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Terrorismo visual
en la Capital del Pacífico.1
Virgilio Freddy Cabanillas
Historiador. Docente universitario.
1
El término “terrorismo visual” es una sugerencia de nuestro amigo Miguel Jurupe, profesional de turismo
especializado.
La primera versión de este texto se publicó con el título: “Monumental descuido. Memoria, arte y ciudad”.
En: Exágono. Revista del Colegio de Arquitectos del Perú. Lima, Año 1, N. 3 (2009): 48-53.
contaminante de carros que han pasado por “revisiones técnicas”, algunas restauraciones
de nunca acabar, etc. Antes sólo nos quedaba lamentarlo, no podíamos esperar
soluciones a estos problemas en un país agobiado por carencias económicas. Sin
embargo, hoy tenemos derecho a exigir atención al patrimonio arquitectónico-artístico de
la ciudad, ya que es evidente que dinero es lo que sobra. Hemos visto que por decisión
política se han renovado numerosas pistas en toda la ciudad, se están “remodelando”
plazas, han colocando adoquines colorados en las veredas del Centro Histórico, se
invierte generosamente en la colocación de farolas plateadas, etc.
En toda gestión hay prioridades. Si la ciudad tiene dinero para su ornato, éste debe
emplearse principalmente en la conservación de su arquitectura y escultura monumental.
Es absurdo lo que pasa hoy en Lima, tenemos calles con veredas nuevas, pero al alzar la
vista vemos las casonas y balcones en riesgo de derrumbe. Cierto que muchas de las
construcciones son de propiedad privada, pero es evidente que sus dueños no las van a
recuperar -por desinterés o por carencia de medios económicos-, entonces es imperativa
la intervención de las autoridades. Si es necesario hay que replantear la legislación
correspondiente. Estas edificaciones guardan la memoria de la ciudad, configuran su
identidad. Un paisaje urbano que ha sido considerado Patrimonio Cultural de la
Humanidad, no puede perderse por la ignorancia de autoridades que desprecian el arte.6
Su desesperación por hacer obras que les signifiquen votos futuros, les ha llevado a
preferir veredas rojas y farolas intrusas por encima de lo que hace de Lima una ciudad
valiosa: su patrimonio arquitectónico-artístico.
Cuando visitamos una ciudad y observamos sus pistas y veredas en mal estado, sin
duda pensamos que las autoridades son descuidadas; pero cuando vemos el patrimonio
monumental de una localidad en peligro, entonces no dudamos en calificar de bárbaros a
los que detentan autoridad. Aquí hay una lista de cosas que requieren inmediata
intervención.
Garagay
Unión con Moquegua, pasaje Lino Cornejo, pasaje Inclán, las cuadras 5 y 7 de Chancay, la puerta lateral
de la iglesia de Huérfanos, la cuadra 8 de Cailloma, Rufino Torrico con Ocoña, Abancay con Inambari, etc.
6
Recientemente algunas casonas se han derrumbado, ante la indiferencia de las autoridades y el silencio
de la prensa. Caminen por Moquegua, Puno, Paruro, etc. y verán los estragos del descuido.
Monumento al coronel
Francisco Bolognesi.
11
Por ejemplo, ahí está la Casa Barbieri, tomada por las imprentas a vista y paciencia de todos.
Artemio Ocaña. La pieza original de Querol12 se conserva la Fortaleza del Real Felipe
(Callao).
El monumento a Bolognesi es otro ejemplo de mutilación. Ha sido cortado el sable de
uno de los soldados de la parte inferior del monumento (el abanderado). Denunciamos
esto en 1991, por las puras. Cada año las autoridades se reúnen para el juramento de
fidelidad a la bandera, ¿cómo es posible que no se den cuenta? Sin duda han visto el
daño, pero aquí sobra el dinero para romper veredas y hacerlas de nuevo, pero no
pueden reponer un sable de bronce. Ahora vemos que también está mutilado el fusil de
uno de los soldados.
El pilar que sirve de eje al monumento ha sido pintado de un extraño color verde pálido
y la base del monumento de negro. Es típico en Lima que las autoridades decidan
desvirtuar los monumentos que deberían proteger.
