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del turismo
Planificación
territorial
del turismo
Salvador Antón Clavé (coordinador)
Francesc González Reverté (coordinador)
Neus Andreu Sunyer
José Antonio Donaire
F. Benjamín Galacho Jiménez
María García Hernández
Diego López Olivares
Jaume Mateu Lladó
Javier Puertas Blázquez
Diseño del libro, de la portada y de la colección: Manel Andreu
© Neus Andreu Sunyer, Salvador Antón Clavé, José Antonio Donaire, F. Benjamín Galacho Jiménez, María García
Hernández, Francesc González Reverté, Diego López Olivares, Jaume Mateu Lladó, Javier Puertas Blázquez, del texto
© 2005 Editorial UOC
Av. Tibidabo, 45-47, 08035 Barcelona
www.editorialuoc.com
ISBN: 84-9788-322-5
Depósito legal:
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio,sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
Coordinador
Salvador Antón Clavé
Francesc González Reverté
Autores
Neus Andreu Sunyer
Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universitat Autònoma de Barcelona. Trabaja en el Área
de Sostenibilidad del Centro de Investigaciones y Tecnologías Turísticas de las Islas Baleares
(CITTIB) (Consejería de Turismo. Gobierno de las Islas Baleares).
Índice
Presentación ......................................................................................................... 11
Salvador Antón Clavé y Francesc González Reverté
Presentación
Salvador Antón Clavé y Francesc González Reverté
Esta obra pretende ser una iniciación a los principales mecanismos de plani-
ficación del espacio turístico. Con esta finalidad, se presentan los conceptos teó-
ricos y los instrumentos y procedimientos metodológicos necesarios para
observar el proceso de implantación de las prácticas de planificación y los benefi-
cios que comporta su utilización y generalización. El primer capítulo, “Fundamen-
tos de planificación territorial”, explica aspectos básicos sobre ordenación del
territorio y planificación en general. La estructura del capítulo consta de tres partes
relacionadas entre sí con el objetivo de definir en qué consiste la planificación y
cuál es la utilidad de su uso como metodología aplicada a la ordenación de espa-
cios turísticos. Se parte de la base de que la planificación y la práctica territorial
son condiciones indispensables para dotar a la gestión de los territorios y espacios
turísticos de pautas y elementos de sostenibilidad.
En el segundo capítulo, “Técnicas e instrumentos para el análisis territorial”,
se indican algunas técnicas y herramientas de análisis territorial directamente
aplicables a la planificación turística del territorio. El capítulo consta de seis par-
tes, en cada una de las cuales se explica una técnica o instrumento concreto. En
conjunto se plantean los fundamentos conceptuales e ideológicos, su utilidad y
los mecanismos procedimentales para su correcto uso. El primer apartado se ini-
cia definiendo el concepto y el tipo de recursos turísticos a efectos de inventario
y se establecen los mecanismos de evaluación analítica que sobre ellos se puede
aplicar. En un segundo apartado se explica el papel de los recursos en la delimi-
tación de la potencialidad turística de un territorio, juntamente con otros fac-
tores como la accesibilidad y los equipamientos. El tercer apartado se dedica a
exponer el concepto de capacidad de carga como elemento para calcular la co-
rrecta dimensión de los flujos de visitantes que permita mejorar la gestión del
espacio turístico. En un cuarto apartado, centrado en el análisis de la demanda,
se describen las fuentes existentes y los mecanismos para la obtención de infor-
© Editorial UOC 12 Planificación territorial del turismo
Capítulo I
Fundamentos de planificación territorial
Salvador Antón Clavé y Francesc González Reverté1
puesta en marcha de una actividad económica, así como nos permite prever los
posibles perjuicios.
Más concretamente, la ordenación del territorio plantea tres principios bási-
cos (Gómez Orea, 1994):
1) ¿Qué ordenar?
2) ¿Para qué ordenar?
3) ¿Cómo ordenar?
de la historia. Usos del suelo que coexisten sobre el territorio, que compiten por
él y sobre los que es necesario asignar unos usos específicos, entre los que tam-
bién se cuenta la protección.
Se ordena el territorio para cumplir unas finalidades y objetivos prefijados de
manera que estimulen el beneficio colectivo propuesto. Generalmente, estos ob-
jetivos se pueden dividir en dos grandes bloques: la equidad territorial y el uso ra-
cional de los recursos. Por ejemplo, la Carta Europea de Ordenación del Territorio
persigue como objetivos fundamentales (Consejo de Europa, 1983: 1) el desarro-
llo socioeconómico equilibrado de las regiones; 2) la mejora de la calidad de vida;
3) la gestión responsable de los recursos naturales y la protección del medio am-
biente; y 4) la utilización racional del territorio. Los criterios para conseguir los
objetivos propuestos (el uso racional de un bien escaso) se refieren a cómo se debe
implementar la ordenación. La realización de objetivos de ordenación del territo-
rio es fundamentalmente una tarea política, hecho que implica una voluntad de
coordinación, concertación y cooperación entre diferentes autoridades, sectores
y agentes sociales, a diferentes escalas. Igualmente importante es destacar el ca-
rácter interdisciplinar del ejercicio de ordenación territorial debido a las múltiples
preocupaciones, temas y enfoques que deben ser abordadas.
La justificación de la ordenación territorial tiene que ver con la incapacidad
de los mecanismos de mercado para reparar los desequilibrios territoriales y las
externalidades que plantea el crecimiento, sobre todo si éste toma un cariz es-
pontáneo. Además, la ordenación debe enfrentarse a diferentes conflictos que
se plantean en todo intento de planificación territorial y que, si se mantienen
sin resolverse, plantean problemas para el desarrollo de un territorio:
como la oportunidad de combinar los usos de una manera atractiva para la socie-
dad […] nos hemos acostumbrado a la monótona regularidad de la zonificación,
porque no estamos acostumbrados a percibir la verdadera diversidad del medio
natural, ni a responder, con nuestros planes, a esta diversidad” (pág. 105).
5) El proceso de planificación debe adoptar la idea de adaptación. Es decir,
favorecer un proceso creativo de acuerdo con la evolución natural. El proceso
de adaptación persigue la dirección que lleva de la simplicidad a la complejidad,
de la uniformidad a la diversidad, de la inestabilidad a la estabilidad, de un bajo
número de especies y simbiosis a un alto número de especies y simbiosis, de la
entropía elevada a la entropía alta. “El proceso creativo exige que el medio se
haga más adecuado, que el hombre adapte y se adapte al medio natural […]. La
prueba de creatividad consiste en realizar una adaptación creativa. Ello implica
identificar los medios intrínsicamente adecuados para un organismo o proceso,
identificar los organismos, las especies o la institución adecuados al medio y
marcar el inicio del proceso por el que el organismo y el medio se acomodan
para conseguir una mejor adaptación” (pág. 120), y
6) El método cartográfico de comparación de capas. El método parte de la
premisa de que ciertas zonas no son adecuadas para construir o destinar deter-
minados usos mientras que otras son idóneas para ello, por lo que hay que iden-
tificarlas según criterios de utilidad social. “Si nuestros corazones son puros y
nuestros instintos buenos, entonces entenderemos que si una zona resulta útil
al hombre cuando se conserva en su estado natural, dejará de ser la más idónea
para urbanizar. Y como no somos necesariamente puros ni buenos, resulta que
[…] si se seleccionan ocho rasgos naturales y los colocamos en orden de impor-
tancia en función de los procesos naturales, el conjunto de rasgos invertido for-
mará un orden claro de idoneidad para la urbanización” (pág. 154). Superponer
las diferentes capas de elementos analizados es vital para establecer este tipo de
análisis. Se entiende que las capas mantienen entre sí una conexión temporal,
es decir, la última capa sólo es comprensible en relación a las anteriores. Para
comprender la ecología de una región, es preciso que las diferentes disciplinas
científicas intervengan de manera integrada y no fragmentada en el análisis de
capas, cosa que se consigue simplemente insistiendo en la cronología de las mis-
mas. Dicho de otra manera, el estudio de la capa geológica permite reinterpretar
la hidrología interna y superficial, ello conduce inevitablemente a los suelos,
© Editorial UOC 23 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
con los que se llega a las plantas, lo que conduce a su vez a los animales, lo que
puede dirigir el uso del suelo.
La fase preparatoria es el proyecto piloto del plan. Se decide cuál será el espacio
objeto de la planificación; qué intenciones y filosofía contiene el plan; se efectúa
una prediagnosis básica de la problemática principal; se establece la metodología de
trabajo; se valora el marco legal existente; se forma el equipo de colaboradores; se
construyen el programa y el cronograma de trabajo y se fija el presupuesto del plan.
Durante la fase de análisis se pretende obtener un conocimiento científico
completo de la realidad territorial objeto de la planificación, se efectúa el trabajo
de campo necesario, las tareas de observación y se ejecutan las técnicas de análisis
sectoriales. Para ello es necesario, en primer lugar, recoger y preparar toda la infor-
mación relevante para detectar el funcionamiento del sistema territorial (los temas
a analizar en esta fase son tradicionalmente el medio físico y los recursos naturales;
la población y su actividad; el sistema de asentamientos y de infraestructuras; y el
marco legal e institucional), su problemática específica y sus potencialidades. Una
vez obtenida la información, se entra en la siguiente fase, de diagnosis, donde se
analiza sintéticamente mediante una diagnosis territorial con el objeto de inter-
pretar la situación actual del sistema de acuerdo a su estado actual, su trayectoria
histórica y su evolución previsible. Al mismo tiempo se reflexiona sobre la inter-
conexión existente entre problemas y oportunidades detectados.
Es conveniente introducir también en esta fase una primera valoración de la
capacidad de intervención y de la existencia de instrumentos de gestión; así
como un pronóstico de tendencias previsible (cómo será el futuro probablemen-
te, cómo sería deseable que fuese, y cómo es más viable que sea).
La fase de definición de objetivos es clave para el desarrollo futuro de la planifi-
cación, en el sentido que expresa la voluntad de resolver los problemas actuales de-
tectados, prevenir los futuros y aprovechar las oportunidades. Los objetivos sirven
© Editorial UOC 26 Planificación territorial del turismo
2. Como es obvio, este punto tiene un indudable valor tanto para la tipología de turismo natural
como para el resto de las tipologías (turismo litoral, turismo urbano, etc.).
3. El objetivo es precisar los elementos (naturales y antrópicos) que configuran la identidad del
lugar, lo cual tiene una lectura turística inmediata.
© Editorial UOC 29 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
El análisis del sistema urbano en los planes territoriales4 puede hacer referen-
cia a los ámbitos siguientes:
• Definición de las áreas funcionales. Las áreas funcionales son espacios de-
finidos a partir de ciudades fuertemente relacionadas que, en muchos as-
pectos, actúan como si fuesen una sola entidad territorial. En muchos
planes territoriales, como en el caso de las directrices de ordenación del
territorio del País Vasco, la unidad básica de gestión del territorio no son
las ciudades, sino las áreas funcionales.
• Categorías de ciudades y potencialidades. El análisis urbano de los planes
territoriales permite determinar grandes categorías de ciudades o sistemas
de ciudades, que deben tener funciones diferentes en el proyecto de desa-
rrollo territorial: núcleos centrales, áreas de descongestión, espacios urba-
nos periféricos, áreas de dinamismo económico, polos tecnológicos, etc.
