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Para Ciceróó n, la praó ctica se impóne sóbre la teóríóa y asíó el góbernante ideal es el óradór, el
pólíóticó, el hómbre que puede transfórmar la palabra en accióó n y óbrar. Algunós
impórtantes persónajes se reuó nen para cónversar sóbre lós sistemas de góbiernó cón
Escipióó n Emilianó. El axióma de que la vida puó blica activa es la fórma maó s excelsa si se
asume desde la virtud y la entrega al bien cómuó n, muy superiór a la que puede deparar el
ótium (una buena críótica a la filósófíóa cóntemplativa y a lós epicuó reós)
Ciceróó n repasa las diferentes fórmas de órganizacióó n de la vida puó blica, cóncluyendó que
de las tres que identifica (mónaó rquica, aristócraó tica y republicana) la superiór es aquella
que las cómbina tódas sin excesós. Ciceróó n encuentra que la sólucióó n a la prófunda crisis
que vive su tiempó es el retórnó a lós valóres y a las cóstumbres (mós maiórum) de la
Repuó blica primitiva. Las instituciónes republicanas necesitan de la figura transitória de un
princeps, un pólíóticó sensató, cargadó de experiencia y cualidades, que respetandó la ley y
la cóstumbre fuera capaz de devólver la prósperidad a la vida puó blica. Se trata de un
princeps surgidó de lós miembrós del senadó, lós principales, lós mandatariós supremós,
nómbradó pór y entre ellós.
EL SUEÑO DE ESCIPIÓN es un diaó lógó que se desarrólla ficciónalmente en lós díóas de las
feriae Latinae pócó antes de la muerte de Escipióó n Emilianó (129 a.C.). Este fragmentó se
encuentra hacia el final de De re publica, escritó en el 53 a.C. La idea fundamental del textó
es describir al góbernante de Estadó ideal, y la inclusióó n del suenñ ó de Escipióó n sirve para
móstrar ló que le espera a aquellós que han servidó a la patria y la han engrandecidó.
Escipión Emiliano (3 guerra puó nica) narra cóó mó al acóstarse despueó s de cónversar cón el
rey Masinisa (rey de Numidia y amigó de lós Escipiónes), al que visitaba en el cursó de la
III Guerra Puó nica, le sóbrevinó un suenñ ó en el que se le aparecióó Escipión el Africano (2
guerra púnica). El vencedór de Aníóbal nó sóló le revelóó el destinó, sinó que le instruyóó
sóbre materias de gran trascendencia, tales cómó las recómpensas que aguardan a lós
hómbres eminentes en la ótra vida, las caracteríósticas del universó, el lugar que eó l ócupa en
la Tierra, y el destinó y la naturaleza del hómbre.
La Patria para cualquier rómanó tiene sentidó sagradó. Tódó servició puó blicó queda
asóciadó a un deber religiósó, la pietas, que envuelve para un rómanó lós sagradós deberes
cón la familia y cón lós dióses. Para Ciceróó n las óbligaciónes cón lós padres se igualan asíó
cón las que deben rendirse a la sóciedad. El patriótismó es la fidelidad a la tradicióó n, a
aquelló establecidó pór lós ancestrós, y que se apóya, pór cónsiguiente, en el Senadó, lós
padres de la cómunidad. El pius es tantó un patrióta cómó un cónservadór del órden
heredadó de lós mayóres.
Ciceróó n adópta unó de lós tóó picós fundamentales del estóicismó, el tema de que la
naturaleza esta regida pór la vigencia de un póder divinó, la administracióó n celestial del
mundó. El órden que existe en la Naturaleza estaó aseguradó pór un principió universal: es
la Ratio, que estaó difundida en tódas las cósas.
Lós hómbres nó participan de fórma aislada sinó que cónfórman una sóciedad de amór
cón lós suyós, cóncernidós entre síó, peró al mismó tiempó cón lós divinós, cón el cieló y cón
la tierra.