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Presentación
Este manual incluye una versión de las rúbricas de observación de aula elaboradas por DIED y que
serán utilizadas de manera conjunta por: DIED, para la Evaluación de Desempeño Docente; por
todas las estrategias de acompañamiento para la observación de desempeños de aula y por SPE
para el monitoreo de la práctica pedagógica.
Los aspectos a observar han sido definidos luego de la revisión del Marco del Buen Desempeño
Docente conjuntamente con documentos como Classroom Assessment Scoring System (CLASS®),
entre otros, y de una exhaustiva investigación sobre los desempeños docentes que se
correlacionan altamente con una enseñanza efectiva.
Las rúbricas de observación de aula, contenidas en este manual, son valiosas para la identificación
de fortalezas y oportunidades de mejora en las prácticas de los docentes en el aula. Esto permitirá
realizar un proceso de reflexión crítica sobre la práctica y tomar decisiones con respecto a la
implementación de medidas para la mejora.
El objetivo del manual es brindar orientaciones para una adecuada aplicación de las rúbricas de
observación de aula.
La observación de aula
La observación de aula es una técnica que tiene como finalidad recoger información acerca de los
desempeños de los docentes en el aula frente a sus estudiantes. Para efectos de este manual, por
aula nos referimos a los espacios educativos en los que el docente y los estudiantes interactúan
(por ejemplo, el patio, los laboratorios o talleres, el lugar visitado durante un trabajo de campo,
etc.).
Los desempeños que se han considerado para este manual, y que se presentan a continuación
incluyen aspectos observables en el aula, vinculados al clima, a la conducción del proceso de
enseñanza aprendizaje y a la evaluación formativa (dominio 2 del Marco del Buen Desempeño
Docente):
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Descripción complementaria
(atributos, conectores: “Y”, “O”)
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
En primer lugar, se presenta el nombre del desempeño, acompañado de una breve definición y del
listado de los aspectos que lo conforman y que determinan la naturaleza de la rúbrica.
Seguidamente, se presentan los cuatro niveles de logro: I, II, III y IV; y para cada uno de ellos se
muestra primero una descripción general de nivel en negritas y luego, una descripción complementaria
más extensa. En las descripciones específicas complementarias se resaltan en negritas algunas
palabras clave que permiten identificar de forma más precisa cuáles son los atributos del desempeño
docente que varían de un nivel al otro. Asimismo, se utilizan conectores “Y” “O” con la finalidad de
indicar; para el primer caso “y” si se requiere que un docente, para ubicarse en un determinado nivel
demuestre todos los atributos en su actuación, y para el segundo “o” si se requiere que solo demuestre
uno u otro atributo.
En el proceso de Acompañamiento Pedagógico las rúbricas son los instrumentos que permitirán
detectar el nivel en el que se encuentran los profesores acompañados. A partir de dicha
identificación, el acompañante podrá orientar al docente acompañado en al análisis y
comprensión de su práctica y del aprendizaje de los estudiantes, y lo acompañará hacia la toma de
decisiones que le permitan su una mejora paulatina. En ese sentido, el acompañamiento tiene las
siguientes etapas:
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
recogiendo información sobre su desempeño en aula. Esta información, será registrada en los
instrumentos de apoyo como son la rúbrica de observación.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
i) Informe Final: Documento que contiene, a manera de balance, las acciones desarrolladas, los
logros y dificultades de la estrategia y el progreso de cada uno de los docentes acompañados,
así como recomendaciones para seguir fortaleciendo sus respectivos planes de mejora.
Las rúbricas son la columna vertebral del proceso de acompañamiento, ya que expresan los
desempeños esperados, en progresión, de los profesores, por lo tanto son el referente obligado de
casi todas las etapas del acompañamiento. En ese sentido, el acompañante debe de conocerlas a
profundidad y estar familiarizado con los niveles y los desempeños asociados a estos. Del mismo
modo es importante que los profesores también conozcan el contenido de las rúbricas ya que son
el referente de sus procesos de mejora y evaluación.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Se comunica de manera respetuosa con los estudiantes y les transmite calidez o cordialidad y
seguridad dentro del aula. Además, está atento y es sensible a sus necesidades afectivas,
identificándolas y respondiendo a ellas con comprensión y empatía.
Los aspectos que se consideran en esta rúbrica son:
Trato respetuoso entre el docente y los estudiantes.
Calidez o cordialidad y seguridad que transmite el docente durante la sesión.
Comprensión y empatía del docente ante las necesidades afectivas de los estudiantes.
Nivel I Nivel II Nivel III Nivel IV
No alcanza las El docente es siempre El docente es siempre El docente es siempre
condiciones del Nivel respetuoso pero respetuoso y durante respetuoso y durante
II. tiende a ser frío y/o la mayor parte de la toda la sesión
indiferente. sesión transmite transmite calidez o
Por ejemplo: calidez o cordialidad cordialidad y
y seguridad. Además, seguridad. Siempre
El docente emplea un la mayoría de veces se muestra empático
lenguaje poco se muestra empático con las necesidades
respetuoso, irónico o con las necesidades afectivas de los
insultante para afectivas de los estudiantes.
referirse al estudiantes.
desempeño de
algunos estudiantes, Siempre emplea Siempre emplea Siempre emplea
transmitiéndoles una lenguaje respetuoso, lenguaje respetuoso, lenguaje respetuoso,
sensación de evitando el uso de evitando el uso de evitando el uso de
amenaza o de cualquier tipo de cualquier tipo de cualquier tipo de
exponerse a una manifestación verbal manifestación verbal manifestación verbal
situación de burla o o no verbal que o no verbal que o no verbal que
menoscabo. transmita a los transmita a los transmita a los
estudiantes sensación estudiantes sensación estudiantes sensación
de amenaza o de de amenaza o de de amenaza o de
exponerse a una exponerse a una exponerse a una
situación de burla o situación de burla o situación de burla o
menoscabo. menoscabo. menoscabo.
