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l.{)~ lSfM>oS U JilU ..1-0S , . I .A~ GU H l.ltAS O le ITAUA 47

nativas. En el terreno financiero, en Francia surg lcron c ircun..cripcionce locales


de ex tensión mod e sra Ilamedas ilt'(' r;onJ. q ue 8 "u 'l/CL loe reagrupaban en conjun-
1 0~ más amplios llamados ¡:bllralirfs . grupos dc consejeros generales (ci nco o
sei s e n total). Desde fina les del sig lo XIV cxísua una duce na de secreta rios de fi -
nanzas; un s iglo má s tarde . se convcrtirtan en lo s grandes responsables del sector
yen el prototipo de los futuros mini stros del sig to XVI.
El reino de Francia heb ra ido aceptando un siste ma fi scal bajo la presión de
las necesidades impuestas por la gucrra de los C ien Años. Este sistema se basaba
en el monopolio de la sal {gabclal, el impuesto directo { talla} y e l subsid io (aidt') .
a los que se añadieron de spués los derechos de adua nas y los die zmo s eclcsi ésti-
ces. Todos esos impuestos fueron poco regulare s al principio. pero lo fueron y a a
partir de 14 30 apro ximadame nte. La ad mi nis traci ón fij ab a los importes. mientra s
q ue las asamb leas que debían concede r tallas y subsidios se limita ban a aprobar-
los a posteríon. De sde 1451 . el rey lo s exigió de manera autoritari a. La corona
tenía en la ta lla "u fue nte de ingresos mas conspicua: éstos era n fijados por una
ordena nza : su can tidad era repartida entre las provincias y pagada parroqui a por
pa rroq uia (la contribución de cada fami lia era fijada seg ú n ese cómputo). Pcro ta l
...lsrern a de impue stos daba lugar a una relevante falta de equidad. pue sto q ue no
estaban o b ligados a e llos los súbditos más ricos: los noble s. el c lero y lo s altos
funcionarios. comu tam poco los prorcstonales y las pe rsonas influyentes . T am-
hién estaban exentos algunos pueblo s. di st ritos y ciudades (como Ru ém . En la
práctica. la tall a venía a ser un impue sto reservado a la masa de las clases medias
e infe rio res . ya que no pagarla era sin ónimo de d istinción social y el hecho de es-
tar exento dc clla se adujo lue go co mo prueba de la co nd ición noble de la fami-
lia. Had a la mi tad del siglo XVI. la mo narqufa pe rfeccionó 1\U sistema de control
atribuyé ndo se la supervisi ón de 1:1 \ fin anzas urbanas ( 1555) y confiand o a sus
propios funcionarios la j urisdicción c ivil de las c iud ades ( 1567).
La admi nistraci ón francesa res ulta ba la más compleja y también la más cos-
tO'3. aunq ue indudablc mente tam bi én era má.s capaz que las demás de responder
a los impulsos y a las solic itudes del aparato central. En e l terreno eclesiástico. el
conco rd ato de Amboise ( 146 1). si bien reservaba a l papa la potestad de conceder
los bene ficios más impo rtantes. subord inaba esta concesió n al benepláci to de l
rey. (Los bene fi cios menores dependían alternati vamente de las dos uutoridudes.
un mes de cada un a. j M és tarde. el concordato de 151 6 entre Fran cisco f y León X
con firió a l soberano e l derecho de nombrar alrededor de seiscientos cargos cele-
siésuccs de mayor relieve. Este acuerdo sancionó además que podía aprobar o no
la publicaci ón de la s bulas papales e n su re ino.
La situación espa ñola re sultó ba stante dist inta. La un ión de las coronas ara-
gonesa y caste lla na sobre vino relativame nte tardc y. hasta el li nal del siglo x vn.
las autonomías de las regiones mediterráneas se o pusieron con éxito al central is-
mo. En Catalu ña, la Gencralitat - supre mo régimen locat-c-, además de o tra..
atri buciones fisca les y financieras . as umió pronto prcrrogarívas.. judiciales y mili-
tares. Más allá de la au toridad de Castilla. esa instanc ia personificó los privile-
gios locales. co mo ocu rrió aná logamente en Arag ón. e n Na varra y e n la Lona de
Va lencia. En A rug ón. las Co rtes era n más potentes y estructuradas que en Casti-
LOS rSrAUOS l:lJ J(O "I()~' I.AS GlJE RRAS UF: llAl lA

