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La excelente novela de Scott Fitzgerald con sobrada razón ha recibido tantos elogios y
merecido versiones cinematográficas. El aplauso de la posteridad dirigido a esta obra no
es casualidad. La novela El gran Gratsby es una obra de fina ingeniería literaria con
bello estilo y estructura; con planos de acción empalmados con otros de pasión;
mediante tersas anécdotas guiando la trama atadas a una evocación de mayor altura;
simboliza el gran conjunto social y se enamora de los detalles; utiliza símbolos y
evocaciones con puntería; dibuja los caracteres psicológicos de modo creíble; muestra la
verdad paso a paso (el lado increíble de los antecedentes de Gatsby) manteniendo en
interés del lector sin que decaiga; elabora personajes entrañables y edificados con
elementos contradictorios; su crítica social no es un moralismo simplista; la adjetivación
es afortunada; contiene frases inteligentes; el enredo en la trama se muestra paso a paso
al lector pero mantiene suficiente complicación para sostener el interés; muestra un
ambiente creíble en lo social y el cual enmarca con soltura la acción. Bajo ese conjunto
de aciertos, ofrecer algunas alabanzas no cuesta ningún esfuerzo y quizá se descubran
más tesoros escondido entre tantos méritos.
La trama principal es el amor romántico de Gatsby por Daisy, enredado con las
relaciones secundarias del matrimonio de Daisy y Tom Buchanan, la aventura de Tom
con Myrtle, el matrimonio de ésta con Wilson, y enmarcados por la relación secundaria
del protagonista Nick Carraway con Jordan Baker. En este nivel, la pasión de Gatsby
por Daisy es un romance clásico bloqueado por una trama de impedimentos. En el
fondo existe un amor enorme que remarca el autor: el pasado cristalizó ese amor
candoroso e inicial. El amor juvenil de Gatsby ya ha desaparecido hundido bajo la
separación y el matrimonio de Daisy, de antemano está muerto y es imposible 1. Él
personifica un héroe necio que decide revivir ese amor y rescatar a su princesa soñada
del dragón-Tom, para eso reinventa su existencia y se coloca como un potentado de la
burguesía. La barrera del foso es también la diferencia de clases sociales, pues Tom es
rico de abolengo, mientras Gatsby es un arribista que utiliza la corrupción del sistema
(el alcohol es ilegal entonces y él es un candoroso capo de la mafia alcoholera). Gatsby
ha atravesado una especie de muerte social y moral para reinventarse, pero no es el ave
que cruzó sin mancha el pantano, por eso su tentativa termina fracasada. Al inicio Daisy
cae en el encanto de Gatsby y la nostalgia por recuperar un amor romántico y puro, pero
termina derrotada por la sombra ominosa de Gatsby y el interés por conservar a su
familia.
El marido Tom juega el papel de un villano, al tiempo infiel y celoso por su esposa,
funciona como un propietario privado sobre su consorte-cosa bella; así, encarna un tipo
de machismo vulgar rodeado y amparado por la aureola del dinero. La situación de
1
Entra en la psicología del amor imposible y su efecto estético. Cf. CARUSO, Igor, La separación de los
amantes.
Myrtle marca el hedonismo de una chica sencilla, que está aburrida de su existencia y
desea al rico Tom. El marido Wilson es la víctima propiciatoria de la ignorancia,
redondeando el sacrificio doble de los personajes proletarios ante la indiferencia de los
ricos.
Todas las muertes trágicas poseen un tono pasional y, en gran medida, inconsciente.
Daisy maneja veloz el auto amarillo y la infortunada Myrtle se cruza esperando alcanzar
a su amado Tom, entonces el accidente semeja un “acto fallido” de la psicología. El
posterior asesinato de Gatsby sucede porque encubrió a la amada y de ahí un tono de
sacrificio noble. La mecánica de la tragedia desemboca en la venganza pasional del
Wilson y su suicidio bajo el acoso de la culpa. En ese sentido, la trama posee un aire de
tragedia antigua, con rápido desenlace mortal después de los “pecados” cometidos.
