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Nada es comparable con la guerra, pero lo que ella revela es cuán semejantes son los hombres. Son
semejantes y es por eso, entre otras cosas, que continuan combatiendose en todo tipo de guerras. No
piensan el fin, por el contrario, su imaginación se extiende hasta un horizonte infinito. Para entrar
sin tardar en el nudo de la cuestión que vamos a abordar hoy, retomaré un pasaje de la conferencia
realizada en el Claustro de Sor Juana en la ciudad de México en septiembre de 2016, titulada “El
cuerpo del enemigo”. Me cito a mí mismo: los hombres y la ayepción de la que pueden ser capaces
permanecen a través de los siglos, la guerra no explica nada, tan solo delimita un contexto donde lo
peor del hombre se desencadena contra su semejante. Lo hace muy singularmente estragando y
debastando el cuepro del enemigo mediante actos bárbaros con carácter frecuentemente sexual. Es
su más allá de la perversión, es a la vez la depreciación del otro, casi siempre femenino y la
destrucción real de la matriz lo que está en el origen de la vida. Antes, o después de que ellos
mismos, los hombres se hayan enfretado cuerpo a cuerpo, el cuepro de las mujeres y de las madres
es el espacio a dónde los hombres llevan y siguen sus guerras.
Vamos a centrarnuestras observaciones sobre las madres en la guerra pero como ustedes
comprenderan, eso nos llevará inevitablemente a hablar también de los padres.
Madres frente a la guerra, madres de la guerra. Tutifratelli es el grito que ?? en fundador de la cruz
roja internacional lanzó en sonferino en el campo de la espantosa batalla que se libraban las tropas
de Napoleón III y Francisco José I de Austria y que en un día, el 24 de junio de 1859, causó 40 mil
muertos y heridos. Tutti fratelli, todos hermanos, como lo recordaba ahora adolfo todos hijos de una
madre pero no de la misma, cabe decir de entrada en las guerras, en una misma guerra, el
significante madre no es unívoco abarca extremos que este calificado Madre, nos permitiría
imaginar. Todos los que participan en una guerra tienen una madre, cada uno la suya, el significante
madre no nombra un universal, por el contrario, el plural sugiere la idea de la diversidad del lugar,
subjetividad compro… resignación, lucha implacable. Es lo que desarrollaremos en esta
conferencia.
2da coyuntura: Tener un hijo era considerado como un punto débil de una madre cuando se trataba
para esta persona de entrar en una red de la resistencia. El riesgo era que el hijo fuera tomado como
rehen y amenazado de maltrato y que en este momento la madre hablara, pero en el fondo porque
un padre sería menos sensible a esta cuestión.
3ra coyuntura (entendés bien que voy rápido porque cada uno necesitaría un despliegue más
importante) la madres y los secretos. Particularmente los secretos que rodean todo lo que concierne
a las concepciones del niño, el momento en que ellos han venido.
4ta coyuntura
cuando una madre entrega a su hijo al enemigo. Lo denuncia, prefiriendo que sea detenido, incluso
se muera antes de que, una u otra una novia se lo quite, es un caso de mi práctica: el hijo y la novia
finalmente se salvaron y se casaron. (¿lo encontrais divertido?) bueno, pero este hijo nunca pudo
separarse de esa madre con la cual mantuvo una relación fusional y no pudo jamás hacerle el más
mínimo reproche. La paseaba cada fin de semana en su gran auto que conducía con él decía “a
tumba abierta”.
Destinos.
Ha esta falta parental real el sujeto puede a veces identificarse, adoptando actitudes de exclusión,
expatriación, reivindicación, militantismo, o por lo contrario arrepentimiento y reparación. Muchos
de esos niños ahora ya adultos viven replegados, apartados de toda vida social, otros, escriben sobre
el fascismo, sobre su padre, otros, han conseguido alojarse en la universidad donde redactan tesis
sobre la historia sin poder parar. Algunos han encontrado una solución en la solución religiosa por
último, algunos pocos continúan su ruta en grupos extremistas facsistas, pero su rasgo común es la
soledad. Uno se las tiene que apañar solo, no molestar a los que se esfuerzan por minimizar, olvidar
o en otras partes celebrar a su héroes. Estos padres se habrán equivocado, no habría nada más que
decir porque en el fondo no serían lo que dicen de ellos: el error es inhumano.
