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La Ley 28611 (Ley General del Medio Ambiente) ha establecido en su Art. 149°
numeral 1, como cuestión previa a seguir por el Ministerio Público, que: “la
formalización de la denuncia por los delitos tipificados en el Título Décimo Tercero
del Libro Segundo del Código Penal, requerirá de las entidades sectoriales
competentes opinión fundamentada por escrito sobre si se ha infringido la
legislación ambiental...”.Lo que debiera hacerse es compilar o condensar toda esa
legislación, en concordancia con los mencionados tipos penales, a efecto de que
el Ministerio Público, sin necesidad de recurrir a otras entidades, pueda decidir
cuándo hay presunción de delito ambiental, con el fin de evitar la impunidad de los
delitos ambientales.
En esta pertinencia, el Ministerio Público, mediante Resolución de Junta de
Fiscales Supremos N° 038-2008-MP-FN-JFS, del 13 de marzo del presente año,
se ha creado las fiscalías especializadas en materia ambiental en diversos distritos
judiciales, con competencia para prevenir e investigar delitos, todo lo cual,
obedece al incremento de denuncias vinculadas a la afectación del
medioambiente.
De acuerdo a la Doctrina Nacional: Bramont Arias Torres y García Cantizano
sostienen que los delitos ambientales del Código Penal de 1991: deben
interpretarse en el marco de un concepto físico de ambiente, porque sería más
concreto y cercano a la realidad que en la que debe operar la norma penal, pero
de allí se aferran a una visión natural de ambiente que debería entenderse como
un concepto amplio. Para ello recurren a la definición de ambiente natural
sostenida en 1982 por Enrique Bacigalupo.
1.1. Articulo 304°.-Contaminación del ambiente
“El que, infringiendo leyes, reglamentos o límites máximos permisibles,
provoque o realice descargas, emisiones, emisiones de gases tóxicos,
emisiones de ruido, filtraciones, vertimientos o radiaciones contaminantes en la
atmósfera, el suelo, el subsuelo, las aguas terrestres, marítimas o
subterráneas, que cause o pueda causar perjuicio, alteración o daño grave al
ambiente o sus componentes, la calidad ambiental o la salud ambiental, según
la calificación reglamentaria de la autoridad ambiental, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de cuatro años ni mayor de seis años y con cien
a seiscientos días-multa.
Si el agente actuó por culpa, la pena será privativa de libertad no mayor de tres
años o prestación de servicios comunitarios de cuarenta a ochenta jornadas.”
1.1.1. Bien jurídico protegido
Bajo esta rubrica se sitúan una serie de conductas delictivas que como
punto en común presentan un mismo bien jurídico protegido para los delitos
de contaminación, esto es, el medio ambiente natural.
Para Bramont Arias1 “en el delito de contaminación ambiental lo que se
protege es el medio ambiente natural, concretado en la protección de las
propiedades del suelo, flora, fauna y recursos naturales que permiten el
mantenimiento de nuestro sistema de vida”.
Por su parte, Peña Cabrera2, señala que “el bien jurídico es el ambiente
merecedor de tutela penal, ya que se trata de un bien jurídico de especial
trascendencia cuya protección resulta esencial para la propia existencia de
los seres humanos, que en estos tiempos está siendo seriamente
amenazado”.
1.1.2. Sujeto activo
Dada la formula genérica “el qué” podemos señalar que se trata de un delito
que puede ser cometido por cualquier persona. No requiere condición
especial del sujeto activo para su comisión, por lo que se trata de un delito
común.
1.1.3. Sujeto pasivo
Estamos frente a la protección de un bien jurídico supraindividual, por lo
que su vulneración afectaría a la sociedad en su conjunto. Aunque cabe la
posibilidad de que haya agraviados de manera indirecta, lesionando de esta
manera, bienes jurídicos de naturaleza individual. (p.e, la vida, el
patrimonio)
1.1.4. Conducta típica
El comportamiento típico se manifiesta a través del acto de contaminar ya
sea provocando o realizando directamente descargas, emisiones,
emisiones de gases tóxicos, emisiones de ruido, filtraciones, vertimientos o
radiaciones contaminantes en las atmósfera, el suelo, el subsuelo, las
aguas terrestres, marítimas o subterráneas, y que con este accionar
delictivo se infrinja leyes, reglamentos o límites máximos permisibles y que
a su vez este accionar contaminante cause o pueda causar perjuicio,
alteración o daño grave al ambiente, la calidad ambiental, la salud
ambiental, según la calificación reglamentaria de la autoridad ambiental.
1.1.5. Objeto del delito