía tomo el pico y desprendió al golpe un pedazo de una de las
gruesas columnas, con fuerza, dos o tres veces. Más bien diría yo que fue
con entusiasmo y mucha fe para realizar y llevar a feliz termino el proyecto
aprobado por el consejo directivo. Todos estábamos concientes de que era
ya inaplazable e indispensable la completa remodelación del edificio.

En algunos Consejos anteriores se había hecho en dos o tres ocasiones el


intento e realizar la obra. Había maquetas, proyectos presupuestos, pero no
se por que todo quedo en buenos deseos.

Pienso que el problema era económico. El edificio estaba Hipotecado,


quedaba poco por pagar (durante mi gestión se libero la hipoteca), pero no
había dinero; y no solo eso, se debía a los bancos y los ingresos por
concepto de registro y cuotas eran menores que lo egresos. Era muy
explicable la situación, pues cada día se daban mas servicios a los
asociados y, en consecuencia, aumentaban los gastos. Además, todo
aumentaba, y las cuotas seguían fijas.

Con todo, no había dinero sobrante para pensar en construir. Nadie se


animó, y nadie construye con miedo, con pesimismo. Con bordar en el
vacío no se hacen obras; sin decisión, no cabe la posibilidad de realizar
nada.

Antes de pasar adelante con el tema e la remodelación de las instalaciones


de la Cámara, me voy a permitir recordar someramente algunos
acontecimientos que antecedieron a mi elección como Presidente del
Consejo Directivo.

Unos días antes de la elecciones, me habló por teléfono a mi casa el dilecto


amigo Don Miguel Moragrega: “Estamos en el Club de Industriales, Luís
Plasencia, Enrique Watanabe, Ricardo Valencia (y tres o cuatro personas
más cuyo nombres se me escapan por el momento); Luís y yo queremos
que nos invites a tu casa a tomar coñac”. Desde luego yo vi. con mucho
agrado la confianza de Miguel, y fue un placer para mí recibir a dos
distinguidos y caballeros amigos. Llegaron, les di un sincero abrazo de
bienvenida, y después de cordiales saludos me dijo Miguel: -Mira, Alberto,
nos reunimos las personas que ya te mencione para ponernos de acuerdo

72
sobre el sucesor del Presidente de la Cámara, y después de tener un amplio
cambio de impresiones, todos estuvimos de acuerdo en apoyarte: queremos
que tú seas el Presidente cuenta con nosotros, pero con una condición.
-¿Cómo Miguel, condicionada?, conteste yo.

-No, sólo te pedimos que no influyas en la designación de los demás cargos


a favor de ninguna persona, deja que sean electos por libre votación.
A mi me pareció correcta, razonable, la proposición. En realidad todos eran
mis amigos, y así se lo manifesté.

Yo me sentí satisfecho con la inesperada visita de mis dos excelentes


amigos, por el hecho de su espontáneo apoyo (después por el desinteresado
y decidido respaldo que me brindaron a lo largo de mi gestión como
presidente).

El día 9 de Enero de 1968 se celebro la primera sesión de Consejo con los


diez miembros que quedaron del anterior y los diez entrantes (solo se
renueva la mitad del consejo cada año). Es costumbre en las elecciones de
la Cámara que el presidente que esta por salir pregunte si alguien tiene
alguna plantilla, y si nadie la tiene, pide que se propongan nombres para
ocupar el cargo de presidente.

No recuerdo con exactitud si fue Miguel Moragrega quien me propuso se


hizo la votación y resulte electo por unanimidad. Yo sabia que contaba con
la mayoría, pero no esperaba la unanimidad. Al agradecer a todos su
confianza, les prometí no defraudarlos y les ofrecí dedicar todo mi
esfuerzo, todo el tiempo necesario, las veinticuatro horas del día si así lo
requería mi responsabilidad.

Afortunadamente, gracias a Dios y a la franca colaboración de todos mis


compañeros de consejo, de los funcionarios y demás personal de la
Cámara, cumplí mi promesa.

Me propuse trabajar intensamente para salir con dignidad de mi cargo y


nuevamente lo digo: gracias a Dios, salí con honor y con honores, los
honores yo no los busque; fueron una deferencia de mis amigos y colegas
del consejo.

El consejo quedo formado por las siguientes personas.

PRESIDENTE Sr. Alberto Guerra Guerra


PRIMER VICE-PRESIDENTE Sr. Luis Plasencia Vazquez
SEGUNDO VICE-PRESIDENTE Sr. Enrique Watanabe

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TESORERO Sr. Don Jesús Huerta García
SUB-TESORERO Sr. Don Arturo Godinez
SECRETARIO Sr. Don Ricardo Valencia
SUB-SECRETARIO Sr. Don Pedro R. Bruner
CONSEJEROS
Sr. Don Miguel Moragrega Jr. Sr. Don Mario Garcia Ulloa
Sr. Don Leopoldo Amutio de Diego Sr. Don Bernardo Anguiano B.
Sr. Don Alfonso Chalita Bitar Sr. Ing. Jaime Varon
Modiano
Sr. Don Alfonso Diaz Morales Sr. Don Jose Trillo Lomeli
Sr. Ing. Ramón Becerra Godinez Sr. Don Arturo Camarena L.
Sr. Don Adolfo Rojas Mora Sr. Don Manuel Monraz R.
Sr. Don Ramon Ramos Garcia.

