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EL OJITO
Ésta era la historia de una niña llamada Saulis.
FIN
De pronto se acercó un gato muy peludo, asomó su nariz en el agujero y los ratones envidiosos se arrinconaron
muy asustados. Cuando gritaron, el vecino los escuchó y se acercó al gato lleno de valor y como pudo lo alejó de la
puerta. Quedó tan cansado el pobre ratón que los envidiosos salieron a agradecerle el favor y por fin lo invitaron a
comer.
Todos felices disfrutaron de un estupendo platillo de queso y entre risas recordaban al gato que corrió muy
enojado.
FIN
EL GATO DORMILON
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes enteras echado en el sofá. Siempre se
preguntaban que es lo que hacía para quedar tan exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera
descansar.
Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía toda la noche, pero mientras bajaba la
escalera pudo verlo… ahí estaba él, sentado frente al acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí
mirando en silencio a su gato, despierto y sereno estaba cuidando el sueño de su amiga tortuga.
Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el porqué de su
sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.
FIN
EL SEÑOR ZAFIRO
Había una vez un señor con un nombre muy bonito, se llamaba Zafiro. A Zafiro le gustaba vender papaya, zapotes,
etc.
Él era un hombre honrado y trabajador, le gustaba ayudar mucho a las personas que lo necesitaran. Era
investigador del núcleo de las células y los números de matemáticas.
Realizaba estas labores porque quería ser alguien en la vida. Realmente, lo que más le gustaba y tenía el gran
sueño de ser escritor y lo consiguió gracias a su tesón, a su continuo trabajo duro, su esfuerzo y su afán de
superación.
FIN
CANTITOS Dos elefantes
se balanceaban
1. Arroz con leche sobre la tela de una araña
como veían que resistía
Arroz con leche fueron a buscar a otro elefante...
me quiero casar
con una señorita de Portugal Tres elefantes
que sepa coser se balanceaban
que sepa bordar sobre la tela de una araña
que sepa abrir la puerta como veían que resistía
para ir a pasear. fueron a buscar a otro elefante...
Con ésta sí. Cuatro elefantes…
con éste no,
con esta señorita
me caso yo.
CHISTES
- Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
- No sé hijo, pregúntale a tu abuelo...
LEYENDAS
Cuando llegó al borde de un bosque, lejos de los ruidos de la ciudad, pidió a sus portadores que se detuvieran. Abrió las
cortinas de su litera y descendió del palanquín, pidiéndole a los portadores que llegaran a buscarlo al atardecer. Respiró
por un tiempo llenando sus pulmones con el aire puro de la campiña, y luego se arrodilló y lloró un buen rato por todas
sus faltas.
Lleno de lástima, el genio le dijo: «Voy a cumplir tu deseo, porque tu amor y tu dolor son sinceros. Pero espero
que no te arrepientas más tarde». Le pidió entonces al campesino que abriera el ataúd, que cortara la punta del
dedo y que dejara caer tres gotas de sangre sobre el cuerpo de la difunta. Tan pronto como lo hizo, la mujer
abrió los ojos como si estuviera despertando de un largo sueño. Antes de partir, el genio le dijo a la mujer: «No
olvides tus deberes de esposa. Piensa en el amor que tu esposo te tiene y a su devoción por ti. Que sean felices
los dos.»
Deseando regresar a su casa, Ngoc Tâm remó día y noche. Una tarde, debió amarrar en la costa para ir a
comprar provisiones. Durante su ausencia, una gran barca de un rico comerciante amarró a la par de su barquito.
Sorprendido por la belleza de la joven mujer, el comerciante se puso a conversar con ella, y terminó
seduciéndola y llevándosela consigo hacia un nuevo destino. Cuando Ngoc Tâm regresó, se puso furioso y
decidió perseguir al rico comerciante.
Pero un día llegó el dios de las Auroras Boreales. Era tan bello por lo que Lindu cayó perdidamente enamorada.
Pero el dios de las Auroras Boreales no podía soportar la luz deslumbrante del día, y debió volver al país de la
noche, prometiéndole regresar el día de la boda.
Lindu, feliz, se preparó para su boda. Pero desafortunadamente el dios de las Auroras Boreales era tan
inconveniente como bello, y nunca regresó. Lindu se entristeció cada vez más. Pasaba el tiempo llorando, sin
siquiera mirar a las aves que se juntaban alrededor de ella.
Uko vio lo que pasaba desde lo alto de los cielos. Tuvo piedad de su pobre hija y comandó a los vientos que la
fueran a buscar y que la llevaran con él.
TRABALENGUAS
Las llaves
El anillo del llavero
no tiene llaves.
¿Quién se ha llevado la llaves
del anillo del llavero?
RETAHILAS
REFRANES
COPLAS
POEMAS
Los ratones, de Lope de Vega
POESIAS
El lagarto está llorando
Paisaje
La pancita
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña, Desde que yo estaba en la
que la he visto yo. pancita de mamita
tu me veías, tu me veías.
Lleva la Tarara
un vestido verde
Y cuando estoy jugando
lleno de volantes o durmiendo en mi camita
y de cascabeles. tu me ves y nunca me dejas.
La Tarara, sí; Por eso yo digo gracias Señor,
la tarara, no; por estar conmigo
la Tarara, niña, y cuidarme con amor.
que la he visto yo.
Por eso yo digo gracias Señor,
Luce mi Tarara por estar conmigo
su cola de seda y cuidarme con amor.
sobre las retamas
y la hierbabuena. Palmas palmitas
Ay, Tarara loca.
Mueve la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.
Autor: Federico García Lorca
Palmas, palmitas,
que viene papa
Mariposa del aire palmas palmitas
¡que hermosa eres! que luego vendrá
Mariposa del aire
dorada y verde. Palmas, palmitas,
que viene papa
Luz de candil… palmas palmitas
Mariposa del aire, que en casa ya está
quédate ahí, ahí, ahí.
'Es hora de ir a la cama'
No te quieres parar,
pararte no quieres…
Mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz de candil…
Mariposa del aire, Hasta mañana si Dios quiere,
quédate ahí, ahí, ahí. que descansen bien
quédate ahí. llegó la hora de acostarse
Mariposa ¿estás ahí? y soñar también
Autor: Federico García Lorca Porque mañana será otro día
hay que vivirlo con alegría
que se olvidó de querer.
Todas las horas del día
hay que pasarlas muy bien Estrellita dónde estás
a la mañana la escuela
para estudiar y aprender
COSTA RICA
En la lucha tenaz,
de fecunda labor
que enrojece del hombre la faz,
conquistaron tus hijos
labriegos sencillos
eterno prestigio, estima y honor.
EL SALVADOR