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Análisis de las Cartas

de Lisboa y Barcelona
del Rito Francés
o Moderno N
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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

ANÁLISIS DE LAS CARTAS


DE LISBOA Y BARCELONA
DEL RITO FRANCÉS O MODERNO
- RESUMEN1 -
Por Guillermo Fuchslocher

INTRODUCCIÓN

La península Ibérica se convirtió este año en punto de encuentro de la


masonería de grados colaterales de Rito Francés o Moderno, dado que en
ella se efectuaron dos reuniones internacionales muy importantes para el
futuro de este Rito. Esto se debe a que el Rito Francés o Moderno tiene,
por una parte, una significativa presencia en Europa, con Francia como
su centro focal, y, por otra parte, un destacado desarrollo en
Latinoamérica, en donde sobresale Brasil; pero la efervescencia del Rito y
ámbito en que han tomado mayor contacto europeos y latinoamericanos,
ha sido la Península Ibérica, en razón del trabajo muy activo de hermanos
y hermanas de diversas organizaciones masónicas, como por ejemplo
quienes forman parte del Círculo de Estudios del Rito Francés “Roëttiers
de Montaleau”, con sede en España.

Gracias a la gentil invitación del querido hermano Víctor Guerra,


Presidente de este Círculo de Estudios y Director de su Revista “Rito
Francés”, expongo en este artículo mi visión de los resultados de estas
dos reuniones internacionales, expresados en la Carta de Lisboa y en la
Carta de Barcelona, y lo hago “desde fuera”, ya que no pertenezco a
ninguna de las organizaciones masónicas protagonistas de los hechos que
dieron lugar a los documentos analizados.

1 Por razones de espacio de la revista se han omitido algunas secciones de este artículo y se
han reducido otras. Sin embargo, la versión completa estará disponible en el blog Rito
Francés (http://www.ritofrances.net/) o en otro que se informará oportunamente.

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

ANTECEDENTES

En sus grados simbólicos el Rito Francés o Moderno está muy elaborado,


pues se fue puliendo en busca de una armonía entre su filosofía laica,
racionalista, adogmática y positivista, con elementos tomados de los
constructores medievales, de tradiciones y de antiguas iniciaciones, no
contradictorios con su filosofía, quedándose con componentes simbólicos
y míticos más o menos depurados, y admitiendo distintas versiones
rituales para diferentes preferencias.

Pero el Rito no pudo quedarse en tres grados por la presión de muchos


maestros por poseer “altos” grados. Su propósito del siglo XVIII fue poner
orden en el caótico desarrollo de estos grados, mediante un sistema que
unificase coherentemente los grados preexistentes. Así, las Órdenes de
Sabiduría sintetizaron los “altos grados” existentes antes de la
Revolución, básicamente escocecistas. Por esto, Charles Porset, quien
fuera Gran Canciller de la V Orden del Gran Capítulo General del Gran
Oriente de Francia, antes de su lamentable fallecimiento en este año,
refiriéndose a las Órdenes de Sabiduría dijo: “Ellas son la quintaesencia
del escocismo antes de que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado apareciera
en 1804”. (Herrera, 2011)

En efecto, a los tres años de configurado este sistema se produjo la


Revolución, y luego vino el Imperio y la llegada a Francia de una nueva
versión del escocecismo, esta vez con 33 grados. Estas dos últimas
circunstancias determinaron el monopolio de los grados simbólicos por
parte del Gran Oriente y de los grados “filosóficos” por parte del Supremo
Consejo, con lo cual “altos grados” se convirtió casi en sinónimo de
escocecismo. Caído el Imperio ya no tenía mayor sentido trabajar en un
sistema como el Francés o Moderno, que no terminó de consolidarse, y
que ya para ese momento solo recogía algunos grados escocecistas y
resultaba incompleto, mientras en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado se
podía llegar hasta el grado 33, algo muy valorado. En cambio en Brasil
fue distinto, el Rito fue de la mano de la independencia del país, creció
con pocos contactos externos, comprometido con acciones de importancia
en su propia sociedad, como la liberación de los esclavos y la libertad
religiosa. (Villalta, El Rito Moderno en Brasil, págs. 2-3) Y lo que pudiese

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

haber quedado del Rito en otros países, principalmente en Bélgica, podría


considerarse se desarrolló sin vocación de ir más allá de las fronteras
nacionales.

Hasta que en Francia un grupo de hermanos decidieron reactivar el Rito


en su integridad, completándolo con la práctica de sus Órdenes de
Sabiduría, lo cual motivó la reactivación de otros, como el caso de
Portugal. Pero esta reactivación no la percibo como una alternativa
ideológica, pues no se han producido cambios significativos que
diferencien doctrinariamente a las Órdenes de Sabiduría del Rito Francés
o Moderno respecto del escocecismo, sino que, más bien, tomó una
medida que lo equipara, pudiendo "competir de igual a igual" con él:
activar la V Orden, prevista desde 1784, pero que no estuvo en
funcionamiento, y para ello se ha establecido la equivalencia del grado 9
con el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, con lo cual se
solucionó el principal factor que, en mi criterio, determinó que el Rito no
prosperase luego de 1804.

Sin embargo, el crecimiento del Rito en las últimas décadas, empezando


por el simbolismo, fue difícil e improvisado, y daba la impresión
que desde Francia no existía inicialmente el deseo de crecer fuera del
llamado “hexágono”, pero pese a eso empezó a
desarrollarse, generalmente por requerimientos externos, en forma
desordenada y hasta contradictoria. Luego, los nuevos practicantes del
Rito “descubrieron” que el Rito "Francés" existía desde hace mucho en
otros países, principalmente en Bélgica y Brasil, aunque con el nombre de
Rito Moderno o Rito Francés o Moderno, lo que llevó a otras alternativas
de crecimiento.

Y cada organización hizo lo que consideró correcto, basada en sus


“derechos” históricos. Hasta que el crecimiento llevó, en distintos lados, a
comprender la necesidad de organizarse, y surgieron dos iniciativas
distintas, de acuerdo a sus concepciones, interpretación de sus
“derechos”, visión de hacia dónde ir, y estilos, marcados por la manera de
ser de hermanos en posiciones directivas de distintas organizaciones. Y al
hacer las cosas a su manera, convencidos que eso es lo correcto, estamos
frente a dos documentos que son resultado, por una parte, del desarrollo
histórico, en algo similar y en algo diferenciado, y por otra parte, de los

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

personalismos bienintencionados que responden a visiones particulares y


parciales de la realidad, que no toman en cuenta una perspectiva amplia
y de conjunto, y al “pueblo masónico”.

CONTENIDOS DE LAS CARTAS

Participantes, declarantes y suscriptores

En Lisboa participaron delegaciones de los Grandes Capítulos Generales


del Rito Francés de Portugal, España, Francia (Gran Oriente), Suiza,
Bélgica, Polonia, Marruecos y Colombia (Barranquilla), según informó el
Gran Oriente Lusitano (Primeiro Encontro Internacional das Ordens de
Sabedoria do Rito Francês, 2011), suscriptoras del documento final, a las
que se añadirían, según el blog “Mandiles Azules” (El documento firmado:
Carta de Lisboa, 2011) los Grandes Capítulos del Gran Oriente
Latinoamericano, de la Gran Logia Femenina de Francia, del Gran
Capitulo Metropolitano, de la Gran Logia Mixta Universal y de la Gran
Logia Mixta de Francia, quienes lo habrían firmado por delegación, según
se desprende de otro artículo del mismo blog (El futuro inmediato, 2011).
Todos ellos suman trece Grandes Capítulos Generales, pero en una
miniatura ilegible de la Carta, publicada por el Gran Oriente Lusitano
(GODF: Congresso dos Soberanos Capítulos) constan cuatro firmas
adicionales, seguramente de quienes presidieron el evento. El documento
final de este encuentro, conocido como “Carta de Lisboa” tiene fecha 24
de abril de 2011 y quienes constan como emisores de la misma son “Los
Grandes Capítulos Generales de los Órdenes de Sabiduría del Rito
Francés”.

En Barcelona participaron delegaciones del Supremo Conselho do Rito


Moderno do Brasil, del Gran Capítulo General de España – Supremo
Consejo del Rito Moderno para España, del Sublime Conseille du Rite
Moderne pour la France, del Gran Capítulo General del Gran Oriente de
Colombia, según el blog “Rito Francés” (Guerra, Carta de Barcelona del
Rito Moderno, 2011) a los que luego se adhirieron el Supremo Consejo de
Rito Moderno de Ecuador, los Capítulos independientes de Rito Moderno
Le Pertuis, de Francia, y Pince de Ligne, de Bélgica, sin contar con
delegaciones observadoras, principalmente de Bélgica, Francia y Portugal,

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

según información del Q:. H:. Víctor Guerra, miembro del Supremo
Conselho do Rito Moderno do Brasil y del Gran Capítulo General de
España – Supremo Consejo del Rito Moderno para España. El documento
final de este encuentro, conocido como “Carta de Barcelona”, tiene fecha
12 de junio de 2011 y quienes constan como emisores de la misma son
“Los Cuerpos Filosóficos del Rito Moderno” (es decir Grandes Capítulos
Generales, Supremos o Sublimes Consejos, y Capítulos independientes).

Nombres de las Cartas y nombres del Rito

Los documentos suscritos en Lisboa y Barcelona adoptan el nombre de


“Cartas”, y por tanto son documentos por los cuales se comunican
públicamente declaraciones de voluntad o se establecen principios
superiores de movimientos u organizaciones.

Quien no sea masón, o no esté familiarizado con el Rito Francés o


Moderno, podría considerar que se trata de documentos emitidos por
representantes de dos Ritos distintos. Y en este punto considero que
radica el meollo del asunto y la raíz del problema. En mi caso,
inicialmente abordé este análisis con una idea preconcebida: hablar de
Rito Francés o de Rito Moderno es hablar de lo mismo, se trata de un solo
Rito. Y esta idea preconcebida entiendo la comparten muchos miembros
de este Rito, incluidos participantes de los dos eventos masónicos
mencionados. Sin embargo, al momento de caracterizar el Rito que
practican empezaron por denominarlo no de una forma común y amplia,
sino de una forma restringida, específica, haciendo hincapié los unos en
el carácter “francés” del Rito y los otros en el carácter “moderno” del
mismo. Evidentemente con ello manifestaron, consciente o
inconscientemente y convencidos de que utilizaban el nombre correcto,
una voluntad de diferenciación, que no consideró consecuencias, aunque
las concepciones, prácticas y rituales de unos y otros sean iguales o al
menos muy similares.

¿Qué entienden por “Rito Francés” los autores de la


Carta de Lisboa”?

Remitiéndonos exclusivamente a la frase aclaratoria de este nombre, Rito


Francés sería la denominación de la concepción y práctica masónica de

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

quienes fundaron “la” Francmasonería en el siglo XVIII, el “siglo de las


luces”, con lo cual se entiende se refieren a ese tipo específico de
masonería que nació con la fundación de la Gran Logia de Londres el 24
de junio de 1717, la cual posteriormente sería conocida como de “los
Modernos”. Sin embargo, hablar del “siglo de las luces” es referirse
también al movimiento de la Ilustración, el cual puede ser asumido desde
la perspectiva nacionalista francesa como un movimiento típicamente
francés y a su siglo como un “siglo francés”, y un “siglo de la razón”; lo
que haría alusión a un tipo de masonería que ha desterrado los dogmas y
ha optado por la razón como principio rector de sus ideas y actuaciones.

