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Universidad Rural de Guatemala

Carrera: Ciencias Jurídicas y Sociales.

Sede y código: San José, Escuintla, 039.

Estudiante y Carné: Lincy Marielos Alfaro Guevara, 17-039-0039.

Semestre académico y año: III semestre “2,018”

Docente: Lic. Erick Dominguez

Texto paralelo de Derecho Penal I

Escuintla,Junio 2,018
53. PLURALIDAD DE DELITOS

Conocido como Concurso de Delitos, es cuando el mismo sujeto activo ejecuta varios

hechos delictuosos, de la misma o de diferente índole, en el mismo o en distinto momento;

pudiendo ser:

53.1 CONCURSO REAL. (MATERIAL)

Surge cuando el sujeto activo ha realizado varias acciones, cada una de las cuales por

separado es constitutiva de un delito, la pena a imponer es la acumulación de cada una de

ellas, sin que sobrepase el máximo de 50 años de prisión.

53.2 CONCURSO IDEAL. (Formal) Se produce mediante 2 supuestos:

Cuando un solo hecho o acto delictivo sea constitutivo de dos o más delitos;

Cuando un delito sea medio necesario para cometer otro delitos.

La pena a aplicarse es de acuerdo a la absorción, por el cual la pena de mayor gravedad

absorbe a las menores.

53.3 DELITO CONTINUADO.

Se da mediante una unidad de delitos, que se da cuando el sujeto activo, con unidad

de propósito y de derecho violado, ejecuta en momentos distintos acciones diversas; cada

una de las cuales, aunque integre una figura delictiva, son una ejecución parcial de un solo

delito. La pena a aplicar será la correspondiente al delito cometido, aumentada en una tercera

parte, con los límites máximos de 50 años de prisión y 200 mil quetzales de multa.

(DerechoGuatemalteco.Org, 2014)
54. ELEMENTOS ACCIDENTALES DEL DELITO

Elementos accidentales del delito.

En nuestro ordenamiento jurídico se denomina circunstancias que modifican la

responsabilidad penal, las cuales están contenidas en los artículos 26 y 27 del código penal.

La antijuricidad y la culpabilidad como elementos positivos del delito son

susceptibles de sufrir cambios y varias en su intensidad, repercutiendo en la menor o mayor

gravedad del hecho; estos son accidentales porque se den o no, el delito existe y solo deben

observarse cuando forman parte integrantes del propósito o impulso del sujeto; la importancia

de los mismos es demostrar el grado de peligrosidad social o sea la inadaptación o des

acomodación del sujeto en la comunidad. En algunos delitos estas circunstancias son

elementos sustanciales, como la premeditación y la alevosía en el asesinato.

El Código Penal, en sus artículos 26 y 27, se refiere a los mismos; y como finalidad

última de los mismos tienen la fijación de la pena entre el mínimo y máximo que establece

la ley penal en cada figura delictiva.

(derechoguatemalteco.Org, 2014)

55. SUJETOS

Los Sujetos del delito son las personas en las que recae directamente la consecuencia

de la acción delictiva. Se consideran como indeterminados, cuando la ley no requiere una

característica específica para que exista el delito y determinados, cuando se requiere de un

señalamiento específico para poder cometer o ser sancionado por la conducta (ser servidor

público para poder cometer uno de los delitos cometidos por los servidores públicos o ser

menor de dieciocho para poder sufrir el delito de estupro).


55.1 Sujeto Activo del Delito. Es la persona individual que realiza la conducta considerada

como delito.

Solamente una persona física puede cometer delitos, aún en los casos de asociación

criminal, las penas recaen sólo en sus integrantes. Solo en la persona individual se da la

unidad de voluntad y el principio de individualidad de la pena.

55.2 El Sujeto Pasivo del Delito es el titular del interés jurídico lesionado o puesto en

peligro. Se le llama también victima u ofendido y es quien reciente el delito o la lesión

jurídica, ejemplo: los familiares del occiso, así como la víctima es quien de manera directa

recibe el delito o la lesión jurídica.

Los sujetos pasivos del delito pueden ser:

La Persona Individual.

La Persona moral que puede ser lesionado en su fama, su propiedad o su crédito.

La Sociedad

El Estado

(definicionlegal, 2012)

56. LA PENA

56.1 DEFINICION DE LA PENA

La pena es la facultad que tiene el Estado para intentar evitar las conductas delictivas.

La pena también puede considerarse como una sanción que produce la pérdida o restricción
de derechos personales, contemplada en la ley e impuesta por el órgano jurisdiccional,

mediante un proceso, al individuo responsable de la comisión de un delito.

La pena es un castigo que se impone por las autoridades facultadas por la propia ley,

con el objetivo de sancionar al sujeto que comete un delito o falta.

Existen distintos tipos de pena. Las penas privativas de la libertad que incluye la

prisión, el arresto domiciliario y el destierro; las penas privativas de derechos, que eliminan

una determinada facultad del sujeto castigado (por ejemplo, imposibilidad de residir en un

determinado lugar); las penas corporales son aquellas que incluyen torturas o la pena de

muerte y las penas pecuniarias que afectan el patrimonio del penado como multas, cauciones,

confiscación de bienes, etc.

El término pena proviene latín poena y posee una connotación de dolor causado por un

castigo.

(LEGAL, 2014)

56.2 Caracteristicas De La Pena

Las características de la pena son:

Intimidatoria. Debe preocupar o causar temor al sujeto que comete la conducta

ilegal, es decir evitar el delito por el temor a la aplicación de una sanción.

Aflictiva. Debe causar cierta afectación o aflicción al delincuente, para evitar futuros delitos.

Ejemplar. Debe ser un ejemplo a nivel individual y general para prevenir otros

delitos, es necesario que sirva de ejemplo, no solamente al condenado sino al resto de la

colectividad.
Legal. Debe provenir de una norma legal, que exista previamente en la ley, es

necesario que se cumpla el concepto de legalidad.

Correctiva. Toda pena debe tender a corregir al sujeto que comete un delito, debe

proporcionar a el delincuente una inserción positiva a la sociedad esto implica que el tiempo

de la privación de libertad sea intervenida y se le dote de herramientas para su reinserción.

Justa. La pena no debe ser excesiva en dureza o duración, sino que debe ser relativa

a la gravedad de la conducta antisocial y la peligrosidad del individuo que la comete.

(definicionlegal, CARACTERISTICAS DE LA PENA, 2014)

56.3 NATURALEZA Y FINES DE LA PENA

La naturaleza de la pena es pública, porque sólo el Estado puede crearla, imponerla y

ejecutarla, debido al Ius Puniendi, pero este poder está limitado por el principio de legalidad

(nullun crimen, nulla pena sine lege), ya que si no está previamente determinado en la ley no

puede imponerse ninguna pena.

En cuanto a los fines, aparte de la función retributiva, debe asignársele un fin de

utilidad social que debe traducirse en la objetiva prevención del delito y la efectiva

rehabilitación del delincuente.

Tanto el fundamento como los fines de la pena son enfocados por 3 teorías así:

Teoría de la retribución:

Sostiene que la culpabilidad del autor debe compensarse mediante la imposición de un mal

penal, con el objeto de alcanzar la justicia. Se fundamenta en el castigo retributivo.

