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¿CÓMO FUE EL PROCESO AL MOMENTO DE LEER EL GUIÓN?

César comenzó el proyecto desde la universidad. Nosotros éramos compañeros y durante todo el tiempo me iba contando lo que quería hacer con el guión. Así fui
buscando referencias para la película. La primera idea que se me vino a la cabeza fue el respeto por el tiempo de los planos, con lo que coincidimos con César de utilizar
el tiempo como un elemento cinematográfico. Tarkovsky, Sokurov, Béla Tarr y todo este tipo de cine que nos permite tener sensaciones de lo que está pasando.
Como la película era rural me inspiré en la pintura. Especialmente en “Las espigadoras” de Jean-François Millet. Me pareció genial tomar esa imagen como parte del
trabajo de campo y de ahí inspirarme. Luego buscamos referencias para los interiores, en especial Andrew Wyeth. Sus pinturas tenían una relación entre interior y
exterior, con muchas texturas, oscuridad y luz; que me parecían muy pertinente sobre lo que pedía el guión.

¿POR QUÉ EL CINE?

Porque no tengo talento para pintar. La imagen siempre me ha apasionado desde la universidad. Inicialmente quería ser director pero luego de ver la asignatura de
fotografía, el profesor nos motivo a buscar un lenguaje, formas no sólo en la fotografía sino en todos los campos. Con esas enseñanzas de Luis Hernández me fui
decantando por la imagen y la construcción. Inicie con foto fija y luego empecé con lo audiovisual, luego trabajé en el departamento de luces y ahí me quede.

¿QUÉ TAN DIFÍCIL ES PRODUCIR UNA PELÍCULA EN COLOMBIA?

Yo creo que ahora es un poco más fácil, pero al mismo tiempo más difícil. Hacer una película en Colombia es un proceso largo, nunca he visto un proyecto que tenga
una etapa de desarrollo de seis meses, se ruede y en otros seis meses se estrene. Siempre son procesos que tardan dos o tres años. Últimamente con el apoyo del Fondo
para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) y Proimágenes puede ser un poco más fácil, pero también creo que la tecnología lo hace más factible. Lo que es difícil es vivir
del cine.

¿QUÉ REFERENCIA FUERON IMPORTANTES PARA TI DESDE LA FOTOGRAFÍA?

De Tarkovski fue muy importante la película Sacrificio. En especial por el director de fotografía Sven Nykvist, que también fue el director de foto de Bergman y muchos
otros. De Béla Tarr, El Caballo de Turin por sus movimientos de cámara fue una referencia importante. De Pedro Costa La Casa de Lavapor el tipo de planos y luz. También
hubo otras películas que tal vez no son referencias directas pero mepermitió el análisis del tiempo como la filmografía de Theo Angelopoulos, Sokorov, entre otros.
¿CÓMO FUE LA POSTPRODUCCIÓN?

Nosotros trabajamos todo con la luz natural del rodaje, por lo que el trabajo en postproducción fue relativamente fácil. Nos ganamos un premio en el Festival de
Rotterdam y la posproducción la hicimos en Ámsterdam. Tuvimos una colorista muy buena que hizo un trabajo excelente. Ella tuvo la película una semana antes y
cuando llegamos sólo corregimos casos puntuales. Fue sólo subir niveles, buscar lo que queríamos… Fue un trabajo muy simple gracias al trabajo que ella hizo
previamente.

LA NUEVA OLA DEL CINE EN COLOMBIA TIENE UNA ESTÉTICA SIMILAR, ¿POR QUÉ?

La semana pasada nos preguntaron algo parecido. En los años 70 el cine era un poco más panfletario, un cine de las masas, lo que pasaba con los movimientos políticos.
Hoy en día el cine es más acerca del individuo. Creo que tiene que ver con el momento interno que vive Colombia. La sociedad esta desintegrada y los directores buscan
como unir esa sociedad. Creo que la forma más efectiva es ir hacia ese cine; más personal, más del individuo, del tiempo, de las sensaciones y de las emociones.
¿EN QUÉ MOMENTO ESTÁ LA CINEMATOGRAFÍA NACIONAL?

Creo que estamos en crecimiento. Si nos comparamos con otros países de Latinoamérica nuestra cinematografía es muy joven. Pensando en el cine mexicano o
uruguayo que tiene una cinematografía tan potente, tan radical y al mismo tiempo producen tanto; yo pienso que el cine colombiano apenas está buscando su propio
lenguaje, sus propias narrativas e historias. En Colombia apenas estamos construyendo cine, y creo que esto se debe a que no existe un público que vea las películas.
Ese es uno de los mayores desafíos que tiene la cinematografía nacional.

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