Asimismo, los Asimismo, los
estudiantes son estudiantes son
NO OBSTANTE, es respetuosos entre sí y respetuosos entre sí y
algo frío y/o con el docente con el docente
indiferente y no logra durante la mayor durante la mayor
crear un ambiente de parte de la sesión. parte de la sesión.
calidez o cordialidad y
seguridad en el aula. Y Y
La mayor parte de la Durante toda la
sesión, transmite sesión, transmite
calidez o cordialidad calidez o cordialidad
y seguridad. Practica y seguridad. Practica
la escucha atenta y la escucha atenta y
emplea recursos de emplea recursos de
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
comunicación comunicación
(proximidad espacial, (proximidad espacial,
desplazamiento en el desplazamiento en el
aula, gestos, tono y aula, gestos, tono y
volumen de voz, volumen de voz,
entre otros) entre otros)
apropiados a la edad apropiados a la edad
y características de y características de
los estudiantes. Si los estudiantes. Si
emplea el humor, emplea el humor,
este es respetuoso y este es respetuoso y
favorece las favorece las
relaciones positivas relaciones positivas
en el aula. en el aula.
Y Y
Si los estudiantes Si los estudiantes
manifiestan manifiestan
necesidades necesidades
afectivas, la mayoría afectivas, siempre se
de veces se muestra muestra empático y
empático y comprensivo con
comprensivo con ellos.
ellos.
Esta rúbrica evalúa si el docente genera un ambiente de respeto en el aula a través de su trato con
los estudiantes. Se espera que en un aula acostumbrada a un modelo docente de trato
respetuoso, en la que se haya trabajado bien este aspecto, los estudiantes también sean
respetuosos entre ellos. Además, valora la calidez o cordialidad del docente, así como la empatía
que muestra ante las necesidades afectivas de los estudiantes, lo que les proporciona un entorno
afectivo seguro.
El docente, al comunicarse con los estudiantes, muestra buen trato y consideración hacia
ellos, resguarda su dignidad y evita el uso de cualquier tipo de manifestación verbal o no
verbal que los discrimine, los ofenda o los agreda (por ejemplo, es falta de respeto decirles
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
cosas que los hagan sentir inferiores, burlarse de ellos, no mirarlos cuando les dirige la
palabra, etc.).
Para ubicarse en el nivel II, III o IV de la rúbrica, se exige que el docente, en todo
momento, sea respetuoso. Por ello, si se aprecia alguna falta de respeto de su parte,
automáticamente debe ser ubicado en el nivel I. Para alcanzar el nivel III o IV, por otro
lado, se exige además que durante la mayor parte del tiempo se aprecie que los
estudiantes son respetuosos entre sí y con el docente, porque es un indicador de que este
aspecto se ha trabajado de forma efectiva con ellos. Cuando este es el caso, las
interacciones positivas observadas entre estudiantes son de apoyo mutuo y crean un
ambiente emocionalmente saludable. Esto se puede evidenciar cuando los estudiantes se
escuchan con paciencia, establecen contacto visual cuando conversan, esperan sus turnos
al participar, se apoyan mutuamente en las tareas, se llaman por su nombre, utilizan
frases como “por favor”, “gracias”, etc. Es importante, sin embargo, que el observador
adecúe sus expectativas a la edad y nivel de desarrollo esperado de los estudiantes,
particularmente de los preescolares.
Un docente cálido o cordial es amable, mantiene un tono de voz tranquilo que transmite
serenidad, amabilidad y cortesía. Practica la escucha atenta (siguiendo con atención lo
que los estudiantes le dicen, asintiendo con la cabeza mientras hablan, haciéndoles
repreguntas o retomando lo que ellos dicen en señal de aceptación o interés, entre otros)
y emplea recursos de comunicación que generan proximidad con los estudiantes (ya sea
espacial, a través de su ubicación y el desplazamiento en el aula; o afectiva, a través de
expresiones verbales y no verbales que denotan estima), entre otros. Si emplea el humor,
este es respetuoso y favorece las relaciones positivas en el aula. Es necesario tomar en
cuenta que los recursos que utiliza el docente para generar un ambiente de proximidad
deben ser apropiados a la edad y características de los estudiantes (por ejemplo, en el
caso de los estudiantes más pequeños pueden haber demostraciones físicas de afecto
como tomarlos de la mano o abrazarlos pero en el caso de estudiantes adolescentes estas
acciones podrían incomodarlos). La calidez o cordialidad en el docente es exigida en los
dos niveles superiores de la rúbrica. Así, en el nivel IV se espera que el docente sea cálido
o cordial durante toda la sesión, mientras que para alcanzar el nivel III se requiere que lo
sea durante la mayor parte de ella. Es decir, si se identifica algún momento en que el
docente es frío o distante, debe ser ubicado en el nivel III. En cambio, si muestra estas
características durante la mayor parte de la sesión, debe quedar ubicado en alguno de los
dos niveles inferiores de esta rúbrica (por ejemplo, en el caso de un docente que no
establece contacto visual cuando interactúa con los estudiantes ni se acerca a ellos en
ningún momento de la sesión).