Teoría de la prevención especial:


Sostienen que la pena es una intimidación individual que recae únicamente sobre el

delincuente con el objeto de que no vuelva a delinquir; pretende prevenir la comisión de

nuevos delitos.

Teoría de la prevención general:

Sostienen que la advertencia no debe ir encaminada solamente en forma individual,

sino de tipo general a todos los ciudadanos, intimidándolos sobre las consecuencias

perniciosas de su conducta antijurídica.

(derechoguatemalteco.org, 2014)

56.4 CLASIFICACION DE LAS PENAS

Por sus consecuencias:

Reversible. La afectación dura el tiempo que dura la pena, pero después el sujeto

recobra su situación anterior, y las cosas vuelven al estado en que se encontraban, por

ejemplo, la pena pecuniaria.

Irreversible. La afectación derivada de la pena impide que las cosas vuelvan al estado

anterior, por ejemplo, pena corporal o de muerte.

Por su aplicación:

56.4.1 PRINCIPAL.

- Es la que impone el juzgador a causa de la sentencia; es la pena fundamental.

56.4.2 ACCESORIA.

- Es la que llega a ser consecuencia directa y necesaria de la principal.


Complementaria.- Es adicional a la principal y deriva también de la propia ley.

Por la finalidad que persigue:

Correctiva. Es aquella que procura un tratamiento readaptador para el sujeto.

Intimidatoria o preventiva. Es aquella con la cual se trata de intimidar o inhibir al sujeto para

que no vuelva a delinquir; funciona como prevención.

Eliminatoria. Es la que tiene como finalidad eliminar al sujeto ya sea de manera temporal

(prisión) o definitiva (capital).

(legal, 2012)

57. LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD

Las medidas de seguridad, en derecho penal, son aquellas sanciones complementarias

o sustitutivas de las penas, que el juez puede imponer con efectos preventivos a aquel sujeto

que comete un injusto (hecho típico y antijurídico); pero, que de acuerdo con la teoría del

delito, al ser inimputable no puede ser culpado por un defecto en su culpabilidad. Esta

persona es susceptible de recibir una medida de seguridad para evitar nuevos injustos. Sin

embargo, existen sistemas penales en los que también se aplican medidas de seguridad a

personas imputables.

Las medidas de seguridad, atienden a la peligrosidad del sujeto, exteriorizada en todo

caso a través de un ilícito penal: son medidas de prevención especial que tienen que ser

determinadas por méritos, tomando como base los antecedentes del inculpado, y su finalidad

es prevenir afectaciones futuras.

(varios, 2018)
57.1 ORIGEN Y SIGNIFICADO

Cuando se hace referencia a la historia de las medidas de seguridad, con el fin de

buscar su origen, algunos tratadistas consideran que estas han existido desde tiempos muy

remotos, aunque no con ese comparativo, así por ejemplo se ha dicho que disposiciones de

esta naturaleza ya se encontraban en las “Leyes de Manú” donde se aplicaba la pena de

muerte, al individuo que robaba más de dos veces (medida de seguridad eliminatoria para el

delincuente reincidente), también en las mismas “Leyes de Indias” se destinaron medidas

especiales para los vagos, estableciendo que estos (mestizos o españoles) deberían de ser

sometidos a un oficio para que no resultasen perjudiciales; también contemplaban

disposiciones especiales para la protección de menores estableciendo que los que no tuvieran

padres se les nombrara un tutor y si fueran grandes se les dedicara a encomenderos de los

indios, con el objeto primordial de evitar que causaran perjuicios sociales.

Sin embargo hasta la época de la escuela clásica, podemos decir que técnica y

científicamente el Estado no contaba contra la criminalidad, más que con el dispositivo de la

pena; el derecho penal clásico se concretó a considerar la responsabilidad o irresponsabilidad

del delincuente, atendiendo en primer lugar a su condición o no de la pena como la única

consecuencia del delito, atendiendo también a la gravedad o magnitud del daño causado, es

decir de los clásicos no se preocuparon más que del castigo y retribución del delito cometido,

sin considerar así la prevención especifica del crimen y la rehabilitación del sujeto criminal.

Fue realmente la Escuela Positiva la que introdujo al campo del Derecho Penal la

aplicación de las Medidas de Seguridad, partiendo del estudio de la personalidad del

delincuente; los positivistas vieron en las Medidas de Seguridad el complemento necesario

de la pena, pues estas tratan de impedir la realización de futuros delitos y se orientan a la


prevención especial, imponiéndolas a los inimputables peligrosos, y aun a los no peligrosos.

En cuanto a su origen puramente legislativo se atribuye a Carlos Stoos, la consagración de la

dualización “pena y medida de seguridad” en el anteproyecto del Código Penal suizo de 1893

considerado el primer cuerpo normativo que contemplo en forma homogénea las medidas de

seguridad; sin embargo Federico Puig Peña asienta:

“El principio de peligrosidad criminal que se infiltra a través del edificio levantado

por la escuela clásica adquiere forma y vida en las medidas de seguridad; después de la

famosa monografía de Garofalo ( Di un criterio positivo de la penallitta), publicada en el año

de 1878, la formula y sus consecuencias toman corporeidad legislativa poco a poco. En

primer lugar el principio adquiere desenvolvimiento incipiente en el código mexicano de

1872, la ley inglesa de 1883 preparada por Carlos Stoos.

La segunda fase se caracteriza por la aparición del proyecto Ferri en el año 1921, que

representa el más cumplido ensayo de reforma integral, después vienen las realizaciones

sucesivas. Inicialmente aparece la América Latina, que como cita del Rosal, limpia del peso

de la tradición, podría acoger los principios innovadores con ilusión y entusiasmo; el

proyecto Ortiz del año 1926 intenta llevar a Cuba los dispositivos positivistas del proyecto

Ferri; tenemos la reforma parcial realizada en 1923 para integrar el Código Penal de

Argentina; en ese sentido nace el código peruano en 1924, el de Costa Rica en la misma

fecha, los proyectos colombianos de 1925 y 1928, y sobretodo el Código de México en 1929.

Finalmente, se centra el movimiento con el carácter dualista, penas y medidas de

seguridad, responsabilidad moral y social, y aparece el Código Rocco, al que siguen todos

los códigos publicados en los últimos tiempos que, contienen en su articulado a las medidas

de seguridad, o prefieren conservar la estructura que responde a las nuevas orientaciones;


solamente algunos códigos y proyectos sudamericanos rompen en desviación moderna este

eclecticismo dualista, con arreglo al cual se está llevando a la practica la reforma de las

legislaciones penales del mundo. En cuanto al significado de las medidas de seguridad, es

actualmente es indiscutible que la función del estado en relación a la criminalidad no debe

circunscribirse a la mera represión (castigo), retribución o prevención o prevención

(individual o general), sino también debe realizar una función “profiláctica” a través de la

aplicación de las medidas de seguridad, Novelli, citado por Puig Peña, dijo que las medidas

de seguridad pueden situarse sobre las grandes reformas penales que en la historia han

señalado una etapa gloriosa en el camino de la civilización.

