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UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO RUIZ GALLO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA : FILOSOFÍA Y ÉTICA

TEMA : LA ONTOLOGÍA

AUTORES : ALARCON FLORES, Josylyn Nohelia

BENAVIDES YDROGO, Maryori Yanela

BURGA BARBOZA, Luz María

GUEVARA RAMOS, Eduardo

ROJAS DE LA CRUZ, Gabriela Soledad

TABOADA BERNILLA, Emanuel

URBINA CAMPOS, Luis Enrrique

1° Año “A”

Lambayeque – Perú

2018
DEDICATORIA

Dedicamos el presente trabajo al decano de la Facultad de Derecho y Ciencia

Política Dr. Carlos Martínez Oblitas por permitirnos ampliar los conocimientos

sobre el tema filosófico “ontología", también hacemos mención a cada uno de

nuestros seres cercanos que han sido piezas fundamentales en esta labor

y darnos siempre esos deseos de superación.

A la vez a los compañeros de primer año “A”, estudiantes de Derecho, con

los cuales trataremos de contribuir con su formación universitaria.


AGRADECIMIENTO

Por medio de esta presente monografía damos a conocer el agradecimiento

sincero, en primer lugar, a Dios por seguir dándonos vida y salud a cada uno

de los integrantes, en segundo lugar, a nuestros padres quienes nos han

brindando todo su apoyo incondicionalmente.

También a la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, especialmente a su

biblioteca general que nos facilitó los libros respectivos de diferentes autores

relacionados al tema en investigación.


ÍNDICE

Pág.

1. Etimología…………………………………………… 1

2. Historia del término………………………………... 1

3. Concepto……………………………………………. 2

4. El problema ontológico…………………………… 4

5. Fundamento ontológico del hombre…………… 5

6. Evolución del pensamiento ontológico………... 11

6.1 Ontología Antigua…………………………………. 11

6.2 Ontología Medieval………………………………. 15

6.3 Ontología Moderna ………………………………… 18

6.4 Ontología Contemporánea…………………………. 22

7. La ontología y la metafísica…………………….... 26

8. Conclusión…………………………………………….. 27

9. Vocabulario…………………………………………… 41

10. Bibliografía/ linkografía……………………………… 42


Introducción

La ontología ha sido caracterizada como la disciplina filosófica que se ocupa de


estudiar los rasgos más generales del ser y del devenir. Le pertenecen pues los
conceptos de ser o ente, propiedad, cambio, novedad, tiempo, espacio, azar,
causalidad, ley e historia, así como los más específicas de sistema físico,
químico, viviente, social y técnico. Es tarea de la ontología aclarar tales conceptos
ontológicos, formular hipótesis que los contengan y sistematizar dichas hipótesis,
esto es, construir teorías ontológicas. Por ejemplo, teorías acerca de la asociación
de cosas cualesquiera, de las propiedades de las cosas, de la posibilidad real, del
cambio en general, de la emergencia de la novedad, del espacio y del tiempo, de
los organismos en general, del psiquismo, de las sociedades humanas en
general, de la historia humana, etc.

La ontología, o metafísica, o cosmología general, cayó en descrédito en


cuanto nació la ciencia moderna y se la considera muerta desde Kant. Se le negó
el derecho a la existencia por pretender competir con la ciencia sin usar sus
métodos, llegando así a conclusiones ridículas acerca de la realidad. Es cierto
que hubo ontólogos después de Kant y algunos de ellos de importancia, tales
como Hegel, Lotze, Peírce, Hartmann, Alexander, Russell, Whitehead,
Lesniewski, Lewis, Scholz, Goodman y algunos más. Pero la atención de los
filósofos estaba acaparada principalmente por la lógica, la gnoseología y la ética.
Muy pocos filósofos se han interesado en nuestro siglo por cuestiones generales
acerca del ser y del devenir. Y cuantos trabajaron estos campos estuvieron
reñidos, sea con la ciencia formal, sea con la ciencia fáctica, sea con ambas: los
poquísimos ontólogos exactos entre ellos produjeron sistemas no científicos.
La situación ha cambiado radicalmente en las dos últimas décadas: existe
ahora un interés creciente por la ontología O metafísica. Este renacimiento se
advierte no sólo en los medios filosóficos sino también en los científicos y
tecnológicos.

En efecto, hoy día se encuentran disquisiciones ontológicas en los


siguientes sectores:

 En la filosofía de la ciencia, antes concebida como rama de la


gnoseología.
 En la fundamentación axiomática de las teorías científicas básicas, donde
se nota la necesidad de teorizar acerca de los conceptos de sistema,
acontecimiento, tiempo y otros.
 En la tecnología, que ha producido teorías extremadamente generales al
par que exactas, tales como las teorías de los autómatas (y en general de
las máquinas), de las redes (de cualquier naturaleza), de los sistemas de
control (realizados con materiales cualesquiera), etc.
LA ONTOLOGIA
1. Etimología

Cuando nos preguntamos, ¿Qué es la ontología?, podemos, en principio, dar una


definición etimológica. La palabra ontología proviene de dos voces griegas:
“ontos”, que significa ser, y “logos” que en una de sus acepciones significa teoría.
En este sentido, ontología significa teoría o estudio del ser. Sin embargo, esta
definición etimológica es limitada frente al problema que implica, dentro de la
filosofía, el objeto de estudio y el alcance de la disciplina filosófica llamada
ontología.

Históricamente sabemos que Aristóteles se refería a esta disciplina filosófica


como ciencia del ente en cuanto ente, posteriormente se la conoció como
metafísica y en el siglo 17 con Rudolf Glucenius cuando se empieza a utilizar
palabra ontología tal como la conocemos hasta hoy.

2. Historia del término

Al parecer el primero en usar la expresión “ontología" en sentido filosófico fue el


filósofo alemán Jacob Lorhard en su obra “Ogdoas Scholastica” (1606) seguido
de Rodolfo Goclenio en su obra “Lexicon philosophicum”, (Léxico Filosófico, en
idioma castellano), en el año 1613 con caracteres griegos. Se afirma allí que la
ontología es la filosofía del ente.

Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, el matemático y filósofo


alemán Gottfried Leibniz usó la expresión en su libro “Introductio ad
Encyclopaediam arcanam” (1683) y la define como “ciencia de lo que es y de la
nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del
accidente”.

Ya como término técnico, es hallada en la obra “Ontologia sive de ente in


genere” de Jean Le Clerc publicada en 1692 y el filósofo alemán Christian Wolff la
populariza definiéndola como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”.

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3. Concepto

La ontología – perteneciente a la filosofía – es una parte de la metafísica que se


dedica “al estudio de lo que hay”.

Puede decirse que la ontología es la investigación del ser en tanto que ser, en
general, más allá de cualquier otra cosa en particular, es o existe. Así mismo,
también se puede decir que es el estudio de los seres en la medida en que
existen, y no en la medida en que hechos particulares obtienen de ellos una serie
de propiedades particulares. Más específicamente, la ontología determina qué
categorías del ser son fundamentales, preguntándose si los objetos que se
encuentran en esas categorías puede ser calificados de “seres”, y en qué sentido.

Dicho de otra manera: La ontología estudia la existencia o no existencia de ciertas


entidades y la manera en que se relacionan entre sí en caso de existir.

La gran parte de las preguntas que a lo largo del correr del tiempo se han dado en
la filosofía sólo pueden ser entendidas y razonadas desde la ontología: ¿Existe
Dios? ¿Existen entidades mentales, como son las ideas y los pensamientos?
¿Existen entidades abstractas, como los números o los conjuntos? ¿Existen los
universales?

Un tema bastante peliagudo (si puede llamarse tal).

La ontología nos dice que de las entidades que existen, que forzosamente han de
pertenecer a una de dos categorías dadas: Entidades concretas o entidades
abstractas. Por ejemplo, los conceptos, conjuntos o números, a menudo son
interpretados como entidades abstractas, mientras que astros, ríos, montañas o
personas son interpretados como entidades concretas. Y aunque esto nos pueda
parecer una de esas verdades de Perogrullo en realidad la única manera – por
llamarlo de algún modo – para separar las unas de las otras es mediante el uso
de la intuición. Luego esto vendrá acompañado de la lógica (con lo falso, lo falaz y
lo verdadero) y una serie de cosas en las que prefiero no meterme, pero en
esencia es la intuición quien discrimina las unas de las otras.

Esto aparte, diré que la ontología nos presenta un concepto sumamente


interesante y es el de los universales.

No es que tales universales sean un patrimonio exclusivo de la ontología, no, pero


es esta una disciplina que los maneja y estudia con asiduidad.

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Los universales son los supuestos referentes de los predicados como “verde”,
“áspero”, “amigo” o “insecto”.

La existencia de los universales se emplea para justificar nuestra manera de


hablar acerca de los individuos. El ejemplo típico es el decir de una planta que “es
verde”, dado que la planta posee el universal verde, o porque éste está presente
en ella. Ya que siendo (el verde), algo distinto de la cosa (la planta), está sin
embargo presente en ella y en otras tantas.

Los universales, por lo tanto, tienen la particularidad de poder estar presentes en


varios lugares u objetos al mismo tiempo, de ahí el distingo con respecto de los
individuos, que no pueden. Solo que existe un pequeño problema: ¿Los
universales existen?

Puede ser que sí, como puede ser que no. En caso que así sea, la pregunta es
¿Cuál es su naturaleza? ¿Existen en las cosas (in re), o independientemente de
ellas (ante rem)?

Esto que parece tan simple de contestar es en realidad un rompecabezas como


no hay dos. Ya que una cosa es expresar opinión – afirmar o negar – y otra bien
distinta es dar evidencias y demostrar el argumento empleado.

La ontología se pregunta acerca de la “mente” y lo “mental”. Una cosa que creo


gustará a más de cuatro.

Dado que al abrir un cráneo humano no encontramos en él la mente, las ideas o


los recuerdos, sino que encontramos un trozo de materia, cabe preguntarse lo
siguiente: ¿Será que lo mental es una ilusión, y que todo cuanto describimos en
términos mentales puede reducirse a los procesos físicos que observa la ciencia?
¿O será, por el contrario, que lo mental es algo aunque existente, inmaterial e
inobservable? La ontología, tal como es, no se contenta con estas “inocentes
preguntillas”, sino que va más allá y pone un pie en el abismo. ¿Cuál es la
relación entre los estados mentales (y por estado mental hablamos de la
conciencia, la psique o, incluso, el alma), con los estados físicos? ¿Se trata de
dos sustancias diferentes? ¿O son lo mental y lo físico una sola cosa percibida
como dos cosas diferenciadas? De aquí radica la filosofía de la mente, que
también es sumamente interesante.

Es por esto que la ontología es conocida como la investigación de las


“propiedades trascendentales” el estudio de los conceptos que residen en el
entendimiento y que tienen su uso en la experiencia, llevando tal noción hacia un
sentido más inmanente.

