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Carmen Tapia Delgado 12 Febrero de 2012

SILENCIO QUE SE HACE OIR

“El discurso esconde y el silencio revela”

No es algo fuera del saber común que se relacione el ruido con la vida, y el silencio con la
muerte, así también como hay otros que relacionen el silencio con la reflexión, la paz, tal
cual uno ingresa a una iglesia, invitados al silencio, a la oración, o en bibliotecas silencio
acorde a la concentración. Silencio no solo relacionado al lugar, sino también a
situaciones, o silencio que sea parte de algo más, como algo más en la música.

“El silencio en la música que cumple una función invocante” dirá Pablo Fridman, aludiendo
un silencio que no es significación de ausencia, ya que no hay música sin que el silencio
forme parte de ella, ya sea anunciando, o creando tensión, mejor ejemplo de ello son las
composiciones sonoras que acompañan escenas en películas, incluso que anuncian el
venir de un personaje, pero como caer en cuenta de estos, si antes, en el medio o después
no va asociado a un silencio que lo anuncie, es quizás ese silencio que no representa a la
“nada” sino un dar lugar a …, que en el análisis es el silencio que da lugar al despliegue de
la palabra del analizante, a la libre asociación, que bien puedan permitir el silencio en el
analizante que fundan la escansión del significante que resuene en lo real.

Efectivamente atender a la sonoridad supone dejar de lado la coherencia verbal, de modo


tal que las letras que poco dicen en el idioma propio o en otros, se prestan perfectamente
a la acústica musical. No es una observación menor que apunte a un tal “potencial”
musical. Se trata aquí de un despliegue mayor al fenómeno acústico en sí mismo. La
música contiene trazas del sujeto que la produce o escucha en una dimensión tal que se
reconoce como propioen el puro sonido, algo que marca una pertenencia, un lugar en el
Otro (no tratándose para nada de una referencia social de ninguna manera).

El analizante acude a análisis con una demanda, que es siempre demanda de amor, a la
que el psicoanalista no responde, este corresponde con semblante de desecho, semblante
de objeto en el que ancla su goce, con el silencio se hace presente el deseo del que no hay
reconocimiento que es velado por la demanda de amor, y da lugar a un síntoma. Esta
Carmen Tapia Delgado 12 Febrero de 2012

estrategia silenciosa pretende que se haga presente aquello que no tiene forma de ser
articulado en palabras, el deseo.

El analista no solo calla, el analista a-calla su sistema ideacional diferencia entre sus
ideales y el objeto que estos encubren, es decir el deseo del analista, pero no solo consiste
este en silencio, sino también en hacerse oír, cuando la verdadera palabra del sujeto
inconciente irrumpe y se la sanciona, puntuando, realizando corte, mediante el equívoco,
realizando citas del propio sujeto, o con enigmas, sean estos dichos que no
necesariamente digan algo, pero que tengan diversos efectos en el analizante en el sin-
sentido, que redirija hacia otro lado, ya sea escandiendo significante, o hacia otro rumbo.

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