Sin embargo, en el texto de la Carta, en la parte correspondiente a la


reafirmación de sus principios, aclararon que los “Principios
Fundamentales del Rito Francés” fueron “adoptados por los mandatarios
del Gran Oriente de Francia y del Gran Capítulo General el 17 de febrero
de 1786 y asumidos de manera definitiva el 13 de julio de 1787", con lo
cual dieron una connotación adicional o distinta a la expresión “Rito de
Fundación de la Francmasonería del Siglo de las Luces”: el Rito de los
Modernos que se afincó en Francia y fue practicado a la luz de las ideas
de la Ilustración y de la razón, por lo que podría ser sinónimo de otra
expresión más específica: “El Rito de Fundación del Gran Oriente de
Francia”, ya que "La historia del Rito Francés comienza incluso el año
mismo de la fundación de nuestra Obediencia”, (Lefevre, 2010). Es más, el
hermano Jean-Pierre Lefebre, autor de esta cita, menciona que en la
década del 70 se reunieron “diversos Hermanos para apropiarse de nuevo
del patrimonio del Rito de fundación de la masonería moderna en sus siete
grados, constituyendo un Consejo Capitular provisional” (el subrayado es
mío). Por tanto, el “Rito de Fundación del Gran Oriente de Francia” y el
“Rito de Fundación de la Masonería Moderna” en siete grados, son
expresiones utilizadas como sinónimos por este autor, el cual
posiblemente refleja un pensamiento compartido por otros hermanos que
practican las Órdenes de Sabiduría en Francia. Todo esto explicaría una
visión nacionalista francesa del Rito, de la que se desprende la
preferencia de llamarlo "Francés” y la razón para no utilizar la
denominación de “Moderno” o de “Francés o Moderno”, y dadas las
referencias a los sucesos de 1786 y 1787, configuraría unos principios
acordes con el trabajo de sistematización y reforma ritual desarrollado
hasta antes de la Revolución.

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

¿Qué entienden por “Rito Moderno” los autores de la


Carta de Barcelona”?

En este caso el asunto es aparentemente más simple: Rito Moderno es, en


principio, el Rito que practicaban “los Modernos”, (la Gran Logia de
Londres en sus primeros años luego de fundada). Pero para caracterizarlo
hay que considerar que solo a partir de 1738 se conformó con 3 grados.
Que hasta 1751, en que surge la Gran Logia de “los Antiguos” sus
cambios no requieren diferenciación formal. Que los rituales de Murat de
1858 no tienen asignado un nombre vinculado a un Rito y solo se titulan
“Cuaderno de Grados Simbólicos” (Guerra, Diagrama Cronológico, 2011,
pág. 62). Que hasta 1773, en que nace el Gran Oriente de Francia, no se
habla en Francia de un Rito Francés. Y que no es sino hasta 1786 que se
estructura el Rito con la integración de los grados simbólicos con las
Órdenes de Sabiduría. Además, este Rito se propaga casi desde el
principio por diversos países, los que siguen el esquema de siete grados,
la organización en Grandes Orientes e incluso la supresión de la fórmula
ALGDGADU. Fuera de Francia hay la tendencia a llamarlo “Rito Moderno”
o “Rito Moderno o Francés”. Y en Bélgica se lo llama “Rito Moderno o Rito
de los Modernos” y lo describen como “Rito de la Fundación del Gran
Oriente de Bélgica, a veces también llamado Rito Francés, el cual se
inscribe en la filiación de la Gran Logia de Londres de 1717, llamada "Gran
Logia de los Modernos"”. (Les rites du Grand Orient de Belgique)

¿Dónde está el problema?

Hasta aquí está claro que “Rito Francés”, “Rito Moderno”, “Rito Francés o
Moderno”, “Rito de Fundación del siglo de las luces”, “Rito de Fundación
del Gran Oriente de Francia”, “Rito de Fundación del Gran Oriente de
Bélgica”, son nombres diversos de un mismo Rito, cuya concepción
doctrinaria, prácticas y rituales son muy similares entre los distintos
practicantes del mismo, y que en materia ritual el ancestro común de sus
variadas prácticas, en sus grados simbólicos y en sus Órdenes de
Sabiduría, es el Regulador del Masón de 1801, que publicó los rituales
aprobados en 1786. Entonces, ¿dónde está el problema?:

1º. En que, en estricto sentido, el “Rito Francés o Moderno” tal cual se


configuró en 1796 y consta en los rituales publicados en 1801, no

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

es exactamente el llamado Rito de los Modernos, ya que la práctica


ritual de la Gran Logia de Londres de 1717 es inglesa y su
conformación original abarcaba solo dos grados, a los cuales luego
se les agregó un tercero, y se caracterizó por una gran sencillez, y
si bien sentó las bases de un espíritu que pretendió ser amplio y
tolerante para la época, no dejó de tener cargas religiosas que han
sido debatidas por siglos. El llamado Rito de los Modernos es el
antecedente, pero no es el Rito que se configuró en 1786 y que,
con variantes, hoy se conoce como Francés o Moderno, el cual se
conformó con 7 grados, adoptó mayor complejidad ritual, y su
espíritu y concepciones se ampliaron al menos en el simbolismo.

2º. En que incluso el Rito estructurado en 1786 ha cambiado en el


tiempo y en el espacio, lo cual se ha manifestado en sus
concepciones. En el tiempo ha evolucionado, lo que se puede
apreciar en diferentes versiones de sus rituales. Y en el espacio se
ha extendido por distintos países y ha sido asumido por distintas
organizaciones masónicas, por lo cual en cada país ha asimilado
elementos culturales del entorno, y cada organización soberana ha
tenido el derecho de regularlo. Doctrinariamente el cambio más
notable es el que sufrieron los rituales luego de la supresión de la
fórmula ALGDGADU en las Constituciones de varias
organizaciones masónicas a finales del siglo XIX. Pero aún esto,
que se percibe por muchos como la principal característica de este
Rito, no es algo uniforme, pues hay quienes lo practican según
rituales que incluyen esta fórmula.

3º. En que cuando es utilizado exclusivamente el nombre de


“Francés”, omitiendo el de “Moderno”, esto denota un sentido
nacionalista y hasta de pertenencia, pese a que el Rito asumió casi
desde sus inicios un carácter plurinacional y luego universal.

El término “Rito Moderno”, utilizado como sinónimo de “Rito de los


Modernos” describe una realidad que no es la actual, por lo que resulta
un nombre limitado en razón del tiempo; mientras el término “Rito
Francés”, utilizado para referirse exclusivamente a su desarrollo en
Francia, describe una realidad incompleta, por lo cual resulta un nombre
limitado en razón del espacio. Por tanto, ahora corresponde analizar si en

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

el señalamiento de sus elementos esenciales se insiste y fortalecen los


elementos comunes o se pone énfasis en las diferencias.

Principios invocados

Los Ritos masónicos tienen entre sí ciertos elementos comunes, que es


justamente lo que los hace “masónicos”, pero estos elementos comunes
son generalmente simbólicos, los que son interpretados de manera
particular en el contexto de cada Rito. A su vez, el conjunto de la
ideología masónica de un Rito está expresada en los distintos imaginarios
de cada uno de ellos, conformados no solo por sus concepciones sobre
sus prácticas y doctrinas, sino por la visión que tienen de la masonería,
de su pasado ‒histórico, mítico o legendario‒, de su acción en el presente
y su visión de futuro. En el marco de estos imaginarios, los Principios
suelen ser la forma como se manifiesta explícitamente parte de ese
imaginario, la que consideran más importante. Por tanto, analizar los
principios expresados en las Cartas de Lisboa y Barcelona resulta
importante pues manifiesta la visión que tienen del Rito los hermanos
reunidos por separado en cada una de estas ciudades, lo que nos puede
mostrar que tan parecidas o diferentes son las concepciones de estos dos
grupos de hermanos que forman parte de un mismo Rito.

Principios invocados por la Carta de Lisboa

La Carta de Lisboa se refiere a los principios masónicos del Rito Francés o


Moderno mediante la siguiente “reafirmación” y declaración:

“REAFIRMAN Mediante esta Carta, los Principios Fundamentales del Rito


Francés que contribuyen al perfeccionamiento intelectual y social, a la
mejora material y moral de la humanidad, herencia primordial del “Rito de
Fundación de la Francmasonería del Siglos de las Luces”, adoptados por
los mandatarios del Gran Oriente de Francia y del Gran Capítulo General el
17 de febrero de 1786 y asumidos de manera definitiva el 13 de julio de
1787.”

“DECLARAN Que no importa sino la búsqueda del Centro de Unión en el


respeto de la “Libertad Absoluta de Conciencia”, condición “Universal” que
determina la calidad Humanista del Francmasón en todas las tradiciones
masónicas practicadas desde “tiempos inmemoriales”.”

(El documento firmado: Carta de Lisboa, 2011)

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Esta "reafirmación" y declaración, se refiere a los “Principios


Fundamentales del Rito Francés” sin nombrar en forma explícita cuáles
son éstos. Este texto nos remite a las regulaciones y a los rituales
aprobados por el Gran Oriente de Francia en 1786, lo cual da cuenta de
una visión del Rito centrada en Francia y en el momento de su
surgimiento con 7 grados, pero omite su desarrollo posterior, temporal y
espacial, en la propia Francia y en el resto del mundo, por ejemplo la
supresión de la fórmula “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo” por
parte de los Grandes Orientes de Bélgica en 1872, Francia en 1877, y
Brasil en 1892, lo que incide en los principios e ideología del Rito. Por
esto, la “Reafirmación” resultaba insuficiente y se hizo necesaria la
“Declaración”, la cual lleva implícitas algunas ideas:

a) La idea de “Centro de Unión” que viene desde la Constitución de


Anderson de 1723, ahora sustentada en el respeto de la “Libertad
Absoluta de Conciencia”, lo que supera las discusiones de orden
religioso, a la luz de las resoluciones de 1872, 1877 y 1892, las
que suponen una posición oficial laica.

b) Que esta laicidad del Rito es condición de la calidad humanista


francmasónica. Dado que el Humanismo, movimiento filosófico y
cultural que surgió en Europa en el siglo XIV, se caracterizó por
su antropocentrismo y racionalismo, como respuesta al
pensamiento teocéntrico basado en dogmas, lo que aquí se plantea
es que a partir de la absoluta libertad de conciencia (libertad para
creer o no, y no injerencia de los valores religiosos en el quehacer
de las organizaciones), se puede pasar a un pensamiento centrado
en el ser humano y liberado del dogma.

c) Que esta calidad humanista francmasónica (antropocéntrica y


racionalista), estaría presente en todas las tradiciones masónicas
y que estás vendrían de tiempos inmemoriales. Pero si bien existen
tradiciones masónicas que se remontan al Renacimiento y que son
humanistas y racionalistas, no todas las tradiciones masónicas
tiene este carácter, por ejemplo las masonerías que se sustentan
en dogmas; y es discutible lo de una antigüedad de “tiempos
inmemoriales”, sobre lo que existen opiniones contrapuestas.
Además, esto no tiene que ver con Principios.