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3.1. Lo Óntico y Ontológico

Un problema que se enfrenta cuando se trata de entender el objeto de estudio de


la ontología, en la distinción entre lo que es ontológico y lo que es óntico. De
alguna manera, se puede hacer una distinción según la cual lo ontico es aquel
concepto o teoría que se refiere a los entes y lo ontológico al ser.
Ahora bien, el problema se presenta cuando se trata de distinguir las categorías
de ente y ser. ¿Son lo mismo?
Entonces vamos a entender a ser como referido a algo muy general, es decir, a
aquel aspecto más importante que tiene un grupo de cosas y que las distingue de
otras (o, más claro aún, la esencia de las cosas). En cambio, ente (o entidad) se
refiere a algo más particular y específico: a las cosas individuales, sean
materiales (como un lápiz, una mesa o un ser humano) o no materiales (como una
fórmula matemática o un valor).

4. El problema ontológico
El problema ontológico es la controversia que surge cuando discutimos acerca de
la existencia o no de una entidad particular. Una de las costumbres humanas más
extendida y perenne consiste en postular entidades. Como animales racionales
que somos, nos pasamos la vida teorizando acerca de lo que ocurre a nuestro
alrededor y, en el transcurso de nuestra actividad teórica, postulamos entidades.
Estas teorías dan sentido al mundo que nos rodea, sin embargo pronto nos
metemos en problemas, a saber, en seguida aparecen voces discordantes que
dicen que las entidades que postulamos no existen y que, por tanto, nuestra
teoría, el sentido que le habíamos dado a la parcela de la realidad sobre la que
trataba nuestra teoría, es equivocada.

4.1. El problema ontológico en filosofía

Es en este contexto en el que surge el clásico y tradicional, a la vez que actual,


problema ontológico, el cual fue formulado de forma certera por W. v O. Quine en
su artículo “Acerca de lo que hay”, publicado en 1949. Para Quine el problema

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ontológico tiene una formulación muy sencilla: “¿Qué hay?” Y su respuesta es,
igualmente, sencilla: hay todo, es decir, hay lo que hay. Los problemas solo
surgen, según su punto de vista, en “casos concretos”, es decir, cuando se
enfrentan distintas teorías acerca de una misma parcela de la realidad.

4.2. El origen del problema ontológico

Sea porque queramos entender por qué existe el mundo, sea porque queramos
entender por qué los hijos se parecen a los padres, la mayoría de las veces
tenemos que postular alguna entidad que da sentido a nuestros interrogantes
sobre el mundo que nos rodea. Dios y los ángeles, los genes y los átomos, los
números y las figuras geométricas, el planeta Neptuno y el planeta Vulcano, la
mente, etc. son ejemplos de entidades que se han postulado a lo largo de la
historia. Unas veces se acaba descubriendo que tales entidades, de hecho,
existen (los genes, los átomos, el planeta Neptuno, etc.), otras veces descubrimos
que no existían tales entidades y que estábamos equivocados (el planeta
Vulcano, por ejemplo).

Es en estos casos particulares en los que el problema ontológico surge. Alguien


piensa que en el mundo hay Dios y ángeles, eso le da sentido a su mundo.
Alguien más está en desacuerdo. Cree que en el mundo no hay cosas como Dios
y los ángeles. Y aquí se inicia la controversia.

5. Fundamento Ontológico del Hombre


Para llegar al fundamento o principio ontológico debemos tener en cuenta varios
aspectos, uno de ellos es que muchos pensadores se han preocupado por
resolver un problema planteado en la antigüedad ¿ tiene el ser, propiedades
comunes que lo caracterizan, en cuanto es ser?, si nosotros observamos por
ejemplo la botánica, allí la planta tiene la propiedad, atributo o característica de
hacer fotosíntesis, por lo que la fotosíntesis, se constituye en una característica de
todas las plantas, pero por ejemplo tener hojas trilobadas, no es una característica
de la planta en cuanto es planta, sino de ciertas plantas que tienen esta
característica, esto se menciona por que la ontología no estudia seres
particulares, por ejemplo las propiedades del oxígeno. Sino que abarca

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un concepto de ser universal, y que para el objetivo de este trabajo lo podemos
asociar permanentemente con el hombre o el ser humano. Es claro que todo ser
tiene propiedades, y que estas propiedades se constituyen en elementos
fundamentales, que son universales (porque son del ser en cuanto ser), y de las
cuales se derivan los principios del ser, que vienen a constituir el fundamento, la
base y la esencia misma de la ontología.
Las propiedades del ser son aquellas características o aspectos inteligibles que le
podemos aplicar o predicar a todo lo que es, por el mismo hecho de ser, estas se
deducen de nuestra inteligencia comparando el ser con sus aspectos, captamos
ciertas relaciones que el ser posee, y que nuestra mente descubre, por lo que
deducimos, que los atributos o propiedades del ser son aquellas relaciones
fundamentales, que afectan a todo ser en cuanto es ser. De estas características,
se derivan los principios, dichos principios son un juicio o afirmación que nos
sirven de punto de partida para otros conocimientos, que por tanto nos sirve de
instrumento para conocer algo que nos es menos claro. Estos principios tienen
una característica, y es que son primeros principios; todos los demás principios de
las ciencias se basan en otros de ciencias más generales, y como ya sabemos la
ontología es la ciencia de las ciencias, la más general, porque trata del ser en
cuanto ser; sus principios no se basan en otros, y por eso son los primeros, lo
anterior no quiere decir que nosotros vamos a postular los principios "porque sí",
los vamos a justificar, no demostrándolos o sacándolos, de otros superiores,
porque así no serían los primeros, sino mostrando que se deducen
necesariamente de los atributos del ser en cuanto ser. Además, los principios son
absolutos, necesarios, y universales. Absolutos por lo expuesto anteriormente,
necesarios por que se deducen de los atributos necesarios del ser, y universales
porque valen para todo ser, porque son deducidos del ser en cuanto ser (lo que
incluye al ser humano).

5.1. PRIMERA CARACTERÍSTICA: "EL SER ES DISTINTO O DETERMINADO"


Para llegar a esta conclusión debemos tener en cuenta que el ser no admite
oposición, porque lo único que se podría oponer al ser (que este fuera de él o que
sea externo), sería el no – ser, y el no ser, equivale a la no existencia, al vacío, y
a la nada, es por simple lógica la nada lo que no se puede oponer a algo,
entonces lo dicho anteriormente significa, que el ser, no puede ser determinado o

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distinguido, por otro que no sea el mismo; esta afirmación la hallamos de que si
no fuera distinto o determinado no podríamos conocerlo, porque sería el mismo
no ser, y la nada de lo cual, no se distingue el no ser de la nada, debemos
recordar igualmente, que el estudio del ser en la ontología es universal y que
dicho ser es el fundamento de la realidad. Entonces concluimos que todo ser en
cuanto ser es distinto o determinado por sí mismo.

5.2. SEGUNDA CARACTERÍSTICA: "EL SER ES UNO"


Cuando se habla de que el ser es uno, no se afirma que el ser es único, ya que
sólo sería único si existiera un solo ser, por ejemplo: cada persona tiene unidad,
es una sola, pero no es única, porque hay muchas personas, lo mismo ocurre con
el ser, dentro de su naturaleza interior es uno, no se podría pensar en seres
diferentes, pues esto equivale a decir que habría un ser, y otro que no lo es, que
sería la nada, con lo que se justifica esta afirmación, y para hablar de esto
tendríamos que pensar en una multiplicidad de seres, lo cual constituye un error,
dicha multiplicidad implica oposición, división, y diversidad, con esto no se está
negando que el ser no se pueda dividir, sino que no puede ser dividido por otro,
pero cabe la posibilidad de que el mismo ser pueda dividirse tal como una planta
o cualquier objeto físico.

5.3. TERCERA CARACTERÍSTICA: "EL SER ES IDÉNTICO A SI MISMO"


De las dos características anteriores la de unidad, y la distinción, nos damos
cuenta de que llegamos a ellas, porque el ser no admite oposición, por una razón
ampliamente expuesta, pero es a través, de esta afirmación que llegamos a la
conclusión, de que, si el ser no tiene oposición, es porque es idéntico a sí mismo,
en efecto por ser idéntico, a sí mismo no admite que algo distinto a él se le
oponga. De ahí que el ser en cuanto ser sea absoluto, es decir, no se relaciona
con otro pues fuera de él no concibe sino la nada.

5.4. CUARTA CARACTERÍSTICA: "EL SER ES SEMEJANTE"


Ya se habló de distinción, de unidad, y de identidad como posibles relaciones de
oposición, con lo que ahora hablaremos, de las tres propiedades, que pertenecen,
a las relaciones de conveniencia, con todos los seres (semejanza), con la
inteligencia (inteligibilidad), y con la voluntad (bondad). El ser además de ser

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idéntico así mismo, también es semejante ya que todos los seres, se asemejan en
cuanto son seres; así como todas las plantas se asemejan en cuanto que son
plantas, es decir que el ser en cuanto ser es semejante, todas las realidades se
asemejan entre sí en cuanto son ser: el árbol es, la flor es, el ave es, y aquí surge
el principio de semejanza, el cual dice que todo ser en cuanto ser es semejante a
los demás.

5.5. QUINTA CARACTERÍSTICA: "EL SER ES INTELIGIBLE O VERDADERO"


El ser es aquel que abarca toda la realidad, es por esto que se afirma que todo
ser al menos en cuanto es ser, es asimilable por la inteligencia, es decir que
nuestra inteligencia lo capta, lo conoce, y lo entiende, por eso se afirma que el ser
es inteligible, esta inteligibilidad del ser es llamada verdad ontológica, entonces el
ser, en cuanto ser, es verdadero. La verdad ontológica es la conformidad del ser
con la inteligencia, con esto no se quiere decir que todo ser sea conocido por
nosotros, sino que todo ser pueda captarse o ser conocido por la inteligencia,
precisamente por el hecho de que es. Además la idea de ser, tiene extensión
ilimitada, abarca la realidad, es trascendental, y también se piensa que la
inteligencia tiene poder ilimitado.

5.6. SEXTA CARACTERÍSTICA: ‘’ EL SER ES AMABLE O BUENO’’


Para entender esta característica ponemos un ejemplo: cuando tenemos sed, y
nos encontramos frente a una bebida fresca, sentimos deseo o atracción por
beberla, si la tomamos experimentaremos, una sensación equivalente, a un gozo,
porque logramos la posesión, de un ser que convenía al estado de
deshidratación, en que nos encontrábamos. Nuestro apetito sensible logro un
bien, lo que le convenía.
Entonces a nivel ontológico definimos el bien como algo que le conviene, al
apetito, y el mal como algo que no le conviene, en el ejemplo anterior, un anillo no
le conviene a nuestro apetito, el objetivo es demostrar que el ser, es bueno, y
amable, y esto se hace de dos maneras:
a. El ser es conveniente a sí mismo, porque siendo idéntico a si mismo, no puede
no ser, el ser es bueno pues es conveniente para si mismo, a su apetito de
ser. Por otro lado, el ser es conveniente a otro, porque en cuanto ser, presenta

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algo que corresponde al apetito de otro, ya que el apetito es una carencia de
algo, por tanto, este ser, conviene al apetito de otros.
b. Para que haya libertad en el hombre es necesario e indispensable que el ser,
en cuanto ser, sea bueno. Por ejemplo si nos ponen a escoger, entre una
manzana, y un libro ninguno de esos dos seres, ejerce influencia alguna sobre
nuestra voluntad, es decir que tiene una bondad limitada, y nuestra voluntad
tiene que ser ilimitada.

