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Se requirió de un proceso, lento, de miles de años para pasar del modo de producción de
las comunidades primitivas al régimen esclavista, estamos hablando de unos tres a cuatro
mil años. Concretamente en el periodo neolítico de la era cuaternaria, situado entre el
mesolítico, y la edad de los metales donde las fuerzas productivas fueron creciendo poco
a poco. Así mismo la densidad de población era cada vez mayor, creando intereses, una
veces comunes y en otras antagónicas entre las diferentes comunidades, que, al
agruparse, surge una nueva división del trabajo, la instauración de órganos que deben
cuidar los intereses comunes y defenderse de los adversarios. Así tenemos que la primera
forma de sociedad clasista, surgida como consecuencia de la desintegración y caída del
régimen comunal primitivo que fue, sin duda alguna, la esclavitud.
b) La construcción tuvo un gran desarrollo; prueba de ello son las pirámides las
cuales las construían por medio de poleas utilizando como elemento principal la
cuerda. Así como la construcción de tumbas egipcias.
c) Se desarrolla la ganadería, con lo que cobra auge el curtido de pieles para vestir,
como ornamento y auxiliar en la construcción.
Hesiodo y Jenofonte
Las ideas de Hesiodo se presentaron oralmente durante el siglo VIII a.C. La obra más
importante atribuida a Hesiodo es una descripción del nacimiento de los dioses, Teogonía.
Según Hesiodo, la escasez no se debe a que los recursos son limitados y los deseos del
hombre son ilimitados sino que es uno de los males que salieron de la caja de Pandora
cuando ésta la abrió. Hesiodo expone sus ideas económicas en Los trabajos y los días,
obra en la que inicia una búsqueda de la respuesta a cuestiones económicas que
prosiguió durante dos siglos. Hesiodo, que era agricultor, estaba interesado en la
eficiencia. Los economistas utilizan el concepto de eficiencia en diversos contextos. Es la
relación entre la cantidad de producción y la cantidad de factores. Se considera que se
logra la máxima eficiencia cuando se obtiene la mayor cantidad posible de producción con
una cantidad dada de factores. Las unidades de medición de la producción y de los
factores pueden expresarse en términos físicos (por ejemplo, quintales de trigo por acre) o
en unidades monetarias (por ejemplo, dólares de producción o de factores). Se puede
adoptar, por supuesto, una perspectiva distinta y medir la eficiencia, no en función de la
productividad, sino en función de los costes (por ejemplo, el coste por acre de un quintal
de trigo o el coste en dólares de una unidad de producción). Podemos decir que se
maximiza la eficiencia cuando se maximiza la producción o se minimizan los costes. Sería
de esperar que a la mayoría de los agricultores y de los productores les interesara la
eficiencia; en efecto, una gran parte de los escritos sobre la eficiencia que datan de
comienzos del periodo preclásico se refiere al ámbito del productor y del hogar. Cuando
se comienza a examinar el tema de la eficiencia de la economía, surgen cuestiones
mucho más sutiles y complejas. En este ámbito, ya no se puede medir la productividad o
los costes en términos físicos y los economistas recurren a medidas monetarias, aunque
no sean totalmente satisfactorias. A los primeros autores no les interesaba la eficiencia de
la sociedad, ya que no llegaron a comprender realmente el concepto de escasez y sus
implicaciones y el concep to de sistema económico. El término economía, derivado del
griego, fue utilizado por Jenofonte como título de su obra Oeconomicus. Sin embargo, tal
como lo empleaban los griegos, se refería a la gestión eficiente del productor o del hogar.
Hesiodo, Jenofonte y otros autores de comienzos del periodo preclásico se ocuparon de
un conjunto de problemas relacionados con la eficiencia del productor y del hogar que
tenían que abordarse antes de que pudieran tratarse las cuestiones mucho más difíciles y
menos obvias de la eficiencia del conjunto de la economía. Es interesante que la
economía como disciplina estuviera bastante bien desarrollada antes de que se
comprendiera perfectamente la eficiencia de la empresa y del hogar (a finales del siglo
XIX, con el uso del análisis marginal y el cálculo diferencial). Jenofonte, que escribió sus
obras unos cuatrocientos años después que Hesiodo, llevó los conceptos de gestión
eficiente mucho más allá que Hesiodo y los aplicó al hogar, el productor, el ejército y la
administración pública. Eso le permitió comprender que es posible mejorar la eficiencia
practicando la división del trabajo. El interés por la división del trabajo prosiguió con otros
autores griegos, entre los que se encuentran Aristóteles y, más tarde, con los escolásticos.
Veremos que Adam Smith reconoció especialmente la influencia de la eficiencia de la
economía y de la sociedad en la riqueza de las naciones.
Aristóteles