Professional Documents
Culture Documents
doi: 10.11144/Javeriana.mys19-39.gcsr
11 Botero, «Investigación y acción colectiva», 3. 15 Alier Martínez, El ecologismo de los pobres conflictos ambientales
12 Guido Gómez de Silva, Breve diccionario etimológico de la lengua y lenguajes de valoración (Barcelona: Icaría Editorial, 2005).
española (México: Fondo de cultura económica, 1995), 602. 16 Holloway, Contra y más allá del capital, 1.
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 75
Esta otra instancia que sostiene Holloway, jun- primer lugar lo que renta desde el plano del
to con otros exponentes del marxismo abierto “capital natural”, siendo así que el mercado de
como Löwy, Hirsch, Bensaid, Bonefeld y Tis- los “recursos naturales” los convierte en un ne-
chler, nos permite entender que las resistencias gocio necesario, sustentado por el movimien-
no siempre definen una ruptura radical e inme- to especulativo y financiero, desde el cual se
diata frente al sistema, pues en la ruta de orientar provoca un impacto perverso que resulta sig-
las luchas por lo propio, por la autonomía y por la nificativo para el espacio vital. Al respecto,
creación de alternativas también sustentan la lu- Svampa afirma que «la mirada productivista y
cha por la garantía de derechos, correspondien- eficientista del territorio [se interpreta como]
te al mismo sistema instituido, y por esto se trata el Consenso de los commodities»20, que re-
entonces de abrir fisuras. conoce el mercado como un sistema de valor
La resistencia, por tanto, no es una sustancia en sí, referido al precio en el orden económico insti-
sino que, por el contrario, se configura en contex- tuido. A juicio de la autora, este consenso in-
to y se lee en relación con el fenómeno u objeto voca no solo un orden, sino que consolida todo
al cual se resiste. Por tanto, entender la resis- un sistema de dominación. Por consiguiente,
tencia desde los conflictos socioambientales en las lógicas de los territorios que tienen que ver
el marco del extractivismo nos conmina a reco- con los valores propios se invalidan, y en tal
nocerla en su articulación con las luchas por la sentido «los territorios escogidos por el capital
supervivencia de los pueblos y no como una ca- son considerados “socialmente vaciables”»21 o
tegoría «onmicomprensiva»17. sacrificables. Por esto mismo conducen a con-
Estas luchas en el contexto que estudiamos se eri- flictos y luchas que advierten diversas consi-
gen confrontando el vaciamiento territorial pro- deraciones en las que se integran territorio,
vocado por la expansión minera a gran escala, la naturaleza y ambiente, desde las cuales se ar-
cual se sirve del avance de otras modalidades de ticulan concepciones sociopolíticas, cosmovi-
minería, de estrategias de “pacificación”18 y del sión, modos de vida y formas de subsistencia
conflicto político militar. Se interpreta este con- que fundamentan la resistencia.
flicto como un relacionamiento entre políticos y Con esta idea, integramos a la perspectiva de resis-
fuerza pública, quienes coadyuvan a crear redes tencia las luchas socioambientales que, además, se
delincuenciales y paramilitares con consecuen- entienden como «expresión de una relación anta-
cias adversas en todas las esferas de la sociedad19. gónica entre el capital depredador y la defensa de
Por esto, y en su lado opuesto desde la resisten- los bienes comunes, protagonizada por hombres y
cia, se sustenta la lucha por la defensa de la vida, mujeres que no están dispuestos a vender lo que
el territorio y los bienes comunes. para ellos no tiene precio»22. Se trata entonces de
Con todo, a la base de esta dinámica se recono- luchas que se renuevan constantemente frente al
ce la figura de los conflictos socioambienta- capitalismo, el cual detona su marcha hacia la de-
les, desde los cuales se leen las estrategias para predación, donde ninguna forma de vida podrá ser
la acumulación de capital, las cuales ponen en posible si no se detiene su curso.
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 77
y como bien se analiza, lejos de poner en pri- potencian. Este tipo de análisis también susten-
mer plano el tema ambiental y social, su enfo- ta que la «ausencia de paz es tanto causa como
que principal son los negocios en perspectiva de consecuencia de nuestra falta de desarrollo en
la apertura a la inversión extranjera, centrando el otras dimensiones»31. En efecto, y como elemen-
interés en la primarización. to sustancial de los objetivos de gobierno, propo-
ne consolidar el desarrollo económico a través de
Ambiente político de expansión minera en la estrategia de crecimiento verde para el cam-
medio de la «pacificación» po, señalando que «la sostenibilidad del cre-
cimiento económico depende también de los
Como parte de este contexto, uno de los procesos aspectos ambientales [donde] la mayoría de las
más importantes en Colombia durante las úl- metas ambientales están asociadas con la conser-
timas décadas es la búsqueda de la paz, lo cual vación y explotación sostenible de nuestros recursos
coincide con los periodos de transformación po- naturales»32. Esta explotación obedece al recono-
lítica en materia de proyección minera, y todo va cimiento que el gobierno proyecta, según el cual
en la misma ruta que los gobiernos perfilan para el sector minero se constituye en el principal so-
ofertar los “recursos naturales”. Pastrana (1998- porte para mantener lo que se ha dado en llamar
2002) anunciaba en su campaña presidencial y como el “posconflicto”. De este modo, el gobier-
ratificaba en Washington ante la Cámara de Co- no en cabeza del viceministro de minas, Cesar
mercio de Estados Unidos que «Colombia tiene Díaz33, postula que este sector no solo represen-
mucho que ofrecer a las empresas que deseen es- ta el 2,5% del producto interior bruto (pib), sino
tablecerse allí […]. Las perspectivas para la in- que no existe municipio en el país donde no haya
dustria minera son un hecho»30. minería, lo que significa que los reinsertados se-
En todo caso, los trazos más importantes fueron rían reincorporados en las regiones a través de las
dispuestos durante este periodo presidencial, ca- actividades mineras34.
