Professional Documents
Culture Documents
3579
ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)
3580
ACTINOMICOSIS
etc.), aunque su incidencia es excepcio- de algún tipo de afectación pleural (en- tremos costales proximales; por otro lado,
nal. Curiosamente la mayoría de los au- grosamiento, sinequias, derrame pleural hay una tendencia al desarrollo de lesio-
tores coinciden en señalar que esta bac- franco). Más raramente se pueden detec- nes mixtas osteolíticas/osteoblásticas y no
teria no ha demostrado ningún papel en tar adenopatías hiliares asociadas. En oca- se observan estrechamientos discales o
el desarrollo de amigdalitis1. siones la imagen radiológica muestra una compresiones vertebrales2.
lesión con cavitaciones en su interior, que
suelen ser de pequeño tamaño y múltiples
Enfermedad torácica en la misma lesión. La extensión sin res- Enfermedad abdominal
petar el espacio pleural a estructuras
Esta localización supone entre el 15% y óseas contiguas, o el desarrollo de fístu- La incidencia es muy variable, ya que en
el 30% del total de las actinomicosis. La las, debe despertar la sospecha sobre la las series publicadas oscila entre el 0% y
mayoría de los casos se producen por as- presencia de actinomicosis pulmonar. el 63% del total, pero en general se con-
piración al árbol traqueobronquial de ma- Otras formas de actinomicosis pulmonar sidera que las actinomicosis de esta loca-
terial deglutido y contaminado por el mi- mucho más raras incluyen la enfermedad lización suponen alrededor del 20% de to-
croorganismo, aunque en general está miliar, lesiones endobronquiales con cua- das las actinomicosis. La mayoría de ellas
ausente cualquier signo de enfermedad dros obstructivos, o la aparición de de- se producen tras alguna rotura de la inte-
orofacial. El desarrollo de actinomicosis rrames pleurales sin lesión pulmonar iden- gridad de la mucosa del tracto digestivo.
torácica por vía hematógena es mucho tificable. Excepcionalmente se han De esta manera se han señalado como fac-
más rara (aunque es la regla para algunas comunicado casos de actinomicosis que tores predisponentes para el desarrollo de
formas especiales,como por ejemplo las se desarrollan en el seno de neoplasias actinomicosis abdominal: la cirugía abdo-
endocarditis), y también se han vuelto ex- broncogénicas necrosadas, o a partir de minal a cualquier nivel, el desarrollo de
cepcionales en la era antibiótica la inva- lesiones tuberculosas10. apendicitis (antecedente hasta en un 65%
sión desde focos contiguos cervicales o A pesar de la existencia de un alto índice de los pacientes), diverticulitis (7%), trau-
abdominales, o las secundarias a rotura de sospecha clínica o de una imagen ra- matismos penetrantes, presencia de ulcus
esofágica10,11. diológica compatible, el diagnóstico suele péptico, ingestión de cuerpos extraños
El cuadro clínico más frecuente dentro del ser anatomopatológico, pues en la mayo- punzantes (espinas de pescado o huesos
tórax es la afectación pleuropulmonar. ría de los casos se debe establecer el diag- de ave), pancreatitis graves, enteritis de
Aunque no se han llevado a cabo estudios nóstico diferencial con enfermedades cualquier índole, fiebre tifoidea o ame-
con ese fin, parece que el principal factor neoplásicas. biasis colónica. Otros mecanismos de pro-
de riesgo es la presencia de enfermeda- Las infecciones por Actinomyces pueden ducción incluyen la extensión por conti-
des pulmonares crónicas, que disminuyen afectar a cualquier otra estructura me- nuidad desde lesiones fuera del abdomen,
la capacidad de defensa local pulmonar. diastínica, con manifestaciones clínicas torácicas o pélvicas. En las últimas déca-
Además la administración repetida de ci- muy variadas, dependiendo en cada caso das se ha detectado un aumento en estas
clos de tratamiento esteroideo también po- de la localización. Cuando se produce una últimas probablemente en relación con el
dría contribuir al exceso de incidencia de infección cardíaca lo más frecuente es la incremento en la utilización de dispositi-
actinomicosis observado en pacientes con participación del pericardio, se produce vos intrauterinos como método de con-
bronquitis crónica. derrame pericárdico con o sin tapona- tracepción. La diseminación hematógena
Las actinomicosis pulmonares se caracte- miento cardíaco, y finalmente evoluciona a partir de un foco generalmente torácico
rizan por la aparición subaguda de sínto- a una pericarditis constrictiva. Posterior- también contribuye a la patogenia de
mas locales: mente, si no se instaura un tratamiento algunas formas de actinomicosis hepáti-
