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Al señor Ennio Vivaldi Véjar, rector de la Universidad de Chile, Roberto Aceituno Morales, Decano de

la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y a la comunidad universitaria, declaramos


lo siguiente:

Actualmente en Chile y el mundo nos encontramos ante una coyuntura feminista frente al sistema
patriarcal que violenta y oprime tanto a mujeres como disidencias sexuales día a día. La Universidad de
Chile, así también la Facultad de Ciencias Sociales no son establecimientos libres de violencia
machista y actualmente son un espacio inseguro para las estudiantes, académicas y funcionarias.
Asimismo, la educación impartida en nuestras aulas es reproductora del sistema heteropatriarcal,
profundizando aún más las desigualdades de género. Como estudiantes de FACSO nos hemos
organizado, para no sólo denunciar la violencia machista, sino también para exigir y proponer medidas
concretas a implementar en nuestra casa de estudios, a fin de avanzar hacia la despatriarcalización de la
Universidad y de la educación chilena en su conjunto.

Dicho esto, procedemos a desarrollar los puntos de nuestro petitorio, organizados en torno a los
siguientes ejes: (1) Educación no sexista; (2) Protocolo de actuación ante denuncias sobre acoso sexual,
acoso laboral y discriminación arbitraria; (3) Educación Parvularia; (4) Condiciones de madres y
padres estudiantes; (5) Reconocimiento de la identidad de género; (6) Demandas sobre equidad e
inclusión; (7) Demandas de Académicas y Funcionarias de la Facultad de Ciencias Sociales.

1. Educación no sexista

La educación chilena en todos sus niveles reproduce el sistema patriarcal imperante, establece una
división entre lo que se espera de hombres y mujeres en base a estereotipos y roles de género,
imponiendo la heterosexualidad obligatoria y un modelo de familia tradicional. El sexismo en la
educación es palpable en el currículum educativo, así también en las prácticas dentro y fuera del aula.
Nuestra facultad no está exenta de dichas prácticas, y es por eso que exigimos un compromiso por parte
de la autoridades con una Educación No Sexista en la Facultad de Ciencias Sociales.

En base a esto, se exigen los siguientes puntos:

1. En la semana mechona debe hacerse una difusión masiva y exhaustiva en la inducción de los y las
mechonas sobre el Protocolo de actuación ante denuncias sobre acoso sexual, acoso laboral y
discriminación arbitraria. Así también, de la Política Integral de Género de la Universidad de Chile, con
el objetivo que todos/as conozcan la instancia.

2. Creación de una mesa biestamental por carrera (estudiantes y académicas, elegidas


democráticamente) para una revisión de la malla curricular en el aula teniendo como insumos la
revisión de cada curso. La revisión del programa del ramo incluirá a profesores/as y ayudantes,
contando con la supervisión de la mesa, que incluirá a una académica con experiencia en perspectivas
feministas.
3. Que se imparta un ramo transversal en primer año similar al de lectoescritura sobre feminismo para
mechones/as, y luego, durante el ciclo inicial un ramo sobre feminismo con orientación práctica
aplicado a cada carrera. El objetivo de esta propuesta es que exista una visibilización de la violencia de
género y la discriminación arbitraria que se imparte en el día a día, en este sentido, se desea crear una
visión crítica y consciente en los y las futuras cientistas sociales.

4. Capacitación obligatoria anual y de carácter presencial -regida por una mujer que debe adscribir a la
perspectiva feminista- a funcionarios/as y académicos/as sobre diversidades sexuales, desigualdad y
violencia de género con perspectiva feminista, así como del Protocolo de actuación ante denuncias
sobre acoso sexual, acoso laboral y discriminación arbitraria y del Reglamento de corresponsabilidad
parental. Posterior al curso, se entregará una certificación que será requerida para continuar o comenzar
cualquier tipo de función en la facultad.

5. Cuota de género de las lecturas obligatorias de cada curso gestionada por la mesa biestamental. Cada
profesor/a presentará la lista de lecturas a la mesa biestamental y ésta velará por el cumplimiento de
dicha cuota de género y el contenido de la bibliografía.

6. Inclusión en evaluación docente cuantitativa y cualitativa de una categoría que contemple el


cumplimiento de una enseñanza con perspectiva feminista. Como especificación de este ítem, que se
agregue la pregunta a la evaluación cuantitativa: “¿el/la profesor/a ha realizado comentarios o incurrido
en actitudes sexistas, o que se constituyan como discriminación arbitraria de cualquier tipo, dentro o
fuera del aula?”

7. Compromiso por parte de las autoridades de la Facultad por erradicar el discurso de odio y no
aceptar actitudes ni comentarios discriminatorios, sexistas, machistas, misóginos, homofóbicos,
transfobicos, entre otros, de parte de cualquier persona vinculada a la Universidad de Chile. En caso de
ocurrir, que la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) recepcione quejas de estudiantes a modo de
informar a las jefaturas de carreras y orientar a la o el denunciante sobre los cursos de acción dictados
por el Protocolo de actuación ante denuncias de acoso sexual, acoso laboral y discriminación arbitraria.

Siguiendo esta línea, dado los reiterados casos y comentarios discriminatorios, sexistas, machistas,
misóginos, homofóbicos, transfobicos, etc. dichos en el espacio de la Facultad de Ciencias Sociales por
los y las docentes de esta, se exigen los siguientes puntos:

8. Que a la hora de contratar a un/a docente o funcionario/a se apliquen medidas más minuciosas con
respecto a su vinculación, como la evaluación de si existen o no antecedentes por abuso, acoso sexual
y/o discriminación arbitraria.

