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EL USO DE LAS REDES Y EL IMPACTO EN LA FUNCIONALIDAD DEL

INDIVIDUO.

Sencillamente me convencí de que por algún misterioso motivo yo era invulnerable y no


me engancharía. Pero la adicción no negocia y poco a poco se fue extendiendo dentro de mí
como la niebla.
Eric Clapton

Asistimos de manera pasiva a la constante actualización de las redes sociales, todo lo que
sucede en la vida cotidiana se ve reflejada allí, no hay secreto que se guarde a los confines
de la mente humana, ahora todo está a la vista de quien tenga una cuenta en cualquier red
social, indistintamente de la que se haga referencia, es el escenario más propicio para hacer
evidente todo lo que sucede a nuestro alrededor a cada instante.
Atrás ha quedado la reserva de la intimidad humana, todo allí es digno de mostrar, la nueva
relación sentimental, la comida del fin de semana, el paseo en familia, la fiesta con amigos,
la tarde de compras, la película de estreno. Nada se reserva y es constante la necesidad de
reconocimiento, de recibir “likes” que desnudan la privacidad de su vida.
Y es que en la actualidad las conexiones a internet según datos de Miniwatts Marketing
Group, la población mundial a fecha de marzo de 2017, ascendía a siete mil quinientos
diecinueve millones, y el total de personas conectadas asciende a casi tres mil setecientos
cuarenta millones, equivalente a un 49.7% de la población (Group, 2017), permitiendo que
las fronteras físicas, culturales, sociales y económicas sean derribadas por la web y sus
diferentes redes sociales.
Sin embargo un uso masificado, y la diversificación de la información que allí se comparte,
hace que todos accedan a ella sin un control adecuado, lo que conlleva a que información
inadecuada, llegue a manos indebidas, se hace aquí referencia a acoso, ciber bulling,
pornografía, abriendo paso a otros factores, que trasgreden la intimidad como es el caso de
usar las redes para pedir a sus contactos “packs” que no son otra cosa que fotografías intimas
de los usuarios de la red, algunos con consentimiento, otros de manera abrupta, situación que
puede involucrar a menores de edad para lo cual utilizan un término “caldo de pollo” o CP
como abreviatura, poniéndolos en una situación de riesgo, porque en los hogares en muchas
ocasiones ni los propios padres controlan el acceso de sus hijos a la web, y esto incluye las
redes sociales, ya que según políticas de las plataformas de redes sociales, se debe ser mayor
de dieciocho años de edad, y los padres en un acto de buena fe, mienten o permiten que sus
hijos mientan sobre la edad para tener una cuenta a su nombre, siendo ellos, quienes abren
cuentas de correos a sus hijos, o suministran los medios, para que estos puedan acceder a la
red.
Pero más allá de todo está el tiempo que se dedica a permanecer en ellas y el impacto que
puede causar en el individuo, está el evaluar y evidenciar cual es el deterioro o afectación
funcional puede sufrir o enfrentar por su uso inadecuado, por esta razón se tuvo la iniciativa
de realizar una encuesta sobre el uso de redes, para esto se toma como muestra a 229 usuarios
activos de redes sociales, de diferentes grupos de edad y diferentes nacionalidades, para
conocer como es el uso que le dan y el tiempo que dedican a estar conectados, estos fueron
los hallazgos encontrados, no hubo un sesgo de edad, ni un grupo homogéneo, se utilizó
como estrategia las mismas redes sociales de whatsapp, Facebook y Linkedin para su difusión
y que de manera voluntaria quien tuviera interés en responderla, lo hiciera con total
anonimato, y en la libertad de dar su opinión. Esta muestra tuvo la siguiente participación
por géneros.
Los participantes de esta muestra, con un número significativamente mayor de género
femenino, sobre el masculino, da una visión sobre la participación activa del género femenino
en las diferentes redes sociales, sin llegar a aseverar que el mayor porcentaje de usuarios de
