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| RESEÑAS IBEROAMERICANAS 253

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


L OURDES A LBUIXECH / M ARCELLA T RAMBAIOLI / J OSÉ E LÍAS G UTIÉRREZ MEZA / A NTJE DREYER /
ANTONIO S ÁNCHEZ JIMÉNEZ / CARLOS G ARCÍA / LUIS G ALVÁN MORENO / BORJA CANO V IDAL / WIL -
FRIDO H. C ORRAL / A N V AN H ECKE / P AULO A NTONIO G ATICA C OTE / V ERENA D OLLE / D ANIEL M ESA
GANCEDO / CAMILO DEL VALLE LATTANZIO / C AROLYN WOLFENZON / LETICIA A. MAGAÑA / ÁNGEL
VIÑAS / J OSÉ MANUEL L ÓPEZ DE A BIADA / N INO V ALLEN / T HOMAS F ISCHER / M ARGARITA G ARRIDO
/ F REDERIK S CHULZE / J OBST WELGE / M ARCIO O RSOLINI / S EBASTIAN P ATTIN / F REDERIK S CHULZE
/ ANTONY P. MUELLER / C AROLINA TAMAYO ROJAS / L AURA RIVERA REVELO / VEIT STRASSNER /
KERSTIN S CHMIDT

1. LITERATURA IBÉRICAS: HISTORIA Y CRÍTICA

Rogelio Reyes Cano: Los locos de Cer- (una rebosante lista de publicaciones del
vantes y otros estudios literarios. Sevilla: autor, que da buena cuenta de su fecun-
Universidad de Sevilla, 2016 (Serie Lite- da labor académica) del libro, se nutre el
ratura, 143). 587 páginas. mismo de siete haces de trabajos agrupa-
dos temáticamente.
Son dos los motivos que han impulsado La primera parte, “De locos y locuras
al autor a recoger en un volumen traba- literarias”, es la más extensa. Incluye seis
jos tan diversos y al mismo tiempo tan trabajos, cinco de los cuales tienen por
ligados conceptualmente por el interés enfoque principal el riguroso rastreo de
sevillano que trasluce en varios de ellos: características formales y conceptuales de
por un lado, el afán de difundir muchas la ambivalente y polimórfica “literatura
de las reflexiones derivadas de una vida de del loco”, galvanizada por el humanismo
continuo docere, studere et discere llegado renacentista, en la creación de autores
el momento de retirarse de las aulas. Por consagrados –Cervantes y Castillejo– y
otro, su inagotable empeño en regalar a de figuras menos conocidas –los locos
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estudiosos e interesados en la literatura sevillanos Amaro Rodríguez y Juan Gar-


española en general e hispalense en par- cía– de la época áurea. El último capítu-
ticular con una serie de textos que pue- lo del apartado traslada al lector al “fin
dan, de acuerdo al conocido ideal literario de siglo” y está orientado al comentario
horaciano, enseñar deleitando (prodesse et de la locura lúcida del arquetipo valle-
delectare) o servir de acicate a futuros tra- inclanesco de la bohemia, Max Estrella,
bajos de investigación. que tanto debe al bohemio real Alejan-
Aparte de las secciones preliminares dro Sawa y, “con mayor o menor con-
(prólogo y procedencia de los artículos ciencia literaria” (p. 160), al paradigma
contenidos en el volumen) y posliminares de la “literatura del loco” o “literatura
2 54 bufonesca”. Es entonces este subgénero nes de rigor filológico existentes de estos
literario de gran solera el hilo conductor textos, vacío que, como remarca Reyes
que eslabona los seis textos compilados Cano, se comienza a suplir con la edición
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en el apartado que abre el libro y que de la prosa poética del moguereño a cargo
sirve de base al título del volumen. El de Javier Blasco Pascual y Teresa Gómez
perspicaz uso de esta modalidad literaria Trueba publicada por Espasa-Calpe en
como clave interpretativa de obras tan 2005. Aprovecha Reyes Cano la oportu-
dispares como el Quijote, las diferentes nidad, a la par que elogia dicha edición
composiciones poéticas de Castillejo, los e invita a decir más del complejo corpus
“Sermones” del loco Amaro, los dichos textual juanramoniano, para aportar algu-
agudos y facecias de dementes áureos nos detalles sobre escritos de prosa lírica
dispersos en bocas y escritos de tanta concretos del poeta, producidos a lo largo
gente, o Luces de bohemia, pone de re- de toda una vida consagrada a la creación
lieve la ubicuidad del género así como la literaria (así, los conjuntos o proyectos
urgencia de revisar otras obras a la mis- prosísticos conocidos bajo los marbetes de
ma luz para “ir fijando con ponderación Primeras prosas, Libros de Moguer, Libros
[la] fortuna y límites [de dicho género]” de Madrid, Españoles de tres mundos –que
(p. 66). agrupa sus retratos líricos–, Viajes y sueños
Las tres partes que siguen recogen, y varios de sus libros de prosa lírica que
respectivamente, estudios sobre Gustavo habían quedado sueltos hasta la publica-
Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez ción de la susodicha edición).
y Luis Cernuda. Dos trabajos sobre las Cabe mencionar el admirable arte de
rimas becquerianas subrayan la moder- Reyes Cano a la hora de alternar el relato
nidad e instinto renovador del poeta, en personal con la investigación, rasgo que
primer lugar, por valerse del sueño como describe a la perfección no solo este, sino
fuente en varios de sus poemas, y, en se- todos los apartados del libro. En especial,
gundo lugar, por la finura y originalidad la evocación de su emoción, siendo aún
con que sabe fundir lirismo popular (can- adolescente, al presenciar el cuerpo muer-
tares del arte flamenco y populares escu- to de Juan Ramón a su paso por Sevilla en
chados desde su niñez y adolescencia se- 1958, rememorada hasta la saciedad en
villanas) y culto (poesía culta) en algunas los capítulos contenidos en este apartado
de sus realizaciones literarias. y aun en algunos de otras secciones (como
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Son cuatro los trabajos de tema juan- el dedicado a las azarosas relaciones entre
ramoniano recogidos en el apartado de- Cansinos Assens e Isaac del Vando), sirve
dicado al poeta onubense. En casi todos no solo para desatar algunos de los pasajes
ellos se destaca el papel protagonista de lo más líricos de la prosa del propio Reyes
sevillano y, de manera más general, de lo Cano, sino también como fulcro al aná-
andaluz, en su vida y obra poética, si bien lisis de la vida y obra del insigne poeta
el tercer estudio resalta el desconocimien- moguereño. Toca Reyes Cano en estos ca-
to en que aún dormita buena parte de la pítulos, además, temas de interés como el
producción prosística juanramoniana, de- papel decisivo que tuvo el Ateneo sevilla-
bido en gran medida a la escasez de edicio- no en la formación lírica del poeta, insti-
tución de corte liberal y progresista donde conciencia de la temporalidad, un estado 255

se familiarizó con la poesía becqueriana y espiritual que Cernuda trata de recuperar


“respiró también una pasión por la litera- en poemas como “Jardín antiguo”, del

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tura popular” (p. 229), o la compleja no- que existen dos versiones, o en “Luna lle-
ción de Andalucía como categoría ética y na en Semana Santa”. Como señala Reyes
estética que se fraguó en la mente de Juan Cano, la asociación entre la felicidad pre-
Ramón en parte a raíz de sus experien- temporal infantil y adolescente y el marco
cias vitales y en parte como rectificación natural arcádico en que se vivió ese estado
al castellanismo imperante del 98 y como encuentra modelos en la tradición clási-
rechazo al pintoresco “andalucismo” del ca, pero sobre todo en poetas leídos en la
Romanticismo. juventud, como Bécquer y Antonio Ma-
Bajo el epígrafe “Luis Cernuda”, eng- chado, y en la estética modernista de tan-
loba Reyes Cano cuatro textos. En el tos creadores (Darío, Valle-Inclán, Juan
primero ofrece su visión personal en re- Ramón…). El reencuentro con la Arcadia
ferencia a las relaciones entre Cernuda y infantil, con la sensación de eternidad,
Sevilla, ciudad natal que el poeta abando- se produce al llegar Cernuda a México
nará para siempre en 1928 y que asoma en 1949. Deja constancia de ello, como
a sus textos en una forma contradictoria explica Reyes Cano, en Variaciones sobre
que “hace pensar […] en una peculiar re- tema mexicano.
lación de amor y odio, en una íntima y El orden de impresión de los capítulos
paradójica ambivalencia frente a Sevilla” no refleja el orden en que fueron escritos
(p. 312). Como bien observa Reyes Cano, estos trabajos. Así, en realidad, el terce-
con el correr de los años la ciudad va per- ro de los capítulos de tema cernudiano
diendo su semblante real y Cernuda recu- se fraguó con anterioridad a los primeros
pera por la palabra una Sevilla estilizada dos, y es por ello que resulta casi una tau-
y reinventada, enteramente abstraída del tología de ciertas secciones del segundo,
tiempo. Ya en este trabajo se refiere Reyes a las que sirve de cimiento. Lo que, a mi
Cano al conflicto existencial, entre eter- parecer, resulta de mayor interés en el ter-
nidad y temporalidad, que llevó al poeta cer capítulo es la minuciosa exégesis del
a varios “exilios interiores” a lo largo de dictum latino Et in Arcadia ego con que
su vida, de los que Sevilla fue el prime- termina Cernuda su “Luna llena en Se-
ro. Retoma esta idea en los dos capítulos mana Santa”. Además de aventurar las po-
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consecutivos, donde se repiten verbatim sibles fuentes pictóricas que pudo tener en
algunas reflexiones del primer texto del cuenta el poeta a la hora de valerse de la
apartado, aunque matizadas y bastante expresión, Reyes Cano traduce el adagio
ampliadas. Se trata en el segundo trabajo poniendo de relieve una sutil referencia al
de acercarse a los exilios físicos cernudia- pasado, “[Recordad] que también yo es-
nos pero “desde la perspectiva de la histo- tuve en la Arcadia” (p. 356), traducción
ria interna del propio poeta” (p. 324) para novedosa que ayuda a esclarecer el sentido
examinar a fondo el sentimiento elegíaco último del poema.
o de pérdida del “tiempo sin tiempo”, el El capítulo de cierre a este apartado es
momento anterior a la adquisición de la una ramificación del capítulo de arran-
2 56 que al mismo. La postura ambivalente de la vida y obra de varios artistas sevilla-
Cernuda con respecto a Sevilla se observa, nos. El primero trata de las complicadas
asimismo, en las declaraciones del poeta relaciones entre dos amigos sevillanos,
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con respecto al teatro de los hermanos un tiempo adeptos del Ultraísmo, cuyo
Álvarez Quintero, que van desde la cau- compañerismo terminó rompiéndose
telosa descalificación de dicho teatro, a su como muestran los numerosos dicterios
justa, sopesada y rectificadora valoración. que Cansino Assens le dedicó posterior-
Como explica convincentemente Reyes mente a Del Vando-Villar en varias oca-
Cano, la desaprobación inicial del tea- siones. El segundo da cuenta de la pro-
tro de los dramaturgos utreranos parece pensión que ostentó Rafael Lasso de la
obedecer más a “oportunismo ideológi- Vega a la automixtificación, como se ve
co” que a la intención de definir abierta- al examinar la suerte de su poema inédi-
mente sus gustos personales (p. 363). De to “Toits”, que Lasso envió a su paisano
ahí que reconsidere el teatro regionalista sevillano y ultraísta Del Vando afirman-
y costumbrista de los Álvarez Quintero, do haber aparecido esta composición en
pasada ya la “efervescencia ideológica de la edición francesa de Galerie de glaces,
la España republicana en plena Guerra edición que nadie ha podido encontrar.
Civil” (p. 369), y lo juzgue en su justa Dedica los siguientes tres capítulos, pri-
medida. La admiración personal que a mero, a examinar la novela La ciudad, de
la postre acaba revelando Cernuda por la Manuel Chaves Nogales, a quien Reyes
obra de estos comediógrafos andaluces se considera el mejor periodista sevillano
manifiesta también en los ecos formales, (p. 476); segundo, a la pasión poética
poco estudiados hasta ahora, que los es- que la obra becqueriana despertó en Ra-
critos de los Álvarez Quintero dejaron en fael Montesinos, pasión que halla reflejo
la única comedia acabada de Cernuda, La en las referencias a Bécquer con que el
familia interrumpida. lector tropieza en su lectura de diversos
La quinta parte del libro, bajo el epí- poemas de Montesinos; y tercero, a pres-
grafe “Andalucía y Sevilla”, recoge dos tar homenaje al escritor gaditano afinca-
capítulos dedicados, el primero, a repasar do en Sevilla, Francisco Pleguezuelo, con
las aportaciones de diferentes autores, en motivo de la publicación póstuma de su
su mayoría andaluces, al paradigma de Obra completa que Reyes Cano ha sido
las ruinas de la Antigüedad, particular- invitado a presentar.
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mente las de Itálica, a partir del huma- El apartado culmina con textos des-
nismo renacentista y hasta el siglo xx. El tinados a reseñar dos poemas del autor
segundo, a las estampas literarias que la sevillano Jacobo Cortines, Carta de junio
albarrana Torre del Oro y otros encantos, y Nombre entre nombres, obras ambas de
pero también lacras, de la urbe sevillana andadura sosegada donde se palpa el eco
han suscitado en escritores y poetas desde de las abundantes y personalísimas lectu-
el periodo andalusí hasta el siglo pasado. ras del poeta.
Una sexta gavilla titulada “Escrito- En “Filólogos en mi recuerdo”, úl-
res de mi entorno”, reúne siete trabajos tima parte del libro antes del extenso y
que versan sobre diferentes aspectos de notable expediente académico de Reyes
Cano, el lector encuentra seis emotivos la literatura española de todos los tiem- 257

y sentidos homenajes a maestros, com- pos, y, por otro, su interés en recalcar la


pañeros y amigos, todos ellos filólogos continuidad consustancial a la actividad

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admirables ya fallecidos: Francisco López literaria, patente en el eco imborrable de
Estrada, Francisco Márquez Villanueva, voces pasadas en la producción de todo
Klaus Wagner, Manuel Gil Esteve, Rafael lector/creador.
de Cózar y, como no podía ser menos, su La redundancia de ideas y pasajes a la
propio hermano, José María Reyes Cano. que ya nos hemos referido, que resulta
Obsequias redactadas con gran delicade- insoslayable en el quehacer académico
za, con un lenguaje que resulta unas veces de todo investigador y que se explica en
campechano y otras primorosamente líri- parte por tratarse de una colección de tra-
co, pero siempre llano, donde al registro bajos de naturaleza diversa (ponencias,
cronológico y preciso de momentos en artículos, mesas redondas, disertaciones
la trayectoria biográfica de cada una de académicas, homenajes, etc.) forjados
estas figuras se unen tiernas e íntimas re- por el erudito sevillano en el transcurso
membranzas que, en más de una ocasión, de décadas de docencia e investigación,
harán al lector esbozar una sonrisa. no desluce el valor de las ideas, la frescu-
A pesar de la variedad de figuras y ra con que se rememoran y dan a conocer
obras que se exploran en el volumen, tantas anécdotas y detalles, la riqueza ex-
existe un encordamiento temático que presiva y facilidad de palabra que hacen
une unos apartados con otros. Así, de Los locos de Cervantes y otros estudios
muchos capítulos vuelven sobre auto- literarios una colección de ensayos de
res tratados en partes precedentes para lectura amena e iluminativa, fanal que
aquilatar su influencia en las páginas de posiblemente guiará muchos otros estu-
creadores posteriores. Otro tema sobre dios literarios en el futuro. Hace falta, y
el que se insiste es en la modernidad in- con ello termino, cuidar más la labor de
herente a la obra de algunos autores al revisión, para evitar no solo errores tipo-
desentrañar aspectos clave de la realidad gráficos, sino también equivocaciones en
–Cervantes constata a través de innume- la numeración de notas a pie de página
rables contradicciones la ambigüedad de (por ejemplo, hay una misteriosa nota
la realidad (p. 51); Bécquer evidencia la 28 carente de pie en la página 116), o
esencialidad del sueño en la existencia erratas como la que lleva a escribir la pa-
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humana (p. 192)–. Se ahonda también labra “inteligencia” con “g” y “j” en dos
en el maridaje entre lo culto y lo popu- instancias de la transcripción de un poe-
lar apreciable en Cervantes, Bécquer, ma juanramoniano de Eternidades (177),
Juan Ramón, Cernuda,… Por último, cuando debería respetarse la peculiar or-
en todos los trabajos se vislumbran, fina- tografía del poeta, que optaba por usar la
mente repujados, los relieves de Sevilla y “j” en palabras con “ge” y “gi”.
Andalucía. Este engranaje de ideas en el
discurso académico de Reyes Cano deja Lourdes Albuixech
de manifiesto, por un lado, su erudición (Southern Illinois University,
en una diversidad de asuntos tocantes a Carbondale)
2 58 María Asunción Flórez Asensio: Músicos partir de la p. 162, a propósito de sus in-
de compañía y empresa teatral en Madrid gresos por su participación en el Corpus
en el siglo XVII. Kassel: Edition Reichen- de la capital –que a menudo eran insufi-
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berger 2015 (DeMusica, 22, 23). 2 vols., cientes, obligando a los actores a aprove-
vii + 821 páginas. char el sistema de “ayuda de costa”– así
como por las puestas en escena –particu-
La autora, musicóloga y cantante, se pro- lares o fiestas– ante los reyes.
pone arrojar alguna luz sobre los músi- El segundo capítulo se centra en la or-
cos de las compañías teatrales de Madrid ganización del teatro profesional hispano,
en tanto que grupo concreto de profe- documentada ya en relación con la pre-
sionales de la música que “muy pronto sencia de los cómicos dell’Arte, que ve su
tomó conciencia de que su ocupación no temprana consolidación gracias a su vin-
era solamente un oficio sino también un culación con la beneficencia. Las compa-
‘arte’” (p. 15). ñías contaban con diversas tipologías, y la
La primera parte del trabajo consiste autora describe y documenta su régimen
en una puntual y documentada recons- económico, los componentes y sus fun-
trucción de la vida teatral madrileña entre ciones artísticas, la jerarquización de sus
la segunda mitad del siglo xvi y el siglo miembros, y los sobresalientes, cuya pre-
xvii, echando mano de la cuantiosa bi- sencia era habitual en las representaciones
bliografía a disposición sobre los corrales cortesanas.
de comedias y su funcionamiento, la apa- El tema central anunciado en el título
ratosa puesta en escena de los autos sacra- del volumen halla su cumplido tratamien-
mentales, las representaciones cortesanas y to a partir del tercer capítulo, dedicado
sus espacios teatrales (jardines, patios, sa- a los profesionales de la música teatral,
lones, el Real Alcázar, el Salón Dorado, el entre los cuales destacan: el músico prin-
Buen Retiro, el Coliseo), sin dejar de lado cipal, con la formación musical necesaria
las cuestiones administrativas, económicas para poner los tonos de cada represen-
y la reglamentación de la articulada y ri- tación, así como enseñar la música a los
quísima actividad teatral de la Villa y Cor- actores, un segundo músico, y los cómi-
te. Cabe apuntar que este capítulo no deja cos –sobre todo graciosos y actrices como
de ser una reiteración de todo lo dicho por Sabina Pascual y Manuela de Escamilla–
las fuentes documentales y críticas utiliza- con destrezas musicales. Considerados
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das. De paso, cabe subrayar también un por algunos un grupo social marginado,
llamativo olvido por parte de Flórez Asen- constituyeron en realidad un gremio de
sio, quien, al subrayar que Lope de Vega alta profesionalidad, organizado y respe-
“es uno de los más hábiles empleadores de tado, pese a que dentro de las compañías
la música en el teatro” (p. 5), omite men- parecían ocupar el nivel más bajo de los
cionar La selva sin amor, primera ópera en oficios artísticos. Con todo, los honora-
lengua castellana del Fénix, representada rios de los sobresalientes altamente cuali-
ante los reyes en 1627. ficados contratados para representaciones
De las compañías de representantes la palaciegas eran muy elevados, y estos, por
autora empieza concretamente a tratar a más señas, solían ofrecer a los reyes con-
ciertos privados en un plano de igualdad toda clase de datos, documentos y fichas 259

con los músicos de cámara. La estudiosa específicas por orden alfabético sobre los
hace notar que, si bien no ha quedado principales músicos de la corte y los arpis-

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rastro de escuelas privadas con un maes- tas que, como la autora había aclarado ya
tro, debió existir una enseñanza musical en otro lugar, solían desempeñar el papel
reglada, centrada en cantar y tañer princi- de segundones en el marco de cada com-
palmente arpa y guitarra, y que entre los pañía teatral.
maestros debieron de encontrarse músi- Más allá de los indiscutibles méritos
cos eclesiásticos. del volumen, que resulta ser una herra-
Considerando la relevancia que la mienta fundamental no solo para los his-
música asume en el teatro aurisecular, es toriadores del teatro barroco y los musi-
preciso subrayar con Flórez Asensio que cólogos, sino también para los filólogos
los músicos participaban en todo tipo de que no tenemos conocimientos técnicos
obras, máxime en las piezas breves que sobre la música teatral, es preciso señalar
terminan con una parte cantada y bailada. un fallo relevante vinculado a la bibliogra-
En escasas circunstancias los dramaturgos fía. En efecto, aun cuantiosa, la reseña de
les asignaban hasta partes habladas. textos críticos y fuentes recogidos por la
El cuarto capítulo está dedicado a las autora pasa por alto algunos hitos críticos
funciones de los músicos de compañía sobre el asunto del estatus profesional del
que en las páginas anteriores quedan solo autor (el que sea) en los albores de la edad
mencionadas de pasada, es decir: enseñar y moderna, el cual, a fin de cuentas, es el
ensayar la música a los actores, acompañar tema central del libro. A este respecto no
el canto y el baile de los compañeros, tarea, podemos hacer menos de recordar la mo-
esta, que exigía una completa sincroniza- nografía seminal de Christoph Strosetzki,
ción entre el actor y los músicos, acompa- La literatura como profesión. En torno a la
sando la música al movimiento escénico. autoconcepción de la existencia erudita y
El segundo músico solía ser arpista, y las literaria en el Siglo de Oro español (1997);
partes cantadas eran para solistas o a varias el ensayo de Pedro Ruiz Pérez, La rúbrica
voces, habitualmente cuatro. Considera- del poeta. La expresión de la autoconciencia
ciones musicológicas y un relevante reper- poética de Boscán a Góngora (2009); y, so-
torio de comentarios metateatrales acerca bre todo, el volumen interdisciplinario
del empleo de la música sacados del cor- al cuidado de Manfred Tietz y Marcella
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pus dramático de varios autores barrocos Trambaioli, El autor en el Siglo de Oro.


completan la discusión de estos aspectos. Su estatus intelectual y social (2011), que,
Algunas páginas enfocan, por ejemplo, la entre otras contribuciones, comprende el
colaboración entre Calderón e Hidalgo, artículo de la música y filóloga Alejandra
que produjo dos óperas (La púrpura de la Pacheco: “Músicos en la Corte española
rosa y Celos, aun del aire, matan) basadas en el siglo xvii y difusión del repertorio:
en tonadas, es decir, canciones compuestas El Cancionero Musical de Onteniente”. De
a base de repeticiones. hecho, lo que le interesa enfocar a Flórez
El quinto y último capítulo, que por Asensio es, como queda dicho en los pro-
sí solo ocupa el segundo volumen, ofrece legómenos, perfilar el estatus profesional
2 60 de la figura del músico en los Siglos de teatral en su condición de ‘autor’ no dejó
Oro, preocupación que forma parte de de causarle graves problemas ya que ejer-
la misma línea investigadora que dichos ció la autoría en una etapa tan conflictiva
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ensayos contribuyen a plantear en un am- como la Guerra de Sucesión. A ella vino a


plio sentido, y sorprende negativamente sumarse la competencia desleal hecha por
que la esmerada estudiosa no se percate la compañía italiana de los ‘Trufaldines’,
de la importancia de enmarcar su propio que contaban con la protección real” (p.
ensayo en dicha perspectiva crítica que 624). En íntima relación con lo que aca-
sobre todo en tiempos recientes ha empe- bamos de destacar, se echa en falta una
zado a cosechar notables resultados. comparación entre el estatus profesional
En definitiva, si por un lado cabe sa- de los músicos de compañía y la de los
ludar con plauso el libro de Flórez Asen- músicos al servicio de la Casa Real, más
sio porque nos proporciona una mina de allá de las referencias fugaces que la autora
informaciones sobre un aspecto específico proporciona ad hoc en algunos fragmen-
y todavía poco conocido del teatro aurise- tos del libro. Así y todo, dichos reparos
cular, echando luz, entre otras cosas, sobre no menoscaban los méritos indiscutibles
numerosos metacomentarios incrustados que la obra en su conjunto reviste para los
en los textos teatrales que los filólogos estudiosos del teatro barroco.
faltos de conocimientos musicales a veces
tardaríamos en entender, por otro hace Marcella Trambaioli
falta remarcar con fuerza la necesidad de (Università del Piemonte Orientale,
tener en cuenta que el músico comparte Vercelli)
con los demás autores de productos artís-
ticos e intelectuales del siglo xvii el mismo
estatus socio-cultural, a medio camino Tobias Brandenberger / Antje Dreyer
entre la dignificación de su profesión y la (eds.): La zarzuela y sus caminos. Del
dependencia de los poderes eclesiásticos y siglo XVII a la actualidad. Münster: LIT
políticos. Por consiguiente, el análisis lle- 2016 (LIT Ibéricas, 8). 332 páginas.
vado a cabo por la investigadora más que
la enésima repetición de todo lo que cada Dentro del reciente y renovado interés
especialista de la dramaturgia barroca co- por el estudio de la zarzuela, este libro se
noce de sobra en relación con los espacios plantea como un conjunto de calas sig-
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y las condiciones de producción teatrales, nificativas que, si bien se ordenan crono-


hubiera necesitado una contextualización lógicamente, no pretenden un recorrido
que tuviera en cuenta los términos gene- completo a lo largo de su desarrollo histó-
rales de esta dirimente cuestión. Aun más, rico. Dicho recorrido se inicia con el artí-
considerando que en casos específicos la culo de Lucía Díaz Marroquín, quien in-
autora nos depara reflexiones y aclaracio- daga en la adaptación del drama musical,
nes muy puntuales en este sentido. Valga de origen italiano, en la España del xvii,
a manera de ejemplo lo que nos dice a centrándose en La selva sin amor de Lope
propósito del músico valenciano Manuel de Vega, así como en su desarrollo poste-
de Villaflor: “Su faceta como empresario rior con Calderón de la Barca. Entre los
aspectos que Díaz Marroquín considera, gitanilla fingida (1799) del navarro Blas 261

destaca la influencia que tuvieron los in- de Laserna es el objetivo del artículo de
térpretes en el desarrollo del teatro musi- Judith Ortega Rodríguez. Se trata de otro

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cal (quienes, a diferencia de los italianos, estudio con un detenido análisis de la
no fueron cantantes profesionales, sino estructura musical, del que se debe resal-
representantes de las itinerantes compa- tar su acercamiento desde los perfomance
ñías hispanas) y las reacciones que estas studies. Desde tal perspectiva se reclama el
piezas iniciales causaron entre los críticos carácter abierto, flexible y cambiante de
extranjeros que las calificaron como “fort la obra artística, de modo que La gitanilla
africaines” (p. 18), lo que obedecía a los se puede considerar ópera, zarzuela y ope-
estereotipos de la época que veían pare- reta, dependiendo del contexto de sus
cidos (incluso a nivel racial) entre los es- diferentes interpretaciones (que tuvieron
pañoles y los pueblos africanos y semitas. lugar hasta mediados del siglo siguiente),
Diferente es el enfoque de Adrián J. así como por su calidad de creación co-
Sáez, quien se centra en el aspecto dramá- lectiva; de ahí que deba evitarse una defi-
tico del drama musical de Calderón, de- nición rígida de zarzuela. En esta misma
jando de lado la parte musical, debido a la senda, pero en el teatro musical decimo-
falta, según el autor, de partituras (lo cual nónico, se ubica el trabajo de Enrique
no es completamente exacto si se consi- Mejías García sobre Los dos ciegos (1855)
dera, por ejemplo, la partitura compuesta de Luis de Olona, con música de Francis-
para Lima de La púrpura de la rosa, uno co Asenjo Barbieri. Esta traducción musi-
de los “textos” del ramillete que Sáez re- cal (en la que se traduce fiel, pero también
coge). En cambio, María Asunción Flórez artísticamente, así como se omiten unas
Asensio nos ofrece en su contribución un partes, a la vez que se mantienen otras)
completo estudio de Los juegos olímpicos de la opereta Les deux aveugles de Jacques
de Agustín Salazar y Torres, en el que se Offenbach confirma el carácter variable
analiza con detenimiento la parte musi- de la definición de zarzuela (incluso en un
cal de esta fiesta (pp. 52-63), elemento período tan breve como el ahí estudiado:
obviamente indispensable, especialmente 1850-1868) y, además, muestra que en la
si se considera que su compositor, Juan España de aquellos años la opereta fue asi-
Hidalgo, se caracterizó por establecer una milada como una auténtica zarzuela.
relación semántica entre la música y la le- La oposición entre opereta y zarzuela
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tra. A pesar de que la música de esta fiesta es retomada por Miguel Ángel Vega Cer-
se encuentra dispersa y en fragmentos, nuda. Sin enfocarse en ninguna obra en
Flórez Asensio considera todas las fuentes particular y dejando de lado nuevamente
hasta ahora conocidas. Su detenido análi- los aspectos musicológicos (fuera de re-
sis se cierra abordando la suerte posterior coger algún “término baúl” como leichte
de esta obra, la que fue también represen- Musik), se trata de un trabajo, según los
tada en la Nueva España, donde Salazar y mismos editores, de “signo generalista”
Torres había vivido quince años. (p. 8), en el que se intenta explicar las di-
La siguiente estación de este recorri- ferencias entre ambos géneros mediante
do nos lleva al final del siglo xviii. La sus distintos consumidores: la burgue-
2 62 sía vienesa y el pueblo español respecti- bría jugado la zarzuela en la restauración
vamente. Esta última generalización es de la identidad española tras el desastre
corregida por Víctor Sánchez Sánchez, del 98 a partir de tres obras diferentes. De
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

quien al revisar el público heterogéneo estas destaca El Bateo (1901) que Dreyer
que asistía a los teatros por horas madri- vincula con el anarquismo, sin olvidar la
leños hacia finales del xix demuestra que forma musical a la que este sainete lírico
este no tenía el mencionado carácter po- recurre: el tango. Los primeros años de
pular. Enfocada en La Gran Vía (1886), la zarzuela en el siglo xx continúan en la
la contribución de Sánchez Sánchez exa- mira de estos asedios mediante el trabajo
mina las formas musicales incluidas en de Jaime Cárdenas Isasi, quien desde la
esta revista y su empleo para ironizar a las historia cultural rescata las zarzuelas de
otras clases sociales (con el vals se critica- tema marroquí. Su contribución no con-
ba a la aristocracia, mientras que el tan- siste en un mero repertorio de estas obras
go proponía una mirada crítica sobre las desatendidas por la crítica, pues Cárdenas
clases bajas), utilizando códigos que eran Isasi las ordena y vincula con el desarro-
comprendidos por un público procedente llo del discurso con el que se justificó la
de las clases medias. Este completo estu- presencia española en el Norte de África.
dio, que considera también las portadas El volumen también incluye dos
de la edición francesa, así como la traduc- trabajos centrados en La verbena de la
ción al italiano, no olvida recoger la im- Paloma (1894) de Ricardo de la Vega,
presión que causó en Friedrich Nietzsche con música de Tomás Bretón, que revisan
el número de la jota de las ratas. A conti- su fortuna en el siglo xx. Por una parte,
nuación, del trabajo de Tobias Branden- Álvaro Ceballos Viro propone que Pío
berger destaca su análisis de Curro Vargas Baroja la reescribió críticamente en un
(1898) y Churro Bragas (1899), donde no episodio de su novela La busca (1904);
solo el texto literario parodia al modelo, en cambio, Peter W. Schulze estudia sus
sino también la música popular urbana de cuatro adaptaciones cinematográficas,
la última contrasta con la densa, compleja a la vez que traza la trayectoria (ascenso
y elaborada orquestación de la primera, y decadencia) del cine zarzuelístico. En
pues, como reacción y reivindicación de esta notable contribución se analiza de-
un estatuto, la parodia, a partir de las de- talladamente algunos de los carteles con
bilidades del modelo, lo critica y sabotea. los que estos filmes se publicitaron. Por
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Si la mayor parte de los trabajos an- su parte, Mario Lerena examina la obra
teriores consigue un equilibrio entre el de Pablo Sorozábal. Enfocado en sus dos
análisis de texto y música, una perspecti- óperas: Adiós a la Bohemia (1933) y Juan
va diferente propone Ignacio Jassa Haro, José (compuesta en 1968, pero llevada al
quien examina la representación de las escenario recién en 2016), que el compo-
cupletistas e intérpretes de zarzuela en las sitor consideraba “hermanas” (p. 282),
postales ilustradas del cambio del xix al su artículo demuestra la maleabilidad del
xx, siglo en el que se ubican las siguien- lenguaje de la zarzuela, capaz de adaptarse
tes aportaciones. En primer lugar, Antje a las controversias ideológicas y estéticas
Dreyer indaga en el posible papel que ha- del siglo xx.
A continuación, la contribución de Pedro Schlueter: Pérez Galdós y la músi- 263

Ulrike Mühlschlegel aborda la presencia ca. Madrid: Clave Intelectual 2016. 315
de la zarzuela (bajo la forma de partitu- páginas.