porque les era pocible ~g u ir los diClildn~ de la iml:li,gencia ¡'Inlitlcu. Como COf1I:-
cano de carrera y hucn consejero oe J"rinciIYs que había ..100 - primero en la coe-
11: de Carlos el Temerario. lue~o oe Lul' XI Y de los ~an~-. ntab3 ccoverct -
Jo oe que el homm: tiene la posibilidad &: arreOOer) alcanzar 1.. raciooalidad
profunda e interna de 1( ", scoorecumenroc Para él. con igUlcntcmenlc. oocui -
d.1rla o mfringjrla sil!nlfic-dtya transgredir un orden divino y a la vez causar inevi-
rablememe su propi a pérdida. Una minm-ioo;,.a rellc~ión. un debate rápido y una
Indagació n sin pre-unciones debían pemunr al pol ítico escoger el mejor camino
paru realizar sus prop ios planes. lo cual [',,",uponfa que esto- último.. fueran legi -
timados si mpleme nte por sus resu ltados positivos. E!>ta, conviccíoncs no só lo
(Oran propias de C onnnynes. sino qu e se hahlan gene ra lizado en lo s gabi net es de
ll" prrncípes. particularmente e n aque llo.. q ue los axistfun y lo.. secunda ban e n la
conduc ta re fere nte al manejo L1cl e...tudo. No todo s lo... prtncipe-, eran pcrvcnal-
me nte tan frios )' calcoladore.. como Filippo M aria visco nu o Pranccsco Sfcrza
en Italia, Luis XI en Franc te y Fernando el Católico en Espa"a. Pero el remedio a
...us eventuales in..uficiencías )"a se había encontrado y se praclkaba cada vez
má..: con..i..tía en mdeaoe de háhilo m ini..eos )" de fidc... cceeejeros, que a . u
\e'- 'ot valían & un cuerpo de funcionarios .
En los estados europeos de ese periodo no existía un ~obíerno en el senuoo
moderno del r érm tno . por cuanto los confidente, de l soberano no eran personal-
mente respon-abje-, an te la.. asambleas ni meno-. aún e~~~ban 10'> podere.. o 1,"
enalicio nes de e sa.. m i...ma.. asam blea... . En general. no hahía ministros con com-
pete nci a.. muy especificas y sectoriales. salvo en e l terreno financiero. Se trataba
de colaborado res laicos q ue podfan dese mpeñar d iversas funciones y acum ula r
varias incumbencias. n bien parientes con..angurneos que asl..tfun al monnrcn en
tanto que miembros de .. u familia. o inc lu..o a lto.. d ignatari os eclesi ástico.. nom -
brado.. por é l a causa de ..u gran capacidad y prestigio. Nu -c habían suprimido
todavia los cargos mas excelsos q ue hahían caracterizado al periodo precedente•
e0 010 el de senescal. maestro de ceremonia... chambelán o conoestabíe. aunque
csla... funciones, reservadas a los nobles. ~ estaban conviniendo cada vez má.. en
honotí ficaso
A medida que organi7aban)" se articulaban 10'> con joc mil:'>. se iba per-
filando una aut énuca lucha entre qu~"tr.. podían pretcO!.k.,. formar parte de euos
pnr su sangre o por su rango y homhre... de procedencia mi.... modesta, es decir,
burguesa. C uando "ühn:salfan por .. us cualidades personales. estos úlli~ eran a
menudo los preferidos. sea porque sa h{an que lo debían todo al ...o beranc. sea pur -
qu e ..e solidarizaban m á~ con los intereses de xu señor. mediante el servicio al que
hnbfan .. ido llamados. El triun fo de los d istintos patrones del nparmo buroc rático
lue lento . La fi gura tradicional del canciller dominó todavía e n e l siglo XIV y e n
el ..iglo xv. y los secretarios se im pusie ro n en el siglo XVI en grandes monarqu rus
corno la ingfesa y la france sa, El secretario de Enrique VIII . Thoma.. C rom weü.
se co nviníé en la (lCNma má.. importante del ~ tado e n 1533. cuando su..o tuyó al
("3rdenal Wo lsey . el canciller que le precedió. En Francia. tu.. secretarios del re)'
entruro n a formar poane de '>ti consejo sohlmt=nte en 1~ 7_
En la mayoría de lo<. C8..<;.Q';. estO'> pl"N.Jn3)es mm jUri'ota.i o humani!">laS, capa-
r UIS J-.SI Al>O S F.URO"UIS y I.AS (iUr RRAS u u IrA UA 51