1. Dolor torácico de intensidad variable, adecuado, puede producirse una invasión ca13,14.
pero que no suele ser incapacitante, cuya miocárdica y endocárdica con destrucción El órgano abdominal que con más fre-
localización está en función de la lesión de los aparatos valvulares y diseminación cuencia se ve afectado es el intestino en
pulmonar, y que se puede exacerbar por hematógena secundaria12. Cuando las ac- su región íleo-cecal, seguido de colon des-
los movimientos del tórax. tinomicosis afectan al mediastino anterior cendente y sigma, estómago, y espacio
2. Tos escasamente productiva, con he- se pueden manifestar como una masa de retroperitoneal 13-15. No obstante, como
moptisis escasa y ocasional. lento crecimiento y escasas manifestacio- ocurre con las actinomicosis de otras lo-
3. Raramente desarrollo de insuficiencia nes clínicas, o bien invadir estructuras calizaciones, cualquier estructura abdo-
respiratoria. como la tráquea o la vena cava superior minal puede ser infectada.
Estas manifestaciones clínicas se acom- produciendo cuadros obstructivos a esos Las manifestaciones clínicas se desarro-
pañan en forma variable de síntomas niveles. En el mediastino posterior pro- llan de manera indolente, y desde el acon-
generales inespecíficos comunes a otras ducen abscesos paraespinales o afectan a tecimiento inicial (cirugía, episodio de
formas de actinomicosis como: fiebre, pér- la columna vertebral. En estos casos su apendicitis, etc.) hasta el diagnóstico pue-
dida de peso y deterioro del estado gene- curso es similar al de una tuberculosis ver- den pasar varios años. Generalmente se
ral11. tebral, aunque con características que las trata de síntomas inespecíficos que inclu-
En la radiografía simple de tórax se suele hacen diferenciables. En el caso de las ac- yen febrícula (menos frecuentemente fie-
apreciar un aumento de densidad con apa- tinomicosis vertebrales, se puede afectar bre moderada), pérdida de peso, dolor ab-
riencia de masa de localización variable, cualquier estructura ósea, incluyendo apó- dominal pobremente localizado y de
que en el 50% de los casos se acompaña fisis espinosas, pedículos, e incluso los ex- características vagas, cambios en el hábi-
3581
ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)
to intestinal (aunque es rara la aparición originados a partir de un foco abdominal, desde un foco orofacial. En la mayoría de
de hemorragia digestiva macroscópica) o la mayoría de ellos aparecen por vía as- los casos se produce un absceso único
sensación de masa abdominal. Por otro cendente a través de la vagina. Además (54%), aunque también pueden aparecer
lado pueden producirse crisis suboclusivas de la colocación de dispositivos intraute- abscesos múltiples (13%), meningitis
intestinales dependiendo de la localización rinos (DIU), la colocación de pesarios, o (7%), empiema subdural o abscesos epi-
del proceso14. La mayoría de actinomico- los abortos provocados se han relaciona- durales. La duración media de los sínto-
sis abdominales aparecen en el hemiab- do con la aparición de actinomicosis de mas hasta que el paciente consulta es de
domen derecho, y este hecho coincide con esta localización. Parece que el principal unos 2 meses, y el cuadro clínico más fre-
la elevada frecuencia de infecciones rela- efecto favorecedor de las actinomicosis cuente incluye cefalea y déficit neurológi-
cionadas con el antecedente previo de tras la colocación de un DIU es el pro- co focal. La presencia de fiebre no es ha-
apendicitis. Durante la evolución pueden ducir una solución de continuidad en el bitual. En el caso de las meningitis por
desarrollarse fístulas perirrectales, retro- endometrio, pero también, por mecanis- Actinomyces la evolución es subaguda o
peritoneales o que drenen a la pared ab- mos no claramente conocidos, se favo- crónica. En el examen de líquido cefalo-
dominal. recería la colonización vaginal y la as- rraquídeo destacan: pleocitosis con pre-
Las actinomicosis hepáticas suponen un censión al útero de la bacteria. La dominio linfocítico, hipoglucorraquia e hi-
5% del total y suelen estar presentes en incidencia aumenta en relación con la du- perproteinorraquia20.
el contexto de infecciones diseminadas. ración del DIU, siendo muy rara por de-
Se caracterizan por la aparición de abs- bajo de los 3 años tras la colocación 17.