Reviéndose a las medidas de seguridad, Puig Peña, [1959:331] dice que hoy se

dispone de otros modelos de lucha contra el delito, nuevas armas de cómbate; el enemigo

que tenía el Estado era el delincuente moralmente responsable, en cuanto a los demás auque

realizasen actos dañosos para la sociedad y constituyeren un estado latente de perturbación,

el Estado nada podía hacer frente a ellos ( inimputables), y esto porque la pena tiene que estar

en relación con la culpabilidad, cuyo asiento es la imputabilidad basado en el libre albedrío;

hoy la “peligrosidad” es la nueva fórmula que cubre todo el campo sobre el que puede operar

el estado. La peligrosidad, nace con Garofolo que polariza en su famosa obra temilibilita,

referida solo al delincuente y atendiendo al mal previsto que hay que tener por expresión al

delincuente y otros con más acierto la extienden a otra clase de sujeto como vagos,

alcohólicos, menores de edad, etc. De todo el debate se distingue “la peligrosidad” de Filippo

Grispigni que dice “Es la condición especial de una persona para convertirse con probabilidad

en autora de delitos”.
La esencia de la peligrosidad no es la posibilidad de cometer delitos (porque como

dice Sánchez Tejerina, toda persona es posible delincuente), sino la probabilidad de

cometerlos; no se puede hablar de una causa única de peligrosidad, sino de una multiplicidad

de causas. El significado fundamental de las medidas de seguridad radica en la prevención

del delito y pueden aplicarse simultáneamente con la pena o bien independientemente de ella,

a los siguientes sujetos:

A delincuentes peligrosos, que se les aplicara simultáneamente con la pena y aun

después de cumplida esta con un propósito puramente preventivo. ¾ A declarados

inimputables quienes por estado peligroso representan un riesgo para la misma sociedad. ¾

A delincuentes no peligrosos con el objeto de verificar si efectivamente no representan un

peligro para la sociedad. Al respecto Domínguez Estrada [1977:272] manifiesta:

“A los delincuentes peligrosos deberán aplicárseles medidas de seguridad que en

concordancia con la sanción re adaptadora y reeducadora de la pena, tiendan a darles o

facilitarles la adquisición de hábitos provechosos de trabajo y adecuadas formas de conducta.

A los delincuentes que no manifiesten o representen mayor peligro social deberá ofrecerles

el beneficio de la libertad vigilada por ejemplo, únicamente como medio para controlar sus

actividades y comprobar su convencimiento de cumplir una función del provecho social

correspondiente con el beneficio que se les ha otorgado”.

De tal manera que la aplicación de medidas de seguridad en forma adecuada, no solo

previene la comisión de posteriores delitos, sino anticipadamente a ello cumplen una función

de reeducación, reforma, tratamiento o rehabilitación del delincuente para que nuevamente

pueda reincorporarse a la vida social como un ente útil a ella sin representar ningún peligro

inminente para los demás.


57.2 DEFINICIÓN

Al igual que los otros institutos penales que conforman el objeto de estudio del

Derecho Penal ( el delito y la pena), las medidas de seguridad se han definida demanera

diversa atendiendo al particular punto de vista de su autor, sin embargo casi todas las

definiciones las describen como medios o procedimientos que utiliza el Estado en pro de la

defensa social identificándola con fines reeducadores y preventivos, apartándola de la

retribución y el castigo que identifica a la pena algunos tratadistas a pesar de que se refieren

a ellas no precisan su definición, quizás por la confusión que aún existe en su naturaleza

jurídica, tal es el caso de Rodríguez de Vesa en España y Carranca, así como Trujillo en

México. Algunas formas de definir las medidas de seguridad son las siguientes:

“Consiste en especiales tratamientos impuestos por el Estado a determinados

delincuentes encaminados a obtener su adaptación a la vida social (medidas de educación, de

corrección y curación) o su segregación de la misma (medidas de seguridad en sentido

estricto)”. Eugenio Cuello Calon. “Es una medida no penal que, después de haberse cometido

un delito, se aplica con fines defensivos, no retributivos, es decir, no a título de castigo, sino

para prevenir que el agente cometa delitos posteriores, exponiéndolo a peligro el orden

jurídico”. Guiseppe Maggiore.

“Ciertos medios orientados a readaptar al delincuente a la vida social libre, es decir,

a promover su educación o curación según que tenga necesidad de una u otra parte,

poniéndolo en todo caso en la imposibilidad de perjudicar”. Francesco Antolisei. “Aquellos

medios o procedimientos por virtud de los cuales el Estado trata de obtener la adaptación del

individuo a la sociedad (medidas educadoras o correccionales), o la eliminación de los

inadaptables (medidas de protección en sentido estricto)” Federico Puig Peña.


“Ciertas disposiciones adoptables respecto de determinadas personas; no dentro de

una idea de amenaza o de retribución, sino de un concepto de defensa social, y de

readaptación humana, por tiempo determinado”. Raymundo del Río. “Consiste en una

disminución de uno o más bienes jurídicos; inflingida por órdenes de la jurisdicción penal,

sola o conjuntamente con la pena, a aquellas autoras de un hecho previsto como delito,

aunque no sea imputable, no como reacción contra el delito, sino que únicamente como

medio para combatir la peligrosidad del agente”. Fillipo Grispigni. En ese sentido se concluye

que las medidas de seguridad, son medios de defensa social utilizados por el Estado, a través

de los órganos jurisdiccionales correspondientes, que tienen por objeto la prevención del

delito y la rehabilitación de los sujetos inimputables.

57.3 CARACTERÍSTICAS

De las definiciones expuestas por varios autores se puede identificar las siguientes

características:

1, Son medios o procedimientos que utiliza el Estado. Esto indica que la imposición

de medidas de seguridad corresponde con exclusividad al Estado, que como ente soberano

es el único facultado para crearlas e imponerlas a través de los órganos jurisdiccionales.

2, Tienen un fin preventivo, rehabilitador, no retributivo. En ese sentido las medidas

de seguridad pretenden prevenir la comisión de futuros delitos, a través de la educación,

corrección y rehabilitación de los sujetos con probabilidad de delinquir, desprovistas del

castigo expiatorio.

3, Son medio de defensa social. En virtud de que su imposición depende de la

peligrosidad del sujeto y no de la culpabilidad del mismo, esto es prevenir y rehabilitar en


defensa de los intereses sociales, que se ven amenazados por la peligrosidad que revelan

ciertos s5ujetos.

4, Puede aplicarse a peligrosos criminales y peligrosos sociales. En este sentido se

entiende como peligroso criminal al sujeto que luego de delinquir presenta probabilidades de

volver a delinquir; en cuanto que el peligroso social sin haber delinquido presenta

probabilidades de delinquir.

5, Su aplicación es por tiempo indeterminado. Siendo así que una vez impuestas,

deben revocarse o reformarse una vez haya desaparecido la causa o el estado peligroso que

las motivo. Así el Articulo 85 del Código Penal establece que las medidas de seguridad se

aplicaran por tiempo indeterminado salvo disposición expresa de la ley en contrario, y el

segundo párrafo del Artículo 86 del mismo Código dice que en cualquier tiempo podrán

reformar o revocar sus resoluciones, si se modifica o cesa el estado peligroso del sujeto.

