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Universidad Andina
“Néstor Cáceres Velásquez”
FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES
Semestre: IX “A”
PUNO - PERÚ
2018
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particularidades individuales no se suprimen en la sociedad, sino que se armonizan para que cooperen al
bien del conjunto. Incluso cabría decir que los rasgos particulares se definen y acentúan en la interacción
comunitaria.
2) Intencional: La unión social no es sólo producto de lazos físicos, biológicos o instintivos.
Tampoco resulta exclusivamente del empuje exterior de las infraestructuras o de otros factores coactivos.
Antes bien, es una unión que brota del interior de la conciencia, fruto del conocimiento y la libre decisión. Es
una operación intencional y consciente. Es resultado de unos fines o bienes que se proponen a la voluntad
y la mueven. Según varíen estos motivos o el juicio sobre ellos, el mismo grupo irá cambiando. El carácter
intencional implica que la sociedad propiamente dicha sea una categoría antropológica, aunque por razones
analógicas suele referirse a los animales, pero siempre como categoría descriptiva y no propia.
3) Activa: Aunque deriva de la naturaleza humana, la sociedad no brota de forma espontánea, sino
elaborada. Su fin no se alcanza automáticamente, sino por la búsqueda intencional de los hombres
asociados. Esta actividad sociogenética presenta un doble aspecto: primero, en cuanto que cada uno con
su decisión y adhesión crea constantemente la sociedad, y segundo, en cuanto que, integrado en ella,
coopera incesantemente a la búsqueda colectiva del fin común uniendo su
Aportación dinámica a la del conjunto de asociados. El carácter activo se refleja en la acción social
como el elemento básico de los sistemas sociales.
4) Estable: La unión social no es eterna, pues toda sociedad ha tenido comienzo y acabará
desapareciendo. Pero ha de ser permanente, al menos en la intención. El compromiso responsable y capaz
de mantener la existencia del grupo y alcanzar los bienes buscados, desaparecería si la sociedad se pactara
bajo la provisionalidad de un plazo temporal. Por ello las reuniones coyunturales, con determinación de su
punto final (una manifestación, un congreso, una excursión) no constituyen propiamente una sociedad.
5) Estructurada: La unión social no produce un cuerpo amorfo y desorganizado de individuos o
átomos. La sociedad ha de configurarse en forma de estructura, de sistema con elementos diversos, sean
estos individuos singulares o instituciones complejas. Todos ellos armonizan sus tareas y funciones en favor
del equilibrio, la estabilidad y el rendimiento del conjunto, colaborando en la búsqueda del objetivo común.
Dentro de las estructuras o del sistema global pueden brotar tensiones y conflictos, que son soportados
porque los beneficios derivados de la pertenencia a la sociedad son superiores a los conseguidos de su
disgregación. La valoración positiva de la sociedad no implica que todos sus elementos sean óptimos.
Siempre pueden mejorarse. Las críticas y tensiones pueden incluso ser factores dinámicos de corrección,
que acaben provocando mutaciones y al fin un cambio social, que no afecta al carácter básico de la sociedad,
sino a su calidad, funcionamiento y estructuración.
6) Hacia un fin común: Todo lo que se hace, es realizado para lograr un fin. También en este caso
el logro de un objetivo común es la razón última que motiva la unión social. Tal fin interesa y beneficia al
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conjunto de los miembros que se asocian. Por ello tiene el carácter de bien y justamente se llama bien
común. Este ha de ser universal, es decir, más amplio y de superior calidad que el interés particular de
individuos o grupos parciales. Y a la vez debe ser singular en cuanto beneficie a todos y cada uno de los
partícipes en la tarea grupal. Nunca podrá ser un bien ajeno a cada uno. La unidad del fin, la obligación
ineludible de alcanzarlo y la pluralidad de miembros o factores que convergen en él revela la necesidad de
una coordinación efectiva que unifique los esfuerzos plurales. De ahí la aparición de la autoridad como un
elemento imprescindible de la sociedad.