tcórico,- y los administradores del c!>lado. en un lransfl"rt c ult ural má.. o menos
con "iCi.,: nlc_
Lo que contribuyó en mit)'or medida a irk.TCmcntar la autoridad del priocipt
fue la nigna...;oo tk ~ di,üntlb cargos y funciones péblicos. Se trat ó de un ~
cc..o le nto.. aunque irreversible. que Ikgó a ,,"u plcna mecuree ~Io a finales dd ¡-
glu X" II. precisamente con el triunfo del abMllutismo. Controlar las prelaturas era
.k1:isivo en la medida en que consm uia un medio sobrt'manc.-ra eücaz panI ~nc.-r
bajO control a las familias nobI~. c uyos miembros mas jovenes tenían la impe-
n0-.3 necesidad de lo-. beneficios q ue recibían. Con todo. el fa\'or principesco no
era menos apio para eegurar la fortuna de la burguesía. Desde la primera mitad
dd ",ig lo xv se hahía manifestado co n claridad que las grandes ganancias se ree-
!liahan sobre lodo con los monopolios y I~ contratos públicos. cuya concesión
J ependía del soberano. I.>cMJe los Médicis a los Pazzi . de Jecqucs Coeur a los
Fuggcr. Spínola. PaJ1av icieo, Bon...isi , etc.• todas las v icisitudes y peripecia... polt-
cica.' y militares aparec ían conectadas con las, retacioees entre el príncipe y los
grandes empresarios o barqueros. Durante década... la interde pe nde nc ia fue ha-
l:iénJo~ más . trecha. Y en el siglo xvr se impuso de una manera flagrante . De es-
le modo. la vía de acceso a los diversos tipos de fortuna personal y familiar de-
pendía e n general del soberano y de su corte. de aquellos que aventajaban a 1O!i
Jem:i.. en prestigio y poder. asumiendo la... funciones del gran mecanismo que
movfa la "ida es tatal.
Se observaré. sin embargo. que aún entre el siglo xv y el XVI. aunq ue sin idcn -
t lfka ~ entre sí. la corte y el soberano se d istingu ían bastante mal una del otm.
En e ..le aspecto. pUl' ejemplo . el reino de N époíe, con..lilu ía casi una excepción .
t-uera dc la corte. e n efecto. Alfonso el Magnánimo hahía instituido órganos au-
tónomos como la Camera dclla Sornmaria (para las cuestiones económ icas y ed-
mini..uauvasj . la Gran Corte dclla Vicaria (para la justicia c ivil y criminal) y el
Sacro Regio Consigüo, además de 0U'a." canc iUeri:n del mi smo soberano. La ..i-
luación no era me~ clara en las cíudades-olado (dnde Italia hasta Jos Patse..
Baj<K y el área de la lIaru;a). donde toda una serie de mag ícraruras se habían for-
mado pan; ejercer la jurhdicdón sobre 1000 el territorio que deJlC'ndía de e llas.

3 . B WIlOC RACIAS y O UGA RQulAS

Si bien el instrumente de la vasta acción monárquica era )'a la burocracia. é sta


no de be en tenderse como un cuerpo impersonal y au tónomo al servicie del esra-
do. En el siglo xv, en e l siglo XVI y tambi én en el siglo XVII , lo" fun cionarios
constituyeron una categoría muy emprendedora y activa. JX)r c ua nto cada uno de
e llos es taba directamente inte resado en su propio co me tido . Cierta mente. este co-
me tido no era interpretado co mo una mi sión ni se limitaba sie mpre a un empleo
o a una plaza retribuida. La remuneración en senuéo estncto en¡ a menudo un
rect or totalmente secund ario, tanto porque no estaba garantitala de un modo re -
gular co mo porque raramente ron!lolituía d atractivo pri ncipal o único del cargo
desempeñado.
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LO S ESTA DOS U JROI'F.OS y LAS G UI'.RR A S 0 1: rTAI.ll\ 53

nobleza. claramente por e ncima tamo de las actividades comerciales como de las
artesanales o rurales. Así. a partir del siglo xv se impuso a una escala bastante
amplia una clase más bien desigual y heterogénea desde: el punt o de vista de la
procedencia y de las atribuciones. pero q ue constituyó una de Ia.s categorías má.s
de lerm inantes en el desarrollo de las sociedades europeas en la Edad Moderna.
Al irse formando, se gún las necesidades continge ntes y sobre todo externas a
un ámbito verdaderamente orgá nico, la ad ministrac ió n ce ntral de los e stados eu-
ropeos. y e specialmente también la periférica. dio vida a un conj unto e nmara ña-
Jo y co nfuso de compe te ncias. La di stinción e ntre dominio privado del príncipe
y patrimonio «naci onal... casi inexistente al principio. se fue precisando co n ex-
trema lentitud. Las atri buciones de los cargos administrativos podían ser tanto pe-
nales como fiscales y sobre todo estaban poco armonizadas entre se. de manera
que el súbdi to podía encontrarse simultáneamente sometido a jurisdicciones co n-
uupues tas. Por otra parte. fallaba también el debido acoplamiento entre los pode-
res locales y los ce ntrales. lamo más cuanto que el estado se encontraba lejos de
habe r triunfado sobre las autonomías feudale s y municipales. por no hablar de las
ecles iásticas. Era por otro lado relevante el marge n de d iscrecionalidad propio de
los fun cio narios y no solamente de los jueces . En el ambiente del Anden R égime,
e l ejercicio de los cargos reales estaba marcado a mplia men te por la impronta de
la me ntalidad feudal . favorable a los abusos y a las ma lve rsaciones. La inco he-
rencia de las situaciones se veía favorecida naturalmente por la vigencia simultá -
nea de sistemas jurídicos diversos. tales como el derecho romano, el derecho ca-
n énicc y el consuetudinario. De todos e..tos elementos resultó en gra n parte el
incre mento de la fortuna de las profesiones j uríd icas. cuyos especialistas eran en
gene ral los únicos capaces de orientarse en el laberinto de la.s normas y de los tré -
miles regl amentarios. Los hombres de leyes y los ahogados. en efecto. cmcrgie-
run paralelamente a l afianzamiento de los ó rganos ad ministrativos y la burocra-
cia. La articulaci ón de las magi straturas ya existentes y la institució n de ot ras
nuevas eran fenómenos necesariamente am bivalentes. y sus o bjetivos de eñcien-
cía pública no podían dejar de ir acompañados de complicaciones de funciona-
miento o de escasa e ficac ia del personal.
Eso no impidió a la máquina del e stado articular cada vez más su s engrana-
jes. ni al príncipe y a su corte co nstitu irse como su s primeros motores. Los car-
gos má... elevados no fueron nunca vendidos y siguie ron dependiendo siempre de
la conce sió n soberana. Su di sponibilidad equivalía a la posibilidad de un go-
bierno e fec tivo y se reveló co mo una de las vía s maestras del absolutismo. Na-
die ponía e n duda que las incumbencias administrativas, ejecutivas o j udicia les
tenían q ue ser otorgadas, igual q ue las militare s, por aq uel que e ncarnaba la au-
roridad más e levada. Era sin d uda un fenómeno corriente que el prínci pe no tu-
viese más en cuenta los méritos o las c apacidades objetivas que sus pre ferencias
personales o el deseo de recompensar servicios. s in que hubiera re laci ón alguna
Co n las funciones otorgadas. A menudo. entre los primeros y segundo.. cargos
e xistía sólo una di stancia análoga a la que había entre e l estipendio oficial. o el
Coste de la persona contratada, y el rédito efectivo del cargo. No existía ninguna
estabilidad e n el ejercicio de los cargos más ele..-ados: la muerte del so be rano
L O S ESTADOS lOUII.OI'loOS y I.AS <iUIo II. II.AS Dio: IT A LI A 55

