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Matons, Luis

Defensa de la vida física del paciente en estado


terminal: entre la dignidad y la autonomía

Vida y Ética, Año 15, Nº 2, diciembre 2014

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Matons, Luis. “Defensa de la vida física del paciente en estado terminal : entre la dignidad y la autonomía” [en línea].
Vida y Ética, 15.2 (2014). Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/defensa-vida-fisica-paciente-terminal.pdf
[Fecha de consulta:..........]
ARTÍCULOS

DEFENSA DE LA Dr. Luis Matons

VIDA FÍSICA . Abogado


. Profesor Titular Efectivo de las Cátedras de
Derecho Privado I, de la Facultad de Derecho y
DEL PACIENTE Ciencias Sociales, y de Derecho Privado IV, de la
Carrera de Martillero y Corredor Inmobiliario
EN ESTADO . Profesor Titular Efectivo de las Cátedras de
Derecho Civil de la Facultad de Ciencias

TERMINAL. Económicas y Empresariales


. Especialista en Docencia Universitaria y en
Bioética Personalista
ENTRE LA . Coordinador del Instituto de Bioética de la
Universidad Católica de Cuyo
DIGNIDAD Y LA
AUTONOMÍA

Palabras clave Key words


· Muerte digna · Dignified death
· Estado terminal · Terminal state
· Eutanasia · Eutanasia
· Autonomía · Autonomy

INSTITUTO DE BIOÉTICA / UCA - VIDA Y ÉTICA AÑO 15 Nº 2 DICIEMBRE 2014 127


VIDA Y ÉTICA

RESUMEN ABSTRACT

Proponemos un análisis crítico de We propose a critical analysis of the


los fundamentos que sustentan la grounds for the so-called "Death
llamada “Ley de Muerte Digna” with Dignity Act" embodied in the
incorporada en la Ley que consagra law that regulates the patient´s
la regulación de los derechos del rights, their medical history and
paciente, historia clínica, consenti- informed consent (Art. 2, Section
miento informado, (Art. 2º, inc. “e” “e” Paragraph “2nd of law 26.529
párr. 2º de la Ley 26.529 modifica- amended by Law 26742, which
da por la Ley 26.742), que introdu- introduces in our country the real
ce en nuestro país la existencia real existence of a formal euthanasia
de un sistema eutanásico formal sin system lacking scientific, ethical or
fundamentos de orden científico, even legal grounds.
éticos e incluso jurídicos. Is it morally licit to suppress the
¿Es moralmente lícito suprimir la terminally ill´s life? Does the
vida del enfermo terminal?, ¿la lega- legalization of this practice
lización de esta práctica eutanásica constitute the first step for a new
es la primera piedra de una nueva “culture “of life?
“cultura” de la vida? We understand that the so called
Entendemos que la llamada “tesis “thesis of autonomy”, the basis for
de la autonomía”, fundante de la the legal amendment at issue,
reforma legislativa en cuestión, deserves from a personalistic
desde una óptica Bioética persona- bioethical point of view serious
lista, merece serias objeciones bioé- bioethical objections, since it can
ticas ya que puede distorsionar gra- severely distort the exercise of
vemente el ejercicio de la medicina medicine and the patient-physician
y la relación médico paciente. relationship.

INTRODUCCIÓN de calidad, llega a dar por hecho que, pri-


vada la vida de tal calidad, desaparece el
Pocas realidades nos obligan tanto derecho a la vida propiamente dicho.
como la muerte a interrogamos sobre el
sentido de nuestra vida. En nuestra socie- En nuestro sistema legal, la ley que
dad el concepto de “vida digna” o de vida consagra la regulación de los derechos del

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paciente, historia clínica, y consenti- versible de las funciones neurológicas,