B) Comunidad: Este término con frecuencia recibe un sentido idéntico a sociedad, pero su significado es
más restringido. La sociedad es unidad activa hacia un fin, dejando en segundo plano la unidad en el ser
que liga a sus componentes. Comunidad, en cambio, insiste en lo que de común une a sus miembros. Este
nombre designa entonces a un grupo social con profundas y estrechas vinculaciones entre sus integrantes.
Corresponde así a grupos con identidades profundas, nacidas de vínculos como lengua, cultura, sangre,
credos, costumbres, ideas... Su realidad es más bien natural que artificial.
Ferdinand Tónnies (1855-1936) pone como clave de su concepción social la división entre
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comunidad y sociedad. La comunidad es algo vital, fruto de la voluntad orgánica, como la familia; en cambio,
la sociedad es de naturaleza mecanicista y racional, fruto de la voluntad reflexiva que busca
un objetivo (una empresa). La evolución histórica ha caminado desde la comunidad hacia la sociedad. Así
en el mundo moderno la sociedad va absorbiendo a la comunidad y la organización racional y mecánica de
la vida se impone cada vez más a la espontaneidad directa y afectiva de las formas comunitarias. Pero tal
contraposición parece deficiente, pues olvida que en ambas ocasiones interviene la razón, que la comunidad
persigue también unos fines racionales y que la sociedad no excluye el aspecto afectivo y espontáneo.
C) Clase social: Clase social es un estrato de la sociedad global, caracterizado por su estatus económico,
por sus estilos y costumbres. En ocasiones este sector parcial ha pretendido presentarse o imponerse como
la auténtica sociedad. Sobre todo, las clases más favorecidas y por ello más influyentes han identificado
consigo a todo el conjunto social. Lograron así que sus normas y conducta marcaran las pautas del trato
social, como si sólo lo hecho por ellas fuese socialmente aceptable y lo contrario se redujese a expresión de
marginalidad. Pero tal parcialidad toma la parte por el todo, pues la misma clase que se presenta como alta
tiene que referirse a todo el conjunto para diferenciarse y ser más que los otros.
D) Asociación: Este término se utiliza para designar a grupos con vínculos internos débiles. Se trata de
una unión parcial, establecida para lograr objetivos concretos de interés común (económicos, cultu- rales,
políticos, científicos, recreativos...). La asociación no persigue un fin de interés general, sino unos fines muy
particulares que son el único lazo que une a sus miembros. Dentro de las asociaciones tienen máximo relieve
las empresas, agrupaciones de naturaleza jurídica y finalidad sobre todo económica o laboral, asociaciones
de capital y trabajo con objeto de producir bienes u ofertar servicios.
E) Muchedumbre, multitud o masa: Se usan con frecuencia estos términos en la comunicación social
moderna. Su significado es más bien cuantitativo y coyuntural, sin contenido cultural o humano. Vienen a
significar una gran cantidad de seres humanos reunidos en un espacio reducido. Muchedumbre y multitud
indican meramente número grande en relación con el espacio, reunido de forma temporal e inorgánica. Masa
implica también su apiñamiento amorfo y su fácil moción por impulsos emotivos de carácter primitivo e
incontrolado.
Sociedades naturales: Son las exigidas por la naturaleza, surgidas de la índole social del hombre
y dirigidas a conseguir un fin naturalmente establecido, es decir, un fin al cual tienda el ser humano como
viviente, como animal o como espíritu libre. Encontramos así la familia, tanto nuclear como ampliada, la
parentela o el clan, las tribus, la aldea rural y la parroquia, el municipio y la región, la sociedad política
autosuficiente como nación o estado, y la sociedad internacional o humanidad vista como un todo. Los bienes
naturales implican necesidad y obligatoriedad en su consecución; por tanto, estas sociedades proyectan
amplias repercusiones y exigencias morales.
Sociedades libres o artificiales: Son las nacidas del acuerdo o convención entre los hombres.
Buscan fines libre y arbitrariamente fijados por sus integrantes. Así multitud de asociaciones que persiguen
fines diversos, como empresas, cooperativas, consorcios, clubes, ateneos, cofradías... Su naturaleza y
límites se fijan por la decisión de sus miembros y se rigen por los estatutos o reglamentos que adopten.
Sociedades que tienen una naturaleza y unas normas variables.