Después de esta pequeña regresión continuo con el tema de la


remodelación.

Como llevo dicho, la situación económica de la Cámara no era muy


boyante, más bien era apremiante. En el consejo anterior se había hablado
mucho del proyecto de remodelación, pero todo quedo en el aire igual que
las acciones anteriores en que se había tocado el punto.

Yo tenía el firme propósito de atacar esta obra, que era ya tan necesaria, y
elabore un plan de financiamiento, que consistía en reunir la cantidad de 1
´500,000.00 pesos aproximadamente, de la siguiente forma: hacer una lista
de comerciantes socios de la Cámara, de quienes nosotros consideramos
que darían gustosamente su cooperación para los fines ya mencionados.

Se elaboro una lista de posibles cooperadores de 10,000 pesos; otra de


posibles aportadores de 5,000 y otra más de prospectos a cooperar con
3,000.

Pensando y repensando en la manera de realizar la idea, llegue a la


conclusión de que no convenía tratar el proyecto en una sesión de consejo;
allí iba a toparme con veinte opiniones diferentes: que si no seria mejor
vender el edificio y construirlo en otro lugar, que si no seria mejor
hipotecarlo, que se va a pedir mucho, o que es poco, que muchos no van a
dar y a la mera hora no se concreta nada, en fin.

Desde luego las opiniones de tan respetables compañeros tenían que ser
escuchadas, pero la experiencia enseña que cuando las cosas se plantean de
esa forma, generalmente no se llega a ningún acuerdo. Casi siempre hay

74
divergencia; opiniones de buena fe, quizá algunas por no cooperar, pero
siempre es difícil llegar a un consenso.

Para mí era de vital importancia el contar con el decidido apoyo de todos y


cada uno de los integrantes del Consejo Directivo, y para evitar que se
diluyera el plan que ya había concebido, opté por invitar a los consejeros
individualmente a tomar un café a la Cámara, para cambiar impresiones en
torno al ya tantas veces repetido programa de trabajo.

Al primero que invite fue a Miguel Moragrega, previa una breve


explicación de mis planes, que puse a su consideración para conocer sus
puntos de vista sobre la forma de obtener el dinero.

Don Miguel, que no necesita de muchas explicaciones, rápido tomó un


papel y anotó varios nombres en la lista de 10,000 pesos, poniéndose el a
la cabeza. No cabe duda que es un gran amigo y un gran ejecutivo.

Lo mismo hice con mi estimado amigo don Luís Plascencia; con


entusiasmo acepto la forma planeada y se apuntó también en la lista de
prospectos cooperadores. Y así sucesivamente fui cambiando impresiones
con el resto de los consejeros, que respondieron con mucho gusto y
voluntad de participar activamente en el área correspondiente a cada uno.

En la siguiente sesión de Consejo rendí un amplio informe del proyecto,


del costo, de la fecha e iniciación de la obra, y de la invitación al señor
Gobernador del Estado para inaugurar los trabajos, invitación que, como
ya he mencionado, acepto gustosamente el Lic. Francisco Medina
Ascencio.

No hubo alguna objeción a lo expuesto y todos nos pusimos a trabajar con


ganas para cumplir con el compromiso adquirido.

Quien más, quién menos, todos cumplimos con nuestra comisión. Gracias
a todo el Consejo, a los señores expresidentes, a los funcionarios de la
Cámara y principalmente, a todos los que generosamente aportaron los
fondos económicos, fue posible llevar a la realidad un viejo anhelo de la
Cámara. Así quedó demostrado una vez más que con la unión de
voluntades todo se puede hacer.

No sólo me ocupé de la construcción y el financiamiento de la obra; hubo


infinidad de problemas que atender y resolver. Tenía prácticamente todo mi
tiempo dedicado a la Cámara. Además, tenía que asistir a las sesiones de la
extinta Junta Coordinadora de la Iniciativa Privada, que estaba integrada

75
por todos los Presidentes de las diferentes Cámaras, y la cual tuve también
el honor de presidir. Las juntas de la Confederación de Cámaras
Nacionales de Comercio también reclamaban mi presencia, lo mismo que a
Confederación de Cámaras del Estado de Jalisco, en la que fungí como
primer Presidente.

Los problemas que se suscitaban eran serios, me preocupaban, y yo me


esforzaba en la medida de mis capacidades para resolver y tratar de
hallarles una solución junto con los demás compañeros del Consejo.

Fue un año de intensa e ininterrumpida actividad. No me acuerdo de


alguien que haya acudido a la Cámara con algún asunto, que no se le
atendiera y se le ayudara a solucionar su problema. Esto fue posible, repito,
gracias a la estrecha colaboración de los Señores consejeros.

Creo que todavía no se aprecia a la Cámara en todo lo que vale; y


corresponde a nosotros, los asociados, poner en alto su positiva actuación y
corregir sus fallas, que muy humano es tenerlas. Es muy cómodo criticar,
actuar es lo difícil, ni duda cabe.

Todos los presidentes y los Consejeros que han pasado por la Cámara han
imprimido a su gestión el sello de su personal estilo; le dedicaron su
tiempo, su esfuerzo y le consagraron su talento y cariño.