• Criterios básicos de urbanismo e intervención en el territorio. La escala regio-
nal permite definir criterios básicos de regulación de la intervención en el
medio urbano y en el paisaje que permitan romper con la fragmentación de
los planes municipales. Algunos planes territoriales proponen actuaciones
coordinadas en la definición de la presión inmobiliaria, la capacidad de cre-
cimiento o las restricciones de incremento de ocupación e, incluso, medidas
genéricas sobre aspectos formales (fachadas, estructura urbana, etc.).
4. Las directrices de ordenación territorial (DOT) de las Islas Baleares ejemplifican una estructura
de la planificación basada en los sistemas urbanos y su capacidad de desarrollo. De esta forma, las
DOT dividen el territorio insular en nodos estructurantes, núcleos con influencia supramunicipal,
núcleos tradicionales y áreas turísticas del litoral. Cada una de estas unidades tiene una misión
concreta en la estrategia de planificación territorial.
© Editorial UOC 32 Planificación territorial del turismo
El diagnóstico permite identificar qué aspectos del territorio deben ser refor-
zados estratégicamente (las fortalezas), qué medidas hay que implantar para
aprovechar las oportunidades del territorio, cómo pueden corregirse las debili-
dades del modelo y de qué forma es posible minimizar las amenazas. Algunos
estudios DAFO determinan también el cuadrante crítico, es decir, cuál de los
cuatro factores (debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades) es más rele-
vante en el diagnóstico del territorio.
El análisis DAFO combina, por tanto, un diagnóstico de factores externos
con otro diagnóstico de factores internos. El análisis externo permite identi-
© Editorial UOC 34 Planificación territorial del turismo
ficar aquellos factores incontrolables del entorno que son una amenaza o
una oportunidad, mientras que el análisis interno establece una reflexión so-
bre los puntos fuertes y débiles que presenta el propio territorio. La integra-
ción del diagnóstico externo e interno se establece de forma sintética en la
DAFO y permite identificar cuatro situaciones estratégicas posibles en una
matriz:
1) El primer paso de este método es, obviamente, identificar los actores que
intervienen en el proceso de decisión del modelo territorial turístico (hoteleros,
sector inmobiliario, trabajadores turísticos cualificados, turistas, residentes, se-
gunda residencia, etc.).
2) A continuación debemos realizar una matriz de influencia entre actores,
tal y como se muestra en la tabla 1.3.
Actores Actores
+
dominantes de enlace
Influencia
Actores Actores
– autónomos dominados
© Editorial UOC 35 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
El modelo de trabajo que se establece en toda AL21 conlleva una triple vertiente:
2.4.3. El litoral
Igual que sucede con el ámbito rural, el litoral resulta difícil de delimitar. De en-
trada, su simple delimitación física y biológica es insuficiente para las finalidades
de ordenación del territorio, ya que la fina franja del litoral acostumbra a estructu-
rar los usos del suelo de una importante porción de territorio que se extiende tierra
adentro. Por ello es procedente distinguir entre costa (la estrecha franja de contacto
entre mar y tierra), litoral (una franja variable pero más ancha, de algunos kilóme-
tros que se extiende hacia el interior y hacia la plataforma marítima), y la zona de
influencia (de anchura variable, pero normalmente muy extensa, donde se notan
la influencia de las actividades organizadas desde el litoral).
© Editorial UOC 41 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
lores intrínsecos es diferente según el punto de vista de quien lo valora (es decir,
nadie discute el valor ambiental global de la selva amazónica o de un gran bos-
que tropical, pero para una determinada sociedad un modesto bosque medite-
rráneo puede tener un significado simbólico, utilitario y funcional igual de
elevado). Estas dos consideraciones pueden servir como elemento de reflexión
sobre qué, por qué y para quién, las diferentes sociedades protegen sus entornos
naturales y qué valores son los que entienden que deben ser protegidos. El valor
de los espacios naturales protegidos está, por lo tanto, en función de la combi-
nación de valores físico-naturales, urbanos y psicosociales. Algunos aspectos a
valorar son su papel como garante de la biodiversidad, pulmón verde o reserva
ecológica; el uso como espacio recreativo de escape; el papel de espacio tapón
para evitar un crecimiento urbano excesivo; la contemplación del paisaje y el
reposo; la identidad territorial, etc.
Esta heterogeneidad de funciones y contenidos le confiere una complejidad
que va más allá de la mera fragilidad física y plantea retos para su adecuada pla-
nificación y gestión. El Congreso de Europarc de 2001 indicaba algunos aspec-
tos clave para la planificación de los espacios naturales protegidos en el marco
de la ordenación del territorio: uno de los retos principales es que necesariamen-
te deben ser incluidos en una planificación territorial integral sobre el conjunto
del territorio (ya que tiene poco sentido que actúen como islas solitarias y mal
conectadas con el resto del sistema natural) y con las diferentes políticas y es-
trategias sectoriales, sin perder por ello su carácter propio como pieza funda-
mental en la conservación de los recursos naturales. Un segundo aspecto es el
concepto de red, elemental para el buen funcionamiento de la política de espa-
cios protegidos (un ejemplo de este sistema es la Red Natura 2000 de la Unión
Europea). El sistema de planificación en red debe definir las relaciones entre las
diferentes unidades y categorías de espacios protegidos, así como establecer los
vínculos con otras categorías y planes del territorio, incluyendo espacios prote-
gidos, zonas de amortiguación y conexiones biológicas. Igualmente importante
es desarrollar documentos de planificación con capacidad para servir de referen-
cia a cualquier otra planificación territorial, física o sectorial (por ejemplo, a tra-
vés de la redacción de un PORN), o dotar de un plan de gestión adecuado a las
características de cada espacio con la programación económico-financiera ade-
cuada para alcanzar los objetivos planteados.
© Editorial UOC 43 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
visión común y un interés emocional y personal compartido; así como destina los
esfuerzos y los recursos disponibles a los aspectos prioritarios, con lo que ayuda a la
creación de productos estrella líderes en el futuro.
• Anticipa el futuro
La gradación que aparece en esta figura sugiere que según cuál sea el grado de compromiso y de esfuerzo o sacrificio
personal del propio turista, se acerca o se aleja del turismo sostenible (ecológico). De tal manera que podemos pasar
de un extremo en el que no se tiene ninguna información ni consideración por el turismo sostenible, hasta la decisión de
que no viajar es la única forma de no dañar el medio.
Una vez llegados a este punto, hay que intentar una definición de lo que se
entiende por turismo sostenible, exponer cuáles son sus fundamentos básicos,
cómo es percibido por los diferentes agentes del sistema turístico, así como ex-
plicar en qué consiste la utilidad de su aplicación.
A pesar de que, como ya se ha comentado antes, intentar dar una defini-
ción sencilla del turismo sostenible resulta peligroso, ya que puede dar una
impresión de simplicidad y ocultar la complejidad real del fenómeno, es ne-
cesario tratar de encuadrar el concepto. Las definiciones de turismo sosteni-
© Editorial UOC 53 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
En relación con esta última consideración, hay que recordar que muchas ve-
ces se tiende a considerar la sostenibilidad desde un punto de vista turístico-cén-
trico, en torno a todo lo que afecta a los destinos. En cambio, el proceso de
sostenibilidad debería incluir también los efectos que el turismo pueda tener so-
bre las sociedades receptoras (por ejemplo, sobre la calidad de vida e incluso la
salud de sus habitantes) y sobre los espacios de tránsito (por la contaminación
asociada al transporte de turistas). En términos generales, el turismo sostenible
aporta beneficios de diferentes tipos derivados de la racionalidad de su plantea-
miento:
• Permite una mejor comprensión de los impactos del turismo sobre el me-
dio natural, sociocultural y económico.
• Asegura una distribución justa de los costes y de los beneficios.
• Genera puestos de trabajo locales.
• Estimula empresas económicas locales, genera divisas en el país e inyecta
capital y diversifica la economía local.
• Asegura que la toma de decisiones se lleva a cabo escuchando a todos los
representantes de los sectores locales, con lo que se abren vías para la con-
vivencia del turismo con el resto de las actividades.
• Incorpora la planificación para asegurar un adecuado desarrollo del turis-
mo y mantener la capacidad de carga del ecosistema.
• Ilustra la comunidad local sobre los beneficios de los recursos que tienen
y los anima a preservarlos.
• Contribuye a la tarea educativa y formativa de los turistas y al enriqueci-
miento personal.
a) Tratar el medio natural y los recursos que incluye como capital natural.
b) Actuar según el principio de precaución.
c) Utilizar los recursos de manera que no transformen la calidad ambiental
o bien hacerlo dentro de unos límites razonables, medidos con estudios de im-
pacto específicos.
d) Corregir los daños causados mediante el principio de “quien contamina
paga”.
Por lo que respecta al vértice social del balance del desarrollo turístico, debe ser
siempre positivo en el sentido de que los beneficios derivados del uso de recursos,
sobre todo si son escasos, debe sobrepasar su coste. Hay que tener muy presente
los servicios que el medio cumple para la sociedad en general y el turismo en par-
ticular, y que por eso desgastarlo supone despreciarlo. Por tanto, el uso sostenible
del medio será aquel que no haga disminuir sus existencias de capital natural.
A pesar de la importancia de este factor, un destino no será sostenible si sólo
la actividad turística se desarrolla de forma armónica con el medio natural. Desde
un punto de vista social, es preciso que la actividad turística no conduzca hacia la
fragmentación de la sociedad ni hacia la aparición de guetos turísticos. De la mis-
ma manera, resulta fundamental que la comunidad local se involucre participan-
do directamente en el desarrollo de los proyectos turísticos.
Se puede hablar de las 4E como argumento básico para resolver de forma sa-
tisfactoria el desarrollo turístico sostenible en el ámbito social:
Para que se pueda hacer del turismo un negocio justo para todos los agentes
implicados, es preciso tener en cuenta diferentes aspectos de la óptica social,
tal como se detallan en la figura.
© Editorial UOC 57 Capítulo I. Fundamentos de planificación...
Ésta es una tarea compleja, ya que hay que saber cuál es la justa medida para
beneficiar económicamente a la comunidad local sin caer en proteccionismos o
formas casi monopolísticas que acaben lesionando los intereses de los visitan-
tes. Por tanto, es preciso mantener un equilibrio entre el control local de la eco-
nomía y el libre mercado y la libertad de elección del consumidor. Parte de la
industria turística mantiene una actitud todavía vacilante, cuando no opuesta,
a los principios del desarrollo sostenible, mientras que otros se van acercando a
tales principios de forma decidida. No obstante, desde una perspectiva temporal
amplia, podemos decir que las empresas del sector tienden cada vez más a invo-
lucrarse en el desarrollo turístico sostenible. Las razones de ello se originan a
partir de una triple reflexión:
En primer lugar, por responsabilidad social y porque cada vez son más cons-
cientes de que la destrucción de los recursos sobre los que se fundamenta su ne-
gocio y la experiencia turística les podría perjudicar en el futuro. La persecución
de la sostenibilidad suele ir asociada a la concienciación y a las prácticas vo-
© Editorial UOC 58 Planificación territorial del turismo
Capítulo II
Técnicas e instrumentos para el análisis territorial
Neus Andreu Sunyer, F. Benjamín Galacho Jiménez, María García Hernández
y Diego López Olivares
1) los recursos,
2) la demanda,
3) los factores que inciden en la oferta, y
4) las empresas turísticas.
Todos los elementos del sistema turístico deben ser identificados individual-
mente. Al mismo tiempo, se deben establecer las interacciones que existen entre
los mismos. El conjunto de todos ellos, a través de estas interacciones, deben
aportar una sinergia, que garantice la sostenibilidad del desarrollo turístico. Por
ello, es necesario inventariar dichos elementos para su posterior evaluación.