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Comprensión y empatía del docente ante las necesidades afectivas de los estudiantes.
La empatía es la habilidad social que permite “ponerse en el lugar del otro” y comprender
lo que este siente. Para efectos de esta rúbrica, se considera que el docente es empático
si, cuando los estudiantes manifiestan necesidades afectivas, es comprensivo e intenta
responder a ellas, ya sea de manera verbal (a través de un comentario) o no verbal (a
través de acciones como un abrazo o una palmada en el hombro), demostrando estar
atento a lo que les sucede y conectado emocionalmente con ellos. Un estudiante muestra
una necesidad afectiva cuando a través de su conducta, un comentario o una pregunta
expresa que hay algo que le genera malestar físico o emocional y que necesita ayuda o
atención. Por ejemplo, si el docente nota que un estudiante que suele ser muy animado y
participativo, se muestra desganado y no quiere participar, se acerca a él y le pregunta
qué le pasa; o si un estudiante se pone a llorar porque un compañero tomó el juguete que
él quería, el docente le hace saber que comprende que esté molesto por lo sucedido y lo
anima a tomar otro juguete. Esta necesidad que manifiesta el estudiante no tiene que ver
con aspectos académicos como la falta de comprensión de un tema o de las instrucciones
para realizar una tarea.
La respuesta empática del docente es exigida en los dos niveles superiores de la rúbrica y
solo si los estudiantes manifiestan necesidades afectivas durante la sesión observada. La
diferencia entre los niveles III y IV para este aspecto es que en caso de que se identifique
más de una necesidad afectiva, el docente debe responder de forma empática todas las
veces para ubicarse en el nivel IV. Si no se evidencian necesidades afectivas de los
estudiantes, este aspecto no debe tomarse en cuenta para la calificación del docente en
esta rúbrica.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
O
Para prevenir o
redirigir el
comportamiento
inapropiado, la
mayoría de veces el
docente utiliza
mecanismos
negativos y nunca
emplea mecanismos
coercitivos.
Esta rúbrica busca evaluar en qué medida las expectativas de comportamiento o normas de
convivencia son claras para los estudiantes y respetadas en el aula. Además, valora la acción del
docente para regular el comportamiento de los estudiantes ofreciendo un modelo positivo para
ellos y contribuyendo al desarrollo de la autorregulación de la conducta en beneficio de la buena
convivencia.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Eficacia con que el docente implementa los mecanismos para regular el comportamiento
de los estudiantes, lo que se traduce en la mayor o menor fluidez en el desarrollo de la
sesión.
Aquí lo que se valora es el grado en que los estudiantes muestran tener incorporadas las
normas de convivencia que permiten que la sesión se desarrolle sin grandes o frecuentes
interrupciones, quiebres de normas o contratiempos. Es decir, los estudiantes saben qué
es lo que se espera de ellos respecto a su comportamiento, por ejemplo levantar la mano
para participar, guardar silencio cuando un compañero está hablando, pedir permiso para
ir al baño, etc.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Esta rúbrica evalúa en qué medida el docente logra motivar o involucrar a los estudiantes en su
proceso de aprendizaje, de manera que se interesen y participen de forma activa en las
actividades desarrolladas durante la sesión. Se valora, además, que los estudiantes comprendan el
sentido, importancia y/o utilidad de lo que aprenden, por considerarse que este puede ser el
mayor motivador intrínseco en el proceso de aprendizaje.
Evalúa en qué medida los estudiantes se muestran interesados durante el desarrollo de las
tareas: los estudiantes interesados escuchan activamente las explicaciones o exposiciones (se
muestran atentos y reaccionan a lo que escuchan: asintiendo, sonriendo, o respondiendo con
gestos o palabras que denotan interés), en tareas que deben ejecutar, sea individual o
grupalmente, se esfuerzan y son perseverantes (están concentrados en la tarea e intentan
realizar lo propuesto de la mejor manera). Las interacciones entre ellos están relacionadas a
la tarea de aprendizaje (por ejemplo, comparten ideas sobre cómo resolver mejor el
problema planteado o qué estrategia van a emplear para organizarse). Participan activamente
en las actividades propuestas (por ejemplo, se ofrecen como voluntarios para realizar alguna
tarea propuesta, levantan la mano para participar o responden de manera espontánea ante
preguntas formuladas por el docente, le formulan preguntas para profundizar su
comprensión o mejorar su desempeño). También se aprecia un alto nivel de involucramiento
cuando los estudiantes manifiestan entusiasmo frente a las tareas propuestas (por ejemplo,
se divierten al ejecutarlas o las desarrollan con afán).