9. Que los resultados de la evaluación docente sean vinculantes con las medidas pertinentes a aplicar en
caso de incurrir en alguna falta, y que se transparenten en el catálogo de la Universidad.
10. No se permitirán relaciones sexuales o de pareja entre estudiantes y profesores/as mientras exista
una relación académica vigente. Ante ello, se tomarán medidas pertinentes.

11. Que los resultados de la evaluación docente sean transparentes y vinculantes con las sanciones
respectivas si estas son necesarias.

12. Establecer cuotas de género para los fondos concursables DAE en investigación.

13. Modificación del perfil de egreso a modo de contemplar la perspectiva feminista en todas las
carreras en función de responder a las necesidades de la sociedad actual.

14. Se solicita una inyección de recursos a nivel central para la implementación de estas exigencias.

15. Paridad de contrataciones de hombres y mujeres dentro de la Universidad en las contrataciones


posteriores a la aceptación de este conjunto de demandas.

16. Consideramos relevante el análisis y proposición de soluciones frente a: las diversas relaciones
jerárquicas que se dan en torno la academia y cómo estas afectan principalmente a las mujeres y su
valoración dentro de la academia; el impacto de la maternidad y las labores de cuidado en estudiantes,
académicas y funcionarias; el impacto de los prejuicios y estereotipos de género presentes en la cultura
universitaria y, finalmente, la excesiva carga laboral que recae sobre las funcionarias y académicas de
nuestra facultad, exigiendo la contratación de una cantidad de docentes y funcionarios que vaya acorde
al aumento de la matrícula de los últimos años.

II. Protocolo de actuación ante denuncias de acoso sexual, acoso laboral, y discriminación arbitraria

A raíz de una revisión sistemática y conjunta del “Protocolo de actuación ante denuncias sobre acoso
sexual, acoso laboral y discriminación arbitraria”, se ha hecho evidente para nosotras la necesidad de
modificar y agregar puntos relativos a éste para cumplir con la atención, acción y cuidado que merecen
los casos comprendidos en él. Exigimos que la perspectiva de género se encuentre presente en la
transversalidad del protocolo, asegurando el cumplimiento del debido proceso, sin dilaciones
innecesarias en la otorgación de sanciones y medidas preventivas. Abogando así por la reparación y
acompañamiento integral de la persona afectada, evitando la victimización secundaria, como también
toda complicación u obstaculización generada por la discrecionalidad de las autoridades y los
conflictos de intereses que se establecen en la investigación.

Por último, se debe aclarar que dentro de la elaboración de esta exigencia, se contemplaron las
peticiones de otras facultades y universidades movilizadas por el mismo motivo, esperando que esto
contribuya a la transformación de una cultura patriarcal que enmarca no sólo a nuestras respectivas
casas de estudio, sino a la sociedad en general.
Dicho esto, se exigen los siguientes puntos:

1. Creación de un organismo central[1] que se encargue de recepcionar las denuncias, además de llevar
a cabo el proceso de investigación sumaria o sumario administrativo y de juzgar el correcto proceder de
la aplicación del protocolo. Se exige que este organismo posea siempre una perspectiva de género y que
además sea externo a todas las facultades, para resguardar el no incurrir en conflictos de intereses
propios de las relaciones internas de cada facultad o entre facultades. También debe encargarse de la
protección y acompañamiento de la persona denunciante y el/la denunciado/a durante el proceso de
investigación. Además, este organismo central se debe encargar de la fiscalización del debido
cumplimiento de todos los procesos que la investigación contemple.

2. Se exige además una socialización a cabalidad del protocolo existente, por lo que se propone que al
inicio de cada año académico exista una jornada triestamental de exposición de éste y que sea de
carácter obligatorio.

3. Comprendiendo que en nuestro campus y facultad en específico, existen funcionarios/as,


académicos/as y trabajadores/as que no tienen contrato directo y definido por la Universidad de Chile
(subcontratación), se exige que al momento de establecer estas relaciones contractuales, estos
(empresas externas o personas naturales) tengan una jornada de capacitación del Protocolo de actuación
ante denuncias de acoso sexual, acoso laboral y discriminación arbitraria.

4. En cuanto a las sanciones administrativas hacia funcionarios/as, se exige que dentro de los estatutos,
el acoso, abuso sexual y discriminación arbitraria aparezcan como figuras tipificadas y se dejen atrás
las sanciones por falta a la probidad administrativa. Entendiendo que sancionar bajo la falta de
probidad administrativa, por un lado, invisibiliza la agresión y violencia hacia nosotras/os, no
permitiendo las intervenciones pertinentes a la agresión cometida y por otra parte, no permite llevar un
catastro real y fidedigno de la violencia sexual que se mantiene y reproduce dentro de la Universidad.

5. La unidad especializada y centralizada debe mantener un archivo de las denuncias y de los


expedientes de los denunciados en caso de reiteración. Aún cuando las denuncias no devengan en
investigación, sirviendo como antecedente que podría constituirse en agravante.

6. Cumplimiento del protocolo de estudiantes de la Universidad de Chile, específicamente de los


artículos 3.4 y 13. f, en donde se tipifican los deberes de los/as estudiantes y las conductas de abuso y
acoso. Y el artículo 30, el cual refiere a que, quienes no den cumplimiento a las disposiciones de los
artículos mencionados, incurrirán en causal de eliminación académica de la carrera o programa.

7. Cese de todas la actividades académicas del denunciado/a en proceso de investigación sin


posibilidad de reubicación transitoria a otro cargo. En caso de ser estudiante, que se aplique su
suspensión preventiva de todo espacio universitario en que pueda encontrarse con el/la afectado/a y/o
denunciante.

