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Principios Generales del Derecho Penal

Desarrollo Histórico del Derecho Penal en Puerto Rico

Dora Nevares define el Derecho Penal como el conjunto de normas jurídicas relacionadas con la
conducta delictiva y con sus ulteriores consecuencias jurídicas. El Derecho Penal lo que hace es prohibir u
ordenar determinada conducta. En caso de una violación a alguna prohibición u orden, le correspondería a
una institución normativa imponer una sanción. El estado establece las regulaciones para buscar una
convivencia sana y pacífica entre los miembro de la sociedad. Cuando esas regulaciones se corrompen y se
atenta contra algún miembro de la sociedad también se atenta contra el estado. Al estado establecer las
regulaciones también establece las sanciones que se impondrán a quien viole dichas regulaciones. Las
regulaciones pueden imponerse en forma de penas o como medida de seguridad. Resulta importante
destacar, como veremos también más adelante, que lo que se persigue es la rehabilitación del delincuente, su
protección y la protección de la sociedad.
El Ius Puniendi es la base del Derecho Penal. Dora Nevares lo define como la autoridad y prerrogativa
que tiene todo estado de definir los delitos, sancionar a aquellas personas que cometen delitos en su
territorio o con efectos en el mismo, así como de adoptar las leyes y los procedimientos que sean necesarios
para implantar lo primero. Esa autoridad que tiene el estado abarca lo relacionado al Derecho Penal
Sustantivo y el Procesal. Cuando hablamos de delitos, sanciones, responsabilidad, imputabilidad, entre
otros, nos referimos al Derecho Penal Sustantivo. En otras palabras es lo que podemos observar y estudiar a
través del Código Penal. Sin embargo el Derecho Penal Procesal abarca lo relacionado a la forma como se
llevaran a cabo los procesos dentro del sistema, lo contenido en las Reglas de Procedimiento Criminal y en
las Reglas de Evidencia.
El Derecho Penal tiene como finalidad mantener la ley y el orden mediante la prevención de delito. La
prevención en palabras sencillas es auscultar e implantar las alternativas que se tienen al alcance para evitar
que aquella conducta no deseada, o sea, prohibida, ocurra. La realidad es que con el pasar de los años y la
evolución social constante en que vivimos, los mecanismos que se utilizan como prevención han cambiado
mucho, e inclusive el enfoque de los mismos. Un ejemplo de esto lo podemos observar al estudiar el Código
de Hammurabi y compararlo con nuestro Código Penal. Ambos buscan proteger a la sociedad e imponer un
castigo a quien viole algún precepto legal. De igual forma identifican que conducta constituye delito e
impone penas. La diferencia estriba en que conducta cada Código tipifica como delito y las penas que
establecen. Con solo una mirada al Código de Hammurabi podrán observar estas diferencias.
Continuando con los fines del Derecho Penal nos correspondería hablar sobre el Fin Retributivo. Este
busca que se le dé un castigo merecido a quien ha violado la ley. El problema estriba en como determinar
qué sería lo merecido. El castigo o pena debe ser proporcional al delito cometido. Pero si volvemos al
Código De Hammurabi, el cual se basaba en la Ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente), la proporción
se tomaba de forma literal. Nuestro ordenamiento no persigue eso porque no se le quita la vida a quien privo
a alguien de la suya, no se agrede a quien agredió a otro, no se le roba a quien robo. Sin embargo a quien ha
violado la ley se le impone un castigo o sanción acorde al mismo. Esto resulta tema de mucha controversia,
hay quienes se inclinan por ser más lenientes al momento de castigar y quienes, por el contrario,
recomendarían penas más severas. Hay quienes interpretan el concepto de proporcionalidad como un límite
al estado o al sistema con respecto hasta dónde puede llegar para sancionar a aquel sujeto sobre el que recae
previamente una determinación de culpa.
Otro fin del Derecho Penal es el Fin de Protección, el cual podemos dividir en Rehabilitación, Disuasión
o Prevención e Incapacitación. La rehabilitación busca reformar la persona, hacer que esta cambie y
prevenir que incida nuevamente en conducta delictiva. El Sistema Judicial y el Correccional se han
enfocado, durante los últimos años, en la rehabilitación del delincuente, buscando reducir la tasa de
reincidencia. Se han creado múltiples programas de rehabilitación y se ha invertido tiempo y recursos en los
mismos. Esto ha sido cuestionado innumerables veces debido a los altos índices de reincidencia. Se
cuestiona mucho el costo de los programas versus su efectividad, dando a entender que el fin no justifica los
medios. Para la década de los 70 en Estados Unidos se utilizaba un modelo de sentencia indeterminada.
