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Rogelio Reyes Cano: Los locos de Cer- (una rebosante lista de publicaciones del
vantes y otros estudios literarios. Sevilla: autor, que da buena cuenta de su fecun-
Universidad de Sevilla, 2016 (Serie Lite- da labor académica) del libro, se nutre el
ratura, 143). 587 páginas. mismo de siete haces de trabajos agrupa-
dos temáticamente.
Son dos los motivos que han impulsado La primera parte, “De locos y locuras
al autor a recoger en un volumen traba- literarias”, es la más extensa. Incluye seis
jos tan diversos y al mismo tiempo tan trabajos, cinco de los cuales tienen por
ligados conceptualmente por el interés enfoque principal el riguroso rastreo de
sevillano que trasluce en varios de ellos: características formales y conceptuales de
por un lado, el afán de difundir muchas la ambivalente y polimórfica “literatura
de las reflexiones derivadas de una vida de del loco”, galvanizada por el humanismo
continuo docere, studere et discere llegado renacentista, en la creación de autores
el momento de retirarse de las aulas. Por consagrados –Cervantes y Castillejo– y
otro, su inagotable empeño en regalar a de figuras menos conocidas –los locos
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en el apartado que abre el libro y que de la prosa poética del moguereño a cargo
sirve de base al título del volumen. El de Javier Blasco Pascual y Teresa Gómez
perspicaz uso de esta modalidad literaria Trueba publicada por Espasa-Calpe en
como clave interpretativa de obras tan 2005. Aprovecha Reyes Cano la oportu-
dispares como el Quijote, las diferentes nidad, a la par que elogia dicha edición
composiciones poéticas de Castillejo, los e invita a decir más del complejo corpus
“Sermones” del loco Amaro, los dichos textual juanramoniano, para aportar algu-
agudos y facecias de dementes áureos nos detalles sobre escritos de prosa lírica
dispersos en bocas y escritos de tanta concretos del poeta, producidos a lo largo
gente, o Luces de bohemia, pone de re- de toda una vida consagrada a la creación
lieve la ubicuidad del género así como la literaria (así, los conjuntos o proyectos
urgencia de revisar otras obras a la mis- prosísticos conocidos bajo los marbetes de
ma luz para “ir fijando con ponderación Primeras prosas, Libros de Moguer, Libros
[la] fortuna y límites [de dicho género]” de Madrid, Españoles de tres mundos –que
(p. 66). agrupa sus retratos líricos–, Viajes y sueños
Las tres partes que siguen recogen, y varios de sus libros de prosa lírica que
respectivamente, estudios sobre Gustavo habían quedado sueltos hasta la publica-
Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez ción de la susodicha edición).
y Luis Cernuda. Dos trabajos sobre las Cabe mencionar el admirable arte de
rimas becquerianas subrayan la moder- Reyes Cano a la hora de alternar el relato
nidad e instinto renovador del poeta, en personal con la investigación, rasgo que
primer lugar, por valerse del sueño como describe a la perfección no solo este, sino
fuente en varios de sus poemas, y, en se- todos los apartados del libro. En especial,
gundo lugar, por la finura y originalidad la evocación de su emoción, siendo aún
con que sabe fundir lirismo popular (can- adolescente, al presenciar el cuerpo muer-
tares del arte flamenco y populares escu- to de Juan Ramón a su paso por Sevilla en
chados desde su niñez y adolescencia se- 1958, rememorada hasta la saciedad en
villanas) y culto (poesía culta) en algunas los capítulos contenidos en este apartado
de sus realizaciones literarias. y aun en algunos de otras secciones (como
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Son cuatro los trabajos de tema juan- el dedicado a las azarosas relaciones entre
ramoniano recogidos en el apartado de- Cansinos Assens e Isaac del Vando), sirve
dicado al poeta onubense. En casi todos no solo para desatar algunos de los pasajes
ellos se destaca el papel protagonista de lo más líricos de la prosa del propio Reyes
sevillano y, de manera más general, de lo Cano, sino también como fulcro al aná-
andaluz, en su vida y obra poética, si bien lisis de la vida y obra del insigne poeta
el tercer estudio resalta el desconocimien- moguereño. Toca Reyes Cano en estos ca-
to en que aún dormita buena parte de la pítulos, además, temas de interés como el
producción prosística juanramoniana, de- papel decisivo que tuvo el Ateneo sevilla-
bido en gran medida a la escasez de edicio- no en la formación lírica del poeta, insti-
tución de corte liberal y progresista donde conciencia de la temporalidad, un estado 255
consecutivos, donde se repiten verbatim sibles fuentes pictóricas que pudo tener en
algunas reflexiones del primer texto del cuenta el poeta a la hora de valerse de la
apartado, aunque matizadas y bastante expresión, Reyes Cano traduce el adagio
ampliadas. Se trata en el segundo trabajo poniendo de relieve una sutil referencia al
de acercarse a los exilios físicos cernudia- pasado, “[Recordad] que también yo es-
nos pero “desde la perspectiva de la histo- tuve en la Arcadia” (p. 356), traducción
ria interna del propio poeta” (p. 324) para novedosa que ayuda a esclarecer el sentido
examinar a fondo el sentimiento elegíaco último del poema.
o de pérdida del “tiempo sin tiempo”, el El capítulo de cierre a este apartado es
momento anterior a la adquisición de la una ramificación del capítulo de arran-
2 56 que al mismo. La postura ambivalente de la vida y obra de varios artistas sevilla-
Cernuda con respecto a Sevilla se observa, nos. El primero trata de las complicadas
asimismo, en las declaraciones del poeta relaciones entre dos amigos sevillanos,
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con respecto al teatro de los hermanos un tiempo adeptos del Ultraísmo, cuyo
Álvarez Quintero, que van desde la cau- compañerismo terminó rompiéndose
telosa descalificación de dicho teatro, a su como muestran los numerosos dicterios
justa, sopesada y rectificadora valoración. que Cansino Assens le dedicó posterior-
Como explica convincentemente Reyes mente a Del Vando-Villar en varias oca-
Cano, la desaprobación inicial del tea- siones. El segundo da cuenta de la pro-
tro de los dramaturgos utreranos parece pensión que ostentó Rafael Lasso de la
obedecer más a “oportunismo ideológi- Vega a la automixtificación, como se ve
co” que a la intención de definir abierta- al examinar la suerte de su poema inédi-
mente sus gustos personales (p. 363). De to “Toits”, que Lasso envió a su paisano
ahí que reconsidere el teatro regionalista sevillano y ultraísta Del Vando afirman-
y costumbrista de los Álvarez Quintero, do haber aparecido esta composición en
pasada ya la “efervescencia ideológica de la edición francesa de Galerie de glaces,
la España republicana en plena Guerra edición que nadie ha podido encontrar.
Civil” (p. 369), y lo juzgue en su justa Dedica los siguientes tres capítulos, pri-
medida. La admiración personal que a mero, a examinar la novela La ciudad, de
la postre acaba revelando Cernuda por la Manuel Chaves Nogales, a quien Reyes
obra de estos comediógrafos andaluces se considera el mejor periodista sevillano
manifiesta también en los ecos formales, (p. 476); segundo, a la pasión poética
poco estudiados hasta ahora, que los es- que la obra becqueriana despertó en Ra-
critos de los Álvarez Quintero dejaron en fael Montesinos, pasión que halla reflejo
la única comedia acabada de Cernuda, La en las referencias a Bécquer con que el
familia interrumpida. lector tropieza en su lectura de diversos
La quinta parte del libro, bajo el epí- poemas de Montesinos; y tercero, a pres-
grafe “Andalucía y Sevilla”, recoge dos tar homenaje al escritor gaditano afinca-
capítulos dedicados, el primero, a repasar do en Sevilla, Francisco Pleguezuelo, con
las aportaciones de diferentes autores, en motivo de la publicación póstuma de su
su mayoría andaluces, al paradigma de Obra completa que Reyes Cano ha sido
las ruinas de la Antigüedad, particular- invitado a presentar.
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mente las de Itálica, a partir del huma- El apartado culmina con textos des-
nismo renacentista y hasta el siglo xx. El tinados a reseñar dos poemas del autor
segundo, a las estampas literarias que la sevillano Jacobo Cortines, Carta de junio
albarrana Torre del Oro y otros encantos, y Nombre entre nombres, obras ambas de
pero también lacras, de la urbe sevillana andadura sosegada donde se palpa el eco
han suscitado en escritores y poetas desde de las abundantes y personalísimas lectu-
el periodo andalusí hasta el siglo pasado. ras del poeta.
Una sexta gavilla titulada “Escrito- En “Filólogos en mi recuerdo”, úl-
res de mi entorno”, reúne siete trabajos tima parte del libro antes del extenso y
que versan sobre diferentes aspectos de notable expediente académico de Reyes
Cano, el lector encuentra seis emotivos la literatura española de todos los tiem- 257
humana (p. 192)–. Se ahonda también labra “inteligencia” con “g” y “j” en dos
en el maridaje entre lo culto y lo popu- instancias de la transcripción de un poe-
lar apreciable en Cervantes, Bécquer, ma juanramoniano de Eternidades (177),
Juan Ramón, Cernuda,… Por último, cuando debería respetarse la peculiar or-
en todos los trabajos se vislumbran, fina- tografía del poeta, que optaba por usar la
mente repujados, los relieves de Sevilla y “j” en palabras con “ge” y “gi”.