6, Responden a un principio de legalidad. Esto indica que no podrán imponerse sino

únicamente aquellas que estén con anterioridad establecidas en ley. Así el artículo 84 del

Código Penal establece que no se decretaran medidas de seguridad sin disposición legal que

las establezca expresamente, ni fuera de los casos previstos en la ley-

57.4 NATURALEZA Y FINES

No existe un criterio unificado en cuanto a la naturaleza de las medidas de seguridad;

se ha discutido sobre si estas deben ser de carácter judicial o bien administrativo,

prevaleciendo el criterio de que deben ser de carácter judicial, en nuestro caso el Articulo 86

del Código Penal establece que las medidas de seguridad previstas solo podrán decretarse

por los tribunales de justicia en sentencia condenatoria o absolutoria por delito o falta.
Existe en la doctrina también la discusión respecto de resulta necesario hacer

distinción entre aquellas medidas que se incorporan al dispositivo de defensa con ocasión de

un delito que son propiamente dichas “Las medidas de seguridad”, y aquellas que suponen

un dispositivo de defensa aun no existiendo la comisión de un delito, que puedan aplicarse a

los alienados peligrosos, ebrios, toxicómanos, rufianes, vagos, etc.

Algunos tratadistas estiman que las medidas predilectivas deben ser de orden

administrativo, en cuanto que las que nacen de la comisión de un delito deben ser de orden

judicial. No debe incluirse en las anteriores medidas de seguridad reservadas para imputables

menores de edad normales que son tratamientos educativos con características muy propias

y especiales.

La mayor discusión respecto de su naturaleza se ha circunscrito sin lugar a dudas, en

la polémica de si existe o no diferencia alguna porque las llamadas medidas de seguridad son

en el fondo penas disfrazadas toda vez que son de tipo retributivo, producen sufrimiento y

aflicción en el sujeto que las soporta; mientras otros sostienen que ambas son diferentes en

su naturaleza, en sus fundamentos y objetivos ya que la pena es consecuencia directa de la

comisión de un delito y la medida de seguridad de un estado peligroso, la pena tiene una

finalidad aflictiva, mientras la medida de seguridad es preventiva, la pena se determina

atendiendo a la culpabilidad y las medidas de seguridad atendiendo a la peligrosidad.

Las teorías más importantes en esta discusión son las siguientes:

A) Unitaria o doctrinaria de la identidad Sostenida fundamentalmente por los

positivistas. Sostiene que entre las penas y las medidas de seguridad no existen diferencias

sustanciales, sino una similitud completa porque ambas; tienen carácter retributivo, las dos
son consecuencia inmediata del delito, las dos se traducen en privación y retribución de

derechos de bienes jurídicos de la persona a quien se aplican.

En ese sentido Puig Peña, Ferri y Grispigni, combaten las supuestas diferencias

presentadas por otros autores diciendo que ello en realidad no es más que “un elegante castillo

de cartas” ingeniosamente construido, pero que se viene abajo al más pequeño impulso;

Grispigni, alega que no puede haber diferencia entre ambas , dado a que las dos se proponen

la defensa social; una y otra reafirman la autoridad del Estado; pueden aplicarse una en

sustitución de otra y toman ambas el hecho como índice revelador de la actividad criminal.

“Las medidas de seguridad forman parte del Derecho Penal en cuanto se prevén y

disciplinan por el Código Penal en cuanto, especialmente, al igual que las penas, constituyen

medios de lucha contra el delito. Siendo consecuencias jurídicas de hechos prohibidos por la

ley penal, se dirigen a la misma finalidad que las penas, es decir, a combatir el triste fenómeno

social que es la criminalidad; no pueden por ello, pertenecer a una rama distinta del

ordenamiento jurídico”. Los partidarios de estas teorías sostienen que tanto las penas como

las medidas se identifican porque:

a) Las dos son sanciones que se presentan como una consecuencia jurídica del delito;

b) Las dos privan al individuo de bienes o intereses jurídicamente protegidos;

c) Las dos persiguen al mismo fin, es decir la prevención social del delito;

d) Las dos son aplicadas por determinados órganos del Estado mediante un

procedimiento prefijado.

Por último se ha dicho que las penas y las medidas de seguridad se complementan

como en dos círculos secantes, en que solo cabe su diferencia práctica, no la teórica, según
Jiménez de Asúa, las penas tienden a la prevención general, las medidas de seguridad a la

prevención especial, aquellas son para los sujetos normales, estas para los anormales.

Grispigni al igual que Antolisei, sostiene que son de idéntica naturaleza, lo que sucede es que

las penas son de dos clases, las represivas y las preventivas, siendo las medidas de seguridad,

de estas últimas.

B) Dualista o doctrina de la separación

Es la teoría sostenida por Bernardino Alimena, Florián, Longhi, Garraud, Beling,

Montes, y otros. Sostiene al contrario que la anterior, que existen sustanciales diferencias

entre las penas y las medidas de seguridad, en tanto que las primeras son meramente

retribución o castigo por la comisión del delito cometido, las segundas son puramente

preventivas; en ese sentido Giuseppe Maggiore sostiene:

“Si la pena debe servirle a la expiación, no puede servirle a la prevención y a la

defensa. Esto no quiere decir, que la pena no puede producir otros efectos, como la

intimidación, la prevención, la corrección y otros. Pero estos son efectos eventuales y

marginales; la pena no previene ni defiende, ni cura, ni sana, ni rehabilita, sino que castiga.

La medida de seguridad por el contrario, como providencia preventiva, interviene después

del delito, no causa de el, no se dirige a retribuir una culpa, sino a impedir un peligro”.

Los partidarios de esta corriente, sostienen diferencias entre ambos institutos como

las siguientes:

• La pena representa un castigo o daño para el delincuente; la medida de seguridad

tiende únicamente a la readaptación del individuo y a la defensa social.


• La pena es consecutiva de la comisión de un delito y se aplica en relación a su

gravedad, la medida de seguridad se impone en razón del estado o condición del individuo.

• La pena se aplica al comprobarse la culpabilidad del autor del delito; la medida de

seguridad es independiente de la culpabilidad. En cuanto a los fines de las medidas de

seguridad, se ha dicho que cumplen con una doble función: defender al Estado y a la sociedad

y al mismo tiempo que las segundas fueron fundamentadas en la peligrosidad del autor. La

medida de seguridad fue presentada entonces como destinada a eliminar o paliar situaciones

a cuyo respecto la pena no era eficaz como consecuencia de sus propias limitaciones,

derivados de presupuestos sistematizados por una dogmática elaborada en el marco teórico

y legislativo proporcionado por las teorías absolutas.

El sistema de doble vía fue por consiguiente, una solución ecléctica entre un derecho

penal clásico, y la irrupción de un derecho penal de autor incapaz de sustituirlo íntegramente.