racterizado tanto por retomar las conversaciones Vemos entonces cómo estas estrategias de nego-
de paz con las Fuerzas Armadas Revoluciona- ciación que ascienden hacia la “pacificación” son
rias de Colombia (farc)-ep, como por el empuje analizadas, en todo caso, como plataforma de cre-
del avance extractivo que “bien” a fuerza de paz o dibilidad y confianza para la inversión extranjera,
guerra la decisión persistiría. Los mismos propó- donde el tema minero se convierte en núcleo de
sitos siguieron su curso durante los periodos de las principales apuestas para el país. En suma, en
gobierno Uribe Vélez (2002-2010) y los perio- este proceso se verifican aseveraciones como las
dos de Santos (2010-2014 y 2014-2018). Uribe expresadas por Giraldo en 2012, quien afirma-
Vélez se centró en la desmovilización paramili- ba que «el gobierno cuando está firmando esto
tar y la Seguridad Democrática, además priori- [la paz], está pensando en la implicación interna-
zó la victoria militar sobre la negociación con la cional desde sus intereses inversionistas»35. Cabe
insurgencia, y Santos se concentró en el avan-
ce de negociación con las farc-ep, nuevamen-
31 Departamento Nacional de Planeación, Colombia, «Bases del Plan
te orientándose hacia los diálogos con el Ejército Nacional de Desarrollo 2014-2018. Todos por un nuevo país, paz,
de Liberación Nacional (eln). Santos robuste- equidad, educación. Versión preliminar para discusión del consejo
nacional de planeación». https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/
ce este propósito de “pacificación” en su segundo Prensa/Bases%20Plan%20Nacional%20de%20Desarrollo%20
periodo presidencial, cuando a través del plan de 2014-2018.pdf (consultado el 15 de abril de 2015).
desarrollo postula que Colombia tiene la opor- 32 Departamento Nacional de Planeación, Colombia, «Bases del Plan
Nacional de Desarrollo 2014-2018». Las cursivas son nuestras.
tunidad de hacer ruptura con el legado de con- 33 César Díaz Guerrero ocupó el cargo de presidente de la Cámara Co-
flicto; con esto, en la medida en que se consolide lombiana de Minería, quien a nuestro juicio, por su cargo, tiene un
sesgo totalmente parcializado a favor de los empresarios del sector.
la paz, las mismas posibilidades de desarrollo se 34 efe, «El sector llamado a ser el gran jugador en el posconflicto es la
minería», El Espectador, 2014 http://www.elespectador.com/noti-
cias/economia/el-sector-llamado-ser-el-gran-jugador-el-poscon-
flicto-m-articulo-517484 (consultado el 20 de septiembre de 2014).
30 Aurelio Suárez, «La economía uribista o el fracaso de la confianza 35 Lola Matamala, «La inversión extranjera necesita la Paz. Entre-
inversionista», Revista Deslinde 47 (2010): 7. vista a Javier Giraldo», Revista cepa, n.° 16 (2012): 19. http://re-
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 79
creación de infraestructura y nuevos acuerdos «modelo de desarrollo económico no es parte del
de libre comercio43. proceso de negociación»47.
Desde estos contextos, Villarraga analiza que, sin En suma, del mismo modo que se ha justificado en
embargo, los propósitos de paz que se adelantan toda América Latina la necesidad del extracti-
en el país no demuestran una política integral. vismo para alcanzar el desarrollo y mantener los
Por el contrario, el énfasis está puesto «en la gran subsidios, en el caso de Colombia, además de
minería y en la agroindustria, con ventajas para esto, se plantea el sector minero como aquel que
las multinacionales […] [y en el marco social] garantiza el sostenimiento del “posconflicto”, lo
carecen de un sentido de inclusión, equidad y su- que no significa desconocer que la guerra direc-
peración efectiva de la pobreza»44. Es decir, las ta impulsa los sectores extractivos. Es claro tam-
condiciones están dadas para viabilizar la aper- bién que estos negocios son tan rentables que
tura a los “grandes negocios” en vía de alcanzar los mismos costos de guerra y conflicto pueden
lo que Santos configura como el “buen gobier- ser absorbidos por las ganancias del sector y, por
no”. Además, aunque se exprese en su segundo ende, no se deja de invertir en escenarios de gue-
periodo «construir una Colombia en paz, equita- rra abierta. Más aún, es evidente y no se desco-
tiva y educada»45, pone finalmente como priori- noce que el capital siempre ha generado guerras
dad alcanzar «los estándares de la Organización en función del acceso a los recursos.