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ras –originales o ediciones críticas–, tex-
tos digitales y grabaciones sonoras o de En el tomo reseñado, Pedro Schlueter se
video) en las colecciones del Instituto concentra en un tema al que ya se ha alu-
Ibero-Americano de Berlín. Al respecto, dido repetidas veces en la investigación
es importante mencionar que Mühlschle- galdosiana: la relación de Benito Pérez
gel coordina el proyecto “Zarzuela: teatro Galdós con la música llama la atención
musical español”, el cual está realizando desde los años cincuenta del siglo xx.
la digitalización de los libretos de dichas Uno de los primeros ejemplos de dicho
colecciones.1 Cierra el volumen el útil re- interés se encuentra en la monografía de
cuento que Ignacio Jassa Haro y Enrique José Pérez Vidal,2 obra que reúne mate-
Mejías García realizan de la presencia de riales sobre la labor de crítico musical
la zarzuela entre 1998 y 2015, donde se de Galdós. En 1970, Federico Sopeña
refieren no solo a las diferentes represen- Ibáñez3 y Manuel Alvar López4 publican
taciones, sino también a las ediciones y estudios globales sobre la relación de Gal-
grabaciones publicadas en dicho período. dós y el arte (teatral) en los que también
En resumen, mientras buena parte de consideran, entre otros aspectos, la musi-
estas contribuciones analiza la estructu- calización de obras galdosianas. Sebastián
ra dramática y musical de un conjunto de la Nuez Caballero5 dedica en 1981 un
de obras representativas desde diferentes artículo extenso a las adaptaciones de al-
perspectivas, otras dimensiones de la zar- gunas obras galdosianas para la zarzuela.
zuela o campos en los que esta ha influen- Finalmente, los trabajos más recientes
ciado (postales, carteles, cine, etc.) son de Margot Versteeg6 y Ana María Frei-
asediadas sólidamente por un segundo re7 enfocan con decisión los Episodios
grupo de trabajos, sin olvidar en ambos
casos los vínculos con la ideología y el 2
Pérez Vidal, José (1956): Galdós, crítico
cambiante contexto político y sociocultu- musical. Madrid/Las Palmas: Patronato de la
ral, así como la problemática definición Casa de Colón.
del género. Como mencionaba al inicio, 3
Sopeña Ibáñez, Federico (1970): Arte y sociedad
este volumen se planteaba como un con- en Galdós. Madrid: Gredos.
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

4
Alvar López, Manuel (1970): “Novela y teatro
junto de calas significativas en los estu- en Galdós”. En: Prohemio, 1, pp. 157-202.
dios sobre la zarzuela, objetivo que cier- 5
Nuez Caballero, Sebastián de la (1981): “His-
tamente cumple. toria y testimonio epistolar de unas zarzuelas
basadas en obras de Pérez Galdós”. En: Anuario
de Estudios Atlánticos, 27, pp. 487-558.
José Elías Gutiérrez Meza 6
Versteeg, Margot (2000): De fusiladores y
(Ruprecht-Karls-Universität morcilleros. El discurso cómico del género chico.
Heidelberg) 1870-1910. Amsterdam: Rodopi.
7
Freire, Ana María: (2008): “La Guerra de la In-
dependencia en el teatro lírico español (1814-
1
<http://digital.iai.spk-berlin.de/viewer/collec- 1914)”. En: Rubio, Miranda (ed.): Guerra,
tions/zarzuela/>. sociedad y política (1808-1814). Pamplona:
2 64 Nacionales galdosianos, defendiendo –y a resto del libro, se encuentran diseminadas
la vez cuestionando– la relación de las no- referencias a la actividad musical de Gal-
velas históricas con posibles adaptaciones dós mismo, que aprende a tocar el piano
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

al teatro. A pesar de la existencia de todos y que durante toda su vida invita a veladas
estos estudios de índole diversa, hasta hoy musicales en su casa.
ninguno de ellos había conseguido abar- Aunque el libro formalmente no se ha
car de manera integral la gran variedad dividido en partes, se observa un inciso
de relaciones que entabló el autor canario con el inicio del quinto capítulo, que se
con la música. Desde este punto de vista, aleja de la visión de Galdós como crítico
Pérez Galdós y la música de Pedro Schlue- musical y trata, en cambio, la manera en
ter aspira a convertirse en una aportación que las obras galdosianas mismas son reci-
importante y necesaria a la investigación bidas, adaptadas o parodiadas. No pocos
galdosiana, ya que promete un enfoque títulos causaron interés en los autores y
amplio de la temática. compositores del teatro musical: Schlue-
En 27 capítulos, abrazados por una ter por ejemplo hace mención de las am-
introducción y un epílogo, Schlueter ex- biciones de Ruperto Chapí en 1876 de
pone sus amplias observaciones siguien- presentar Gloria, dedica unos pocos pá-
do el orden cronológico de los hechos rrafos a las adaptaciones de los Episodios
(como si fuese una biografía), de modo nacionales Cádiz y Trafalgar, que se lleva-
que se abarca un espacio de tiempo desde ron en los años 1886 y 1890 a la zarzuela,
el nacimiento de Galdós hasta la década o reúne datos sobre varias parodias de La
de 1990, años en los que concluye la co- de San Quintín (capítulos V y VI).
lección de materiales (p. 305). Con cierto Entre las noticias sobre las diversas
parecido a un mito fundador, el primer obras de Galdós que se llevaron al teatro
capítulo narra la infancia de Galdós y las musical, que inspiraron sinfonías o mo-
influencias que marcaron el desarrollo de tivaron otros tipos de musicalizaciones,
su afición a las Bellas Artes en general, destacan a partir del sexto y séptimo ca-
especialmente a la música. Siguen tres pítulo, respectivamente, dos títulos gal-
capítulos que Schlueter dedica a la llega- dosianos en el trabajo de Pedro Schlueter
da de Galdós a Madrid para sus estudios los que reiteradamente se tematizan a lo
de Derecho –estudios que poco a poco largo de todo el libro: Marianela (1878)
abandona debido a su fascinación por la y Zaragoza (1874). Para el primero de los
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

música y la literatura–, y donde se ilustra, casos –del que hablaremos con más de-
entre otros aspectos, su trabajo como crí- talle– Schlueter documenta una partitura
tico musical entre los años 1862 y 1896. de teatro lírico inspirada en Marianela ya
Ya en estos capítulos, al igual que en el para el año 1890 que se titula Magdalena
(p. 72). Varios compositores, como los
Universidad Pública de Navarra; (2012): catalanes Malats (pp. 94 ss.) y Morera
“Chapí, Galdós y los Episodios nacionales en (pp. 166 ss.), y especialmente el navarro
la zarzuela (a propósito de El equipaje del rey Lapuerta (pp. 103 ss.) tienen grandes pre-
José)”. En: Sánchez Sánchez, Víctor (ed.):
Ruperto Chapí. Nuevas perspectivas 2. València: tensiones de llevar Marianela a la ópera,
Institut Valencià de la Música. un proyecto cuya realización a pesar de to-
das las buenas intenciones no parece fruc- siones de este título en el mundo músi- 265

tificar por la falta de un buen libreto que co-teatral (capítulo XI)–; y por otro hace
el mismo Benito Pérez Galdós no consi- entender que tal vez el dudable estado de

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gue reescribir. Galdós persuade entonces la Ópera Española hace que Galdós, lleno
a Carlos Fernández Shaw para colaborar de escepticismo, posponga una y otra vez
en el proyecto (p, 115), pero este tampo- una posible adaptación de Marianela. De
co cumple con las expectativas. Arturo la Ópera Española dice Galdós “que las
Lapuerta parece especialmente frustrado ilusiones alimentadas por nuestro amor
(capítulos XIV a XVI), y gana cada vez propio se disipan rápidamente, y que las
más en importancia en la documentación varias tentativas abordadas en un perío-
epistolar que hace Schlueter: sus ideas, do de diez años han curado a muchos de
ambiciones, su fervor en trabajar con esta manía” (p. 57) de poseer el mismo
Galdós, pero también su miserable con- potencial en el ámbito operístico como
dición personal y financiera se imponen Italia o Alemania. Los enredos acerca de
de tal forma en el texto, que poco a poco Marianela, en los que el compositor Ar-
el lector empieza a preguntarse si Schlue- turo Lapuerta tiene tanto protagonismo,
ter ha perdido de vista la temática global se resuelven solo a finales del libro: a par-
de su libro. La sensación se refuerza por la tir del capítulo XX se relata el proceso de
escasez de cartas u otros documentos aná- la adaptación teatral –sin música– por
logos de Galdós a lo largo de los capítulos los hermanos Álvarez Quintero en 1916.
XIV al XVI. En cambio, Schlueter nos Galdós no puede presenciar la posterior
enfrenta con un epistolario desesperado transformación operística de esta ver-
de Lapuerta que tematiza cada vez menos sión teatral, cuyo estreno tendrá lugar en
el proyecto musical Marianela pero insis- el año 1923 (p. 260); es decir, tres años
te cada vez más en la crisis personal del después de su muerte. Llama la atención
compositor. Galdós no parece responder que Schlueter se regodee en los constan-
a la gran mayoría de las cartas, hecho que tes altibajos que acompañan la realización
lamentablemente (como muchas otras operística de Marianela como si fuera una
fuentes) Schlueter deja sin comentar. narrativa ficcional y menos una documen-
De todo lo anterior se podrían sacar tación objetiva, crea suspense y desenlace
ciertas conclusiones acerca de las –¿po- en el transcurso del libro, que en el caso
cas?– ambiciones galdosianas respecto a de Marianela tanto para Lapuerta como
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

la musicalización de Marianela. ¿Tal vez para Galdós culmina en un final trágico.


la prioridad de Galdós no reside –como Zaragoza, un Episodio nacional de la
para Lapuerta– en la realización de un Primera Serie, es la segunda obra que re-
proyecto operístico? Algunas claves que salta a causa de su constante revisión por
permiten responder a esta pregunta se parte de Schlueter. Esta vez, sin embargo
encuentran en el trabajo de Schlueter los sucesos alrededor de la adaptación se
mismo, que, por un lado, da cuenta de describen de una manera menos novela-
las ocupaciones paralelas de Galdós –la da. Se aclara, por ejemplo, que el primero
redacción y el estreno de la obra teatral que tuvo la idea de una posible adaptación
Electra en 1901, las numerosas repercu- para el teatro musical fue Ruperto Chapí,
2 66 en 1893, pero su motivación inicial cayó convertiría en una referencia por sus di-
rápidamente en el olvido gracias a sus mensiones y también en una puerta para
otros planes para La batalla de Arapiles, futuros trabajos científicos, pero batalla
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

último Episodio de la Primera Serie. Al con obstáculos que enseguida explicamos.


final fue el atribulado Arturo Lapuerta También la reunión de fuentes, es-
quien compuso la música para Zaragoza pecialmente acerca de las mencionadas
–en vez de para Marianela–, ópera que se obras Marianela y Zaragoza, es minuciosa
estrenó en 1908. y abundante, lo que advierte un trabajo
Volviendo a la estructura global del con mucha paciencia y esfuerzo. Pedro
libro, con la muerte de Benito Pérez Schlueter reproduce en muchos casos el
Galdós se puede identificar otro inciso, texto literal de diferentes tipos de docu-
y sigue una sección de reflexiones sobre mentos, en su mayoría cartas de o a Be-
la relación del autor con la música que nito Pérez Galdós, reseñas de las adapta-
incluye sobre todo la documentación de ciones teatrales, textos de Galdós como
nuevas adaptaciones y producciones de crítico musical, extractos de diarios de
obras galdosianas hasta 1994, hecho que contemporáneos u opiniones de cientí-
acentúa la productividad de sus novelas ficos. Lo que en un libro titulado Pérez
y su potencial para las puestas en escena Galdós y la música llama especialmente
(músico-)teatrales. la atención, por desgracia, es la falta de
En resumen, las maneras de cómo ejemplos de partituras musicales que po-
Galdós se relaciona con la música según el drían al menos (en un medio silencioso
trabajo de Schlueter se podrían delimitar sin capacidad de reproducir grabaciones
en rigor a cuatro tipos: primero, al aficio- de la música misma) ilustrar las compo-
nado que insiste en aprender los instru- siciones. Únicamente las reseñas dan una
mentos para hacer su propia música y go- impresión parcial del carácter de la músi-
zar de las obras con sus amigos; segundo, ca en las adaptaciones.
al crítico que se forma una opinión sobre A pesar de aspectos positivos como la
obras contemporáneas; tercero, al colabo- visión amplia que el libro ofrece y el gran
rador que posibilita adaptaciones al teatro número de fuentes aducidas, el trabajo
musical a través de redacciones propias de Schlueter no se puede considerar en
de los libretos; y cuarto, al observador y a sí mismo de gran profundidad científica.
veces intermediario que espera las adapta- Bien es verdad que tanto en su introduc-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

ciones de sus obras hechas por otros. Cla- ción como en su epílogo defiende su pro-
ramente y sin pretensiones de integridad, cedimiento de evitar “mayores comenta-
el enfoque del libro es de gran alcance e rios entre los documentos aportados” (p.
intenta ofrecer una imagen global del 15) para posibilitar un desarrollo libre del
Galdós musical, un enfoque que incluso hilo narrativo con suspense y desenlace.
sobresale los límites de la vida del autor Añade acerca de sus intenciones: “no he
canario al tematizar adaptaciones mu- pretendido redactar una obra para espe-
sicales de hasta finales del siglo xx. Este cialistas, antes bien, para lectores habi-
hecho concedería al libro de Schlueter un tuales de los títulos galdosianos, así como
lugar destacable en la investigación, lo para aquellos que tengan predilección por
los asuntos musicales relacionados con la los pasos de investigación ni de proseguir 267

literatura” (p. 305). Sin embargo, prime- los caminos que ha tomado el autor. No
ro hay que observar que es justamente la nos queda otro remedio que esperar una

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falta de estos comentarios la que inhibe segunda edición del libro, quizás bien
varias veces la fluidez en la lectura, dado acotada científicamente.
que en partes la aglomeración de citas es
tan alta que es necesario un largo análisis Antje Dreyer
de los documentos citados para entender (Europa-Universität Flensburg)
las relaciones entre todas las fuentes apor-
tadas. Segundo, el hilo narrativo también
se interrumpe en otros momentos debido Julia Biggane / John Macklin (eds.):
al estilo: las numerosas frases incomple- A Companion to Miguel de Unamuno.
tas que llenan el libro (especialmente en Woodbridge: Tamesis 2016 (Colección
los capítulos XV, XVI y XVII) le dan la Támesis / A, 360). 243 páginas.
apariencia de ser un manuscrito sin una
edición crítica. Tercero, la decisión de no Durante los últimos años, los companions
enlazar fluidamente los documentos y han sido una de las apuestas más claras y,
de orientarse en un grupo específico de se diría, lucrativas, de las casas editoriales
lectores no “especialistas”, no justifican inglesas especializadas en publicaciones
la utilización escasa e incompleta de re- académicas. Como su nombre indica, un
ferencias bibliográficas. El lector curioso companion es un vademécum, es decir, un
solo encontrará menciones breves al autor manual, un libro de referencia que pro-
de la fuente, sin llegar a conocer muchas porciona una introducción a un tema,
veces el título o en caso de manuscritos, época o autor determinado. Entre ellos,
el archivo ni su ubicación exacta. Tam- están muy difundidos los companions que
poco las notas finales o las referencias bi- producen las universidades de Oxford y
bliográficas fragmentarias son de mucha Cambridge, como, por ejemplo, el ex-
ayuda: en cuanto a la bibliografía hay que celente The Cambridge Companion to
observar que decididamente no incluye Muhammed (2010), sobre el profeta Ma-
las obras utilizadas o citadas en el trabajo, homa, o el The Cambridge Companion to
sino que reúne solo obras de las que se ha Weber (2000), sobre el autor de La ética
servido Pedro Schlueter adicionalmente. protestante y el espíritu del capitalismo.
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

Leer Pérez Galdós y la música es una La salutífera fiebre de los companions ha


verdadera lástima para cualquier investi- llegado también al mundo de la historia
gador, porque con su enfoque tan global y literaria, e incluso a la filología hispáni-
las numerosas fuentes podría formar una ca en particular, campo que ha permitido
buena base para futuros estudios. El libro su extensión desde Oxford y Cambrid-
tiene mucho potencial, dado que inclu- ge a otras editoriales de prestigio. Espe-
so indica tensiones y lagunas que todavía cialmente fecundo ha sido el campo de
existen en la investigación galdosiana con la literatura del Siglo de Oro, en el que
las múltiples preguntas que se hacen en él, tenemos el modélico A Companion to
pero no da la posibilidad de comprender Lope de Vega (2008) y el muy desigual
2 68 A Companion to Early Modern Hispanic encarga de la previa a 1902, el año de En
Theater (2014). Aunque este último lo torno al casticismo, libro publicado unos
publica la holandesa Brill, el de Lope de meses después de la obtención de la cá-
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Vega sale de las prensas de Támesis, que tedra salmantina (1901), eventos ambos
se ha venido especializando en la prepa- que fueron esenciales en la vida del escri-
ración de este tipo de volúmenes sobre tor. Los temas que dominan esta etapa, en
la historia literaria hispánica. Así, Táme- la que se da el giro hacia una problemá-
sis ha publicado companions a la obra de tica sobre España y hacia la literatura de
Martín Gaite, Neruda, García Márquez, dramas íntimos que le hizo célebre, vuel-
Vargas Llosa y otros, a los que ahora debe- ven a aparecer en las fases subsiguientes.
mos añadir el excelente A Companion to Así, Julia Biggane los muestra en la que
Miguel de Unamuno que nos toca reseñar. encierra el paréntesis 1902-1923. Son
Organizado bajo los auspicios de Ju- años marcados en su final por la dictadu-
lia Biggane y John Macklin, este libro se ra de Primo de Rivera, y muy fecundos
proyecta como una introducción panorá- en obras maestras, tanto filosóficas (Del
mica a la obra del escritor bilbaíno. Evi- sentimiento trágico de la vida) como narra-
dentemente, la tarea resulta sumamente tivas (Abel Sánchez, Niebla, La tía Tula),
dificultosa tanto debido al volumen de la incluyendo el importante manifiesto es-
obra de Unamuno, que se extiende du- tético contra el realismo que supone Tres
rante casi cincuenta años a lo largo de novelas ejemplares y un prólogo. La tercera
varios géneros literarios, como por el im- etapa (1924-1930) es la del exilio a Fuer-
presionante volumen de estudios que esta teventura, París y Hendaya, que estudia
obra ha producido y que el companion Stephen G. H. Roberts centrándose en la
que nos ocupa ayuda a navegar. Tal di- crisis que sufrió el escritor durante estos
ficultad hace especialmente meritorio el años y que expresó magistralmente en tres
trabajo de los editores y autores que parti- ensayos fundamentales, uno de corte más
cipan en el proyecto, pues el resultado es, bien existencial y dos estéticos muy en la
como adelantamos arriba, excepcional: línea de la reflexión iniciada con las Tres
A Companion to Miguel de Unamuno es novelas: cronológicamente, son Alrededor
un libro bien pensado y sumamente útil del estilo, La agonía del cristianismo y
para el estudio de la obra de Unamuno. Cómo se hace una novela. Por último, la
Especialmente acertada nos parece la es- cuarta etapa (1930-1936) la estudia Pe-
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tructura del volumen, que combina una dro Ribas Ribas, que explica con gran
intención introductoria y panorámica sutileza los movimientos de Unamuno en
con otra de profundización temática. esta etapa tan polémica de su existencia,
Así, y tras la introducción a la obra, el marcada por algunos textos literarios ex-
volumen nos presenta una primera sec- cepcionales (San Manuel Bueno, mártir) y,
ción dedicada al desarrollo de la obra de sobre todo, por una serie de textos perio-
Unamuno (“Part I. The Development of dísticos y tomas de posición política que
Unamuno’s Work”) en la que seguimos han sido muy importantes a la hora de es-
la vida y escritos del autor vasco a través tudiar su figura. Ello se debe especialmen-
de cuatro etapas. Jean-Claude Rabaté se te a su acercamiento al hijo del dictador y
fundador de la Falange, en primer lugar, destierro, que los artículos del libro solo 269

y, en segundo lugar, a las decisiones del mencionan muy de pasada. Por otra par-
escritor en los últimos meses de su vida, te, es muy acertada la decisión de poner

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tras el golpe de estado de julio de 1936. de relieve la relación de Unamuno con la
En suma, esta primera parte del libro pro- literatura de viaje, tan importante en la
porciona ya de modo sintético, pero con producción de fin de siglo. En este volu-
admirable profundidad y dominio de la men se encarga de la literatura de viajes de
materia, una visión privilegiada de la obra Unamuno Ramón F. Lloréns García con
de Unamuno. su “Landscapes of the Soul: Unamuno’s
Sin embargo, junto a esta estructura- Travel Writing”.
ción a nuestro parecer modélica, no de- Ese capítulo es el último de la segunda
jamos de encontrar decisiones editoriales parte del libro (“Part II. Themes”), que es
más discutibles. Así, por ejemplo, vemos la que se ocupa de la exploración en pro-
que las citas que se encuentran en todo el fundidad de una serie de aspectos indivi-
volumen provienen de las ediciones de las duales, pero siempre relacionados, de la
obras completas de Unamuno prepara- obra unamuniana. Estas calas suelen cen-
das por Manuel García Blanco (Afrodisio trarse en una obra concreta, aunque men-
Aguado, 1958 y Escelicer, 1966). Es una cionando y teniendo en cuenta muchas
política que los editores explican argu- otras que sirven para explorar el tema en
mentando que son las más difundidas y detalle, con lo que los lectores reciben una
que la edición que prepara la Biblioteca idea muy completa de la producción del
Castro no está todavía completa. No sa- escritor. Comienzan con la aportación de
bemos hasta qué punto es cierto que las Sandro Borzoni (“Faith and Existence”),
ediciones de García Blanco sean las más que explora con acierto los vínculos del
difundidas, pero en todo caso resulta evi- pensamiento unamuniano con el irracio-
dente que cuentan con más de medio si- nalismo filosófico. A continuación, C.
glo de vida y que han sido superadas en Alex Longhurst (“Wordgames: Unamuno
numerosos aspectos, algunos de ellos, and the Primacy of Language”) examina
como la fijación del texto, de singular un aspecto esencial pero menos estudia-
importancia. Tal vez haber citado por las do de la prodigiosa curiosidad intelectual
mejores ediciones disponibles de Paz en la de Unamuno: su interés filológico en di-
guerra, Niebla, etc., habría resultado más versas lenguas y dialectos, que le llevó a
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engorroso, pero habría reforzado el rigor dominar diversos idiomas extranjeros y


científico de este gran libro. De modo se- clásicos, y a trabajar en temas como el
mejante, el volumen habría mejorado si eusquera o el habla de la provincia de
los editores hubieran encargado un capí- Salamanca. Son temáticas todas que Lon-
tulo sobre la poesía de Unamuno, género ghurst relaciona hábilmente con el pensa-
al que el libro no dedica la atención que miento unamuniano sobre el lenguaje y
merece, sobre todo teniendo en cuenta la la comunidad. Igualmente conectado con
importancia y calidad de las tres coleccio- la filosofía (un leitmotiv del companion y
nes poéticas que publicó el vasco, El Cristo de la obra unamuniana) está el excelen-
de Velázquez, Cancionero y Romancero del te trabajo de Alison Sinclair sobre la éti-
2 70 ca en Unamuno (“A Question of Ethics: diáfano que resulta especialmente de
Exploring Issues of Right and Wrong in agradecer dada la abstracción y profun-
Unamuno”), que estudia este tema fiján- didad de muchos de los temas tocados.
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dose en los puntos de contacto entre la Además, la combinación de expertos de


narrativa y la filosofía del autor. Asimis- diversos dominios (literatura y filosofía)
mo, Gareth Wood emplea las reflexiones y de sistemas universitarios diferentes
unamunianas sobre el tema de la envidia, (Reino Unido, España, Italia, Francia)
que se elevan a estudios filosófico-antro- resulta muy enriquecedora. Es más, y
pológicos, para estudiar la presencia del como elogio final, resaltemos que la cla-
tema del yo y el otro en la narrativa del es- rividencia de todos los autores permite
critor bilbaíno, con un peso especial para que gracias a este companion el lector se
Abel Sánchez (“The Necessary Enemy or oriente no solo en la magna obra del es-
the Hated Friend: Self and Other in Una- critor bilbaíno, sino también en lo que
muno”). Un tema aparentemente muy la crítica ha producido sobre la misma,
diferente, pero con indudables conexio- lo que hace del libro un volumen utilí-
nes con este, es el de la sexualidad. Julia simo tanto para estudiantes como para
Biggane lo estudia teniendo en cuenta la iniciados o filólogos profesionales. Los
distinción entre género y sexo y fijándose amantes de la obra de Unamuno están
en textos que la examinan en personajes de enhorabuena: ya tenemos companion
ambiguos o incluso andróginos, amén de para guiarnos por sus profundidades, y
en figuras opuestas (especialmente padres además es inmejorable.
e hijos) (“From Separate Spheres to Uni-
lateral Androgyny: Gender and Sexuality Antonio Sánchez Jiménez
in the Work of Unamuno”). Por último, (Université de Neuchâtel)
y antes del artículo sobre la literatura de
viaje arriba referido, Julia Biggane vuelve
a colaborar en el volumen con un trabajo Andrew A. Anderson: El momento ul-
escrito en colaboración con J. A. Garri- traísta. Orígenes, fundación y lanzamien-
do Ardila. Es un artículo que estudia otro to de un movimiento de vanguardia. Ma-
tema que aparece en varios trabajos del li- drid / Frankfurt a. M.: Iberoamericana /
bro: la indudable influencia (y presencia) Vervuert, 2017 (La Casa de la Riqueza.
de Cervantes en la obra, estética y pen- Estudios de la Cultura de España, 39)
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

samiento unamuniano (“Quixotic Una- 778 páginas.


muno: Cervantes in Unamuno’s Thought
and Fiction”). Andrew A. Anderson, el autor del volu-
En suma, estamos ante un libro va- men aquí comentado, goza de respeto in-
liosísimo. El Companion to Miguel de telectual y de merecido renombre en los
Unamuno desempeña maravillosamente ámbitos académicos, tanto por su labor
la función que pretende: proporcionar docente en las universidades de Oxford,
una introducción panorámica a la obra Michigan y Virginia, como por sus nu-
de Unamuno. Lo consigue gracias a una merosas publicaciones a lo largo de casi
estructura muy apropiada y a un estilo cuatro decenios.
De entre ellas sobresalen en núme- tó el tema con tanto y tan sagaz detalle. El 271

ro las relacionadas con Federico García primero en ocuparse con acucia del tema
Lorca, pero últimamente se ha ocupado fue un protagonista del movimiento,

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


en profundidad y con destreza de diver- Guillermo de Torre, en los capítulos per-
sos movimientos de vanguardia. Por un tinentes de su magna ópera: Literaturas
lado, ha escrito una monografía sobre la europeas de vanguardia, 1925. El libro de
época vanguardística de Gecé (Ernesto Manuel de la Peña, aparecido también en
Giménez Caballero: The Vanguard Years, 1925, es menos importante, a pesar del
1921-1931; 2011). Por otro, ha vuelto su engañosamente prometedor título: El
mirada a La recepción de las vanguardias Ultraísmo en España. Puede decirse, por
extranjeras en España: cubismo, futurismo, ello, que la primera monografía dedicada
dadá. Estudio y ensayo de bibliografía (tal el completa y únicamente al Ultraísmo es
título de trabajo de un volumen que está la de Gloria Videla (1963, con reedicio-
escribiendo; algún adelanto apareció ya nes). La última obra relevante hasta aho-
en un Handbook del futurismo). “Genera- ra había sido la de Victoriano Alcantud
ción del 27”: ese sintagma ya no podrá ser (Hacedores de imágenes. Propuestas estéticas
pensado sin tener en cuenta el minucioso de las primeras vanguardias en España,
estudio y la discriminación conceptual 1918-1925, 2014), también de induda-
que ha propuesto Anderson en un libro ble mérito, pero con otras intenciones,
en más de un sentido emparentado con un marco más amplio y un approach muy
el que aquí se comenta: El veintisiete en diferente8. La única parte del libro de An-
tela de juicio (2005). El subtítulo ayuda a derson que quizás ocasione algún proble-
comprender en qué consiste el parentesco: ma al lector es el título. En castellano no
Examen de la historiografía generacional y es muy familiar el juego de palabras entre
replanteamiento de la vanguardia histórica “moment” y “momentum”, que sí es usual
española. Anderson investiga allí, entre en inglés. En una versión previa, Ander-
otras cosas, el surgimiento de la “Gene- son explicaba así la intención perseguida,
ración del 27” y, sobre todo, su auto-en- cómo deseaba que el lector entendiera
tronización, pero lo hace como con una el término: “Mi título [...] aprovecha el
lente de aumento, que realza aspectos doble sentido de la palabra ‘momento’,
relevantes del proceso no considerados como instante y también como ímpetu
hasta ese momento, o no sopesados en su o impulso”. No encuentro ahora esa fra-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

justo valor. se en la versión definitiva del libro, sino


La monografía que ahora nos ocupa es esta: “La meta principal es historiar la fase
la primera en su tipo. El enfoque es no- inicial del Ultraísmo, empezando con los
vedoso, y grande la solvencia con que ha años inmediatamente anteriores, pasando
sido puesto en práctica. No creo exagera- por su fundación y lanzamiento, y llegan-
do afirmar que servirá de acicate y hasta do hasta su primera consolidación, a un
de modelo para el estudio de otros mo-
vimientos de avanzada, también de otros 8
Al respecto, véase la reseña de Pablo Rojas en
países. Si bien es cierto que hubo ya varios Revista de Literatura, vol. LXXVIII, nº 155,
trabajos sobre el Ultraísmo, ninguno tra- Madrid, enero-junio de 2016, pp. 300-301.
2 72 año de su nacimiento. Mi título refleja histórica europea [...]. Otra sería aportar
este énfasis” (p. 11). datos a la investigación de los orígenes de
Los límites temporales que clásicamen- la vanguardia en España. Y la tercera sería
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

una indagación, bajo la tutela teórica de


te se atribuyen al movimiento Ultraísta se
Pierre Bourdieu, sobre cómo se ha escrito
extienden de 1918 a 1925 (tal, por ejem- la historia del Ultraísmo hasta aquí, ya que
plo, el período acotado por Alcantud), si las versiones más conocidas y más influ-
bien el término mismo, o alguna de sus yentes suelen ser precisamente las de algu-
variantes, fue acuñado ya tempranamen- nos de los principales actores (pp. 11-12).
te, hacia 1916-1917, por Guillermo de
Torre. Anderson, por su parte, prefiere Ya en el mencionado volumen El
concentrar la atención sobre un lapso más veintisiete en tela de juicio había recurri-
restringido, según consta al comienzo de do Anderson a Bordieu, explicitando allí
la Introducción, donde explicita así los con más detalle por qué y en qué senti-
motivos de su elección: do la aproximación del francés al campo
literario le parece fructífera (véanse pp.
Desde hace muchos años me preocupa la 323-333). Puede afirmarse que Anderson
cuestión de lo que —a falta de un térmi- logra los objetivos que se ha propuesto.
no mejor— he dado en llamar el “cambio En el prólogo a Fervor de Buenos Aires
literario”, es decir, esos momentos espe- (1923), dijo Borges: “Esto —que ha de
ciales en la historia literaria cuando una
parecer axioma desabrido al lector— será
modalidad antes dominante está cayendo
rápidamente en desuso o, por lo menos, blasfemia para muchos compañeros sec-
en descrédito y, simultáneamente, una tarios”. En esa frase he debido pensar
nueva modalidad distinta está emergien- al leer lo que Anderson deja sentado al
do. En parte, pues, por la imposibilidad comienzo de la Introducción: “Este es
de abarcar en un solo volumen la historia un libro impenitentemente histórico, de
completa del Ultraísmo, y en parte tam- metodología esencialmente positivista”.
bién por este enfoque particular, he opta- Ante tanta visión de conjunto que yerra
do por concentrarme en el nacimiento y la
penosamente en los detalles, el lector es-
infancia del Ultraísmo, y más específica-
mente en los años que corren desde 1916 crupuloso agradece la actitud de Ander-
hasta 1919 (p. 12). son, positivista, pero nada ingenua.
Anderson hace gala de un buen co-
Acerca de los fines perseguidos con su nocimiento y de un buen manejo de las
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

libro, acota Anderson: fuentes para estudiar lo que se propuso


someter a escrutinio, tanto la producción
Mi propósito aquí ha sido combinar la de los autores ultraístas, como la recep-
evocación de unos acontecimientos in- ción crítica y el eco que recibieron en su
sertos en una época con la ecuanimidad época. Suma a ello su atención a las rela-
y la distancia objetiva de un historiador
ciones dentro del grupo, a las “simpatías
literario.
Al mismo tiempo el tomo tiene varias y diferencias” entre sus adeptos, que in-
metas secundarias. Una de ellas sería con- cluye considerar, por primera vez en esta
tribuir, aunque sólo sea modestamente, gran medida, los reveladores epistolarios
al estudio del fenómeno de la vanguardia entre sus miembros que han sido publi-
cados últimamente. Es difícil organizar y que Torre le dedicara, por considerarlos 273

dominar el material de un libro de casi absolutamente improcedentes (tal surge


800 páginas. El autor lo logra sirviéndose de una carta al parecer no enviada, reco-

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para ello de una inteligente e idónea es- gida ahora en el epistolario de Jiménez).
tructura. Anderson no incurre en ninguno de esos
Otras monografías al uso pecan de errores.
ingeniosas a costa de la inexactitud de El trato detallado que se dedica a Ra-
detalle, o del mero desconocimiento de món se justifica por el papel prevanguar-
algunos contextos. Esta va por un sende- dístico por él desempeñadp (recuérdese
ro inverso: el escrutinio tiene lugar con el dictum de Víctor García de la Concha
ralentisseur. Coincido con el autor en acerca de Ramón como representante de
considerar que solo así se puede extraer una “generación unipersonal” de la van-
de los documentos la savia que contienen. guardia). Los demás autores menciona-
La Introducción (pp. 11-49) pasa re- dos, formaron parte del movimiento y
vista a la historiografía del movimiento, teorizaron sobre él (Cansinos, Torre) o
discute la noción de vanguardia y expli- acicatearon su fundación, quizás sin que-
ca la metodología a seguir; sirve como rerlo y segura mente sin compartir algu-
compás para la mejor comprensión de la nos de sus supuestos teóricos o sin gustar
estructura del volumen. Tras la introduc- de sus realizaciones (Huidobro). Al hablar
ción, Anderson pasa a estudiar el papel de los orígenes del Ultraísmo, Anderson
de algunos personajes de la época, “Los dedica pues sendos apartados a Cansinos
protagonistas”: Rafael Cansinos Assens, y a Torre, así como uno a Huidobro, “mo-
Ramón Gómez de la Serna, Guillermo delo y estímulo”. A continuación, Ander-
de Torre, Vicente Huidobro, así como son estudia minuciosamente la fundación
algunos poetas menores del Ultraísmo. A y el lanzamiento oficial del grupo, acom-
los nombrados se dedican en total las pp. pañado por entrevistas, manifiestos, ve-
51 a 333. Ya la cubierta del libro habla ladas y escándalos, pero también por un
a las claras de la concentración en esas “realineamiento de las revistas”. Aunque
cuatro figuras. Menos sobria y elegante publicaron en órganos afines al movi-
que otras de la editorial, cumple sin em- miento, Gerardo Diego y Juan Larrea for-
bargo el propósito de resaltar la impor- maron un grupo aparte, o un subgrupo, y
tancia de los nombrados. Quien recuer- por eso les dedica Anderson un capitulillo
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de el papel otorgado por Guillermo de (“La periferia independiente”).