miento informado, ha incorporado la po- cardio-circulatorias y respiratorias.
sibilidad de la supresión de la hidratación y
nutrición en ciertas circunstancias, propias Debemos distinguir “el morir”, concre-
de estadios terminales, conforme el Art. 2º, tado como evento biológico, del pronós-
inc. “e” párr. 2º de la Ley 26.529 modificada tico de terminalidad de la vida; en cuanto
por la Ley 26.742, generando en nuestro ponderación negativa, que no afecta la
país la existencia real de un sistema euta- dimensión ontológica del sujeto personal,
násico formal sin fundamento de orden en tanto que su individualidad como to-
científico, ético o jurídico, que caracteriza davía viviente no se cuestiona. La
al sostén vital, como un medio de inter- “muerte” es un evento opuesto a la vida.
vención desproporcionado.
Frente al proceso de terminalidad de
¿Es moralmente lícito suprimir la vida la vida se plantean conflictos éticos y ju-
del enfermo terminal?, ¿la legalización de rídicos que pueden resumirse en dos op-
esta práctica eutanásica es el primer hito ciones fundamentales:
de una nueva “cultura” de la vida?
● Asumir la defensa de la vida física [2]
CUESTIONES JURÍDICAS QUE ENCIERRA en la asistencia del paciente terminal; o
ESTA REFORMA
● Practicar el acto eutanásico.
El fin de la existencia humana resulta
un tema simple y complejo a la vez. El art. Quienes aceptan la eutanasia, sostie-
103° del Código Civil Argentino determina nen que con ella se espera ayudar a una
que el fin de la existencia de las personas persona gravemente enferma e irrecupe-
se da con la muerte natural de ellas. [1] rable a tener una muerte humanamente
En algún momento cesará la vida y llegará digna en correspondencia con su volun-
la muerte, que desde el punto de vista tad y sus propias convicciones, siendo
científico es la pérdida definitiva e irre- considerada por algunos autores el acto

[1] Art. 103. Termina la existencia de las personas por la muerte natural de ellas. La muerte civil no tendrá lugar en nin-
gún caso, ni por pena, ni por profesión en las comunidades religiosas.
[2] Los principios que propone Sgreccia, para la Bioética personalista ontológicamente fundada son: El principio de
defensa de la vida física, El principio de libertad y responsabilidad, El principio de totalidad o principio terapéutico, y El
principio de sociabilidad y subsidiaridad.

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eutanásico como “la praxis de la muerte b) Sufrimiento insoportable del pa-


asistida”. ciente, sin esperanzas de mejoría.
c) Información al paciente de su situa-
Aparece en el espíritu de la eutanasia ción y perspectivas de futuro.
la manipulación de la vida y de la muerte d) Convencimiento, conjunto médico-
por parte de la medicina, como freno a la paciente de que no existe ninguna otra
prolongación del sufrimiento. solución razonable.
e) Consulta con un médico indepen-
diente que ha visto al paciente y que ha
La respuesta jurídica es punitiva res- emitido su dictamen por escrito sobre el
pecto de la cooperación y la ayuda al sui- cumplimiento de los requisitos señalados
cidio, y descriminalizadora en la precedentemente.
excepción dada por la Ley 26.742, en f) Finalmente que la terminación de la
cuanto a la cuestión de la hidratación y vida o el auxilio al suicidio se realice con
nutrición del enfermo terminal. el máximo cuidado y esmero profesional
posible.
La hidratación y nutrición del enfermo
agónico se presentan como una cuestión En el contexto de esta praxis, hay ade-
de “evaluación y procedencia” según con- más revisiones periódicas anuales, en
venga a la situación del paciente, creán- donde un comité de expertos analiza la
dose un “anclaje jurídico” sui generis, en conducta de los médicos que participaron
el que la decisión eutanásica tiene como en los actos eutanásicos.
única instancia de control el criterio del
médico tratante.
El homicidio eutanásico se presenta
entonces como “la actuación de un sujeto
En países que admiten la eutanasia activo que carece de pena, pues se trata
(Holanda), hablan de “Terminación de la de un acto solidario que no se realiza por
Vida a Petición Propia y del Auxilio al Sui- la decisión personal de suprimir una vida,
cidio” y cumplen rigurosas condiciones sino por la solicitud de quien por sus in-
para realizar la práctica: [3] tensos sufrimientos, producto de una en-
fermedad terminal, pide que le ayuden a
a) Convencimiento del médico de que morir”, basado en una falacia conceptual:
la petición del paciente es voluntaria y “El deber del Estado de proteger la vida
bien meditada.

[3] Ley Holandesa 2001, mod. art. 293, inc. 2° causales exculpatorias de sanción penal. Año 2000-2001, 26691, núm. 137.

