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ACTINOMICOSIS El carácter de saprofitos poco virulentos

de los Actinomyces obliga a que para que


se produzca un cuadro infeccioso deba
J.A. Herrero Martínez y E. Simarro González* existir una disrupción previa de la barre-
ra mucosa. Globalmente, en más de la mi-
Servicio de Enfermedades Infecciosas. *Microbiología. Hospital Virgen de la Arrixaca. Murcia.
tad de los casos de actinomicosis se pue-
de identificar un antecedente claro de
agresión sobre la misma como cirugía, o
traumatismos (tabla 2). No obstante, en
formas infrecuentes de actinomicosis, el
mecanismo de producción de la infección
Introducción no esporuladas, pleomórficas, aunque en es diferente. En los casos de infección pul-
cultivo en medio sólido sus colonias sue- monar debe producirse aspiración al árbol
El término Actinomyces deriva de los vo-
len adoptar inicialmente un aspecto fila- traqueobronquial de la bacteria, mientras
cablos aktinos (rayo) y mykes (hongo), que
mentoso y posteriormente una morfología que en otras localizaciones (endocarditis,
hacen referencia al aspecto microscópico
molar. En el lugar de la infección se agre- infección hepática, cerebral, dérmica di-
de esta bacteria. Inicialmente se conside-
gan en una matriz glucopeptídica que seminada, etc.) la llegada del germen al
ró que se trataba de un hongo por su as-
mantiene a las bacterias unidas, forman- lugar de la infección se produce por vía
pecto filamentoso y por el aparente desa-
do los característicos (aunque no exclusi- hematógena. En estos casos se supone que
rrollo de micelios, aunque la ausencia de
vos) gránulos de azufre3. la puerta de entrada inicial es la cavidad
glucanos y de quitina en su pared exter-
Todas las especies son saprofitos bucales, bucal a través de laceraciones inaparen-
na, de membrana nuclear y de mitocon-
que colonizan los espacios periodontales tes en la misma. En este sentido hay que
drias pronto hizo que el microorganismo
y las criptas amigdalinas. Utilizando las destacar que la incidencia de actinomico-
fuera definitivamente considerado como
técnicas adecuadas, A israelii se puede ais- sis, incluyendo las formas cuyo mecanis-
una bacteria1.
lar en el 100% de los individuos adultos mo de producción es hematógeno, es más
Las actinomicosis en humanos fueron des-
sanos. También se pueden hallar en la pla- baja en poblaciones donde la higiene den-
critas por vez primera a finales del siglo
ca dental, donde debido a su estructura tal es pobre5.
XIX, y su incidencia ha disminuido desde
sirven de anclaje a otros microorganismos. En modelos experimentales animales se
el inicio de la utilización masiva de anti-
Además los Actinomyces pueden colonizar ha comprobado que para la producción de
microbianos, considerándose una enfer-
el tubo digestivo (especialmente en las zo- infecciones por Actinomyces es necesaria
medad relativamente rara en la actuali-
nas más distales) y el aparato genital fe- la presencia de otras bacterias. Por otro
dad. Estas infecciones constituyen un
menino, aunque en este caso se especula lado, la gran mayoría de ellas son de na-
desafío diagnóstico hasta para los clínicos
con que el origen sea intestinal. En niños turaleza polimicrobiana. Se han aislado
más experimentados, dado que sus ma-
menores de 3 años de edad es muy rara muy diversas bacterias (Streptococcus,
nifestaciones a menudo son inespecíficas
la colonización por Actinomyces, y no se Staphylococcus, Enterococcus, enterobac-
y simulan las formas de presentación de
ha documentado nunca la transmisión in- terias, Capnocytophaga, Fusobacterium, Ac-
otras enfermedades2.
terpersonal de infecciones por la bacteria. tinobacillus actinomycetencomitans, etc.)6
Parece que algunas especies de Actinomy- asociadas a Actinomyces. El papel que se
ces tienen preferencia por diferentes ni- les atribuye es interferir con los mecanis-
Aspectos patogénicos chos ecológicos (por ejemplo, A. viscosus mos de defensa del huésped, reducir la
y factores predisponentes predomina en las placas dentales), aunque tensión de oxígeno en los tejidos infecta-
este hecho no se ha podido relacionar con dos y modificar el potencial redox local.
En los escasos estudios que analizan la in-
las manifestaciones clínicas de la infec- La presencia de cuerpos extraños también
cidencia de esta infección, se estima que
ción4. favorece la aparición de actinomicosis. En
ésta varía entre 0,3-1 episodios anua-
les/100.000 habitantes, predominando en
hombres (ratio 3:1) en la tercera a quinta TABLA 1
década de la vida. Esta predilección se ha Especies de Actinomyces relacionadas con infecciones en humanos
atribuido a unos hábitos vitales que favore-
Especies encontradas Especies encontradas Especies posiblemente
cerían la aparición de traumatismos orales. frecuentemente infrecuentemente relacionadas con infecciones
En la actualidad se han descrito catorce en infecciones en humanos en infecciones en humanos en humanos
especies de Actinomyces (tabla 1), aunque A. israelii A. naeslundii A. europaeus
esta cifra está en continua expansión gra- A. odontolyticus A. pyogenes
cias a las nuevas técnicas de análisis ge-
A. meyeri A. bernardiae
nético. Todas ellas pertenecen al género
Propionibacterium propionicum A. radingae
Actinomyces del orden de los actinomyce-
tales. Se trata de bacterias grampositivas A. viscosus A. neuii
A. turicensis
A. graevenitzii
Medicine 2002; 8(67): 3579-3584

