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El paso de una situación conflictiva latente a manifiesta suele suponer un fracaso de las estrategia de
intervención, excepto en el caso de que sea la solución buscada ante determinado tipo de situaciones
en que interesa que se produzca una situación conflictiva controlada (como veremos en el próximo
tema).
Tipos de conflicto
los 'conflictos CONTINGENTES' -pueden suceder o no, innecesarios, evitables- que se producen
cuando la situación conflictiva es evitable, porque depende de la interpretación y el
comportamiento de unos actores, que perciben incorrectamente las circunstancias del
conflicto. Se produce un conflicto VERÍDICO cuando un matrimonio discrepa sobre instalar un
taller de pintura o un despacho en la única habitación libre de la casa. Esa misma situación
sería un conflicto CONTINGENTE si la casa dispusiera, además, de un ático o un garaje.
los ‘conflictos DESPLAZADOS’ que hacen referencia a controversias, muy frecuentes en el
medio laboral, en las que la razón última de la discusión no es la declarada. Suelen ser
conflictos enraizados, mucho más profundos de lo que aparentan, porque el objeto del
conflicto sobre el que se discute actualmente no es el genuino. Una fuerte discusión sobre
los gastos o las facturas que genera la casa entre dos cónyuges [«conflicto manifiesto»] puede
estar enmascarando al verdadero conflicto sobre el comportamiento sexual de la pareja o
determinados hábitos sociales no compartidos [«conflicto latente»].
los ‘conflictos de FALSA ATRIBUCIÓN’ que son aquellos en los que se pretende imputar a otros
responsabilidades que no les pertenecen (error en la identificación del contendiente). En
este caso, a diferencia del anterior, el conflicto se produce entre las partes equivocadas. Se
da esta situación frecuentemente en el ámbito familiar y laboral (discusiones con la pareja por
asuntos enquistados en la oficina; transmisión a alguna parte más débil de enfrentamientos con
contrincantes más fuertes; agresión laboral a personas de diferentes etnias o grupos sociales
minoritarios, etc.)
Por último, hay que considerar los 'FALSOS CONFLICTOS', que se producen en ausencia de motivo
objetivable a causa de percepciones erróneas o malentendidos. Dadas las graves carencias de
comunicación que, generalmente, padecen las personas, grupos, colectivos y naciones, este
tipo de conflictos -en palabras de DEUTSCH- ‹lo impregna todo›. Es muy importante saber que,
como todos los conflictos, los FALSOS CONFLICTOS pueden escalar a conflictos verdaderos, lo cual
es más probable en una atmósfera competitiva que en una cooperativa. Un grupo especial es el
de los CONFLICTOS INVENTADOS, iniciados deliberadamente para desestabilizar una situación.
E n las organizaciones tiene gran relevancia discriminar entre «conflictos sobre tareas» y
«conflictos sobre personas» (como ya vimos en el tema 01), porque las implicaciones
emocionales y las estrategias de gestión son diferentes.
ESCALADA
Los conflictos no resueltos tienden a la expansión de su amplitud o complejidad. «ESCALAR» es
evolucionar hacia el agravamiento de la situación.
Una expectativa inicial al alza de las partes, dudas respecto al poder de los antagonistas, una
percepción no compartida de los méritos personales y una tendencia natural el pensamiento
«de suma cero» (ganar o perder) explican una posible escalada.
Los principales factores relacionados con una escalada espontanea del conflicto son:
Intervención de una nueva persona o grupo que apoya a una de las partes.
Sensación de amenaza de la otra parte. Percepciones selectivas.
Deja de interesar mantener la relación. Las profecías autocumplidas.
Hay una historia de conflictos improductivos entre las partes.
Aparece un fuerte componente emocional (cólera, frustración, miedo, etc.).
No se reconocen o satisfacen necesidades importantes.
El apego a los compromisos (entrampamiento).
La falta habilidades para construir relaciones interpersonales o no existe apoyo para
utilizarlas.
DESESCALADA
A partir de alguna intervención, o por desistimiento de las partes, el conflicto termina por
disminuir su intensidad en la mayoría de los casos (el tiempo necesario para ello es muy
diferente en cada situación, eso sí).
La desescalada del conflicto, mediante intervención externa, es el objetivo de los últimos temas
del curso donde hablaremos de la GESTIÓN ALTERNATIVA DE CONFLICTOS.
Fuentes de conflicto
Tiene más interés hablar de FUENTE DE LOS CONFLICTOS que de “factor desencadenante” de los
conflictos (o causa última), porque este último suele ser anecdótico e imprevisible y no hubiera
producido ningún efecto en ausencia del clima adecuado.
