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1. Introducción…………………………………………..3
2. Definición:…………………………………………….4
3. Por qué ocurre un ataque de ansiedad……………4
4. Qué me está sucediendo……………………………4
5. Síntomas……………………………………………...5
6. ejercicios de respiración…………………………….5-6
7. la postura revela tu ansiedad………………………6
8. tipos de trastornos de ansiedad……………………6-7
9. qué hacer si sufres un ataque de ansiedad………7
10. Consultar al médico…………………………………8
11. Causas médicas…………………………………….8-9
12. Factores de riesgo…………………………………..9-10
13. Complicaciones……………………………………..10
14. Prevención…………………………………………..10
15. Conclusión…………………………………………..11
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DEDICATORIA
A mis padres, por estar conmigo, por enseñarme a crecer y a que si caigo debo
levantarme, por apoyarme y guiarme, por ser las bases que me ayudaron a
llegar hasta aquí.
El presente trabajo es dedicado a mi familia, quienes han sido parte
fundamental para realizar este trabajo, ellos son quienes me dieron grandes
enseñanzas y los principales protagonistas de este “sueño alcanzado”.
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INTRODUCCIÓN
La ansiedad es un estado mental que nos genera una gran inquietud y una
extrema inseguridad. Podemos dividirla en dos: ansiedad adaptativa y ansiedad
patológica. La primera de ellas puede considerarse un mecanismo de adaptación
natural, que nos permite estar alerta ante ciertos sucesos estresantes. Cuando
la intensidad aumenta y provoca malestares significativos, es cuando la
consideramos patológica.
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ANSIEDAD
1. Definición:
Sentir ansiedad de vez en cuando es normal. Sin embargo, las personas que
tienen trastornos de ansiedad con frecuencia sienten una preocupación intensa,
excesiva y persistente, y son temerosas para todas las situaciones de la vida
diaria. A menudo, los trastornos de ansiedad se manifiestan con episodios
repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que
llegan a su máximo en solo unos minutos (ataques de pánico).
Estas sensaciones de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias,
son difíciles de controlar y desproporcionadas si las comparamos con el peligro
real, y pueden durar por largo tiempo. Para evitar estas sensaciones, puedes
intentar no ir a ciertos lugares o no participar de ciertas situaciones. Los síntomas
pueden comenzar durante la infancia o los años de la adolescencia y continuar
cuando ya eres adulto.
Son ejemplos de trastornos de ansiedad el trastorno de ansiedad generalizada,
el trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas y el trastorno de
ansiedad. Puedes tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad
es resultado de una afección médica que necesita tratamiento.
2. ¿POR QUÉ OCURRE UN ATAQUE DE ANSIEDAD?
Tener “cierto grado” de ansiedad se considera normal, ya que se trata de una
respuesta del organismo en situaciones de estrés que permite mejorar el
rendimiento, nos tiene alerta y nos ayuda afrontar mejor los “contratiempos”.
El problema aparece si se rebasan estos límites de “normalidad” y se transforma
en algo patológico, lo que provoca una serie de síntomas que pueden aparecer
en forma de crisis puntuales.
En estos casos... A diferencia de un simple episodio de ansiedad generalizado,
durante una crisis de ansiedad la persona puede sufrir una angustia extrema que
incluso le lleva a “creerse morir”.
3. ¿QUÉ ME ESTÁ SUCEDIENDO?
La crisis de ansiedad aparece de repente, sin avisar, como un episodio
inesperado y en muchas ocasiones sin causa aparente. Provoca un miedo
extremo a perder el control del cuerpo o a que ocurra algo malo, incluso la
muerte.
Los síntomas que provoca pueden parecer alarmantes. La crisis de ansiedad
empieza con un cuadro de palpitaciones, mareos, náuseas, sensación de asfixia
o dificultad para respirar.
También puede aparecer dolor en el pecho, escalofríos o sudoración intensa,
adormecimiento de las manos u hormigueos, temblores, sensación de irrealidad
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(como si nos viésemos a nosotros mismos en una película sin ser capaces de
reconocer nuestro propio cuerpo) e incluso miedo intenso a morir de repente.