Este modelo proponía que la pena seria determinada durante su cumplimiento, dependiendo de cómo fuera
la rehabilitación del sujeto. El problema de este sistema era que no había equidad en las sentencias
impuestas, aun tratándose de casos que envolvían los mismos delitos. Perseguía establecer una sentencia de
acuerdo a la necesidad del convicto, buscaba la rehabilitación y como ese proceso no se da de igual forma
en todos los convictos tenía como resultado que las penas impuestas eran variadas. Esto creo mucha
disparidad por lo que el sistema se inclinó por las sentencias determinadas, que son las que conocemos hoy
día. Aclaro que aunque las sentencias que se imponen en el presente se consideran determinadas siempre
existe un margen en el cual el juzgador de los hechos podrá imponer una pena más o menos severa. La
disuasión o prevención persigue un fin dual. Se dirige, tanto al sujeto que comete el delito, imponiendo una
pena, como también, al resto de la comunidad, ofreciendo el ejemplo de cuáles serían los resultados de
violar la ley. El último fin de protección es la incapacidad. Esta finalidad de la pena lo que hace es impedir
o incapacitar al sujeto de cometer algún acto criminal por el hecho de que el mismo se encuentre recluido.
Al estar encarcelado se limitan sus acciones.
Continuamos con los Fines Múltiples. Dentro de esta clasificación caen todos los fines contemplados en
el Código Penal. Estos son: la prevención, corrección y rehabilitación, defensa social e incapacitación.
Resulta importante que al momento de la aplicación de las penas se establezcan criterios precisos, a la vez
que se establezcan prioridades entre esos fines.
La Justicia Restaurativa contempla la Reparación, Restauración y la Restitución. Busca garantizar la
imposición de la justicia, especialmente a las víctimas. Que las mismas sean resarcidas por los daños
sufridos y que esos daños sean reparados. Lo ideal sería devolver a su estado original los bienes o la
integridad de la víctima o de sus familiares. Pero la realidad estriba en que en la mayoría de los casos los
daños no son reparables y la compensación asignada a la víctima no satisface su dolor o su perdida.
Según ha evolucionado el Derecho Penal se han podido observar los cambios en la finalidad del mismo.
Iniciando con las sociedades primitivas, en estas las sanciones estaban basadas en la venganza. La Ley del
Talión era la que prevalecía. El Derecho Penal Romano dividía los delitos en públicos y privados. Los
delitos públicos eran aquellos que se realizaban en contra del estado. El delito privado proveía para la
reparación de la ofensa a un solo individuo, la indemnización y la reparación de la pena. Esa división es
similar a la que existe en nuestro ordenamiento jurídico, el cual clasifica las materias como Derecho Penal o
Derecho Civil. En el Derecho Penal los cargos los radica el estado y un funcionario del mismo es quien se
encarga de iniciar el proceso. Al ver las citas de los casos que llegan a las salas de los tribunales podemos
observar que dicen “Pueblo de Puerto Rico vs Nombre y Apellido”. El estado y sus funcionarios son quienes
representan al Pueblo de Puerto Rico contra el sujeto que haya violado la ley. En el Derecho Civil la
reclamación se da entre dos o más partes (en casos específicos). El estado no interviene en el proceso, no
hay radicación de cargos, sino una demanda entre partes. El único funcionario que intervendrá será el juez al
momento de tomar la determinación y emitir una orden.
Continuando con la evolución del Derecho Penal, en el Derecho Penal Canónico la religión tenia gran
influencia, especialmente la católica. La iglesia ejercía su jurisdicción sobre los delitos cometidos por los
clericós y los que ofendían los principios católicos. En el Derecho Penal Germánico se contemplaba el pago
necesario para resarcir los daños sufridos, más imponía una cantidad adicional de carácter punitivo. Este
aspecto se parece al contemplado en el Derecho Civil en nuestro ordenamiento jurídico presente, en el cual
se impone reparar el daño en adicción a la imposición de una multa, la cual equivaldría al carácter punitivo
contemplado en el Derecho Penal Germánico. Pero una diferencia estriba en el hecho de que el mismo se
enfatizaba en el daño y no en quien lo causo. Hoy día se hace más énfasis en la persona que en el daño.
