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Introducción……………………………………………………………………………………………………………………............
Características generales…………………………………………………………………………………………………………….
Principales exponentes……………………………………………………………………………………………...................
Conclusión…………………………………………………………………………………………………………………………………
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………………………………
Introducción:
Comenzó el 1 de enero del año de 1701, es conocido como el siglo de las luces ya que en este
siglo nace el movimiento intelectual conocido como ilustración.
el siglo XVIII es fundamental para comprender el mundo moderno, pues muchos de los
acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales e intelectuales de esos años han
extendido su influencia hasta la actualidad.
El siglo XVIII fue un siglo de crecimiento y de desarrollo económico en Europa. Sin embargo, los
cambios económicos no fueron seguidos de transformaciones en el sistema político absolutista
ni en la sociedad estamental del Antiguo Régimen.
A lo largo del siglo XVIII la población europea creció con rapidez y de manera constante (ver
t36). Este crecimiento se debió a dos causas:
El descenso de la mortalidad.
El aumento de la natalidad.
Industria. A partir de 1760 aparecieron en Inglaterra las primeras fábricas en las que se
utilizaban máquinas, lo que multiplicó la producción.
La ilustración
La Ilustración es un movimiento complejo sustentado por las clases altas y los gobiernos
absolutistas de la segunda mitad del XVIII basado en la creencia supersticiosa de que la
educación en el saber racionalista, separado de lo sobrenatural, lleva a la virtud y a la felicidad
y por eso hay que imponerlo al pueblo desde el poder de la monarquía absoluta.
Como racionalista que es, la Ilustración, es un intento de revolución con orden, mediante la
educación y multitud de proyectos económicos, manteniendo las riendas del poder. Pero les
estalla la revolución liberal, que procede de la Ilustración por vía de ruptura. Las ideas de los
ilustrados, los autodenominados filósofos, causaron la crisis de la monarquía en cuyo nombre
actuaban. La crítica de Cevallos a la Ilustración la mostraba como crimen de Estado, además de
falsa filosofía.
Pretenden que el pueblo crea que será llevado a su perfección y a la felicidad al margen de la
religión y gracias a la educación y a los proyectos económicos de los ilustrados bajo el poder
absoluto de la corona que ellos ejercen.
Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron los núcleos de las oligarquías ilustradas
de las ciudades españolas.
Los proyectos de los ilustrados los realizarán los liberales, la nueva generación formada en las
ideas inculcadas por los ilustrados, pero que descubren que pueden ejercer un poder aún más
absoluto en nombre del Pueblo, que en nombre del rey. Se beneficia la alta sociedad
oligárquica en ambas situaciones.
La Ilustración, llamada Iluminismo en otros países, hace que se llame al siglo XVIII el Siglo de
las Luces, que son las luces de la razón huérfana. Y también se denomina Enciclopedismo, por
el proyecto desarrollado por los ilustrados franceses, que se hacían llamar "los Filósofos", de
recopilar en La Enciclopedia todo el saber existente teñido de racionalismo, según la creencia
supersticiosa de que el saber racionalista separado de lo sobrenatural, llevaría a la virtud y a la
perfección al pueblo (aun en contra de su voluntad). Esa creencia supersticiosa en la razón
desemboca durante la Revolución Francesa en la entronización en la catedral de París del culto
a la diosa Razón personificada en una mujer descarriada.
La Ilustración es en religión el deísmo, que admite que Dios existe y que ha creado el universo
y al hombre, puesto que está demostrado filosóficamente, es decir, con la sola luz de la razón,
lo que expresaba Voltaire, el ilustrado más radical, diciendo que "no hay reloj sin relojero";
pero el deísmo tiene la creencia de que Dios ya no se relaciona más con el hombre y que la
sociedad humana no debe estructurarse en coherencia con ese hecho de la existencia de Dios.
Su filosofía es el viejo racionalismo del XVII devaluado, vulgarizado al ser divulgado para
ponerlo al alcance de las tertulias de los salones de la alta sociedad.