Todos ellos, cada uno ante las diferentes exigencias de su época, han
servido con desinterés y con acierto, cumpliendo así su delicada misión. A
todos se debe la seriedad de la institución y su firme trayectoria de
servicio, fiel a la Leyenda que ostenta su escudo: “EL COMERCIO AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD”.

Fue muy honroso para la Cámara el que su Eminencia, el Señor Cardenal


Don José Garibi Rivera, se dignara bendecir las obras de remodelación del
edificio y dar realce con su presencia a la ceremonia de inauguración.

En la cena que se ofreció en su honor a la que asistieron relevantes


personalidades, me toco la gran satisfacción y alegría de sentarme a su lado
y al lado del Excelentísimo Señor Obispo Don Francisco Javier Nuño. Fue
sumamente grato conversar con ellos durante el convivio y escuchar los
inmerecidos elogios que hicieron de mi persona, lo cual demostraba a
todas luces el gran cariño que sentían por la Institución.

Por otra parte, fue altamente satisfactorio que el señor Ministro de


Industria y Comercio, Lic. Octaviano Campos Salas, aceptara venir a la

76
inauguración del edificio y develar la placa conmemorativa del
acontecimiento.

El señor Ministro vino acompañado de don Francisco Cano Escalante,


Presidente del a Confederación de la Cámara Nacionales de Comercio del
País (que agrupaba entonces a 260 Cámaras).

También asistieron el señor Don ,


presidente de la Cámara de Comercio de la ciudad de México; el señor
Gobernador del Estado, Lic. Francisco Medina Ascencio; el señor Efraín
Urzúa Macías, Presidente Municipal de Guadalajara; todos los ex
presidentes consejeros y ex consejeros de la Cámara, y destacadas
personalidades del comercio, la industria y la banca, tanto como del sector
privado como del oficial.

Debo decir que todos los actos, al final de mi gestión, se llevaron acabo sin
el menor tropiezo, gracias a la capacidad de organización y a la eficiencia
que siempre han caracterizado a los funcionarios de la honorable
institución. Todo salió perfecto, mi reconocimiento.

Antes de terminar el ejercicio del consejo, yo tenía en mente el proyecto de


adquirir la propiedad que se encuentra a espaldas de la Cámara por
considerar que en el futuro seria indispensable la ampliación de las
oficinas, pues los servicios aumentaban día con día.

Comenté el asunto con algunos de los consejeros y con don Enrique Varela
Gerente de la institución (en mi gestión se le ascendió a Director General),
e hice la sugerencia pertinente para que la tuvieran en cuenta los Consejos
siguientes pues a mí apenas me ajusto el tiempo para terminar la obra de
transformación completa en la fisonomía y el funcionamiento de la
Cámara, obra con la que ganó el Arquitecto Marco Aldaco en un concurso.

Los trabajos se habían iniciado el primero de Julio, y fue necesario jugar


carreras con el tiempo, sin escatimar energías, para cumplir puntualmente
con nuestra responsabilidad.

Así terminaron los trece meses de mi gestión como Presidente del Consejo
Directivo de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, entré con el
pie derecho y salí derecho.

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OCTAGÉSIMO TERCER ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA
CÁMARA NACIONAL DE COMERCIO DE GUADALAJARA

Con tal motivo recibí una comunicación en la que se me pedía mi opinión


sobre el desarrollo de la CANACO, la misma pregunta fue formulada a
todos los ex-presidentes.
Lo que le dije entonces, considero que tiene hoy la misma vigencia. Lo
transcribo textualmente.

“No basta pensar alto ni sentir hondo, hay que pensar de modo distinto y
sentir de manera diferente. La institución que no quiera atrofiarse tiene que
avanzar de transformación. Si la Cámara se hubiera estancado, se habría
extinguido. Afortunadamente, con el renovado esfuerzo, y a pesar de todas
las vicisitudes, sigue abriéndose paso, colocándose firme, incólume,
vigorosa al cumplir sus ochenta y tres años de vida.

Crear, siempre crear este es y ha sido su propósito desde su fundación, con


el objeto de ensanchar sus horizontes. El comercio organizado debe
regocijarse se sus éxitos.

El clima los ideales se pueden expresar con una sola frase: interrumpir la
monotonía. Nuestra Cámara lo ha logrado, su postura ni ha sido ni será
nunca la sumisión, sino el sostenimiento de un contacto permanente con
sus asociados, tratando de buscar siempre la unificación de criterios con el
loable fin de lograr una superación constante, superación que ha
desembocado en un beneficio colectivo de gran envergadura, ejemplo
palpable de este beneficio comunitario es el centro comercial mas
importante de Íbero América “Plaza del Sol”.

La Cámara de Comercio debe sentirse orgullosa de sus éxitos, como ya lo


apuntaban unas líneas arriba, en vez de lamentar las pequeñas fallas que ha
tenido, y que son muy propias de la naturaleza humana. A nada conduce
quejarse, debemos ocuparnos mejor de estrechar cada día los vínculos que
nos unen a nuestra Cámara, problemas los ha habido siempre, y surgen
nuevos cada día, pero es mas consecuente ayudar a encontrarles una
solución adecuada y justa, que protestar por ellos.

Todo aislamiento es signo de decadencia; en cambio, con el dialogo se


renuevan las ideas, se destruye la rutina y se reorienta el sentido de lucha.