arr.ügada ya e n el transcurso de lo s dos siglos unt...rie res. Si las ci udades-estado


mvteron innegablemente la precedencia en ese proce so , este hecho IU VO cada vez
má s corresponde nci a e n los países e uropeo... Como un apu nte preciso dado e n la
historia, lo demostró e n la segunda mitad de l siglo xv la acci ón de monarcas
1.'0010 Lu is X I de Francia o Fernando e l Católico. Con e llo se subraya consi-
guie nteme nte el hecho de que esa conciencia progresiva de la razón de estado no
iba ligada a un a doctrina . sino más b ien a un concurso de situaciones y a una ma-
d uració n de las conciencia.s. al d ifundirse a partir de una verdadera y auté ntica di-
mc n..ión de la mentalidad. Incluso para Maquiavelo. que implrci tameme expuso
su... normas, éstas eran e l fruto de una o bservació n e mpirica de una línea de con-
d ucta y de una aceptaci ón general.
El príncipe e uropeo q uedaba así como revestido con nuevas vestiduras, laicas
y civiles. aunque casi sagradas . Su acción se presentaba e n cieno m odo como
rra-cendenre. en el doble sentido de que obedecía a una ló gica superio r a sí mis-
mo . a la cual no podía dejar de conformarse. y de q ue a l mis mo tiempo j usti fica-
ha todos sus actos poniéndolo.. en un plano inatacable en sí mismo y por sí mis-
me. Los asuntos de es tado constituían una esfesu que esca paba al com ún de los
mortales - aunq ue fue ran nob les. feudararios o prelados-e, los cuales e ra bueno
que no tu vieran acceso a e lla para que no violaran ni profanaran sus arcanos. Se
trataba ciertamente de una esfera totalmente humana pero autónoma. q ue renta
cierto sabor a divino y era superior a la misma religi ón. De hecho. igual que esta
ú ltima. hacía cuanto era posible p3ra ponerse de acuerdo. asociarse y unirse con
10'. de más.

..t LAs CU LTURAS NAClO!'llA. I.E S

El envés c u ltu ral de e sta actitud colectiva consistió e n el surgi miento o la re-
novació n de mitos propios de cada comu nidad y e n el concurso de los intelcc -
males para s u am plia difu!>i6n. También e n este plano fueron distintas las posi-
ciones a menudo ya surgidas e n los am bie ntes cult os de lo s princ ipales rei nos de
la mi to log ía política. mucho más in strume ntaliznda, elaborada por los humanis-
tas para satisfa
, ce r las e xigencias de los nue vo s poderes. Por moti vos totalmente
aná logos y co he rentes co n los ya expuestos con respecto al de sarrollo de la c ul-
turu laica. la gran tradición a la que deliberadamente se e nlazaron las co m unid a-
des de l mundo lat ino fue la romana. e nte ndida en se nt ido a mp lio . A lgunos pue -
blo" u ci udade s, c uya histori a no pcnnit fa una conexi ón inm ediata con Roma y
que querían evitar que e sto apareciese como un homenaj e implíci to a la auto rid ad
imperial. situaron sus g loriosos orígenes e n el u on co troy ano. del que la mi sma
Ro ma era' un a deri vaci ón. O bv iamente. esto permitía satisface r mej or e l propio
orgultcérnico por cua nto. s¡ la remota ascendencia era co mún. no había ningún
mo tivo para sentirse infe rior a q uiene s se consi deraba n más di rectamente he rede-
ros de la romanidad. Las ún icas entidades polfticas q ue se limitaron a ser o rgu-
llosamentc fieles a sus propio s oríge nes reales y humildes fueron la helvética y la
Ve neciana. Aunque si n negar ser descendie ntes de u n núel eo de pescadores y de
LOS f-Sl ArKIS E URO I'UIS" I.AS ( iU U l: ll. ...S UI IIAlI'" 57