El cuadro puede ir empeorando por la propia angustia. La mayoría de las veces
la crisis aparece de repente y la persona no sabe cómo actuar, lo que hace que
se ponga cada vez más nerviosa y los síntomas vayan en aumento hasta que
remiten, como máximo, a los 30 minutos.
4. Síntomas
Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
Sentimiento de peligro próximo, pánico o fatalidad
Aumento en la frecuencia cardíaca
Respiración rápida (hiperventilación)
Sudoración
Debilidad o cansancio
Problemas para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la
preocupación actual
Problemas para dormir
Problemas gastrointestinales
Problemas para controlar la preocupación
Necesidad de evitar cosas que provocan ansiedad
Amplitud en tu pecho
A. Amplitud en tu pecho
Apoya las palmas de las manos en los extremos de una barra de más o menos
un metro (puede servirte el palo de un recogedor o escoba corta).
Súbelo por encima de la cabeza abriendo bien tu pecho y vuelve a bajar
lentamente. Haz 10 repeticiones.
Con el palo elevado por encima de tu cabeza ladea el tronco hacia un lado y el
otro de forma suave, sin desplazar las caderas. Siente cómo se movilizan las
costillas.
B. Libera las costillas
Túmbate boca arriba con las piernas flexionadas y coloca las manos en la V
invertida que forman tus costillas.
Haz una inhalación profunda y siente como las costillas se abren al hacerlo.
Ahora suelta el aire despacio, suavemente y fíjate cómo las costillas vuelven a
"juntarse".
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Haz esta respiración 10 veces.
C. Abre el costado
Siéntate en una silla a un palmo de una mesa y apoya en ella el lateral del brazo
y la escápula (la zona trasera del hombro).
Con las manos en la nuca y el codo hacia adelante lleva la mirada al techo
rotando un poco tu tronco y sintiendo como se abre toda la zona pectoral.
Respira suavemente en esta posición 5 veces y luego cambia de lado y repite.
6. LA POSTURA REVELA TU ANSIEDAD
Las personas que sufren estrés o están pasando por un periodo de angustia
suelen caminar con la espalda encorvada, los hombros caídos y la cabeza baja.
Esta postura "cierra" las costillas y el pecho y dificulta una respiración completa.
Cambiar la postura también te ayudará a evitar las contracturas propias de la
acumulación de tensiones y regulará mejor tu respiración. Camina con los
hombros hacia atrás y el mentón lejos de tu pecho. El abdomen contraído (sin
hacer fuerza)
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El trastorno de ansiedad: por separación es un trastorno que ocurre en
la niñez caracterizado por una ansiedad excesiva con respecto al nivel de
desarrollo del niño y que se relaciona con el hecho de separarse de los
padres u otras personas que tienen funciones parentales.
El trastorno de ansiedad social (fobia social): implica altos niveles de
ansiedad, miedo y evasión de situaciones sociales debido a sentimientos
de vergüenza, timidez y preocupación por que otros te juzguen o vean de
manera negativa.
Las fobias específicas: se caracterizan por sentir gran ansiedad cuando
te expones a objetos o situaciones específicos; además, conllevan un
deseo de evitar dicha exposición. Las fobias provocan ataques de pánico
en algunas personas.
El trastorno de ansiedad inducido por sustancias: se caracteriza por
síntomas de gran ansiedad o pánico que son el resultado directo del
abuso de drogas, el consumo de medicamentos, la exposición a
sustancias tóxicas o la abstinencia de drogas.
No es fácil controlar una crisis pero hay que intentar no pensar en que nos va a
suceder algo malo porque cuanto más centremos en ello nuestros pensamientos,
más síntomas vamos a tener.
Intenta distraer tu atención hacia algo diferente a lo que te está
sucediendo: Por ejemplo, puede resultar útil contar hacia atrás desde el
100, de 3 en 3. También ayuda pensar en algo que resulte agradable o en
un lugar bonito y relajante.
