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Experiencia

Curricular: FG
Desarrollo
UNIVERSIDAD “CESAR VALLEJO- SEDE CHIMBOTE Personal
PROGRAMA DE
FORMACIÓN GENERAL

PROGR
AMA
DE FACULTAD DE
FORM
ACIÓN
ESCUELA PROFESIONAL DE

EXPER
IENCIA
CURRI
CULAR
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PERSO
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I UNIDAD: HABILIDADES BÁSICAS DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO Mg. Jorge Orlando Larios Miñano
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SESIÓN N° 11 “HABILIDADES SOCIALES”


I. Introducción

Hay muchos individuos que no se relacionan de forma constructiva con los demás, por ser:
excesivamente permisivos, agresivos, intransigentes, por transmitir mal la información, no saber expresar
los sentimientos, tener dificultades para concertar una cita, etc. En definitiva, tienen un déficit en
una o varias habilidades sociales. Esta deficiencia la pueden poner de manifiesto tanto en sus
relaciones familiares, sociales como laborales.

A pesar de la importancia
demostrada de las habilidades
sociales en todos los entornos, muchas
personas no les otorgan la relevancia que
poseen. Esto se observa, de manera
especial, en el ámbito laboral, en el
cual muchos profesionales no tienen en
cuenta a las habilidades sociales a la hora de trabajar, o las consideran relegadas a un
papel secundario, muy por debajo de las competencias técnicas.

En determinadas profesiones, en donde la relación interpersonal es muy frecuente (profesionales


de la salud, ingenieros, contadores, abogados, maestros, funcionarios, etc.) se debería enfatizar más la
adquisición de determinadas habilidades sociales, las cuales unidas a las destrezas técnicas,
propias de cada profesión, proporcionarían un trabajo de mayor calidad, más eficaz y más
satisfactorio.

II. El concepto de habilidad social

A la hora de definir qué es una habilidad social o una competencia social surgen los
problemas, pues, como ocurre en otros temas tratados en este texto, se han dado numerosas
definiciones, no habiéndose llegado, todavía, a un acuerdo explícito sobre lo que constituye una
conducta socialmente habilidosa. Por otro lado, definir que es una habilidad social resulta difícil
por dos razones fundamentalmente:
1) Dentro del concepto de habilidad social se incluyen muchas conductas y
2) Las distintas habilidades sociales dependen de un contexto social, el cual es muy variable.

A pesar de las dificultades para definir qué es una habilidad social son muchas las
definiciones dadas y la investigación en torno a ellas. A continuación se citan algunas de
las más relevantes (Secord & Back man, 1976). “La capacidad de desempeñar el rol, o sea, de
cumplir fielmente con las expectativas que los otros tienen respecto a alguien como
ocupante de un estatus en una situación dada ”. (Blanco, 1981), “Expresión adecuada de
cualquier emoción, que no sea la respuesta de ansiedad” . (Caballo, 1986),. “La capacidad que
el individuo posee de percibir, entender, descifrar y responder a los estímulos sociales en
general, especialmente a aquellos que provienen del comportamiento de los demás” (Kelly, 1992).
“Un conjunto de conductas sociales dirigidas hacia un objeto, interrelacionadas, que pueden
aprenderse y que están bajo el control del individuo”. (Pérez--Santamarina, 1999), “Conjunto
de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los
sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a
la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los
problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas”
(Gismero,2000). “Conductas aprendidas que ponen en juego las personas en situaciones
interpersonales para obtener o mantener reforzamiento del ambiente; entendidas de esta manera,
las habilidades sociales pueden considerarse como vías o rutas hacia los objetivos de un
individuo”. (Santos & Lorenzo, 1999) “Conjunto de respuestas verbales y no verbales, parcialmente
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independientes y situacionalmente específicas, a través de las cuales un individuo expresa en


un contexto interpersonal sus necesidades, sentimientos, preferencias, opiniones o derechos sin
ansiedad excesiva y de manera no aversiva, respetando todo ello en los demás, que trae
como consecuencia el auto reforzamiento y maximiza la probabilidad de conseguir refuerzo
externo”.
Dado que no existe una única definición de habilidades sociales, y siguiendo, en gran medida a
Santos se puede concluir diciendo que muchas de las definiciones existentes sobre habilidades
sociales incluyen los siguientes elementos y características:
1. Las habilidades sociales son conductas aprendidas, socialmente aceptadas y que, a su vez,
posibilitan la interacción con los demás.
2. Son conductas instrumentales necesarias para alcanzar una meta.
3. En ellas se unen aspectos observables y aspectos de naturaleza cognitiva y afectiva no
directamente observables.
4. La evaluación, interpretación y entrenamiento de las habilidades sociales debe estar en
consonancia con el contexto social.