El regalismo, incluido en el absolutismo de los ilustrados, es la política de control del gobierno
del rey sobre la Iglesia, imponiéndole las regalías o supuestos derechos absolutos del rey a
mandar en la Iglesia como en todos los demás asuntos y personas de sus dominios. Nace de las
ideas cesaristas de la Baja Edad Media que cristalizan en las monarquías autoritarias del
Renacimiento y desembocan en las monarquías absolutas, y, sobre todo, en el despotismo
ilustrado del XVIII y, después de la revolución liberal, en la prepotencia del Estado
contemporáneo, que se basa en la doctrina del Pueblo Soberano, aún más absoluto
supuestamente también.
La educación es para los ilustrados la clave para llevar al pueblo a ser feliz bajo su poder
absoluto. Además de controlar la enseñanza universitaria y sacerdotal, crearon entidades
culturales y científicas, con una mentalidad redentora, en la creencia de que la cultura y sus
aplicaciones económicas llevan a la virtud.
La misma creencia les lleva a multiplicar las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Sociológicamente la Ilustración es sostenida por la mayor parte de la alta sociedad (gran parte
de la aristocracia con la realeza al frente, la mayor parte de los intelectuales y de la burguesía,
donde la hay, e incluso parte del alto clero). El pueblo, por su parte, no sólo sigue apegado a la
vida tradicional, sino que la sigue haciendo avanzar, como se ve desde los niveles más
superficiales del desarrollo del folclore, hasta los más profundos del desarrollo de la moderna
devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que expresa y cimenta aquella síntesis de la religión y
de la vida que es el núcleo de la tradición.
La Ilustración es un intento de hacer una revolución con orden, una revolución desde arriba.
Su objetivo dicen que es "hacer a los individuos virtuosos y a los pueblos felices",
arrancándoles de sus tradiciones populares a las que los ilustrados llaman supersticiones,
especialmente a la religión católica. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo.
Como racionalista que es, la Ilustración, es un intento de revolución con orden, mediante la
educación y una multitud de proyectos económicos, manteniendo las riendas del poder. Pero
les estalla la revolución liberal, que procede de la Ilustración por vía de ruptura.
Las ideas de los ilustrados, los autodenominados filósofos, causaron la crisis de la monarquía
en cuyo nombre actuaban.
Pretenden que el pueblo crea que será llevado a su perfección y a la felicidad al margen de la
religión y gracias a la educación y a los proyectos de los ilustrados bajo el poder absoluto de la
corona que ellos ejercen.
Los proyectos de los ilustrados los realizarán los liberales, la nueva generación formada en las
ideas inculcadas por los ilustrados, pero que descubren que pueden ejercer un poder aún más
absoluto en nombre del Pueblo, que en nombre del rey.
Voltaire fue famoso por su brillante estilo e ironía. Cultivó tanto la literatura, como la historia y
el ensayo político. Su fama trascendió las fronteras de Francia y muchos reyes se disputaron su
amistad. Fue famoso por sus críticas irreligiosas y por su constante negación de los dogmas
tradicionales, al mismo tiempo que defendía enérgicamente la libertad de expresión y la
justicia.
Montesquieu fue otro de los grandes críticos de las costumbres e instituciones de Francia. En
su obra El espíritu de las leyes desarrolla la idea de la división de poderes (ejecutivo, legislativo
y judicial) adoptada por el constitucionalismo moderno.
Juan Jacobo Rosseau defendía la soberanía popular (que él denominaba voluntad general o
voluntad de todos). Con esta doctrina, Rosseau sienta las bases de la democracia y el sufragio.
Su pensamiento social y político influyó decisivamente en la Revolución Francesa y en algunos
pensadores de la emancipación americana.
La revolución industrial
Cambios:
fue un conflicto que enfrentó a las grandes potencias europeas entre los años 1756 y 1763.