Para ubicarse en los dos niveles superiores de esta rúbrica, se exige que durante la mayor
parte del tiempo (es decir, más de la mitad de la sesión), los estudiantes muestren este tipo
de signos de involucramiento activo. Incluso en sesiones predominantemente expositivas, es
posible alcanzar estos niveles siempre y cuando la mayoría de estudiantes se muestren
interesados y practiquen una escucha atenta (por ejemplo, un docente que emplea gran parte
de la sesión en leer fragmentos de una novela podría alcanzar estos niveles si atrapa la
atención de los estudiantes). Si hubiese estudiantes que han perdido el interés por las
actividades o que no participan de forma espontánea, el docente debe intentar involucrarlos
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
nuevamente en las tareas propuestas para poder alcanzar el nivel IV de la rúbrica. Si,
habiendo este tipo de estudiantes, no los nota o no intenta involucrarlos, el docente en el
mejor de los casos se ubica en el nivel III. Cabe señalar que lo que se valora es el esfuerzo del
docente por integrar a estos estudiantes en la actividad, independientemente del resultado.
Para ubicarse en el nivel II, el docente debe lograr un involucramiento activo de al menos un
grupo de estudiantes durante la mayor parte de la sesión, o bien de la mayoría de los
estudiantes durante algunos lapsos de tiempo. Este docente demuestra que tiene la
capacidad de generar interés entre sus estudiantes, pero no lo puede sostener en la mayor
parte del grupo o durante la mayor parte del tiempo. El docente ubicado en el nivel I tiene
serias dificultades para lograr involucrar activamente a los estudiantes. En el mejor de los
casos logra hacerlo con un grupo minoritario por breves lapsos de tiempo. En sus sesiones
predominan los signos de aburrimiento, distracción y/o desgano entre los estudiantes. Incluso
los estudiantes de este tipo de docente pueden estar ejecutando las tareas propuestas por él
pero sin que se aprecien los signos descritos en el párrafo anterior (por ejemplo, un docente
dicta definiciones durante la mayor parte de la sesión y los estudiantes copian sin mostrar
interés, o bien plantea un trabajo en equipo que los estudiantes desarrollan con desgano).
Los signos de bajo involucramiento se pueden apreciar en gestos o posturas corporales de
desgano o aburrimiento (como bostezos, expresiones faciales de insatisfacción, enojo,
frotarse los ojos, recostarse sobre la carpeta, etc.), en expresiones verbales (como “otra vez”,
“qué aburrido”, etc.), en distracciones frecuentes (como conversaciones sobre temas no
vinculados a las tareas de aprendizaje, hacer dibujos en el cuaderno mientras el profesor
explica algo, mirada perdida, etc.), en falta de participación espontánea o de respuesta ante
las solicitudes de participación del docente, etc.
El docente favorece que los estudiantes comprendan de qué forma lo que aprenden
mediante las actividades desarrolladas en la sesión está vinculado a la resolución de
problemas de la vida real, a la actualidad, a sus vidas o intereses; o bien favorece la
comprensión de cómo las actividades realizadas contribuyen a un mejor abordaje de
situaciones futuras o al desarrollo de estrategias que les serán útiles. Esta comprensión por
parte de los estudiantes se logra ya sea porque el docente lo señala explícitamente (utilizando
un lenguaje accesible a los estudiantes), o mejor aún, porque los estudiantes, guiados por el
docente, lo descubren durante el desarrollo de las actividades de aprendizaje. Cuando los
estudiantes le encuentran sentido a lo que hacen, se muestran más comprometidos con el
desarrollo de las tareas y con su proceso de aprendizaje.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
2 En el caso del Nivel Inicial, la participación de los niños en algunas actividades de rutinas y responsabilidades (como
por ejemplo, repartir materiales) es parte del proceso de aprendizaje y no se considera un mal uso del tiempo.
3 En esta rúbrica no se evalúa la calidad de las tareas de aprendizaje que están realizando los estudiantes, excepto por
su relación con los propósitos de aprendizaje; es decir, se evalúa que durante la mayoría del tiempo los estudiantes
estén ocupados en dichas tareas.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Esta rúbrica valora las habilidades del docente para maximizar el tiempo de la sesión dedicado a
actividades de aprendizaje, así como para organizar las rutinas y transiciones entre una actividad y
otra, de manera que la sesión se desarrolle de forma fluida.
En esta rúbrica se evalúa que los estudiantes estén ocupados en las tareas de aprendizaje
propuestas, ya sea de forma individual o en grupos (por ejemplo, que estén prestando
atención a la narración del docente, debatiendo con sus compañeros, dibujando a los
personajes de un cuento, exponiendo, observando una planta, etc.). Si bien las actividades
deben estar relacionadas con los propósitos de aprendizaje, en esta rúbrica no se evalúa la
calidad de las mismas, es decir, no se hace una valoración de su pertinencia ni de su
complejidad o demanda cognitiva.
Por otro lado, si bien existen momentos en la sesión que se pueden dedicar a actividades
rutinarias (como tomar lista de asistencia, arreglar el mobiliario del aula, entregar los
materiales, etc.) o en los que hay interrupciones (como la visita del director cuando el
docente está explicando un tema) estos son mínimos, ya que la mayor parte del tiempo de
la sesión está destinada a actividades relacionadas con los propósitos de aprendizaje.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Para alcanzar los niveles III y IV de esta rúbrica, en este aspecto se exige que los
estudiantes estén ocupados o dedicados a las actividades de aprendizaje al menos durante
dos terceras partes de la sesión. Para alcanzar el nivel II, debe observarse que los
estudiantes se dedican a dichas actividades al menos durante la mitad de la sesión, si el
docente no logra esto, debe ser automáticamente ubicado en el nivel I.