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debe ser compatible con el respeto a la Partiendo de la noción de “autonomía”,


dignidad humana y al libre desarrollo de [5] al amparo de un supuesto pluralismo so-
la personalidad, y frente al enfermo ter- cial, se defiende la eutanasia; interpretada
minal que experimentan intensos sufri- como un derecho de máxima libertad, cuyo
mientos, este deber estatal debe ceder ejercicio por su titular debe estar garanti-
frente al consentimiento informado del zado dentro de un ámbito de autonomía in-
paciente que desea morir en ‘forma digna’. dividual que no puede ser perturbado por
Luego, el Estado no puede oponerse a la el Estado ni por terceros, como solución
decisión del individuo que no desea seguir para evitar el procedimiento médico dis-
viviendo y que solicita que le AYUDEN tanásico, el sufrimiento del paciente, y
A MORIR”. respetar a la autonomía personal del en-
fermo agónico.
Se consagra así la AUTONOMIA PERSONAL
DE LA VOLUNTAD expresada en el consenti- Examinando cada uno de estos funda-
miento informado como factor legiti- mentos en lo que entendemos es su recta
mante de la práctica eutanásica ponderación, debemos expresar:
(intervención de un tercero), directa o in-
directa, pero siempre voluntaria y en 1. El procedimiento médico distanásico
abierta contraposición a todo recto crite-
rio de libertad y responsabilidad. [4]
¿Existe razón que priorice la legaliza-
ción de la eutanasia con el fin de impedir
AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD Y la distanasia terapéutica?
DIGNIDAD DEL PACIENTE TERMINAL
Por un lado, el médico está obligado no
Impuesta esta solución de compro- solo a restablecer la salud del paciente, sino
miso, consistente en la despenalización a aliviar su sufrimiento. Con este fin, puede
del acto eutanásico, mediante el recurso (y debe) administrar calmantes o analgési-
del retiro del sostén de la nutrición e hi- cos, incluso si sus efectos tienen como re-
dratación del paciente, se asume que esta sultado (indirecto), y como tal no deseado,
legalización tiene la ventaja de la clari- acortar la vida del paciente (con la condi-
dad, evitando su carácter clandestino, con ción de actuar respetando un criterio de
el fin de prevenir sus abusos. prudencia y proporcionalidad terapéutica).

[4] Autonomía de la Voluntad opuesta al Principio de libertad y responsabilidad fundado en la licitud moral del acto o
decisión.
[5] Capacidad de una persona de tomar decisiones sin intervención ajena.

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El “encarnizamiento” no viene exigido 2. El sufrimiento del paciente


por una razón de orden moral o jurídica,
ya que la deontología médica y el dere- Entendido en su dimensión eutanásica
cho obligan únicamente al médico frente es un eufemismo utilizado para designar
al enfermo agónico a combatir el dolor y el “derecho a que otro nos dé muerte”.
a administrar un tratamiento ordinario, Bajo el pretexto de rechazar el acto mé-
útil y proporcionado al mal padecido; sin dico distanásico, la expresión estigmati-
embargo, si es una razón de orden moral zada avala el hecho positivo de matar a
y jurídicamente obligatoria la correcta li- alguien. Sin embargo, es evidente que no
mitación del esfuerzo terapéutico; dando puede asimilarse al hecho de dejar que la
cumplimiento así a una adecuada pro- muerte acontezca, sin poner en práctica
porcionalidad terapéutica en el ejercicio medios inútiles y desproporcionados con
de su praxis médica. [6] el único fin de prolongar una vida abo-
cada a la muerte.
La intención deliberada de acabar con
la vida de alguien, se distingue de otras Es un hecho incontrovertible que el pa-
iniciativas médicas, como la administra- decimiento humano se manifiesta de di-
ción apropiada de analgésicos con el fin versas maneras y en diversos grados, y que
de aliviar el dolor (aun a riesgo de acortar las capacidades humanas para soportarlo
la vida), y la decisión de renunciar a tra- son distintas, de modo que establecer un
tamientos inútiles o desproporcionados. criterio para apreciar el sufrimiento, resulta
menos que imposible. ¿Cuál sería el crite-
Debemos también reconocer que esta rio de sufrimiento para permitir la eutana-
oposición teórica no reniega de aquellas sia? ¿Cuánto grado de dolor hace falta
realidades prácticas en donde la intención para despenalizarla? Asumir el criterio del
del actuante adquiere un papel funda- dolor o padecimiento sin una regla dada
mental, así por ejemplo, desconectar un de antemano deja abierta la puerta de la
aparato respirador o quitar una sonda de arbitrariedad a quien tenga que practicar
alimentación no siempre equivale a un la eutanasia, pues será su consideración y
acto eutanásico. Todo dependerá de las sus parámetros de tolerancia los que de-
circunstancias y de las intenciones. terminarán en última instancia la realiza-
ción o no de dicha práctica. Así, parece que

[6] MONTERO, Etienne, El derecho a la autonomía en el debate sobre la legalización de la eutanasia voluntaria [en
línea], disponible en: <http://www.muertedigna.org/textos/euta65.htm> [consulta: 20 de febrero de 2014].