Torre en 1925 a Juan Ramón Jiménez, Los últimos capítulos estudian en deta-
eche quizás de menos su retrato en la lle el contenido de algunas revistas señeras
cubierta o un capítulo en el libro. Ello del Ultraísmo de hasta 1919: Cervantes,
implicaría desconocer dos cosas: que To- Grecia, Cosmópolis, Perseo, Vltra (Oviedo;
rre, por un lado, incluyó a Jiménez en su se echa de menos Ultra de Madrid, pero
trabajo más que nada por razones estra- ello ocurre debido al periodo al cual se
tégicas, para aprovecharse de su prestigio constriñe Anderson). El cuerpo principal
y valorar así al movimiento, y que Juan del libro cierra con un Epílogo en el cual
Ramón se enfureció al leer los párrafos el autor hace un balance de lo ocurrido
2 74 hasta fines de 1919, y echa una mirada el problema fundamental que se presenta
hacia el futuro. Sin embargo, a continua- es la dificultad de establecer los criterios
ción hallamos en las pp. 671-693 algunos exactos que demarquen la categoría de
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“poeta ultraísta”. En otras palabras, aun-


apéndices sumamente útiles, en especial
que es fácil aplicar esta etiqueta a figuras
el relacionado con “El mundo artístico”,
como, por ejemplo, José Rivas Panedas
donde se estudia la obra que algunos ar- o Tomás Luque, otros escritores son más
tistas extranjeros (sobre todo polacos) rea- pasajeros, por así decir, entrando en el
lizaron en España: Wladysaw Jahl y Mar- grupo y luego saliendo de él, y aun otros
jan Paszkiewicz. Los artistas españoles pueden considerarse más bien como
tratados son Celso Lagar, Daniel Vázquez allegados, operando en los márgenes del
Díaz, Francisco Mateos, Francisco Bores. grupo, colaborando de vez en cuando en
También se ocupa Anderson del urugua- alguna revista, pero no necesariamente
convencidos del credo y de la misión del
yo Rafael Barradas y de la argentina No-
Ultraísmo.
rah Borges. Otro apéndice útil es el que En lo que sigue, voy a procurar ser más
contiene la fecha y el texto completo de la inclusivo que exclusivo, dando informa-
famosa entrevista que Xavier Bóveda hizo ción no solo sobre los miembros centrales
a Cansinos a fines de 1918. del grupo, sino también sobre poetas me-
En líneas generales puede afirmar- nores y simpatizantes periféricos (p. 111).
se que el presente volumen marcará un
hito muy importante en el estudio del Sigue una lista que contiene en total
tema tratado: será por mucho tiempo el 53 nombres, y otra con ocho nombres, de
manual de referencia. No solo porque es “poetas próximos a la tendencia, pero que
un resumen difícilmente superable de lo no podemos considerar como dentro de
ocurrido en la etapa fundacional del Ul- ella”. Para inaugurar la discusión consi-
traísmo, sino también por la cantidad de dero que sería posible y quizás necesario
datos que aporta acerca de todos los in- cambiar de lista a alguno de los nombra-
volucrados. dos. No me parece idóneo que se incluya
En la Introducción (pág. 13), dice An- en la primera a algunas personas que ape-
derson acerca de la selección de autores nas han publicado algo en cierto órgano
que Juan Manuel Bonet hace en su libro ultraísta, mientras que otros son conde-
Las cosas se han roto. Antología de la poesía nados a la periferia a pesar de la prolifera-
ultraísta (2012): “El proyecto es muy am- ción de contribuciones. Tomo a Gerardo
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bicioso, e incluye muestras de la poesía Diego como ejemplo: si bien este repre-
de un total de 60 autores. Unas mínimas sentaba un ala sui generis, no es menos
omisiones, aunque no obstante curiosas, cierto que el sincretista Ultraísmo podía
son las de Correa Calderón o los herma- contarlo entre los suyos, aunque fuese a
nos Romero Martínez. Por otro lado, los pesar del santanderino, siquiera por su
criterios de selección a veces podrían pa- participación en los órganos más relevan-
recer demasiado generosos”. Por su parte, tes del movimiento: Cervantes, Grecia,
Anderson propone un canon de “poetas Vltra (Oviedo), Reflector, Ultra (Ma-
ultraístas”, que dará seguramente pie a drid), Tableros, y sus sucesores Horizonte,
una benéfica discusión (pp. 111-121): Vértices y Alfar.
No puedo cerrar el comentario sobre Filología y crítica; III) Creación y críti- 275

este libro sin encomiar la bibliografía final ca. Desde el punto de vista de los géneros
(pp. 695-759): contiene un enorme acer- académicos, las contribuciones van desde

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vo de información, tanto de la época estu- el ensayo teórico al anecdotario, pasando
diada como sobre ella, y considera títulos por la erudición bibliográfica y el análisis
aparecidos hasta finales de 2016. estilístico. Más allá de las individualida-
des, es una obra de interés para todo aquel
Carlos García que se interese por la reflexión sobre los
(Hamburg) fundamentos epistemológicos de los es-
tudios literarios y por la manera como la
crítica, la historia y el ensayo configuran
Sergio Ugalde Quintana / Ottmar Ette imágenes del acervo cultural. Esta reseña
(eds.): Políticas y estrategias de la crítica: quisiera destacar algunas ideas y líneas
ideología, historia y actores de los estudios maestras y, desde luego, invitar a leer
literarios. Madrid / Frankfurt a. M.: Ibe- Políticas y estrategias de la crítica.
roamericana / Vervuert 2016 (Bibliothe- Lo primero que hay que celebrar en
ca Ibero-Americana, 162). 344 páginas. este libro es la reflexividad metodológica
acerca de conceptos fundamentales, una
Un libro titulado Políticas y estrategias de especie de ascensión semántica por la cual
la crítica y editado por los profesores Ser- se deja de hablar en ciertos términos y
gio Ugalde Quintana y Ottmar Ette se se pasa a hablar sobre ellos. El caso más
recomienda él solo; tanto más si se da un conspicuo, en principio, es el del término
vistazo a los “actores” que se estudian en “barroco”. Las contribuciones de Carlos
ese marco: Alfonso Reyes, Jorge Luis Bor- Oliva Mendoza y Gustavo Guerrero no
ges, Severo Sarduy, junto con filólogos continúan la tradición de Severo Sarduy
como Rodolfo Lenz y Pedro Henríquez y Bolívar Echeverría, sino que la analizan,
Ureña, y figuras contemporáneas como y con ello eliminan la idea de lo barroco o
Bolívar Echeverría y Mario Vargas Llosa, neobarroco del explicans y lo sitúan en el
entre otros. Valga además este elenco para explicandum. Sin embargo, la ruptura en-
mostrar algo que no figura en el título, tre los dos niveles discursivos no es com-
sino que se desprende de la colección pleta, pues el uno se pregunta lo que el
(Bibliotheca Ibero-Americana) en que se barroco puede aportar al discurso crítico
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incluye el libro: que se trata de ideología, contemporáneo (Oliva, p. 98), y el otro


historia y actores de los estudios litera- encuentra en las teorías del neobarroco
rios… en Iberoamérica o, como parecen “un formidable ejemplo del papel que las
preferir los editores y los demás autores, Humanidades han cumplido y pueden
en Latinoamérica. seguir cumpliendo como gestoras críti-
El material cubierto por el volumen cas de la memoria en el campo del saber”
no puede evitar ser algo heterogéneo, lo (Guerrero, p. 114).
cual se advierte al lector y a la vez se re- Claro está que la reflexión metodoló-
media parcialmente con la constitución gica más importante es la que afecta a la
de tres secciones: I) Teoría y crítica; II) propia idea de Latinoamérica o de lo lati-
2 76 noamericano. Por una parte, hay trabajos un gran proyecto identitario latinoameri-
que la aceptan pacíficamente y como con cano; los propios estudios literarios y cul-
simpatía, como son los dos dedicados por turales “a menudo continuaron sacando
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

Liliana Weinberg y Rafael Mondragón a su legitimidad de una referencia esencia-


Pedro Henríquez Ureña y su contribución lista al continente, y más tarde –a raíz de
a formar una tradición o canon latinoa- la creación de la teoría postmoderna– con
mericano, y el estudio de Friedhelm Sch- su cuestionamiento” (p. 334).
midt-Welle sobre la teoría literaria espe- Tal cuestionamiento deberá prolon-
cíficamente latinoamericana de Antonio garse más allá de este libro, que invita a
Cornejo Polar. Por otra parte, se advierte él pero no lo tematiza. El concepto de lo
que la especificidad latinoamericana pue- latinoamericano se deja analizar como
de ser un elemento polémico frente al una de las políticas y estrategias, como un
planteo pan-hispanista defendido por al- elemento de la ideología del título, a la par
gunos españoles (Menéndez Pidal, Amé- del panamericanismo y el panhispanismo:
rico Castro, Rafael Altamira), tal como lo latinoamericano como explicandum,
sale a relucir en los estudios de Vicente no como explicans, una vez más. Al fin y
Bernaschina Schürmann sobre Rodolfo al cabo, la única ventaja del latinoame-
Lenz, de Anke Birkenmeier sobre Fernan- ricanismo frente a las otras dos contruc-
do Ortiz, y de Fernando Degiovanni sobre ciones es la de ser un hecho consumado
Américo Castro. Este último trabajo es incluso institucionalmente –y por cierto
especialmente revelador, porque muestra también en España, donde hay cátedras
la paradójica situación de Castro, exiliado de Literatura Hispanoamericana junto a
español que se desempeña como profesor las de Literatura Española–. Resulta un
de literatura “sudamericana” en universi- síntoma elocuente de ese hecho consu-
dades de Estados Unidos: sus empleado- mado el que los editores de este libro, al
res tienen un modelo pan-americanista, y mencionar antecedentes de “análisis de la
él en cambio uno pan-hispanista, porque historia de la disciplina” de los estudios
piensa –son sus palabras– que “la literatu- literarios, consideren los llevados a cabo
ra de ese continente es inseparable de lo sobre “Alemania, Francia e Inglaterra”,
español” (p. 209). Nueva paradoja, esto más “el caso latinoamericano” (p. 7), sin
lleva al exiliado republicano a convertirse tener en cuenta los trabajos sobre el caso
en apologista de la conquista y coloniza- español de E. Inman Fox, José Portolés,
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

ción, de la monarquía, la religión y la au- José-Carlos Mainer, Leonardo Romero


toridad. El horizonte tácito del análisis de Tobar, Rosa María Aradra, y este reseña-
Degiovanni es que la actividad de Castro dor, entre otros; como tampoco los tienen
fue en balde porque no prevalecieron ni en cuenta los demás autores. Poner en
su visión panhispanista ni la panamerica- tela de juicio la separación entre América
nista de sus jefes, sino el latinoamericanis- y España no es solamente de interés para
mo. Sin embargo, esa no ha sido la última los estudios latinoamericanos, sino que
palabra, como muestra Gesine Müller a también ayudaría a comprender la cultura
propósito de Mario Vargas Llosa: el boom española. No es seguro que la problemá-
de la narrativa se concibió primero como tica postcolonial diferencie totalmente a
los países americanos respecto de España, mise en abyme, Cajero corrobora su estu- 277

pues esta –ilusiones ópticas aparte– no es dio con nada menos que un argumento
más que una parte de aquel todo que se de autoridad: el propio Borges dijo de ese

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deshizo con la emancipación americana texto que “pronostica y hasta fija la pauta
de principios del siglo xix; y su historia de de otros cuentos que de alguna manera
guerras civiles y dictaduras militares no es me estaban esperando, y en los que luego
tan distinta de la americana, como tam- se basaría mi reputación como cuentista”
poco lo es su búsqueda de una identidad. (p. 309).
Es dudoso que la separación institucional Terminaré esta reseña comentando
de los campos académicos contribuya a los dos ensayos más teóricos que abren
extender y consolidar el conocimiento. el volumen; quedarán en el tintero otras
Aún quedan por mencionar otros in- contribuciones interesantes pero de asun-
teresantes aspectos de Políticas y estrategias to más particular, como son la de Anne
de la crítica. El capítulo de Sergio Ugal- Krause sobre la correspondencia entre
de sobre el libro Cuestiones estéticas de Américo Castro y E. R. Curtius, la de
Alfonso Reyes es un ejercicio ejemplar Carolina Alzate sobre Soledad Acosta de
de thick description acerca de lo que sig- Samper, y la de Adriana Lamoso sobre
nifica la aparición de un libro en un en- Ezequiel Martínez Estrada.
torno cultural determinado: la búsqueda El primer ensayo es de Ottmar Ette y
de un “discurso filológico moderno desde se titula “Orgullo y convivencia-orgullo
una perspectiva liberal” (p. 155). Desde de convivencia. Políticas afectivas y críti-
el índice hasta las reacciones de los lec- ca prospectiva” (pp. 19-56). El profesor
tores, todo es significativo. La aproxima- Ette ha ofrecido ya muchas perspectivas
ción a las relaciones de Reyes con Julio valiosas sobre la literatura, el saber, la
Torri que propone Rafael Olea Franco vida y la convivencia, pero aquí vuelve a
más adelante añade algo de densidad a ese sorprendernos con el análisis del orgullo
panorama cultural. Antonio Cajero Váz- como figura de la convivencia. Le sirve
quez hace un llamado a atender la crítica como marco la explicación de Norbert
literaria de Borges, y enfoca el texto de Elias acerca del concepto de “civiliza-
El acercamiento a Almotásim como “pa- ción”, que, en la práctica, ha caracterizado
radigma de la innovación borgeana en el aquellos rasgos de la sociedad occidental
ámbito de las ficciones críticas” (p. 289; que esta considera peculiares suyos y de
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cursiva original). El trabajo es completo los cuales se siente orgullosa (p. 30). Ette
y minucioso: ubica el texto en la biografía señala algunas dificultades inherentes al
de Borges, hace un estudio de erudición orgullo como modo de convivencia, a sa-
bibliográfica sobre su primera publica- ber, su orientación “retrospectiva” hacia
ción y sucesivos avatares, y luego procede los logros del pasado y su tendencia a la
a analizar –“deconstruir”, dice, quizá en “exclusión” más bien que a la “inclusión”
un sentido demasiado lato– “los anda- (p. 45), por lo que se asocia a políticas de
mios retóricos y formales” (p. 308) de este identidad (p. 49). Sin embargo, también
pseudo-ensayo, ensayo-ficción o ficción hay indicios que apuntan a una orienta-
crítica. Por último, con una sorprendente ción prospectiva e inclusiva: “un orgullo
2 78 por la presencia de una convivencia, que señador, sin embargo, quisiera poner una
es el resultado heterogéneo de los proce- apostilla a la siguiente observación del
sos históricos de la transculturación” (p. autor: “resulta sintomático que el con-
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

51). Volviendo a la referencia de Elias, cepto de ficción haya quedado desatendi-


una conclusión sería que Occidente debe do durante siglos por la reflexión filosófi-
superar el orgullo de exclusión y aprender ca seria” (p. 70; cursiva original). Siendo
de otras sociedades, también mediante la esto cierto, también lo es que desde hace
literatura. Queda para el lector un des- cuarenta o cincuenta años hay abundan-
pliegue adicional de este tema, que Ette te reflexión filosófica seria sobre ello, a
apunta tan solo en las referencias a Ha- no ser que uno niegue ese distintivo a
bermas y Gumbrecht: la conexión con la la tradición analítica y lógica: desde The
problemática del reconocimiento, sea en Logic of Fiction de John Woods (1974),
la versión hegeliana, sea en la actual de la Exploring Meinong’s Jungle de Richard
Teoría Crítica. Rorty (1980) y Nonexistent Objects de
El segundo ensayo del libro es “De Terence Parsons (1980), pasando por
la mimesis y el control del imaginario” Mimesis and Make-Believe de Kendall
(pp. 57-84), de Luiz Costa Lima. Ofre- Walton (1990), The Nature of Fiction de
ce una quintaesencia de las propues- Gregory Currie (1990) y Truth, Fiction,
tas teóricas desplegadas por el profesor and Literature de Peter Lamarque y S.H.
Costa Lima desde los años ochenta: las Olsen (1994), hasta, en los últimos años,
diferencias entre mímesis (este reseñador Truth in Fiction editado por F. Lihoreau,
prefiere la forma esdrújula) y la imitatio, Reference and Existence de Saul Kripke,
entre la mímesis de representación y la Towards Non Being de Graham Priest,
de producción; el control del imagina- etc. Lo que está por hacer es el relacionar
rio, con las relaciones entre la literatu- esta tradición analítica con el conoci-
ra, la actividad académica y el poder y miento disciplinar de la literatura y con
el orden sociales; más un tema que no se una orientación crítica como la que pro-
anuncia en el título pero es fundamen- pone el profesor Costa Lima.
tal: la ficción. La ficción literaria, como En conclusión, Políticas y estrategias de
“producción de la diferencia”, permite la crítica ofrece un planteamiento estimu-
que la literatura sea “auto-reflexiva”, y lante de una problemática muy amplia
por eso mismo puede cumplir “una ac- que no puede resolverse dentro de los lí-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

tividad crítica” (p. 73). Estas ideas se mites que impone un volumen, ni en va-
ilustran con el análisis de un poema de rios. Es de esperar que más investigadores
Paul Celan. Naturalmente, en tan pocas se sumen a esta tarea y contribuyan a una
páginas no es posible una discusión de- más completa reflexión epistemológica de
tallada de la problemática que se enun- la disciplina, que permita tanto consoli-
cia; el lector podrá recurrir a la reciente dar su estatuto científico como definir su
recopilación de obras de Costa Lima con relevancia para la sociedad.
el título Trilogia do Controle (O Controle
do Imaginário, Sociedade e Discurso Luis Galván Moreno
Ficcional, O Fingidor e o Censor). Este re- (Universidad de Navarra-ICS)
Francisco Ruiz Casanova: Sombras escri- cuyas pretensiones historiográficas han 279

tas que perduran. Poesía (en lengua) es- desviado la atención del hecho mismo
pañola del siglo XX. Madrid: Cátedra. 383 de la lectura y su interpretación en aras

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páginas. de una excesiva disertación. Esto último,
además, ha ocasionado una brecha aún
Desde la nota preliminar que inaugura el pendiente de ser resuelta, como es la ex-
libro, Francisco Ruiz Casanova da cuen- clusión de determinados autores en favor
ta de su intención de recopilar en este de un canon legitimado, especialmente
volumen algunos de los artículos más en manuales e historias literarias.
destacados de su carrera como investi- En este sentido, una historia de la
gador y crítico literario. De este modo, poesía contemporánea en lengua espa-
el eje vertebrador de los capítulos que ñola es, según el autor, “la historia de
estructuran el amplio índice no es solo un magnicidio cultural, un síntoma de
su sentido diacrónico, sino también el un pasado, no literario sino del poder
propio interés del autor, a través de la literario y crítico: una historia incomple-
presentación de un conjunto de trabajos ta, parcial” (p. 24). Una afirmación tan
que tienen como común denominador certera y sagaz permite dar inicio al blo-
su abordaje de la poesía en lengua espa- que dedicado al primer tercio del siglo
ñola en clave crítica sin renunciar al ca- xx aludiendo a uno de esos espacios en
rácter divulgativo, como el propio autor blanco: la literatura en español de Filipi-
manifiesta. Desde este planteamiento, nas, de cuyas escasas noticias da cuenta
este libro asume un propósito central: el autor en un excelente trabajo de inves-
la necesidad de volver a cartografiar un tigación de los pocos estudios que han
panorama poético atravesado por el ca- abordado tales textos. A continuación, se
rácter bífido de la tradicional escisión aproxima a la poesía de José Rizal, quien
entre dos etapas articuladas en torno al fue para los propios filipinos “uno de los
año 1939. héroes y mártires de la Independencia”
Así pues, el estudio se inicia presen- (p. 39). A pesar de las filiaciones bio-
tando dos convenciones puestas en cons- gráficas y también literarias que le han
tante cuestionamiento, no por su falta de conectado con José Martí, Ruiz Casano-
rendimiento sino por los vacíos que en va rehúye tal presupuesto mediante un
tantas ocasiones ha provocado: una, la ya exhaustivo análisis de sus tendencias y
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citada fecha de 1939; y, otra, la del con- herencias estéticas.


cepto de Generación del 27, que no su Por otro lado, también hay lugar para
nómina de autores (pp. 14-15). Tras ello, aquellos autores cuya obra ha alcanzado
pasa Ruiz Casanova a cuestionar la uti- suficiente fama, pero en la que existen al-
lidad contemporánea de la poesía como gunos aspectos que considera de interés
género literario y cómo esta puede llegar destacar y trabajar. Es el caso de la pro-
a mostrarse “incapaz de presenciar to- ducción lírica de Valle-Inclán, quizás de-
das sus manifestaciones y dar cuenta de nostada en favor de su faceta dramática,
ellas” (p. 15). De esta forma, el investi- y a la que se dedica un breve repaso (pp.
gador reprueba aquel sector de la crítica 50-59) o el lirismo en prosa de Ramón
2 80 Gómez de la Serna, pese a que este nun- producción de Juan Eduardo Cirlot, que
ca llegara a escribir poesía. Asimismo, se protagoniza el siguiente capítulo y cuyo
acerca a la doble faceta de Luis Cernuda Diccionario de Símbolos eclipsó su faceta
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

como poeta y traductor, condición que lírica. Destaca, en este sentido, el análisis
pese a popularizarse con la Generación de un ensayo prácticamente desconocido
del 27 ya cultivaban modernistas y post- de 1950, Ferias y atracciones, que mues-
modernistas (p. 88). Tal y como indica, tra una gran conexión con la bohemia
las traducciones de los románticos ingle- literaria de la España de los años veinte e
ses o de Shakespeare influirían decisiva- inspirado en el enclave barcelonés del Ti-
mente en la obra del sevillano, en tanto bidabo (p. 157). Sea como fuere, lo que
que marcaron sus intereses estéticos en continúa latente en todos estos capítulos
sus diferentes etapas. es la constante afirmación por parte del
A continuación, después de sostener autor de “la magnitud y alcance de sus
algunas afirmaciones que pudieran resul- individualizados olvidos” (p. 183).
tar polémicas —entre ellas, que Neruda En las páginas que suceden, enton-
o Borges habrían sido incluidos en el ces, desfilan nombres como el de Luis
grupo de 27 si su lugar de nacimiento Rosales, del que destaca sus estudios
y residencia hubiese sido España—, lle- sobre Cervantes y Villamediana y en los
ga a abordar temas tan diversos como que cuestiona la posible influencia de los
el epistolario compartido entre Alfonso mismos no solo sobre sus propios inte-
Reyes y Octavio Paz, para concluir este reses sino también sobre las afinidades
primer apartado con una panorámica de literarias de su obra, o el de César Gon-
las antologías poéticas que se publicaron zález-Ruano, cuyo Don Juan constituye
en torno a la temática de la Guerra Civil. una clara subversión del famoso mito.
Parte Ruiz Casanova de una práctica dis- Otro caso peculiar es el de Ángel Cres-
tinción al separar aquellas antologías de po, cuyo cambio estético, asociado nor-
un solo autor y vinculadas a una época malmente a su crítica postura contra la
histórica concreta, que denomina “pa- poesía social, quizás ya fuera visible en su
norámicas”, frente a las “programáticas”, producción anterior, tal y como el autor
que reúnen un grupo o generación de se propone demostrar mediante pruebas
poetas, normalmente jóvenes, presen- e hipótesis más que satisfactorias (pp.
tando “un tiempo que se proyecta en el 194-202).
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

futuro” (p. 112). Un camino diferente toma la poesía


Por otro lado, los dos últimos tercios de Aníbal Núñez, de quien aún hoy en
del siglo xx ocupan el siguiente gran día existen poemas inéditos que necesi-
bloque del volumen, inaugurado por un tan ser analizados, estudiados y contex-
estudio en torno a la poesía de juventud tualizados en el grueso de su producción
de Martín-Santos, relegada al olvido y y en los que Ruiz Casanova se sumerge
en la que se hace especial énfasis en el durante algunas páginas. La obra de
contexto cultural, y sobre todo personal, Jenaro Talens, por otro lado, le servirá
en que el autor de Tiempo de silencio la como vía para advertir sobre la necesi-
escribiera. Un destino parejo corrió la dad de una historia del poema en prosa
en España de la que se carece hasta el Generación del 27 pospuso casi hasta el 281

momento. Una característica constan- último tercio del siglo xx cualquier sen-
te en muchos de los poetas estudiados, da poética que no desembocara, final-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


especialmente a partir de la Generación mente, en el realismo” (p. 305). Desde
del 27, es la de la figura del poeta-profe- este planteamiento, la cuestión principal
sor, como es el caso de Andrés Sánchez que subyace las palabras del crítico es la
Robayna, a cuya trayectoria vital y lite- idea de “defender la tesis de la antología
raria se traza un exhaustivo repaso que como libro y no como género” (p. 311),
culmina en una proclamación de su in- algo en lo que insiste a través de varios
terés por la profundidad que resulta para capítulos en los que aparecen desde re-
comprender el mundo en el que vivió. flexiones sobre el canon teórico-analítico
En otro término, a lo largo de las casi o incluso un interesante intento de decá-
cuatrocientas páginas de la compilación logo que bien pudiera servir como para-
que aquí se presenta aparece otra de las digma para la elaboración de cualquier
filias u obsesiones que el crítico literario antología.
ha desarrollado a lo largo de los años: la Tras este panorama sobre la anto-
celebérrima antología de Castellet. Las logía en lengua española, aparecen en
numerosas polémicas suscitadas a partir última instancia algunos capítulos de
de su aparición y la ingente cantidad de variado carácter, en los que el crítico se
páginas vertidas a raíz de su publicación pregunta por la enseñanza de la poesía y
interesan a Ruiz Casanova no solo como su pervivencia, o en los que se sumerge
fenómeno del campo literario, sino tam- en la obra de Enrique Badosa y realza su
bién por la misión que desempeñó en valor como crítico, para culminar con
aquel entonces y que, junto a la otra gran una breve reflexión que condensa lo an-
antología del siglo xx de Gerardo Diego, teriormente expuesto: “De cómo nunca
marcó una escisión en la concepción his- la Poesía tuvo que ver con los narrado-
toriográfica y estética de diferentes mo- res de su Historia”. Efectivamente, lo
mentos poéticos de la España del siglo que Francisco Ruiz Casanova expone en
anterior. este compendio de toda una trayectoria
Y es la antología, precisamente, la como lector y crítico literario es, en de-
cuestión principal abordada en un últi- finitiva, la historia de las excepciones, de
mo apartado, junto al papel desempe- los silencios y de los que nunca encaja-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

ñado por la crítica literaria en aras de ron. Quedará por ver, entonces, si al me-
juzgar y cuestionar la deconstrucción o nos consiguieron estar los que deberían,
la falsía histórica que, a juicio del autor, aunque nunca logren estar todos los que
provocaron. Más concretamente, Ruiz lo merecieran.
Casanova acusa a la concepción histo-
riográfica inherente a gran parte de las Borja Cano Vidal
antologías poéticas del siglo xx de impe- (Universidad de Salamanca)
dir que el vanguardismo y, en concreto,
el simbolismo, se desarrollan adecuada-
mente, pues “la parte peninsular de la
2 82
2. LITERATURAS LATINOAMERICANAS: HISTORIA Y CRÍTICA
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

Alberto Moreiras: Marranismo e inscrip- gión”, ¿quizás un humanismo renovado?),


ción, o el abandono de la conciencia des- aunque supedite el origen del calificativo,
dichada. Madrid: Escolar y Mayo Edito- historizado por Francisco Márquez Villa-
res 2016. 231 páginas. nueva respecto a sus vínculos con nóma-
das, mártires, intelectuales y disidentes.
Marranismo e inscripción, imperioso, re- Es más difícil consentir la semántica de
quiere un comentario extendido, y no “marranismo”, neologismo de acepción
solo por regirlo un subtexto con el que los colindante al comportamiento social no
profesores naturales de Literaturas Ibe- normativo. Ese estado, transmitido y tra-
roamericanas en países anglófonos pue- ducido por la escritura, se obscurece al
den o deben reconocer: la subalternidad cifrarlo “en difícil”; y el vaivén entre ajus-
de las exégesis en castellano, como asevera te de cuentas, autocrítica o autobiografía
su autor (p. 29). Para el territorialismo muy parcial, bosquejo didáctico, indul-
académico occidental esa hermenéutica gencia y justificación provee a la sazón un
no logra canonicidad teórica; y su ausen- adiestramiento diferente del que Morei-
cia en antologías reconocidas de teoría ras ensaya. Divulgación completa: en las
magistral en países anglófonos es prueba conversaciones y artículos de Condición
fehaciente. Ese desvanecimiento empeora crítica (2015) me refiero a la misma esfera
en departamentos nominalmente litera- institucional tóxica, con metas poco dife-
rios de instituciones laboriosamente aso- rentes, desde una formación literaria lati-
ciadas con develamientos críticos o teóri- noamericana. Escribo también consciente
cos primermundistas; más integrados que de que ninguno de nosotros cura el cáncer
asimilados, como revelan algunas pre- o elimina la pobreza, y sin otra ambición
guntas complacientes de sus colegas (pp. que dialogar ante un ambiente en que el
25-59). Además, con rara excepción el
altruismo, la confianza, la cooperación y
empalme entre latinoamericanistas espa-
la virtud son lujos prohibitivos.
ñoles y transoceánicos es mínimo, como
consta aquí por la falta de diálogo entre Un subtexto anexo de este vademécum,
los instruidos convencionalmente y los posmodernista a su manera, es el apetito
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

formados en el extranjero, otro subtexto de legitimación crítica (quizá un trampo-


de esta compilación. lín social mayor que la literatura), de cómo
Por ese impasse es productivo ilustrarse y con quién se autoriza. Moreiras, auto-
con la crítica con cuyos presupuestos no definido como poshegemónico, cuasi-de-
construccionista de aflicción progresista
se conjuga, para responder a sus argumen-
antiidentataria por utopías que no fueron,
tos con sensatez y porque algo desacerta-
y gallego, asume aquí una identidad que
do puede ser muy útil. Se acepta que un empatiza menos con la pugna de otros y
crítico que embrague esas coyunturas sea más con la propia. Esa progresión incluye
visto como marrano (un sospechoso de mensajes afines sobre quién lo lee y para
practicar ocultamente una antigua “reli- quién escribe; y por qué o cómo llega a
tener, más que abandonar, una “concien- como mercancía ideológica, preparada 283

cia desdichada”. Marranismo e inscripción para la circulación, incluso marcada y


arma y desarma esas manivelas, y es me- publicitada para su circulación extraor-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


nos arduo captar sus fugas o significados dinaria como mecanismo compensatorio
personales (son numerosos los llamados a
a la crisis neoliberal” (p. 151). Esta frase
sí mismo y a feligreses biempensantes) que
en la teoría, que es la que más le interesa. sobre su bête noire principal remite a al-
Así aboga más por una política de auten- gunos argumentos sensibles que se bam-
ticidad que por una de identidad crítica y bolean en el capítulo 3, cuando adelanta
en el mejor de los casos sugiere algo de la que “Los decoloniales después de todo
carga alegórica de su escrito: la futilidad sí que siguen a los líderes populistas, se
de intentar separar lo personal de lo políti- benefician de ellos todo lo que pueden
co, mostrando que siempre será un testigo desde su respeto” (p. 91). Dicho de otra
no un héroe de su movimiento.
manera, son comisarios progresistas solo
Desovillar ese tejido hace inevitable
pensar en cómo algunas versiones anglófo-
preocupados por venerar la historia y oler
nas previas de estos textos han sido leídas traiciones de clase, sin pensar en las suyas.
o difundidas estratégicamente, pautando No es menos directo con el archivo iden-
esta versión. La lealtad es un gran valor, titario, que despectivamente considera el
pero es igualmente valiosa la objetividad único pensamiento dominante producido
cuando los críticos pretenden escribir para por la tradición intelectual iberoamerica-
los que no son sus seguros lectores. Cómo na (p. 41), noción fácilmente desmentida
se construyó esa metacondición es harina por los 34 volúmenes de la Enciclopedia
de otro costal para un libro leído en mi
Iberoamericana de Filosofía.
lengua madre, antiidentatario y no subal-
terno o decolonial que soy. Si varias partes
Se puede decir lo mismo de toda críti-
del libro parecen traducidas del inglés su ca comprometida, desde el cuarentón tes-
carácter coyuntural y precipitado resalta timonio hasta los subalternismos actuales,
en el capítulo 4, “¿Puedo madrugarme y no se trata de hilar más fino sino de reco-
[sic] a un narco?” (pp. 103-115), relato nocer en uno mismo lo que uno reconoce
hoy interesante de la diversificación de un en otros, problema de identidad del cual
campo que le atañe según unas negocia- nadie es inmune. En su preclara narra-
ciones en un congreso latinoamericanista ción filosófica Los países invisibles (2008),
de 2012. Su conclusión “Y ya veremos
Eduardo Lalo, prosista y catedrático
qué pasa el año que viene en Washington,
puertorriqueño nacido en Cuba, expresa
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

y también lo que pasa por el medio” (115)


es un non sequitur para el resto del libro, algunas verdades pertinentes, entre ellas:
aunque significará algo para el público al “El pensamiento no tiene que tener como
que indudablemente se dirige. objetivo la transformación del mundo, ta-
rea evidentemente imposible para quien
En el capítulo 6, que corrige ciertos esgrime una pluma. El pensamiento es un
gestos o giros comunistas [sic] de libros acto de supervivencia; le permite a ciertos
que asevera no recensionará (p. 138), hombres y mujeres vivir hacia dentro en
hay una locución programática: “Por lo un mundo en el que apenas pueden en-
tanto, la decolonialidad solo puede te- contrarse” (énfasis suyo). Según Lalo, el
ner éxito, incluso como ideología global, discurso que pretende ajusticiar revela un
2 84 heroísmo inútil que no tiene conciencia su tenue conexión con los anteriores o
de que “aun las grandes victorias poseen posteriores. La parte más importante, que
una condición pírrica”. contiene hipótesis que no se difunden por
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

Cuesta traducir (en varios sentidos) el vaivén mencionado arriba, es la trans-


frases típicas de este libro, como “la infra- cripción redactada de la entrevista inicial
política es suspensión de la relación entre en que, luego de manifestar en la Intro-
nihilismo y principio de equivalencia ge- ducción que no se presenta como “un chi-
neral; y que, por lo tanto, la infrapolítica co bueno” (p. 17), Moreiras abandona el
plantea una objeción central a toda resis- “espacio seguro” (eufemismo de matones
tencia en relación a la noción heideggeria- universitarios anglófonos para proteger o
na tan denostada de ‘otro comienzo’” (p. mimar un pensamiento “diverso” único,
43). No menos sucede con la abundancia mientras rechazan o silencian el de otros)
de partículas sin seguimiento como “por para expresar puntos de vista que consi-
lo tanto”. A esa retórica, que no es nimia dera productivos, y lo son por su carácter
cuando se trata de transmitir ideas, se combativo. Esa misma franqueza lo expo-
añade resentimiento o frustración cuando ne a contraataques, porque por más abier-
manifiesta que no le gusta enseñar litera- to al diálogo que se pronuncie es evidente
tura convencionalmente sino crear “co- que quiere imponerse desde su razón, y
munidad” (p. 213), empresa dificultosa por eso le falta evaluación a su texto.
en el típico ambiente anglófono. Pero que Marranismo e inscripción se estructura
la enseñe revela que su desencanto no es en torno a la expectativa de que depende
con la institución literaria sino con la uni- de los lectores determinar los enlaces en-
versitaria. Es una ética paradójica que los tre varios argumentos que no se conectan
complacientes aceptarán o comprende- de un capítulo a otro, sino en términos
rán. Moreiras tiene a su favor la valentía del contenido de los capítulos menciona-
de expresarla, aunque varias veces afirma dos arriba. Es una disposición desafiante,
que no quiere mencionar nombres, gesto y frustrante. En la Nota Preliminar, repe-
más anglocéntrico que iberoamericano tida como contraportada, Moreiras sugie-
que conduce a preguntar si no nombrar re que se puede leer los capítulos 1 o 9, o
a todos los culpables contribuye a un tipo juzgar negativamente los otros [sic]. Esa
de colaboracionismo. precodificación, diferente del “Tablero
Los capítulos más enérgicos y reve- de dirección” de Rayuela que una lectura
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

ladores son el 1 y el 3, si bien la difícil convencional podía incumplir, es una as-


marca crítica institucional previene un tucia para prevenir el orden que esperaría
encuentro verdadero con la diferencia, una lectura tradicional, o la expectativa
fetiche crítico que podría ser más produc- razonable de que un estudio tenga un ar-
tivo que la “equivalencia” e “infrapolíti- gumento que se vaya tejiendo con cierta
ca” que enfatiza como metodología en los lógica. No es el caso de esta compilación
capítulos conversatorios, el primero y el abanderada de la politización interdisci-
noveno. Aunque cada uno de ellos tiene plinaria de cualquier discurso exegético,
destellos importantes por desarrollar, los que no es ni debe ser un problema en sí.
capítulos 5, 6 y 8 convencen menos por Ese desorden se acrecienta al toparse con
un latinoamericanismo que quiera dia- tivo (previsible para los que trabajan en 285

logar con el que Moreiras define como departamentos de “español y portugués”


suyo, en particular con su ambición de nominalmente bilingües de su país adop-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


cumplir un ciclo que abandona la “con- tivo) que es a la vez un informe kafkiano
ciencia desdichada”. sobre una tribu académica disfuncional y
¿Qué se entiende, o qué entiende por sus relaciones ambivalentes. Lleva razón
ella? No hay nada pusilánime en su ma- al querer superar la denuncia, pero no al
nual, y a partir de que, diferentes de los abogar por una “crítica democrática de la
profesores iberoamericanos, suelen ser razón imperial” (p. 99) con el tono impe-
pocas las desdichas materiales que pade- rioso de sus contrincantes “posliterarios”.
ce un profesor universitario en Estados Ambas partes no hacen un examen de
Unidos, hay que buscar el origen de la conciencia de su alianza con instituciones
desgracia en otras causas. Para Moreiras que quieren salvar al mundo con o sin
aquella parece recaer en no ser escucha- profesores que ganan lo que sus pares en
do, en no haber llegado a otro público. instituciones subalternas ni se imaginan.
La culpa no es del auditorio sino de una Que a estas alturas su expresión siga
condición académica endémica. Como siendo tan enmarañada como la de sus
le ocurre al profeta de Nietzsche en Así contrincantes complica determinar quién
habló Zaratustra, al querer salir a una es- tendría razón, y no hay una palabra sobre
fera mayor desde su desorden, disciplinas el papel en sus querellas de la incomuni-
como estas apenas se alejan de lugares lle- cación con un Otro verdadero no insti-
nos de polvo. La contrariedad es querer tucional. Es decir, se entienden a cierto
responder a una pregunta que ni él ni un nivel, pero no ocurre lo mismo con el
reducido número de adeptos anglófonos resto del público Otro que no los ha leí-
(ignotos en la América Latina que nomi- do. Por esa paradójica falta de franqueza
nalmente es su campo), pueden contestar su perorata se aproxima peligrosamente a
con las arengas cuasifilosóficas que privi- la chismografía intelectual, con tópicos,
legian y se les van de las manos: cómo los clichés y consentimientos evangélicos; y
nuevos conocimientos de la práctica críti- resulta en una prédica de tendencias con-
ca y creativa pasan de la teoría abstracta a servadoras que no cree en otra cosa que
la cultura literaria en que se mueven, por sus propias ideas. La intención es valiente,
decisiones institucionales irresponsables y ese es un gran mérito. Pero como mu-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

que no pueden controlar. chas quejas académicas, es una voz que


Un contraargumento tiene su meollo clama en el desierto, lo cual no disminuye
en el capítulo 2, “Mi vida en Z. Ficción la malevolencia que indica haber experi-
teórica” (61-75), defensa comprensible- mentado.
mente emotiva de su gestión en una insti- En Materialism (2017) Terry Eagleton
tución donde ya no está por razones que actualiza sus quejas de este siglo, median-
provee enredadamente, terminando con te las cuales los estudios literarios y cul-
un correo electrónico personal, redactado turales son dominados por “posmoder-
y en inglés, para que se juzgue al sistema nistas dogmáticos” que creen que todo,
opresivo. Moreiras teje un relato suges- incluida la naturaleza humana, es una
2 86 “construcción cultural”. Según su críti- analista tan forense respecto a las tramas
ca, sugerir que ciertos aspectos humanos como cualquier otro concentrado en la
son constantes —no importa la etapa estética. Visto así el problema no es que
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

histórica, ideología o condiciones socia- la literatura sea convencional, o que la


les— es respaldar un conservadurismo crítica deba beneficiar a los lectores. Más
político, resistir el potencial de cambiar. bien, si no se puede cuestionar con co-
Salvedades de canonicidad incluidas, el nocimiento de causa a la mejor literatura,
arrepentimiento o toma de conciencia que es históricamente anti-tradicional, el
de Moreiras es similar. Eagleton advierte crítico se ubica en un callejón sin salida
a sus compañeros progresistas que no su- por decisión propia, y no es la culpa de los
pongan que oponerse a la idea de la natu- que no comulgan con él. Situar a un es-
raleza humana es tener la razón, porque la critor, obra o giro literario en casillas par-
estabilidad puede ser buena y el cambio ticulares rara vez ayuda al autor (más su
malo. Considerando que Eagleton es uno obra o movimiento) arrasado por aquellas
de los críticos arrepentidos de sus excesos casillas a lograr algún tipo de reputación
de hace treinta años —que con Daphne de largo plazo, entorpeciendo sus intentos
Patai examiné en Theory’s Empire (2005), de moverse a un territorio creativo fresco.
que también incluye una nota de D. G. La compilación Just Being Difficult?
Myers, “Bad Writing” sobre la escritura Academic Writing in the Public Arena
deliberadamente incomprensible— es (2003) comprueba defensivamente que
factible suponer que lo sabe por experien- la escritura crítica [sic] solo se puede re-
cia propia, como Moreiras. lacionar al público que es su blanco; y no
En ese contexto ¿cuáles son las cone- se sabe de un escrito “en difícil” posderri-
xiones de los capítulos siete (sobre Muñoz diano que haya cambiado la manera de
Molina) y el Apéndice (sobre Marías)? pensar o tenido un papel trascendente en
Este último discute la “religión marrana” un público no académico. Esa situación
como divertimento, porque su intención continúa porque el lenguaje de la teoría
“no es hacer crítica literaria” (p. 215), for- social —que predomina en el talante de
zando “una dimensión infrapolítica en su Moreiras y requiere una formación nada
estructura” (p. 218). Respecto a Muñoz común entre los de abajo— es parte del
Molina afirma “En este capítulo mi in- sistema que quiere hacer visible. O sea, la
tento es más personal que académico” (p. sintaxis voluntariamente embarazosa es
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