El profesor y ex catedrático titular de Derecho Penal en la Universidad Nacional Autónoma

de México , Esteban Righi, en su ponencia presentada al Primer Congreso de Derecho Penal

Mexicano, estima la necesidad de distinguir entre penas y medidas de seguridad,

considerando el fin político criminal que ambas persiguen, los presupuestos que las

condicionan y la cuantificación que debe realizarse en la individualización judicial,

considerando que las bases presupuestas por Carlos Stoos en 198, se mantienen inalterables

en lo sustancial hasta nuestros días, los cuales sugieren:

Que la pena tiene contenido expiatorio, se impone al culpable de un delito, y su

duración debe ser proporcional a la importancia del bien afectado, a la gravedad de la lesión

y a la magnitud de la culpabilidad del autor; mientras que la medida de seguridad es una

privación de derechos que persigue un fin tutelar, es consecuencia de un “estado peligroso”


y de duración indeterminada. Lo único que la condiciona es la obtención del resultado, por

lo que solo debería cesar cuando el Estado a obtenido el fin propuesto: resocialización,

enmienda o inocuización. Resulta interesante también, la clasificación que en relación a los

fines de las medidas de seguridad, planteo Alfonso Domínguez Estrada de la manera

siguiente:

a) Si se aplica a individuos inimputables, los fines de las medidas de seguridad se

deben estudiar desde dos puntos de vista:

• Cuando se impone a inimputables deficientes mentales, son: el tratamiento médico

en condiciones adecuadas para su curación, en la manera de lo posible y la protección de la

sociedad.

• Cuando se impone a inimputables menores de edad son: obtener su readaptación y

pre educación, y la protección a la sociedad.

b) Si se imponen a delincuentes, los fines de las medidas de seguridad debe

distinguirse en dos sentidos:

• Si se aplica a delincuentes peligrosos son: prever a su readaptación social, en

condiciones cualitativamente diferentes a las de la pena y a la protección de la sociedad.

• Si se aplica a delincuentes carentes de peligrosidad son favorecer su readaptación

social en un periodo más breve que el de la pena, por lo cual esta deviene innecesaria y

beneficia a la sociedad, la que contara con individuo que participara en su mejoramiento.

57.8 CLASIFICACIÓN DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD

1. Clasificación doctrinaria
Existen diversas formas diversas formas de agrupar las medidas de seguridad, sin

embargo las más importantes y aceptadas generalmente se hacen atendiendo al momento en

que estas se imponen, a los fines que persiguen y a los bienes jurídicos que privan o

restringen, las que pueden describirse de la siguiente manera:

a) Medidas de seguridad propiamente dichas, y medidas de prevención: Las medidas

de seguridad son aquellas que se aplican como complemento de la pena en atención a la

peligrosidad criminal, es decir son pos delictuales, que se aplican después que el sujeto ha

infringido la ley penal, partiendo de supleigrosidad en atención al delito o falta cometida. En

cuanto que las medidas de prevención no dependen de la comisión de un delito , son pre

delictuales, y se imponen en atención a la peligrosidad social del sujeto con un fin

profiláctico, de tal manera que se pueda la probable infracción a la ley penal del Estado.

b) Medidas de seguridad: curativas, reeducativas, o correccionales y eliminativos: Las

medidas curativas son las que tienen por objeto el tratamiento clínico psiquiátrico de los

sujetos inimputables anormales por deficiencias mentales, así como de los ebrios

consuetudinarios, y los toxicómanos, y que requieran de centros especiales de tratamiento.

Las reeducativas o correccionales, son aquellas que pretenden la reeducación, la

reforma del individuo, su rehabilitación en sentido amplio con el fin de adaptarlo nuevamente

a la sociedad como un ser útil para la misma.

Se aplican a vagos, rufianes, proxenetas, y todo aquel sujeto que esté en condiciones

corregibles o readaptables, en centros o instituciones educativas, industriales, agrícolas

correccionales, etc.
Las eliminatorias, de segregación o de protección estricta, son aquellas que tratan de

eliminar de la sociedad a sujetos que son inadaptables a ella, individuos incorregibles, como

delincuentes reincidentes y habituales, que conlleva una custodia muy especial para evitar la

comisión de nuevos delitos, aun dentro de los centros penales.

c) 57.5.1 Medidas de seguridad privativas de libertad,

57.5.2. No privativas de libertad y

57.5.3 Patrimoniales:

Las privativas de libertad son aquellas que privan o coartan la libertad de locomoción

del sujeto que la sufre, tal es el caso del internamiento en centros especiales como los centros

de trabajo, agrícolas o industriales, casas de cura o custodia, el manicomio judicial o el

reformatorio.

Las no privativas de libertad, son aquellas en que a pesar de sujetar obligatoriamente

al individuo, no coartan en forma absoluta su libertad de locomoción, tal es el caso de la

libertad vigilada, la prohibición de residir en determinados lugares y la prohibición de asistir

a determinados lugares.

Las medidas patrimoniales son aquellas que recaen directamente sobre el patrimonio

de la persona a quien se le impone, como la caución de buena conducta con el ánimo de

mencionar un ejemplo.

Clasificación legal

El Código Penal en su artículo 88 describe como medidas de seguridad que pueden

aplicarse en nuestro país, las siguientes:


• El internamiento en establecimiento psiquiátrico;

• El internamiento en granja agrícola, centro industrial, u otro análogo;

• El internamiento en establecimiento educativo o de tratamiento especial;

• La libertad vigilada;

• La prohibición de residir en lugar determinado;

• La prohibición de concurrir a determinados lugares; y

• La caución de buena conducta.

Partiendo de lo anterior son privativas de libertad los tres internamientos; son

restrictivas de libertad la libertad vigilada y las prohibiciones; y es patrimonial o pecuniaria

la caución de buena conducta.

(CUELLAR, 2007)

58. SUSTITUTIVOS PENALES

58.1 DEFINICION

Fue bajo el positivismo criminológico italiano de finales del s. XIX cuando se

utilizó por vez primera la terminología “sustitutivos penales”. La sugirió Ferri, uno de sus

más reconocidos representantes, para designar una serie de medidas destinadas a servir de

alternativa a las penas en general. No eran, sin embargo, medidas penales las que proponía

para la prevención de delitos sino estrictamente político-sociales, de orden educativo,

científico, civil o administrativo. Su propuesta, por tanto, era la de ofrecer alternativas al

castigo, no castigos alternativos.


Función de los sustitutivos penales

La función que, de modo unánime, se les reconoce es la de servir de alternativa penal

a una determinada clase de penas: las privativas de libertad de corta duración. Las penas

cortas de prisión (hasta de dos o tres años), se afirmaba, “son onerosas para el tesoro público...

no tienen efecto intimidante para los endurecidos..., son perjudiciales para los individuos que

aún conservan sentimientos de dignidad...”; además, dada su breve duración, hacen imposible

la idea de un tratamiento resocializador, acentuando los efectos criminógenos de la cárcel.

Los delitos a los que se pueden asignar penas sustituibles son de naturaleza “menos

grave” y de muy escasa trascendencia por lo que no parece necesario, desde el punto de vista

de las exigencias de prevención, el cumplimiento efectivo de la privación de libertad. No en

vano, el propio legislador acompaña a menudo esos tipos de la previsión de una pena

alternativa a la prisión (multa o trabajos en beneficio de la comunidad).

