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La Teoría del Arte, considera el Arte como una convención cultural, y tras siglos de
discusión y bajo el enfoque del arte contemporáneo que ha abandonado todo el
contenido religioso que lo envolvía, viene a definir como arte “todo lo que la gente
llama arte”.
El Arte Prehistórico
Definir objetivamente la naturaleza del arte es muy difícil por su propia naturaleza
subjetiva. La propia esencia del hecho artístico se presenta como algo
específicamente humano y que trasciende lo meramente utilitario. Por tanto,
implica la capacidad de sentir y manejar conceptos abstractos, la necesidad
de expresarlos y la posibilidad de plasmar estos sentimientos y conceptos de
una forma “artística”, y por ello, designa también una categoría de objetos
materiales. Es decir, consideraremos “arte” las piezas figurativas y aquellas marcas,
señales o signos repetidos sobre distintos soportes que transmitan o comuniquen
algo que presente un mensaje codificado de carácter simbólico y no
demuestre un destino eminentemente utilitario.
Estos objetos, pueden ser artísticos por “destino” (han sido creados como “obras de
arte”) o por “metamorfosis” (se vuelven “artísticos” por las circunstancias que los
rodean).
Nunca podremos saber con certeza cuáles fueron las motivaciones que generaron
las obras del arte prehistórico ni si los materiales conservados son la expresión fiel
del inicio del mismo o hubo otras manifestaciones artísticas realizadas sobre
materiales perecederos. Las expresiones artísticas como danzas y cánticos,
grabados o pinturas realizadas sobre cuero, corteza, madera, plumas u otros
materiales perecederos, si las hubo, han desaparecido sin dejar rastro.
Sin embargo el escaso registro que se conserva de obras correspondientes al
Paleolítico permite especular sobre los comienzos del arte. Los indicios que
permiten deducir las primeras expresiones artísticas se ordenan según los grados de
expresividad y serían:
Por último habría que examinar los contextos arqueológicos y las dataciones
absolutas de los elementos figurativos más antiguos para enfocar el tema con bases
objetivas. Las dataciones numéricas obtenidas en las manifestaciones artísticas
(rupestre y mueble) atestiguan la relativa antigüedad de la creación figurativa
así como la universalización del fenómeno en todos los continentes en las
postrimerías del Pleistoceno.
Las piezas de hueso y piedra con algún atisbo de incisión artificial más antiguas
proceden del Pleistoceno Medio y de contextos tecnoindustriales achelenses
realizados por el Homo erectus. También se sabe que algunos recogieron y
guardaron fósiles, piedras raras y cristales de cuarzo, mostrando cierta curiosidad
o coleccionismo quizá de carácter individual. Quizá hubo algún “genio”,
pero no se puede considerar que existiera el arte como manifestación cultural.
El Paleolítico Medio
Estos rituales pueden responder a un criterio de tipo animista o mágico (evitar que
el muerto cause problemas a los vivos), o por razones de prestigio social o
autoridad, o de tipo religioso (favorecer el tránsito a la otra vida). En cualquiera de
los casos se constata la existencia de un pensamiento simbólico que sustenta tales
prácticas.
Sin embargo una reciente excavación puede encauzar de nuevo el tema, En Llonín
(Asturias) se han exhumado en un nivel musteriense restos de carnívoros y
herbívoros (leopardo y cabra) dentro de una “caja” confeccionada con lajas de
piedra.
Estos datos muestran el origen africano del hombre anatómicamente moderno y del
arte y los adornos personales que van asociados a él, así como su posterior
avance hacia Próximo Oriente y Europa.
El Paleolítico Superior
Por tanto, es el Homo sapiens sapiens quien trae la “revolución” a Europa, con una
tecnología laminar para la tala del sílex, con lo que consigue rentabilizar la materia
prima y útiles normalizados secundarios para fabricar otros útiles, instrumentos
y puntas de proyectil en hueso, así como un sistema de información visual con
base en el arte mobiliar.