III. Las habilidades sociales y el contexto situacional

(Meichenbaum, Butler, & Gruson, 1981), sostenían que era imposible desarrollar una
definición consistente de habilidad social puesto que ésta es parcialmente dependiente del
contexto, el cual es muy cambiante. Afirmaban que la habilidad social debía considerarse dentro
de un marco cultural determinado, y los patrones de comunicación varían ampliamente entre
culturas y dentro de una misma cultura, dependiendo de factores tales como la edad, el
sexo, la clase social y la educación. Además, el grado de efectividad mostrado por una
persona dependería de lo que deseaba lograr en la situación particular en que se
encontrara. La conducta considerada apropiada en una situación podía ser, obviamente,
inapropiada en otra. Claramente, según estos autores, no se podía establecer un criterio absoluto
de habilidad social.
(Meichenbaum et al.1981) al igual que otros muchos autores, al intentar dar una
definición de habilidad social ya observaron que una importante limitación, para ello, era el
contexto en que se inscribía. Es decir, que para estudiar la conducta socialmente
competente y definir los elementos que la componen, necesitamos conocer ese contexto social
y cultural de la persona, ya que existen normas sociales que gobiernan lo que se
considera conducta social apropiada. Así, en una misma cultura nos encontramos que distintas
situaciones requieren conductas diferentes. Las clases de respuestas necesarias para “dar bien
una charla” son considerablemente diferentes de las clases de respuestas necesarias para el
“mantenimiento de una relación íntima”. Pero no sólo la situación influye también variables
como: la edad, el sexo y el estatus social afecta a las habilidades sociales. Por ejemplo,
tradicionalmente en Sudáfrica las mujeres africanas, y las indias, son socializadas para ser
más subordinadas y obedientes que sus homólogas blancas y en consecuencia pueden
experimentar más dificultad en las situaciones sociales en las que se las pide ser asertivas,
iniciadoras y atrevidas (Furnham, 1983).

Ejemplos que ilustran como elementos que integran una habilidad social, e incluso habilidades
sociales, son muy relevantes en una cultura, en cambio pueden ser intrascendentes en otra
son los siguientes. Para tener éxito social y profesional en los Estados Unidos es
indispensable ser puntual, cosa que, sin embargo, no es tan imprescindible en el Perú. (Furnham,
1979) ha subrayado como una habilidad social como la asertividad en determinadas culturas
es impulsada mientras que en otras puede ser incluso perseguida, así en algunas partes
de Europa y Norteamérica la asertividad es considerada como un índice de salud mental y
su falta como una importante fuente de intranquilidad, ansiedad e insuficiencia, pero en
muchas otras culturas ser asertivo, de la forma que es normal serlo en estos países, ni
es fomentado ni tolerado. Por el contrario, como indicaba. (Furnham, 1983) “La humildad, la
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subordinación yla tolerancia son más valoradas que la asertividad en muchas culturas,
especialmente en el caso de las mujeres. Más aún, la falta de asertividad no es
necesariamente un signo de insuficiencia o de ansiedad, aunque a veces pueda serlo”.

IV. La adquisición de habilidades sociales


No hay datos definitivos sobre cómo y cuándo se adquieren las habilidades sociales, pero es
sin duda la niñez un periodo crítico. En este sentido, numerosas investigaciones (García,
Rodríguez, & Cabeza, 1999), (Pérez--Santamarina, 1999), (Sanz, Sanz, & Iriarte, 2000),
(Sánchez, 2001), (Torbay, Muñoz, & Hernández, 2001), (Rosa et al., 2002) han
encontrado relaciones sólidas entre la competencia social en la infancia y posterior
funcionamiento social, académico y psicológico tanto en la infancia como en la edad adulta.
Pero no es sólo la infancia un periodo crucial para el desarrollo de las habilidades
sociales, ya que en etapas posteriores del desarrollo también se han encontrado relaciones
entre el deterioro del funcionamiento social interpersonal y diferentes desórdenes de la
conducta, ya sea como antecedente, consecuencia o su característica definitoria (Secadas &
Fernández, 2001).