El capitel y dos figuras alegóricas están pintados de blanco, pero suponemos que son
de mármol.13 Habría que hacer un trabajo cuidadoso para eliminar los agregados inútiles.
El entorno arquitectónico es casi tan bello como la Plaza Dos de Mayo. Aquí también la
suciedad y el caos campean por todas partes. Una importante sección de pared -que mira
a la Av. Arica- se derrumbó hace varios años y las diversas gestiones municipales de
Breña no se dan por enteradas. Una de las cosas más grotescas que hemos visto es el
cartel en el que Breña agradecía al presidente de la República por arreglar la avenida.
Dicho cartel fue colocado precisamente delante de la pared derrumbada. Hay dinero para
la pista, pero no lo hay para reconstruir uno de los mejores espacios arquitectónicos de la
ciudad. Hoy se aprecia un cartel gigante que indica que el edificio afectado es un
“monumento histórico”.
Hay que agregar que en esta plaza también se cambió el color característico (amarillo
pálido) que lucieron los edificios durante décadas. Ahora están pintados de un matiz
ladrillo. Las autoridades tienen la obligación de devolver los colores auténticos a las
plazas Dos de Mayo y Bolognesi.
12
La notable escultura muestra al héroe herido de muerte, ensimismado en su sacrifico conciente,
abrazando la bandera y sin soltar el revólver con el que ha disparado el último cartucho.
13
Jorge Basadre. Historia de la República. Vol. 12. Lima: El Comercio, 2005; p. 102.
Pero hay más. El olor pestilente que tiene el monumento se debe a la casi media
docena de gatos que viven -y hacen sus
necesidades- entre las figuras escultóricas.
Algunos de mis alumnos pretendieron
entregar una carta de reclamo al municipio
de Breña. La burocracia los derivó de un
lado a otro para no recibir el documento. La
opinión de los ciudadanos les interesa
menos que el monumento.
14
Ver el nuevo logotipo del municipio limeño diseñado por el ingenioso Álvaro Portales:
http://www.alvaroportales.pe/2009_08_01_archive.html
15
El municipio victoriano ha anunciado la remodelación de la Plaza Manco Cápac. Mucho cuidado con hacer
barbaridades como por ejemplo cambiarle de nombre al espacio público o agregar obra escultórica sin
calidad. Inviertan en recuperar la belleza original de la plaza y de la arquitectura de los alrededores.
Campo de Marte.
1. Plaza del Niño. Miguel Baca Rossi, 1968. El campo de Marte luce muy bien, pero se
han olvidado de restaurar la Plaza del Niño. Se trata de un conjunto escultórico de tres
piezas: los niños que estudian, el niño trabajador (canillita) y el niño deportista. El último
desapareció hace muchos años y jamás fue repuesto. Ni siquiera tienen la delicadeza de
retirar el pedestal vacío que pone en evidencia el latrocinio.
La falta de criterio y el afán por desperdiciar el dinero son palpables en el Campo de
Marte. El municipio de Jesús María retiró una escultura de César Vallejo sedente -que nos
daba la bienvenida al llegar al sitio- y la trasladó a inmediaciones del Parque de los
Próceres. En su lugar construyó una pileta ornamental. Luego dieron marcha atrás y
devolvieron a Vallejo al emplazamiento original, para colocarlo encima de la pileta. ¿Es
normal invertir el dinero en barbaridades este tipo cuando muy cerca hay una obra de arte
-el niño faltante- que necesita ser restaurada? ¿Qué nos pasa?
2. El ojo que llora. Lika Mutal, 2005. La intolerancia, el fanatismo y la ignorancia
atentaron dos veces contra este singular monumento que recuerda a las víctimas de la
violencia política. La municipalidad de Jesús María debería restaurar la obra y prever los
movimientos de las hordas fujimoristas para evitar nuevos ataques.
Plaza Francia.
Estatua de La Libertad. Obra obsequiada por la colonia francesa. Se inauguró en 1926.
Este es un caso que sólo puede ocurrir en el Perú. Hace varios meses mutilaron la
estatua, quedando la alegoría sin su atributo característico: la antorcha. Semanas
después se iniciaron las obras de remodelación de la plaza Francia. Culminada la
intervención fuimos a observar la estatua y grande fue nuestra indignación al comprobar
que la escultura seguía incompleta. Tampoco repusieron la placa correspondiente.