para la Cooperación y el Desarrollo Económi-
co (ocde)»46, los cuales, articulados a la planifi- Un modelo de desarrollo que se afianza
cación propuesta por la Agenda de Desarrollo
después de 2015, se orientan más en la vía del Con todo, se configura durante estos gobiernos una
crecimiento prolongado, que no es precisamente evidente estrategia para crear un ambiente de es-
la vía del desarrollo humano. tabilidad y credibilidad que afiance el modelo;
En efecto, más allá de una paz estructural que con- así, sumado a los tratados de libre comercio y si-
lleva equilibrio y simetría social, se mueven in- guiendo la orientación extractiva, se busca crear
tereses que sustentan un modelo económico, toda la plataforma completa, de la cual hace par-
cimentado por medio de acuerdos de libre co- te el cumplimiento de estándares internacionales
mercio con Estados Unidos, con Corea del Sur que garantice el apalancamiento como integran-
y con Europa, que resultan significativos para el tes de la Organización para la Cooperación y
avance de los negocios transnacionales, en los el Desarrollo Económico (ocde), guardando la
cuales se destaca el sector minero. En otras pa- misma línea de liberalización del comercio inter-
labras, esto explica que la idea sostenida al inicio nacional48. La ocde49 indica respecto a Colombia
de las negociaciones entre el gobierno de Santos la importancia que tiene, en tanto el país posee
y las farc-ep en la Habana, Cuba, sobre la im- una gran influencia en toda América Latina, sig-
portancia que este grupo señalaba sobre discutir nificando a la vez que se espera del mismo recibir
el modelo de desarrollo económico fuera reci-
bida con una total negativa, en tanto el gobier-
47 cinep,
«Tierra, política agraria y desarrollo rural en el horizonte
no lo que postuló de forma imperativa es que el de la paz. Aportes a los diálogos de paz cinep/Programa por la
Paz» (2012). http://www.cinep.org.co/index.php?option=com_
docman&task=doc_download&gid=293&Itemid=117&lang=es
(consultado el 5 diciembre de 2014).
43 Colombia.co, «Colombia es un país de oportunidades según the 48 Observatorio de la Cooperación Internacional, Colombia, «Co-
report colombia 2013». http://www.colombia.co/inversion/co- lombia miembro pleno de la ocde: ¿un jugador de talla mundial?»
lombia-es-un-pais-de-oportunidades-segun-the-report-colom- (2010). http://www.pcslatin.org/portal/images/documentos/De-
bia-2013.html (consultado el 12 de julio de 2014). sarrollo-Institucional/Colombia-miembro-pleno-de-la-OCDE.-Un-
44 Álvaro Villarraga, «El proceso de paz: balance y perspectiva 2014- jugador-de-talla-mundial.pdf (consultado el 2 de marzo de 2015).
2015». http://www.razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas 49 Miembros de la ocde: Australia, Bélgica, Chile, México, Países bajos,
-y-paz-temas-30/8159-el-proceso-de-paz-balance-y-perspecti- Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, Alemania, Austria, Francia,
va-2014-2015.html (consultado el 2 de marzo de 2015). Suecia, Estonia, Polonia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos, Co-
45 Departamento Nacional de Planeación, Colombia, «Plan Nacional rea, Israel, Japón, Italia, España, Portugal, entre otros. Ocde.org.
de Desarrollo, 2014-2018», 1 «Países miembros. ocde mejores políticas para una vida mejor».
46 Departamento Nacional de Planeación, Colombia, «Plan Nacional http://www.oecd.org/centrodemexico/paisesmiembros.htm (con-
de Desarrollo, 2014-2018», 1 sultado en octubre de 2014).
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 81
del Departamento de Estado configura ayuda a mineros a su favor. Uno de estos casos corres-
las naciones en vía de desarrollo, y con este fin ponde a la transnacional Anglo Gold Ashanti,
buscan el distanciamiento de conflictos violen- destacada por sus vínculos con grupos paramili-
tos para el logro de la estabilidad económica60. tares en el Congo63.