En esta rúbrica se mide la eficacia del docente para manejar las transiciones, lo que se
expresa en la fluidez con que estas se desarrollan. Aquí se evalúa que el cambio de una
actividad a otra se produzca de manera rápida, sin perder tiempo, de forma que se
dedique más tiempo al aprendizaje. Para que estas transiciones puedan realizarse
ágilmente, ayuda que el docente dé indicaciones claras para las tareas, además que los
materiales y recursos que se requieran usar en las actividades estén preparados con
anticipación, entre otros.
Este aspecto es exigido para poder ubicar al docente en los dos niveles superiores de la
rúbrica. Así, en el nivel III, la mayoría de transiciones observadas deben ser eficaces,
mientras que para alcanzar el nivel IV todas deben serlo. Además, para estar en este
último nivel no deben presentarse “tiempos muertos” para aquellos estudiantes que
terminan más rápido, de modo que, de darse el caso, el docente debe proponer
actividades de aprendizaje adicionales para mantenerlos ocupados.
El docente muestra que está controlando el tiempo que le toma cada actividad que ha
propuesto. Esto incluye, cuando corresponda, señalarle a los estudiantes el tiempo del
cual disponen para la realización de las tareas propuestas y hacerle seguimiento a su
cumplimiento (por ejemplo, paseándose por los grupos o haciendo preguntas para
verificar y motivar el avance, hacer algunas señales o mostrar algunas imágenes que
permitan que los estudiantes identifiquen cuánto tiempo les queda para terminar una
actividad). Se evalúa si la distribución del tiempo que realiza es adecuada, de modo que
los estudiantes, siguiendo sus propios ritmos de trabajo, culminan lo solicitado. Esto no
implica necesariamente el cumplimiento estricto de los tiempos establecidos, sino que
supone un manejo flexible en el que, si se requiere, se reajustan estos tiempos. Por
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
ejemplo, cuando los estudiantes terminan la actividad antes del plazo establecido, el
docente decide pasar a la siguiente actividad o, en caso contrario, cuando ningún
estudiante ha terminado, el docente extiende el plazo. El docente es consciente del
tiempo que falta para terminar la sesión y antes de finalizar hace un cierre oportuno de la
misma (por ejemplo, presentando un resumen de lo trabajado y/o señalando lo que queda
pendiente o lo que se trabajará en la próxima sesión), en lugar de un cierre abrupto.
Este aspecto es solo exigido para el nivel más alto de esta rúbrica.
Para fines de la observación en el nivel Inicial, se sugiere que no se tomen en cuenta las
rutinas permanentes de entrada (saludo, fecha, asistencia, clima) cuando se observa aula
antes del refrigerio, sino empezar a contabilizar el tiempo de observación desde el inicio de la
actividad de aprendizaje.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Esta rúbrica evalúa si el docente promueve el razonamiento, la creatividad y/o el desarrollo del
pensamiento crítico en los estudiantes planteándoles preguntas o proponiendo actividades de
aprendizaje que estimulen la formulación creativa de ideas o productos propios, la comprensión
de principios, el establecimiento de relaciones conceptuales o el desarrollo de estrategias.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Cabe señalar que el desarrollo de una actividad puede requerir múltiples tareas. Para
considerar que la actividad es abierta, no necesariamente todas las tareas que la
componen deben serlo (por ejemplo en una actividad de debate, puede haber una tarea
inicial de preparación que requiere copiar algo de información de la pizarra, no obstante
se considera que esta es una tarea secundaria o de apoyo a la tarea central que es la
discusión, de modo que, en su conjunto, esta actividad se considera abierta).
No solo se requiere que el docente sea capaz de proponer actividades que potencialmente
permitan a los estudiantes razonar y desarrollar habilidades de pensamiento de orden
superior sino que además pueda gestionarlas adecuadamente, es decir que las aproveche
y no las desperdicie. Un docente aprovecha una oportunidad cuando estimula el
pensamiento de los estudiantes haciendo que desarrollen sus propias ideas, profundicen
en sus ideas, argumenten sus puntos de vista, entre otros. Por el contrario, un docente
desperdicia una oportunidad cuando propone una actividad que podría generar
pensamiento en los estudiantes, pero cuando estos expresan sus ideas las ignora, en lugar
de acogerlas y explorarlas para profundizar en ellas y promover el razonamiento de los
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Para ubicarse en los dos niveles superiores de esta rúbrica, se exige que el docente haya
conseguido desarrollar habilidades de pensamiento de orden superior en sus estudiantes, ya sea
en actividades que ocupan la mayor parte de la sesión (nivel IV) o al menos durante una de las
actividades propuestas (nivel III). Esto supone que la(s) actividad(es) abierta(s) se haya(n)
gestionado efectivamente. Por su parte, para ubicarse en el nivel II, el docente debe haber
planteado una o más actividades que podrían fomentar el razonamiento, la creatividad y/o el
pensamiento crítico, sin embargo, no las gestiona adecuadamente de modo que las desaprovecha.
Finalmente, en el nivel I, se ubica el docente que únicamente propone actividades cerradas o sin
potencial para desarrollar las habilidades de pensamiento de orden superior.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
6. Evalúa el progreso de los aprendizajes para adecuar su enseñanza y para retroalimentar a los
estudiantes
Acompaña el proceso de aprendizaje de los estudiantes, monitoreando sus avances y dificultades
en el logro de los aprendizajes esperados en la sesión y, a partir de esto, brindándoles
retroalimentación detallada y/o adecuando las actividades de la sesión a las necesidades de
aprendizaje identificadas.