Con relación a la adquisición de las habilidades sociales o competencias sociales, aunque


algunos autores sostienen la existencia de una predisposición biológica en la habilidad de las
personas para la Interacción social, incluso hay defensores de la implicación de los opiáceos
endógenos como determinantes de la conducta social. Sin embargo, la mayoría de los
autores sostienen que el desarrollo de las habilidades sociales depende principalmente de
la maduración y de las experiencias del aprendizaje (Fernández, 1999),

Las habilidades sociales se adquieren normalmente como consecuencia de varios mecanismos


básicos de aprendizaje. Entre ellos se incluyen: reforzamiento positivo directo de las
habilidades, el modelado o aprendizaje observacional, y desarrollo de expectativas cognitivas
respecto a las situaciones interpersonales.

Los factores que pueden explicar el comportamiento social inadecuado o que dificultan a un
sujeto manifestar una conducta socialmente habilidosa son varios (Fernández, 1999):
1. Las conductas necesarias no están presentes en el repertorio conductual del individuo,
ya sea porque no las ha aprendido o por haber aprendido conductas inadecuadas,
2. La persona siente ansiedad asociada a las interacciones sociales que obstaculiza o
dificulta su actuación.
3. El sujeto valora negativamente su actuación social (autoverbalizaciones negativas) o teme las
posibles consecuencias de la conducta habilidosa.
4. Hay una falta de motivación para actuar apropiadamente en una situación
determinada,
5. La persona puede no estar interesada en iniciar o mantener interacciones sociales,
6. El individuo no sabe discriminar adecuadamente las condiciones en que una respuesta
determinada probablemente sería efectiva.
7. La persona no está segura de sus derechos o piensa que no tiene derecho a
responder adecuadamente.
8. El individuo está sometido a aislamiento social (ej: por haber estado institucionalizado)
y esto puede producir la pérdida de las habilidades por falta de uso y
9. Existen obstáculos restrictivos que impiden al individuo expresarse adecuadamente o
incluso lo castigan si lo hace.

TIPOS DE HABILIDADES SOCIALES

Existe un gran número de habilidades sociales, pero a nivel general podemos distinguir dos tipos que engloban y
organizan al resto: las habilidades sociales básicas y las habilidades sociales complejas. Así, entre las primeras
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podemos encontrar saber escuchar, hacer preguntas, dar las gracias, iniciar y mantener una conversación,
presentarse o hacer cumplidos, mientras que entre las segundas se incluyen conductas como saber disculparse
y pedir ayuda, admitir la ignorancia, afrontar las críticas o convencer a los demás.

Hay que tener en cuenta que es necesario aprender las primeras para desarrollar el segundo tipo de habilidades
y que cada situación demandará unas u otras, dependiendo de las características y dificultad de las mismas.

¿Por qué es tan importante un buen manejo de las habilidades sociales?

Como podemos observar, el tema de las habilidades sociales se encuentra presente en nuestra vida diaria, ya sea
tanto por la presencia de éstas como por su ausencia, tanto en ambientes familiares, laborales como entre
amigos. Aprender y desarrollar estas habilidades en uno mismo es fundamental para conseguir unas relaciones
óptimas y satisfactorias con los demás.

Son numerosos los beneficios que obtendremos con su puesta en práctica, como conseguir que no nos impidan
lograr nuestros objetivos, saber expresarnos y tener en cuenta los intereses, necesidades y sentimientos ajenos,
obtener aquello que queremos, comunicarnos satisfactoriamente con los demás y facilitar una buena autoestima,
entre otros.
LOS ESTILOS DE COMUNICACIÓN
Como ya hemos comentado, podemos hablar de tres estilos diferentes de comunicación: pasivo o inhibido,
agresivo y asertivo.

Los estilos pasivo y agresivo son dos extremos opuestos de un continuo, en cuyo punto medio se sitúa el
estilo asertivo, que constituye el grado óptimo de utilización de los diferentes componentes verbales, no
verbales y paraverbales de la comunicación.

