You are on page 1of 15

Ciencias Sociales 95: 33-47, 2002 (I)

Entre el cambio y la tradición:


EL FRACASO DE LA PRIVATIZACIÓN DE LA ENERGÍA
Y LAS TELECOMUNICACIONES EN COSTA RICA

Manuel Antonio Solís

RESUMEN

Tomando como eje el proyecto de privatización del sector energético aprobado en el


mes de marzo del año 2000, y retirado luego como consecuencia de la movilización so-
cial, el autor plantea una reflexión sobre algunos aspectos sobresalientes de la cultura
política costarricense. Un punto central de atención, es la coexistencia de prácticas que
violentan de manera autoritaria el entramado institucional, con un discurso que llama
a la moderación y subraya la excepcionalidad nacional.

ABSTRACT

On the basis of an analysis of the project of privatization of the electrical and telecom-
munication company –which was first passed in Congress and then withdrawn as a
consequence of popular mobilizations in March 2000- the author develops a reflection
of some central aspects of the costarrican political culture. A salient point is the coe-
xistence of authoritarian practices that violate the institutional order, with a discourse
that appeals to moderation and underscores national exceptionalism.

El mes de marzo del año 2000 tuvo lugar se de Electricidad ( ICE), la iniciativa era necesa-
en Costa Rica un movimiento social de magni- ria para disminuir el costo de las tarifas de los
tudes sin precedentes, cuando menos desde el servicios prestados por la institución y mejo-
inicio del giro hacia la liberalización de la eco- rarlos, estimular el ingreso de capitales de in-
nomía nacional, a principios de los años ochen- versión y enfrentar el apremiante problema de
ta. El motivo fue la aprobación en el Congreso, una deuda interna cuyo servicio consumía más
en primer debate, del llamado proyecto de del 40% de los ingresos del Estado, y crecía ex-
apertura y liberalización del sector de la ener- ponencialmente.
gía y las telecomunicaciones. En ese momento Sin embargo, una vez aprobada la ley en
parecía un hecho que el proyecto pasaría en se- primer debate, cobró fuerza un movimiento so-
gundo debate unos días después y se converti- cial que se extendió a casi todo el país en unos
ría en ley. Solo 10 de los 57 diputados votaron pocos días. La resistencia tuvo la fuerza sufi-
en contra. Si pasaba la segunda votación llega- ciente para obligar al Gobierno a retirar el pro-
ría a su fin un monopolio público de cincuenta yecto aprobado de la corriente parlamentaria y
años. Según los defensores del llamado proyec- hacer abortar una iniciativa que, a esa altura, te-
to de modernización del Instituto Costarricen- nía más de cinco años en la corriente legislativa.
34 Manuel Antonio Solís

Al detenerse la privatización del ICE se ejemplo, en el llamado consenso de Washington


detuvieron todas las iniciativas privatizadoras de principios de los años ochenta, y las particu-
explícitas y de gran magnitud. La razón fue el laridades de las historias nacionales, y más espe-
pánico político, y los conflictos que se desata- cíficamente con los códigos y prácticas compar-
ron por la fuerza de la movilización, la cual tidas que articulan (o desarticulan) la represen-
sorprendió incluso a quienes la convocaban. La tación de un conglomerado social. Lo que acá se
protesta abrió fracturas y separó a los dos parti- llama herencia social, o herencia cultural, cons-
dos mayoritarios Partido Unidad Social Cristia- tituye un referente fundamental que los neoli-
na, PUSC y Partido Liberación Nacional, PLN que berales (aunque no solo ellos) han despreciado
apoyaron la privatización, quienes pasaron de por su forma abstracta de razonar y argumen-
la coordinación al enfrentamiento. En la lectu- tar. Sin embargo, el mundo social y cultural
ra de los ideólogos de la privatización, el retiro que han forjado las distintas historias no se
del proyecto agudizaba superlativamente lo que ajusta a modelos abstractos. A veces él se vuelve
desde antes era descrito como un cuadro fatal particularmente visible y en este sentido entra
de inmovilidad y estancamiento. Un sector de en escena, sin haber estado nunca fuera de ella,
los neoliberales fuera del Gobierno pasó a criti- hablando un lenguaje preciso, el cual, no obs-
car acremente a los neoliberales en el Gobier- tante, tiene que ser entendido.
no. Los acusaban de haber tirado la toalla en el Lo preciso en nuestro caso es que seis se-
primer asalto de una pelea decisiva, y de no ha- manas después de haberse iniciado el estado de
ber podido forjar un liderazgo político sosteni- “conmoción nacional” que trajo consigo la pri-
do por autoridad. mera aprobación en el Congreso del llamado
Como resultado del movimiento de mar- proyecto de modernización del sector de la
zo, la llamada política de reforma del Estado se energía, el mismo había sido detenido. Unos
detuvo. Nadie quiso hablar más de privatiza- días después fue rechazado de manera inapela-
ción de instituciones públicas, aduciendo falta ble por un fallo de la Sala Constitucional. En es-
de condiciones políticas. Pero al mismo tiem- te pronunciamiento y en el voto salvado de uno
po, el movimiento social que se generó solo al- de los Jueces Constitucionales se demostraban
canzó para el tramo de una definición negativa vicios en el trámite de la ley, y en su contenido,
y la acción coyuntural. Logró su propósito en la que justificaban anular todo lo hecho. Entre las
medida en que identificó un enemigo preciso cosas que tienen que ser descifradas está el por
en la imprecisamente llamada “clase política”, qué se avanzó hasta donde se avanzó (el primer
la cual fue acusada desde múltiples lados de co- debate en el Congreso) si los vicios señalados
rrupción, voracidad, autismo y esterilidad. In- eran visibles desde antes y habían sido señala-
mediatamente después de marzo no surgieron dos cual tales, y por qué hay luego un repliegue
preguntas ni acciones que apuntaran hacia abrupto y obediente, primero frente a la protes-
otras formas de interpretación de la ciudadanía ta, y luego ante el veredicto legal. De un lado un
y la democracia, a partir de lo que era la expe- proceder con desenfado por parte de los poderes
riencia inmediata, por lo menos no con fuerza. Ejecutivo y Legislativo; del otro, aparentemen-
Ello no obstante que el haberse detenido un te, tacto y legalidad. Al mismo tiempo, también
proyecto de este tipo era, sin duda, un rendi- reta nuestra imaginación lo contrario: ¿cómo se
miento inusual, por sí mismo, poco frecuente podría explicar que los ciudadanos todos tenga-
en nuestra región, y más allá de ella. Dos años mos tanta dificultad para elaborar y sacar con-
después los efectos de la lucha contra la privati- clusiones sobre nuestra condición política, a
zación del ICE se harán sentir en las elecciones partir de un acto de trasgresión constitucional
nacionales, en forma de una definición electo- de esta magnitud, en la cual estuvieron com-
ral más clara de lo que no se quiere. prometidos los dos partidos mayoritarios? ¿Qué
A partir de lo anterior quisiera rescatar significa el que no lográsemos entender las con-
para la reflexión, la relación entre reformas so- secuencias de una situación que ponía la consti-
ciales y políticas, presentadas frecuentemente tucionalidad en las calles y la inconstitucionali-
como prescripciones generales a cumplir, por dad en los Poderes Legislativo y Ejecutivo?
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 35