Gran Bretaña y Prusia tenían una alianza defensiva que hizo frente a una coalición entre
Francia, Austria y sus aliados. En un principio, el conflicto se produjo debido al deseo de
Austria, en concreto el deseo de la reina María Teresa, de conseguir controlar Silesia y al
enfrentamiento entre Francia y Gran Bretaña en relación a la constitución de un imperio
colonial en la India y en América años.
Las hostilidades estallaron en 1757, pero se trató de dos guerras simultáneas. Por un lado,
Francia e Inglaterra lucharon en el mar, en las colonias y en el oeste de Alemania. Por otro,
Prusia se enfrentó a Austria y a la coalición de aliados en el este de Alemania.
En Alemania, los austríacos y los franceses, a los que se unieron los príncipes alemanes, Rusia y
Suecia en 1757, lograron, en un principio, ciertos éxitos, pero Federico II cambió la balanza con
una serie de victorias. La primera se produjo en Rossbach, seguida de la batalla de Leuthen.
Los franceses optaron por centrarse en la guerra del oeste, por lo que la única preocupación
de Prusia era Rusia, a la que derrotó en Zorndorf en 1758.
Por mar y en las colonias, la victoria británica fue total: tomaron Quebec tras la batalla de las
llanuras de Abraham en 1760 y consiguieron la capitulación de Pondichéry en 1761. Ante ello,
Francia logró la alianza de España en 1761 mediante el Tercer Pacto de Familia. Pero ambos
países fueron derrotados con la toma británica de Florida, La Habana y Manila en 1762,
aunque los españoles conquistaron Sacramento.
La paz total llegó cuando el tratado de Hubertsburg se firmó el 15 de febrero de 1763. El pacto
mantenía el statu quo en Alemania, confirmando a Prusia como gran potencia. Por otra parte,
el tratado de París del 10 de febrero privó a Francia de la mayor parte de su imperio, en
especial Canadá y la India, en provecho de los británicos. A su vez, los españoles perdieron los
privilegios comerciales de la Florida, pero obtuvieron una parte de La Luisiana.
Las Trece Colonias Británicas
Las trece colonias británicas estaban comprendidas por los territorios coloniales de
Massachusetts Bay, Nueva Hampshire, Rhode Island y las Plantaciones, Connecticut, Nueva
York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del
Sur y Georgia. Gran Bretaña había establecido colonias en América del Norte desde 1607,
cuando en Virginia se creó la primera población sedentaria de colonos británicos. La población
colonial aumentó a lo largo del siglo XVII cuando se fundaron otras colonias del mismo origen,
usualmente con autonomía en sus asuntos internos, pero atadas al control de Gran Bretaña. La
población de origen europeo en las colonia era heterogénea. En los territorios de norteamérica
los inmigrantes ingleses -primeros inmigrantes- se unieron con inmigrantes escoceses,
irlandeses, alemanes, flamencos y hugonotes franceses. A mediados del siglo XVII, Suecia y los
países bajos habían creado pequeñas colonias en la costa norteamericana que, después
pasaron a formar parte de las trece colonias cuando Inglaterra conquistó estos asentamientos
poblacionales.
La revolución de las trece Colonias fue un proceso revolucionario ocasionó cambios y conflictos
internos, entre las colonias británicas de América del Norte y el Reino Unido. De este proceso
creció una nueva nación -los Estados Unidos de América – que se estableció jurídicamente en
textos de gran trascendencia, como la Declaración de Independencia (4 de julio de 1776) y la
Constitución (17 de septiembre de 1787). Desde la década de 1760 la opinión pública de las
trece colonias tomó conciencia de su identidad y unidad de intereses con un criterio opuesto
mayor contra el gobierno británico que en ese momento no quiso atender el llamado a la
moderación hasta que la dinámica de desafíos mutuos generó un conflicto armado. El ejemplo
estadounidense fue lo el punto focal para que en 1789 el protagonismo revolucionario
influenciara a Francia, y las colonias españolas en América, dentro de lo que se ha denominado
el “ciclo atlántico” de las revoluciones burguesas. Lo que en primera instancia fue algo más
que un problema entre los colonos americanos y los soldados británicos el que dieron vida a
uno de los eventos más importantes de la historia de los Estados Unidos y el proceso de
descolonización del continente americano.
