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Mauricio Rugendas, pintor romántico alemán aporto a Chile una vasta obra pictórica que se

constituyó como decisiva para la construcción de la identidad nacional. Tanto a nivel


paisajístico como a nivel social, es reconocido por una serie de autores que sus escenas de
costumbre y paisajes bucólicos fueron esenciales para establecer una idea de país en los
primeros años de existencia de la república, así como también pudo plasmar en su pintura los
diversos tipos populares que habitaban el país en aquel entonces.

En este sentido, el problema de la presente investigación es dilucidar Cuales son los aspectos
de la metodología de la que se vale Rugendas para representar al paisaje típico nacional y al
sujeto popular chileno, que le permitieron a su obra constituirse como clave en la
construcción de la mencionada identidad nacional chilena. ¿de qué elementos se valió el
pintor alemán para lograr representar tan fidedignamente los tipos populares chilenos y el
paisaje chileno, logrando así plasmar en su pintura la identidad chilena?

Para esto es necesario estudiar la estadía de Rugendas en Chile: cuales eran los fines de su
viaje a nuestro país, qué aspectos le interesaba retratar en su obra, cuáles eran sus principales
motivaciones artísticas, con quienes se relacionó, etc., para lo cual acudiremos a textos que
hablan sobre la creación y producción artística de la época; a correspondencia mantenida
entre Rugendas y sus cercanos y a libros escritos en la época que podrían darnos alguna
información sobre la actividad artística de Rugendas en Chile y la particularidad de su
metodología pictórica.

Mauricio Rugendas fue el cronista grafico de américa latina más importante de su época; el
artista desarrollo el grueso de su obra pictórica en nuestro continente, con el cual tuvo una
importante cercanía, por un lado, por su colaboración con el mundo científico, así como
también por su espíritu romántico y de aventurero, que lo llevo a ir mas allá de la pintura
naturalista y el dibujo litográfico.

Su aventura por américa latina comienza en 1821, cuando se hace parte de una expedición
científica dirigida por el científico alemán H. von Langsdor, a quien sirvió como ilustrador.
Es importante tener en cuenta esto, ya que da cuenta que la pintura de Rugendas estuvo, en
un principio, al servicio de la ciencia: Rugendas no llega a Latinoamérica como retratista o
como paisajista, llega como naturalista, y, por lo tanto, no privilegia los criterios estéticos al
momento de retratar la naturaleza. A este mismo respecto, Rugendas dice “Me he dedicado
con el mayor cuidado a retratar la naturaleza con exactitud, sin sacrificar jamás la verdad al
efectismo, para que los geógrafos, los naturalistas y los propios artistas puedan servirse de
mi trabajo con confianza”1 En esta tarea, gano prestigio como naturalista dentro del mundo
científico.

Con posterioridad, Rugendas entabla buenas relaciones con el célebre científico naturalista
y geógrafo Alexander von Humboldt. Ambos compartían una especial valoración por la
pintura de paisaje, según la cual, esta no solo tendría un valor estético, sino que serviría para
la adquisición de conocimientos sobre la naturaleza, complementando el trabajo de las
ciencias naturales. Elogiando el trabajo de Rugendas en Brasil, Humboldt escribía: “Yo, que
he vivido seis años en medio de esas formas, pienso que usted es el único que ha llegado a
aprehender magistralmente su verdadero carácter”2.

La figura de Humboldt es esencial para comprender la relación de Rugendas con América


Latina en general, y Chile en particular, y su forma de representar la naturaleza y la escena
de costumbre en estos lugares. Entre ambos complementaban esta idea del arte como forma
de representación de la naturaleza al servicio de la ciencia, y es Humboldt quien anima a
Rugendas a aventurarse a ir a retratar el paisaje natural a una tierra tan recóndita como lo es
Chile:

“Me alegro de su decisión de viajar a América y pienso que a través de los tipos [de paisaje]
que usted aprehenderá con vivacidad, se dará inicio a una nueva época en la pintura del
paisajismo; pero su América no ha de ser Brasil ni Cumará ni el torrente del Magdalena,
tampoco siquiera las islas occidentales. Usted debería dirigirse a las regiones en las que se
combine el mundo de las palmeras con los helechos arborescentes, con cactáceas, cerros
nevados y volcanes, o sea a la cordillera de los Andes propiamente tal andino, desde los 10°
de latitud norte a los 15° grados de latitud sur (…) Cuídese de las regiones de clima
moderado, de Buenos Aires y de Chile, de las regiones boscosas sin nieve ni volcanes, del