Mucho se ha hecho, muchos son los logros tangibles e intangibles, seria


muy prolijo enumerarlos. No obstante, queda todavía mucho por hacer, y

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de nosotros, los comerciantes, depende que esta nueva etapa de la vida de
nuestra Cámara sea ascendente y acelerada”.

BREVE HISTORIA DE “CRUZ ROJA”

COMO LLEGUÉ A FORMAR PARTE DE LA BENEMÉRITA CRUZ


ROJA

Breve historia de “CRUZ ROJA”

En la mente del joven Suizo Juan Enrique Dunant nació la idea de la Cruz
Roja, cuando presenció la horrible y sangrienta batalla de Solferino en
Italia del Norte, un 25 de Junio de 1859 los heridos sin ningún auxilio
esperando lenta y dolorosa muerte, se conmovió tanto ante ese cuadro
sangriento, que lo inspiro a escribir un libro, MEMORIAS DE
SOLFERINO” que a su vez conmovió la conciencia del mundo; en las
ultimas páginas de sus memorias, sugirió una serie de soluciones prácticas
para remediar las terribles circunstancias descritas y estas recomendaciones
hicieron surgir las agrupaciones de socorro como organizaciones
nacionales.

Firme a su ideal, Juan Enrique Dunant hizo posible la conferencia


internacional de Ginebra de Octubre de 1863, durante la cual se fundó la
Cruz Roja.

El día 2 de Junio de 1906 se reunieron treinta y seis Países, incluyendo


México para dar cima a la convención de sesenta y cuatro Países y al
terminar esa importantísima reunión el día 5 de Julio del mismo año,
surgió el más noble espíritu humanitario, con el nacimiento de Cruz Roja
de Ginebra.

Nuestro Gobierno consciente de la importante función de la benemérita


Institución, ratificó lo acorado en la convención efectuada el día seis de
agosto de 1907 y definitivamente el 17 de febrero de 1910 fue constituida
la Cruz Roja Mexicana y reconocida legalmente por el Gobierno el día 21
del mismo mes por decreto número 401.

A finales de 1913 cuando las fuerzas revolucionarias del General Álvaro


Obregón avanzaban triunfantes hacia Guadalajara se sentía la urgente
necesidad de los humanitarios auxilios de la Cruz Roja. Por las noticias de
los acontecimientos de la lucha armada y como consecuencia de las

79
sangrientas batallas, muchos heridos quedaban en los campos desiertos,
clamando el auxilio de una mano generosa, pero fue hasta los primeros
meses de 1914, se organizó un grupo de voluntarios que por conducto del
estudiante de medicina Miguel Paredes Ibarra ofreció al caudillo los
servicios de la naciente institución viajando hasta Tepic Nayarit.

El día 5 de Junio de 1914 cuando el General Obregón acepto estos


servicios, nació la Cruz Roja en Guadalajara, instalada en la casa numero
829 de la calle Hidalgo, donde vivía el señor Licenciado Emiliano
Degollado, allí atendió a su primer paciente que fue el capitán Claudio
Fox.
El segundo local estuvo en los altos de la Farmacia Corvera por la Avenida
Corona, frente a Catedral. En 1918 se instaló en la casa del colegio de las
Damas por la calle Hospicio en donde presto sus servicios hasta 1935. En
ese año por razones adversas, la Cruz Roja tuvo que interrumpir sus
valiosos servicios,

Quedando sólo un pequeño grupo de Socorristas quienes coordinados por


el señor Teófilo Cárdenas, trabajando con una sola ambulancia, prestaron
valiosos auxilios en la zona de los temblores de 1941.

Posteriormente en 1942 hubo de cambiarse a un local de la avenida


Libertad, esquina con Escobedo y en 1944 en la casa número 1291 de la
calle Juan Manuel y de allí al edificio en que se encuentra actualmente, el
cual fue inaugurado el día 3 de Marzo de 1951 por el entonces Presidente
de la República Licenciado Miguel Alemán Valdez, siendo Gobernador del
Estado Licenciado Jesús González Gallo y Presidente Municipal Ángel F.
Martínez, Presidente de la Institución Doctor Juan I Menchaca, Director
Médico Gustavo Bayardo Anzar.

En sus sesenta y nueve años 1913-1982 ha salvado muchísimas vidas, sin


ella se hubiera tenido que lamentar el tremendo dolor a muchos la pérdida
de sus seres queridos.

En los últimos treinta y dos años 1942-1974, se prestaron los siguientes


servicios:

SERVICIOS MENSUALES

EN 1942 que Guadalajara tenía 265,289 Habitantes se prestaron 960


1952 450,258 4,032
1965 969,889 9,565

80
1968 1´107,586 13,441
1969 1´153,485 15,637
1970 1´199,391 17,362
1971 1´245,297 17,886
1972 1´291,203 19,766
1973 1´337,109 22,944
1974 1´500,000 23,374

Es así como Cruz Roja Guadalajara en los últimos treinta y dos años ha
prestado aproximadamente UN MILLÓN, OCHOCIENTOS TREINTA Y
DOS MIL SERVICIOS.

CRUZ ROJA MEXICANA DELEGACION GUADALAJARA


Datos Sobre la donación del terreno en donde actualmente se encuentra el
edificio de la Institución.