El mal no es ser, sino carencia de ser, ya que todo ser es bueno ontológicamente.
Por ejemplo, la enfermedad es un mal, porque es carencia de bien, porque carece
de perfección o de ser. Por tanto, el mal absoluto sería equivalente, a la total
carencia del ser ósea el no ser, con lo que este mal no se puede dar.

5.7. PRIMER PRINCIPIO: "DE IDENTIDAD"


Proviene en consecuencia de forma indudable, necesaria, y evidente de la
característica de identidad del ser, ¿por qué? El ser es el ser, y quien negare esta
afirmación estaría en contra de lo expuesto anteriormente, pero decir "lo que es,
es lo que es" pareciera como un juicio meramente analítico, (B = B) pero si nos
damos cuenta, en toda oración hay una relación directa, entre el predicado, y el
sujeto, así decir: la tierra es redonda, corresponde a una relación directa, entre el
sujeto, y el predicado, llevando esto a la oración "el ser es el ser" nos damos
cuenta del principio de identidad que posee el ser.

5.8. SEGUNDO PRINCIPIO: "DE NO CONTRADICCIÓN"


Este principio no, es más, sino la no negación de la identidad del ser, el negar la
identidad del ser consigo mismo, equivale a poner al no ser, dentro del terreno del
ser, con lo que se destruiría el ser, por lo que el no ser es la nada. Entonces si
afirmamos esto, el ser no lo podríamos negar, ya que no podemos afirmar, y
negar algo de un mismo sujeto, en el mismo momento. Ejemplo: yo no puedo
afirmar, de mí mismo que estoy sentado, y que no estoy sentado durante el
mismo momento. Además, si alguien niega la identidad del ser, niega la misma
realidad.

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5.9. TERCER PRINCIPIO: "DE TERCERO EXCLUIDO"
En el párrafo anterior se hablaba de la afirmación, y la negación, pues bien el
principio del tercero excluido, nos dice que nosotros solamente, tenemos dos
opciones en cuanto al ser, podemos afirmar o negar la identidad del ser, pero
nunca podemos pensar en una posición intermedia, dicha posición solo se admite
en la mente como duda, pero no es una posición posible entre la afirmación, y la
negación del ser.

5.10. CUARTO PRINCIPIO: “DE RAZÓN SUFICIENTE”


Esta se basa en la verdad o inteligibilidad del ser. El ser es idéntico e inteligible,
en virtud de que es. (La inteligibilidad es la identidad del ser, con la inteligencia)
Aquello en virtud de lo cual el ser es inteligible, es llamado la razón o fundamento
de ser, tenemos el principio ontológico: ‘’Todo ser tiene razón suficiente’’, sin esta
razón suficiente, se perdería su identidad consigo mismo, se volvería no-ser ósea
nada. Si un ser careciera de razón suficiente, de explicación, no sería inteligible,
se concebiría como un no ser, como un absurdo, como la no-realidad.

5.11. QUINTO PRINCIPIO: "DE FINALIDAD"


El fin tiene una conexión necesaria con el bien, más aún el fin, es bien.
Por ejemplo:
Para que estudiamos Física, matemáticas, química, desarrollo humano,
etc..., si nos preguntamos ¿porque? Encontramos que es para conseguir
un diploma, y de esta manera un mejor status, una posición laboral, etc. Ya
que con ella vivimos dignamente, y cumplimos nuestra misión. De aquí
descubrimos que hay cosas que son medios para obtener otras, que son
fines, y estos a su vez se convierten en medios para otros fines superiores,
hasta llegar a un fin supremo. Por lo tanto, el fin es un bien que mueve el
apetito, y lo sacia. El apetito esta ordenado al ser en cuanto ser, entonces
podemos decir que toda agente obra por un fin, ósea por un bien. El ser por
el solo hecho de ser, está dotado de un apetito o deseo natural, así el
deseo natural de todo ser es su propio fin, o bien no puede frustrarse o ser
vano.

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Por último, enfocando todo lo recopilado en este trabajo podemos decir que el
hombre como ser humano, es: Distinto o determinado, uno, idéntico a sí mismo,
semejante, inteligible o verdadero, y amable o bueno. El último punto se presta
mucho para confusión, por lo que es preciso aclarar que cuando hablamos de
‘’bueno, y de amable’’ decimos que se trate del ser, de la naturaleza interior, de la
esencia misma de la vida, no del hombre dentro de su conducta humana.

6. Evolución del pensamiento ontológico


6.1. Ontología Griega:
Los primeros paradigmas fueron la pregunta por el cosmos, es decir comprender
el principio del arjé (de donde nacen las cosas y a adonde revierten cuando
mueren), y el de esta totalidad que nace y muere a la cual denominaron Physis
(naturaleza). Estas preguntas fueron planteadas por los presocráticos a quien
Aristóteles denomino “fisiólogos”.
La pregunta sobre ¿Qué es lo que es?, brota del principio del Physis, las
sustancias que tienen un ciclo y que son el modo primerísimo del ser y conforman
esta naturaleza. A su vez el Arjé es el principio generador de la Physis de donde
vienen y a donde llegan esas sustancias, donde las cosas se reducen a él aunque
él no se reduzca a ninguna.

ONTOLOGÍA DE LOS FILÓSOFOS GRIEGOS:

6.1.1. SÓCRATES:

Según SOCRATES el ser humano se distingue de otros seres ya que esta se


permite preguntarse así mismo racionalmente sobre su propia existencia.
También dice que en el transcurrir de su vida debe mantenerse en una forma de
precaución mental manejando la VIRTUD, portándonos bien con todas las
personas y viviendo plenamente en armonía.
De acuerdo con Sócrates (filosofo ateniense del S.V a. C.), lo que constituye
nuestra naturaleza humana es la virtud, entendida como el saber actuar bien.
También afirma que la persona una criatura en constante búsqueda de sí misma,

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que en todo momento de su existencia debe mantener bajo examen y escrutinio
racional las condiciones de esta.
El ser humano se distingue en Sócrates, por poder dar una respuesta racional a
cualquier pregunta racional que se le haga sobre sí mismo

6.1.2. PLATÓN:

Para PLATON el alma y el cuerpo son dos cosas totalmente diferentes ya que el
alma busca la perfección cosa que le impide el cuerpo. El alma busca la
perfección a través de la obtención de conocimiento evitando adquirir
características más reales o cercanas a un estado material a el cual no desea
llegar ya que podría perder su perfección natural.
Según Platón (filosofo ateniense del S.V a. C.) lo real y verdaderamente humano
se encontraba en el alma. Para él el alma es la esencia humana y el cuerpo un
instrumento a su servicio. Entonces para Platón el ser humano es un alma
racional encadenada a un cuerpo material y sensible, que busca salir de él para
retornar a un estado original de perfección a través de una continua lucha por el
logro de mayores y más perfectos conocimientos y evitando caer en los apetitos
de su ser sensible y material.

6.1.1. ARISTÓTELES:

Según ARISTOTELES la sustancia era el fundamento que nos formaba y por lo


tanto podíamos vivir por si solos a partir de ese momento. Aunque no puede
haber más de uno de estos, pueden estos también estar sometidos a constantes
cambios que puedan ocurrirle durante todo su proceso de existencia.
Es la sustancia el individuo concreto y particular –es el sujeto- no el predicado, es
decir si es alto, feo, sabio. Acto seguido nos informa que una sustancia puede
subsistir por si misma (una hoja de papel), es a la vez determinada y concreta,
está aquí y ahora, no puede existir en dos sitios a la vez. Pero el Ser (la
sustancia) posee la capacidad de accidente, de transformarse y a la vez seguir
unido al sujeto.

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6.1.4. PARMÉNIDES:

PARMÉNIDES plasma que el ser es tal y como es o sea sin cambio alguno, es
inmóvil, y demás características que lo hacen ser, ante todo. Ya que, si por alguna
razón se desvía del camino del ser, este podría conducirse así mismo a el camino
equivocado y lejos del SER por lo cual dejaría de ser indivisible, inmóvil,
inexistente.
Afirmaba que: “Es necesario decir y pensar que el ser es y que el no ser no es.”
Sólo este camino nos conduce a la verdad. Afirmar que el ser no es y que el no
ser es nos extravía, nos conduce al error, a la mera opinión. Su Primer Principio
no es el agua, el aire, o lo indeterminado, sino el ser. Pero, ¿cómo es el ser?
Parménides afirma que el ser es uno, inmutable, inmóvil, indivisible e intemporal.

6.1.5. DEMÓCRITO:

El SER se puede dividir en diferentes partes pequeñísimas a las cuales se les


dice ATOMOS que constituyen nuestro cuerpo. Estos elementos son totalmente
invisibles ante nuestros ojos, pero gracias a muchos estudios incluidos los de
DEMOCRITO podemos tener plena seguridad de que así es y que DEMOCRITO
en su época afirmo con plena seguridad.
Respecto a su pensamiento parece que fue un hombre dedicado enteramente al
estudio y que tuvo una producción abundante. Al igual que Empédocles y
Anaxágoras la filosofía de Demócrito estará inspirada por la necesidad de
conjugar la permanencia del ser con la explicación del cambio, adoptando una
solución estructuralmente idéntica: lo que llamamos generación y corrupción no
es más que mezcla y separación de los elementos originarios, que poseen las
características de inmutabilidad y eternidad del ser Parménides. Estos elementos
originarios serán concebidos como entidades materiales, infinitamente pequeñas
y, por lo tanto, imperceptibles para los sentidos, y de carácter estrictamente
cuantitativo, a los que Demócrito llamará átomos (término griego que significa
"indivisibles”) por su cualidad de ser partículas indivisibles.

13
6.1.6. ANAXÍMENES:

Ya que el AIRE tiene gran importancia en la vida de todos los seres vivos
ANAXIMENES plantea que el AIRE es el origen del SER. Gracias al aire la
mayoría de la vida que conocemos en nuestra actualidad está en continuo
desarrollo por esta y otras razones el aire es uno de los posibles factores de
original desarrollo de la vida o mejor dicho principio de las cosas.
Para Anaxímenes, el aire era la substancia básica y originaria del mundo. Ese aire
cambia por condensación y por rarefacción. Anaxímenes escogió el aire como
principio originario, (arjé) de donde procede todo, debido a que podía convertirse
en cualquiera de los otros elementos del mundo, como mar o tierra, sin perder su
propia naturaleza. Simplemente se condensaba o se rarificaba, pero conservando
siempre su identidad. Con este planteamiento, Anaxímenes creía resolver las
objeciones que Anaximandro había hecho a Tales y que le había impulsado a
postular como principio originario a algo indefinido (lo apeirón).