blídst:L"i que sabían em plear sus e sfuerzos a fa~or y en elogio o.k los soberano.. y.
al menos indirecta mente , de sus propios países. Peoro Emilio recibió de Le¡ .. XII
de Francia el encargo de ilustrar la... em~.. de su reino ) Pulidora Virgilio oh-
IU\'O una comi...ión anál~ a por parte de Enril.JUC VII dl= lnglal ema. La.. gestai de
Lui.. XII e n el Milancllalo habían sido ce ~brada.. de hecho por un escntce de la
cone alrededor del año 15(X). con acentos que diferían poco de J~ empleadoe por
lo.. cronistas del siglo anlcTÍOf. tOOa\ ía e rnbe bidos de loo. vejcees caballeresco,
n~ie \'alo. Incluso ~I~ últimos podían ser retomados sagazmente para e nsal-
l ar a los príncipes comemporéneos. corno supe hacerlo magníficamente Ari(~t()
en su Orlando furioso e n honor de la familia 11c lo.. E... te .
Sin embargo. Ja vfu maestra seguía siendo la humanista, c uyo espíritu corres-
pond ía mejor a la cvahacicn de In.. valores colectivos naclonalc... Lo habían com-
pre ndido muy bien. por ejemplo. el polaco Giovann¡ Dlugosz l t I-lSO). aulnr de
Ifj{toriro polonicae Jibri duodecim y el alemán Jacoh Wimpfe ling ( tI5:!8). Por
111 J emás, la hhturin¡;rafía española conremporénea estaba haciendo aún más fun-
cional este upc de producci ón. por cuanto alternaba ya la redacción en le ngua
vulgar co n el lann . En espa ñol. en efecto. fueron escritas las obras Crónica ti,.
Fernunda ~ Isa bel, de Hernando del Pulgar (tI500 aproximadamente). más tar-
de la Historia J,J emperador Carlos V, de Pedro Med a. y ,\ ,raJn de la corona d,
•\ r a.rtÓIl. de Jerónimo Zuriu (t 1580). Todas estas obn. enaltccran lo'i valores na -
cronales. fas glorias militares y la.. acciones personales de los soberanos. Pc ro no
debe o lvidarse e l hecho de que tras sus huella... surgieron otras obras que. en cam-
bio. investigaron con m ucho cuidado las memorias antigua... las creencias y tas
costum bres de 1", puchltl'o germánicos. como lo hicier on justamente el hamhu r-
};ués Krantz (t 151 7 ). J uan T urmair (llamado Aventíno. t 1534) Y a continuación
Juan Srurnpf (tI576).
Por lo demás. hubo toda una serie de indicios significativos del progre..ivo
r obcsrecimienro de IlI.'> conciencias nacionales. Del siglo XI\' en adelante se ecen-
luó el sentírmemo de solidaridad erare los habitames, de un mi ..mo reino. que ha--
da considerar como ilíci18 una relación de vasallaje con respecte a señores esa-
blecjdcs fuera de sus frontera" , También deMJe el siglo xrv se deS3lToHa el gu"'o
flOr Jo.. especiécuíos r~tUOSOS que \ 'CNlJ1 ....lbn: la \'ida de los pstocipes )' parn-
cc tarmerue !>Obre su ascensión al trono y su muerte. Si en mucha!> de esas f~..
predominaba la gOI:~a explosión de la colecuvidad. OIrU" e..taban canalizada...
deliberada mente parol subrayar objetivos estaretes y monérquícos. Tras la apari-
ción de la imprenta. la propaganda política no dudó e n servirse de e lla con gru-
hado ", o impresos laudatorio.. y también polé micos.
Se observur é ig ua lme nte qu e e l crime n de lesa mujcstud. existe nte hasta co-
nnenzos del . .ig lo xrv sólo con re specto a It IS c m pcrudorc.... desde 1356 se extc n-
J ió tambi én a aquellos que hubie ron ate ntado contra lus príncipes e lectores del
Imperio. Es evidente que e n el resto de Europa e so fue evocado tambi én con ~S·
recto a los demás soberanos. En tre OIms lIoigJKb de la afirmación estatal se re-
cue rda la evolución que !>iguió el Im perio germémco. Aunttue tal proceso no tU\'O
coeseccencíes dunMkra... se proclamó una paz perpetua en 1495. S imultánea-
mente se in:dituyó en Frankfurt un tribunal competeme para lodos los miembros
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r•
l OS ESTADOS EU RO PEO S Y l AS (,U U I RAS U I> II''' I-I A 59