Sociedades simples: No son divisibles, pues no están compuestas por otras sociedades menores,
sino por individuos aislados. El ejemplo más claro es la familia.
Sociedades complejas: Son las que se componen de varias sociedades menores que las integran
y que se pueden distinguir dentro de ellas. Tenemos ejemplos en el municipio o el estado.
C) Por la relación interna de sus miembros:
Ofrecen oportunidades mayores a la creatividad. Son sociedades más móviles y dinámicas, pero presentan
menos seguridad y estabilidad.
Ambos tipos de sociedad generan, costumbres o hábitos sociales contrapuestos, que originan dos
tipos de moral. Una es la moral cerrada de obligaciones y costumbres, que de forma inmutable e impersonal
tiende a la conservación. La otra es una moral abierta, que prolonga el esfuerzo creativo de la vida en el
movimiento y el progreso donde la persona no se hunde en la rutina del grupo cerrado, sino que se amplía
para abarcar a toda la humanidad.
D) Por la perfección en el modo de alcanzar el fin:
Sociedades perfectas: Son aquellas que ofrecen a sus miembros tal cúmulo de bienes, estímulos
y posibilidades que resultan suficientes para el perfecto desarrollo de la vida humana. De hecho la única
sociedad perfecta es la sociedad civil o estado. También es considerada perfecta la sociedad que tiene los
medios necesarios para alcanzar su fin y no depende de ninguna otra sociedad.
Sociedades imperfectas: Son las que por sus limitaciones no cumplen los anteriores requisitos.
Es decir, no son suficientes para lograr por sí mismas sus fines o dependen de otra sociedad superior. Así
la familia, aunque busque para sus miembros la totalidad de los bienes, de ningún modo puede conseguirlos
por sí misma por una evidente carencia de medios.
Antes de entrar de lleno a definir la palabra sociedad que ahora nos ocupa es fundamental que investiguemos
y descubramos el origen etimológico de la misma. En concreto, podemos subrayar que aquel se encuentra en
el latín y más exactamente en el término sociĕtas.
El conocimiento es producto de la actividad social, puesto que se produce en la interacción entre individuos que
se proponen resolver problemas comunes o colectivos o que se proponen establecer nuevas relaciones
sociales, por lo que, en un sentido de interactividad, lo sociedad requiere del conocimiento para seguir
existiendo y, obviamente, para mantener el sentido de historicidad y de dinámica en cultura, la relación entre
conocimiento y sociedad encierra, sin embargo, ciertos problemas o situaciones que implican la actuación ética
del individuo; por ejemplo, el acceso a los productos del conocimiento, la orientación de la investigación y la
aplicación o uso de esos producto. En la sociedad actual del conocimiento ha adquirido cierta independencia
con respecto a los demás aspectos sociales, incluso de ha convertido en una mercancía a la que se puede
acceder dependiendo del poder económico de cada sociedad o individuo, los problemas que de esto se derivan
implican aspectos económicos, políticos y culturales que otorgan nuevas dimensiones a las relaciones entre
sociedad y conocimiento.
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Una de las cualidades humanas más importantes es la de conocer; gracias a ella, el hombre, además de vivir
en el mundo, puede actuar e interaccionar con otros hombres, por lo que se puede decir que el hombre
construye otro mundo, además de aquel en el que se vive, fabrica otro que se forma gracias a su capacidad
para conocer y para transformarlo. El conocimiento pone al hombre en su capacidad de adquirir información, la
cual puede ir acumulando, estructurando, reestructurando y revisando de acuerdo con las expectativas que
asuma. Es pertinente aclarar que el término conocimiento se aplica usualmente en dos sentidos, ambos
comúnmente aceptados. El primero de ellos alude a conocimiento como capacidad o cualidad humana, en tanto
que un segundo sentido se orienta a afirmar el conocimiento como producto de la actividad de conocer, con su
consecuente acumulación de estos productos. En ambos sentidos se reconoce la naturaleza social del
conocimiento. Por lo tanto, podemos llegar a cierta idea de lo que es el conocimiento, como:
“La capacidad humana para formar objetivos mentales, acerca del mundo, de los hombres y del conocimiento
mismo, el cual construye una nueva relación con el mundo y con los hombres, dentro de un contexto social, en
donde pasa a ser estimado como valioso”
Si bien el conocimiento se produce por los individuos en una situación social, puede concentrarse en
instituciones o sociedades específicas, que son las que realmente lo manejan. Esta tarea implica también cierta
selección de los conocimientos considerados valiosos, los cuales se dedicaran a la transmisión y la mayor
acumulación. La producción, acumulación, revisión y aplicación del conocimiento se vuelve en un asunto
institucional, que es en donde se deciden estas situaciones, pero muchas veces estas instituciones dedicadas
al conocimiento se vuelve un asunto institucional, que es en donde se deciden estas situaciones, pero muchas
veces estas instituciones dedicadas al conocimiento se determinan por sus fines económicos con ello se quiere
decir que la economía expresa muchas veces el requerimiento de la sociedad, aunque nos e puede desconocer
que haya también instituciones dedicadas al conocimiento cuyas finalidades no son económicas, como las de
investigación en ecología, las artísticas, religiosas y las humanísticas.
