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CURSO - TALLER
COMPETENCIAS PARA EL TRABAJO EN EQUIPO EN SALUD
CM: ID 1031008
Relator
Al paso de cada jornada, el enfoque administrativo de ayer se vuelve cada vez más
irrelevante, al mismo tiempo que se lucha por encontrar un nuevo rumbo.
Desbloquear el potencial de la persona para maximizar su desempeño
consiste en ayudarle a aprender, más que en enseñarle.
(John Whitmore, 1995)
Un elemento central de este enfoque, entre otros, lo constituye la formación del recurso
humano, es decir, de trabajadores/as de la salud capacitados/as, tanto en conocimientos técnicos
como en la aplicación de herramientas de gestión para que la situación de salud de las personas
logre una transformación hacia el paradigma de anticipación del daño, mejorando su calidad de
vida y aumentando su percepción de satisfacción con la atención recibida. Así, la modificación
del foco implica entonces modificar también las estrategias de trabajo como equipos de salud,
haciéndose cargo de las necesidades y características que todos tenemos como personas.
Bajo este panorama, la intervención que marca el sentido de nuestro trabajo ya no sólo
depende de los conocimientos y habilidades específicas que hemos desarrollado ni tampoco
depende únicamente de las condiciones bajo las cuales las desarrollamos - en términos de
infraestructura y tecnología o de las condiciones salariales y del clima emocional en que
actuamos. Pensar el cambio de modelo bajo estas circunstancias se vuelve muy difícil, sino
imposible. Necesitamos observar(nos) como actores centrales del proceso de interacciones que
posibilita la atención en Salud y (re)articularnos en coherencia con lo observado. Se hace
necesario identificar e incorporar prácticas de trabajo en equipo en salud, de comunicación
Objetivos Específicos
Metodología
Facilitador
Modelo de observación
Introduciremos aquí una interpretación de las organizaciones que estará presente a lo largo de
todo este taller, que incorpora el enfoque del aprendizaje organizacional propuesto por Chris
Argyris, y que mostramos en el esquema a continuación. En él mostramos el primer paso
explicativo del modelo que proponemos para observar la organización: un sistema de
interacciones entre personas para producir ciertos resultados.
El Coaching deriva de la perspectiva teórica denominada Ontología del Lenguaje, propuesta por
el chileno Rafael Echeverría. En palabras de su propio autor, representa una ética de la
convivencia humana. En este sentido la tesis principal de Echeverría es “Lo social, para los seres
humanos, se constituye en el lenguaje. Todo fenómeno social es siempre un fenómeno
lingüístico”.
Para Echeverría la existencia humana reconoce tres dominios primarios, desde los cuales se
pueden derivar muchos otros: el lenguaje, el cuerpo y la emocionalidad. Se plantea la prioridad
del lenguaje ya que toda forma de concebir sentido pertenece a este dominio.
Echeverría propone un modelo de observación que aplicado a nuestro contexto nos permitiría
entender los contextos laborales como un conjunto de personas que desarrollan múltiples y
permanentes interacciones en función de satisfacer necesidades y expectativas. Como ya dijimos,
estas personas se mueven desde los elementos que nos constituyen a todos: desde disposiciones
emocionales, linguísticas y corporales. Además, están constituidos por un conjunto de creencias
(interpretaciones) respecto a ellos mismos y su entorno y, desde el marco de esas
interpretaciones, actúan. Luego, si intentásemos generar un cambio en sus modos de actuar, en
sus hábitos y actitudes, es necesario acceder al repertorio de sus creencias. Ninguno de nosotros
puede modificar una conducta sin derribar previamente las creencias que le sostienen. Así
entonces, como hemos vivenciado en el taller, el cambio se reconoce desde esta perspectiva,
como un cambio en las creencias, en el tipo de observador que somos. Por tanto, trabajemos
sobre sus creencias… y sobre las nuestras.
Partimos del supuesto de que lo que nos proponemos como resultado es lo que medimos, y como
tal, se constituye en criterio principal para la toma de decisiones.
Autogestión.
¿Qué implicancias tendría este enfoque en el trabajo de equipo? Fundamental, quien desarrolla
prácticas de trabajo con otros es siempre una persona. Mientras esta persona no se haya dado
cuenta de, por ejemplo, sus modos de pedir o de responder a un pedido, no podrá hacerse cargo
de sí mismo. Cuando eso ocurre, la culpa la tienen siempre los demás y uno se convierte en
víctima permanente de las circunstancias. Por el contrario, solo quien ha asumido el camino del
autoempoderamiento, de hacerse cargo de sus propios aprendizajes y limitaciones, podrá
abordar con mayor facilidad las tareas de trabajo en equipo, reconociendo al otro como un
legítimo otro. De allí entonces que podemos afirmar que el trabajo con otros (equipo) siempre
parte de uno mismo.