sino q ue la preocupación principal de las mayores entidades pol íticas y económ icas
que la componían era la de que ninguna de ella.. se hiciera tan pot ente como para
amenazar la libertad y la independencia de las de más. Desde la mirad del siglo XIV.
nin guna potenci a e uropea. salvo la de A ragon. hebra lo grado entromete rse perma-
rerueme nte en 10.<; asuntos ital ia nos. Por 0lT0 lado. la corona de. Francia. habiendo
recenducido en 1483 los dominios de los Anjou bajo su propio control directo.
mostraba qUC'K'r hacer suyas las prete nsiones de esa casa pri ncipesca al trono de
Nápoles. En definitiva, el equilibrio que ostensi bleme nte tes potenci as italianas
perseguían era doble mente inesta ble. Por un lado. 1O!i d iversos esieoos no dudaban
('JI hacer coaliciones siem pre nue vas. en las que se oponfan unos y o tros: por otro.
no buscaban en absoluto los medios para una defensa co mún en caso de interven-
d{m forastera. Si hubiese dependido sólo de ello s. la relativa estabilidad habría
podido durar todavía. pero la práctica ausencia de una solidaridad recíproca en la...
relac iones con el extranjero daba paso a cualquier imprevisto.
La evolución de las relaciones entre los distintos estados europeos const ituyó
el verdadero engranaje que debía poner en cuestió n la precedent e ordenación del
continente. Los co nnietos q ue estallaron a fin es del siglo xv no tuviero n motiva -
cio nes econó micas ni re ligiosa." (que interviniero n só lo e n una fa se sucesiva). Na-
di e pensaba ponerse en campana contra tos otomano s. aunq ue éstos avanzasen
ininterru mpidame nte. Al ténninn de la guerra de los C ie n Años ya no subsistían
cuestione s política... relevantes entre las diversa.. potencias. a exce pció n de la que
oponía Francia al Imperio por la herencia borgoñona de Carlos el Temerario.
aUlllJue ésta fue re suelta finalmente con el tratado de Arrás ( 14 82 ). Cada estado
buscaba reforzarse interiormente . pero no tenía ningún programa agresivo de re-
lieve en el ám bito internacional. Era muy natural que fuese así: los problema." que
cada uno tenía aún no eran secundarios. La uni ón de Castilla y Aragón era dema-
viudo reciente para poder dar frutos)' extgta tiempo para que la simb iosis pudie -
ra verdaderamente ponerse e n m archa. Por otra parte. Fernando e Isabel concre-
taron su primer cometido e n la consecuci ón de un objetivo com ún : la expulsión
de finitiva de tos moros de la península ibérica y la guerra contra el reino de G ra-
nada. La cam paña se alargó duran te bastante tiempo y la capital musulmana ca-
pi tu ló solamente e n 1492. Aunque Inglaterra estuvo ocupada e n cuestio nes mu y
di stintas. no estuvo menos replegada sobre si misma a ca usa del co nfli cto interno
que duró treinta años. conocido co mo la guerra de la... Dos Rosas. Dos casas. en
efecto . la de Lan casre r y In de York. que ten ían ambas un a rosa en su emblema.
se disputaron el trono hasta 14R5. E l ven cedor. sin em bargo. no pe rte necía ni a
una ni a otra. Enrique. que se h izo designar como VII para subrayar la con ti nui-
dad . fundó una n ueva dinastía : la de los T udor. El país e staba repleto de energ ías
y había evolucionado pclnlcamenre: d urante m uc hos uños. sin e mbargo. el llue-
vo sobera no no pensó en emprende r campañas exteriores. T ambién e l reino de
Luis XI de Francia (146 I- 148 2 ) estuvo dominado por prohlema... internos. como
tam bié n por la recuperaci ón de los dominios borgo ñones . En A lemania . el empe-
rudo r Maximillano. aunq ue intentado poner orden cn la situaci ón del Imperio. se
dedic ó sobre todo a consolidar y a estructurar mejor sus posesiones personales. es
decir. las de la casa de Habsburgo .
l O S l'STAUOS EU RO I'EOS y l AS ( i IJE IUIAS DE ITi\I.li\ 61