No hay una definición de la sociedad del conocimiento, pero podemos reconocer en la sociedad actual algunas
de sus características fundamentales. No obstante, algunos teóricos han hablado de los cambios que han dado
origen a la sociedad del conocimiento; entre ellos Daniel Bell (1973) delinea que él llama la sociedad
postindustrial para referirse a aquella que ha traspasado los límites de una organización de producción de
bienes a través de máquinas lo q condicionan a su vez la economía, empleo, la organización social y la
estratificación de la sociedad, para dar paso a otras formas sociales en las que el conocimiento, la tecnología y
los servicios toman un lugar preminente.
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- Llegar a ser una sociedad del conocimiento no es sencillo, pero la ruta es clara: invertir más en el
capital humano, impulsar la investigación científica y crear un entorno favorable para desarrollar la
innovación.
El término se utiliza cada vez con más frecuencia en el ámbito académico, económico y educativo, como un
ideal que deberíamos perseguir: las “sociedades del conocimiento” son el nuevo paradigma del desarrollo social
y económico. ¿Pero qué son exactamente? En su revista internacional de ciencias sociales, la UNESCO las
define como aquellas sociedades “inspiradas en el saber”. Con ese interés central, las sociedades del
conocimiento realizan importantes inversiones en educación, innovación y desarrollo de nuevas tecnologías.
Su uso de las tecnologías de la información y comunicación (TICs) es intensivo, no solamente para mejorar la
comunicación interpersonal, sino también y sobre todo para desarrollar nuevos saberes.
Las economías y sociedades basadas en el conocimiento se consideran más avanzadas que las economías y
sociedades industriales y están muy por delante de sus pares basadas en actividades extractivas, como la
agricultura y la minería. En un mundo que evoluciona cada vez más rápido, las sociedades del conocimiento
son las más capaces de desarrollar ciudadanos y organizaciones preparadas para adaptarse rápidamente a
situaciones cambiantes y generar propuestas innovadoras. Por eso apuestan con fuerza a actividades
económicas como los servicios altamente especializados y las industrias de alta tecnología que generan mucho
valor agregado como el desarrollo de software y la biotecnología. En esa línea, Manuel Castells, destacado
sociólogo y economista español, señala que los dos paradigmas que definen la sociedad del conocimiento
actual son internet y la ingeniería genética.
La sociedades de conocimiento apuestan por actividades económicas como las industrias de alta tecnología
que generan mucho valor agregado.”
Fuente: Shutterstock
Queda claro que, más que depender de los recursos naturales que tienen precios fluctuantes y están sujetos a
una serie de variables difíciles de controlar, las sociedades y economías del conocimiento dependen de su
gente. No es casualidad, por ello, que los países que más han avanzado en esta transición –países como
Finlandia, Noruega e Israel, por citar algunos ejemplos– tengan los sistemas educativos más avanzados, tanto
en los niveles escolares como en la formación técnica y universitaria.
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2.1. CARACTERISTICAS
Se puede señalar que una Sociedad del Conocimiento tiene dos características principales:
La primera es la conversión del Conocimiento en factor crítico para el desarrollo productivo y social.
la segunda, el fortalecimiento de los procesos de Aprendizaje Social como medio asegurar la
apropiación social del conocimiento y su transformación en resultados útiles, en donde la Educación
juega el papel central.