Siendo presidente Municipal el Sr. Heliodoro Hernández Loza, en la sesión


de Cabildo del Ayuntamiento de Guadalajara el día 14 de Octubre de 1948
se le dio entrada a la solicitud presentada por el Dr. Juan I Menchaca y el
Lic. Enrique Camarena G. Presidente y Secretario respectivamente e la
delegación para recibir a título gratuito el mencionado terreno, que ahí se
señala de una superficie de 3,164 metros cuadrados.

Se elevó instancia ante el congreso del Estado y fue Autorizada la


donación bajo decreto 5427 del lº de Enero de 1949, siendo Gobernador
del Estado el Sr. Lic. J. Jesús González Gallo. La donación se acreditó
según escritura de la Notaria Pública Número 21 del Lic. Gilberto Moreno
Castañeda.

Proyectó y construyó este edificio el Sr. Ing. Jorge Matute Remus sin
cobrar nada.

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Si la Cruz Roja dejara de prestar servicios se levantarían voces de protesta,
quieren que Cruz Roja permanezca vigilante las 24 horas para prestar sus
humanitarios servicios, pero los vigilados se despreocupan de su vigilante.

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COMO LLEGUÉ A FORMAR PARTE DEL CONSEJO DE LA
BENEMÉRITA CRUZ ROJA

En los últimos días de mayo de 1971 recibo una llamada telefónica de mi


estimado amigo J. Trinidad Águila Zepeda para invitarme a colaborar con
el en la Benemérita Institución me leyó la lista de las personas que había
invitado para integrar el Consejo la mayoría mas bien todos me eran
conocidos y algunos de ellos amigos. Le rogué que me disculpara
valiéndome de todos los argumentos que pude que no me era posible
aceptar me insiste y me dice las veinte personas que le acabo de mencionar
aceptaron con gusto yo estaba seguro que contaría con Usted y que no se
iba a negar como lo manifesté en un principio usted va a ser mi brazo
derecho como primer Vicepresidente la verdad no me quedo otra
alternativa que aceptar no por la Vice Presidencia si no por muchas otras
razones entre ellas siendo yo presidente de la Junta Coordinadora de la
Iniciativa Privada integrada por los presidentes de todas las Cámaras de
Guadalajara (era el Sr. Águila Zepeda Presidente de la Cámara Regional de
la Industria del Calzado y yo de la de Comercio) siempre encontré de su
parte solidaridad y apoyo en las sesiones además cuando estábamos en la
reestructuración del edificio de la Cámara Nacional de Comercio de
Guadalajara sin que se le haya hecho mención ni la más m
mínima insinuación de cooperación económica me preguntaba ¿Cómo va
la obra mi presidente? Presidente de presidentes me saludaba siempre así la
respuesta vamos bien mi estimado Vice (en ese entonces Don Trinidad era
Vicepresidente Municipal de Guadalajara) que bueno mándeme un recibo
por Diez Mil Pesos.

Poco tiempo después nos encontramos en una gira que realizaba el


Presidente Municipal Lic. Efraín Urzúa Macias estando también el
Vicepresidente el sr. Águila Zepeda en el ómnibus me hace de nuevo la
misma pregunta ¿Cómo va ese edificio y como anda la Lana? la respuesta
fue vamos saliendo a que mi presidente mándeme otro recibo por otros
diez mil pesos en forma tan espontánea claro le agradecí mucho ese gesto
de buena voluntad y desprendimiento así era don Trinidad Águila Zepeda
que en paz descanse.

Con tan sólo lo que llevo dicho basta para no poderme negar más a
participar en la noble tarea que se proponía llevar acabo en la altruista
labor Cruz Roja.

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Tomó posesión como presidente del consejo Directivo de dicha Institución
el día 31 de mayo de 1971 y su lamentable, doloroso y prematura muerte
en Chapala Jalisco en agosto 7 de 1972.

En el transcurso de su gestión de un año tres meses no le falle a ninguna


sesión ni a ninguna comisión que se me encomendara era bien
intencionado estaba dotado de un gran espíritu de servir la Institución tenía
muchas carencias y problemas que el se preocupaba por solucionar era un
hombre inclinado a hacer el bien.

Con motivo del lamentable y sorpresivo fallecimiento de mi amigo sentí


que mi compromiso había terminado además de mi quebrantada salud
decidí renunciar a mi cargo dos o tres días después de mi renuncia vinieron
a mi oficina los señores Lic. Fernando Silva Sahagún Secretario del
Consejo Don Víctor Flores Horta y Don Guadalupe Benavides Vocales
comisionados por el consejo para tratar de convencerme que retirara mi
renuncia que iba con carácter de irrevocable estuvieron más de dos horas
insistiendo por mi parte les agradecí su confianza sus atenciones sus
inmerecidos elogios a mi persona argumentando que yo estaba retirado de
toda actividad por prescripción Médica y que no podía aceptar ese honroso
cargo (presidente del Consejo) por la sencilla razón de no poder dedicarle
el tiempo necesario que pensaran en otra persona que tuviera el tiempo
suficiente para atender esa gran responsabilidad manifestándoles que todos
los integrantes del consejo reunían todos los méritos para el caso.

