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¿Hay diferentes grados de recompensa en el cielo?

¿Es la recompensa lo mismo que la salvación?


Como cristianos, creemos que somos salvados únicamente por la GRACIA de Dios. Cuando
decimos esto, queremos decir que creemos que Dios nos ha apartado para salvación, no en base a
cualquier cosa que pudiéramos hacer por nuestro propio esfuerzo, sino basados en el “regalo” de
la salvación ofrecido por el sacrificio de Jesús en la cruz. Nuestras ‘obras’ no juegan ningún papel
en nuestra salvación. No podemos ‘ganar’ nuestra entrada al cielo, esto es un regalo de Dios, así
que ningún hombre o mujer puede jamás gloriarse de que ‘se ganó’ un lugar en el cielo con Dios.

Efesios 2:8-9
“Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en
ellas”.
Pero cuando hacemos esta declaración a los no cristianos, quienes creen que la salvación viene
como resultado de un esfuerzo humano en COMBINACIÓN con la obra de Dios (por ejemplo los
creyentes judíos o los mormones), a menudo escuchamos quejas de que el cristianismo ortodoxo
parece ignorar completamente el comportamiento de los creyentes. Después de todo, ¿en realidad
pensamos que todos los creyentes son aceptables para Dios, sin importar lo que hagan o cómo se
comportan? ¿Creemos que alguien simplemente puede DECIR que cree, para luego vivir una vida
que exhiba muy poca evidencia de esta creencia y aún esperar ir al cielo? ¿Qué la noción
mormona de los NIVELES del cielo parece ser una posición más equitativa y justa sobre la
naturaleza de la otra vida?
¿No se nos pide trabajar mientras estamos aquí?
A menudo, las creencias cristianas son interpretadas erróneamente. Mientras que como cristianos,
no creemos que nuestras obras tengan nada que ver con nuestra ENTRADA al cielo, sí
entendemos que nuestras obras tienen todo que ver con nuestra RECOMPENSA una vez que
lleguemos allá. Esto está claro en los registros bíblicos de la Escritura. El apóstol Juan nos
recuerda la importancia de la necesidad de ‘trabajar’ mientras estamos aquí en la tierra:

Juan 9:4-5
“Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando
nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo”.
Así que, ¿por qué es tan importante que ‘trabajemos’? ¿Es así como podemos ‘ganar’ nuestra
salvación? No, esa no puede ser la razón, porque el pasaje que acabamos de leer en Efesios nos
deja en claro que nuestra salvación ¡NO es producto de nuestro trabajo! El asunto a tratar aquí NO
es la salvación, sino la RECOMPENSA. El punto de vista cristiano ortodoxo del cielo, lo ve como
un lugar donde son distribuidas las recompensas a los santos de acuerdo con la naturaleza de sus
vidas aquí en la tierra. Ahora, no todos los cristianos concuerdan con esta idea. Algunos
argumentarán que toda recompensa celestial es medida por IGUALDAD para aquellos que son
salvos. Así que examinemos ambos casos para ver si podemos determinar la verdad desde la
perspectiva bíblica….

El caso de la igualdad de recompensa en el cielo


Recordemos mientras procedemos, que cada fiel seguidor de Jesucristo recibe el mejor regalo de
todos; la vida eterna. La pregunta es solo si hay o no una recompensa adicional esperando por
algunos de nosotros. Aquellos que dicen que Dios recompensa a cada cristiano salvo por igual, a
veces señalan una parábola específica de Jesús para apoyar su argumento:

