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CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
Concepto y elementos
Elementos
Al igual que en los actos administrativos: sujetos, voluntad, objeto y forma. Atañen a
la existencia y validez del contrato.
Ahora si existe un fin distinto (Ej. Prestación de servicio público), aunque sean dos
entes estatales hablaremos de contrato interadministrativo.
D) Vicios en la capacidad y competencia: se rigen por las normas propias del acto
(Administración), y por las normas del derecho privado (contratista particular).
a) Voluntad contractual tácita: el consentimiento puede ser expreso o tácito. Para los
contratos administrativos el consentimiento de la Administración debe ser expreso,
salvo que así haya sido pactado por las partes y se halle en vías de ejecución.
Objeto: es la obligación por la que se constituye. Tiene por contenido una prestación
de dar, de hacer o no hacer, querida por las partes. Es decir, es la consecuencia de
celebrar el contrato.
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Los contratos de la Administración tienen por objeto una prestación que tiene por
finalidad el fomento de los intereses y la satisfacción de necesidades generales.
Las cosas que no están en el comercio no pueden ser objeto de los contratos privados
pero sí de la Administración (ej. Bienes del dominio público). Durante la ejecución del
contrato el objeto puede ser variado unilateralmente por la Administración. EL objeto
debe ser cierto, posible, determinable o determinado y lícito.
EL contrato ilícito por objeto puede ser: contrato ilegal (contrario a normas
imperativas); contrato prohibido (contrario al orden público); y contrato inmoral
(contra las buenas costumbres).
Forma: las formalidades son los recaudos para la celebración del contrato, las que
podrán ser anteriores o concomitantes al mismo. Las formas, en cambio, es el modo
concreto de cómo se materializa, exterioriza i instrumenta el vinculo contractual. Rige
el principio de libertad formal, por el que se puede utilizar la forma que los
interesados juzguen mas conveniente, aunque generalmente se requiere que sea
escrita.
De esta forma existe una desigualdad jurídica, con una superioridad por parte de la
Administración, quien además puede modificar el contrato cediendo el principio de
inalterabilidad ante el “ius variandi”. La administración podrá: adaptar el contrato a
las necesidades públicas (unilateralmente); ejecutar el contrato por sí o por un 3° en
caso de incumplimiento o mora del contratista; y decidir unilateralmente la rescisión.