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)

TABLA 2 tómica, generalmente se agrupan en cin- escasamente dolorosa en zonas próximas


Marcadores de riesgo y factores predisponentes co categorías en función de su localización al ángulo submandibular. La piel por en-
para el desarrollo de actinomicosis
(tabla 3). Cada una de ellas presenta as- cima de la lesión adquiere una tonalidad
Sexo pectos patogénicos y manifestaciones clí- roja o rojo-vinosa. Si el paciente no reci-
Hombres (3:1)
nicas específicas, aunque todas ellas tie- be un tratamiento antibiótico adecuado,
Edad nen en común la dificultad diagnóstica, y la lesión progresa extendiéndose a es-
Tercera y cuarta década
la posibilidad de ser confundidas con otras tructuras contiguas (tráquea, tórax, espa-
Deterioro del sistema inmune
Infección VIH
enfermedades infecciosas y, con cierta fre- cios retrofaríngeos, articulación témporo-
Toma crónica de esteroides cuencia, con neoplasias u otros trastornos mandibular), o más frecuentemente,
Quimioterapia antineoplásica
de diversa índole. desarrollando fístulas en la piel o en el in-
Cuerpos extraños terior de la cavidad oral. Los síntomas
Suturas metálicas
Prótesis articulares generales (fiebre, deterioro del estado ge-
Ingestión de espinas/huesos de ave Enfermedad orofacial neral) suelen estar ausentes, y los locales
Dispositivos intrauterinos
dependen de cuáles son las estructuras
Procedimientos quirúrgicos Es la localización más frecuente de las in-
afectadas en cada caso.
Manipulación dental fecciones actinomicóticas, lo cual no es
Cirugía abdominal La localización laríngea es menos fre-
sorprendente teniendo en cuenta que el
Infecciones concomitantes cuente y se manifiesta por la aparición
principal reservorio de la bacteria se en-
Tuberculosis progresiva de tos no productiva, odinofa-
Apendicitis cuentra en esta región. Se estima que su-
Diverticulitis
gia y disfonía. Las otitis medias produci-
ponen más de la mitad del total, aunque
das por Actinomyces son raras, pero su im-
Otros la variación en la incidencia es muy gran-
Neoplasias necrosadas portancia radica en la posibilidad de
Traumatismos
de dependiendo de las características de
extensión a las celdas mastoideas, e in-
las poblaciones estudiadas (11%-97%)8,9.
VIH: virus de la inmunodeficienca humana. cluso al sistema nervioso central (SNC) si
Las manipulaciones dentarias, fracturas de
no son reconocidas y tratadas a tiempo.
los huesos faciales, o el desarrollo de otras
Generalmente cursan con síntomas (otal-
este sentido, se han comunicado casos de infecciones que afecten a esa área anató-
gia, disminución de la audición, emisión
infección de prótesis articulares, disposi- mica (otitis, amigdalitis, mastoiditis, pe-
de material purulento por el conducto au-
tivos intrauterinos, suturas metálicas e in- riodontitis) se consideran un factor de ries-
ditivo externo) muy similares a las de oti-
cluso espinas de pescado o huesos de ave go para el desarrollo de la infección.
tis media de otra etiología. En este caso
ingeridos. Generalmente tienen una localización
su curso es intermitente, respondiendo
Se desconoce qué rama del sistema in- mandibular (fig. 1), aunque por supuesto
transitoriamente al tratamiento conven-
mune tiene un mayor peso en la defensa pueden afectar a otras estructuras. En las
cional empírico de la otitis, pero reapare-
frente a esta bacteria. No obstante, dife- fases iniciales la infección se manifiesta
ciendo poco tiempo después de la sus-
rentes situaciones que modifican la res- por la aparición de una masa indurada y
pensión del mismo9.
puesta inmune como el tratamiento este-
Se han comunicado otras infecciones fa-
roideo, la utilización de quimioterapia
TABLA 3 ciales producidas por Actinomyces (con-
antineoplásica, el trasplante de órgano só- Formas clínicas de actinomicosis dependiendo juntivitis, queratitis, dacriocistitis, canali-
lido y la infección por el virus de la in- de su localización culitis, endocarditis, tiroiditis, sialoadenitis,
munodeficiencia humana se han asociado
Orofacial
al desarrollo de infecciones por Acti- Mandibular
nomyces5,6. Ocular
Ótica
En las fases iniciales de la infección se Cervical
puede apreciar una reacción inflamatoria
Torácica
con predominio de polimorfonucleares en Pleuropulmonar
el foco de infección indistinguible de otras Cardíaca
Paravertebral
infecciones bacterianas. En la fase cróni-
ca la reacción inflamatoria se caracteriza Abdominal
Intestinal
por un marcado desarrollo de fibrosis pe- Perianal
rilesional que lentamente se va exten- Genitourinaria
Retroperitoneal
diendo a otras estructuras adyacentes sin Hepática
respetar barreras anatómicas7. Se desco- Biliopancreática
nocen los factores bacterianos que con- Pélvica
tribuyen a este comportamiento patogé- Cerebral
nico. Abscesos cerebrales (únicos o múltiples)
Meningitis
Absceso epidural
Empiema subdural
Manifestaciones clínicas Otras
Ósea
Aunque las infecciones por Actinomyces Partes blandas
Fig. 1. Tomografía computarizada obtenida en un paciente
Diseminada
pueden afectar a cualquier estructura ana- con actinomicosis mandibular.

