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Tema: Convenio de Basilea, Convenio de Estocolmo, Convenio

de Minamata y El Registro de Emisiones y Transferencias de


Contaminantes (RETC)

Curso: Saneamiento Ambiental I

Profesor: Ing. Carmen Ventura

Alumno: Rodriguez Julca Jadir

Código: 2014001751
CONVENIO DE BASILEA

El Convenio de Basilea es un tratado ambiental global que regula estrictamente el movimiento


transfronterizo de desechos peligrosos y estipula obligaciones a las Partes para asegurar el
manejo ambientalmente racional de los mismos, particularmente en lo referente a su
disposición. El Convenio de Basilea fue adoptado el 22 de marzo de 1989 y entró en vigor el 5
de mayo de 1992. El Convenio es la respuesta de la comunidad internacional a los problemas
causados por la producción mundial anual de 400 millones de toneladas de desechos peligrosos
para el hombre o para el ambiente debido a su características tóxicas/ecotóxicas, venenosas,
explosivas, corrosivas, inflamables o infecciosas.

Este convenio fue en parte la respuesta a la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972), las Directrices y principios de el Cairo para el manejo
ambientalmente racional de desechos peligrosos, aprobados por el Consejo de Administración
del Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente por su decisión 14/30, de 17 de
junio de 1987, las recomendaciones del Comité de expertos en el Transporte de Mercaderías
Peligrosas, de las Naciones Unidas (formuladas en 1957 y actualizadas cada dos años), las
recomendaciones, declaraciones, instrumentos y reglamentaciones pertinentes adoptadas
dentro del sistema de las Naciones Unidas y la labor y los estudios realizados por otras
organizaciones internacionales y, regionales. El Convenio reconoce que la forma más efectiva de
proteger la salud humana y el ambiente de daños producidos por los desechos se basa en la
máxima reducción de su generación en cantidad y/o en peligrosidad. Los principios básicos del
Convenio de Basilea son: el tránsito transfronterizo de desechos peligrosos debe ser reducido al
mínimo consistente con su manejo ambientalmente apropiado; los desechos peligrosos deben
ser tratados y dispuestos lo más cerca posible de la fuente de su generación; los desechos
peligrosos deben ser reducidos y minimizados en su fuente.

Para lograr estos principios, la Convención pretende a través de su Secretaría controlar los
movimientos transfronterizos de desechos peligrosos, monitorear y prevenir el tráfico ilícito,
proveer asistencia en el manejo ambientalmente adecuado de los desechos, promover la
cooperación entre las Partes y desarrollar Guías Técnicas para el manejo de los desechos
peligrosos.

El objetivo primordial del Convenio de Basilea es reducir al mínimo los movimientos


transfronterizos de desechos peligrosos entre Estados Partes, así como a prohibir la importación
o exportación de desechos peligrosos si particularmente son países en desarrollo, o si se tienen
razones para creer que tales desechos no serán sometidos a un manejo ambientalmente
racional, entendido este como la adopción de todas las medidas posibles para garantizar que los
desechos peligrosos y otros desechos se manejen de manera que queden protegidos el medio
ambiente y la salud humana contra los efectos nocivos que pueden derivarse de tales desechos.
El ámbito de aplicación del Convenio de Basilea cubre una amplia variedad de desechos
definidos como “desechos peligrosos” sobre la base de su origen o composición, o en virtud de
sus características peligrosas.

Las disposiciones del Convenio giran en torno a los principales objetivos siguientes:

I. la disminución de la generación de desechos peligrosos y la promoción de la gestión


ambientalmente racional de los desechos peligrosos, dondequiera que se realice su
eliminación;
II. la restricción de los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos, salvo en los
casos en que se estima que se ajusta a los principios de la gestión ambientalmente
racional;
III. Y un sistema reglamentario aplicable a casos en que los movimientos transfronterizos
son permisibles.

¿Qué categorías de residuos peligrosos están cubiertos por el Convenio?

Tóxicos, venenosos, explosivos, corrosivos, inflamables, eco tóxicos e infecciosos.