También se deben tomar en consideración otros factores (como la accesibili-
dad o los equipamientos) en relación con productos turísticos que se configuran
en un sistema turístico dado, que tienen gran importancia en las fases de pro-
moción y comercialización de dichos productos.
© Editorial UOC 64 Planificación territorial del turismo
En este proceso es muy importante el papel que juegan las empresas, que
son las que deben conectar con la realidad y potencialidad de los recursos de
su entorno. También las instituciones deben apostar por reforzar aquellos in-
dicadores de su competencia (infraestructuras, servicios públicos, etc.), que in-
ciden directamente en la calidad de la oferta de la que forma parte el producto
turístico. Los recursos territoriales turísticos deben tener tratamiento especial,
ya que, junto con la demanda, son los elementos clave del sistema turístico.
• básicos y
• complementarios.
Los recursos básicos son aquellos que tienen capacidad propia de atraer visi-
tantes, y por lo tanto no presentan problemas de localización.
En los recursos básicos es importante una valoración global de todos los fac-
tores y variables que los componen, para facilitar la puesta en valor del conjunto
o en su caso la reactivación.
Los objetivos que nos debemos marcar parten de la utilización general del re-
curso básico y sus características, para posteriormente alcanzar su utilidad o su
posible uso turístico de ocio o de recreación (actividades ligadas a la actividad
principal, caso de senderismo, turismo ecuestre, cicloturismo, navegación de
ocio, etc.).
Igualmente, en la valoración del recurso intervienen factores de pondera-
ción y de capacidad de carga entre otros. Paralelamente a esta valoración, se
deben realizar estudios del medio en el que se encuentra el recurso básico a los
efectos de evitar posibles estrangulamientos en el diseño de las estrategias y
programas de desarrollo. Para ello, es necesario analizar, desde los usos del sue-
lo, hasta las infraestructuras o el tipo de poblamiento existente, tanto general
como turístico.
embargo, dadas las características de la demanda actual, cada vez más exigente
con los productos, los complementarios están llamados a remodelar de manera
importante los recursos básicos. Igualmente, la coordinación de varios recursos
complementarios pueden crear uno básico.
Los recursos complementarios determinan en el territorio “subáreas” o “uni-
dades ambientales turísticas”. Es decir, mientras los recursos básicos representan
el núcleo de las “unidades ambientales turísticas”, que no siempre se encuen-
tran en el centro geográfico del territorio; los recursos complementarios fijan su
periferia, y por lo tanto, sus límites.
Desde otro enfoque hay que diferenciar entre lo que son recursos turísticos
actuales y recursos turísticos potenciales. Los recursos turísticos actuales se ca-
racterizan por ser el soporte de una actividad turística estructurada, en la que se
producen pernoctaciones. Los potenciales, por el contrario, aún se encuentran
en proceso de ser incorporados a la dinámica turística, no poseen un mercado,
ni infraestructuras (tanto de equipamiento como de comercialización).
Sin embargo, fomentando los recursos potenciales podremos mejorar los
productos actuales y ampliar las posibilidades turísticas de las diferentes áreas.
Para ello hay que entender que el valor de cada recurso depende del segmento
demanda-objetivo que consideremos, tanto en su sentido real como potencial.
Así pues, es fundamental conocer la existencia de esos recursos como paso pre-
vio al diseño de unas estrategias y programas que sean capaces de atraer una de-
manda hacia ellos, y también justifiquen la dotación de infraestructuras y
equipamientos necesarios para completar el producto turístico.
ción de los inventarios. Esta dificultad viene dada porque la mayoría de los tra-
bajos y publicaciones sobre recursos turísticos no reflejan, como realmente se
necesita, las variables internas y externas que caracterizan a los recursos, para
posteriormente poder evaluarlos. Es por eso por lo que en muchos casos tene-
mos que iniciar desde el principio la investigación, en lo cual juega un papel pri-
mordial el conocer las fuentes de investigación que tenemos que manejar.
En las fuentes de investigación sobre los recursos, es necesario abordar pri-
meramente todas aquellas que, de manera indirecta (fuentes indirectas), nos
puedan introducir en la información sobre los recursos; seguidamente, serán las
fuentes directas las que nos permitan contrastar, verificar y completar la infor-
mación concerniente a esos recursos turísticos.
por el antiguo ICONA. En este inventario se dedica una ficha para cada uno de
los espacios, en la que constan una serie de aspectos que van desde los puramen-
te descriptivos, hasta los que proponen medidas correctoras y protectoras de las
diferentes áreas. La ficha posee también un inventario de puntos recreativos y
de ocio ubicados en dichos espacios. En lo que respecta a las áreas de interior,
además de los “inventarios de espacios naturales para la protección espacial”,
son interesantes todos los estudios realizados sobre la base de los proyectos de
los programas Leader I y II de la Comunidad Europea. Por su parte, el Ministerio
de Medio Ambiente, por medio de las comisarías de Aguas de las confederacio-
nes hidrográficas y de la Dirección General de Obras Hidráulicas, realiza perió-
dicamente estudios de uso adecuado del agua y su medio con relación a las
actividades derivadas del turismo, ocio y recreación.
2) En cuanto a los recursos histórico-artísticos, el Ministerio de Cultura, por
medio de la Dirección General del Patrimonio Histórico Artístico, tiene realiza-
do un inventario completo de todos los recursos histórico-artísticos de la mayo-
ría de las provincias españolas, sobre el que se realizan actualizaciones anuales.
Todas las fuentes de investigación indirecta sobre los recursos turísticos se de-
ben completar con los estudios, informes, etc. de las diferentes consejerías de
las comunidades autónomas que tienen relación directa o indirecta con los re-
cursos territoriales turísticos y con las consultas a las publicaciones de organis-
mos de carácter estadístico como el Instituto Nacional de Estadística en el
ámbito nacional. Hay fuentes que se complementan con los fondos de las dipu-
taciones provinciales a través de los organismos creados en torno al turismo,
caso de los patronatos provinciales de turismo y otros que actúan sobre los re-
cursos del patrimonio cultural (patronatos de cultura, servicios del patrimonio,
servicios de arqueología, etc.). Igualmente son importantes los estudios, encues-
tas e informes de las cámaras de Comercio, Industria y Navegación. También
destacar las informaciones que se pueden extraer de organismos destinados a los
desarrollos comarcales, caso de los denominados Módulos de Desarrollo o Cen-
tro de Estudios Comarcales. Los recursos territoriales turísticos, básicamente los
de la categoría de naturales paisajísticos, pueden ser facilitados y completados
por la cartografía y la fotografía. Las fuentes básicas respecto a los mapas son las
elaboradas por el Instituto Geográfico y Catastral y el Instituto Geográfico y
Minero, sobre todo los topográficos de escala 1/50.000 y 1/25.000.
© Editorial UOC 70 Planificación territorial del turismo
Respecto a la fotografía aérea, son interesantes todos los estudios que facili-
tan los organismos citados anteriormente y otras instituciones autonómicas, so-
bre todo las relacionadas con el medio ambiente y ordenación del territorio.
1) Qué recursos deben ser valorados como tales, para incluirlos en el inventario.
2) El propio diseño de dicho inventario, dada la diversidad y complejidad de
recursos existentes.
dentro del sistema de la oferta turística, así como los posibles conflictos que
pueden deberse a otros usos que dicho recurso podría tener.
4) Observaciones: por último se incluirá un apartado abierto a posibles co-
mentarios, sugerencias y propuestas.
Ubicación o localización
Descripción
Especificidad
Accesibilidad
Excelente Buena Regular Mala
Infraestructura turística
– Señalización: Excelente Buena Regular Mala No existente
– Servicio de información: Excelente Buena Regular Mala No existente
– Equipamientos y servicios: Excelente Buena Regular Mala No existente
Características deseables
– Aprovechamiento
– Utilización
Conflictos de uso
Observaciones/Actuaciones
Tabla 2.2. Factores para la evaluación de las jerarquías primarias de los recursos
territoriales turísticos
Puntuación
Factores Variables
máxima
Total 50
Leyenda:
J: jerarquía
X: factores internos
Y: factores externos
50: puntuación máxima del recurso
5: jerarquía máxima del recurso
Por lo que respecta a los factores externos, éstos vienen concretados por la
evaluación de la accesibilidad interna del recurso, y por la evaluación actual del
© Editorial UOC 77 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
Tabla 2.3. Distribución de los recursos turísticos según categorías y valor jerárquico
de Les Useres (Castellón)
Valor jerárquico
Categorías Total
1(1) 2(4) 3(9) 4(16) 5(25)
Categorías Jerarquías
Tabla 2.5. Valor ponderado de los recursos turísticos de Les Useres (Castellón)
Categorías
Jerarquías Total
Categoría A Categoría B Categoría C Categoría D
4 0 0 0 0 0
5 0 0 0 0 0
Figura 2.3. Unidades ambientales turísticas y valor jerárquico de los recursos en el término
municipal de Benassal (Castellón)
© Editorial UOC 82 Planificación territorial del turismo
Figura 2.4. Ubicación de la unidad ambiental turística. “El camí dels pelegrins”
© Editorial UOC 83 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
Leyenda
Jerarquía 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5
Municipio a
Municipio b
Etc.
* El total relativizado se ha estimado dando valor 100 al municipio con mayor valor.
© Editorial UOC 85 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
1) Accesibilidad al destino
Respecto a la accesibilidad al destino, no sólo depende de la distancia, sino de
las dificultades que presenta el recorrido. Por lo tanto, para alcanzar el valor de
la accesibilidad tendremos que conocer el número de kilómetros que realiza el
turista desde su lugar de origen hasta el destino, considerando éste como el pun-
to de acceso a la comarca. En este sentido, tomaremos una muestra de la deman-
da desplazada desde los diferentes centros emisores para calcular una media
kilométrica. A esta distancia media recorrida se le añadirán los kilómetros que
separan el punto de acceso a la comarca de cada uno de los municipios. Pero
como hemos adelantado, la accesibilidad no depende sólo de la distancia reco-
rrida, sino también de las dificultades que ésta presenta. Entre las dificultades
destacan la anchura, la sinuosidad y la pendiente, las cuales se convierten en va-
riables de penalización. Para la asignación de estas penalizaciones, partimos
como referente de una carretera “tipo” de ocho metros de anchura y mediana-
mente virada, que suelen ser las más frecuentes en los espacios del interior del
arco mediterráneo.
por diez y se multiplicará por el número de kilómetros con esa anchura. Por el
contrario, si el viario presentara una mayor anchura, se sumará a ocho.
Índice de anchura = [( 8 – anchura tramo) / 10 ] × núm. kilómetros
Leyenda
IA = Índice de accesibilidad
PA = Punto de peor accesibilidad
AM = Accesibilidad corregida para cada municipio
MA = Punto de mejor accesibilidad de la comarca
2) Conectividad intracomarcal
Si bien la accesibilidad a cada municipio es importante, ésta debe ser com-
pletada por el valor de conectividad entre los mismos. Para calcular la conecti-
vidad realizamos una matriz en la que se reflejan las distancias entre cada uno
de los municipios. Los resultados de cada municipio se suman, calculándose así
la distancia de interconexión para cada localidad. El índice de conectividad se
calculará dando valor 100 al municipio mejor conectado, y al peor, relativizan-
do para alcanzar los resultados del resto de municipios. En definitiva, el factor
© Editorial UOC 87 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
Leyenda
FA = Factor accesibilidad
IA = Índice de accesibilidad al destino
IC = Índice de conectividad intracomarcal
Leyenda
2) El equipamiento comercial
El equipamiento comercial, además de satisfacer las necesidades de la pobla-
ción local, tiene una incidencia en la calidad de la estancia del visitante, ya que
éste requiere de productos y servicios. Para su análisis se valorarán por munici-
pio, y de forma jerarquizada, los comercios al por menor o detallistas a partir de
las diferentes fuentes de investigación (registros de los impuestos de actividades
económicas (IAE), listados de comercios facilitados por las cámaras de Comer-
cio, Industria y Navegación de las diferentes provincias o por medio de los anua-
rios estadísticos de las distintas comunidades autónomas).