1
Juan Mauricio Rugendas a Clarita Alvarez Condarco, (sin fecha), reproducida por Ismael
Espinoza, Valparaíso y El último Amor de Rugendas, s.p.i., Santiago, 2005, s/p.
2
Carta de Alexander von Humboldt a Mauricio Rugendas (1825), citada por por Richert,
Gertrude, Johann Moritz Rugendas, Rembrandt Verlag, Berlín, 1959, p.12.
Orinoco y de la corriente del Amazonas o incluso de las islas pequeñas. Un artista como
usted ha de buscar lo grande”3

Rugendas llega a nuestro país en el año 1834, en donde permaneció hasta 1842. Durante este
periodo, tuvo una gran actividad artística, sustentada en la observación del paisaje chileno,
su naturaleza y su gente. Sus costumbres y su cotidianeidad. Su espíritu romántico lo lleva a
ir mas alla de lo únicamente natural y cientifico, y comienza a avocarse a la representación
de la vida social en Chile. Su trabajo de crónica visual retrata los inicios de nuestra vida
republicana como país, país en el cual aún existían muchos territorios inexplorados y
desconocidos. En 1835, el presidente prieto le entrega una carta de presentación, en la cual
se indica:

“El naturalista D. Mauricio Rugendas, portador de esta, se dirige a esas provincias, con el
interesante fin de investigar y examinar los diferentes objetos naturales, con que la
Providencia ha privilegiado a nuestro suelo. Persuadido de las ciencias naturales, si también
a Chile en particular, deseo que su éxito sea el mejor y el más feliz”4

En 1837 pinta un majestuoso cuadro con el objetivo de obsequiarlo al presidente Prieto, en


el cual representa al mismo llegando a la pampilla: Llegada del presidente Prieto a la Pampilla
(figura 1). En esta obra, el pintor se avoca a representar, con lujo de detalle, a los asistentes
de este evento, entre los cuales está el tipo popular que le interesa, y al cual otorga un
protagonismo particular, lo que le da un sello a su obra, caracterizada por la escena de
costumbre. En este cuadro, da cuenta de forma fidedigna a través de la pintura, de los
principales rasgos característicos y vestimentas del campesino típico de la época (el sombrero
de paja, la camisa ancha, el poncho, los pantalones anchos, las espuelas, etc.). Además, se
esfuerza por retratar las posturas, gestos asociados al tipo popular que él representa.

3
Alexander von Humboldt a Juan Mauricio Rugendas, 13 de marzo de 1830, reproducido en
Diener, Pablo, Rugendas: 1802-1858, Wissner, Ausburg, 1997, p. 30.
4
Carta de presentación escrita por el presidente Joaquín Prieto, Citado por Löschner, Renate, Artistas en
Latinoamérica: pintores y naturalistas del siglo
XIX ilustran un continente, Instituto Ibero-Americano/Patrimonio Cultural Prusiano, Berlín,
1978, p. 79
“De esta manera, Rugendas no se sentiría ajeno al medio ambiente americano, logrando
intuir lo que lo caracteriza y lo distingue; en el caso particular de Chile revelara
artísticamente este pequeño mundo situado en 1os confines del planeta.”5

Su nuevo impulso artístico no lo alejaría de la rigurosidad cientificista que caracteriza su


obra. Tanto en sus pinturas de naturaleza bucólica, así como también en sus pinturas sociales
o más costumbristas. De hecho, lo que hace es incorporar los elementos naturales,
geográficos y característicos del medio ambiente, a sus representaciones de la escena de
costumbre y de los tipos populares chilenos. En este sentido, Rugendas, a través de la
observación metodológica y rigurosa, comienza a representar en su pintura diversos “tipos”
de personas; estereotipos de personas que lograba articular en base a la observación rigurosa
de los diferentes individuos (o tipos de individuo) que formaban los sectores populares
chilenos; sus oficios, sus trajes, incluso sus costumbres y actitudes. A este respecto, Rugendas
en el año 1830 publica su Álbum de trajes chilenos, en el cual grafica una serie de vestimentas
de los más variados tipos del campo popular en Chile, contribuyendo así a formar una imagen
de la realidad nacional de la época y una identidad nacional característica. Teniendo en cuenta
que en esta época existían amplios sectores del campo popular que no habían sido explorados
hasta aquel entonces, el álbum de trajes chilenos tiene un gran valor histórico en la medida
que constituye una fuente primaria para el conocimiento de las características de una época
especifica. No por nada su amigo Domingo Faustino Sarmiento decía que:

“Ruguendas es un historiador mas bien que un paisajista; sus cuadros son documentos, en
los que se revelan las transformaciones, imperceptibles para otro que él, que la raza
española ha experimentado en America. El chileno no es semejante al arjentino que es mas
arabe que español, como el caballo de la pampa se distingue de a leguas del caballo del otro
lado de los andes.