En el curso de las últimas dos décadas Confrontados con este rumbo único pero
las discusiones en torno a la cuestión del ajuste zigzagueante, economistas y sociólogos han
estructural y la liberalización en Costa Rica apelado como explicación a una “característica
han establecido dos tendencias claras: histórica nacional”. Se ha hablado de una ma-
Un primer hecho es la convergencia de nera de ser que, a diferencia de nuestros veci-
los partidos mayoritarios en una misma direc- nos cercanos, busca el punto medio de las cosas
ción en materia de política económica, la su- y evita los extremos que pueden desembocar en
perposición entre neoliberales confesos y los conflictos y en violencia. Desde esta perspectiva
autodenominados socialdemócratas. Esta ob- podría eventualmente explicarse, por lo menos
servación se ha convertido en un lugar común parcialmente, el fracaso de la privatización del
y no merece detenernos en ella. ICE. A mi juicio, quien se apoye sin cuidado en
El segundo hecho es que el ajuste es- esta presunción corre el riesgo de quedar atra-
tructural ha seguido cauces heterodoxos. Pre- pado en un imaginario social que oculta una
siones y demandas que en un sentido ortodoxo realidad mucho más complicada, mucho me-
debían ser respondidas desde el mercado mis- nos agradable para los ojos y oídos nacionales,
mo, han sido respondidas por medio de mani- pero tal vez mucho más interesante desde el
pulaciones de la política económica, con el pro- punto de vista de la reflexión.
pósito de atemperar conflictos en el corto pla- Quisiera ahora concentrarme en una po-
zo, o para conseguir objetivos políticos partida- cas observaciones, apoyándome en la experien-
rios, por ejemplo, incidir en un sector del elec- cia del proyecto de privatización del ICE, no sin
torado. Y a veces simplemente para favorecer antes indicar que una integración de las mis-
grupos particulares, cuyos beneficios siguen mas en un cuadro coherente sobrepasa lo que
dependiendo de una intervención del Estado en es posible en el marco de estas notas.
uno u otro sentido. En todo caso, el ciclo eco- Primero quisiera aventurar la hipótesis
nómico electoral que se ha identificado, con de que el movimiento de protesta contra la pri-
sus patrones de gasto, frena y tuerce los propó- vatización del ICE, no fue, en sentido estricto ni
sitos defendidos por los tecnócratas en el mar- fundamentalmente, un movimiento antipriva-
co de la reestructuración económica, obligando tizador, con argumentos claros y explícitos de
a correcciones subsiguientes y de nuevo a co- por qué oponerse a las privatizaciones y al mo-
rrecciones para balancear los efectos de las co- delo de sociedad que con ellas se propone. Esto
rrecciones anteriores. Resultado: un ajuste es- a pesar de que el movimiento tuvo como su
tructural con desviaciones y hasta retrocesos, y principal consecuencia el detener las privatiza-
sin políticas de “shock”, por lo menos hasta ciones. Fue principalmente una protesta con-
principios del nuevo siglo. tra un estilo de privatización que tenía todas
Así, hasta el fin de siglo parecían con- las características de una distribución de una
verger el convencimiento de que solo había un institución pública entre grupos vinculados a
modelo de crecimiento legítimo, el cual tenía los dos partidos mayoritarios, asociados de ma-
un horizonte de mercado, con una heterodoxia nera directa a figuras prominentes de los mis-
simultánea en la ejecución práctica de la políti- mos. El proyecto sometido a discusión a prin-
ca de ajuste estructural. En el 2000, la privati- cipios del 2000, para empezar, no defendía una
zación del sector energético formaba parte de privatización transparente, negociada con al-
una estrategia para acelerar el paso dentro de la gún tipo de beneficio para el Estado que re-
ruta que se venía recorriendo, y avanzar sobre nunciaba a un patrimonio, o justificada racio-
ella con más decisión. Resumía la voluntad de nalmente con argumentos que dejaban claro
abandonar el movimiento zigzagueante y con cuáles serían las mejoras o beneficios que ella
rodeos, que a decir de los tecnócratas y de los traería respecto a la situación existente. La ley
ortodoxos neoliberales, nos había llevado a una aprobada en primer debate era una plataforma
situación en la cual no nos deshacíamos de lo para desmontar lo que existía y trasladarlo a
peor del Estado interventor, ni nos beneficiába- manos privadas de una manera oscura y sinuo-
mos de lo mejor que podía aportar el mercado. sa, mediante mediaciones políticas. Ni siquiera
36 Manuel Antonio Solís

proponía una privatización franca. En sentido traba el contenido y parte, cuando menos, de
estricto se trataba de una oligarquización diri- las intenciones. El problema no solo era priva-
gida en nombre del mercado y de la moderniza- tizar sino, más importante, controlar política-
ción, y con el apoyo de un instrumento jurídico mente la dirección de la privatización. La mo-
diseñado con ese propósito. dernización así entendida no necesitaba ni de-
El dictamen sobre el contenido del pro- seaba una ciudadanía que fuese interlocutora
yecto energético emitido por el Juez Constitu- de las acciones de gobierno. La situación dejaba
cional que se pronunció, muestra como se hacía ver cuán limitados son los mecanismos existen-
esto. Primero se desmembraba al ICE y se lo tes en nuestro sistema político para que la ciu-
reorganizaba en un conjunto de instituciones dadanía pueda supervisar las decisiones políti-
con un estatus singular, jurídicamente inexis- cas, y eventualmente incidir sobre ellas. Casi
tente dentro de nuestro ordenamiento legal. Si- como una revancha contra el movimiento que
multáneamente, se ponía a estas instituciones interrumpió una meta casi lograda, en las se-
fuera del alcance de los mecanismos constitu- manas siguientes a los sucesos de marzo se de-
cionales de control existentes y se las dotaba de tuvo el proceso legislativo dirigido a crear el
atribuciones para negociar con privados. De un mecanismo del plebiscito o referéndum.
lado se creaban instituciones “público/priva- Cuando la oposición al proyecto se des-
das”; del otro, esas instituciones quedaban suje- borda en las calles, el Partido Liberación Na -
tas a reglamentos especiales, que las libraban de cional (PLN) evaluó el costo político electoral
toda regulación en las negociaciones con la em- que significaría para ellos mantener su alianza
presa privada nacional y extranjera. Finalmente, con el Gobierno. Acto seguido, los liberacionis-
todas las decisiones se concentraban en una bu- tas se distancian y trasladan la responsabilidad
rocracia nombrada políticamente desde el Poder de lo hecho al partido en gobierno, PUSC. En lo
Ejecutivo, la cual designaba a su vez a sus dele- sucesivo hablarán de un “trámite apresurado”,
gados en las instituciones desmembradas que y de yerros provocados por la prisa, (casi) de un
creaba la ley. Esta era la pieza que coronaba la error inocente motivado por la urgencia del
arquitectura jurídica de la llamada moderniza- cambio requerido2. Le restan peso a la cuenta
ción del ICE, y que el Gobierno y sus defensores de la intencionalidad y de la decisión, que los
rechazaban que fuese una privatización. comprometía directamente, y lo pasan a la
Para darle vida a tal estructura, el pro- cuenta de la torpeza. Apoyados en esta lectura,
yecto producía concientemente una realidad los socialdemócratas buscaron endosarle el cos-
jurídica confusa. Incluso juristas que hubiesen to político del fracaso a los socialcristianos, re-
estado a favor de una modernización explícita prochándoles públicamente que: “tuvieron una
de la institución, y hasta de una privatización, actitud de rechazo sistemático en torno a las
objetan un documento “innecesariamente en- advertencias de los problemas que traería un
marañado, lleno de vocablos esotéricos, inco- trámite apresurado”, como lo dirá uno de sus
rrecciones en el lenguaje, y conceptos jurídica- diputados3. Esta salida fácil deja ver una carac-
mente equivocados”, el cual creaba una red de terística central del sistema político costarri-
empresas “complicada, duplicada, y mal califi- cense, a saber, el que la clase política se ha
cada”1. Entre las posibilidades de privatización sentido libre de dar cuentas de sus actos de
existentes se escogió una, embrollada, casi im- frente a quien la interpela, cuando es interpe-
penetrable, e inconstitucional. La forma mos- lada, o bien, siente que puede evadir la crítica