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

Principios invocados por la Carta de Barcelona

La Carta de Barcelona es lacónica respecto de principios, pues al referirse


a la organización que dicha Carta crea, la Unión Masónica Universal de
Rito Moderno (UMURM), dice que ella está:

“Basada sobre los principios de absoluta libertad de conciencia y de


pensamiento”.

(Guerra, Carta de Barcelona del Rito Moderno, 2011)

Es poco lo que se dice, pero lo expresado es esencial y tiene importantes


implicaciones:

a) La libertad de conciencia se refiere al ejercicio de la autonomía de


la voluntad individual respecto de las corrientes de pensamiento
religioso, lo que supone la libertad de adscribirse a cualquier
creencia religiosa o de no hacerlo, por lo que suele identificársela
con la libertad de culto o libertad religiosa, pero va más allá al
abarcar las “objeciones de conciencia”, expresadas por ejemplo en
desobediencia civil, las que no tienen necesariamente carácter
religioso sino exclusivamente un fundamento ético.

b) La libertad de pensamiento, que puede interpretarse de dos


formas: a) Restringida: se la suele asociar con la libertad
intelectual, capacidad de pensar y expresar cualquier opinión sin
ningún tipo de limitaciones, que casi se identifica con la libertad
de expresión, ya que la libertad para expresar los pensamientos
supone la libertad para generarlos. b) Amplia: se puede identificar
con el Librepensamiento, concepción filosófica anti dogmática que
propugna la formación de opiniones a partir de la razón y de la
información científica, y al margen de cualquier pretensión de
control ideológico, que al tratarse de una filosofía práctica, supone
también una concepción humanista laica y una praxis ética,
individual y social. ¿Cuál de estas concepciones asume la Carta de
Barcelona? Supongo que la primera, ya que entre los miembros de
las organizaciones suscriptoras de esta Carta hay quienes
practican este Rito según los rituales contenidos en el Regulador

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

de 1801, anterior en 71 años a la primera supresión de la fórmula


ALGDGADU, es decir por hermanos y hermanas que practican la
libertad de pensamiento pero que no necesariamente son
librepensadores y librepensadoras.

Comparación de los Principios de las Cartas de Lisboa y Barcelona

Punto de concordancia entre las Cartas de Lisboa y Barcelona es la


Libertad de Conciencia. Caracteriza a la Carta de Barcelona la Libertad de
Pensamiento, y caracteriza a la Carta de Lisboa el señalamiento de
objetivos de perfeccionamiento intelectual y social y de mejora material y
moral de la humanidad, y su remisión a las resoluciones del Gran Oriente
de Francia de 1786 y 1787. Sin embargo, el que los suscriptores de una
Carta no mencionen los principios de la otra, no quiere decir que no los
compartan. Pero si la Libertad de Pensamiento fuese entendida como
sinónimo de Librepensamiento, las dos Cartas manifestarían diferencias
ideológicas importantes, pues una cosa es dejar para el fuero privado las
creencias religiosas, que es lo que supone la Libertad de Conciencia,
punto común entre ambas Cartas, y otra muy distinta es el carácter anti
dogmático del Librepensamiento. Considero que en la realidad no existe
esta diferencia ideológica entre las organizaciones suscriptoras de las
Cartas, sino solo entre miembros individuales.

Decisiones

Las decisiones constituyen los medios por los cuales se pretenden lograr
los fines previstos, o llevar a la realidad los principios. Por esto es

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

importante conocer qué decidieron los suscriptores de las Cartas de


Lisboa y Barcelona.

Decisiones contenidas en la Carta de Lisboa:

La Carta de Lisboa dice al respecto:

DECIDEN

Transmitir a los cuatro puntos cardinales de “la Tierra Masónica”, los


títulos, documentos y otros objetos legados por los Ilustres Fundadores del
Gran Capítulo General del Siglo de las Luces.

Firmar esta Carta que permite establecer de forma solemne relaciones


basadas en el respeto mutuo de valores filosóficos implícitos en el Rito
Francés.

Abrir las puertas del Templo a todo Franc Masón que haya sido recibido en
un Soberano Capítulo “Justo y Legítimo”.

(El documento firmado: Carta de Lisboa, 2011)

Analicemos esto punto por punto:

Transmisión de títulos, documentos y objetos

Con esto expresan, por una parte, y mediante una figura literaria, una
manifestación de voluntad tendiente a "transmitir", es decir trasladar,
transferir, difundir, hacer llegar a otros, comunicar; o, en sentido
jurídico, enajenar, ceder o dar a otros un derecho o una cosa. Es decir,
compartir con sus hermanos masones algo que poseen o algo que es de
su propiedad, y que al hablar de "legado" están refiriéndose a una figura
jurídica por la cual se transmiten propiedades consistentes en bienes o
en derechos por causa de la muerte del titular de los mismos. Entiendo
que cuando hablan del Gran Capítulo General al que califican “del Siglo
de las Luces”, se refieren al Gran Capítulo de 1786. Pero, ¿Son los
“Ilustres Fundadores del Gran Capítulo General del Siglo de las Luces”, a
título individual, los testadores que dejaron el legado al que se refiere la
Carta, o pese a la redacción quieren referirse al Gran Capítulo como
organización? Lo primero parece improbable pues supondría revisar

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

testamentos de varias personas y sus descendientes desde fines del siglo


XVIII y comienzos del siglo XIX, por lo que se trataría de un error o una
figura retórica para referirse al Gran Capítulo como organismo, pero cabe
preguntarse ¿a quién puede haber "legado" sus bienes el Gran Capítulo
General cuando desapareció en el siglo XIX? No encuentro otra
posibilidad que al Gran Oriente de Francia. Por consiguiente, a no ser que
éste Gran Oriente haya trasladado estos bienes al nuevo Gran
Capítulo creado en el siglo XX, esto explicaría por qué el pie de firma de la
Carta de Lisboa dice “Por delegación del Gran Maestro del Gran Oriente
de Francia - Garante del Rito ...". Es decir que nuestros agradecimientos
por este acto de generosidad debemos dirigirlos al Gran Oriente de
Francia.

Sobre el contenido del legado, determinan que consiste en títulos,


documentos y otros objetos, que habrían pertenecido a los fundadores del
Gran Capítulo General de 1786 o al Gran Capítulo como organización. No
sabemos a qué se refieren con "títulos", pero podrían ser documentos
jurídicos que establezcan algún derecho, ya que debemos descartar otro
tipo de títulos, como los títulos nobiliarios, títulos profesionales o títulos
valores. Se habla de títulos pero no se especifica más. Los documentos
deben tener un gran valor histórico y de información si vienen de 1786. Y
los objetos, al ser de 1786 o antes, deben constituir un patrimonio
cultural tangible realmente valioso, y podrían estar constituidos por
utensilios rituales, libros, mandiles, etc.

La voluntad de compartir lo señalado es realmente loable, pero para que


llegue "a los cuatro puntos cardinales de la Tierra Masónica", requerirán
utilizar la tecnología actual, creando un museo virtual para acceder a los
objetos, y un archivo virtual para acceder a los documentos, incluidos los
títulos, que a más de ser digitalizados puedan ser sometidos a un
reconocimiento óptico de caracteres que facilite las búsquedas y su
traducción. Espero que este buen propósito se lo cumpla en forma rápida.
Por nuestra parte, a más de agradecer deberíamos tomarles la palabra.

Firma de la Carta

Plantean que la firma de la Carta de Lisboa permite establecer, de forma


solemne, relaciones basadas en el respeto mutuo de los valores filosóficos

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

implícitos en el Rito Francés. Piensan que la firma de la Carta otorga


solemnidad a las relaciones fraternales, por lo que supongo que con los
no suscriptores habría relaciones, aunque no sean solemnes. Pero la
parte final de la frase se refiere a unas relaciones que estén basadas en el
respeto, es decir en la consideración, la deferencia, hacia los "valores
filosóficos implícitos en el Rito Francés". Surge la pregunta: ¿cuáles son
esos valores?, que no podemos confundirlos con los principios. Esto no se
dice, por lo que cabe preguntarse ¿quién los establece?, ¿quién interpreta
la Carta para darle contenido a este punto?, un punto importante pues
determina con quiénes relacionarse, ya que esta frase involucra la idea de
que estas relaciones dependen de una comunión de ideas respecto de
valores filosóficos que se piensan propios y característicos del Rito.

Valores son las concepciones del mundo y de la vida que se consideran


sumamente importantes, y que tienen una calificación ética basada en las
ideas de lo bueno o de lo malo, de lo positivo o de lo negativo. Si se los
califica de filosóficos puede implicar que vienen de una corriente
doctrinaria o escuela filosófica, o que se construyen sobre la base del
filosofar, es decir "pensar la vida" utilizando nuestra razón y nuestra
libertad, y que éstas concepciones, o este filosofar, estarían implícitos en
el Rito Francés. Pero ¿qué está implícito, los valores que se desprendan
de una doctrina filosófica o los que se construyan fruto de la práctica del
filosofar? Esto es difícil determinarlo ya que el Rito Francés o Moderno
desde una perspectiva doctrinaria o ideológica, expresada en sus
rituales, tiene un carácter dual, pues las concepciones de sus grados
simbólicos son las que se desarrollan a partir de "los Modernos"
e incorporan ideas del racionalismo, del humanismo, del positivismo, lo
que pienso lleva a unos valores republicanos laicos a practicarse por
masones ciudadanos; mientras las concepciones de sus Órdenes de
Sabiduría son de raíz escocecista, basadas en mensajes bíblicos y
medievales, lo que considero lleva a unos valores monárquicos
confesionales (o aristocráticos deístas) a practicarse por masones
caballeros. Como este Rito tuvo un desarrollo interrumpido en los grados
posteriores al tercero, resulta ideológicamente inacabado y contradictorio
entre el simbolismo y las Órdenes de Sabiduría, por lo que referirse a
unos valores implícitos en él, sin determinarlos, nos lleva a un callejón
sin salida.

15
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Condiciones de apertura

Ante el vacío generado por el punto anterior, dada la carencia de


contenidos explícitos basados en valores, las relaciones de pertenencia
quedan supeditadas a la aplicación de la expresión "Abrir las puertas del
templo", es decir la admisión a los trabajos masónicos, destinada a todo
francmasón que cumpla la condición de haber sido "recibido en un
Soberano Capítulo “Justo y Legítimo”." Este requisito formal no debe
cumplirlo el francmasón, sino que depende de la suerte de que haya sido
recibido en un Soberano Capítulo que cumpla con el requerimiento de ser
"Justo y Legítimo". Pero el análisis sobre este requerimiento será
abordado más adelante, al tratar sobre los requisitos exigidos para que
un Soberano Capítulo sea considerado “Justo y Legítimo”.

Correspondencia entre fines, objetivos y medios en la Carta de


Lisboa

Este gráfico pretende facilitar el análisis sobre si los medios establecidos


en la Carta de Lisboa sirven para el logro de los objetivos previstos y éstos
guardan concordancia con los principios establecidos. O a la inversa, si

16
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

los objetivos inspirados en los principios cuentan con medios adecuados


para lograrlos.