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ACTINOMICOSIS

etc.), aunque su incidencia es excepcio- de algún tipo de afectación pleural (en- tremos costales proximales; por otro lado,
nal. Curiosamente la mayoría de los au- grosamiento, sinequias, derrame pleural hay una tendencia al desarrollo de lesio-
tores coinciden en señalar que esta bac- franco). Más raramente se pueden detec- nes mixtas osteolíticas/osteoblásticas y no
teria no ha demostrado ningún papel en tar adenopatías hiliares asociadas. En oca- se observan estrechamientos discales o
el desarrollo de amigdalitis1. siones la imagen radiológica muestra una compresiones vertebrales2.
lesión con cavitaciones en su interior, que
suelen ser de pequeño tamaño y múltiples
Enfermedad torácica en la misma lesión. La extensión sin res- Enfermedad abdominal
petar el espacio pleural a estructuras
Esta localización supone entre el 15% y óseas contiguas, o el desarrollo de fístu- La incidencia es muy variable, ya que en
el 30% del total de las actinomicosis. La las, debe despertar la sospecha sobre la las series publicadas oscila entre el 0% y
mayoría de los casos se producen por as- presencia de actinomicosis pulmonar. el 63% del total, pero en general se con-
piración al árbol traqueobronquial de ma- Otras formas de actinomicosis pulmonar sidera que las actinomicosis de esta loca-
terial deglutido y contaminado por el mi- mucho más raras incluyen la enfermedad lización suponen alrededor del 20% de to-
croorganismo, aunque en general está miliar, lesiones endobronquiales con cua- das las actinomicosis. La mayoría de ellas
ausente cualquier signo de enfermedad dros obstructivos, o la aparición de de- se producen tras alguna rotura de la inte-
orofacial. El desarrollo de actinomicosis rrames pleurales sin lesión pulmonar iden- gridad de la mucosa del tracto digestivo.
torácica por vía hematógena es mucho tificable. Excepcionalmente se han De esta manera se han señalado como fac-
más rara (aunque es la regla para algunas comunicado casos de actinomicosis que tores predisponentes para el desarrollo de
formas especiales,como por ejemplo las se desarrollan en el seno de neoplasias actinomicosis abdominal: la cirugía abdo-
endocarditis), y también se han vuelto ex- broncogénicas necrosadas, o a partir de minal a cualquier nivel, el desarrollo de
cepcionales en la era antibiótica la inva- lesiones tuberculosas10. apendicitis (antecedente hasta en un 65%
sión desde focos contiguos cervicales o A pesar de la existencia de un alto índice de los pacientes), diverticulitis (7%), trau-
abdominales, o las secundarias a rotura de sospecha clínica o de una imagen ra- matismos penetrantes, presencia de ulcus
esofágica10,11. diológica compatible, el diagnóstico suele péptico, ingestión de cuerpos extraños
El cuadro clínico más frecuente dentro del ser anatomopatológico, pues en la mayo- punzantes (espinas de pescado o huesos
tórax es la afectación pleuropulmonar. ría de los casos se debe establecer el diag- de ave), pancreatitis graves, enteritis de
Aunque no se han llevado a cabo estudios nóstico diferencial con enfermedades cualquier índole, fiebre tifoidea o ame-
con ese fin, parece que el principal factor neoplásicas. biasis colónica. Otros mecanismos de pro-
de riesgo es la presencia de enfermeda- Las infecciones por Actinomyces pueden ducción incluyen la extensión por conti-