1 Asamblea Legislativa. Departamento de Servicios 2 Congreso apresuró el “combo”. La Nación,


Técnicos. Informe técnico del expediente 13 873 25/4/2000, p. 4 A.
“Ley para el mejoramiento de los servicios públicos
de electricidad y comunicaciones y de participación 3 Declaraciones de Guido Alberto Monge. Idem.
del Estado”. 26/4/2000, folios 12303-12309.
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 37

con argumentos ligeros, que indican cuan poco se minado en comisión “Ley de la Corporativiza-
toma en serio a quienes lo emplazan. Si bien en ción”. El modelo de la privatización encubier-
nuestro caso se puede hablar de un respeto reli- ta por la vía de una corporación fue también
gioso a los resultados del sufragio, en otros ámbi- el corazón del proyecto aprobado en marzo
tos la regla es que no existe ni responsabilidad por del 2000.
lo actuado ni disposición a asumir las consecuen- En 1996, con la figura de la corporación
cias por lo hecho, con implicaciones en explicacio- se buscaba reorientar al ICE, quitándole los
nes claras y en la obligación de las mismas. controles legales que, según el Poder Ejecuti-
En nuestro ejemplo, hay que recordar vo, le restaban competitividad, eficiencia y po-
que las primeras iniciativas privatizadoras de sibilidades de expansión. El objetivo era atraer
la energía y las telecomunicaciones vinieron capital privado en un marco de alianzas estra-
del Partido Liberación Nacional, y están aso- tégicas ágiles, para convertir al país en un lu-
ciadas a nombres como José María Figueres gar atractivo para “industrias electrointensi-
Olsen (1994-1998), hijo de quien le dio im- vas”, conforme al modelo de Intel, el logro
pulso al monopolio estatal de la energía, y Os- económico más celebrado de la administración
car Arias Sánchez (1986-1990), quien no solo Figueres Olsen. Se partía de la imposibilidad
es un partidario de la privatización, sino puso de transformar al ICE dentro del marco de su-
en manos de la transnacional Millicom la ex- bordinación a las regulaciones estatales estan-
plotación de la telefonía celular, mediante un darizadas existentes, las cuales sólo permitían
procedimiento jurídicamente irregular. En su hacer lo que la ley expresamente autorizaba,
gobierno se inicia la compra de energía al como estaba establecido, entre otras, en la Ley
sector privado, la cual dará pie a alianzas en- de Administración Financiera. Lo que se busca
tre empresas privadas nacional y capital ex- es que el ICE pudiera hacer todo lo que estuvie-
tranjero. Estas iniciativas y alianzas serán se a su alcance, siempre que no fuese prohibi-
uno de los ejes principales de apoyo al proyec- do legalmente, y que todo el sistema de con-
to debatido en el 2000. En este sentido, la pri- troles “a priori” existente fuese transformado
sa no fue la causa de un proyecto mal hecho, en un sistema de controles “a posteriori”. Esta
que convocó el rechazo. La propuesta recha- fue la idea defendida por el Ministro René Cas-
zada conservaba casi todas las características tro en la comisión legislativa. Para ello se eli-
básicas de la que había sido presentada al minaba el marco legal que fijaba lo prohibido y
Congreso por el gobierno de Figueres Olsen establecía cauces jurídicos obligados. Sobre es-
en 1996, asumida como suya por el Partido ta base es que la corporación buscaría cons-
Liberación Nacional. truir sus alianzas, conforme a un esquema que
En el año 1996 el Presidente Figueres dejaba abiertas distintas formas de combina-
defendió lo que él llamaba una tesis “diame- ción entre el sector público y el privado. En
tralmente opuesta” a la de los expresidentes qué proporción debía ocurrir esta combinación
Arias Sánchez, PLN y Calderón Fournier, PUSC de lo público y lo privado es algo declarado sin
quienes se habían pronunciado por la privati- importancia de cara al objetivo corporativo de
zación del ICE. Figueres defendía una moder- producir eficientemente energía más barata:
nización que no era una privatización. Su
modernización proponía una apertura compe- ... es irrelevante el porcentaje que sea
titiva en un marco de alianzas entre capital público o el privado. La ley de hoy lo fija
nacional y extranjero, como en la que ya en y comete un error porque está afectando
ese momento participaba su propia familia al consumidor y tiene tarifas crecientes y
con la Global Energy Inc, de los Estados Uni- eso no debió haberse fijado nunca por
dos. Con este fin quiso convertir al ICE en una ley. Es irrelevante qué porcentaje sea pú-
corporación con rasgos particulares. El con- blico o privado, lo que es relevante aquí
cepto de la corporación como algo distinto de es que haya competencia y que se com-
la privatización, era central en el proyecto de pren sólo los kilovatios más baratos, para
ley puesto a discusión en 1996, también deno- que se beneficie el consumidor, no si el
38 Manuel Antonio Solís

que lo produce es una empresa estatal o El esquema despejaba el camino de la


es el sector privado4. privatización del ICE bajo la figura de la corpo-
ración. Las disposiciones que salían de este
En el marco de la corporación la rela- proyecto de ley forjaban un cuadro institucio-
ción entre lo privado y lo público se transfor- nal amorfo, con una regulación contraria a las
maban de una manera imprecisa; las distincio- leyes existentes en el país. En la intervención
nes perdían relevancia en función de una su- del Regulador se proponía ya la hipótesis, aco-
puesta eficacia fundamentada sobre criterios gida por el movimiento de marzo, y defendida
exclusivamente económicos. desde antes por los sindicatos, de que los pro-
Este proyecto, cuyo espíritu permanecerá blemas de eficiencia del ICE eran el resultado de
en el del año 2000, fue objetado desde el inicio, decisiones políticas explícitas, o sea, el produc-
política y legalmente. Sin embargo, las críticas y to de actos de los políticos intencionales, dirigi-
observaciones fueron desestimadas totalmente. dos a crear las condiciones para privatizar al
En todo caso, ellas fueron lo suficientemente ICE, o en este caso, “para corporativizarlo”.
claras como para que no se confundiera luego lo La argumentación del Defensor de los
que era una intención expresa con una supuesta Habitantes retomaba y profundizaba las tesis
chapucería producto de la prisa. En lo funda- anteriores. El también habla de una institución
mental las objeciones se concentraron en los trasformada en “híbrido peculiar”, que trasla-
mismo puntos en torno a los cuales se iba a con- daba las actividades más rentables del ICE al
centrar la crítica al proyecto debatido en el 2000. sector privado, al tiempo que aumentaba el
Por ejemplo, el Regulador General de personal directivo (políticamente nombrado) y
Servicios señalaba que como estaba planteado reducía la participación de los trabajadores. To-
el proyecto, con el concepto de corporación co- do esto, agregaba, “en un marco de manipula-
mo eje, era totalmente incierto en qué se podía ción de datos para justificar la privatización”,
desembocar. Una de sus objeciones era que no que incluía la afirmación reiterada de que los
aparecía una sola línea en la ley propuesta en la organismos financieros internacionales habían
que se afirmara que la corporación o sus filia- cerrado el crédito para la expansión de este tipo
les, las cuales seguían siendo estatales, estuvie- de instituciones públicas, las cuales, por lo tan-
sen sujetas a algún tipo de regulación. Tal omi- to debían buscar recursos en el sector privado6.
sión hacía pensar que, efectivamente, se desea- Esta afirmación había sido desmentida en 1996
ba trabajar sin la intervención de la Contralo- pero se mantuvo como cierta hasta el 2000.
ría, la Autoridad Presupuestaria y la Autoridad También de la intervención del Contra-
Reguladora. Esta opinión era confirmada por lor General de la República se desprendía que la
algunos diputados que formaban parte de la co-
misión que discutió el proyecto:
yecto que tiene el número 12 695 es totalmente
renco en una serie de aspectos e, inclusive, puede
Este proyecto en concreto que estamos llegar a ser perjudicial si ustedes no lo someten a
viendo hoy, no habla en una sola línea de los controles que el Estado debe tener. Si es un ente
la Autoridad Reguladora (...) son entes que va a trabajar bajo la legislación privada, que sea
privados, bajo el régimen privado, que totalmente ayuno de regulaciones y de normaliza-
ción de parte del mismo Estado costarricense y, por
harían lo que les da la gana, entregarían
supuesto, de la Asamblea Legislativa. Porque ellos
la energía como les dé la gana; no hay lo único que definen es que de aquí en adelante na-
regla, nadie los va a controlar5. die lo puede controlar, simplemente van a pagar
impuestos, y es una cosa que no he mencionado.
Estas empresas tienen que pagar impuestos para
4 Intervención del Ministro René Castro. Comisión que entren a competir y de ahí en adelante no ten-
Especial Mixta. Acta Nº 10, 25/11/1996, Op cit., p.20. drían que pagarle nada más al Estado”, p. 15.