En virtud que no cedía y apenado les exprese que tuvieran la bondad de


dejarme pensarlo unos días para resolverles con la esperanza de que
pensaran en otra persona. Pasaron los días de nuevo estuvieron en mi
despacho inquieren ¿Qué ha pensado? Lo mismo me da mucha pena con
ustedes que se han molestado lo he pensado bien y la verdad no puedo
hacerme cargo de una Institución que requiere de todo el tiempo y toda la
atención. Después de este cordial y amistoso diálogo me invitaron a comer
acepte acompañarlos conciente de que tenían el propósito de seguir
insistiendo sobre lo mismo y efectivamente así fue volvieron a la carga
repitiendo los mismos argumento de una y otra parte entre muchas otras
objeciones le hice ver que no podía hacer viajes a México porque me
afecta usted no se preocupe nosotros vamos cuente con nosotros para todo
estamos con usted me cerraron todos los caminos por fin les dije acepto a
condición que cuento con ustedes siempre que no me dejen embarcado e
invitar a cuatro personas a colaborar en el consejo la respuesta fue délo por
hecho reiteraron una y otra vez su apoyo franco y decidido (uno de ellos
sin motivo y sin disculpa no se volvió a parar en Cruz Roja)

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El Secretario Licenciado Silva Sahagún citó al Consejo para elección de
Presidente fui electo por unanimidad el 28 de agosto de 1972 o sea
veintiún días después del fallecimiento del presidente de Cruz Roja Don
Trinidad Águila Zepeda.

El Consejo quedó integrado

Sr. Alberto Guerra Guerra Presidente


Sr. Victor Flores Horta Primer Vicepresidente
Sr. Bernardo Anguiano Barragán Segundo Vicepresidente
Lic. Fernando Silva Sahagun Secretario
Sr. Jesus Huerta Garcia Pro Secretario
Sr. Leopoldo Amutio de Diego Tesorero
Sr. Jorge Cerda Coronado Pro Tesorero
Sr. J. Guadalupe Benavides Chavez Consejero
Dr. Miguel Gómez Orozco Consejero
Ing. Gustavo Martínez Fuentes Consejero
Dr. Enrique Ruiz de León Consejero
Sr. Pablo Jiménez Camarena Consejero
Sr. Jorge Ríos González Consejero
Sr. J. Guadalupe Romero Gallegos Consejero
Sr. Gustavo Gómez Ibarra Consejero
Sr. Pedro Fernández Torres Consejero
Sr. Adolfo Rojas Mora Consejero
Sr. Martín Barbosa Gómez Consejero
Lic. José Levy García Consejero
Sr. Jesús Huerta Leal Consejero y Comisario
Lic. Luís Enrique Anguiano Pérez Consejero
Dr. J. Antonio Mora Fernández Consejero y Director Medico
Sra. Cristina Aguilar de Agnesi Consejera y Presidente del
Comité de Damas
Sr. Comandante Salvador Mendez M. Jefe de cuerpo de Socorristas
Ing. Hugo Max Cueto Lugo Presidente Cruz Roja de la
Juventud

En esa primera sesión puse a la consideración del consejo la conveniencia


de que se practicara una auditoria con el único fin de que al asumir esta
responsabilidad partir de una base en cuanto a Ingresos y Egresos,
compromisos, necesidades e inventarios en una palabra era indispensable
saber exactamente en que condiciones íbamos a recibir la Institución
además propuse que por sistema se implantara la obligación e hacer
auditoria cada cambio de consejo ambas propuestas se aprobaron por
unanimidad.

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Para cumplir con ese acuerdo el Sr. Amutio y el que esto relata nos
pusimos en contacto con el Sr. C.P.T. Alberto Esponda para solicitarle
practicara una minuciosa Auditoria acepto y ofreció enviar a los más
experimentados de su equipo dado lo complejo que resultaba que resultaba
una rescisión de esa índole Esponda era amigo nuestro por lo que
confiamos en una especial atención se llevo una estricta revisión y el día
17 de Febrero de 1973 entrego al Sr. Tesorero Don Leopoldo Amutio
preliminares observaciones nada satisfactorias y el 26 de marzo del mismo
año el resultado final fue que se había encontrado anomalías que eran no
sólo necesario corregir si no una urgente reestructuración general en todas
las áreas que no estimo necesario transcribir.