des pulmonares crónicas, que disminuyen afectar a cualquier otra estructura me- nuidad desde lesiones fuera del abdomen,
la capacidad de defensa local pulmonar. diastínica, con manifestaciones clínicas torácicas o pélvicas. En las últimas déca-
Además la administración repetida de ci- muy variadas, dependiendo en cada caso das se ha detectado un aumento en estas
clos de tratamiento esteroideo también po- de la localización. Cuando se produce una últimas probablemente en relación con el
dría contribuir al exceso de incidencia de infección cardíaca lo más frecuente es la incremento en la utilización de dispositi-
actinomicosis observado en pacientes con participación del pericardio, se produce vos intrauterinos como método de con-
bronquitis crónica. derrame pericárdico con o sin tapona- tracepción. La diseminación hematógena
Las actinomicosis pulmonares se caracte- miento cardíaco, y finalmente evoluciona a partir de un foco generalmente torácico
rizan por la aparición subaguda de sínto- a una pericarditis constrictiva. Posterior- también contribuye a la patogenia de
mas locales: mente, si no se instaura un tratamiento algunas formas de actinomicosis hepáti-
1. Dolor torácico de intensidad variable, adecuado, puede producirse una invasión ca13,14.
pero que no suele ser incapacitante, cuya miocárdica y endocárdica con destrucción El órgano abdominal que con más fre-
localización está en función de la lesión de los aparatos valvulares y diseminación cuencia se ve afectado es el intestino en
pulmonar, y que se puede exacerbar por hematógena secundaria12. Cuando las ac- su región íleo-cecal, seguido de colon des-
los movimientos del tórax. tinomicosis afectan al mediastino anterior cendente y sigma, estómago, y espacio
2. Tos escasamente productiva, con he- se pueden manifestar como una masa de retroperitoneal 13-15. No obstante, como
moptisis escasa y ocasional. lento crecimiento y escasas manifestacio- ocurre con las actinomicosis de otras lo-
3. Raramente desarrollo de insuficiencia nes clínicas, o bien invadir estructuras calizaciones, cualquier estructura abdo-
respiratoria. como la tráquea o la vena cava superior minal puede ser infectada.
Estas manifestaciones clínicas se acom- produciendo cuadros obstructivos a esos Las manifestaciones clínicas se desarro-
pañan en forma variable de síntomas niveles. En el mediastino posterior pro- llan de manera indolente, y desde el acon-
generales inespecíficos comunes a otras ducen abscesos paraespinales o afectan a tecimiento inicial (cirugía, episodio de
formas de actinomicosis como: fiebre, pér- la columna vertebral. En estos casos su apendicitis, etc.) hasta el diagnóstico pue-
dida de peso y deterioro del estado gene- curso es similar al de una tuberculosis ver- den pasar varios años. Generalmente se
ral11. tebral, aunque con características que las trata de síntomas inespecíficos que inclu-
En la radiografía simple de tórax se suele hacen diferenciables. En el caso de las ac- yen febrícula (menos frecuentemente fie-
apreciar un aumento de densidad con apa- tinomicosis vertebrales, se puede afectar bre moderada), pérdida de peso, dolor ab-
riencia de masa de localización variable, cualquier estructura ósea, incluyendo apó- dominal pobremente localizado y de
que en el 50% de los casos se acompaña fisis espinosas, pedículos, e incluso los ex- características vagas, cambios en el hábi-