5 Intervención del Regulador General Leonel Fonse- 6 Intervención del Defensor de los Habitantes Rodri-
ca. Comisión Especial Mixta. Acta Nº 9, 19/11/1996, go Alberto Carazo Zeledón. Comisión Especial Mix-
p. 22. Antes leemos: “De manera que para mí el pro- ta. Acta 11, 26/11/1996, pp. 5-11.
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 39

ley corporativa era confusa y que por la vía de lo Asamblea Legislativa defina si lo que se
poco preciso creaba una institucionalidad fuera de quiere es impulsar un proceso de privati-
los controles establecidos por la Constitución Po- zación discreto o disimulado; si es eso lo
lítica, con presupuestos que no pasaban ni por la que más le conviene al país o le conviene
Asamblea Legislativa ni por la Contraloría, a pesar plantear una privatización franca y
de que quedaba subordinada a un organismo polí- abierta para regularla como privatiza-
tico, cual era el Consejo de Gobierno7. Este cua- ción (...) Si este país decide entrar en un
dro se complicaba en tanto a la Junta Directiva del proceso de privatizaciones con el ICE a la
ICE se le daban potestades enormes (emisiones de cabeza, en la Contraloría General de la
títulos y valores al margen de las instituciones re- República tendríamos mucho gusto en
guladoras existentes y, conforme al artículo 6, dis- contribuir a una legislación lo más sana
tribución de utilidades a criterio de la Junta Di- posible, para regular estos procesos10.
rectiva). Excepto en un caso, los plazos de nom-
bramiento de los directivos gerentes y subgeren- En resumidas cuentas las cosas parecían
tes quedaban indefinidos. Además, conforme al ar- quedar peor con la corporativización que con
tículo 10, se ponía como requisito que la directiva una privatización franca y abiertamente debatida.
estuviese formada por personas con experiencia A partir de estos señalamientos quisiera
empresarial. Sin embargo, en la propuesta no destacar dos características del sistema político
existía ningún mecanismo para regular conflictos costarricense que frecuentemente pasan inad-
de intereses, y las responsabilidades de los directi- vertidas, a pesar de que pertenecen a nuestra
vos quedaban minimizadas, casi igualadas a “san - cotidianidad.
ciones de irresponsabilidad” 8. El Contralor volvía El debate que comenzó en 1996 no tuvo
sobre una duda presente, al sostener que el carác- implicaciones de fondo sobre la propuesta discu-
ter mixto de las empresas de la corporación, no se tida. A pesar de las observaciones tempranas so-
circunscribía de manera precisa y nunca se habla- bre una legalidad que se violentaba, se siguió
ba de una proporción necesaria o deseable en la avanzando, con plena conciencia, por un camino
condición mixta9, con lo cual efectivamente, se que implicaba transgresiones constitucionales.
podía pensar en una privatización encubierta y El apego real a la legalidad en el sentido más
manipulada. De allí el emplazamiento: amplio, no define una particularidad de la socie-
dad costarricense. No es parte de su realidad ni
En la Contraloría General de la Repúbli- contribuye a una explicación de su singularidad.
ca nos parece que es deseable y es salu- Quizás el punto de apoyo más fuerte que tuvo el
dable, para la vida del país, que esta movimiento de marzo fue la experiencia repetida
de actos de corrupción a todos los niveles de la
administración pública, y junto a ella, la expe-
riencia de impunidad. Esta y la corrupción fue-
7 Intervención del Contralor General de la República
Luis Fernando Vargas. Op cit., pp.19-22. ron el componente principal de las llamadas “Le-
tanías de la desconfianza” que resumían, desde
8 Idem, p.23. “No hay responsabilidad con su patri- una interpretación propuesta en la prensa, las
monio por el ejercicio de la gestión, por la aproba- causas del movimiento de marzo. De los 29 moti-
ción de políticas erradas o bien, por una mala ad- vos del movimiento enlistados, más de la mitad
ministración; inversiones mal acordadas, empresas
mal diseñadas. Solamente hay responsabilidad pa- apuntaban directamente a casos de corrupción,
trimonial por actos –dice la ley– u operaciones pro- con mediación de influencias políticas o simple-
hibidos por la ley”. mente utilizando el poder político11. Un artículo

9 Ibid “La ley no define en ningún momento cuál va a


ser el equilibrio de esa composición mixta; podría 10 Ibid, p. 25.
ser un medio por ciento público y el resto privado y
esos directivos podrían llegar a integrar la Corpora- 11 Herrera, Mauricio. “12 días de protestas. Descon-
ción y por esa vía ser ellos mismos los que tienen tento saltó a las calles”. La Nación, 2 7 / 3 / 2 0 0 0 ,
intereses en todo el sistema, los que lo dirigen”. p.6A.
40 Manuel Antonio Solís