168), como si se pudiera separar ambos un arma, una manera de convertir el es-
propósitos, desmintiendo cualquier ilu- tigma de la diferencia en el prestigio de la
sión de ver el latinoamericanismo como distinción. Esos embelesamientos debili-
campo “científico”, quimera de la ciencia tan los enlaces interpretativos, hacen invi-
literaria alemana de los años treinta (en sibles los detalles que no puede amoldar, y
el Tractactus, de 1921, Wittgenstein ar- por ende las abstracciones solo les incum-
guye que la filosofía tampoco puede ser ben a los especialistas. Richard Rorty cri-
una ciencia). La atención a ambos autores tica ese tipo de pensamiento grupal, abo-
ocupa trece páginas, cinco para Marías, y gando por ampliar el consenso sobre el
en ellas agrada notar que Moreiras es un estado de las discusiones, para pasar de las
estrategias enfocadas en las diferencias a útiles que siempre existirán en el trabajo 287

lo que se tiene en común. Ni Moreiras ni crítico, aun cuando se crea, como Nuccio
sus antagonistas o simpatizantes, ningu- Ordine en su manifiesto La utilidad de lo

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no de los cuales es un intelectual público, inútil (2013, español 2016), que hay que
parecen querer negociar con sus princi- seguir tutelando sobre saberes que no tie-
pios para formar alianzas con un Otro de nen beneficios prácticos.
quien dudan, y todos salimos perdiendo. Si pretende renovar radicalmente el
Cualquier análisis de instancias pre- latinoamericanismo faltan estudios revi-
suntamente importantes en la crítica lite- sionistas en torno a los anacronismos de
raria es mucho más fascinante, confiable las verdades históricas, de Rancière (sobre
y revelador si se puede distinguir a otros la democratización del aprendizaje hacia
individuos entre la masa y si se escucha sus una igualdad intelectual), Said y Latour,
voces entre el estruendo de ideas abstrac- o la dilatada documentación en torno a
tas. Esas voces salen aquí sólo cuando cita la especificidad del latinoamericanismo
positivamente a los que piensan de mane- no literario, precisamente de fuentes la-
ra similar. Más que privilegiar la “poshege- tinoamericanas que evidentemente no le
monía” (si se cree que prefijos como “pos” cautivan, aunque conoce otras. Esas au-
explican todo en un momento poscrítico, sencias son ética de todavía otro costal. A
¿se puede vislumbrar un momento pos- la vez, la carencia de textos literarios evi-
poshegemónico?), lo que agrava a ese tipo dencia un desconocimiento del quehacer
de diatriba, no expresamente a Moreiras, actual de críticos “tradicionales”. No hay,
es el temor a no estar al día, a ir contra la en términos de esos textos, algún comen-
corriente que la rodea, a no hacer las ve- tario sobre la popular “autobiograficción”
nias, o ataques, en el momento adecuado.1 y su exacerbación de subjetividades que
Reconocer la honestidad es algo saludable, se quiere ver como un valor de autentici-
aunque hacerlo por supuesto no remien- dad. El problema mayor que se desprende
da la calidad de los contenidos. Por eso la de este amalgama es que solo cree en dos
de Marranismo e inscripción es una crítica tipos de latinoamericanismos, el suyo y el
institucionalizada cuyo discurso elitista de selectos críticos antagonistas, con parti-
encuentra módulos ingeniosos para que cular desdén hacia aquellos que supondrá
otros se sientan o crean invisibles, un se- conciben el latinoamericanismo desde la
paratismo que empeora las divisiones in- literatura. Según Borges (2006) de Adol-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

fo Bioy Casares, su irónico coautor (un


1
Pongo en perspectiva la crítica latinoamericanis- cuento suyo se balancea en Marranismo
ta institucionalizada escrita en inglés en “Una e inscripción) dijo de un comentario de
crítica traducida y domesticada”, Letras Libres Goethe sobre Cervantes: “Qué bien, qué
XVIII, 206 (febrero 2016), pp. 32-35. A su
vez, me refiero a la crítica literaria española con
generoso. Qué distinto de casi todos los
que no se asocia a Moreiras en: “Spanish Latin críticos, que se alegran de mostrar que un
Americanists on Contemporary Narrative”, libro muy admirado no vale nada”.
Latin American Research Review 48. 3 (2013), El desapego e ironía que impulsan a
pp. 205-213. La referencia posterior a Eagleton
es: “Not Just Anybody”, London Review of Books los críticos humanistas son un lugar co-
39. 1 (5 January 2017), pp. 35-37. mún hoy. Por décadas han dejado de ser
2 88 los rebeldes sin causa que despotrican a “otros horizontes y otros parámetros ya
contra el establishment, porque sería se- no regionalistas ni excepcionalistas” (p.
rruchar su propio piso, y qué mejor que 132) es precisamente lo que la literatura
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hacerlo contra el Otro del día, no una mi- latinoamericana y sus críticos abando-
noría oficial, especialmente en el país en naron hace veinte años para su narrati-
que trabaja Moreiras. Paralelamente, exa- va, y Marranismo e inscripción no aspira
minar los límites de cualquier crítica no a conocerla o examinarla. Verbigracia, es
significa dejar de ser crítico o abandonar temerario equiparar a Lamborghini y Per-
la política sino pensarla de una manera longher con Donoso, Elizondo, Goytiso-
más rigurosa, que se imposibilita con los lo y Sarduy (p. 18). Tiene todo derecho a
intereses creados de este libro, a pesar de concebir así la historia literaria, pero no
que explique bien cómo, en una lucha de a esperar que otros estén de acuerdo y le
todos contra todos, la solidaridad y la rea- den la razón. ¿Cuál es el riesgo verdade-
lización moral no importan. Pocos críticos ro, clandestino o infrapolítico de Morei-
hablan hoy de la política sin avergonzarse, ras? Su avidez de imaginar la exterioridad
porque ser verdaderamente crítico signi- como pensamiento regidor benéfico es
fica escuchar la voz de la conciencia, que aceptable como aspiración, y como tal
no descarta mentir, aún en el servicio de seguirá contribuyendo a sus propios es-
una causa buena. Por esos estancamien- critos, no a un programa pedagógico em-
tos la estética (“arte”, prefiere Moreiras, barazoso en un departamento anglófono
aunque no precisa por qué le es “antipáti- de “español y portugués”; o intentarlo en
co” el otro término) de las humanidades un departamento de filosofía anglófona es
globalizadas puede ir de la mano con la igualmente inverosímil, por varias de las
crítica política radical. Esa conjunción razones que saca a colación.
no se puede dar por medio de la retóri- A su favor, Moreiras, a quien se le
ca negativa y discurso contradictorio que debe desear lo mejor en su empresa, lu-
surgen de no admitir plenamente las con- cha contra varias jerarquías que rigen en
tradicciones que Marranismo e inscripción las guerras del mundo cultural anglófo-
fácilmente encuentra en sus antagonistas. no que poco ocupan al latinoamericano:
Pero es tangible que la marcada función contemporáneo gana a antiguo, no-blan-
terapéutica de este libro tiene los resulta- co a blanco europeo o estadounidense,
dos que su autor desea. femenino es mejor que masculino; y sus
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Si Moreiras arguye que etiquetas avatares y alertas de “microagresiones”.


como “latinoamericanismo” son metáfo- No se trata, como describe Eagleton las
ras que ya no son viables, nunca se libera preferencias de la crítica actual al rese-
de ellas, y no por el bien de sus lectores. ñar The Limits of Critique (2015) de Rita
Aparte de “infrapolítica”, que persevera Felski, de que “La existencia diaria puede
por aplicar a un corpus literario mínimo ser válida sólo si es alejada, perturbada,
(su bibliografía registra tres obras que ca- desmantelada, fragmentada o penetrada a
brían como tales), no propone otras que cierto nivel del ser más profundo o más
cumplan con su vehemencia por pronun- elusivo […] Sólo se encuentra valor en
ciarse “contrauniversitariamente”. Acudir algún momento privilegiado o epifanía
rara, alguna revelación fugaz o insinua- este libro Corral elabora una crítica de la 289

ción esporádica” (p. 37). Para América crítica y lo hace con una gran perspicacia
Latina este marranismo es inofensivo por basada en lecturas de innumerables libros

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


predicar a los fieles que, como los devo- y artículos de crítica sobre la literatura la-
tos de otra crítica, no leen a los que son tinoamericana. El autor ofrece una visión
parte de otra “empresa académico-teóri- panorámica impresionante, tanto en el
ca” (p. 137); porque otras empresas no espacio como en el tiempo: abarca todo
rinden los mismos beneficios profesiona- el continente latinoamericano a lo largo
les o personales. La extraña artificialidad de diferentes épocas, básicamente desde
de sus logros y las molestosas dudas que principios del siglo veinte hasta hoy día.
engendra parecen haberlo hecho sensible El trabajo realizado por Corral es más que
al veredicto de los que le aseguran que es necesario, sobre todo en una época en la
un actor académico perspicaz, que debe que hacer crítica literaria en un contexto
compartir sus ideas. Se puede empatizar académico se ha convertido en una labor
con esa creencia en cierta medida, porque cada vez más ardua. A esto probablemen-
surge de un pensador circular, luchador te se refiere también Corral cuando ha-
en un mundo competitivo que destruye bla de la “deshumanización” de las artes
o envenena la reciprocidad, la amistad y (p. 41). Condición crítica contiene cinco
la lealtad. ensayos, que son revisiones de textos pu-
blicados anteriormente en diferentes lu-
Wilfrido H. Corral gares. Para el primer ensayo Corral añade
(Academia Ecuatoriana de la Lengua) además un prefacio y un epílogo, ambos
fechados en 2015. Los cinco ensayos son
precedidos por un largo texto preliminar
Wilfrido H. Corral: Condición crítica. titulado “Conversaciones con Marcelo
Quito: Ediciones Antropófago, 2015. Báez Meza”. Sea conversación, entrevista
385 páginas. o diálogo, el hecho es que Corral va expe-
rimentando hasta con el género de la crí-
Resulta un verdadero desafío escribir una tica literaria. Dialogar es un arte, ya desde
reseña sobre un libro en el que el mismo Platón, y requiere una gran capacidad de
autor, Wilfrido H. Corral, establece los escuchar bien al otro. Will Corral y Mar-
requisitos con los que, en su opinión, celo Báez Meza elevan el género del diálo-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

tendría que cumplir una reseña: “A ries- go a una altura poco vista en la crítica lite-
go de pontificar, creo que una reseña ver- raria de América Latina, con un enfoque
daderamente crítica cuenta una historia, particular en Ecuador. Asimismo, Corral
tiene trama, entusiasmo más que pasión, hace un recorrido de su propia carrera, en
es novedosa, respalda lo dicho con citas la que destaca la influencia de su maestra
textuales” (p. 126). Aunque me parece Ana María Barrenechea: “Lo más impor-
muy difícil, si no imposible, llegar a re- tante de su maestría era su apertura a las
dactar esta reseña ideal, haré un intento. nuevas generaciones (de entonces, como
Sin duda, mi evaluación ya cumple con Severo Sarduy), y a los ‘raros’, comenzan-
uno de los requisitos: el entusiasmo. En do con Cabrera Infante” (p. 135). Esta ca-
2 90 racterística, bien admirable en los críticos (p. 199), y confirma la tesis de Corral de
literarios, se observa claramente también que el testimonio femenino no puede ser
en el mismo Corral. reducido ni a una sola clase social ni a una
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

El título del primer ensayo parte de sola ideología, sino que es un género mu-
una cita de la novela de Monterroso, Lo cho más rico y complejo.
demás es silencio: “‘Hablar de un esposo En el segundo ensayo, titulado “¿Qué
siempre es difícil’: condición crítica del queda del sesentayochismo en los nuevos
testimonio femenino”. A diferencia de narradores hispanoamericanos?”, Corral
muchos estudios sobre testimonios feme- reflexiona sobre el concepto de compro-
ninos que suelen limitarse a testimonios miso político en la literatura. La pregunta
escritos por mujeres de clase baja, Corral en el título parece sugerir que el llamado
se dedica en este ensayo a los relatos escri- “sesentayochismo” ya no existe. Con los
tos “por esposas o compañeras de escri- “nuevos narradores” se refiere a los autores
tores hispanoamericanos ‘reconocidos’” nacidos en los años cincuenta y sesenta.
(p. 183). Son testimonios escritos por Se puede argüir por un lado que “toda la
mujeres de clase media o media alta, por trayectoria de la literatura de Occidente,
lo general “letradas no poetas” (p. 184), y la historia misma de la novela, está im-
lo que tiene muchas implicaciones para pregnada de política” (pp. 224-225). Por
la delimitación del género del testimonio. otro lado, también hay narradores que
Corral profundiza aquí un corpus muy adoptan una actitud apolítica (p. 227).
interesante de textos que se escribieron al Aunque Corral afirma que “sigue siendo
margen de las obras de los grandes escrito- más fácil decir lo que no fue [el sesentayo-
res, lo que le lleva a cuestionar o “modifi- chismo] que lo que es”, él mismo esclarece
car lo que hoy se sigue entendiendo como bien el significado del 68 y su importan-
testimonio” (p. 184). Corral escribe: “El cia para la literatura: “Hay entonces que
meollo del asunto es que la mujer ‘bur- acercarse más al 68, sin reificarlo como
guesa’ (o en el caso que me ocupa, la que error cognitivo o fracaso moral, sino
ha llegado a ser burguesa), tanto como como una falsedad estructural de locales
la indígena o la oligarca, experimenta la de cultura específicos que se trasladó en
discriminación, y puede ser oprimida y un momento como condición necesaria
explotada.” (p. 193) Dentro de este grupo para la narrativa hispanoamericana” (p.
se distinguen además los testimonios de 228). Más adelante el autor matiza aún
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

esposas o compañeras que también son más al reconocer que “el sesentayochismo
escritoras (p. 196). Enseguida me vino a significó un utopismo que permitió cues-
la mente un libro que Corral no mencio- tionar la autoridad”, pero que “las genera-
na, pero que bien cabe en esta categoría: ciones actuales pagan o quieren pagar los
el testimonio de la escritora Bárbara Jac- excesos de sus padres putativos” (p. 231).
obs, Vida con mi amigo, de 1994, un libro Según Corral es difícil precisar cuál es la
íntimo sobre su vida con Monterroso, “política” de los novísimos (p. 233), sobre
que es al mismo tiempo un viaje por la todo desde que “la ideología política con-
literatura universal. También es un texto temporánea ha superado la división entre
que oscila entre autobiografía y biografía Derecha e Izquierda” (p. 234).
También el tercer ensayo lleva como desde un marco teórico bien fundado que 291

título una pregunta “¿Qué tipo de boom incluye a Barthes, Gadamer y Benjamin
tenemos o quiere la crítica a más de me- entre muchos otros. Al inicio del ensayo,

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


dio siglo?”. En este ensayo Corral inves- aunque en una nota a pie de página, Corral
tiga los términos del “boom de la novela dice algo que nos parece fundamental: “Por
latinoamericana”, la “nueva novela lati- crítica ética (no ‘ética de la crítica’) entien-
noamericana” y la “nueva narrativa lati- do: elucidar el contenido ético del arte, pre-
noamericana” y observa: “Mientras más guntarse si una dimensión ética es esencial
se quiere enterrar al vocablo más renace”. para el arte como arte, e incluir un com-
Resulta que en España y en menor medi- ponente ético en la interpretación enfocado
da en América Latina no se puede hablar en la subjetividad de todo compromiso y
de la narrativa del siglo xxi “sin hacer re- su efecto en la responsabilidad interpretati-
ferencias directas o rebuscadas a los ‘clá- va” (p. 295). En la conclusión vuelve sobre
sicos’ del boom” (p. 255). Lo que Corral el aspecto ético: “Todavía hay mucho que
se propone hacer en este ensayo entonces examinar sobre la crítica y Bolaño, no por-
es “recuperar y comentar algunas opinio- que haya sido el único artista ético respecto
nes perdidas en las nebulosas discusiones a su relación con ella, o el primero en ex-
y evangelios partidarios que llevan poco presarla, sino porque solo se vislumbra su
más de medio siglo” (p. 256) Aquí se re- amplio legado” (349).
vela otro de los méritos de Corral; a saber, El último ensayo, “Latinoamerica-
su perseverancia en rescatar lo perdido en nistas españoles y narrativa contemporá-
la crítica literaria y así arrojar una nueva nea”, consiste en un análisis detallado de
luz sobre conceptos y discusiones que ya tres libros recientes editados por varios
dábamos por sentados. Concluye su argu- editores y publicados por universidades
mentación con una interpretación positi- españolas sobre la narrativa latinoameri-
va: “A pesar de más de medio siglo de en- cana del cambio de siglo y del siglo xxi.
tierros y exhumaciones, en 2015 el terreno Si bien Corral lamenta la notable ausen-
mítico del boom sigue siendo fecundo, y cia de artículos sobre autoras en los tres
frágil, y su nobleza rústica y su peso mo- volúmenes (p. 368) y expresa su escepti-
ral, absorbidos o resistidos, son una fuerza cismo respecto a algunas contribuciones,
inescapable para la invención artística de elogia varias otras y aprecia la publicación
las literaturas iberoamericanas” (p. 286). de los tres tomos en su totalidad. En sus
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A lo largo de los ensayos de Condición conclusiones leemos: “Ya sea que uno esté
crítica Corral da una visión amplia de la de acuerdo o no con su corpus, marco o
narrativa latinoamericana en todos sus as- enfoques, la gran mayoría de estos artícu-
pectos, pero en varios momentos se revela los constituye una contribución sólida y
también como especialista en la obra de novedosa a la cada vez más compleja na-
algunos autores como Monterroso, Vargas rrativa latinoamericana reciente y su muy
Llosa, y en particular también Bolaño. Es lo dispersa crítica” (p. 379).
que vemos en el cuarto ensayo, “Bolaño, la En el ensayo sobre el testimonio fe-
crítica y ética del disgusto, y los expertos”, menino, Corral escribe: “[…] hay una
un análisis profundo de la obra de Bolaño certidumbre comprensible: si la crítica no
2 92 mejora, uno sí puede mejorar como críti- Kafka, Borges o Cortázar. El prejuicio de
co, abriéndose a otros diálogos.” (202) Es la brevedad, la crítica a la falta de aliento
precisamente lo que Corral mismo hace. o ambición narrativas han acompañado
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

Siendo muy crítico hasta de sus propios un número nada despreciable de “apre-
textos, los reelabora y los vuelve a publi- ciaciones” más o menos informadas. Así,
car en nuevas versiones actualizadas. Co- afloraron árboles de Porfirio que preten-
rral entreteje una investigación sofisticada dían avalar o consagrar una clasificación
sobre un corpus muy rico, tanto de tex- genérica dividida en géneros superiores y
tos literarios como de textos críticos. Su géneros inferiores o subgéneros literarios,
libro es una buena ilustración de lo que entre los cuales, el cuento hallaría acomo-
él mismo entiende por “la mejor crítica do junto a otras formas como los muy
humanista” en la que “[s]e trata de no citados y poco valorados aforismos. En
ser autoritario, de saber cuándo darle un principio relegados al espacio íntimo o al
descanso a los argumentos. Hay que saber deslegitimado de la prensa periódica, es-
cómo provocar a tu público, y calcular tos caprichos, ejercicios de taller, apuntes
bien la reacción, lo cual no quiere decir o esbozos van a manifestarse como una de
darle lo que quiere oír. Esa es la verdadera las plasmaciones más esquivas e interesan-
dialéctica de la crítica” (p. 107). Corral tes de la literatura y encarnarán, para mu-
desempeña su profesión como crítico li- chos, la representación más sublime de la
terario con seriedad, pasión y empeño sin fragmentaria y atomista modernidad. En
eludir las cuestiones éticas que surgen de este sentido, El cuento literario hispánico
la actividad del crítico literario. Condición en el siglo XX. Variaciones teóricas y prácticas
crítica es un libro escrito con gran lucidez creativas supone el reconocimiento ejem-
que constituye una contribución impor- plar del incalculable legado de los grandes
tante a los estudios literarios actuales. Co- cuentistas contemporáneos.
rral expande nuestros horizontes y hace A simple vista, el estudio del profesor
vibrar las voces literarias de América Lati- de la Universidad de Fribourg Julio Pe-
na más allá de sus fronteras. ñate Rivero continúa, actualiza y amplía
varios de sus trabajos de referencia sobre
An Van Hecke Galdós, Unamuno, Rómulo Gallegos o
(Katholieke Universiteit Leuven) Pérez-Reverte que, sin duda, están en la
base de la presente monografía. No obs-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

tante, el propósito de libro trasciende la


Peñate Rivero, Julio (2016): El cuento visión panorámica o el enfoque microscó-
literario hispánico en el siglo XX. Variacio- pico, que suelen limitarse al sumatorio de
nes teóricas y prácticas creativas. Madrid: tendencias, autores y obras o a la profun-
Visor. 318 páginas. dización en un único aspecto o creador.
Aquí, más que una genealogía o un mues-
El interés teórico por el cuento no siem- trario, se ofrecen las coordenadas y posi-
pre ha ido parejo con las excelentes mues- bilidades del “cuento clásico hispánico”,
tras que dicho género nos ha legado para tal como quedó configurado desde finales
la literatura universal: Poe, Lovecraft, del siglo xix hasta la actualidad.
El cuento literario hispánico presenta y la verticalidad sobre la progresión hori- 293

una estructura bimembre claramente di- zontal, diacrónica de la historia (p. 13),
ferenciada. En primer lugar, el autor se que se traduce en una mayor “densidad

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


centra en cuestiones teóricas sobre la na- discursiva” y concisión (p. 14), auténti-
turaleza formal o la posición que ocupa el ca piedra angular del cuento; asimismo,
cuento dentro del sistema literario desde en el plano actancial, los personajes se
una perspectiva interdisciplinar, que bebe presentan fundamentalmente en acción.
del pensamiento sistémico y de la teoría Como resume Peñate Rivero: “La disfun-
de la argumentación; por último, realiza cionalidad indica el núcleo problemático
un recorrido por la narrativa breve con- en que se asienta el mundo del cuento li-
temporánea de ambas orillas de la mano terario. La verticalidad y la actancialidad
de algunos de sus cultivadores. Concre- expresan su estructura y su desarrollo. La
tamente, los textos analizados –Miguel monotematicidad, la alusividad y la den-
de Unamuno, Horacio Quiroga, Rómulo sidad ordenan la perspectiva desde la que
Gallegos, Juan Carlos Onetti, Juan Rul- se aborda dicho mundo” (p. 17).
fo, José Donoso, Mario Benedetti, Arturo Ahora bien, en mi opinión, el punto
Pérez-Reverte y Roberto Bolaño– ilus- fuerte del marco teórico estriba en el es-
trarán elementos clave en sus respectivas fuerzo de integración del análisis filológi-
poéticas y cuya visión conjunta revela las co o interno con la perspectiva sistémica
fronteras móviles de dicho género. o exterior, es decir, con su funcionamien-
A modo de presupuesto de partida, to como categoría que tiene unos efectos
Peñate cita una definición de cuento pro- pragmáticos en todo el ámbito de la co-
puesta por el narrador José María Merino: municación literaria. De todas formas,
“una ficción literaria cuyo hecho narrativo un hipotético acercamiento omnicom-
debe producirse con la mayor intensidad prensivo conllevaría la asunción implícita
en la menor extensión posible” (p. 10). A de una teoría general de la literatura que
partir de esta noción, que destacaría el ca- sobrepasa el afán de un solo investigador.
rácter ficcional, narrativo, breve e intenso Por ello, el libro se centrará en dos puntos
del género, el profesor emprende una ca- de especial relevancia para el cuento: “la
racterización compleja del fenómeno que organización interna y las relaciones con
implica, en el fondo, un desarrollo sutil el exterior” (p. 28).
de las consecuencias genológicas –temá- Sobre el primero, comenta el autor
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

ticas y formales– derivadas del par breve- que este género literario puede conside-
dad/intensidad. De modo específico, cita rarse “el intento de corregir un desequi-
los siguientes rasgos básicos del cuento, librio en una sola unidad de acción” (p.
aunque algunos se superponen a otros gé- 29). A diferencia de la novela, los cuentos
neros narrativos: responde a un conflicto aplican la “lógica del máximo de densi-
ligado a una disfuncionalidad escenifica- dad” (p. 31): la reducción del significante
da o no en la diégesis (pp. 10-11), se suele como resultado del incremento de infor-
centrar en un único elemento significati- mación presupuesta y sobreentendida,
vo (p. 11), posee un mayor grado de alu- dos estrategias textuales que, en el ámbito
sividad (p. 12), predomina la focalización de lo implícito, facilitan la optimización
2 94 del contenido semiótico (pp. 32-33). la tensión como la comprensibilidad final.
Paradójicamente, tal vez sea la peliagu- Al respecto, el autor subraya la conexión
da cuestión de las dimensiones el único existente entre el entimema, una forma
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

asunto sobre el que el autor no ofrece una concreta de la argumentación, y el cuen-


respuesta palmaria. La “lógica del máxi- to literario, puesto que “permite destacar
mo de densidad” supone una formula- algunos componentes básicos del cuento
ción válida, productiva, mas no en exceso (concisión, implicitación, diferencia entre
clarificadora: ¿cuál es el límite de la bre- información y significación, competencia
vedad? ¿A partir de qué nivel de densidad y función del lector)” (p. 51).
un cuento deja de serlo por exceso o por Por otra parte, en los últimos apar-
defecto? Estimo que la respuesta a estos tados de la primera sección de El cuento
interrogantes debería pasar por el examen literario, Peñate ilustra con gran pers-
de esos “cuentos largos” de Monterroso, picacia este doble enfoque –sistémico y
Arreola o José María Merino que, a decir argumental– en la narrativa breve poli-
de Juan Ramón Jiménez, “pueden redu- cial, en el cuento navideño, en el cuento
cirse a la mano de una hormiga”. de fútbol y, sobre todo, destaca el papel
En segundo lugar, es evidente que una mediador de la antología entre el centro
mayor concentración conlleva una coope- y la periferia del sistema. En su opinión,
ración más activa del lector. Si se toma en los ejemplos aducidos avalan la mencio-
consideración la relación “externa” de los nada estructura formal/argumental del
textos, la interpretación no se limitaría a género literario, como se aprecia en com-
la composición autónoma –“totalidad ponentes esenciales como el juego entre
parcial”–, ya que también debe valorarse lo dicho y lo omitido o el minimalismo
su contexto habitual de presentación: “en espaciotemporal de los relatos policíacos
relación con los demás y en complemen- y navideños. Con todo, será el cuento li-
tariedad recíproca con ellos” (p. 36). En terario futbolístico el que mejor refleje las
suma, la construcción del sentido global correspondencias con la caracterización
garantizaría precisamente el adelgaza- aportada (pp. 71-72). El cronotopos del
miento extremo de las “unidades” o “sub- partido acoge una estructura narrativa su-
sistemas”, puesto que éstas, a su vez, se jeta a un espacio bien definido y a una
ven enriquecidas por la potencia significa- temporalidad imperiosa, determinada por
tiva de las relaciones del conjunto. una sola acción y un objetivo claro: el gol.
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Igualmente, otro de los rostros de la Además, de manera similar a la contienda


intensidad que contribuye a la generación deportiva, el sentido del encuentro/relato
de esa plusvalía del significado se encuen- surgirá de la intervención directa de los
tra del lado de la teoría de la argumenta- participantes en esta dinámica intersubje-
ción. Así, Peñate menciona la labor de las tiva de construcción del significado.
técnicas narrativas encaminadas, por un Finalmente, la antología cumple con
lado, a la “disuasión” del lector y, por otro, una función primordial para la consolida-
al establecimiento de un terreno común ción de un determinado género literario.
de conocimiento compartido –inferencias Las sucesivas compilaciones, con mayor o
e, incluso, “huecos”– que garantice tanto menor fortuna, irán conformando el re-
pertorio de prácticas “legitimadas” –pro- europeo” y la búsqueda de “lo fundamen- 295

visionalmente– por el sistema; de ahí que tal humano” llevada a cabo por Horacio
su estudio resulte fundamental para com- Quiroga en la selva (p. 180); las inquie-

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prender el pasado, presente y futuro del tudes sociales y estéticas del proyecto in-
cuento. Desde el título, la antología visibi- telectual y creativo de Rómulo Gallegos,
liza su facultad de consignación –erige una adelantado en su narrativa breve (p. 205);
suerte de “totalidad textual”– y, al mismo las huidas de los “fracasados” personajes
tiempo, la fuerza proyectiva del archivo: la de Onetti que saltan incansables de la
promoción de una estética, de un periodo realidad a la ficción en la propia auto-
literario o de una generación de creadores. biografía novelada del escritor urugua-
Tras un amplio recorrido teórico por yo (pp. 214, 215-216); y el relato “oral”
los vericuetos genológicos, la segunda par- del eterno conflicto entre privilegiados y
te aterriza en el corpus de autores selec- excluidos de Juan Rulfo, cronista de un
cionados. En este punto, el análisis incide México posrevolucionario que anhela la
en una serie de particularidades que de- reconciliación (pp. 223, 229, 231-232).
muestran, en buena medida, la naturale- No obstante, este itinerario no siempre se
za singular del cuento. Según el autor, la dirige hacia un “alter-topos” signado por
narrativa breve de Miguel de Unamuno el encuentro con lo “extra-ordinario” hu-
supondría la transición del cuento realista mano. En ocasiones, tal como se eviden-
decimonónico a la ambigua y fragmenta- cia en La puerta cerrada de José Donoso,
ria prosa moderna del siglo xx. Sin embar- esta convivencia con el misterio –en la
go, este paso, encarnado por la novedad línea de la literatura fantástica de Love-
en el uso de los diálogos, las estructuras craft– se muestra confinada a un espacio
y el cultivo del relato fantástico, será cotidiano, naturalizada e indistinguible
continuado por las valiosas aportaciones de la realidad. Como esclarece Peñate: “Se
latinoamericanas de Horacio Quiroga, puede decir que lo extraño ya no es algo
Rómulo Gallegos, Juan Carlos Onetti, externo sino el individuo o la propiedad
Juan Rulfo y José Donoso. En las obras sociedad, lo cual permite replantear la no-
analizadas, el espacio y el desplazamiento ción misma de la extrañeza” (p. 244).
de los personajes brillan con luz propia en De cualquier manera, estos personajes
sus respectivas poéticas y cosmovisiones; si protagonistas, que interpelan y son in-
bien el hecho diferencial no radica exclusi- terpelados en estas composiciones por el
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vamente en la ficcionalización o, incluso, medio, comienzan a abrirse a una alteri-


mitificación de un marco geográfico como dad menos hostil para su humanidad. El
la selva, el altiplano o la ciudad, llámense conflicto virará en el siglo xxi hacia una
Misiones, Comala o Santa María. problemática más ligada a la posibilidad
Si se sigue el razonamiento de Julio real de intercambio informativo o a las
Peñate, en cada una de estas localizacio- interferencias en la comunicación que a
nes, el cuentista ejecuta una aproxima- la imposibilidad de la misma. Así pues, el
ción particular a sus obsesiones formales crítico apunta al carácter eminentemente
y temáticas. Así, resaltará sucesivamente dialógico de libros como Buzón de tiempo
la crítica del vacío “mimetismo cultural o Fin de semana de Mario Benedetti. En
2 96 estos textos, el peso de la narración no re- te responde al amplio grado de recono-
caerá en la menguante o camuflada figura cimiento que ha alcanzado el cuento en
del narrador, sino que será construida a las letras hispánicas y en la literatura uni-
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partir de las propias palabras de los prota- versal. Es más, se puede argumentar que
gonistas, ya sea mediante el diálogo direc- las innovaciones examinadas han abona-
to o en diferido (pp. 251-252, 257). do el terreno para un género ya de por
Asimismo, el intercambio lingüístico sí proclive a la experimentación con otras
no es la única opción para el diálogo. A formulaciones híbridas. Sin embargo, hay
diferencia de los modos descritos de re- que sortear los peligros de toda visión
lación de los personajes con un espacio, progresiva o perfeccionadora del fenóme-
en los que la posibilidad o no de conver- no. Por eso, merece la pena recordar un
sación con el entorno o con sus semejan- presupuesto que sirve de brújula teórica:
tes definiría la narración, se consagra un formas breves han existido siempre; ha
“espacio referencial” distinto: el persona- sido su consideración estética e institucio-
je. En la narrativa de Bolaño, al margen nal la que ha ido variando conforme sus
de su extensión o de su genericidad, será hallazgos se han ido asentando en el sis-
constante la constitución de redes de in- tema literario. En definitiva, en El cuento
dividuos que se irán perfilando precisa- hispánico en el siglo XX. Variaciones teóricas
mente por su relación –y realimentación– y prácticas creativas Julio Peñate culmina
recíproca o desequilibrada. con éxito la loable y oportuna tarea de
Curiosamente, de la lectura atenta de “descomplejización” de la brevedad.
esta amplia monografía se deduce con fa-
cilidad el lugar de privilegio que ostentan Paulo Antonio Gatica Cote
los cuentos de Arturo Pérez-Reverte. A (Universidad de Salamanca)
caballo entre la realidad y la ficción, entre
la autobiografía y la denominada parali-
teratura, el narrador sintetiza y despliega Edna Aizenberg: On the Edge of the Ho-
en sus relatos la mayor parte de los ras- locaust. The Shoah in Latin American Li-
gos que se han analizado en este trabajo. terature and Culture. Waltham: Brandeis
De hecho, defiende que el profundo co- University Press 2016. 182 páginas.
nocimiento del oficio que demuestra Pé-
rez-Reverte, forjado en las restricciones de “En las afueras del Holocausto”, expre-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

la prensa escrita, le permite moverse con sión extraída de una carta de Gabriela
gran facilidad por diferentes registros, to- Mistral de 1947, sirve de título para este
nos y modalidades de escritura conden- libro inspirador y comprometido de Edna
sada como el cuento de navidad, artícu- Aizenberg, profesora emérita del Mary-
lo de opinión, la crítica social, el relato mount Manhattan College in New York,
fantástico, el apunte, la nota erudita, la estudiosa renombrada y gran conocedo-
caricatura, la semblanza, la parodia o la ra de la literatura argentina, de Borges y
instantánea (pp. 271-273). Gerchunoff especialmente. Desde el prin-
De un modo inequívoco, esta apertura cipio, se insinúa la tensión entre cierta
y autoconciencia genérica de Pérez-Rever- distancia (espacial) desde Latinoamérica
frente a los estragos de la Segunda Guerra las afueras” remite a actividades en la mis- 297