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la legitimación de la eutanasia basada en la un médico decide no empezar o parar un


disminución del dolor o sufrimiento de la tratamiento inútil y desproporcionado, el
persona es muy cuestionable para justificar paciente morirá como consecuencia de la
por sí sola la práctica de la muerte digna. patología mortal que sufría; por el con-
trario, si el médico administra al paciente
A lo anterior habrá que agregar tam- una sustancia letal, este acto constituye
bién que así como resulta prácticamente la causa de muerte del paciente.
imposible cuantificar el grado de dolor o
sufrimiento del paciente, resulta también Toda persona tiene el derecho a morir
muy complicado establecer que tal sufri- dignamente, lo que implica:
miento sea el mismo en todo el periodo
de agonía del enfermo. Los avances cien- El derecho del enfermo a mantener
tíficos de la tanatología y principalmente un diálogo abierto y una relación de
la psicología, han podido evidenciar que confianza con el equipo médico y su en-
una persona en fase terminal atraviesa torno;
por diferentes etapas, llegándose a com- El derecho al respeto de su libertad
probar que quienes solicitan la eutanasia, de conciencia;
suelen encontrarse bajo un estado depre- El derecho a saber en todo momento
sivo, pero una vez superada dicha etapa la verdad sobre su estado;
han llegado a rechazarla, alimentando un El derecho a no sufrir inútilmente y a
mínimo de esperanza para su mal. Incluso beneficiarse de las técnicas médicas dis-
se tienen registrados casos en los que el ponibles que le permitan aliviar su
paciente ha agradecido no haberle hecho dolor;
caso en su deseo de morir. El derecho a decidir su propio des-
tino y a aceptar o rechazar las interven-
Se impone para una correcta evalua- ciones quirúrgicas a las que lo quieran
ción moral y jurídica de la cuestión, dis- someter;
tinguir claramente la expresión “ayudar a El derecho a rechazar los remedios
morir” con las usuales referencias a la excepcionales o desproporcionados en
“compasión” o la “solidaridad” que sugie- fase terminal.
ren altruismo, espíritu de servicio, gene-
rosidad, en definitiva, auxiliar a un Por el contrario, “el derecho a que el
enfermo en su muerte (queriendo acom- médico ponga fin a su vida” es de muy dis-
pañarlo en su desgracia, procurando ali- tinta naturaleza, y se apoya en un con-
viar su dolor, tratando de reconfortarle), y cepto nuevo y peligroso de dignidad
otra cosa muy distinta es matarlo. Cuando humana, que se asocia a calidad de vida.

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Se ha operado por tanto una variación se- puede sobrevenir si continúa viviendo, y
mántica, pasando de la “dignidad de la se piensa en la muerte como una libera-
persona”, concebida como una cualidad de ción de este mal. [9]
orden ontológico, a la “calidad de vida”. [7]
Sin embargo, la vida de la mayoría de
¿Qué es entonces esa dignidad que se la personas contiene males tales como la
pierde? “Se trata evidentemente de la dig- pena o el dolor, pero no por eso pensamos
nidad de los que gozan de buena salud, que la muerte sea una bendición para
de una vida plena de la que son cons- ellos. Por el contrario, se supone que ge-
cientes, “el dolor físico menoscaba la dig- neralmente la vida es un bien, incluso
nidad” y “la enfermedad quita toda para alguien anormalmente infeliz.
dignidad a la existencia”. ¿Cómo es que alguien puede desear la
muerte en beneficio del que va a morir?
Toda persona tiene siempre la misma
dignidad ontológica, intangible e invio- Desde el instante mismo en que consi-
lable [8] deramos que la vida humana no tiene
valor intrínseco, ¿cómo podemos oponer-
La dignidad humana se funda en el nos seriamente a este tipo de prácticas,
hecho simple y esencial de pertenecer al teniendo en cuenta que nuestras socieda-
género humano. No es la dignidad la que des se ven ahora enfrentadas a los pro-
fundamenta la vida humana, sino que es la blemas del envejecimiento de la
vida humana la que fundamenta la digni- población y de la crisis del sistema de pro-
dad, y ésta debe, por tanto, reconocerse a tección social?
todo hombre por el solo hecho de existir.
3. Respeto a la propia autonomía
Es fácil decir que un acto eutanásico personal
apunta por definición al bien de aquél
cuya muerte está en cuestión y que es en Los partidarios de la eutanasia a peti-
su beneficio que se desea su muerte. ción del paciente la justifican como un
¿Pero cómo puede explicarse esto? Su- acto autónomo que permite reafirmar
puestamente estamos pensando en un una voluntad libre contra una necesidad
mal que ya está en el sujeto o que le ciega. ¿Es tan evidente que la decisión de