Lo esencial de la contabilidad es la precisión, los números puros y duros, la contabilidad. La contabilidad es una
herramienta honrada por el tiempo para tomar decisiones sobre soles y centavos, sobre ganancias y pérdidas.
La contabilidad es el territorio de los masticadores de números, hombres y mujeres con vísceras verdes y
calculadoras. Esta visión, pertenecer a aquellos que han quedado estancados en los sistemas de medición e
informe, de las mediciones internas, la contabilidad y los registros en el interior de las empresas. Esos sistemas
forman parte de la vieja economía, su creador Lucas Pacioli desarrolló el sistema de la partida doble donde
hacía referencia a lo siguiente ¨ si no puede ser un buen contador estará siempre tanteando igual que un ciego
y correrá el riesgo de enfrentar grandes pérdidas. Con el surgimiento de la llamada nueva economía Baruch
Lev profesor de la cátedra Phillip Bardes de Contabilidad y Finanzas de la New York Universitys Leonard N
Stern School of Business, director del Instituto contable Vicent C. Ross y el proyecto de investigación sobre
intangibles quien se ha convertido en el crítico más coherente, inteligente e incisivo de la contabilidad a la vieja
usanza y en el promotor más creativo de un nuevo enfoque sobre la contabilidad basado en el conocimiento
dijo: ser un buen contador ya no garantiza una visión correcta, las viejas lentes no pueden captar la nueva
economía, en la que el valor se crea a través de activos intangibles(ideas, marcas, modos de trabajo y
franquicias)
Cada vez la Contabilidad explica menos el mercado. Los estudios realizados por Baruch Lev (1997), ponen de
manifiesto que si en los años 60 y 70 alrededor del 25% de las diferencias en los cambios de las cotizaciones
de las acciones podían atribuirse a diferencias en los beneficios publicados, en los 90, sólo el 10%. Es decir,
cada vez la contabilidad explica menos los movimientos del mercado bursátil.
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Para la dirección de la empresa cada vez pueden tener menos interés los informes que prepare el contador lo
que puede conducir a que dejemos la contabilidad para lo material y otros profesionales se dediquen a valorar
y asesorar sobre como aumentar y gestionar los activos intangibles.
La Contabilidad, como todo sistema de información, debe adaptarse a las necesidades de sus usuarios en cada
periodo histórico, sector o actividad empresarial. Hoy en día, hay necesidades de información que no están
cubiertas por los estados contables tradicionales.
Esto es una realidad, nuevas necesidades de información que tienen los directivos de las empresas y los
analistas externos tales como:
La forma jurídica de sociedad profesional está prevista para las profesiones de carácter colegiado que actúen
de forma común o societaria, ofreciendo sus servicios profesionales a través de un ente dotados de
personalidad jurídica, titular de un patrimonio y que asume directamente derechos y obligaciones, siendo este
ente quién entable directamente la relación con el usuario o cliente y prestando el profesional su actividad
mediante la sociedad.
Concepto
Las Sociedades profesionales son aquellas que tienen por objeto el ejercicio en común de una actividad
profesional. En este sentido, hay que hacer las siguientes precisiones:
▪ Se considera actividad profesional aquélla para cuyo desempeño se requiere titulación universitaria oficial o
titulación profesional e inscripción en el correspondiente Colegio
Profesional.
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Las actividades profesionales de la sociedad se podrán desarrollar bien directamente, bien a través de la
participación en otras sociedades profesionales. En la sociedad se podrán ejercer varias actividades
profesionales, siempre que su desempeño no se haya declarado incompatible por norma de rango legal o
reglamentario.
▪ Existe ejercicio común cuando los actos propios de la actividad profesional sean ejecutados y atribuidos
directamente a la sociedad, así como los derechos y obligaciones inherentes al ejercicio de la actividad
profesional como titular de la relación jurídica establecida con el cliente.
Además, la sociedad profesional puede englobar varias disciplinas en su actividad y, en consecuencia, titulados
colegiados de distintos ámbitos profesionales.