lían un tim oblicuo en dist intas d irecci o nes, de modo que las tro pas ene miga.. no
podía n eludirlo, Aunque por monvos económico s no todas las vieja.. m urallas
fueron abandonadas. las ciudades y lo s estados q ue poseían medios par.! hacerlo
Ia.s sustituye ro n a pesar de sus inmensos costes.
Como sucede a menudo. nadie hahría sabido evaluar cuál podría ser la capa-
cidad potencial de impacto y destrucci ón de los DUe \ 'OS ejércitos () el nuevo tipo
de g uerra ni sospechar q ué engranaje iba a poner cn funcio namiento e l primero
que rompiera las hostilidades. En realidad. el mecanismo se montó y se compli -
ccí en fases sucesiv a-... con un progreso imparable q ue los hombres no supieron
do mi nar. Su preámbulo no era ciertamente apto par.! il uminarlo suficientemente.
En efecto. un conf licto au t énticamente internacional se hahiu pe rfi lado e n el
horizonte en 1 ~87_ El emperador Ma xi miliano . tras la muerte de Lui.. X I de Fran-
cia. había concebido e l designio de desposar a la heredera del du cado de Bretaña.
No sl\lo la fa lta de continuidad territorial e ntre aquella regió n y sus domi nios no
le pareció un obsrécu fo. sino que consider é oportun a aquella j ugada. quc habría
representado un a insid ia para la mo na rquía france sa. Ésta no pudo dej ar de reac-
c ionar: a pe sar de la presencia de un co ntingente inglés a l lado de su .. tropa s.
Franci sco 11 . d uq ue de Bre ta ña. fue c turamcntc derrotado en 14 8S y o bligado a
com promet erse a no desposa r a su hija A na sin el co nsentimiento de Francia. En
1489 . Ma xlmilinno pe rsuadió a l rey d e Ing laterra a hace rse guruntc j un to a é l de
la inde pende nc ia bretona: a l ano sigu ien te se unía a esa alianza Ferna ndo el Ca-
tólico . feliz de contrarrestar de ese modo las apete ncias fra ncesas con respecto a
Cen íe ña y Ro sc tlo n . Maximilianc h izo más todavía: estipul ó el matri monio con
Ana. que se celebró e n Reunes por procuraci ón. la... ho stilidades se reabrieron y
l a~ tropa.s de Carlos VIII ocuparon si n d ificu ltad Reune s. capita l .x Bretaña. A su
vez; Ana decidió re nunciar al lejano marido y aceptó la o ferta de matrimonio de l
rey francés : un tratado sancionó la unión del ducado bret ón a su reino 11 491 ). Re 4

sue lta la crisis bretona . Carlos V III log.ró restablecer momentáneamente l a~ bue-
na.. relaciones co n Fernando e l Cató lico. a l q ue restituyó Cerde ña y Ro-ellón, y
ta mbién con el rey de lngt arerra. El joven rey te nía las manos libres: aprovechan-
do su alianza co n Ludo vico el Moro. se dejó inducir entonce s a COCT'C'r una aven-
tura. seducido por la inv itación del papa Inoce nc io VI II pam que interviniera e n
el rei no de N ápoles.
S in embargo. Itali a no era Bretaña : 10 supieron por propia experiencia tanto
el rcy franc és como los italianos. Estos últimos. e n e fec to . viero n con preoc upa-
ció n el avance de l mo narca sobre su suelo (otoño de 1494 e in vierno siguiente ).
seguid o po r la flor de sus caballeros y por numerosas piezies de ertillcrta de bron-
ce montadas sobre c ure ñas. con p ro yecti les de hierro. Superado s lo s Alpes. Car-
los V III atraves ó los Apcníno s por el desfi ladero de la Cisa y desembocó e n la
Tesce na septentriona l e n territo r io de la rep ública dc Florenci a. El jo ven Ped ro de
M édicis , hijo d e Lorenzo e l Magnífi co . corrió al encuentro del rey y le pe r miti ó
ocupar las fo rtaleza.. de Sarza na y Pietra santa. así como Pisa y Liorna . Esto bus-
tó par.! caretizar e l descontento de los ciudada nos co n respecto a su se ño r y para
dej ar al de scubierto la fragilidad del dominio de lo s M édicis sobre la d ud ad. E l
desdén de k» florenti nos por su condescendencia impidió a Pedro tomar de nuc-
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LOS l'.SIAnoS JO UMO I'F.OS l' LAS ("JJORRA" UI'. IlAU A

que mayomariamenre ~ imponía po.- entonces era la prueba renovada y mani-


lie~ta de la falta de solidaridad entre 1O'i di ~tintu ) e lotadrn. italianos. En este plano.
no sólo un príncipe inclinado a la.. intri gas como Ludovico e! Moro sino también
un ponuñce severo y convencido de su justo derecho co mo Julio 11 habian de-
molotrado la mayor ligereza. El papa. en efecto. se hahfa dejado llevar al principio
por lous resentimiento .. co n respecto a venecta. instalada ciertamente en algunas..
tierra... some tidas a su lejana jurisdicción...in considerar que ella era la única po-
icncia capaz de oponerse a la... ingerencias forasteras . La Liga que logró poner en
su contra no arrebat é de hecho a la Scrc:ní)ima la posesión de la Tierra Firme. an-
re-, bien demostró que la.. miopes discordi:u internar.. eran el mod vo principal de
la fragilidad italiana A pesar de lodo. Venecia co nsiguió r«s.«Va~ a s í misma
~ más tarde recuperar ca..i todo lo que había perdido. pero la península ya no se
mostró capaz ni siquiera de renovar con éviro la unión provisional realizada con-
1(3 Carlos VIII.
Ante la presencia extranjera, que él mismo h:lbía contribuido tanto a acrecen-
tar. Julio n ¡mentó aprt::o.uradamente reparar lo ..ucedido formando una cooJición
l.711n los restame, estados de la península para liberarla de les transalpinos (vera-
DO de 15 10 ). Sin embargo . esta lmtativa frac-.l.!.ó miserablemente)' e l mismo pon-
uñce. dándo-.e cuenta de eüo. se re~iplÓ a hacer una alianza ron 10:0. españoles
rara echar del país a los franceses, como 'loi los primeros fUC'!ooCSl menos peligrosos
que los se gu ndos (Liga Santa del 5 de: octubre de: 1511 ).