aparecido en medio del conflicto comentaba que hablar de la crisis de la Asamblea Legislativa, a
habían ocurrido 299 condenas por corrupción la cual se le acusa desde todos los lados de bu-
en los últimos diez años, treinta por año, más rocratismo, lentitud e ineficiencia, de ser una
de dos por mes. Sin embargo, menos de la quin- institución en crisis, entrabada e inoperante.
ta parte de un total de 1873 causas por corrup- Este, sin embargo, es sólo un lado de las cosas.
ción, el 15,9%, habían concluido en una conde- En torno al debate de la llamada moderniza-
na12. La corrupción acompaña las políticas de ción del ICE se puso en evidencia un segundo
apertura al igual que las políticas diseñadas para ángulo, menos atendido, el de su eficiencia en
amortiguar aquellos efectos sociales que en el el proceso final de tramitación de una ley. Lo
corto plazo podían tener costos no deseables. particular era que se trataba de una “eficiencia”
Desde esta experiencia social se interpre- anticonstitucional. Reposaba, según el pronun-
taba que las complicaciones legales del proyec- ciamiento de la Sala Constitucional del 24 de
to tenían relación con una producción inten- abril del año 2000, en una violación sistemática
cionada de oscuridad, que servía a objetivos de los principios democráticos que debían de
precisos. estar en las actuaciones del Congreso de la Re-
Uno de los hechos que debilitó la defen- pública, en detrimento de la oposición política
sa pública del proyecto es que el mismo fue y las minorías13.
incluso criticado por el diputado más identifi- Los errores en el procedimiento y las
cado con el fundamentalismo neoliberal. La violaciones incluían la convocatoria del Poder
objeción principal de Otto Guevara del Parti- Ejecutivo a sesiones extraordinarias a un pro-
do Libertario se concentraba en que el pro- yecto que no estaba vigente, pues surgió a la vi-
yecto favorecía la intervención política en el da legislativa un día después de la convocatoria.
ICE, y en esa medida continuaba, y no rompía, El Ejecutivo consignó un número de expedien-
con una tradición de intervención de los polí- te que no existía a la fecha. Esto fue seguido
ticos y el Estado en la economía. Es decir, el por la violación de los plazos fijados en el regla-
proyecto en cuestión no apuntaba a un neoli- mento legislativo como garantía mínima de pu-
beralismo inconsecuente o moderado, como blicidad, es decir los plazos dados para que los
se supone a veces desde el punto de vista que legisladores se enteren con antelación de lo que
acentúa la opción histórica por el punto me- ingresa al debate parlamentario. En menos de
dio en el caso costarricense. Se trataba justa- dos semanas se conoció y dictaminó un proyec-
mente de lo contrario, de un proyecto que to de ley de 259 artículos y 23 normas transito-
buscaba proteger, desde el inicio, intereses rias el cual estuvo listo el 20 de diciembre; me-
vinculados a los dos partidos políticos mayo- dia hora más tarde se puso en la red legislativa y
ritarios, en un contexto de competencia exa- 41 horas después, en menos de dos días, era co-
cerbada y espacios económicos de oportuni- nocido por el plenario legislativo. El plazo de
dad cada vez más cerrados. Si se apartaba de dos días de espera fijado por el Reglamento de la
la ortodoxia del mercado no era para favore- Asamblea Legislativa en el artículo 96 para que
cer el consenso, sino a los grupos de interés los diputados pudieran acceder al documento, y
que presionaban por medio de los dos parti- decidir con conciencia y con responsabilidad,
dos mayoritarios. Desde este punto de vista no se cumplió. El dictamen entró a la red legis-
era un proyecto extremista, solo que en otra lativa a altas horas de la noche, cuando los dipu-
dirección. tados no estaban en sus oficinas. Además, el
La segunda característica que me intere-
sa resaltar remite al trámite del proyecto pro-
piamente, a lo que este mostró. En los últimos
años se ha vuelto un lugar común en Costa Rica
13 Asamblea Legislativa. Departamento de Servicios
Técnicos. Informe técnico del expediente 13 873
“Ley para el mejoramiento de los servicios públicos
12 Mora, Carolina. “Corrupción”. La República, de electricidad y comunicaciones y de participa-
2/4/2000, p.6. ción del Estado”. 26/4/2000, folios 12303-12309.
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 41

proyecto original había sido transformado de violentar el reglamento legislativo en las sesio-
camino, ya que se le adicionó un capítulo ente- nes de comisión15. Todos estos cargos, y otros
ro sobre un tema que no estaba en discusión, más, se le hicieron particularmente al Presi-
incurriéndose así en un exceso de la facultad de dente de la Asamblea Legislativa, en tanto di-
enmienda y por ello, en la inconstitucionalidad rector del debate, el cual fue sin embargo felici-
de la adición. A lo anterior se sumaba el que el tado por socialdemócratas y socialcristianos
Presidente de la Asamblea Legislativa había in- por su eficiencia, mostrada en el acto de lograr
currido en rechazos de mociones y violentado la aprobación rapidísima del proyecto de ley.
el debate, sin asidero alguno en la normativa El procedimiento seguido ilustra una ve-
vigente, lesionando la facultad de enmienda de ta autoritaria en nuestra cultura política, sinte-
los diputados afectados, que se oponían al pro- tizada en este caso, en la aprobación de un pro-
yecto energético. yecto sin el debido debate, violentando los de-
En síntesis, el acuerdo más significativo rechos constitucionales, según una supuesta
conseguido por los dos partidos mayoritarios eficiencia parlamentaria antidemocrática, que
en torno a un proyecto vital en la estrategia de violentaba las reglas vigentes. Hasta donde me
la llamada reforma económica, fue tramitado es conocido ninguna de las voces que avalaron
de una manera que violaba principios funda- el proyecto hizo luego un balance de lo actuado
mentales del reglamento legislativo y por con- desde el punto de vista de haber suscrito un
secuencia de la Constitución Política. La Sala proceso sin asidero legal. En los meses siguien-
Constitucional anuló todo lo actuado durante tes se escribirán muchas columnas y editoriales
la tramitación del proyecto en primer debate, sobre el estancamiento económico y sobre la
ya que para empezar el proyecto había nacido urgencia de reformas. Sin embargo ninguno de
fuera de la legalidad. Más aún, ni siquiera con- estos textos tendrá por tema algo como “¿por
cluyó en forma legal. Cuando el 6 de abril los qué y cómo estuvimos de acuerdo en violentar
diputados acordaron retirar el proyecto de la la Constitución?” o “¿por qué es necesario
corriente legislativa se atribuyeron una facul- avanzar en la reforma económica en contra de
tad que, en el caso de las sesiones extraordina- la Constitución?”. Lo que todo esto puede sig-
rias, es exclusiva del Poder Ejecutivo14. nificar para nuestra institucionalidad política
Los cargos hechos por la Sala Constitu- no ha sido objeto de reflexión.
cional habían sido formulados por los diputa- El silencio en esta materia quizás se
dos minoritarios muchas veces, en los debates pueda entender, en las palabras empleadas por
en el Congreso. Repetidas veces se puso de re- un grupo de jueces que, justo durante el movi-
lieve una ausencia total de transparencia en lo miento de protesta, denunciaba drásticamente
relacionado con el procedimiento seguido y a la cúpula del Poder Judicial. En marzo del
también con el fondo del proyecto. La presiden- 2000 el Poder Judicial había sido conmovido
cia del Congreso fue acusada de violación del por el pronunciamiento público de una veinte-
proceso de toma de decisiones, silenciamiento na de jueces de larga trayectoria, que acusaban
de los diputados que estaban en contra, la limi- a sus superiores de autoritarismo, intromisio-
tación del debate, la publicación irregular del nes en las decisiones de los jueces, presiones a
expediente y de reformas introducidas de ma- los subordinados, ausencia de independencia
nera arbitraria, la limitación del tiempo de dis- para disentir, interinazgos utilizados como me-
cusión de las mociones a unos segundos cada dios de coacción e “indicaciones” extra-proceso
una, el irrespeto del principio de publicidad, la sobre como debían resolver casos bajo su res-
excesiva complacencia hacia Casa Presidencial, ponsabilidad. El grupo de jueces que hacían es-
la arbitrariedad al desechar sin discusión mo- tas denuncias se salía del closet judicial con pa-
ciones de reiteración. También fue acusado de labras posiblemente nunca pronunciadas por