6.1.7. ANAXIMANDRO:

Se considera que el APEIRON es algo que no tiene forma, que es algo infinito que
coordina los seres y por lo tanto coordina la vida misma. Esta forma todas las
cosas que existen.
ANAXIMANDRO plante la formación de todas las cosas por medio de un proceso
llamado separación de contrarios el cual es un proceso que incluye diferentes
factores como originarios de diferentes mundos.
El primer principio según Anaximandro es el "Apeirón", lo indeterminado, ilimitado,
lo indefinido. No es una finitud en abstracto, sino una materia primordial,
inmutable, incorruptible generadora de todos los seres y a la cual todos retornan.
Aristóteles la interpreta como una mezcla confusa de elementos, los cuales se
van separando después por el movimiento.
Anaximandro considera que: "El ápeiron queda fuera del cielo, envuelve, contiene,
y gobierna todas las cosas."

14
6.2. Ontología Medieval

Se denomina Filosofía Medieval a la filosofía dada en Europa y el Oriente Medio


durante el período conocido como Edad Media, periodo que se extiende desde la
caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V d. C. hasta el
descubrimiento de América en el año 1492 d.C.

Los nominalistas, al contrario, consideraban los universales como irreales y


abstracciones del pensamiento, pues para ellos pensar en la realidad de los
universales era limitar la inteligencia y el poder de Dios.

6.2.1. ONTOLOGÍA DE LOS FILÓSOFOS MEDIEVALES:

6.2.1.1. SAN AGUSTÍN

Para San Agustín Dios es esencia sin accidente, es el ser mismo, realidad plena y
total, esencia inmutable y perfecta. Lo contingente existe porque existe Dios, ya
que participan de Él. Dios es la razón de ser de todas las cosas.
San Agustín afirma que antes de la creación del mundo por Dios todas las ideas
ya estaban en la mente de Dios, y usando las ideas como arquetipos supremos,
Dios crea la realidad a su imagen.
Dios crea todo el universo como potencias invisibles, estás semillas son el
germen de todos los seres que irán apareciendo en el tiempo pero , no por
evolución sino por voluntad divina.
San Agustín ha introducido toda una forma de razonar filosóficamente que nos
permite comprender los contenidos de la fe. Hemos introducido a un personaje
novedoso en esta trama: el Dios de la Religión. Con Aristóteles hemos conocido
ya a un Dios al que no podíamos rezar, que sólo se pensaba a sí mismo y no
conocía el mundo.

Para introducir a este Ser, san Agustín emplea cuatro argumentos principalmente:

-El argumento del consensus omnium. El hecho de que todos los pueblos hayan
creído en Dios parece indicar que tiene que existir algo que objetivamente lleve a

15
todos a creer eso. Sería extraño que tantas personas y pueblos tan distintos
tengan una creencia en común completamente inventada.

-Argumento cosmológico. La existencia de un orden tan perfecto requiere de un


creador. En un argumento que anticipa el tomista, San Agustín entiende que es
inconcebible que el orden del mundo sea un producto espontáneo de la
naturaleza. Igual que el orden en una casa es producido y no un producto
azaroso, en la naturaleza sería imposible la sucesión ordenada y previsible de
acontecimientos sin un ordenador, que es Dios.

-Argumento psicológico. Dios nos da certeza de nuestra propia existencia.


Aunque yo suponga que me equivoco al juzgar el mundo, no me puedo equivocar
acerca de mi propio error: si me equivoco tengo certeza de que la persona que se
equivoca existe. Dentro de nosotros está una certeza principal: la búsqueda de
sentido, la búsqueda de una respuesta a las preguntas radicales de la vida,
aquello sobre lo que no podemos dudar: la existencia de Dios.

-Argumento epistémico. A partir de la existencia de las Ideas Eternas se puede


demostrar la existencia de Dios. Las Ideas son o de un orden inferior, o de un
orden igual o de un orden superior al nuestro. No pueden ser inferiores porque si
no, no serían objetivas; no pueden ser iguales porque hemos demostrado con
Platón que son previas a nosotros, y si son superiores tienen que ser el producto
de algo, a lo que llamamos Dios.

6.2.1.2. SANTO TOMAS AQUINO

La ontología de Santo Tomas. Existen distintos seres en el mundo.


Para analizarlos se apoya en la Metafísica de Aristóteles. Pero Aristóteles nunca
dijo que el Motor Inmóvil crease el mundo, de forma que Santo Tomas asimila sus
ideas, pero a la vez toma el material de Avicenas desde un punto de vista
completamente cristiano, y se sirvió de ellas para su Ontología.

Aristóteles en su teoría hilemórfica presentaba cuatro términos: materia- forma,


cuerpo- alma, potencia-acto.

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Santo Tomás añade a estas definiciones la de ESENCIA- EXISTENCIA,
definiendo esencia por lo que un ser es y existencia como la manera particular de
ese ser de realizarse. La esencia está en potencia de recibir la existencia.

A partir de aquí, Santo Tomás hace una distinción de dos tipos de seres:
- Necesario.
- Contingente.

Siendo los seres contingentes aquellos que necesitan de la ayuda de otro para
existir (en este caso será de Dios). Si existen es por participación. El ser
Necesario será aquel que no necesita de otro para existir, sino que existe por sí
mismo, es aquel en el que esencia y existencia se identifican. De esta manera no
podemos establecer una relación de identidad cuando hablamos de los seres con
el Ser de Dios, puesto que este último es totalmente de los seres del mundo. Por
esta razón sólo podemos hablar de una analogía, ya que tienen algo en común y
es que son, pero de manera totalmente diferente, ya que el Ser de Dios es
trascendente, por antonomasia y por derecho propio, mientras que el ser del
mundo es derivado, causado y por participación).

Dios es origen y causa de todo, es Necesario, tiene todas las perfecciones en


grado infinito, no tiene composición de ningún tipo y es inmutable.

Tal como afirmó Santo Tomás Dios es “ens a se” (ser por sí), mientras que “entia
ab alio” (ser por otro).En la Revelación podemos leer como Dios creó a todos los
demás seres de la Nada, en un acto libre en el que Dios no comunica su
naturaleza divina al hombre. Por este acto Dios da la existencia a un
ser contingente. Dios es el único ser Necesario.

La existencia de Dios no es evidente para nosotros. Es razonable que exista, y se


puede deducir a través de las cinco vías de Sto. Tomás sobre la existencia de
Dios.Las cinco vías son:

• Prueba cosmológica, cuya meta es el motor inmóvil.

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• Prueba de la causalidad eficiente, cuya meta es la causa incausada.
• Prueba de la contingencia y necesidad, cuya meta es el Ser Necesario.
• Grados de perfección, cuya meta es el Ser Perfecto.
• Prueba teleológica, siendo la meta de esta el Supremo Ordenador.

6.3 ONTOLOGÍA MODERNA

En ellas influyeron las ciencias y los conocimientos empíricos, la metafísica se


trata desde la razón y no es tan importante el qué es el ser sino más bien cuál es
la idea del ser.

Al inicio de la época moderna se da el movimiento cultural llamado EL


RENACIMIENTO, el cual, además un regreso a la literatura y al arte de la
antigüedad significo una nueva concepción del mundo y del hombre; en este
contexto, la época moderna se caracterizó por la necesidad de explorar :

6.3.1 ONTOLOGÍA DE LOS FILÓSOFOS MODERNOS

6.3.1.1. RENÉ DESCARTES

Descartes supone que la cuestión del ser pasa a ser una cuestión de saber, esto
es, de poder afirmar que algo es. Y estamos en condiciones de afirmar que algo
es cuando tenemos certeza, es decir, imposibilidad de dudar. De esta manera la
mente o res cogitans se convierte en aquello que da sentido a los entes, esto es,
es la mente la que tiene la potestad de determinar qué es lo ente o la res cogitans
determina aquello en lo que consiste ser en su proceder correctamente –de
acuerdo al método-.

Por tanto, lo correcto es lo que queda asegurado en el proceder correcto de la


mente, así es que la verdad acontece en la res cogitans. Esta forma de entender
el ser como saber no cambia el concepto de ente, sino el sentido que se le da al
ser.

18
Queda pendiente explicar cómo se perciben los entes y cómo se llega a esa
certeza después de haberlos percibido. Descartes distingue entre las cosas
conocidas y aquello que conoce o res cogitans, dejando al criterio de la mente, a
su proceder interno –en última instancia matemático- el descubrimiento de lo
indudable, de la verdad, de lo cierto.

Disponemos de cuatro facultades para conocer: los sentidos externos, el sentido


común, la imaginación y el entendimiento. Los sentidos externos actúan de una
manera pasiva, adquiriendo la figura de lo percibido, que es transmitido a la
memoria –imaginación- por medio del sentido común.

En este punto Descartes allana el camino para construir una ontología de tipo
matemático: lo que percibimos es la forma de las cosas; una vez ahí depositada el
entendimiento puede acceder a ella. Desde este punto de vista las facultades son
condiciones ontológicas de los objetos. La certeza en este proceso surge cuando
hay claridad y distinción, lo cual ocurre cuando el entendimiento actúa, porque la
percepción es clara y distinta cuando es construcción del entendimiento. La
claridad se da cuando la cosa es presente y manifiesta, la distinción se da cuando
no se confunde con otras.

6.3.1.2. EMMANUEL KANT

Para el filósofo Emmanuel Kant la realidad tiene dos aspectos, “la cosa” tal como
es precedida por nuestros sentidos y “lo que le atribuimos a la cosa” referida a la
interpretación que hacemos de lo que nuestros sentidos perciben. El estudio del
ser, comprenden el conocimiento de dios (monismo, el universo está constituido
por una única sustancia fundamental divina), lo moral (dualismo o creencia en dos
sustancias fundamentales). Considera imposible que el ser humano solo con la
aplicación de la “Razón Pura” puede llegar a ese conocimiento. Kant,
caracterizaba la metafísica por su tendencia a elaborar teorías sobre la base del

19
conocimiento a priori (el saber derivado del uso de la razón o racionalismo), para
diferenciarlo del conocimiento a posteriori, (adquirido por la experiencia). Buscaba
fijar los límites del conocimiento dentro del marco de la experiencia, y demostrar
asi la incapacidad de la mente humana para llegar más allá de la experiencia solo
mediante el conocimiento en el terreno de la realidad última. Posteriormente,
intentó también reconciliar ciencia y religión en un mundo de dos niveles, que
incluyen los noumena, objetos concebidos por la razón, aunque no percibidos por
los sentidos, y los phenomena, las cosa tal y como aparecen a los sentidos y que
son accesibles al estudio material. Mantenía que, como dios, la libertad y la
inmortalidad humana son realidades noumenales y que esos conceptos se
asimilan a través de la fé moral y no a través del conocimiento científico. Propone
él “Método Crítico” para llegar al conocimiento de la realidad, el cuál percibe de la
realidad, “La Cosa” y “Lo Atribuido” o lo empírico y lo lógico.

6.3.1.3. GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ

Es conocido sobre todo por su teoría de las mónadas y de la armonía


preestablecida. Las mónadas son formas sustanciales dotadas de una
determinación interna cuya génesis se halla en Dios, la mónada primigenia,
creadora de las infinitas otras mónadas que conforman el mundo. Todas son
sustancias individuales, son almas y tienen, en contraposición de Dios, un cuerpo.

