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ARTÍCULO N° 1.

- CONTROL DE ESCORRENTÍAS URBANAS MEDIANTE PAVIMENTOS PERMEABLES:


APLICACIÓN EN CLIMAS MEDITERRÁNEOS

II.1. PAVIMENTOS PERMEABLES

II.1.1. Antecedentes

Los pavimentos permeables se presentan a día de hoy como la técnica de SUDS más estudiada e investigada,
y con las mayores expectativas de futuro para su implantación en España. Las primeras aplicaciones de este
tipo de soluciones para el drenaje urbano se remontan a la década de 1970 (Rodríguez Hernández, 2008), por
lo que es realmente sencillo encontrar gran cantidad de recomendaciones, manuales de diseño o trabajos de
investigación de origen internacional, en los que se hace referencia a los pavimentos permeables.

Los Estados Unidos fueron los pioneros en abrir el camino hacia el estudio y elaboración de guías de diseño
sobre superficies permeables (U.S.EPA, 1980; Schueler, 1987; Smith, 2000, Pratt, 2004). Fue a partir de los
años 80 cuando se trataron aspectos de calidad del agua en los pavimentos permeables (Day et al., 1981). La
utilización de firmes permeables tenía la intención de aliviar la contaminación debida a los vertidos de los
sistemas de saneamiento unitarios en tiempos de lluvia, reduciendo además los parámetros de diseño de las
infraestructuras de drenaje urbano (Rodríguez Hernández, 2008). Por citar algunos ejemplos de los manuales
que se utilizan hoy en día, en el estado de Virginia el “Virginia DCR Stormwater Design Specification Nº 7”, o
en Nueva York el “NYC Green Infraestructura Plan”.

En Chile no existen experiencias sobre este tipo de pavimentos. Sin embargo, el Ministerio de Vivienda y
Urbanismo (MINVU) publicó la guía de diseño “Técnicas Alternativas para Soluciones de Aguas Lluvias en
Sectores Urbanos”. El trabajo fue desarrollado por la Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(DICTUC) a través del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Escuela de Ingeniería de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, e incluye a los pavimentos permeables entre otras técnicas de SUDS.

Recientemente, en Australia y Nueva Zelanda destacan los trabajos de investigación desarrollados por las
Universidades de South Australia y de Auckland, en los que se estudia la funcionalidad de los pavimentos
permeables. Como manuales o guías de diseño cabe citar el “Urban Stormwater: Best Practice Environmental
Management Guidelines” y el “Water Sensitive Urban Design Technical Guidelines for Western Sydney”.

Ya en Europa, y concretamente en el Reino Unido, es donde se concentra el mayor número de publicaciones


referentes a los pavimentos porosos, destacando a las Universidades de Coventry (Inglaterra) y Abertay-
Dundee (Escocia), como los principales referentes. Pratt et al., (2002) elaboraron un manual para la asociación
de la construcción CIRIA, enfocado íntegramente en la concepción de sistemas de pavimentos permeables.
Entre las publicaciones de CIRIA destaca “The SUDS manual”, muy empleado incluso fuera de las fronteras
británicas.

En Irlanda, McBride and Knapton (2006), defienden el uso de firmes permeables para cumplir con los
requerimientos de las autoridades locales de que cualquier nuevo desarrollo no añada caudales adicionales al
sistema de drenaje urbano, manteniendo los niveles de permeabilidad previos al desarrollo (Rodríguez
Hernández, 2008). Como publicación referente a reglas, políticas o estándares aplicables en materia de los
pavimentos permeables destaca “Greater Dublin Strategic Drainage Study. Regional Drainage Policies”.

En Suecia, fue en los años 80 cuando descubrieron que colocando una sub-base granular bajo una capa de
asfalto u hormigón poroso, se obtenían importantes ventajas y beneficios en la cantidad y calidad de las aguas
pluviales (Hogland et al., 1987 and 1990; Larson, 1990; Pratt, 2004).

En Alemania, los pavimentos permeables han venido utilizándose desde los años 70. Hoy en día, el control de
la contaminación del agua es el principal aspecto estudiado, y su construcción se encuentra regulada
(Rodríguez Hernández, 2008). Como reglas, políticas o estándares aplicables destaca el “Planning,
Construction and Operation of Facilities for the Percolation of the Precipitation Water”.
En Francia, alrededor de los años 80, las autovías comenzaban a construirse con una subbase granular que
permitía el drenaje interno de las aguas. A estas estructuras se les denominó “estructuras embalse”, y
contaban tanto con firmes de asfalto impermeable, como de asfalto poroso (Raimbault, 1990; 1993a and
1993b, Pratt, 2004). En 1994 se publicó el documento “Techniques alternatives en assainissement pluvial:
Choix, conception, réalisation et entretien” como guía de las nuevas técnicas alternativas de drenaje urbano.

Finalmente, en España comienza a atisbarse, aunque tímidamente, un crecimiento de las publicaciones,


investigaciones, manuales y recomendaciones. En 2008, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras
Públicas (CEDEX) publicó como complemento para la guía técnica sobre redes de saneamiento y drenaje
urbano publicada en 2007, las monografías “Gestión de las aguas pluviales. Implicaciones en el diseño de los
sistemas de saneamiento y drenaje urbano”, las cuales mencionan el empleo de pavimentos permeables y de
otros SUDS en general.

II.1.2. Descripción

Tal y como se explica en el capítulo I, los pavimentos permeables se engloban dentro de las técnicas de drenaje
urbano sostenible, cuyo objetivo principal es el fomento de la retención y la infiltración de las escorrentías en
el origen del sistema. Pueden utilizarse como alternativa a los pavimentos impermeables tradicionales,
reduciendo el volumen y la velocidad de la escorrentía, y mejorando su calidad.

Desde el punto de vista del drenaje urbano sostenible, los pavimentos permeables se conceptualizan según la
sección tipo de la Figura II.1, compuesta por varias capas de materiales permeables. Individualmente las capas
actúan de modo multifuncional, mientras que, en conjunto, ofrecen la capacidad portante necesaria para
resistir un tráfico determinado (Rodríguez Hernández, 2008).

Desde el punto de vista cuantitativo, los procesos que generalmente se dan en las capas de un pavimento
permeable son los siguientes:

 Infiltración/Percolación. (Entendiendo por percolación, como la infiltración a través de la superficie


permeable).
 Retención.
 Transporte.
 Almacenamiento.

Desde el punto de vista cualitativo, los tratamientos físicos, químicos y biológicos que ocurren en las capas
son (Woods-Ballard et al., 2007):

 Filtración.
 Adsorción.
 Biodegradación.
 Sedimentación.
La configuración y la naturaleza de los materiales de las capas pueden presentar variantes, pero siempre bajo
la condición de permeabilidad creciente desde las capas superiores hacia las inferiores.

A partir de la sección tipo de la Figura II.1, las capas que conforman el sistema pueden agrupase en:

 Superficie permeable.
 Capas inferiores.

v. CONCLUSIONES

Los sistemas de saneamiento y drenaje urbano han sufrido una importante evolución a lo largo de la historia,
motivada fundamentalmente por los problemas de diferente índole que iban surgiendo. No obstante, todavía
a fecha de hoy, los sistemas de saneamiento convencionales muestran ciertas carencias que se manifiestan
en forma de inundaciones, afecciones desfavorables en los medios receptores y malos olores entre otros. El
rápido crecimiento de las ciudades y su impermeabilización, provocan con suma facilidad la saturación de los
viejos e infra dimensionados sistemas de drenaje en periodos de lluvia.

Con el fin de mitigar las lagunas que presentan estos sistemas, surge un nuevo concepto de drenaje urbano,
el cual se apoya en la sostenibilidad. Se trata concretamente de los SUDS “sistemas urbanos de drenaje
sostenible” o BMP “best management practices”. Esta nueva forma de entender el drenaje urbano adopta los
criterios combinados de cantidad y calidad, maximizando la integración paisajística y los valores ambientales
y sociales de las actuaciones. Los SUDS conforman un grupo de técnicas estructurales y no estructurales, que
copian el comportamiento de la naturaleza, buscando adelantarse a la aparición de los problemas,
mitigándolos desde su origen mediante procesos de infiltración, reutilización y regulación en las partes altas
de la red. Una de las técnicas que componen el amplio abanico de SUDS, objeto del estudio de este trabajo,
son los pavimentos permeables.

La revisión del estado del arte realizada como punto de partida del Trabajo Final de Máster, ha permitido
estudiar detalladamente los pavimentos permeables desde los puntos de vista de su conceptualización, y del
dimensionamiento hidrológico e hidráulico fundamentalmente, y estructural para el control de la cantidad de
las escorrentías urbanas.
Los pavimentos permeables se componen de varias capas (superficie permeable, base, sub-base y geotextil)
que permiten el paso del agua a su través, desde la superficie hasta el terreno natural, y, además, ofrecen la
capacidad portante necesaria para resistir ciertas cargas de tráfico.

Éstos se clasifican atendiendo al tipo de pavimento propiamente dicho en: discontinuos o continuos; o según
el destino de las aguas infiltradas: infiltración al terreno, almacenamiento o drenaje diferido.

Las ventajas de esta técnica de drenaje urbano sostenible se resumen en: una excelente estética, su puesta
en obra es rápida, sencilla y un bajo coste de ejecución por metro cuadrado. Los principales inconvenientes
de los pavimentos permeables son dos: la colmatación y la degradación de los materiales, poniendo en peligro
su funcionalidad y amenazando su durabilidad. Respecto a los criterios de diseño, éstos deben basarse en la
premisa de que un pavimento permeable debe ser capaz de gestionar un determinado evento de
precipitación, al mismo tiempo que debe aportar una función estructural.

Desde el punto de vista del diseño hidrológico e hidráulico, deben tenerse en cuenta cuatro aspectos: las
características de percolación de la capa de pavimento, el volumen de almacenamiento proporcionado por los
poros de la sub-base, la capacidad del drenaje longitudinal adicional en caso de ser necesario y la respuesta
del pavimento ante eventos extremos de precipitación.

La capacidad de percolación de la propia capa del pavimento debe ser significativamente mayor que la máxima
intensidad de la lluvia de cálculo y se tendrá en cuenta el fenómeno de la colmatación, el cual actúa como un
limitante de la percolación.

La capacidad de almacenamiento en el propio pavimento depende directamente de las características del


régimen de precipitación, de la capacidad de infiltración al terreno subyacente, de la capacidad del drenaje
complementario (si existe) y del área drenada al propio pavimento. Además, está directamente relacionada
con el espesor de cada una de las capas del pavimento y sus respectivos índices de huecos.

GARCÍA H., EDUARDO. CONTROL DE ESCORRENTÍAS URBANAS MEDIANTE PAVIMENTOS PERMEABLES: APLICACIÓN EN
CLIMAS MEDITERRÁNEOS. Octubre del 2011. Universidad Politécnica de Valencia.

Link: https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/15383/TFM_EGH.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ARTÍCULO N° 2.- LOS SISTEMAS URBANOS DE DRENAJE SOSTENIBLE: UNA ALTERNATIVA A LA GESTIÓN DEL
AGUA DE LLUVIA.

RESUMEN

El continuo y rápido crecimiento de nuestras ciudades, que conlleva una progresiva impermeabilización del
suelo, está alterando gravemente el ciclo hidrológico natural del agua. Cada vez se necesitan colectores más
grandes, más largos, y una necesidad de depurar un agua de lluvia que en su origen era limpia. La necesidad
de afrontar la gestión de las aguas pluviales desde una perspectiva diferente a la convencional, que combine
aspectos hidrológicos, medioambientales y sociales, está llevando a un aumento progresivo a nivel mundial
del uso de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), también conocidos como BMP’s (Best
Management Practices). La filosofía de los SUDS es reproducir, de la manera más fiel posible, el ciclo
hidrológico natural previo a la urbanización o actuación humana. Su objetivo es minimizar los impactos del
desarrollo urbanístico en cuanto a la cantidad y la calidad de la escorrentía (en origen, durante su transporte
y en destino), así como maximizar la integración paisajística y el valor social y ambiental de la actuación. Esta
comunicación resume las tipologías de SUDS más utilizadas a nivel mundial, señalando algunos proyectos
españoles que cuentan con esta alternativa innovadora, eficiente y más sostenible de gestionar el agua de
lluvia.

PROBLEMÁTICA DE LOS SISTEMAS CONVENCIONALES

En el desarrollo de las infraestructuras de drenaje y saneamiento de una ciudad suelen identificarse varias
fases. En primer lugar, se tendió a canalizar y controlar las aguas residuales; posteriormente, a encauzar las
escorrentías producidas por las aguas de tormenta tendiendo a limitar el riesgo de sufrir inundaciones. Todo
ello ha dado lugar a los sistemas convencionales de saneamiento y drenaje en las ciudades, basados en
colectores cuyo objetivo primordial es evacuar lo antes posible las escorrentías generadas en tiempo de lluvia
hacia el medio receptor.

Resueltos a priori estos problemas, aparece recientemente otro, el de la calidad de las escorrentías urbanas
en tiempo de lluvia y el impacto que sus vertidos generan en el medio receptor. En efecto, hoy en día se es
plenamente consciente de que las aguas de lluvia, lejos de ser aguas limpias, son una fuente importante de
contaminación. El problema se acentúa si, además, la red es unitaria.

El desarrollo urbano conlleva una serie de impactos que generan a su vez efectos negativos sobre los medios
receptores. Por una parte, se generan en los sistemas convencionales problemas de cantidad, cuando los
índices de urbanización superan las planificaciones iniciales, y consecuentemente, las infraestructuras quedan
infradimensionadas, dando lugar a inundaciones.

Por otra, los problemas de calidad atañen fundamentalmente a la contaminación de los medios receptores al
recibir escorrentías urbanas contaminadas por fuentes difusas, vertidos desde depuradoras desbordadas y
descargas de sistemas unitarios.

El crecimiento de las zonas impermeables en las ciudades modifica los flujos naturales del ciclo hidrológico,
tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo. La reducción de espacios vegetados reduce en
primera instancia la intercepción natural y la evapotranspiración. El aumento de la impermeabilidad redunda
en una reducción de la infiltración. Como consecuencia de todo ello, se generan volúmenes de escorrentía
netamente mayores, y además, se aceleran los tiempos de respuesta (figura 2), por lo que aumenta el riesgo
de inundaciones.
Las actividades humanas generan, tanto en la atmósfera como en la superficie de las cuencas urbanas, una
amplia gama de contaminantes: sedimentos, materia orgánica, nutrientes, hidrocarburos, elementos
patógenos (bacterias y virus), metales, pesticidas, … El origen de esta contaminación corresponde a zonas muy
amplias y de difícil acotación, por lo que se habla de contaminación difusa. Durante los eventos de
precipitación, la contaminación acumulada en la superficie durante el tiempo seco es lavada y arrastrada hacia
la red de colectores. Y si la red es unitaria (como ocurre en la mayoría de los sistemas españoles), a lo anterior
hay que añadir el efecto del lavado de los sedimentos que durante el tiempo seco se han ido depositando en
la red como consecuencia del tránsito de las aguas residuales. El impacto en el medio receptor de tales
escorrentías genera por tanto problemas graves como la caída del oxígeno disuelto (que puede provocar la
mortandad de especies y la reducción de la oxidación natural de elementos tóxicos), el incremento de las
concentraciones de nutrientes (con el consiguiente riesgo de eutrofización), la contaminación por agentes
patógenos (que puede derivar en problemas de salud pública, por ejemplo, en aguas de baño) o la acumulación
de elementos tóxicos (que puede tener consecuencias en la cadena trófica, y por otra parte, aumenta los
costes de potabilización del agua). En definitiva, el problema de la contaminación de las escorrentías urbanas
y de su vertido directo al medio natural es una cuestión grave que merece la misma atención que en su día
requirió el tratamiento de las aguas residuales. No obstante, la naturaleza intermitente del proceso de lluvia
induce a encontrar soluciones que respondan correctamente con un funcionamiento discontinuo.

ENFOQUE ALTERNATIVO PARA LA GESTIÓN DE PLUVIALES

La necesidad de afrontar la gestión de las aguas pluviales desde una perspectiva diferente a la convencional,
que combine aspectos hidrológicos, medioambientales y sociales, está llevando a un rápido aumento a nivel
mundial del uso de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), también conocidos como BMP’s (Best
Management Practices) o WSUD (Water Sensitive Urban Design), entre otras acepciones.

La filosofía de los SUDS es reproducir, de la manera más fiel posible, el ciclo hidrológico natural previo a la
urbanización o actuación humana. Su objetivo es minimizar los impactos del desarrollo urbanístico en cuanto
a la cantidad y la calidad de la escorrentía (en origen, durante su transporte y en destino), así como maximizar
la integración paisajística y el valor social y ambiental de la actuación (2).

Los SUDS engloban un amplio espectro de soluciones que permiten afrontar el planeamiento, diseño y gestión
de aguas pluviales dando tanta importancia a los aspectos medioambientales y sociales como a los
hidrológicos e hidráulicos.

Pero la utilidad de estas medidas va más allá de la gestión de las escorrentías urbanas en tiempo de lluvia. El
sistema concebido inicialmente para resolver problemas en tiempo húmedo, es además útil para gestionar
otros tipos de escorrentía superficial en tiempo seco, como la producida por sobrantes de riego, baldeo de
calles, vaciado de fuentes y estanques ornamentales, etc. En este sentido, cabe mencionar la posibilidad de
reutilización de las aguas grises de edificios (aguas provenientes de lavabo, bidet, ducha y bañera), que con un
mínimo tratamiento (bien por medio de técnicas SUDS o con pequeños equipos de depuración), podrían
aportar un caudal constante de abastecimiento para ciertos usos que no requieren la calidad de agua potable,
como por ejemplo las cisternas de los inodoros o el riego de superficies ajardinadas.

Los objetivos de los SUDS se podrían resumir en los siguientes aspectos:

• Proteger los sistemas naturales: proteger y mejorar el ciclo del agua en entornos urbanos.
• Integrar el tratamiento de las aguas de lluvia en el paisaje: maximizar el servicio al ciudadano
mejorando el paisaje con la integración de cursos y/o láminas de agua en el entorno.
• Proteger la calidad del agua: proteger la calidad de las aguas receptoras de escorrentías urbanas.
• Reducir volúmenes de escorrentía y caudales punta: reducir caudales punta procedentes de zonas
urbanizadas mediante elementos de retención y minimizando áreas impermeables.
• Incrementar el valor añadido minimizando costes: minimizar el coste de las infraestructuras de drenaje
al mismo tiempo que aumenta el valor del entorno.

La reducción de volúmenes de escorrentía y caudales punta puede solucionar la incapacidad hidráulica de la


red de colectores convencional debida al crecimiento urbano no previsto en las fases de planificación de la
misma. Con esto puede evitarse la necesidad de desdoblamiento de la red convencional o el hecho de tener
que asumir inundaciones más frecuentes.

Por otra parte, la reducción del volumen de escorrentía y caudales punta redundará en un mejor
funcionamiento de las estaciones depuradoras, al darse las siguientes condiciones:

• Reducción de costes al reducirse el volumen de los influentes en las mismas.


• Reducción de costes al no alterarse frecuentemente el patrón de contaminantes para el que la
depuradora ha sido diseñada.
• Reducción del número de vertidos (DSU) a la entrada de la depuradora por incapacidad de la misma.

Desde esta perspectiva, el empleo de SUDS no sólo mejora la gestión de las aguas pluviales, sino la gestión del
agua en general, tanto en cuanto al abastecimiento como al drenaje y posterior tratamiento.
Medidas estructurales

Se consideran medidas estructurales aquellas que gestionan la escorrentía contaminada mediante


actuaciones que contengan en mayor o menor grado algún elemento constructivo o supongan la adopción
de criterios urbanísticos ad hoc.

Las medidas estructurales más utilizadas son las siguientes:

• Cubiertas vegetadas (Green-roofs)

Sistemas multicapa con cubierta vegetal que recubren

tejados y terrazas de todo tipo. Están concebidas para

interceptar y retener las aguas pluviales, reduciendo el

volumen de escorrentía y atenuando el caudal pico.

Además, retienen contaminantes, actúan como capa de

aislante térmico en el edificio y ayudan a compensar el

efecto “isla de calor” que se produce en las ciudades.

• Superficies Permeables (Porous / Permeable Paving)

Pavimentos que permiten el paso del agua a su través,

abriendo la posibilidad a que ésta se infiltre en el terreno

o bien sea captada y retenida en capas sub-superficiales

para su posterior reutilización o evacuación. Existen

diversas tipologías, entre ellas: césped o gravas (con o sin

refuerzo), bloques impermeables con juntas permeables,

bloques y baldosas porosos, pavimentos continuos

porosos (asfalto, hormigón, resinas, etc.).

• Franjas Filtrantes (Filter Strips)

Franjas de suelo vegetadas, anchas y con poca pendiente,

localizadas entre una superficie dura y el medio receptor

de la escorrentía (curso de agua o sistema de captación,

tratamiento, y/o evacuación o infiltración). Propician la

sedimentación de las partículas y contaminantes

arrastrados por el agua, así como la infiltración y

disminución de la escorrentía.

Momparler, Sara; Doménech, Ignacio. Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible: Una Alternativa a la
Gestión del Agua de Lluvia. Enero 2008.

Link: https://www.researchgate.net/publication/237213737
ARTÍCULO N° 3.- SISTEMAS URBANOS DE DRENAJE SOSTENIBLE (SUDS)

Daniel Castro Fresno, Joseba Rodríguez Bayón, Jorge Rodríguez Hernández y Francisco Ballester Muñoz

Resumen

Este trabajo trata sobre los sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) o mejores prácticas de gestión
(BMPs). El concepto de desarrollo sostenible aplicado al drenaje urbano supone la aplicación de estos sistemas
con la intención de evitar problemas como inundaciones, contaminación difusa o pérdida de riqueza natural.
Las principales técnicas son medidas preventivas, superficies permeables, pozos y zanjas de infiltración,
depósitos de infiltración, drenes filtrantes o drenes franceses, cunetas verdes, franjas filtrantes, depósitos de
detención, estanques de retención y humedales. Mediante un método multidisciplinar de selección de SUDS
para resolver el drenaje urbano, se constituye una cadena de tratamiento cuyo resultado depende, no sólo de
los eslabones, sino también del ajuste entre ellos. Todo ello con el fin de cumplir las condiciones en cuanto a
cantidad, calidad y servicio impuestas por el criterio de diseño.

Introducción a los SUDS

Durante años la práctica habitual de drenaje urbano ha sido conducir el agua rápidamente fuera de la ciudad.
Los cauces urbanos han sido canalizados y las alcantarillas diseñadas para recibir toda el agua de escorrentía
superficial. Fruto de estas prácticas, los ríos han perdido su riqueza natural y su capacidad de respuesta ante
las crecidas, mientras que los sistemas de alcantarillado se ven incapaces de absorber la cantidad de agua
adicional procedente de las zonas de nuevo desarrollo urbano (Gómez et al., 2004).

Respecto a la calidad del agua, es claro que nadie quiere beber los desperdicios de su vecino de arriba, por lo
que se construyen depuradoras. Pero el agua de lluvia que lava las calles y forma la escorrentía superficial
también daña seriamente el medioambiente, constituyendo la contaminación difusa (Butler y Davies, 2000).

Frente a estos problemas surge el drenaje urbano sostenible, con la intención de proteger y mejorar la calidad
del agua, evitar las inundaciones, y permitir la recarga de los acuíferos y el desarrollo urbano de calidad en
zonas donde el sistema de alcantarillado existente está a punto de saturarse (EPA, 1999).

Todo esto se consigue haciendo frente a la escorrentía desde el momento que la lluvia toca el suelo. La gestión
de las aguas pluviales se fundamenta en tres pilares: la laminación de la cantidad de agua, la mejora de su
calidad mediante procesos naturales, y el servicio al ciudadano con la mejora del paisaje urbano y la
recuperación de hábitat naturales dentro de las ciudades (Fernández et al., 2003).

El desarrollo urbano sostenible o desarrollo de bajo impacto (Low Impact Development) engloba un conjunto
de técnicas específicas referidas al drenaje urbano conocidas como SUDS (Sustainable Urban Drainage
Systems) en el Reino Unido, BMPs (Best Management Practices) en Estados Unidos o Mejores Prácticas de
Control (MPC) en los países hispano parlantes (Jiménez, 1999).

En este artículo se hace un breve repaso de las medidas preventivas y los principales sistemas estructurales,
comentando después el método de planificación y selección para obtener la combinación de sistemas más
adecuada en cada caso. Cabe mencionar que el desarrollo de bajo impacto lo completan prácticas de
planeamiento urbanístico más amplias que consideran desde un primer momento la problemática asociada al
drenaje urbano (EPA, 1999).

Descripción de los SUDS

Son numerosos los criterios de clasificación que se pueden emplear para catalogar los distintos Sistemas
Urbanos de Drenaje Sostenible (Jiménez, 1999), por lo que en este apartado se ha optado por comentar de
manera individual los principales sistemas sin entrar en disquisiciones sobre las clasificaciones.
Medidas preventivas

La principal regla de buena práctica en el drenaje urbano sostenible es reducir la escorrentía superficial
minimizando las superficies impermeables de la ciudad y dividiendo las cuencas vertientes para evitar la
concentración de grandes volúmenes de agua en un punto. Con este objetivo se debe procurar drenar hacia
zonas verdes, parques y espacios abiertos. También es recomendable recoger en lo posible las aguas pluviales
y reutilizarlas para el riego o el lavado de calles, obteniendo de este modo un doble beneficio al disminuir la
cantidad de escorrentía superficial y al mismo tiempo ahorrar un consumo de agua potable (MINVU-DICTUC,
1996).

La educación y la concienciación de los ciudadanos en el tema de la limpieza de la ciudad son de suma


importancia a la hora de reducir la carga contaminante de la escorrentía. Desde las autoridades municipales,
con un correcto plan de limpieza de calles, hasta las escuelas y los hogares, con campañas sobre la utilización
de las papeleras y contenedores, la sociedad completa debe implicarse en la solución de un problema que es
de todos (Jiménez, 1999).

Superficies permeables

Se entiende por superficie permeable un pavimento construido por el hombre que permite el paso del agua.
Estos sistemas están constituidos por un volumen de material permeable situado bajo una superficie que
permite el paso del agua pudiendo tratarse de: césped, césped reforzado, grava, pavimento de bloques
impermeables con huecos rellenos de césped o grava, pavimento de bloques impermeables con ranuras sin
relleno alguno (Figura 1), pavimento de bloques porosos, o pavimentos continuos de cualquier tipo de mezcla
porosa (CIRIA C523, 2001).

El agua atraviesa la superficie permeable, que actúa a modo de filtro, hasta la capa inferior que sirve de
reserva, de manera que se atenúan las puntas del flujo. Esta reserva puede ser transportada a otro lugar o
infiltrada, si el terreno lo permite. El exceso de agua se controla mediante un desagüe superior o un drenaje
superficial diseñado a tal efecto (Pratt et al., 2002).

En cualquier caso, todas las capas del firme deben tener permeabilidades crecientes, desde la superficie hasta
la sub-base, incluyendo geotextiles, con la intención de que el agua fluya y no se quede retenida en su interior.
La misión de los geotextiles en este tipo de pavimentos es primordial actuando como filtro, separación o como
refuerzo estructural (Pratt, 2003).

Las distintas capas permeables retienen partículas de diversos tamaños, aceites y grasas. Los hidrocarburos
retenidos pueden llegar a ser biodegradados con el paso del tiempo. Las investigaciones actuales que se están
llevando a cabo en las Universidades de Coventry (Coupe et al., 2003) y de Cantabria (Proyecto FIDICA), están
dirigidas a aumentar la eficacia en biodegradación de hidrocarburos dentro de este tipo de pavimentos.

Estas técnicas están siendo actualmente utilizadas en aparcamientos de vehículos ligeros, accesos a zonas
residenciales, caminos y patios en América Latina, Europa o Estados Unidos, destacando las instalaciones
piloto en Chile (Fernández et al., 2003) y Brasil (Acioli et al., 2004).

En España no existen normas ni manuales sobre la aplicación de este tipo de superficies, siendo las empresas
que comercializan estos sistemas, como por ejemplo la australiana Atlantis, las encargadas de ofrecer
orientación y guía sobre su diseño y ejecución. En este sentido, la Universidad de Cantabria está desarrollando
un manual guía en español para la construcción de superficies permeables (Proyecto FIDICA) semejante a los
existentes en otros países como Chile (MINVU-DICTUC, 1996) o el Reino Unido (Pratt et al., 2002), ampliando
además el conocimiento sobre estas estructuras de firme y su ámbito de aplicación.

Entre las ventajas de estos pavimentos está la sencillez de ejecución, dado que no es necesaria la nivelación
de la superficie para el drenaje ni la colocación de sumideros ni alcantarillas (National SUDS Working Group,
2003).

Sin embargo, la conservación para asegurar el correcto funcionamiento implica mantener la superficie limpia
y libre de sedimentos, mediante un barrido con aspiración cuya frecuencia depende de los aportes recibidos.
Además, no debe emplearse sal ni gravilla para luchar contra la formación del hielo. Todo ello para evitar el
problema de colmatación que está siendo estudiado para mejorar el rendimiento de estos pavimentos (Davies
et al., 2002).

Pozos y zanjas de infiltración

Pozos y zanjas de infiltración son perforaciones y trincheras rellenas de material granular que sirven para
recoger y almacenar el agua de escorrentía hasta que se produce la infiltración de la misma al terreno natural.
Las zanjas son más estrechas y menos profundas (Figura 2) que los pozos, siendo más eficientes desde el punto
de vista constructivo (National SUDS Working Group, 2003).

En la etapa de diseño debe tenerse en cuenta el tipo de terreno sobre el que se está trabajando, su tasa de
infiltración debe ser adecuada y el nivel freático no debe verse afectado por la excavación. Además, no se
pueden construir estos sistemas demasiado cerca de un edificio o una carretera para no afectar las
cimentaciones (CIRIA C523, 2001).

Se suelen emplear geotextiles de filtro y separación para envolver el material granular, y desagües de
emergencia para, en el caso que se supere la capacidad de depósito de diseño, poder enviar el sobrante a la
red de alcantarillado. También se dispone una tubería permeable en la base que recoge el agua, lo que implica
la construcción de pozos de registro para los cambios de dirección y la limpieza de la zanja (MINVU-DICTUC,
1996).

Tanto la vida útil, como el nivel de depuración obtenido, dependen de un correcto diseño que puede incluir
un sistema de pretratamiento a la entrada (EPA, 1999).
Planificación y selección de los SUDS

Una vez conocidas las características individuales de los principales sistemas de drenaje sostenible, se pasa a
comentar cómo deben ser combinados.

La planificación y selección de los sistemas urbanos de drenaje sostenible requieren voluntad para cambiar las
cosas e interés en la integración medioambiental de los sistemas de drenaje empleados. El criterio de diseño
debe equilibrar las componentes relacionadas con la cantidad de agua, su calidad y el servicio ofrecido. Así,
deben tenerse claras desde el inicio un conjunto de características exigibles (CIRIA C523, 2001).

La selección de los SUDS no es sencilla, se trata de un proceso multidisciplinar en el que hay que tener en
cuenta factores tradicionalmente relegados a un segundo plano como la calidad paisajística, el entorno
arquitectónico o los usos urbanos (National SUDS Working Group, 2003).

Datos iniciales.

El estudio del sistema original de drenaje, el modelo natural anterior a cualquier desarrollo urbano del
emplazamiento, es el mejor comienzo para abordar el problema. Deben conocerse las cuencas y subcuencas
existentes dentro de la superficie de actuación: áreas de aportación, zonas de posible aplicación para los
distintos métodos como vaguadas, cauces de estiaje y las variaciones topográficas asociadas al planeamiento
previsto para la zona (MINVU-DICTUC, 1996).

También, como para la planificación de los sistemas de drenaje convencionales, es necesario conocer el
régimen de precipitaciones con su intensidad y frecuencia, así como el coeficiente de escorrentía previo al
desarrollo, la capacidad de campo, el tiempo de concentración y otros parámetros que caracterizan el drenaje
de la zona (Gómez et al., 2004).

Es importante fijar los puntos donde se van a producir las descargas del sistema de drenaje que se va a diseñar.
Deben ser múltiples para repartir así el impacto, y deben estar controlados para conocer la contaminación
difusa real (ASCE/EPA, 2002).

También es fundamental conocer sobre qué suelo se está trabajando: su coeficiente de infiltración, su
comportamiento saturado, su capacidad para desarrollar vegetación, la posición del nivel freático y el nivel de
calidad de aguas subterráneas exigido. No se puede plantear un sistema de infiltración sobre un suelo
impermeable.

Respecto al planeamiento, se deben conocer los usos lo más detallados posibles de las superficies en las que
se divida el emplazamiento, la localización de locales, aparcamientos, calles y zonas verdes. No es lo mismo el
nivel de contaminación de una escorrentía de una zona puramente residencial, que el arrastrado en una zona
de uso industrial.

Otros condicionantes son la flora y fauna, la calidad paisajística y los usos comunitarios de la zona (CIRIA C523,
2001).

Método de selección

El drenaje sostenible se concibe como un tren o una cadena. Como tal, debe cumplir unos objetivos globales
a partir de los resultados parciales correspondientes a cada eslabón o sistema de drenaje individual. Para llegar
a una solución final el proceso es cíclico de prueba error, encadenando distintos SUDS hasta ajustarse a los
diferentes condicionantes impuestos. Las características finales exigidas constituyen el criterio de diseño (EPA,
1999).

El primer paso de toda solución es la prevención. Siempre se deben poner en marcha las medidas preventivas
y comprobar si son suficientes para cumplir el criterio de diseño.

El segundo paso, a dar si no se ha cumplido el criterio, es la implementación de sistemas de control en origen


como pueden ser superficies permeables, pozos y zanjas de infiltración.
Si con estas actuaciones se siguen sin cumplir las condiciones exigidas, habrá que considerar la utilización de
sistemas sostenibles que lleven el agua de un punto a otro, como franjas filtrantes o cunetas verdes.

Si aun así no se cumplen los objetivos de cantidad y calidad del agua, o los de servicio del conjunto, se deben
utilizar depósitos, estanques o humedales, en sus numerosas variantes, bien al final de la cadena o bien
intercalados entre los sistemas intermedios.

Una vez hecha la selección, debe existir un proceso de ajuste en el cual se repasa la conveniencia de cada
eslabón de la cadena y la posibilidad de agrupar distintas etapas, sustituir o incluso eliminar alguna de ellas
manteniendo el nivel de satisfacción obtenido. Todo el proceso debe ser realizado por un equipo
multidisciplinar (CIRIA C523, 2001).

Consideraciones sobre la cantidad de agua

Uno de los principales objetivos del tren de drenaje sostenible es no afectar negativamente al medio receptor.
Para ello, y en relación con la cantidad de agua, lo ideal sería mantener el hidrograma natural, previo a
cualquier desarrollo de la zona, tanto el caudal de aportación base, como el tiempo de concentración, e incluso
mejorarlo si este provocaba problemas de inundaciones (Fernández et al., 2003).

Es importante tener en consideración la interacción entre las diversas partes de la cadena de drenaje
resultante, considerando también las correspondientes al drenaje convencional: tuberías, colectores, tanques
de tormenta o rebosaderos (Gómez et al., 2004).

Consideraciones sobre la calidad del agua

En los sistemas de drenaje urbano convencionales la calidad del agua de escorrentía no se ha tenido en cuenta
durante mucho tiempo. En cambio, para los sistemas urbanos de drenaje sostenible es uno de los tres
objetivos básicos junto a la cantidad y el servicio prestado (MINVU-DICTUC, 1996).

Conociendo el uso de la zona urbana a drenar y la sensibilidad del medio receptor, se obtienen las condiciones
de calidad exigibles que forman parte del criterio de diseño. La depuración requerida puede ser dispensada
por un solo sistema, o por la combinación de varios. Todo ello, considerando un determinado volumen de
tratamiento que se usa para el diseño de las partes de la cadena de drenaje dedicadas a mejorar la calidad del
agua. El potencial de depuración ofrecido por estos sistemas crece día a día gracias a la investigación, pudiendo
hacer frente con éxito incluso a la contaminación por hidrocarburos (Coupe et al., 2003).

Cada sistema pone en funcionamiento los mecanismos naturales de sedimentación, filtración, absorción,
adsorción y degradación biológica en mayor o menor medida, logrando eficiencias distintas que ajustadas en
conjunto ofrecen una calidad de agua final.

Las estimaciones sobre la calidad del agua que se obtiene al final de la cadena de tratamiento son
fundamentales para conocer el impacto que puede provocar la descarga en el medio receptor. Estos cálculos
se realizan a partir de los rendimientos observados en los SUDS ya construidos y monitorizados
convenientemente (ASCE/EPA, 2002).

Consideraciones sobre el servicio del sistema

El tercer pilar sobre el que se sustenta el drenaje urbano sostenible es el servicio ofrecido por estos sistemas.
La economía del agua, la mejora paisajística y la conservación de la flora y fauna de la zona son algunos de
estos servicios.

Los sistemas de drenaje sostenible permiten el almacenamiento del agua de lluvia para su posterior
reutilización, o incluso recargar las reservas de agua subterráneas mediante la infiltración en las zonas donde
el terreno y la profundidad del nivel freático lo permita (Jiménez, 1999).

Por otra parte, la calidad paisajística que ofrecen estos sistemas es de un nivel muy alto. Una población con
sistemas de drenaje sostenible puede pasear junto a un arroyo tranquilo en vez de una cuneta de hormigón,
puede ver desde su casa una laguna llena de vida en vez de un solar inundado. Estos sistemas permiten
convertir toda la ciudad en un parque, ofreciendo un refugio a la flora y fauna autóctonas, y evitando así su
desaparición del medio urbano (CIRIA C523, 2001).

Conclusiones

Los métodos tradicionales de drenaje urbano presentan problemas y carencias que pueden solucionarse
mediante el uso de métodos de drenaje sostenible. Esto supone hacer un esfuerzo, no en concentrar las aguas
pluviales lo antes posible, sino en hacer frente a la escorrentía en pequeñas cuencas que permitan el
tratamiento completo desde su origen.

El empleo de estos sistemas se está generalizando en todo el mundo. Una vez resueltos los problemas básicos
de drenaje urbano y depuración de aguas, el siguiente paso es optimizar este drenaje mediante el empleo de
SUDS o BMPs.

Hoy en día, gracias a la investigación y monitorización de estos sistemas en distintos países se están mejorando
su funcionamiento, demostrando su gran utilidad.

SUDS o BMPs, además de mejorar el control de la cantidad y la calidad de la escorrentía superficial, ofrecen
un servicio a la comunidad: economía, paisaje y naturaleza.

Cualquier tipo de pavimento es susceptible de convertirse en una superficie permeable, las cunetas pueden
ser de césped en vez de hormigón, los jardines pueden tener su estanque y cualquier franja de tierra se puede
convertir en una franja filtrante. Tan sólo se necesita voluntad para obrar el cambio.

Fresno, D., Bayón, J., Rodríguez J.y Ballester, F. SISTEMAS URBANOS DE DRENAJE SOSTENIBLE (SUDS). Caracas 2005.

Link: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442005000500004
ARTÍCULO N° 04.- Estudio de dosificaciones en laboratorio para pavimentos porosos de hormigón

RESUMEN

El trabajo presentado en este estudio muestra la deducción de una ecuación que permite dosificar hormigones
porosos en función de la razón agua-cemento y del porcentaje de vacíos interconectados que se requieren en
el hormigón endurecido. Usando esta ecuación se analizó el comportamiento de 1 8 mezclas de hormigón
poroso conteniendo razones agua-cemento entre 0,29 y 0,41. Las probetas fueron fabricadas en laboratorio y
compactadas con rodillo pesado simulando el proceso constructivo en terreno. Los resultados permiten
caracterizas de buena forma el comportamiento estructural e hidráulico de estas mezclas. Relaciones entre el
porcentaje de vacíos en el hormigón endurecido y la tasa de infiltración, la resistencia a flexotracción y la
densidad en estado fresco son presentadas.

1. Introducción

El extenso uso de pavimentos impermeables trae consigo, sobre todo en áreas de un importante desarrollo
urbano, considerables problemas en la evacuación de las aguas lluvias y en las condiciones de escurrimiento
aguas abajo. El uso indiscriminado de estas estructuras en áreas urbanas, disminuye notoriamente la
capacidad de recarga natural de agua en los terrenos, e incrementa de forma considerable el volumen y el
caudal del escurrimiento superficial, aumentando el riesgo de provocar inundaciones en los sectores más bajos
de las urbanizaciones (Castro, 2004). Además, cuando el agua de las lluvias escurre, arrastra consigo materiales
sólidos y varios contaminantes depositados en calles y estacionamientos, contaminándola (Smith, 2001).

Para disminuir los efectos relacionados a las dos situaciones mencionadas, en los últimos años se ha
desarrollado a nivel mundial un modo alternativo de diseñar pavimentos, construyendo estructuras que
permitan el paso del agua a través de la capa superficial hacia el interior de la estructura (EPA, 1999), evitando
así la acumulación de agua en su superficie y el escurrimiento superficial aguas abajo, condiciones que generan
los dos problemas asociados a pavimentos impermeables. Dependiendo del objetivo específico, el agua
infiltrada hacia el interior de la estructura podrá ser tratada de modos diferentes, para lo cual es necesario un
diseño especial de todo el pavimento.

En el caso de los pavimentos de carreteras o vías muy transitadas, la configuración de la estructura de diseñará
considerando un pavimento tradicional, al que se le adicionará en su parte superior una capa permeable. El
agua infiltrada llegará hasta la capa impermeable y será conducida lateralmente fuera de la estructura. Con
esto se logra evacuar rápidamente el agua superficial disminuyendo el riesgo en los eventos de lluvias. En el
caso de los pavimentos urbanos de baja solicitación, la configuración de la estructura podrá incluir capas
permeables bajo la carpeta de rodado (base y/o sub-base) de modo de actuar como estanque de
almacenamiento, y si las condiciones lo permiten, de estanque de infiltración. En forma general, las
estructuras de pavimentos capaces de infiltrar el agua a través de su capa superficial reciben comúnmente el
nombre en inglés de "pervious pavement", esta definición agrupa en forma más amplia dos tipos de
estructuras: los pavimentos permeables y los pavimentos porosos.

Los pavimentos permeables son estructuras construidas con materiales impermeables, generalmente
prefabricados, en las que su diseño geométrico permite infiltrar el agua superficial hacia las capas inferiores,
ya sea a través de orificios en los bloques o de espacios entre las juntas.

Los pavimentos porosos en cambio, son estructuras de hormigón o asfalto, fabricados con granulometrías sin
finos, y que son en sí mismas permeables, escurriendo el agua a través de vacíos interconectados que
generalmente alcanzan un valor entre 15 y 25% (Meininger, 1988; Debo & Reese, 1995; Ghafoori & Dutta,
1995). Al ser estructuras construidas con materiales distintos a los utilizados comúnmente en pavimentos, el
diseño de las mezclas de estos pavimentos requiere de un estudio más acabado. Es esta configuración, con
capas inferiores permeables, la que se considera en esta investigación.

El trabajo que aquí se presente ha sido parcialmente publicado previamente en De Solminihac et al (2007). En
el actual trabajo se presenta en detalle la deducción de las ecuaciones para dosificar hormigones porosos, que
es la base para todo el trabajo de laboratorio expuesto. Se incluyen resultados de relaciones entre el
porcentaje interconectado de vacíos en el hormigón endurecido con la resistencia a flexotracción a 28 días y
la tasa de infiltración, que permitirían dosificar hormigones permeables en función de la resistencia o
infiltración requeridos. Además, se presentan relaciones entre el porcentaje de vacíos, la densidad del
hormigón fresco y el tiempo de infiltración medido con un permeámetro de carga variable, que pueden ser
usados como herramientas para el control de calidad de las mezclas puestas en terreno.

2. Sistema de dosificación

Si bien existe información del uso de hormigones para este tipo de pavimentos desde hace más de veinte años,
incluyendo dosificaciones y recomendaciones constructivas, no existen hasta ahora investigaciones que
utilicen un sistema de compactación similar al usado en terreno para caracterizar el comportamiento del
material. Los autores creen que los resultados de este trabajo permitirán caracterizar de mejor forma el
comportamiento de este hormigón en estado fresco, lograr mayor certeza sobre el comportamiento mecánico
e hidráulico en estado endurecido, y optimizar el uso del cemento para lograr las mayores resistencias a
flexotracción para cada razón agua-cemento (w/c).

El sistema de dosificación desarrollado en esta investigación, y cuya deducción es presentada a continuación,


se basa en la cantidad de vacíos disponibles originalmente en el árido y que es reducido al agregar la pasta de
cemento.

En teoría si se utiliza un árido con elevado porcentaje de huecos (por ejemplo 40%), y se agrega un volumen
de pasta de cemento igual al 25% del volumen total, la pasta llenara solo parcialmente los vacíos disponibles
quedando un volumen de vacíos de 15%. Para un volumen unitario de árido, la densidad de la mezcla puede
obtenerse sumando la masa de los componentes y dividiéndola por el volumen unitario, obteniéndose lo que
llamaremos densidad teórica, mostrada en la Ecuación (1).

Densidad teórica/Theoretical unit weight (Dt) = (A + C + W) I \ (1)

Donde A es la masa del árido, C es la masa del cemento, y W es la masa del agua.

Sin embargo, en la práctica, una vez que los materiales son mezclados y el hormigón es compactado, la pasta
no sólo llenará los huecos entre los árido, sino que también se introducirá entre las partículas de agregado,
separándolas e incrementando el volumen original del árido, por lo que el volumen final será mayor por efecto
de este "esponjamiento" de la mezcla. Esta situación es mostrada esquemáticamente en la Figura 1. De
acuerdo a este esquema, la densidad real y el porcentaje de vacíos en la mezcla pueden ser calculados usando
las Ecuaciones (2) y (3) respectivamente.

Figura 1. Efecto de la inclusión de pasta de cemento en el árido con alto contenido inicial de vacíos
Donde Va es el volumen inicial de vacíos en el agregado, Vp es el volumen de pasta adicionado, y Vad es el
volumen de vacíos adicionales generados por la separación de los agregados. El aumento de volumen (Vad)
puede expresarse a través de la proporción entre la densidad real y la densidad teórica, relación que en esta
investigación se define en la Ecuación (4) como Factor de Compactación (FC).

Reemplazando las Ecuaciones (1) y (2) en la Ecuación (4) y luego despejando para la variable "Vacíos
adicionales (Vad)" se tiene que:

Si además se reemplaza la Ecuación (5) en la Ecuación (3) se obtiene la Ecuación (6):

La Ecuación 6 asume que todos los vacíos estarán conectados en el hormigón endurecido. En la práctica, se
debe considerar que en la mezcla de hormigón se generaran algunos vacíos no conectados, de modo que el
porcentaje interconectados de vacíos del hormigón endurecido será menor al calculado a través de la Ecuación
(6). Investigaciones previas (FCPA, 1993), han medido una relación entre el porcentaje teórico calculado en
forma gravimétrica (Vm) y el porcentaje medido de vacíos conectados (Vcon), la que es expresada en la
Ecuación (7).

Asumiendo además que el volumen de pasta de cemento se puede calcular como la suma del volumen
original de cemento, agua y aditivos, se tendrá que el volumen de pasta para un metro cúbico de hormigón
puede ser expresado a través de la Ecuación (8):

Donde Me es la masa de cemento (kg), ye es el peso específico del cemento, Dad es la dosis de aditivo (% masa
de cemento) y Yad es el peso específico del aditivo. Reemplazando las Ecuaciones (7) y (8) en la Ecuación (6)
se puede deducir la Ecuación (9), que permite calcular la dosis de cemento para un hormigón poroso en
función de la cantidad de vacíos conectados en la mezcla endurecida, dada la razón agua-cemento.