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)

to intestinal (aunque es rara la aparición originados a partir de un foco abdominal, desde un foco orofacial. En la mayoría de
de hemorragia digestiva macroscópica) o la mayoría de ellos aparecen por vía as- los casos se produce un absceso único
sensación de masa abdominal. Por otro cendente a través de la vagina. Además (54%), aunque también pueden aparecer
lado pueden producirse crisis suboclusivas de la colocación de dispositivos intraute- abscesos múltiples (13%), meningitis
intestinales dependiendo de la localización rinos (DIU), la colocación de pesarios, o (7%), empiema subdural o abscesos epi-
del proceso14. La mayoría de actinomico- los abortos provocados se han relaciona- durales. La duración media de los sínto-
sis abdominales aparecen en el hemiab- do con la aparición de actinomicosis de mas hasta que el paciente consulta es de
domen derecho, y este hecho coincide con esta localización. Parece que el principal unos 2 meses, y el cuadro clínico más fre-
la elevada frecuencia de infecciones rela- efecto favorecedor de las actinomicosis cuente incluye cefalea y déficit neurológi-
cionadas con el antecedente previo de tras la colocación de un DIU es el pro- co focal. La presencia de fiebre no es ha-
apendicitis. Durante la evolución pueden ducir una solución de continuidad en el bitual. En el caso de las meningitis por
desarrollarse fístulas perirrectales, retro- endometrio, pero también, por mecanis- Actinomyces la evolución es subaguda o
peritoneales o que drenen a la pared ab- mos no claramente conocidos, se favo- crónica. En el examen de líquido cefalo-
dominal. recería la colonización vaginal y la as- rraquídeo destacan: pleocitosis con pre-
Las actinomicosis hepáticas suponen un censión al útero de la bacteria. La dominio linfocítico, hipoglucorraquia e hi-
5% del total y suelen estar presentes en incidencia aumenta en relación con la du- perproteinorraquia20.
el contexto de infecciones diseminadas. ración del DIU, siendo muy rara por de-
Se caracterizan por la aparición de abs- bajo de los 3 años tras la colocación 17.
cesos generalmente múltiples y se mani- La mayoría de las actinomicosis pélvicas Otras localizaciones
fiestan por la aparición de dolor en el hi- relacionadas con la colocación de DIU se
Las actinomicosis óseas generalmente se
pocondrio derecho junto con fiebre, en producen varios años después de la colo-
producen por invasión desde un foco ad-
ausencia de alteraciones importantes de cación del mismo. Por otro lado la infec-
yacente, siendo la localización mandi-
la bioquímica hepática. ción se puede desarrollar incluso meses
bular la más frecuente. También se pue-
La enfermedad perirrectal se manifiesta después de haber sido retirado. Se mani-
den desarrollar tras un traumatismo, por
por la aparición de fístulas perianales o fiesta por la aparición de fiebre, dolor ab-
vía hematógena o en casos raros aso-
por el crecimiento de bultomas periana- dominal hipogástrico, pérdida de peso, y
ciarse a la colocación de prótesis articu-
les, inguinales o escrotales. Estas lesiones aparición de metrorragias o secreciones
lar.
generalmente son confundidas con forún- vaginales malolientes. Si la enfermedad no
La aparición de actinomicosis diseminada
culos, quistes pilonidales, etc., pero ca- se trata adecuadamente, puede aparecer
es rara y los órganos más frecuentemen-
racterísticamente reaparecen a pesar de fibrosis pélvica con inclusión ureteral y de-
te afectados son el pulmón, el hígado y la
la práctica de fistulectomías o drenaje qui- sarrollo de hidronefrosis; atrapamiento in-
piel (fig. 2). Actinomyces meyeri21 tiene una
rúrgico de las mismas. testinal o rectal; y formación de fístulas
especial capacidad para producir infec-
La actinomicosis urogenital puede ocurrir rectovaginales. La extensión al peritoneo
ciones diseminadas sin que se conozca la
por la extensión desde un foco contiguo, o a estructuras óseas pelvianas es mucho
razón de este hecho.
o bien por vía hematógena. Habitualmen- más rara.
te se manifiesta como masas renales o Con la intención de detectar el grupo de
bien como pielonefritis recurrentes muy pacientes con mayor riesgo para el desa-
resistentes al tratamiento convencional. rrollo de actinomicosis entre las que son
En estos casos el sedimento urinario sue- portadoras de DIU algunos autores han re-
le ser patológico. El cultivo de orina ge- comendado la realización periódica de to-
neralmente es positivo siempre que se mas de muestras vaginales y su examen
tenga en cuenta la posibilidad de una ac- para visualizar bacterias con morfología
tinomicosis y se realicen técnicas adecua- de Actinomyces. Estos estudios han tenido
das para el aislamiento de la bacteria16. valor epidemiológico y para mejorar el co-
Otras localizaciones más raras de actino- nocimiento de la patogenia de la infección
micosis abdominal son la biliopancreáti- de localización pélvica. No obstante, la es-
ca, esplénica, epiplónica o las que apare- casa sensibilidad de la técnica utilizada
cen en la pared abdominal. (tinción de Papanicolau) y la baja preva-
lencia de la enfermedad han motivado su
fracaso a la hora de considerar a cada pa-
Enfermedad pélvica ciente en concreto18,19.

Su incidencia ha aumentado de forma


muy importante desde la introducción Enfermedad del sistema
como método contraceptivo de los dis- nervioso central
positivos intrauterinos, y en la actualidad
supone en torno al 25% del total de epi- El desarrollo de actinomicosis del sistema Fig. 2. Lesiones dérmicas en miembros inferiores que apare-
cieron en una paciente con actinomicosis diseminada, El exa-
sodios de actinomicosis. Aunque hay ca- nervioso central se produce por vía he- men patológico detectó el microorganismo dentro de las lesio-
sos de afectación uterina y tuboovárica matógena o por extensión por contigüidad nes.

