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A este tipo de ofrenda que presentan estos párrafos, los lugareños le denominan
ofrenda de tipo antiguo.
En el altar-ofrenda de la comunidad purhépecha de Santa Fe de la Laguna predomina el color
amarillo de la flor de “cempazuchil”.
Son muchos los elementos que integran la ofrenda. Sin dejar de llamar la atención la simetría y la
armonía que guardan los mismo haciendo un todo.
Además del doble arco formado de madera y cubierto de flor amarilla, otro elemento especial es
al que también denominan arco, aunque no tiene la forma de arco, sino de un rectángulo,
coronado por un triángulo y que lleva al centro una especie de estrella de seis puntas.
No siempre se construye el “arco”, como en este caso que fue sustituido por una cruz cristiana.
Cerca de la ofrenda se colocan un cántaro con agua y un recipiente con sal. Dicen que es para que
el alma del difunto mitigue la sed y se purifique a la vez.
Además de las velas encendidas, sobre la ofrenda colocan velas nuevas las que servirán al alma
para iluminar su camino de regreso.
Dentro de la zona purhépecha o purepecheo comprendido por Zona Lacustre, Meseta, Cienega y
cañada, cada comunidad incluye elementos que nos permiten distinguir su singularidad. Uno de
estos elementos puede ser el pan.
Ofrenda purhépecha con corundas, típico platillo michoacano
Chayotes crudos y cocidos no faltan en la ofrenda de Santa Fe de la Laguna. O los que visitan a la
familia del difunto, también se les ofrecen chayotes cocidos.
Los alimentos por lo general están sobre bandejas de loza o cestos de fibras vegetales y se les
cubre con bellas piezas de tejido o bordado.
Las figuras de azúcar y el pan son elaborados de manera artesanal. Entre las variantes del destacan
aquello que adoptan formas de animales o de seres fantásticos.
Todos los elementos que constituyen la ofrenda, al día siguiente, le son compartidos a quienes se
presentaron a dar condolencias a la familia del difunto.
Al centro del “arco” nunca falta un mano de plátanos. La colocación de los elementos se hace por
costumbre ancestral.
Sobre el tapete floral se forma una especia de estrella con mazorcas de maíz de color rojo. Dicha
forma, bien puede hacer referencia a los puntos cardinales.
La flor de anima, una orquídea de color morado contrasta con el amarillo dominante del conjunto.
De entre las l figuras de azúcar, nunca falta la de un ángel, que es colocado en lugar destacado del
arco.
Cada comunidad echa mano de los objetos que fabrica o los que adquiere por compra den las
comunidades cercanas. Tal es el caso de los cántaros que se elaboran en Patamban o Huáncito.
El barro negro vidriado es propio de Santa Fe de la Laguna, mismo que le imprime un mayor rango
de belleza a la ofrenda.
Los tarascos reconocían los puntos cardinales a través de colores: el norte, amarillo, el sur, azul, el
oriente, rojo; el poniente, blanco; y el centro, negro, es decir Pátzcuaro, el lugar de la muerte o
paraíso para el cristianismo.
La ofrenda se realizó con elementos que se utilizan en las
comunidades como son: el pan, la flor de cempasúchil, los frutos de
la región, el agua, el maíz, entre otros.