cesos generalmente múltiples y se mani- La mayoría de las actinomicosis pélvicas Otras localizaciones
fiestan por la aparición de dolor en el hi- relacionadas con la colocación de DIU se
Las actinomicosis óseas generalmente se
pocondrio derecho junto con fiebre, en producen varios años después de la colo-
producen por invasión desde un foco ad-
ausencia de alteraciones importantes de cación del mismo. Por otro lado la infec-
yacente, siendo la localización mandi-
la bioquímica hepática. ción se puede desarrollar incluso meses
bular la más frecuente. También se pue-
La enfermedad perirrectal se manifiesta después de haber sido retirado. Se mani-
den desarrollar tras un traumatismo, por
por la aparición de fístulas perianales o fiesta por la aparición de fiebre, dolor ab-
vía hematógena o en casos raros aso-
por el crecimiento de bultomas periana- dominal hipogástrico, pérdida de peso, y
ciarse a la colocación de prótesis articu-
les, inguinales o escrotales. Estas lesiones aparición de metrorragias o secreciones
lar.
generalmente son confundidas con forún- vaginales malolientes. Si la enfermedad no
La aparición de actinomicosis diseminada
culos, quistes pilonidales, etc., pero ca- se trata adecuadamente, puede aparecer
es rara y los órganos más frecuentemen-
racterísticamente reaparecen a pesar de fibrosis pélvica con inclusión ureteral y de-
te afectados son el pulmón, el hígado y la
la práctica de fistulectomías o drenaje qui- sarrollo de hidronefrosis; atrapamiento in-
piel (fig. 2). Actinomyces meyeri21 tiene una
rúrgico de las mismas. testinal o rectal; y formación de fístulas
especial capacidad para producir infec-
La actinomicosis urogenital puede ocurrir rectovaginales. La extensión al peritoneo
ciones diseminadas sin que se conozca la
por la extensión desde un foco contiguo, o a estructuras óseas pelvianas es mucho
razón de este hecho.
o bien por vía hematógena. Habitualmen- más rara.
te se manifiesta como masas renales o Con la intención de detectar el grupo de
bien como pielonefritis recurrentes muy pacientes con mayor riesgo para el desa-
resistentes al tratamiento convencional. rrollo de actinomicosis entre las que son
En estos casos el sedimento urinario sue- portadoras de DIU algunos autores han re-
le ser patológico. El cultivo de orina ge- comendado la realización periódica de to-
neralmente es positivo siempre que se mas de muestras vaginales y su examen
tenga en cuenta la posibilidad de una ac- para visualizar bacterias con morfología
tinomicosis y se realicen técnicas adecua- de Actinomyces. Estos estudios han tenido
das para el aislamiento de la bacteria16. valor epidemiológico y para mejorar el co-
Otras localizaciones más raras de actino- nocimiento de la patogenia de la infección
micosis abdominal son la biliopancreáti- de localización pélvica. No obstante, la es-
ca, esplénica, epiplónica o las que apare- casa sensibilidad de la técnica utilizada
cen en la pared abdominal. (tinción de Papanicolau) y la baja preva-
lencia de la enfermedad han motivado su
fracaso a la hora de considerar a cada pa-
Enfermedad pélvica ciente en concreto18,19.
3582
ACTINOMICOSIS
3583
ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VII)
Algunos autores han abogado por la utili- to quirúrgico debe ser retrasado hasta 10. Hsieh MJ, Liu HP, Chang JP, Chang CH. Thoracic acti-
nomycosis. Chest 1993;104:366-70.
zación de ampicilina o amoxicilina desde comprobar que dicho tratamiento en soli-
11. Heffner J. Pleuropulmonary manifestations of acti-
el inicio del tratamiento a dosis de 6-8 g/ tario ha sido ineficaz5. nomycosis and nocardiosis. Semin Respir Infect 1988;3:
día para, de esta forma, incluir la cober- En la actualidad el pronóstico vital de los 352-61.
tura de algunas bacterias no susceptibles pacientes con actinomicosis se considera 12. Lam S, Samraj J, Rahman S, Hilton E. Primary acti-
nomycotic endocarditis: Case report and review. Clin Infect
a penicilina que acompañan a Actinomy- muy bueno excepto en casos con afecta-
Dis 1993;16:481-5.
ces en el foco de infección. ción del sistema nervioso central, en el seno 13. Schleck WF, Gelfand M, Alper B, Kaiser AB. Medical
Otros antimicrobianos que han demostra- de infecciones que hayan producido des- management of visceral actinomycosis. South Med J
do su eficacia tanto in vitro como in vivo trucción tisular extensa y en pacientes con 1983;76:921-2.
son eritromicina, clindamicina, doxiciclina enfermedades previas graves. El diagnósti- 14. Davies M, Keddie NC. Abdominal actinomycosis. Br J
Surg 1973;60:18-22.
y cloramfenicol. El primero de ellos es una co precoz es la mejor arma de que dispo- 15. Dayan K, Neufeld D, Zissin R, Bernheim J, Paran H,
excelente alternativa para el tratamiento de ne el clínico para mejorar el pronóstico y Schwartz I, Freud U. Actinomycosis of the large bowel:
actinomicosis en pacientes embarazadas minimizar las secuelas de esta infección. Unusual presentations and their surgical treatment. Eur J
que son alérgicas a los beta-lactámicos. To- Surg 1996;162:657-60.