Ejemplo: la quema masiva de coches en Francia -noviembre del 2005- estalló al llamar Sarkozy
«chusma» a los habitantes de un barrio, pero venía gestándose desde mucho tiempo atrás en
jóvenes hijos de inmigrantes nacidos en el país.
Ejemplo: el conflicto entre España y Reino Unido del verano del año 2013 estalló tras ser
arrojados a la bahía de Algeciras, por parte de las autoridades gibraltareñas, grandes bloques
de hormigón. ¿Es la causa o el desencadenante?
Mediación: Métodos Prácticos para la Resolución de Conflictos” [Granica ed. 2006], define 5 tipos
de conflicto -lo que él llama el CÍRCULO DE LOS CONFLICTOS- que tiene mucho interés por sus
repercusiones prácticas en cuanto a estrategias de intervención:
Ejemplos: “no soporto la presencia de...”; "donde las dan las toman…"; "aunque sea lo
último que haga…"; "se va a enterar ese…"; etc.
Estrategias de afrontamiento:
• Controlar la expresión de las emociones definiendo y comunicando unos procedimientos o
unas reglas claras (externas).
• Mejorar la comunicación interpersonal; propiciar una comunicación efectiva adquiriendo
destrezas comunicativas.
• Promover la expresión de emociones, de sentimientos legítimos, de manera asertiva.
• Bloquear conductas negativas repetitivas mediante cambios en la estructura de la organización.
Para que se produzca un acuerdo satisfactorio es necesario contemplar los 3 lados del
triángulo. Un arreglo satisfactorio en lo sustancial, pero no satisfactorio en lo procedimental
ni en lo psicológico, puede resultar inadecuado para conseguir un acuerdo final.
Estrategias de afrontamiento:
• Definir criterios objetivos para asignar y evaluar tareas.
• Centrarse en los intereses de las partes en lugar de en sus posiciones.
• Diseñar múltiples alternativas de solución para, posteriormente, acordar una de ellas.
• La Negociación y la Mediación, a las que dedicaremos varios temas en el curso, son muy
eficaces en estas situaciones.
Conflictos ESTRUCTURALES, suscitados por una mala definición de roles (indefinición de funciones
y responsabilidades), limitaciones de espacio y/o tiempo, desigualdades de poder o
autoridad, o por la propia estructura de la organización (es el caso de dos departamentos
que deben trabajar juntos pero priorizan de manera diferente sus tareas y siempre chocan).
El conflicto estructural surge de la necesidad que tiene todo colectivo de organizarse de
alguna manera, lo que implica DIVISIÓN del trabajo e INTERDEPENDENCIA entre sus
componentes. La división del trabajo también puede crear intereses y prioridades
divergentes. El conflicto estructural se acentúa mucho cuando los recursos son escasos.
Estrategias de afrontamiento:
• Asegurar una buena asignación de tareas con sus funciones y responsabilidades.
• Modificar las presiones externas sobre las partes, disminuir la coerción y aumentar la
persuasión.
• Modificar las relaciones ambientales de las partes (cercanía, conexiones, etc.).
• Reasignar el control de los recursos. Modificar los controles.
• Cambiar restricciones de tiempo.
• Establecer sistemas de toma de decisiones imparciales aceptados por las partes.
Desde el punto de vista de los conflictos en el ambiente laboral, que son los que nos interesan,
podéis ver con facilidad que la idea de Moore (el autor de la anterior clasificación) es
perfectamente válida: los conflictos se producen por factores de la propia organización
(conflictos estructurales, de información y de intereses) y por factores personales (conflictos de
relación y de valores).
Los conflictos son muy difíciles de estereotipar, pero su diferenciación tiene mucho interés para
una posible intervención diferenciada en función de los matices de su procedencia original.
Sean:
REALES, basados en diferencias bien conocidas y entendidas sobre intereses, opiniones,
percepciones o interpretaciones que las partes no han podido resolver;
IRREALES, desencadenados por una comunicación errónea, una percepción equivocada o
un malentendido; o
INVENTADOS, que aparecen de la nada por razones espurias…
…los conflictos son una realidad compleja y tozuda en las organizaciones.
Profundizar en su tipología tiene interés práctico cuando la forma de los conflictos orienta
hacia una manera concreta de afrontarlos. A este respecto, la tipología de CHRISTOPHER MOORE
es particularmente interesante porque está orientada a diferenciar pautas de actuación en
función de las peculiaridades del conflicto.
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Francisco Javier Suso Alea
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