David Alfonso Perez Mora

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LA MINERÍA SE PUEDE PROHIBIR
Estoy de acuerdo con lo propuesto por la doctora Diana Rodríguez, puesto que hay que
tener en cuenta lo determinado por cada municipio para dicha actividad minera, es decir,
donde debe prevalecer en primer lugar, el bienestar de la comunidad/ciudadanía de la
posible zona donde se pretende llegar a la explotación, en segundo lugar los impactos que
algunas actividades mineras tienen en relación con la contaminación en el ambiente, y en
tercer lugar con lo que llega a contrarrestar contra las otras actividades propias de un
municipio (ejemplo, agricultura, ganadería turismo, etc), es por ello que si tiene sentido el
poder prohibir la minería en casos diversos, como mencionaba la doctora Rodríguez se
debe tener en cuenta si el espacio de minería está en una zona de protección, se encuentra
localizado acuíferos, páramos, bosques y demás, donde debe prevalecer la protección del
ambiente antes de llegar a alterarlo sin mediación alguna, la doctora Habib menciona algo
en lo que se pretende es remediar la zona afectada, lo que llama la minería bien hecha
vigilada por el estado y entes regionales, pero en realidad siempre va a haber un costo
ambiental importante.
Otro punto importante el que menciona la doctora Rodríguez es lo que ella comenta como
“dependencia económica”, y es muy cierto el concepto puesto que en un mercado tan
cambiante a cada momento, donde el eje principal de valor son los mercados
internacionales los precios del país no son constantes y esto puede generar bastante
inconformidad con los productores y exportaciones de los productos, por lo que un mercado
nacional se vuelve vulnerable de terceros, además de ello depender de un mercado
internacional a costa de recursos, impactos ambientales, pérdida de subsuelo y suelo,
pérdida de energía y trabajo es un riesgo de lo cuales estamos altamente vulnerables, y la
mayoría de veces estar ligado a pérdidas, de allí el tema de regalías las cuales son armas
de doble filo, porque un lugar con buena actividad minera no significa tener un excelente
comportamiento económico ni altos rangos de estilo de vida de sus habitantes, al contrarios
se han encontrado niveles de pobreza bajos.
En conclusión si se puede prohibir la minería en ciertos lugares puesto que debe prevalecer
el ámbito ambiental como primera instancia, y en segunda la participación de la comunidad
en la toma de decisiones ya que nadie más tiene conciencia de lo que pueda ocurrir en un
territorio que sus mismos habitantes, y con el ámbito minero corre el riesgo de alterar
legados de historia y paisajes exorbitantes por un mercado que no asegura subir el estilo
de vida de las comunidades, ni retorno de inversión por pérdida ambiental ni económica.
“Sí es posible que los gobiernos locales prohíban la minería en ciertos casos”: Diana
Rodríguez

 “Es ingenuo oponernos a toda la minería. Necesitamos los productos del suelo y del
subsuelo, pero eso no significa hacerla a cualquier costo social ambiental y en
cualquier lugar. Para decidirlo hay que responder a tres preguntas: dónde se hace,
quién decide y cómo se decide, y qué tipo de minería es y qué costos sociales
implica”.
 “Los territorios tienen una facultad constitucional para decidir sobre el tipo de
desarrollo que quieren. Si la minería afecta el tipo de desarrollo que quieren,
entonces debe ser potestad de los municipios tomar decisiones al respecto. Si
quieren, adelante, pero hay otros tipos de desarrollo a los que le están apostando
que son incompatibles, entonces tienen que tener la potestad de decir no”.
 “El estado es el dueño del subsuelo, pero el estado no es solo el Gobierno Nacional,
sino que es una concurrencia de instituciones dentro de las cuales están los
municipios. Estos pueden también decidir sobre ese subsuelo y por tanto tienen el
derecho de prohibir o aceptar la minería”.
 “Las industrias mineras y de hidrocarburos son intensivas en capital, la mano de
obra que contratan es muy baja. Según el DANE, los sectores que más empleo
generan son comercio, 28%, servicios comunales, 19%, industria y agro, 15,8 %. La
minería aporta el 2,7%. Eso quiere decir que tampoco es que la minería sea la
panacea en la generación de empleo”.

 el economista catalán Joan Martínez Alier asegura que en Colombia existe “una
obsesión por la locomotora minera sin contar los costos sociales y los costos
ambientales”, lo que no sólo está causando daños “irreparables” a los ecosistemas
sino que no representa el crecimiento económico que se anuncia.
 Joan Martínez Alier conoce de cerca los conflictos ambientales de la India. Ha
escuchado a los grupos indígenas de Perú que se oponen a la minería, a los de
Ecuador que rechazan la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní.
También a los campesinos de Cajamarca, Tolima, que están en contra de la minería
de oro en sus territorios y, en general, a cientos de movimientos en el mundo
afectados por la extracción de sus recursos por cuenta del crecimiento económico.