De inmediato se acordó que todos los ingresos fueran recibidos por la


cajera principal reducir a dos máximo las ocho cuentas bancarias existentes
entre otras disposiciones por unanimidad del consejo se acordó tener el
más estricto control en todas las áreas susceptibles de anomalías por otra
parte el CPT Alberto Esponda recomendó la separación de las personas
responsables por la falta total de control en el manejo de la buena marcha
de la Institución Concientes y convencidos el consejo pleno de lo señalado
en dicha auditoria se determino cumplir de inmediato esa recomendación.
Nos percatamos que para atender a Veintitrés mil quinientas personas
mensualmente que requieren de la atención adecuada y necesaria eran
insuficientes las instalaciones por lo que el Consejo Directivo Propuso
ampliar y mejorar las áreas dotándolas de equipos modernos de Rayos X
(el que había era mas viejo que el cañón de San Blas que aún se encuentra
en ese lugar de recuerdo) sala de terapia intensiva así como Quirófanos,
salas de curaciones, salas de espera (de Vicepresidente me mortificaba ver
a tantas personas esperando su turno en un espacio frente al edificio porque
no cabían en la reducida sala de espera, fue tal vez una de las razones que
motivaron nuestra decisión para la ampliación que consideramos no sólo
necesaria sino indispensable otro recuerdo se me vino a la mente años atrás
un carro de mano atropelló a mi Padre fue a dar a la Cruz Roja cual fue mi
sorpresa al encontrarlo en uno de los pasillos tirado en un petate en el
suelo, había otros accidentados en las mismas condiciones parece que ese
día estaba saturado el espacio de la benemérita Institución) Concientes de
que cada día se requería de más espacio habiendo la posibilidad de
aprovechar el jardín lateral era indispensable establecer relaciones con
organizaciones filantrópicas así como amplia y franca comunicación con la
sociedad en general y principalmente con los que poseen el potencial
económico para lograr ese propósito era necesario dar a conocer las
actividades, fines y logros para reafirmar la simpatía por esta loable labor
motivándolos a participar con sus donativos por lo que era absolutamente

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necesario llevar acabo en forma permanente estas actividades a fin de
fortalecer las finanzas de la Institución por demás indispensables para su
humanitarios servicios.

Pero ¿Cómo hacerlo? Si no había dinero y no sólo eso sino que venía
arrastrando un pasivo de $ y los proveedores de medicamentos ya
no surtían los pedidos o lo hacían a cuenta gotas (y con mucha razón) los
señores Levy a los que mas se debía en justicia hay que reconocerles su
paciencia y su buena voluntad para Cruz Roja cuando posteriormente la
institución empezó a obtener ingresos por diferentes conceptos que en otra
página se detallan se pagó a todos los proveedores a los señores Levy se
les liquido si mal no recuerdo en dos o tres partidas y en forma totalmente
espontánea nos hacían un donativo de cinco o diez mil pesos en cada
entrega de un abono.

Planteado al Consejo la situación general en la que se encontraba la


benemérita surge la interrogante ¿Cómo llevar acabo nuestros bien
intencionados deseos de hacer algo por nuestros semejantes? Que
requerían los auxilios de una lamentable y dolorosa emergencia se tenían
tantas carencias.

Propuse al consejo y se aprobó por unanimidad solicitar la ayuda del


Gobierno del Estado concientes del espíritu humanitario que caracteriza al
señor Gobernador Lic. Alberto Orozco Romero y confiados plenamente de
tener favorable respuesta a nuestra petición previa cita nos recibió puntual
y amablemente (ya se sabe una visita de representantes de Cruz Roja
significa pedir dinero y no siempre las puertas se abren de buena gana sin
embargo casi siempre se logra que los corazones nobles respondan
favorablemente) el señor Gobernador tuvo la atención y la paciencia de
escucharnos más de media hora la amplia y clara exposición de nuestros
planes y la imperiosa necesidad de llevarlos acabo urgía equipo de rayos X
sala de terapia intensiva, quirófanos, sala de espera de curaciones espacio
para Cruz Roja de la Juventud para ahorrar la renta del local que ocupaban
fuera de la Institución así como integrarlos a la misma. Le aseguramos que
la cantidad de QUINIENTOS MIL PESOS que le pedíamos no se iban a
destinar para pagar los pasivos que ya le habíamos informado nos
comprometíamos formalmente a destinarlos única y exclusivamente a la
ampliación y equipos antes mencionados. Estuvo muy atento a nuestra
exposición en forma muy gentil y atenta muy particular del Lic. Alberto
Orozco Romero nos dice que lamenta mucho tratándose de Cruz Roja no
poder otorgarnos la cantidad arriba mencionada a insistencia nuestra
acepto ayudar para nuestro proyecto con TRESCIENTOS MIL PESOS en
partidas semanales le agradecimos su comprensión y su valiosa aportación

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manifestándole que con su cooperación y sus palabras nos alentaba a
continuar con nuestra desinteresada tarea.

No recuerdo si un día o dos después de estar en palacio con el señor


Gobernador me llaman por teléfono a mi casa de parte del señor
gobernador, no me encontraba en ese momento al llegar me dan el recado,
me reporto; lo primero que me dice con la singular caballerosidad que lo
caracteriza le agradezco que haya atendido mi llamado me dice Sr. Guerra
me han informado que la idea de la ampliación del edificio es por iniciativa
suya, o fue por acuerdo del consejo le aclare que fue por decisión unánime
del consejo Me dice por qué no hacen un edificio nuevo? La respuesta fue
es una magnifica idea pero para eso señor se requiere de una fuerte
inversión y en consecuencia de una fuerte ayuda además no es de momento
conveniente interrumpir los numerosos servicios Me dice le parece si
después hablamos no recuerdo bien si por teléfono o personalmente me
informa la cantidad que le ofrecí se va a ejercer a través de la Dirección de
Obras Públicas del Estado desde los proyectos y construcción. Nos pareció
magnifica, estupenda la proposición así nos evitamos muchos problemas
además abrigamos la esperanza de que una vez agotada la partida ofrecida
lograríamos otra aportación para no parar la obra. No fue así no se pudo
obtener el Ing. Abel Villa Director de Obras Publicas del Gobierno del
Estado nos informó que la dependencia a su cargo ya había cumplido con
lo estipulado.

