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Introducción
En la presente clase trataremos de poner a prueba y verificar
algunas cuestiones teóricas desarrolladas en las anteriores a partir
de un caso actual: el crimen cometido por el odontólogo Ricardo
Barreda, quien el 15 de noviembre de 1992 asesina a su esposa
Gladys Mac Donald, a su suegra Elena Arreche y a sus hijas Cecilia
y Adriana. Se trató de un hecho que conmovió a la opinión pública y
fue motivo de controversia en el ámbito judicial, en relación al
diagnóstico psiquiátrico y la imputabilidad o inimputabilidad del
acusado. Es decir, si obraron causas que le hubieran impedido
comprender la criminalidad de sus actos o dirigir sus acciones.
De nuestros antecedentes
Algunas consideraciones teóricas previas de carácter general y
algunas en particular en relación a la cuestión que nos ocupa.
Sabemos que en nuestra subjetividad la relación natural con las
cosas está perdida, que por el lenguaje hay una falta radical en el
universo discursivo; por lo que el significado, el sentido de la vida,
las relaciones humanas, el qué quiere decir cada cosa es una
construcción que viene al lugar de lo que no se puede saber ni decir
sin fallar. Esta construcción, en tanto neuróticos, es fantasmática y
está sostenida en un significante primordial el Nombre del Padre
que constituye nuestra realidad psíquica y que nos sostiene en un
universo de significación sexual de orden fálica. Es con ésta
realidad psíquica, edípica, con la que respondemos al qué Desea el
Otro y al de qué Goza el Otro articulando y estando en conjunción-
disyunción con nuestro objeto de satisfacción pulsional ubicado en
nuestro fantasma particular que contiene - φ de la castración.
Estamos de pleno en la función y campo de la palabra y del
lenguaje, articulados en un discurso, discurso del inconsciente.
Con la psiquiatría
Lacan en el capítulo II: “La significación del delirio” del seminario 3
toma la caracterización que Emil Kraepelin hace de la paranoia en
1899: “Desarrollo insidioso de causas internas y según una
evolución continúa, de un sistema delirante, duradero e imposible
de quebrantar, que se instaura con una conservación completa de
la claridad y el orden del pensamiento, la volición y la acción” y la
cuestiona al decir que la clínica la contradice. En nuestro caso
veremos que hay sí un momento fecundo y no sólo un desarrollo
insidioso, que hay causas externas (elemento emocional en la vida
del sujeto) y que varia con el tiempo cuando de lo paranoico, en
tanto delirio interpretativo, vira a un delirio reivindicativo. Aunque
siempre con la misma fuerza estructurante.
Delirios pasionales:
Delirios erotomaníacos
Delirios de celos
Delirios reivindicativos
Delirios interpretativos