Mundial y del Holocausto llevados a cabo ma Europa de literatos latinoamericanos


en Europa y un compromiso practicado que tenían estatus diplomático y por ende

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en una cercanía espacial. En su libro, Ai- inmunidad, pero que estaban involucra-
zenberg pretende luchar contra el este- dos por ejemplo en la concesión de visas
reotipo bien persistente de que Latinoa- a judíos (C. Lispector, Guimarães Rosa y
mérica era sobre todo refugio de nazis, su segunda esposa así como Gabriela Mis-
percepción que pasa por alto muchas acti- tral).
vidades literarias y periodísticas en contra La cuestión principal y central de la
de los nazis a partir de los años treinta. “Holocaust Literature” es cómo represen-
Lo que propone es leer a cinco grandes tar el horror de la Shoah, y el gran mérito
autores latinoamericanos canónicos de del libro es poner de relieve que algunos
mediados del siglo xx –J. L. Borges, C. de los autores latinoamericanos más des-
Lispector, A. Gerchunoff, J. Guimarães tacados se han dedicado a esta tarea desde
Rosa, G. Mistral– a través de los lentes muy temprano, ya durante, no solo des-
del Holocausto (p. xii), lo que significa pués de los acontecimientos, preparado
indagar en sus acciones, actitudes, crea- de este modo el terreno para la literatura
ciones literarias y periodísticas al respecto. post-Holocausto (xii).
Su objetivo es bastante claro y, en cierto Mientras que Books and Bombs in
modo, sencillo, a saber: “to counter exis- Buenos Aires. Borges, Gerchunoff, and
ting emphases on Borges (sic) and Lispec- Argentine-Jewish Writing (2002) indaga
tor’s fantastic escapism, Guimarães Rosa’s en la literatura judeo-argentina del siglo
uncanny regionalism, Mistral’s Ameri- xx tomando como pilares y puntos de
canist maternalism, and Gerchunoff’s partida a Gerchunoff y Borges, y retra-
quaint gauchism, even as it certifies that zando el desarrollo de esta literatura hasta
the challenge of the Shoah was not alien la década de 1990, este libro va atrás en el
to Latin Americans” (p. xiv). Aquí resulta tiempo, consagrándose exclusivamente, a
patente que si bien se trata de hechos ya pesar de su título llamativo, a cinco desta-
conocidos entre los especialistas en litera- cados autores latinoamericanos del Cono
tura latinoamericana, la autora pretende Sur y de Brasil, a sus obras y actividades
divulgarlos más entre un público general. en torno a la Segunda Guerra Mundial.
El término deíctico de “on the edge / El texto literario latinoamericano más
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

en las afueras” desempeña un papel prin- importante sobre la Shoah es “Deuts-


cipal y sirve de hilo conductor: por un ches Requiem”, de Borges, de 1946, por
lado, la autora sugiere que la ubicación tematizar, según Aizenberg, la Shoah de
en la periferia posibilita una mirada la- manera paradigmática, indagando en la
teral perspicaz (cf. p. xis. y 16) hacia los cuestión de la representación de lo in-
eventos del “centro” (Europa) desde una nombrable, con su dinámica entre el si-
posición de seguridad; es decir, se refiere a lenciamiento y la denuncia de los suce-
producciones literarias y periodísticas he- sos. Además, la casi no-recepción de este
chas en Argentina (en el caso de Borges y texto borgiano durante décadas se debe a
Gerchunoff). Por otro, sin embargo, “en una crítica (internacional) que acentúa en
2 98 Borges su esteticismo y se niega a conce- treinta. Como punto de partida le sirven
derle contenido político comprometido, los cambios y añadiduras en la segunda
juicio propugnado por Paul de Man en edición de Los gauchos judíos de 1936, por
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1964 con gran impacto fuera y dentro del ejemplo, una terminología que remite di-
país (p. 8). De manera contundente, la rectamente a la lengua racista-fascista, así
autora demuestra que este texto sí posee como el último cuento del volumen, “El
un alto grado de compromiso político y Candelabro de plata”, añadido en esta
que puede verse como punto álgido de edición, que interpreta como expresión
los textos de Borges acerca del régimen de de resignación frente a la visión optimista
Hitler a partir de los años treinta. de la primera edición de 1910, donde se
De un modo parecido, el objetivo res- había plasmado una integración nacional
pecto a Clarice Lispector, la autora bra- exitosa entre judíos y no-judíos (p. 58).
sileña más famosa del siglo xx, de origen Aizenberg demuestra que Gerchunoff
ruso-judío, es invertir el juicio tradicional –frente a lo que ocurre en Europa– deja
de la crítica de que ella, hasta el final de su por atrás el tema del gaucho, y tiene como
vida, se entregó a una escritura personal hilo conductor ahora el compromiso, la
intimista ensimismada, practicando un ética al documentar en diarios de gran
escapismo (similar a Borges) sin referen- impacto a través de sus textos, apoya-
cias a su entorno o su origen judío. No dos por dibujos de artistas renombrados
obstante, Aizenberg demuestra de manera como Clément Moreau y Toño Salazar,
contundente, a través de materiales de ar- las atrocidades de los nazis.
chivo sumamente interesantes –extractos En Guimarães Rosa, “icono” del re-
de su correspondencia personal, textos gionalismo brasileiro con su obra maestra,
periodísticos suyos– su compromiso e Grande sertão: veredas (1956), Aizenberg
involucramiento como esposa de un cón- logra enfatizar dos aspectos: primero, su
sul ubicado en Nápoles a partir de 1944, alto interés en cuestiones de lenguaje y
en la última fase de la Segunda Guerra discurso, comparable al de Victor Klem-
Mundial y en Berna en las postrimerías perer y las observaciones sobre la Lengua
inmediatas. Aizenberg propone una nue- Tertii Imperii de éste, que se plasma en su
va lectura de su novela A cidade sitiada, de Diario de guerra (no publicado). Este fue
1949, con dos niveles: uno que se refiere redactado durante su estancia como cón-
al proceso difícil y violento de moderni- sul de Brasil en Hamburgo entre 1938-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

zación que se lleva a cabo en Brasil; otro, 42, donde Guimarães Rosa presenció los
alegórico, que se refiere a la II Guerra ataques aéreos de los aliados, así como la
Mundial y la Shoah, situada la acción en deformación autoritaria del lenguaje por
una topografía del terror, en una atmósfe- los nazis. Según Aizenberg, esta expe-
ra de impotencia absoluta (p. 38). riencia se transmite hasta Grande sertão:
Sumamente interesante es el capítulo veredas, no solo en la matización del mal
sobre Gerchunoff, porque la estudiosa, absoluto, sino también en la práctica de
gran conocedora de este autor canónico un discurso siempre híbrido y fluido,
argentino judío, se concentra en sus acti- nunca “puro” (p. 100). El segundo aspec-
vidades periodísticas a partir de los años to que reivindica la estudiosa es que algu-
nos de sus cuentos (sobre todo “Páramo” Al mismo tiempo, Aizenberg expone 299

y “A Velha”), género híbrido entre biogra- que ciertos tópicos sobre América Lati-
fía y ficción, estórias en la terminología na como continente al margen (en varios

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acuñada por el autor –publicados entre sentidos) de los acontecimientos son fal-
1948 y 1969 póstumamente– se pueden sos y erróneos, y que hay que tomarla en
considerar como “Holocaust Literature” cuenta como ubicación de actores princi-
que trabajan el trauma de la Shoah y la pales en la tematización de la Shoah.
impotencia del propio autor, como rasgo Al mismo tiempo se ve, y esto parece
autobiográfico, de prestar ayuda. ser uno de los motivos centrales del li-
A Gabriela Mistral Aizenberg le de- bro, que la Shoah no debe considerarse
dica su capítulo más largo: como Gui- como periodo histórico acabado, sino
marães Rosa, la gran poeta, “experta en que tiene repercusiones siniestras a lo
ambigüedades” (p. 117), primera premio largo de todo el siglo xx y hasta la ac-
Nobel de literatura latinoamericana, tra- tualidad: en las dictaduras militares, que
bajó como cónsul en Europa durante la II también son denominadas “holocausto
Guerra Mundial. Es sumamente contun- de Latinoamérica” (p. 162), por ejemplo,
dente cómo Aizenberg plasma la tensión en la persistencia de prejuicios racistas,
entre el puesto diplomático, la posición antisemitismo, enemistad y abierta agre-
marginada como mujer allí, su correspon- sividad– se menciona el trauma del aten-
dencia privada (material de archivo no tado todavía no esclarecido contra AMIA
publicado), ensayos y los poemas que re- (Asociación Mutual Israelita Argentina)
toman desde los años 20 hasta los años 50 en 1994 en el centro de Buenos Aires, y
el tema del judío como perseguido. Cabe la sospechosa muerte en 2015 del fiscal
mencionar que para hispanistas alemanes federal Alberto Nisman, que trataba de
es especialmente interesante la correspon- elucidar las circunstancias y los responsa-
dencia entre Mistral y Ernst Robert Cur- bles–. Tomando en cuenta este contexto,
tius, y la influencia de éste en el concepto el libro es de suma actualidad al evocar
del antisemitismo de aquella. el compromiso de literatos e intelectuales
En resumen: estamos frente a un li- en tiempos difíciles.
bro que puede considerarse la suma de
un análisis de cuatro décadas del tema de Verena Dolle
la literatura judía latinoamericana, sobre (Justus-Liebig-Universität Giessen)
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

todo judía argentina. Su gran mérito es


concentrarse en cinco autores canónicos
latinoamericanos y demostrar su compro- Spiller, Roland: Julio Cortázar y Adolfo
miso en la lucha (sea periodística, literaria Bioy Casares. Relecturas entrecruzadas.
y/o diplomática) contra los nazis. Logra Berlin: Erich Schmidt Verlag 2016. 267
presentar una imagen matizada de ellos páginas.
y sus textos que superan la percepción
general persistente, todavía en vigor, de La afinidad entre Bioy y Cortázar, supues-
ser autores monotemáticos (por ejemplo tamente propiciada por la coincidencia
“apolítico”, “intimista”, “escapista”...). del año de nacimiento (1914), reforzada
3 00 por su condición de compatriotas y por entonces, parece ratificar que escribir so-
la asiduidad con que practicaron la na- bre Bioy sigue siendo, a más de un siglo
rrativa fantástica, parecía, a pesar de otras de su muerte, un compromiso ancilar:
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divergencias biográficas e ideológicas, antes, a la amena sombra de Borges; hoy,


empujar a las (re)lecturas comparativas, a la de Cortázar. Para salir de esa inercia
o, como prefiere anotar el subtítulo de crítica, sorprende que no se hayan apro-
este libro, “entrecruzadas”. Conviene re- vechado aquí ni los diarios de Bioy ni las
cordar que la suerte de la relectura no ha cartas de Cortázar, que desde hace unos
sonreído igual a estos en todo caso vene- cuantos años han enriquecido y modifi-
rables autores. Sin aspirar a ninguna pre- cado la interpretación de sus respectivas
cisión bibliométrica, es significativo, por obras, y que hubieran servido para ma-
ejemplo, que el congreso de la Asociación tizar algunos de los entrecruzamientos
Española de Estudios Literarios Hispa- más tópicos o aportar alguno nuevo. Por
noamericanos de 2014, titulado precisa- cierto que aunque en varios de estos ensa-
mente “Laberinto de centenarios”, inclu- yos se alude a “Diario para un cuento” de
yera solo unas cinco ponencias dedicadas Cortázar, sorprende también la ausencia
a Bioy Casares, frente a la veintena larga de cualquier mención al paralelismo entre
dedicadas a Cortázar. Bastará consultar “La puerta condenada” de Cortázar y “Un
bases de datos como MLA o Dialnet para viaje o El mago inmortal”, de Bioy, que
comprobar que esa (des)proporción del sorprendió a ambos autores y fue comen-
interés suscitado por cada uno de los au- tado por ellos y por otros críticos.
tores se ha mantenido o incrementado en Los dos únicos trabajos que intentan la
el periodo 2014-2016. Y el libro que aquí relectura entrecruzada prometida en el tí-
he de comentar no desmiente, a pesar de tulo coinciden, lamentablemente, en una
su título, la desigual fortuna de Bioy y sobrecarga teórica que no contribuye al
Cortázar ante la crítica. esclarecimiento de los vínculos entre Bioy
Además del prólogo del coordinador, y Cortázar: Spiller divaga sobre lo onírico
Roland Spiller, esta colección incluye en ambos (pero con mucha más atención
dieciséis trabajos, pero sólo dos de ellos a Cortázar), y adereza el tópico con un
(el primero, responsabilidad del mismo extensísimo apoyo derridiano-frankfur-
coordinador y el de Matei Chiaia) obe- tiano. Chiaia por su parte organiza bien
decen verdaderamente al propósito de algunas tipologías de funcionamiento de
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

entrecruzamiento expresado en el sub- lo fantástico en Bioy y Cortázar (una vez


título de la obra. Otros doce estudios se más privilegiando al segundo), atoradas,
dedican en exclusiva a la interpretación sin embargo, contra disquisiciones meta-
de Cortázar (a veces entrecruzado con teóricas, que no excluyen la supuesta per-
otros autores como Marechal, Peri-Rossi, tinencia de la física cuántica, por ejemplo
Bolaño o Patricia Suárez) y solo dos ar- (si rara, tampoco original en los estudios
tículos se ocupan en exclusiva de la obra sobre Cortázar).
de Bioy (uno de ellos centrado en Los que Mucho más útiles resultan las aporta-
aman, odian, novela escrita en colabora- ciones de López Petzoldt y Annick Louis
ción con Silvina Ocampo). El volumen, sobre Cortázar, y la de Karen Genschow
sobre Los que aman, odian. El primero de con Bolaño a través de la mediación de 301

los críticos mencionados –que ya publicó la figura de Rimbaud; Hammerschmidt


recientemente una monografía sobre Cor- hace una buena síntesis de las relaciones

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tázar y el cine– va ahora más allá y postula entre Rayuela y Adán Buenosayres, más
la utilización de los “productos audiovisua- útil como comentario de esta última no-
les” (no sólo cinematográficos, sino tam- vela, pero con escaso análisis de ambas;
bién los procedentes de internet) como Mozczynska-Dürst y Torras atienden al
herramientas para comprender al autor. Su texto-homenaje (y auto-homenaje) que
trabajo destaca por lo ajustado de su in- Peri-Rossi dedicó a Cortázar en dos oca-
terpretación, la riqueza y actualidad de los siones (2001 y 2014), señalando las trans-
datos y lo novedoso de su propuesta. formaciones que se dan de una a otra y
Annick Louis vuelve a explorar los orí- atribuyendo así un cierto interés a esa
genes de lo fantástico en el Río de la Pla- obra. Zubieta, por fin, en el único estudio
ta, atendiendo a la primera publicación dedicado exclusivamente a Bioy, inten-
de “Casa tomada” en Anales de Buenos ta sistematizar algunas líneas de lectura
Aires (y aportando las no muy difundidas actuales que podrían dar juego sobre el
ilustraciones de Norah Borges). Merece conjunto de su obra (la violencia, la poli-
atención su hipótesis de que el auge de la tización, lo popular, el ocio y el lujo), sin
literatura fantástica en Argentina a finales demasiadas precisiones.
de los años 40, pudiera relacionarse con En lo demás encontramos paráfrasis
una más o menos sutil resistencia antipe- no muy claras de lecturas críticas sobre
ronista, porque permite una nueva lectura Cortázar que tuvieron importancia en su
de textos aparentemente ya amortizados. momento (la de García Canclini, hecha
Karen Genschon analiza la única no- por Alvarado Borgoño); acercamientos
vela escrita en colaboración entre Bioy y (tópicos y algo confusos en ocasiones) al
Silvina Ocampo, considerándola como lugar de los animales –o más ampliamen-
una novela programática y paródica sobre te– de lo “no humano” en la escritura de
el género policial. Detecta en ese proyecto Cortázar (Pietrak; Gremels; Bernales); su-
una estrategia de desestabilización (antip- perficiales repasos de dos de los campos
sicológica) de la narrativa contemporánea, menos trabajados del corpus cortazariano:
análoga a la que realizaron contemporá- la poesía (Monteleone) y la traducción
neamente sus autores (junto con Borges) (Griesberg), campos que, sin embargo,
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en la primera edición de la Antología de la están algo más roturados de lo que esos


literatura fantástica, y así este ensayo con- críticos suponen. El cierre del volumen se
suena con el recién comentado de Louis. reserva para el texto de un creador (Tre-
Resulta extraño, no obstante, que ningu- lles Paz) que, en este caso, reivindica la
na de las dos estudiosas cite el prólogo de obra cortazariana atendiendo a un texto
Borges a La invención de Morel como una supuestamente “marginal” (“Deshoras”),
pieza más de esas hipotéticas estrategias. sin evitar, no obstante, el tópico juicio
En el resto de trabajos hay algunos condescendiente contra Rayuela.
hallazgos ocasionales, pero poco sor- Concluiré señalando que el volumen,
prendentes: Gómez señala conexiones de gran calidad material en la impresión
3 02 y el encuadernado, adolece sin embargo Ursula Hennigfeld (ed.): Roberto Bola-
de un gravísimo problema con las erratas ño. Violencia, escritura, vida. Madrid /
(que a veces generan sorprendentes en- Frankfurt a. M.: Iberoamericana / Ver-
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telequias: el “viscerealismo” –p. 121–), vuert.


que en ocasiones son inequívocos errores
(Borges no publicó a Cortázar en Sur, Si se pudiera hablar de un tema omnipre-
p. 60; es dudoso que el “ironizado eyo” sente en toda la obra de Roberto Bolaño
al que Cortázar se refiere en una oca- este sería sin lugar a duda el horror. La
sión sea el “ego” que cree Spiller, p. 26). violencia, el mal y la crueldad que pue-
Igualmente, la gramática y la puntuación blan la obra del chileno como un reper-
de muchos trabajos hubieran debido so- torio infinito de figuraciones literarias del
meterse a una exhaustiva revisión que horror parece ser el punto de partida del
tal vez los hubiera vuelto más legibles amplio y polifacético libro editado por
y comprensibles de lo que parecen en Ursula Hennigfeld. La colección de artí-
su estado actual. El aparato crítico, por culos que pretende echarle un vistazo a la
último, podría haberse refinado mucho obra del escritor chileno desde una pers-
más estableciendo un criterio homogé- pectiva de los estudios culturales, anali-
neo en las referencias bibliográficas al pie za sus dimensiones tanto estéticas como
de página o incluyendo una bibliografía éticas, los “motivos recurrentes de toda la
unificada (o al menos una bibliografía al obra bolañiana como el mal, la violencia
final de cada trabajo), que hubiera faci- o los límites” (p. 7). Los artículos fueron
litado la lectura y aportado más utilidad seleccionados en cuatro secciones cuyo
al volumen. criterio de clasificación no es del todo cla-
Cabría esperar que obras como esta ro. No obstante, se podría decir que todos
permitieran al menos aquilatar la mag- y cada uno de los aportes parten del cruce
nitud de la afinidad o de la divergencia entre los tres conceptos resaltados en el tí-
entre los autores tratados, que evocaba al tulo para dilucidar, desde dentro y fuera
principio de mi comentario. De no ser de la obra de Bolaño, distintos aspectos
así, hubiera podido esperarse una apro- teóricos de lo social y lo estético. Un claro
ximación novedosa a algunos aspectos énfasis se le ha dado a la novela 2666, sin
de los autores tratados. Lamentablemen- embargo se discuten textos variados de
te, el volumen tampoco progresa en ese toda la obra del autor.
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

sentido: sólo es –como dice su título, en El primer artículo está a cargo de Vi-
efecto– una relectura de aspectos en su ttoria Borsò, quien entiende la escritura
mayoría conocidos, relectura a veces di- bolañiana como expresión de vida, ana-
fícilmente legible, porque, en sí misma, lizando en su artículo una importante
hubiera debido ser releída para reducir al técnica de “interfaz entre vida y literatu-
menos los señalados problemas de tipo- ra”. La perspectiva de Borsò (claramente
grafía y expresión. influenciada por el proyecto científico de
Ottmar Ette, sin ser mencionado en el
Daniel Mesa Gancedo artículo) logra revelar un juego implícito
(Universidad de Zaragoza) en la literatura de Bolaño entre imagina-
ción y factualidad que viene a concen- que el juego de Bolaño parece carecer de 303

trarse con la metáfora de la sangre, en la cualquier tipo de vitalidad.


que tanto el nivel metafórico como real La relación entre literatura y vida es

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se vuelven indistinguibles. La sangre es de igual manera el punto de partida de
tanto muerte (en su exterioridad) como Matías Ayala para su análisis comparati-
vida (en su interioridad), sirviendo como vo entre el personaje principal de Estrella
imagen para mostrar un entrecruzamien- distante, Carlos Wieder, y dos autores
to o ‘interfaz’ entre dos niveles que jue- contemporáneos de Bolaño, Raúl Zurita
gan un papel indudablemente importante y Bruno Vidal. El ensayo de Ayala parte
en la obra de Bolaño. La relación entre de la función que juega la violencia en la
realidad y ficción viene sin embargo a ser obra de los tres (Wieder, Zurita y Vidal)
revertida en una segunda parte del artí- y de sus respectivas justificaciones en un
culo, al señalar que la “literatura visceral” discurso biopolítico de sacrificio. La vio-
de Bolaño trata de renunciar o ‘abjurar’ el lencia es entendida entonces como el sa-
propósito de una salvación, utopía o sali- crificio necesario en el marco de propósi-
da del horror por medio de la literatura. tos de mayor relevancia nacional, como el
Borsò aclara que más bien esta tiene que estado o la nación misma. Ayala logra res-
revelar el horror con todo su esplendor. catar varios aspectos de las tres obras que
En esta literatura de la desilusión queda le dan a la comparación plausibilidad, sin
poco claro de qué manera la interfaz o el que esta se lleve a cabo explícitamente. La
juego entre los dos niveles se mantiene en comparación (sobre todo entre Vidal y
pie. Si bien Borsò asegura que este afuera Wieder, cuyo parecido fonético es innega-
de la violencia solamente permanece en ble) termina siendo en general muy corta.
silencio, innombrable, la primera tesis es Sarah Fallert contribuye al libro con
que la literatura presenta un juego, una un artículo sobre la violencia en la socie-
relación que no termina ni se deshace. dad posmoderna en La pista de hielo y sus
¿Cómo entender el juego entonces, cuan- consecuencias en la forma del género de
do la realidad horripilante encuentra su la novela policiaca. En una primera parte
expresión en la literatura de Bolaño? Por Fallert se sirve de la teoría de la posmoder-
otro lado, no es muy claro de qué manera nidad de Gilles Lipovetsky para marcar
los cuadros no representativos sino expre- los indicios de una sociedad posmoderna
sivos de la violencia (en los que la imagen en la novela de Bolaño. Algunos aspec-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

y lo representado se equiparan de forma tos terminan no diferenciándose verda-


bejaminiana) pueden ser expresión de vi- deramente de una sociedad moderna (el
talidad, al mismo tiempo que se les nie- individualismo y el perspectivismo) y su
ga cualquier tipo de realidad distinta a la característica posmoderna termina siendo
de un silencio absoluto. La sangre parece muy poco clara. Fallert logra sin embargo
limitarse a la derramada (de una mane- mostrar cómo aquella “violencia hard” de
ra muy minimalista, como Borsò misma Lipovetsky (periférica y gratuita) defor-
paradójicamente señala), es decir, a una ma entonces lo que se venía entendien-
de las partes de la interfaz, que se queda do como lo policiaco clásico: el enigma
por consiguiente sin la otra, de tal forma del crimen se pierde y con ello la trama
3 04 detectivesca en sí. En su intento de mos- la novela con la última, justamente en la
trar lo posmoderno en el género policia- que el género de la biografía es explícito
co, Fallert recurre al rol del lector como (esta comparación queda solamente esbo-
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detective o agente activo en medio de un zada al final del artículo). Partiendo de


texto lleno de perspectivas dispares. No una comparación con la última parte de
obstante, cabe aclarar que este rol activo 2666, las vidas de las mujeres asesinadas
del lector no puede ser entendido como quedarían muy por debajo de la de Hans
un aspecto posmoderno (el mismo Julio Reiter y con esto el supuesto proyecto de
Cortázar lo hizo célebre), ya que es resul- justicia con la memoria de las vidas de las
tado de un perspectivismo que nutrió y víctimas se vería desvirtuado: la gran na-
forjó la literatura moderna de comienzos rración de la vida del poeta macho y las
del siglo xx y, se podría decir, a toda la muchas cortas vidas insignificantes de las
novela desde entonces hasta nuestros días. mujeres de la periferia.
Por otro lado, el muchas veces innecesario Jobst Welge se apunta al mismo pro-
uso de comillas y la gramática un tanto yecto de Witthaus al mostrar la posmoder-
alemanizada del texto afecta la muy inte- nidad literaria en Bolaño, especialmente
resante argumentación de Fallert. en Los sinsabores del verdadero policía y en
En cuanto a las figuraciones literarias 2666, y al hacerlo cae en los mismos errores
de la vida, lo biográfico desempeña un que se han señalado anteriormente: Welge
papel crucial en la obra del autor chileno. se sirve del concepto de sideshadowing para
Jan-Henrik Witthaus propone entonces mostrar los momentos antiapocalípticos
el concepto de “biografía negativa” para de las novelas. De esta manera logra mos-
comprender el punto cero de lo biográfi- trar una contradicción intrínseca en las no-
co en “La parte de los crímenes” de 2666. velas de Bolaño (entre apocalíptico y con-
La biografía negativa parte de un registro tingente, entre unidad y fragmentación,
neutro (el informe forense o policial) para entre centro y periferia, etc.) que parece ser
así, desde la “protonarratividad” de los el motor mismo de la obra. Welge señala
gestos de vida, abrir un espacio literario entonces aquellas micronarraciones frag-
para la biografía. De esta forma, las vidas mentarias innecesarias que rompen con
reducidas a la insignificancia de víctimas el hilo épico pero que, al mismo tiempo
y de números en un catálogo forenses son y contradictoriamente, representan la po-
elevadas a un registro mayor. Witthaus sibilidad de un orden englobador. Si bien
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

logra mostrar de qué manera en la obra queda claro que 2666 tiene una estructura
de Bolaño lo biográfico aparece como fragmentaria y un tanto caótica, no queda
un procedimiento que busca hacer jus- claro de qué manera se debería entender la
ticia ante un discurso que solamente ha eludida unidad de la novela.
enmudecido a las víctimas. Sin embargo, Pocas obras han dado tanto de qué
queda muy poco claro qué se entiende hablar en el mundo literario hispánico
exactamente por lo biográfico y, sobre como 2666 y Cien años de soledad. Una
todo, dónde están las delimitaciones de comparación entre estas dos novelas pa-
este concepto. En este caso sería pruden- recería ser una tarea imposible si se parte
te comparar lo biográfico de esta parte de del claro rechazo de Bolaño a la literatura
del boom, una tarea sin embargo que lleva Susanne Schlünder analiza, de manera 305

acabo Peter Elmore en su audaz artículo. estructurada y detallada, la escritura pos-


El concepto que sirve de vínculo para el dictatorial en Nocturno de Chile. En este

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análisis comparativo es uno que termi- claro y conciso análisis, Schlünder resal-
na sin aclararse y sin jugar realmente un ta cuatro estrategias claves de la escritura
papel importante en el análisis: la novela antipinochetista en Bolaño: la omisión y
total. Elmore trata de ‘medir’ la novela de reacentuación, la digresión, la alegoriza-
Bolaño con la novela de García Márquez ción y la metaliteraridad. De forma bre-
partiendo de dos temáticas que, según ve, la autora logra describir una escritura
el autor, tiene en común la novelística bolañesca que se inscribe en el discurso
latinoamericana del boom: la filiación político y literario de la posdictadura. En
y la autoría. Elmore trata en extenso la la novela, la plurificación de las formas y
primera temática que no obstante com- de los discursos y la ambiguación de to-
prende solamente un aspecto bastante dos estos, reflejan un proyecto literario
minoritario en 2666. Si bien Lalo Cura que no solamente responde a una agen-
y María Expósito representan (como la da política de la memoria sino que toca
muy concienzuda lectura de Elmore ha aspectos claves de la estética literaria: la
demostrado) aquella temática de la filia- posibilidad y las fronteras de la escritura
ción que puede ser comparada con la de sobre el horror. En el defecto de su bre-
los Buendía en Cien años de soledad, su vedad, este artículo da un impulso para
importancia en la trama no alcanza ni a un proyecto investigativo más amplio que
un cinco por ciento del contenido de la trate de perseguir en extenso esta temática
novela. Ahora bien, si el tema de la filia- en la obra de Bolaño.
ción juega un papel importante, es sola- La colección de artículos trata cons-
mente al final de 2666, cuando Archim- tantemente la temática de los límites y sus
boldi y su descendencia cierran el circulo transgresiones. Uno de los análisis sobre-
temático entre literatura y violencia salientes es el de Benjamin Loy, en el cual,
(lastimosamente este aspecto queda sola- tratando de rescatar el por muchos igno-
mente mencionado al final del artículo). rado tema del humor en Bolaño, delinea
Elmore descuida el segundo tema de la la muy permeable frontera entre el llanto
autoría y la segunda parte de la compara- y la risa en la obra del chileno. Partiendo
ción (la novela de García Márquez) para del entendimiento de Plessner del llanto
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

dedicarse a marcar los escasos pasajes en y la risa como expresiones ante una expe-
2666 donde la filiación juega un papel riencia límite, traumática o innombrable,
importante. Cabe preguntarse finalmen- Loy logra mostrar cómo el humor sirve
te si esta temática no es una reducción de estrategia dentro y fuera de la obra li-
arbitraria de las dos caudalosas novelas. teraria: por un lado estrategia de supervi-
No obstante, a pesar de las dificultades de vencia de los personajes en el mundo ho-
semejante proyecto comparativo, Elmore rrorífico bolañesco, reflejo del no menos
logra iniciar una aproximación teórica desastroso mundo de fin de milenio, y
hacia una lectura histórico-literaria de la por otro lado, al nivel estético y artístico,
extensa novela de Bolaño. la estrategia del humor al abrir de igual
3 06 manera las puertas, de forma marginal y tro aspectos están implícitos en la obra de
vanguardista, a un mundo estético donde Bolaño y cómo estos aparecen relaciona-
la posibilidad creativa se venía agotando. dos con la figura del vampiro, no queda
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

El humor es entendido entonces como muy claro de dónde se parte para llegar a
elemento de lucha contra el canon serio estos cuatro puntos, ya que para esto sería
y hermético. Loy presenta dos de las es- indispensable una comparación con otras
trategias humorísticas de Bolaño: la iro- figuras vampirescas de la literatura. Los
nía y lo grotesco. La ironía es entendida temas de la transgresión y de la circula-
como estrategia que subvierte un orden ción llevan a otro gran tema de indudable
vertical epistemológico de una verdad es- importancia en la obra de Bolaño y que
tática, haciendo de esta un arma que sirve viene a ser analizado en el aporte de Jani-
de muchas maneras para la superviven- na Konopatzki: lo limítrofe o fronterizo.
cia dentro del horror, para la ampliación Konopatzki pretende analizar este com-
del locus ludicus literario y para propiciar plejo tema desde la forma y el contenido
una revisión crítica de la modernidad ya de la obra del chileno, se limita sin em-
implícita en toda la obra del chileno. No bargo al contenido: si bien la autora seña-
obstante, aparece un problema en el aná- la el claro sistema rizomático subyacente
lisis al recurrir justo en este punto al tema en la obra bolañesca, este se gesta por re-
de los feminicidios en 2666: si bien el len- sonancias al nivel de contenido. Valdría la
guaje puede calificarse, en algunas partes, pena también especificar de qué manera
verdaderamente de irónico (el lenguaje de lo fronterizo está implícito en un pensa-
archivo, etc.), valdría la pena aclarar si la miento del rizoma en la obra de Gilles
ironía aparece en este sentido despojada Deleuze y Félix Guattari. El concepto de
de todo aspecto humorístico. ‘Irónico’ y la frontera o de lo territorial (le territoire)
‘chistoso’ no son sinónimos, pero si la iro- representa ya de por sí un reto al interpre-
nía es entendida como estrategia humo- tarlo en el concepto de lo rizomático. Por
rística, se puede llegar muy fácilmente a otro lado es indudable que, como Kono-
una conclusión apresurada. En este caso patzki ha mostrado, la novela se sirve de
parecería más pertinente hablar de una la intertextualidad (dentro y fuera de la
escritura grotesca sobre los asesinatos, lo misma obra del autor) para resquebrajar
cual respondería a la segunda estrategia las fronteras del texto, abrirlo y dejarlo en
que Loy discute al final de manera breve circulación con muchos otros: la fronte-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

pero concisa. ra entendida como puente. Vale la pena


Matei Chihaia le apuesta a un tema señalar al respecto de Konopatzky la atri-
bastante amplio y complejo en la litera- bución terriblemente errónea de La vie,
tura de Bolaño: el vampirismo. Su artí- mode d’emploi a J. M. G. Le Clézio (p.
culo parte de cuatro características que 184), partiendo del hecho de que esta no-
parecen estar vinculadas a la figura del vela inmortalizó a George Perec y de la
vampiro en la obra del chileno: el circui- inmensa importancia que el autor francés
to, la transgresión, la intertextualidad y desempeña en la obra de Bolaño.
la relatividad histórica. Si bien el artículo La editora del libro, Ursula Hen-
logra mostrar de qué manera estos cua- nigfeld, se propone analizar en su artí-
culo también el tema del límite y de la paródica de un discurso para, de esta for- 307

transgresión, no obstante desde la pers- ma, subvertirlo: ahora bien, si este proce-
pectiva de lo asqueroso y de lo abyecto. so es evidente en “La parte de los críme-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


La difuminación de las fronteras, la in- nes” (un lenguaje forense que viene a ser
determinación que lleva a esa transgre- modificado como Jan-Henrik Witthaus y
sión limítrofe ya señalada por Konopat- Benjamin Loy muestran en sus artículos),
zki encuentra en el concepto del asco el autor se refiere a “La parte de los crí-
un marco teórico que logra sintetizarla ticos”, donde el lenguaje de los literatos
exitosamente. Sin embargo, no se logra nunca se filtra al nivel de la narración.
dilucidar bien si aquella “poética de lo En este caso los personajes se presentan
abyecto y asqueroso” (p. 190) debe ser caricaturescamente, pero su lenguaje no
entendida al nivel del contenido o al ni- viene a ser parodiado específicamente. No
vel de la recepción; sería necesario deli- obstante, González logra mostrar cómo la
mitar lo asqueroso como tema de lo as- plurifonía en la obra de Bolaño mantie-
queroso como elemento estético. Si bien ne implícita una crítica antiinstitucional
“La parte de los crímenes”, por ejemplo, contundente. Extraña por otro lado que
puede llevar a un asco por parte del lec- un artículo como este pueda acabar sin
tor, este asco encuentra sus límites en lo siquiera una mención de la obra de Ni-
que la misma Hennigfeld señala como la canor Parra, el precursor de una tradición
“habituación al horror”. Por otro lado, literaria en la que el humor y la crítica a la
el ejemplo presentado por la autora no institucionalidad literaria juegan un papel
logra ser convincente: la serpiente parece importantísimo.
resistirse a ser entendida como un moti- La publicación en su totalidad mues-
vo meramente asqueroso, y de esta ma- tra una clara sintomatología de la lectura
nera este remite a la difícil pregunta de crítica de la obra de Roberto Bolaño: la
la relatividad de este concepto estético. dificultad para dilucidar teóricamente su
El último artículo del libro se aparta caudaloso imaginario del horror. Un claro
de la temática de lo limítrofe y se propo- síntoma es el especial interés que se le da
ne señalar los aspectos antiinstituciona- a Estrella distante y a la cuarta parte de
les en la obra bolañesca. José González 2666 (“La parte de los crímenes”), la cual
Palomares entiende la ficcionalización, termina siendo poco esclarecida y más
muchas veces paródica, de instituciones enigmática que nunca. El resultado de
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

culturales y políticas y la recurrencia a todos los análisis es fragmentario y poli-


una escritura transgresora de estilos y co- facético, lo cual es al mismo tiempo signo
rrientes establecidas como elementos de de una literatura ilimitada, infinita e in-
crítica antiinstitucional en la obra de Bo- sondable. El resultado constata entonces
laño. Ahora bien, aunque este elemento que las figuraciones del horror en la obra
claramente puede encontrarse en la obra del chileno han logrado revelar su profun-
del chileno, los ejemplos presentados por dísimo y terrible abismo interior.
González son desafortunados: partiendo
de un entendimiento de Bajtín de la pa- Camilo Del Valle Lattanzio
rodia, el autor habla de la reapropiación (Universität Salzburg)
3 08 Verónica Garibotto: Crisis y reemer- to “El gaucho insufrible”, de Roberto
gencia. El siglo XIX en la ficción contem- Bolaño, que muy al estilo bolañesco pa-
poránea de Argentina, Chile y Uruguay rece reescribir todos los textos anteriores
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

(1980-2001). Lafayette: Purdue Univer- del siglo xix —Facundo, El matadero, La


sity Press 2015. 228 páginas. cautiva y Martín Fierro— para repensar
la Argentina en su momento de la es-
Crisis y reemergencia, de Verónica Gari- critura: el 2000, el año de la gran crisis
botto, es un estudio crítico, analítico y (capítulo 5).
exhaustivo de cómo escenas y pasajes de La pregunta obvia que surge y logra
la literatura decimonónica del Cono Sur contestar Garibotto a lo largo de su aná-
se reescriben en la literatura contempo- lisis es por qué estos textos fundaciona-
ránea de la región, especialmente en Ar- les decimonónicos, reconocibles para un
gentina, país al que la autora le dedica un lector culto reaparecen trastocados, pero
análisis más extenso. Los libros funda- reconocibles aún, en las ficciones del
cionales del siglo xix como El matadero, siglo xx argentino. Es con César Aira,
de Esteban Echeverría, se reescriben con en La liebre y Un episodio en la vida del
ciertas variaciones en dos novelas con- pintor viajero —y con las otras nueve
temporáneas de Carlos Gamerro: Las novelas del ciclo pampeano del autor,
islas y El sueño del señor juez (capítulo donde también destaca Ema la cautiva,
5). El Martín Fierro de José Hernández a la que la autora hace una breve refe-
y El Facundo de Domingo Faustino Sar- rencia—, donde Garibotto empieza a
miento se reescriben literal y figurati- darnos una respuesta más puntual: la
vamente en las ficciones de César Aira, metaficción de Aira tiene como objetivo
que conforman el análisis de Garibotto mostrar la pampa como ese espacio de-
en La liebre y Un episodio en la vida del sértico, vasto y fundacional visto como
pintor viajero (capítulo 3). El poema La el centro de la barbarie en la anclada y
cautiva, también de Echeverría, hace su recurrente dicotomía de civilización con-
aparición metafórica y problemática en tra barbarie sobre la que se construye el
las ficciones de Aira; y, sobre todo, en la eje de la nación en el siglo xix (Facundo
novela Los cautivos, de Martin Kohan, es el epítome de este binarismo). Toda
donde no solo el argumento de la no- esa dualidad es subvertida en la serie de
vela recrea dicho poema fundacional, ficciones que analiza la autora.
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

sino que el autor decimonónico apare- Desde el Estado, el discurso oficial y


ce como personaje desde la carátula del liberal se encargó de promover la “Cam-
libro, y la ficción ocurre en la hacienda paña del Desierto” en 1880 (nótese que
Las Toldas, donde Echeverría dejó es- en 1978 el ejército argentino comenzó
condido El matadero. Esta última nove- la reivindicación de esa campaña), en la
la, la de Kohan, también es una reescri- que se aniquiló a todo aquel que no fue-
tura a su manera de El Martín Fierro, ra visto como parte de la nación, princi-
de Hernández (capítulo 4). Por último, palmente a los gauchos. 1880 es el mo-
en esta serie de reescrituras no textuales mento cumbre de “civilizar” a través de
Garibotto cierra su análisis con el cuen- la guerra, y esto no solo es exclusivo del
Estado-nación de Argentina, sino tam- El poema La cautiva está presente 309

bién de Chile y, en una manera un poco desde el título en Los cautivos, de Martín
distinta, de Uruguay. Todas estas ficcio- Kohan. En la novela, el lector reconoce