Mateo 20:1-15
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado que salió muy de mañana para
contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los
envió a su viña. Y salió como a la hora tercera, y vio parados en la plaza a otros que estaban sin
trabajo; y a éstos les dijo: “Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo.” Y ellos fueron.
Volvió a salir como a la hora sexta y a la novena, e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora
undécima, encontró a otros parados, y les dijo: “¿Por qué habéis estado aquí parados todo el día
sin trabajar?” Ellos le dijeron: “Porque nadie nos contrató.” Él les dijo: “Id también vosotros a la
viña.” Y al atardecer, el señor de la viña dijo a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales su
jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros.” Cuando llegaron los que habían sido
contratados como a la hora undécima, cada uno recibió un denario. Y cuando llegaron los que
fueron contratados primero, pensaban que recibirían más; pero ellos también recibieron un denario
cada uno. Y al recibirlo, murmuraban contra el hacendado, diciendo: “Estos últimos han trabajado
sólo una hora, pero los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor
abrasador del día.” Pero respondiendo él, dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia;
¿no conviniste conmigo en un denario?” Toma lo que es tuyo, y vete; pero yo quiero darle a este
último lo mismo que a ti”. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo
malo porque yo soy bueno?”
Ahora, a primera vista, parece que en la parábola todos los que llegan al cielo obtienen una
recompensa igual, independientemente de su “trabajo” aquí en la tierra. Después de todo, estos
obreros entraron en diferentes horas y parecen haber realizado diferentes cantidades de trabajo,
sin embargo todos ellos tuvieron el mismo pago. ¿Esto significa que a pesar de lo que hagamos
aquí en la tierra, la recompensa será la misma para todos nosotros? ¿O es posible que esta
parábola realmente esté tratando de exponer un punto diferente?

Recuerden que este pasaje de la Escritura viene después de una discusión que tuvo Jesús con el
joven gentil (el encuentro con ‘el joven rico’). Aquí Jesús está diciéndole a un gentil lo que se
requiere de él para entrar en el reino, y lo está haciendo frente a todos sus discípulos judíos.
Después de hablarle a este gentil, Pedro le pregunta a Jesús si los discípulos mismos han hecho lo
suficiente para entrar en el reino, y en un tono ostentoso, Pedro pregunta, “He aquí, nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos?” (Mateo 19:27). Jesús le
asegura a Pedro que los discípulos judíos tendrán autoridad en el reino pero también le dice a
Pedro, que muchos otros que vengan a la verdad después de ellos, también estarán en el reino.
Mateo 19:28-30
“Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración,
cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce
tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la
vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.”
Ahora, esta última declaración es importante. Jesús le está diciendo a sus discípulos, que algunos
de los que lleguen tarde también estarán en el reino. ¿Quiénes serán estos recién llegados? La
parábola de los trabajadores del viñedo responde a esta pregunta. Cuando leemos en el contexto
de Mateo capítulo 19, es fácil ver que la parábola del viñedo es ¡totalmente acerca de la salvación
de los gentiles! La parábola está diseñada para ilustrar el hecho de que los gentiles (quienes en
realidad escucharon el evangelio, entrarían muy tarde en el reino, en comparación con los judíos
que poseían la Escritura tiempo atrás), también disfrutarán de los mismos privilegios y derechos de
los judíos que fueron ‘elegidos y ‘favorecidos’ desde un principio.

Esta parábola NO enseña que toda recompensa en el cielo será la misma. De hecho, si leen la
parábola en el contexto de Mateo capítulo 19, podrán ver fácilmente que toda recompensa en el
cielo NO será igual. Después de todo, en Mateo 19:28, Jesús les dice claramente a sus discípulos
que ELLOS tendrán una mayor recompensa que aquellos en a quienes ellos juzgarán en el cielo:

“En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del
Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las
doce tribus de Israel.”
A la luz de esta declaración, cualquier intento de leer la parábola del viñedo y concluir que la
recompensa en el cielo será igual para todos, ¡es simplemente una interpretación incorrecta de la
parábola!

El caso de la desigualdad de recompensa en el cielo


Hay muchas buenas razones bíblicas para creer que hay diferentes niveles de RECOMPENSA en
el cielo. Los cristianos ortodoxos enseñan que es solo la fe la que nos salva. Pero el cristianismo
también enseña que ¡nuestra salvación no es lo mismo que nuestra recompensa! Servimos a un
rey justo y equitativo, quien nos ama y es también recto y santo. La GRACIA sola nos introduce al
reino. Nada de lo que podamos hacer por nuestro propio esfuerzo ‘ganará’ jamás esto para
nosotros.

