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Dr Alfonso Carofile
SEMIOLOGÍA GENERAL
1- Introducción a una semiología
2- Psicopatología general
Una vez esclarecida esta cuestión debe plantearse el problema de: cómo
el paciente se pone en contacto con el entrevistador o mejor dicho cuál es la
comunicación existente entre entrevistado–entrevistador. Esta situación
puede darse de distintas maneras: aparece un clima de confianza y
cooperación, o de oposición, negativismo e indiferencia. A veces el paciente
no tiene el menor interés en contactarse (no estando estuporoso), sobre
todo en formas apáticas de las hebefrenias, puede ser que “proteste” en
forma reivindicativa o querellante (psicosis alucinatorias y paranoicas) o que
tenga una obstinación negativista como se ve en ciertos catatónicos. Otras
veces la relación se da en un tono colérico, sarcástico, burlón, (manías
irritables, epilepsias) o con una sutil oposición como en algunos psicópatas
y neuróticos.
Es importante recoger no solamente la información que el sujeto puede
brindar si no también la de familiares, amigos, vecinos y otros que nos
ayudan a evaluar el comportamiento en la vida cotidiana.
Los cuidados corporales en cuanto a limpieza y control esfinterianos se
alteran en algunos trastornos mentales. Aparece incontinencia por
demencia o por apatía como sucede en algunas esquizofrenias residuales.
De allí a la coprofagía o el jugar con las heces hay un paso en la regresión
autística.
La actividad del dormir y la onírica se alteran en forma de insomnio,
somnolencia, letargia, pesadillas, despertares frecuentes y ritmos del sueño
alterados. El insomnio es una segura señal de comienzo de casi todos los
trastornos mentales. También los trastornos hipnagógicos en el
adormecimiento y los hipnopómpicos al despertar, los accesos confusos
oníricos con un comienzo de cefaleas y pesadillas que lentamente van
hundiendo al sujeto en el delirium.
Otras veces la claustromanía con clinofilia (encerrarse en el dormitorio y
pasar el día en la cama) es el comienzo del vivenciar desintegrativo
procesal en algunos jóvenes esquizofrénicos.
Dentro de estas conductas globales, tenemos las alimentarias: son el
rechazo de la alimentación, como en la melancolía y la anorexia nerviosa,
rechazo, a veces, producto de alucinaciones o ideas delirantes (por Ej. que
los alimentos están “envenenados”). También aparece la insaciabilidad
alimentaria, como en las bulimias y finalmente las dipsomanías, apetencias
cíclicas por el alcohol.
Otro rendimiento es la caracterización de la vida familiar: dependencia,
oposición, celos, hostilidad, odio, actitudes conflictivas con los padres y/o
hermanos.
En el rendimiento profesional y laboral: llama la atención la “arrogante y
cínica ociosidad de algunos psicópatas” (H. Ey.) y la caída del rendimiento
escolar concordante con el comienzo de algunas esquizofrenias. En estos
casos la familia ve esta situación como “vagancia” del adolescente, pero en
realidad se trata de un desorden que puede ser grave.
Se intentará, con todo tacto y comprensión la vida sexual del paciente:
masturbación, impotencia, frigidez, eyaculación precoz y presencia de
disfunciones y parafilias (perversiones).
Ciertos trastornos se presentan como conductas antisociales lo cual
introduce temáticas médico legales. Estos actos pueden ser, fugas
inconscientes automáticas y amnésicas en la epilepsia, incoercibles y sin
motivos en las esquizofrenias. A veces simple actos psicopáticos.
Recordemos las fugas reaccionales de los adolescentes con problemas
familiares.
Otro acto grave es la impulsión suicida propia de la epilepsia y la
confusión. Casi siempre fenómeno grave de la melancolía en todas sus
formas, pero sobre todo en la melancolía ansiosa, como “coletazo” de una
fase, o al comienzo de la misma. El suicidio ampliado o “altruista” es el acto
de aquellos pacientes melancólicos–delirantes que matan a toda su familia
y después intentan su autolisis.
Siempre se debe intervenir en el suicidio “de llamada”, solicitud no verbal
de ayuda de la joven histérica.
Raros son los intentos de autocastración de los psicóticos que buscan
desesperadamente “transexualizarse”.
Otras conductas son el robo, la piromanía, y el homicidio. Tal es el robo
impulsivo de los obsesivos compulsivos (por Ej. en los supermercados),
robos “fetichistas” en ciertas clases de perversiones. La piromanía ha sido
estudiada profundamente por el psiquiatra alemán Gaupp quien escribió
sobre el maestro Wagner, un paranoico famoso. El homicidio en el
epiléptico con amnesia del hecho, en el alcoholista que se despierta junto a
su víctima y el inmotivado de los hebefrénicos (Dide) constituyen ejemplos
clínicos de estas patologías.
Todas estas caracterizaciones dan a este eje un tiempo necesario para una
correcta semiologia. El paciente que pide una cita a su médico o es traído
por la fuerza pública o se “atiende” por orden judicial, ya nos plantea un
enigma. Siempre la actitud del profesional debe ser lo más serena y
ecuánime posible. Esta primer semiología “de urgencia” es la introducción al
estudio de la actividad basal actual, pero captar este primer momento es
fundamental para el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento.