Manifiesta una definición constructiva sobre qué es la “Muerte”, y lo detallamos como el
término de la vida, como el final del organismo vivo creado a partir del nacimiento. Encontramos diversos tipos de muertes, como la llamada muerte natural, producida por consecuencia de la vejez; por otro lado encontramos a la muerte violenta que es ocasionado por un traumatismo o bien cuando una persona decidió acabar con la vida de otra. Entendemos a la muerte como la cesación de la vida, originándose por diversas causas, las cuales podrían ser por enfermedades, suicidio, homicidio u algún homicidio contundente. Como una causal de muerte podemos encontrar a la muerte súbita que es cuando a una persona se le paraliza el corazón la cual aparentaba estar en buen estado de salud, manifestándose repentinamente, como otra causal tenemos a la muerte civil, considerada como aquel que pierde los derechos civiles, desapareciendo la personalidad jurídica. Por otro lado tenemos el derecho a morir dignamente, que brinda a la persona una muerte asistida y sin dolor, encargados para los pacientes que están con enfermedades avanzadas, especialmente a los diferentes tipos de cánceres, o aquellas que por algún accidente quedan incapacitados de poder realizar actividades. Éste concepto es muchas veces confundido con el término de la “eutanasia” que es todo acto que produce la muerte inmediata de la persona enferma con el fin de evitarle sufrimientos insoportables, manteniendo obligatoriamente el consentimiento del enfermo. La muerte en la biblia la distingue de dos maneras, como la muerte espiritual, en la cual lo entienden como la separación entre el alma y Dios dando en consecuencia el pecado original; por otro lado menciona a la muerte física que es la separación del cuerpo y alma, donde el cuerpo tiene un proceso de descomposición y el alma perdura en la vida eterna, encontrándose con Dios para un juicio final, por todo lo obrado en vida cuando estaba en la tierra.
Evidencia a la par, al llamado “Derecho a la Vida” consistente en no morir por un causal
arbitrario; algunos doctrinarios lo mencionan como permanecer con vida o seguir viviendo, es aquel derecho esencial de conservar la vida, por ser el don primario que Dios ha dado el hombre, y por ser la fuente de sus demás atributos, la cual está cautelada por la institucionalidad constitucional y legal, otro autor lo menciona como la base y la finalidad de todos los demás derechos, sin excepción, refiriéndose a la persona que se halla en el vientre materno, aquella tiene derecho a vivir. Otro autor lo manifiesta como un sentido pleno y no sólo biológico, orgánico o vegetativo, incluyendo al derecho a la vida para que transcurra en un ambiente, material y espiritual, colisionado con la dignidad de la persona. El derecho a la vida significa la obligación primaria negativa de no matar arbitrariamente a otro, entendido de igual manera como aquellas obligaciones positivas secundarias necesarias para prevenir que se mate arbitrariamente a otro, en cuanto a que la muerte que no sea arbitraria, como podría ser el caso de legítima defensa o cuando se cuenta con el consentimiento del afectado o la bien llamada, pena de muerte.
De igual manera menciona a la Eutanasia comprendida como el “buen morir”, la “muerte
feliz”, la “agonía buena y dulce”, una muerte sin dolor, ni padecimientos, es el homicidio solicitado por la víctima y homicidio piadoso, en donde el cooperador además de proporcionar el instrumento lo manera él mismo, ejecutando la acción homicida, es el caso del médico que precipita la muerte para evitar graves dolores a un enfermo incurable o el de un paciente que por razones idénticas y ante el sufrimiento de la víctima y la solicitud de ésta comete la eutanasia. Entendida como la acción de acotar voluntariamente la vida de quien sufriendo una enfermedad incurable, la reclama seria e insistentemente para hacer cesar sus insoportables dolores. Ninguna persona puede negar que todos los seres humanos tenemos un derecho a la vida, derecho que está considerado en todos los ordenamientos jurídicos del mundo como un derecho fundamental hasta el punto de que, como se ha dicho tantas veces, ontológicamente es el que permite el uso y goce de todos los demás derechos. Pero, los defensores de la eutanasia añaden una matización que debe tenerse presente: derecho a una vida, si, pero acorde con la dignidad humana; derecho a la vida, sí, pero no proclamándolo de manera teórica, en lo cual todos necesariamente estarían de acuerdo, sino a una vida con cierto contenido, es decir con una calidad de vida. “Si este derecho a vivir con cierta calidad de vida, es decir, no de cualquier modo y a cualquier precio y a toda costa, sino con dignidad, no es posible, y no es posible a los afectados por enfermedades o lesiones incurables muy dolorosas, será necesario reconocer, frente al derecho a vivir un derecho a morir sin dolor, para evitar la vida indigna sujeta a un dolor irresistible. En tal caso, y dada la colisión de derechos, habrá que entender que el derecho a morir tiene preferencia sobre el derecho a morir”