[7] ANDORNO, Roberto, Bioética y dignidad de la persona, Madrid, TECNOS, 1998, p. 21 y ss.
[8] MONTERO, Etienne, El derecho a la autonomía…, op.cit.
[9] FOOT, Philippa, Las virtudes y los vicios, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1994, pp. 51 y 52.

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morir pertenece al ámbito de la autono- una justificación que procede a partir del
mía personal del enfermo terminal? valor de la autonomía personal. [10]

Resulta evidente que el principio de la ¿No es entonces un error hacer caso


autonomía de la voluntad y la libertad del de la libre expresión de una persona que,
sujeto no pueden justificar las prácticas teóricamente, está plenamente descon-
eutanásicas justamente cuando la per- certada, víctima de sufrimientos? Dicha
sona en cuestión se encuentra especial- situación hace que una decisión real-
mente deteriorada, física y moralmente, mente libre por su parte sea ilusoria, del
es decir, cuando ya no goza de una auto- mismo modo que parece injusto honrar la
nomía o libertad plenas. libre elección de un depresivo a punto de
suicidarse.
Si la autonomía personal fuera justifi-
cación ética suficiente del suicidio médi- En estas circunstancias sería una solu-
camente asistido y la eutanasia activa ción sencilla para el médico, matar al en-
consentida, estas prácticas estarán mucho fermo, a petición suya, con toda
más justificadas aun, cuando el sujeto no impunidad. ¿No sería esperable poner en
tiene una enfermedad terminal. Si el su- tela de juicio este razonamiento? La afir-
jeto tomara la decisión de poner fin a su mación del carácter autónomo del en-
vida en ausencia de una enfermedad ter- fermo, es impropia, viciada y carente de
minal, deberíamos concluir que su deci- libertad e insuficiente como justificación
sión es incuestionable, en un sentido más de la petición del enfermo.
pleno. Sin embargo, nuestras intuiciones
apuntan en la dirección contraria. Cuando En otros términos:
no se cumple la doble condición de “en-
fermedad terminal” y “sufrimiento inso- El fundamento subyacente y oculto
portable” de otra forma inevitable, es de la eutanasia se basa en la idea de que
decir, su elección se manifiesta en un algunas vidas no merecen ser vividas, y
grado más perfecto y sin condiciona- la decisión de practicar la eutanasia no
mientos al ejercicio de la autonomía per- se apoya nunca únicamente en la vo-
sonal, tendemos a pensar que el suicidio luntad del enfermo, sino que es siempre
médicamente asistido es menos justifica- el resultado de un juicio de valor sobre
ble. Esta es una clara contradicción para la calidad de vida del mismo.

[10] SPECTOR, Horacio, “Suicidio médicamente asistido y autonomía”, en Responsabilidad y Libertad, Ed. HANSBERG, O.
y PLATTS, M., México, Fondo de Cultura Económica, (2002), pp. 181- 203.

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Si la vida se convierte en un objeto justa que prescinde de la contención fí-