CONVENIO DE ESTOCOLMO

El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) es un tratado


mundial para proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos
persistentes (COP). Los COP son productos químicos que permanecen intactos en el medio
ambiente por largos períodos de tiempo, son ampliamente distribuidos geográficamente, se
acumulan en los tejidos grasos de los organismos vivos y son tóxicos para los seres humanos y
la vida silvestre. Los contaminantes orgánicos persistentes circulan a nivel mundial y pueden
causar daños dondequiera que viajen. En la aplicación del Convenio, los gobiernos deben
adoptar medidas para eliminar o reducir la liberación de contaminantes orgánicos persistentes
en el medio ambiente.

El Convenio de Estocolmo fue adoptado y abierto a la firma en una Conferencia de


Plenipotenciarios, celebrada del 22 al 23 de mayo de 2001 en Estocolmo, Suecia. Entró en vigor
el 17 de mayo de 2004.

El Convenio de Estocolmo tiene como objetivo eliminar o reducir las emisiones de 12


contaminantes orgánicos persistentes, la llamada "Docena Sucia". Establece un sistema para
hacer frente a otros productos químicos inaceptablemente identificados como peligrosos.
Reconoce que un esfuerzo especial puede a veces ser necesario para eliminar algunos productos
químicos de ciertos usos y trata de asegurar que este esfuerzo se realice. Asimismo, canaliza los
recursos para la limpieza de los vertederos y las existencias de contaminantes orgánicos
persistentes que dañan el paisaje mundial. En última instancia, el Convenio señala el camino a
un futuro libre de contaminantes orgánicos persistentes peligrosos y promete reconfigurar
nuestra dependencia económica de las sustancias químicas tóxicas.

El Convenio de Estocolmo es tal vez mejor interpretado a través de sus cinco objetivos
esenciales:

• Eliminar los contaminantes orgánicos persistentes peligrosos, comenzando por los 12 peores.
• Apoyar a la transición a las alternativas más seguras.
• Seleccionar los COP adicionales para los cuales deben tomarse medidas.
• Limpiar las existencias obsoletas y equipos que contengan COP.
• Trabajar juntos para un futuro libre de contaminantes orgánicos persistentes.
• El fondo para el Medio Ambiente (FMAM) es el mecanismo financiero provisional designado
del Convenio de Estocolmo.
CONVENIO DE MINAMATA

El “Convenio de Minamata sobre el Mercurio” contiene las metas y mecanismos internacionales


para facilitar las acciones que los países realicen para prevenir emisiones y vertimientos de
mercurio que ponen en riesgo la salud humana y el medio ambiente en todo el mundo. El Perú
es uno de 128 países que ha suscrito el Convenio. Mediante Resolución Suprema N° 038-2015-
RE, el Gobierno remitió al Congreso de la República el proyecto de ratifición para que el Perú
pueda ser parte de este acuerdo global y aprovechar sus beneficios.

El Convenio de Minamata entrará en vigencia a los 90 días de haber sido ratificado, como
mínimo, por 50 países miembros de la ONU o de las organizaciones de integración económica
regional que los representen. A la fecha, son 12 los países que han ratificado el Convenio.

El objetivo del Convenio de Minamata es proteger la salud humana y el medio ambiente de las
emisiones y liberaciones antropógenas de mercurio y sus compuestos.

Para ello contiene disposiciones sobre a) el suministro y comercio internacional de mercurio, b)


reducción progresiva del uso de mercurio en productos y procesos, c)mecanismos financieros
para la implementación del Convenio y el desarrollo de capacidades, asistencia técnica y
transferencia tecnológica, d) la protección y vigilancia de la salud, enfocadas en las poblaciones
en situación de riesgo, particularmente las poblaciones vulnerables, e)orientaciones para la
implementación de planes de acciones nacionales sobre reducción de uso del mercurio en
minería artesanal y pequeña minería.

El Convenio prevé la reducción gradual de productos y procesos, o componentes de un producto


al que se haya añadido mercurio o un compuesto de mercurio de manera intencional.

Estos productos con mercurio añadido se agrupan en acumuladores y baterías; relés e


interruptores; lámparas y bombillas de iluminación; plaguicidas, biocidas y antisépticos de uso
tópico; aparatos e instrumental de medición (termómetros, barómetros, higrómetros,
manómetros y esfigmomanómetros); y cosméticos y jabones para aclarar la piel. En este rango
de industrias, es importante resaltar que el convenio solo es aplicable a aquellos productos con
mercurio añadido, e incluso especifica algunos productos que conteniendo mercurio, quedan
excluidos.
El Perú es principalmente importador un país importador de estos productos listados en el
convenio. Y en el caso, por ejemplo, de baterías es productor pero no de baterías con mercurio.
Por estas consideraciones la ratificación del convenio de Minamata no producirá efectos
negativos.

En el caso de la minería artesanal y de pequeña escala, el Convenio no define un nuevo marco


normativo o estatus legal de este sector; únicamente compromete a las partes a diseñar e
implementar un Plan Nacional de Acción que facilite la adopción de tecnologías que reduzcan
las emisiones de mercurio o tecnologías alternativas al mercurio; así como medidas de
prevención y atención de salud para reducir los riesgos de exposición al mercurio y medidas de
control para del comercio de mercurio destinado a esta actividad

El convenio especifica que los países miembros, como parte de su Plan Nacional de Acción,
implementen mecanismos de control del comercio interno y externo de mercurio, con la
finalidad de fomentar el uso de tecnologías limpias en este sector productivo, así como evitar el
tráfico y comercio ilegal de mercurio. En estos mecanismos destaca además la facilitación de
intercambio de información y mecanismos de control entre importadores y exportadores de
mercurio elemental. En el Perú la SUNAT ya viene implementando mecanismos de control del
comercio de mercurio como producto químico fiscalizado, estableciendo el sistema de registro
de proveedores y consumidores, rutas fiscales e intercambio de información entre importadores
y exportadores. Asimismo, el Convenio incluye medidas sobre la exportación de mercurio, que
controlan y reducen las emisiones y vertimientos de mercurio en la industria, que establecen el
almacenamiento seguro del mercurio, y que prohíben la apertura de nuevas minas de mercurio
y la eliminación de las existentes, en un período máximo de 15 años. Al respecto es importante
tener en cuenta que el Perú no es país productor primario de mercurio (no tiene minas de
mercurio).
RETC

El Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) es un catálogo con las


emisiones y transferencias de contaminantes químicos, con énfasis en aquellos considerados
como peligrosos, incluyendo información de los riegos que estos pueden tener para la salud del
ambiente y de la población, la cantidad de emisiones y transferencias por el aire, agua y suelo,
como resultado de las acciones de transformación de los recursos naturales. El RETC es una
manera práctica de implementar el “derecho a saber” de la comunidad y ha probado ser una
herramienta efectiva para la gestión ambiental, brindando información al gobierno, la industria
y al ciudadano, sobre las emisiones realizadas al ambiente.

Los RETCs en el mundo han probado ser una herramienta muy útil dentro del marco de
mejoramiento de la integración económica y libre comercio en la región. Asimismo han sido
específicamente mencionados en la Estrategia de Política Global para la Gestión de los
Productos Químicos a Nivel Internacional (SAICM) y también han sido identificados como una
posible esfera de trabajo en el Plan de Acción Mundial del SAICM.

El Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes RETC Perú, constituye un mecanismo


de gestión ambiental que facilita el acceso a la información sobre las liberaciones al ambiente
de sustancias y materiales potencialmente peligrosos al ciudadano; sirviendo además como
insumo para sustentar decisiones de política respecto a la gestión de químicos así como de sus
riesgos asociados.

Objetivos y beneficios del RETC

• Objetivo General

Inventariar y mantener actualizado una base den datos de alcance nacional sobre emisiones y
transferencias al aire, agua y suelo, de contaminantes según área geográfica y actividad
económica; los cuales estarán disponibles a los ciudadanos, el sector gubernamental y empresas
a través del Sistema Nacional de Información Ambiental.

• Objetivos Específicos
a) Proveer una base de información confiable y actualizada sobre la emisión y
transferencia de contaminantes a los diferentes medios (aire, agua y suelo), que ayude
en la toma de decisiones y a la formulación de políticas ambientales en el país.
b) Constituir un elemento adicional que apoye la toma de decisiones de los
establecimientos industriales, complementario a sus propios sistemas y prioridades de
gestión ambiental.
c) Permitir el seguimiento y cuantificación de los avances en la reducción de emisiones y
descargas contaminantes a los distintos medios (agua, aire y suelo).
d) Generar un servicio de información sobre emisiones y transferencias de contaminantes
que sirva para la elaboración de reportes con información disponible al público en
general.

Países con Registros Nacionales de Emisiones y Transferencia de Contaminantes

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