Efesios 2:8-9
“Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en
ellas.”
En este sentido, el regalo de la “vida eterna” es dado a todos los creyentes por igual, en base
únicamente a su fe. Pero hay mucho en la Escritura que sugiere que más allá de nuestra
salvación, hay una recompensa que nos espera en el cielo, y esta recompensa nos será
distribuída, sobre las bases de nuestra obediencia y amor a Dios demostradas en esta vida mortal.
Veamos algunos versos que apoyan esta postura de los diferentes niveles de recompensa en el
cielo.

1 Jesús dijo que hay grados de gozo en el cielo


La primera cosa que notas cuando examinas los pasajes bíblicos que describen el cielo, es el
hecho de que hay diferentes grados de gozo que pueden ser experimentados en la otra vida:
Lucas 15:7
“Os digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente
que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento”.
¡Caray!, viendo este pasaje, es claro que es posible para nosotros tener un ‘mayor’ gozo
(significando desde luego, que también debe ser posible que tengamos ‘menos’ gozo). Si esto es
cierto, y nuestra experiencia de ‘gozo’ puede ser pensada como una ‘recompensa, entonces
¡también es claro que hay diferentes grados de recompensa en el cielo!

2 Jesús dijo que hay recompensas en el cielo


Jesús específicamente nos dijo que el cielo es un lugar donde se darán las RECOMPENSAS a los
salvos. Mira las palabras de Jesús, tomadas del sermón más importante que él diera.

Mateo 5:11-12
“Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros
falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es
grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”.
Mateo 6:1-6
“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra
manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por eso, cuando des
limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu
limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y cuando oréis, no
seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su
recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a
tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.
Mateo 6:16-18
“Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros
para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su
recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los
hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará”.
Mateo 6:20
“Sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones
no penetran ni roban”.
3 Jesús también dijo que hay GRADOS de recompensas en el cielo
Jesús les dijo a sus seguidores, que cada uno de ellos recibiría una recompensa en el cielo,
basada en lo que ellos hicieran aquí en la tierra:
Mateo 16:27
“Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y
ENTONCESRECOMPENSARÁ A CADA UNO SEGÚN SU CONDUCTA”.
Esta declaración es tan explícita y directa, que difícilmente puede ser discutida. Jesús promete
“dar el pago a cada persona de acuerdo a lo que haya hecho”. Piensa en esto por un momento. Si
Jesús NO nos está diciendo que Dios distribuye recompensas (y castigos) justos y equitativos en la
próxima vida, entonces ¿qué más puede significar este pasaje?

Para ilustrar más ampliamente este punto, Jesús usa una famosa parábola para ejemplificar este
hecho a sus seguidores:
Mateo 25:14-29
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y
les encomendó sus bienes. Y a uno le dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y se fue de viaje. El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue
y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido los dos talentos
ganó otros dos. Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su
señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y
llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, me
entregaste cinco talentos; mira, he ganado otros cinco talentos”. Su señor le dijo: “Bien, siervo
bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor“. Llegando
también el de los dos talentos, dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; mira, he ganado otros dos
talentos”. Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré;
entra en el gozo de tu señor“. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: “Señor,
yo sabía que eres un hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste, y tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo”.
Pero su señor respondió, y le dijo: “Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y
que recojo donde no esparcí”. Debías entonces haber puesto mi dinero en el banco,y al llegar yo
hubiera recibido mi dinero con intereses. Por tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los
diez talentos”. Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
Jesús está diciendo claramente a sus seguidores, que el reino de los cielos será un lugar donde los
creyentes salvos serán recompensados individualmente de acuerdo a sus obras. Si tú haces
mucho con lo que Dios te ha dado; obtendrás una mayor recompensa en el cielo. Si tú
desperdicias lo que Dios te ha dado; no te sorprendas al encontrar que tu recompensa es mucho
menor.