redes sociales sean mujeres, pues este número de participantes se puede considerar
circunstancial.
En cuanto a las edades de participación, estas están en diversos grupos etareos, aunque la
muestra no permite evidenciar en que grupo de edad se encuentra mayor participación de los
usuarios, pero para esta encuesta, la mayor participación se encuentra en 21, 24 y 26 años
con un 7% respectivamente, seguido de 29 y 35 años, con un 5% cada uno, las edades de 22,
23, 27, 30, 36 y 45, con un 4%, en adelante la participación es mínima, con 3, 2, 1 y 0,5%
respectivamente.
Teniendo en cuenta la característica con la que se difundió la encuesta, se obtuvo la
participación de diferentes nacionalidades, el mayor porcentaje se obtuvo en Colombia con
un 43%, seguido de México con un 13%, Bolivia con un 9%, Costa rica y España con un 7%
y en adelante los demás países con un 3, 2 y 1% respectivamente, aunque la mayor
participación la hacen por parte de colombianos, no permite hacer deducciones sobre uso y
participación, más bien se puede deducir que en los grupos donde se adjuntó la encuesta,
tenía mayor número de participantes de esta nacionalidad.
Al comenzar a indagar sobre su participación y uso activo de redes se encuentra que el uso
activo de redes sociales se da en un 99% de la población encuestada, sin embargo queda la
duda sobre el 1% restante porque teniendo en cuenta que la encuesta solo fue difundida en
estos medios, significa que los participantes accedieron al instrumento desde una red social.
Al indagar sobre la frecuencia de uso de las redes sociales se tuvo en cuenta solo tres
frecuencias, sin embargo es poco el porcentaje que se limita en el uso de las redes sociales
durante el día, con una frecuencia de máximo dos veces al día, suponiendo que podría ser en
momento de descanso, siendo este un 6% de los participantes, al aumentar la frecuencia a
varias veces durante el día, el porcentaje aumenta significativamente a un 61% significando
que se hace uso de estas en tiempos laborales y de descanso indistintamente, pero sin que
llegue a generar una distracción sustancial a sus actividades cotidianas, y al evaluar la
frecuencia dentro de una hora, es sustancialmente alto el porcentaje que corresponde al 33%,
lo que puede significar que hay una interferencia alta en sus actividades cotidianas,
académicas, sociales, familiares o laborales.
Teniendo en cuenta estos factores de frecuencia de conexión se indaga sobre la postergación
de actividades laborales para conectarse a las redes y se encuentra que un 2% de la población
encuestada, refiere postergar las actividades laborales por conectarse a las diferentes redes,
un 7% reconoce esa procastinacion aunque con menor frecuencia, pero que incide
negativamente en su trabajo, el mayor porcentaje se encuentra los que manifiestan que
algunas veces retrasan estas actividades de tipo laboral con un 42%, los que refieren que casi
nunca postergan las actividades se encuentra un porcentaje de 28%, mientras que los que
refieren no ser afectados por el uso de redes sociales en su trabajo, corresponden a un 21%,
tomando en cuenta las frecuencias de postergación que conllevan a un incidencia negativa,
tenemos un 51% al agruparlas, porque aunque manifiesten que “algunas veces” lo hacen ,esto
repercute en su desempeño laboral, superando la mitad de la muestra.
En contraste con este panorama, se indaga en la vida familiar la incidencia del uso de las
redes, los resultados aquí son más reducidos, demostrando menos incidencia en la
postergación de las actividades familiares por el uso de las redes, siendo así que solo el 1%
manifiesta que siempre posterga las actividades familiares por conectarse a la red, mientras
que el 4% refiere que algunas veces posterga estas actividades, el 29% reconoce que algunas
veces ha postergado las actividades familiares, mientras que el 36% refiere que casi nunca
ha postergado este tipo de compromisos y el 30% refiere nunca postergar las actividades por
quedarse conectado a la red.