Si he tomado el tiempo de desarrollar particularmente esta cuestión alrededor de los padres es que
ahora vamos a ver la influencia de la posición de la madre, en lo que concierne a las diferentes
figuras de padre, sean de culpa, de traición o de desmerecimiento, la posición de la madre en
relación con el padre debe ser tomada en consideración en las incidencias que han podido tener
sobre los hijos. Algunas habrían sido mantenidas aparte, son presentadas como inocentes, como
mujeres de deber, que antes que nada se habían consagrado a sus hijos, identificadas como ellos
víctimas, forman un bloque, dedicado al sacrificio.
Otras siguieron su vida como si no supieran protegiendo al padre con la pantalla que tendía a
enmascarar su implicación. Algunas impusieron una respuesta de la pareja y anularon para sus hijos
hasta la existencia del padre. Cito uno “jamás una palabra contra el colaborador, el adultero,
ninguna palabra de censura había tiranizado tanto como el silencio frío de sus ojos” Por último,
algunas se opusieron a la implicación de sus maridos, sonsus hijos aquellos que progresaron más a
las cuestiones sobre le padre y que se han dedicado más a la búsqueda de la verdad. Veamos dos
figuras de esas madres, la primera la llamaré, una nadadora incomparable. Hans Josepg tiene 27
años cuando decide enterarse de lo que ocurrió para su madre durante la guerra en una pequeña
ciudad alemana cripen, en esta pequeña ciudad, su madre dirigía la biblioteca de una institución
religiosa y apoyaba a un movimiento local de oposición al auge del nazismo. Como es que en la
tormenta esta mujer acabó casándose con uno de los jóvenes miembros de la SA,
StumAubilunguen, HansJoseph es el hijo único de esta pareja, para dejar de ser el oyente ingenuo
de su madre como lo dice él, hará lo que siempre se negó a hacer: encontrarse con personas de la
ciudad donde todo se jugó para sus padres. Ha escuchado frecuentemente relatos sobre este pasaje,
sin embargo no sabe nada decisivo, a los 40 años publica un niño: el Seto, que comenzó por esta
constatación, su madre a pesar de ser una narradora incomparable e infatigable jamás a podido a
bordar el pasado más que a través de un embrollo del discurso cuyo efecto es producir confusión en
el que lo recibe. Eso es lo que dice: “con mi madre hablamos mucho, ella cuida que no haya ningún
tiempo hueco, a veces, preferiría que se callara un momento, pero esta idea no se le ocurriría jamás.
Una pausa rompería irrebocablemente el transcurso de una conversación, mi madre no entiende
nada de pausas, ahí está el problema, cuando cuenta una historia volverá a contar esta historia
siempre de la misma forma, todas las veces que se les pida, es que no es una madre que no habla,
pero habla siempre lo mismo, utilizará las mismas palabras, mencionará los mismos detalles,
mantendrá la misma valoraciones, sí, así es como habla mi madre”, concluye él. He aquí una madre
que no se niega a hablar con su hijo, de este periodo sobre el cual muchos se callan, pero el hijo, ya
conoce todos esos relatos que ha oído innumerables veces, a puntan, a algo importante y luego lo
pierden de vista, “¿cómo interrumpirla?” se pregunta él. “¿Cómo atravesar el grueso muro de ese
silencio charlatán?” Porque nació el seis años despúes de la guerra, acabará por descubrirlo, su
madre, en los últimos días de la guerra había visto su hijo morir en sus brazos por la explosión de
un obus, despúes siguieron deos abortos naturales, al final de la guerra, ella no quiso irse de su
pueblo y pasaba sus días en el cementerio ante la tumba de su hijo, no hablaba con nadie, estaba
como sepultada en si misma. El nacimiento de Hans Joseph, fue complicado, temieron por la vida
de la madre y por la del hijo, nació una mañana, al alba, ella prometió a sí misma no abandonarlo
jamás, borrar los recuerdos, tachar el pasado, son promesas que lo cotidiano a veces desmonta.
Entonces ella se inventó un espacio imaginario donde podía permanecer pegado a él envolviendolo
con esas palabras, siempre las mismas inmutables, era ese espacio imaginario en el que ella lo
llevaba a todas partes con ella, lo que le era imposible deshacer. No obstante debía cada día
acompañarla, la madre, al cementario, a la tumba de su hermano. Durante mucho tiempo no se
opuso a ello. Cuando lo hizo, algo de la relación con su madre se alteró y no pudieron salir de este
discurso, siempre el mismo, y que no expresaba nada más que el aislamiento, el emparedamiento en
el que estaba esta madre. La historia de la guerra estaba enterrada en lo más íntimo de su pérdida
insuperable.