Ahora bien, cada persona presenta una serie de características determinadas, tanto desde el punto de vista
físico como psicológico, y ese punto medio ideal varía de un individuo a otro. Así, lo que para una persona
puede resultar adecuado no es generalizable, y de ahí la dificultad y la necesidad de realizar una evaluación
adecuada de las habilidades personales como paso previo para la mejora de las mismas.

En cualquier caso, la realidad es que, de manera consciente o inconsciente, cuando comunicamos lo hacemos
sobre la base del manejo de los diferentes elementos componentes de la comunicación. Y así, el uso que cada
uno de nosotros realice de los distintos tipos de componentes, estará determinando un estilo de
comunicación.

Es decir, todos tenemos un estilo de comunicación que marca en general nuestra manera de relacionarnos
con los demás. Esto no implica que tengamos que ajustarnos exactamente a las características que definen
los distintos estilos, pero sí que lo hacemos de una forma predominante.

A continuación, presentaremos los diferentes estilos que hemos mencionado, además de las creencias
asociadas a cada uno de ellos, las consecuencias que suelen aparecer y la forma de utilización de los
elementos no verbales, paraverbales y verbales que los caracterizan.

Insistimos en que lo que presentamos no es más que una descripción prototípica de cada uno de estos tres
estilos, ya que en la realidad no se presentan como tal, sino que, a pesar de que uno sea el predominante,
casi siempre se participa de los otros estilos de comunicación, o bien no se es tan extremo en el manejo de
todos los elementos.

A) EL ESTILO DE COMUNICACIÓN PASIVO O INHIBIDO


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En general, la persona que posee un estilo de comunicación inhibido vive preocupada por satisfacer a los
demás y es incapaz de pensar en la posibilidad de enfrentarse a alguien en cualquier sentido.
Una de sus características generales es que son personas que no defienden sus propios derechos si para ello
tienen que dejar de lado los de los demás y, en ocasiones, ni siquiera en los casos en que no afecta para nada
a los derechos de los demás.
Aparentemente, respetan a los demás de forma escrupulosa, pero realmente no se respetan a sí mismos y
habitualmente anteponen los deseos y opiniones de los demás a los suyos propios. En ocasiones, es el miedo
lo que se confunde con una apariencia de respeto.

En definitiva, este estilo de comunicación


caracteriza a personas que se desviven por los
demás, pero se olvidan de sí mismas, incapaces de
decir no a demandas que van en contra de sus
propios intereses personales y profesionales. Su
creencia básica supone que todo lo que los demás
quieren, piensan u opinan es importante y no lo
que piensan o desean ellas. Además, presentan un
miedo irracional, casi fóbico, a la posibilidad de
ofender a los demás y ser rechazado.
Muchas veces, la persona inhibida se justifica con
términos como prudencia y educación al hablar de
su forma de ser, en un intento de valorar la misma. Pero no se debe confundir educación con falta de
asertividad o con un estilo de comunicación inhibido o pasivo. Pues ese intento de justificación no es más que
una manera de intentar diluir los conflictos que las personas con este estilo de comunicación experimentan
en sus relaciones interpersonales.
Asimismo, mantener el estilo de comunicación inhibido genera sentimientos de desamparo, depresión y
tensión a la hora de mantener relaciones interpersonales y sociales. También produce una sensación de bajo
control sobre las situaciones y sobre sus propias reacciones personales a la hora de enfrentarlas, lo que
conlleva un sentimiento de baja autoestima.
Debido a estos motivos, en ocasiones los inhibidos presentan reacciones de extrema agresividad y violencia
cuando se sienten acorralados por su propia forma de ser, sin que estas explosiones de ira puedan
encuadrarse en el estilo de comunicación agresivo que posteriormente presentaremos, sino como una
consecuencia negativa más del estilo de comunicación inhibido.
En cuanto al manejo de los elementos de comunicación, las personas con un estilo predominantemente
inhibido se caracterizan por usar los distintos elementos de la siguiente manera:

Elementos no verbales característicos del estilo de comunicación pasivo o inhibido


1. Expresión facial seria
2. Mirada huidiza
3. Sonrisa mínima y tensa
4. Postura distante y contraída
5. Orientación ladeada
6. Distancia amplia y nulo contacto físico
7. Gestos escasos
8. Automanipulaciones abundantes
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9. Movimientos nerviosos con manos y piernas abundantes.