4 Pablo concuerda con que hay grados de recompensa


Y Pablo parece entenderlo también. Cuando escribe a los creyentes en Roma, él usa un lenguaje
que es MUY similar al usado por Jesús:
Romanos 2:5-6
Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el
día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual PAGARÁ A CADA UNO CONFORME
A SUS OBRAS.”
Puesto que sabemos por las Escrituras que Dios no otorga la salvación en base a nuestras obras,
¿qué es a lo que él se está refiriendo? Él se está refiriendo a la RECOMPENSA de acuerdo a
nuestras obras. Esto significa que de acuerdo al incremento de nuestras obras, también nuestra
recompensa se incrementará. Mira lo que Pablo les escribe a los Corintios. Él les dice claramente
que su salvación está basada únicamente en Cristo, pero adicionalmente a esto, cada uno de
nosotros como cristianos salvos, también construimos sobre este fundamento de salvación, de tal
forma que de ahí se desprenda nuestra recompensa en el cielo.

1 Corintios 3:11-15
“Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. Ahora
bien,si sobre el fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la
obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada;
el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. Si permanece la obra de alguno que ha
edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. Si la obra de alguno es consumida por el
fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego”.
Pablo nos dice con toda claridad que hay recompensas esperándonos como cristianos salvos que
somos. Pero también nos aclara el hecho de que algunos de nosotros recibiremos más
recompensas que otros. Algunos trabajarán aquí en la tierra de manera que su obra permanezca,
y como resultado, obtendremos una recompensa duradera en el cielo. Otros no producirán obras
que permanezcan aquí en la tierra, y mientras que aún así seremos salvos, nuestra recompensa en
el cielo no será ninguna, aparte de la salvación (“él será salvo, aunque así como por fuego”.).
5 Salomón concuerda en que hay grados de recompensa
Dios siempre ha mantenido que hay varios grados de recompensa en el cielo. Aún el Antiguo
Testamento habla de esta verdad. Mira lo que dice Salomón:

Proverbios 24:12
“Si dices: Mira, no sabíamos esto, ¿no lo tiene en cuenta el que sondea los corazones? ¿No lo
sabe el que guarda tu alma? ¿No dará a cada hombre según su obra?”
Jesús, Pablo y Salomón están sencillamente reflejando el corazón de Dios cuando nos dicen que
seremos salvos por SU obra y recompensados por NUESTRA obra.

Así que ¿qué es realmente lo que nos hace GANAR una recompensa?
La pregunta que podrías hacerte, mientras lees a través de la realidad de que todos seremos
recompensados de manera diferente en el cielo, es simplemente: “¿Qué .es lo que nos hará ganar
una recompensa?” Las Escrituras son muy claras acerca de esto también. Comencemos en el
Antiguo Testamento y leamos del libro de Daniel:

Daniel 12:3
“Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la
justicia, como las estrellas, por siempre jamás”.
Al describir el orden celestial de las cosas, Daniel dice que “aquellos que tengan entendimiento
brillarán con el resplandor del firmamento, como las estrellas, por siempre jamás”. ¿Notaste que
Daniel usa la palabra “muchos” cuando describe el número de gente que podemos guiar hacia la
justicia? Al usar la palabra “muchos”, Daniel está haciendo una comparación con la posibilidad de
guiar a “pocos” a la justicia. Esta comparación nos dice algo acerca de cómo podemos ganar una
recompensa. Algunos de nosotros ‘brillaremos más’ en el cielo por haber traído a más ‘a la
justicia’. Parece que nuestro esfuerzo por traer a gente a la verdad acerca de Dios y decirles
acerca de su regalo de salvación, es algo que es recompensado por Dios en la vida futura.
Pablo entendía esto. Cuando le escribió a los tesalonicenses, él les dijo que esperaba tener un
gran gozo y una ‘corona de gloria’ en el cielo. Él esperaba una recompensa celestial. Pero les
aclaró que ELLOS eran la razón por la que él esperaba esta recompensa.
1 Tesalonicenses 2:19-20
“Porque ¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo sois vosotros en la
presencia de nuestro Señor Jesús en su venida? Pues vosotros sois nuestra gloria y nuestro
gozo”.
Pablo sabía que su obra aquí en la tierra era importante, porque producía CREYENTES quienes
algún día se le unirían en el cielo. Pablo entendía lo que Daniel pensaba CIENTOS de años antes:
entre más gente lleves al cielo, mayor será tu recompensa.
Así que ¿qué es lo que SERÁ esta recompensa?
La última pregunta que podrías hacerte es. “¿Qué forma tendrá esta recompensa?” Mantén en
mente que ya sabemos que la salvación viene gratuitamente de Dios. Aquí estamos hablando
acerca de la RECOMPENSA que puede ser ganada por aquellos que ya hayan sido salvados
gratuitamente por Dios. ¿Qué clase de recompensa podríamos recibir, basados en nuestras obras
aquí en la tierra? Esta es realmente una pregunta difícil de responder, ya que la Biblia no nos
revela claramente lo que nos gustaría saber sobre este asunto. Pero hay varias pistas con las que
podemos trabajar. Primero, recordemos que el GOZO es una recompensa, y la Biblia nos dice que
hay diferentes grados de gozo en la próxima vida. Así que sabemos que lo que sea que Dios nos
de, será algo que resultará en gran gozo. Tal vez será diferente para cada uno de nosotros ¿quién
lo sabe? Pero hay una razón para creer que Dios tiene una forma particular de recompensar a sus
amados.