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nes fundacionales validan ese discurso. uno por uno los componentes típicos
La subversión que hacen autores del del relato nacional: los gauchos, repre-
siglo xx como Piglia, Aira, Kohan, Bo- sentados como borrachos y primitivos
laño y Gamerro quiere volver explícito, son parte indistinguible del desierto; y
e incluso dejar en ridículo, ese discurso los federales son violentos como en El
de pertenencia a la nación por parte del matadero. Los unitarios son representa-
Estado, según el cual aquél que no perte- dos como seres cultos (con su lenguaje
nece merece ser aniquilado. En Aira esta refinado y su forma distinta de vestir).
subversión es muy evidente, porque en En la llanura todo es vacío porque no ha
cierto momento de sus ficciones la na- llegado el progreso. Los cautivos empie-
rración se disloca y “enloquece”, lo cual za con estos patrones de representación
pone en primer plano su propia artificia- pero luego los subvierte. Kohan muestra
lidad y los parámetros de su propia cons- el enfrentamiento entre el lenguaje culto
trucción. En otras palabras, lo que hace y el vulgar. Los gauchos de Los cautivos
César Aira es mostrar cómo esa narrativa hablan como se habla en la calle de Bue-
fundacional es construida a propósito, nos Aires en el momento de la escritura
con objetivos claros. En su ciclo pam- de la novela; un lenguaje que representa
peano los gauchos hablan de genética y a los marginales, pobres y excluidos de
son sumamente cultos, y los militares, la sociedad bonaerense actual, a los que
por el contrario, son los que destruyen en jerga argentina se les llama “negros”.
todo lo que encuentran a su paso y se- Es de esta manera que la autora conecta
cuestran a la gente (inversión directa del de manera provocativa el discurso libe-
poema decimonónico La cautiva). Esto ral del siglo xix de formación del Esta-
hace que el lector sea más consciente del do-nación con los procesos de margina-
uso del pasado como metaficción. Ga- ción social más grandes de las últimas
ribotto señala que “el siglo xix argenti- décadas en América Latina: los noventa
no es el laboratorio en el que se crean neoliberales. En los noventa, cambia por
las figuras típicas del imaginario argen- completo la configuración del imagina-
tino y la máquina de narrar la nación. rio nacional y, además de enfatizar como
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Como pone de manifiesto la ficción de pocas veces antes las distinciones de cla-
Aira, es un sistema de enunciabilidad se, se trae al centro del discurso social
que dicta las reglas de formación (clasi- aquellas diferencias raciales y étnicas que
ficación, descripción, traducción, etc.) habían permanecido invisibles durante
que permiten la construcción del relato un siglo. La categoría “negro”, explica
nacional” (p. 110). Las ficciones de Aira Garibotto, que se expande cada vez más
proponen una arqueología del siglo xix junto con los índices de pobreza, se frag-
como sistema de enunciabilidad, dice la menta en nuevas categorías que, ahora sí,
autora, mostrando explícitamente que verbalizan la diferencia étnica: al “negro”
son construcciones. se añaden “el boliviano”, “el paraguayo”
3 10 y “el peruano”. Estos personajes, que es- merro vuelve explícita la brutalidad de
tán fuera del imaginario nacional, harían las leyes que conforman el corpus legal
las veces de aquellos gauchos o bárbaros de la “civilización” (así como Aira vuelve
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

que el discurso liberal del siglo xix tenía explícita la metaficción de los discursos
dificultad en incluir en la idea de nación fundacionales decimonónicos), y Ga-
(a menos que se civilizaran, como ocurre merro, por su parte, vuelve explícito lo
en “La vuelta” con el gaucho Martín Fie- maquiavélico de esa ley excluyente que
rro). Si bien en estas ficciones contem- hace que unos sean considerados ciuda-
poráneas no se alude explícitamente a danos y otros no. En otras palabras, Ga-
esas nacionalidades mencionadas, el mo- merro pone en primer plano el carácter
mento de escritura de estas novelas y las manipulable, relativo y arbitrario de los
crisis post dictatoriales de estos años le proyectos de ley del Estado argentino y
permiten al lector reconocer fácilmente muestra cómo ese discurso excluyente
quiénes son los “nuevos” marginados de convive con el de la modernización. Este
la nación. Se culpa a los “negros” (bo- punto es central, porque en las ficcio-
livianos, paraguayos y peruanos) de la nes del Cono Sur que estudia Garibotto
falta de empleo, del alza en los índices —aquí la ficción chilena El viaducto, de
de delincuencia y del empobrecimiento Darío Oses, cobra relevancia (capítulo
general: el discurso social (junto con el 2)— se muestra en todas ellas cómo la
discurso político oficial) “deseconomi- deslegitimación de ciertos ciudadanos de
za”, “extranjeriza” y “desnacionaliza” los los Estados chileno, argentino y urugua-
efectos negativos del neoliberalismo. De yo, es contradictoriamente respaldada
esta manera, al volver a la ficción del si- por todos los símbolos de modernidad:
glo xix, la autora quiere mostrar cómo grandes transnacionales, infraestructura
ese discurso liberal vuelve a marginar de país primermundista, trenes, metros
(ahora a otros ciudadanos) en el 2000, subterráneos, etc. En la ficción de Ga-
momento cumbre de la crisis neoliberal merro este hecho se concreta en la gran
en Argentina. empresa transnacional de la familia Ta-
Hay un momento particularmente merlán, y en la ficción de Osés, en la
interesante en el libro y consiste en el construcción del viaducto.
análisis de El Martín Fierro. Si en “La En los dos primeros capítulos del li-
ida” el gaucho Fierro se rebela contra la bro la autora va trazando una primera
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ley y se sumerge en el desierto, rebelán- cronología de novelas que cuestionan


dose contra toda norma, en “La vuel- los discursos oficiales sobe la dictadura,
ta”, como se sabe, lo primordial es la como es el caso de Respiración artificial,
domesticación de ese gaucho por parte de Ricardo Piglia, quien utiliza la figura
del Estado y su regreso desde la frontera. de un personaje ficcional del siglo xix
En “La vuelta”, Hernández hace que el argentino, Enrique Ossorio, para jugar
gaucho Fierro se convierta en un buen con los tiempos del pasado y el presen-
ciudadano según los parámetros civiliza- te. Ossorio comparte rasgos reconocibles
dores de la época. Al reescribir el género con algunos de los miembros de la Aso-
gauchesco en El sueño del señor juez, Ga- ciación de Mayo, lo cual permite referir
por transitividad a la última dictadura demostrar cómo en el siglo xx hay una 311

militar. Este personaje hace posible la redefinición de la figura del caudillo y


construcción analógica del relato y sir- del intelectual. En Argentina, los libros

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ve de nexo entre el pasado y el presente: Don José: La vida de San Martín y El
el rosismo decimonónico puede remitir informe: San Martín y el otro cruce de los
a los setentas, porque la novela alude a Andes, ambos de Kohan, muestran cómo
la similitud de los tiempos entre el siglo los líderes contemporáneos se apropian
xix y la dictadura militar de El Proceso. de estos héroes del siglo xix para promo-
Garibotto muestra cómo Piglia regresa ver sus propias agendas discursivas. Un
al Facundo no como modelo previo a caso ejemplar que no aparece en el libro
imitar sino, justamente, para lo contra- de Garibotto pero me parece relevante e
rio: Piglia le da la palabra a los “otros”, ilustrativo de lo que este quiere explicar,
a los excluidos de este proyecto civiliza- es el de Simón Bolívar. En los últimos
dor que la Campaña del desierto quiso años comprendidos en el estudio de la
implementar (y que de hecho realizó). autora (1990-2000), los presidentes de
“Piglia”, dice Garibotto, “coloca la hete- Bolivia (Evo Morales), Perú (Ollanta
rogeneidad en el centro del relato y deja Humala), Nicaragua (Daniel Ortega),
que los excluidos asuman su propio dis- Venezuela (Hugo Chávez), Rafael Co-
curso” (p. 20). No solo eso: la relación rrea (Ecuador) han utilizado la figura de
epistolar entre dos personajes de la no- Bolívar en sus discursos de integración
vela, hace que el lector conozca hechos social y en su política contra el neo-
no oficiales de la historia argentina. De liberalismo. En algunos casos Bolívar
esta manera, el libro de Garibotto em- tiene la tez blanca, en otros es mestizo,
pieza con la gran pregunta, de qué es en otros es zambo, y a veces es mulato.
ficción, qué realidad, cuál es la historia Se sabe que Bolívar nunca defendió las
oficial y cuál es la historia no oficial, no causas de los excluidos, y menos de los
necesariamente compartida a los otros indígenas. Por el contrario, defendió a la
ciudadanos. élite y rechazaba la idea de la pardocra-
Por último, el libro, pone de ma- cia. De esa manera, muchos próceres de
nifiesto el uso de distintos próceres de la patria del siglo xix han sido tomados
la patria en los tres países estudiados y por las élites y por el discurso oficial del
muestra el caso de José Gervasio Arti- Estado para reforzar lo que quiere decir,
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

gas en Uruguay en la obra de teatro Y que no necesariamente es lo que estos


nuestros caballos serán blancos, del uru- “héroes de la patria” dijeron. En el caso
guayo Mauricio Rosencof, que recupera de Bolívar, de hecho, lo que el discurso
al personaje histórico y lo resemantiza oficial sostiene sobre él es absolutamente
con fines políticos y coyunturales. El au- lo contrario de lo que pensó, y de cómo
tor, después de ser torturado y encerra- actuó el “héroe”.
do, se convirtió en líder del Movimiento
de Liberación Nacional Tupamaros, y la Carolyn Wolfenzon
figura de Artigas pasó a ser el símbolo de (Bowdoin College, Brunswick,
la lucha revolucionaria. Garibotto quiere Maine)
3 12
3. HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES: ESPAÑA Y PORTUGAL
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

Antonio Cortijo Ocaña: Herejía, Inqui- James Salgado es el nombre de alguien


sición y Leyenda Negra en el siglo XVII. a cuya firma se adscriben numerosos li-
(James Salgado, el Hereje: Vida y obra de bros publicados en Inglaterra en las dé-
un ex sacerdote español). Barcelona: Ca- cadas de 1670 y 1680. Cortijo sospecha
lambur 2016. ISBN 978-84-8359-368- (como nos descubre solamente al final de
54. 447 páginas. este libro) que se trata tan solo de un nom
de plume tras el que se camufla un interés
La historia de los siglos xvi y xvii no escondido en apariencia pero que, con el
deja de sorprendernos por su actualidad paso de los años, se ha hecho muy eviden-
y por su modernidad, valga la redun- te. Los libros de Salgado son en su ma-
dancia. Como si de una narrativa de es- yoría de temática religiosa y pertenecen a
pionaje encuadrada en la Guerra Fría se los campos de la disputa y de la apología.
tratara, con dobles agentes y telones de En sus publicados, Salgado se describe a
acero, imperios del mal y del bien y en- sí mismo como un ex sacerdote español
frentamientos entre ideologías tendentes que, afectado por serios problemas de
al totalitarismo, Cortijo reconstruye las conciencia, decide abandonar el catoli-
disputas de religión entre católicos y pro- cismo en favor del protestantismo. Con
testantes acontecidas en el seiscientos. Tal ello da inicio a toda una serie de aventuras
como sugiere el autor, en ocasiones parece asombrosas, como escapar a duras penas
que estamos ante la travesía novelesca del de las garras inquisitoriales, ser más tarde
protagonista de El Hereje de Delibes, solo apresado por parte del Santo Oficio, ir a
que en la obra aquí reseñada se desgrana la cárcel, verse condenado a galeras, pro-
la vida y andanzas de una persona que, tagonizar una nueva escapada con huida
al menos en teoría, existió en realidad. a Francia y Holanda, para desde allí pasar
El contexto en que todo acontece no es a Inglaterra, reino descrito por él mismo
exclusivamente derivado de una disputa como remanso de paz para perseguidos.
teológica, sino que hunde sus raíces en En las obras de James se da rienda suelta a
la campaña de desprestigio de lo español la Leyenda Negra hispánica a todos los ni-
conocida con el nombre de Leyenda Ne- veles, desde documentar los horrores del
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gra, detrás de la cual subyacen, como sue- Santo Tribunal a describir como “salvaje”
le acontecer en la historia, diversos tipos la fiesta de los toros: Salgado es uno de
de intereses crematísticos. El acceso a las los primeros narradores en detalle de la
fuentes de riqueza, hoy como ayer, ayer tauromaquia española, a la que considera
como hoy, se dirime entre estados o impe- representativa de un pueblo bárbaro, atra-
rios que luchan una batalla desigual, don- sado y sangriento. Además, al lado de su
de hay superpotencias y países de menor autobiografía llena de vivencias persona-
escala que tienen que buscar estrategias les, se alaban importantes acontecimien-
de diverso estilo para obtener un mercado tos de la época, como el nacimiento de la
donde colocar sus productos. reina Isabel I de Inglaterra. Salgado tiene
también una notable vena novelística que quier ayuda era poca en el intento deses- 313

se manifiesta en varias de sus obras, colec- perado por acceder a las fuentes económi-
ciones de relatos a modo de las historias cas de la riqueza de Inglaterra, razón por

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trágicas y la narrativa de los novellieri de la cual este contexto concreto y adecuado
moda en Italia y Francia, incluso en la Es- en el que insertar (y explicar) algunas de
paña del momento. Como ya hicieran el las disputas religiosas que marcaron esta
genio de Boccaccio y todos sus continua- época es el mayor éxito de la monografía
dores, muchas de estas historias tienen que aquí se comenta.
como protagonistas a frailes y monjas, a Esta breve reseña no hace justicia a
quienes se utiliza para ejemplificar la hi- Herejía, Inquisición y Leyenda Negra en
pocresía y el engaño, describiéndolos a el siglo XVII. El libro de Cortijo es mucho
todos como falsos religiosos quienes, en más. El análisis del concepto de Leyenda
realidad, tan solo están deseosos de gozar Negra se hace mediante el estudio de nu-
los placeres carnales. merosos textos ingleses contemporáneos y
Cortijo desenreda el ovillo narrativo el desmenuzamiento de las circunstancias
para desmenuzar en notas los contextos históricas que los provocan y explican. La
de confrontación doctrinal religiosa y de parte referente a las colecciones de nove-
polémica panfletario-política en el mo- las de Salgado identifica con profusión las
mento histórico en que se encuadran las fuentes de numerosos cuentos. Por lo que
obras firmadas por Salgado. Al seguir ti- respecta a las farragosas obras teológicas
rando del hilo, encuentra una curiosa co- y doctrinales, Cortijo explica los puntos
nexión entre los protagonistas de muchos de teología capitales para la intelección de
de los relatos de Salgado (que no son sino los mismos. En resumen, lo que este libro
jesuitas) y el inverosímil clima antijesuíti- presenta en su conjunto (y ahí radica su
co que se vivía en la Inglaterra del deno- enorme acierto) es la recuperación de un
minado Popish Plot, el complot papista autor y de un conjunto de obras absoluta-
que en 1678 a punto estuvo de derrocar mente desconocidos, al tiempo que se es-
el poder protestante en Inglaterra. Cor- tudia con detalle la interacción literaria y
tijo enlaza estos condicionantes de polí- propagandística para insertarla en las apa-
tica interior británica con las oportunas sionantes circunstancias ideológicas que
conexiones con la política europea y espa- los vieron nacer. Parecen suficientes razo-
ñola del momento, que es precisamente nes como para recomendar con dilección
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

la clave para poder entender las referen- su lectura, sobre todo a todos aquellos
cias oscuras de muchas de estas obras. La que quieran salirse del mundo de autores
conclusión a la que llega es inapelable: no y obras canónicas ya muy conocidos de
existió nunca nadie que se llamara James esta época, y deseen comprender algunos
Salgado, sino que tras dicho nombre se de los intrincados resortes y manejos del
esconde un intento más por parte del pro- poder en el apasionante laberinto históri-
testantismo inglés de lanzar una campaña co y cultural del siglo xvii.
de desprestigio de lo español y de lo ca-
tólico en el clima presidido por la lucha Leticia A. Magaña
entre los incipientes nacionalismos. Cual- (Universidad de Alicante)
3 14 Antonio Ramos Oliveira: Un drama his- No podría, en puridad, encontrarse
tórico incomparable. España 1808-1939. mejor introductor. Hispanista eminente,
Edición y estudio preliminar de Walther Bernecker combina un conocimiento pro-
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L. Bernecker. Pamplona: Urgoiti Edito- fundo de la historia de España y de Mé-


res 2017. CLXIV + 814 páginas. xico, aparte de que, por su nacionalidad,
está en perfectas condiciones de enjuiciar
Antonio Ramos Oliveira (Huelva la parte de la obra de Ramos Oliveira rela-
1907-México 1973) fue un periodista cionada con Alemania. Quien esto escri-
e historiador español. Es conocido por be felicita calurosamente al introductor y
una historia de Alemania y otra de Es- a la editorial por rescatar del olvido esta
paña, amén de otras obras y artículos en parte del trabajo sobre España del autor
relación con ambos países y con México. onubense. Bernecker ha enriquecido su
Fue durante algún tiempo director de El estudio preliminar con una relación com-
Socialista y agregado de información, en pleta de los trabajos de Ramos, desglosada
la moderna terminología, en la embaja- en libros (cuatro de 1932 a 1935), artícu-
da de la República española en Londres los, contribuciones a medios periodísticos
durante la Guerra Civil. Posteriormente (diarios, semanales, mensuales y otros),
ingresó en Naciones Unidas y desempe- sin olvidar nueve traducciones de libros
ñó varios puestos como consejero de in- en alemán e inglés.
formación y, a veces, consejero político Esta extensa obra responde a diferen-
en varios países europeos y latinoameri- tes motivaciones. Una gran parte, artícu-
canos. los y reelaboraciones de artículos, tiene
El profesor Bernecker ha tomado la un indudable sesgo profesional. Ramos
parte de la Historia de España escrita por Oliveira trabajó largo tiempo como perio-
Ramos Oliveira correspondiente al siglo dista. Sin formación académica conocida,
xix, tratado temáticamente, y la parte se hizo periodista por la vía autodidacta.
del siglo xx que discurre hasta el final de Empezó como redactor de extranjero en
la Guerra Civil. Ambas conforman una El Socialista a finales de los años veinte
obra de más de 800 páginas. Va precedida del pasado siglo. Poco después fue envia-
de un estudio preliminar de algo más de do como corresponsal en Berlín. En 1931
150. En él Bernecker ha hecho un autén- ascendió a redactor-jefe. También trabajó
tico alarde de erudición, profesionalismo en Claridad. Bernecker examina con de-
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y crítica acerca de la trayectoria y obra talle la interacción entre esta evolución


del autor que deja en mantillas las escasas profesional y la producción intelectual de
informaciones que sobre él existían hasta Ramos Oliveira. En ella tiene un papel
ahora en la literatura. Recuerda, con ra- esencial su inmersión en el debate socia-
zón, que a Ramos Oliveira se le ha citado lista en unos años clave para la historia de
con frecuencia, pero de manera dispar y la Segunda República.
sin que quienes lo citan hayan nunca de- Las experiencias en Berlín de Ramos
mostrado un conocimiento profundo de Oliveira dieron lugar a numerosos artí-
su persona y, lo que es más importante, culos sobre la situación alemana. Desde
de su obra. entonces siempre ocupó un lugar desta-
cado en el elenco de sus preocupaciones política exterior y con una improvisada 315

intelectuales e históricas la confrontación carrera diplomática de nuevos cuadros en


con el nacionalsocialismo y el fascismo. la que no brilló excesivamente el talento.

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


Bernecker alude, en paralelo, a los traba- Ramos cubrió numerosos frentes. Su ofi-
jos de Araquistaín derivados de su propia cina de prensa difundió publicaciones a
experiencia como embajador republica- millares de ejemplares y todavía se apañó
no en Berlín en la quiebra definitiva de para producir ocho opúsculos en los que
la legalidad de Weimar y el comienzo de demostró su capacidad analítica y polé-
la dictadura hitleriana. Ramos Oliveira mica rompiendo sendas lanzas a favor de
se convirtió en un puntal de la tendencia la República. Tuvo incluso tiempo para
caballerista dentro del PSOE. Con algu- publicar además numerosos artículos en
nas singularidades. Marxista sin fisuras, La Vanguardia y El Socialista. Tampoco
innovó hasta cierto punto con su obra El vaciló en enfrentarse con popes del con-
capitalismo español al desnudo en la que se servadurismo o de la inteligencia de iz-
preocupó de dar un soporte empírico a quierda británicos, incluido el después
sus disquisiciones teóricas. tan reverenciado George Orwell.
En mi opinión, el análisis de Bernec- La derrota sin paliativos dejó a Ramos
ker de la evolución de Ramos Oliveira a Oliveira aparcado en Londres. Durante
la par de las oscilaciones de las discusio- este período pasó a ocuparse de temas más
nes intra-socialistas españolas tiene un amplios. En plena guerra mundial publi-
gran interés y está apoyado en la identi- có A People’s History of Germany, un libro
ficación de más de un centenar de artícu- financiado por el ex presidente del Con-
los sobre, en particular, política alemana sejo Juan Negrín en la conocida editorial
y problemas del socialismo. De destacar izquierdista de Victor Gollancz. Bernec-
son algunos con pretensiones teóricas o ker lo analiza en profundidad como pre-
de mayor enjundia que aparecieron en cedente para una más ambiciosa Historial
Leviatán, entre 1934 y 1935. Poco a poco social y política de Alemania que salió a la
Ramos Oliveira pasó de apoyar la expe- luz, en México, en 1952. Fue una demos-
riencia republicana como trampolín hacia tración de su preocupación por poner de
el socialismo a una actitud en la que fue relieve las causas estructurales que promo-
derivando en favor de una dictadura del vieron la aparición del movimiento nazi.
proletariado como mecanismo de oposi- Esta preocupación por lo estructural
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ción a la creciente posibilidad de una dic- y su enfoque de construir sobre un tra-


tadura burguesa. bajo previo también la trasladó a Espa-
De periodista más o menos curtido ña. En 1946, la misma editorial publicó
durante los años 1930 a 1936, la segun- Politics, Economics and Men of Modern
da etapa profesional de Ramos Oliveira se Spain, 1808-1946. Fue el precedente de
caracterizó por su desbordante actividad su masiva Historia de España que apareció
como agregado de información en Lon- en México en 1952. Poco después, Ramos
dres a las órdenes de Pablo de Azcárate, Oliveira ingresó como funcionario de Na-
uno de los embajadores republicanos de ciones Unidas en calidad de oficial de in-
mayor relieve en un período de agónica formación en la capital azteca. Bernecker
3 16 ha delineado su devenir en la organización biente de un sector de la izquierda de la
mundial, casi siempre en el mundo de la época. Su esquema recuerda, salvando las
información: Santiago de Chile, Nueva distancias, a los intentos del embajador
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

York, Belgrado, Nicosia, República Do- soviético en Londres y representante en el


minicana, Buenos Aires y varias estancias desdichado Comité de No Intervención
en México hasta su jubilación en 1969. Ivan M. Maiski para explicar la evolución
Durante este largo período Ramos histórica española. Al igual que el de Ra-
Oliveira publicó varios artículos, hizo mos también puede considerarse como
traducciones y perfeccionó su historia de muestra de un momento determinado
Alemania. Solo después de su jubilación de considerar el pasado y de reconstruirlo
se dedicó a escribir libros sobre México, al amparo de presupuestos ideológicos y
cristianismo, la Edad Media y su más metodológicos tomados apriorísticamen-
ambiciosa Historia crítica de España y de te como irrenunciables.
la civilización española, de la que solo se En este sentido, la obra ahora reedi-
publicaron los tres primeros volúmenes, tada y diseccionada por Bernecker puede
aunque al parecer también escribió los entenderse como perteneciente a la his-
dos últimos. Esta extensa e intensa obra toria de la historiografía. Ramos Oliveira
obedeció posiblemente a una clave perso- fue un autor serio dentro de sus limita-
nal que figura en una carta escrita desde ciones, conocedor del período que le tocó
Santiago de Chile en 1956 a su amigo vivir y profundamente interesado por
Max Aub: “Lo que tratamos es de no mo- poner al descubierto las fuerzas profun-
rirnos, de dejar un rastro tan hondo que das que llevaron al descalabro del primer
nos mantenga vivos después de muertos régimen democrático y parlamentario es-
entre las personas que nos conocieron y pañol. Estaba en sintonía, pero en las más
las que vengan después”. estrictas antípodas, con la historiografía
Naturalmente, toda obra es perecede- pro-franquista que también buscó en el
ra. La de Ramos Oliveira no tuvo nunca el pasado (yendo hasta los siglos xvii y xvi-
impacto que lograron en el mundo de ha- ii) materiales e interpretaciones para ex-
bla inglesa y en la intelectualidad españo- plicar las razones por las cuales la Guerra
la del interior la de Gerald Brenan ni la de Civil terminó convirtiéndose en una ne-
otro exiliado, de ideología muy diferente, cesidad. Pautar las diferencias entre am-
como fue Salvador de Madariaga. No es bos enfoques podría ser muy útil como
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inútil preguntarse por qué. Ramos Oli- trabajo de máster. Recomiendo a tal efec-
veira escribió desde una ideología y me- to la comparación con el primer tomo de
todología muy precisas: las que subyacen la historia de la Guerra Civil publicada
a la concepción materialista de la historia por el Servicio Histórico Militar del Es-
tal y como fue desarrollada por la Segun- tado Mayor del Ejército en 1945, sobre
da Internacional. La planteó para expli- los antecedentes del conflicto. Una obra,
car cómo el resultado de lucha de clases por cierto, que demanda a gritos su reedi-
abocaba en España a un conflicto armado ción. Ignoro si será posible. Es de suponer
que se produjo de 1936 a 1939. No fue el que un Ministerio de Defensa que guarda
único autor en hacerlo. Estaba en el am- celosamente la llave de una abundantísi-
ma documentación todavía clasificada no en el caso de Alemania? ¿Y cómo interpre- 317

tendrá el menor interés en prestarse a ello. tar la unificación italiana?


Sería una lástima. Ninguna de estas preguntas, y otras po-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


La renovación de los estudios sobre los sibles, detrae del interés historiográfico de
siglos xix y xx que se ha producido en Es- la obra de Ramos Oliveira, representativa
paña tras la desaparición de la dictadura de un tiempo. Todo historiador escribe
franquista y de su terrible y agostante cen- desde el suyo y desde una óptica determi-
sura tiene en la obra de Ramos Oliveira nada por su educación, formación técnica,
un punto de contraste. Limitándome al ideología, lecturas y fuentes disponibles.
período más próximo (República y Gue- Las de Ramos no fueron numerosas. En los
rra Civil) el historiador puede encontrar años después del hundimiento de la dicta-
en ella percepciones y visiones que, no dura creció la apelación a las primarias. No
por desconocidas, sirven para enriquecer obstante, la presente reedición junto con el
las controversias actuales. En el bien en- estudio introductorio del profesor Bernec-
tendido que en lo que se refiere al conflic- ker constituyen una aportación para preci-
to mismo Ramos Oliveira queda por de- sar los contornos desde los que un actor e
trás del testimonio historiado que, en mi historiador inteligente contempló la época
modesta opinión, sigue siendo referencia en la que le tocó vivir, con sus convulsio-
inexcusable: el de Julián Zugazagoitia. nes, y que, se quiera o no se quiera, es la
El énfasis, por ejemplo, puesto por base desde la cual hay que partir para com-
Ramos Oliveira en la preferencia de la prender la evolución histórica ulterior de la
República reformista desde el primer mo- sociedad española.
mento por concentrarse en objetivos rela- Es de esperar que la reaparición en el
tivamente secundarios (anticlericalismo, mercado español de esta parte de la obra
autonomías) en detrimento de los más de Ramos Oliveira, que había desapareci-
sustantivos (reforma agraria) sigue siendo do de los anaqueles, favorezca su lectura
válido como elemento explicativo. En lo y su análisis desde las perspectivas que la
que, en mi entender, cabe discrepar radi- historiografía española actual ha ido acu-
calmente es en el sentido teleológico que ñando. Nunca viene mal leer o releer a un
inspira la obra. Ni la historia de España es clásico. La editorial, conocida por la ree-
un “drama incomparable” (Bernecker titu- dición de obras clásicas de historiografía
la la reedición con esta caracterización del (muy notable, en particular, la del conde
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autor) ni la evolución política y económi- de Toreno sobre la Guerra de la Indepen-


ca española fue inducida desde el exterior dencia), le ha adicionado, quizá por mo-
esencialmente. Ya en la época de Ramos tivos comerciales, una banda en la que se
Oliveira podían compararse tales premisas afirma que se trata de una exposición de
con las experiencias de otros países. ¿Aca- las causas profundas que “condujeron, de
so no determinó la conquista normanda a modo casi irremediable, a la Guerra Ci-
partir de 1066 la evolución de Inglaterra? vil”. Un aserto debatible.
¿Y qué decir, en época menos remota, de
los casos de Bulgaria o Grecia? ¿No se ad- Ángel Viñas
vertía lo que ya se denominaba Sonderweg (Madrid)
3 18 Luís Manuel Calvo Salgado / Concha transnacional. La obra pulsa acordes sobre
Langa Nuño / Moisés Prieto López: Te- temas que van de la historia de la radiote-
le-revista y la Transición. Un programa levisión suiza al concepto de democracia
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

de la televisión suiza para emigrantes directa característica de la Confederación


españoles (1973-1989). Madrid / Frank- Helvética, de la política migratoria del
furt a. M.: Iberoamericana / Vervuert país de acogida y de la democracia suiza al
2015. 704 páginas. tratamiento y a la divulgación de asuntos
españoles en los medios de comunicación
Moisés Prieto: Zwischen Apologie und suizos. Son parámetros y coordenadas
Ablehnung. Schweizer Spanien-Wahrneh- que permiten contextualizar contenidos
mung vom späten Franco-Regime bis zur concretos del programa y apreciar y ca-
Demokratisierung (1969-1982). Köln: librar asuntos, orientaciones, contenidos
Böhlau 2015, 490 páginas. (Zürcher y conocimientos destinados a un público
Beiträge zur Geschichtswissenschaft, 6). hispanohablante, por lo general oriundo y
procedente del éxodo rural señalado. Sus
El éxodo rural masivo que se dio en la descendentes, sin embargo, crecían entre
España de los años comprendidos entre dos culturas sin grandes traumas, tutela-
1955 y 1975 coincide con las décadas de dos en parte por esos programas que les
la mayor emigración de españoles a los ayudaban a percatarse de la riqueza de las
países más industrializados de la Comu- culturas de las que procedían sus padres.
nidad Europea. Suiza no fue una excep- Pero además, esta monografía colecti-
ción, si se considera las dimensiones del va traza en filigrana y configura una histo-
país y el alto número de emigrantes espa- ria muy distinta a la que se da por buena
ñoles que llegaron a lo largo de los veinte de la Transición española, en la que los
años indicados. emigrantes, por su compromiso social,
El libro colectivo que reseñamos versa sus intereses y sus reivindicaciones se con-
sobre el alcance, el significado y la audien- vertían en verdaderos protagonistas de
cia de un programa de la televisión sui- una etapa y una época sumamente inno-
za en lengua española. Se trataba de una vadora de la historia y la política de la Es-
emisión de una hora semanal destinada a paña de los años ochenta. Protagonistas,
la nutrida (y al comienzo preponderante- porque los vivían al socaire del mundo
mente primera) generación de emigran- local del asociacionismo español en Suiza,
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tes españoles. Un programa pionero que de la formación política, de la situación y


duró más de tres lustros y que tuvo una los derechos de la mujer,1 del arte, el de-
relevancia política y cultural considerable, porte y la economía, asuntos todos que
cuyas aportaciones siguen muy presentes confieren a esta obra una valía y una poli-
en el imaginario colectivo de la emigra- valencia y versatilidad muy considerables.
ción española en Suiza, que entre tanto ha
llegado a la tercera generación.
1
Su historia es narrada desde aspectos Fueron numerosas las agrupaciones de mujeres
democráticas repartidas por todo el país, cuyas
y parámetros múltiples y entrelazados en- actividades culturales y labores informativas
tre sí, y desde una perspectiva claramente tuvieron una recepción considerable.
Y también están sus méritos muy pre- asuntos como sabemos bien conocidos. 319

sentes en lo relativo a cuestiones estric- El estudioso desarrolla su investigación


tamente políticas y culturales, desde las al hilo de acercamientos y enfoques que

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


referencias detalladas al nutrido número transgreden las fronteras de ambas nacio-
de personalidades españolas (diplomáti- nes. Prieto escruta dos Organizaciones No
cos, escritores,2 políticos, empresarios y Gubernamentales –el Comité Suizo por
políticos responsables de empresas esta- la Amnistía Política en España y la Liga
tales, pensadores, sindicalistas, activistas Marxista Revolucionaria– y el compro-
y demás) que divulgaban ya entonces, a miso profranquista del conocido político
su paso por Suiza y ante las cámaras y los James Schwarzenbach4. Tanto las dos or-
micrófonos de Tele-revista, eso que hoy se ganizaciones como el dirigente político
llama Marca España. Tanto más si se con- conservador desarrollaron sus actividades
sidera que la libertad periodística existente y mantuvieron sus posiciones en un con-
en Suiza permitía –entonces como hoy– texto político muy condicionado por cua-
un tipo de entrevistas y un tratamiento tro realidades concretas: la Guerra Fría,
de temas a la sazón impensables para los la llamada defensa espiritual, la vigilancia
telespectadores en el territorio español. constante por parte de la policía política
La tesis doctoral de Moisés Prieto, suiza (Max Frisch fue quizá el caso más
Zwischen Apologie und Ablehnung. Schwei- conocido de personas “sospechosas”) y el
zer Spanien-Wahrnehmung vom späten despertar en Suiza de un cuestionamiento
Franco-Regime bis zur Demokratisierung moral ante la dictadura franquista que se
(1969-1982) (“Entre apología y rechazo. nutría cada vez más de los movimientos
La percepción de España por los suizos contestatarios surgidos sustancialmente al
entre la última etapa del régimen fran- socaire del Mayo del 68. Conviene además
quista y el comienzo de la democracia subrayar que la investigación no se limita
[1969-1982]”), focaliza y estudia un al análisis de la prensa escrita: también es-
asunto y una época antes poco investiga- tudia numerosas emisiones radiofónicas y
dos: las relaciones entre España y Suiza televisivas y muchos y variados documen-
durante los últimos seis años de la dicta- tos hasta entonces escasamente considera-
dura y los primeros seis de la Transición. dos en los estudios historiográficos.
Mas no se trata de las relaciones en el sen- Moisés Prieto logra asimismo dibujar
tido al uso (e. d., la historia diplomática, las lindes del compromiso antifranquista
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política, cultural, militar3 o económica), en los ámbitos de la socialdemocracia sui-


za, condicionada por su bipolarismo ante
2
Los escritores Jorge Semprún, Salvador de Ma-
dariaga, Camilo José Cela, Francisco Ayala, Granada. Por otro lado, la presencia de volun-
Javier Pradera, Antonio Gamoneda y muchos tarios suizos en las Brigadas Internacionales fue
otros se convirtieron en referencia cultural para superior, calculada en cifras proporcionales a la
muchos emigrantes españoles gracias, precisa- población, a la de los demás países europeos y
mente, al programa televisivo en español. americanos.
3 4
Las relaciones militares entre ambos países co- Schwarzenbach fue copromotor de la primera
mienzan en 1486, con la participación de ofi- Ueberfremdungsinitiative en Suiza, que defen-
ciales y mercenarios helvéticos en las guerras de día una emigración controlada.
3 20 la Guerra Fría y su añeja animadversión mocratización, mas sin silenciar su pre-
hacia las corrientes comunistas, por lo ocupación por los peligros, los repetidos
que en general no se esforzó en mantener sobresaltos y los riesgos.
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una posición decidida contra la dictadura La bibliografía se apoya en una docu-


franquista. En lo que se refiere a las bue- mentación exhaustiva y en fuentes que
nas relaciones entre Suiza y España, abun- aún no han sido publicadas, procedentes
dan los panegíricos sobre la economía, el de los principales archivos federales y can-
turismo y la buena acogida que tuvieron tonales, de libros de memorias, folletines
los emigrantes españoles en Suiza. Por lo y opúsculos políticos varios, de periódi-
demás, las reacciones oficiales cual res- cos de tirada nacional (en los que están
puesta a los actos represivos ejercidos por presentes todas las lenguas del país), de
la dictadura, fueron pocas las veces que periódicos de partidos y de material au-
se aventuraron a traspasar las marcas de diovisual y electrónico disponible. Y el
lo meramente simbólico. Como era de todo sin desatender las bellas letras, entre
esperar, la llegada de la democracia tras las que figuran las obras señeras y específi-
la muerte del dictador fue aplaudida por cas de Serge Ehrensperger, Thomas Hürli-
los medios de comunicación suizos, desde mann, Hugo Loetscher y otros.
hacía años seguidores atentos siempre del En suma: una obra de gran interés
paulatino desmadejamiento del franquis- para los políticos y el público de lengua
mo y del devenir de la democracia. Y a española, por lo que recomiendo caluro-
la vez, el autor muestra con gran detalle samente y cuanto antes la traducción.
los avales concedidos y la simpatía brin-
dada por los medios de comunicación a José Manuel López de Abiada
los actores principales del proceso de de- (Universität Bern)

4. HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES: AMÉRICA LATINA

Victoria Ríos Castaño: Translation as of modern anthropology. According to


Conquest: Sahagún and Universal Histo- some of his biographers, Sahagún de-
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ry of the Things of New Spain. Madrid / serves this title because of what they see as
Frankfurt a. M.: Iberoamericana / Ver- his sincere admiration of Nahua culture,
vuert 2014. (Parecos y Australes. En- wide-ranging interests, and surprisingly
sayos de Cultura de la Colonia, 13) 320 modern methods of data collection. In
páginas. contrast, others have argued that the idea
of Sahagún as a “pioneering anthropol-
During the past two decades, anthropol- ogist” is both an anachronism and mis-
ogists and historians have quarreled over interpretation of his work. The fact that
the question of whether Bernardino de scholars and cultural organizations, in
Sahagún should be considered the father spite of clear evidence suggesting other-
wise, continue to repeat the former posi- political contexts, Ríos Castaño concen- 321

tion engages Victoria Ríos Castaño in her trates in the remaining three chapters on
book, Translation as Conquest: Sahagún the various stages of the cultural transla-

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


and the Universal History of Things of New tion processes involved in the composi-
Spain. In her detailed study of Sahagún’s tion of Historia universal. Chapter 3 ex-
Historia universal, Ríos Castaño seeks to amines the literary sources that Sahagún
carefully refute the three assumptions un- used to design an initial outline for his
derlying the claim that Sahagún was pri- encyclopedic work and to rearrange the
marily motivated by ethnographical con- collected material into its final twelve-
cerns. Highlighting the friar’s role in the book form. Addressing the expectations
conversion and colonization of the Na- of both clerical and secular audiences,
hua, Ríos Castaño proposes an alternative the chapter presents various classical and
label, namely that of “cultural translator.” medieval encyclopedia and doctrinal texts
Translation as Conquest is built around as well as confession manuals and treatis-
an understanding of cultural translation es regarding vices and virtues, serving as
as a transactional process that considers possible templates for Sahagún’s history.
the work of the translator in relation to Particularly interesting is her reflection
his social context and extra-textual con- on the specific needs of confessors for rec-
straints. The first two chapters focus on ognizing trigger words pointing to specif-
the conditions that influenced Sahagún ic sins and the influence this necessity had
and the translation processes he oversaw on the writing style of Historia universal.
in New Spain between 1558 and 1577. Chapter 4 seeks to undermine the ar-
By examining the intellectual trends and gument that Sahagún’s “thorough ethno-
texts that were read in the institutions graphic procedure” justifies calling him
where Sahagún received his education and father of the modern discipline by ex-
missionary training, chapter 1 explores ploring how inquisitorial techniques in-
cultural presuppositions to which the fri- formed his methods of enquiry and data
ar was or could have been exposed before collection. Ríos Castaño points out that,
his departure to New Spain. Meanwhile, in his use of these procedures for ethno-
chapter 2 shifts focus toward the Indies, graphic purposes, Sahagún was preceded
to discuss the patrons, instructions, audi- by the Franciscan friar Andrés de Olmos,
ences, and purposes of Historia universal. who would thus, as Ríos Castaño points
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

Expanding on a well-known narrative out, deserve the label of father of modern


about the “Spiritual Conquest” of New anthropology. Yet, more importantly, she
Spain, the chapter relates Sahagún’s trans- argues that ethnographers and inquisitors
lating activities to contemporary debates share “neither motivation nor purpose
on the qualities of the indigenous popu- or mode of thinking” (p. 154); the for-
lations, Church leaders’ efforts to obtain mer trying to understand a culture, the
“weapons” for their conversion, and royal latter trying to prosecute persons and
requests for information about them. extirpate non-Christian practices and
After having positioned Sahagún beliefs. The chapter discusses the role of
within these intellectual, missionary, and the friars’ experiences with inquisitori-
3 22 al trails in familiarizing themselves with reaffirm rather than critically reconsider
its procedures, subsequently considering well-established assumptions about the
how this knowledge was applied in devel- production of evangelizing works. Illus-
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

oping questionnaires and transforming trative here is the use of the “conquest”
both verbal and non-verbal information metaphor. While the book reveals the
provided by indigenous interviewees into complexity of the interactions between
written code. Sahagún and his indigenous inform-
Finally, chapter 5 focuses on the gath- ants, her conclusions hardly explore the
ering, comparing, and codifying of data, significance of these insights for our un-
as well as the composing of the final derstanding of intercultural translation.
version of Historia universal. Using Pat- Sahagún’s activities are considered main-
rick Johansson’s semiotic triangulation ly through the narrative of the Spiritual
scheme, Ríos Castaño provides a detailed Conquest, and the friar himself is charac-
discussion of the different roles that Sa- terized as an “imperialist missionary ded-
hagún’s Nahua respondents, his Nahua icated to the extermination of the Nahua
assistants, and he himself played in relo- cultural identity” (p. 245). The question
cation of the source culture into the target of what collaboration and shared interests
text. Themes that are dealt with include between the Spanish friar and his indige-
the codification of pictorial data, spoken nous informants means for this notion of
word, and ritual; possibilities for self-cen- conquest remains unasked.
sorship or manipulation of what Nahua Something similar applies to a sec-
leaders or assistants wanted the Spaniards ond meaning given to the “conquest”
to know; and Sahagún’s efforts to rewrite metaphor. Ríos Castaño seeks to explain
and rearrange his expanding material into the significance of the Historia universal
a work that inscribes the Nahua world within the apparatus of colonial pow-
within a Christian framework of Univer- er and the colonization of the Nahuas
sal History and that could serve as an aux- by using the “knowledge–power equa-
iliary for preachers and confessors. tion” (p. 241). Recent scholarship on the
Translation as Conquest formulates knowledge culture of the Spanish empire
what I take as a convincing argument has questioned the imprecise use of this
against understanding Sahagún as the fa- trope. Ríos Castaño falls in the same trap
ther of modern anthropology. By placing as she provides little empirical evidence
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the friar and his work in its proper his- on how the friar’s translations helped to
torical context, the book is able to refute constitute, outside the immediate context
one-by-one the reasons that have been of the convent, people’s authority or abil-
deployed to buttress this idea. Yet, at the ity to influence decisions about the colo-
same time, Ríos Castaño’s efforts to posi- nial and evangelizing project. By address-
tion herself in this specific debate also be- ing Sahagún’s position amidst shifting
come one of the book’s weaknesses. The power constellations inside New Spain,
author’s engagement with a wider field across the empire, and beyond, the book
of scholarship on colonial Latin Ameri- could have gained further in explanatory
ca is limited, leading to conclusions that potential.
Ríos Castaño’s decision to focus in- 1898. Los contemporáneos consideraron 323

stead on the textual world in which Sa- este año como clave para el cambio del
hagún operated has nonetheless resulted escenario internacional, marcado por la

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in an insightful book. Translation as Con- consolidación de los EE. UU. como nue-
quest is well-structured and well-written vo poder hegemónico. Preuss, basándose
and surely contributes towards deepening en textos de literatura, prensa y discursos
our understanding of the Historia uni- de políticos y diplomáticos, aporta una
versal, in particular, and the process of visión desde el Cono Sur, puntualmente
cultural translation in general. Specialists de Argentina y Brasil, pero sin perder de
on Sahaguntine scholarship will find new vista al Uruguay, aunque este tenga un
insights in its close readings of translation papel menos protagónico.
techniques and intertextual interactions. El trabajo reconstruye cómo, dentro
For laypersons and students – both at de la región, la circulación de personas
the undergraduate and graduate levels y de informaciones aumentó significati-
– it presents an excellent introduction vamente durante el tiempo en conside-
into this fascinating field of intercultural ración. Este fenómeno se dio en base al
translation studies. creciente interés por conocer los países
vecinos y opinar sobre ellos, para, de esta
Nino Vallen manera, formar un espacio de intercam-
(Freie Universität Berlin) bio de opiniones. Un elemento que llama
la atención a Preuss son los textos publi-
cados en portugués en el mundo hispano
Preuss, Ori: Transnational South Ame- y en español en el mundo lusoamericano.
rica. Experiences, Ideas, and Identities, Preuss enfoca la apropiación del idioma
1860s-1900s. London / New York: Rout- de los vecinos con el concepto analítico
ledge 2016. 176 páginas. de translation.
Otro aspecto que el autor pone de re-
La latinoamericanidad es un proyecto en lieve es el hecho de que –si bien el mito
construcción, que se inició con los proce- del Brasil como isla en el continente ame-
sos de formación de las primeras repúbli- ricano siguió vigente– los viajeros, inte-
cas en la región y que llega hasta nuestros lectuales, políticos y diplomáticos intensi-
días. A lo largo de estos más de 200 años ficaron sus esfuerzos a pensar Sudamérica
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se produjeron avances y retrocesos. Ori (y América Latina) como ámbito cultural.


Preuss, autor de este pequeño estudio, Preuss destaca el telégrafo y las líneas ma-
presenta la dimensión que este proceso rítimas que conectaron Río de Janeiro,
tuvo por medio de una narrativa situada Montevideo y Buenos Aires como canales
entre la historia diplomática y de las ideas. que facilitaron la circulación de informa-
Se dedica a una época de particular inte- ción. Cabe señalar que la divulgación de
rés, la cual fue impactada por la indepen- noticias sobre el Cono Sur en los diarios
dencia de Cuba, una de las últimas pose- y las revistas vinculó principalmente a las
siones coloniales de España en ultramar, grandes ciudades portuarias, mientras el
tras la intervención militar de EE. UU. en enorme hinterland de las naciones Brasil,
3 24 Uruguay y Argentina quedó menos inte- de La Haya en 1907. Allá Rui Barbosa
grado. No obstante, Preuss piensa que los se inscribió en el debate sobre el derecho
proyectos políticos posteriores, como la de soberanía de todos los Estados como
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Liga de los ABC (Argentina, Brasil, Chi- componente del Derecho Internacional.
le), los congresos científicos, así como la Preuss demuestra que tanto los delegados
actuación de los delegados del Cono Sur latinoamericanos presentes como la pren-
en el Congreso Internacional de Paz de sa sudamericana quedaron impresionados
La Haya en 1907, tenían su fundamento por los pensamientos de este brasileño. Al
en la construcción discursiva de lo que él mismo tiempo, se reflejaron conceptos
denomina “region building process” (p. como los del argentino Luis María Drago
157). Si bien Europa y los EE. UU. eran en el Brasil. De esa manera se negoció la
los principales referentes para entender el latinoamericanidad como parte de la con-
ideal de sociedad por los autores mencio- ciencia criolla, según Preuss. Otro aspecto
nados en este libro, según Preuss “Sud- interesante de este estudio es la inclusión
américa” (y “América Latina”) buscaba de varias fotos y caricaturas tomadas de
su propio camino hacia la modernidad. revistas y periódicos contemporáneos, en
Cabe señalar que era un modelo muy las que se manifiesta el interés por la re-
ambiguo, al menos cuando se constata el gión sudamericana. Este material visual
poco éxito de esos esfuerzos. servía para marcar diferencias y consta-
Este libro es recomendable para un tar similitudes. Consumida la discusión
público especializado, particularmente sobre el pictoral turn, es de lamentar que
para quienes se dedican a estudiar el Cono el autor incorpore este material tan solo
Sur latinoamericano a finales del siglo xix como ilustración de sus tesis; hubiese te-
e inicios del xx. Lo que lo hace realmen- nido mayor provecho como fuente pri-
te llamativo es el lugar crucial que tenía maria.
Brasil dentro de esos esfuerzos. De hecho,
Preuss hace hincapié en que se logró es- Thomas Fischer
tablecer un latinoamericanismo lusoame- (Katholische Universität
ricano. Era un latinoamericanismo con Eichstätt-Ingolstadt)
tinte oligárquico, que las elites brasileñas
promovieron de manera paternalista en
su afán de establecerse como líder de las Amada Carolina Pérez Benavides: Noso-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

pequeñas y débiles naciones de la región. tros y los otros. Las representaciones de la


En Brasil prevaleció la idea lanzada por nación y sus habitantes. Colombia, 1889-
Joaquim Nabuco de que la América Lati- 1910. Bogotá: Editorial Pontificia Uni-
na estaba dividida en una parte organiza- versidad Javeriana 2015. 327 páginas.
da y otra caudillista. El punto de partida
del latinoamericanismo lusoamericano no Esta obra estudia las formas en que se con-
era una obra literaria clave como el Ariel densan e institucionalizan en la Colom-
del uruguayo José Enrique Rodó, sino los bia de fines del siglo xix y principios del
discursos del político y diplomático Rui xx las representaciones de la nación y de
Barbosa durante la Conferencia de Paz sus habitantes. Partiendo del diálogo con
trabajos de otros autores sobre la cons- contrastantes, la autora encuentra una de 325

trucción de la nación y de la comunidad las claves del nosotros y los otros.


nacional imaginada, la aproximación de Si en el Papel Periódico Ilustrado se

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


la autora resulta novedosa no solo por su propone una historia en la que la Inde-
rigor al constituir en fuente tres tipos de pendencia es el mito fundante, en el Mu-
representaciones –las del Papel Periódico seo Nacional se proyectan las fronteras
Ilustrado, las del Museo Nacional y las de del territorio nacional del siglo xix hacia
los informes de misiones religiosas–, sino, un pasado inmemorial. Creado en 1824,
también, por poner el énfasis analítico en el museo alcanza alguna solidez al final de
los lugares institucionales de enunciación, esa centuria, en la misma etapa que es-
sus operaciones simultáneas en un lapso tudia este libro (1880-1912). Entonces,
de tres décadas y sus agentes (periodistas, sus colecciones fueron definidas como
funcionarios y misioneros). antigüedades indígenas, objetos colonia-
Su análisis del Papel Periódico Ilustrado les, historia patria y mineralogía. Es un
(1881-1888) se centra en la represen- lugar institucional, regido por el Ministe-
tación de los habitantes del país en dos rio de Educación y tiene el objetivo claro
grandes conjuntos. Uno, corresponde al de producir una representación de la na-
álbum de notabilidades, conformado por ción, de sus riquezas y de su historia. Pro-
los retratos grabados de personajes reco- ponen una sola historia que establece la
nocidos como héroes de la independencia continuidad: desde los indígenas –como
o servidores de la patria, que se publican primeros pobladores pero no como ances-
en cada número, resaltados por un mar- tros–, hasta el período hispánico y el re-
co, con su firma y nombre, y una nota publicano. Se convoca a todos los colom-
biográfica que lo singulariza aún más. El bianos a contribuir en la conformación de
otro es el conjunto de grabados de tipos la colección, se reciben objetos de diver-
sociales, por ejemplo, el pescador del rio sas regiones y, ya en el Museo, letrados y
Magdalena o el indio del Cauca, acom- funcionarios los seleccionan, catalogan y
pañados por textos producidos por au- exhiben poniéndolos en escena de acuer-
tores del Semanario del Nuevo Reino de do con un guión de memoria única, sin
Granada (1808-1809), o de la tertulia de conflictos. Así, la sucesión de autoridades
El Mosaico (1858-1872) que, como las coloniales continua con la de héroes de
acuarelas de la Comisión Coreográfica la Independencia para mostrarlos como
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

(1850-1859), eran productos sobresalien- miembros del linaje traído de España, la


tes del proceso de representar una clasifi- raza latina, que se presenta como más vin-
cación y una jerarquización racial, social culante que el mismo territorio. Aunque
y moral de los habitantes de la nación. A Esta es también una historia moral tiene
diferencia de las notabilidades, los tipos fuertes rasgos de historia natural: de un
sociales son anónimos, con fisonomías re- linaje, de sangre. Los indios pertenecen
presentativas de regiones, razas y oficios, a otro linaje, inferior y, en cierta forma,
y datos sensibles de costumbres y vida co- atemporal, la raza americana. La tensión
tidiana. En esta operación de representar entre homogeneidad y heterogeneidad,
a los habitantes en dos grandes categorías que está en el centro de la construcción
3 26 de la nación en el siglo xix, se resuelve (u opinión, otro estatal y otro religioso–,
oculta) jerarquizando dos razas inventa- nos muestra cómo los ejercicios clasifi-
das y dejando por fuera a la gran mayoría catorios de todo el siglo, las experiencias
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

de la población diversa, que no cabe en más antiguas y las expectativas parecen


esos compartimientos. condensarse, mas no unificarse. Es po-
La tercera institución analizada es sible ver que no hay correspondencia
eclesiástica, las misiones. Estas fueron entre las clasificaciones. Aunque el ál-
restablecidas a fines del siglo xix por el bum de notabilidades del Papel Periódico
gobierno de la Regeneración como dis- Ilustrado podría corresponder a la raza
positivo para integrar a la economía na- latina del Museo Nacional, no incluye,
cional territorios marginales y a sus habi- en cambio, a todos los comprendidos
tantes, los indios bravos. La clasificación entre los nombrados como civilizados
principal es entre civilizados y bárbaros. en los reportes misioneros. Y los tipos
Los informes de misioneros e informan- sociales del Papel Periódico Ilustrado son
tes se inscriben en la lógica de la bondad muchos y diferentes entre ellos, por lo
de cristianizar y civilizar, pero en ellos se que no caben en una categoría como la
pueden observar muchos matices, no solo raza americana del Museo Nacional y, en
oposiciones nítidas, sino también descrip- cambio hacen parte (junto con su con-
ciones que remiten a diversos “grados de traparte, las notabilidades), de los civi-
civilización”, y dan indicios de prácticas lizados de los informes misioneros, que
dialógicas, agencia de los indios, resignifi- solo se oponen a los bárbaros.
cación de rituales católicos y luchas por el Son también inclusiones y exclusiones
reconocimiento. Hay también variaciones que tienen referentes de tiempo denso y
regionales. Por otra parte, a pesar de que heterogéneo. La noción de raza latina y
los misioneros se presenten generalmente raza americana, remite a la Conquista,
como héroes de la fe, hay apartes de pro- al pasado; la de notabilidades, a la Inde-
fundo cuestionamiento a sí mismos. Aun- pendencia y al presente, con convencio-
que la autora insiste en que el espacio de nes de historia europea; la de civilizados,
experiencia que regía las distintas repre- apunta al futuro, al deber ser, pero que
sentaciones misioneras era la conquista ya, en cierta forma, es encarnado por la
del siglo xvi, señala también cómo los in- mayoría frente a los bárbaros indios de los
formes se inscribían en el contexto de las márgenes. Así, es posible ver que la con-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

misiones del mundo, las de Asia y África tienda de representaciones de nosotros y


que adelantaba la Iglesia, por lo cual hay los otros no es solo asunto de pertenencia
historias paralelas semejantes que daban por linaje, raza, naturaleza o méritos, sino
sentido a lo que hacían. también asunto de tiempos y, diríamos,
Lo sugestivo del argumento de no- de destiempos. Se entrelaza un sentido de
sotros y los otros que propone Pérez tiempo moderno, que cambia, que cree
Benavides radica en que, al rastrear la en el progreso, con un sentido de orden
producción simultánea de representacio- natural inmutable, sin tiempo y, aún más,
nes de los habitantes de la nación en tres con el retorno a narrativas de origen como
distintos lugares de enunciación –uno de la Conquista y la Independencia.
Por supuesto, las clasificaciones estu- Mark Wasserman: Pesos and Politics. 327

diadas constituyen operaciones desde el Business, Elites, Foreigners, and Gover-


poder que intenta organizar de una ma- nment in Mexico, 1854-1940. Stanford:

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


nera la sociedad. Por una parte, buscan Stanford University Press 2015. IX +
naturalizar las diferencias culturales y re- 257 páginas.
presentarlas como estáticas, escondiendo
relaciones de interdependencia, movili- Mark Wasserman’s Pesos and Politics
dad y luchas por estatus y reconocimien- makes a strong argument for a new eco-
to. Por otra parte, además de heterogé- nomic history of Mexico during the ad-
neas, son frágiles, y algunas, como la de ministration of Porfirio Díaz and the
tipos sociales, más literaria que estric- Mexican Revolution. The author rejects
tamente social. El análisis deja claro la the long prevalent interpretation, influ-
complejidad y variedad de las representa- enced by the Dependency theory, that
ciones de los habitantes de Colombia de foreign entrepreneurs had exploited Mex-
fines del xix. No obstante, vale recordar ico and hindered the economic develop-
que las clasificaciones apoyan las repre- ment of the country and that the Mex-
sentaciones y son, por tanto, también un ican governments had lost control over
campo de contienda. Por eso, la idea de their land. Wasserman points out that the
nosotros y los otros, aunque no se pue- majority of foreign enterprises in Mexico
de perder de vista e ilumina la tensión had failed, could not generate profit and
central, corre el riesgo de simplificar en had not exploited their Mexican workers.
opuestos la variedad y la complejidad de Moreover, the Mexican governments had
las relaciones al interior de las partes, las always shaped actively national econom-
mediaciones, divergencias, fisuras, varia- ic politics. Regarding to the author, an
das formas de hacer, de resistir o contra- “elite-foreign enterprise system” (2) had
venir. Y las persistencias de imaginarios emerged that balanced the interests of the
anteriores, como el de castas, propio de national governments, foreign entrepre-
la sociedad del Antiguo Régimen, apenas neurs as well as regional and local elites.
matizado en los tipos sociales. Quizás se None of these historical actors could
deba examinar el alcance y la forma de dominate the system. Moreover, Wasser-
los efectos que, suponemos, tuvieron es- man argues that this system had existed
tas clasificaciones y representaciones en from around 1880 until the 1940s so that
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

las estructuras de reconocimiento y en the economic politics between the por-


la forma que tomaron las luchas por el firiato and the revolutionary period had
reconocimiento. Sin duda, Pérez Benavi- been quite the same. Neither had Porfirio
des contribuye muy significativamente, Díaz favored foreigners, nor had the Rev-
al entendimiento de cuestiones sociales olution strongly acted against them. In
críticas en los procesos de representación total, all governments had been interested
de la nación. in the economic development of Mexico.
The fact that these efforts had only mixed
Margarita Garrido results had nothing to do with the for-
(Universidad de los Andes, Bogotá) eigners, concludes Wasserman.
3 28 The first chapter introduces the main all Mexican mines, but reinvested their
argument and portrays the social groups earnings and did not withdraw their cap-
of the elite-foreign enterprise system, ital. The last case study is the American
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

i.e. Mexican elites, foreigners, and the Smelting and Refining Company (ASAR-
government. The following six chap- CO), the biggest mining company in
ters present empirical case studies. Since Mexico at the beginning of the twentieth
every chapter can be read separately, century. Even this profitable corporation
Wasserman could not avoid some redun- had to follow the Mexican rules and did
dancies, especially in the chapter out- not exploit its workers.
lines. Based on the family networks of To sum up, the book is well struc-
the Terrazas-Creels and the Maderos and tured, argues convincingly, uses a vast
their role as intermediaries for foreign en- array of archival material and is elegantly
terprises, chapter 2 shows how Mexican written. Future research will have to deal
entrepreneurs ensured their influence in with Wasserman’s thought-provoking
the business system. Chapter 3 describes findings and will be engaged, maybe, in
the strategies of the government of Díaz, bringing in eventually more nuances in
mostly by purchasing shares, to hinder Wasserman’s key argument.
the dominance of Mexican infrastructure
by foreign railway companies. Frederik Schulze
The next four chapters argue that for- (Westfälische Wilhelms-Universität
eign entrepreneurs had very little success Münster)
in Mexico. Wasserman names six ba-
sic conditions for a successful business:
abundant investment capital, efficient Frederik Schulze: Auswanderung als na-
management, a market for the produced tionalistisches Projekt. ‘Deutschtum’ und
goods, access to transportation and work- Kolonialdiskurse im südlichen Brasilien
ers as well as good relations to the gov- (1824-1941). Köln / Weimar / Wien:
ernment and to local elites. Frequently, Böhlau Verlag 2016. (Lateinamerika-
foreign businesses lacked one or more of nische Forschungen. Beihefte zum Jahr-
these conditions. Chapter 4 shows that buch für Geschichte Lateinamerikas).
foreign landowners hardly generated 426 páginas.
profit, even though they owned 25% of
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

the land. Instead, they had to deal with During the nineteenth and early twen-
Mexican landowners who acted often in tieth century the Brazilian state of Rio
a hostile way. Chapter 5 exemplifies this Grande do Sul was a cynosure for Ger-
finding with the Corralitos Company man immigration and stood at the center
which was involved in ranching and min- of colonial discourses that promoted the
ing and failed even though it had access maintenance of a German identity in the
to all six key factors for success. Also for- tropics—even though Germany was not a
eign mining entrepreneurs who are dis- real colonial power, nor was, at least since
cussed in the following section suffered the turn of the century, Brazil a proper
similar problems. They possessed 90% of colony. To this day, the town of Blu-
menau, founded in 1850, testifies to the Brazilian society, pioneered in the field 329

legacy of German immigration in South- of migration studies by the innovative


ern Brazil. Frederik Schulze’s comprehen- contributions of Jeffrey Lesser.

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


sive and meticulously researched mono- The chronological arch that is covered
graph investigates an impressive amount by Schulze’s study reaches from the arriv-
of resources authored by the various al of Prussian immigrants in 1824, the
agents in this debate, by ideologues, pol- peaking of German immigration during
iticians, clergymen, and journalists. The the years of the Weimar Republic, to the
press coverage alone is highly significant; end of the Deutschtumspolitik during the
Rio Grande do Sul was home to “one of 1940s. The book moves gradually from
the richest areas of German press outside global to local constellations, and is di-
of Germany” (p. 91). vided into two major parts. The first part
Most importanly, Schulze shows that considers German identity politics in Rio
these discourses occur in a field that Grande do Sul in global contexts, moving
is triangulated by local, national, and from a systematic discussion of individual
global concerns. The theme of German agents of textual production (social associ-
immigration to Brazil has in the past ations and institutions, the German press
frequently been studied from rather in Rio Grande do Sul, etc.) to a consid-
parochial –that is, strictlly national or eration of Rio Grande do Sul in relation
local– perspectives. Schulze’s study is a to German (proto-)colonial discourses
welcome and highly topical contribu- (detailing the problem of German identity
tion to current migration studies, since with regard to ethnicity, family, linguis-
it inserts the well-known theme of Ger- tic, political, and cultural community). A
man immigration into broader questions central role is accorded to the Protestant
raised by postcolonial studies, as well as church, which since 1871 had become the
the global turn of historical studies in state religion of the German Reich (p. 72).
recent years. Moreover, the problem of The second part zooms in on the contested
German identity in Brazil is rigorously relation between the German immigrants
approached here from the perspective of and the host society (the changing prem-
conflicting discourses, bringing into fo- ises of Brazilian immigration policy, the
cus the relation between the immigrants hybrid concept of German-Brazilian iden-
and the host society, an aspect, the au- tity, practices of disciplination, the failure
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

thor rightfully points out, often neglect- of colonial ambitions).


ed in previous historical studies (p. 35). The general theoretical framing of
The author thus counters the received the very readable study and the historical
“master narrrative of the isolation of context setting of the introduction and
German immigrants in Brazil” (p. 35). the first chapters are highly informative
Consequently, Schulze’s monograph and fully conversant with the most recent
is both a contribution to the historical contributions to colonial, global, and mi-
and global manifestations of Auslands- gration studies, incorporating German,
deutschtum and to the complex debates Brazilian, and English scholarsip. As
surrounding the multi-ethnic genesis of Schulze moves toward the more particular
3 30 and local sources (with footnotes pointing it advances a convincing, carefully docu-
to exhaustive archival research that more mented argument according to which the
than justifies generalizing observations), ideological impetus of German colonial-
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

the reconstruction of individual cases ist discourse was countered and weakened
and biographies, such as the disillusions by the “heterogeneity, acculturation, and
experienced by priests and teachers when resistance” of the immigrants (p. 344).
confronted with the less than ideal local
circumstances (ch. 7.3), can at times feel Jobst Welge
overdetailed and repetitive. For a reader (Stockholms Universitet)
there is the danger here to get lost in the
plethora of biographical and circumstan-
tial details, which sometimes threaten to Hans-Jürgen Prien: Christianity in Latin
dilute the otherwise forceful argumenta- America. Revised and Expanded Edition.
tive structure. In this latter section of the Brill: 2013. 704 páginas.
book, less would have been more. For in-
stance, it would have been productive to Aunque hoy en día se sostenga –o por lo
complement the carefully reconstructed menos se intente sostener– que el Estado
anecdotes and sets of discursive elements es laico, la religión en América Latina se
with some other, more symbolically dense mantiene presente y con fuerte influen-
sources. Thus, curiously, Graça Aranha, cia en las decisiones gubernamentales.
the author of the novel Canaã (1902), Para entender el origen y las consecuen-
arguably the most important Brazillian cias de esa herencia, Christianity in Latin
literary text about German immigration, America ofrece una visión de más de 500
is only briefly mentioned, namely inso- años de la historia del cristianismo en el
far as he followed the literary critic Silvio Nuevo Mundo. En este trabajo, el his-
Romero’s well-known criticism of Ger- toriador alemán Hans-Jürgen Prien, ex
man colonial aspirations (p. 196-197). A catedrático de la Universidad de Colo-
consideration of the novel’s ideologically nia, tiene un reto muy difícil. Él trata del
ambivalent representation of the German cristianismo desde la llegada de diferen-
colonial mentality would have resonated tes pueblos –los españoles, portugueses,
with and further problematized many of franceses, holandeses y británicos– hasta
the sources quoted by Schulze in chapter la actualidad. Para organizarse, Prien divi-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

4.2 (“Critique of German Immigration”) de su trabajo en dos secciones principales:


and elsewhere. una sobre la era colonial (a partir finales
Yet this is only a minor criticism. de los años 1400) y otra para la época de
Schulze’s study is highly valuable not only la independencia (a partir de 1820), que
for its synthetic presentation of a huge a su vez están divididos por temas y por
amount of archival and other primary orden cronológico.
sources, it also succeeds in making sug- En la fase de conquista y colonización,
gestive comparisons with other phenom- la acción del Estado es caracterizada por
ena of migrational settings (most impor- la identidad Ibérica a través de la lucha
tantly, the US) and colonialist frontiers; contra la dominación islámica, mientras
surge la burguesía cada vez más en los paí- identidades políticas y culturales lo que 331

ses de América Latina. Ese escenario en el reflejan en las diferentes manifestaciones


que se encuentra la región es tan complejo de la religiosidad. La orientación política,

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


que se le hace difícil a Prien trabajar con social y teológica de la Iglesia católica no
demasiada información. La ironía en ese solo varía en función del contexto histó-
escenario tenebroso es que el cristianismo rico de un país a otro, sino que también
se expande a partir de los “nuevos euro- creó conflictos dentro de las Iglesias loca-
peos”, es decir, de la nueva generación les. El Estado y la religión siguen conecta-
que nace en América Latina. Esas mismas dos, no importa la época. Lo que cambia
personas, religiosas y practicantes de la son las diferencias entre las influencias
buena fe, son las mismas que perpetran que tiene uno sobre el otro.
atrocidades contra los pueblos locales. Lo
que se puede concluir es que sus actitudes Marcio Orsolini
vistas desde un punto de vista histórico (Universitat Pompeu Fabra)
más lejano se muestran anticristianas. Lo
que le falta al libro son relatos de las per-
sonas que sufrieron con las acciones de los Loris Zanatta: La larga agonía de la Na-
conquistadores al imponer sus creencias. ción Católica. Iglesia y dictadura en la
De hecho, resulta difícil por haber sufi- Argentina. Buenos Aires: Sudamericana
cientes fuentes. 2015. 317 páginas.
Además de la relación entre la Igle-
sia y la política, el análisis se centra en el La larga agonía de la Nación Católica.
sentido estricto de aspectos teológicos. La Iglesia y dictadura en la Argentina es la
gran influencia de las comunidades reli- última producción del reconocido his-
giosas en el desarrollo del catolicismo en toriador italiano Loris Zanatta, cuyos
América Latina está clara. Las principales aportes son fundamentales para el acervo
tareas de los religiosos con frecuencia in- historiográfico sobre la sociedad, el Esta-
cluyen la educación y la expansión de la do, la Iglesia y el catolicismo argentinos.
infraestructura de la Iglesia. Su influencia El presente libro –estructurado en intro-
también se mostró en la aparición de la ducción (pp. 11-16), cuatro capítulos de
teología pastoral y la liberación social. contenido (pp. 19-302), conclusiones
En general, el libro ofrece una visión (pp. 303-308) y sección bibliográfica (pp.
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interesante del desarrollo del catolicismo 309-312)– ofrece una interpretación pa-
y de la Iglesia en América Latina bajo un norámica sobre el vínculo entre política
punto de vista más regional. Sin embargo, y religión a partir del mito nacional y en
lo que se plantea al final de la lectura es el la cultura política en el siglo xx (p. 12).
interés por saber más sobre las diferencias Zanatta propone grosso modo comprender
específicas de las manifestaciones religio- la última dictadura cívico-militar, el auto-
sas entre los países a lo largo del tiempo. denominado “Proceso de Reorganización
Aunque América Latina aún esté mar- Nacional” (1976-1983), a la luz del mito
cada por el catolicismo, con el trascurso de la “Nación Católica” creado hacia las
del tiempo los países crearon sus propias primeras décadas de siglo xx. Atento a los
3 32 discursos públicos y a un nutrido elenco (pp. 71-154), “Perón-Perón, 1973-1976”
de fuentes, el autor considera que el coup (pp. 155-210) y “El Proceso” (pp. 211-
d’État debe ser interpretado más allá de 302), Zanatta propone no solo la idea del
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

las explicaciones fundadas en el desarrollo mito de “Nación Católica”, sino también


dependiente, en las crisis económicas y de “guerras de religión” donde se enfren-
en las injusticias sociales o en las lecturas tan, en ausencia del Estado de derecho,
que estresan el militarismo, los factores de visiones absolutas y mutuamente exclu-
poder y los efectos de la Guerra Fría. Za- yentes del mundo. El propio mito de “na-
natta sostiene que la tragedia argentina, a ción católica”, y la disputa ad intra por su
modo de hipótesis, se aprehende funda- sujeto histórico, laceró la unidad eclesial
mentalmente a partir de la relación, y las e implicó que, el conflicto intracatólico,
yuxtaposiciones, entre religión y política. absorbiera progresivamente al resto de
En el primer capítulo “La Argentina la sociedad y arrastrara al Estado detrás
católica” (pp. 19-70), el autor presenta a de sí. Aunque ambos golpes militares,
grandes rasgos las líneas hermenéuticas la “Revolución Argentina” y el “Proceso
que guían su narrativa. A partir de la gran de Reorganización Nacional”, encarna-
ola inmigratoria –portadora de una diver- ron momentos en los cuales el catolicis-
sidad idiomática y prácticas culturales di- mo pudo proyectar una suerte de nueva
sonantes para el medio local– y la explo- “alianza constantiniana” construyendo
sión demográfica en los centros urbanos, el mito, el autor reconoce la creciente
el catolicismo se erigió como un elemento pluralidad y complejidad de la sociedad
de cohesión social. En otros términos, al argentina en la segunda mitad del siglo
himno, a la bandera, al escudo nacional xx. Asimismo, si bien la Iglesia estuvo
y a la “Historia Nacional” se sumaron atravesada por una severa crisis produc-
la lengua castellana y la religión católica to de las alineaciones políticas locales, las
como instancias de amalgama de una so- novedades del Concilio Vaticano II y una
ciedad en creciente diversificación. Entre sociedad que ciertamente se alejaba a pa-
1880 y 1930, en una suerte de herencia sos agigantados de su tutela, el poder del
de la Paz de Westfalia (cuius regio, eius mito de “Nación Católica” residía en su
religio), la religión se constituyó como capacidad para presentarse como agluti-
fundamento de la nacionalidad y del or- nante de la identidad nacional (p. 46). A
den político que, a la par de rechazar la partir de aquel, se comprende que, en las
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democracia liberal y la economía de mer- décadas de 1960 y 1970, el denominado


cado, descreía del Estado de derecho y los “catolicismo revolucionario” (es decir, la
derechos individuales. La doctrina católi- constelación contestataria que incluía, a
ca y la Iglesia argentina construyeron una modo de ejemplo, el Movimiento de Sa-
democracia “orgánica y funcional” donde cerdotes para el Tercer Mundo y la revista
la representación correspondía a los cuer- Cristianismo y Revolución) y el “catolicis-
pos sociales y no a los individuos unidos mo tradicionalista” (los obispos vincula-
en partidos (p. 24). dos al vicariato castrense creado en 1957)
En los tres capítulos subsiguientes, compartieran una profunda desconfianza
“La Revolución Argentina, 1966-1973” frente al Estado de derecho, encontran-
do en la violencia una ideal sustituta (p. nutrido elenco de fuentes que incluyen 333

139). El mito de “Nación Católica” se desde Cristianismo y Revolución, diarios


constituyó como elemento idiosincrático y revistas hasta entrevistas con antiguos