Andalucía. Este engranaje de ideas en el
discurso académico de Reyes Cano deja Lourdes Albuixech
de manifiesto, por un lado, su erudición (Southern Illinois University,
en una diversidad de asuntos tocantes a Carbondale)
2 58 María Asunción Flórez Asensio: Músicos partir de la p. 162, a propósito de sus in-
de compañía y empresa teatral en Madrid gresos por su participación en el Corpus
en el siglo XVII. Kassel: Edition Reichen- de la capital –que a menudo eran insufi-
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berger 2015 (DeMusica, 22, 23). 2 vols., cientes, obligando a los actores a aprove-
vii + 821 páginas. char el sistema de “ayuda de costa”– así
como por las puestas en escena –particu-
La autora, musicóloga y cantante, se pro- lares o fiestas– ante los reyes.
pone arrojar alguna luz sobre los músi- El segundo capítulo se centra en la or-
cos de las compañías teatrales de Madrid ganización del teatro profesional hispano,
en tanto que grupo concreto de profe- documentada ya en relación con la pre-
sionales de la música que “muy pronto sencia de los cómicos dell’Arte, que ve su
tomó conciencia de que su ocupación no temprana consolidación gracias a su vin-
era solamente un oficio sino también un culación con la beneficencia. Las compa-
‘arte’” (p. 15). ñías contaban con diversas tipologías, y la
La primera parte del trabajo consiste autora describe y documenta su régimen
en una puntual y documentada recons- económico, los componentes y sus fun-
trucción de la vida teatral madrileña entre ciones artísticas, la jerarquización de sus
la segunda mitad del siglo xvi y el siglo miembros, y los sobresalientes, cuya pre-
xvii, echando mano de la cuantiosa bi- sencia era habitual en las representaciones
bliografía a disposición sobre los corrales cortesanas.
de comedias y su funcionamiento, la apa- El tema central anunciado en el título
ratosa puesta en escena de los autos sacra- del volumen halla su cumplido tratamien-
mentales, las representaciones cortesanas y to a partir del tercer capítulo, dedicado
sus espacios teatrales (jardines, patios, sa- a los profesionales de la música teatral,
lones, el Real Alcázar, el Salón Dorado, el entre los cuales destacan: el músico prin-
Buen Retiro, el Coliseo), sin dejar de lado cipal, con la formación musical necesaria
las cuestiones administrativas, económicas para poner los tonos de cada represen-
y la reglamentación de la articulada y ri- tación, así como enseñar la música a los
quísima actividad teatral de la Villa y Cor- actores, un segundo músico, y los cómi-
te. Cabe apuntar que este capítulo no deja cos –sobre todo graciosos y actrices como
de ser una reiteración de todo lo dicho por Sabina Pascual y Manuela de Escamilla–
las fuentes documentales y críticas utiliza- con destrezas musicales. Considerados
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das. De paso, cabe subrayar también un por algunos un grupo social marginado,
llamativo olvido por parte de Flórez Asen- constituyeron en realidad un gremio de
sio, quien, al subrayar que Lope de Vega alta profesionalidad, organizado y respe-
“es uno de los más hábiles empleadores de tado, pese a que dentro de las compañías
la música en el teatro” (p. 5), omite men- parecían ocupar el nivel más bajo de los
cionar La selva sin amor, primera ópera en oficios artísticos. Con todo, los honora-
lengua castellana del Fénix, representada rios de los sobresalientes altamente cuali-
ante los reyes en 1627. ficados contratados para representaciones
De las compañías de representantes la palaciegas eran muy elevados, y estos, por
autora empieza concretamente a tratar a más señas, solían ofrecer a los reyes con-
ciertos privados en un plano de igualdad toda clase de datos, documentos y fichas 259
con los músicos de cámara. La estudiosa específicas por orden alfabético sobre los
hace notar que, si bien no ha quedado principales músicos de la corte y los arpis-
destaca la influencia que tuvieron los in- de Laserna es el objetivo del artículo de
térpretes en el desarrollo del teatro musi- Judith Ortega Rodríguez. Se trata de otro
tra. A pesar de que la música de esta fiesta es retomada por Miguel Ángel Vega Cer-
se encuentra dispersa y en fragmentos, nuda. Sin enfocarse en ninguna obra en
Flórez Asensio considera todas las fuentes particular y dejando de lado nuevamente
hasta ahora conocidas. Su detenido análi- los aspectos musicológicos (fuera de re-
sis se cierra abordando la suerte posterior coger algún “término baúl” como leichte
de esta obra, la que fue también represen- Musik), se trata de un trabajo, según los
tada en la Nueva España, donde Salazar y mismos editores, de “signo generalista”
Torres había vivido quince años. (p. 8), en el que se intenta explicar las di-
La siguiente estación de este recorri- ferencias entre ambos géneros mediante
do nos lleva al final del siglo xviii. La sus distintos consumidores: la burgue-
2 62 sía vienesa y el pueblo español respecti- bría jugado la zarzuela en la restauración
vamente. Esta última generalización es de la identidad española tras el desastre
corregida por Víctor Sánchez Sánchez, del 98 a partir de tres obras diferentes. De
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quien al revisar el público heterogéneo estas destaca El Bateo (1901) que Dreyer
que asistía a los teatros por horas madri- vincula con el anarquismo, sin olvidar la
leños hacia finales del xix demuestra que forma musical a la que este sainete lírico
este no tenía el mencionado carácter po- recurre: el tango. Los primeros años de
pular. Enfocada en La Gran Vía (1886), la zarzuela en el siglo xx continúan en la
la contribución de Sánchez Sánchez exa- mira de estos asedios mediante el trabajo
mina las formas musicales incluidas en de Jaime Cárdenas Isasi, quien desde la
esta revista y su empleo para ironizar a las historia cultural rescata las zarzuelas de
otras clases sociales (con el vals se critica- tema marroquí. Su contribución no con-
ba a la aristocracia, mientras que el tan- siste en un mero repertorio de estas obras
go proponía una mirada crítica sobre las desatendidas por la crítica, pues Cárdenas
clases bajas), utilizando códigos que eran Isasi las ordena y vincula con el desarro-
comprendidos por un público procedente llo del discurso con el que se justificó la
de las clases medias. Este completo estu- presencia española en el Norte de África.
dio, que considera también las portadas El volumen también incluye dos
de la edición francesa, así como la traduc- trabajos centrados en La verbena de la
ción al italiano, no olvida recoger la im- Paloma (1894) de Ricardo de la Vega,
presión que causó en Friedrich Nietzsche con música de Tomás Bretón, que revisan
el número de la jota de las ratas. A conti- su fortuna en el siglo xx. Por una parte,
nuación, del trabajo de Tobias Branden- Álvaro Ceballos Viro propone que Pío
berger destaca su análisis de Curro Vargas Baroja la reescribió críticamente en un
(1898) y Churro Bragas (1899), donde no episodio de su novela La busca (1904);
solo el texto literario parodia al modelo, en cambio, Peter W. Schulze estudia sus
sino también la música popular urbana de cuatro adaptaciones cinematográficas,
la última contrasta con la densa, compleja a la vez que traza la trayectoria (ascenso
y elaborada orquestación de la primera, y decadencia) del cine zarzuelístico. En
pues, como reacción y reivindicación de esta notable contribución se analiza de-
un estatuto, la parodia, a partir de las de- talladamente algunos de los carteles con
bilidades del modelo, lo critica y sabotea. los que estos filmes se publicitaron. Por
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Si la mayor parte de los trabajos an- su parte, Mario Lerena examina la obra
teriores consigue un equilibrio entre el de Pablo Sorozábal. Enfocado en sus dos
análisis de texto y música, una perspecti- óperas: Adiós a la Bohemia (1933) y Juan
va diferente propone Ignacio Jassa Haro, José (compuesta en 1968, pero llevada al
quien examina la representación de las escenario recién en 2016), que el compo-
cupletistas e intérpretes de zarzuela en las sitor consideraba “hermanas” (p. 282),
postales ilustradas del cambio del xix al su artículo demuestra la maleabilidad del
xx, siglo en el que se ubican las siguien- lenguaje de la zarzuela, capaz de adaptarse
tes aportaciones. En primer lugar, Antje a las controversias ideológicas y estéticas
Dreyer indaga en el posible papel que ha- del siglo xx.
A continuación, la contribución de Pedro Schlueter: Pérez Galdós y la músi- 263
Ulrike Mühlschlegel aborda la presencia ca. Madrid: Clave Intelectual 2016. 315
de la zarzuela (bajo la forma de partitu- páginas.
4
Alvar López, Manuel (1970): “Novela y teatro
junto de calas significativas en los estu- en Galdós”. En: Prohemio, 1, pp. 157-202.
dios sobre la zarzuela, objetivo que cier- 5
Nuez Caballero, Sebastián de la (1981): “His-
tamente cumple. toria y testimonio epistolar de unas zarzuelas
basadas en obras de Pérez Galdós”. En: Anuario
de Estudios Atlánticos, 27, pp. 487-558.
José Elías Gutiérrez Meza 6
Versteeg, Margot (2000): De fusiladores y
(Ruprecht-Karls-Universität morcilleros. El discurso cómico del género chico.
Heidelberg) 1870-1910. Amsterdam: Rodopi.
7
Freire, Ana María: (2008): “La Guerra de la In-
dependencia en el teatro lírico español (1814-
1
<http://digital.iai.spk-berlin.de/viewer/collec- 1914)”. En: Rubio, Miranda (ed.): Guerra,
tions/zarzuela/>. sociedad y política (1808-1814). Pamplona:
2 64 Nacionales galdosianos, defendiendo –y a resto del libro, se encuentran diseminadas
la vez cuestionando– la relación de las no- referencias a la actividad musical de Gal-
velas históricas con posibles adaptaciones dós mismo, que aprende a tocar el piano
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al teatro. A pesar de la existencia de todos y que durante toda su vida invita a veladas
estos estudios de índole diversa, hasta hoy musicales en su casa.
ninguno de ellos había conseguido abar- Aunque el libro formalmente no se ha
car de manera integral la gran variedad dividido en partes, se observa un inciso
de relaciones que entabló el autor canario con el inicio del quinto capítulo, que se
con la música. Desde este punto de vista, aleja de la visión de Galdós como crítico
Pérez Galdós y la música de Pedro Schlue- musical y trata, en cambio, la manera en
ter aspira a convertirse en una aportación que las obras galdosianas mismas son reci-
importante y necesaria a la investigación bidas, adaptadas o parodiadas. No pocos
galdosiana, ya que promete un enfoque títulos causaron interés en los autores y
amplio de la temática. compositores del teatro musical: Schlue-
En 27 capítulos, abrazados por una ter por ejemplo hace mención de las am-
introducción y un epílogo, Schlueter ex- biciones de Ruperto Chapí en 1876 de
pone sus amplias observaciones siguien- presentar Gloria, dedica unos pocos pá-
do el orden cronológico de los hechos rrafos a las adaptaciones de los Episodios
(como si fuese una biografía), de modo nacionales Cádiz y Trafalgar, que se lleva-
que se abarca un espacio de tiempo desde ron en los años 1886 y 1890 a la zarzuela,
el nacimiento de Galdós hasta la década o reúne datos sobre varias parodias de La
de 1990, años en los que concluye la co- de San Quintín (capítulos V y VI).