Levantaron y cambiaron todo el piso pero nunca se dieron cuenta que el objeto más
importante del lugar estaba mutilado. Aquí
hay alguien que no sólo es mudo, también
es ciego.
Monumento a Humboldt.
Obra del escultor alemán David Dancer, 1935. Este conjunto escultórico es el caso más
escandaloso de robo sistemático e indiferencia de las autoridades. Las piezas de bronce
fueron arrancadas una a una: el pequeño mamífero, las aves marinas, el osito; dejando la
cabeza del sabio alemán en la más espantosa soledad. 17
Cuando se remodeló el Parque de la Exposición construyeron una réplica del conjunto
escultórico, pero lamentablemente esta obra no está a la altura del original. Basta ver las
fotografías antiguas y apelar a nuestra memoria visual para comprobar que las
proporciones de las piezas han variado.
La pobre réplica ha sido dorada hasta el ridículo y su pedestal pintado de plomo-azulado,
el mismo color que lucen los baños del parque. Su espacio está invadido por una feria que
le sirve de velo y evita su contemplación. Hay que hacer malabares para observarla.
Esfuerzo en vano, ya que luce horrible. Pidamos perdón a la memoria del sabio
Humboldt.18
Monumento a la familia.
Miguel Baca Rossi. Plaza San José, Jesús María. Otro caso de intervención
desafortunada. Las piezas de bronce lucen un estridente dorado que afea el conjunto.
Los cambios de color son una falta de respeto a la obra de los artistas. Entiendan eso
señores alcaldes. Ver la imagen original en:
http://www.bacarossi.com/es/Monumentos.html.
16
Hay una denuncia en: http://www.youtube.com/watch?v=jZ_y-QbuR6w&feature=related
17
José Antonio Gamarra Puertas hizo un paciente seguimiento a este proceso de destrucción, pero sus
denuncias nunca fueron escuchadas.
18
Cerca está el Jardín Japonés, que ha sido intervenido “artísticamente” y desfigurado totalmente.
Plaza Perú.
Esta es una historia de despropósitos. La Plaza de Armas de Lima es parte principal de
la típica ciudad virreinal diseñada en damero. Este planteamiento original fue deformado
al incorporar el patio de honor del nuevo Palacio de Gobierno (década del 30) y con la
creación de la plaza para el monumento de Francisco Pizarro (década del 50). En esa
esquina había arquitectura y fue eliminada para dar paso a la escultura del conquistador
español (obra del norteamericano Charles Cary Rumsey).
La estatua ecuestre ha sido objeto de grandes polémicas. En general, la población estaba
en desacuerdo con tener un monumento al conquistador del Perú en el corazón de la
capital. Vox populi, vox Dei, la actual gestión municipal trasladó la escultura al Parque de
la Muralla, lugar en el que ya no molesta a nadie.
El problema es la denominada Plaza Perú. La estatua fue reemplazada por una pileta
ornamental, un monumento al absurdo si se tiene en cuenta que compite con la cercana
fuente virreinal, una joya de 1651 emplazada al centro de la Plaza de Armas.
De alguna manera, el Pizarro ecuestre llenaba visualmente el vacío arquitectónico de la
manoseada esquina. Lógicamente debió ser reemplazado por otro monumento
escultórico, por ejemplo una alegoría de la nación peruana. Tal vez se realice en el futuro.
Dado el caso, la obra será resultado de un concurso entre escultores con un jurado de
arquitectos, historiadores y críticos de arte. Nada de caprichitos personales de los
jumentos de turno.
19
Vemos que también ha desaparecido una placa en el Parque de la Exposición, remodelado durante la
gestión del Dr. Andrade.
20
Caso similar ocurre con el Parque Universitario, que constantemente es ocupado por una variopinta feria.
Aquí la cosa se agrava, porque la esquina de acceso al Centro Cultural de la UNMSM está tomada por los
jaladores de los falsificadores de documentos. Estos tipos acosan y espantan a los visitantes del más
importante centro cultural del Centro Histórico.