Entre mónadas. Leibniz creía que cada pedazo de materia no es sólo divisible
infinitamente, sino que está dividido sin fin en más partes, cada una de las cuales
posee un movimiento propio. “En la parte más minúscula de materia hay un
mundo de criaturas, de seres vivos, animales, entelequias, almas. Cada pedazo
de naturaleza puede ser concebido como un jardín repleto de plantas y como un
estanque lleno de peces”, escribe Leibniz.

El alma, partícula principal. Según afirmaba el pensador alemán, las ramas de las
plantas y las gotas de un jugo son a su vez receptáculos de otros mundos. En su
concepción filosófica, las mónadas poseen una ordenación jerárquica. Existe en
todos los seres humanos una mónada principal que Leibniz denomina "alma".

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Leibniz creía que todo lo creado se encuentra en perpetua transformación y ese
continuo fluir es expresión del anhelo de las mónadas.

6.3.1.4. GEORGE WILHELM HEGEL

La categoría ontológica suprema para Hegel es la del ESPÍRITU; su filosofía es


espiritualista e idealista. La metafísica de Hegel está fundamentada en la de
Manuel Kant, pero la realidad para Hegel está integrada por una trilogía formada
por: EL SER; LA NATURALEZA Y EL ESPIRITU.

 EL SER: Designa el conjunto de caracteres lógicos y pensables que tiene en si


toda realidad; la realidad según Hegel solo existe gracias a los conceptos.

 LA NATURALEZA: Es la manifestación de lo real en los seres físicos y orgánicos;


se definen como el conjunto de hechos, espacio - temporales regidos por una ley.

 ESPÍRITU: El espíritu es para Hegel la realidad SUPREMA, es lo real y lo


existente, es el campo de los fenómenos humanos en un sentido más amplio y
mucho más profundo.

Las obras de Hegel tienen fama de difíciles por la extensidad de los temas que
quería abarcar, además introdujo un sistema para aprender la historia de la
filosofía y el mundo mismo, llamado a menudo: "Dialéctica", una progresión en la
que cada movimiento sucesivo surge como solución a las contradicciones
inherentes al movimiento anterior. Por ejemplo La revolución Francesa constituye
para Hegel la introducción de la verdadera LIBERTAD a las sociedades
occidentales por primera vez en la historia.

La filosofía de la historia de Hegel está también marcada por los conceptos de


las: " astucias ya la razón" y " La burla de la historia"; la historia conduce a los
hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades,
y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos
produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos
por sus autores, aunque finalmente la historia se reordena, y en un bucle

21
fantástico retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica,
convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella misma sin quererlo,
realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles sólo a los cognoscentes, es
decir, a aquellos que quieren conocer.

6.4. ONTOLOGIA COMTEPORÁNEA

Casi desapareció pues se considera que la metafísica por tratar asuntos que son
trascendentes y subjetivos no se pueden estudiar.
Desde el razonamiento humano y como ser existente se habla de un ser que
posee una razón para existir, así sea solo ser arrojado al mundo para morir.
De la ontología contemporánea se destacan tres autores; Nietzsche, Heidegger y
Zubiri.

6.4.1. Ontología de los filósofos contemporáneos

6.4.1.1. FRIEDRICH NIETZSCHE

Para Friedrich Nietzsche era necesario derrumbar una serie de supuestos que
caracterizaran la filosofía occidental. El principal supuesto era la fábula del otro
mundo, que concebía la metafísica como una explicación del ser como parte de
otro mundo, explicación que venía desde Platón con su tesis acerca de un mundo
de ideas inventadas por la razón humana, para Nietzsche los valores tradicionales
(representados por el Cristianismo) habían perdido su poder en las personas; a lo
cual llamaba Nihilismo pasivo. Para él Dios estaba justificada en la fábula del otro
mundo, desde cuando Platón instó la idea del bien supremo, y esta idea había
perdurado en la metafísica a través de la historia. El representante principal de
estos valores fue para él, el cristianismo, llamado por Nietzsche un platonismo
para el pueblo y era necesario desaparecer esta fábula, para poder iniciar de
nuevo con la cuestión primera que se habían planteado los griegos acerca de la
Physis y retomar el camino que Platón abandonó. Por esta razón, Nietzsche
consideró su filosofía como un platonismo al revés, pues frente a lo verdadero e
inmutable él privilegiaba lo real, lo temporal, mudable e instintivo. La postulación
del mundo físico o sensible como el mundo de lo que verdaderamente es. De esta

22
derogación de los valores hacia un principio opuesto, nace la necesidad de crear
nuevos valores que reemplazan los tradicionales y conforman a un superhombre.
Este superhombre es distinto a las masas, que son como rebaño; en cambio él es
independiente e individualista.
Siente con intensidad, pero sus pasiones son refrenadas por la razón, vive la
realidad, sin centrarse en las recompensas que promete la religión, él afirma la
vida. El superhombre es un modelo de la “eticidad maestra” que rechaza lo
envilecido de la humanidad por la religión, excepto solo lo que es totalmente vital.
Para Nietzsche todo acto o proyecto humano está limitado por la voluntad de
poder, no solo sobre otros, sino sobre uno mismo, algo que es necesario para la
creatividad y que se manifiesta enteramente en su modelo de superhombre. A
este concepto de superhombre se le critica su concepción de una sociedad de
amos y esclavos y a menudo se le identifica con las filosofías autoritarias.
Nietzsche quería responder la cuestión y composición de las cosas, dejando de
lado el platonismo, pero no alcanzó su propósito, ya que la locura lo sorprendió en
el momento de empezar a elaborar la solución, sin embargo, dejó planteado para
la posteridad la cuestión de la vigencia de la metafísica.

6.4.1.2. MARTÍN HEIDEGGER

Reformula al igual que Nietzsche la historia de la metafísica, pero atacando la


subjetividad, la actitud elemental y manipuladora que privaba de sentido al ser y
se convertía en un estado de nihilismo, que permitía a los filósofos modernos
sobrevalorar los alcances y probabilidades de la razón e intentar responder la
pregunta de la realidad cuestionándose a sí mismos.
Heidegger comenzó por preguntarse qué es el ser y qué clase de ser es, esto le
llevó a establecer una relación entre el modo del ser de los objetos y de la
humanidad, de la estructura del tiempo. Debe hacerse la pregunta acerca del
sentido del ser, pues este es algo existente, que no está fuera del mundo, sino
que se encuentra en él, como en la existencia humana se encuentra el hombre.
Esto no quiere decir que la investigación sea subjetiva, sino que debe partir del
hombre porque es el único ente abierto al ser.

23
El individuo, sin embargo, está en peligro de caer en la rutina, la cotidianidad,
desde la cual el hombre es un ser arrojado al mundo y abierto a las cosas como a
las demás existencias. En este espacio el hombre se da cuenta de que todas sus
esperanzas y proyectos están limitados por la muerte, lo que lo lleva a pensar que
su existencia está destinada a ella y lo hace sentir en un sentimiento de angustia,
la angustia de reconocer que es un ser arrojado al mundo para morir en él. El
hombre es un ser para la muerte, su vida está fundad en la nada y la existir es
solo sostenerse dentro de la nada.
Para Heidegger, la filosofía debe reconocer que el hombre es un ente sin ninguna
razón para existir. Por lo tanto, el ser que se ha concebido no es posible, pues se
fundamenta en cosas que a su vez se fundamentan en la nada, como Dios o el
sujeto cognoscente; concepciones de la subjetividad que no tienen sentido pues
no reconocen que el hombre y su subjetividad son entes-para-la-muerte. Esto es
lo que critica Heidegger a la metafísica, la estructura fundamental del ser que se
descubre es el ser-en-el-mundo, el estar-en-el-mundo.
Esto es una realidad total, en donde no solo está el sujeto en el mundo, ni el
mundo en el sujeto, ni el mundo como conjunto de cosas. El ser es una totalidad,
un misterio, no porque este fuera de toda comprensión, sino porque no es
comprensible a través un solo fundamento o concepto. El ser es solo presencia,
es la existencia misma. Una existencia para la muerte que hay que afrontar para
poder adquirir un auténtico sentido del ser y de la libertad.

La época que vivimos es una época sin metafísica, las ideas positivistas a
moldeado nuestra cultura al punto de hacer desaparecer la ontología. La realidad
no es asunto ya de la filosofía sino de las ciencias empíricas. Esto sin embargo
fue promovido por la misma filosofía, que vio la metafísica muy complicada y se
dedicó a desentrañar los contenidos del lenguaje con la excusa de no caer en los
errores de esta misma. Sin embargo, para algunos filósofos contemporáneos, el
objetivo del positivismo acerca de vivir sin metafísica ha sido catastrófico en el
desarrollo de los sucesos de nuestra época, con el desatar de las guerras y los
demás problemas actuales.
Además de Heidegger, filósofos como Nicolai Hartman, Edmund Husserl y Jean
Paul Sartre, representan distintas visiones de la ontología, que coinciden en el
rechazo de la filosofía centrada en las esencias, lo universal, y la preocupación

24
por lo concreto y singular; y la utilización del análisis fenomenológico como base
de la filosofía.

6.4.1.3. XAVIER SUBIRI

El hombre es un “animal de realidades” que posee una “inteligencia sentiente”, su


función consiste en acerca a la realidad de las cosas sintiéndolas, el hombre es
un ser metafísico, abierto al mundo de lo real. El mundo real es lo primero
inteligible y se da como “realidad sentida” es decir que la expresión de la realidad
es lo que sentimos; esta realidad es tratada desde el hombre desde distintos
ángulos: El entorno, que es todas las cosas que lo rodean y lo que descubre por
sus sentidos, este entorno es social, ecológico y técnico, y todos juntos son los
que determinan el entorno vital del hombre; El medio, que son los elementos del
entorno que el hombre utiliza para sus fines y objetivos, estos elementos son los
medios de vida para el hombre. El mundo, que es la totalidad de lo real. El
horizonte, el estímulo y el reto para el hombre, es el marco dentro del cual
realizará su propia experiencia terrenal y elaborará su propio mundo. La situación,
que se establece por la manera como el hombre está en el mundo, su
experiencia, su circunstancia, su situación general; y la Habitad, la manera como
el hombre desafía su realidad, la forma como se enfrenta a las cosas.

Es la inteligencia del hombre la que permite al hombre aprehender todas las


cosas como reales, aprensión que él denomina logos y que le permite sentirlas,
pero no saber de qué se tratan. Es la capacidad de razonamiento la que le
permite pasar del entendimiento racional al conocimiento, mediante la razón se
conoce de verdad lo que es la realidad y se alcanza el sentido de la existencia
humana como ligada y abierta a la trascendencia.

Esta metafísica planteada por Zubiri es una metafísica del hombre en relación con
lo otro, con el otro, es una metafísica de la alteridad en la cual el hombre es un
ser personal social moral cultural que crea su mundo dentro del conocimiento de
su realidad.