6 LA LUCHA POR LA PaEPOSDERA~ CIA E..... 1" '11"

Entre' finales del siglo xv y pri~ años del '1(\1, Francia había demostrado
-e t , a pesar de la pérdida del reino napolitano.fa potencia más emprendedora en
la penínsu la. Controlaba una buena parte del Piamonre, dominaba el ducado de
~ 1 i l án y . deMle abril de 1507. ocupaba también Génova. La política de J ul io li le
habia permi tido consolidar aú n más su preponderante presenci a : Ferrura y M an-
tua eran sus fieles a liadas y . a pesar de su red ucida consiste ncia territorial. le ofre-
eran una cu ña estrat égicamente preciosa en la llan ura bañ.u1a por e l Po.
Su fuerza m ilitar. ..in embargo. tenía ~U!'o luces y s u~ sombrars. Por un lado.
d isponía de un aguerrido grupo de artillería y de una caballería pesada formada
por la flor de su numerosa nobleza; por OU'O. no obstante. le faltaba todavía una
infantería moderna y sólo disponía de grupos de infantes compuestos de cadetes
indi sciplinados. Por esto Franci a se: orientaba hacia los suizos y los alemanes, en-
tre quie nes recl utaba como mercenario s a millares de hombres par.i cualq uier
cam pa ña. gracias a los no tables recu rsos fin anci eros de q ue disponía. E n la in-
ramería helvética. formada por pasto re s o campesinos. a m enudo vasallos de pe-
queños señores rurales o súbdi tos de oligan¡urao¡, ciudadanas. se verificaba todo
cuanto no lograba obtenerse en Francia y en Ita lia : es decir, que los nobles ao=p-
tase n no hacer ya la gucrrol a caballo y asumiesen la función de oficiales a pie para
dirigi r a los infantes. En los cuadros de piqueros sui zos, nobles, caballeros. arte-
"Unos y campesino.. se encontraban e fic az ment e fundidos y esto, juntamente con
l
l OS ESTADOS F UR OPEO S v l.AS {;U F Il RAS [l E ITAI.lA 69

q ue veinte a ño s atrás, el gobie rno hizo alguno s esfuerzo," posteriores, pero sólo
una q uin ta pune de las tropas que defendían la ci udad estaba formada JXlr Floren-
tinos, e n tanto que los súbdito!'o del territorio de la república permanecían pa...ivos.
De masiado tarde . e n diciembre de 15 29 , se decidió armar a I~ ci udada nos de la
capita l asediada. É..ta tuvo que cap itu lar e n agosto de 1530 y renunciar para sie m-
pre a los o rde namie ntos republi canos para acoger a un prínci pe . el duque Alejan-
dro de Médicís. Constituía en cieno modo e l símbolo del de stino de toda la pc-
nín!'o ula.
Francia había acabado suscribiendo la paz de Cambrai (5 de agosto de 1529).
a la espera de ser capaz. de reemprender la o fensiva. A escala europea y mundial
el co nflicto no estaba ni much o menos terminado. pero en Italia el triunfo de Es-
paña y dc la casa de Habsb urgo parecía evidente . Lo sancio nó e l coronamiento de
Carlos V. que tU\'O lugar en el corazón del país. en Bolon ¡a. ante los representan-
tes de cas i todos los estados italianos. Incl uso Venecia renunció a la alianza fran -
cesa y se dispuso a afrontar la invasión de los imperiales intentando tratar con
d ios de igua l a igual con vis tas a u n pos ible acuerdo anu turco. Tras haberse
opuesto entre e lla... en e l tran scurso del siglo XIV y el x v. las potencias de la pe-
nínsu la italiana habían segu ido haciéndo lo en de fin iti va a favor de lo s ejércitos
e xtranjeros. Su equilibrio ines tab le tenía que resu ltar de fi nitivamente ru to. por la
desaparic ió n de do s de las principales (el reino de N époles y e l duc ado de Milán )
y por e l puso de otras dos al bando del ven cedor. Antes todavía de que Florencia
se viese obligada a hace r e sto último. en efecto. en 15 28 Andrca Doria ya había
separado bruscamente a Génova del bloque franc és y había su scrito un acue rdo
con el emperador. Tal vez Italia era vfclima de una coyuntura adve rsa: tal ve z, si
Ias potencias e uropeas hubiesen co ntinuado sosteniendo su actitud de no interfe-
rir seriame nte e n sus asuntos. ¿se hahria llegado a una mayor consistenc ia na-
cional? De todos modos. el peso del pasado se había revelado determinante y la
..ujeci6n política que había resultado de eIJo no habría podido verdaderamente ser
puesta e n c uestión antes del ..iglo XIX .

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