> DESDE ADENTRO

APRENDER A APRENDER
Para aprender de verdad no basta sólo con disciplina, esfuerzo y
memoria: también se necesitan herramientas y hábitos que faciliten el
aprendizaje. Aquí, respuestas a las preguntas más frecuentes sobre el tema.

Texto: Lucía de Vedia / Producción: Lucila López Olaciregui / Fotos: Rosario Lanusse

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El aprendizaje de enciclopedia resulta casi obsoleto,
un solo click en Internet y el chico tiene a su disposi-
ción lo que necesita. Actualmente se habla mucho de
aprender a aprender, de aprender a pensar y de bus-
car estrategias metacognitivas. Por eso la tendencia
es hacer hincapié en que el alumno aprenda a razo-
nar, a asociar ideas y a participar activamente de su
propio aprendizaje.
¿Qué son las estrategias de estudio?
Las técnicas de estudio son un conjunto de herramientas
que ayudan a mejorar el rendimiento y facilitan el proce-
so de memorización y estudio. Aprender a aprender
sería, entonces, tener conciencia de cómo uno aprende,
de los mecanismos que se están usando y de cuáles son
los métodos más eficaces para cada uno.
Las técnicas de aprendizaje ayudan a la mejor utilización
de la memoria. Esto no significa repetir como loros, sino
entender la información que se está guardando. Cuando
el chico la comprende, puede relacionarla con otros
conocimientos y, así, al llenarse de sentido, es más fácil
memorizarla y, sobre todo, recuperar esa información en
el momento necesario.
¿Cuándo se hace la consulta al profesional?
Muchas veces el colegio es el que sugiere la consul-
ta con un profesional, ya sea porque el chico no
está obteniendo buenos resultados o porque luego
de un diagnóstico psicopedagógico se le recomien-
dan técnicas de estudio o de aprendizaje. En gene-
ral son casos en los que, desde el punto de vista
emocional, no hay mayores dificultades que traben
el aprendizaje, y desde el punto de vista neuropsi-
cológico, las bases para aprender funcionan bien.
Lo que falta es aprender a utilizar las técnicas para
mejorar su rendimiento.
¿Cómo se trabajan las técnicas de estudio?
Primero hay que observar cómo estudia el chico. Se
trata de rastrear lo más posible sus pasos, desde el
armado de la carpeta, la toma de apuntes en clase,
hasta cuándo y dónde estudia. Se evalúan todos los
factores empezando por lo más simple: qué cosas lo
desconcentran (por ejemplo, tener el escritorio al lado
de la computadora), cuánto tarda en leer un texto (si
tarda mucho o poco y de qué depende esto) o si se
distrae o no entiende lo que lee y, por lo tanto, tiene
que releer varias veces. Un buen diagnóstico al
comienzo es básico para ver cuáles son las fortalezas y
cuáles los puntos flojos.
Las técnicas de aprendizaje ayudan
a la mejor utilización de la memoria.
Esto no significa repetir como loros,
sino entender la información que se
está guardando.
Consejos clave
Cuánto tiempo le dedican al estudio: hay chicos que llegan a
la consulta con el profesional con varias materias abajo y
cuando se intenta planificar el tiempo que le pueden dedicar
al estudio, resulta que tienen la semana cargada de activida-
des extra y poco tiempo para los libros. Algo que les ayuda
mucho es armar un organigrama con todas las actividades de
la semana para definir cuánto tiempo le van a destinar al
estudio. Hay chicos que con 40 minutos de estudio por día les
alcanza. También es muy importante organizarse en el tiem-
po, para no dejar todo para último momento y evitar el “no lle-
gué”, por eso es fundamental el buen uso de agendas y hora-
rios (son recomendables las agendas “semana a la vista”).
El lugar es básico: lo ideal es que los chicos encuentren un
espacio tranquilo. Muchos estudian en el comedor, en el
cuarto donde está la tele o la computadora, lugares donde
circula gente y donde les cuesta concentrarse.
Estrategias de comprensión: cuando leen un texto, ¿de qué
forma abarca el contenido? Si hacen una pre-lectura (anali-
zan título, subtítulos, fotos), podrán conocer cuánto saben del
tema y cuánto no. Conectar con conocimientos previos ayu-
dará a la atención que le dediquen y facilitará la comprensión
y la memorización.
Estrategias para empezar a memorizar la información: hay
diferentes estrategias que ayudan a organizar la información
y que facilitan su memorización. Es importante que el chico
comprenda para qué sirven y cuándo le conviene usar cada
una. Por ejemplo, el resumen es ideal para textos narrativos;
el esquema, para textos con categorías y subcategorías; el
cuadro de doble entrada, cuando se compara información.
Asimismo es importante que el chico se conozca y sepa qué
le resulta mejor; si tiene una modalidad de aprendizaje más
visual, entonces le darán más resultado los esquemas y
mapas conceptuales que los resúmenes, por ejemplo.
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Lo ideal es que los chicos