Posición proporcionalista: orientada a reducir el uso abusivo de la prisión entendiendo

que esta “solo es una sanción adecuada para los comportamientos de máxima gravedad,

mientras que para los comportamientos de gravedad baja e intermedia deben utilizarse

medidas alternativas, cuya severidad debe, a su vez, graduarse a la gravedad de la ofensa

realizada".

(INFODERECHOPENAL, 2013)

58.2 CLASIFICACIÓN LEGAL DE LOS SUSTITUTIVOS PENALES.

Dentro de la legislación guatemalteca se encuentran regulados en el Código Penal, las

siguientes figuras que son consideradas como sustitutivos penales aplicables dentro del
proceso penal: La suspensión condicional de la pena, la libertad condicional y el perdón

judicial.

•La suspensión condicional de la pena. Consiste en “el beneficio penitenciario por el

cual se deja en libertad a los penados que hayan observado un comportamiento adecuado

durante los diversos períodos de su condena y cuando ya se encuentren en la última parte del

tratamiento penal, siempre que se sometan a las condiciones de buena conducta y demás

disposiciones que para el efecto el juez señale.”

“Es el beneficio que confiere la gran mayoría de los ordenamientos penales, de

suspender la efectividad de la pena, condicionando esa suspensión a la no correspondiente al

nuevo delito.”

• El perdón judicial. “El perdón judicial es un sustitutivo penal, o medio que utiliza el

Estado, a través de los órganos jurisdiccionales, encaminado a sustituir la pena de prisión o

multa, atendiendo a una política criminal con el fin de resocializar al delincuente, dándole la

oportunidad de reintegrarse a la sociedad y que no vuelva a delinquir.”

“Es la facultad discrecional que algunas legislaciones penales modernas atribuyen a

los tribunales para proceder fundamentalmente a remitir la pena prevista para el delito

cometido por el reo condenado, cuando resulte más útil esta decisión.”

El perdón judicial “constituye una institución prevista por algunos ordenamientos

penales, por medio de la cual los jueces o magistrados tienen la facultad de hacer remisión o

perdonar la pena que han impuesto ellos mismos al acusado, en mérito de los antecedentes

del condenado y demás circunstancias que rodean al hecho.”


Se entiende entonces, que el perdón judicial es un sustitutivo penal por el cual el juez

está facultado para sustituir las penas de prisión y que tiene como efecto la extinción de la

responsabilidad penal.

• La libertad condicional. Puesto que “el fin esencial de la pena es la readaptación

social del condenado, resulta inútil mantenerlo encerrado cuando el propósito ya se ha

conseguido. Consistente en autorizar la salida del penado del establecimiento en que está

recluido cumpliendo pena privativa de libertad, luego del cumplimiento parcial de su

condena, siempre que se den ciertas condiciones y se someta a otras por un determinado

período de tiempo.”

“Es un beneficio que se concede judicialmente a los condenados después que han

cumplido determinada parte de su condena y observando buena conducta; siempre que no se

trate de reincidentes que se atengan a ciertas reglas impuestas por el juez. Al no ser

observadas algunas de esas condiciones el condenado vuelve a ser recluido por el tiempo

faltante para el cumplimiento de la pena, sin que en el cómputo se tenga en cuenta el tiempo

que se estuvo libre.”

(GUARDADO, 2012)

59. CAUSAS QUE EXTINGUEN LA RESPONSABILIDAD PENAL Y LA PENA.

Código Penal

Artículo 101. Extinción de la responsabilidad penal. La Responsabilidad penal se extingue:

1. Por muerte del procesado o del condenado;

2. Por amnistía;
3. Por perdón del ofendido, en los casos en que la ley lo permita expresamente.

4. Por prescripción

59.2 5. Por cumplimiento de la pena.

Artículo 102. Extinción de la pena. La pena se extingue:

1. Por su cumplimiento

2. Por muerte del reo

3. Por amnistía

4. Por indulto

5. Por perdón del ofendido, en los casos señalados por la ley

6. Por prescripción.

59.1 MUERTE DEL PROCESADO O CONDENADO

Artículo 103. Extinción por muerte. La muerte de quien ha sido condenado. Extingue

también la pena pecuniaria impuesta pendiente de satisfacer y todas las consecuencias

penales de la misma.

59.3 AMNISTÍA.

Artículo 104. La amnistía extingue por completo la pena y todos sus efectos.

59.4 INDULTO.

Artículo 105. El Indulto sólo extingue la pena principal.

59.5 PERDÓN DEL OFENDIDO


Artículo 106.. El perdón del ofendido extingue la responsabilidad penal y la pena si

ya se hubiere impuesto, por delitos solamente perseguibles mediante denuncia o querella.

En los delitos cometidos contra menores o incapacitados, el tribunal podrá rechazar

la eficacia del perdón otorgado por los representantes de aquellos, ordenando la continuación

del proceso o el cumplimiento de la condena, a solicitud o con intervención del Ministerio

Publico.

59.6 LA PRESCRIPCION

107. Prescripción de la responsabilidad. La responsabilidad penal prescribe:

1. A los veinticinco años, cuando correspondiere pena de muerte;

2. Por el transcurso de un período igual al máximo de duración de la pena

señalada aumentada en una tercera parte, no pudiendo exceder dicho término de veinte años,

ni ser inferior a tres;

3. A los cinco años, en los delitos penados con multa;

4. A los seis meses, si se tratare de faltas.

5. Por el transcurso del doble del tiempo de la pena máxima señalada para los

delitos contemplados en los Capítulos I y II del Título III del Libro II del Código Penal.

60. RESPONSABILIDAD CIVIL DEREIVADA DEL DELITO

En el proceso penal, la responsabilidad civil puede definirse como la obligación que

tiene el autor de un delito o falta de reparar económicamente los daños y perjuicios causados

o derivados de su infracción.
El objetivo de la responsabilidad civil es compensar a la víctima por los daños

causados por lo que persigue un interés privado.

El particular, víctima del delito y beneficiario de la indemnización en la que se valora

la responsabilidad civil derivada del mismo, puede renunciar a la misma siempre que esta

renuncia no atente contra el interés u orden público, ni perjudique a terceros.

La reparación del daño ocasionado podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o

de no hacer algo, y se determinará por el Juez atendiendo a la naturaleza de la infracción y a

las condiciones personales y económicas del culpable.

La indemnización de perjuicios comprenderá no solo los ocasionados al agraviado,

sino también a sus familiares o a terceros.

Si la víctima, por medio de su conducta, hubiera contribuido a la producción del daño

o perjuicio sufrido, podrá disminuirse el importe de su indemnización.

El perjudicado por el delito podrá optar por exigir la responsabilidad derivada del

mismo en la vía penal, pudiendo ser cuantificada en la sentencia que ponga fin al

procedimiento, o por la vía civil, en cuyo caso será necesario ejercer nuevas acciones ante

los tribunales civiles.

La acción de responsabilidad civil puede transmitirse a terceros, por ejemplo, a los

herederos.

Por su parte, son responsables civiles:

Los que hubiesen cometido el delito o falta (autores) y sus cómplices.

Los aseguradores si el riesgo estuviese asegurado.


Los padres o tutores, por los daños y perjuicios causados por los delitos o faltas

cometidos por los menores de edad y por los mayores sujetos a su patria potestad o tutela que

vivan en su compañía, siempre que exista culpa o negligencia.