Trata de recordar que los síntomas son una reacción al estrés:
Repítete que las reacciones de tu organismo no son amenazantes ni
peligrosas.
Procura controlar la respiración todo el rato: Cuando la respiración se
hace consciente para nosotros y se acelera, se produce lo que se conoce
como “hiperventilación”. Eso lleva a un desequilibrio entre la cantidad de
oxígeno y la de CO2, aumentando mucho el primero y disminuyendo
enormemente el segundo.
Intenta respirar de forma consciente, cogiendo y soltando el aire: de
forma controlada y despacio mejora la situación. Fruncir los labios como
intentando soplar una vela puede ser útil. Además, respirar dentro de una
bolsa de papel durante unos minutos es efectivo para algunas personas.
Si conoces alguna técnica de relajación, ponla en práctica.
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9. Cuándo consultar al médico
Consulta con el médico en los siguientes casos:
Sientes que te estás preocupando demasiado y que esto interfiere en tu
trabajo, tus relaciones y otros aspectos de tu vida
Tu miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta
difícil controlarlos
Te sientes deprimido, tienes problemas con el consumo de alcohol o
drogas, o tienes otros problemas de salud mental junto con ansiedad
Piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud
física
Tienes pensamientos o conductas suicidas (de ser así, procura
tratamiento de urgencia inmediatamente)
Es posible que tus preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con
el paso del tiempo si no procuras ayuda. Visita a tu médico o a un profesional de
salud mental antes de que tu ansiedad empeore. Es más fácil tratarla si obtienes
ayuda pronto.
-Enfermedad cardíaca
-Diabetes
-Problemas de tiroides, como el hipertiroidismo
-Enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) y el asma.
-Abuso o abstinencia de drogas
-Abstinencia de alcohol o de ansiolíticos (benzodiazepinas) u otros
medicamentos
-Dolor crónico o síndrome del intestino irritable
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-Tumores raros que producen ciertas hormonas relacionadas con la respuesta
de lucha o huida
-A veces la ansiedad puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos.
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Tener parientes consanguíneos que padecen un trastorno de
ansiedad. Los trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios.
12. Complicaciones
Abuso de sustancias
Trastornos del sueño (insomnio)
Problemas digestivos o intestinales
Dolores de cabeza y dolor crónico
Aislamiento social
Problemas en la escuela o el trabajo
Mala calidad de vida
Suicidio
13. Prevención
No es posible prever con certeza qué causa que una persona presente un
trastorno de ansiedad, pero puedes tomar medidas para reducir el impacto de
los síntomas si te sientes ansioso:
Pide ayuda enseguida. La ansiedad, como muchos otros trastornos mentales,
puede ser más difícil de tratar si te demoras.
Mantente activo. Participa en actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien
contigo mismo. Disfruta la interacción social y tus afectos, que pueden aliviar tus
preocupaciones.
Evita el consumo de alcohol o drogas. El consumo de alcohol y drogas puede
provocar ansiedad o empeorarla. Si eres adicto a cualquiera de estas sustancias,
la idea de dejar de consumir puede hacerte sentir ansioso. Si no puedes dejar
de consumir por tu cuenta, consulta con tu médico o busca un grupo de apoyo
para que te ayuden.
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CONCLUSIÓN
La ansiedad es un estado mental que nos genera una gran inquietud y una
extrema inseguridad. Podemos dividirla en dos: ansiedad adaptativa y ansiedad
patológica. La primera de ellas puede considerarse un mecanismo de adaptación
natural, que nos permite estar alerta ante ciertos sucesos estresantes. Cuando
la intensidad aumenta y provoca malestares significativos, es cuando la
consideramos patológica.
Sentir miedo y ansiedad es parte de la vida. Esta sensación puede ser útil para
estar más alerta y ser más cauteloso ante ciertas situaciones; una vez que
aprendas a superarlas, la ansiedad será problema del pasado. Te decimos todo
lo que debes saber para que la ansiedad no desgaste tu felicidad ni se interponga
en tu camino.
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