14 Idem, folio 12 310. 15 Ibid.


42 Manuel Antonio Solís

un grupo de funcionarios de tan alto rango. El porción esperada o deseada por quienes equipa-
núcleo de la argumentación de los jueces era: raban la protesta a la subversión del orden ins-
“No existe en el Poder Judicial de Costa Rica un tituido. Esto a pesar de que al extenderse el
gobierno de los jueces, pues este tiene una es - movimiento el país llegó a quedar bloqueado y
tructura autoritaria y vertical ”16. Las palabras al borde de la parálisis total por falta de com-
eran precisas y contundentes. Pero tampoco en bustible. ¿Cómo se puede entender esto en un
este caso los argumentos fueron atendidos. La marco como el descrito con anterioridad?
respuesta de la cúpula del Poder Judicial estuvo Partamos primero de una consideración
marcada por la furia generada por la ruptura de general. Ella dice algo como lo que sigue:
un encadenamiento vertical que obligaba al si- Existe un imaginario nacional, asociado
lencio. El pronunciamiento de los jueces fue con una representación de una Costa Rica pro-
equiparado a un acto de insubordinación y trai- funda y esencial que es activado continuamente
ción; era el equivalente de un motín17. Los jue- y de forma ambigua, con fines diversos. A este
ces denunciantes fueron tratados verbalmente imaginario compartido se apela continuamente
en forma parecida a los manifestantes en las ca- en las situaciones de confrontación. No obstan-
lles. Los dos casos se integran y forman parte te, con más frecuencia, actúa preventivamente,
de un cuadro más amplio y complejo. La hipó- convirtiendo la confrontación abierta en un su-
tesis de una cultura política autoritaria18 pro- ceso excepcional, identificando para ello a una
puesta por los jueces apunta a una realidad que realidad trascendente que debe ser cuidada y
se encarna en personas pero las trasciende. Re- protegida. Este imaginario ha tomado cuerpo
mite a un formato de institucionalidad, a la en códigos interiorizados que delimitan lo váli-
concentración del poder, y a una forma de ejer- do y lo no válido, sobre todo en las confronta-
cicio del mismo, todo en un marco civil. ciones abiertas.
Si aceptamos el lenguaje de los jueces Una de las consecuencias de este imagi-
sublevados en aquel momento, la pregunta que nario social son las reacciones precavidas en
queda planteada es ¿cómo se contienen estas situaciones que llegan a un punto límite, aun-
tendencias autoritarias? y ¿cómo han sido con- que esto no puede confundirse ni con legali-
tenidas? Nuevamente el caso comentado puede dad ni con moderación, como objetivos por sí
ser ilustrativo. mismos. Ese límite no es nombrado explícita-
Como sabemos, la protesta contra el pro- mente, pero tiene para nosotros una r e p r e-
yecto energético transcurrió de manera in- sentación silenciosa en el proceso de polariza-
cruenta. Después de algunos enfrentamientos ción social que condujo al conflicto armado
que contribuyeron a polarizar más la opinión de 1948, el punto de partida de la Costa Rica
pública contra el proyecto, el Gobierno evitó contemporánea. El imaginario nacional fini-
recurrir a medidas de fuerza. Hubo ciertamente secular busca expulsar la violencia, pero al
presiones a favor de la fuerza, apelando a un mismo tiempo supone y moviliza figuras de
principio de autoridad que tenía que hacerse autoridad verticales que reducen la posibili-
valer a toda costa. Pero en lo fundamental no dad de una distancia crítica e inducen a la su-
fueron atendidas, por lo menos no en la pro- bordinación. Esto puede también relacionarse
con lo que fue el proceso político de los años
cuarenta, pero también es anterior a él. Como
consecuencia, la palabra queda circunscrita
16 “A los costarricenses y a los Poderes del Estado”.
La Nación, 2/4/2000, p.38A (Campo Pagado) (Des- por representaciones de lo posible y de lo no
tacados míos). posible, las cuales han tomado forma en códi-
gos de interacción social que ponen barreras
17 Méndez, William. “Por afirmaciones hechas en más allá de las cuales no se debe ir, permane-
campo pagado. Corte furiosa con sus jueces”. La
ciendo no obstante la fantasía de su trasgre-
Nación, 4/4/2000, p.19A.
sión. Los editoriales de La Nación durante la
18 A los costarricenses y a los Poderes del Estado. coyuntura de marzo, y después, pueden leerse
Op cit. desde este ángulo: hubo un constante llamado
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 43

al Estado para que empleara los recursos de cuya explicación todavía está pendiente. No es
fuerza a su disposición, contra la protesta. del todo claro por qué en este momento emer-
La verticalidad invocada tiene también gió este tipo de lectura con tanta fuerza. Tres
una consecuencia en términos de pasividad, en elementos pueden ser rápidamente introduci-
una vivencia lejana de la condición ciudadana, dos. Uno tiene que ver con que el ICE no era
más allá del momento propiamente electoral. Y una institución que se hubiese desprestigiado a
lo contrario: implica un gran espacio para un los ojos de la mayoría de la población, y cuyos
autoritarismo civil, el cual a su vez es un punto problemas de eficiencia y funcionamiento se
de apoyo para el acto ilegal, y para el manejo podían relacionar con relativa facilidad con po-
patrimonialista de lo público. Un rasgo distinti- líticas específicas que descapitalizaban la insti-
vo de los códigos que organizan el imaginario tución y bloquean sus inversiones. Por ejemplo
al cual nos referimos, es que ellos apelan siem- la prohibición de reinversión de utilidades y la
pre a la tradición, y a formas concretas o abs- compra obligatoria de bonos de deuda pública.
tractas de autoridad que actúan desde el pasa- Un segundo elemento era que se trataba de la
do, con legitimidad. Este imaginario no es solo primera institución representativa del Estado
una creencia; se ancla en la emocionalidad más Bienestar que era atacada de manera íntegra y
que en la razón, aunque apele a ella, con fre- frontal. La política de apertura del sector ban-
cuencia en la forma de información histórica. cario no llegó a la privatización de los bancos
El imaginario social costarricense tiene una del Estado; más bien optó por transformar la
forma un tanto simple y es, a veces hasta sim- banca nacional desde afuera, favoreciendo un
pático, pero opera muy desde dentro en cada cinturón de bancos privados financiados ini-
persona que tenga una socialización promedio. cialmente desde el extranjero. Y en tercer lu-
Él produce e induce acciones y reacciones con- gar, la electricidad tenía una historia de luchas
tradictorias, como tacto y moderación en ámbi- nacionalistas en la primera mitad de siglo; el
tos específicos de nuestra vida política, y simul- ICE era probablemente una de las pocas institu-
táneamente, prepotencia desenfadada en otros. ciones autónomas que podían ser referidas di-
Uno de los elementos que llamaban la rectamente a un impulso nacionalista y a una
atención en el curso de la movilización de mar- experiencia de lucha. Queda como una pregun-
zo fue el que los manifestantes apelaron de dis- ta la cuestión de la movilización de los jóvenes
tintas maneras a esa Costa Rica esencial. Esta y la forma en que se entrecruzó en ellos, en ese
se hizo presente en los cánticos e himnos pa- momento, el horizonte de vida personal con el
trios, en las pancartas y las consignas durante horizonte de cambio social. Esto supone, otra
las marchas, y tomó forma en la invocación ex- vez, un nivel de especificación ya que, como sa-
plícita a un nosotros que repudia la violencia bemos, la forma favorable al proyecto privatiza-
desde el referente de una tradición de paz. El dor en que reaccionaron algunos estudiantes
nosotros con el cual quedaba relacionada la paz de economía e ingeniería en la Universidad de
remitía a la tradición que también había toma- Costa Rica, advierte sobre el peligro de las ge-
do cuerpo en el ICE, como institución pública neralizaciones.
clave en la modernización posterior al conflicto Sobre todo lo anterior, gravitaba además
armado de 1948, asociada con el bienestar y la la idea de una “socialdemocracia auténtica”,
seguridad de la posguerra. Un ICE descrito co- que alguna vez representó un interés nacional,
mo “nuestro” y como un símbolo en el cual la personificada en José Figueres, el padre de
población se miraba orgullosa de sus logros, y quien propuso la privatización corporativa del
por tanto de su país, quedaba contrapuesto a la ICE. Con esto vuelve la idea de un pasado bueno,
vivencia inmediata de un ICE que se salía de la y de unos padres a cuya memoria se podía ape-
esfera de lo “nuestro”, en forma muy similar a lar para contener los desmanes de sus hijos.
como una persona experimenta una amputa- Frente al Partido Liberación Nacional que llevó
ción que transforma su cuerpo, y con ella su la iniciativa en el Congreso para conseguir la
propia identidad. La metáfora solo intenta en aprobación del proyecto de privatización corpo-
este caso resaltar una idea de pérdida dolorosa, rativa, la oposición en las calles y en el Congreso
44 Manuel Antonio Solís