encuentren un espacio tranquilo.
Muchos estudian en el comedor, en
el cuarto donde está la tele o la
computadora.
¿El esfuerzo o el resultado?
“Flor estudiaba mucho y, sin embargo, no sacaba buenas
notas. Era frustrante ver cómo se esforzaba tanto y los
resultados no mejoraban. Hasta que nos recomendaron
que aprendiera técnicas de estudio. Desde entonces le va
bárbaro, para ella fue una gran diferencia”, relata
Carmen, madre de Florencia, de 12 años.
En estos casos, como el de Florencia, resulta muy impor-
tante no estar tan pendientes del resultado, porque si
éste no es favorable pero el chico estudió y le dedicó
tiempo, el hecho de que saque una calificación baja va a
significar una gran frustración. Y ahí surge el “para qué
voy a esforzarme si igual me va a ir mal y encima me voy
a ligar un reto”.
Para los chicos
Tips para antes…
• Hacete preguntas tipo examen. Muchas veces los mismos profeso-
res dicen “esto es pregunta de examen” a lo largo de sus clases.
• Escribí palabras clave y todo lo que te venga a la mente, despertan-
do la libre asociación, que es lo que se necesita para el momento del
examen.
• No estudies todo oral: el 90% de los exámenes del colegio es
escrito. Tenés que saber cómo responder por escrito, que no es
lo mismo que responder oralmente.
… y durante el examen
• Leé primero todo el examen y luego empezá por las respuestas más
fáciles. Cuando te vas acordando de lo que sabés, te vas relajando y
se van abriendo las puertas del conocimiento. En cambio si empezás
por preguntas que te resultan difíciles, te podés bloquear.
• Para relajarte antes del examen, pensá en algo lindo, en
ideas positivas.

¿Existe motivación?
Si no hay motivación, es fundamental tratar de gene-
rarla, ya que es muy difícil trabajar técnicas de estu-
dio sin ella. Con un adolescente, es más fácil hablar
estos temas (“el día de mañana vas a ir a la facultad
y lo que no estudies o generes ahora, te va a costar el
doble”). En la actualidad los chicos ya saben que
deberán tener una carrera universitaria para poder
insertarse en el mundo laboral. Muchos hasta piensan
en el posgrado que van a hacer luego. Si bien a los
adolescentes no les gusta estudiar, tienen esta otra
perspectiva, que puede ser una buena fuente de moti-
vación. Asimismo, cuando logran entender o compro-
bar que al utilizar técnicas de estudio optimizan el
tiempo y obtienen mejores resultados, ven la impor-
tancia de “aprender a aprender”.

Más info:
IDEAR - Mariano Ortiz
Cel.: 155 467-8179

Asesoraron para esta nota: María del Pino (psicopedagoga)

y Mariano Ortiz (psicólogo).

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