La revolución francesa
La Revolución Francesa (1789-1799) significó el derribo del Antiguo Régimen dominado por la
monarquía absoluta y la aristocracia feudal de la edad media y la implantación del liberalismo
dominado por la burguesía.
El 14 de julio de 1789, la burguesía tomó la Bastilla, la prisión que era símbolo del Antiguo
Régimen y el 4 de agosto, la Asamblea Nacional declaro una serie de decretos que, entre otras
cosas, cortaba los privilegios de la nobleza, como la exención de impuestos y el monopolio
sobre tierras cultivables. La Asamblea se establece la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano.
En septiembre de 1791 se promulgó la nueva constitución francesa, asegurando la ciudadanía
para todos y presionando al monarca Luis XVI a aceptar sus criterios. Esta constitución preveía
la igualdad de todos ante la ley, el voto censal, la confiscación de las tierras eclesiásticas, el fin
del diezmo, la constitución civil del clero, entre otros puntos. A partir de este momento, la
Francia revolucionaria esbozó su primer tipo de nuevo gobierno, la Monarquía Constitucional,
que duró de 1791 a 1792.
El ala más radical de la Revolución francesa, los jacobinos (que habían participado de la
Asamblea Constituyente, sentándose a la izquierda del plenario y oponiéndose a los girondinos
que se posicionaban a la derecha), defendían una ampliación de la perspectiva revolucionaria,
cuya propuesta era no someterse a las decisiones de la alta burguesía, que se articulaba con la
nobleza y el monarca. Los jacobinos querían radicalizar la presión contra los nobles y el clero, e
instituir una República Revolucionaria, sin ningún resquicio de la Monarquía.
Predicando la amenaza que venía de los rumbos que la Revolución tomaba, el rey Luis XVI
articuló un levantamiento contrarrevolucionario con el apoyo de la monarquía austriaca y
prusiana. En 1792, Austria invadió Francia y ésta declaró la guerra a aquella. La población de
París, después de enterarse de los planes del rey, invadió el palacio real de Tulleries y detuvo al
rey y su familia. El Rey y su esposa, María Antonieta, tuvieron sus cabezas rotas por la
guillotina en 1793 y la Monarquía Constitucional llegó a su fin el mismo año.
En este período también Austria y Prusia prosiguieron su guerra contra Francia, temiendo que
la Revolución se extendiera por sus territorios. En el proceso de confrontación contra estas dos
monarquías, nació el ejército nacional francés, es decir: un ejército que, por primera vez, no
estaba compuesto de mercenarios y aristócratas, sino del pueblo de una nación que se veía
como nación.
En 1795, la burguesía logró retomar el poder y, a través de una nueva constitución, instituir
una nueva fase a la Revolución francesa llamada el Directorio, órgano compuesto por cinco
miembros indicados por los diputados. Pero a partir de este mismo año la crisis social se volvió
muy amplia en Francia, lo que exigió un entorno político más eficaz.
Uno de los más jóvenes y destacados generales de la Revolución, Napoleón Bonaparte, era el
nombre esperado por la burguesía para dar orden a la situación política francesa. En 1799, al
regresar de Egipto a Francia, Napoleón encontró un escenario conspiratorio contra el gobierno
del Directorio.
Fue en este escenario que pasó a figurar como dictador, inicialmente, dando el golpe de
estado para convertirse en emperador de Francia. El Período Napoleónico duró de 1800 a 1815
y cambió el escenario político del continente europeo, mientras que expandió el ideal
nacionalista para varias regiones del mundo.
Causas
En 1789, Francia se encontraba en una profunda crisis económica y social. Las causas
fueron las siguientes:
Desde 1760 había malas cosechas que provocaron el alza del precio de los alimentos y
el descontento popular.
burguesía se mostraba descontenta ante su marginación política porque sólo los
privilegiados podían ostentar cargos y disfrutar de reconocimiento social.