Al mismo tiempo, ofrece la alegoría de una sociedad muy oprimida a través de una
región de cenizas, “una fantástica granja donde las cenizas crecen como el trigo (…)
siluetas de hombres grises que se mueven apagadamente, desmoronándose a través de la
polvorienta atmósfera”4
El mismo narrador y los personajes menores, de una u otra manera, están atrapados por
el brillo de la riqueza. Dependen económicamente o están interesados por mantenerse
en su órbita, los asistentes a las fiestas acuden por diversión y también por otro
magnetismo proveniente del fasto de ese espacio: la mansión festiva. Ante el dinero,
representado de tantas maneras el efecto es ambiguo, a veces es prometedor y también
traicionero. Se podría interpretar que la sociedad entera es decadente por su
dependencia por la riqueza o dejar una respuesta más abierta. Sin embargo, la triple
muerte trae un juicio fulminante y no deja espacio para más especulaciones; ante la
noche eterna el dinero es un equipaje estorboso. La mansión vacía en el sepelio de
Gatsby indica la vanidad de la riqueza, sin un corazón latiendo y alegre el brillo dorado
carece de sentido.
3
La honda decadencia y repercusiones de la necrofilia está explicado en El corazón del hombre de Erich
Fromm.
4
Dramática representación del proletariado norteamericano, sosteniendo penosamente el brillo de la
alta sociedad, que no se fija en su existencia. P. 29.
5
SENNETT, Richard, Vida Urbana e Identidad Personal (1970), es una obra pionera en relacionar la
arquitectura con la psicología social, atribuyendo una relación directa entre los espacios modernos y la
identidad. El tema se repite en la literatura como aquí exponemos. Véase también mi “De la inmoralidad
al rascacielos”.
6
El gran Gatsby, p. 13.
confidencias. Y las cortinas bailando, parecen celebrar una fiesta privada para las
residentes en un marco de festejo para presentar a Daisy y Jordan7.
Entre los objetos de novedad y lujo ocupa un sitio crucial el automóvil amarillo del
accidente. Ahí se condensa el simbolismo de la modernidad tecnológica con su
velocidad y peligro. La movilidad también da oportunidad para escapar, situación para
confundirse e instrumento de muerte. El tipo de vehículo es una señal de época, una
marca que identifica a la perfección cuándo están sucediendo las cosas: es el siglo de
Ford y sus competidores. El automóvil está rediseñando los panoramas urbanos y es
signo del estatus social, sin duda8.
Por último, bastará mencionar al pequeño faro de luz verde frente a la mansión
Buchanan. Ese no es objeto de modernidad, sino un artificio casi atemporal que
pareciera no ser de utilidad sino un signo, más para marcar la distancia entre Daisy y
Gatsby, dándole color de esperanza a quienes miren desde la otra orilla.
7
El gran Gatsby, p. 15.
8
BAUDRILLARD, Jean, El sistema de los objetos y Economía política del signo. Las “cosas materiales”
poseen una trama compleja y su consumo es una creación del estatus social.
principio. Frente a su condición desgraciada de esposa engañada, derrocha encanto y
alegría, busca disfrutar de sus días y transmitir felicidad a quienes la rodean. Aun así,
ruega por una dosis mayor de estupidez para no reconocer su desgracia, por eso desea
que su hija sea tonta, para no sufrir: “lo mejor en este mundo para una chica es ser
bonita y tonta”9.
A plenitud el personaje termina luchando por su amor a brazo partido y parece que
triunfará, pero mantiene una falla. En el “juicio público” ante Tom termina derrotado
por su origen de clase y la sombra de negocios ilegales que le siguen. A final de cuentas,
el destino se precipita y los últimos rasgos terminan por dibujar a este personaje
contradictorio, pero redimido por su pasión sincera ante los ojos del narrador.
La muerte le otorga una belleza trágica a Gatsby y un halo de perdón. La presencia del
padre dando el saludo final al hijo, tan lejano y extraño frente al viejo, refuerza ese
efecto de perdón que muestra el narrador. ¿Qué debemos reclamar a los caídos? Nada
queda por reclamar, pues como personaje Gatsby cumple a cabalidad.
9
El gran Gatsby, p. 24.
10
De acuerdo a la biografía de Baillet, el fundador del racionalismo se denominó caballero “Du Perron”,
es decir, la escalera, lo cual se debe interpretar como la gradualidad del saber conforme al método.
la verdad y ser honesto, aunque esté envuelto entre las maquinaciones de los personajes
y acepte algunas, en especial, colabore para acercar a Gatsby con su prima. El resultado
es que el narrador se mantiene muy próximo al lector, sugiriéndole que vea y sienta
como uno más de los participantes en los eventos, lo cual logra con efectividad, pues
como lector sí te sientes involucrado en la narrativa.
El novelista utiliza ligeras exageraciones para dar un toque más emotivo a sus pasajes,
sin caer en la caricatura o saltar al realismo fantástico. A veces ese exceso está en el
comentario de un personaje, en este caso Nick:
“—Toda la ciudad (se refiere a Chicago) está desolada. Los coches llevan pintada de
negro la rueda de recambio (entonces su usaba en la parte exterior del vehículo), como
si fuera una corona (de muertos), y por las noches se oye un incesante gemido a lo largo
de la orilla norte (la ciudad de los vientos suele escuchar el murmullo del viento)…”
Ahí termina la pequeña exageración que sirve para contrastar entre la ciudad
desconsolada y la alegría irradiada por Diasy12.