Desde la agencia se plantea que la «usaid iden- La más reciente investigación en Colombia de-
tificará y priorizará los conductores [de la vio- muestra la colaboración de empresas mineras
lencia] establecerá objetivos claros, diseñará una como Drummond y Prodeco, acusadas de víncu-
serie enfocada de intervenciones y evaluará siste- los con grupos paramilitares en el departamento
máticamente medidas relacionadas al progreso y del Cesar. Según Ruggie64, el tema de empresas y
al impacto [de los proyectos implementados]»61. derechos humanos toma importancia a partir de
Se puede decir que el panorama en Colombia deja los años noventa, por cuenta de la expansión ace-
un evidente trazo no solo estratégico sino táctico lerada que empuja la actividad trasnacional y la
de impulso a los intereses económicos, que, como aparición de varios fallos relacionados con la go-
dice Natiello, representante de usaid: «Estados bernanza global65.
Unidos apoya el proceso de paz en Colombia, Dicho de otro modo, para seguir las exigencias de
que se materializa con el trabajo articulado que convertir a Colombia en un país minero y lle-
adelanta alrededor de la consolidación territorial gar a cristalizarlo como uno de los principales
en los municipios que han tenido una historia de proveedores de materia prima, las empresas de-
conflicto»62. Sin embargo, esta consolidación se berán asumir estándares internacionales de res-
caracteriza por una gran carga militar que arti- ponsabilidad corporativa que integran derechos
cula estrategias sociales y militarización para el humanos. Entre ellos está la orientación de los
arraigo del modelo de desarrollo, el cual se pro- principios voluntarios en seguridad y derechos
fundiza en las diversas regiones del país. humanos (pv), planteados y proyectados por el
Departamento de Estado de Estados Unidos y la
Empresas y derechos humanos en la ruta Oficina de Asuntos Exteriores del Reino Unido
extractiva a partir de 2000, y se enfocan en establecer «guías
prácticas para que las compañías que operan en
Como parte de todo este entramado estratégico de zonas de conflicto o de gobernabilidad frágil, se
introducción extractiva, resulta de vital impor- aseguren de que las fuerzas de seguridad pública
tancia el tema de los derechos humanos cuan- o privada, que protegen sus operaciones, actúen
do se vincula con empresas que “desarrollan” el bajo el marco de los derechos humanos»66.
sector minero. Este tema repercute principal-
mente sobre el comportamiento de las empresas
y se convierte en un asunto sensible por cuan- 63 El Informe titulado «The Curse of Gold Democratic Republic of Con-
go», publicado por Human Rights Watch, reporta los vínculos de la
to muchas empresas extractivas, principalmente empresa Anglo Gold Ashanti, en la financiación del Frente Nacional
transnacionales, han resultado vinculadas con ac- Integracionista (fni), grupo armado responsable de graves viola-
tos de violación a derechos humanos. En el caso ciones a los derechos humanos contra el pueblo de la República
Democrática del Congo, violaciones relacionadas con las garantías
de Colombia resulta cuestionable que empresas de seguridad para sus operaciones de esta empresa. Véase: Human
investigadas por este tipo de violaciones cuen- Rights Watch, «The Curse of Gold Democratic Republic of Congo».
Human Rights Watch (2005). http://www.hrw.org/sites/default/fi-
ten actualmente con gran cantidad de títulos les/reports/drc0505_0.pdf (consultado el 2 de marzo de 2015).
64 Ruggie fue nombrado por tres años, de 2005 a 2008, como «Re-
presentante Especial del Secretario General para la cuestión de
ter Natiello» (2012). https://www.apccolombia.gov.co/?idcategoria los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras em-
=284#&panel1-6 (consultado el 2 de marzo de 2015). presas comerciales». Véase: Carlos López, «Empresas y derechos
60 Laura Carmen González, La usaid: paz, desarrollo y capital (São Pau- humanos: hacia el desarrollo de un marco normativo internacio-
lo: Universidade Estadual Paulista «Júlio de Mesquita Filho», 2013). nal», Aportes dplf 15 (2011): 8. http://www.dplf.org/sites/default/
61 González, La usaid, 27. files/1317248743_1.pdf (consultado en noviembre de 2014).
62 Departamento para la prosperidad Social, Colombia, «usaid apo- 65 John Ruggie, «Protect, Respect and Remedy: A Framework for
ya proceso de paz en Colombia», Unidad Administrativa para la Business and Human Rights», Innovations: Technology, Gover-
consolidación territorial. Prosperidad para todos. http://www. nance, Globalization 3, n.° 2 (2008): 189-212.
consolidacion.gov.co/?q=content/usaid-apoya-proceso-de-paz- 66 International Alert, «Principios Voluntarios en Seguridad y De-
en-colombia (consultado el 2 de marzo de 2015). rechos Humanos. Indicadores de desempeño. Versión Piloto»,
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 83
devele todo tipo de estrategias, cuyo fin es ilumi- bien expresa Holloway, producen «grietas en el
nar otros horizontes posibles. tejido de la dominación capitalista: como el re-
conocimiento, la creación, expansión, multiplica-
Resistencia desde los procesos ción y confluencia de los espacios o momentos
de negación-y-creación»75.