25
ONTOLOGÍA Y METAFÍSICA

La metafísica es la filosofía primera según Aristóteles, fue llamada así por el


filósofo peripatético griego Andrónico de Rodas en el siglo I a. C. (año 70 a. C.),
cuando recopilo los 14 libros de Aristóteles que estaban “más allá de la física”.
Esta palabra a adquirido un carácter que la hace referirse a cosas que
trascienden la realidad humana, que no pueden ser explicadas por leyes o
causas. Al contrario, para la filosofía la palabra se refiere a todo lo que es la
realidad. El nombre más reciente que se le ha dado es el de ontología (óntos-
lógos, ciencia o tratado del ente, o idea del ser), fue utilizado por primera vez por
Johannes Clauberg (1974), se popularizo en el siglo XVII y en el siglo XVIII con
Christian Wolf. Tanto así los dos nombres pasaron a ser sinónimos, aunque en la
filosofía contemporánea tienen significados ligeramente distintos, aunque ambos
sean derivados de la ciencia Metafísica.

La diferencia entre la metafísica y la ontología está en que la primera investiga los


principios de la realidad, y como esta realidad es en todos los universos, esta
adquiere un carácter más general y abstracto. La ontología en cambio, estudia las
divisiones ultimas de este universo, porque lo que se centra más en la parte física
del modo humano. La ontología o metafísica tuvo origen es las preguntas acerca
del hombre por parte de los griegos y al igual que la metafísica fue adquiriendo
matices distintos en las diversas épocas históricas.

26
CONCLUSION

Dentro de la Filosofía, la ontología es aquella parte de la metafísica, una de las


disciplinas más importantes dentro del campo filosófico, que se ocupa del ser en
un sentido general y de sus propiedades más trascendentales. Si tuviéramos que
definir lo que hace básicamente la ontología en tres palabras sería: estudia al ser
y si tuviésemos que asociar esta rama del saber filosófico con una pregunta la
misma debería ser: ¿existe? La ontología o teoría del ser como a muchos les
gusta llamarla, se ocupa del estudio de todo aquello que es, cómo es, qué es lo
que lo ha hecho posible, ocupándose de la definición de lo que es ser y lo que no
es y del establecimiento de aquellas categorías fundamentales o modos
generales de ser que tienen las cosas partiendo del estudio profundo de sus
propiedades, estructuras y sistemas.
Entre otras cosas, la ontología se centrará en cómo los entes pueden ser
clasificados de determinadas maneras, dentro de unas jerarquías y subdivididos
de acuerdo a las similitudes y las diferencias que presentan. Dentro de estas
entidades se pueden citar a los objetos, las cosas, las personas, los conceptos y
las ideas, entre otras.

En un sentido más general, se podría decir que la ontología se ocupará de


reflexionar acerca de las concepciones de la realidad, sus relaciones y las
características de estas.
Y por otra parte, asimismo, a la ontología le ha cabido históricamente la
ocupación de ahondar, investigar cuestiones, más misteriosas o más complejas
de dilucidar, como son la existencia de Dios, la verdad de las ideas y tantas otras
cosas que están vinculadas a lo abstracto y no a la realidad tangible.

Porque claro, las entidades abstractas, como ya mencionamos las ideas, los
números y los conceptos, entre otros, son las más difíciles de abordar si las
comparamos con las concretas, que están ahí al alcance de las manos: objetos,
plantas, entre otras.

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Su denominación como ontología se remonta al siglo XVII, más precisamente al
año 1613 y será el filósofo Rodolfo Goclenio, en su obra llamada “Lexicon
philosophicum, quo tanquam clave philosophiae fores aperiuntur”, quien por
primera vez utilice el término y reafirme lo que se venía sosteniendo de años, que
la ontología es la filosofía del arte. Luego, el resto de los usos convinieron en lo
mismo y contribuyeron aún más en identificarla con la metafísica.

De todas maneras debemos decir que su abordaje es ciertamente antiguo y muy


anterior al nacimiento de su denominación formal en el siglo recién indicado. En la
antigua Grecia, para ser más precisos, los grandes filósofos clásicos como Platón
y Aristóteles supieron estudiar este tema de la entidad, del ser, y de categorizar
justamente lo que es fundamental e importante en ese ser. En este tiempo
iniciático del estudio, a la ontología se la llamó metafísica.

Los primeros paradigmas fueron la pregunta por el cosmos, es decir comprender


el principio del arjé (de donde nacen las cosas y a adonde revierten cuando
mueren), y el de esta totalidad que nace y muere a la cual denominaron Physis
(naturaleza). Estas preguntas fueron planteadas por los presocráticos a quien
Aristóteles denomino “fisiólogos”. La pregunta sobre ¿Qué es lo que es?, brota del
principio del Physis, las sustancias que tienen un ciclo y que son el modo
primerísimo del ser y conforman esta naturaleza. A su vez el Arjé es el principio
generador de la Physis de donde vienen y a donde llegan esas sustancias, donde
las cosas se reducen a él, aunque él no se reduzca a ninguna. Respecto al arjé se
dieron distintas propuestas, de las cuales se distinguen dos clases; los principios
físicos, como principio que son elementos materiales, de la naturaleza, y los
principios lógicos, cuando el arjé era indeterminado, un producto del pensamiento,
es decir, no era natural ni material.

Tales y Anaxímides, destacaron cada uno con el agua y el aire como el arjé.
Después surgió el Apeirón, planteado por Anaximandro, que contenía toda causa
de nacimiento y destrucción del mundo, pero el mismo era inmutable. También
está el ser como principio, que fue planteado por Parmenides de Elea quien lo
explico como el ente que constituía todas las cosas y les daba su existencia, pero

28
es perceptible nada más que por la razón. Este ser es lo permanente e inmóvil
que puede ser captado por nuestra razón, a diferencia de la realidad o el devenir
que es captada por los sentidos y es la apariencia mudable y cambiante de este.

Platón en cambio dividió la realidad en dos esferas; la esfera o mundo inteligible,


de las ideas o formas perfectas, eternas o indivisibles y el mundo sensible, es
decir el devenir, lo material y lo conocido a través de los sentidos. Para platón la
verdadera y necesaria realidad se encontraba en el mundo de las ideas, pues no
está sujeto a cambios ni a corrupción, sino que están descritas siempre sin
contradicciones, el mundo real era en cambio sombrío y cambiante a los sentidos,
son la sombra de las ideas. Para ejemplificar esto Platón expuso el mito de la
caverna, en el cual muestra a la humanidad prisionera de una caverna que
confunde las sombras proyectadas en una sombra con la realidad y considera al
filósofo como una persona que penetra el universo fuera de la caverna de la
ignorancia y alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas.
Sin embargo, existe aún un problema pues era difícil separar las cosas de las
ideas ya que estas eran las causantes de las otras, esta cuestión fue tratada de
resolver con la postulación del Demiurgo, un ser creador que relacionaba los dos
mundos, sin embargo, esta respuesta no fue totalmente satisfactoria por lo que
Aristóteles presento otra en el que el ser es Sustancia. Esta sustancia es una
combinación entre potencia y acto, entre aquello que puede ser (pero todavía no
es) y aquello que ya es (también conocido como materia y forma). Las cosas eran
un compuesto de materia y forma, y lo que distinguía una cosa de otra eran los
accidentes que caracterizaban su forma. Estos eran percibidos por los sentidos,
pero no eran estos la sustancia sino solo la diferencia.

La época medieval se caracterizó por el surgimiento de filósofos cristianos,


quienes intentaron acomodar la idea de la Physis a la de Dios. Es decir que para
ellos la physis es la creación. La doctrina cristiana se constituyó por dos dogmas
principales, el dogma trinitario, en el cual en Dios hay una sola sustancia en tres
personas distintas y el dogma cristológico, que distingue una sola persona, Cristo,
como hombre y Dios perfecto, unión de las dos naturalezas divina y humana.

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En esta época se tomaron las mismas categorías metafísica griegas y se
adecuaron al cristianismo, por lo que es criticada por ser una época oscura para
la filosofía, sin embargo, respecto a esto Zubiri escribe

“El cristianismo tiene una idea del mundo distinta a la de los griegos. La idea de
mundo fue uno de los más importantes puntos de encuentro del cristianismo con
la filosofía, y lo que forzó a los pensadores cristianos a elaborar un pensamiento
filosófico propio, Puede decirse que originariamente toda la radical innovación que
el cristianismo introduce en la filosofía es una nueva idea del mundo. Mientras los
metafísicos cristianos, salvo en puntos concretos, absorben, depuran y elevan la
metafísica griega, en cambio rompen con esta por su idea del mundo. Y ante todo
por la raíz de este: el mundo este “creado”. Este es su carácter último y para
muchos pensadores un carácter formal e intrínseco del mundo en cuanto tal
Mundo es entonces la totalidad del ente creado. Con ello, la metafísica se
convierte en teoría de la creación”.

Para los escolásticos medievales el objeto propio de la metafísica fue un motivo


de gran preocupación y se ocuparon en gran medida de las relaciones entre la
metafísica y la teología. Agustín de Hipona reconcilia el pensamiento platónico
con el dogma cristiano, esta obra se resume en la sentencia de “cree para
entender”, pues la verdad buscada por la filosofía era Dios, y su acción intelectual
quien es Cristo. En ontología San Agustín identifico a Dios con Ser, por ser la
identidad, la esencia. Dios es para él la inteligencia que contiene las ideas de las
cosas del mundo sensible, esto significa que todas las cosas son obra e
inspiración del Él.

En esta época se manifestó el problema de los universales, que es la pregunta


sobre el tipo y el conjunto de todo aquello que se asume como existente, es el
nombre que se le da a un conjunto de cosas que comparten alguna característica,
por ejemplo, Hombre (cuando no referimos a todos los hombres), caballos, libros,
etc. El problema surge cuando no se sabe real la existencia de estos términos.
Boecio expreso respecto a esto que lo universal no podía ser sustancia, pues esta
es singular (las cosas son singulares), y que lo universal era inmaterial y existía
unido y confuso a los accidentes de las cosas (las cosas son universales , sin

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embargo esta proposición resultaba problemática para los filósofos a la hora de
explicar la Trinidad la unidad de tres sustancias en una sola.

En la época medieval cabe destacar dos corrientes contrarias, el realismo y el


normalismo, que intentaban dar respuesta a la pregunta sobre los universales.
Los realistas pensaban que lo universal existe como una sola cosa, y que la
existencia de las cosas estaba premeditada por la existencia de los universales.
El más importante realista fue Santo Tomás de Aquino. El describió la metafísica
como “la ciencia de la verdad, no de cualquier verdad, sino de aquella verdad que
es el origen de toda la verdad, esto es, que pertenece al primer principio por el
cual las cosas son. La verdad que pertenece a tal principio es, evidentemente, la
fuente de toda la verdad” (Contra Gent., I, 1,2). Esto da como resultado que Dios
sea el objeto de la metafísica y a la vez sea el estudio de el ser o el ente, lo que
da a pensar en una subordinación ante la teología por parte de la física, que es
justificada por Santo Tomás por un acuerdo fundamental entre estos dos que dan
como resultado la metafísica. Para Santo Tomás el propósito de la metafísica era
el conocimiento de Dios a través de los seres finitos sensibles.

Los nominalistas, al contrario, consideraban los universales como irreales y


abstracciones del pensamiento, pues para ellos pensar en la realidad de los
universales era limitar la inteligencia y el poder de Dios.

El principal nominalista fue Guillermo de Ockham, quien considero a los


universales como meros instrumentos del lenguaje que tomaban el lugar de las
cosas cuando se hablaba de ellas. Lo universal eran simples términos para
designar las cosas.