Constitución
La Sociedad Profesional se constituye para el ejercicio en común de la actividad profesional y para ello se
requiere:
Titulación universitaria oficial o titulación profesional para cuyo ejercicio sea necesario acreditar una
titulación universitaria oficial.
Inscripción del socio en el correspondiente colegio profesional.
Creación de la sociedad e inscripción de la misma en el Registro Mercantil.
Inscripción de la sociedad en el correspondiente colegio profesional.
En todo caso, no reúnen las condiciones para constituir la forma jurídica de sociedad profesional:
LAS PROFESIONES
Dentro de los cambios sociales, culturales, económicos y políticos que se presentan en el contexto
global de la sociedad actual, las profesiones tienen que ser redefinidas; de hecho, los esquemas de
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El profesionista se forma en la especialidad, pero el trabajo hace que, una vez especializado, tenga
que trabajar en equipos multiespecializados, por lo que el comportamiento ético del profesionista se
manifiesta en la acción de todo el conjunto o la asociación (ya es sólo una decisión personal). La ética
profesional ya no es la ética del profesionista sino la ética de todo un equipo multidisciplinario o de
multiespecialistas del cual todos son responsables, ya que en un equipo, no basta con que cada quien
haga el trabajo que le corresponde: debe haber conciencia de que los resultados del trabajo dependen
del conjunto del equipo, considerado como una nueva entidad, como un equipo de trabajo, no
solamente como un agregado de partes.
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La actuación ética, por tanto, debe responder a esta circunstancia: la ética del equipo. En segundo
lugar, también es una exigencia ética para los profesionistas, la actualización en los conocimientos y
ha de ser una constante dentro de la dinámica de la actividad profesional. Para mantenerse vigente el
profesionista debe incorporarse a la dinámica de producción de conocimientos, tratando de seguir su
ritmo en lo que concierne a su especialidad. En todo caso la actualización en los conocimientos hace
que el comportamiento ético profesional se convierta en una ética del conocimiento actualizado.
Parte del compromiso ético del profesionista es la constante actualización y para ello debe recurrir a
las diversas instancias que ofrecen alternativas de este tipo, pero, sólo cumplirá con este requerimiento
ético si esas entidades educativas están a la vez debidamente reconocidas; es decir, que sean
oficiales, legales. En torno a este tema suelen presentarse diversas soluciones o problemas:
-Un problema de los más frecuentes es que el profesionista responda a esta situación mediante cursos
o posgrados, que no siempre están acordes con las necesidades de actualización que se demandan
desde el mercado laboral. Socialmente el fenómeno se expresa como credencialización de
profesionistas que exhiben títulos, cursos y posgrados, pero que no son aceptados dentro del mundo
laboral.
-Las exigencias laborales actuales plantean, por un lado, la actualización y por otro la experiencia y
capacitación en el trabajo, ambas son importantes, pero hasta cierto punto contradictorias, porque
exigen del tiempo completo del profesionista para realizarse adecuadamente. Lo ideal, aunque difícil
de llevar a la práctica es que la actualización y la experiencia laboral sean permanentes, como parte
de la vida profesional.
-La actualización del conocimiento a través de instituciones educativas formales es una opción válida,
pero no para todos los profesionistas, ya que en las sociedades pobres, es urgente la entrada de
profesionistas a la vida laboral, inmediatamente después de su egreso: esto evidencia una situación
de competencia por los escasos puestos laborales, con la consecuencia lógica de que no todos halan
empleo, por lo que tienen que subemplearse o entrar en los esquemas de la economía informal.
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-Los conocimientos obtenidos por un profesionista durante su carrera, se hacen obsoletos al poco
tiempo de egreso y cómo no ha obtenido experiencia laboral, su situación en cuanto al acceso al
empleo es cada vez más difícil. Para ellos, la actualización en los conocimientos sería una opción
difícil de acceder en razón a los costos de posgrados en las instituciones educativas formales.
Con todos estos componentes, la actualización y la experiencia profesional aparecen hoy en día como
la exigencia ética de la actividad profesional, la cual, a pesar de sus dificultades para cumplir, se tiene
que atender mediante algunas alternativas, principalmente la de auto actualización aprovechando los
medios electrónicos de información, aunque con las limitantes impuestas por la situación económica.