Desde este contexto, ponemos la mirada en una Por ende, este tipo de análisis más allá de los casos
apuesta metodológica relacionada con la par- devela cómo las resistencias se mueven por pro-
ticipación directa en los procesos de resisten- cesos que significan unidad en la diversidad, en
cia que nos permite romper con la perspectiva virtud de lo cual, cuando emergen y se detonan
del estudio de caso, por cuanto este fragmenta procesos de lucha, estos devienen en tensión en-
los procesos y los convierte en “emblemáticos”, tre el modelo extractivo geopolítico y los territo-
o establece variables para clasificar contrastar y rios configurados desde abajo.
comparar. Contrariamente, nos ubicamos en la Es de advertir que en Colombia las resistencias ar-
investigación activa y militante desde los mis- ticulan relaciones entre las comunidades rurales
mos procesos, en línea con la investigación ac- y urbanas que viven y prevén el grave impacto
ción colectiva74 que en la coyuntura de expansión socioambiental, creando contratendencias que
minera nos dispone a: (i) comprender ciertos entretejen alianzas con organizaciones no gu-
rasgos en la misma lucha, (ii) romper las barre- bernamentales, academia, grupos, iglesia, anar-
ras localistas, (iii) entender macro y en contex- quistas, antisistémicos, independientes que
to el armazón geopolítico, y (iv) participar en los configuran compromiso y sinergia. Su fin es su-
planteamientos de alternativas posibles. mar y fortalecer estos procesos con conocimien-
En efecto, las resistencias de las que somos parti- tos técnicos ambientales, jurídicos, económicos,
cipes y que también estudiamos se destacan por desde el reconocimiento ancestral, cultural, iden-
ciertas características que despliegan un contra titario y no identitario, como otra instancia que
a (i) la minería transnacional a gran escala, (ii) sustenta argumentos y saberes en y para la lucha.
la minería transnacional inconstitucional, (iii) la Se trata entonces de resistencias que optan igual-
minería ilegal y criminal, (iv) la explotación mi- mente por el reconocimiento de aquellas comu-
nera innecesaria; y la defensa a (i) la vida (ii) el nidades que ancestralmente extraen minerales
territorio y (iii) los bienes comunes. para la sobrevivencia, y cuya forma de extracción
No obstante esta tipificación, no pretendemos de- ha sido y sigue siendo «ancestral», en tanto con-
limitar y menos agotar los diversos detonantes, servan la historia y la memoria del sometimiento
intenciones y matices de la resistencia; se trata bá- a la esclavitud, al tiempo que continúan su lucha
sicamente de comprender aspectos de estas confi- por la emancipación; todo esto ocurre en un con-
guraciones, dejando explícito que estas se integran texto que reconoce la emergencia sin parar de co-
o separan estratégica y tácticamente. En todo caso, munidades y organizaciones que dicen «no a la
nos centramos en el entramado de aspectos deve- minería en ninguna de sus formas»76, donde tam-
lados, al tiempo que no irrumpimos en aquellos bién se reconocen comunidades y organizaciones
que se logran opacar, y que seguirán siendo clan- que se expresan en contra de la «minería a gran
destinos y no explorados, ya que en esto también escala» y defienden otros tipos de minería77.
consiste el potencial de la resistencia.
En consecuencia, nos permitimos no explicitar es-
pecificidades que puedan ser cooptadas, reduci-
75 John Holloway, Agrietar el capitalismo. El hacer contra el trabajo
das o silenciadas, en tanto significan una forma (Buenos Aires: Herramienta, 2011), 61-62.
más de vaciamiento que se traduce en despo- 76 Carolina Gutiérrez, «Rechazan toda forma de extracción. El no ro-
tundo de los nasas a la minería», El Espectador (13 de octubre,
jo y ocupación territorial. Se reconoce enton- 2012). http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/el-
ces la necesidad de crear intersticios que, como no-rotundo-de-los-nasas-mineria-articulo-381034 (consultado el
6 de marzo de 2015).
77 Reclame, «Carta abierta de apoyo a la minería nacional artesanal,
pequeña y mediana», Reclame Frente a la gran minería. http://
74 Botero, «Investigación y acción colectiva». www.reclamecolombia.org/index.php/noticias/177-carta-abierta-
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 85
obtener los «recursos». Algunos aspectos demos- Vida y los Territorios Ancestrales»89, desde la
trativos develan: (i) militarización del territorio cual y como producto de la Asamblea Permanen-
para ofrecer seguridad a través de convenios en- te declarada en La casa Giralda, Ministerio del
tre empresas y el Ministerio de Defensa85; (ii) es- Interior, se logra una serie de acuerdos90, cuyo fin
calamiento del conflicto –presencia paramilitar y apunta a obtener una respuesta integral por par-
guerrillera–; (iii) amenazas y hostigamiento a la te del gobierno a las demandas de la comunidad
población; (iv) ingreso de retroexcavadoras e ino- sobre la irrupción de la minería ilegal y la “legal”.