lección de materiales (p. 305). Con cierto Entre las noticias sobre las diversas
parecido a un mito fundador, el primer obras de Galdós que se llevaron al teatro
capítulo narra la infancia de Galdós y las musical, que inspiraron sinfonías o mo-
influencias que marcaron el desarrollo de tivaron otros tipos de musicalizaciones,
su afición a las Bellas Artes en general, destacan a partir del sexto y séptimo ca-
especialmente a la música. Siguen tres pítulo, respectivamente, dos títulos gal-
capítulos que Schlueter dedica a la llega- dosianos en el trabajo de Pedro Schlueter
da de Galdós a Madrid para sus estudios los que reiteradamente se tematizan a lo
de Derecho –estudios que poco a poco largo de todo el libro: Marianela (1878)
abandona debido a su fascinación por la y Zaragoza (1874). Para el primero de los
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música y la literatura–, y donde se ilustra, casos –del que hablaremos con más de-
entre otros aspectos, su trabajo como crí- talle– Schlueter documenta una partitura
tico musical entre los años 1862 y 1896. de teatro lírico inspirada en Marianela ya
Ya en estos capítulos, al igual que en el para el año 1890 que se titula Magdalena
(p. 72). Varios compositores, como los
Universidad Pública de Navarra; (2012): catalanes Malats (pp. 94 ss.) y Morera
“Chapí, Galdós y los Episodios nacionales en (pp. 166 ss.), y especialmente el navarro
la zarzuela (a propósito de El equipaje del rey Lapuerta (pp. 103 ss.) tienen grandes pre-
José)”. En: Sánchez Sánchez, Víctor (ed.):
Ruperto Chapí. Nuevas perspectivas 2. València: tensiones de llevar Marianela a la ópera,
Institut Valencià de la Música. un proyecto cuya realización a pesar de to-
das las buenas intenciones no parece fruc- siones de este título en el mundo músi- 265
tificar por la falta de un buen libreto que co-teatral (capítulo XI)–; y por otro hace
el mismo Benito Pérez Galdós no consi- entender que tal vez el dudable estado de
ciones de sus obras hechas por otros. Cla- ción como en su epílogo defiende su pro-
ramente y sin pretensiones de integridad, cedimiento de evitar “mayores comenta-
el enfoque del libro es de gran alcance e rios entre los documentos aportados” (p.
intenta ofrecer una imagen global del 15) para posibilitar un desarrollo libre del
Galdós musical, un enfoque que incluso hilo narrativo con suspense y desenlace.
sobresale los límites de la vida del autor Añade acerca de sus intenciones: “no he
canario al tematizar adaptaciones mu- pretendido redactar una obra para espe-
sicales de hasta finales del siglo xx. Este cialistas, antes bien, para lectores habi-
hecho concedería al libro de Schlueter un tuales de los títulos galdosianos, así como
lugar destacable en la investigación, lo para aquellos que tengan predilección por
los asuntos musicales relacionados con la los pasos de investigación ni de proseguir 267
literatura” (p. 305). Sin embargo, prime- los caminos que ha tomado el autor. No
ro hay que observar que es justamente la nos queda otro remedio que esperar una
Vega sale de las prensas de Támesis, que tedra salmantina (1901), eventos ambos
se ha venido especializando en la prepa- que fueron esenciales en la vida del escri-
ración de este tipo de volúmenes sobre tor. Los temas que dominan esta etapa, en
la historia literaria hispánica. Así, Táme- la que se da el giro hacia una problemá-
sis ha publicado companions a la obra de tica sobre España y hacia la literatura de
Martín Gaite, Neruda, García Márquez, dramas íntimos que le hizo célebre, vuel-
Vargas Llosa y otros, a los que ahora debe- ven a aparecer en las fases subsiguientes.
mos añadir el excelente A Companion to Así, Julia Biggane los muestra en la que
Miguel de Unamuno que nos toca reseñar. encierra el paréntesis 1902-1923. Son
Organizado bajo los auspicios de Ju- años marcados en su final por la dictadu-
lia Biggane y John Macklin, este libro se ra de Primo de Rivera, y muy fecundos
proyecta como una introducción panorá- en obras maestras, tanto filosóficas (Del
mica a la obra del escritor bilbaíno. Evi- sentimiento trágico de la vida) como narra-
dentemente, la tarea resulta sumamente tivas (Abel Sánchez, Niebla, La tía Tula),
dificultosa tanto debido al volumen de la incluyendo el importante manifiesto es-
obra de Unamuno, que se extiende du- tético contra el realismo que supone Tres
rante casi cincuenta años a lo largo de novelas ejemplares y un prólogo. La tercera
varios géneros literarios, como por el im- etapa (1924-1930) es la del exilio a Fuer-
presionante volumen de estudios que esta teventura, París y Hendaya, que estudia
obra ha producido y que el companion Stephen G. H. Roberts centrándose en la
que nos ocupa ayuda a navegar. Tal di- crisis que sufrió el escritor durante estos
ficultad hace especialmente meritorio el años y que expresó magistralmente en tres
trabajo de los editores y autores que parti- ensayos fundamentales, uno de corte más
cipan en el proyecto, pues el resultado es, bien existencial y dos estéticos muy en la
como adelantamos arriba, excepcional: línea de la reflexión iniciada con las Tres
A Companion to Miguel de Unamuno es novelas: cronológicamente, son Alrededor
un libro bien pensado y sumamente útil del estilo, La agonía del cristianismo y
para el estudio de la obra de Unamuno. Cómo se hace una novela. Por último, la
Especialmente acertada nos parece la es- cuarta etapa (1930-1936) la estudia Pe-
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tructura del volumen, que combina una dro Ribas Ribas, que explica con gran
intención introductoria y panorámica sutileza los movimientos de Unamuno en
con otra de profundización temática. esta etapa tan polémica de su existencia,
Así, y tras la introducción a la obra, el marcada por algunos textos literarios ex-
volumen nos presenta una primera sec- cepcionales (San Manuel Bueno, mártir) y,
ción dedicada al desarrollo de la obra de sobre todo, por una serie de textos perio-
Unamuno (“Part I. The Development of dísticos y tomas de posición política que
Unamuno’s Work”) en la que seguimos han sido muy importantes a la hora de es-
la vida y escritos del autor vasco a través tudiar su figura. Ello se debe especialmen-
de cuatro etapas. Jean-Claude Rabaté se te a su acercamiento al hijo del dictador y
fundador de la Falange, en primer lugar, destierro, que los artículos del libro solo 269
y, en segundo lugar, a las decisiones del mencionan muy de pasada. Por otra par-
escritor en los últimos meses de su vida, te, es muy acertada la decisión de poner
ro las relacionadas con Federico García primero en ocuparse con acucia del tema
Lorca, pero últimamente se ha ocupado fue un protagonista del movimiento,
bicioso, e incluye muestras de la poesía Diego como ejemplo: si bien este repre-
de un total de 60 autores. Unas mínimas sentaba un ala sui generis, no es menos
omisiones, aunque no obstante curiosas, cierto que el sincretista Ultraísmo podía
son las de Correa Calderón o los herma- contarlo entre los suyos, aunque fuese a
nos Romero Martínez. Por otro lado, los pesar del santanderino, siquiera por su
criterios de selección a veces podrían pa- participación en los órganos más relevan-
recer demasiado generosos”. Por su parte, tes del movimiento: Cervantes, Grecia,
Anderson propone un canon de “poetas Vltra (Oviedo), Reflector, Ultra (Ma-
ultraístas”, que dará seguramente pie a drid), Tableros, y sus sucesores Horizonte,
una benéfica discusión (pp. 111-121): Vértices y Alfar.
No puedo cerrar el comentario sobre Filología y crítica; III) Creación y críti- 275
este libro sin encomiar la bibliografía final ca. Desde el punto de vista de los géneros
(pp. 695-759): contiene un enorme acer- académicos, las contribuciones van desde
pues esta –ilusiones ópticas aparte– no es dio con nada menos que un argumento
más que una parte de aquel todo que se de autoridad: el propio Borges dijo de ese
cursiva original). El trabajo es completo los cuales se siente orgullosa (p. 30). Ette
y minucioso: ubica el texto en la biografía señala algunas dificultades inherentes al
de Borges, hace un estudio de erudición orgullo como modo de convivencia, a sa-
bibliográfica sobre su primera publica- ber, su orientación “retrospectiva” hacia
ción y sucesivos avatares, y luego procede los logros del pasado y su tendencia a la
a analizar –“deconstruir”, dice, quizá en “exclusión” más bien que a la “inclusión”
un sentido demasiado lato– “los anda- (p. 45), por lo que se asocia a políticas de
mios retóricos y formales” (p. 308) de este identidad (p. 49). Sin embargo, también
pseudo-ensayo, ensayo-ficción o ficción hay indicios que apuntan a una orienta-
crítica. Por último, con una sorprendente ción prospectiva e inclusiva: “un orgullo
2 78 por la presencia de una convivencia, que señador, sin embargo, quisiera poner una
es el resultado heterogéneo de los proce- apostilla a la siguiente observación del
sos históricos de la transculturación” (p. autor: “resulta sintomático que el con-
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tividad crítica” (p. 73). Estas ideas se mites que impone un volumen, ni en va-
ilustran con el análisis de un poema de rios. Es de esperar que más investigadores
Paul Celan. Naturalmente, en tan pocas se sumen a esta tarea y contribuyan a una
páginas no es posible una discusión de- más completa reflexión epistemológica de
tallada de la problemática que se enun- la disciplina, que permita tanto consoli-
cia; el lector podrá recurrir a la reciente dar su estatuto científico como definir su
recopilación de obras de Costa Lima con relevancia para la sociedad.
el título Trilogia do Controle (O Controle
do Imaginário, Sociedade e Discurso Luis Galván Moreno
Ficcional, O Fingidor e o Censor). Este re- (Universidad de Navarra-ICS)
Francisco Ruiz Casanova: Sombras escri- cuyas pretensiones historiográficas han 279
tas que perduran. Poesía (en lengua) es- desviado la atención del hecho mismo
pañola del siglo XX. Madrid: Cátedra. 383 de la lectura y su interpretación en aras
como poeta y traductor, condición que lírica. Destaca, en este sentido, el análisis
pese a popularizarse con la Generación de un ensayo prácticamente desconocido
del 27 ya cultivaban modernistas y post- de 1950, Ferias y atracciones, que mues-
modernistas (p. 88). Tal y como indica, tra una gran conexión con la bohemia
las traducciones de los románticos ingle- literaria de la España de los años veinte e
ses o de Shakespeare influirían decisiva- inspirado en el enclave barcelonés del Ti-
mente en la obra del sevillano, en tanto bidabo (p. 157). Sea como fuere, lo que
que marcaron sus intereses estéticos en continúa latente en todos estos capítulos
sus diferentes etapas. es la constante afirmación por parte del
A continuación, después de sostener autor de “la magnitud y alcance de sus
algunas afirmaciones que pudieran resul- individualizados olvidos” (p. 183).
tar polémicas —entre ellas, que Neruda En las páginas que suceden, enton-
o Borges habrían sido incluidos en el ces, desfilan nombres como el de Luis
grupo de 27 si su lugar de nacimiento Rosales, del que destaca sus estudios
y residencia hubiese sido España—, lle- sobre Cervantes y Villamediana y en los
ga a abordar temas tan diversos como que cuestiona la posible influencia de los
el epistolario compartido entre Alfonso mismos no solo sobre sus propios inte-
Reyes y Octavio Paz, para concluir este reses sino también sobre las afinidades
primer apartado con una panorámica de literarias de su obra, o el de César Gon-
las antologías poéticas que se publicaron zález-Ruano, cuyo Don Juan constituye
en torno a la temática de la Guerra Civil. una clara subversión del famoso mito.