Podemos ver que el principio de Libertad de Conciencia y los Principios


Fundamentales del Rito, adoptados en 1786 y 1787, contenidos en
regulaciones y rituales, pueden inspirar y guiar doctrinariamente el
objetivo de perfeccionamiento intelectual y social y de mejora material y
moral de la humanidad. Además, puede considerarse que para el
cumplimiento de los Principios Fundamentales del Rito, adoptados en
1786 y 1787, es necesario se los rescate gracias a la transmisión de
títulos, documentos y objetos legados por los fundadores del Gran
Capítulo General del Siglo de las Luces. En el campo de los medios, la
apertura de puertas a los francmasones recibidos en un Capítulo Justo y
Legítimo se lograría mediante la firma de la Carta de Lisboa, a fin de
establecer relaciones basadas en el respeto de los valores filosóficos del
Rito.

Como podemos apreciar en el gráfico, el contenido de la Carta de Lisboa


se estructura de tal manera que las relaciones principales se dan entre
principios y objetivos y entre uno de los principios y uno de los medios,
pero desgraciadamente no encuentro relación entre los medios, con el
cumplimiento del objetivo de perfeccionamiento intelectual y social y de
mejora material y moral de la humanidad. Esto puede implicar que no se
trabaje para el logro de estos objetivos, pues no se han establecido
medios adecuados para ello y el accionar previsto no tiene relación con
ellos.

Decisiones contenidas en la Carta de Barcelona.

La Carta de Barcelona establece a este respecto:

(Los Cuerpos Filosóficos del Rito Moderno) deciden la creación de un


organismo de cooperación, concertación y coordinación entre ellas que se
denominará: Unión Masónica Universal del Rito Moderno (UMURM) la cual
funcionará con pleno respeto de la libertad e independencia de los cuerpos
filosóficos que lo componen.

Basada sobre los principios de absoluta libertad de conciencia y de


pensamiento, con sede en Barcelona, y presidida por el SGIG del Supremo

17
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Conselho do Rito Moderno do Brasil, José María Bonachi Batalla, esta


Unión Masónica Universal del Rito Moderno (UMURM) actuará en beneficio
de sus partícipes con los objetivos siguientes:

1. Promover, difundir y promocionar, usos y costumbres del Rito


Moderno.
2. Fomentar la interrelación y armonía entre sus miembros en aras de
la práctica de una francmasonería verdaderamente Universal.
3. Ser un foro plural de dialogo e intercambio en pos de crear un
verdadero Centro de Unión sin importar las peculiaridades
territoriales, obedienciales o ritualísticas.
4. Facilitar el acercamiento entre Cuerpos Filosóficos del Rito Moderno
mediante el reconocimiento mutuo sin ningún tipo de
discriminación.
5. Fomentar una dinámica de trabajo y temas de reflexión conjuntos
entre sus Cuerpos.

(Guerra, Carta de Barcelona del Rito Moderno, 2011)

Además, existe una decisión y creación complementaria:

La Unión Masónica Universal del Rito Moderno (UMURM) incorpora la


creación de la Academia Internacional del 5to. Orden del Rito Moderno, con
dos misiones principales:

1. Ser un laboratorio de pensamiento que reflexione sobre el sentido,


la filosofía, los valores, y la ética que corresponden al Rito
Moderno.
2. Ser una Academia del Rito con capacidad para investigar y
difundir, que pueda asumir el papel de un verdadero conservatorio
del Rito Moderno, y finalmente, asesorar a cualquier Supremo
Consejo, Gran Capítulo General u otro Cuerpo Filosófico que lo
demande.

Esta Academia funcionará sin límites territoriales u obedienciales, sin


voluntad normativa, respetando la absoluta independencia de cada uno de
sus miembros.

Esta Academia quedará abierta a cualquier Potencia Soberana, Capítulo


Independiente, pero también, a título personal e individual a todo poseedor
del 5to. Ord. del Rito Moderno, que manifieste su deseo de formar parte de
la misma y acredite documentalmente la posesión de sus títulos.

(Guerra, Carta de Barcelona del Rito Moderno, 2011)

18
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

En este caso también corresponde analizar lo anterior punto por punto:

Creación de un organismo de cooperación, concertación y


coordinación y uno de reflexión, investigación, difusión y
asesoramiento

Los organismos del Rito reunidos en Barcelona decidieron crear un nuevo


organismo que los agrupe, con el propósito de cooperar, concertar y
coordinar entre ellos, al que denominaron Unión Masónica Universal del
Rito Moderno (UMURM), al cual le señalaron los principios que deben
regirlo, que son los que según ellos corresponden al Rito, los objetivos a
cumplir, y designaron a su Presidente, un Secretario General y un
Director Jurídico y de Normas. Es decir, recurrieron a la forma clásica
para sacar adelante una idea colectiva: institucionalizarse como una
asociación, y dotarle de objetivos, de una estructura y de responsables
encargados de cumplirlos. Sin duda es un paso adelante y muy práctico
para el logro de los propósitos comunes, aunque deben tener presentes
dos riesgos: a) que se confunda la pertenencia al Rito con la pertenencia a
la UMURM, b) que se burocratice el cumplimiento de propósitos.

Respecto de la UMURM, más que una forma de gobierno establecieron


una organización administrativa. Aquellos cargos que han sido creados
en primer lugar muestran el interés en dar importancia inicial a los
aspectos jurídico-administrativos, seguramente con el objeto de
consolidar el organismo recién creado. Pero además, se creó un
organismo especializado para la reflexión, investigación, difusión y
asesoramiento, la Academia Internacional del Quinto Orden del Rito
Moderno, lo que compensa el énfasis jurídico-administrativo de la
UMURM.

En los puntos siguientes se analizan los objetivos de la UMURM y de la


Academia, pero sobre ésta cabe anotar que llama la atención que se
encuentre limitada, aparentemente, a quienes tengan el V Orden del Rito,
grados 8 y 9, ya que esto puede desvirtuar su razón de ser, puesto que no
todos los masones tienen vocación académica, y no todos quienes la
tienen necesariamente han accedido al V Orden. Una academia debería
estar formada por quienes tengan la vocación y la formación para la
realización de los cometidos encomendados a ella, al margen del grado
que posean. De lo contrario se puede convertir en un club exclusivo

19
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

internacional, de naturaleza aparentemente intelectual, para los


miembros del V Orden.

Promoción y difusión de usos y costumbres del Rito Moderno

Quienes redactaron la Carta deben haber tenido en mente algunos usos y


costumbres en particular que consideraron ameritaban promocionarse y
difundirse. Pero para cumplir este cometido es necesario determinar
cuáles son los usos y costumbres del Rito, y cuáles de dichos usos y
costumbres merecen su promoción y difusión. Esto supone un trabajo
previo de investigación y reflexión, más propio de la Academia, y también
una definición política del organismo de coordinación: ¿para qué se van a
promocionar y difundir los usos y costumbres seleccionados? ¿Se
propenderá a la unificación o uniformidad de usos y costumbres, o se
pretende el conocimiento e intercambio de la diversidad? Esto no está
determinado y mientras no lo esté no podrá cumplirse este cometido, o se
lo hará arbitrariamente.

Fomento de interrelación, diálogo, trabajo y reflexión entre


miembros de la UMURM

Interrelacionarse, dialogar, trabajar y reflexionar entre miembros de un


organismo es algo positivo cuando se produce en plano de igualdad, pero
constituye un medio que existe en función de un fin o de una visión
respecto de “hacia dónde vamos”, que debe ser definida para que
constituya la hoja de ruta de la organización. Por el momento, esto
tampoco está determinado y requiere concretarse.

Acercamiento entre Cuerpos Filosóficos del Rito mediante


reconocimiento mutuo sin discriminaciones

Decidir el acercamiento sin discriminaciones entre los “Cuerpos


Filosóficos del Rito” es positivo pero resulta inútil o redundante, dado que
cuanto un organismo solicita formar parte de otro que federa a entidades
similares, está aceptando y reconociendo a todas las demás que forman
parte de él y todas ellas están reconociendo al nuevo organismo
integrante de la federación, según las normas del organismo. ¿Para qué
reconocerse si ya lo hicieron tácitamente desde que forman parte de una

20
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

misma organización?

Lo que tendría sentido es que la UMURM propicie el acercamiento entre


organizaciones del Rito sin discriminaciones, sin que para ello sea
necesario pertenecer a dicha federación ni formalizar un reconocimiento.
En una cultura basada en la idea de la libertad no se necesita pensar ni
actuar igual para tener relaciones con otros a los que les debemos
nuestro respeto en calidad de iguales, sino el deseo mutuo de hacerlo
porque han encontrado algo en común que les motiva a efectuarlo, ni se
necesita que otros le reconozcan lo que se es, para serlo. Esta política de
la UMURM constituye un avance, pero podría dar un paso adelante y
superar la anacrónica figura del reconocimiento entre organismos
masónicos, ya que entre ellos bastan las relaciones.

Reflexión sobre el sentido, filosofía, valores, y ética del Rito

Causa satisfacción que se haya planteado en Barcelona, a manera de


objetivo, y con una organización académica como responsable, la
reflexión sobre el sentido, filosofía, valores y ética del Rito, es decir sobre
aquellos elementos constitutivos de su esencia, que determinan el
pensamiento y el accionar institucional. Reflexionar sobre el sentido de
un Rito masónico puede implicar desde la búsqueda de su significado,
pasando por su contenido e interpretación, hasta llegar a la
determinación de sus finalidades y de las metas hacia las cuales debería
dirigirse su accionar, en un ejercicio de filosofar, de pensar sobre el ser, el
por qué y para qué de su existencia. Por esto, la búsqueda del sentido del
Rito se relaciona íntimamente con la reflexión sobre su filosofía, pues a
partir de su ser, de su ontología, pasarán a la reflexión sobre esas
preguntas que, comenzando con el pasado, nos ubican en el presente y
nos proyectan al porvenir: de dónde venimos, qué somos, a dónde vamos.
Pero el quehacer filosófico masónico no se queda en el pensamiento pues
se trata de una filosofía práctica, la que supone unas normas de
comportamiento, no impuestas externamente, sino determinadas en
libertad, como fruto del ejercicio de la razón, por lo cual cobra sentido la
reflexión axiológica a fin de contar con unos referentes de Filosofía Moral
que constituyan lineamiento de una ética individual y una ética social del
Rito y sus miembros. Todo esto es un trabajo que podría ser coordinado
por la Academia y asumido por todos los cuerpos del Rito.

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Investigación, difusión y actuación como conservatorio del Rito y


asesoramiento a cuerpos filosóficos que lo demanden

El primer cometido de una Academia es la investigación, y en un mundo


que renueva los conocimientos a un ritmo vertiginoso, solo la
investigación aporta información permanentemente actualizada o nuevo
conocimiento.

La Academia asume la responsabilidad de investigación de las


organizaciones que forman parte de la UMURM, pero ello no puede
comenzar y acabar en ella, sino que convendría promueva la formación de
una red de investigación que involucre a todos los Capítulos.

Además, el cometido de difusión, encomendado a la Academia, para ser


efectivo debe abarcar también aspectos docentes y comunicacionales, y
conviene hacerlo en conjunto con otros hermanos del resto del mundo, en
el marco de redes de docencia y comunicación, utilizando todos los
recursos tecnológicos a su alcance.