Parque de la Reserva.
Obra colectiva inaugurada en 1929 y desnaturalizada por la actual gestión municipal. El
Circuito “Mágico” del Agua es la obra de la que se siente más orgulloso el alcalde de
Lima. Y cuenta con amplio apoyo de la población. Sin embargo, para nosotros esta obra
es un verdadero escándalo. Millones de dólares invertidos en el más grande monumento
a la huachafería.21 Dinero de la ciudad que debió emplearse en su Patrimonio
monumental-artístico. Dinero malgastado en la desfiguración del diseño y el sentido de
uno de los más importantes espacios públicos de Lima. Dinero de la ciudad invertido en la
patológica campaña electoral permanente del Dr. Castañeda.
Ahora la gente visita el parque de noche, para poder apreciar
el “mágico” espectáculo de la luz y el agua. El diseño original
del conjunto pasa desapercibido. Donde antes entrábamos
libremente recordando a los limeños que se alistaron en el
Ejército de Reserva para enfrentar a la invasión chilena, ahora
tenemos que pagar por un rato de diversión. El acceso sólo es
posible en el horario en que funcionan las “mágicas” fuentes.
21
Ya que hay tanta plata para gastar, que inviertan en algo útil. La Municipalidad posee una importante
colección de arte: pinturas de Pancho Fierro, Merino, Laso, Hernández, Castillo, Sabogal, Segura, Urteaga,
Tilsa, Szyszlo, Bagate, Guayasamín, etc. Así como muebles, porcelanas y réplicas de esculturas europeas.
Una parte de este acervo se muestra en una pequeña galería, incluso varias pinturas han sido restauradas,
cosa que felicitamos. Sin embargo, muchas obras se encuentran ubicadas absurdamente en espacios casi
inaccesibles. Esta situación es una muestra más del retrógrado “patrimonialismo” de los políticos peruanos:
aprovechan los bienes públicos como si fueran parte de su patrimonio personal.
La verdad es que el municipio -hace rato- debería tener un museo de arte. De esta manera la colección
estaría al alcance de todos, como en los países civilizados. La Municipalidad ha anunciado la organización
del “Museo de la Ciudad”. Bien, siempre y cuando se deje todo en manos de los especialistas, porque el
actual alcalde es capaz de colgar su fotografía en el museo.
con que se han perdido porque eso sería escandaloso. Poco antes de la “remodelación”
del Parque de la Reserva los animales de Cristina Gálvez estaban ahí. Y deben volver.
Parque Neptuno.
En una ciudad declarada Patrimonio Cultural del Mundo, un alcalde que cree que está
re-fundando la ciudad, se atreve a cambiarle de nombre a los espacios públicos
tradicionales. Esta falta de respeto a la memoria urbana ha ocurrido en el Parque
Neptuno, ahora llamado “Parque de Museos”. Además de inapropiado es absurdo, ya que
en dicho sitio sólo hay un museo (el de arte italiano). Tal vez han pensado que el Centro
de Estudios Histórico Militares es un museo. Esta gente ni siquiera conoce los espacios
que interviene.
Hay cosas interesantes que se pueden hacer en el Parque Neptuno (llamado así por la
fuente con una escultura decimonónica del dios griego), como por ejemplo la
reconstitución del conjunto escultórico del Molino de Santa Clara, ahora disperso
(Biblioteca Nacional, Museo de Arte Italiano, etc.). Las esculturas representan a
personalidades de la cultura italiana y estarían mejor ubicadas en los alrededores del
citado museo. No olvidemos que las estatuas conformaban una serie, no tiene sentido
que continúen aisladas.
Paseo Colón.
Además de la estatua dedicada al famoso navegante -obra del escultor italiano
Salvatore Revelli - en este espacio público se ubicaron las cuatros estatuas italianas del
siglo XIX que representan a la estaciones. Hace varios años la alegoría del invierno fue
derribada por un vehículo y hasta ahora no ha sido repuesta. “Duerme” olvidada en un
depósito municipal.22
Los primeros días de febrero de este año hemos visto atónitos el inicio de la remodelación
del Paseo Colón: han levantado los pisos sin haber retirado las estatuas. Una máquina
mal dirigida y se pueden traer abajo una obra de arte. ¿Es tan difícil darse cuenta de lo
obvio? La persona que dirige la obra ni siquiera se preocupó en cubrir las esculturas.23
22
Alfonso Castrillón. “El gusto de los alcaldes. Indagación sobre el destino ornamental de Lima”. Illapa, N. 6;
pp. 16-17.