Bajo la exigencia de los avances del conocimiento, han incrementado el nivel de especialización del
conocimiento que les es propio y han estimulado, a la vez, la formación de equipos de trabajo multi
especializados; por otra parte, el conocimiento especializado ha provocado que se descuiden otros
campos, que no se consideran importantes en la formación profesional, o que, en el mejor de los
casos. se tiene que postergar su tratamiento hasta que haya posibilidades de trabajar en el análisis
de esas áreas. Los campos de conocimiento emergentes son, por ejemplo: lo ecológico, la
bioingeniería, la nanotecnología y la dimensión multicultural de las sociedades actuales, los cuales,
aunque a veces son abordado, no ocupan un espacio importante en el currículo de la formación
profesional. Estas áreas constituyen un compromiso, aunque no está escrito (aún), para la formación
profesional y para el desempeño de Ios profesionistas, desde el momento en que todo acto educativo
presupone una formación básica o general para convivir y para mantener el equilibrio de la naturaleza.
Tampoco se debe dejar de lado el hecho de la constante generación de conocimientos en éstas y
otras áreas, los cuales debieran estar presentes en toda formación educativa. Por tanto, el
comportamiento ético de los profesionistas se constituye también sobre la base del compromiso de
conocer acerca de las nuevas áreas que dan sentido a la sociedad contemporánea, como lo son la
ecología y la multiculturalidad. Además de la globalización y la información.
actualidad el Estado sigue siendo una institución que contrata un gran número de trabajadores y de
profesionistas, además de que en el caso de nuestro país, el Estado ejerce funciones que van más
allá de las gubernamentales para convertirse en productor y en prestador de servicios (como en el
caso del petróleo, por lo que tiene que contratar profesionistas para que se ocupen de estas
actividades. La educación, la seguridad y la salud son otros campos en los que el Estado ejerce gran
influencia, porque son de interés social, por lo que es un contratante regular de profesionistas para
estas áreas.
al margen de esos beneficios, que se exigen a todos para estar actualizados en el conocimiento, la
tecnología y la información.
CONCLUSIONES:
La cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones que puede manifestar una
determinada sociedad. Incluye costumbres, prácticas. Códigos, normas, reglas y todas las
formas posibles de ser. de vestirse, de vivir una religión, rituales o creencias.
La gente suele referirse a la cultura como a la información y habilidades que poseen las
personas o el conjunto de saberes que logran expresar: Este concepto es uno de los que más
se debaten al interior de las ciencias sociales (sobre todo en la antropología y en la sociología),
precisamente porque es fundamental para comprender o abordar el estudio de la sociedad.
Desde su particular punto de vista. Huntington, considera que existe un reducido número de
civilizaciones principales en el mundo después de 1990. Estas civilizaciones (ocho) son las
que identifica como: occidental. Latinoamericana, africana, islámica, sínica, hindú, orladora,
budista. Todas ellas, a la vez, se corresponden en cierto grado con un territorio geográfico.
Entre las civilizaciones que menciona, hay diferencias y coincidencias que permiten convivir
y comprenderse unas con otras, pero también las diferencias pueden causar conflictos
precisamente por las formas diferentes de concebir los fines que se deben de perseguir por
los individuos o por las instituciones.
Las culturas se ubican en una sociedad, pero pueden adquirir dimensiones globales,
nacionales o locales y a la vez ello acarrea consecuencias de tipo ético. Especialmente la
globalización. el cambio tecnológico y las nuevas condiciones en que ahora tienen que
desempeñarse las profesiones, marca diferencias respecto de otras épocas, esto se relaciona
con nuestra propia cultura y en cómo nos insertamos en un mundo complejo como el de esta
época.
Lejos de la profesión libre de otros tiempos, el comportamiento ético de los profesionistas se
ve orientado por los principios de In organización económica o por la institución pum la que
trabajé, confiriendo nuevos significados que a actuación. Esto obliga a conocer tales
circunstancias y prepararse cada vez, más para estar en condiciones de establecer las
reflexiones éticas necesarias y actuar en consecuencia.