3) El equipamiento recreativo-deportivo
El equipamiento recreativo-deportivo también tiene una doble función, por
un lado satisfacer las necesidades de la población local y por otro ofrecer más
calidad a la estancia de los visitantes. Aquí registraremos el número de instala-
ciones deportivas que posee cada municipio (piscina, pista polideportiva, cam-
po de fútbol, pabellón cubierto, puerto deportivo, campo de golf, etc.). La
valoración se aplica sumando las instalaciones de diferente carácter que existen
y hallando un porcentaje sobre la base de un mínimo de cero instalaciones y un
máximo de cinco. Obtenidas las valoraciones de los diferentes equipamientos,
es decir, el equipamiento básico, el comercial y el recreativo-deportivo, y consi-
derando que los tres subíndices no tienen el mismo valor, se han ponderado
con 3, 2, 1 respectivamente. Así, calcularemos el valor del factor equipamiento
aplicando la fórmula siguiente:
Leyenda
FE = Factor equipamiento
IET = Factor equipamiento turístico básico
IEC = Factor equipamiento comercial
IRD = Factor equipamiento recreativo-deportivo
Los recursos turísticos, la accesibilidad y los equipamientos son los tres fac-
tores que determinan en un alto porcentaje el valor turístico de un municipio.
El procedimiento de cálculo de este valor quedará reflejado por medio de un ín-
© Editorial UOC 90 Planificación territorial del turismo
Leyenda
Sobre esta base, hemos estimado los coeficientes de ponderación del modo
siguiente:
Por lo tanto, primamos más los recursos turísticos, que son en definitiva la
“materia prima” y los que facilitan la vocación turística de un municipio, que
la accesibilidad y los equipamientos, ya que éstos dependen más de las condi-
ciones de explotación del recurso. Lógicamente, se trata de valores teóricos que
deberán ser refrendados por medio de un análisis de regresión cuando podamos
disponer de un estudio de demanda.
En definitiva, con estas consideraciones el índice de potencialidad turística
quedaría de la siguiente forma:
IPTx = 1,5 FRx + 1,25 FAx + FEx
En esta fórmula se ha eliminado provisionalmente la variable aleatoria a por
las razonas ya expuestas.
Los resultados que se trasladarán a una matriz contemplarán tanto los valo-
res absolutos de los factores, como los valores relativizados en base 100. El valor
relativizado en base 100 nos permite contrastar más los resultados, ya que mu-
chas veces las medidas absolutas presentan contrastes de escasa magnitud. Este
índice puede ser adaptado a un sistema de información geográfico (SIG), de
modo que exista una representación gráfica y cartográfica de los resultados.
1 2 3 4
Municipios Valor absoluto Valor Ponderación 1,5 Valor
relativizado relativizado final
Municipio a
Municipio b
Etc.
Municipio a
Municipio b
Etc.
© Editorial UOC 92 Planificación territorial del turismo
Sea cual sea el punto de partida que se tome en cuenta para definir el con-
cepto de capacidad de carga turística, éste lleva siempre implícita la idea de res-
tricción o límite más allá del cual la explotación “turística” de un recurso es
insostenible por perjudicial. La naturaleza de ese límite –física, perceptual o eco-
© Editorial UOC 95 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
no es un límite absoluto, sino que supone identificar niveles críticos de uso so-
bre la base de muchos criterios.
La capacidad de carga global de un destino turístico vendría así definida por
la interrelación de las distintas dimensiones del concepto en función de la na-
turaleza de los recursos y las características del espacio donde se desarrolla la ac-
tividad turística, de tal manera que los niveles máximos permitidos para cada
tipo de uso turístico dependen de las características de cada uno de los subsiste-
mas que componen el sistema turístico.
Cada destino es único, y hay características relacionadas con los tipos de acti-
vidad que realizan los turistas, el tiempo que emplean en realizarlas, el tamaño y
composición de los grupos, las expectativas de los visitantes y las propias caracte-
© Editorial UOC 100 Planificación territorial del turismo
Los juicios deben provenir siempre del consenso político y ciudadano entre
todos los grupos implicados en el turismo de ciudades, regiones o áreas turísti-
cas más amplias. ¿Cuál es el criterio que se utiliza para determinar cuánto es de-
masiado? Muchas veces no es un criterio objetivo y universalmente válido y es
preciso asumir que la mayoría de las decisiones que se han de tomar con rela-
ción a las limitaciones de uso (difíciles en muchos casos), son decisiones políti-
cas no absolutas, sino válidas sólo para determinadas situaciones.
El caso de Venecia
Venecia es sin duda uno de los mejores exponentes de los trabajos llevados a cabo
bajo estos enfoques. La ciudad lagunar, destino saturado de más de nueve millones
de visitantes anuales, se puede considerar un laboratorio de pruebas excepcional para
la investigación de las incidencias del turismo; en Venecia, del mismo modo que ocu-
rre en ciudades como Brujas, Toledo o Mont Saint-Michel que son visitadas mayor-
mente por su ambiente. La capacidad de carga turística no viene determinada por el
nivel de acogida de atracciones turísticas concretas, sino que ha de considerarse en su
totalidad respecto de muchas dimensiones de la vida urbana (aspectos culturales, so-
cioeconómicos, funcionales, etc.). El análisis de estas distintas dimensiones en Vene-
cia puso de manifiesto que eran los aspectos socioeconómicos los más restrictivos
respecto a la capacidad de la ciudad para absorber visitantes. Así, mientras se consta-
taba que muchas de las funciones urbanas del centro histórico competían con los
usos turísticos y se veían cada vez más desplazadas por ellos, residentes y visitantes
no mostraban reacciones hostiles frente a la masificación turística.
aproximado y calcularon que Venecia podría soportar unos 25.000 visitantes al día.
El modelo desarrollado expresa esencialmente el conflicto existente entre residentes
y turistas al utilizar los mismos servicios que funcionan a diario en la ciudad. Su ob-
jetivo era fijar un umbral de capacidad, ponderando la búsqueda del mayor volumen
posible de ingresos provenientes del turismo con las restricciones que vienen dadas
por la disponiblidad de alojamiento, restauración, aparcamiento, transporte interno,
servicios de recogida de basura y el espacio disponible en la basílica de San Marcos.
espacios más frágiles y demandados por los turistas y tenía como objetivo prio-
ritario la regulación de los flujos turísticos a nivel de todo el conjunto.
Tabla 2.8. Fuentes y técnicas para el análisis de la demanda turística según la naturaleza
de las fuentes
Fuentes disponibles Técnicas de producción de datos
(análisis de datos secundarios) (análisis de datos primarios)
Así pues, en los epígrafes siguientes, junto al comentario de cada una de las
variables clave de análisis de la demanda turística, se hace referencia al uso, li-
© Editorial UOC 107 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
bre puntos turísticos (nivel local), sin embargo, no se publica y requiere petición
de explotación a medida al área de información del propio INE.
De forma paralela, el INE elabora también encuestas de ocupación en
campamentos turísticos, ocupación en apartamentos turísticos y ocupación
en alojamientos de turismo rural. Sobre los viajeros alojados en estos esta-
blecimientos existe asimismo información desagregada a nivel provincial en
los boletines de coyuntura turística de las distintas comunidades autónomas.
En las zonas litorales ligadas al turismo costero de sol y playa y en determi-
nados ámbitos de turismo rural, la segunda residencia constituye también
un indicador del volumen de visitantes. En este caso, la población flotante
de los periodos vacacionales es mucho más difícil de estimar y el recurso al
trabajo de campo y las estimaciones indirectas resultan ineludibles. La infor-
mación aproximada de base se puede extraer de los censos de población y vi-
vienda que elabora el INE a nivel nacional cada diez años. En ellos se recoge
el uso como primera o segunda residencia de todas las unidades de vivienda
censadas. Finalmente, es preciso señalar que tampoco existe una operación es-
tadística sistemática que permita conocer el volumen de excursionistas de un
destino, es decir, de los visitantes que no pernoctan, un colectivo muy impor-
tante en los destinos asociados al turismo urbano. Su medición sólo es posible
mediante aproximaciones indirectas y sometidas a un grado de indetermina-
ción muy elevado.
A modo de ejemplo, en el caso del turismo urbano existen dos grandes lí-
neas de trabajo con métodos diferentes de abordar el conocimiento de la
afluencia total de visitantes de una ciudad (turistas que pernoctan más ex-
cursionistas):
Los rasgos cualitativos de la afluencia turística están relacionados con las ca-
racterísticas personales de los visitantes y sus motivaciones. Este tipo de infor-
mación viene proporcionada fundamentalmente por las encuestas realizadas en
destino. Mediante las encuestas se puede obtener información relativa a ciertos
parámetros básicos que sirven para definir el perfil de los visitantes como son:
nes ambientales de la sociedad. En este sentido, era lógico que se iniciara una
búsqueda de otras alternativas, otros instrumentos con otras metodologías. La so-
lución encontrada fue lo que después se denominaron estudios de impacto ambiental
y el marco para definir y regular estos estudios fue una ley que se aprobó a finales
de los años sesenta: la ley norteamericana de política ambiental (national environ-
mental policy act, NEPA).
La NEPA constituye el acta de nacimiento formal del derecho ambiental, es-
tableciendo por primera vez una aproximación global a la política ambiental.
La NEPA ordenó que las agencias federales incluyeran, en todo informe relativo
a acciones de “cierta entidad que afecten significativamente a la calidad del me-
dio ambiente”, una declaración detallada del correspondiente impacto ambien-
tal de la acción propuesta.
Se trataba de una ley relativamente corta (15 artículos), y no muy precisa en
sus provisiones legales, pero que obligaba al resto de leyes federales a adaptarse
a ella. La NEPA fue la pionera en esta materia y sirvió de ejemplo para muchos
otros países que sucesivamente se iban dotando de figuras similares.
Algunos puntos que la NEPA destaca son:
1) Screening (selección)
La legislación vigente indica los proyectos que deben someterse a una eva-
luación de impacto ambiental. Por ello, el primer paso es consultar con la admi-
nistración pertinente si el proyecto en cuestión debe tener un estudio de
impacto.
3) Análisis de alternativas
El estudio tiene que desarrollar todas las alternativas posibles (cambio de
ubicación en el territorio, dimensiones, tecnologías a utilizar, etc.) y caracte-
rizar el impacto de cada una de ellas. Haciendo la EIA de cada una de las alter-
nativas, se podrá saber la que produce menos impactos negativos y así elegir
la más favorable.
Aguas (subterráneas-
Demografía
superficiales)
– Positivos o negativos
– Directos o indirectos
– Corto, medio, largo plazo
– Temporales o permanentes
– Simples o acumulativos y sinérgicos
– Reversibles o irreversibles
– Recuperables o irrecuperables
– Periódicos o de aparición irregular
– Continuos o discontinuos
Para caracterizar los impactos, se tienen que explicar y describir los efectos
de éstos para que sea entendible y comprensible su proceso de origen y las con-
secuencias que pueden causar.