Parece ser que Dios disfruta recompensando a sus hijos con crecientes y valiosas funciones de
responsabilidad. Piensa en los apóstoles por un momento. Jesús les dijo que ellos serían
recompensados con su función como ‘jueces’ sobre las doce tribus de Israel. Jesús les dijo que su
recompensa se incrementaría y tendrían responsabilidades de más poder. Esto es consistente con
la parábola que hemos visto de Mateo 25:14-29. En la parábola, Jesús afirmó que el resto de
nosotros también obtendremos mayores responsabilidades como resultado de nuestros esfuerzos
aquí en la tierra (“Sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.)
A veces vemos la responsabilidad aquí en la tierra como una CARGA, pero en el cielo, cuando
estemos reunidos con el Dios que nos dio cada talento que poseemos, su recompensa serán
responsabilidades que maximicen nuestros talentos de tal forma que nos produzcan un gran gozo.
Tendremos un completo sentido de nuestra importancia y función en el cielo. El gozo será nuestro.

No pierdas tu recompensa
Una vez que Dios te ha dado el regalo de la salvación, una vez que has recibido verdaderamente a
Jesús como tu salvador, el problema de tu salvación ya no está en duda. Pero la recompensa es
otro asunto enteramente distinto. Mientras que tu salvación no se puede perder, porque no es
ganada, tu recompensa PUEDE de hecho perderse. Mira lo que escribe el apóstol Juan:

2 Juan 4-9
“Mucho me alegré al encontrar algunos de tus hijos andando en la verdad, tal como hemos
recibido mandamiento del Padre. Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo
mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este
es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo
habéis oído desde el principio, para que andéis en él. Pues muchos engañadores han salido al
mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo.
Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante
recompensa. Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el
que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo”.
Juan no quiere que ninguno de nosotros pierda nuestra “recompensa completa”. Él no quiere que
lleguemos al cielo y recibamos solo una pieza de lo que pudo haber sido nuestro. Él quiere que
obtengamos toda la recompensa que Dios quiere que recibamos. Y parece que podríamos, de
hecho, perder una porción de nuestra recompensa si comenzamos a descuidar la VERDAD.
Podemos perder una porción de nuestra recompensa, si nos desviamos de la vida a la que Dios
nos ha llamado. Cuando ya no amamos a otros lo suficiente para compartirles la verdad, confortar
a los necesitados, albergar a los que no tienen casa, en un esfuerzo por demostrar el amor y la
naturaleza y la salvación de Dios, nos arriesgamos a perder la recompensa que puede ser
nuestra. Dios nos promete la salvación como un regalo, pero nos llama claramente a vivir una vida
que él pueda bendecir, tanto aquí en la tierra como en la vida futura.

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