Otro componente evaluado es la interacción social, se encuentra que el resultado es similar
el porcentaje de personas que refieren que siempre postergan actividades sociales por
mantener una conexión en la red, con un 1%, un 5% casi siempre postergan estas actividades
sociales, un 32% algunas veces lo postergan, un 30% casi nunca las posterga, mientras que
un 32% refieren nunca aplazar esas actividades de integración social, como se puede ver, es
menor el contacto con las redes sociales cuando se comparte en sociedad y familia, en
comparación al trabajo. Ya más adelante se realizara el comparativo teniendo en cuenta
algunos aspectos adicionales.
Hasta este punto, todo parece normal, sin embargo se decidió indagar no solo en la
postergación, sino en las consecuencias que esta produce en las principales áreas de
interacción del individuo, que ya anteriormente se hacían referencia, iniciando por la parte
laboral, encontrando que solo el 1% reconoce tener siempre problemas en el trabajo por causa
de uso continuo de las redes sociales, un 11% refiere haber tenido algún problema en el
trabajo por el uso continuado de las redes sociales, mientras que el 88% manifiesta nunca
haber tenido problemas en este espacio.
Ahora al tomar como referencia la familia, se indaga por las mismas consecuencias por el
uso de las redes, aquí se encuentra un incremento de las consecuencias negativas en el plano
familiar, llegando a un 6% de conflicto constante en la familia, muy por encima del área
laboral, 33% reconocen que algunas veces han tenido problema con la familia por el uso de
las redes, mientras que el 61% reconoce nunca haber tenido problemas en el área familiar por
esta causa.
Ahora bien, si se realiza un comparativo de estas dos áreas de gran importancia en el
individuo, se encontraran grandes diferencias en el impacto que tienen las redes sociales en
el individuo.
Al tomar estos datos de referencia comparativa se puede hacer inferencia que es mayor el
impacto o las consecuencias a nivel familiar, que a nivel laboral con una diferencia de 5% en
los que siempre han tenido problemas, de 22% en los que algunas veces han tenido
problemas, y una reducción de 27% en los que nunca han tenido problemas, y si se revisan
datos anteriores, se encuentra que la postergación de actividades es mayor en el área laboral,
lo que debería significar mayores consecuencias en esa área, pero aquí se da de manera
inversa, menos postergación de actividades y compromisos familiares, pero mayores
problemas al interior de la familia por el uso de las redes sociales, cualquiera que sea a la que
se haga referencia.
Al continuar con el análisis realizado se indago también en lo referente a modificación de
hábitos en la vida diaria, aunque valga reconocer que aquí se dejó un sesgo metodológico,
porque no se dio alternativa a responder la no existencia de modificación de conducta, sino
que se limitaron las respuestas, por lo que en el ítem de otras áreas, no se va a hacer mucho
énfasis, porque es una respuesta forzada, porque de los contrario, no se podría completar la
encuesta, sin embargo los ítem restantes si tienen un carácter interpretativo único.
Se encuentra que la mayor modificación de hábitos se da en los hábitos sociales con un 25%
de impacto en el individuo, en comparación a datos anteriores donde se encuentra baja
postergación de actividades sociales, pero aquí es la que más resalta, puede deberse a la forma
de interacción con su círculo social, que se modifica, pero no se posterga, los hábitos
deportivos muestran una modificación en un 22% de la muestra, de esto se indaga el
porcentaje, pero no la causa, los hábitos familiares muestra una modificación del 9%,
siguiendo con la línea contraria que ya antes se había hecho referencia, que este porcentaje
se muestra superior a los hábitos laborales, que solo refleja una modificación de habito en el
4% de la muestra, con igual porcentaje en hábitos alimenticios.
De esta manera se evidencia que el uso de las redes tiene una intrusión en la conducta del