cuyo valor queda en manos del propio su- sica, psicológica, espiritual y social del en-
jeto, individual y autónomo, entonces fermo terminal, digno en cuanto persona;
ésta y la dignidad que la soporta como es decir, es una renuncia a la defensa de la
bien humano y derecho básico se relativi- vida física.
zan. Lo anterior llevado al extremo plan-
tea invariablemente asumir como El derecho a morir con dignidad es
consecuencia necesaria la aceptación de parte constitutiva del derecho a la vida,
un concepto de dignidad relativa para ello implica que el significado que se atri-
una vida igualmente relativa. buye al concepto “morir con dignidad” se
distingue radicalmente del propuesto por
Si hay una intervención directa de otra los defensores de la eutanasia.
persona distinta del sujeto que toma la
decisión de morir, el principio de la liber- Lo que aquí se entiende por “derecho
tad personal basado en la autonomía de a una muerte digna” es el derecho a vivir
la voluntad como principio individual (humanamente) la propia muerte.
también se relativiza. No hay ningún acto
individual, por más que esté amparado en
la libertad, que no tenga una repercusión Siendo evidente que el “hecho muerte”
social, ya que requiere la intervención de no cae en el ámbito de nuestra libertad, ya
“otro”. De modo que lo privado no es tan que fatal e inevitablemente cada uno de
privado y sí que contiene un fuerte reflejo nosotros morirá, lo único que podría estar
social y público. [11] sujeto a la libertad es la actitud que adop-
temos ante ella. La muerte no es primaria-
mente un evento médico o científico, sino
4. Dignidad de la Muerte un evento personal, cultural y religioso. Las
convicciones morales y religiosas determi-
Consagrar la idea del valor relativo y nan lo que se considere el comportamiento
subjetivo de la dignidad humana, supri- adecuado frente a la muerte, tanto para el
miendo la dignidad del hombre en cuanto que está muriendo, como para los que lo
cualidad ontológica de la persona hu- atienden.
mana, es una solución inadecuada e in-

[11] BEUCHOT, Mauricio y SALDAÑA, Javier, “Concepción del derecho natural en torno a la inviolabilidad de la vida”, en
Derechos humanos y naturaleza humana, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), (2000), pp. 135-161.

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Así, ante la enfermedad terminal, la neo para asegurar la recta y humana dig-
expresión morir con dignidad supone: nidad de la muerte.

● La Intimidad y el Bienestar, del mo-


ribundo y sus seres queridos. CONCLUSIONES

● Una atención individualizada. La legalización de la eutanasia im-


puesta por la Ley 26.742 en nuestro país
encierra serios problemas de orden prác-
● Vivir acompañado el proceso de tico, ya que produce:
muerte ya que la familia es un factor fun-
damental de apoyo al paciente en fase
terminal. 1° Una modificación asistemática, y
manifiestamente violatoria de los derechos
consagrados, reconocidos y amparados en
● Ser informado el paciente siempre nuestra Constitución Nacional, en especial
que lo desee. las garantías de su art. 33°, y normas su-
pranacionales de Orden Constitucional.
● No ser objeto de experimentación y
enseñanza sin previo consentimiento. 2° La existencia de un vacío legal en lo
referente a las condiciones en las que se
● Brindar la asistencia espiritual que puede retirar el soporte vital al enfermo
se demande. terminal, y la necesidad de proteger a
todos los enfermos de la sociedad, ante el
La expresión “derecho a morir con dig- peligro de que el paciente, lejos de sen-
nidad” no se refiere directamente al tirse libre y autónomo en sus decisiones,
“morir”, sino a la “forma de morir”. se incline más a ceder ante la presión
ejercida por su entorno, se sienta culpable
por la carga que supone para los demás,
Ante esta realidad, la terapia paliativa por gravar económicamente a la sociedad,
que la OMS [12] define como “la atención porque se obstina en vivir y se niega a
activa y completa de los pacientes cuya hacer valer su derecho a la eutanasia. El
enfermedad no responde al tratamiento paciente no cuenta ya con el amparo de la
curativo” se presenta como vehículo idó- ley para protegerse.

[12] ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. “Alivio del dolor y tratamiento paliativo en cáncer”. Informe de un Comité
de expertos. Ginebra: OMS; (1990). (Serie de Informes Técnicos 804).

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3° Necesidad de proteger a las perso- 4° Necesidad de Proteger la integridad


nas vulnerables de los abusos, negligen- moral de la profesión médica, dado que
cias, errores y evitar la derivación hacia esta legalización corre el riesgo de volverse
formas de eutanasia no solicitadas, [13] también contra los médicos al inducir, en
por el debilitamiento general del respeto aquellos que la practican, una costumbre
a la vida, ya que el reconocimiento legal y una trivialización del tratamiento del en-
de la eutanasia pone en tela de juicio el fermo agónico, que amenaza con acabar la
valor de algunas vidas en la conciencia relación de confianza y el diálogo existen-
colectiva. tes entre el médico y el paciente.

[13] Peligro de producir una pendiente deslizante, o “rupes Tarpeia” (Roca Tarpeya), abrupta pendiente de la antigua
Roma, utilizada en la República, como lugar de ejecución de asesinos y traidores, que sin ninguna piedad eran lanzados
desde ella.

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