Las personas naturales o jurídicas que se dediquen a la industria o el comercio, por

los delitos o faltas que hayan cometido sus empleados o dependientes, representantes o

gestores en el desempeño de sus obligaciones o la prestación de sus servicios.

Como regla general el plazo para reclamar la responsabilidad civil derivada de la

comisión de un delito prescribe en el plazo de un año.

(VARIOS, 2014)

60.1 RESPONSABILIDAD CIVIL

DEFINICION

El Diccionario de la Real Academia define la responsabilidad como "Deuda u

obligación de reparar y satisfacer", aplicado este concepto al mundo jurídico, supondría la

sujeción de una persona que vulnera un deber y produce un daño, a la obligación de resarcir

el daño producido.

Por lo tanto el origen de la responsabilidad se encuentra en la trasgresión de un deber,

que da lugar a ocasionar una lesión para una persona, surgiendo por ende la obligacion de

reparar la lesión ocasionada a la referida persona. La mayoría de tratadistas no proponen

ninguna definición al respecto de Responsabilidad Civil, sin embargo, dentro del estrecho

grupo que señalan algunas, está la de Juan Bustos Ramírez, que parece ser la que más se

apega a lo que debemos entender por Responsabilidad Civil, la que se cita textualmente y

dice:
“Es aquel conjunto de obligaciones de naturaleza civil, exigibles a las personas

responsables criminalmente del delito o falta, generado del daño que vienen a reparar o por

insolvencia de éstas o su intervención lucrativa en los efectos del hecho delictivo, a otras

ajenas a su comisión señaladas por la ley penal”.

La anterior definición se presta bastante a lo señalado en su concepto puesto que las

responsabilidades civiles, son un conjunto de obligaciones civiles, pero que surgen por la

comisión de un delito, en las personas responsables directas o las que indirectamente

colaboran en la perpetración del hecho.

El tercero civilmente demandado es la persona que, por previsión directa de la ley,

responda por el daño que el imputado hubiere causado con el hecho punible. Otro dato

importante por el cual dicha definición apuntada es adecuada, lo constituye el hecho de que

dichas obligaciones son exigibles tanto por responsabilidad directa o por insolvencia de los

sujetos directos a aquellos que han sido colaboradores, pero siempre y cuando la

participación constituya responsabilidad lucrativa exigible.

Precisamente por este último extremo es que resulta necesario en este capítulo de

aspectos generales, incluir la teoría de la participación en el delito, para que se distinga

efectivamente a los autores de cualquier partícipe, sin embargo, se debe hacer énfasis en el

hecho de que no se trata de establecer un equilibrio entre participación en el delito y

responsabilidad civil, puesto que la forma en que debe ser establecida ésta última poco tiene

que ver con la categoría de responsable del hecho perpetrado, mientras que si debe estar

relacionado con la participación en el mal ocasionado.


En otras palabras, la participación mayor o menor (como autor o como cómplice), no

debe ser el criterio rector para establecer las diferentes cuotas que debe pagar como resultado

del daño causado, sino su responsabilidad en este último. En el ámbito nacional se señala a

la responsabilidad civil, con aquel conjunto de obligaciones consecuentes con la comisión de

un hecho delictivo”.

Como puede observarse, la definición resulta bastante parecida a la propuesta en el

plano internacional por Bustos Ramírez, pero con menos elementos. Por lo que se puede

afirmar que la responsabilidad civil es el conjunto de obligaciones legales de carácter civil o

resarcitorio que surgen como vinculo jurídico entre el sujeto responsable de un hecho

delictivo en beneficio del ofendido.

60.2 NATURALEZA JURÍDICA

¿Cuál es la naturaleza jurídica de la responsabilidad civil, vista como reparación del

daño causado? Podemos distinguirla en tres posiciones legales, acordes con lo apuntado en

el párrafo anterior desde su naturaleza penal, desde su naturaleza sui géneris y desde su

naturaleza civil.

De naturaleza penal

Desde el punto de vista en que las responsabilidades civiles son de naturaleza penal,

la acción reparadora se fundamenta esencialmente en que para su existencia tienen que

provenir de un hecho ilícito. Por tal circunstancia, la responsabilidad penal involucraría

aparentemente responsabilidad civil.

En palabras más sencillas lo dicho anteriormente se puede expresar de la siguiente

manera: La comisión de un delito genera responsabilidad civil. Sin embargo, como


consecuencia de ésta última, surge en la víctima la posibilidad de ser indemnizada o resarcida

del daño eventual que pudo habérsele causado. Por tal motivo, los partidarios de esta teoría

consideran que las responsabilidades civiles son un corolario o consecuencia de la

responsabilidad penal. De ser así, la responsabilidad civil en materia penal es de naturaleza

penal. Sin embargo si esto es cierto, el conflicto o la problemática consistirían en que la

autoría y participación en el delito, mandarían a la hora de definir las cuotas que cada autor

o cómplice debe pagar en concepto de acción reparadora. Es decir, que de esta última forma

enunciada debería estar también regulada la responsabilidad civil, lo cual no es así y por esta

razón se considera un error técnico en la redacción de la norma respectiva.

De naturaleza civil

Finalmente existen autores que catalogan a la responsabilidad civil como de

naturaleza de la misma rama civil. Dicha concepción pese a que se considere a la misma

derivada de un delito o falta, y por tanto se estime que su origen lo debe al ámbito penal y

además su tratamiento por consiguiente, lo situan en esta rama. Finalmente, Santiago Mir

Puig, señala que la “responsabilidad civil debe tener una naturaleza civil”. En virtud de que

es una institución nacida en el Derecho civil, así como regulada en el Código Civil.

El presente capítulo evidencia que con la transformación de la justicia penal en

Guatemala, se dieron cambios sustanciales en la conceptualización de los elementos y la

naturaleza de la acción civil proveniente de un hecho ilícito, con la inclusión del tercero

civilmente demandado el campo de acción.

En Guatemala a la efectividad de la acción civil se considera más conveniente, ya que

le otorga más oportunidad de lograr efectos positivos a la pretensión del actor civil, por ende
a lograr una restitución, reparación e indemnización plena y efectiva de los daños y perjuicios

originados de un hecho ilícito, que constituye el motivo fundamental que origino

grandemente a la realización de la presente tesis.

Desarrollo histórico

Siendo la primera etapa del derecho penal el de la venganza privada, es lógicosuponer

que el concepto de acción civil simplemente no existía. Según Castillo Barrantes, son los

alemanes los primeros en establecer una reparación civil como consecuencia de un ilícito

penal, consecuentemente es en el Derecho Germano es donde aparece una indemnización

dada por el autor del delito a la víctima, fijada por un juez del poder central, en donde tambien

aparecen como órganos jueces que acusan oficialmente desplazando al ofendido, hecho que

promueve el surgimiento del Derecho Penal, como tambien del Derecho Público, el cual en

el transcurso del tiempo producirá la distinción de la pena con carácter público respecto de

la indemnización de daños y perjuicios.