Algunos métodos para evaluar (cuantificar y/o cualificar) los impactos son
los siguientes:
a) Métodos cualitativos
Sistemas cartográficos: Se basan en la superposición de los elementos del pro-
yecto a los factores cartografiados del inventario ambiental y socioeconómico y
se valora el grado de impacto de cada acción según el factor afectado. Por ejem-
plo, la superposición de transparentes (Conesa, 1997, pág. 63).
c) Métodos cuantitativos
Método Batelle-Columbus. Este método permite la evaluación sistemática de
los impactos ambientales de un proyecto mediante el empleo de indicadores
homogéneos. Con este procedimiento se puede conseguir una planificación a
medio y largo plazo de proyectos con el mínimo impacto ambiental posible. La
base metodológica es la definición de una lista de indicadores de impacto con 78
parámetros ambientales, merecedores de considerarse por separado, que nos in-
dican, además, la representatividad del impacto ambiental derivada de las accio-
nes consideradas. Los 78 parámetros se ordenan en primera instancia según 18
componentes ambientales agrupados en cuatro categorías ambientales. Es decir,
se trata de un formato en forma de árbol conteniendo los factores ambientales en
cuatro niveles:
1) categorías,
2) componentes,
3) parámetros
4) medidas.
Los parámetros son fácilmente medibles, siendo los datos del medio, necesa-
rios para obtener aquella estimación, la cual, siempre que sea posible, se dedu-
cirá de mediciones reales.
En cada EIA concreta, una vez obtenidos los parámetros que responden a las
exigencias planteadas, se transformarán sus valores correspondientes en unidades
conmensurables, y por tanto, comparables mediante técnicas de trasformación,
siendo una de las más usadas la que emplea las funciones de transformación. Las
medidas de cada parámetro en sus unidades características, inconmensurables, se
trasladan en una escala de puntuación 0 a 1, que representa el índice de calidad
ambiental (CA). Finalmente, para obtener las unidades de impacto ambiental
© Editorial UOC 126 Planificación territorial del turismo
(UIA), las unidades de calidad ambiental (ICA) se tienen que ponderar según su
mayor o menor contribución a la situación del medio ambiente (UIP).
UIA = CA × UIP
Efectuando la suma ponderada de los factores, se obtiene el valor de cada
componente, categoría y el valor ambiental total. Aplicando el sistema estable-
cido a la situación del medio si se lleva a cabo el proyecto y a la que tendría el
medio si éste no se realiza, por diferencia, obtendríamos el impacto neto del
proyecto para cada parámetro considerado.
Ecología
Contaminación
Estética
Humanos
8) Medidas correctoras
Las medidas correctoras son las modificaciones o incorporaciones que se ha-
cen a un proyecto con el fin de evitar, reducir, modificar o compensar el efecto
del proyecto en el medio ambiente y adecuar el proyecto a las oportunidades
que ofrece el medio para asegurarse el éxito. Las medidas que se propongan tie-
nen que ser técnicamente factibles, económicamente viables y adecuarse a la ti-
pología de los impactos y a las diferentes fases del proyecto. Las medidas
correctoras tienen que estar presupuestadas y se tienen que incorporar al propio
proyecto como nuevas unidades de obra con su partida presupuestaria corres-
pondiente. Las medidas correctoras se pueden clasificar en:
cambiar los conceptos representados como trama de usos del suelo y cubierta
vegetal, necesidad de revisar los conceptos de fiabilidad del mapa, etc. Las nue-
vas tecnologías y, fundamentalmente, los SIG, están aportando nuevos concep-
tos sobre lo territorial a través de sus peculiaridades: universalidad, adaptación
a los nuevos ritmos de cambio impuesto por el hombre sobre el territorio, dife-
rentes escalas de representación, representación dinámica, etc. El mundo de la
cartografía actual es un mundo de información territorializada que favorece las
temáticas relacionadas con la actividad territorial del turismo.
Gran parte de la práctica y de la filosofía de las disciplinas que han hecho del
territorio su objeto de estudio ha dependido del desarrollo de un instrumento
que permitiera manejar la distribución de objetos y fenómenos en el espacio. En
su concepción más simple equivalió a definir y utilizar un sistema de coordena-
das (como son la latitud y la longitud) para dotar de localización absoluta a los
objetos y los hechos; si bien este sistema constituyó un lenguaje espacial senci-
llo, ha sido durante mucho tiempo extremadamente útil para examinar la dis-
tribución de los fenómenos espaciales y analizar las relaciones entre ellos. Los
sistemas de información geográfica tienen como propósito principal ordenar y
representar la información geográfica mediante un lenguaje espacial: la geome-
tría. De la relación entre la geometría y la geografía surge el análisis espacial.
Para conseguir sus objetivos, se debe acudir necesariamente a un lenguaje espa-
cial apropiado para:
Podemos utilizar los SIG para simular o para describir las estructuras espacia-
les que aparecen con el paso del tiempo, por eso podemos pensar en él como la
geometría de la realidad, unas lentes que nos permiten descubrir nuevos detalles
y generar información, para intentar explicar y predecir. La cuestión que se
plantea es tratar de examinar la lógica subyacente a cualquier sistema de infor-
mación geográfica y de formalizar el método de ordenar espacialmente la cre-
ciente masa de información de que se dispone. Creemos que se puede emplear
un lenguaje lógico para describir el espacio y un lenguaje natural para explicar-
© Editorial UOC 137 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
lo. Ambos constituyen: “dos lenguajes, dos sistemas de signos de una misma
geoestructura” (Estébanez, 1987).
La cuestión relativa a la construcción de nueva información a partir de con-
siderar diversos mapas genéricos, propio del paradigma racionalista, ha sido un
procedimiento clave para el uso de sistemas de información geográfica. Esta
construcción se lleva a cabo por superposición temática. Pero antes se ha debido
realizar una cuantificación inicial de los aspectos cualitativos que van a ser tra-
tados. A través de la observación y de la toma de datos, recibimos un gran aporte
de información sobre la realidad. Según Harvey (1983), la función de las técni-
cas de observación es seleccionar y ordenar la información que recibimos de for-
ma que sea manejable y comprensible. “Mediante este proceso, las señales que
se reciben de la realidad se escudriñan en pos de mensajes que parezcan ofrecer
alguna regularidad o lógica interna”. Pero no podemos admitir o utilizar toda la
información que recibimos. Como es lógico, hay que preguntarse, ¿qué infor-
mación archivar? y ¿qué información descartar? Esta acción tendrá una enorme
trascendencia porque influye directamente en los tipos de preguntas que podre-
mos hacer y en las respuestas que podremos dar posteriormente (Harvey, 1983).
El desarrollo de los Sistemas de Información Geográfica es la unión de varias
líneas de trabajo hasta ahora diferenciadas. Estas líneas son:
Del mismo modo, parece necesario relacionar los SIG con el mayor número
de modelos explicativos de fenómenos de tipo espacial, de manera que sea sen-
cillo comprobar en detalle la validez de estos modelos con el amplio número de
datos integrados en la base informativa de un sistema de esta índole. En este ca-
so, la dificultad de desarrollo es mucho mayor, dada la enorme variedad de po-
sibilidades en cuanto a modelos explicativos de temas espaciales.
Algunos primeros ejemplos de esto se pueden encontrar, por ejemplo, en la
interrelación de un SIG determinado (IDRISI de Clark University), con diversos
modelos matemáticos de localización-asignación, para la determinación de los
lugares adecuados, “óptimos”, donde situar instalaciones de servicios sociales:
escuelas, hospitales, etc. Bosque y Moreno (1990) han trabajado en esta línea.
Otros ejemplos muy interesantes son la interrelación entre SIG y modelos hi-
drológicos y para el análisis de la erosión del suelo (Conesa, 1996; Perles, 1996).
El objetivo final de todos estos desarrollos sería la construcción, a partir de los
SIG, junto a sus posibilidades de representación cartográfica, de lo que se con-
cibe como un sistema de ayuda a la decisión, abriendo la aplicación de estos sis-
temas a aquellos que tienen que realizar una decisión sobre una cuestión de tipo
espacial, proporcionándoles medios de explorar y conocer en detalle las carac-
terísticas de las zonas objeto de estudio y de los problemas que en ella aparecen,
capacitándoles para simular diversas acciones y comprobar los efectos de cada
una de ellas en el territorio (Bosque, 1997).
Todo ello daría un campo de acción aún mayor a los SIG y a la información
geográfica, sobre todo si tenemos en cuenta que la toma de decisiones es funda-
mental para cualquier actividad humana. Las aplicaciones de los SIG adquieren
especial importancia en la planificación territorial del turismo. Justamente, uno
© Editorial UOC 141 Capítulo II. Técnicas e instrumentos...
de los problemas más difíciles que hay en este campo es cómo utilizar la abun-
dante información disponible para establecer una adecuada asignación de usos
y ocupaciones futuras. La inadecuada resolución de esta cuestión supone des-
aprovechar las grandes oportunidades ofrecidas por la abundante cantidad de
datos disponibles para estas tareas. Por ello, como ya se ha indicado, se están
abriendo camino técnicas, como la evaluación multicriterio, que permiten com-
binar de modo válido los datos para seleccionar las actividades más adecuadas
en los lugares más idóneos.
© Editorial UOC 143 Capítulo III. Diseño de planes...
Capítulo III
Diseño de planes turísticos del territorio
José Antonio Donaire, Francesc González Reverté y Javier Puertas Blázquez
1. Instrumentos y planes
Los nuevos planes generales de ordenación urbana tienen una mayor incidencia
en el desarrollo turístico. Estos nuevos planes valoran la identidad del espacio urba-
no y natural, tienden a limitar la capacidad de crecimiento, pueden diseñar piezas
recreativas que actúan como agentes de proyectos urbanos e incorporan el espacio
natural periurbano en el diseño de la oferta recreativa del municipio.
Un plan general es siempre un “proyecto de ciudad”, un modo de materiali-
zar de forma ordenada y viable los objetivos de desarrollo del espacio urbano.
El capítulo de los objetivos del plan es, por lo tanto, el punto más importante
del mismo, ya que el resto de las actuaciones previstas responden a los princi-
pios generales. La relación entre los objetivos del plan y el desarrollo turístico y
recreativo puede ser de dos tipos:
tanto, tener en cuenta las necesidades del turismo en la propia concepción del
plan (áreas hoteleras, zonas de equipamientos recreativos, accesos internaciona-
les, etc.). Es interesante constatar que la mayoría de los nuevos planes conside-
ran el turismo como un elemento clave en la definición del “proyecto de
ciudad”.
2) Relación indirecta. Aunque en los objetivos no se haga una referencia ex-
plícita al desarrollo turístico, muchas de las orientaciones generales del plan tie-
nen una repercusión inmediata en el desarrollo del turismo: accesos nacionales
e internacionales, protección del patrimonio, tipología de edificios y densida-
des, gestión de los espacios públicos, zonas verdes periurbanas, etc.
Los planes generales de ordenación urbana distinguen entre tres grandes ti-
pos de suelo:
a) el suelo urbano,
b) el suelo urbanizable,
c) el suelo no urbanizable
Los planes generales distinguen entre el suelo urbano, en el que las actua-
ciones se darán sobre el espacio urbano consolidado, el suelo urbanizable, en
el que se prevé el crecimiento urbanístico del municipio, y el suelo no urbani-
zable, que se destina principalmente a usos no urbanos (agrícolas, forestales,
recreativos, etc.).