Tanto el Derecho Penal Romano, el Canónico y el Germánico se fusionaron y como resultado surgió el
Derecho Penal en el Medioevo. Este se caracterizó por la crueldad extrema de las penas. Durante ese
periodo de tiempo se aprobó el Código La Carolina (1532). El mismo era un Código Penal, Procesal y
organizacional de los tribunales. El Derecho Penal en la Época Moderna comenzó a cuestionar la
arbitrariedad y la crueldad de las penas. Durante ese periodo de tiempo surge la Escuela Clásica. Esta fue la
primera escuela del pensamiento penal. El mayor expositor de esa escuela de pensamiento fue Cesare
Beccaria. Una de sus obras se llamó De los Delitos y las Penas. Veía el castigo como el medio hacia la
disuasión para prevenir los delitos, lograr la defensa social y el orden. Dejo de enfocarse en el actor para
prestarle mayor atención al acto. Kant fue otro expositor de la escuela clásica. Era un pensador alemán,
planteaba la retribución como único fin del castigo. Bentham es considerado el padre del Utilitarismo y
creía en el enfoque de fines múltiples, el cual incluía la prevención, la incapacitación y la rehabilitación,
conceptos que ya fueron discutidos. También tenemos a Lombroso. Este público la obra El Hombre
Delincuente en 1876. Lombroso creía en un enfoque rehabilitador. Planteaba que la responsabilidad penal
debía imponerse según la peligrosidad el ofensor. Durante el Siglo XX, para eso de 1870 se adopto en
Estados Unidos un enfoque reformista y rehabilitador. Pero ya para 1960 se comenzó a cuestionar la validez
del modelo rehabilitador. Para 1968 se adoptó un enfoque de fines múltiples. Durante el 1970 se hablaba y
promovía el castigo merecido por lo que habían hecho. Para 1990 se introduce la Justicia Restaurativa,
concepto desarrollado hacía ya unos años. También se introduce la Mediación. Esto buscaba aliviar la carga
de casos en los tribunales, propósito que se ha conseguido en una escala menor a la esperada. Los casos
civiles y los criminales menos graves podrán ser referidos a mediación. En este proceso un mediador
certificado por el departamento de justicia asistirá a las partes para que, entre ellas, encuentren una solución
al problema para el cual solicitaba originalmente el auxilio del tribunal.
El Derecho Penal en Puerto Rico tiene sus orígenes en el 1508, fecha en que se trae a la isla el Derecho
de Castilla con la fundación de la ciudad de Caparra. Aunque basado en el Derecho Castellano, pero
adaptado a las necesidades propias de la región, surge el Derecho Indiano. La primera recopilación de
documentos de carácter legal fue en 1681 y se conoció como la Recopilación de las Leyes de las Indias.
Para finales del siglo XIX entraron en vigor los siguientes códigos: Comercio, Penal, Procesal Civil y
Procesal Penal. Para en año 1879 se extendió a Puerto Rico el Código Penal Español de 1870. El mismo se
componía de tres partes, conteniendo 634 artículos.
Aproximadamente para el año 1898 inicia el cambio de metrópoli. Esto trajo consigo la proliferación de
órdenes militares y administrativas, más lo que era obvio, un cambio cultural, social y legal. Se inició con la
enseñanza del inglés, se aprobó la Ley de Lenguajes Oficiales, se reorganizo del Sistema Insular de
Tribunales, se creó el Tribunal Federal de Distrito, se ubicó personal norteamericano al tope de la pirámide
burocrática y se le dio el nombre a la isla de Porto Rico. El Código Penal, el Procesal Civil y el Procesal
Penal fueron derogados. Esto significa que quedaron sin validez alguna, ya no serían observados como ley.
Se modificó el Código Civil y el Código de Comercio. Se instituyo el Common Law como precedente legal.
Para 1902 se aprobó el Código Penal, el Procesal Penal y el Político. Aunque eran legislaciones
completamente nuevas para la isla, estaban tomadas de la legislación del estado de California.
En 1952 Puerto Rico se convierte Estado Libre Asociado, logrando así una autonomía legislativa para
los asuntos locales. De esta forma podían iniciar una reforma penal radical. Se pretendía adoptar un nuevo
código basado en los principios científicos de criminología, las necesidades sociales, el concepto de justicia,
la tradición jurídica y la realidad del país. Sabemos que aunque para ese entonces ya formábamos parte de
Estados Unidos, la influencia de España no se hacía a un lado. Fueron muchos años los que la isla estuvo
bajo el dominio español, razón por la cual muchos aspectos de su cultura ya habían sido adoptados por la
isla.
El Borrador Dession, nombrado así por su autor el profesor George Dession, según el criterio de Dora
Nevares, fue el primer esfuerzo serio para crear un Código Penal propio que respondiera a la tradición
jurídica y a la realidad del país. Urgía la creación de una legislación penal que se atemperara a la realidad
jurídica y social de nuestro país. Resulta irracional imponer una legislación a un país que no se base en sus
valores, creencias y cultura. Imaginen imponer a un niño de 3 años unas normas para el hogar iguales a las
que le impondríamos a un joven de 16 años. Resultaría innecesario imponerle al niño de tres años una hora
de llegada al hogar. El niño de tres años no decide a qué hora sale o llega a la casa. En otras palabras sería
absurdo. Lo mismo sucede cuando intentas traer a un país una legislación de otro lugar. Las leyes se crean
acorde a las necesidades que presente una población determinada. Antes de crear una ley es necesario
estudiar la población, las controversias, problemas y distintas situaciones que se presentan en la misma, en
adición a todo lo mencionado anteriormente. Una legislación no se crea a ciegas, requiere de un estudio
concienzudo, minucioso, meticulosos, el cual justifique la aprobación de esa legislación.