apelaba a un Partido Liberación Nacional ante- sus hijos políticos. En ningún momento se lo-
rior, respecto al cual el Liberación Nacional del gra avanzar a una lectura de proceso y de trans-
presente incurría en un acto de traición. La formación, en el marco de la cual quedara claro
consecuencia era que se podía oponer el viejo cómo y sobre qué premisas y realidades evolu-
Liberación Nacional al actual Liberación Nacio- cionaron los grupos reformistas de los años
nal. A partir de allí, se podía fantasear con la cuarenta. Lo que queda es una contraposición
idea de retomar un rumbo anterior, y una tra- maniquea entre un pasado bueno y un presente
dición política anterior, la de los políticos lúci- degenerado. En este marco, cuestiones como
dos que buscaban el bien del mayor número, las de los procedimientos autoritarios, de los
conforme a la conocida expresión de Figueres cuales se tenía una vivencia inmediata, quedan
padre. Aquí se podía apoyar la resistencia con descolgados y sin antecedentes en nuestra his-
legitimidad, sin dejar de ser nacional y costarri- toria; quedan como novedades pérfidas traídas
cense; por el contrario, supuestamente siéndo- por los vientos de la liberalización, por los vien-
lo en su sentido más profundo. tos que vienen de afuera y corrompen lo que
No tengo ninguna duda que esta lectura existe. En tanto los partidos del neoliberalismo
es incorrecta, particularmente en lo que refiere no son anclados en un mundo social y una his-
a Liberación Nacional. No obstante, lo relevan- toria, sino en fantasías sobre ellos mismos y so-
te es que fue la lectura enarbolada como arma bre el mundo social en que surgieron. Esta, tal
en contra de los privatizadores, por ejemplo, vez sea una razón que explica la dificultad para
por los tres diputados situados a la izquierda reconocer el autoritarismo y la historia en las
del espectro parlamentario nacional, que lleva- propias filas, por ejemplo en el caso de la crisis
ron el peso de la discusión en los debates, y de Fuerza Democrática.
también por los sindicatos y los grupos organi- Y al mismo tiempo, cerrando un círculo,
zados. En sus discursos en el Congreso los di- la mayoría de los diputados y dirigentes del
putados mencionados transformaron la oposi- Partido Liberación Nacional levantaban la tesis
ción en las calles en la fuerza que recogía y de que la modernización corporativa del ICE
continuaba la bandera arriada por Liberación marcaba un momento de revitalización y actua-
Nacional, en la que defendía el “verdadero” lización de un partido que en el pasado le había
pensamiento y las “verdaderas” intenciones de dado al país progreso y seguridad, apelando
los fundadores de ese partido, entre ellas las de también, en ese tanto, a un legado al cual había
José Figueres y Rodrigo Facio19. Uno de ellos que darle continuidad. Las citas y las apelacio-
presenta al PLN “como un partido otrora glorio- nes al “pensamiento puro de Liberación Nacio-
so, que renegó de los principios que le dieron nal” provocaban enojo entre los diputados libe-
origen” y sobre este supuesto arremete en el racionistas y con ello nuevas referencias a “don
plenario con citas del “pensamiento de don Pe- Pepe” y a la historia partidaria, ahora para de-
pe” para demostrar cuán lejos se estaba de la mostrar que quienes los interpelan no enten-
fuente a la que hay que volver20. dían al hombre que ha inspirado las acciones
En algunos momentos este tipo de inter- de su partido, y las seguía inspirando21.
venciones roza lo ocurrido en 1948 pero no En otras palabras, los dos bandos en pug-
abren problemas o preguntas. El nombre del na convergían en una misma lectura de la histo-
caudillo sólo se usó en la discusión parlamenta- ria nacional, presentando unos el presente co-
ria para fijar un pasado relacionado con un Es- mo una desviación del pasado y los otros como
tado Benefactor, desestimado en el 2000 por una renovación necesaria de ese pasado. En las
calles ganó fuerza la tesis de la desviación y no
prosperó la del “aggiornamento”; la última no
era creíble de cara a la experiencia inmediata y
19 Acta de la Sesión Plenaria N º149. Intervención del
diputado José Manuel Núñez. Op cit., p. 104.

20 Intervención del diputado Célimo Guido. I b i d ,


ps.137, 185. También Acta 150, p.124. 21 Intervención del diputado Rafael Arias. Ibid, p.140.
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 45

a las intenciones expuestas. Mediante la tesis de La tesis de Arias se puede resumir como
la desviación del pasado bueno se legitimó la sigue: Un “milagro aconteció en un pequeño
oposición. Esto permitió aglutinar y hacer con- país llamado Costa Rica” y le dio al país la posi-
verger grupos. Simultáneamente, se afianzó la bilidad de ocupar un lugar destacado “en la lis-
representación de la democracia y la ciudada- ta de los grandes pueblos de la historia”22. El 1º
nía que subyace esta lectura de la historia na- de diciembre del año 1948, fecha de la aboli-
cional, la cual pone como protagonista central ción del ejército, “Costa Rica decidió convertir-
a Figueres Ferrer, y con él, sin que se vean, al- se en la anti-tesis de la hostilidad, y con ello ad-
gunos de los motivos que explican la participa- quirió la fuerza moral que la faculta para ser
ción ciudadana periódica, y concentrada en el ejemplo y para consolidar su identidad”. Actos
momento del voto, la ciudadanía subordinada y tan extraordinarios como éste, dice la argu-
poco o nada ducha en la toma de decisiones y mentación, confirman nuestra grandeza y nos
en la reflexión a partir de su propia experiencia. sitúan en el mundo de los grandes. Estos son
Quisiera ahora, para concluir ver el mo- los resultados de una “pasión civilizatoria”
vimiento contrario, ya no la tradición a favor arraigada como una singularidad del alma na-
del movimiento sino la tradición empleada para cional; la decisión de diciembre de 1948 colocó
prevenir nuevos movimientos, y como meca- al país como el primer eslabón de “una civiliza-
nismo de promoción y de construcción de la ción de la no violencia”, algo cualitativamente
clase política. superior a simplemente una cultura democráti-
Antes mencioné que el premio Nóbel Os- ca, pacífica o no violenta. Y sigue: Este espíritu
car Arias ha mantenido una posición favorable nuestro es el que ha comenzado a filtrarse en
a las políticas de privatización. Esto, más sus todo el planeta; fueron las ideas diseminadas
deseos personales de volver a ser presidente del por costarricenses las que llevaron a la aboli-
país, lo llevaron a alentar un movimiento a fa- ción del ejército en Panamá y en Haití. El nú-
vor de su reelección, apoyado por grupos que cleo básico de nuestra identidad es la paz. Esto
ven en él al único político con la fuerza y el ca- es algo que tenemos que recordarnos y repetir-
risma necesarios para acelerar la política de nos continuamente en el presente de incerti-
apertura económica y de reforma del Estado. dumbre que nos ha tocado vivir. Si dejamos de
Pero para que Arias fuera electo de nuevo presi- reconocernos en esta identidad, si permitimos
dente había que derogar el artículo constitucio- que se desvanezca, nos convertiremos “en una
nal que prohibía la reelección de quien ya ha si- nación invisible”, en una de esas naciones “de-
do presidente. Después de una intensa campaña saparecidas en la bruma de la historia”, nos
para derogar este artículo, Arias no reunió los adentraremos en la nada.
votos que necesitaba. Una compleja maniobra La importancia política de esta represen-
en la que participaron los aspirantes a la presi- tación de Costa Rica es difícil de subestimar.
dencia de su propio partido, y los cálculos elec- Ella, con sus distintas variantes, es la que per-
torales de los socialcristianos, dio al traste con mitiría pensar en una cultura democrática he-
una negociación muy avanzada. Esto ocurrió redada “que debe ser profundizada”, como se
en agosto del 2000, después del movimiento dice a veces de una manera ingenua, y sería al
que había hecho fracasar la privatización del mismo tiempo un componente central y singu-
ICE, el cual fue otra derrota para él. Tras estos lar del paquete de atractivos ofrecidos para
dos golpes, Arias pronuncia en el mes de di- atraer la inversión extranjera, como podría ser
ciembre un discurso con motivo de la celebra- el caso de la inversión en energía o en comuni-
ción de la abolición del ejército en 1948. En es- caciones, o antes, el caso Intel. La débil presen-
te discurso él trabaja la lectura del país con un cia del sindicalismo en el sector privado, la baja
pasado excepcional, tejiendo su argumentación conflictividad laboral y los sueldos bajos, fueron
de una manera que muestra con claridad como
la clase política nacional se ha forjado con este
referente, y cómo depende de él para forjar una 22 Arias Sánchez, Oscar. “Nuestra identidad: la paz”.
mitología sobre sí misma, y abrirse camino. La Nación, 14/12/2000, p. 15A. (Opinión).
46 Manuel Antonio Solís