perancia de instituciones; (v) apropiación del re- La primera se refiere a la ocupación de las retroex-
curso hídrico, a la vez que envenenamiento del cavadoras sobre el río Ovejas, exigiendo resolver
agua con minería ilegal; (vi) desplazamiento; y la problemática de daño ambiental en la cuenca
(vii) titulación minera a foráneos y transnacio- hídrica que tributa al Pacífico, daño en la salud
nales de manera inconsulta y por ende inconsti- por el envenenamiento que compromete verti-
tucional. En síntesis, el Consejo Comunitario de miento de sustancias como mercurio y cianuro,
la Toma86 advierte que «resulta estratégico lo que daño social producto de la descomposición que
sucede en el territorio para apropiarse del mismo este tipo de dinámica minera provoca y protec-
y entregarlo a las transnacionales»87, mostrando ción integral. Respecto al segundo planteamiento
así cómo los territorios se disponen para dar res- sobre minería «legal», se asevera que esta moda-
puesta y paso a estos “grandes negocios”. lidad refiere titulación en el territorio de manera
En La Toma, y en general en el Cauca, se detonan inconsulta y por ende es inconstitucional. El si-
estas expresiones de resistencia en diferentes mo- guiente mapa es una muestra de las resistencias
mentos, como la lucha y movilización en unidad vinculadas con la movilización de mujeres afro-
del pueblo afro e indígena en 1994 frente a la descendientes en 2014 en el marco de los con-
desviación del curso del río Ovejas, que vuelve a flictos por minería (ver mapa 2).
unirse actualmente por su defensa. Así mismo, En relación con el conflicto político militar y sus
la toma pacífica del Incoder por parte de repre- vínculos con la minería, quienes hacen resisten-
sentantes del Consejo Comunitario de La Toma, cia tienen que confrontar amenazas, hostiga-
en la cual se declaran en Asamblea Permanen- miento y desplazamiento en un territorio con
te con el fin de «resolver la situación de violencia, grandes intereses por la “riqueza metalífera”, es-
despojo y general marginalidad y discriminación pecialmente del oro, e hídrica, en tanto resulta
que busca mantener bajo opresión comunidades necesaria para echar a andar estos negocios ilega-
arraigadas en territorios y culturas ancestrales»88. les y los “grandes negocios” transnacionales.
La más reciente ha sido la «Movilización de Mu- Como puede entenderse, la resistencia que las co-
jeres Afrodescendientes por el Cuidado de la munidades levantan evidencia que más allá de
una mirada ingenua logran capacidad para re-
clamar al Estado y gobierno de turno sus res-
ponsabilidades frente a los acuerdos logrados y
en general al cumplimiento a los derechos fun-
85 El Ministerio de Defensa Nacional ha firmado convenios de co-
laboración para prestar seguridad a las empresas transnaciona- damentales que están siendo violados, y al reco-
les mineras. Colectivodeabogados.org, «Senador Cepeda exige a nocimiento de su ancestralidad. Esta actuación,
Mindefensa rendición de cuentas sobre convenios para la presta-
ción de seguridad a mineras» (2014). http://www.colectivodeabo-
sin embargo, no termina, pero ha logrado per-
gados.org/noticias/noticias-nacionales/article/senador-cepeda- sistencia y alianzas, las cuales transcienden el es-
exige-a-mindefensa pacio concreto territorial, en una comprensión
86 Los Consejos Comunitarios son reconocidos por la Ley 70 de 1993.
87 Francia Helena Márquez, «Movilización de Mujeres Afrodescen-
dientes por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales»,
Intervención ante el Ministerio del Interior, 27 de noviembre de 89 Proceso de Comunidades Negras, «Movilización de mujeres afro-
2014. http:// encuentromegaproyectosymineria. blogspot. com/ descendientes por el cuidado de la vida y el territorio ancestral»,
2014/12/comunicado-movilizacion-de-mujeres.html Comunicado n.º 004 (noviembre de 2014). http://www.renacien-
88 Pueblosencamino.org, «Afrocaucanos ocupan incoder en Popa- tes.org/index.php/pcn?start=6
yán» (2013). http://www.pueblosencamino.org/index.php/asi-si/ 90 Sin embargo, a la fecha de este escrito no se evidencian resultados
resistencias-y-luchas-sociales02/617-afrocaucanos-ocupan- contundentes; esta versión es directa, por cuanto en este proceso
incoder-en-popayan (consultado el 4 de marzo de 2015). acompaño a las mujeres y también cumplo función como garante.