Parte Ruiz Casanova de una práctica dis- Otro caso peculiar es el de Ángel Cres-
tinción al separar aquellas antologías de po, cuyo cambio estético, asociado nor-
un solo autor y vinculadas a una época malmente a su crítica postura contra la
histórica concreta, que denomina “pa- poesía social, quizás ya fuera visible en su
norámicas”, frente a las “programáticas”, producción anterior, tal y como el autor
que reúnen un grupo o generación de se propone demostrar mediante pruebas
poetas, normalmente jóvenes, presen- e hipótesis más que satisfactorias (pp.
tando “un tiempo que se proyecta en el 194-202).
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
momento. Una característica constan- último tercio del siglo xx cualquier sen-
te en muchos de los poetas estudiados, da poética que no desembocara, final-
ñado por la crítica literaria en aras de ron. Quedará por ver, entonces, si al me-
juzgar y cuestionar la deconstrucción o nos consiguieron estar los que deberían,
la falsía histórica que, a juicio del autor, aunque nunca logren estar todos los que
provocaron. Más concretamente, Ruiz lo merecieran.
Casanova acusa a la concepción histo-
riográfica inherente a gran parte de las Borja Cano Vidal
antologías poéticas del siglo xx de impe- (Universidad de Salamanca)
dir que el vanguardismo y, en concreto,
el simbolismo, se desarrollan adecuada-
mente, pues “la parte peninsular de la
2 82
2. LITERATURAS LATINOAMERICANAS: HISTORIA Y CRÍTICA
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
168), como si se pudiera separar ambos un arma, una manera de convertir el es-
propósitos, desmintiendo cualquier ilu- tigma de la diferencia en el prestigio de la
sión de ver el latinoamericanismo como distinción. Esos embelesamientos debili-
campo “científico”, quimera de la ciencia tan los enlaces interpretativos, hacen invi-
literaria alemana de los años treinta (en sibles los detalles que no puede amoldar, y
el Tractactus, de 1921, Wittgenstein ar- por ende las abstracciones solo les incum-
guye que la filosofía tampoco puede ser ben a los especialistas. Richard Rorty cri-
una ciencia). La atención a ambos autores tica ese tipo de pensamiento grupal, abo-
ocupa trece páginas, cinco para Marías, y gando por ampliar el consenso sobre el
en ellas agrada notar que Moreiras es un estado de las discusiones, para pasar de las
estrategias enfocadas en las diferencias a útiles que siempre existirán en el trabajo 287
lo que se tiene en común. Ni Moreiras ni crítico, aun cuando se crea, como Nuccio
sus antagonistas o simpatizantes, ningu- Ordine en su manifiesto La utilidad de lo
hacerlo contra el Otro del día, no una mi- latinoamericana y sus críticos abando-
noría oficial, especialmente en el país en naron hace veinte años para su narrati-
que trabaja Moreiras. Paralelamente, exa- va, y Marranismo e inscripción no aspira
minar los límites de cualquier crítica no a conocerla o examinarla. Verbigracia, es
significa dejar de ser crítico o abandonar temerario equiparar a Lamborghini y Per-
la política sino pensarla de una manera longher con Donoso, Elizondo, Goytiso-
más rigurosa, que se imposibilita con los lo y Sarduy (p. 18). Tiene todo derecho a
intereses creados de este libro, a pesar de concebir así la historia literaria, pero no
que explique bien cómo, en una lucha de a esperar que otros estén de acuerdo y le
todos contra todos, la solidaridad y la rea- den la razón. ¿Cuál es el riesgo verdade-
lización moral no importan. Pocos críticos ro, clandestino o infrapolítico de Morei-
hablan hoy de la política sin avergonzarse, ras? Su avidez de imaginar la exterioridad
porque ser verdaderamente crítico signi- como pensamiento regidor benéfico es
fica escuchar la voz de la conciencia, que aceptable como aspiración, y como tal
no descarta mentir, aún en el servicio de seguirá contribuyendo a sus propios es-
una causa buena. Por esos estancamien- critos, no a un programa pedagógico em-
tos la estética (“arte”, prefiere Moreiras, barazoso en un departamento anglófono
aunque no precisa por qué le es “antipáti- de “español y portugués”; o intentarlo en
co” el otro término) de las humanidades un departamento de filosofía anglófona es
globalizadas puede ir de la mano con la igualmente inverosímil, por varias de las
crítica política radical. Esa conjunción razones que saca a colación.
no se puede dar por medio de la retóri- A su favor, Moreiras, a quien se le
ca negativa y discurso contradictorio que debe desear lo mejor en su empresa, lu-
surgen de no admitir plenamente las con- cha contra varias jerarquías que rigen en
tradicciones que Marranismo e inscripción las guerras del mundo cultural anglófo-
fácilmente encuentra en sus antagonistas. no que poco ocupan al latinoamericano:
Pero es tangible que la marcada función contemporáneo gana a antiguo, no-blan-
terapéutica de este libro tiene los resulta- co a blanco europeo o estadounidense,
dos que su autor desea. femenino es mejor que masculino; y sus
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ción esporádica” (p. 37). Para América crítica y lo hace con una gran perspicacia
Latina este marranismo es inofensivo por basada en lecturas de innumerables libros
tendría que cumplir una reseña: “A ries- go a una altura poco vista en la crítica lite-
go de pontificar, creo que una reseña ver- raria de América Latina, con un enfoque
daderamente crítica cuenta una historia, particular en Ecuador. Asimismo, Corral
tiene trama, entusiasmo más que pasión, hace un recorrido de su propia carrera, en
es novedosa, respalda lo dicho con citas la que destaca la influencia de su maestra
textuales” (p. 126). Aunque me parece Ana María Barrenechea: “Lo más impor-
muy difícil, si no imposible, llegar a re- tante de su maestría era su apertura a las
dactar esta reseña ideal, haré un intento. nuevas generaciones (de entonces, como
Sin duda, mi evaluación ya cumple con Severo Sarduy), y a los ‘raros’, comenzan-
uno de los requisitos: el entusiasmo. En do con Cabrera Infante” (p. 135). Esta ca-
2 90 racterística, bien admirable en los críticos (p. 199), y confirma la tesis de Corral de
literarios, se observa claramente también que el testimonio femenino no puede ser
en el mismo Corral. reducido ni a una sola clase social ni a una
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
El título del primer ensayo parte de sola ideología, sino que es un género mu-
una cita de la novela de Monterroso, Lo cho más rico y complejo.
demás es silencio: “‘Hablar de un esposo En el segundo ensayo, titulado “¿Qué
siempre es difícil’: condición crítica del queda del sesentayochismo en los nuevos
testimonio femenino”. A diferencia de narradores hispanoamericanos?”, Corral
muchos estudios sobre testimonios feme- reflexiona sobre el concepto de compro-
ninos que suelen limitarse a testimonios miso político en la literatura. La pregunta
escritos por mujeres de clase baja, Corral en el título parece sugerir que el llamado
se dedica en este ensayo a los relatos escri- “sesentayochismo” ya no existe. Con los
tos “por esposas o compañeras de escri- “nuevos narradores” se refiere a los autores
tores hispanoamericanos ‘reconocidos’” nacidos en los años cincuenta y sesenta.
(p. 183). Son testimonios escritos por Se puede argüir por un lado que “toda la
mujeres de clase media o media alta, por trayectoria de la literatura de Occidente,
lo general “letradas no poetas” (p. 184), y la historia misma de la novela, está im-
lo que tiene muchas implicaciones para pregnada de política” (pp. 224-225). Por
la delimitación del género del testimonio. otro lado, también hay narradores que
Corral profundiza aquí un corpus muy adoptan una actitud apolítica (p. 227).
interesante de textos que se escribieron al Aunque Corral afirma que “sigue siendo
margen de las obras de los grandes escrito- más fácil decir lo que no fue [el sesentayo-
res, lo que le lleva a cuestionar o “modifi- chismo] que lo que es”, él mismo esclarece
car lo que hoy se sigue entendiendo como bien el significado del 68 y su importan-
testimonio” (p. 184). Corral escribe: “El cia para la literatura: “Hay entonces que
meollo del asunto es que la mujer ‘bur- acercarse más al 68, sin reificarlo como
guesa’ (o en el caso que me ocupa, la que error cognitivo o fracaso moral, sino
ha llegado a ser burguesa), tanto como como una falsedad estructural de locales
la indígena o la oligarca, experimenta la de cultura específicos que se trasladó en
discriminación, y puede ser oprimida y un momento como condición necesaria
explotada.” (p. 193) Dentro de este grupo para la narrativa hispanoamericana” (p.
se distinguen además los testimonios de 228). Más adelante el autor matiza aún
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
esposas o compañeras que también son más al reconocer que “el sesentayochismo
escritoras (p. 196). Enseguida me vino a significó un utopismo que permitió cues-
la mente un libro que Corral no mencio- tionar la autoridad”, pero que “las genera-
na, pero que bien cabe en esta categoría: ciones actuales pagan o quieren pagar los
el testimonio de la escritora Bárbara Jac- excesos de sus padres putativos” (p. 231).
obs, Vida con mi amigo, de 1994, un libro Según Corral es difícil precisar cuál es la
íntimo sobre su vida con Monterroso, “política” de los novísimos (p. 233), sobre
que es al mismo tiempo un viaje por la todo desde que “la ideología política con-
literatura universal. También es un texto temporánea ha superado la división entre
que oscila entre autobiografía y biografía Derecha e Izquierda” (p. 234).
También el tercer ensayo lleva como desde un marco teórico bien fundado que 291
título una pregunta “¿Qué tipo de boom incluye a Barthes, Gadamer y Benjamin
tenemos o quiere la crítica a más de me- entre muchos otros. Al inicio del ensayo,
A lo largo de los ensayos de Condición conclusiones leemos: “Ya sea que uno esté
crítica Corral da una visión amplia de la de acuerdo o no con su corpus, marco o
narrativa latinoamericana en todos sus as- enfoques, la gran mayoría de estos artícu-
pectos, pero en varios momentos se revela los constituye una contribución sólida y
también como especialista en la obra de novedosa a la cada vez más compleja na-
algunos autores como Monterroso, Vargas rrativa latinoamericana reciente y su muy
Llosa, y en particular también Bolaño. Es lo dispersa crítica” (p. 379).