Los aspectos que se consideran en esta rúbrica son:
El tipo de monitoreo del trabajo de los estudiantes y de sus avances durante la sesión:
activo, básico o ningún monitoreo.
La calidad de retroalimentación que el docente brinda: detallada, elemental o incorrecta.
La adaptación de las actividades a partir de las necesidades de aprendizaje identificadas.
Nivel I Nivel II Nivel III Nivel IV
No alcanza las El docente monitorea El docente monitorea El docente monitorea
condiciones del Nivel en forma básica y activamente y brinda activamente y brinda
II. brinda una retroalimentación una retroalimentación
retroalimentación elemental. detallada y/o adapta
Por ejemplo: elemental. O las actividades a las
El docente monitorea necesidades de
No verifica la en forma básica y aprendizaje
comprensión de los brinda una identificadas.
estudiantes y limita las retroalimentación
oportunidades en las detallada y/o adapta
que pueden plantear las actividades a las
sus dudas. necesidades de
aprendizaje
O identificadas.
Si los estudiantes dan
respuestas El docente monitorea El docente monitorea
equivocadas, el en forma activa los en forma activa los
docente las sanciona, El docente monitorea niveles de niveles de
sin aprovecharlas en forma básica los comprensión, comprensión, avances
como oportunidad niveles de avances y/o y/o dificultades de los
para el aprendizaje. comprensión, avances dificultades de los aprendizajes.
y/o dificultades de los aprendizajes.
O aprendizajes de los
Da retroalimentación estudiantes. Y Y
incorrecta. Ante las necesidades Ante las necesidades
Y identificadas, brinda identificadas, brinda a
Ante las necesidades predominantemente los estudiantes una
identificadas, brinda a los estudiantes una respuesta pedagógica
predominantemente a retroalimentación adecuada, ya sea
los estudiantes una elemental. ofreciendo
retroalimentación retroalimentación
elemental. detallada y/o
adaptando
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
O pertinentemente su
enseñanza.
El docente monitorea
en forma básica a los
estudiantes.
Y
Ante las
necesidades
identificadas, brinda
a los estudiantes
una respuesta
pedagógica
adecuada, ya sea
ofreciendo
retroalimentación
detallada y/o
adaptando
pertinentemente su
enseñanza.
Esta rúbrica evalúa el acompañamiento que hace el docente del proceso de aprendizaje de los
estudiantes y las medidas que toma durante la sesión para brindarles apoyo pedagógico
pertinente. Se valora aquí el tipo de monitoreo que realiza el docente de los avances y dificultades
de los estudiantes en el logro de los aprendizajes esperados durante la sesión, así como la calidad
de la retroalimentación que brinda a los estudiantes y la adecuación que hace de las actividades
de la sesión considerando las necesidades de aprendizaje identificadas. También se valora si el
docente aprovecha los errores de los estudiantes como oportunidades reales de aprendizaje.
El tipo de monitoreo del trabajo de los estudiantes y de sus avances durante la sesión.
o Monitoreo activo: el docente es receptivo a las preguntas o solicitudes de apoyo
pedagógico de los estudiantes, permanentemente está atento a su desempeño y,
por iniciativa propia, recoge evidencia de sus niveles de comprensión, avances y/o
dificultades en el proceso de aprendizaje (a través de preguntas, diálogos,
problemas formulados, instrumentos o bien recorriendo los grupos y revisando su
trabajo).
o Monitoreo básico: el docente es receptivo a las preguntas o solicitudes de apoyo
pedagógico de los estudiantes. Si estas no se presentan, recoge evidencia de
manera eventual sobre los niveles de comprensión, avances y/o dificultades de los
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
realiza una adaptación pedagógica adecuada como retomar una noción previa necesaria
para la comprensión, explicar una noción de una forma distinta y más próxima a la
experiencia de los estudiantes, proporcionar nuevos ejemplos, etc.
En el nivel III de la rúbrica hay dos tipos de docente: el que monitorea de forma activa y brinda
retroalimentación elemental o el que, por el contrario, monitorea de forma básica y brinda
retroalimentación detallada y/o adecúa pertinentemente la enseñanza. Es decir, en este nivel, el
docente muestra un alto nivel de competencia en el recojo de evidencia o en la calidad de la
respuesta que ofrece ante la identificación de las necesidades de aprendizaje de los estudiantes,
pero no es competente simultáneamente en ambos aspectos como lo es el docente del nivel IV.
Por su parte, el docente del nivel II solo realiza monitoreo básico y ofrece retroalimentación
elemental. Por último, en el nivel I se ubican los docentes que no monitorean el aprendizaje de sus
estudiantes en lo absoluto, o que les ofrecen retroalimentación incorrecta, o sancionan el error o
la falta de conocimiento en sus estudiantes. Estas tres últimas prácticas docentes se consideran
nocivas para el desarrollo del proceso de aprendizaje.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
4 Los intereses de los estudiantes y sus características básicas en relación a: la edad, el idioma, el contexto sociocultural y
desarrollo cognitivo.