Veamos qué características tiene cada uno de los mismos, así como su rela-
ción con la planificación de la actividad turística.
El suelo urbano es aquel espacio municipal que presenta un nivel de conso-
lidación elevado. Es decir, se trata de un área en la cual la mayor parte del espa-
cio presenta una función y una morfología claramente urbanas.
En estos espacios, el PGOU fija de forma rigurosa los usos permitidos y ex-
cluidos, la tipología de construcción, los límites de crecimiento (altura y volu-
© Editorial UOC 148 Planificación territorial del turismo
Figura 3.1. Sección del plan general que afecta al núcleo de L’Estartit
(Costa Brava)
Cada manzana del suelo urbano tiene una determinada categoría (diferenciada por el color)
que fija los criterios generales de usos, composición de fachadas, alineación, etc.
© Editorial UOC 150 Planificación territorial del turismo
Los planes especiales de reforma interior (PERI) son instrumentos para la ges-
tión de áreas urbanas (consideradas, por tanto, como suelo urbano) en las que
se detectan problemas estructurales y que por tanto requieren una intervención
integral.
Los PERI suelen responder a tres objetivos:
Figura 3.2
Los planes parciales han sido utilizados con frecuencia como un instrumento de planificación
para la creación de urbanizaciones y espacios al margen de los centros urbanos.
Los planes especiales son los instrumentos normativos que han permitido la
creación de complejos turísticos y recreativos. Los nuevos espacios museísticos
(como el Guggenheim, de Bilbao), la remodelación del frente portuario con fi-
nes recreativos (el Port Vell, de Barcelona), el diseño de complejos comerciales
(La Maquinista, de Barcelona), la creación de espacios deportivos (el Parc del Se-
gre, de La Seu d’Urgell) y complejos de salud o la planificación de las zonas ver-
des periurbanas son el resultado de operaciones urbanísticas guiadas por un
plan especial.
El Parc del Segre de La Seu d’Urgell es un ejemplo paradigmático de la capa-
cidad de transformación urbana de estas instalaciones recreativas y lúdicas.
Como subsede olímpica, La Seu inició un ambicioso programa de transforma-
ción urbana, cuyo símbolo más evidente es el Parc del Segre, un complejo re-
creativo y deportivo basado en el ámbito fluvial.
Los espacios monumentales han recibido, en los últimos años, una mayor
atención en los procesos de planificación del espacio turístico. Durante décadas,
el turismo urbano interesado por el patrimonio histórico y artístico se ha desa-
rrollado de forma espontánea en los centros históricos de los ámbitos urbanos.
Las repercusiones de este crecimiento no planificado han sido mucho menores
que en las áreas litorales o de montaña, aunque en algunas ciudades concretas
sí que ha creado disfunciones importantes.
© Editorial UOC 155 Capítulo III. Diseño de planes...
1) la concentración
2) la selectividad espacial
turaleza (UICN) como zonas de tierra y/o mar especialmente dedicada a la protección y
mantenimiento de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales asociados
y gestionada legalmente o por otros medios eficaces. La UICN, organismo internacional
de referencia, ha establecido una categorización en función de los objetivos de ges-
tión en la que debería poder encuadrarse cualquier espacio protegido del mundo.
III. Monumento – Proteger las características naturales – Debe contener uno o más rasgos
Natural destacadas específicas del área. de importancia notable natural
– Brindar oportunidades para o cultural.
la investigación, educación, – Debe ser suficientemente amplia
interpretación y sensibilización. como para proteger la integridad de
sus características naturales y zonas
inmediatamente circundantes.
IV. Área de – Mantener el hábitat en las condiciones – Debe desempeñar una función
Manejo de necesarias para proteger especies, importante en la supervivencia
Hábitats / comunidades o características físicas de especies.
Especies cuando ello exija cierto tipo de – La conservación dependerá
manipulación para un manejo óptimo. de la intervención activa.
– Facilitar la investigación y el – El tamaño dependerá de las
seguimiento como principales necesidades del hábitat de las
actividades asociadas al manejo especies que se han de proteger,
sostenible. y puede variar de relativamente
– Establecer áreas limitadas con fines pequeño a muy extenso.
educativos.
© Editorial UOC 161 Capítulo III. Diseño de planes...
como espacios nacionales protegidos aquellos espacios del territorio nacional, in-
cluyendo las aguas continentales y los espacios marítimos sujetos a la jurisdicción na-
cional, incluidas la zona económica exclusiva y la plataforma continental, que
contengan elementos y sistemas naturales de especies de interés o valores naturales so-
bresalientes. Las categorías o figuras de protección contempladas en la ley estatal
son parque, con un subtipo específico que serían los parques nacionales, reserva
natural, monumento natural y paisaje protegido; junto con las categorías con-
templadas en la normativa autonómica, el número de figuras de protección dis-
tintas en su denominación se eleva a 40, si bien muchas aún no se han aplicado
o se han aplicado excepcionalmente.
A comienzos de 2004, el número de espacios protegidos en España asciende a
960, ocupando una superficie terrestre de 4,6 millones de hectáreas, algo más del
9% del territorio español. La figura más representativa es la de parque, con 149
espacios y más del 71% de la superficie protegida. La comunidad autónoma que
más superficie protegida tiene declarada es Canarias, con un 42,19% de su super-
ficie. La comunidad que más aporta al conjunto del territorio del Estado español
es Andalucía, con más de 1,6 millones de hectáreas, más de un tercio del total.
De todas formas, en la práctica los PRUG y los PORN se confunden con fre-
cuencia y resulta difícil trazar una frontera precisa entre unos y otros. En la tabla
se indican las partes en las que comúnmente se estructura un PRUG, y que son
las siguientes:
Las funciones otorgadas a los espacios protegidos han variado desde sus orí-
genes, hasta el momento actual en que se reconocen tres funciones fundamen-
© Editorial UOC 165 Capítulo III. Diseño de planes...
Investigación científica 1 3 2 2 2 2 3
Preservación de la biodiversidad 1 2 1 1 1 2 1
Turismo y recreo - 2 1 1 3 1 3
Educación - - 2 2 2 2 3
a) Parques
De acuerdo con lo contenido en la ley estatal en la materia, en los parques
(nacional, naturales y otras figuras equiparables) se facilitará la entrada de visi-
tantes, si bien con las limitaciones precisas para garantizar la protección de
aquéllos. Se asume, pues, de manera explícita la función de uso público para
esta categoría. Las definiciones correspondientes recogidas en la legislación au-
tonómica también recogen explícitamente este objetivo de gestión y función de
uso público.
© Editorial UOC 168 Planificación territorial del turismo
b) Reservas naturales
En la definición de reserva natural de la ley 4/89, figura que con carácter
general conlleva elevados niveles de protección, no se explícita la cabida de
actividades de uso público, si bien se especifica que la explotación de los re-
cursos naturales (el uso público es un aprovechamiento no consuntivo) que-
dará limitada salvo en aquellos casos en que dicha explotación resulte
compatible con la conservación de los valores que se pretenden proteger.
Con carácter general se prohíbe la recolección de material biológico o geoló-
gico, excepto por razones de investigación o educativas. En los espacios de-
clarados bajo esta figura tienen cabida, siempre que no se señala lo contrario,
actividades de educación ambiental, actividades características de uso públi-
co en cualquier espacio.
La concepción y formalización de esta figura en la normativa autonómica
mantiene en esencia los contenidos de la ley estatal, si bien en algunos casos se
explícita la posibilidad de realización de actividades de uso público distintas a
las relativas a la educación ambiental. Puede diferenciarse un primer grupo, en
el que se incluirían entre otras las reservas naturales integrales, en que el uso pú-
blico queda restringido, en su caso, a actividades de interpretación y educación
ambiental, de un segundo grupo mucho más reducido en el que, aún con im-
portantes restricciones y regulaciones, tienen cabida otras actividades recreati-
vas, de esparcimiento y contemplación de la naturaleza.
Por sus objetivos de conservación y por la elevada fragilidad que caracteriza
a buena parte de estos espacios, las actividades de uso público deberían desarro-
llarse única y exclusivamente cuando existan las máximas garantías de que los
elementos y valores naturales que motivaron la declaración no sufrirán altera-
ciones o impactos sustanciales.
© Editorial UOC 169 Capítulo III. Diseño de planes...
c) Monumentos naturales
Aunque en la formalización de la figura de monumento natural recogida en
la ley estatal y leyes autonómicas no se contempla la posibilidad o prohibición
de la realización de actividades de uso público, en la práctica se admite normal-
mente que los monumentos naturales son, junto con los parques, la figura de
protección con mayor vocación para el uso público. Siempre que no se compro-
meta el mantenimiento de los valores estéticos y culturales que argumentaron
la protección de los espacios naturales declarados, bajo esta figura podrán reali-
zarse actividades de uso público y turístico del territorio. De hecho, en la nor-
mativa de declaración, planificación o gestión de varios de estos espacios se
contempla las más de las veces la cabida de estos usos de manera explícita, los
cuales son objeto de regulación en su caso.
d) Paisajes protegidos
La normativa estatal y autonómica no especifica para la figura de paisaje pro-
tegido la cabida o no de actividades de uso público. Sin embargo, por la natura-
leza de esta figura en la que los objetivos primordiales son la protección y
mantenimiento de los paisajes, naturales y rurales, estos usos serían perfecta-
mente admisibles siempre y cuando no se traduzcan en una pérdida o deterioro
de los referidos valores paisajísticos.
Tabla 3.5. Tipologías de espacios protegidos cuya función principal es el uso público
Tipología Número Definición legal
Fuente: elaboración propia a partir del Anuario EUROPARC-España del estado de los espacios naturales
protegidos (EUROPARC-España, 2004).
Desde las primeras declaraciones, los espacios naturales protegidos han des-
pertado un gran atractivo desde el punto de vista del uso y disfrute de los mis-
mos, lo que explica el importante y creciente número de visitantes que reciben
estos territorios. Es un hecho comprobado que la declaración de un espacio pro-
tegido, en la mayor parte de los casos, tiene entre sus principales consecuencias
un incremento de las expectativas de uso público, recreativo y turístico del ám-
bito territorial objeto de protección. La declaración conlleva un reconocimiento
de los valores ambientales del espacio, lo que determina que adquiera un interés
muchas veces antes ausente.
Como se adelantaba en la introducción, gran parte del turismo de naturaleza
en el Estado español, como también ocurre a escala internacional, se desarrolla en
el marco territorial de los espacios naturales protegidos. Sólo considerando los
parques, se calcula que el número de visitas supera el umbral de los 30 millones
al año (EUROPARC-España, 2002a), cifra que incluso podría haber llegado en el
momento actual a los 40 millones. Mientras hay algunos espacios excepcionales
como el Parque Nacional del Teide en Canarias, que recibe más de 3 millones
de visitas, en otros, como por ejemplo el Sitio Natural de Interés Nacional del
© Editorial UOC 171 Capítulo III. Diseño de planes...
Figura 3.4. Evolución del número de visitantes de los parques nacionales españoles 1991-2003
La ordenación del uso público en los espacios protegidos naturales puede lle-
varse a cabo a través de diferentes y variados instrumentos. Un primer grupo bá-
sico y fundamental estaría constituido por los instrumentos de planificación,
principalmente planes y programas. La zonificación, que en gran parte de los
casos es un elemento clave de los instrumentos de planificación, constituye
también una herramienta de probada utilidad para la regulación y ordenación
del uso público. Por último se incluye una reseña sobre los equipamientos, que
también pueden desempeñar un importante papel en la ordenación y desarrollo
del uso público en los espacios protegidos (EUROPARC-España, 2004).
