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Bogotá, 01 de febrero de 2018

Señores

Coordinación Departamento de Lenguas


Asunto: respuesta radicado No 201705220148502

Distinguidos señores,

Con mucho asombro leo la queja del estudiante Ronald Vergel, en la que se describe como víctima de un
supuesto irrespeto. Y el asombro no es sólo por la falsedad de su afirmación, sino por el profundo descaro que
muestra el estudiante, ya que si alguien ha sido irrespetuoso conmigo como docente, con el espacio académico,
con sus compañeros y con la Universidad Pedagógica Nacional es él. Respondo con argumentos.

Vergel dice que yo le advertí sobre su mal desempeño en clase, lo cual es cierto. Pero no lo hice “DELANTE DE
TODOS en plena clase” (palabras –y mayúsculas- textuales de la queja). Me acerqué a él y se lo dije
personalmente, en el salón sí, pero no como él describe la escena, que da a entender que lo grité en medio de
la clase para que todos se enteraran. La interacción y el comentario fueron uno a uno. Si otros estudiantes
escucharon, eso ya no es mi responsabilidad puesto que no lo dije en voz alta, hablaba con Ronald
personalmente y no con ellos. Pero la clase no es sólo para él, hay más estudiantes y yo no controlo lo que
escuchan o no. Es más, aún advertido, el estudiante no le importó la materia en lo más mínimo, como
demostraré más adelante.

En cuanto a las notas y los porcentajes, las calificaciones en la universidad siempre se dan en dos momentos: a
mitad de semestre, y al final. Esta clase no fue la excepción. Los porcentajes sí cambiaron un poco, pero fue
debido a todos los problemas que tuvimos el semestre pasado con bloqueos de los edificios y la suspensión
prolongada de clases. En especial la clase de Lengua inglesa y producción literaria, porque incluso antes del
paro, ya habíamos perdido casi 5 clases por marchas, visitas papales, tropeles etc. Las notas definitivas se dan al
final del semestre, en la semana final que se designa para eso porque, obviamente, uno no puede saber la nota
final si no se han recogido todas las evaluaciones. No sé de dónde o cómo esperaba Vergel que lo evaluara.

Afirma también que no le respondí qué lecturas podría adelantar, o que jugué al adivino grosero, lo cual no solo
es falso, sino ridículo. Falso porque él nunca me preguntó qué lecturas adelantar -y aunque lo hubiera hecho, el
uso de esa excusa sólo demuestra el poquísimo interés que tenía Ronald por la materia, ya que todas las
lecturas y el cronograma de las mismas habían sido entregadas las primeras semanas de clase, de lo cual parece
que ni se enteró. Se me acercó para preguntarme qué hacer porque lo habían sacado del primer grupo de
exposición por bajo rendimiento. Le respondí que ya sabía, como él lo menciona en su carta, y que buscara otro
grupo para trabajar, lo cual no hizo o no lo aceptaron. Y es más que ridículo afirmar que se le trató de forma
“tremendamente irrespetuosa” porque el docente estaba pretendiendo ser un clarividente que no deja hablar a
los estudiantes porque ya sabe lo que le van a decir, y que tras del hecho responde feo. Si alguien está siendo
tremendamente irrespetuoso es él al hacer quejas sobre situaciones ficticias.

Y esto me lleva al cinismo que tiene el estudiante al mostrarse como la víctima y el irrespetado cuando él no
mostró el más mínimo respeto por la clase o compañeros, ni siquiera por las más básicas normas de buenos
modales. Ronald Vergel llegaba cuarenta o cincuenta minutos tarde. No hubo un solo día en que llegara a
tiempo, y ni siquiera tocaba la puerta antes de entrar. Faltaba constantemente a clase, no participaba en las
actividades, y cuando lo hacía demostraba que ni siquiera había leído el material asignado. Menciona una
exposición de la que fue expulsado por los otros miembros del equipo por no trabajar. Incluso a esa misma
exposición llegó tarde, no preparó el tema, empezó a comer mientras presentaba – a todas luces
improvisando-, y expuso por muy buen tiempo hablando con la boca llena, en frente de todo el curso, sin el más
mínimo reparo. Sus compañeras de grupo afirmaron que no les ayudó a preparar nada de la presentación, pero
que sí les afectó mucho el resultado final que mostraron frente a sus compañeros. Así que si alguien dio “la
impresión de que él era vago y/o irresponsable o mal estudiante, entre otros calificativos negativos” fue él
mismo con las acciones y resultados que mostraba en el espacio académico. Yo nunca lo traté así.

Todo esto sin mencionar el resto de su trabajo en clase. De los 7 quiz que se hicieron durante el semestre, el
estudiante no presentó 4, uno lo perdió con 2.4 y los otros los pasó con 3. No presentó la segunda presentación
porque, o no buscó un nuevo grupo, o ninguno quiso trabajar con él después de lo que vieron en la primera
exposición (y estaban en todo su derecho). Tampoco mostró mayor interés en hacer una presentación sólo, una
investigación extra, nada. El día del examen final ni siquiera vino a clase, y lo único que tenía que hacer para
presentarlo era haber leído el material dado durante el semestre. Y todas estas situaciones se dan en una
persona que estaba repitiendo la materia.

Durante el primer semestre de 2017 (cuando perdió por primera vez) no mostró mejor desempeño que en el
segundo. Ese semestre sólo presentó 3 de los 13 trabajos que se pidieron en clase, y el trabajo final. Perdió con
2.0 y casi pierde por fallas. ¿Realmente una persona con esas características tiene la autoridad moral para
llamarme poco ético por actualizar el programa de un semestre a otro; de decir que fue “profundamente
irrespetado” al haberle sugerido que cambiara su actitud para poder mejorar sus resultados; o de sugerir que
no hago bien el trabajo que he hecho durante más de 10 años en diferentes instituciones que tienen los más
altos índices de calidad y exigencia académica?

Descaro y sólo descaro es lo que veo en las irrespetuosas líneas de su carta. Debería aprender a respetar a sus
docentes, compañeros y Alma Mater quien pretende exigir respeto. Por este tipo de situaciones, y el tiempo y
recursos que le está haciendo perder a la Universidad Pedagógica, si alguien debería ser corregido o sancionado
(como lo pide en su carta) es Ronald Vergel.

Atentamente

Julián Mancipe Acuña


80927986
Docente Departamento de lenguas
Universidad Pedagógica Nacional

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