8. Que todos los plazos asociados a denuncia, investigación y sanción sean acotados, justificados y de
dominio público.

9. Que se transparenten, cumplan y fiscalicen rigurosamente todos los plazos establecidos en el debido
proceso. Con especial importancia el período establecido entre la recepción de la denuncia y la decisión
de investigar.

10. El/la denunciado/a no puede tener conocimiento de la denuncia en su contra previa decisión de
investigar. Luego, es obligación que se le informe. Además, si no se decide levantar sumario en su
contra, también se le debe informar que se interpuso una denuncia que le atañe.

11. Una vez dándose la acusación, debe existir personal de acompañamiento y asesoría social,
psicológica y jurídica en todo momento del proceso a disposición de toda persona involucrada.
Además, este personal de acompañamiento psicológico, social, jurídico o el que se estime conveniente,
debe contar con perspectiva feminista, y estar abocados/as a evitar la revictimización y victimización
secundaria a toda costa. En caso de incurrir en actitudes que propicien la violencia o discriminación de
cualquier tipo, podrán ser denunciadas bajo los procedimientos dados por el mismo protocolo.
Exigimos también una fiscalización permanente de esta demanda.

12. Para estas instancias deberá contarse con un presupuesto fijo y transparentado que permita a el/la
denunciante asesorarse dentro del espacio universitario, como el CAPS, o por fuera de la institución,
considerando que pueden existir personas dentro de la universidad y sus organismos que la presunta
víctima desee evitar.

13. Si existe un proceso judicial paralelo al universitario a raíz de una denuncia, será también aplicable
el punto anterior con consideración especial a las necesidades específicas y requerimientos de la
presunta víctima. Si no existiere ningún proceso investigativo dentro de la universidad, pero sí uno
externo, la institución también tendrá el deber de resguardar a quien interpuso la denuncia, por cuanto
se encuentra relacionada a la Universidad.

14. Asimismo, la Universidad tiene el deber de prestar acompañamiento y asesoría social, psicológica y
jurídica a cualquier integrante de la comunidad universitaria que haya sufrido alguna situación de acoso
y/o abuso sexual fuera de la Universidad. Para esto, y con el compromiso de enfrentar la violencia de
género que existe en la sociedad, se exige la necesidad de inyectar recursos necesarios para llevar a
cabo este punto.
15. Se exige también, que la Universidad preste acompañamiento y asesoría social, psicológica y
jurídica a cualquier persona externa de la Universidad que haya sido vulnerado/a por un miembro de la
comunidad universitaria.

16. Quien recepciona la denuncia, verbal o escrita, presencial o virtual, esté capacitado/a para hacer
esta recepción; así mismo, todos los organismos donde pueda interponerse una denuncia deben tener al
menos una persona especializada para tal fin, que además se constituya como vínculo con la unidad
centralizada y especializada. Como adición a este punto, que la DAE sea el lugar articulador de
recepción de los casos (que pueden convertirse eventualmente en denuncia) de acoso o temas que
tengan que ver con el protocolo revisado de la Universidad, además de todas las otras instancias de
recepción que ya se encuentran habilitadas.

17. Explicitar las atribuciones investigativas de la unidad que las lleve a cabo, con plazos definidos y
resguardando siempre el trato digno y respeto a la integridad y confidencialidad de quienes se
encuentren involucrados/as de acuerdo al protocolo.

18. Será fundamental la comunicación cabal del proceso y las decisiones relacionadas a él para la
presunta víctima y/o denunciante. Incluyendo las fases de la investigación sumaria.

19. Existirá también la posibilidad de mediación, a cargo de la unidad competente y especializada, y


bajo ninguna circunstancia a cargo del Rector/a. De esta mediación pueden obtenerse condiciones
atenuantes para denunciado/a, siempre y cuando sean aprobadas por el/la denunciante y/o persona
afectada.

20. Si existiera hostigamiento, intento de disuasión, censura o reprimenda al denunciante por parte
del/la denunciado/a o terceros, se entenderá como agravante o antecedentes, según sea el caso.

21. Si existe una gran cantidad de quejas y registros con un contenido similar o atingentes a la misma
persona, o en caso de una situación no abordada por el protocolo, se exige una revisión y posterior
propuesta de reformulación del protocolo por parte de la unidad competente. Además, que se inicie un
proceso de investigación con sus posibles implicancias tomando en consideración la cantidad y
gravedad de las faltas.

22. Este protocolo deberá ser validado como instrumento jurídico de reglamentación y aplicación
obligatoria de carácter triestamental. Además, se exige el resguardo de prelación por sobre otros
documentos, tales como: circulares, comunicados, entre otros, emitidos por las autoridades.

III. Educación Parvularia


Históricamente, la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia se ha construido bajo el ideario de las
lógicas machistas instauradas en nuestra sociedad, donde se ha desvalorizado constantemente el saber y
trabajo de la Educadora de Párvulos, poniendo por sobre esta el saber científico e investigativo que se
suele dar en la academia, la cual además está sumamente masculinizada.

Lo anteriormente mencionado se puede evidenciar en el diario vivir de una estudiante o docente del
departamento, ya que las prácticas pedagógicas que vemos constantemente ponen en un nivel de
superioridad a los hombres, lo académico y lo racional. Donde además, ellos son quienes ocupan los
cargos directivos de nuestro departamento, incluso sin tener un mayor conocimiento y/o acercamiento a
la primera infancia y desconociendo el real trabajo y realidad de las Educadoras de Párvulo.