Los filósofos modernos fueron muy influidos por los avances de la ciencia
experimental y la matemática, por lo que intentaron desarrollar ideas que
concordaran con esos conocimientos. Esta búsqueda planteo la postulación del
sujeto cognoscente, como el fundamento de la realidad.

El conocimiento de la metafísica en la época moderna se caracterizó por ser a


priori, es decir, que deriva solo de la razón, para que se diferenciara del
conocimiento a posteriori, que lo hace solo de la experiencia.

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Con Descartes se inicia este periodo y se inaugura la subjetividad, que planteaba
la necesidad de postular un principio de verdad para postular una verdad. El yo-
pienso, se convierte en el primer principio indudable de la nueva filosofía. La
metafísica dará en teórica critica del conocimiento, y la ontología no tratará el ser,
sino de la idea del ser.

El racionalismo será la primera corriente filosófica que se desarrollara en este


siglo, y a su vez esta desencadenara otras corrientes que serán muy importantes
en el pensamiento moderno y que culminaran con el pensamiento de Kant, Hegel
y Comte. Esta trata acerca del conocimiento a priori, principios derivados del
conocimiento de la razón. Se subdividirá en el monismo y en el dualismo. El
monismo será una corriente que creía que solo existía una sustancia básica, el
“monismo idealista” sostenido por el irlandés George Berkeley decía que la
sustancia es mental; el “monismo materialista” aseguraba que solo es física, y era
seguido por el inglés Tomas Hobbes, y el “monismo neutro” afirmaba que la
materia no es ni solo mental ni solo física, y era seguido por el holandés Baruch
Spinoza. Este último filósofo expuso una visión panteísta de la realidad en la que
el universo es similar a Dios y cada cosa lo contiene a Él.

El dualismo será la corriente liderada por Descartes, según el cual el cuerpo y el


alma son unidades diferentes (substancialmente unidas en el hombre) y
constituyen las únicas sustancias del universo. Para Descartes, la metafísica es
una prima philosophia, que trata de cuestiones de ka existencia de Dios y la
distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre.

Todas las corrientes racionalistas creían que la realidad es de carácter racional y


que el criterio para llegar a la verdad estaba en la conciencia.

La corriente contraria al racionalismo se llamó empirismo, esta consideraba los


sentidos como el criterio más adecuado para llegar a la verdad. Según esta, son
las sensaciones las que componen las ideas y por lo tanto la realidad solo e
perceptible mediante los sentidos. Estas doctrinas se derivan del conocimiento a
posteriori, para la cual este no es una representación de la realidad sino solo un
reflejo de las percepciones humanas. Para los empiristas, toda especulación que
no derivara de la experiencia era un sinsentido u por lo tanto la metafísica

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tradicional no aportaba ningún contenido real. De esta corriente se destacan
David Hume, John Locke y George Berkeley.

De esta época al principio de la modernidad, muchos autores rechazaron a la


metafísica como ciencia por ser una realidad trascendente, y que contrariaba los
principios de realidad objetiva que caracterizaban la época. Se destaca el caso de
Hume, quien dijo que todo conocimiento en conocimiento de hechos o de
relaciones de ideas deja sin base el conocimiento de cualquier objeto metafísico y
que por lo tanto la metafísica no existe. Augusto Comte. También escribió: “La
metafísica, como la teología, trata sobre todo de explicar la naturaleza íntima de
los seres, del origen destino de las cosas..., pero en lugar de operar con los
agentes sobrenaturales propiamente dichos, los reemplaza cada vez más por
esas entidades o abstracciones personificadas, cuyo cuso verdaderamente
característico ha permitido designarla con el nombre de ontología”

Estas corrientes derivaron en Kant, quien creo una filosofía crítica distinta llamada
“trascendentalismo”. Su obra es agnóstica pues niega la posibilidad de un
conocimiento estricto de la realidad última, es empírica pues afirma que el
conocimiento deriva de los sentidos y es racionalista pues mantiene el carácter a
priori en estos principios empiristas. El sin embargo distingue otro propósito
distinto al de estas vías filosóficas; definir los límites del conocimiento humano o
encontrar las condiciones de la posibilidad de conocimiento en general. Inmanuel
Kant trata de negar la metafísica para “fundarla” ante la crítica, y demuestra que
no hay posibilidad de juicios sintéticos antes de la experiencia en metafísica. Por
este punto la metafísica se convierte de una ciencia teórica, a una razón práctica,
en la cual es más una realidad moral que una ciencia. Para Kant los
conocimientos de la razón son necesarios para aplicarlos a la experiencia, ya que
solo en esta se manifiestan, así ya sean anteriores. Para el de las cosas solo
podemos conocer sus impresiones en cada uno de nosotros, a esto es lo que
llamó fenómeno. Esto es lo que nuestra cabeza descubre a partir de la
experiencia que no son sino datos o intuiciones del ser. La lógica de estos
racionamientos es la que hace a la experiencia trascendental, tanto a la real como
a la posible. Lo que Kant quería demostrar es que el conocimiento solo era
alcanzable en los terrenos de la experiencia, y que por lo tanto la razón estaba

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delimitada por esta; el error estaba en que la razón fuera tomada como las ideas
constitutivas de las cosas, cuando no eran más que ideas regulativas. La
metafísica debía tener un “uso”, servir para la vida práctica, para la moral. Las
ideas no debían dar razón de la existencia; si más bien regular el conocimiento
humano. La filosofía a partir de esto empezó a conocerse como epistemología.
Kant también intento reconciliar ciencia y religión, realizando una crítica desde la
lógica, para llegar a un mundo de dos niveles; este mundo incluye los moumena,
objetos concebidos por la razón, pero no percibidos por los sentidos, y los
phenomena, las cosas tal y como aparecen en los sentidos y que son accesibles
al estudio material. En este orden, Dios, la libertad y la inmortalidad humana son
para Kant son realidades moumenales que se asimilan a través de la fe moral y
no del conocimiento científico.

En el siglo XIX los críticos del kantismo tomaron dos vías opuestas respecto a la
metafísica, que revivieron el problema del ser; el idealismo y el positivismo.

El idealismo negó la crítica de Kant en sus explicaciones a la metafísica


trascendental y rechazaron el concepto de las cosas en-sí-mismas, este
movimiento fue liderado por Wilhelm Friedrich Hegel, quien consideraba
incorrecta la teoría de que la realidad última no puede ser entendida. También
creía que los mayores logros del espíritu humano (ciencia, cultura, religión y
estado) no son resultados de procesos mentales que se dan naturalmente, sino
que son concebidos y mantenidos por la dialéctica. Hegel consideraba al ser
como devenir, un movimiento continuo del cual la razón pretendía explicar las
estructuras lógicas. La realidad está constituida por relaciones de negación. Para
continuar en movimiento y cambiar de una cosa a otras, se debe renunciar a lo
que se es anteriormente para conseguir ser algo distinto. La realidad, es el
cambio de las cosas en la negación de unas con otras. El pensamiento es el único
capaz de reducir este problema para poder comprender las relaciones entre
contrarios, por esto supera el devenir y se convierte en el ser mismo de la
realidad, por lo que esta comienza a ser solo en el pensamiento. Hegel intenta
construir una filosofía capaz de explicar la naturaleza y el hombre, el pasado y el
futuro, toda la realidad de forma absolutamente completa. Del idealismo derivan
otras teorías metafísicas, como la época prekantiniana. Entre estas últimas

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teorías metafísicas sobresalen el empirismo radical o pragmatismo (modalidad
metafísica expuesta en Estados Unidos por Charles Sanders Peirce, desarrollada
por William James y adaptada como instrumentalismo por John Dewey), el
voluntarismo (cuyos máximos representantes fueron el filósofo alemán Arthur
Schopenhauer y el estadounidense Josiah Royce), el fenomenalismo (patente en
los escritos del pensador francés Auguste Comte y del filósofo británico Herbert
Spencer), la evolución emergente o evolución creativa (definida por el francés
Henri Bergson) y la filosofía del organismo (elaborada por el matemático y filósofo
británico Alfred North Whitehead.

La otra corriente filosófica importante derivada de las ideas de Kant es el


positivismo. Las ideas de Comte son contrarias a las de Hegel y expresan que lo
único real y existente es lo que puede ser experimentado, medido y catalogado a
través del método científico.

Esto quiere decir que las preposiciones de la metafísica son verdaderas, pues no
derivan de la experiencia. Según Comte, la metafísica es un modo de conocer
propio de una época de la humanidad, donde las ilusiones de la razón que no
tienen base en la realidad positiva, son rechazadas y olvidadas. La metafísica es
un modo de conocer propio de una época de la humanidad, destinado a se
superada por la época positivista.

Durante la época moderna, la metafísica sufrió muchas diversificaciones de


filosofías que la exaltaron y la humillaron, que la relevaron o que la tomaron como
centro de su filosofía. Sin embargo, podemos llegar a la conclusión de que a
pesar de esto la metafísica es y será uno de los temas más importantes de la
filosofía, bien porque se considere el más importante, o bien porque se resista y
se pretenda dejar de lado.

La negación de la metafísica en el siglo XIX representaba a veces la negación del


saber filosófico, lo que resultaba una contrariedad y desemboco en que en el siglo
XX surgieran corrientes que refutaran esto. Los principales contradictores fueron

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la filosofía analítica (principio de la verificación del significado), el existencialismo,
el marxismo y el materialismo dialéctico.

De la Ontología contemporánea se destacan tres autores; Nietzshe, Heidegger y


Zubiri.

Para Friedrich Nietzshe era necesario derrumbar una serie de supuestos que
caracterizaban la filosofía occidental. El principal supuesto era la fábula del otro
mundo, que concebía la metafísica como una explicación del ser como parte de
otro mundo, explicación que venía desde Platón con su tesis acerca de un mundo
de ideas inventada por la razón humana. Para Nietzshe los valores tradicionales
(representados por el cristianismo) habían perdido su poder en las personas, a lo
cual llamaba nihilismo pasivo. Expreso su idea en la cortante expresión de “Dios a
muerto”. Para el Dios estaba justificado en la fábula del otro mundo, desde
cuando Platón insto la idea del bien supremo, y esta idea había perdurado en la
metafísica a través de la historia. Esta idea estaba representada en los valores
tradicionales que enseñaban una “moralidad esclava”, una moralidad de personas
débiles y resentidas que fomentaban comportamientos como la sumisión y el
conformismo porque los valores incluidos en tales conductas servían a sus
intereses. El representante principal de estos valores fue para él el cristianismo,
llamado por Nietzshe un platonismo para el pueblo, y era necesario desaparecer
esta fábula, para poder iniciar de nuevo con la cuestión primera que se habían
planteado los griegos acerca de la Physis y retomar el camino que Platón
abandono. Por esta razón, Nietzshe considero su filosofía como un platonismo al
revés, pues frente a lo verdadero e inmutable el privilegiaba lo real, lo temporal,
mudable e instintivo. La postulación del mundo físico o sensible como el mundo
de lo que verdaderamente es. De esta derogación de los valores hacia un
principio opuesto, nace la necesidad de crear nuevos valores que reemplazan los
tradicionales y conforman a un superhombre. Este superhombre es distinto a las
masas, que son como rebaño; en cambio él es independiente e individualista.
Siente con intensidad, pero sus pasiones son refrenadas por la razón, vive la
realidad, sin centrarse en las recompensas que promete la religión el afirma la
vida. El superhombre es un modelo de la “eticidad maestra” que rechaza lo
envilecido de la humanidad por la religión, excepto solo lo que es totalmente vital.