Y si la Academia trabaja con miembros de todo el mundo con vocación


para la investigación, la docencia y la comunicación, al margen del grado
que posean, se pueden traspasar las barreras de las formalidades y
superar las formas acartondas del asesoramiento, pues en proyectos de
interés común no hay el que asesora y el asesorado, sino que todos
aprenden de la experiencia, y el mejor aprendizaje se produce cuando
todos aprenden haciendo.

Respecto de la tarea de conservatorio del Rito no es una función


conservadora y pasiva, sino renovadora y activa, en que la mejor forma de
conservar los legados del pasado, positivos o negativos, vigentes o no, es
compartirlos (ahora que la tecnología lo facilita), analizarlos, discutirlos, a
fin de separar la esencia de la circunstancia.

22
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

Correspondencia entre fines, objetivos y medios en la Carta de


Barcelona

Este gráfico pretende facilitar el análisis sobre si los medios establecidos


en la Carta de Barcelona sirven para el logro de los objetivos previstos y
éstos guardan concordancia con los principios establecidos. O a la
inversa, si los objetivos inspirados en los principios cuentan con medios
adecuados para lograrlos.

Podemos ver en el gráfico que los principios de Libertad de Conciencia y


Libertad de Pensamiento pueden guiar doctrinariamente los objetivos de
fomento de la interrelación, diálogo, trabajo y reflexión entre los
miembros de la UMURM; la reflexión sobre el sentido, filosofía, valores, y
ética del Rito; y la investigación, difusión, actuación como conservatorio
del Rito y asesoramiento a cuerpos filosóficos que lo demanden. Además,
que los objetivos de acercamiento entre cuerpos filosóficos del Rito,
mediante reconocimiento mutuo sin discriminaciones; la promoción y
difusión de usos y costumbres del Rito Moderno; y el fomento de la

23
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

interrelación, diálogo, trabajo y reflexión entre los miembros; pueden


lograrse mediante la creación de un organismo de cooperación,
concertación y coordinación, la UMURM; mientras que los objetivos de
reflexión sobre el sentido, filosofía, valores, y ética del Rito; y de
investigación, difusión, actuación como conservatorio del Rito y
asesoramiento a cuerpos filosóficos que lo demaden; pueden realizarse
mediante la creación de un organismo de reflexión, investigación, difusión
y asesoramiento, la Academia del V Orden.

Como podemos apreciar en el gráfico, el contenido de la Carta de


Barcelona se estructura de tal manera que las relaciones se dan entre los
dos principios y tres de los objetivos, entre los tres primeros objetivos y el
primero de los medios y entre el cuarto y quinto objetivos y el segundo de
los medios. Esto supone un alto grado de correspondencia entre
principios y objetivos y entre objetivos y medios, lo que indudablemente
facilitará el logro de los objetivos propuestos, en concordancia con los
principios rectores, pues los medios previstos son adecuados para
lograrlos.

Regulación de la pertenencia al Rito

La Carta de Lisboa y la Carta de Barcelona, establecen políticas para que


las organizaciones masónicas de Rito Francés o Moderno que administran
las Órdenes de Sabiduría (y a través de éstas sus integrantes) puedan ser
admitidas, aceptadas o reconocidas por la organización o grupo de
organizaciones suscriptoras de una u otra Carta.

Pertenencia según la Carta de Lisboa

La política de pertenencia de la Carta de Lisboa se expresa así “Abrir las


puertas del Templo a todo Francmasón que haya sido recibido en un
Soberano Capítulo “Justo y Legítimo”.”, lo cual se desarrolla en una
Adenda, cuyo texto es el siguiente:

Adenda:

Un Soberano Capítulo “Justo y Legítimo”, no puede constituirse si no es en


el marco de una jurisdicción que haya recibido la Patente del Rito Francés

24
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, y haya firmado una
Convención que observe las reglas intangibles del Rito Francés inspiradas
por Alexandre Roëttiers de Montaleau.

Un Soberano Capítulo no puede fundarse sino es por al menos 12 Maestros


o Maestras Elegidos, que han de realizar su promesa sobre los símbolos de
la Francmasonería Humanista, Progresiva y Filosófica.

(El documento firmado: Carta de Lisboa, 2011)

“Justo y Legítimo”

Analicemos previamente los calificativos “Justo y Legítimo” utilizados


respecto de los Soberanos Capítulos que cumplan los requisitos
establecidos, los cuales se analizan más adelante.

“Justo” suele utilizarse en masonería sin referencia al concepto de


justicia, sino más bien a un número mínimo indispensable de integrantes
para cumplir un propósito, que en el caso de los talleres simbólicos se
relaciona con los trabajos de segundo grado. Considero que es en esta
acepción, casi sinónima de número exacto, que podemos entender el
calificativo de “Justos” para los Soberanos Capítulos mencionados en la
Carta de Lisboa.

“Legítimos” hace referencia al uso natural y obvio de este término, es


decir a que dichos Capítulos son lícitos, genuinos o verdaderos. Es decir
establece un “limite” para diferenciar si un Soberano Capítulo es lícito,
genuino, verdadero, frente a hipotéticos Soberanos Capítulos que
pudiesen considerarse ilícitos, que carezcan de autenticidad o que sean
falsos. La legitimidad, figura tomada por las masonerías del medio socio
jurídico, ha sido utilizada por el Derecho Civil y por la Ciencia Política
para marcar contrastes entre unas realidades consideradas legítimas,
respecto de otras consideradas ilegítimas, por falsas o reñidas con el De-
recho. En Ciencia Política diferencia los gobiernos legítimos de los
ilegítimos, tomando en consideración el apego al mandato popular en su
origen y ejercicio; mientras en el Derecho Civil realizaba una injusta
distinción entre hijos legítimos e hijos ilegítimos, nacidos o no dentro de
un matrimonio, los cuales actualmente son tratados en forma igualitaria,
dado el desarrolo de los derechos humanos. La legitimidad usada como

25
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

prueba de seriedad se anula cuando los mismos organismos son


considerados “legítimos” desde una perspectiva pero “ilegítimos” desde
otra; y porque podría manejarse en forma similar a la “regularidad”,
mecanismo de subordinación a una concepción y a un sector de poder,
que verifica el cumplimiento solo de requisitos formales, ineficaces, dado
que históricamente tenemos el caso de logias “regulares” pero racistas. La
regularidad y la legitimidad no garantizan principios y comportamiento
ético. Solo las actuaciones correctas en un mundo de transparencia,
permite conocer quién es quién en masonería, sin necesidad de figuras
jurídicas ni documentos. Considero que la ilegitimidad resulta inaplicable
pues sería necesaria una conspiración para crear una organización
masónica “ilegítima” o un grave desvío ético, público y notorio. Debe
tenerse cuidado al utilizar el término “legítimo” en sentido excluyente, o el
calificativo de “ilegítimo”, pues podría ser ofensivo y antifraternal, lo que
afectaría más a quien lo diga que a quien se lo dirija.

Política de apertura de las organizaciones suscriptoras de la Carta


de Lisboa

El texto de la Adenda determina qué Soberanos Capítulos son “Justos y


Legítimos”, estableciendo los siguientes requisitos:

Constitución de Soberanos Capítulos “Justos y Legítimos” solo en el


marco de una jurisdicción que haya recibido la Patente del Rito Francés
del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia.

Aclaro previamente que actualmente las organizaciones masónicas se


crean en ejercicio de la libertad de asociación y obtienen reconocimiento
como personas jurídicas, capaces de adquirir derechos y contraer
obligaciones, en sujeción a la legislación de los Estados. En sus
relaciones deben sujetarse a las leyes y solo a su interior pueden regirse
por sus propias normas, en lo que no contravengan la legislación,
Constitución y Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Discrepo con quienes piensan que las organizaciones masónicas son una
especie de Estados soberanos que pueden hacer lo que quieran, sin
sujeción a norma superior y sin rendir cuentas a nadie, pues todo lo
externo a ellas sería “profano”. Las organizaciones masónicas están

26
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

inmersas en la sociedad y lo “profano” es parte consustancial de ellas.


Simbólicamente, la referencia a la época de los constructores operativos
en que existía un “límite” entre el terreno “sagrado” para la construcción
del templo, respecto del resto “profano” del mismo, se relaciona con la
ubicación de la logia en el lado Norte, fuera del templo. Además, en las
masonerías especulativas el templo simboliza el universo, por lo que o
todo es sagrado o todo es profano, o no existe esta separación: en estricto
sentido todos trabajamos bajo la bóveda celeste.

Sobre que un Soberano Capítulo “Justo y Legítimo”, deba constituirse con


patente del Rito Francés del Gran Capítulo General del Gran Oriente de
Francia, caben estas reflexiones:

1. Título o Carta Patente. La patente, figura jurídica tomada del


llamado “mundo profano”, se refiere a la potestad que se
arrogaban los monarcas para otorgar privilegios, o al título
jurídico por el que los Estados conceden la explotación económica
de una invención. Pero si una organización masónica hubiese
obtenido un “privilegio real”, o hubiese asumido la prerrogativa de
los monarcas para otorgar patentes, esto ya no tendría ningún
valor desde que la Revolución Francesa abolió los privilegios, o
éstos se convirtieron en derechos. Por tanto corresponde analizar
la posibilidad de la patente entendida como título jurídico que
confiere el Estado para la explotación económica de una
invención.

2. Patente de invención. Documento conferido por el Estado que


reconoce al inventor su invención y le confiere su explotación
económica exclusiva por un período de tiempo. Cosa similar
sucede con los derechos de autor de libros u obras artísticas. La
explotación temporal se funda en la consideración de que los
inventos y otras creaciones son producto, además de su inventor o
autor, de los siglos de desarrollo del conocimiento humano, y/o
que sus resultados deben estar al servicio de la sociedad o la
humanidad. Luego de la explotación exclusiva por varias décadas,
los inventos y obras pasan al dominio público. Se ha llegado a
decir que las patentes constituyen la excepción a un principio
general constituido por el dominio público. Sobre el Rito Francés o

27
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Moderno cabe preguntarse en qué consiste este Rito; si lo que lo


conforma tiene un autor o un inventor y por tanto si es
patentable; al amparo de qué normas, según qué procedimientos,
ante qué autoridad se lo patentó y en qué términos se otorgó la
patente; y cuanto tiempo duró esa patente. Estas preguntas son
necesarias para ser coherentes con la institución jurídica de la
patente si se pretende invocarla.