los argumentos a los que apeló el embajador medida, la continuidad fluida entre el pasado y
costarricense en España al promocionar al país el futuro. Eran las condiciones óptimas para
como un lugar ideal para la inversión extranje- aproximarse a lo que otros observadores, unos
ra, desviándose un tanto de la política oficial años antes, denominan el “consenso global” ne-
de presentar a Costa Rica como una tierra espe- cesitado para avanzar por la ruta de los cambios
cial por su estabilidad política23. Lo cierto es necesarios. Pero no fue así y el recuerdo de la
que ambas cosas se podían unir con facilidad y grandeza de Costa Rica y de la grandeza propia,
exponer en un lenguaje directo: si hay paz y si deviene en un recurso para atemperar algunas
no hay protesta, hay inversión y hay progreso, a de las heridas narcisistas dejadas por el no, que
pesar de los salarios. Si hay protesta podemos contuvo el proyecto privatizador y por el otro
desaparecer en las brumas de la historia, ya que no, que se interpuso en el camino de la reelec-
eso es lo que significa perder nuestra identidad ción. No conseguido ni lo uno ni lo otro corres-
como cuna de la civilización para la paz. En el ponde recordarnos quiénes somos y de dónde
relato de Arias Sánchez, Costa Rica es literal- venimos. Se busca un reagrupamiento de fuer-
mente, una tierra milagrosa, un segundo Be- zas desde el discurso de la paz, desde el halago y
lén, el punto de partida de una nueva “actividad el auto halago. En cualquier caso, la reparación
misionera” que, más tarde o más temprano, al- mediante el expediente de situarse en la tradi-
canzará a toda la humanidad. ción de la “civilización de la paz” no solo tiene
Luego de decir por qué la protesta es aje- una función personal. Ella nutre una lectura
na a nuestra condición esencial, el expresidente mítico-emocional de nosotros mismos como
procede a colocarse él mismo en esta tradición, colectividad; alienta una representación central
como su heredero y su punto más alto ¿qué cuyo significado está más allá de las palabras.
otra cosa podría ser el Nóbel? Su anclaje fami- Mueve un sentir. Toca fibras afectivas que ama-
liar en la cúspide del mundo del café, la base rran desde lo profundo, apelando a elementos
material sobre la cual se forjó la representación arcaicos que mantienen vigencia y eficacia, a
de Costa Rica como un país singular, también pesar de que la Costa Rica así invocada se sepa-
estaría a su favor. Él representa a la Costa Rica ra cada vez con más fuerza de la Costa Rica
profunda y por eso se siente llamado a llenar el real. De allí también la insistencia y podríamos
vacío de la falta nacional de liderazgo, el pro- agregar, el interés que se nos devuelva desde el
blema que requeriría una solución urgente, se- extranjero la imagen que nuestra cotidianidad
gún su propio diagnóstico. El que no haya lo- quiebra pero no destruye ni disuelve. Desde un
grado la reelección solo habla de las fuerzas lugar parecido al que está aquí descrito reaccio-
que impulsan al país hacia las brumas de la his- nó el gobierno durante la crisis de marzo.
toria, las cuales, como los manifestantes en las Entender a Costa Rica supone entender
calles, no reconocen esa grandeza esencial ni la la eficacia política diaria de un imaginario so-
pueden identificar en los personajes que la por- cial que reposa en una lectura sumamente ex-
tan. De haberse conseguido la reelección, se tendida de nuestro pasado, y en función de él,
hubiese alcanzado la convergencia ideal entre de lo que somos. Este imaginario se constituye
el líder deseoso de romper la situación de in- a lo largo de nuestra historia, modela el tejido
movilidad y despejar el camino del mercado, social que cristaliza en este proceso y es mode-
con el misionero que predica la paz. Ambas co- lado por él, y en su uso político más divulgado,
sas en una misma persona. Aquí estaría de nue- obtura las posibilidades de trascender el pre-
vo la Costa Rica de la paz y el progreso. La su- sente. En esta medida es parte de un mecanis-
ma de ambos atributos hubiese dado la posibili- mo de cierre. Al mismo tiempo, él permite
dad de una apertura conducida pacíficamente descifrar cosas aparentemente tan extrañas en
por una dirigencia fuerte y carismática, y en esa este mundo como, por ejemplo, el que una
privatización estratégica sea detenida con una
dosis de violencia limitada, en un país donde
23 “Embajador promociona al país por sueldos bajos”. simultáneamente, los mecanismos para reco-
La República, 8/11/2001, p.2B. ger la opinión popular son limitados, como lo
Entre el cambio y la tradición: el fracaso de la privatización de la energía y las telecomunicaciones en Costa Rica 47

demuestra el hecho de que nuestro sistema po- una alternativa consistente ante la misma.
lítico ha sido altamente refractario al mecanis- Siempre cabe pensar que si ella se hubiese
mo del plebiscito popular. El imaginario que conducido de otra manera, la crítica del esta-
contiene la violencia política es el mismo que tismo podría haber tenido más adeptos, y hasta
contiene la participación, y es también el ima- más consistentes, de los que ya tiene. Esto ha-
ginario que compromete la posibilidad de inno- bría posiblemente demandado otro tipo de
vación política. Aceptadas las premisas básicas amarre de tradición y presente. Lo cierto es
de tal imaginario se puede caer en un movi- que juzgado por nuestro ejemplo, el neolibera-
miento circular que conduce al encuentro de lismo no es siquiera una reflexión crítica sobre
quienes se colocan en posiciones opuestas: pue- el Estado, sino fundamentalmente, un intento
de alimentar una lectura pesimista y de inmo- de refuncionalizar al Estado, conforme a una
vilidad, y también puede alentar lecturas nacio- estrategia de poder y acumulación. Desde otro
nalistas y chauvinistas, apoyadas en el supuesto lado, resistir esto supone también definirse so-
de una historia excepcional. bre esos amarres, descifrarlos, desnudarlos y,
Este cuadro invita a pensar en las parti- eventualmente, volverlos a anudar de otra ma-
cularidades nacionales de los procesos de aper- nera, de una que vuelva a la democracia como
tura y liberalización. Hay rasgos distintivos un problema pendiente en tanto está relacio-
que no deben ser perdidos de vista en cuanto nado con lo que somos, con el tipo de tejido
en ellos se sintetizan códigos sociales que son social que hemos construido y que nos ha
productos históricos de largo plazo. En nues- construido, y no solo como un objeto pasivo de
tro caso, nuestra historia se ha sintetizado en contemplación y de veneración, al cual se apela
una reforma económica que parece contenida desde distintos lados, con frecuencia, con pro-
desde distintos lados, aún cuando no existe pósitos poco o nada democráticos.

Manuel Antonio Solís


masolis@cariari.ucr.ac.cr

You might also like