que vemos en el cuarto ensayo, “Bolaño, la En el ensayo sobre el testimonio fe-
crítica y ética del disgusto, y los expertos”, menino, Corral escribe: “[…] hay una
un análisis profundo de la obra de Bolaño certidumbre comprensible: si la crítica no
2 92 mejora, uno sí puede mejorar como críti- Kafka, Borges o Cortázar. El prejuicio de
co, abriéndose a otros diálogos.” (202) Es la brevedad, la crítica a la falta de aliento
precisamente lo que Corral mismo hace. o ambición narrativas han acompañado
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
Siendo muy crítico hasta de sus propios un número nada despreciable de “apre-
textos, los reelabora y los vuelve a publi- ciaciones” más o menos informadas. Así,
car en nuevas versiones actualizadas. Co- afloraron árboles de Porfirio que preten-
rral entreteje una investigación sofisticada dían avalar o consagrar una clasificación
sobre un corpus muy rico, tanto de tex- genérica dividida en géneros superiores y
tos literarios como de textos críticos. Su géneros inferiores o subgéneros literarios,
libro es una buena ilustración de lo que entre los cuales, el cuento hallaría acomo-
él mismo entiende por “la mejor crítica do junto a otras formas como los muy
humanista” en la que “[s]e trata de no citados y poco valorados aforismos. En
ser autoritario, de saber cuándo darle un principio relegados al espacio íntimo o al
descanso a los argumentos. Hay que saber deslegitimado de la prensa periódica, es-
cómo provocar a tu público, y calcular tos caprichos, ejercicios de taller, apuntes
bien la reacción, lo cual no quiere decir o esbozos van a manifestarse como una de
darle lo que quiere oír. Esa es la verdadera las plasmaciones más esquivas e interesan-
dialéctica de la crítica” (p. 107). Corral tes de la literatura y encarnarán, para mu-
desempeña su profesión como crítico li- chos, la representación más sublime de la
terario con seriedad, pasión y empeño sin fragmentaria y atomista modernidad. En
eludir las cuestiones éticas que surgen de este sentido, El cuento literario hispánico
la actividad del crítico literario. Condición en el siglo XX. Variaciones teóricas y prácticas
crítica es un libro escrito con gran lucidez creativas supone el reconocimiento ejem-
que constituye una contribución impor- plar del incalculable legado de los grandes
tante a los estudios literarios actuales. Co- cuentistas contemporáneos.
rral expande nuestros horizontes y hace A simple vista, el estudio del profesor
vibrar las voces literarias de América Lati- de la Universidad de Fribourg Julio Pe-
na más allá de sus fronteras. ñate Rivero continúa, actualiza y amplía
varios de sus trabajos de referencia sobre
An Van Hecke Galdós, Unamuno, Rómulo Gallegos o
(Katholieke Universiteit Leuven) Pérez-Reverte que, sin duda, están en la
base de la presente monografía. No obs-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
una estructura bimembre claramente di- zontal, diacrónica de la historia (p. 13),
ferenciada. En primer lugar, el autor se que se traduce en una mayor “densidad
ticas y formales– derivadas del par breve- que este género literario puede conside-
dad/intensidad. De modo específico, cita rarse “el intento de corregir un desequi-
los siguientes rasgos básicos del cuento, librio en una sola unidad de acción” (p.
aunque algunos se superponen a otros gé- 29). A diferencia de la novela, los cuentos
neros narrativos: responde a un conflicto aplican la “lógica del máximo de densi-
ligado a una disfuncionalidad escenifica- dad” (p. 31): la reducción del significante
da o no en la diégesis (pp. 10-11), se suele como resultado del incremento de infor-
centrar en un único elemento significati- mación presupuesta y sobreentendida,
vo (p. 11), posee un mayor grado de alu- dos estrategias textuales que, en el ámbito
sividad (p. 12), predomina la focalización de lo implícito, facilitan la optimización
2 94 del contenido semiótico (pp. 32-33). la tensión como la comprensibilidad final.
Paradójicamente, tal vez sea la peliagu- Al respecto, el autor subraya la conexión
da cuestión de las dimensiones el único existente entre el entimema, una forma
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
visionalmente– por el sistema; de ahí que tal humano” llevada a cabo por Horacio
su estudio resulte fundamental para com- Quiroga en la selva (p. 180); las inquie-
partir de las propias palabras de los prota- versal. Es más, se puede argumentar que
gonistas, ya sea mediante el diálogo direc- las innovaciones examinadas han abona-
to o en diferido (pp. 251-252, 257). do el terreno para un género ya de por
Asimismo, el intercambio lingüístico sí proclive a la experimentación con otras
no es la única opción para el diálogo. A formulaciones híbridas. Sin embargo, hay
diferencia de los modos descritos de re- que sortear los peligros de toda visión
lación de los personajes con un espacio, progresiva o perfeccionadora del fenóme-
en los que la posibilidad o no de conver- no. Por eso, merece la pena recordar un
sación con el entorno o con sus semejan- presupuesto que sirve de brújula teórica:
tes definiría la narración, se consagra un formas breves han existido siempre; ha
“espacio referencial” distinto: el persona- sido su consideración estética e institucio-
je. En la narrativa de Bolaño, al margen nal la que ha ido variando conforme sus
de su extensión o de su genericidad, será hallazgos se han ido asentando en el sis-
constante la constitución de redes de in- tema literario. En definitiva, en El cuento
dividuos que se irán perfilando precisa- hispánico en el siglo XX. Variaciones teóricas
mente por su relación –y realimentación– y prácticas creativas Julio Peñate culmina
recíproca o desequilibrada. con éxito la loable y oportuna tarea de
Curiosamente, de la lectura atenta de “descomplejización” de la brevedad.
esta amplia monografía se deduce con fa-
cilidad el lugar de privilegio que ostentan Paulo Antonio Gatica Cote
los cuentos de Arturo Pérez-Reverte. A (Universidad de Salamanca)
caballo entre la realidad y la ficción, entre
la autobiografía y la denominada parali-
teratura, el narrador sintetiza y despliega Edna Aizenberg: On the Edge of the Ho-
en sus relatos la mayor parte de los ras- locaust. The Shoah in Latin American Li-
gos que se han analizado en este trabajo. terature and Culture. Waltham: Brandeis
De hecho, defiende que el profundo co- University Press 2016. 182 páginas.
nocimiento del oficio que demuestra Pé-
rez-Reverte, forjado en las restricciones de “En las afueras del Holocausto”, expre-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
la prensa escrita, le permite moverse con sión extraída de una carta de Gabriela
gran facilidad por diferentes registros, to- Mistral de 1947, sirve de título para este
nos y modalidades de escritura conden- libro inspirador y comprometido de Edna
sada como el cuento de navidad, artícu- Aizenberg, profesora emérita del Mary-
lo de opinión, la crítica social, el relato mount Manhattan College in New York,
fantástico, el apunte, la nota erudita, la estudiosa renombrada y gran conocedo-
caricatura, la semblanza, la parodia o la ra de la literatura argentina, de Borges y
instantánea (pp. 271-273). Gerchunoff especialmente. Desde el prin-
De un modo inequívoco, esta apertura cipio, se insinúa la tensión entre cierta
y autoconciencia genérica de Pérez-Rever- distancia (espacial) desde Latinoamérica
frente a los estragos de la Segunda Guerra las afueras” remite a actividades en la mis- 297
1964 con gran impacto fuera y dentro del ejemplo, una terminología que remite di-
país (p. 8). De manera contundente, la rectamente a la lengua racista-fascista, así
autora demuestra que este texto sí posee como el último cuento del volumen, “El
un alto grado de compromiso político y Candelabro de plata”, añadido en esta
que puede verse como punto álgido de edición, que interpreta como expresión
los textos de Borges acerca del régimen de de resignación frente a la visión optimista
Hitler a partir de los años treinta. de la primera edición de 1910, donde se
De un modo parecido, el objetivo res- había plasmado una integración nacional
pecto a Clarice Lispector, la autora bra- exitosa entre judíos y no-judíos (p. 58).
sileña más famosa del siglo xx, de origen Aizenberg demuestra que Gerchunoff
ruso-judío, es invertir el juicio tradicional –frente a lo que ocurre en Europa– deja
de la crítica de que ella, hasta el final de su por atrás el tema del gaucho, y tiene como
vida, se entregó a una escritura personal hilo conductor ahora el compromiso, la
intimista ensimismada, practicando un ética al documentar en diarios de gran
escapismo (similar a Borges) sin referen- impacto a través de sus textos, apoya-
cias a su entorno o su origen judío. No dos por dibujos de artistas renombrados
obstante, Aizenberg demuestra de manera como Clément Moreau y Toño Salazar,
contundente, a través de materiales de ar- las atrocidades de los nazis.
chivo sumamente interesantes –extractos En Guimarães Rosa, “icono” del re-
de su correspondencia personal, textos gionalismo brasileiro con su obra maestra,
periodísticos suyos– su compromiso e Grande sertão: veredas (1956), Aizenberg
involucramiento como esposa de un cón- logra enfatizar dos aspectos: primero, su
sul ubicado en Nápoles a partir de 1944, alto interés en cuestiones de lenguaje y
en la última fase de la Segunda Guerra discurso, comparable al de Victor Klem-
Mundial y en Berna en las postrimerías perer y las observaciones sobre la Lengua
inmediatas. Aizenberg propone una nue- Tertii Imperii de éste, que se plasma en su
va lectura de su novela A cidade sitiada, de Diario de guerra (no publicado). Este fue
1949, con dos niveles: uno que se refiere redactado durante su estancia como cón-
al proceso difícil y violento de moderni- sul de Brasil en Hamburgo entre 1938-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
zación que se lleva a cabo en Brasil; otro, 42, donde Guimarães Rosa presenció los
alegórico, que se refiere a la II Guerra ataques aéreos de los aliados, así como la
Mundial y la Shoah, situada la acción en deformación autoritaria del lenguaje por
una topografía del terror, en una atmósfe- los nazis. Según Aizenberg, esta expe-
ra de impotencia absoluta (p. 38). riencia se transmite hasta Grande sertão:
Sumamente interesante es el capítulo veredas, no solo en la matización del mal
sobre Gerchunoff, porque la estudiosa, absoluto, sino también en la práctica de
gran conocedora de este autor canónico un discurso siempre híbrido y fluido,
argentino judío, se concentra en sus acti- nunca “puro” (p. 100). El segundo aspec-
vidades periodísticas a partir de los años to que reivindica la estudiosa es que algu-
nos de sus cuentos (sobre todo “Páramo” Al mismo tiempo, Aizenberg expone 299
y “A Velha”), género híbrido entre biogra- que ciertos tópicos sobre América Lati-
fía y ficción, estórias en la terminología na como continente al margen (en varios
sentido: sólo es –como dice su título, en El primer artículo está a cargo de Vi-
efecto– una relectura de aspectos en su ttoria Borsò, quien entiende la escritura
mayoría conocidos, relectura a veces di- bolañiana como expresión de vida, ana-
fícilmente legible, porque, en sí misma, lizando en su artículo una importante
hubiera debido ser releída para reducir al técnica de “interfaz entre vida y literatu-
menos los señalados problemas de tipo- ra”. La perspectiva de Borsò (claramente
grafía y expresión. influenciada por el proyecto científico de
Ottmar Ette, sin ser mencionado en el
Daniel Mesa Gancedo artículo) logra revelar un juego implícito
(Universidad de Zaragoza) en la literatura de Bolaño entre imagina-
ción y factualidad que viene a concen- que el juego de Bolaño parece carecer de 303
logra mostrar de qué manera en la obra queda claro que 2666 tiene una estructura
de Bolaño lo biográfico aparece como fragmentaria y un tanto caótica, no queda
un procedimiento que busca hacer jus- claro de qué manera se debería entender la
ticia ante un discurso que solamente ha eludida unidad de la novela.