Así, existe una primera etapa en la que surgen los adornos personales o elementos
perforados con el Auriñaciense o las primeras industrias del Paleolítico Superior
Inicial (en Europa en torno a 46-40 ka). El Homo sapiens va ornado con abalorios
de sumo valor para él, ya que busca materias primas extrañas o exóticas para
confeccionar objetos de adorno personal, sobre todo cuentas de collar de marfil y
conchas.
En el segundo estadio se suma el arte escultórico, que florece de pronto sin una
etapa de preámbulo técnico, ya que son representaciones repletas de un
trasfondo simbólico que manifiestan un arte maduro, pleno, desarrollado, en
material noble (marfil) y de concepción tridimensional o en bulto redondo.
La etnología puede definirse como el estudio de los pueblos actuales que mantienen
parámetros de comportamiento y una cultura material comparables a
pueblos ya desaparecidos, incluso similares a pueblos prehistóricos. Del estudio de
estos pueblos los arqueólogos han inferido aspectos del comportamiento y de
los valores de los grupos prehistóricos.
El arte primitivo ha sido también definido como arte negro, indígena, tribal, étnico,
etc. y se entiende fundamentalmente al realizado por los "pueblos ágrafos de África
y Oceanía". Este Arte Primitivo se ha definido fundamentalmente por su
antinaturalismo y será este rasgo el que destaquen todas las vanguardias artísticas
que en el siglo XX se han inspirado en él.
En estos pueblos no existe una palabra específica para designar el concepto de arte,
no hay objetos que se incluyan en esta categoría que para ellos es innecesaria.
Todos los objetos son utilitarios y los aspectos estéticos como color, textura,
simetría, decoración... susceptibles de calificarse como artísticos para el
observador occidental, en realidad constituyen la forma instrumental del objeto,
aseguran una mayor operatividad del mismo, formando parte de su esencia y
asegurando que el objeto cumplirá su función, ya sea meramente utilitaria, ritual o
social. Así, existe un riquísimo arte con un alto componente estético en
muchas de las sociedades primitivas, fuertemente jerarquizadas, cuya función es
expresar esas diferencias sociales.
Este concepto fue acuñado a fines del S.XIX y comienzos del S.XX y es el
resultado de las colecciones de objetos exóticos traídos de lejanos países por
los viajeros románticos, las sociedades geográficas, las élites coloniales y los
primeros etnólogos. Estos objetos, que no fueron concebidos como objetos de
arte, se metamorfosearon en tales en Europa y Norteamérica.
Gauguin, Pisarro, Cezane, Matisse y los fauvistas, Kandiski serán algunos de los
artistas influenciados por este tipo de arte. De él admirarán la capacidad de
expresarse prescindiendo de lo accesorio, la capacidad de expresar lo esencial,
como prescinde de las formas naturales en interés de la expresión.
Pero donde tendrá especial trascendencia el arte primitivo y prehistórico será en
Picasso y otros cubistas, que admirarán la solución dada en este tipo de arte al
problema de la representación, al liberarse de la imitación de las impresiones
visuales. Otras obras de arte prehistórico, como la Dama de Elche, tendrán notable
influencia en autores y movimientos del s. XX, llegando en este último caso a
hacer cambiar las técnicas de talla escultórica que empleaban los artistas
contemporáneos a su descubrimiento.
Sabemos que los grupos paleolíticos espolvoreaban ocre en las tumbas, pero no
tenemos constancia de su probable decoración personal, pues no se han conservado
ni se refleja en el arte mueble o rupestre. Solamente conocemos ciertas
decoraciones del peinado que aparecen en algunas venus paleolíticas y también
contamos con relatos en las fuentes antiguas sobre algunos pueblos celtas que
pintaban su cuerpo. También sabemos que la realización de tatuajes era común
como lo demuestran restos humanos hallados en turberas del norte de Escocia
o el cuerpo congelado de finales del Neolítico conocido como Ötzi hallado en
los Alpes italianos y que presenta tatuajes de líneas y cruces en color azul en
espalda, manos, pies y rodillas y que pudieran ser un referente de tribu o estatus
social.