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 87
socioambientales, que se traducen en tensión por el Cuidado de la Vida y los Territorios An-
por los “grandes negocios extractivos” del capi- cestrales», se verifica la capacidad de moviliza-
tal, frente a lo cual la resistencia articula defen- ción y resistencia desde los territorios, pero a
sa de la vida, el territorio y los bienes comunes. la vez la forma en que se dilatan soluciones in-
Con esta lógica se crean fisuras y se abren grietas terinstitucionales por parte del gobierno para
que a la vez convocan a la creación de alternati- enfrentar los conflictos socioambientales y polí-
vas que no son precisamente las del capital, pues tico-militares. Así, la falta de celeridad y dilación
justamente allí se ubica el nudo causante de los para atender las demandas de las comunidades,
conflictos e intereses geopolíticos por “recursos” al igual que la carencia y demora en la aplica-
que alimentan el modelo capitalista, sin los cua- ción de las sentencias de protección del Estado
les sería insostenible el modelo que mantiene la de los derechos, se convierte en una muestra fe-
producción y el consumo, que además viene im- haciente que da empuje y viabiliza el vaciamien-
posibilitando la sostenibilidad de la vida. to territorial, dando paso a los “grandes negocios”
El proceso de vaciamiento que hemos advertido transnacionales, que cuentan con otra lógica de
desde La Toma y que refiere los demás munici- capacidad y seguridad ofrecida por el gobierno
pios del Cauca representa en su articulación to- para dar vía libre a las “grandes inversiones” de la
das las características de la puesta en marcha de inversión extranjera directa.
la desocupación territorial que integra amenaza La capacidad de lucha que configura las resistencias
y desplazamiento, y que da paso a los negocios ha logrado demostrar que no le es fácil a estos
mineros de las transnacionales. Por un lado, se ha gobiernos entregar los territorios, ya que la fuerte
hecho indiscutible la aplicación de las políticas tensión y articulación que se crea involucra cada
que priorizan los “grandes negocios” y no la per- vez más apoyo técnico y jurídico a las luchas. Ac-
manencia ancestral de las comunidades en su te- tualmente se integran organizaciones, grupos,
rritorio91, y por otro se demuestra una estrategia redes, academia, iglesias, instituciones defensoras
calculada para provocar el vaciamiento. de derechos, entre otros, fortaleciendo la capaci-
Además, se ha develado la avanzada de la inter- dad de resistencia para impedir el vaciamiento
vención de los grupos ilegales que irrumpen territorial, creando así alternativas «en contra y
territorios abriendo minas con dragas y retroe- más allá del capital» en la lógica de fisurar el sis-
xcavadoras, poniendo en riesgo la vida de los tema para configurar otros mundos posibles.
pobladores, con la mirada ineficaz de las institu-
ciones gubernamentales, autoridades militares y Bibliografía
policivas que demuestran inoperancia y falta de
articulación insterinstitucional frente a las de- Agencia Presidencial de Cooperación Internacio-
nuncias de las comunidades, todo esto en un te- nal de Colombia. «apc-Colombia, le da bien-
rritorio que demuestra presencia de base militar venida al nuevo director de usaid Mr. Peter
y campamentos ubicados en alta montaña y al Natiello», 2012. https://www.apccolombia.gov.
interior de los barrios y veredas que componen co/?idcategoria=284#&panel1-6. Consultado 26
el corregimiento que configuran este territorio92. de octubre 2014
Además, se ha desconocido la «consulta previa» a las Agencia Presidencial de Cooperación Internacio-
comunidades étnicas que debe ser aplicada antes nal de Colombia (apc). «Análisis país bilateral.
de conceder cualquier titulación sobre sus terri- Estados Unidos. Prosperidad para todos», 2013.
torios, ya que esta impediría exponer a las comu- https://www.apccolombia.gov.co/recursos_user/
nidades al desalojo. Luego, gracias a los diversos Documentos/Demanda/Analisis-Pais/Alema-
hitos de resistencia, entre los que se destaca la nia-Ok-Sep-2013.pdf.
«Movilización de Mujeres Afrodescendientes Archila, Mauricio. «Resistencia a la minería en el
sur de la Guajira». Palabras al Margen 41 (2014).
http://palabrasalmargen.com/index.php/arti-
91 Sentencia T-1045A/10 culos/nacional/item/resistencia-a-la-mineria
92 Orjuela, Documental en medio de la guerra. -en-el-sur-de-la-guajira.
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 89
Ejército Nacional de Colombia. «Plan de Consoli- Lang, Miriam; Claudia López y Alejandra Santilla-
dación». Revista Ejército 147 (2009). http://www. na, comp. Alternativas al capitalismo colonialismo
ejercito.mil.co/index.php?idcategoria=236149. del siglo xxi. Quito: Abya Yala, Fundación Rosa
Consultado: 26 de septiembre de 2014 Luxemburg, 2013.