16. Khalaff H, Srigley JR, Klotz LH. Recognition of renal
dos ellos deben ser administrados a dosis
BIBLIOGRAFÍA actinomycosis: Nephrectomy can be avoided. Report of a
elevadas, y con una duración similar a la case. Can J Surg 1995;38:77-9.
1. Betriu C, Picazo JJ. Actinomicosis. Med Clin (Barcelona)
propuesta para penicilina25. 1999;113:422-7. 17. Schmidt WA, Bedrossian CW, Ali V, Webb JA, Bastian
Dado que se trata de una enfermedad rara, 2. Smego RA, Foglia G. Actinomycosis. Clin Infect Dis FO. Actinomycins and intrauterine contraceptive devices:
que en las últimas décadas no se han de- 1998;26:1255-61. the clinicopathologic study. Diagn Gynecol Ostet 1980;2(3):
3. Balows EIC, editor. Manual of Clinical Microbiology. 165-77
tectado variaciones en la sensibilidad de 18. Evans DT Actinomyces israelii in the female genital
Washington, DC: American Society for Microbiology; 1991.
la bacteria, y que se dispone de un trata- tract: a review. Genitourin Med 1993;69:54-9.
4. Hillier S, Moncla B. Anaerobic gram-positive nonspore-
miento barato y reconocidamente eficaz, forming bacilli and cocci. En: Holmberg K, editor. Diagnos- 19. Fiorino AS. Intrauterine contraceptive device-associa-
la utilización de otros antibióticos más tic methods for human actinomycosis. Microbiol Sci ted actinomycotic abscess and Actinomyces detection on
1987;4:72-8. cervical smear. Obstet Gynecol 1996;87:142-9.
modernos ha sido anecdótica hasta el mo-
5. Russo T. Agents of actinomycosis.Ch 245. Edición elec- 20. Smego RA. Actinomycosis of the central nervous sys-
mento actual. Se han comunicado casos tem. Rev Infect Dis 1987;9:855-65.
trónica. En: Mandell, Douglas and Bennett’s, editores. Prin-
tratados satisfactoriamente con imipenem, ciples and practice of infectious diseases. 5 ed. New-York: 21. Apothéloz C, Regamey C. Disseminated infection due
ciprofloxacino y ceftriaxona. Se debe evi- Churchill-Livingstone; 2000. to Actinomyces meyeri: Case report and review. Clin Infect
Dis 1996;22:621-5.
tar la utilización de aminoglucósidos, me- 6. Manfredi R, Mazzoni A, Marinacci G. Progressive intrac-
table actinomycosis in patients with AIDS. Scand J Infect 22. Holmberg K. Diagnostic methods for human acti-
tronidazol, o algunos betalactámicos como nomycosis. Microbiol Sci 1987;4:72-8.
Dis 1995;27:405-7.
cefalexina o cloxacilina en el tratamiento 7. Brown JR. Human actinomycosis. A study of 181 sub- 23. Sobel RA. Pseudosulfur granules. Am J Clin Pathol
de las actinomicosis incluso aunque la bac- jects. Hum Pathol 1973;4:319-30. 1982;77:230.
teria se muestre susceptible en los estu- 8. Gaffney RJ, Walsh MA. Cervicofacial actinomycosis: An 24. Robboy SJ, Vickery AL. Tinctorial and morphologic
unusual cause of submandibular swelling. J Laryngol Otol properties distinguishing actinomycosis and nocardiosis. N
dios in vitro. Con el tratamiento antibióti- Engl J Med 1970;282:593-5.
1993;107:1169-70.
co adecuado la mayoría de los pacientes 9. Bennhoff DF. Actinomycosis: Diagnostic and therapeu- 25. Lerner PI. Susceptibility of pathogenic actinomycetes
con enfermedad extensa pueden ser cu- tic considerations and a review of 32 cases. Laryngoscope to antimicrobial compounds. Antimicrob Agents Chemot-
rados, por lo que cualquier procedimien- 1984;94:1198-217. her 1974;5:302-9.
3584