En mi criterio las respuestas a estas preguntas pueden ser las


siguientes: a) Los ritos consisten en conjuntos de doctrinas y
prácticas de un grupo de masones, con un propósito formativo,
integrados por elementos filosóficos o religioso-esotéricos, éticos o
morales, mitos, rituales, y elementos simbólicos. El Rito Francés o
Moderno utiliza símbolos, mitos y rituales, interpretados desde
una perspectiva filosófica y ética, influida por la Ilustración, el
racionalismo, el humanismo, y hasta el positivismo. b) Los Ritos
son producto de una evolución social y cultural, por lo que no
suelen tener un inventor o autor determinado. En el Rito Francés
o Moderno, la evolución de sus grados simbólicos parte de su
origen inglés y recibió distintos aportes de grupos o personas. Sus
Órdenes de Sabiduría son una adaptación y simplificación de la
corriente escocecista. En mi criterio esto no podría haber sido
patentado. Y solo ciertos aportes específicos serían materia de
registro de derechos de autor, sujeto a impugnación si incurren en
plagio de textos preexistentes. c) Considero improbable que el Rito
Francés o Moderno haya sido alguna vez patentado o sujeto a
derechos de autor, según alguna legislación nacional o ante
alguna autoridad pública, y dudo que exista una patente o un
registro de derechos de autor al respecto, emitida por una
autoridad nacional legalmente competente para la emisión de este
tipo de documentos públicos. d) Pero en el supuesto de que sí
hubiese existido históricamente alguna patente o registro de
derechos de autor sobre el Rito Francés o Moderno, mientras más
antigua mayor sería el tiempo transcurrido desde que ella habría
fenecido, pasando al dominio público.

Mi conclusión sobre las patentes masónicas en general, es que


constituye una figura jurídica anacrónica y un absurdo que por

28
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

sujeción a la tradición se pretenda revivir ésta mala costumbre


masónica que nos viene del siglo XVIII, época en la que se la
utilizó mucho como forma de comercio y de corrupción. Me parece
lamentable que el Gran Oriente de Francia, con una imagen
pública vinculada a la laicidad, la democracia y el progreso,
heredera de los principios de la Revolución Francesa, pretenda
amparar su accionar en una figura jurídica inspirada en normas y
costumbres del “antiguo régimen”, con el riesgo de que actúe como
emisor, regulador y beneficiario de la “patente”, es decir como
“juez y parte”, y pretenda utilizarla para juzgar a otras
organizaciones. En mi criterio ninguna organización masónica,
puede convertirse en juez de sus iguales y menos respecto de su
legitimidad. Pero, si se quiere utilizar la denominación “patente” y
algunas de sus características para regular la propia organización,
cabe la siguiente alternativa.

3. Patente Interna. La patente como norma de regulación interna de


una organización masónica pienso que sí sería posible, pero solo
para efectos internos de una organización, si no viola ningún
derecho regulado por las leyes del país. El Gran Oriente de
Francia, podría otorgar unos documentos a los que llame
“patentes”, como norma interna que no se contraponga a la
legislación francesa. Su obligatoriedad y validez jurídica se
limitaría al interior del Gran Oriente. El nombre de “patente” se
utilizaría para documentos que acrediten la creación de Logias,
Capítulos u otros cuerpos, de conformidad con las normas del
Gran Oriente, pudiendo revestir diferencias según los distintos
sistemas rituales.

Constitución de Soberanos Capítulos “Justos y Legítimos” que hayan


cumplido con el punto anterior y que firmen una Convención que observe
las reglas intangibles del Rito Francés inspiradas por Alexandre Roëttiers
de Montaleau.

Este punto merece que se analicen dos elementos:

1. Esto supone suscribir un contrato por el cual Capítulos que no


forman parte del Gran Oriente de Francia se someten a sus

29
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

normas. Se trata de un contrato de adhesión, en que no hay la


libertad de negociación entre las partes sino que una de ellas fija
las reglas del juego y la otra se somete. Este tipo de contratos no
son igualitarios y colocan a una parte en posición de superioridad,
e incluso le confieren una “espada de Damocles” sobre las otras.
Esta figura no es deseable para las relaciones masónicas
internacionales, que deberían caracterizarse por la igualdad y la
democracia. Con esto, colocaron al Gran Oriente de Francia en
situación similar a la de la Gran Logia Unida de Inglaterra y sus
normas de reconocimiento, posición basada en una mentalidad
imperial, por una parte, y colonial, por parte de las organizaciones
que se someten a sus reglas.

2. El contenido de este contrato de adhesión incluiría “reglas


intangibles del Rito Francés inspiradas por Alexandre Roëttiers de
Montaleau”, que no se señalan. Preocupan las “reglas intangibles”,
ya que intangible significa que no debe o no puede tocarse o
modificarse, es decir que no es susceptible de cambio o variación.
Resulta difícil creer que se haya utilizado este término por parte de
masones de Rito Francés o Moderno, tal vez la entendieron de
forma distinta, seguramente por haber sido escrita originalmente
en francés, pero su significado en este idioma ratifica el sentido
señalado: À quoi l'on ne peut toucher, qui doit rester intact. (Lo que
no se puede tocar, que debe permanecer intacto.) (Larousse).
Quiero pensar se trata de un error. Pero si no lo fuese sería grave,
pues violentaría la ideal del cambio y la realidad de que todo está
en permanente transformación. De ser así, tendríamos otro
paralelismo o inspiración en la mentalidad de la masonería
anglosajona y su invento de los “Landmarks” que dicen que ellos
no pueden ser modificados, lo que la configura como una
masonería inmóvil, aferrada al pasado, radicalmente
conservadora, contraria a la idea de progreso.

Fundación de un Soberano Capítulo por al menos 12 Maestros o


Maestras Elegidos, que deben realizar su promesa sobre los símbolos de
la Francmasonería Humanista, Progresiva y Filosófica.

Contar con al menos 12 Maestros o Maestras Elegidos, cuarto grado o


primer orden del Rito Francés o Moderno, se relaciona con el calificativo

30
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

de “Justos” de los Soberanos Capítulos, como requerimiento de un


número mínimo de 12 miembros para su funcionamiento, lo cual solo
rige para los suscriptores o adherentes a la Carta de Lisboa, pues otros
Soberanos Capítulos podrían decidir que para ser “Justos” se requiere
otro número, decisión válida, pues los Soberanos Capítulos son
“soberanos”. Además, como las normas no son retroactivas, los
Soberanos Capítulos suscriptores de la Carta puedan haberse formado
con un número distinto de miembros, pues la norma rige para lo
venidero. Respecto de que deben “realizar su promesa sobre los símbolos
de la Francmasonería Humanista, Progresiva y Filosófica”, no se
especifica en qué consiste la promesa ni cuáles son dichos símbolos, lo
que convendría lo regulen, pues las normas, usos y costumbres de cada
Soberano Capítulo podrían variar. La diversidad no es mala, pero
convendría que los términos de la promesa reflejen un ideario común.
Este ideario común, no se especifica, pero se insinúa al calificar a la
masonería que practican como Humanista, Progresiva y Filosófica. Pero la
caracterización de “progresiva”, que progresa, que favorece el avance, es
decir los cambios que van hacia adelante, que suponen mejoras y
adelantos, se contradice con lo señalado en el párrafo anterior de la
Adenda, que habla de la observación de reglas intangibles.

Consideración general sobre la Adenda

En un primer momento la Adenda me recordó la definición de “La Logia


Justa y Perfecta” complementaria del Llamamiento de Estrasburgo que
dio nacimiento a CLIPSAS, el Centro de Enlace y de Información de las
potencias masónicas firmantes del Llamado de Estrasburgo, creado en
1961, la cual enumera los elementos simbólicos y rituales de una logia
masónica, y deja a cada taller y obediencia los aspectos diferentes y
controvertidos. Es una definición amplia y el espíritu con el que se creó
CLIPSAS fue igualitario y democrático entre quienes lo crearon,
incluyendo el Gran Oriente de Francia, por lo que estableció una política
incluyente y ejemplar en las relaciones masónicas internacionales. Pero la
similitud es solo en la forma, pues su fondo es diferente, ya que la
definición de los Soberanos Capítulos “Justos y Legítimos” de la Adenda a
la Carta de Lisboa instaura una política excluyente y desigual en las
relaciones internacionales del Rito Francés o Moderno, en lugar de dar
continuidad o constituir un avance rspecto del Llamamiento de

31
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

Estrasburgo, constituyendo en su lugar un retroceso. Esta Adenda me ha


desconcertado y me ha lleva a pensar que, al menos en parte, no fue
redactada por masones del Gran Oriente de Francia practicantes del Rito
Francés o Moderno, sino que en ello se filtró algún hermano formado en
la mentalidad de la Gran Logia Unida de Inglaterra o de las Grandes
Logias que se autodenominan “regulares”. Desgraciadamente este texto
fue aprobado en Lisboa, seguramente de buena fe, sin pensar sus
implicaciones y consecuencias, tal vez apresuradamente. En mi criterio
esta Adenda ameritaría una urgente rectificación, pues al apostar por la
exclusión en lugar de la inclusión, afecta gravemente al bien ganado
prestigio del Gran Oriente de Francia y al del resto de organizaciones
firmantes de la Carta de Lisboa.

Pertenencia según la Carta de Barcelona

La política de pertenencia según la Carta de Barcelona se expresa en


estos términos:

La Unión Masónica Universal del Rito Moderno estará en todo momento


abierto a cualquier Cuerpo Filosófico que practique el Rito Moderno en sus
Cinco Órdenes de Sabiduría, que solicite su ingreso, una vez contrastada
su filiación iniciática.

(Guerra, Carta de Barcelona del Rito Moderno, 2011)

La Carta de Barcelona regula la pertenencia a la Unión Masónica


Universal de Rito Moderno UMURM, pero no dice nada respecto de las
relaciones con organizaciones que no pertenezcan a la UMURM, lo cual es
necesario, pues podría interpretarse que la pertenencia al Rito requiere la
pertenencia a la UMURM. No es necesario que se reconozca a una
organización para ser lo que ella es, pero es deseable se muestre una
intencionalidad de apertura amplia y fraternal.

En la forma de concretar la pertenencia a la UMURM es positiva la


declaración de que se encuentra abierta a cualquier cuerpo filosófico que
practique el Rito Moderno en sus cinco Órdenes de Sabiduría, pero ¿qué
pasa con los cuerpos filosóficos que no abarquen sus cinco Órdenes?
Esto es importante respecto de cuerpos que puedan haber trabajado
hasta el cuarto Orden pero no llegaron a implantar el quinto, de reciente

32
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

re-creación, u otras posibilidades. Convendría que, dado el espíritu de


apertura, se elimine la limitación de la actual redacción.

Respecto de que el cuerpo interesado solicite su ingreso a la UMURM


“una vez contrastada la filiación iniciática”, cabe la siguiente reflexión:
Verificar que un cuerpo es masónico y que practica el Rito Francés o
Moderno es lógico, pero esto es distinto a utilizar como forma de
comprobación el contraste de la filiación iniciática. Verificar que se trata
de un organismo masónico de Rito Francés o Moderno, supone
comprobar su adhesión a los principios esenciales de este Rito, en la
teoría y en la práctica, e incluso el desarrollo de su trabajo o accionar
basado en los elementos metodológico-docentes simbólicos y rituales
propios del Rito, para darse cuenta de lo que la organización es, y si lo
que ella es se engloba en la vivencia de un cuerpo de Rito Francés o
Moderno. Pero contrastar su filiación iniciática es algo distinto: es
verificar si la organización es hija de otra organización que se conoce era
o es de Rito Francés o Moderno, bajo la presunción de que la nueva
organización ha heredado las mismas caraterísticas de la organización
madre, lo que podría abarcar también las organizaciones abuelas,
bisabuelas, etc. Esta es una presunción que puede resultar falsa e
injusta. Falsa porque si solo se verifica que la organización tuvo su
nacimiento de otra organización de Rito Francés o Moderno, se pasa por
alto lo que ella es. Llevando la lógica al extremo, la organización evaluada
podría tener características confesionales pero llamarse de Rito Francés o
Moderno, lo que podría pasar desapercibido pues lo que interesa es que
sea hija, nieta, etc. de organizaciones de Rito Francés o Moderno. Y
resulta injusta porque no se evalúa lo que ella es sino lo que han sido las
organizaciones que le antecedieron y crearon, pudiéndose cumplir aquella
barbaridad de que “pagas por los errores de tus padres”.