Humboldt con la pluma i Ruguendas, son los dos europeos que mas a lo vivo han descrito la
America. Ruguendas ha recojido todas las vistas del Brasil, i tal cuadro suyo de la vejetacion
tropical, sirve de modelo de verdad y de gusto en las aulas de dibujo en Europa; Méjico, el
Perú, Bolivia, Chile, Arauco, la Republica Arjentina i el Uruguai, le han suministrado en 20

5
Gaspar Galaz, Milan Ivelic. La pintura en Chile desde la colonia hasta 1981. Ediciones universitarias de
Valparaíso, 1981. p 49
años de viajes, tres mil sujetos de paisajes, vistas, costumbres i caracteres americanos
bastantes a enriquecer un museo.”6

Es destacable la comparación que Sarmiento hace entre la habilidad que tienen tanto
Rugendas como Humboldt, cada uno en sus áreas de especialización, para dar con la esencia
del paisaje americano, ya que, como hemos visto, la metodología pictórica de Rugendas es
fruto de su relación con el científico, quien de igual manera se sirvió de las representaciones
de Rugendas para su trabajo científico. No es coincidencia que Sarmiento haga referencia a
la vegetación y al paisaje natural, puesto que este es un aspecto fundamental de la pintura
paisajista y científica que practicaba Rugendas en un principio, y aspecto con el que
complementa posteriormente la representación de la escena popular de costumbre típica
chilena: en su pintura no se está representando solamente al tipo popular chileno, con sus
trajes, costumbres, gestos, posiciones, etc. (lo cual de por si ya tiene un valor propio debido
a que aporta conocimiento sobre una parte de la sociedad chilena poco estudiada y
considerada hasta ese entonces), sino que ahora se representa a este tipo popular
característico en un entorno paisajístico en el que podemos apreciar las reales características
naturales, geográficas, orográficas, climáticas del país. Naturalmente esto refuerza la
identificación que se hace entre la pintura del artista alemán y la insipiente formación
identitaria nacional. Por esto, estas pinturas podríamos decir que se encuentran dotadas de
una “particularidad chilena”, y como bien dice Sarmiento, hace posible distinguir el paisaje
y el tipo popular chileno, del paisaje y tipo popular de otros países de América Latina (digo
esto porque de América latina también logra captar una esencia particular a través del
paisajismo).

“En síntesis, todo indica que los escritos del científico alemán y amigo del pintor, Alexander
Von Humboldt, sirvieron como guía para pensar el registro visual de la naturaleza y el
paisaje americano.”7

La representación de los indígenas fue otro campo virgen en aquella época, en el que
Rugendas incursiono, logrando entregar un testimonio visual, pictórico, de cómo eran los

6
Domingo Faustino Sarmiento. Viajes por Europa, África y América 1845-1848 (1849). p 30

7
Viviana Gallardo Porras. Rugendas, artista viajero y su aporte a la construcción de la representación
indígena. Tiempo Histórico. N°4 /67-86/ Santiago-Chile. 2012. P 73
indígenas del territorio chileno en los primeros años de existencia de la republica de Chile;
sus costumbres, vestimentas, etc.: Sabemos que durante este período la elite dirigente utilizó
diversas estrategias para colaborar con la construcción nacional, una de las cuales fue la
producción de imágenes, recurso utilizado para construir el “imaginario nacional” . Rojas
Mix sostiene que existía la necesidad de crear una iconografía que legitimara las nuevas
repúblicas, “era un arte para hacer patria”. La creación de símbolos patrios, bandera y
escudo, son ejemplos de la necesidad de hacer tangible y visible la noción de patria.8

Para retratar el paisaje natural chileno, Rugendas se ocupa de pintar principalmente el valle
central del país; un paisaje agreste, con presencia tanto de colinas como de llanuras, y con la
presencia constante de la cordillera (otro motivo típico nacional que contribuye a la
formación de una imagen de país). También fue muy ágil Rugendas al retratar las condiciones
ambientales y climáticas del país y de esa zona en particular. Todos estos rasgos y
condiciones territoriales, determinados por la geografía y la naturaleza, constituyen algunos
de los rasgos más característicos del país, y fueron captados con éxito por la pintura y los
dibujos del pintor alemán. Teniendo esto en cuenta, nos explicamos por que Rugendas se
avoca principalmente a la representación del valle central chileno. Su criterio está relacionado
con el ámbito de la naturaleza, y se explica por su relación con el mundo de la ciencia y la
ilustración científica, campo en el cual ya había incursionado con anterioridad en otros países
de la región.