Con el fin de encaminar el inicio de la creación de un Código Penal se creó la Comision de Reforma
Penal. De esa forma es como los profesores Francisco Pagán y Helen Silving, de forma separada,
comienzan con la creación de sus borradores. En el año 1964 la Comision ceso funciones y en el 1966 el
Departamento de Justicia nombró un comité que estaría a cargo de revisar los borradores propuestos por
ambos profesores. El borrador de Silving fue descartado. En el 1967 el Gobernador Roberto Sánchez
Vilella sometió a la legislatura el borrador presentado por Pagán con algunos cambios que le realizó el
Departamento de Justicia. En el 1973 se designó el Comité para la Reforma de la Justicia, el cual sometió un
proyecto basado en el borrador de Pagán, pero revisado. El mismo fue aprobado y pasó a ser el Código
Penal de 1974, el cual estuvo vigente hasta el año 2005.
El Código Penal de 1974 se aprobó mediante la Ley Núm. 115 del 22 de junio de 1974. Se aspiró a
lograr la reforma penal. Pero muchos eruditos y grandes estudiosos del Derecho Penal entienden que se
quedó en eso, en una aspiración, ya que el mismo no satisfacía las expectativas y demandas de la época. La
tradición civilista se encontraba fuera del Derecho Penal hacía ya varios años, pero muchos de sus
elementos fueron reintegrados con la aprobación del Código Penal de 1974. Esto provoco que le
correspondiera al Tribunal Supremo la interpretación de las disposiciones contenidas en el mismo basándose
en fuentes del “Common Law” y de tradición civilista. La estructura y organización del Código Penal de
1974, en cuanto a forma, es bien parecida a la del Código Penal actual. En cuanto al contenido surgieron
muchas críticas, entre las más notables se destaco el hecho de que se incluyeron en el Código delitos que en
Puerto Rico no eran perseguidos y no se tipificaron como delitos conductas que si debían ser consideradas
como tal. No se tomó en consideración los avances tecnológicos y la evolución social de nuestro país. En
adición a que el enfoque científico se pasó por alto. Los estudios, la data y la información esencial, basada
obviamente en nuestro país eran insuficientes. Falto mayor preparación antes de someter el proyecto para
aprobación. Una ley no se crea en un escritorio por una persona, requiere investigación y las aportaciones de
distintos profesionales en distintas materias. Las conductas tipificadas como delitos pasaron a ser más, en
cuanto a cantidad se refiere, con la aprobación del Código del 1974, de forma que nuestra sociedad comenzó
su camino a ser un país altamente legislado y una sociedad más represiva.
Continuando por la línea de la represión, resulta importante hablar sobre las penas. Al presentarse el
proyecto de ley para la aprobación del Código Penal de 1974, el mismo dejaba en blanco los espacios
correspondientes a las penas. Esto fue así porque el proyecto original solo disponía sobre las penas
máximas y al revisarse el mismo se entendía que se debía incluir una pena mínima. Lo cual es correcto, era
idóneo establecer un margen para la imposición de las sentencias, de modo que no quedara la disposición de
las mismas a entera discreción del juez. El problema estribo en que las penas que se establecieron no tenían
precedentes, ni fundamentos, las mismas eran inconsistentes. Por razones evidentes, el Código Penal de
1974 sufrió varias enmiendas, las cuales fueron aprobadas desde el 1974 hasta el 1999. A partir de ahí se
comenzó a pensar en la creación de un nuevo Código Penal, podríamos decir que el nuestro ya estaba
demasiado empatado debido a todas las enmiendas que se habían incorporado.
Mediante la Ley Núm. 149 del 18 de junio de 2004 se aprobó el Código Penal del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico, el cual entro en vigor el 1 de mayo de 2005. Para la aprobación de este código se
utilizó información recopilada de investigaciones sociológicas, estadísticas y estudios de derecho
comparado. El resultado fue la obtención de una legislación que se acercaba más que la anterior a la realidad
social y jurídica que se vivía en nuestro país.
El 30 de julio de 2012 se aprueba la Ley 146, conocida como Código Penal de Puerto Rico. El mismo ha
sido enmendado en varias ocasiones por los siguientes estatutos: Ley 10, aprobada el 26 de abril de 2013;
Ley 124, aprobada el 23 de octubre de 2013; Ley 27, aprobada el 15 de febrero de 2014; Ley 68, aprobada
el 24 de junio de 2014; Ley 138, aprobada el 12 de agosto de 2014; Ley 246, aprobada el 26 de diciembre de
2014; y la Ley 8, aprobada el 26 de febrero de 2016. El Código Penal de Puerto Rico será la legislación que
estaremos cubriendo en adelante.

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