enmudecido a las víctimas. Sin embargo, Pocas obras han dado tanto de qué
queda muy poco claro qué se entiende hablar en el mundo literario hispánico
exactamente por lo biográfico y, sobre como 2666 y Cien años de soledad. Una
todo, dónde están las delimitaciones de comparación entre estas dos novelas pa-
este concepto. En este caso sería pruden- recería ser una tarea imposible si se parte
te comparar lo biográfico de esta parte de del claro rechazo de Bolaño a la literatura
del boom, una tarea sin embargo que lleva Susanne Schlünder analiza, de manera 305
dedicarse a marcar los escasos pasajes en y la risa como expresiones ante una expe-
2666 donde la filiación juega un papel riencia límite, traumática o innombrable,
importante. Cabe preguntarse finalmen- Loy logra mostrar cómo el humor sirve
te si esta temática no es una reducción de estrategia dentro y fuera de la obra li-
arbitraria de las dos caudalosas novelas. teraria: por un lado estrategia de supervi-
No obstante, a pesar de las dificultades de vencia de los personajes en el mundo ho-
semejante proyecto comparativo, Elmore rrorífico bolañesco, reflejo del no menos
logra iniciar una aproximación teórica desastroso mundo de fin de milenio, y
hacia una lectura histórico-literaria de la por otro lado, al nivel estético y artístico,
extensa novela de Bolaño. la estrategia del humor al abrir de igual
3 06 manera las puertas, de forma marginal y tro aspectos están implícitos en la obra de
vanguardista, a un mundo estético donde Bolaño y cómo estos aparecen relaciona-
la posibilidad creativa se venía agotando. dos con la figura del vampiro, no queda
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El humor es entendido entonces como muy claro de dónde se parte para llegar a
elemento de lucha contra el canon serio estos cuatro puntos, ya que para esto sería
y hermético. Loy presenta dos de las es- indispensable una comparación con otras
trategias humorísticas de Bolaño: la iro- figuras vampirescas de la literatura. Los
nía y lo grotesco. La ironía es entendida temas de la transgresión y de la circula-
como estrategia que subvierte un orden ción llevan a otro gran tema de indudable
vertical epistemológico de una verdad es- importancia en la obra de Bolaño y que
tática, haciendo de esta un arma que sirve viene a ser analizado en el aporte de Jani-
de muchas maneras para la superviven- na Konopatzki: lo limítrofe o fronterizo.
cia dentro del horror, para la ampliación Konopatzki pretende analizar este com-
del locus ludicus literario y para propiciar plejo tema desde la forma y el contenido
una revisión crítica de la modernidad ya de la obra del chileno, se limita sin em-
implícita en toda la obra del chileno. No bargo al contenido: si bien la autora seña-
obstante, aparece un problema en el aná- la el claro sistema rizomático subyacente
lisis al recurrir justo en este punto al tema en la obra bolañesca, este se gesta por re-
de los feminicidios en 2666: si bien el len- sonancias al nivel de contenido. Valdría la
guaje puede calificarse, en algunas partes, pena también especificar de qué manera
verdaderamente de irónico (el lenguaje de lo fronterizo está implícito en un pensa-
archivo, etc.), valdría la pena aclarar si la miento del rizoma en la obra de Gilles
ironía aparece en este sentido despojada Deleuze y Félix Guattari. El concepto de
de todo aspecto humorístico. ‘Irónico’ y la frontera o de lo territorial (le territoire)
‘chistoso’ no son sinónimos, pero si la iro- representa ya de por sí un reto al interpre-
nía es entendida como estrategia humo- tarlo en el concepto de lo rizomático. Por
rística, se puede llegar muy fácilmente a otro lado es indudable que, como Kono-
una conclusión apresurada. En este caso patzki ha mostrado, la novela se sirve de
parecería más pertinente hablar de una la intertextualidad (dentro y fuera de la
escritura grotesca sobre los asesinatos, lo misma obra del autor) para resquebrajar
cual respondería a la segunda estrategia las fronteras del texto, abrirlo y dejarlo en
que Loy discute al final de manera breve circulación con muchos otros: la fronte-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
transgresión, no obstante desde la pers- ma, subvertirlo: ahora bien, si este proce-
pectiva de lo asqueroso y de lo abyecto. so es evidente en “La parte de los críme-
bién de Chile y, en una manera un poco desde el título en Los cautivos, de Martín
distinta, de Uruguay. Todas estas ficcio- Kohan. En la novela, el lector reconoce
Como pone de manifiesto la ficción de pocas veces antes las distinciones de cla-
Aira, es un sistema de enunciabilidad se, se trae al centro del discurso social
que dicta las reglas de formación (clasi- aquellas diferencias raciales y étnicas que
ficación, descripción, traducción, etc.) habían permanecido invisibles durante
que permiten la construcción del relato un siglo. La categoría “negro”, explica
nacional” (p. 110). Las ficciones de Aira Garibotto, que se expande cada vez más
proponen una arqueología del siglo xix junto con los índices de pobreza, se frag-
como sistema de enunciabilidad, dice la menta en nuevas categorías que, ahora sí,
autora, mostrando explícitamente que verbalizan la diferencia étnica: al “negro”
son construcciones. se añaden “el boliviano”, “el paraguayo”
3 10 y “el peruano”. Estos personajes, que es- merro vuelve explícita la brutalidad de
tán fuera del imaginario nacional, harían las leyes que conforman el corpus legal
las veces de aquellos gauchos o bárbaros de la “civilización” (así como Aira vuelve
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
que el discurso liberal del siglo xix tenía explícita la metaficción de los discursos
dificultad en incluir en la idea de nación fundacionales decimonónicos), y Ga-
(a menos que se civilizaran, como ocurre merro, por su parte, vuelve explícito lo
en “La vuelta” con el gaucho Martín Fie- maquiavélico de esa ley excluyente que
rro). Si bien en estas ficciones contem- hace que unos sean considerados ciuda-
poráneas no se alude explícitamente a danos y otros no. En otras palabras, Ga-
esas nacionalidades mencionadas, el mo- merro pone en primer plano el carácter
mento de escritura de estas novelas y las manipulable, relativo y arbitrario de los
crisis post dictatoriales de estos años le proyectos de ley del Estado argentino y
permiten al lector reconocer fácilmente muestra cómo ese discurso excluyente
quiénes son los “nuevos” marginados de convive con el de la modernización. Este
la nación. Se culpa a los “negros” (bo- punto es central, porque en las ficcio-
livianos, paraguayos y peruanos) de la nes del Cono Sur que estudia Garibotto
falta de empleo, del alza en los índices —aquí la ficción chilena El viaducto, de
de delincuencia y del empobrecimiento Darío Oses, cobra relevancia (capítulo
general: el discurso social (junto con el 2)— se muestra en todas ellas cómo la
discurso político oficial) “deseconomi- deslegitimación de ciertos ciudadanos de
za”, “extranjeriza” y “desnacionaliza” los los Estados chileno, argentino y urugua-
efectos negativos del neoliberalismo. De yo, es contradictoriamente respaldada
esta manera, al volver a la ficción del si- por todos los símbolos de modernidad:
glo xix, la autora quiere mostrar cómo grandes transnacionales, infraestructura
ese discurso liberal vuelve a marginar de país primermundista, trenes, metros
(ahora a otros ciudadanos) en el 2000, subterráneos, etc. En la ficción de Ga-
momento cumbre de la crisis neoliberal merro este hecho se concreta en la gran
en Argentina. empresa transnacional de la familia Ta-
Hay un momento particularmente merlán, y en la ficción de Osés, en la
interesante en el libro y consiste en el construcción del viaducto.
análisis de El Martín Fierro. Si en “La En los dos primeros capítulos del li-
ida” el gaucho Fierro se rebela contra la bro la autora va trazando una primera
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
gra, detrás de la cual subyacen, como sue- Santo Tribunal a describir como “salvaje”
le acontecer en la historia, diversos tipos la fiesta de los toros: Salgado es uno de
de intereses crematísticos. El acceso a las los primeros narradores en detalle de la
fuentes de riqueza, hoy como ayer, ayer tauromaquia española, a la que considera
como hoy, se dirime entre estados o impe- representativa de un pueblo bárbaro, atra-
rios que luchan una batalla desigual, don- sado y sangriento. Además, al lado de su
de hay superpotencias y países de menor autobiografía llena de vivencias persona-
escala que tienen que buscar estrategias les, se alaban importantes acontecimien-
de diverso estilo para obtener un mercado tos de la época, como el nacimiento de la
donde colocar sus productos. reina Isabel I de Inglaterra. Salgado tiene
también una notable vena novelística que quier ayuda era poca en el intento deses- 313
se manifiesta en varias de sus obras, colec- perado por acceder a las fuentes económi-
ciones de relatos a modo de las historias cas de la riqueza de Inglaterra, razón por
la clave para poder entender las referen- su lectura, sobre todo a todos aquellos
cias oscuras de muchas de estas obras. La que quieran salirse del mundo de autores
conclusión a la que llega es inapelable: no y obras canónicas ya muy conocidos de
existió nunca nadie que se llamara James esta época, y deseen comprender algunos
Salgado, sino que tras dicho nombre se de los intrincados resortes y manejos del
esconde un intento más por parte del pro- poder en el apasionante laberinto históri-
testantismo inglés de lanzar una campaña co y cultural del siglo xvii.
de desprestigio de lo español y de lo ca-
tólico en el clima presidido por la lucha Leticia A. Magaña
entre los incipientes nacionalismos. Cual- (Universidad de Alicante)
3 14 Antonio Ramos Oliveira: Un drama his- No podría, en puridad, encontrarse
tórico incomparable. España 1808-1939. mejor introductor. Hispanista eminente,
Edición y estudio preliminar de Walther Bernecker combina un conocimiento pro-
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
inútil preguntarse por qué. Ramos Oli- trabajo de máster. Recomiendo a tal efec-
veira escribió desde una ideología y me- to la comparación con el primer tomo de
todología muy precisas: las que subyacen la historia de la Guerra Civil publicada
a la concepción materialista de la historia por el Servicio Histórico Militar del Es-
tal y como fue desarrollada por la Segun- tado Mayor del Ejército en 1945, sobre
da Internacional. La planteó para expli- los antecedentes del conflicto. Una obra,
car cómo el resultado de lucha de clases por cierto, que demanda a gritos su reedi-
abocaba en España a un conflicto armado ción. Ignoro si será posible. Es de suponer
que se produjo de 1936 a 1939. No fue el que un Ministerio de Defensa que guarda
único autor en hacerlo. Estaba en el am- celosamente la llave de una abundantísi-
ma documentación todavía clasificada no en el caso de Alemania? ¿Y cómo interpre- 317
ry of the Things of New Spain. Madrid / serves this title because of what they see as
Frankfurt a. M.: Iberoamericana / Ver- his sincere admiration of Nahua culture,
vuert 2014. (Parecos y Australes. En- wide-ranging interests, and surprisingly
sayos de Cultura de la Colonia, 13) 320 modern methods of data collection. In
páginas. contrast, others have argued that the idea
of Sahagún as a “pioneering anthropol-
During the past two decades, anthropol- ogist” is both an anachronism and mis-
ogists and historians have quarreled over interpretation of his work. The fact that
the question of whether Bernardino de scholars and cultural organizations, in
Sahagún should be considered the father spite of clear evidence suggesting other-
wise, continue to repeat the former posi- political contexts, Ríos Castaño concen- 321
tion engages Victoria Ríos Castaño in her trates in the remaining three chapters on
book, Translation as Conquest: Sahagún the various stages of the cultural transla-
oping questionnaires and transforming trative here is the use of the “conquest”
both verbal and non-verbal information metaphor. While the book reveals the
provided by indigenous interviewees into complexity of the interactions between
written code. Sahagún and his indigenous inform-
Finally, chapter 5 focuses on the gath- ants, her conclusions hardly explore the
ering, comparing, and codifying of data, significance of these insights for our un-
as well as the composing of the final derstanding of intercultural translation.