Elpaís.com.co. «Estas son las tareas que debe hacer López, Carlos. «Empresas y derechos humanos: hacia
Colombia para ingresar a la ocde». El País (26 el desarrollo de un marco normativo internacio-
de octubre, 2013). http://www.elpais.com.co/el- nal». Aportes DPLF 15 (2011): 7-11. http://www.
pais/economia/noticias/estas-son-tareas-debe- dplf.org/sites/default/files/1317248743_1.pdf
hacer-colombia-para-ingresar-ocde Machado Araoz, Horacio. «El auge de la minería
Gómez de Silva, Guido. Breve diccionario etimológi- transnacional en América Latina». En La natu-
co de la lengua española. México: Fondo de cultu- raleza colonizada. Ecología política y minería en
ra económica, 1995. América Latina, coordinado por Héctor Alimon-
González, Laura Carmen. La usaid: paz, desarrollo y da. Buenos Aires: clacso, 2011.
capital. São Paulo: Universidade Estadual Paulis- Márquez, Francia Helena. «Movilización de Muje-
ta «Júlio de Mesquita Filho», 2013. res Afrodescendientes por el Cuidado de la Vida
Gutiérrez, Carolina. «Rechazan toda forma de ex- y los Territorios Ancestrales». Intervención ante
tracción. El no rotundo de los nasas a la minería», el Ministerio del Interior, 27 de noviembre de
El Espectador (13 de octubre, 2012). http://www. 2014. http://encuentromegaproyectosymineria.
elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/el-no- blogspot.com/2014/12/comunicado-moviliza-
rotundo-de-los-nasas-mineria-articulo-381034 cion-de-mujeres.html
Gutiérrez, Natalia. «¿Le conviene al país apostarle a Martínez, Alier. El ecologismo de los pobres conflictos
que la minería siga siendo un motor de desarro- ambientales y lenguajes de valoración. Barcelona:
llo?». Entrevista en el marco del «V Foro Nacional Icaría Editorial, 2005.
de Apropiación Social de Ciencia y Tecnología» Matamala, Lola. «La inversión extranjera necesita
Pontificia Universidad Javeriana y el portal La Si- la Paz. Entrevista a Javier Giraldo». Revista cepa,
lla Vacía, 12 de noviembre, 2014. http://www.ja- n.º 16 (2012): 19. http://revistacepa.weebly.com/
veriana.edu.co/noticias/videos#.VOoy_vmG-So uploads/1/3/3/7/13372958/la_inversion_ex-
Harvey, David. «El neoliberalismo como des- tranjera_necesita_paz.pdf
trucción creativa». Marxismo Crítico 3 (2008). Mina, E. «Diálogo personal en el territorio de La
http://mar xismocritico.com/2011/10/09/ Toma, Cauca, Colombia» (2015).
el-neoliberalismo-como-destruccion-creativa/ Ministerio de Minas y Energía. «eiti Colombia.
Holloway, John. Contra y más allá del capital: Reflexio- Iniciativa para la transparencia de las indus-
nes a partir del debate del libro «Cambiar el mundo trias extractivas». http://www.minminas.gov.co/
sin tomar el poder». Buenos Aires, Puebla: Herra- EITIColombia/web/guest/cooperantes
mienta, Universidad Autónoma de Puebla, 2006. Moor, Marianne y van deSandt, Joris. «El lado os-
Holloway, John. Agrietar el capitalismo. El hacer con- curo del carbón. La violencia paramilitar en el
tra el trabajo. Buenos Aires: Herramienta, 2011. Cesar, Colombia». Utrech-Bélgica, 2014.
Human Rights Watch. «The Curse of Gold Dem- Navarro, Mina Lorena. «Las luchas socioambienta-
ocratic Republic of Congo», 2005. http://www. les en México como una expresión del antagonis-
hrw.org/sites/default/files/reports/drc0505_0.pdf. mo entre lo común y el despojo múltiple». Revista
International Alert. «Principios Voluntarios en Se- del Observatorio Social de América Latina xiii, n.º
guridad y Derechos Humanos. Indicadores de 32 (2012): 149-171. http://biblioteca.clacso.edu.
desempeño. Versión Piloto». International Alert 3 ar/clacso/osal/20120927103642/OSAL32.pdf
(2008). http://www.international-alert.org/sites/ Observatorio de la Cooperación Internacional, Co-
default/files/publications/PVsIndicadores.pdf. lombia, «Colombia miembro pleno de la ocde:
ikv Pax Christi. «Informe de Pax Christi sobre el pro- ¿un jugador de talla mundial?» (2010). http://www.
yecto minero de aga en Cajamarca». Pax Christi pcslatin.org/portal/images/documentos/Desarro-
2. http://www.bibliotecavirtual.info/wp-content/ llo-Institucional/Colombia-miembro-pleno-de-
uploads/2011/05/Cajamarca_rapport_Spaans.pdf la-OCDE.-Un-jugador-de-talla-mundial.pdf
Geopolítica de los conflictos socioambientales: resistencia a la expansión minera / Aída Quiñones Torres / 91
index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/8159-
el-proceso-de-paz-balance-y-perspectiva-2014 Cómo citar este artículo
-2015.html. Quiñones Torres, Aída. «Geopolítica de los conflictos
socioambientales: resistencia a la expansión minera».
Memoria y Sociedad 19, n.º 39 (2015): 73-92. http://
n Fecha de recepción: 26 de febrero de 2015
dx.doi.org/10.11144/Javeriana.mys19-39.gcsr
n Fecha de aprobación: 14 de abril de 2015
n Disponible en línea: 30 de agosto de 2015