Elementos paraverbales característicos del estilo de comunicación pasivo o inhibido
1. Volumen de voz bajo
2. Tono tendiendo a la monotonía
3. Fluidez verbal escasa y muy entrecortada
4. Velocidad rápida
5. Claridad escasa
6. Tiempo de habla escaso
7. Pausas largas y silencios abundantes
En cuanto al manejo de los elementos verbales, y con relación al contenido, el sujeto que presenta un estilo
de comunicación pasivo se caracteriza por la utilización de términos de forma condicional, no realizando
afirmaciones claras ni enfrentándose a las opiniones de los
demás con sus palabras, por lo que resulta característico el empleo de palabras como “quizás”, “supongo”,
“solamente”, “bueno”, o frases como “me pregunto si podríamos…”, “te importaría mucho…”, “realmente no
es importante”, “no te molestes”, etc.
Asimismo, los inhibidos se caracterizan por no verbalizar en abundancia, es decir, suelen ser personas de
“pocas palabras”. Incluso cuando alguien les pregunta algo, van a tender contestar a la pregunta con el menor
número posible de palabras, no siendo raro el uso abundante de monosílabos, independientemente del tipo
de pregunta que se les haya planteado (abierta o cerrada).
A) EL ESTILO DE COMUNICACIÓN AGRESIVO
Al contrario que la persona que presenta un estilo de comunicación inhibido, la persona con un estilo de
comunicación agresivo se caracteriza porque no sólo se preocupa por defender a cualquier precio sus
derechos, sino porque su forma de defenderlos normalmente, lleva aparejada la falta de respeto hacia los
derechos de los demás, incluso cuando esto es absolutamente innecesario para defender los propios.
El estilo de comunicación agresivo conlleva, como característica general, el hecho de que implica agresión,
como su propio nombre indica, y también desprecio y
dominio hacia los demás. Su creencia fundamental
supone que el sujeto se considera la única persona
importante y con opinión en cualquier contexto
personal y profesional, menospreciando a los demás,
de forma que lo que los otros puedan sentir o pensar
no tiene interés. Además, acostumbra a quitarse de
encima cualquier tipo de responsabilidad sobre su
forma de relacionarse con los demás, de forma que
cuando el resultado de la relación conlleva
consecuencias negativas para los otros, “ellos se lo
han buscado”.
Pese a que en principio puede presentar
consecuencias positivas para quien lo practica, dado que aparentemente consigue con facilidad lo que se propone,
también tiene consecuencias negativas, pues termina por generar fuertes conflictos en la persona a la hora de
mantener relaciones interpersonales.
La utilización predominante y continuada de un estilo de comunicación agresivo genera en la persona
sentimientos de culpa y una pobre imagen de sí mismo, pues llega a ser consciente de su proceder. Llegan a ser
sujetos que, siendo rechazados por los demás por su forma de relacionarse con ellos, se aíslan y se refugian en la
soledad, pues las relaciones sociales habitualmente les generan enfado. Por todo ello, es frecuente que pierdan
oportunidades en los terrenos personal y profesional.
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Con frecuencia están tensos y pierden con facilidad el control de las situaciones y de sus propios recursos al
enfrentarse a las relaciones interpersonales. Suelen presentar grandes problemas a la hora de comunicarse con los
demás, pues practican comunicación unidireccional y no bidireccional por no permitir el feedback(realimentación)
por parte de los demás. Son personas que se caracterizan por no escuchar a los demás.
En cuanto a su forma de manejar los elementos de la comunicación, los sujetos con un estilo predominantemente
agresivo se caracterizan por el uso de los siguientes elementos de la comunicación:

Elementos no verbales característicos del estilo de comunicación agresivo.


1. Expresión facial seria
2. Mirada directa, fija
3. Muy pocas sonrisas
4. Postura intimidatoria (por mirada, distancia y orientación)
5. Orientación enfrentada
6. No respeta las distancias
7. Gestos abundantes y amenazadores
Elementos paraverbales característicos del estilo de comunicación agresivo.
1. Volumen de voz elevado
2. Tono tendente a monótono por lo alto
3. Haba fluida
4. Velocidad rápida
5. Claridad escasa
6. Tiempo de habla excesivo (desproporcionado)
7. No hace pausas ni silencios
8. Latencia de respuesta muy rápida
En cuanto a los componentes verbales, la persona con un estilo agresivo emplea abundantes términos de
forma imperativa, crítica el comportamiento de los demás y utiliza con frecuencia palabras como “haz”,
“deberías”, “mal”, o frases como “harías mejor en…”, “ten cuidado con…”, “si no lo haces…”, “no sabes…”,
“debes estar bromeando”, etc.