individuo, al poner en consideración que las redes sociales y el internet pueden generar
adicciones, y que al igual que cualquier adicción genera alteraciones emocionales, se indagó
que sucede cuando no se pueden conectar a las redes durante un día, encontrando que en un
16% se ha generado ansiedad o angustia, en un 1% se han generado deseos de autolesión, en
un 4% se ha presentado malgenio o alteración emocional, en un 7% sentimientos de
desesperación, y un 72% de los encuestados refieren que no afecta para nada si se conectan
o no.
Aquí se genera un factor de preocupación, ya que aunque los porcentajes son bajos, si afecta
de manera significativamente la salud mental del individuo enfrentarse a una necesidad o
dependencia de conexión a las redes sociales, aunque un 1% no sea muy significativo, a nivel
global es un número considerable de personas que se pueden ver afectadas en su integridad
física al tener una ausencia prolongada de las redes sociales, teniendo como referencia que
en el mundo suceden alrededor de 800.000 muertes por suicidio, y por cada suicidio son
muchas las tentativas de suicidio cada año (OMS, 2017), lo que hace que sea una
problemática de bastante impacto en la población general.
Otro aspecto considerado, es un auto reporte sobre la percepción de su uso de las redes, se
encuentra que solo un 9% identifica como mínimo el uso de las redes sociales en su vida
cotidiana, mientras que un 22% lo reconoce como uso excesivo, lo que puede tener un
impacto significativamente alto en sus relaciones sociales, familiares o laborales, y un 69%
lo identifica como uso normal, aunque no se determina un patrón o tiempo de uso como
“normal” llegando a ser diferente en cada uno de los encuestados.
Se evalúa también las actividades de elección personal a la hora de elegir espacios de
interacción, se encuentra que un 51% de los encuestados manifiesta que elegiría salir de paseo
sin internet, mientras que un 31% asistiría a un encuentro social, un 12% a un encuentro
deportivo, y solo un 6% manifiesta que prefiere quedarse navegando en internet, este último
porcentaje estaría en consonancia con datos anteriores donde manifiestan deseos de
autolesión y sentimientos de desesperación si no tienen acceso a redes y conexión web, que
aunque es un porcentaje pequeño, es significativo en la población mundial.
Ya que las redes sociales están presentes en cada uno de los momentos de la vida cotidiana
se preguntó, que tan necesario era publicar cada una de las actividades diarias, se encuentra
aquí que el 1% manifiesta la necesidad u obligación de publicar cada una de sus actividades,
encontrándose consonancia con el porcentaje que siente deseos de autolesión si no está
conectado a las redes, un 4% refiere que algunas veces es necesario publicar actividades de
la vida diaria, sin llegar a profundizar sobre las actividades que deben o no publicarse en las
redes, y un 95% refiere que no necesariamente se debe publicar todo lo que se hacen la vida
diaria en la web. Frente a esto en las mismas redes sociales se pueden encontrar comentarios
que rechazan este comportamiento y desvirtuando esa necesidad ilógica de acabar la
intimidad de la vida, como el siguiente post “Viendo el Facebook de todos mis conocidos.
Veo que algunos se han vuelto tan idiotas que deben estar publicando que hacen. La verdad
yo he viajado, he visto películas. Y muchas cosas más. En fin he hecho todo lo que ellos
escriben pero no me siento obligado a publicarlo. A quien le importa. Me surge una duda
será que mi vida social real. Supera una vida social virtual? Y que se ha llegado al punto de
ser tan idiota para vivir solo pegado a un aparato electrónico. Para sentirse vivo?” (Leal,
Facebook, 2015)… y en otro post ratifica ese sentir “huy. No parce que pereza esa gente que
en fotos aparece, disfrutando, gozando, tomando, sonriendo y va una a verlos en la vida real
y son más amargados y fantocheros, que por eso da miedo, creer que en realidad, que están
felices.” (Leal, Facebook, 2017)

Un aspecto que se ha evidenciado mucho en las redes sociales es la búsqueda de


reconocimiento social, publicando de manera continua todas sus actividades, compras, gustos
y momentos compartidos, por esta razón se indaga sobre la necesidad de buscar afirmación
y reconocimiento al publicar sus actividades diarias, se encuentra que un 1% coincidente con
el mismo número de personas que consideran necesario publicar todo lo que sucede en la
vida cotidiana y con los deseos de autolesión si no están conectados, buscan afirmación y
reconocimiento de los demás por medio de sus publicaciones, contrario al ítem anterior, los
que algunas veces buscan reconocimiento de sus contactos, tiene un 24%, significando seis
veces más el número que en el ítem anterior manifestaban que no era necesario publicar sus
actividades cotidianas, en esta ocasiones refieren que si buscan en algún momento el
reconocimiento de los demás, frente a un 74% que manifiestan que no necesariamente buscan
el reconocimiento en los demás por medio de sus publicaciones.
Como se puede observar, las redes sociales están presentes en cada espacio de la vida del
individuo, y permea todos los contextos, por ello se buscó saber cuál es el uso mayoritario
que le dan a este servicio, aquí se encuentra que el uso mayoritario se da para el
entretenimiento del individuo con un 39%, entendiendo como entretenimiento la siguiente
definición “conjunto de actividades que permite a los seres humanos emplear su tiempo libre
para divertirse, evadiendo temporalmente sus preocupaciones.”1 (LEXICOON, 2017),
seguido de quienes lo usan para ocio con un 22%, entendiéndose como ocio a partir de la
siguiente definición “El ocio es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede
entregarse de manera completamente voluntaria tras haberse liberado de sus obligaciones
profesionales, familiares, y sociales, para descansar, para divertirse, para desarrollar su
información o su formación desinteresada, o para participar voluntariamente en la vida social
de su comunidad”2 (LEXICOON, 2017), quienes lo usan para actividades de estudio o
académicas con un 22% y quienes lo usan para actividades laborales con un 17%
respectivamente, por tanto, como se puede observar, el uso de redes sociales se da más para
ocupar el tiempo libreo o para reemplazar las ocupaciones existentes, entendiendo que las
definiciones de ocio y entretenimiento están ligadas y no tiene un límite definido, podemos
tomarlo como entretenimiento, cuando en verdad se están evadiendo responsabilidades
laborales, familiares, académicas o de cualquier índole, procrastinando sobre la
responsabilidad asignada previamente.
Por último se pretendió indagar sobre cómo están conformadas sus relaciones sociales y su
origen, el 6% de la población participante ha conocido su grupo de amigos por medio de
redes sociales, pero trasciende a conocerse en el plano real, interactuando persona a persona,
un 92% tiene su red de amigos conformada de manera tradicional, conociéndolos en persona
en su entorno habitual y donde realizan socialización de manera frecuente, mientras que el
2% manifiestan que solo se conocer por medio de las redes sociales, lo que indica que sus
estrategias de socialización y de interacción persona a persona pueden ser deficientes o nulas,
y puede no tenerse suficientes habilidades sociales, lo que puede significar un problema para
el individuo.

1
LEXICOON. Entretención [en línea] - Edición 3.9 (Ene 2017). Disponible en
<http://lexicoon.org/es/entretencion> »
2
LEXICOON. Ocio [en línea] - Edición 3.9 (Ene 2017). Disponible en
<http://lexicoon.org/es/ocio>
UNA MIRADA A LA ADICCIÓN
Si bien, el termino adicción se utiliza de manera muy coloquial en cuestiones cotidianas, que
nada tienen que ver con el verdadero sentido de la palabra en los términos médicos o
psicológicos, donde las personas van por ahí auto describiéndose adictos a las comidas, a los
juegos, a los deportes, a una compañía, a un texto, pero sin que realmente se vea dominada
por el verdadero significado de este término. Ya que según la RAE adicción significa
“Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico.
Afición extrema a alguien o algo.” (Diccionario de la Lengua Española., 2017), lo que da
luces a entender que cualquier comportamiento que se lleve a excesos puede generar
adicción, entendiendo dentro de estos el uso excesivo a las redes y aparatos electrónicos.
De allí que se estén cada día renovando las fuentes de adicciones, que en un inicio estaban
reservadas a sustancias psicoactivas y que hoy se han extendido a los videojuego o ludopatía,
reconociendo esta un carácter diagnostico en el nuevo DSM V, y dentro de estos nuevos
elementos de adicción se encuentra la nomofobia que según el portal efesalud significa ““no-
mobile-phone phobia” o, lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono móvil llevada al
extremo. Es el nombre con el que se ha definido al miedo de estar sin móvil. Puede parecer
una simple adicción, pero también es posible que detrás de eso haya un grave problema
psicológico.” (efesalud.com, 2014), esto es entendible cuando se hablan de tasas cercanas al
50% de conectividad de la población mundial, con una diferencia frente a las otras
adicciones, y es que la edad de inicio de contacto del individuo con estos elementos
electrónicos muchas veces no alcanzan los cinco años de edad, debido a que los padres
mismos lo ponen al alcance de los hijos, como medidas de pautas de crianza, como estrategias
de entretención, contención de pataletas o como un elemento de control de los niños en un
entorno externo del hogar, sin tener en cuenta los alcances negativos en el desarrollo del niño
o en alteraciones psicológicas, patrones de socialización y otros factores significativos de los
cuales diversos estudios han hablado a lo largo de estos últimos años, como lo expone un
artículo del periódico digital argentino el clarín sobre el impacto que puede tener en niños
menores de cinco años “Las asociaciones de pediatría están poniendo alertas sobre el uso de
dispositivos móviles, sobre todo en los bebés. El "chupete electrónico" puede ocasionar
problemas de aprendizaje y de psicomotricidad, pero muchos padres no lo saben… No
podemos olvidar que a más tiempo de exposición sin supervisión adulta los niños y jóvenes
están más vulnerables a ser atraídos y engañados con identidades falsas por adultos con
intensiones abusivas. Es por lo anterior que recomendamos la supervisión adulta y no darle
el celular a niños menores de 2 años, limitar a no más de una hora diaria la interacción digital
en niños de 3 a 5 años, y de 6 a 17 años no superar las dos horas diarias.” (Fischer, 2017).
Como se puede entender, el uso no es restringido, es además incentivado por los propios
padres, y sin prever el alcance y el impacto que pueda tener en el individuo adulto, desde
luego, la tecnología se ha desarrollado para favorecer y mejorar la calidad de vida de los
usuarios, acortando tiempos, distancias y espacios, pero dándole un manejo inadecuado,
puede llevar a un desenlace fatal, ya que la adicción puede llegar a cualquier persona sin
excepción, lo más alarmante es que no solo puede generar alteraciones psicológicas o
relacionales, sino que como se pudo evidenciar en el presente estudio, despierta deseos hasta
de perder la vida o autolesionarse al no tener acceso a las redes sociales de manera
permanente, algo que las instituciones rectoras de la salud como la OMS deben centrar más
atención, para desarrollar estrategias de prevención efectivas, o en el peor panorama, diseñar
programas de intervención efectivas y desde luego darle la categoría como tal dentro de las
alteraciones de la salud mental del individuo.

HERNAN DAVID ROMERO REYES


Psicólogo
Colombia.

Referencias bibliográficas.

Diccionario de la Lengua Española. (2017). http://dle.rae.es/?id=0k8i4DT. Obtenido de


http://dle.rae.es/?id=0k8i4DT
efesalud.com. (13 de enero de 2014). http://www.efesalud.com/nomofobia-esclavos-del-
movil/. Obtenido de http://www.efesalud.com/nomofobia-esclavos-del-movil/
Fischer, I. V. (01 de marzo de 2017). El efecto de los celulares en la salud de bebés y niños
menores de 5 años. Obtenido de https://www.clarin.com/entremujeres/hogar-y-
familia/hijos/efecto-celulares-salud-bebes-chicos-menores-
anos_0_S14HS8oKg.html
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3.9 (Ene 2017). : http://lexicoon.org/es/entretencion
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http://lexicoon.org/es/ocio
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de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs398/es/

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