Desde aquí se puede evidenciar un desequilibrio en las relaciones humanas establecidas entre colegas,
las cuales se dan en concordancia al poder que tiene cada uno/a de los/as constituyentes del cuerpo
docente del departamento, reflejado en la alta carga laboral de nuestras profesoras afectando
directamente nuestra formación como estudiantes, más específicamente en nuestros procesos de
práctica y asignaturas. Ante esta situación es que como carrera exigimos:

1. Que los cargos de las autoridades sean ocupados preferentemente por Educadoras/es de Párvulo u
otros profesionales especialistas en práctica pedagógica en la primera infancia, entendiendo que son
estas las más capacitadas para la dirección de nuestra carrera.

2. Consideramos que la carga laboral ejercida por las funcionarias y académicas de nuestro
departamento, compuesto en su mayoría por mujeres, es excesiva, en concordancia también a la falta de
profesoras/es. De esta manera exigimos la contratación de una cantidad de docentes que vaya acorde al
aumento de la matrícula.

3. Exigimos también que tanto docentes como autoridades contratados/as por el departamento, así
como la malla curricular de nuestra carrera, logren tener una bajada real a las exigencias prácticas
relativas a la primera infancia. Asegurando así que aquellas personas que entren a formar parte del
cuerpo docente cuenten con los conocimientos adquiridos a la aplicación en nuestra área.

IV. Condiciones de madres y padres estudiantes.

Es necesario aclarar que se denuncia la discriminación hacia madres y padres universitarios. Por
ejemplo, que un/a profesor/a no reciba un certificado médico que justifica la inasistencia del o la
estudiante a clases o la entrega de un trabajo, es decir, que no se siga el reglamento que es debido, esto
caería dentro de discriminación arbitraria, a la que son sometidas madres y padres teniendo que recurrir
a victimizarse para lograr que se le respeten sus derechos.

Para que existan condiciones y tratos dignos para las madres y padres de la universidad se exige:
1. Realización de un catastro oficial por parte de la facultad respecto a la cantidad de padres y madres
dentro de ella y sus condiciones. Además, que éste sea vinculante para efectos de aplicación de la
política de Corresponsabilidad Social y que se ingrese al sistema U-campus con el objetivo de que se
haga efectiva su prioridad a la hora de tomar ramos. Este catastro se debe realizar de manera periódica.

2. Aplicación efectiva del Reglamento de Corresponsabilidad Social en el cuidado de hijas/os de


estudiantes.

3. Habilitación o creación de espacios de acceso triestamental, referidos a:

1. Sala de lactancia y alimentación que se constituyan como un lugar íntimo con asientos
cómodos, limpios, con papeleras, baños contiguos y mudador. Estos espacios deben ser lo
suficientemente amplios para que puedan entrar las/os madres/padres y coches.

2. Instalación de mudadores en todos los baños de la facultad, tanto de hombres como de mujeres.

3. Sala de guardería con suficientes implementos e instalaciones para la recreación y cuidado de


los/las niños/as.

4. Como medida urgente se debe acelerar el proceso de creación del Jardín JUNJI por lo que exigimos
que informen respecto al proyecto del Jardín Infantil JGM, su fecha de término, cantidad de cupos,
postulación y requisitos. Este debe tener un acceso triestamental. Además, se exige que dentro de este
espacio, los y las estudiantes de Educación Parvularia puedan acceder a una práctica.

5. Generación de criterios de flexibilidad tanto en la modalidad de evaluaciones como en las fechas


para rendirlas, además de la consideración de inasistencias. Esto tomando en cuenta no sólo los tiempos
requeridos para la alimentación y cuidado de los/as hijos/as, sino también todo aquello referido a la
crianza. Lo anterior debe estar sistematizado dentro de un protocolo para evitar las arbitrariedades
perpetradas por los/as profesores y directivos/as.

6. Reprogramación retroactiva de evaluaciones en casos de ramos pendientes por maternidad o


paternidad, con el objetivo de que éstos no sean reprobados bajo criterios discrecionales por parte de
secretaría, jefaturas de carrera o decanato.

7. Ingreso sin restricción para madres y padres con sus hijos/as a cátedras lectivas, sin depender de la
decisión discrecional de algún profesor/a o funcionario/a en específico.

8. Ampliar y facilitar las solicitudes de Bienestar con razón de “motivos personales” para que estos/as
estudiantes puedan ausentarse cuando lo estimen conveniente en función y a favor de sus hijos/as, es
decir, que se consideren los “motivos de cuidado parental”, mientras no se cree y oficialice un
protocolo que dé cuenta de las facilidades académicas atingentes a madres y padres universitarios.

9. Creación de horarios alternativos de cursos inglés y cursos de formación general, durante la mañana,
necesarios si se consideran los horarios de término de los jardines infantiles.

10. Creación de cursos de formación general, deportivos, artísticos y culturales compatibles con la
presencia de niños/as, en horarios pertinentes.

11. Sanción a la discriminación, violencia arbitraria y no cumplimiento del reglamento. Esto refiere a la
falta de disposición y voluntad por parte de la facultad, profesores/as y otros/as estudiantes en el trato a
madres y padres dentro del contexto académico y estudiantil.

12. Que se haga una introducción al reglamento de Madres y Padres de la Universidad para la
comunidad universitaria, en especial a los y las estudiantes de primer año.

13. Reconocimiento de la Secretaría de Madres y Padres FACSO, en actual proceso de creación, como
un espacio de resguardo local.

14. Revisión íntegra del Reglamento y Política de Corresponsabilidad Social en función de resolver
cualquier eje que pueda resultar problemático para las personas que éste intenta resguardar, como por
ejemplo, el artículo que estipula facilidades para madres y padres cuyos hijos/as tengan hasta 6 años.

15. Difusión triestamental del Reglamento y Política de Corresponsabilidad Social, y de la futura


Secretaría de Madres y Padres de FACSO. Esto, debido a que gran cantidad de los problemas que
afectan a los y las estudiantes con hijos/as son por desconocimiento de la reglamentación existente.

V. Reconocimiento de identidad de género:

Consideramos un punto necesario de incluir en las exigencias todo lo referente al reconocimiento de la


identidad de género de los y las estudiantes transgénero de la Universidad de Chile. Esto por cuanto se
constituyen como una parte importante de nuestra comunidad académica, asímismo como de nuestra
sociedad actual, normada por una base transversal heteropatriarcal que ha invisibilizado y negado
muchas realidades disidentes de manera injusta, no siendo una excepción nuestra casa de estudios. Para
el reconocimiento efectivo de esta realidad, dentro de la Universidad y con miras de que este
reconocimiento se expanda a todas las esferas de nuestra sociedad, es que exigimos lo siguiente:

1. La aprobación y aplicación eficiente del Decreto Mara Rita a cabalidad en toda la Universidad de
Chile.
2. La fijación de sanciones respectivas al incumplimiento de dicho decreto, junto a una fiscalización
íntegra que contemple una participación triestamental.

3. La simplificación de procesos de reconocimiento del nombre social, y cualquier otro proceso que sea
pertinente, a favor de la comodidad y dignidad del/a estudiante en cuestión.

VI. Equidad e Inclusión

La articulación de las demandas del movimiento feminista en FACSO tiene como punto de partida la
comprensión respecto a la multiplicidad de opresiones que operan constantemente sobre los cuerpos
sexuados femeninos y la interseccionalidad que surge de ellas. En ese sentido, entendemos que ser
mujer/lesbiana/trans significa vivir opresiones, pero que si además estas coexisten con una situación de
discapacidad, la vulneración de derechos es aún mayor. Tenemos plena conciencia que los
procedimientos, mecanismos, protocolos, normativas, etc. que se que se llevan a cabo en la
Universidad en torno a estas y otras temáticas, se gestan y rigen bajo una lógica patriarcal, que
condiciona el trato y soluciones que reciben las estudiantes dentro de la Universidad de Chile.

Una persona en situación de discapacidad es aquella que teniendo una o más deficiencias físicas,
mentales, sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o permanente, al
interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve impedida o restringida su participación
plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás (art. 5° Ley 20.422). En
nuestro país, cerca de un 12% de la población es parte de este grupo y por tanto la Universidad de Chile
debe contar con esta diversidad entre sus funcionarias/os, académicas/os y estudiantes, puesto que se
define como una institución pública que “promueve el ejercicio de una ciudadanía preparada, crítica,
con conciencia social y responsabilidad ética, de acuerdo a los valores de tolerancia, pluralismo y
equidad, independencia intelectual y libertad de pensamiento, así como también del respeto, promoción
y preservación de la diversidad en todos los ámbitos de su quehacer” (Universidad de Chile,2018). Esta
valoración de la diferencia nos enriquece y debe constituirse como un principio fundante del espacio
académico y la sociedad en su conjunto.

Sin perjuicio de lo anterior, ha quedado en evidencia no sólo que esta diversidad no es tal en la
institución, sino que además los derechos en materia de inclusión y equidad han sido vulnerados
constantemente, quedando supeditados a esfuerzos personales más que a una política inclusiva efectiva
de la universidad. Vulnerando de esta manera el art.7° de la Ley 20.422 que establece que “Se entiende
por igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, la ausencia de discriminación por
razón de discapacidad, así como la adopción de medidas de acción positiva orientadas a evitar o
compensar las desventajas de una persona con discapacidad para participar plenamente en la vida
política, educacional, laboral, económica, cultural y social”. Y en ese sentido la legislación es clara en
el artículo 18 cuando norma que “la prevención de las discapacidades y la rehabilitación constituyen
una obligación del Estado y, asimismo, un derecho y un deber de las personas con discapacidad, de su
familia y de la sociedad en su conjunto”.
En virtud de lo anterior, exigimos que la Facultad de Ciencias Sociales:

1. Permanezca en constante comunicación y coordinación directa con la Oficina de Equidad e Inclusión


de la Universidad de Chile, para que haya transparencia y claridad respecto a los conductos regulares a
seguir independiente de la existencia o no de PsD, puesto que la burocracia administrativa no solo
obstaculiza el proceso de inclusión sino que discrimina y violenta a les estudiantes. De modo que sean
proactivos en realizar las gestiones necesarias y no se exponga ni se se transfiera la responsabilidad de
resolver los problemas de inclusión de la Universidad a la estudiante. Esto debido a que tal como señala
el art.39 de la Ley 20422 “las instituciones de educación superior deberán contar con mecanismos que
faciliten el acceso de las personas con discapacidad, así como adaptar los materiales de estudio y
medios de enseñanza para que dichas personas puedan cursar las diferentes carreras.

2. Que las soluciones planteadas se ejecuten desde un encuadre positivo que permita visibilizar y
potenciar las habilidades de la persona más allá de monopolizar el discurso y las acciones en torno a la
discapacidad únicamente.

3. Implementar un diseño universal en la arquitectura (incluyendo el polideportivo y espacios de


recreación) contemplando las distintas necesidades que pueden tener las PsD.

4. Implementar el diseño universal en el ámbito educativo de manera tal que se fortalezcan equipos
docentes con un enfoque de Diseño Universal Inteligente que permita proporcionar múltiples
experiencias de aprendizaje diversificando sus estrategias, materiales, evaluaciones y formas de
agrupamiento, entre otros.

5. Que la persona encargada de Equidad e Inclusión de la Facultad de Ciencias Sociales sea un/a
profesional competente, con experiencia y formación en la temática, de modo que se promuevan
instancias de concientización en la facultad, prevenir casos de discriminación, responder a las
demandas de estudiantes que requieran adaptaciones en sus clases, entre otras. Este cargo implica
gestionar todos los apoyos que la PsD requiera (pertenezca o no al Programa de Atención a Estudiantes
en Situación de Discapacidad).

6. Encuesta online obligatoria, para todo el estudiantado de FACSO gestionada por el encargado/a de
equidad e inclusión, que permita crear un catastro actualizado de PsD y las adecuaciones (gestión de
ayudas técnicas, tutorías, asesorías focalizadas en las condiciones de la persona, etc.) que requieran.
Esto debe tener una periodicidad anual puesto que, una situación discapacitante puede emerger en
cualquier momento durante el transcurso de la carrera.

7. Establecer un plan de trabajo de modo que en un plazo máximo de 2 meses estén las adaptaciones
funcionando e instaladas.
8. La Universidad debe financiar evaluación y tratamiento (si corresponde) semestral obligatorio de
Terapia Ocupacional y/o psicología, dentro del primer mes de ingreso a clases, enfocados a brindar
apoyo y potenciar las habilidades que tenga la PsD. Para esto, sugerimos usar las redes
interdisciplinarias de la Universidad como por ejemplo, la Facultad de la salud.

9. Que junto con la lectura del programa de asignatura cada profesor/a tenga la obligación de consultar
al estudiantado si alguien requiere adaptaciones necesarias para estudiar. Estas serán informadas al
encargada/o de Equidad e inclusión de la facultad para dar inicio a las gestiones antes mencionadas.

10. Incluir en la evaluación docente si las/os profesoras/os cumplieron con los estándares de inclusión
exigidos en estas demandas. En caso de ser mal evaluada, la/el encargada/o de Equidad e inclusión
deberá gestionar una capacitación para la/el profesor/a y esta última además deberá pedir disculpas
públicas al curso afectado por su negligencia.

11. Apoyo académico permanente para la PsD (sugerimos que haya un/a ayudante exclusivo para esta),
en correspondencia con la Ley 20.422 que además establece que “cuando la integración en los cursos
de enseñanza regular no sea posible, atendida la naturaleza y tipo de la discapacidad del alumno, la
enseñanza deberá impartirse en clases especiales dentro del mismo establecimiento educacional o en
escuelas especiales”.

12. Establecer vínculos con otras instituciones laborales, de modo que al egreso de la carrera
universitaria se priorice la contratación de personas en situación de discapacidad.

13. Crear un Organismo sancionador triestamental para fiscalizar el cumplimieto efectivo de este
protocolo, en correspondencia con las Políticas de equidad e inclusión regidas por la Universidad de
Chile y establecidas en la Ley de Inclusión 20.422 y en caso contrario facilitar los mecanismos
jurídicos para exigir su cumplimiento o llevar a cabo las acciones legales pertinentes.

14. Exigimos la implementación de talleres asociados a las necesidades de las PsD de la FACSO.
Según la Ley 20.422 Artículo 42. “Los establecimientos educacionales deberán, progresivamente,
adoptar medidas para promover el respeto por las diferencias lingüísticas de las personas con
discapacidad sensorial, sean sordas, ciegas o sordo-ciegas en la educación básica, media y superior, con
el fin de que éstos puedan tener acceso, permanencia y progreso en el sistema educativo”. En este
sentido, dado que hasta el momento hemos evidenciado la presencia de una compañera de la
comunidad sorda exigimos gestionar con urgencia un taller de lengua de señas (puede ser o no CFG)
para ser implementado el segundo semestre en la FACSO. Esto se corresponde con el Artículo 26 de la
misma Ley, que señala que “se reconoce la lengua de señas como medio de comunicación natural de la
comunidad sorda” (Adjuntamos a este protocolo un presupuesto hecho por la fundación CREA para
implementar esta exigencia). Para el ingreso a este taller tendrán prioridad
compañeras/profesoras/funcionarias que sean parte del círculo cercano de la PsD que lo requiera.
15. Charlas inclusivas semestrales (al menos 3) de carácter triestamental, para toda la comunidad de la
facultad. Sugerimos el fortalecimiento de vínculos con organismos competentes como la Oficina de
Discapacidad e inclusión, Facultad de la salud y/o Senadis.

16. Que cada carrera contrate a otros/as profesionales que permitan formular de forma
multidisciplinaria los programas de las asignaturas

Todo este protocolo está supeditado a la voluntad de la PsD, quien podrá aceptar o rechazar todo lo
anterior haciendo pleno ejercicio de su autonomía durante toda su permanencia en la Universidad.

VII. Demandas de Académicas y Funcionarias de la Facultad de Ciencias Sociales.

Considerando que la actual coyuntura política afecta a todas las mujeres de la Facultad por igual,
apoyamos también la creación de un espacio de trabajo digno, libre de discriminación y violencia, tanto
de género como de cualquier otro tipo. Por lo tanto, la toma de mujeres de FACSO apoya todas las
exigencias que quieran levantar los otros estamentos en el contexto de esta movilización, en tanto este
petitorio se articula de manera triestamental. De esta forma, a continuación, se presenta el petitorio de
las académicas y de las funcionarias del aseo de la facultad. Como toma de mujeres de FACSO hemos
decidido que nos mantendremos movilizadas hasta que consideremos que las respuesta de las
autoridades son suficientes y satisfactorias respecto de las demandas de los tres estamentos. Estas
demandas consideran ejes a resolver en el corto, mediano y largo plazo, siendo de especial importancia
resolver con urgencia las demandas prioritarias propuestas por las funcionarias del aseo de la facultad.

a) Demandas de Académicas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile

Nos hemos reunido como académicas de FACSO para manifestar nuestro apoyo al sentido de las luchas
estudiantiles feministas que han motivado la toma de nuestra Facultad. Luego de redactar una primera
Declaración de apoyo, en la cual reconocemos los modos sistemáticos en los cuales las desigualdades
de género están presentes en los diversos ámbitos en los cuales nos desenvolvemos y que afectan a
todos los estamentos de la universidad, nos hemos sumado al desafío de incorporar nuestras reflexiones
y demandas a las peticiones que están elaborando las estudiantes en el contexto de la movilización.
Creemos necesario promover cambios culturales y sociales en todos los ámbitos de la Universidad para
contribuir al proyecto de una Institución pública libre de violencia, desigualdad y discriminación.

Consideramos que la Universidad de Chile y nuestra Facultad en particular debe cumplir un rol activo
en la despatriarcalización de la sociedad, para aportar a la construcción de modelos alternativos al
orden heteropatriarcal capitalista y colonial dominante, que instala y reproduce relaciones sociales
competitivas, violentas y jerárquicas. Si bien creemos que es un proceso que debe ser abordado en el
corto, mediano y largo plazo, planteamos a continuación los temas que consideramos importantes de
poner como centro de nuestro análisis.
Identificamos tres grandes ámbitos a partir de los cuales es necesario realizar acciones para hacer frente
a las lógicas heteropatriarcales:

1) Educación No Sexista

● Revisión y renovación curricular de las disciplinas que se enseñan en la Facultad con perspectivas de
género a fin de identificar las formas en que se reproduce el androcentrismo en la producción del
conocimiento.

● Desde las epistemologías y pedagogías feministas se ha demostrado ampliamente el rol que cumple
la educación en la reproducción y mantención de un orden tradicional heteropatriarcal de género. El
cuestionamiento y problematización de las lógicas de conocimiento dominantes es un eje central de
crítica feminista. Al respecto, creemos que es necesario realizar una revisión con enfoque de género
tanto de las propuestas curriculares explícitas, como del currículum oculto que operan en nuestras
cátedras.

● Incorporar seriamente enfoques de género de manera transversal en las ciencias sociales.

● Creación de cursos transversales interdisciplinarios de perspectivas feministas que aborden temas


relativos a las múltiples violencias y desigualdades de género que se experimentan en nuestra sociedad
y que son esenciales para la formación de cualquier profesional de las ciencias sociales.

● Desarrollar instancias de capacitación o talleres para el cuerpo docente y funcionarios/as de la


Facultad para prevenir la reproducción de discursos y prácticas sexistas en las acciones docentes y las
relaciones laborales e interpersonales. Consideramos de especial relevancia este punto ya que el
sexismo, la heteronormatividad y el androcentrismo se reproducen de manera cotidiana en los
currículos ocultos, los chistes y comentarios sexistas en clases y en reuniones de trabajo, en la
desvalorización de investigaciones de académicas y la subordinación de saberes con enfoques de
género y feministas, entre otros.

● Implementar prácticas de prevención de discriminación, acoso y abuso sexual en la Universidad que


vayan más allá de enfoques punitivos y apunten a promover las transformaciones sociales necesarias
para que los discursos y prácticas sexistas dejen de ser cotidianas, a partir de una lógica preventiva.
Esto sin desconocer la necesidad de establecer procedimientos claros, con debidos procesos y de
acompañamiento a posibles víctimas de diferentes violencias sexistas.

2) Despatriarcalización de la Universidad de Chile

● En primera instancia creemos necesaria la realización de nuevos Diagnósticos con perspectiva de


género que den cuenta de la realidad de las desigualdades en la Universidad de Chile. Necesitamos, por
ejemplo, dar cuenta de las diferentes trayectorias de jerarquización a partir de una perspectiva de
género para poder visibilizar los modos en los cuales las carreras de mujeres académicas son
impactadas negativamente por dinámicas propias de las divisiones sexuales del trabajo (mujeres suelen
estar más encargadas de labores de gestión, lo cual impacta negativamente en sus labores de
productividad académica más valoradas), el impacto de la maternidad y las labores de cuidado, el
impacto de los prejuicios y estereotipos de género presentes en la cultura universitaria.

● Relaciones de poder en la Universidad: debemos llevar a cabo un análisis de la distribución por


género en cargos de poder y procesos de toma de decisión, desigualdad salarial por género, dirección
de proyectos, además de prácticas de desvalorización del trabajo académico de mujeres y de
investigaciones con enfoque de género/feminista.

● Revisión de Protocolos de Acoso y Abuso sexual. Proponemos desarrollar un trabajo colaborativo


triestamental para analizar y mejorar las acciones ya realizadas en nuestra Universidad para abordar el
acoso y abuso sexual. Ello, con el propósito de construir estrategias de acción que estén
contextualizadas a las realidades locales de cada Facultad y a sus respectivas comunidades
universitarias.

● Prácticas de prevención de violencia de género y sexual en la comunidad universitaria: llevar a cabo


talleres de prevención de abusos sexuales entre estudiantes, de acoso de profesores/as a estudiantes, de
acoso a funcionarias/as, prevención de discriminación a personas LGBTI, etc. Basándose en principios
colaborativos que apunten al cuidado mutuo y a las relaciones respetuosas que lleven al buen vivir
colectivo.

● Conformar redes de apoyo para acompañamiento y reparación de víctimas de acoso y abuso sexual:
atención psicológica, asistencia social y asesoría legal con enfoque feminista, entre otras.

● Mejorar políticas y prácticas destinadas a promover la corresponsabilidad de madres y padres,


mejorar acceso a salas de cuna en la Facultad.

3) Relaciones y prácticas laborales

● Diagnósticos más precisos para aportar a la erradicación de las desigualdades salariales entre
hombres y mujeres académicos/as .

● Análisis de los procesos de jerarquización académica, asignación de grados e incorporación de


académicas a la Universidad.

● Consideración de variables de género en la organización y asignación de cargas académicas.


● Analizar las condiciones laborales de profesoras a honorarios.

● Analizar las dinámicas de convivencia desde criterios de género, por ejemplo, analizar y hacer frente
a dinámicas de relación sexistas, y también posibles problemas de acoso, desvalorización y
hostigamiento entre pares.

b) Demandas de funcionarias del aseo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile

En el contexto de la toma de la facultad, nos reunimos como funcionarias de aseo a reflexionar sobre
las necesidades y demandas que tenemos como grupo en torno a nuestras condiciones laborales.
Actualmente nuestra situación laboral presenta una serie de falencias, de las cuales la administración de
la facultad no se ha hecho responsable. De este diagnóstico, realizado en conjunto con las estudiantes,
surgen las siguientes demandas:

● Aumento del número de funcionarias de aseo. Actualmente nuestra facultad cuenta con un reducido
número de funcionarias para las tareas de limpieza y aseo, hecho que genera una demanda
desproporcionada de trabajo para cada una de nosotras. Por ejemplo, en el edificio nuevo de FACSo
existen pisos en donde solo una trabajadora debe hacerse cargo de todas las salas y baños. Es frente a
esta situación que se exige la contratación de nuevas trabajadoras del aseo de la facultad, con el fin de
disminuir nuestra carga laboral. En este punto ponemos especial énfasis en el turno de la tarde, donde
actualmente trabajan únicamente tres funcionarias. Para esto, se deberá previamente definir el número
de metros cuadrados por trabajadora que es digno trabajar por día, en base a lo cual se calculará el
número de trabajadoras a contratar. Esto se encuentra respaldado tanto por informes generados por el
GEIT, como también por el diagnóstico realizado por una trabajadora de la ACHS cuando vino a la
facultad a capacitar a las funcionarias tras la apertura del nuevo edificio.

● Creación de un instrumento de evaluación cualitativa, anónima y vinculante que se aplique de forma


semestral. Este instrumento nos permitiría evaluar a la persona a cargo de supervisarnos en puntos
claves como la capacidad de liderazgo, la distribución de tareas y funciones, y el trato que este o esta
tiene con nosotras. Los resultados de esta evaluación deberán llegar directamente a la autoridad
encargada de las decisiones respecto a este tema, en este caso el vicedecano, quien debe revisar lo
expuesto y velar por dar pronta solución a los problemas manifestados en ella. Se propone que luego de
tres evaluaciones en las que se reiteren problemas, conductas y actitudes negativas, se deba comenzar
el proceso de despido de quien tenga el cargo de mayordomo, teniendo el plazo de un semestre para
encontrar y capacitar una nueva persona para el cargo.

● Garantía del pago de los días sábados no trabajados durante el periodo de la toma. Según el pacto
verbal establecido sobre el trabajo de los días sábados, estos iban a ser contabilizados como “horas
extra”. Frente a esto necesitamos tener garantizado que mientras dure la toma de la facultad,
seguiremos recibiendo el pago acordado por esas horas. Esta garantía deberá cumplirse de igual forma
en caso de futuras tomas.
● Capacitación al cargo de mayordomo, donde se oriente y trabaje en temas de género y liderazgo. Se
exige que se realicen estas capacitaciones de forma obligatoria y sistemática tanto a la persona que
ocupa el cargo actualmente como a quienes sean seleccionados/as para realizar esa labor en el futuro.

● Facilidades para ir a capacitaciones, talleres o clases. En este punto se exige que la universidad haga
efectivo en la práctica su compromiso con la formación y el desarrollo integral de sus trabajadoras y
trabajadores, otorgando todas las facilidades para que podamos asistir a cursos de capacitación o
educación de cualquier tipo dentro de nuestros horarios de trabajo. En la práctica esto significa otorgar
permisos sin descuento de horas trabajadas u otros impedimentos de parte de la universidad.

● Apoyo en la corresponsabilidad de ser madre y trabajadora. Al ser un grupo de trabajadoras mujeres,


tenemos el derecho de contar con espacios e instancias que faciliten y permitan poder compatibilizar el
rol de madres con el de trabajadoras. Aun así, no vemos que la universidad se haga cargo de nuestras
necesidades, lo que se evidencia en una falta de salas cuna, sala de lactancia o jardín infantil en el
campus, entre otras cosas. Es por esto que exigimos que, en caso de tener que ausentarnos para cuidar
de nuestros hijos, no se nos descuenten horas de trabajo ni se nos presenten otras dificultades por parte
de la administración de la facultad.

[1] En el actual protocolo es el rector/a, vicerrector/a, decano/a u otra autoridad competente el que tiene
la potestad para decidir si iniciar o no una investigación sumaria y realizarla en caso de ser necesario,
lo cual ha sido considerado una falencia relevante en función de que estas autoridades no
necesariamente están capacitados para trabajar estas temáticas, pero es una ley externa de la
universidad, la modificación de este punto se debe llevar a cabo en otro contexto (ley de
universidades).

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