version of Historia universal. Using Pat- Sahagún’s activities are considered main-
rick Johansson’s semiotic triangulation ly through the narrative of the Spiritual
scheme, Ríos Castaño provides a detailed Conquest, and the friar himself is charac-
discussion of the different roles that Sa- terized as an “imperialist missionary ded-
hagún’s Nahua respondents, his Nahua icated to the extermination of the Nahua
assistants, and he himself played in relo- cultural identity” (p. 245). The question
cation of the source culture into the target of what collaboration and shared interests
text. Themes that are dealt with include between the Spanish friar and his indige-
the codification of pictorial data, spoken nous informants means for this notion of
word, and ritual; possibilities for self-cen- conquest remains unasked.
sorship or manipulation of what Nahua Something similar applies to a sec-
leaders or assistants wanted the Spaniards ond meaning given to the “conquest”
to know; and Sahagún’s efforts to rewrite metaphor. Ríos Castaño seeks to explain
and rearrange his expanding material into the significance of the Historia universal
a work that inscribes the Nahua world within the apparatus of colonial pow-
within a Christian framework of Univer- er and the colonization of the Nahuas
sal History and that could serve as an aux- by using the “knowledge–power equa-
iliary for preachers and confessors. tion” (p. 241). Recent scholarship on the
Translation as Conquest formulates knowledge culture of the Spanish empire
what I take as a convincing argument has questioned the imprecise use of this
against understanding Sahagún as the fa- trope. Ríos Castaño falls in the same trap
ther of modern anthropology. By placing as she provides little empirical evidence
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
the friar and his work in its proper his- on how the friar’s translations helped to
torical context, the book is able to refute constitute, outside the immediate context
one-by-one the reasons that have been of the convent, people’s authority or abil-
deployed to buttress this idea. Yet, at the ity to influence decisions about the colo-
same time, Ríos Castaño’s efforts to posi- nial and evangelizing project. By address-
tion herself in this specific debate also be- ing Sahagún’s position amidst shifting
come one of the book’s weaknesses. The power constellations inside New Spain,
author’s engagement with a wider field across the empire, and beyond, the book
of scholarship on colonial Latin Ameri- could have gained further in explanatory
ca is limited, leading to conclusions that potential.
Ríos Castaño’s decision to focus in- 1898. Los contemporáneos consideraron 323
stead on the textual world in which Sa- este año como clave para el cambio del
hagún operated has nonetheless resulted escenario internacional, marcado por la
Liga de los ABC (Argentina, Brasil, Chi- componente del Derecho Internacional.
le), los congresos científicos, así como la Preuss demuestra que tanto los delegados
actuación de los delegados del Cono Sur latinoamericanos presentes como la pren-
en el Congreso Internacional de Paz de sa sudamericana quedaron impresionados
La Haya en 1907, tenían su fundamento por los pensamientos de este brasileño. Al
en la construcción discursiva de lo que él mismo tiempo, se reflejaron conceptos
denomina “region building process” (p. como los del argentino Luis María Drago
157). Si bien Europa y los EE. UU. eran en el Brasil. De esa manera se negoció la
los principales referentes para entender el latinoamericanidad como parte de la con-
ideal de sociedad por los autores mencio- ciencia criolla, según Preuss. Otro aspecto
nados en este libro, según Preuss “Sud- interesante de este estudio es la inclusión
américa” (y “América Latina”) buscaba de varias fotos y caricaturas tomadas de
su propio camino hacia la modernidad. revistas y periódicos contemporáneos, en
Cabe señalar que era un modelo muy las que se manifiesta el interés por la re-
ambiguo, al menos cuando se constata el gión sudamericana. Este material visual
poco éxito de esos esfuerzos. servía para marcar diferencias y consta-
Este libro es recomendable para un tar similitudes. Consumida la discusión
público especializado, particularmente sobre el pictoral turn, es de lamentar que
para quienes se dedican a estudiar el Cono el autor incorpore este material tan solo
Sur latinoamericano a finales del siglo xix como ilustración de sus tesis; hubiese te-
e inicios del xx. Lo que lo hace realmen- nido mayor provecho como fuente pri-
te llamativo es el lugar crucial que tenía maria.
Brasil dentro de esos esfuerzos. De hecho,
Preuss hace hincapié en que se logró es- Thomas Fischer
tablecer un latinoamericanismo lusoame- (Katholische Universität
ricano. Era un latinoamericanismo con Eichstätt-Ingolstadt)
tinte oligárquico, que las elites brasileñas
promovieron de manera paternalista en
su afán de establecerse como líder de las Amada Carolina Pérez Benavides: Noso-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
i.e. Mexican elites, foreigners, and the Smelting and Refining Company (ASAR-
government. The following six chap- CO), the biggest mining company in
ters present empirical case studies. Since Mexico at the beginning of the twentieth
every chapter can be read separately, century. Even this profitable corporation
Wasserman could not avoid some redun- had to follow the Mexican rules and did
dancies, especially in the chapter out- not exploit its workers.
lines. Based on the family networks of To sum up, the book is well struc-
the Terrazas-Creels and the Maderos and tured, argues convincingly, uses a vast
their role as intermediaries for foreign en- array of archival material and is elegantly
terprises, chapter 2 shows how Mexican written. Future research will have to deal
entrepreneurs ensured their influence in with Wasserman’s thought-provoking
the business system. Chapter 3 describes findings and will be engaged, maybe, in
the strategies of the government of Díaz, bringing in eventually more nuances in
mostly by purchasing shares, to hinder Wasserman’s key argument.
the dominance of Mexican infrastructure
by foreign railway companies. Frederik Schulze
The next four chapters argue that for- (Westfälische Wilhelms-Universität
eign entrepreneurs had very little success Münster)
in Mexico. Wasserman names six ba-
sic conditions for a successful business:
abundant investment capital, efficient Frederik Schulze: Auswanderung als na-
management, a market for the produced tionalistisches Projekt. ‘Deutschtum’ und
goods, access to transportation and work- Kolonialdiskurse im südlichen Brasilien
ers as well as good relations to the gov- (1824-1941). Köln / Weimar / Wien:
ernment and to local elites. Frequently, Böhlau Verlag 2016. (Lateinamerika-
foreign businesses lacked one or more of nische Forschungen. Beihefte zum Jahr-
these conditions. Chapter 4 shows that buch für Geschichte Lateinamerikas).
foreign landowners hardly generated 426 páginas.
profit, even though they owned 25% of
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
the land. Instead, they had to deal with During the nineteenth and early twen-
Mexican landowners who acted often in tieth century the Brazilian state of Rio
a hostile way. Chapter 5 exemplifies this Grande do Sul was a cynosure for Ger-
finding with the Corralitos Company man immigration and stood at the center
which was involved in ranching and min- of colonial discourses that promoted the
ing and failed even though it had access maintenance of a German identity in the
to all six key factors for success. Also for- tropics—even though Germany was not a
eign mining entrepreneurs who are dis- real colonial power, nor was, at least since
cussed in the following section suffered the turn of the century, Brazil a proper
similar problems. They possessed 90% of colony. To this day, the town of Blu-
menau, founded in 1850, testifies to the Brazilian society, pioneered in the field 329
the reconstruction of individual cases ist discourse was countered and weakened
and biographies, such as the disillusions by the “heterogeneity, acculturation, and
experienced by priests and teachers when resistance” of the immigrants (p. 344).
confronted with the less than ideal local
circumstances (ch. 7.3), can at times feel Jobst Welge
overdetailed and repetitive. For a reader (Stockholms Universitet)
there is the danger here to get lost in the
plethora of biographical and circumstan-
tial details, which sometimes threaten to Hans-Jürgen Prien: Christianity in Latin
dilute the otherwise forceful argumenta- America. Revised and Expanded Edition.
tive structure. In this latter section of the Brill: 2013. 704 páginas.
book, less would have been more. For in-
stance, it would have been productive to Aunque hoy en día se sostenga –o por lo
complement the carefully reconstructed menos se intente sostener– que el Estado
anecdotes and sets of discursive elements es laico, la religión en América Latina se
with some other, more symbolically dense mantiene presente y con fuerte influen-
sources. Thus, curiously, Graça Aranha, cia en las decisiones gubernamentales.
the author of the novel Canaã (1902), Para entender el origen y las consecuen-
arguably the most important Brazillian cias de esa herencia, Christianity in Latin
literary text about German immigration, America ofrece una visión de más de 500
is only briefly mentioned, namely inso- años de la historia del cristianismo en el
far as he followed the literary critic Silvio Nuevo Mundo. En este trabajo, el his-
Romero’s well-known criticism of Ger- toriador alemán Hans-Jürgen Prien, ex
man colonial aspirations (p. 196-197). A catedrático de la Universidad de Colo-
consideration of the novel’s ideologically nia, tiene un reto muy difícil. Él trata del
ambivalent representation of the German cristianismo desde la llegada de diferen-
colonial mentality would have resonated tes pueblos –los españoles, portugueses,
with and further problematized many of franceses, holandeses y británicos– hasta
the sources quoted by Schulze in chapter la actualidad. Para organizarse, Prien divi-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
interesante del desarrollo del catolicismo 309-312)– ofrece una interpretación pa-
y de la Iglesia en América Latina bajo un norámica sobre el vínculo entre política
punto de vista más regional. Sin embargo, y religión a partir del mito nacional y en
lo que se plantea al final de la lectura es el la cultura política en el siglo xx (p. 12).