3. Programa experimental

3.1 Materiales

En este estudio utilizó solamente agregado grueso sin finos tamaño máximo nominal de 10 mm granulometría
N°8 según norma ASTM C33 (ASTM, 2008) con densidad de 1520 kg/m3, un porcentaje de huecos de 43%, y
absorción del árido de 1.6%. Se usó cemento portland puzolánico de alta resistencia inicial con peso específico
2.95 y aditivo plastificante reductor de agua en dosis de 0.5% del peso del cemento con peso específico 1.16.
3.2 Variables experimentales y dosificaciones

Las variables independientes consideradas fueron el porcentaje real de vacíos y la razón agua-cemento de la
mezcla. Se determinó dosificar hormigones que en su estado endurecido tuvieran 15%, 17% y 19% de vacíos,
en orden a analizar el efecto de esta variable sobre la resistencia y permeabilidad de las mezclas. La variable
w/c se fijó en 0.29; 0.32; 0.35; 0.38; 0.41 y 0,44. Estos valores fueron escogidos para analizar el efecto de la
consistencia de la pasta de cemento sobre las propiedades de las mezclas. De este modo 18 dosificaciones
diferentes fueron consideradas en este trabajo de laboratorio.

El valor de FC era desconocido al momento de realizar las dosificaciones. Por esta razón se asumió que esta
variable sería igual a 0.95 como una primera aproximación. Una vez que las mezclas hayan sido preparadas,
los valores reales de FC serán reportados para cada mezcla y el porcentaje de vacíos conectados será
corregido.

La dosis de cemento se determinó para cada mezcla utilizando la Ecuación (9) deducida en la sección 2. La
Tabla 1 muestra un resumen de las dosis de cemento calculadas para cada mezcla.

Tabla 1. Dosis de cemento para hormigones porosos confeccionados en esta investigación

3.3 Preparación de probetas

De acuerdo con la experiencia internacional, las mezclas de hormigón poroso deben ser compactadas con un
rodillo pesado de ancho mayor que el de la losa a hormigonar (FCPA, 1 990; GCPA, 1 997; Reyes & Torres,
2002; Kwiatkowski, 2003). Por esta razón se diseñó un rodillo de 300 mm de diámetro, 600 mm de ancho y
115 kg de peso, que proporciona presiones similares a las utilizadas en terreno (0.08 MPa). Utilizando este
rodillo, se confeccionaron probetas de 150 mm de espesor, 400 mm de ancho y 550 mm de largo, las que por
su tamaño se denominaron losetas (Figura 2).

Las losetas fueron desmoldadas después de 24 h, y posteriormente cubiertas con plástico durante 7 d. Luego,
estas losetas fueron cortadas obteniendo dos probetas prismáticas de las mismas dimensiones que las usadas
en los ensayos de flexotracción (150 x 150 x 550 mm). Para disminuir posibles efectos de las paredes de los
moldes, las probetas fueron cortadas desde la sección central, despreciando así los 50 mm exteriores del
ancho de las losetas.

Dieciocho dosificaciones distintas fueron analizadas. Para cada una de ellas se realizaron dos mezclas o
"amasadas" en días diferentes (36 mezclas en total). Dos losetas fueron confeccionadas con cada amasada,
con lo que 72 losetas fueron construidas (4 losetas por cada dosificación) y 144 prismas fueron cortados en
total.

3.4 Ensayos desarrollados

Tres diferentes ensayos fueron desarrollados: resistencia a flexotracción, determinación del porcentaje de
huecos interconectados y tasa de infiltración.
Dado que estos hormigones son diseñados para ser utilizados en pavimentos, se determinó realizar el ensayo
de flexotracción con carga en los tercios a los 28 días. Tres prismas por dosificación fueron testeados en
flexotracción.

El porcentaje de vacíos en el hormigón fue medido usando el principio de Arquímedes del peso sumergido.

Para medir la tasa de infiltración se utilizó un permeámetro de carga variable, ensayándose las 72 losetas antes
de ser cortadas (Figura 3).

Figura 2. Compactación de las losetas en sus moldes

Figura 3. Ensayo con permeámetro de carga variable

4. Presentación y análisis de resultados

4.1 Valores reales del Factor de Compactación

Como se mencionó, para las dosificaciones se consideró un factor de compactación constante e igual a 0.95.
Sin embargo, este factor resultó ser variable en la práctica. De acuerdo a la evidencia experimental obtenida
en esta investigación, se determinó que este valor varía entre 0.84 y 0.99, dependiendo fundamentalmente
de la razón w/c para una granulometría fija. A partir de los resultados obtenidos se estableció la Ecuación (1
0), que relaciona el Factor de Compactación real con la razón w/c.
4.2 Comportamiento de las mezclas con alta razón agua-cemento

En las mezclas con w/c 0.41 y 0.44 se observó notorio escurrimiento de la pasta de cemento hacia la parte
inferior de las probetas, generando probetas heterogéneas vertical mente. En el caso de las mezclas con w/c
0.44 el escurriendo formó una capa impermeable en la parte baja de la probeta. Por esta razón, dichas mezclas
serán consideradas en forma especial en el análisis.

4.3 Comparación del porcentaje calculado y el porcentaje medido de vacíos

Una vez conocido los valores de FC para cada w/c, es posible corregir el porcentaje de vacíos utilizado en la
Ecuación (9) para cada una de las mezclas. La Figura 4 muestra una comparación entre estos valores calculados
y los valores de vacíos medidos en las muestras endurecidas. En esta figura la línea segmentada representa
una hipotética correlación 1:1 entre los valores medidos y calculados.

Figura 4. Comparación entre porcentaje de vacíos medidos y porcentaje de vacíos teóricos, calculados con
Ecuación (9) y (1 0)

En la Figura 4 se aprecia el efecto del escurrimiento de la pasta de cemento en los vacíos interconectados para
las mezclas que contienen altas w/c. Dicho escurrimiento altera la distribución de vacíos en el hormigón y
aumenta la cantidad de vacíos desconectados en la mezcla. Para las mezclas que contienen w/c menores a
0.38, los resultados muestran una buena correlación entre los valores predichos y los valores medidos, lo que
permite utilizar las Ecuaciones (9) y (10) en futuras investigaciones, cuando se desee dosificar un hormigón
poroso en función de la cantidad de vacíos en el hormigón endurecido.

5. Conclusiones

En este artículo se ha presentado la deducción de ecuaciones que permiten dosificar mezclas de hormigón
permeable basado en el requerimiento de porcentaje interconectado de vacíos en la mezcla endurecida.
Dieciocho diferentes mezclas fueron preparadas utilizando este sistema de dosificación, las que incluyeron
razones agua-cemento desde 0.29 hasta 0.44.

A partir de los resultados obtenidos, se recomienda utilizar razones w/c entre 0.35 y 0.38 para mezclas de
hormigón poroso. Mezclas con w/c menores presentan muy baja resistencia y apreciable desprendimiento
superficial de áridos. Mezclas con w/c mayores presentan escurrimiento de la pasta de cemento y disminución
notoria del porcentaje de vacíos.

Para mezclas con razón w/c constante, existe una cantidad óptima de cemento que maximiza la resistencia a
flexotracción. Este comportamiento puede ser explicado por el importante efecto de la trabazón de los áridos
y el reducido volumen de pasta de cemento sobre la resistencia a flexotracción de estas mezclas.
CASTRO, J. ESTUDIO DE DOSIFICACIONES EN LABORATORIO PARA PAVIMENTOS POROSOS DE HORMIGÓN. Revista
Ingeniería de Construcción Vol. 24. Santiago 2009. PAG. 271-284. Link: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-
50732009000300005&script=sci_arttext

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