5 Recursos y materiales de soporte (solo aplica cuando el docente adiciona materiales a los ya consabidos Libro y
Cuaderno) son aquellos que el docente selecciona y propone o elabora teniendo en cuenta el logro de los aprendizajes
previstos: separatas, textos, fichas, guías, videos, diapositivas, papelógrafos con gráficos o texto, etc.
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Rúbricas de observación de aula para el Acompañamiento
Esta rúbrica se enfoca en la pertinencia de los materiales y recursos educativos que el docente usa
durante la sesión de aprendizaje; en tal sentido, la rúbrica mide en qué medida se utilizan
materiales y recursos que favorecen el logro de los aprendizajes previstos para la sesión, la
adecuación de estos materiales y recursos a las características de los estudiantes, así como, la
facilidad que se da para que los estudiantes hagan uso adecuado de los materiales y recursos.
El criterio del docente para seleccionar los materiales pedagógicos que respondan al propósito
de la sesión de aprendizaje
El material seleccionado, elaborado y usado por el docente durante la sesión de aprendizaje debe
de contribuir al logro del propósito planteado para la sesión de aprendizaje. Esto se cumple
cuando estos materiales son usados para despertar la curiosidad, estimular el desarrollo de
capacidades o cuando se refieren a la misma temática, no solo de manera general sino específica.
En ese sentido, el material debe haber sido pensado para el logro del propósito de la sesión. Por
ejemplo, si el propósito de una sesión de Comunicación es el aprendizaje de la estructura de los
argumentos en los textos escritos, un tipo de material adecuado para el logro de este aprendizaje
puede ser un ensayo de tipo argumentativo. Si el profesor usara textos narrativos o noticias, el
propósito no se alcanzaría.
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Se valora que el docente muestre una selección, adaptación y uso de materiales y recursos que
sean pertinentes a los intereses y las características básicas de sus estudiantes. Esto se evidencia
en la adecuación del formato, imágenes, lenguaje, referentes culturales, etc.
Respecto a los intereses de los estudiantes, ello está referido a aquellas preferencias que estos
pueden tener, determinadas por su edad o medio en el que se desenvuelven. Por ejemplo, en una
clase de Ciencias Sociales de 3ero de secundaria, la docente está trabajando la organización social
del Tawantinsuyo, para ello utiliza cómics, en formato de cuentos infantiles, que narran esa parte
de la historia; el formato es inadecuado para la edad y desarrollo de los estudiantes. Al poco
tiempo de comenzada la actividad, estos se aburren y pierden la motivación y concentración.
Las características básicas de los estudiantes, a las cuales deben de adecuarse los materiales y
recursos son:
- Lengua. En IIEE EIB el material debe de estar pensado para atender a todos y todas, es
decir, debe de estar redactado en la lengua originaria que es hablada por los estudiantes.
- Contexto. Se refiere a que los materiales deben de utilizar referentes conocidos por lo
estudiantes y que, en caso representen conceptos y objetos foráneos y/o desconocidos
para ellos y ellas es necesario que se contextualicen. Por otro lado, de seleccionar
materiales y recursos ajenos a su contexto, se debe evaluar si eso interrumpe o limita el
aprendizaje. Es necesario que todo material y recurso sea significativo para su aprendizaje.
- Formas de aprender. Referido a la manera como cada estudiante establece su estilo para
aprender, el mismo que está definido por las formas cómo procesa, interpreta y asimila la
información que recibe. En tal sentido, los materiales y recursos deben atender en lo
posible estas características, de manera global, por ejemplo: Un docente puede usar
durante su clase, ayudas visuales (esquemas, videos, etc.), auditivos (explicaciones claras,
con ejemplos extraídos de lo cotidiano, canciones, etc.) material concreto, manipulable
(rompecabezas, maquetas, lego, etc.), entre otros.
- Desarrollo cognitivo. Referido a la maduración cognitiva del grupo de estudiantes. En tal
sentido el trabajo con los materiales debe ser de una demanda cognitiva pertinente a ello.
Cuando eso no sucede el trabajo con ese material resulta poco retador, o, por el contrario,
demasiado complejo. En ambos casos, los estudiantes se desmotivan y pierden el interés.
La demanda cognitiva del material se puede evidenciar en que este:
Requiere del estudiante que ponga en juego habilidades variadas.
Requiere que el estudiante haga conexiones entre sus saberes.
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La facilidad dada por el docente para que los estudiantes hagan uso adecuado de los materiales
y recursos
Se refiere a los arreglos y disposiciones que el docente previene para que los estudiantes puedan
hacer uso pertinente de los materiales; es decir, que además de las características propias de los
materiales, el docente debe de disponer que estos sean seguros de manipular, suficientes en
cantidad y sobre todo, debe de prever la manera y el momento oportuno de la sesión en que los
estudiantes se aproximarán a estos materiales, de forma tal que se genere la oportunidad de
aprendizaje.
Por ejemplo, en una clase de Ciencias que se lleva a cabo en el laboratorio, y cuyo objetivo es el
aprendizaje de las partes de la célula, pese a que el laboratorio cuenta con la cantidad suficiente
de maquetas de la célula como para que cada grupo de tres estudiantes tenga la posibilidad de
manipular, examinar y explorar el material, el docente teme que los estudiantes “malogren” las
maquetas y decide que solo le dará una maqueta a cada grupo de 5 estudiantes y con la consigna
de no tocarla.