interés por saber más sobre las diferencias Zanatta propone grosso modo comprender
específicas de las manifestaciones religio- la última dictadura cívico-militar, el auto-
sas entre los países a lo largo del tiempo. denominado “Proceso de Reorganización
Aunque América Latina aún esté mar- Nacional” (1976-1983), a la luz del mito
cada por el catolicismo, con el trascurso de la “Nación Católica” creado hacia las
del tiempo los países crearon sus propias primeras décadas de siglo xx. Atento a los
3 32 discursos públicos y a un nutrido elenco (pp. 71-154), “Perón-Perón, 1973-1976”
de fuentes, el autor considera que el coup (pp. 155-210) y “El Proceso” (pp. 211-
d’État debe ser interpretado más allá de 302), Zanatta propone no solo la idea del
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
para la revolución. Por ello, la vanguar- tanto en ella participaron miembros del
dia armada se constituyó como elemento movimiento obrero, del nacionalismo
discriminante para el cambio social. de izquierdas y del peronismo revolu-
El cuarto capítulo, con el título “Re- cionario. No obstante, Campos también
portaje a la guerrilla argentina” (pp. discute con quienes consideran la revista
121-138), analiza, a partir de entrevistas como fruto solamente de la radicalización
realizadas en Cristianismo y Revolución, a católica posterior al Concilio Vaticano II.
miembros de las Fuerzas Armadas Pero- El autor incorpora la compleja trama po-
nistas, Montoneros, Fuerzas Argentinas lítica –donde el peronismo, la izquierda
de Liberación y Fuerzas Armadas Revo- nacional y la cultura política asumieron
lucionarias, la relación entre lo político la violencia como modus operandi– que
y lo militar. El autor no presume su in- confluyó en la construcción de una he-
compatibilidad esencial y aporta nuevas gemonía alternativa. En otros términos,
aristas a tener en cuenta para compren- “con el correr de los números, junto a las
der la identidad de la revista. notas alineadas con la renovación conci-
El quinto capítulo, “Sujeto y vanguar- liar de la Iglesia católica, creció el núme-
dia en Cristianismo y Revolución” (pp. ro de artículos sobre la guerrilla en Amé-
139-174), se enfoca en la resignificación rica Latina y el peronismo en Argentina”
de los conceptos “sujeto”, “teoría” y “or- (p. 10). Ello, en definitiva, expresó “un
ganización” revolucionarios teniendo en lento, pero sostenido proceso de secula-
cuenta las ideas de la izquierda tradicio- rización” en una revista cada vez menos
nal como “Peronismo revolucionario” de interesada en lo religioso (p. 11).
John William Cooke y “América Latina. Sin embargo, resta, a modo de ta-
Teoría y revolución” de Régis Debray. rea pendiente, incorporar las tensio-
En el capítulo 6, “¿Un proyecto de nes del Concilio Vaticano II que, a la
hegemonía alternativa?” (pp. 175-202), par de proponer un aggiornamento, un
el autor explora tanto la configuración ressourcement y un nuevo orden de au-
de la figura de Juan Domingo Perón en toridad en la Iglesia, fortaleció las pre-
Cristianismo y Revolución como la cur- rrogativas de las conferencias episcopales
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
al mito de “nación católica”. Así se abren to Freedom. The United States, Venezue-
nuevos interrogantes en torno a la comu- la, and the Latin American Cold War.
Montoneros. Violencia, política y religión period and describes the domestic and in-
en los 60 como una referencia ineludible ternational political events in Venezuela in
para cualquier estudioso del catolicismo a Caribbean context. The study starts with
argentino, de las organizaciones políti- the overthrow of Dictator Marcos Pérez
co-militares o de la cultura intelectual ur- Jiménez and the foundation of democratic
bana de las décadas de 1960 y 1970. Venezuela under President Rómulo Betan-
court in 1958. In the previous years, the Ei-
Sebastian Pattin senhower administration had been already
(Westfälische Wilhelms-Universität engaged in the Caribbean and supported
Münster) right-wing authoritarian regimes such as
3 36 the Dominican Republic under Trujillo or lights the importance of the Venezuelan
Cuba under Fulgencio Batista. In chapter 2 case. Although Venezuelan history had
(1959–1961) Miller describes the attempts been overshadowed by the US-American
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
Rafael Caldera and the cessation of guerilla Miguel Carter (ed.): Challenging Social
attacks. Regarding to Miller, the failure of Inequality. The Landless Rural Workers
the guerillas was due to US-American sup- Movement and Agrarian Reform in Bra-
port, the fragmentation of the Eastern Bloc zil. Durham / London: Duke University
in 1968 and the unsuccessful export of the Press 2015. 494 páginas.
Cuban Revolution which became evident
in 1967 when Che Guevara died in Bolivia. Challenging Social Inequality provides a
Miller interprets the decade 1958– comprehensive and detailed survey of the
1968 as success story of US-American Brazilian “Landless Rural Workers Mo-
foreign policy in the Caribbean and high- vement”. The collection contains fifteen
individual contributions. Divided into tions to the collection must be read as a 337
four parts, the various essays deal with the history about a gigantic failure.
agrarian question, the historical struggle for
lizar porque estos proyectos educativos / Gabriel Salazar / Renzo Aroni: No hay
fracasan, creando cadenas de dependen- mañana sin ayer. Batallas por la memoria
ca de los procesos memorialísticos en los na para lograr el tránsito hacia una etapa
remotos lugares donde se dio la violen- de postconflicto mediante la defensa de
cia a mayor escala. Señalan la violencia una verdad alternativa a la dejada por
epistemológica de los agentes culturales Fujimori. Dicho esfuerzo posibilitó una
externos, los gestores de la memoria y el reconciliación parcial y la legitimación de
gobierno en los procesos memorialísticos una democracia tenue, en contraste con
de las comunidades víctimas del conflic- el ínfimo interés y participación social
to. Por último, aunque no menos im- posterior en el reclamo por la construc-
portante, Gabriel Salazar pone en el con- ción de condiciones económica, políticas
texto de los “tiempos de la memoria” la y sociales que abonen un futuro menos
literatura, trabajos académicos, cátedras excluyente y más igualitario como meca-
y eventos que indagan sobre la memo- nismo para evitar el acrecentamiento de
ria y las contradicciones entre la memo- los focos guerrilleros remantes o futuros
ria como “deber-ser” y el negacionismo, brotes de insurgencia armada. En este
contradicciones que aún no afloran, que sentido Degregori plantea que, si bien el
aún no logran construir un campo fértil Estado peruano ganó la guerra, no logró
para el debate y la construcción de una ni quiso ganar la postguerra, lo que otros
corriente más sólida que se plasme en es- autores como el noruego Johan Galtung
tudios y publicaciones; siendo aún la vio- llaman la ‘paz positiva’.
lencia política el tema más consolidado y En la segunda parte del libro Tamia
abordado en el Perú y en las instituciones Portugal y Renzo Aroni discuten, a tra-
educativas, no así la memoria y menos la vés de estudios de casos en los centros
memoria en el presente. poblados de Yuyanapaq, Putis y Putaca,
Degregori enfoca su artículo en la ex- ubicados en la región de Ayacucho, la
periencia que tuvo como integrante de la tensión existente en las diversas formas
Comisión de la Verdad y la Reconcilia- de memorialización de los hechos de vio-
ción en Perú. Discute cómo las desigual- lencia entre la institucionalización de los
dades sociales estructurales influyeron no procesos memorialísticos que responden
solo en el acceso a la justicia, a la repa- a parámetros impuestos desde Occidente,
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
dentro del partido (pp. 63-83). En los frenteamplista de primera hora. Resuelta
capítulos siguientes el autor, diputado interesante la combinación de la perspec-
año 2015 como la entrega de tablets a los with reducing inequality. Toledo’s vision
jubilados y la ley que establece una tasa de says that such an “inclusive society” (pp.
cero alcohol para los conductores, a nivel 157) would prepare Latin America for
nacional y un acto conmemorativo en la the new global age. Toledo’s manifest has
ciudad de Mercedes en honor a las vícti- received much applause from prominent
mas de la dictadura, a nivel regional. No sides, including from the former Brazilian
se incluyen ni conclusiones ni perspecti- President Fernando Henrique Cardoso.
vas para el futuro. Nevertheless, Toledo’s agenda lacks a
En resumen, es un librito sui géneris, deeper understanding of how growth and
que presenta la visión partidaria-militan- development is brought about. As has
3 44 been the case with the so-called “Con- at the right moment in time. This border
sensus of Washington”, good governance has been particularly contested as it has
is not enough to bring about economic been used to wall off the United States
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS
progress. Likewise, income redistribution and the so-called global North against the
that neglects economic growth tends to desire of poor Mexicans to make a better
fail, as it has been the case with the “bolsa living up North. The notably large Mexi-
familia” in Brazil, for example. can presence in the American Southwest
Toledo addresses many important makes it easy to see to that close family
points and most of these are indeed es- relations have always existed across that
sential in order to obtain economic pro- border. The conflict across this border is
gress. In the end, however, Alejandro To- old, and has shaped the relations between
ledo misses to face the real challenge of both countries to this day.
economic development: that there is no Up Against the Wall: Re-Imagining the
magic formula and that economic devel- U.S.-Mexico Border is co-authored by the
opment is not a matter of years or of only philosopher Edward Casey who has been
a few decades. In order for a region to vital in establishing the scholarly field
develop, nice plans and good intentions known as the philosophy of place, and
are not enough. What is required are gen- Mary Watkins, a sociologist who has lived
erations of dedication to such a project. and work in the border region for many
Finally, Toledo’s arguments would de- years. Together they have visited various
serve more credit if he weren’t involved border locations over the years, which is
into a mayor corruption scandal because reflected in the book’s individual chap-
of alleged bribes paid for steering public ters as most of them tackle one particular
contracts. place on the border, or close to it, at a
certain point in time. Place indeed seems
Antony P. Mueller to be the salient category underlying the
(Universidade Federal de Sergipe) Casey and Watkins’s project. The book by
and large consists of studies of different
places, on both sides of the border fence,
Edward S. Casey y Mary Watkins: Up which are well chosen and insightfully
Against the Wall: Re-Imagining the described. After a jointly written intro-
U.S.-Mexico Border. Austin: Universi- duction, detailing the personal motifs
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348
ty of Texas Press 2014 (Louann Atkins and conditions of this project, part one of
Temple Women & Culture Series 35). the book is written by Casey, part two by
288 páginas. Watkins. Casey starts off his discussion by
a differentiation between the conflicting
At times when flows of migration, espe- terms border and boundary, both seen
cially forced migration, and the question as two major forms of an edge. Whereas
of how to deal with of groups of migrants the border, to him, figures as a “rigid and
have become such pressing concerns, a unyielding” construct, the boundary is
study of the conditions on and around conceived as more open and “permeable”
the U.S.-Mexican border comes precisely (p. 5). The chapters written by Casey also
offer a helpful survey of the best known undeniable benefits of artistic practice for 345
studies on “la frontera”, the U.S.-Mexico dealing with complex, and deplorable so-
border, as, for instance, Gloria Anzaldúa’s cio-political situations, the insistence on,