1) Instrumentos de planificación
En esta parte se revisa, muy someramente, en qué medida se regulan los usos
y actividades ligados a uso público y turístico en los espacios naturales protegi-
dos en los diferentes estados de la denominada planificación en cascada (EURO-
PARC-España, 2002a).
b) Planes de gestión
En dichos planes deben establecerse las directrices y normativa básica en ma-
teria de uso público de aplicación en el espacio protegido. Los objetivos generales
© Editorial UOC 173 Capítulo III. Diseño de planes...
Tabla 3.6. Elementos que deben ser abordados en los planes de uso público de los espacios
protegidos
1. Introducción
• Antecedentes y justificación. Definiciones
2. Objetivos de planificación
• Objetivos generales
• Objetivos particulares. Se desarrollarán los objetivos para el visitante, los recursos y la gestión de los
equipamientos
3. Diagnóstico de la situación de partida
• Marco legislativo aplicable al uso público, administración y distribución por competencias
• Ambito afectado
• Cartografía del diagnóstico
• Determinación de los recursos disponibles para el uso público
• Análisis de la oferta de uso público
• Análisis de la demanda
– Cuantificación
– Caracterización de los visitantes
• Análisis de los agentes implicados y del entramado de mecanismos de financiación
• Valoración de la capacidad de acogida y definición de escenarios para el uso público
• Detección y previsión de impactos y medidas correctoras asociadas. Zonificación de la capacidad
según las actividades y fragilidad del medio
• Análisis de los condicionantes y puntos clave del modelo de planificación (agentes implicados, modelos
de gestión de infraestructuras, cobro de servicios, relación con servicios del exterior del espacio)
• Directrices de los programas de uso público
4. Diseño de la planificación del uso público. Programación y regulación de actividades
• Programa de acogida
– Subprograma de regulación de actividades
– Subprograma de corrección y prevención de impactos
• Programa de educación ambiental
• Subprograma de información y comunicación
Información
Señalización
Publicaciones
Uso de la imagen
Promoción
Interpretación
– Subprograma de formación
• Programa de seguridad
• Programa de voluntariado
• Grado de desarrollo de la programación. Calendario y previsión de financiación
5. Administración del uso público
• Fórmulas en la prestación de servicios de uso público. Elaboración de modelos de pliegos y
fórmulas de prestación de servicios
• Cauces de comunicación para la coordinación y cooperación con otras administraciones
6. Evaluación y seguimiento de la planificación del uso público
2) Zonificación
La zonificación de los espacios naturales protegidos constituye una de las
principales herramientas para la adecuada ordenación de los usos y de las acti-
vidades, incluyendo las relativas al uso público y turístico. Con carácter general
éstas deberán concentrarse en aquellos ámbitos con mayor capacidad de acogi-
da y regularse convenientemente e incluso, en su caso, prohibirse en las zonas
más valiosas y frágiles en las que primen los objetivos y función de conserva-
ción que pueden verse afectados. Resulta frecuente que, tomando como marco
la zonificación, se establezca la posibilidad o no de implantación de según qué
equipamientos de uso público.
Derivado del variado panorama autonómico en materia de espacios protegi-
dos, no existe en la actualidad un modelo o tipología de zonificación de aplica-
ción a todos los espacios protegidos españoles. Aún más, en varias comunidades
autónomas ni siquiera se utiliza la misma zonificación en todos los espacios
protegidos. En todos los casos la regulación de los usos y actividades de uso pú-
blico y turístico, que son los que mayormente interesa recoger aquí, oscila entre
una zona de máxima protección donde se imponen fuertes regulaciones e inclu-
so la prohibición de todo tipo de usos y las zonas de uso más o menos intensivo,
con mayor capacidad de acogida, en las que tienen cabida la mayor parte de los
usos turísticos del territorio.
© Editorial UOC 176 Planificación territorial del turismo
Fuente: http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/sintesis/fprotamb/poltamb/ordgest/enp/
prqnat/alcornoc/a3001201.pdf
© Editorial UOC 177 Capítulo III. Diseño de planes...
3) Equipamientos
Los equipamientos de uso público constituyen una herramienta de gran va-
lor estratégico para la ordenación y regulación del uso público en los espacios
naturales protegidos, pero no han de constituir un fin en sí mismos. El conjun-
to de las actividades de uso público pueden planificarse y ordenarse, en mayor
o menor medida, tomando como elemento de referencia los equipamientos. Sin
embargo, no todos los espacios tienen que dotarse necesariamente de dichos
instrumentos y, en su caso, deberán realizarse los estudios para determinación
de su ubicación conforme con la planificación y modelo de uso público, y por
supuesto acorde con los objetivos de conservación.
¿Qué es un equipamiento de uso público? Instalación fija o móvil destinada a
prestar soporte físico a las actividades y programas de uso público. Su utilidad
puede residir en sí misma o servir de recursos básicos a servicios prestados por
personal especializado (Hernández y Gómez-Limón, 2005).
Entre los programas y subprogramas derivados del plan de uso público más
desarrollados se encuentra el de acogida de los visitantes, en el que los equi-
pamientos tienen un papel protagonista. Desde las administraciones públicas
se ha apostado fuertemente por la dotación de equipamientos de acogida
para los visitantes de los espacios protegidos. Cerca del 80% de los parques
poseen centro de visitantes y más del 70%, puntos de información. Cerca del
70% de los parques poseen algún tipo de sistema estandarizado de señaliza-
ción (EUROPARC-España, 2002a).
Los equipamientos en su conjunto deben ser objeto de evaluación, máxime
por la elevada inversión que suponen en muchos de los casos. Según datos de
1997 disponibles para 32 instalaciones, se calcula que algo más de 1,5 millones
de personas pasan por los centros de visitantes, lo que determina, en relación
con el total de visitas contabilizadas, que hacen uso del centro de visitantes en
torno al 10% del total de visitantes (Gómez-Limón, et al., 2000).
No existe ningún documento normativo a escala del Estado español en el que
se establezcan directrices generales sobre equipamientos de uso público en espa-
cios protegidos. Cabe referir, no obstante, el Plan director de la red de parques na-
cionales (Organismo Autónomo Parques Nacionales, 2001), donde se establecen
una serie de directrices que pueden extrapolarse como un modelo para el conjun-
to de los espacios protegidos. Son las siguientes: deberán adaptarse lo más posible
al entorno; se reducirán al mínimo las afecciones paisajísticas negativas, tanto por
© Editorial UOC 178 Planificación territorial del turismo
– Para las agencias de viaje resulta beneficioso poder contar con los espacios
protegidos en la elaboración de sus productos y se facilita asimismo la in-
terrelación con actores locales.
En el Plan de acción para los espacios naturales protegidos del Estado español se
identifican varios observatorios vivos, que vienen a ser ejemplos de buenas
prácticas de planificación y gestión de espacios naturales protegidos. En materia
© Editorial UOC 181 Capítulo III. Diseño de planes...
– La prohibición
– La tolerancia
– El estímulo
© Editorial UOC 182 Planificación territorial del turismo
El concepto de región es, de todas formas, muy vago y describe unidades te-
rritoriales de dimensiones y características muy diferentes. Podríamos decir que
existen distintas escalas regionales, cada una de las cuales precisa de instrumen-
tos de planificación específicos.
1) La primera parte de las DOT son, en realidad, una serie de principios bá-
sicos en los que se enfatiza la relevancia de los elementos ambientales en la
definición de la estrategia territorial de las islas. Por este motivo, los principios
básicos están estructurados en una serie de ámbitos con un claro contenido
ambiental.
El primer capítulo aborda los planes territoriales parciales, es decir, las di-
rectrices concretas para ámbitos territoriales más pequeños, con unas nece-
sidades y unos objetivos específicos. Las DOT fijan ocho planes parciales que
van desde la Sierra de Tramontana a la isla de Menorca en su conjunto. El
segundo capítulo se dedica al sistema urbano. Las directrices realizan una
clasificación de las unidades urbanas en cuatro grupos: nodos estructurantes,
núcleos con influencia supramunicipal, núcleos tradicionales y áreas turísti-
cas. El tercer capítulo trata sobre el sistema relacional de una manera muy
exhaustiva. El carácter insular de las Baleares otorga al sistema de comunica-
ciones un papel fundamental. En el análisis se incluyen las comunicaciones
viarias, el ferrocarril, los aeropuertos y la comunicación por mar. Además, el
estudio incluye un análisis de las infraestructuras hidráulicas, los residuos,
la energía y la infraestructura telemática. Finalmente, el estudio sobre el sis-
tema productivo trata los sectores clásicos (agricultura, industria, servicios,
etc.), aunque, como es obvio, dedica la máxima atención al desarrollo del tu-
rismo y su relación con el modelo territorial.
En esta presentación sobre las directrices de ordenación territorial interesa
destacar las figuras dinamizadoras, debido a la estrecha relación que se establece
con la actividad turística.
El programa ciudad es un instrumento de planificación de la ciudad que in-
tenta superar los límites de la planificación urbana. Los elementos clave que de-
finen el programa ciudad son la importancia de la participación ciudadana, la
relevancia del urbanismo de las ideas, un horizonte temporal amplio, la delimi-
tación geográfica más allá del municipio y una metodología basada en el valor
del “proyecto de ciudad” y el marketing urbano.
Los programas de renovación, embellecimiento e imagen (PREI) están dise-
ñados para los núcleos tradicionales, aquellos que mantienen las señas de iden-
tidad de la arquitectura y el urbanismo insular. El programa plantea una
verdadera guía de diseño que regule una actuación integral de rehabilitación y
renovación de la imagen de estos núcleos. Además de definir los elementos fun-
damentales (color, texturas, formas, paisajes, etc.) el plan identifica las ZIP (zo-
nas de identidad principal), es decir, el área urbana más representativa del
núcleo y a la que se dedicarán más recursos.
El programa estratégico de renovación turística (PERT) es un programa con-
cebido para las áreas turísticas del litoral, y tiene como principal objetivo la me-
© Editorial UOC 188 Planificación territorial del turismo
jora del paisaje urbano y la reducción de los impactos visuales generados por el
turismo. La metodología de actuación es muy similar a la del PREI.
El programa de recuperación paisajística (PRP) está pensado para los núcleos
tradicionales y las áreas rurales del interior de las islas. En este caso, la interven-
ción en el territorio va más allá de los núcleos urbanos e intenta abarcar un ám-
bito más amplio: el objetivo es intervenir en los elementos del paisaje. De este
modo, además de la atención lógica a las piezas del espacio urbano (fachadas,
colores, tejados, materiales, mobiliario urbano, etc.), el programa define ele-
mentos territoriales del paisaje (taludes, vallas, vegetación, caminos, etc.).
Finalmente, el parque etnográfico (PE) es una iniciativa de planeamiento que no
sólo interviene en el territorio, sino también en las actividades económicas y cultu-
rales del mismo. La idea es preservar (o recuperar) las formas de vida tradicionales
mediante la re-creación de la artesanía, la agricultura y la cultura popular de las islas
(por ejemplo, el parque etnográfico del río Arnoia, en Allariz, Orense).