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ACTINOMICOSIS

Diagnóstico zan abundantes bacterias libres en la le-


sión, mientras que en las causadas por Ac-
Lo más importante en el diagnóstico de tinomyces casi todas las bacterias forman
las actinomicosis es que exista una sos- parte de los gránulos22-24.
pecha clínica. Como ya se ha comentado, La identificación a nivel de especie se ha
el diagnóstico clínico de esta enfermedad realizado clásicamente mediante el análi-
es muy difícil dado que frecuentemente sis de la morfología en cultivo en medios
sus manifestaciones son inespecíficas. Se sólidos, y por una serie de baterías bio-
suele confundir con neoplasias o procesos químicas (fermentación de azúcares, urea-
inflamatorios crónicos, por lo que es ha- Fig. 3. Exudado con gránulos sulfurosos en un paciente con sa, catalasa, etc.). En los últimos años se
bitual que el diagnóstico final sea una sor- actinomicosis mandibular. dispone de inmunofluorescencia con anti-
presa para el clínico, y que se haya llega- cuerpos específicos para algunas especies,
do a él tras un procedimiento quirúrgico que pueden utilizarse incluso directamen-
agresivo. fecciones. Su tamaño es variable, y pue- te sobre las muestras clínicas. También es
Para conseguir el diagnóstico de certeza den solamente ser visibles al microscopio. útil en este sentido la detección de meta-
de una actinomicosis se precisa el aisla- Aunque la denominación hace referencia bolitos por cromatografía, pero esta técni-
miento de la bacteria a partir de muestras al color amarillento que habitualmente pre- ca no está puesta a punto en la mayoría
normalmente estériles. Su detección en sentan, en algunos casos pueden adquirir de los laboratorios de microbiología.
material contaminado con saliva o a partir tonalidades grisáceas o amarronadas. Ge- Se han ensayado diferentes pruebas sero-
del aparato genital femenino no es diag- neralmente el número de ellos es escaso, lógicas para el diagnóstico de las actino-
nóstica, dado que esta bacteria forma par- y en una cuarta parte de los casos sólo se micosis, pero hasta el momento no han
te de la flora habitual en estas localiza- distingue un gránulo en el total del mate- demostrado su utilidad clínica.
ciones anatómicas5. rial de biopsia disponible. En el caso de
La mayoría de las especies de Actinomyces los exudados el número de gránulos sue-
son bacterias microaerofílicas (aunque al- le ser mayor5,22.
gunas son anaerobias estrictas), que cre- Como se ha comentado previamente, la
Tratamiento
cen mejor en una atmósfera suplementa- presencia de gránulos sulfurosos no siem- Antes de la introducción de la penicilina,
da con CO2. Por esta razón, siempre que pre se debe a infecciones por Actinomy- la única posibilidad terapéutica en el tra-
exista la posibilidad del diagnóstico de ac- ces, y por esta razón siempre se debe tamiento de las actinomicosis era la esci-
tinomicosis, el laboratorio de microbiolo- realizar un examen microscópico de los sión quirúrgica, a pesar de la cual en mu-
gía debe conocer esta sospecha para la ma- mismos. Con la tinción de hematoxilina- chas ocasiones los pacientes con esta