Con esto se valora más la entrega de un papel por el cual se afirma que la
nueva organización también puede practicar este Rito, aunque después
de ello se la abandone a su suerte, por sobre la investigación y el estudio.
En esto está implícita la mentalidad de que las organizaciones no se
crean por sí mismas, ejerciendo el derecho a la libertad de asociación,
sino que requieren ser creadas, en ejercicio de una versión modificada de
las viejas prerrogativas reales Además, este requerimiento se sustenta en
una concepción ajena y contraria a la esencia de este Rito racionalista,

33
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

del que se dice no es un Rito esotérico. Sin embargo la “filiación


iniciática” es una concepción esotérica insertada en algunas masonerías
en el siglo XVIII, que supone que existe un poder y/o un conocimiento
secreto muy antiguo, transmitido en forma ininterrumpida “de los labios
del maestro a los oídos del discípulo”, en que cada venerable maestro, ha
recibido el poder de otorgar las sucesivas iniciaciones y enseñanzas de su
maestro, éste de su maestro y así sucesivamente. El contenido de esa
transmisión sería un poder o conocimiento que permitiría despertar las
facultades ocultas en el ser humano, y que por ser secreto no se cuenta
en qué consiste y se hace el llamado a que cada iniciado lo descubra, o le
remiten para conocerlo a iniciaciones posteriores, hasta llegar al último
grado de iniciación, en el cual supuestamente se descubre el gran
secreto, que consistiría en que el conocimiento se ha perdido y por tanto
el secreto radica en que no hay secreto. Pero si existiese un conocimiento
importante a ser transmitido para que un organismo masónico pueda
considerarse de Rito Francés o Moderno, el método para transmitirlo
resultaría arcaico e ineficaz en el siglo XXI, y probablemente esa o mayor
información ya está publicada en libros o en la web. Y si nos remitimos a
la forma cómo se ha extendido el conocimiento del Rito Francés o
Moderno en las últimas décadas, principalmente en la Península Ibérica y
en Latinoamérica, podemos darnos cuenta que no ha sido precisamente
gracias a la acción docente de los organismos padres o madres, ni
siquiera de los propios cuerpos a su interior, sino al trabajo de búsqueda
e investigación de algunos contados hermanos; al intercambio, primero
vía fotocopias, y luego vía correo electrónico, de rituales, planchas y
libros; y a la difusión y actual debate en blogs y redes sociales.

Un rito “moderno” debería asumir la modernidad y asimilar los cambios.


Y si entendemos a las masonerías como organizaciones docentes,
debemos comprender que se ha pasado desde la concepción de que
existía un maestro que enseñaba y transmitía conocimientos a un
alumno que los asimilaba memorísticamente, hacia la concepción, de que
los conocimientos no se transmiten sino que se aprenden, autónoma y
socialmente, pasando el maestro a cumplir el papel de facilitador del
aprendizaje de los estudiantes y de él mismo. Pero la gran diferencia de
las organizaciones masónicas respecto de otras organizaciones
educativas, radica en que la calidad masónica no está dada por los
conocimientos de masonería, sino por la práctica efectiva de los principios

34
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

masónicos. Por esto tiene vigencia aquella frase que dice que a los
masones no se les conoce por sus símbolos externos sino por sus
actuaciones.

En el caso de los masones franceses o modernos, los que en los grados


respectivos tienen el derecho a asociarse libremente para formar los
cuerpos que correspondan según su grado, su calidad masónica y su
grado están determinados por su recepción en debida forma, pero su
carácter de franceses o modernos depende de la calidad de la docencia y
de su aprendizaje de conformidad con los principios, prácticas y doctrinas
del Rito, y de su comportamiento acorde con ellos. Son los masones y
masonas franceses o modernos, debidamente formados en el Rito, que
actúen con coherencia respecto de su formación, los que determinarán el
carácter de masónico francés o moderno del organismo que conformen,
sin necesidad que otro cuerpo lo haya creado o que se le entregue un
documento que pretenda acreditar lo que ya es.

Por tanto, no cabe hablar de “filiación iniciática” en el Rito Francés o


Moderno, y para verificar la calidad masónica francesa o moderna de un
organismo que desee afiliarse a la UMURM, ésta podría remitirse al
accionar del propio organismo para comprobar que sea acorde o
compatible con los principios y prácticas del Rito Francés o Moderno,
pues las organizaciones merecen el mismo tratamiento que las personas:
que se les aprecie por lo que ellas son, no por lo que fueron las
organizaciones que le antecedieron. Lo contrario no solo que no es
democrático sino que es muy parecido a las antiguas exigencias de
“pureza de sangre” o la comprobación de la calidad de “cristiano viejo”. Y
esto podría llevar a que a las organizaciones que no prueben su “filiación
iniciática” se les coloque una especie de “barra de bastardía”.

Sentido de las políticas de pertenencia

Una política organizacional constituye una definición básica sobre qué


quiere dicha organización y cómo piensa lograrlo. Una política de
pertenencia determina quiénes quiere dicha organización que pertenezcan
a ella, o qué características deberían tener, y cómo va a lograr dicho
propósito, sea de manera activa, mediante mecanismos para atraer
nuevos miembros, o de manera pasiva, mediante el establecimiento de

35
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

requisitos para aceptar la incorporación de los posibles interesados. En el


ámbito masónico, las políticas de pertenencia van dirigidas, por una parte
a los llamados “profanos”, solo hombres u hombres y mujeres; y por otra
parte a los masones, en unos casos, y a los masones y masonas, en otros,
que cumplan ciertos requisitos que configuran lo que consideran
fundamental para el Rito. Y estos criterios suelen hacerse extensivos a las
organizaciones. Una de las diferencias más notorias en las políticas de
pertenencia está dada por la constatación de la aceptación o no, con
diversas variantes, de la idea de una divinidad. Pero a partir de este
punto, claramente ideológico, los demás requisitos suelen centrarse más
en aspectos formales que ideológicos. En el ámbito de las organizaciones
masónicas, al aplicar políticas de pertenencia, que muchas veces no
están claramente definidas, se suele confundir los fines con los medios.

En materia de fines, una política de pertenencia, generalmente pasiva,


puede verificar si la organización con la cual hay la posibilidad de
formalizar relaciones es masónica, si lo es desde la perspectiva del Rito y
si no hay nada que se la pueda achacar, que pudiesen perjudicarle a ella
y a sus relacionados. También es muy común dar mucha importancia al
origen de esa organización, cosa con la que discrepo. Pero el mayor
problema de las políticas de pertenencia es que no tienen objetivos
definidos, es decir qué pretenden lograr. Y esto se debe, a su vez, a que la
ideología del rito no suele estar claramente determinada y expresada en
sus Principios. Esto implica que si no se tiene claro qué es lo que se
quiere, o cuál es el referente ideológico de ello, la forma de lograrlo resulta
inútil o confusa. Pero aún en el caso de tenerse claras las ideas respecto
de lo que se quiere en materia de política de pertenencia, no siempre los
medios son los adecuados para lograr dichos propósitos.

En el caso de las organizaciones de Rito Francés o Moderno el propósito


de una política de pertenencia pasiva podría verificar si la organización es
masónica, si practica el Rito Francés o Moderno, si está conformada por
masones o masonas de Rito Francés o Moderno en el grado requerido, y si
su comportamiento o desenvolvimiento resulta acorde con lo que supone
la masonería francesa o moderna. ¿Cómo verificar esto de una manera
real y efectiva? Pueden existir o podrían idearse distintas formas, pero las
más ineficaces son las que se remiten a verificar patentes o filiaciones o
las que solo comprueban el cumplimiento de aspectos formales, pues

36
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

estos medios no permiten el logro de los fines de una política de


pertenencia, y se los aplica por tradición o costumbre, no como resultado
de un análisis sobre su real propósito y utilidad. Esta es una materia en
la que debería trabajarse para establecer en primer lugar principios
claros, luego políticas de pertenencia bien definidas, y por último
mecanismos eficaces y eficientes para lograr las finalidades de dichas
políticas.

Pie de firma

En la Carta de Lisboa se incluye al final, a manera de pie de firma, lo


siguiente:

Por delegación del Gran Maestro del Gran Oriente de Francia


Garante del Rito
El Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable
del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia
Jean Pierre CATALÀ, V Orden.

(El documento firmado: Carta de Lisboa, 2011)

Llama la atención que se califique de “Garante del Rito”, o al Gran


Oriente de Francia o a su Gran Maestro, seguramente al primero.
Garante es quien asegura el cumplimiento de algo que ha sido acordado,
el que responde de las obligaciones contraídas en caso de que el principal
obligado falle. También suele utilizarse esta palabra para referirse a quien
adquiere un compromiso de honor, en que está en juego la reputación de
una persona u organización, en función de realizar todo lo que esté a su
alcance para la consecución de un fin. Me pregunto si el Rito Francés o
Moderno necesita ser garantizado, y en caso de respuesta afirmativa, si
acaso todos sus miembros no serían quienes lo garantizan con sus
actuaciones. Sin embargo, si los suscriptores de la Carta de Lisboa
consideraron que la práctica del Rito en sus organizaciones soberanas (no
todo el Rito, pues en Lisboa no estuvieron todos quienes lo practican),
requería ser garantizado, esto explicaría este pie de firma, a no ser que
esto haya sido idea de algún hermano del Gran Oriente de Francia, quien
haya decidido utilizar esta palabra para atenuar la dureza de afirmar lo
que algunos hermanos piensan: que el Gran Oriente de Francia es

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

“propietario” de la “patente” del Rito Francés. Es decir, habrían utilizado


la palabra “garante” para no poner algo así como “Gerente-Propietario”.
Discrepo con esto por las razones anotadas al hablar de las patentes.

CONCLUSIONES

Las implicaciones de ambas cartas

Este año, pese a que solo se reunieron los representantes de los cuerpos
que administran las Órdenes de Sabiduría del Rito Francés o Moderno,
grados 4 al 9, al estar estos cuerpos íntimamente vinculados a las
organizaciones que administran los grados simbólicos, que agrupan al
mayor número de miembros del Rito, y debido al indudable liderazgo que
tienen los Grandes Capítulos Generales y Supremos Consejos, las
decisiones tomadas pueden terminar involucrando al Rito en su
integridad, y así, una minoría de hermanos poseedores del V Orden, por
muy sabios que sean, habrán arrastrado, en sus aciertos y en sus
errores, a la gran mayoría de practicantes del Rito, quienes
paradójicamente suelen sentirse orgullosos del carácter democrático del
mismo.