La valoración y aprecio por la naturaleza, por el territorio y el paisaje nacional, con todas
sus características naturales, son elementos característicos del romanticismo. Esa búsqueda
del paisaje y la naturaleza propia, nacional fue muy bien lograda por el paisaje bucólico y
natural de Rugendas. El, como buen pintor romántico, veía en la naturaleza local, una
tremenda fuente de inspiración estética, y gracias a sus anteriores actividades como cronista
visual científico, y su relación con científicos de alto talante como von Langsdor, Humboldt
o Claudio Gay, logro captar dicha esencia local. Como ejemplo de esto, podríamos
referirnos a su cuadro “Refugio de montaña” (figura 2), en donde se ve una montaña
majestuosa, gigante, y logra reflejar muy bien rasgos como las características físicas y

8
Viviana Gallardo Porras. Rugendas, artista viajero y su aporte a la construcción de la representación
indígena. Tiempo Histórico. N°4 /67-86/ Santiago-Chile. 2012. P 69
geográficas de la montaña; las laderas, caminos, planicies y la nieve. Además, logra incluso
plasmar en la pintura, la idea de un clima determinado. Esto gracias al uso de colores
claros, luces claras que nos entregan la idea de un sol tenue, la no presencia de nubes, etc.

A modo de conclusión, podríamos decir que Mauricio Rugendas utiliza sus conocimientos
y experiencia como pintor y dibujante naturalista, al servicio de la búsqueda de
conocimiento, para retratar no solo el paisaje natural chileno (con sus tan particulares
características ya antes mencionadas), sino que también para identificar y estereotipar al
tipo popular chileno de aquella época. Es por esto que logra una imagen tan fidedigna y
representativa de la realidad nacional, con la que la elite chilena de aquel momento (que, en
un periodo de consolidación de la república, estaba en búsqueda de un modelo de
representación como el que Rugendas les ofrecería), se identifica completamente,
configurando así, una identidad nacional visual muy rica y muy amplia, que abarca una
serie de particularidades y rasgos distintivos de Chile tan variados, como lo serian desde la
realidad geográfica, climática, natural, hasta los variados tipos populares con sus
respectivos oficios, costumbres, vestimentas e incluso gestos, rostros y poses.

Además, la mirada idílica del pintor, que lo llevaba a representar paisajes armónicos, bellos
y sublimes, y que fue un rasgo característico de los pintores románticos de la época, cautivó
a la elite. Ahora chile se identificaría (e incluso se haría conocido mas allá de las fronteras
gracias a la pintura de Rugendas), con estos paisajes idealizados y bellos.

Cabe resaltar que, para la representación del tipo popular chileno y la escena de costumbre,
Rugendas aplicaría el mismo criterio de observación rigurosa que el que uso para
representar la naturaleza. Se adentra en los entornos populares con una pretensión casi
etnográfica para conocer y representar los aspectos más característicos de su vida cotidiana.
Bibliografía

 Viviana Gallardo Porras. Rugendas, artista viajero y su aporte a la construcción de


la representación indígena. Tiempo Histórico. N°4 /67-86/ Santiago-Chile. 2012.
 Gaspar Galaz, Milan Ivelic. La pintura en Chile desde la colonia hasta 1981.
Ediciones universitarias de Valparaíso, 1981
 Gabriel Cid, Jacinta Vergara. Representando la “copia feliz del edén”. Rugendas,
paisaje e identidad nacional en Chile, siglo XIX. Revista de Historia Social y de las
Mentalidades Volumen 15, N.º 2, 2011
 Juan Mauricio Rugendas (1802-1858) pintor de las américas, Editorial universitaria.
1970
Fuentes primarias

 Domingo Faustino Sarmiento. Viajes por Europa, África y América 1845-1848


(1849). Biblioteca virtual universal. http://www.biblioteca.org.ar/libros/70551.pdf
 Mauricio Rugendas, Álbum de trajes chilenos, 1938
Anexo de imágenes

Figura 1

Figura 2

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