La mencionada dependencia había otorgado la ejecución del proyecto al


Ing. Enrique Laos a quien pedimos continuar el desarrollo de la obra
además afortunadamente contábamos con en Consejo con el Ing. Gustavo
Martínez Fuentes.

Mucha gente involucra las anomalías y fallas de la agencia del Ministerio


Publico indebidamente a la Cruz Roja pues sus funciones son totalmente
distintas entre otros muchos que a diario suceden en dicha agencia me
viene a la memoria años atrás uno de mis hijos camino a la universidad
recogió en su auto en Avenida Vallarta a un compañero al joven Jorge
Menchaca una cuadra antes de llegar choco con un camión de esos que son
tripulados por choferes. Muy irresponsables que se atravesó sin ninguna
precaución y a gran velocidad como de costumbre el chofer se escapó a
consecuencia del golpe el joven Menchaca es arrojado a media calle como
siempre sucede en esto lamentablemente accidentes se junta la gente a
curiosear le decían a mi hijo pélate antes de que te detengan no quiso dejar
a su amigo espero que llegara la ambulancia y la Autoridad detuvieron a mi
hijo José y a curación a su amigo mientras lo atendían los médicos de la
benemérita el agente del ministerio público con poco criterio como

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siempre sucede encerró a mi hijo en una celda que da asco describir los
animales se asfixian en ese nauseabundo lugar afortunadamente a los diez
minutos llegue acompañado del Lic. Felipe Vázquez del Castillo pedí al
agente del ministerio público se me informara donde estaba detenido mi
hijo le respuesta fue encerrado proteste enérgicamente y exigí verlo ordeno
al policía que abriera la pocilga estaba el y un pobre joven drogadicto o
alcohólico se notaba por su aspecto abotagado amoratado.

Encarcelar a un joven estudiante por un accidente de transito que no tuvo


la culpa y tampoco ninguna consecuencia pues su amigo se encontraba
ileso y no pedía nada en contra el.

Tenia amistad con la familia Menchaca de muchos años cuando le digo a


doña Anita mamá de Jorge yo me hago cargo de cualquier gasto que sea
necesario me dice Don Alberto no se preocupe mi hijo no tiene nada esta
bien sólo el susto su hijo no tiene la culpa es un percance que le puede
pasar a cualquiera. Mientras Cruz Roja cumple su benefactora misión reina
la arbitrariedad en la Autoridad carente del mes elemental criterio ¿Tiene
que ver Cruz Roja en esos Abusos? No definitivamente y categóricamente,
No. Como están pegadas las Oficinas del Ministerio Publico a la
Institución la involucran con la Cruz Roja.

En una de las colectas domiciliarias en un sobre en lugar de dinero traía un


papel que decía COMO QUIEREN QUE AYUDE DESPUÉS DE LO QUE
ME HICIERON EN EL MINISTERIO PÚBLICO?

Afortunadamente a base de trabajo y de dar a conocer a la ciudadanía con


el apoyo de la prensa, las carencias de la Cruz Roja logramos nuestra meta.
Durante el lapso de nuestra administración de dos años nueve meses se
proporcionaron un total de 770,965 servicios y se lograron ingresos para la
institución por mas de $12´000,000.00 millones de pesos procedentes de
cuotas permanentes, ayudas extraordinarias, aportaciones de diversos
benefactores entre ellos de personas que dieron importantes donativos con
la única condición de que no se dieran a conocer sus nombres.

Las ampliaciones y nuevo edificio de la Cruz Roja suman 1,500 metros de


construcción con un costo totalmente pagado superior al millón setecientos
mil pesos, que aunado a los gastos ordinarios de la institución y al equipo
especial de Rayos X, terapia intensiva, etc. dejando también cinco nuevas
ambulancias en servicio, suman poco más de $11´000,000.00 millones de
pesos quedando un remanente de casi un millón de pesos y todos los
pasivos pagados.

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Así el 26 de Junio de 1975 el Sr. Cardenal José Salazar López ante la
presencia de el Consejo directivo, del comité de damas, cuerpo médico,
socorristas y demás personal que labora en Cruz Roja, bendijo las nuevas
instalaciones.

El 30 de Junio de 1975 la Sra. Maria Luisa Bañuelos de Orozco Romero


procedió a realizar la inauguración oficial de las nuevas instalaciones, ante
la presencia del Sr. Gobernador del Estado Lic. Alberto Orozco Romero,
del Presidente Municipal de Guadalajara Lic. Juan Delgado Navarro, del
presidente nacional del Cruz Roja Sr. Enrique Madero, del presidente de
las delegaciones de la benemérita Sr. Alfonso Daniel. Así como de otras
importancias personalidades. Estando también presentes el consejo
directivo, comité de damas, cuerpo medico, socorristas y demás personal
de la benemérita Cruz Roja delegación Guadalajara.

CRUZ ROJA, LAS MÁS NOBLE DE LAS OBRAS, SIGUE


NECESITANDO HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD PARA
PERPETUAR SU ACCIÓN DE ALIVIAR EL DOLOR HUMANO Y LA
PREOCUPACIÓN DE EL HOMBRE POR EL HOMBRE.

IGNORAR LO QUE ACONTECE A NUESTRO ALREDEDOR ES


AISLARSE E IGNORARNOS A NOSOTROS MISMOS.

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