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Para Nietzshe todo acto o proyecto humano está limitado por la voluntad de
poder, no solo sobre otros, sino sobre uno mismo, algo que es necesario para la
creatividad y que se manifiesta enteramente en su modelo de superhombre. A
este concepto de superhombre se le critica su concepción de una sociedad de
amos y esclavos y a menudo se le identifica con las filosofías autoritarias.
Nietzshe quería responder la cuestión del inicio y composición de las cosas,
dejando de lado el platonismo, pero no alcanzo su propósito, ya que la locura lo
sorprendió en el momento de empezar a elaborar la solución, sin embargo, dejo
planteado para la posteridad la cuestión de la vigencia de la metafísica.

Martín Heidegger reformula al igual que Nietzshe la historia de la metafísica, pero


atacando la subjetividad, la actitud elemental y manipuladora que privaba de
sentido al ser y se convertía en un estado de nihilismo, que permitía a los filósofos
modernos sobre valorar los alcances y probabilidades de la razón e intentar
responder la pregunta de la realidad cuestionándose a sí mismos.

Heidegger comenzó por preguntarse qué es el ser y que clase de ser es, esto le
llevo a establecer una relación entre el modo de ser de los objetos y de la
humanidad, de la estructura del tiempo. Debe hacerse la pregunta acerca del
sentido del ser, pues este es algo existente, que no está fuera del mundo sino que
se encuentra en él , como en la existencia humana se encuentra el hombre. Esto
no quiere decir que la investigación sea subjetiva, sino que debe partir del hombre
porque es el único ente abierto al ser. El individuo, sin embargo, está en peligro
de caer en la rutina, la cotidianidad, desde la cual el hombre es un ser arrojado al
mundo y abierto a las cosas como a las demás existencias. En este espacio el
hombre se da cuentas de que todas sus esperanzas y proyectos están limitados
por la muerte, lo que lo lleva a pensar que su existencia está destinada a ella y lo
hace sentir un sentimiento de angustia, La angustia de reconocer que es un ser
arrojado al mundo para morir en él. El hombre es un ser para la muerte, su vida
está fundada en la nada y la existir es solo sostenerse dentro de la nada. Para
Heidegger, la filosofía debe reconocer que el hombre es un ente sin ninguna
razón para existir. Por lo tanto, el ser que se ha concebido no es posible, pues se
fundamenta en cosas que a su vez se fundamentan en la nada, como Dios o el
sujeto cognoscente; concepciones de la subjetividad que no tienen sentido pues

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no reconocen que el hombre y su subjetividad son entes-para-la-muerte. Esto es
lo que critica Heidegger a la metafísica, la estructura fundamental del ser que se
descubre es el ser-en-el-mundo, el estar-en-el-mundo. Esto es una realidad total,
en donde no solo está el sujeto en el mundo, ni el mundo en el sujeto, ni el mundo
como conjuntote cosas. El ser es una totalidad, un misterio, no porque este fuera
de toda comprensión, sino porque no es comprensible a través de un solo
fundamento o concepto. El ser solo presencia, es la existencia misma. Una
existencia para la muerte que hay que afrontar para poder adquirir un auténtico
sentido del ser y de la libertad.

La época que vivimos es una época sin metafísica, las ideas positivistas a
moldeado nuestra cultura al punto de hacer desaparecer la ontología. La realidad
no es asunto ya de la filosofía sino de las ciencias empíricas. Esto sin embargo
fue promovido por la misma filosofía, que vio la metafísica muy complicada y se
dedicó a desentrañar los contenidos del lenguaje con la excusa de no caer en los
errores de esta misma. Sin embargo, para algunos filósofos contemporáneos, el
objetivo del positivismo acerca de vivir sin metafísica a sido catastrófico en el
desarrollo de los sucesos de nuestra época, con el desatar de las guerras y los
demás problemas actuales. Además de Heidegger, filósofos como Nicolai
Hartmann, Edmund Husserl y Jean Paul Sastre, representan distintas visiones de
la ontología, que coinciden en el rechazo de la filosofía centrada en las esencias,
lo universal, y la preocupación por lo concreto y singular; y la utilización del
análisis fenomenológico como base de la filosofía.

Para Xavier Zubiri, el hombre es un “animal de realidades” que posee una


“inteligencia sentiente”, su función consiste en acerca a la realidad de las cosas
sintiéndolas, el hombre es un ser metafísico, abierto al mundo de lo real. El
mundo real es lo primero inteligible y se da como ”realidad sentida” es decir que la
expresión de la realidad es lo que sentimos; esta realidad es tratada desde el
hombre desde distintos ángulos: El entorno, que es todas las cosas que lo rodean
y lo que descubre por sus sentidos, este entorno es social, ecológico y técnico, y
todos juntos son los que determinan el entorno vital del hombre; El medio, que
son los elementos del entorno que el hombre utiliza para sus fines y objetivos,
estos elementos son los medios de vida para el hombre. El mundo, que es la

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totalidad de lo real. El horizonte, el estímulo y el reto para el hombre, es el marco
dentro del cual realizará su propia experiencia terrenal y elaborará su propio
mundo. La situación, que se establece por la manera como el hombre está en el
mundo, su experiencia, su circunstancia, su situación general; y la Habitad, la
manera como el hombre desafía su realidad, la forma como se enfrenta a las
cosas.

Es la inteligencia del hombre la que permite al hombre aprehender todas las


cosas como reales, aprensión que él denomina logos y que le permiten sentirlas,
pero no saber de qué se tratan. Es la capacidad de razonamiento la que le
permite pasar del entendimiento racional al conocimiento, mediante la razón se
conoce de verdad lo que es la realidad y se alcanza el sentido de la existencia
humana como ligada y abierta a la trascendencia.

Esta metafísica planteada por Zubiri es una metafísica del hombre en relación con
lo otro, con el otro, es una metafísica de la alteridad en la cual el hombre es un
ser personal social moral cultural que crea su mundo dentro del conocimiento de
su realidad.

* La ontología (o metafísica) ha sufrido diversas metamorfosis en su manera de


ser vista a través de la historia y de cada una de las épocas podemos sacar una
conclusión que resume su pensamiento, de los cuales podemos decir:

 La ontología griega juzgaba al ser como una composición de cuerpo y


alma, y de cada una de estas partes los distintos filósofos griegos
plantearon distintas hipótesis, se destacaron la definición de Platón, que
decía que las ideas eran verdaderas ser y que lo material era solo la cárcel
de estas, y Aristóteles, que decía que el ser era una sustancia compuesta
por alma y cuerpo.

 La ontología medieval consideraba al ser como Dios, que era el ser


supremo de toda la creación y a quien el hombre debe fidelidad y
obediencia, en esta época se destacaron San Agustín con el realismo y
Santo Tomás con el normalismo.
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 La ontología moderna se destaca por la influencia que tuvo en ella las
ciencias y los conocimientos empíricos, la metafísica será tratada después
de la razón y no será tan importante el que es el ser sino más bien cuál es
la idea del ser. De esta época se destacan muchos filósofos, pero el más
importante en la metafísica será Inmanuel Kant con sus ideas acerca del
ser libre.

 La ontología contemporánea abra casi desaparecido pues se considera


que la metafísica por tratar asuntos que son trascendentes y subjetivos no
se puede estudiar y saber cuál es su esencia en verdad, sin embargo, se
destacan autores como Hediegger, Nietszhe y Zubiri, cada cual tratando de
ver al ser como parte del racionamiento humano y como ser existente que
posee una razón para existir, así sea solo ser arrojado al mundo para
morir.

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VOCABULARIO

APEIRÓN: El principio de todas las cosas según Anaximandro, es una sustancia


intangible, invisible e infinita.

DEMIURGO: Es el responsable último de la creación del universo material, que


atrapa la esencia divina de la humanidad.

DEVENIR: Realidad entendida como proceso de cambio, proceso mediante el


cual algo se hace o llega a ser.

DOGMA: Punto capital de un sistema, filosofía o religión que es proclamado cierto


e innegable

METAFÍSICA: Disciplina filosófica que trata de la esencia de la realidad total y


entraña una concepción total de la vida y del universo.

SER: esencia o naturaleza, ente

SUSTANCIA: Lo que hay de permanente en un ser, a lo cual son inherentes las


cualidades estados y actividades perceptibles

RACIONALISMO: Doctrina epistemológica, opuesta al empirismo que considera a


la razón como fuente principal y única del conocimiento humano en general.

REALISMO: Afirma la existencia de objetos reales independientes de la


conciencia y asequibles a nuestras capacidades cognoscitivas.

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BIBLIOGRAFIA / LINKOGRAFIA

* https://es.wikipedia.org/wiki/Ontolog%C3%ADa – ETIMOLOGÍA DE
ONTOLOGÍA

*” EDITORIAL LUMBRERAS FILOSOFIA” – HISTORIA DEL TERMINO


ONTOLOGÍA

* https://definicion.de/ontologia/ - CONCEPTO DE ONTOLOGIA

” EDITORIAL LUMBRERAS FILOSOFIA” – LO ÓNTICO Y LO ONTOLÓGICO

* https://es.wikipedia.org/wiki/Ontolog%C3%ADa – EL PROBLEMA
ONTOLOGICO

* http://www.monografias.com/trabajos15/fundamento-ontologico/fundamento-
ontologico.shtml - FUNDAMENTO ONTOLÓGICO DEL HOMBRE

* https://www.monografias.com/docs/Ontologia-griega-F3LQFCTFCDU2Z -
ONTOLOGÍA GRIEGA

* http://brandon-filosofia.blogspot.pe/2009/07/ontologia-medieval.html -
ONTOLOGÍA MEDIEVAL

* https://apetitionisapoem.wordpress.com/2017/01/24/ontologia-de-san-agustin/ -
ONTOLOGÍA DE SAN AGUSTIN

* http://laontologiaensantotomasdeaquino.blogspot.pe/ - ONTOLOGÍA DE SANTO


TOMAS DE AQUINO

* https://filosifia.wikispaces.com/ONTOLOGIA+MODERNA – ONTOLOGÍA
MODERNA

* https://afilosofarsehadicho.jimdo.com/filosofia-para-grado-
decimo/ontolog%C3%ADa-en-la-edad-moderna/ ONTOLOGIA MODERNA 2

* https://afilosofarsehadicho.jimdo.com/filosofia-para-grado-
decimo/ontolog%C3%ADa-en-la-edad-contempor%C3%A1nea/ ONTOLOGÍA
CONTEPORÁNEA

* “LA EXISTENCIA DEL MUNDO” - introducción a la ontología. Reinhardt


Grossmann (2007).

* “INTRODUCCIÓN A LA ONTOLOGÍA” - Lavelle, Louis (1953).

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