nipulación adecuada de las muestras. eosina no se suelen visualizar las bacte- infección sufrían infecciones persistentes.
También hay que tener en cuenta que los rias, y en cualquier caso, no se puede Desde la introducción de la penicilina este
Actinomyces son extremadamente sensi- diferenciar entre hongos y bacterias fila- antibiótico sigue siendo el tratamiento de
bles a una gran variedad de antimicrobia- mentosas, por lo que se recomienda la elección en las infecciones por Actinomy-
nos, y que incluso la administración de una realización de una tinción de Gram, o ces. La dificultad para conseguir niveles
dosis única de antibiótico puede interferir con plata-metenamina. La distinción de adecuados en el foco de infección con
en la recuperación de la bacteria a partir Actynomices y Nocardia no es sencilla dado áreas fibróticas y con abundante tejido
de muestras clínicas. En este sentido, y que su morfología al microscopio (depen- desvitalizado obliga a la utilización de do-
dado que la enfermedad es generalmente diendo de las especies) es muy similar. No sis elevadas y mantenidas del antimicro-
de curso subagudo, es preferible un pe- obstante hay algunos detalles que permi- biano. No existen estudios controlados
queño retraso en el inicio del tratamiento ten diferenciarlas: por un lado Nocardia para comparar la eficacia de diversos re-
antibiótico hasta disponer del diagnóstico sólo produce gránulos sulfurosos en el con- gímenes terapéuticos, pero en la actuali-
microbiológico definitivo o por lo menos texto de infecciones viscerales y, por otro, dad se recomienda como primera elección
hasta obtener el número más amplio de en las infecciones por Nocardia se visuali- la utilización de penicilina G sódica a do-
muestras posibles para su evaluación1,2. sis de 18-24 millones de unidades diarias
Como se ha señalado clásicamente, la pre- por vía intravenosa durante 2-6 semanas,
sencia de los llamados “gránulos sulfuro- TABLA 4 y seguida por el cambio al tratamiento por
sos” en material de biopsia (fig. 3) o en Otras infecciones que pueden producir gránulos vía oral con ampicilina, amoxicilina o pe-
de azufre
exudados de cualquier origen es muy útil nicilina V a dosis de 500 mg/6 horas has-
para apoyar el diagnóstico de actinomi- Botriomicosis (estafilococo, estreptococos, Proteus, ta completar un total de 6-12 meses de-
Pseudomonas, etc.)
cosis, pero se debe recordar que otras in- pendiendo de la evolución del tamaño de
fecciones de curso subagudo pueden tam- Eumicetoma la lesión. En ciertos casos de enfermedad
bién producir estructuras de aspecto Esporotricosis muy extensa o de pacientes con deterio-
similar (tabla 4). Los gránulos de azufre Zygomicosis ro grave del sistema inmune puede ser
son unos conglomerados de bacterias em- Esquistosomiasis aconsejable prolongar aún más el trata-
bebidos en material proteináceo produci- miento. En otros casos con enfermedad
Nocardiosis
do principalmente por el huésped y que orofacial limitada puede ser suficiente un
Cromomicosis
sólo se producen in vivo durante las in- curso de tres meses de tratamiento.