Que unos Soberanos Capítulos sean considerados como legítimos por el


Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia y que otros Soberanos
Capítulos sean reconocidos por el Supremo Consejo del Rito Moderno de
Brasil y formen parte de la Unión Masónica Universal de Rito Moderno,
no afecta su trabajo cotidiano. Es más, se ha dado el caso de Soberanos
Capítulos cuya realidad intrínseca no ha cambiado pero que o no han
contado con patente, o han llegado a tener patentes de uno y otro sector,
o han cambiado una por otra, por su propia voluntad o porque alguna
organización les ofreció y aprovecharon la oportunidad. O también que a
alguna organización se le ocurrió retirar una patente que ella misma
otorgó antes para otorgarla a otro Soberano Capítulo. La realidad es que
cualquier Soberano Capítulo si no obtiene patente de un lado puede
obtenerla de otro, con lo que solo cambia el suscriptor de la patente, o si
quisiera podría trabajar sin ella, lo que no afectaría absolutamente en
nada a su trabajo. Todo esto me parece absurdo, ya que la realidad de un
Soberano Capítulo no cambia con un papel, por más firmas y sellos que

38
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

tenga, y definitivamente el quehacer masónico no depende de patentes


sino del accionar apegado a principios de los maestros y maestras que lo
conforman.

Sin embargo, con este furor por los formalismos y las patentes, se ve
afectada la fraternidad y las relaciones normales y fluidas entre los
miembros del Rito Francés o Moderno, y pronto aparecerán, si no ha
sucedido ya, al menos dos Soberanos Capítulos o Supremos Consejos por
país, cada cual pretendiéndose más auténtico que el otro. Con el tiempo
probablemente sucederá algo parecido a lo que acontece con el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado en que hay varios Supremos Consejos por
país, todos ellos reconocidos y con relaciones internacionales con otros
Supremos Consejos de otros países, pues existen al menos cuatro
Confederaciones de Supremos Consejos del REAYA en el mundo, lo que
ha dado como resultado la existencia de bastantes hermanos que poseen
el grado 33. Y ahora posiblemente tendremos cada vez más hermanos
que, aún con pocos años de iniciados, puedan llegar a ostentar el V
Orden, que es el 33 francés o moderno. Unos Soberanos Capítulos se
denominarán de Rito Francés y otros Soberanos Capítulos o Supremos
Consejos se denomiarán de Rito Moderno. Con el tiempo si se llegan a
diferenciar mucho, podrían llegar a conformarse dos ritos distintos, pues
para ello ya usan desde ahora nombres diferentes.

Pero lo más penoso de todo esto es que entre hermanos que se supone
tienen una visión muy similar de la masonería y del mundo, ya empiezan
a aparecer los anatemas, porque inmediatamente comenzaron a
etiquetarse y a mostrar patentes o reconocimientos, o a pretender el retiro
de patentes y reconocimientos, y a afirmar que son los únicos que
practican “legítimamente” el Rito en un determinado territorio, o que son
los más antiguos en la práctica ininterrumpida del Rito, o a cuestionar la
integridad y utilizar calificativos ofensivos respecto de las razones y
prácticas de los otros, y cada vez más “pares” de organizaciones
masónicas francesas o modernas de cada país podrán llegar a decir
exactamente lo mismo y a olvidarse que son hermanos. Este tipo de
anatemas y malas costumbres fueron inventados hace mucho en contra
de quienes practicaban el Rito Francés o Moderno, por atreverse a pensar
y actuar con libertad y no subordinarse a los criterios de la organización
que se pretende inventora o fundadora de la masonería moderna, por lo

39
REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

que fueron calificados despectivamente de “irregulares”. Es inadmisible


que ahora los practicantes de este Rito, víctimas de la discriminación en
otro momento, adopten estas malas costumbres, convirtiéndose en
victimarios y discriminadores de algunos de sus hermanos, simplemente
porque ellos no piensan igual, no siquiera sobre asuntos esenciales, sino
respecto de una aplicación puntual de Derecho Masónico, degradándose
por esta causa las relaciones fraternales. Esto debería parar de
inmediato, en el discurso, en las planchas, en las páginas web, en las
relaciones interpersonales. Pero mientras estas controversias absurdas
continúen, el tiempo de los masones y masonas que se supone tienen
más ilustración se malgastará en estos conflictos en lugar de dedicarse a
trabajar en los cometidos marcados por los principios que dicen
propugnar.

Naturaleza de la controversia

Desde mi punto de vista, desgraciadamente lo señalado no constituye


una simple desavenencia entre hermanos, sino un conflicto de poder, por
lo cual la naturaleza de esta controversia es política, e incluso geopolítica.
Aquí desarrollo brevemente esta idea a manera de hipótesis.

Por una parte, los hermanos del Gran Capítulo General del Gran Oriente
de Francia probablemente se dieron cuenta que el Rito que ellos
consideran exclusivamente “francés”, se les estaba saliendo de las manos,
debido a que ellos mismos no mostraron en el pasado mayor interés por
lo que sucedía con él fuera de Francia. Y ante esto pienso que decidieron
tomar acciones inmediatas y dar un mensaje claro: “este es nuestro Rito y
nosotros ponemos las reglas respecto a él”. Y parece que no están
dispuestos a sacrificar la influencia que ello les confiere a nivel mundial.
El problema es que cuando hicieron esto llegaron tarde pues no todos los
demás Soberanos Capítulos estaban dispuestos a aceptar sus reglas de
juego, ya que algunos de ellos tenían sus propias ideas al respecto, y se
decidieron a llevarlas a la práctica. Y entre los que se adhirieron no creo
que todas las voces hayan sido unánimes.

Por otra parte, principalmente los hermanos brasileños y españoles,


consideran que la mayor práctica ininterrumpida del Rito, desde hace
cerca de dos siglos, se produjo en Brasil, por lo que, o el Supremo

40
ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

Consejo del Rito Moderno de Brasil tendría derechos para liderarlo o el


Rito no sería patrimonio exclusivo de nadie, por lo que vieron la
oportunidad de establecer unas reglas de juego más igualitarias, sin
dueños ni garantes, pero en un entorno en el cual ellos tendrían un
indudable protagonismo y liderazgo. Tampoco creo que tengan ganas dar
pie atrás pues lo que decidieron les ha abierto posibilidades
insospechadas.

De esta manera, estas dos visiones y fuerzas representativas del Rito


Francés o Moderno se han lanzado a escena y el mapamundi es el
escenario en el que desarrollarán su papel.

Perspectivas para el Rito

Al hablar de las perspectivas del Rito Francés o Moderno no quisiera


partir del supuesto de la división, sino del anhelo de que impere la
cordura y la unidad en función de un mejor logro de los objetivos
comunes, para lo cual es necesario que las diferencias sean superadas, y
que quienes ahora aparecen en dos bandos diferentes u opuestos,
entablen relaciones cordiales y coordinen políticas o acciones de interés
común y de beneficio general.

Quisiera ver un Rito que, consecuente con su desarrollo histórico, asuma


la idea de progreso y dé pasos adelante en ese desarrollo: que aglutine a
todos quienes profesan el librepensamiento e institucionalmente lo
asuma con claridad, y que emprenda acciones sociales que lleven a la
práctica de sus principios.

Que permanentemente estudie los problemas del mundo, analice


alternativas para enfrentarlos, haga escuchar su voz orientadora y
fomente la actuación de sus integrantes en la lucha por las causas de la
libertad y la justicia.

Que a lo interno aplique lo que predica, que democratice sus estructuras


y que supere la organización tradicional y autocrática de las grandes
logias y orientes y reconozca la realidad, que cada vez se extiende más, de
asociaciones o confederaciones de logias soberanas, que eso deberían ser
los primeros, o la existencia de logias o capítulos independientes, que no

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

son “salvajes”, sino libres y soberanos, muchas veces más dinámicos que
los demás, y con los cuales no se puede dejar de contar.

Que otorgue trascendental importancia a la investigación como soporte de


la docencia y que ésta se sustente en el aprendizaje crítico.

Que las Órdenes de Sabiduría se conviertan en verdaderamente francesas


o modernas, desprendiéndose de su carga escocecista, que purifiquen sus
mitos y rituales, teniendo como referente su filosofía humanista, para lo
cual podrían tomar como referente o punto de partida el trabajo
emprendido por los hermanos de Blois. Y que asuman un trabajo de
generación de pensamiento, a partir del contraste entre los grandes
principios humanistas y las realidades del aquí y del ahora.

Que en las relaciones internacionales y fraternales sean sustituidos las


viejas patentes, reconocimientos y filiaciones, por la coherencia entre lo
que se dice y lo que se hace, en materia ética, y de compromiso con la
laicidad y la justicia social.

En suma, que el Rito Francés o Moderno, a través de todas sus


organizaciones, logias y capítulos, federados o independientes, sin
distinción, y fundamentalmente de sus miembros, hombres y mujeres,
asuman el cometido libertario que el imaginario popular asigna a la
masonería, en la teoría y la práctica, en los templos y en la sociedad, y se
constituya en líder ideológico, mediante el ejemplo, de la llamada
masonería liberal y adogmática. Porque la masonería de Rito Francés o
Moderno, y sus formas, normas y rituales, no son fines en sí mismos,
sino medios formativos, de organización y de acción, para la construcción
de una humanidad más esclarecida, caracterizada por la Libertad, la
Igualdad y la Fraternidad universales.

Quito, 6 de diciembre de 2011.

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ANÁLISIS DE LAS CARTAS DE LISBOA Y BARCELONA

REFERENCIAS
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www.ritofrances.es/documentacion/historia/Rito_Moderno_en_Brasil.pdf

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REVISTA RITO FRANCÉS • AÑO I • NÚMERO I

RESEÑA DEL AUTOR DEL ARTÍCULO


Guillermo Fuchslocher (Ecuador, 1956)
Iniciado en1980 en la Logia Luis Vargas Torres de la Gran Logia Equinoc-
cial del Ecuador. Cofundador, en 1984, de la Logia Voltaire de Rito Esco-
cés Antiguo y Aceptado, de la cual fue Venerable Maestro; cofundador, en
1984, de la Logia Arauco de Rito Escocés Antiguo y Aceptado; cofunda-
dor, en 1994, de la Logia Eugenio Espejo de Rito Francés o Moderno. Fue
miembro de la Academia de Docencia Masónica “Pablo Guerrero Torres”
de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador.

Autor, entre otros libros, de “Teoría de los Símbolos”, “Introducción al


Esoterismo Masónico”, “El Rito de las Logias Lautarinas”, y de numerosos
artículos, muchos de ellos sobre francmasonería.

Fue Editor y Webmaster de la Revista Internacional “El Heraldo Masóni-


co” de U.S.A., Editor de la Revista Masónica “Desde el Andamio” de la
Gran Logia Equinoccial del Ecuador, y Director-Editor de la Revista
“Primicias” de la Logia Eugenio Espejo.

Participó en la actividad masónica en Internet desde sus comienzos, a


través de listas y logias virtuales.

Actualmente es miembro de la Logia Eugenio Espejo, ahora Líbera, del


Círculo de Estudios Francmasónicos CIRESFRANC, de la Academia
Francmasónica Ecuatoriana, de la Asociación Ecuatoriana de Libre Pen-
samiento y de la Asociación Internacional de Libre Pensamiento.

44
Círculo de Estudios del Rito Francés
“Roëttiers de Montaleau”

www.ritofrances.es

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