B) EL ESTILO DE COMUNICACIÓN ASERTIVO


La persona con un estilo de comunicación asertivo, están bien porque conoce sus características y las utiliza
conscientemente o porque lo ha aprendido sin saberlo, utiliza los componentes de la comunicación tal y como
supone el seguir la filosofía que subyace a la teoría de las habilidades sociales, en el sentido en que es capaz de
expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, haciéndolo de forma que aún defendiendo sus propios derechos, se
respeten de forma escrupulosa los derechos de los demás. Cuando hace esto, además de permitirlo hace que los
demás se expresen libremente.
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Asimismo, la forma de expresarse del


asertivo va a ser adaptada al contexto
donde se desarrolla la comunicación y
contribuye a facilitar que se resuelvan
los problemas inmediatos que se pueden
presentar en el proceso de comunicación,
a la vez que se minimiza el riesgo de que
en futuros intercambios aparezcan
problemas.
A modo de sencillo resumen, el estilo de
comunicación asertivo consiste en ser
capaz de comunicarse en cada ocasión de
la mejor manera posible.
Una característica muy importante de la
utilización del estilo asertivo es que la persona consigue defender sus derechos y expresar sus opiniones,
utilizando para ello los componentes conductuales de la comunicación de la forma más adecuada.
El objetivo fundamental de la persona asertiva no es conseguir lo que desea a cualquier precio, sino ser capaz de
expresarse de forma adecuada y sin agredir, de manera que al interactuar con una persona asertiva, en muchas
ocasiones la comunicación se convierte en una negociación.
El uso del estilo asertivo hace que la persona resuelva habitualmente los problemas que se encuentra en sus
relaciones sociales, lo que genera satisfacción y hace que se sienta a gusto con los demás y consigo mismo,
incrementándose por este motivo su autoestima personal.
En sus relaciones interpersonales, la persona se siente relajada y con control, lo cual facilita la comunicación y, por
tanto, le ayuda a crear oportunidades en sus relaciones personales y profesionales. Así, conoce gente con
facilidad, hace amistades, hace negocios y consigue fidelizar clientes, etc. de forma sencilla, casi sin proponérselo.
La persona con un estilo de comunicación asertivo se gusta a sí misma y gusta a los demás, y el trato con ella suele
resultar, en términos tanto personales como profesionales, bueno para los demás y bueno para ella misma, quizá
como consecuencia de esa negociación ideal en la que todos ganan.
Estas consecuencias positivas facilitan que las relaciones interpersonales continúen siendo satisfactorias y
fructíferas, pues incide sobre los componentes fisiológico y cognitivo de la comunicación, haciendo que el manejo
de los componentes conductuales sea más fácil y adecuado.
A continuación, se presentan sus principales características en relación al uso de los elementos no verbales y
para verbales de la comunicación:
Elementos no verbales característicos del estilo de comunicación asertivo
1. Expresión facial amistosa
2. Contacto ocular directo
3. Sonrisa frecuente
4. Postura erguida
5. Orientación frontal
6. Distancia adecuada con posibilidad de contacto físico
7. Gestos firmes, pero no bruscos, acompañando el discurso
8. Manos sueltas
Elementos paraverbales característicos del estilo de comunicación asertivo
1. Volumen conversacional
2. Entonación variada que resulta agradable
3. Fluidez verbal adecuada
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4. Velocidad ajustada, más bien pausada


5. Claridad adecuada
6. Tiempo de habla proporcional a los participantes
7. Pausas y silencios adecuados
8. Latencia de respuesta suficiente
Por último, en cuanto a los componentes verbales, la persona con un estilo predominantemente asertivo de
comunicación, utiliza en primera persona términos que expresan sus propias ideas, opiniones, emociones y
sentimientos, tales como “pienso”, “siento” o “quiero”. También emplea términos que implican la colaboración
para conseguir algo del tipo “hagamos”, o bien preguntas encaminadas a la participación de los demás para
conseguir la solución de problemas, tales como “¿cómo podemos resolver esto?”, “¿qué piensas?”, “¿qué te
parece?”, etc.

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