Además, la monarquía estaba sumida en una crisis financiera profunda, provocada por
los gastos elevadas del Estado y de la corte.
El movimiento de Ilustración.
Consecuencias
En diez años, de 1789 a 1799, Francia pasó por profundas modificaciones políticas,
sociales y económicas.
La aristocracia del Antiguo Régimen perdió sus privilegios, liberando a los campesinos
de los antiguos lazos que los prendían a los nobles y al clero.
La Revolución de Francia fue la palanca que llevó a Francia del estadio feudal al
capitalista.
instaló la separación de poderes y la Constitución, una herencia dejada para varias
naciones del mundo.
En 1799, la alta burguesía se alió al general Napoleón Bonaparte, que fue invitado a
formar parte del gobierno. Su misión era recuperar el orden y la estabilidad del país,
proteger la riqueza de la burguesía y salvarlos de las manifestaciones populares. En
torno a 1803 comienzan las Guerras Napoleónicas, conflictos revolucionarios imbuidos
de los ideales de la Revolución que tuvo como protagonista a Napoleón Bonaparte.
Fue una de las guerras más importantes de la historia.
El romanticismo
Para los clasicistas la belleza depende, en forma subjetiva, de los objetos (unidad, variedad,
regularidad, orden, proporción, etc.), más que de la sensación que producen éstos en quien los
contempla. La belleza, en consecuencia, ha de proporcionar un estado de placer sereno, fruto
del orden y la proporción, como ocurre con el arte griego. Pero también se tuvo en cuenta en
el siglo XVIII junto a lo bello lo sublime, que desde la Antigüedad tenía que ver con la emoción.
Dice el griego Longinos:
"lo sublime es lo que nos emociona por su magnitud y energía superior a las facultades
humanas; la Naturaleza, el cosmos, la grandeza y profundidad de pensamiento..."
Junto a la belleza clásica y serena, los neoclásicos también disfrutaron, pues, de la sublimidad,
de las emociones fuertes en el arte, de la Naturaleza majestuosa y sublime, de los motivos
fúnebres, macabros o sobrenaturales. Kant lo reflejó muy bien:
"El aspecto de una cadena de montañas cuyos picos nevados se pierden entre las nubes, la
descripción de una tormenta o la que hace Milton del reino infernal, nos producen un placer
mezclado con terror. El espectáculo de los prados poblados de flores y los valles surcados por
arroyuelos, y donde pacen los rebaños, nos producen también un sentimiento agradable, pero
plenamente gozoso y amable... La noche es sublime, el día es bello. Los que poseen el
sentimiento de lo sublime están inclinados hacia los sentimientos elevados de la amistad, la
eternidad, el desprecio del mundo, el silencio de las noches de verano tachonadas por la
temblorosa luz de las estrellas y la solitaria luna en el horizonte. Lo sublime emociona, lo bello
encanta. Lo sublime terrible, cuando se produce fuera de lo natural, se convierte en
fantástico."
El Romanticismo arranca de aquel sujeto que la Ilustración reivindica frente al hombre que el
cartesianismo deja en manos del Ser Supremo. La autonomía del sujeto como primer logro del
pensamiento ilustrado es fundamental para la concepción que el hombre romántico tiene de sí
mismo y en relación a la Naturaleza.
Diderot y Rousseau rehabilitan la sensibilidad, la pasión y el amor por la naturaleza. No
obstante, mientras el pensador ilustrado puede descubrir el valor de la sensibilidad, no hace
de ella el centro de la existencia humana, mientras el romántico concibe para sí y en sí mismo
un alma que experimenta intensamente el amor por la naturaleza, que se consume en sus
emociones y en sus dolores, y que en el fondo siempre se busca a sí misma en todo lo que
hace.
Características
Evasión Es típico del autor romántico escapar de la realidad inmediata, que lo abruma
y lo angustia, por eso sus relatos a menudo transcurren en épocas pasadas y lugares
lejanos.