Habilidades de Comunicación
Si recordamos las quejas habituales de los funcionarios/as de la salud, nos daremos cuenta que
lograr comunicarnos efectivamente nos permitirá satisfacer simultáneamente la necesidad y la
expectativa que buscamos – nosotros y los otros - resolver, consiguiendo disminuir los niveles
de amenaza e incertidumbre y aumentando sus niveles de satisfacción y compromiso.
Conseguir una comunicación efectiva con los/las integrantes de nuestro equipo implica
reconocer ciertos obstaculizadores (darnos cuenta si los usamos inconscientemente) y
mantenernos alejados de ellos:
• Acusaciones: “Yo se lo advertí, y usted no hizo caso...”
• Amenazas: “es la última vez que se lo digo”.
• Exigencias: “mañana, sin falta, usted me trae los datos que le estoy
diciendo”.
• Generalizaciones: “nunca cumple nada de lo que acordamos”.
• Menosprecio: “su problema no tiene importancia. ¡Si supiera
usted los problemas que tienen otros!”
• Utilización del sarcasmo o la ironía: “¡ay, perdón… verdad que no
se le puede pedir nada a usted…”
• Manifestar apuro: “ ya, ya… dígame rapidito que estoy muy
ocupado/a…”
Como vimos antes, las creencias son la base de nuestras conductas. Por lo tanto, debemos
revisarlas para permitir la incorporación de nuevos repertorios conductuales en nuestra
comunicación con los integrantes de nuestro equipo.
Actitudes y disposiciones favorables para la comunicación efectiva
Aún cuando sostenemos que no existen las recetas sin un criterio que guíe su aplicación, a
continuación enumeramos una serie de elementos a considerar en la construcción de una
comunicación efectiva con los/las integrantes del equipo.
• Saludar
Emociones y comunicación:
No olvidamos en esto que, sin duda alguna, cuando hemos logrado ofrecer una posibilidad de
comunicación efectiva, la otra persona tiene la oportunidad de calibrar su conducta con la
Retroalimentación y reconocimiento.
Reconocer errores en la conducción del equipo
de trabajo
Es común en el sector laboral de nuestro país encontrarse en un ambiente de tal nivel de tensión
que las relaciones interpersonales al interior y al exterior del espacio laboral se deterioran
fácilmente. Esto afecta al ánimo, al desempeño y de manera inevitable al resultado de la
organización. Gestionar este ambiente cargado de emoción es considerado también una de las
principales responsabilidades del líder. Los seres humanos somos emoción, y es esta energía lo
que nos puede provocar a hacer lo inimaginable, puede establecer relaciones sólidas en los
A nivel personal, saber desechar juicios que no me generen valor me evitará en muchas ocasiones
sufrimientos innecesarios. Para terminar, citamos a Rafael Echeverría cuando se refiere a la
retroalimentación de equipos de alto desempeño “Un equipo efectivo requiere crear un delicado
balance entre un sustrato de juicios compartido (un sentido de “comunidad”) y un espacio para
el libre florecimiento de diferencias que expanda las posibilidades del equipo y lo alimente en
mejor forma para asegurar su viabilidad”. Por lo tanto, un equipo que no permite diferencias y
errores en su interior, se vuelve tan rígido que compromete su adaptabilidad y desempeño.
No olvidamos en esto que, sin duda alguna, cuando hemos logrado ofrecer una comunicación
efectiva la otra persona (el usuario/a) tiene la oportunidad de calibrar su conducta con la
nuestra, pero también es cierto que algunos de ellos/ellas – a pesar de nuestra disposición
Tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas
se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran sus puntos de vista… (Gandhi)
Es el proceso que se inicia cuando una parte tiene el juicio de que la otra ha afectado o está a
punto de afectar, de manera negativa, alguno de sus intereses
• Es inevitable.
• A menudo está determinado por factores estructurales de la organización
• Es parte integral de los procesos de cambio.
• Es deseable y útil que existe cierto grado de conflicto.
• Lo importante es cómo se maneja.
• Lo importante es cómo se maneja.
• Lo importante es cómo se maneja.
• Lo importante es cómo se maneja.
• Etc., etc.
Los modos que siempre tenemos abiertos para manejar el conflicto son: