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AGENDA

1. LOS DEBATES TRAS EL FIN DE LA GUERRA FRÍA


1.1. Fukuyama y el fin de la historia
El pensamiento de Fukuyama tiene un marco histórico bastante preciso: se trata de la
coyuntura desarrollada a partir de 1989 en Occidente que ha estado signada por el inicio del
desmoronamiento de los regímenes del "socialismo real" en Europa del Este. A la pregunta de
qué es lo que significa este momento para occidente y el mundo, el autor responde que se
trata ya no de una simple coexistencia entre capitalismo y socialismo, sino de la derrota de
este último y de la victoria -para Fukuyama final- del capitalismo y del liberalismo como
sistema político.
Se trata no solamente de que ya no existan alternativas viables al capitalismo como
sistema económico, y ello estaría demostrado por el restablecimiento de relaciones de
producción capitalista en Rusia, China y Europa del Este y su inclusión en la economía de
mercado, sino que además se trata del triunfo de la idea occidental, que para Fukuyama es
principalmente la cultura occidental de consumo.
Políticamente este desarrollo […] la existencia del liberalismo como estado
homogéneo universal. Se trata de que, al no existir regímenes políticos superiores, y al haber
fracasado los modelos que se pretendían alternativos, la democracia capitalista aparece como
el régimen político absoluto e ideal […]
He ahí el sentido del fin de la historia para Fukuyama: es el término de la historia
ideológica, la universalización de la democracia liberal como forma final de gobierno
humano […] No importa que este régimen no esté vigente en todo el planeta, ni tampoco que
se manifieste con "imperfecciones". Para Fukuyama la victoria del fin de la historia es
suficiente es en el plano de las ideas y no todavía en el plano material.
"(...)en el fin de la historia no es necesario que todas las sociedades se conviertan en
exitosas sociedades liberales sino que terminen sus pretensiones ideológicas de representar
diferentes y más altas formas de la sociedad humana"
La primera tesis, pues, de Fukuyama tiene que hacer con la afirmación que absolutiza
como definitivo, a partir de la consideración de la situación de los regímenes socialistas, el
triunfo en la historia del liberalismo como sistema político. Las criticas, por ello mismo han
estado orientadas a este respecto, a considerar el carácter arbitrario de tal deducción. Ya no
solo desde el punto de vista de la realidad material de los regímenes liberales que en su
historia real se hallan lejos de los modelos teóricos remisibles a los ideólogos de la Ilustración,
sino porque en realidad nada descarta la posibilidad de emergencia de teorías y prácticas
políticas nuevas. Probablemente es aquí donde se ve el franco carácter apologético de las tesis
de Fukuyama.
Cuál es el resultado del fin de la historia desde el punto de vista de las relaciones
internacionales? Para Fukuyama se trata de una situación que aminora o desaparece los
conflictos internacionales. La hegemonía capitalista y el predominio absoluto del liberalismo
harán que en la sociedad post-histórica las luchas en gran escala entre estados desaparezcan.
Sin embargo, quizás en términos más concretos y precisos, la consecuencia
internacional es la división de la humanidad y los países y naciones en sociedades
históricas y post-históricas. Por cierto esta última situación le corresponde a los países de

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Europa occidental y particularmente al régimen político norteamericano. La segunda es la de la
gran mayoría de países, particularmente los del tercer mundo, limitados a condiciones que no
les permiten entrar en la modernidad de la sociedad post-histórica.

1.2. La anarquía que viene – KAPLAN, R.


El autor es pesimista con respecto al futuro del mundo y las relaciones internacionales.
Es uno de los pioneros del concepto de “Estados Fallidos” y sostiene la importancia de su
peligrosidad para el mundo. Según Kaplan, el mundo en desarrollo presenta una serie de
problemas y amenazas que son producto del fracaso social y que pueden traducirse, en el
futuro, en una rebelión del mundo pobre.
Para ilustrar su pensamiento, el autor, expone el ejemplo de África Occidental como el
símbolo de lo que pronto será el resto del mundo. Cuestiones como:

 Explosión Demográfica (Superpoblación);


 Deterioro Ambiental y Escasez de Recursos;
 Migraciones de Refugiados;
 Debilitamiento del Estado;
 Enfermedades y Epidemias (Malaria)

Demuestran la anarquía que emerge y los factores que contribuyen a la inestabilidad.


Kaplan sostiene que para poder entender los eventos futuros que se le presentarán a la
sociedad, debemos entender 4 conceptos:
1- Escasez Medioambiental: El impacto político y estratégico de problemas como:
epidemias desenfrenadas, superpoblación, deforestación, escasez de H2O, contaminación del
aire, o aumento en el nivel de los mares; constituirán los desafíos de política exterior del cual
dependerán el resto de las políticas de los Estados.
Estamos entrando en un mundo bifurcado en donde una parte del mundo (minoría)
está habitada por el “Último Hombre” (Hegel y Fukuyama): saludable, bien alimentado y
beneficiado por la tecnología. La otra parte del mundo (mayoría) está habitada por el “Primer
Hombre” (Hobbes): pobre, repugnante y bruto. A pesar de que ambas partes estarán
amenazadas por los peligros ambientales, el “Último Hombre” podrá enfrentarlos, pero el
“Primer Hombre” no.
Para Kaplan, China es el ejemplo más claro de la degradación ambiental. Para él, el
crecimiento económico de China no significa que será una gran potencia en el futuro; sino que
constituye una máscara de lo que serán serios problemas ambientales y poblacionales en el
futuro. Los problemas ambientales inflamarán odios existentes, afectarán las relaciones de
poder y llevarán a conflictos raciales y culturales.
2- Conflicto/Choque cultural y Racial: Según el “Choque de Civilizaciones” de
Huntington (1993), el mundo se ha ido moviendo en el transcurso del S. XX desde conflictos
estatales, a conflictos ideológicos y finalmente a conflictos culturales. Así los futuros conflictos
se darán entre grandes civilizaciones. Kaplan concuerda en la idea de conflictos o choques
culturales y raciales pero afirma que las “placas tectónicas” del mundo que presenta
Huntington son demasiado simples ya que no tiene en cuenta las enormes y diversas
subdivisiones existentes dentro de las mismas civilizaciones que presenta como
contendientes.

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Kaplan tiene una visión pre-westfaliana del futuro por la polarización de la sociedad,
donde los conflictos sucederán entre los 2 tipos de hombres descriptos, ya que mientras
existan hombres que estén provistos y protegidos, otros estarán discriminados en culturas
disfuncionales, con escasez y sin probabilidades de cambiar su situacional.
3- Destino Geográfico: El mapa del mundo que conocemos es una invención del
modernismo, más precisamente del colonialismo europeo. No se tuvo en cuenta las posibles
divisiones que podían mantenerse al interior de los propios Estados y los posibles conflictos
que podían generarse a partir de ello. Así, la propia identidad de los pueblos resulta mucho
más compleja de lo que la cartografía convencional puede intentar demostrar,
desencadenando en conflictos y guerras. Según Kaplan, para poder entender completamente
las implicancias políticas y cartográficas del postmodernismo (una época caracterizada por
yuxtaposiciones en donde la clasificación entre Estados va a ser reemplazada por un patrón
de ciudades-estado, pueblos, y nebulosos y anacrónicos regionalismos) es necesario
considerar el tema de la guerra.
4- Transformación de la Guerra: El autor pronostica un mundo pre-westfaliano en
donde no habrá “política” tal como la hemos llegado a entender en la actualidad, donde no se
aplicarán las viejas reglas del conflicto interestatal, las entidades que harán la guerra no
estarán atadas a territorios específicos, las fronteras serán cada vez menos importantes,
donde las identidades culturales y tribales significarán cada vez más, donde la religión o más
precisamente el fundamentalismo tendrá un rol cada vez mas importante en las
motivaciones del conflicto armado y en donde desaparecerán las distinciones entre guerra y
crimen lo que generará que la “defensa nacional” se convierta en un concepto local.
Las guerras futuras serán aquellas de supervivencia de una comunidad, agravadas o en
muchos casos provocadas por problemas ambientales. Serán guerras subnacionales en donde
se le hará muy difícil a los Estados proteger físicamente a sus ciudadanos, por lo que muchos
de dichos Estados desaparecerán. A medida que el poder del Estado decrece, las poblaciones y
culturas del mundo dependerán cada vez más de sus propias fortalezas y debilidades y estarán
más desprotegidas.
El Último Mapa (mapa del futuro) debería ser imaginado como un mapa en 3
dimensiones en donde las identidades y los grupos sean más relevantes que los Estados y las
naciones incluyendo además aspectos como los carteles de drogas, mafias y agencias de
seguridad privada. Y que además habría que agregarle factores como las migraciones de
poblaciones, epidemias y enfermedades y superpoblación. En vez de fronteras hay “centros”
de poder, como en la Edad Media y el mapa no puede ser estático, debe ser un mapa en
constante mutación representante del caos existente.
En este contexto, para Kaplan, no resulta claro si los EE.UU. sobrevivirán en su forma
actual a lo largo del S. XXI. Ya que los EE.UU. es una sociedad multiétnica, el Estado siempre ha
sido más frágil que en sociedades más homogéneas como las de Alemania o Japón.
Kaplan llega a la conclusión de que temas como la relevancia del África Occidental
pueden llegar a emerger como nuevos temas importantes de política exterior. África puede ser
marginal e irrelevante en términos de las concepciones de seguridad convencionales del S. XX,
pero en una era de choques culturales y raciales, cuando la defensa nacional se incrementa a
nivel local, África puede resultar muy relevante para los EE.UU. Por ello, para Kaplan “África
importa”.

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1.3. El choque de civilizaciones – HUNTINGTON, S.
Al momento de finalización de la GF la pregunta que surgía era sobre la configuración
del orden mundial. A esta pregunta, Huntington respondía afirmando que los actores políticos
principales del S. XXI iban a ser las civilizaciones y que los principales conflictos se darían
entre esas civilizaciones y no entre ideologías (como durante la GF y la 2GM) que definieran
la identidad en esos términos, como así tampoco entre Estados-Nación (como el sistema
instaurado en Westfalia) donde las guerras occidentales fueron llevadas a cabo por príncipes
que buscaban expandir su dominio en nombre de una identidad nacional aferrada al territorio.
Su artículo era una respuesta a la tesis de Fukuyama que sostenía que el mundo se aproximaba
al “Fin de la Historia”, en el que la democracia occidental triunfaría en todo el mundo.
En el razonamiento del autor, los Estados-Nación seguirán siendo los actores principales
del panorama internacional, pero los principales conflictos de la política global ocurrirán entre
naciones y grupos de naciones pertenecientes a ≠ civilizaciones. El choque de civilizaciones
dominara la política global. Las fallas entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del
futuro.
Huntington sostiene que las líneas de fractura entre civilizaciones son religiosas, y estas
son:
Cristiandad Occidental: USA y Europa. En el futuro, según el autor, podrían existir
otras 2 civilizaciones que se fundieran con esta, AL y el mundo ortodoxo de Europa
Oriental + Rusia.
Mundo Musulmán: Próximo Oriente, Norte de África, Malasia e Indonesia.
Civilización Hindú: India.
Civilización Sínica (Confucionismo): China, Vietnam, Singapur, Taiwán y la diáspora
china en Asia, el Pacifico y Occidente.
África Subsahariana.
Áreas Budistas: Norte de la India, Nepal, Bután, Mongolia, Birmania, Tailandia,
Camboya, Laos y el Tíbet.
Japón.
Las causas de los conflictos entre las civilizaciones serian:
1. Diferencias Históricas, de Lengua y de Religión: esta última brinda una concepción de
cómo se interpreta la vida y existían ≠ concepciones del hombre y su relación con el
mundo que lo rodea.
2. Un mundo + pequeño debido a las comunicaciones por lo que las interacciones aumentan,
resaltando las ≠ e intensificando la conciencia cultural que también acentúan las ≠.
3. Modernización Económica: la globalización debilita al Estado como fuente de identidad y
factor cohesionante. La religión asume un rol importante y forma identidades
(fundamentalismo).
4. Occidentalismo: genera un modelo a seguir en otras civilizaciones.
5. Crece la conciencia de pertenencia entre los grupos que se sientan marginados.
6. El regionalismo crece y se refuerza con la conciencia de civilización. Es posible cuando
existen raíces en común.

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Los desafíos para Occidente serán: en el CP, incentivar la cooperación y la unidad para
su propia civilización (Europa), incorporar a esta civilización a Europa del Este y AL y mantener
relaciones cooperativas con Rusia y Japón. Además limitar la fortaleza militar de los Estados
confucianos e islámicos. En el LP, modernizar a los No Occidentales sin convertirlos en
Occidentales.
En el eje de la política mundial, Occidente predomina y se enfrenta al resto, ante esto
hay 3 opciones que el resto debe seguir: Aislarse, Sumarse o Balancear sin occidentalizarse.
Críticas:
Las civilizaciones definidas están fracturadas internamente y no son
homogéneas como el autor supone.
Los valores occidentales son + fácilmente trasmisibles de los que el autor
considera.
Ninguna de las civilizaciones tienen un Estado Hegemon.

1.4. La paradoja del poder americano – NYE, J.


Para algunos, la preeminencia de EE.UU. es el resultado del colapso de la URSS y este
“momento unipolar” durará poco. Para otros el poder americano es tal que ese “momento
unipolar” puede convertirse en una “era unipolar”. Para Nye, la preponderancia americana
puede durar y mantenerse tranquilamente a lo largo del S. XXI solo si EE.UU. utiliza su
enorme poder sabiamente.

Las Fuentes del Poder Americano


Para Nye, el poder es la habilidad de afectar y obtener los resultados que uno desea y de
ser necesario, de cambiar el comportamiento de otros para hacer que eso suceda. La habilidad
de obtener los resultados que uno desea se asocia comúnmente con la posesión de ciertos
recursos. Tradicionalmente, el poder de las grandes potencias se midió a través de la “fuerza
para la guerra”; pero a medida que las tecnologías han ido evolucionando, las fuentes del
poder han cambiado.
Soft Power
Tanto el poder militar como el poder económico son ejemplos de Hard Power que
puede ser utilizado para inducir a otros a cambiar sus posiciones ya sea través de estímulos
(zanahorias) o de amenazas (garrotes). Pero existe también una vía indirecta para ejercer
poder. Un país puede obtener los resultados deseados porque otros países quieren seguirlo,
admirando sus valores, emulando su ejemplo, aspirando a su nivel de prosperidad y apertura,
este aspecto del poder es lo que Nye llama “Soft Power” donde se coopta a las personas en vez
de coercionarlas. El SP descansa en la habilidad de establecer la agenda política de una forma
que moldee las preferencias del resto.
La habilidad de establecer preferencias tiende a ser asociada con recursos de poder
intangible tales como una atractiva cultura, ideología e instituciones (“si puedo hacer que
quieras hacer lo que yo quiero, entonces no tengo que forzarte a hacer lo que no quieres
hacer”).
El poder en el S. XXI descansará en una mezcla de recursos de HP y SP; y en dicho
contexto, ningún país está mejor dotado que los EE.UU. El gran error americano consistiría

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en caer en el análisis de una dimensión y creer que invertir exclusivamente en poder militar
asegurará la fuerza de la nación.

¿Balance o Hegemonía?
Muchos realistas exaltan las virtudes del clásico “Equilibrio de Poder” de la Europa del S.
XIX, en donde las constantes coaliciones contenían las ambiciones de potencias especialmente
agresivas. Por ello argumentan que EE.UU. debería redescubrir tales virtudes y aplicarlas en la
actualidad. Pero Nye es escéptico en cuanto a si tal multipolaridad sería buena o mala para
los EE.UU. la guerra era un elemento constante en aquel balance de poder multipolar y, por
el contrario, muchas regiones del planeta y en muchos períodos de la historia han visto
estabilidad bajo la hegemonía de algún país que sea preeminente.
Pero aquí destaca que si ese país hegemónico o líder tiene SP y se comporta de tal
manera que beneficia a otros, contracoaliciones efectivas no tenderán a surgir. Pero si, por
el contrario, el país líder define sus intereses estrechamente y usa su poder arrogantemente,
incrementa las posibilidades e incentivos para que los otros coordinen para escapar de su
hegemonía. Que otros países se unan para balancear el poder americano dependerá tanto de
cómo EEUU se comporte como de los recursos de poder de los potenciales contrincantes.

¿Nuevos Contrincantes?
Para Nye los potenciales candidatos a desafiar el poder de USA en el S. XXI son:
China: Por su crecimiento económico y el SP que ejerce en la región (Confucianismo).
Kagan cree que China aspira en el CP a reemplazar a USA en Asia Oriental y en el LP a
desafiar la posición de potencia dominante. Nye no cree que China tenga tal capacidad
por los obstáculos internos en su desarrollo e incluso porque una política más agresiva
por parte del país puede llevar a la formación de contracoaliciones entre sus vecinos de
la región que debilitarán tanto su HP como su SP. Además, la alianza EEUU-Japón es otro
impedimento en las ambiciones chinas.
Japón: Actualmente la economía ha venido en descenso por malas decisiones políticas,
pero para Nye sería un error desestimarlo. Si bien es poco probable que se convierta en
una amenaza para USA (nunca tendrá la escala geográfica o poblacional para hacerle
frente) a pesar de su gran SP (éxito económico y cultura popular), para Nye, una posible
amenaza para consistiría en una alianza chino-japonesa. Pero, aunque no imposible, Nye
desestima esa posibilidad a menos que EEUU tome malas decisiones.
Rusia: Una alianza más probable es la ruso-china como oposición común al presente
mundo unipolar liderado por EEUU y también a manera de contrabalance de la alianza
EEUU-Japón en la región. Sin embargo, Nye también considera poco probable esta
alianza, sobretodo por los recelos y desconfianzas mutuas entre ambos países. Nye cree
que, por su capacidad nuclear, su proximidad a Europa y por la potencial alianza con
China o India, Rusia puede optar por cooperar o no con USA, pero no por ser un
competidor a nivel global.
India: Por su capacidad militar y nuclear, su población e incluso por su gran SP
(democracia estable, reconocimiento como líder de los no-alineados durante la GF y su
influyente diáspora,). Sin embargo, India sigue siendo en gran medida un país
subdesarrollado, lo que lleva a Nye a afirmar que es poco probable que se convierta en

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una amenaza para USA. Las perspectivas cambiarían en caso de una posible alianza
chino-rusa-india (poco probable x la rivalidad India-China).
Europa: Es lo + cercano a un = debido a su economía, su población, su comercio y su SP.
Sin embargo, depende en gran medida de su capacidad de desarrollar una suficiente
cohesión política y socio-cultural para actuar como una unidad y que no permanezca,
como en la actualidad, como un grupo de países con fuertes diferencias nacionales y de
política exterior.

La Distribución de Poder en la Era de la Información Global


Para Nye, la preeminencia de USA en cuanto a HP como a SP es indudable. Tras la GF
muchos describieron al mundo como Unipolar y muchos otros como Multipolar. Para N,
ambos grupos tienen razón y a la vez están equivocados ya que c/u se refiere a ≠ aspectos
del poder. El poder en la actualidad se distribuye entre los países en un modelo de 3
dimensiones: En cuanto a poder militar, el poder es indudablemente Unipolar. En cuanto a
poder económico, el poder es Multipolar. Esto ha llevado a muchos observadores a
caracterizar el actual sistema como un híbrido mundo Uni-Multipolar. Sin embargo, existe una
realidad de relaciones transnacionales que traspasan las fronteras nacionales y quedan fuera
del control de los gobiernos, una dimensión que incluye a actores no estatales, a terroristas,
etc. En esta dimensión, el poder está indudablemente disperso y no sirve hablar ni de
unipolaridad ni de multipolaridad ni de Hegemonía. Para Nye, cuando uno se encuentra en un
juego de tres dimensiones como el descripto, perderás si te focalizas únicamente en el ámbito
militar y dejas de lado la interrelación con las demás dimensiones.
En conclusión, para N los EEUU seguramente seguirá siendo el país más poderoso a lo
largo del transcurso de este Siglo, pero que pueda mantenerse en dicha posición dependerá en
gran medida de las propias decisiones de EEUU para no forjar un contexto internacional que le
sea desfavorable. Citando a un observador británico, N concluye afirmando: “la paradoja del
poder americano es que es muy grande para ser desafiado por otros Estados, pero no tan
grande aún como para solucionar problemas globales tales como el terrorismo y la
proliferación nuclear. EEUU necesita de la ayuda y el respeto de otras naciones”.

2. LOS ESTADOS Y LAS REGIONES DESPUÉS DE LA GUERRA FRÍA


2.1. Estados Unidos
Desde la 2° GM existió en USA un consenso en torno a las cuestiones vinculadas a la
seguridad y a la aceptación de la premisa de “contener al comunismo” como criterios
ordenadores de la PE. Ese consenso partidista se perdió con los hechos del los ´70. Primero fue
la Guerra de Vietnam, que marcó un punto de inflexión respecto del diseño de PE y la cuestión
de la definición del “interés nacional”. Simultáneamente, la creciente importancia de las
cuestiones económicas internacionales en la agenda, que quedó consagrada con la crisis
monetaria de 1971 (Fin Bretton Wood) y el shock petrolero de 1973.
Para USA el fin de la GF evoca un triunfo, sobre el Comunismo y la URSS, pero también
implica responsabilidades, derivadas de su estatus de única superpotencia sobreviviente. El fin
de la GF, entonces, lleva a redefinir la Política Exterior. El debate se suscitó entre:
 AISLACIONISTAS: Quieren aprovechar el fin de la GF para dedicar los recursos a las
prioridades internas.

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 INTERVANCIONISTAS: Postulan la Pax Americana que levarían a USA a involucrarse en la
defensa de los DDHH y la Democracia.
 GLOBALISTAS: Defienden la seguridad ya que los nuevos problemas en la Agenda son
insustituibles (Medio Ambiente – DDHH - Migraciones).
 REGIONALISTAS: Postulan definir políticas en base a bloques geoeconómicos.

Presidencia de G. Bush (1988 - 1992)


Continuidad de Reagan: dominio de las cuestiones internacionales, exponente del
establishment americano y un conservador pragmático. Bush tuvo una postura más propensa a
la adaptación, lo que se refleja en el entendimiento USA – URSS.
Esta presidencia enfrentó el dilema de tener que imaginar un nuevo patrón de
relacionamiento externo con un enemigo que se esfumaba y con socios que estaban
logrando la madurez económica y, que sin amenazas, estaban menos dispuestos a alinearse.
Otros desafíos fueron: la política interna y la agenda económica, la escasa importancia que
estas áreas recibieron fue causa suficiente para que minara su reelección en 1992. Bush era un
hombre preparado para un esquema de GF y no para los cambios que acontecían.

* Guerra del Golfo:


- 1° de Agosto de 1990 Irak invade Kuwait: debate sobre las razones
 Búsqueda de un liderazgo regional: finalizada la G. Fría, nuevos movimientos
geopolíticos debían hacerse. Al mismo tiempo, S. Hussein intenta realzar su
perfil tras la guerra Irak-Irán.
 Expansionismo: desde la década del ’80 S. Hussein había demostrado su ánimo
de anexionar territorio kuwaití. Irak alegaba que Kuwait había estado robándole
petróleo desde su yacimiento de Rumaylak (situado bajo ambos territorios). Por
otra parte, otra posible causa era la necesidad iraquí de acceder al Golfo Pérsico
desde su puerto de Umm Qasr, lo que implicaba ocupar las islas kuwaitíes de
Bubiyan y Warbah.
 Galvanizar un población: un “enemigo externo común” para unir la pluralidad de
grupos étnicos al interior de Irak.

- La G. del Golfo le brindó dos soluciones a Bush:


 Le aportó un “nuevo enemigo” tras la desaparición de la URSS
 La diplomacia de Bush encontró en el Golfo la posibilidad de responderle a sus
críticos, quienes afirmaban que no definía los objetivos e intereses de EE UU
después de la GF.

- EE.UU lidera una coalición de naciones para repeler las fuerzas iraquíes. De esta forma
queda consagrado que sería EE.UU el sheriff del mundo, y no una entidad multinacional
como lo es Naciones Unidas.
¿Cómo se actuó? Apenas se tuvo noticia de la invasión de Kuwait, el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, condenó este acto a través de una serie de
resoluciones, de la misma forma que lo hizo la Liga Árabe. Los dictámenes fueron:
Resolución Nº 660, que condenó el ataque e invasión iraquí; luego siguieron varias más
entre las que se contaban las resoluciones Nº 661 del 6 de agosto de 1990, que imponía
sanciones económicas; la Nº 665 del 25 de agosto, acerca del embargo marítimo; la Nº
670 del 25 de septiembre acerca del bloqueo aéreo, y finalmente, la que autorizaba el
empleo de la fuerza o resolución Nº 678 del 29 de noviembre.
Como respuesta a estos sucesos, el 16 de enero de 1991 una coalición internacional de
31 países liderada por Estados Unidos y bajo mandato de la ONU, inició una campaña
militar con el fin de obligar al ejército invasor a replegarse de Kuwait, atendiendo a la

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resolución Nº 660 de la ONU. Los países integrantes de la coalición eran: Argentina (a
través del Operativo Alfil de la Armada Argentina), Arabia Saudita, Australia, Bangladés,
Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, Corea del Sur, Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes
Unidos, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Kuwait, Marruecos,
Países Bajos, Níger, Nueva Zelanda, Noruega, Omán, Pakistán, Polonia, Portugal, Catar,
Reino Unido, Senegal y Siria.

- Consecuencias: Bush no quiso derrotar a S. Hussein ya que hubiera dejado la


posibilidad de desmembramiento de Irak y acepto la RES 699 que consagraba el
Principio de Deber de Injerencia: conflicto étnico, un asunto interno.

* Otros escenarios: Apoyo a negociaciones de paz y esquemas de transición, rechazo al


enfoque militar e ideológico de Reagan. En la práctica esto se tradujo en varias incoherencias.
- Centroamérica: Tolerancia a regímenes antidemocráticos en El Salvador y Guatemala.

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- África: Búsqueda de negociaciones de paz en Angola

- China: la actitud fue de tolerancia hacia la represión en la Plaza de Tiananmen. Esa


tolerancia encuentra su explicación en una doble lógica: por un lado, los privilegios de los lazos
con Deng (resistiéndose a las sanciones económicas), por el otro, una visión de China como
contrapeso a la URSS.

- Este: En 1989, tras la declaración del Fin de la GF, Bush optó por una política de “casos
y gestos” respecto de la URSS y en la Convención sobre Reducción de Armamentos
Convencionales, Gorbachev quería reducir la capacidad de la OTAN en armamentos nuclear y
Bush la limitación de armamentos en la URSS. El Discurso de Aspen de 1990 da nuevas
orientaciones a la doctrina de seguridad americana. Si bien la disuasión nuclear sigue siendo
importante se pasará a un escenario de guerra clásico: armas estratégica (observación
satelital) arma operacional (fuerza aérea) como instrumentos. Bush empieza a identificar al
enemigo en términos de “amenaza nuclear bárbara”, un país del sur desestabilizador que
posea capacidad atómica.

Presidencia de Clinton (’93-’97 ; ´97- 2001)


Durante la campaña electoral, Clinton evitó la referencia a asuntos externos:
 Área de experiencia de G. Bush (padre)
 Pasado de Clinton
 Evitar el fantasma de Carter
 Necesidades domesticas del electorado

Una vez electo, la PE se formó en base al Documento “Changing Our Ways”. En ese
Documento se afirmaba que el gobierno debía estar al servicio de la solución de los problemas
internos. Concretamente las prioridades de la PE eran:
 Colaborar en el incremento de la economía mundial
 Asegurar la habitabilidad del planeta
 Promover la Seguridad Internacional
 Expandir la Democracia en el mundo
 Liderazgo Persuasivo
 Negociación Permanente

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En la práctica esto se tradujo en: una política exterior pendular entre el idealismo y el
pragmatismo, una fuerte vinculación entre política exterior e interior, y una preeminencia de
lo económico.

Diplomacia económica:
 Abandono del multilateralismo en pos del bilateralismo
 Defensa del mercado interno y generación de empleo mediante el aumento de
exportaciones
 Prioridad en intereses propios que llevó a EE.UU a algunas tensiones en sus
relaciones con socios como Japón y Europa.

5. Un debut internacional de bajo perfil: Irak, Somalia, Bosnia

La política exterior de la nueva administración tardó en presentar una traza convincente,


ya que pareció atrapada en la vacilación sobre si atenerse a la prioridad doméstica
enfatizada en la campaña o asumir las responsabilidades inherentes a la principal potencia
mundial.
[…] La reluctancia inicial de Clinton a desempeñar el papel de gendarme planetario
(expresada en el anuncio temprano del cierre de decenas de bases militares en Europa y la
repatriación de miles de soldados) fue interpreteda por los aliados europeos y asiáticos como
el repliegue estratégico de una superpotencia abstraída en sus problemas internos.
Si Reagan había pasado a la historia como un intervencionista unilateralista, y Bush
como como un intervencionista aún más activo, pero abierto a la consulta multilateral, Clinton
empezó como un no intervencionista multilateralista. Paradójicamente, al cabo de ocho
años iba a terminar convertido en el presidente más intervencionistas desde la Segunda
Guerra Mundial, pero en 1993 el distintivo era el retraimiento frente los escenarios de crisis,
dándo pábulo a sombrías predicciones sobre la instalación duradera de un "nuevo desorden
internacional" por falta de liderazgo.
Clinton había heredado de Bush, que se había despedido con una frenética actividad
internacional para dar lustre a su currículum de vencedor de la Guerra Fría, el conflicto
inacabado con Irak, la intervención militar con carácter humanitario en Somalia (Operación
Devolver la Esperanza -Restore Hope-) y una guerra civil en Bosnia-Herzegovina a la que
Estados Unidos venía asistiendo desde la barrera.
La administración Clinton mantuvo la línea de dureza contra el régimen de Saddam
Hussein, condicionando cualquier levantamiento del embargo decretado por el Consejo de
Seguridad de la ONU al cumplimiento estricto de sus resoluciones prohibiendo la investigación
y el desarrollo de armas de destrucción masiva. La presión combinada de sanciones
draconianas y ataques punitivos de cuando en cuando (el más contundente fue la campaña de
bombardeos Zorro del Desierto, en diciembre de 1998) fueron tomando el cariz de una
liquidación física del molesto dictador irakí, quien se las arregló para salir airoso de todos los
envites, incluidos los complots contra su vida financiados por la inteligencia estadounidense, y
prolongar el juego interminable del gato y el ratón.
Pero entre tanto, muchos miles de civiles, la mayoría niños, pagaban con su vida la
penuria de productos de primera necesidad provocada por el embargo. La insistencia en
enfocar la cuestión de Irak como un asunto particular, convirtiendo el Consejo de Seguridad
de la ONU en una caja de resonancia de las decisiones de Estados Unidos o eludiéndolo lisa y
llanamente, terminó por irritar a los países árabes, luego a Rusia y China y finalmente a los
aliados europeos, con Francia a la cabeza. A finales de la década, sólo seguía aliado a Estados

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Unidos en la preemiencia del tratamiento militar el Reino Unido del primer ministro Tony
Blair, en esto y en prácticamente todo lo demás, el único estadista en el que Clinton siempre
podía confiar, encontrar apoyos y felicitaciones.
La crisis de Somalia constituyó para la administración Clinton un escarmiento y el
prototipo de intervención exterior que no debía repetirse. Desplegados en un país
desconocido y hostil, sin mandato claro y sin estrategia militar, los 25.000 soldados enviados
en diciembre de 1992 como la columna vertebral de la Fuerza Operativa Unificada (UNITAF),
aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar que la ayuda humanitaria se
distribuyera a las víctimas del hambre, se vieron enzarzados en una guerra sin frentes y
altamente peligrosa.
Los desastrosos combates en Mogadiscio el 3 y el 4 de octubre de 1993, cuando 500
somalíes y 18 soldados de operaciones especiales perecieron en el curso de una operación
contra la milicia del señor de la guerra Muhammad Farah Aydid, resultaron decisivos para que
Clinton, muy perjudicado por las imágenes de los cadáveres de los soldados arrastrados por la
turbamulta enardecida, ordenara la retirada general del avispero somalí.
La lección de Somalia robusteció el acoquinamiento frente a la carnicería que estaba
teniendo lugar en Bosnia, donde las fuerzas serbias locales, teledirigidas por el poder serbo-
yugoslavo, libraban una violenta guerra étnica contra los partidarios del Gobierno de Sarajevo,
musulmanes en su mayoría. Las dudas de Clinton sobre qué hacer en Bosnia fueron las más
intensas y duraderas de su primer mandato, ya que el gabinete estaba dividido: el
Departamento de Estado consideraba que ese era un asunto básicamente de los europeos y
Estados Unidos no debía intervenir, posición que no compartía, por ejemplo, el
vicepresidente Gore. La falta de una postura clara de Estados Unidos desorientó a unos
estados europeos ya de por sí vacilantes y renuentes a arriesgar en Bosnia más allá de la
coartada humanitaria.
El Gobierno Clinton se contentó durante dos años con contener el conflicto dentro de las
fronteras bosnias (aportando, en una rara excepción, el grueso de los cascos azules de la
misión de la ONU en Macedonia, UNPREDEP), enviar ayuda humanitaria, promover la creación
de "zonas de seguridad", "zonas de exclusión" y otras medidas nominales de protección de
enclaves musulmanes, o reconciliar a éstos con los bosniocroatas, que venían librando su
guerra particular.

La Administración Clinton no acudió a criterios objetivos en la PE sino, por el contrario,


fue una política casuística y definida en función de la coyuntura y las encuestas de opinión
pública. El wilsonianismo pragmático se transformó en uno realista, donde la promoción y
protección de los DDHH y la Democracia serían impulsadas en función del “interés nacional”.

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