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del catolicismo argentino independien- miembros de los círculos del director J.
te de su sensibilidad política. Así, sea la G. Elorrio. El libro reúne una introduc-
“Nación Católica” o sea el “Pueblo Cató- ción (pp. 9-24), seis capítulos de conte-
lico”, en Argentina se sostuvo a lo largo nido (pp. 25-202) y un balance final (pp.
del siglo xx un mito que, fundado en un 203-212).
criterio de unanimidad, batallaba con una En el primer capítulo, “El catolicismo
sociedad cada vez más heterogénea, plural renovador en Cristianismo y Revolución”
y compleja. (pp. 25-52), el autor examina el proceso
En conclusión, Zanatta sostiene, a de radicalización ideológica partiendo
modo de hipótesis general, que el Esta- del diálogo cristiano-marxista del que
do de derecho no se impuso como fun- católicos, afiliados al camino abierto el
damento del orden político, sino como Concilio Vaticano II, terminaron parti-
la afiliación a un corpus de ideas propias cipando en la formación de una organi-
del mito de Argentina como una “Nación zación cristiana clandestina llamada Co-
Católica”, ideas que, por otro lado, no mando Camilo Torres.
solo cultivaba la Iglesia, sino que también En el segundo capítulo, sobre “Teo-
compartían los soberanos detrás del tro- logía y revolución” (pp. 53-80), Campos
no, las Fuerzas Armadas. estudia, partiendo del entramado discur-
sivo político-teológico, el proceso de sig-
Sebastian Pattin nificación de la categoría de revolución y
(Westfälische Wilhelms-Universität la llamada “rebelión de los enanos” –así
Münster) se denominó a la ruptura de quienes en
los años por venir conformaron parte de
Montoneros– en 1968. Campos recons-
Esteban Campos: Cristianismo y Revolu- truye la trayectoria discursiva que, nacida
ción. El origen de Montoneros. Violencia, en la renovación conciliar (1962-1965), se
política y religión en los 60. Buenos Ai- apropió del liberacionismo (1967-1968)
res: Edhasa 2016. 224 páginas. y alcanzó su formulación más radical en
una “teología de la violencia” que disputó
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

Esteban Campos aborda en la presente la noción de violencia legítima con el car-


obra, a partir de un sólido enfoque de denal A. Caggiano (1969-1971).
historia política, pero en diálogo con la El tercer capítulo, “Los trabajado-
historia oral, la sociología de la cultura res en Cristianismo y Revolución” (pp.
y la filosofía política, la compleja revista 89-120), se centra en el giro hermenéu-
Cristianismo y Revolución (1966-1971). tico en torno a la representación de los
La revista es comprendida como una “trabajadores”, es decir, el tránsito des-
sociabilidad de resistencia a la dictadura de una comprensión tradicional basada
autodenominada Revolución Argentina en la Doctrina Social de la Iglesia hacia
(1966-1973). Campos cuenta con un un clasismo peronista que, más o menos
3 34 sistemáticamente, se apoyó en el marxis- y el humanismo católico” (p. 9). Es decir,
mo. El peronismo se configuró como una más allá de las afinidades electivas, la re-
“condición necesaria”, pero no suficiente vista es un objeto de difícil abordaje en
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

para la revolución. Por ello, la vanguar- tanto en ella participaron miembros del
dia armada se constituyó como elemento movimiento obrero, del nacionalismo
discriminante para el cambio social. de izquierdas y del peronismo revolu-
El cuarto capítulo, con el título “Re- cionario. No obstante, Campos también
portaje a la guerrilla argentina” (pp. discute con quienes consideran la revista
121-138), analiza, a partir de entrevistas como fruto solamente de la radicalización
realizadas en Cristianismo y Revolución, a católica posterior al Concilio Vaticano II.
miembros de las Fuerzas Armadas Pero- El autor incorpora la compleja trama po-
nistas, Montoneros, Fuerzas Argentinas lítica –donde el peronismo, la izquierda
de Liberación y Fuerzas Armadas Revo- nacional y la cultura política asumieron
lucionarias, la relación entre lo político la violencia como modus operandi– que
y lo militar. El autor no presume su in- confluyó en la construcción de una he-
compatibilidad esencial y aporta nuevas gemonía alternativa. En otros términos,
aristas a tener en cuenta para compren- “con el correr de los números, junto a las
der la identidad de la revista. notas alineadas con la renovación conci-
El quinto capítulo, “Sujeto y vanguar- liar de la Iglesia católica, creció el núme-
dia en Cristianismo y Revolución” (pp. ro de artículos sobre la guerrilla en Amé-
139-174), se enfoca en la resignificación rica Latina y el peronismo en Argentina”
de los conceptos “sujeto”, “teoría” y “or- (p. 10). Ello, en definitiva, expresó “un
ganización” revolucionarios teniendo en lento, pero sostenido proceso de secula-
cuenta las ideas de la izquierda tradicio- rización” en una revista cada vez menos
nal como “Peronismo revolucionario” de interesada en lo religioso (p. 11).
John William Cooke y “América Latina. Sin embargo, resta, a modo de ta-
Teoría y revolución” de Régis Debray. rea pendiente, incorporar las tensio-
En el capítulo 6, “¿Un proyecto de nes del Concilio Vaticano II que, a la
hegemonía alternativa?” (pp. 175-202), par de proponer un aggiornamento, un
el autor explora tanto la configuración ressourcement y un nuevo orden de au-
de la figura de Juan Domingo Perón en toridad en la Iglesia, fortaleció las pre-
Cristianismo y Revolución como la cur- rrogativas de las conferencias episcopales
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va discursiva que proponía una posible nacionales. La apertura conciliar de Juan


convivencia entre el viejo caudillo y la XXIII no implicó que en el Concilio de
hegemonía alternativa revolucionaria Pablo VI buscara una “democratización”
que expresaba la revista. de la Iglesia. Ahora bien, desde el anun-
Campos deconstruye las lecturas que, cio del evento conciliar en 1959 se había
más o menos teleológicamente, plantean inaugurado una diversidad de autorida-
que Cristianismo y Revolución era un es- des legitimadoras, es decir, Juan XXIII y
pacio “proto-Montoneros” sin tener en sus encíclicas Mater et magistra (1961) y
cuenta que allí desfilaron “grupos prove- Pacem in terris (1963) se habían consti-
nientes del integralismo, el nacionalismo tuido como refugios “renovadores” fren-
te a una jerarquía local todavía aferrada Aragorn Storm Miller: Precarious Paths 335

al mito de “nación católica”. Así se abren to Freedom. The United States, Venezue-
nuevos interrogantes en torno a la comu- la, and the Latin American Cold War.

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


nidad católica argentina y Cristianismo Albuquerque: University of New Mexico
y Revolución. ¿Qué relaciones cultivó Press 2016. XXI + 278 páginas.
la revista con la jerarquía “renovadora”
como Devoto, Zazpe, Pironio, Ange- Since Venezuela is quite underrepresent-
lelli y Quarracino, entre otros? ¿Cómo ed in Latin American historiography, the
conceptualizó Cristianismo y Revolución book by Aragorn Storm Miller, a lecturer
la relación de la Iglesia local con la Igle- at the University of Texas at Austin, is very
sia universal? ¿Qué representación de la welcome. The author has written a classi-
Iglesia “ideal” tenía? ¿Cómo se represen- cal diplomatic history (“international his-
tó la relación entre el Estado y la Iglesia? tory”, XIII) about the decade 1958–1968
En definitiva, el creciente proceso de se- which examines the relationship between
cularización redundó en la desaparición Venezuela and the United States of Ameri-
de lo religioso de la escena y, por ende, ca. The chronological narrative focusses on
algunas preguntas quedan sin repuestas. how the U.S. helped the young democracy
En conclusión, el escenario caracterís- Venezuela to overcome both right-wing
tico de la década de 1970, donde los ca- coup attempts, supported by the Domini-
minos del peronismo, del cristianismo y can Republic, and left-wing guerilla activi-
de la violencia política se entrecruzan, en- ties which received military aid from Cuba.
cuentra en los desplazamientos y las dis- Miller interprets the Venezuelan case as a
continuidades del pensamiento católico positive example of US-American foreign
producto de la crisis católica a partir del policy in Latin America, because the U.S.
Concilio Vaticano II y de la II Conferen- helped successfully to foster a democratic
cia General del Episcopado Latinoameri- regime. By highlighting this “triumph”
cano en Medellín, una clave interpretati- (X), the author aims to show the heteroge-
va fundamental. La claridad conceptual, neity of the Cold War and to revise an in-
la rigurosidad en el tratamiento de las terpretation that stresses failures and moral
fuentes, el diálogo con otras disciplinas deficits of US-American foreign policy.
y la desafiante narrativa configuran a Each of the six chapters of the book deals
Cristianismo y Revolución. El origen de with one to three years of the investigation
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

Montoneros. Violencia, política y religión period and describes the domestic and in-
en los 60 como una referencia ineludible ternational political events in Venezuela in
para cualquier estudioso del catolicismo a Caribbean context. The study starts with
argentino, de las organizaciones políti- the overthrow of Dictator Marcos Pérez
co-militares o de la cultura intelectual ur- Jiménez and the foundation of democratic
bana de las décadas de 1960 y 1970. Venezuela under President Rómulo Betan-
court in 1958. In the previous years, the Ei-
Sebastian Pattin senhower administration had been already
(Westfälische Wilhelms-Universität engaged in the Caribbean and supported
Münster) right-wing authoritarian regimes such as
3 36 the Dominican Republic under Trujillo or lights the importance of the Venezuelan
Cuba under Fulgencio Batista. In chapter 2 case. Although Venezuelan history had
(1959–1961) Miller describes the attempts been overshadowed by the US-American
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

of the Dominican Republic to overturn the backup of Latin American dictatorships in


Betancourt administration. In 1960, the the 1970s, the author concludes that Ven-
Venezuelan president escaped narrowly an ezuela should be considered a paramount
attempt of assassination. During this peri- example for US-American democratiza-
od, Venezuela strengthened its ties to the tion efforts. This interpretation, however,
U.S. and, temporarily, also to Cuba under neglects other aspects such as the revenues
Fidel Castro. Subsequently, the partnership of the oil economy, social developments or
between Kennedy and Betancourt led to an the structural weakness of guerillas in de-
estrangement with Cuba (chapter 3), par- mocracies.
ticularly because of the leftist opposition In total, Miller’s study offers valuable
and several guerilla groups acting against detail information, but it is methodically
Betancourt and receiving support from little innovative, does not consider eco-
Cuba. Therefore, Venezuela became one nomic or cultural history, lacks source ma-
of the main profiteers of the US-Ameri- terial from Venezuelan archives and works
can aid program Alliance for Progress. Al- only with a negligible bibliography. The
though the Alliance and the engagement narration is often limited to newspaper
in favor of democracies diminished under articles or political statements of impor-
Johnson, Venezuela helped the U.S. to iso- tant politicians which the author takes for
late Cuba in the Organization of American granted. Minor inconsistencies, such as the
States (OAS), especially when authorities location of Brasília in the Amazon jungle
found Cuban arms deliveries for the gue- (p. 13), complete my ambiguous impres-
rillas on the Venezuelan coast (chapter 4). sion. Unfortunately, this book does not go
From 1966 to 1967, as we learn in chapter beyond a summary of political events.
5, the activities of the guerillas increased
significantly under President Raúl Leoni so Frederik Schulze
that the U.S. provided military assistance (Westfälische Wilhelms-Universität
such as training and weapons, enabling the Münster)
Venezuelan military to strike back. The last
chapter ends with the election of President
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Rafael Caldera and the cessation of guerilla Miguel Carter (ed.): Challenging Social
attacks. Regarding to Miller, the failure of Inequality. The Landless Rural Workers
the guerillas was due to US-American sup- Movement and Agrarian Reform in Bra-
port, the fragmentation of the Eastern Bloc zil. Durham / London: Duke University
in 1968 and the unsuccessful export of the Press 2015. 494 páginas.
Cuban Revolution which became evident
in 1967 when Che Guevara died in Bolivia. Challenging Social Inequality provides a
Miller interprets the decade 1958– comprehensive and detailed survey of the
1968 as success story of US-American Brazilian “Landless Rural Workers Mo-
foreign policy in the Caribbean and high- vement”. The collection contains fifteen
individual contributions. Divided into tions to the collection must be read as a 337

four parts, the various essays deal with the history about a gigantic failure.
agrarian question, the historical struggle for

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


land, the agricultural settlements of the ru- Antony P. Mueller
ral worker movement and the role of the ru- (Universidade Federal de Sergipe,
ral worker movement in politics and society São Cristóvão)
of Brazil. The conclusion is sobering. As the
editor of the volume states in his “Epilo-
gue”: “Broken Promise: The Land Reform Carlos Iván Degregori: Los límites del
Debacle under the PT Governments”. milagro, comunidad y educación en el
The land reform is not the only Perú. Obras escogidas IV. Lima: Insti-
“promise” that were broken by the Brazil- tuto de Estudios Peruanos 2013. 343
ian labor party (PT) and his founder Lula páginas.
Inácio da Silva and her successor Dilma
Rousseff. The PT government wasted the Este libro es el cuarto volumen, resulta-
time when the economy experienced a do de la recopilación de las obras escogi-
boom and when President Lula enjoyed das del autor, Carlos I. Degregori, como
extreme levels of popularity. Instead of conmemoración de su largo recorrido
pushing forward with reforms – with the en el campo de las ciencias sociales. De
agrarian land reform only one of them – esta forma, podemos encontrar obras que
the leading figures of the new Brazilian abarcan tanto un periodo de tiempo ex-
labor movement involved themselves in tenso como también diversas formas es-
a maze of corruption schemes with the tilísticas y aproximaciones teóricas desde
consequence that the party has lost most diferentes escuelas de las ciencias sociales.
of its prestige along with the government. Es así, como encontramos textos escritos
In a sad twist of fate, one must state desde los años setenta hasta el 2008. La
that the Brazilian landless worker move- selección de los textos pasa por reportajes,
ment allowed itself to be corrupted by columnas editoriales, entrevistas, ensayos,
the monetary benefits that its leaders re- ponencias académicas, introducciones,
ceived from the PT government. Similar libros, escritos inéditos, poemas, relatos,
to the “bolsa familia”, the Brazilian labor dramas, entre otros. De igual manera,
government tried to buy support by dis- podemos leer diferentes análisis hechos
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

tributing benefits instead of promoting a desde el periodismo, la historia, la antro-


factual integration of the poor into the pología y la ciencia política. La extensa
economy. Likewise, the landless worker recopilación resulta muy interesante pre-
movement received state benefits instead cisamente por ser tan diversa, y permitir
of incentives to cultivate their own land. aproximaciones diferenciadas a la educa-
With the decline of the Partido dos Tra- ción, al proceso de descentralización del
balhadores (PT), the Movimento dos Perú y a las diversas realidades de las co-
Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) is munidades de la Sierra de Lima.
also falling apart. In this perspective, the Degregori hace un amplio análisis en
various meticulously prepared contribu- torno al proceso de transformación de al-
3 38 gunas comunidades de la Sierra de Lima, la población que fueron desplazados a las
como Santa Lucía de Pacaros y San Agus- periferias de las tierras de mayor produc-
tín-Huayopampa. La extensión de tiempo tividad y que permanecieron a lo largo de
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

que abarca el libro permite contemplar el la historia en el mismo espacio territorial,


devenir histórico de muchas de estas co- en un principio como reserva de mano de
munidades ubicadas en la región del valle obra para haciendas y minas.
del Chancay. El autor analiza las trans- De forma crítica, el autor se acerca al
formaciones dentro de las comunidades tema de la educación, en este caso par-
gracias a los efectos que ha tenido la mi- ticular al de la educación rural y al rol
gración en las mismas y su contacto con del Estado en la implementación de la
la capital, Lima. Dicha migración está es- misma. Degregori critica el papel pater-
trechamente relacionada, según el autor, nalista del Estado e intenta analizar por-
con las formas económicas de producción qué en esta zona rural puede hablarse de
y con la integración del país a la economía expectativas frustradas en la población
mercantilista. Este contacto con Lima, con respecto a una educación que poco
intensificado durante las últimas décadas contemplaba las necesidades regionales y
del siglo xx y por los cambios infraestruc- sociales de las comunidades. Es así como
turales, influye en una transformación de muestra el fracaso del Estado peruano en
índole social y económica en el valle del implementar modelos de educación en
Chancay, ya que Lima es el centro político áreas rurales, ya que los mismos resultan
y económico del Perú. También expone el incongruentes con las realidades sociales,
problema de la tenencia y expropiación culturales y económicas de la región de la
de tierras desde la colonización, situación sierra. En particular cobra sentido aquí
que ha sido permitida y potencializada la necesidad de promover una educación
por la idea de progreso y la necesidad de bilingüe en las aulas de clase como en
avance económico dentro del país. Es así los libros escolares. El castellano o “la
como Degregori analiza la dependencia castellanización”, como dice el autor, se
económica construida históricamente de presenta como un mandato obligatorio
las comunidades indígenas de la sierra desde el centro político de Perú-Lima,
con el mercado capitalista del centro del que poco tiene que ver con las realida-
Perú y la formación y división en clases des dentro de las comunidades. El autor
sociales y económicas, que ha permiti- permite así observar las consecuencias
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do la aparición de jerarquías socioeco- sociales y económicas del proyecto co-


nómicas muy fijas y la alta dependencia lonial en la actualidad. El Estado, cen-
mercantil de comunidades rurales. Esto, tralizado en Lima, intenta impartir una
ligado también a la desaparición de una educación no diferenciada y enfocada a
economía basada en la verticalidad propia los espacios urbanos del país con la idea
de las comunidades de la región antes del de “salvar” a las poblaciones rurales de
proyecto colonizador. Interesante resul- la ignorancia y permitirles así entrar en
ta, en este punto, el análisis que el autor la modernidad. De esta forma, olvida las
hace sobre la formación de comunidades necesidades específicas de la región, así
campesinas cerradas como segmentos de como su realidad social y cultural, razo-
nes que resultan fundamentales al ana- Carlos Iván Degregori / Tamia Portugal 339

lizar porque estos proyectos educativos / Gabriel Salazar / Renzo Aroni: No hay
fracasan, creando cadenas de dependen- mañana sin ayer. Batallas por la memoria

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cia cada vez mayores. Degregori devela y consolidación democrática en el Perú.
la interseccionalidad de etnicidad y clase Lima: Instituto de Estudios Peruanos
en las formas de discriminación social e 2015. 317 paginas.
institucional que sufren las comunidades
indígenas y rurales del Perú. Este libro se divide en tres partes, cada una
También dentro de la obra se puede subdividida en varios capítulos. Aborda la
percibir cómo el autor realiza una crítica problemática del postconflicto peruano,
al proceso de descentralización en el Perú específicamente la batalla por la memo-
y a la forma en la que este se ha llevado a ria y su sentido en el marco de la instau-
cabo, situación debatida actualmente en ración de la Comisión de la Verdad y la
diferentes campos de las ciencias socia- Reconciliación en el Perú (CVR-Perú),
les. Ambas perspectivas críticas permiten precisamente tras la caída del régimen de
entender que en los procesos de promo- Alberto Fujimori, a finales del año 2000.
ción y extensión de la educación tanto En general la obra brinda un panorama
como en el proceso de descentralización contextual donde la creación de la CVR,
del Perú no existe un reconocimiento a la su gestión, hallazgos y particularidades y
diversidad territorial y cultural de la po- su informe final, tuvo una importancia
blación, lo que impide que estos avances simbólica fundamental en diversos cam-
sean sostenibles y permitan a las comuni- pos como el político, el sociocultural y la
dades desarrollarse de forma autónoma y producción académica. Todos estos cam-
consecuente con sus realidades y cosmo- pos tienen en común su peso y su pro-
visión. Es así como en el libro está muy yección en el desenmascaramiento de la
presente la pregunta por la posibilidad de memoria oficial, selectiva y hegemónica
realizar un proyecto nacional en el Perú que se había construido en el fujimoris-
con una sociedad pluricultural y multiét- mo sobre la restricción de los derechos
nica que no se ve reconocida dentro de la humanos y la supresión e interferencia en
implementación de los proyectos de de- las ramas del poder público, en pos de la
sarrollo en el país. Sin embargo, la diver- derrota del Partido Comunista del Perú
sidad estilística hace difícil para el lector “Sendero Luminoso” (P.C.P-S.L). Este
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poder seguir el argumento del libro o el último construido a conveniencia en el


análisis en torno a los progresos educati- imaginario social y mediático como causa
vos o de descentralización en el Perú. La única y final de todos los males padecidos
repetición de anécdotas en los diferentes por el Perú.
acápites del libro impide hacer una lectu- En principio, el antropólogo Carlos
ra fluida del mismo. Iván Degregori –desde una mirada polí-
tica– evalúa la creación y consolidación
Carolina Tamayo Rojas del informe final de la CVR y su papel en
(Katholische Universität el tránsito de un Estado convulsionado a
Eichstätt-Ingolstadt) otro más reflexivo. En la segunda parte,
3 40 Tamia Portugal y Renzo Aroni, introdu- Otro aporte sumamente importante es
cen las divergencias y contradicciones el análisis que se hace del salto y la parti-
desde una perspectiva cultural y empíri- cipación cualitativa de la sociedad perua-
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

ca de los procesos memorialísticos en los na para lograr el tránsito hacia una etapa
remotos lugares donde se dio la violen- de postconflicto mediante la defensa de
cia a mayor escala. Señalan la violencia una verdad alternativa a la dejada por
epistemológica de los agentes culturales Fujimori. Dicho esfuerzo posibilitó una
externos, los gestores de la memoria y el reconciliación parcial y la legitimación de
gobierno en los procesos memorialísticos una democracia tenue, en contraste con
de las comunidades víctimas del conflic- el ínfimo interés y participación social
to. Por último, aunque no menos im- posterior en el reclamo por la construc-
portante, Gabriel Salazar pone en el con- ción de condiciones económica, políticas
texto de los “tiempos de la memoria” la y sociales que abonen un futuro menos
literatura, trabajos académicos, cátedras excluyente y más igualitario como meca-
y eventos que indagan sobre la memo- nismo para evitar el acrecentamiento de
ria y las contradicciones entre la memo- los focos guerrilleros remantes o futuros
ria como “deber-ser” y el negacionismo, brotes de insurgencia armada. En este
contradicciones que aún no afloran, que sentido Degregori plantea que, si bien el
aún no logran construir un campo fértil Estado peruano ganó la guerra, no logró
para el debate y la construcción de una ni quiso ganar la postguerra, lo que otros
corriente más sólida que se plasme en es- autores como el noruego Johan Galtung
tudios y publicaciones; siendo aún la vio- llaman la ‘paz positiva’.
lencia política el tema más consolidado y En la segunda parte del libro Tamia
abordado en el Perú y en las instituciones Portugal y Renzo Aroni discuten, a tra-
educativas, no así la memoria y menos la vés de estudios de casos en los centros
memoria en el presente. poblados de Yuyanapaq, Putis y Putaca,
Degregori enfoca su artículo en la ex- ubicados en la región de Ayacucho, la
periencia que tuvo como integrante de la tensión existente en las diversas formas
Comisión de la Verdad y la Reconcilia- de memorialización de los hechos de vio-
ción en Perú. Discute cómo las desigual- lencia entre la institucionalización de los
dades sociales estructurales influyeron no procesos memorialísticos que responden
solo en el acceso a la justicia, a la repa- a parámetros impuestos desde Occidente,
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ración y a la verdad, sino también en el a través de ONG u organizaciones nacio-


informe final de la CVR y las dificulta- nales cofinanciadas con proyectos euro-
des político-presupuestales, geográficas peos, incluyendo a la misma CVR, frente
e idiomáticas en los procesos de recupe- a otras formas propias de recordar ante-
ración memorialísticos que trascendie- riores a esta uniformización eurocéntrica,
ron a posteriori. Degregori singulariza el tales como murales, espacios de violencia
universo de las víctimas y su incapacidad que se recuerdan con ofrendas florales,
de hacerse escuchar debido a las desigual- canciones y canticos que conmemoran
dades estructurales que los acompañan en hechos trágicos de la violencia aconteci-
su diario vivir. da en sus poblados. En el desarrollo de
sus textos se cuestiona cómo la memo- guerra civil acontecida en el Perú entre 341

ria se enmarca dentro de una tradición 1980 y el año 2000.


eurocéntrica generalizada mediante los

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proceso de justicia transicional que sub- Laura Rivera Revelo
yacen en la concepción universal de los (Universidad Andina Simón Bolívar,
derechos humanos. Quito)
Por último, Gabriel Salazar, aborda
el estado actual de los estudios de la me-
moria recabando el origen de los mismos, Roque Arregui: Historia del Frente Am-
que nacen con el desarrollo del conflicto plio. 45 años en lo nacional y en Soria-
y se catapultan a finales de la década de no. Montevideo: Editorial Fin de Siglo
los noventa. Estos estudios se originaron 2016. 137 páginas.
internamente por el interés de intelectua-
les comprometidos generalmente de iz- El título de este libro insinúa que se trata
quierda y el posterior impulso externo de de una obra histórica sobre el desarrollo
una corriente internacional de estudios de del Frente Amplio uruguayo desde el año
postconflicto y transiciones democráticas 1971 hasta nuestros días. Si bien este es
en el sur del planeta. Aunque los estudios el tema central del texto, no se trata de
de la memoria se han logrado posicionar un trabajo historiográfico. Aunque Ro-
por parte de agentes y proceso externos que Arregui, el autor, quiere “seguir un
como la producción impulsada por el So- orden más o menos cronológico” (p. 66),
cial Science Research Council SSRC y el no aborda todos los aspectos relevantes
impulso de organizaciones defensoras de del desarrollo histórico del Frente Am-
derechos humanos, aún no se ha genera- plio. Por ejemplo, se busca en vano in-
do una discusión dentro de las institucio- formación sobre la actividad del Frente
nes de educación superior y en la misma Amplio en el exilio durante la dictadura
sociedad peruana sobre otras perspectivas, cívico-militar (1973-1985). Prevalece
como, por ejemplo, las memorias de ac- entonces un cierto eclecticismo. La obra
tores ausentes en las versiones oficiales y tiene por lo tanto dos enfoques: prime-
de otras voces no escuchadas o silenciadas ro, la historia del Frente Amplio a nivel
en su momento, voces tan necesarias para nacional inserto en el contexto del desa-
cuestionar, debatir, comprender y aportar rrollo político y social del país y segundo,
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a la producción académica existente sobre la historia del partido en Soriano, un de-


el pasado violento reciente del Perú. partamento al occidente de la República
Para concluir, el libro hace unos apor- Oriental de donde es oriundo el autor del
tes importantes, aportando un minucioso libro. Dice Arregui: “En este libro, para-
estudio de los actores, intereses y pode- lelamente a la historia del Frente Amplio
res en disputa de la verdad y la memoria en los 45 años que lleva inserto en la vida
hacia el futuro, enfocado a la evaluación del país, procuramos aportar aspectos que
posteriori de la concreción del derecho a hacen a la historia del Frente en el depar-
la verdad como una de tantas batallas a tamento de Soriano. Para ello se registran
dar por la memoria, luego del fin de la aquí hechos, sucesos, acontecimientos y
3 42 procesos” (pp. 7 s.). El autor cuenta los manera muy particular y personal la his-
mencionados “hechos, sucesos, aconteci- toria del partido desde el primer instante.
mientos y procesos”, tanto en lo nacional Cuenta esa historia empezando por los
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como en lo regional. Pero se queda en la antecedentes y la prohibición durante la


descripción, no entra en un análisis pro- dictadura (pp. 11-33). Describe la funda-
fundo de las interrelaciones entre los ni- ción del Frente en el contexto de crecien-
veles y las particularidades del desarrollo tes movilizaciones sociales, estudiantiles y
en el interior del país. sindicales. Menciona cómo la situación se
El autor brinda información muy de- agudizó, cómo el nivel de conflictividad
tallada, como listados con las nóminas aumentó y cómo en este ámbito se unie-
de candidatos a las elecciones, da infor- ron las fuerzas progresistas para formar
mación pormenorizada sobre los resulta- un frente político unitario. Tuvo como
dos de distintos comicios o enumera los propósito “plantear la lucha de inmedia-
miembros del partido y sus respectivos to, en todos los campos, tanto en la opo-
cargos. El libro también contiene pasajes sición a la actual tiranía o a quienes pre-
anecdóticos –anécdotas contadas tanto tenden continuarla, como en el gobierno”
por personajes clave del partido como por (pp. 16 s.), como decía la primera decla-
el mismo autor–; lo hace sin que llegue ración política del Frente Amplio. Ante la
a ser una obra testimonial. Eso se refle- primera participación del partido en las
ja también en los permanentes cambios elecciones del año 1972, Arregui mencio-
estilísticos: el autor nos habla en primera na que se “propagandeaba de parte de la
persona, pero a la vez habla de sí mismo derecha que si el Frente ganaba las elec-
usando la tercera persona. La obra tiene ciones vendrían los tanques rusos al país,
entonces un carácter híbrido: es un poco que se llevaría a los jóvenes a Cuba, que
de todo, centrándose en su tema clave se quitarían las jubilaciones, que se expro-
como es la historia del Frente Amplio, ca- piarían propiedades y cuanta cosa pudiese
rece de un aparato crítico, de una biblio- generar temor en el elector” (p. 24).
grafía y no cita ninguna fuente. La una Los relatos sobre la época de la dictadu-
única fuente de información que tiene es ra cívico-militar (pp. 37-60) se concentran
el mismo autor. sobre todo en el desenvolvimiento de la
Roque Arregui vivió la historia del dictadura, en las violaciones a los derechos
Frente Amplio en carne propia y fue uno humanos, el exilio, las destituciones, la pri-
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de sus protagonistas. Nacido en Merce- sión política, la tortura, etc. Como ya ha


des, en el Departamento de Soriano, se sido mencionado, no enfoca en el actuar
afilió al partido poco después de su fun- del Frente Amplio tanto en la clandestini-
dación en el año 1971. Trabajó como dad dentro del país como en el exterior.
maestro y fue destituido durante la dic- Siguen capítulos sobre los gobiernos
tadura. Desde las elecciones de 1994 es postautoritarios: el de Julio María San-
diputado frenteamplista por el Departa- guinetti (1985-1990, Partido Colorado)
mento de Soriano. Entre 2009 y 2010 fue y el de Luis Alberto Lacalle (1990-1995,
presidente de la Cámara de Diputados del Partido Blanco). Estos capítulos infor-
Uruguay. Por lo tanto, el autor conoce de man sobre el rol del Frente Amplio como
fuerza de oposición y sobre el desarrollo te de un protagonista del movimiento 343

dentro del partido (pp. 63-83). En los frenteamplista de primera hora. Resuelta
capítulos siguientes el autor, diputado interesante la combinación de la perspec-

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a partir del año 1994, expone con más tiva nacional con la del interior del país,
detalle las iniciativas parlamentarias del aunque al carecer de un análisis más pro-
Frente Amplio y, sobre todo, sus propias fundo no convence en su totalidad. No
exposiciones y pedidos de informe en el obstante, puede contribuir a un mejor
poder legislativo (pp. 89 ss.). entendimiento del desarrollo histórico
Arregui escribe refiriéndose a la victo- del Frente Amplio uruguayo.
ria electoral del Frente Amplio en el año
2004: “Fueron los resultados que cam- Veit Strassner
biaron la historia del país. La emoción (Mainz)
fue incontenible: la lucha, el sacrificio y
la entrega de los frenteamplistas se veían
coronados por el triunfo. Los jóvenes Alejandro Toledo: The Shared Society.
frentistas que elección tras elección ver- A Vision for the Global Future of La-
tían lágrimas de dolor tras los resultados tin America. Stanford: Redwood Press
adversos, las cambiaron ahora por lágri- 2015. 284 páginas.
mas de alegría. Los adultos y veteranos,
fogueados en duras luchas políticas, se In The Shared Society, Alejandro Toledo,
abrazaban y vivían la alegría colectiva” (p. who was President of Peru from 2001 to
101). Resumiendo los logros del primer 2006, tries to outline a blueprint for “the
gobierno frenteamplista escribe el autor: global future” of Latin America. Toledo
“Tener que comprimir en unos pocos sees “historic opportunities” for his re-
párrafos los logros de este gobierno nece- gion to achieve “a shared society” of over-
sariamente obliga a priorizar algunos y a all social inclusion of those groups that
dejar afuera la mayoría de los más de mil have been historically marginalized. For
logros” (p. 107). Este último capítulo so- this purpose, the author regards as essen-
bre la gestión de los gobiernos a partir de tial to combine “growth and equity” and
2005 ofrece otra vez miradas al quehacer enhance the “quality” of democracy (pp.
político desde uno de los protagonistas. 71). Embracing sustainable development
Termina el libro con acontecimientos del requires eradicating poverty step in step
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año 2015 como la entrega de tablets a los with reducing inequality. Toledo’s vision
jubilados y la ley que establece una tasa de says that such an “inclusive society” (pp.
cero alcohol para los conductores, a nivel 157) would prepare Latin America for
nacional y un acto conmemorativo en la the new global age. Toledo’s manifest has
ciudad de Mercedes en honor a las vícti- received much applause from prominent
mas de la dictadura, a nivel regional. No sides, including from the former Brazilian
se incluyen ni conclusiones ni perspecti- President Fernando Henrique Cardoso.
vas para el futuro. Nevertheless, Toledo’s agenda lacks a
En resumen, es un librito sui géneris, deeper understanding of how growth and
que presenta la visión partidaria-militan- development is brought about. As has
3 44 been the case with the so-called “Con- at the right moment in time. This border
sensus of Washington”, good governance has been particularly contested as it has
is not enough to bring about economic been used to wall off the United States
R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS

progress. Likewise, income redistribution and the so-called global North against the
that neglects economic growth tends to desire of poor Mexicans to make a better
fail, as it has been the case with the “bolsa living up North. The notably large Mexi-
familia” in Brazil, for example. can presence in the American Southwest
Toledo addresses many important makes it easy to see to that close family
points and most of these are indeed es- relations have always existed across that
sential in order to obtain economic pro- border. The conflict across this border is
gress. In the end, however, Alejandro To- old, and has shaped the relations between
ledo misses to face the real challenge of both countries to this day.
economic development: that there is no Up Against the Wall: Re-Imagining the
magic formula and that economic devel- U.S.-Mexico Border is co-authored by the
opment is not a matter of years or of only philosopher Edward Casey who has been
a few decades. In order for a region to vital in establishing the scholarly field
develop, nice plans and good intentions known as the philosophy of place, and
are not enough. What is required are gen- Mary Watkins, a sociologist who has lived
erations of dedication to such a project. and work in the border region for many
Finally, Toledo’s arguments would de- years. Together they have visited various
serve more credit if he weren’t involved border locations over the years, which is
into a mayor corruption scandal because reflected in the book’s individual chap-
of alleged bribes paid for steering public ters as most of them tackle one particular
contracts. place on the border, or close to it, at a
certain point in time. Place indeed seems
Antony P. Mueller to be the salient category underlying the
(Universidade Federal de Sergipe) Casey and Watkins’s project. The book by
and large consists of studies of different
places, on both sides of the border fence,
Edward S. Casey y Mary Watkins: Up which are well chosen and insightfully
Against the Wall: Re-Imagining the described. After a jointly written intro-
U.S.-Mexico Border. Austin: Universi- duction, detailing the personal motifs
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ty of Texas Press 2014 (Louann Atkins and conditions of this project, part one of
Temple Women & Culture Series 35). the book is written by Casey, part two by
288 páginas. Watkins. Casey starts off his discussion by
a differentiation between the conflicting
At times when flows of migration, espe- terms border and boundary, both seen
cially forced migration, and the question as two major forms of an edge. Whereas
of how to deal with of groups of migrants the border, to him, figures as a “rigid and
have become such pressing concerns, a unyielding” construct, the boundary is
study of the conditions on and around conceived as more open and “permeable”
the U.S.-Mexican border comes precisely (p. 5). The chapters written by Casey also
offer a helpful survey of the best known undeniable benefits of artistic practice for 345

studies on “la frontera”, the U.S.-Mexico dealing with complex, and deplorable so-
border, as, for instance, Gloria Anzaldúa’s cio-political situations, the insistence on,

R ES EÑAS IB ER OAM ER IC ANAS


landmark concept of the “borderland” (p. even celebration of a proud range of art
19-21) and several others. works situated on the border and dealing
In a perhaps surprising, but largely with the border problematics may sound
convincing move, the authors do not re- glib to those suffering at and from the
main right at the border or the closer bor- border in their daily lives and most ba-
der territories, as one would expect. On sic needs. And yet, the book’s impressive
the contrary, they venture out and look at collection of artistic communal practices
border conditions in other places in the is a strong proof of the power of the im-
larger area of the Southwest, describing agination in envisioning alternatives to
how the border affects lives and shapes policed divisions and in overcoming rigid
living conditions far away from the ac- and exclusionary border politics; in other
tual geographical borderland. They focus words, the focus of Casey and Watkins’s
on the literal but also of the concomitant joint project is on places and practices of
metaphorical walls in their analyses, and resistance, thus finally corroborating the
they can corroborate that the injustices simple futility of erecting a wall to wall
and often tragic consequences of the bor- people off.
der do not stop at the border patrol, but
are carried far into the countries involved. Kerstin Schmidt
An extended case study, for example, dis- (Katholische Universität
cusses Santa Barbara in terms of the city’s Eichstätt-Ingolstadt)
development into an internal colony
following the U.S. conquest of Mexican
land. Hence, the book at hand is a con-
tribution to area studies in its emphasis
on the region as a sphere of influence and
shared history, rather than on the politi-
cal borderlines of the nation.
The most interesting section of the
book is perhaps its encompassing collec-
Iberoamericana, XVII, 65 (2017), 253-348

tion of the impressive variety of works of


art and the surprising range of different
artistic practices that have come to mark
the border territories (the book offers a
photo spread, partly in color). Artistic
work is shown as a workable and fruit-
ful approach to oppose the limitations
and shortcomings of the borderline, un-
veiling it more in terms of a boundary.
And yet, notwithstanding the power and

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