3583
ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)

Algunos autores han abogado por la utili- to quirúrgico debe ser retrasado hasta 10. Hsieh MJ, Liu HP, Chang JP, Chang CH. Thoracic acti-
nomycosis. Chest 1993;104:366-70.
zación de ampicilina o amoxicilina desde comprobar que dicho tratamiento en soli-
11. Heffner J. Pleuropulmonary manifestations of acti-
el inicio del tratamiento a dosis de 6-8 g/ tario ha sido ineficaz5. nomycosis and nocardiosis. Semin Respir Infect 1988;3:
día para, de esta forma, incluir la cober- En la actualidad el pronóstico vital de los 352-61.
tura de algunas bacterias no susceptibles pacientes con actinomicosis se considera 12. Lam S, Samraj J, Rahman S, Hilton E. Primary acti-
nomycotic endocarditis: Case report and review. Clin Infect
a penicilina que acompañan a Actinomy- muy bueno excepto en casos con afecta-
Dis 1993;16:481-5.
ces en el foco de infección. ción del sistema nervioso central, en el seno 13. Schleck WF, Gelfand M, Alper B, Kaiser AB. Medical
Otros antimicrobianos que han demostra- de infecciones que hayan producido des- management of visceral actinomycosis. South Med J
do su eficacia tanto in vitro como in vivo trucción tisular extensa y en pacientes con 1983;76:921-2.
son eritromicina, clindamicina, doxiciclina enfermedades previas graves. El diagnósti- 14. Davies M, Keddie NC. Abdominal actinomycosis. Br J
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y cloramfenicol. El primero de ellos es una co precoz es la mejor arma de que dispo- 15. Dayan K, Neufeld D, Zissin R, Bernheim J, Paran H,
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