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8. Ejecuta la sesión de tal manera que el propósito de la sesión es claro, las actividades están
alineadas con el propósito, y realiza un cierre de la sesión que hace referencia a este.
Logra que los estudiantes comprendan el propósito de la sesión a través de las actividades propuestas y del
cierre de sesión.
Los aspectos que se consideran en esta rúbrica son:
El docente hace explícito el propósito de la sesión de manera comprensible para los estudiantes.
Se observan actividades planeadas.
Las actividades se encuentran alineadas al propósito de la sesión.
El docente hace un cierre de la sesión que hace referencia al propósito de esta.
Nivel I Nivel II Nivel III Nivel IV
No cumple con las El docente no explicita El docente explicita el El docente explicita el
condiciones del Nivel el propósito de la propósito de la sesión propósito de la sesión
II. sesión. Pero se de manera de manera
evidencia que hay comprensible para las comprensible para las
Por ejemplo: actividades y los estudiantes. Las y los estudiantes. Las
El docente comienza a planeadas. No se actividades han sido actividades han sido
improvisar distintas realiza un cierre de la planeadas y la planeadas, están
actividades que no sesión. mayoría están alineadas al propósito
guardan relación entre alineadas al propósito planteado, por lo que
sí y en ningún El docente no explicita planteado. El docente es una sesión
momento explicita el intenta hacer un coherente. El docente
el propósito de la cierre de la sesión, hace un cierre de la
logro de la sesión.
sesión en ningún pero este no hace sesión haciendo
Pide a los estudiantes
que lean un cuento y momento o menciona referencia al referencia al
luego pide que hagan el tema pero no su propósito de la sesión. propósito de esta.
un dibujo libre sobre finalidad. El docente comunica a El docente comunica a
el tema que quieran, los estudiantes el los estudiantes el
sin relacionar ambas Y propósito de la sesión propósito de la sesión
actividades. El timbre en un lenguaje claro y en un lenguaje claro y
del recreo suena, el Las actividades han comprensible. comprensible.
docente les dice a los sido planeadas por el Y Y
estudiantes que docente. La mayoría de Las actividades están
guarden sus cosas y actividades, pero no orientadas a
salgan al recreo. todas, están desarrollar el
Y
orientadas a propósito de la sesión,
desarrollar el por lo que esta es
Cuando acaba la propósito de la sesión. coherente.
sesión el docente no Y Y
realiza un cierre. El docente trata de El docente realiza un
hacer un cierre pero cierre de la sesión
se limita a repasar las haciendo referencia a
actividades sin hacer las actividades
referencia al propósito realizadas y al
pedagógico de estas. propósito pedagógico
de estas.
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Esta rúbrica mide el propósito de la sesión explícito, claridad con el que se explicita el propósito, el
grado en que las actividades desarrolladas están alineadas con este, y el cierre que se realiza de la
sesión.
Para poder guiar de manera óptima a los estudiantes en su aprendizaje, los docentes deben de
haber planificado su sesión. Esta debe de incluir el propósito de la sesión y una serie de
actividades alineadas a dicho propósito. Además de contar con una planificación adecuada, el
docente debe comunicar de manera comprensible a los estudiantes lo que se espera ellos deben
aprender y cuál es el objetivo que guiará las actividades de la sesión.
Propósito de sesión
Es importante que los estudiantes sepan qué es lo que se espera que aprendan en una
determinada sesión de clases. De este modo se sentirán más involucrados y comprometidos en su
aprendizaje.
En este sentido, no es suficiente describir qué es lo que se va hacer durante la sesión de clases, o
indicar el tema de la sesión únicamente, sino que el docente debe indicar qué es lo que espera que
los estudiantes aprendan en una sesión en específico. Para esto, el docente debe comunicar el
propósito de la sesión usando un lenguaje que sea entendible para los estudiantes; es decir, claro
y comprensible.
Cierre de la sesión
Sirve para propiciar que los estudiantes saquen conclusiones de las actividades realizadas y
reflexionen acerca de qué y cómo aprendieron. Este cierre va más allá de enumerar o mencionar
qué se hizo, se busca que los estudiantes relacionen las actividades con el objetivo de la sesión. Es
importante recordar, que solo se toma en cuenta el cierre de la sesión para puntuar el indicador,
cuando observamos el final de un periodo o cuando observamos una sesión de solo una hora
pedagógica.
En el nivel III el docente hace explícito el propósito de la sesión en un lenguaje comprensible para
sus estudiantes. Además, la mayoría de las actividades planificadas están alineadas a este. En caso
se observe la última hora o una hora única, se evidencia que el docente busca hacer un cierre de la
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sesión haciendo un recuento de las actividades trabajadas durante la sesión por ejemplo. Sin
embargo, este cierre no hace referencia al propósito.
En el nivel II el docente no hace explícito el propósito de la sesión. Sin embargo se evidencia que
las actividades que realiza han sido planificadas con anticipación. En caso se observe la última hora
o una hora única, el docente no realiza un cierre de la sesión.
El nivel I caracteriza a un docente que no ha planificado su sesión. Más allá de contar con el
documento físico, no se presenta ningún propósito a los estudiantes y las actividades que realiza
no guardan relación entre sí. La sesión parece improvisada. En caso se observe la última hora o
una hora única, el docente no realiza un cierre de la sesión.
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