En definitiva, las directrices de ordenación territorial son un instrumento
singular de intervención en el territorio que utiliza unas figuras inéditas para
planificar el espacio. Se trata, además, de un planteamiento muy marcado por
la fuerte incidencia del turismo en el espacio insular.
La Ley de Ordenación del Territorio del País Vasco fue aprobada en el año 1991.
Cuatro años más tarde, el Parlamento vasco aprobó las directrices de ordenación
del territorio (DOT), que prevén diferentes planes territoriales parciales. Una de
las intervenciones más emblemáticas es el Plan territorial parcial de Bilbao metro-
politano, aprobado en el año 1997.
El Plan territorial parcial de Bilbao metropolitano tiene como pieza funda-
mental la ría de Bilbao, una línea de doce kilómetros de longitud en torno a la
cual residen un millón de personas. La ría ha sido el eje central de la industria-
lización del País Vasco, especialmente en el sector de la metalurgia y en otros
sectores derivados como los astilleros. La grave crisis de los años ochenta sumió
a este territorio en una profunda depresión, a la que se unía el fuerte impacto
ambiental y paisajístico de las operaciones industriales.
© Editorial UOC 189 Capítulo III. Diseño de planes...
En este contexto, el Plan territorial parcial se fijó como objetivos los retos
siguientes:
1) Definir las líneas estratégicas a partir de tres grandes ejes (territorial, cali-
dad de vida y economía).
2) Definir el modelo territorial mediante la imagen-objetivo de distribución
de la población en el año 2026.
3) Establecer las directrices para la formulación de planes (planes territoria-
les parciales, planes sectoriales y directrices para los planes generales de ordena-
ción urbana).
Hoy día sólo se ha finalizado un plan territorial parcial, que es el de las tierras
del Ebro (las comarcas más meridionales de Cataluña), aunque en los planes terri-
toriales parciales del Alt Pirineu-Aran y del Camp de Tarragona están en proceso de
elaboración. Veamos los principales resultados del Plan de las tierras del Ebro.
El Plan territorial de las tierras del Ebro intenta articular un modelo territorial
basado en el trazado del río. Sin obviar la relación natural con la centralidad del
triángulo Tarragona-Reus-Valls, el Plan diseña un modelo territorial propio en
el que el protagonista central de la articulación del espacio es el curso bajo del
río Ebro. Esta región actúa también como una rótula que conecta Cataluña con
la Comunidad Valenciana.
El Plan territorial de las tierras del Ebro plantea un desarrollo sostenible de
las comarcas más meridionales de Cataluña (que presentan niveles de desarro-
llo inferiores a la media catalana), para que la agricultura y la industria tradi-
cional convivan con un auge de nuevas formas de turismo (especialmente,
rural y fluvial).
El diagnóstico del Plan territorial parcial se articula a partir de tres ejes fun-
damentales:
• El Plan territorial considera que las unidades mínimas de actuación son los
sistemas urbanos, es decir, el conjunto de municipios que mantienen estre-
chas relaciones en términos de movilidad obligada (residencia-trabajo).
• El desarrollo económico de las tierras del Ebro se basa en la combinación
del mantenimiento de la actividad agrícola, el desarrollo industrial (espe-
cialmente a partir de operaciones de ampliación de suelo industrial) y la
actividad turística. En este sentido, el Plan plantea actuaciones en cinco
subregiones, cada una de las mismas con estrategias propias: (a) el desa-
rrollo del turismo de litoral en la franja costera norte, (b) el turismo fluvial
en el eje del Ebro, (c) el desarrollo de turismo natural en las zonas de mon-
taña de poniente, (d) el turismo cultural en los núcleos históricos y tradi-
cionales y (e) el turismo natural en la zona deltaica.
• El Plan territorial dedica una parte de su desarrollo a la definición de es-
trategias específicas para las subregiones que articulan el territorio. Asi-
mismo, plantea una serie de recomendaciones generales en el ámbito de
la planificación urbanística, con el fin de coordinar los diferentes planes
generales de ordenación urbana.
• Por último, el Plan dibuja las grandes líneas del sistema relacional de la
región, especialmente en lo que respecta a la red viaria y a la navegabili-
dad del río Ebro.
El Valle de Aosta es una región alpina de Italia, limítrofe con Francia y Suiza. Esta
región se caracteriza por la relevancia de la afluencia turística nacional e internacio-
nal, basada tanto en los deportes de invierno como en el turismo natural y en la
© Editorial UOC 193 Capítulo III. Diseño de planes...
belleza del paisaje. Las bases de la ordenación territorial de la región están recogidas
en el Plan territorial paisajístico (PTP) del Valle de Aosta, aprobado en el año 1998.
El Plan se estructura en tres ámbitos. En primer lugar establece una serie de
disposiciones de carácter general, en las que se plantea el rango superior de estas
normas respecto a las normas urbanísticas locales. En segundo lugar, el Plan fija
las disposiciones específicas para cada uno de los sistemas que integran el Valle:
sistema natural, sistema de pastos, sistema forestal, sistema hídrico y sistema ur-
bano. Por último, el Plan regula la incidencia en el territorio y en el paisaje de
las diferentes actividades que integran el sistema productivo (pastos, artesana-
do, turismo, actividad forestal, etc.).
El principal interés del Plan es que intenta fijar los parámetros esenciales del pai-
saje del valle, de manera que cada sistema y cada actividad están condicionados por
su relación con el modelo paisajístico de Aosta. Para cada actividad, el Plan carto-
grafía las áreas que deben ser mantenidas, las que pueden ser recuperadas y aquéllas
en las que es posible desarrollar una actividad nueva o transformadora. De esta ma-
nera, la planificación del territorio no sólo atañe a los usos del suelo o las densida-
des, sino sobre todo a la incidencia de la actividad en el paisaje.
Cada una de las áreas cartografiadas del Valle puede ser considerada:
Los planes turísticos pueden ser planes territoriales con una fuerte incidencia
en el sector turístico, o bien planes sectoriales de turismo con una especial de-
dicación al ámbito territorial. En sentido estricto, un plan territorial turístico es
un instrumento de ordenación del territorio que clasifica, ordena y regula la ac-
tividad turística en una determinada área.
A continuación se hará un repaso a algunos planes turísticos con una relativa
incidencia en el modelo territorial resultante. Hemos seguido una secuencia es-
calar, desde planes de ámbito nacional a planes locales:
los destinos turísticos con el fin de mejorar su competitividad. Más que planes
territoriales turísticos, los planes de excelencia son programas de actuación con-
cretos en ámbitos territoriales de los destinos, que contribuyan de una manera
muy clara a la mejora de la competitividad.
Los principios básicos de los planes de destino son los siguientes:
Existen dos planes de destino: los planes de excelencia turística y los planes
de dinamización turística. Los planes de excelencia turística son actuaciones en-
caminadas a la mejora de los destinos maduros, sobre todo en el litoral. El aba-
nico de propuestas es muy amplio y abarca desde la mejora de las playas a la
señalización, la diversificación de la oferta turística, las actuaciones en el medio
natural o la recuperación urbanística y del patrimonio. Por su parte, los planes
de dinamización están dirigidos a destinos emergentes con importante patrimo-
nio histórico y monumental. En este caso, el plan sienta las bases para el desa-
rrollo turístico de los destinos y su correcta articulación.
Los planes de destino españoles pueden ser planes de excelencia o planes de
dinamización. Los planes de excelencia actúan en los destinos maduros (espe-
cialmente del litoral) e intentan corregir los desequilibrios creados por el mode-
lo turístico tradicional. Los planes de dinamización se centran en los destinos
patrimoniales y pretenden crear las condiciones para el desarrollo turístico de
áreas emergentes.
• La cualificación de la oferta
• La cualificación del entorno
• La estructuración de los sistemas turísticos
• La cualificación de los recursos humanos
• La potenciación del apoyo institucional
Para cada una de estas acciones, el Plan prevé una serie de programas que se
concretan en acciones específicas.
Fuente: http://www.juntaex.es/consejerias/opt/dgt/planturistico.htm
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© Editorial UOC 207 Bibliografía
Glosario
que la capacidad de superación tecnológica de los humanos les permite ir esquivando los
límites físicos al crecimiento.
diagnosis f Estudio previo del área que se quiere planificar consistente en obtener una
primera aproximación al conocimiento de la zona y a su valoración en términos de las
grandes problemáticas que la condicionan y las oportunidades genéricas que presenta.
la línea sobre la superficie terrestre. Por ejemplo, 1 cm sobre un mapa puede representar
1 km (100.000 cm) en la superficie.
impacto turístico m Consecuencia del desarrollo turístico sobre diferentes ámbitos: eco-
nómico, social, medioambiental o político. Los impactos turísticos pueden ser positivos
o negativos (crecimiento del empleo, aumento de los ingresos, inflación, desplazamiento
funcional, deterioro medioambiental, recuperación del patrimonio, masificación, contami-
nación, turistización de los cascos históricos, etc.).
expertos no trabajan juntos físicamente, sino que, para mantener un anonimato que fa-
vorezca la libertad de expresión, opinan por libre y pueden rectificar a lo largo del estu-
dio. El procedimiento consiste en el envío de una primera ronda de cuestionarios que
son rellenados por los expertos y devueltos. Sobre los resultados obtenidos se elabora un
informe y una estadística que se devuelven a cada participante, para que comprueben si
su opinión coincide con la del conjunto, si la quiere mantener o redefinir. El proceso
puede repetirse tantas veces como se crea conveniente. La ventaja de este procedimiento
es que se recoge de manera razonada y argumentada no sólo la opinión mayoritaria, sino
también aquellas opiniones que se encuentran en uno u otro lado de la media, con los
argumentos que las apoyan.
paradigma m Según T. S. Kuhn, es un término que describe una pauta estable de acti-
vidad científica que se sostiene en una disciplina durante un periodo de tiempo.
parque nacional m Figura de protección de territorios con fuerte valor ambiental y es-
casamente modificados por la intervención humana.
plan de acción m Documento resultante del proceso de elaboración de la Agenda Local 21,
mediante el cual se toman compromisos de actuación concretos, para un periodo de tiem-
po determinado y jerarquizados en función de la prioridad establecida en la fase de diag-
nóstico de la Agenda Local 21.
recurso territorial turístico m Todo elemento material que tiene capacidad, por sí
mismo o en combinación con otros, de atraer visitantes a un determinado espacio cuan-
do esa visita responda a motivos de turismo, ocio y recreación.
recursos básicos m pl Aquellos recursos que tienen capacidad propia de atraer visitan-
tes y por lo tanto no poseen problemas de localización.
región f Cualquier área de la superficie terrestre con unas pautas físicas y/o humanas
distintivas e internamente consistentes, las cuales le dan una unidad significativa y per-
miten diferenciarla del resto de las áreas que la rodean. Los criterios para distinguir las
regiones son prácticamente infinitos: atributos físicos (clima, geología, formas del relieve
y del suelo) o características socioeconómicas (estructura laboral, sistema de asentamien-
tos, usos del suelo, lengua, actividad económica, etc.).
suelo urbano m Espacio urbano que presenta unas características urbanas muy marca-
das. Podemos distinguir entre el SU consolidado, aquel que ha sido objeto de anteriores
procesos de urbanización y ocupación por edificación, y el SU no consolidado, aquel que
es objeto de una reforma que afectará a su configuración y usos.
sigla SU
unidad ambiental turística f Espacio que posee un recurso territorial turístico básico
o en su defecto reúne un mínimo de recursos complementarios con un valor jerárquico
de quince que posibilita la dinamización turística de ese espacio.