Legislativa e históricamente nuestro derecho se puede explicar desde la perspectiva

española, ya que nuestra legislación atravesó durante mucho tiempo por el influjo de aquella,

la cual está determinada por incluir en sus primeros códigos penales la acción civil por la

inexistencia de códigos civiles. El primer código civil de España fue promulgado en 1889,

mientras que el primer Código Penal fue promulgado en 1822, lo que hace reflexionar sobre

el contenido que el legislador concebía para la acción civil sino había legislación civil

codificada aún.

En Guatemala con el anterior Código Procesal Penal, Decreto 52-73 del Congreso de

la República de Guatemala el que ya fue abrogado, se regulaba que la acción penal era
pública, pero que la acción civil era de orden social de acuerdo a lo establecido en el artículo

68, por lo que aparejaba en su concepción la aplicación de una pena con una reparación civil,

es decir unificaba la responsabilidad civil con la responsabilidad penal. Sin embargo,

acogiendo el tercero de los tres sistemas descritos en el planteamiento de la problemática de

la acción civil, el Código Procesal Penal anteriormente Decreto 52-73, establecía en su

Artículo 73 que: “ejercida la acción penal, se entenderá utilizada también la civil, excepto

que los interesados la renuncien expresamente o la reserven para ejercerla después de

terminado el proceso penal. Si se ejerciere sólo la acción civil que nace de un delito de acción

privada se considerará extinguida la acción penal”

A criterio personal definitivamente la acción penal es pública, pero debe incluir la

acción civil, aunque en su regulación y naturaleza se respete su origen como civil toda vez

que obedece a vocabulario civil, tal como la indemnización, el daño, el perjuicio y otros.

Un dato importante de lo que constituía la acción civil en el Decreto 52-73 del

Congreso de la República de Guatemala derogado, es el hecho que en un mismo artículo se

da autorización también al Ministerio Público para que, en defecto de los agraviados o cuando

estos manifiesten la imposibilidad de actuar en el proceso, ejercerá por ellos las dos acciones,

sin perjuicio de que conservarán el derecho de ser informados por dicho Ministerio y de

cooperar con él haciendo las gestiones que crean necesarias para el mejor resultado de su

pretensión”.

Asimismo, el artículo 82 del Código citado expresaba que: “el resarcimiento de los

daños materiales y morales debían comprenderse como parte del proceso penal, en interés

general y como tutela del orden social”. Por lo tanto el desarrollo del procedimiento de la

acción civil y el cumplimiento de las obligaciones a que sujetan las responsabilidades de esa
materia, es un efecto evidente en el actual Código Procesal Penal de nuestro país, el decreto

51-92 del Congreso de la República, porque además se tiene la posibilidad de establecer

incluso un resarcimiento por concepto de daños morales.

Por lo antes expuesto las ventajas de nuestro sistema son evidentes, se trata pues de

que la acción civil permite el resarcimiento del daño moral, situación que no se contemplaba

anteriormente.

60.3 CONSIDERACIONES LEGALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD

CIVIL EN NUESTRA LEGISLACIÓN.

Consideramos que la Legislación Guatemalteca adolece de determinadas fallas que

sugiere que deben de corregirse, en cuanto al Sistema de Responsabilidad Civil. Ello ha

generado una serie de cuestionamientos teniendo en cuenta lo que establecen las funciones

de la Responsabilidad Civil, que son: la función satisfactoria que como vimos postula la

"satisfacción plena de los intereses perjudicados", la función de equivalencia que establece

la equivalencia entre el contenido patrimonial del daño y lo que egresa del patrimonio del

deudor extracontractual, y la función punitiva o penal que persigue el traslado del peso

económico del daño de la víctima al responsable.

Este cuestionamiento recae sobre aquellos casos que en virtud de disposiciones

procesales, no pueden ser revisados a efectos de establecer una indemnización apropiada.

Una de estas disposiciones procesales que se presentan como obstáculos para una plena

satisfacción de los intereses perjudicados es por ejemplo la institución de la cosa juzgada,

que nos impide volver a demandar tal como lo establece el artículo 155 de la Ley del

Organismo Judicial, reformado por el artículo 14 del Decreto Ley 64- 90, que establece que
hay cosa juzgada cuando la sentencia es ejecutoriada, siempre que haya identidad de

personas, cosas, pretensión y causa o razón de pedir. Cosa juzgada. Una resolución adquiere

la autoridad de cosa juzgada cuando:

- No proceden contra ellos otros medios impugnatorios que los ya resueltos;

- Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan

transcurrir los plazos sin formularlos.

La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas deriven sus derechos.

Sin embargo se puede extender a terceros cuyos derechos dependen de los de las partes, o a

los terceros de cuyos derechos dependen los de las partes, si hubieran sido citados con la

demanda.

Otro supuesto es el relacionado con "la imposibilidad de acudir a solicitar una

indemnización en la vía civil cuando se ha otorgado una reparación civil en la vía penal".

Este supuesto, regulado en el Código Procesal Penal, consideramos que constituye un nuevo

obstáculo para una indemnización integral, debiendo por ello ser modificado, toda vez que

en la práctica forense es común que los sujetos no procedan a ejercitar derechos cuando el

proceso principal ha sido engorroso y tardado, por ejemplo, cuando ha llevado más de tres

años un proceso y todavía esperar que se dé trámite a un proceso igual o más tardado que

éste.

DERECHOS QUE SE GARANTIZAN CON EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN CIVIL:

Son aquellos que componen el tipo de la acción civil en cuanto a su extensión y

comprenden:

- La restitución;
- La reparación de los daños materiales y morales y

- La indemnización de perjuicios.

60.3.1 LA RESTITUCIÓN

La restitución se produce cuando se debe devolver en lo posible una cosa igual a la

dañada, con abonos al menoscabo y deterioro que la cosa tenga al momento de la restitución,

lo que a falta de acuerdo entre las partes fijará un juez competente, atendiendo a la mala o

buena fe del que produjo el daño. (Artículo 1331 del código civil) La restitución básicamente

trata de la "devolución de la cosa".

60.3.2 LA REPARACIÓN DE LOS DAÑOS MATERIALES Y MORALES

En cuanto a la reparación del daño material o moral, se establecerá para el primer

caso en atención al precio de la cosa, y en cuanto al segundo de acuerdo a la extensión del

daño causado a la víctima o agraviado. La falta de claridad en la redacción en cuanto al daño

moral puede entenderse en dos sentidos, que ciertamente todo tiene que tener una redacción

aceptable en la ley y en segundo lugar que por ello, queda flexible en beneficio de la parte

afectada, el calcular el monto de este daño.

60.3.3 LA INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS

Finalmente, la indemnización de perjuicios está determinada en cuanto al

resarcimiento de las ganancias lícitas que el sujeto pasivo del delito, es decir la víctima o

agraviado, ha dejado de percibir (artículo 1434 del código civil).

Se debe entender como una compensación en dinero por el daño producido en el

patrimonio de alguna persona. A criterio personal, es más ajustado el considerar la reparación


del daño como una compensación. No obstante con el actual procedimiento esto es más

práctico y más real. A diferencia de cómo se fundamentaba anteriormente, la víctima

actualmente tiene mejores medios para establecer el monto del daño causado, pudiendo en

consecuencia establecerlo de forma más satisfactoria.

(ANDRADE, 2016)

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