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La terapia narrativa:

La Terapia Narrativa fue creada por Michael White, trabajador social australiano, y
David Epston, antropólogo de origen canadiense. El surgimiento de las prácticas
narrativas ocurrió en el seno de los desarrollos posteriores de la Terapia Familiar Sistémica con
un fuerte acento en el significado

La Terapia Narrativa ha sido considerada por algunos autores como una “terapia posmoderna”
puesto que además White & Epston informan su enfoque de los planteamientos del filósofo
postmoderno Michel Foucault (1978) quien sostiene que las tramas o discursos dominantes
son productos de quienes se encuentran en el poder, posición que los pone en ventaja para
construir el significado que las personas adjudican a su vida. La Terapia Narrativa, a su vez,
incorpora una crítica al enfoque sistémico, optando por abandonar el modelo “cibernético” del
ser humano, reemplazándolo por un modelo lingüístico, es decir social, tomando conceptos
del Construccionismo Social

Desde el enfoque narrativo se considera que los consultantes llegan a terapia porque sus
historias “se quebraron” y sus vidas parecen tener poco o ningún sentido. White & Epston
explican que estas historias “quebradas” están enraizadas en discursos culturales dominantes,
son historias que descalifican, limitan o niegan aspectos significativos de su experiencia y su
sentido de identidad (White & Epston, 1993). La Terapia Narrativa es un abordaje terapéutico
que se interesa fundamentalmente en las historias que la gente construye sobre su vida y su
identidad. Este enfoque ve a los problemas como algo separado de la persona (externalización
de problemas) lo cual facilita la re-escritura de vidas y relaciones

White y Epston (1989) usan una gran variedad de documentos terapéuticos como
instrumentos o técnicas con el fin de contribuir a fortalecer las historias alternativas que
surgen en la terapia. Estos autores creen que la mayoría de los documentos escritos sobre los
clientes, por ejemplo, expedientes y reportes psicológicos, contienen descripciones negativas
basadas en un lenguaje de déficit y patología Pueden escribirse también cartas, notas textuales
de la sesión, cartas de recomendación, cartas de predicción, «declaraciones» (por ej.
declaraciones de independencia, de nuevas posiciones, etc.) e invitaciones, entre muchos
otros tipos de documentos. Generalmente son los terapeutas quienes escriben estos
documentos, aunque a veces lo hacen conjuntamente con los clientes. Las cartas pueden
emplearse con diversos propósitos en la terapia, principalmente en una terapia relatada se
utilizan con el objetivo de convertir las vivencias en una narración o relato que tenga sentido,
de acuerdo a los criterios de coherencia y realismo. Los Contradocumentos son documentos
creados para representación de nuevos relatos del cliente, para la consolidación de nuevos
significados acerca de sí mismo. De esta manera se hace consiente la participación en la
constitución de su propia vida, generando un sentido de responsabilidad personal.

el trabajo con testigos externos es una faceta de la Terapia Narrativa que tiene que ver con la
importancia de “contar y recontar” nuestras historias para construir nuestra identidad. Se trata
de una variante del trabajo con Equipos Reflexivos (Andersen, 1990; Friedman, 1995;
Fernández et al., 2002).

En la terapia narrativa se invita a los niños y las familias a compartir explicaciones de


hechos pasados y a especular sobre el futuro en contexto del curso de una historia
nueva (Freedman y Combs, 1995; Tomm, 1987, 1988; White, 1988a/1997; White y
Epston, 1990b).
Cuando adultos y niños colaboran activamente, el juego es un amigo mutuo. Incita a
los niños a aportar sus recursos para influir en los problemas y a hacer su propia y
exclusiva aportación a la terapia familiar. Los planteamientos lúdicos de la terapia
narrativa alejan el centro de atención del niño como problema, para fijarlo en la
relación entre niño y problema de una forma que sea significativa para los adultos,
además de fascinante, y no insulsa ni aburrida, para los niños. (Epston, 1997)
Premisas
El término «narrativa» implica escuchar y contar o volver a contar historias sobre las
personas y los problemas de su vida. Ante problemas graves y a veces potencialmente
extremos, la idea de escuchar o contar historias puede parecer algo trivial. Cuesta
creer que las conversaciones puedan configurar realidades nuevas. Pero así es. Los
puentes de significado que construimos con los niños ayudan a que se produzcan
avances curativos y a que éstos no se marchiten y caigan en el olvido. El lenguaje
puede dar a los hechos la forma de relatos de esperanza. (Epston, 1997)
En una terapia familiar centrada en el niño se aprecia y se respeta la forma de ser y de
comunicarse de éste. Cuando el adulto participa en la interacción con el niño, la
competencia y la creatividad de éste aumentan. Los adultos de las familias se suelen
sorprender cuando la comunicación lúdica permite que los niños asuman la
responsabilidad los problemas y sean ingeniosos para solucionarlos. (Epston, 1997)
El problema es el problema, la persona no es el problema» es una máxima que se
suele repetir en la terapia. La práctica lingüística de la exteriorización (White,
1989/1997, White y Epston, 1990b)

Ante la alternativa del diagnóstico y el tratamiento de la patología, la conversación


exteriorizadora se centra en ampliar las opciones y las posibilidades en la relación
entre las personas y los problemas. Dicen Roth y Epston (1996, pág. 5)

Referencias
M. Lopéz., S. R. (2011). TERAPIAS BREVES: LA PROPUESTA. II Congreso Internacional de
Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII, 5.

J. Freeman, D. Epston, D. Lobovits. (1997). comunicación Lúdica. En TERAPIA


NARRATIVA PARA NIÑOS Aproximación a los conflictos familiares a través del juego
(15-40). España: s Paidós Ibérica es un sello editorial de Espasa Libros, S.L.U. Av.
Diagonal, 662-664. 08034 Barcelona.

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