Otro rasgo de estilo, es un detalle de la adjetivación cuando el texto aparea rasgos que
no son idénticos y sirven para definir con elegancia. En el ejemplo anterior el rostro de
Daisy es “triste y hermoso”, la boca es “fresca y apasionada”. La boca de Jordan es
11
El gran Gatsby, p. 16.
12
Otro ejemplo curioso, es la escena de calor y discusión, donde el narrador indica con evidente
exageración: “mi ropa interior se puso a reptar, cual húmeda serpiente” p. 132.
“irónica y atractiva”13. Al cumplir treinta años, Nick piensa que “se extendía el
portentoso y amenazador camino de una nueva década”14.
Con mesura y de modo claro, el autor nos entrega una dosis de crítica social y enfoque
de perspectivas. Los problemas y sufrimientos son de personajes singulares sin una
aspiración hacia lo grandioso, pero la obra los coloca para cuestionar la condición
humana y el contexto del sueño americano. Así, se cuestiona de modo claro cuáles son
las posibilidades de las personas en esa América de horizontes15. El final es bastante
explícito a ese respecto y se pregunta sobre la ambición humana desde los lejanos
emigrantes, que miran por primera vez una tierra de promesa. También llega a
conclusiones muy críticas sobre la riqueza y la situación de los dueños de la sociedad, a
quienes considera que están pisando al prójimo sin darse cuenta. El tema de la riqueza,
además, mantiene un tono de sospecha16, ya sea por su origen o consecuencias.
Una pieza clave de la narración es la doble imposibilidad: de salvar el pasado tal cual y
la futilidad de saltar la barrera de clase social17. La vuelta al pasado adquiere el tono de
una exageración, pues el objetivo de Gatsby no sólo es rescatar a la amada, sino borrar
su periodo de abandono y restablecer su momento perfecto: “—¿El pasado no puede
volver?—gritó lleno de incredulidad— ¡Claro que sí!” 18 La diferencia entre la nostalgia
usual y esa extrema ingenuidad de quien pretende derrotar a Cronos, es clave para
anticipar la derrota de Gatsby, quien pretende algo que ningún humano ha conseguido.
13
El gran Gatsby, p. 86.
14
El gran Gatsby, p. 142.
15
Las posibilidades reales se mistifican y convierten en una ideología vana de las libertades; los
horizontes pueden ser también grandes ilusiones. Cf. SARTRE, Jean Paul, El ser y la nada.
16
La sospecha-suspicacia representa un subtema. La gente habla mal de Gatsby sin conocerlo, pero bajo
ese lodo de la sospecha se oculta un valor superior, de ahí la función de la pasión más allá del tiempo. “El
escepticismo, dijímoslo ya, no es sólo intelectual, sino moral también, es una atrofia, una enfermedad
crónica de toda el alma. Un hombre vive de creer en algo, no de argumentaciones ni de discurrir sobre
infinitas cosas. ¡Desgraciada situación la suya el día en que todas sus creencias se reduzcan a comer, a
digerir, a atesorar! No podrá ya descender más bajo.” CARLYLE, Thomas, Los héroes, p. 190.
17
Las posibilidades concretas de los individuos son el signo inequívoco de las estructuras sociales, Cf.
LUKÁCS, George, La significación actual del realismo crítico.
18
El gran Gatsby, p. 116.
La barrera social felizmente salvada por el amor es el argumento típico de la novela
rosa, precisamente el tono rosa indica que sí es posible saltar las barreras, mientras el
dramático indica la inviabilidad. Bajo esos supuestos se mantiene la centralidad del
personaje Gatsby, quien es reivindicado como el gran individuo en su fracaso. De modo
sincero el narrador-personaje expone que en su punto de vista final, Gatsby fue el mejor
de todos y su pasión lo salva del ocaso de la mediocridad. ¿Es convincente? Al menos
es necesario para la estructura de la novela, el personaje central está en claroscuro pero
siempre mantiene una vitalidad. ¿Se convierte en un modelo a repetir? Eso es dudoso,
pero ¿los nuevos ricos tras el canto de su sirena no son nuevos Gatsbys? En ese sentido,
aunque ofrece cierta perspectiva crítica, también embona en una perspectiva encantada
con su entorno y presente, existe cierta oda a la América de los esplendores y
decadencias.