23
Recién lo hicieron en la parte final del trabajo.
Pinturas murales.
Importantes obras de artistas nacionales merecen la atención de nuestras autoridades.
Aquí algunas:
1. Murales sobre la educación peruana. Teodoro Núñez Ureta, Enrique Camino Brent,
Juan Manuel Ugarte Eléspuru y Carlos Quispez Asín, en el ex - Ministerio de Educación.
Durante el Fujimorato el edificio pasó a ser local del Poder Judicial. De esta manera los
murales quedaron descontextualizados. Cuando se acude a pedir permiso para fotografiar
las pinturas, nadie en el edificio sabe quién es el encargado y la gestión se convierte en
un peregrinaje de oficina en oficina. Si se intenta tomar fotografías sin hacer la gestión, los
vigilantes caen sobre uno como si se estuviera cometiendo un delito.
2. Marinera limeña y Huayno: pinturas de Teodoro Núñez Ureta en el Edificio Tacna.
Estas obras de arte están en peligro de desaparecer. Están dañadas gravemente hace
muchos años y siguen esperando la conmiseración de las autoridades. Se pueden
apreciar los murales en la Av. Tacna 592.
3. Perú: pasado, presente y futuro. Juan Manuel Ugarte Eléspuru. Importante mural de 14
x 9 mts. en la capilla del colegio de teología de Santo Tomás, hoy auditorio del colegio
Mercedes Cabello de Carbonera. La pintura es desconocida para el público cuando podría
ser un atractivo. Sugerimos que el viejo bus que como gran cachivache se guarda en el
antiguo atrio de la iglesia, sea retirado para dejar libre la puerta. Así podríamos apreciar la
bella portada virreinal y el público podría acceder -previo pago módico al colegio- para
contemplar el mural.
4. Mito de Pomona. Mural de mosaico de Carlos Quizpez Asín (1967). Municipalidad de
Lince. La obra se encuentra en buen estado, pero a alguien se le ocurrió sembrar un par
de palmeras que están creciendo y dificultan la visualización del mural.
5. Mural de la Vía Expresa (Miraflores). Ricardo Wiesse, 1992. Gran mural de mosaico
que necesita urgente limpieza y reintegración de las teselas que se han desprendido.
Sorprende que las actuales autoridades miraflorinas no muestren interés por esta notable
obra de arte.
6. Mural sobre los Derechos Humanos. Víctor Delfín, 2001. Ubicado en la sede de la
Asociación Pro-Derechos Humanos APRODEH: calle Pachacútec 980 (Jesús María). El
mural fue malogrado el año 2004 por las hordas que desprecian la vida, la libertad y el
arte. Urge restaurarlo.
7. Murales de los colegios Bartolomé Herrera y Melitón Carvajal. Las autoridades han
destruido los murales con alegorías de la educación, un acto vandálico del que nadie dice
absolutamente nada. La modernización no puede ser sinónimo de destrucción del arte.
Pobre escultura.
Es valioso el interés de muchos municipios e instituciones en levantar obras escultóricas
en tributo a personalidades ilustres de la patria. El problema es que en los últimos años
han proliferado esculturas de pobre calidad que más que homenaje se convierten en
espectáculo grotesco. Ahí están por ejemplo la desproporcionada estatua de Manuel
Cipriano Dulanto en el Callao, el contrahecho Miguel Grau sentado en una banca de
Chucuito, la espantosa “voleybolista” dedicada a Akira Kato en Salaverry con Javier Prado
o el monumento central del “Parque de la Cultura” de Bellavista.26 Las obras se deben
encargar a artistas de verdad que los hay de sobra en el Perú.27
Johanna Hamann, Sonia Prager, Aldo Shiroma, Amelia Weiss, Antonio Pareja, etc.