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Resumen: Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe de Octavio Paz

Prólogo

El primero en encender la chispa acerca de la importancia de Sor Juana Inés de la Cruz fue
Amado Nervo en 1931. Octavio Paz comienza el estudio acerca de la poetisa con un pequeño
ensayo en 1971 y termina con esta gran obra en 1981. Subraya que la obra de Sor Juana está
atravesada por la palabra seducción tanto por lo que despertaba su persona como su obra.

Para Octavio Paz resulta importante el hecho de que gran parte de la obra de Sor Juana sea
poesía ya que esta es siempre transgresión de la racionalidad y moralidad. La poesía es por
naturaleza extemporánea. Según el autor los escritores escriben en una época determinada
según el sistema de autorizaciones y prohibiciones que existen. Sor Juana tuvo muchos
censores a los que Octavio Paz llama “lectores terribles” (el arzobispo, el inquisidor, etc.). En su
respuesta a Sor Filotea de la Cruz lo deja claro: “no quiero ruidos con la inquisición”. La zona
de lo que no se puede decir está marcada por la presencia de esos lectores terribles. Aún así
por su voz habla una voz otra, irrupción que han percibido sus lectores. La obra sobrevive
gracias a estas interpretaciones que son en realidad resurrecciones.

Primera parte: El reino de la Nueva España

1. Una sociedad singular


En México puede observarse la existencia de tres sociedades distintas que se niegan
entre ellas: el imperio azteca, el virreinato de la Nueva España y la nación mexicana. El
gran corte fue la conquista debido a que fue un cambio de civilización. A diferencia de
otros países conquistadores, España operaba como una empresa imperial. La religión
era para ellos ortodoxia. La conquista fue una especie de cruzada: “la cruz, la espada y
la corona”, los conquistadores se apropiaron de los ideales franceses de la Ilustración
para la revolución. La ideología democrática liberal fue una superposición histórica que
daba cuenta de la escisión entre criollos y españoles. La edad moderna se distingue
por dos rasgos que no encontramos en Nueva España: Crecimiento del estado central
a expensas de las economías locales y la igualdad ante la ley.
En lugar de eso encontramos un sistema llamado patrimonialismo:
El patrimonialismo es, para Weber el dominio que un príncipe o señor ejerce sobre las
masas de sometidos y súbditos mediante un aparato burocrático integrado por
favoritos fieles el soberano. Esta forma de autoridad que implica una relación social de
carácter marcadamente personal, no deja de ser inestable, y representa un serio
obstáculo para las posibilidades de una racionalidad económica y política.

PLURALISMO-PATRIMONIALISMO-EQUILIBRIO DE FUERZAS

2. El estrado y el púlpito
La corte virreinal fue el modelo de la vida social de la Nueva España. Ejerció una doble
función civilizadora: transmitió a la sociedad novohispana los modelos de cultura
aristocrática europea y propuso un modelo de imitación distinto: la iglesia y la
universidad. Era una sociedad pre moderna con un estado absolutista basado en la
ortodoxia religiosa.
La reforma protestante es un elemento que diferencia entre sociedades modernas y
pre modernas. Algunos países adoptaron la modernidad sin protestantismo como en
Francia donde la democracia anticatólica y anticlerical debido a que fue un
movimiento laico. En cambio los que adoptaron la reforma poseían dos ideologías
distintas, los calvinistas que creían en la predestinación como los anglosajones y por
otro lado los jansenistas. La modernidad no es un elemento que aparezca en España ni
en sus dominios americanos ya que en los países en los que se desarrolló, como
Francia, fue una conciencia antes que una acción. En Hispanoamérica fue una ideología
trasplantada, adquirida. La clave de la conquista de Nueva España está en la
evangelización. Cada sociedad al definirse a sí misma define a otra. Esta definición
asume casi siempre la forma de una condenación, el otro es un ser fuera de la ley:
Helenos-bárbaros, paganos-cristianos y civilización-barbarie. El término civilización fue
acuñado por primera vez por Erasmo de Rotterdam, para la mayoría de Europa tenía
un sentido burgués (urbano-cortés-público) pero en España tenía un sentido
peyorativo debido a la persistencia de rasgos pre modernos aristocráticos.
La evangelización de Nueva España se basaba en la conversión de los nativos incluso
por la Guerra Santa debido a que la línea divisoria paganismo-cristianismo estaba
atravesada por una fuerte ortodoxia. Esta se basaba en la presencia de una iglesia y
un estado representado por un poder central en España. Había ciertos elementos del
neo otomismo (filosofía escolástica medieval) “la sociedad era un sistema jerárquico
en el cual cada persona y cada grupo sirven a propósitos de orden general y universal
que lo transciende”. Este universalismo se funda en un concepto contrario al que se
regía el estado moderno debido a que no es producto de un contrato social y hay un
soberano aceptado por todos, doble universalidad la de la iglesia y la de la monarquía.

El catolicismo imperial hispánico se sumó al particularismo criollo. El nacionalismo


mexicano nació a la sombra de un universalismo doble: el humanismo cristiano y el
sincretismo jesuita. La sociedad mesoamericana en momentos de conquista estaba compuesta
del siguiente modo: Los indios que estaban en un periodo de guerras continuas. Los nómadas
que conservaron sus culturas y chamanes. Los sedentarios fueron los que más sufrieron el
desgarramiento de la conquista. En la cúspide se encontraban los españoles y los criollos. El
cambio en el sistema social, político y religioso fue total: demolición de templos y
monumentos religiosos, aniquilación física de grupos dirigentes. El triunfo de los españoles fue
visto como un cambio religioso. La sociedad nativa creía en el tiempo cíclico y veía un final de
ciclo justo en el momento que arribaron los conquistadores así que creían que era el comienzo
de otro. La puerta por donde salen unas divinidades es la puerta de entrada por donde salen
otras divinidades. La fuga de los dioses indios fue el regreso con otros nombres. La conquista
dejó a las masas indias en la orfandad espiritual. Esta situación hizo posible su conversión al
cristianismo. El bautismo abría las puertas de ingreso a la nueva sociedad y al mismo tiempo
las de regreso al antiguo grupo de lo sagrado. Los indios se volvieron cristianos la divinidades
cristianas y sus vírgenes se indianizaron. Desde el principio el cristianismo indio fue un
sincretismo popular e instintivo. Un sincretismo que influyó en la creencia de los criollos y los
mestizos.
Siglo XVI: Evangelización y edificación de una sociedad rica y sensual pero devota y
supersticiosa.

Siglo XVII: Tensión entre el poder político y militar español con el poder económico criollo
(eran españoles pero no lo eran) y también con el poder religioso. Asimismo, los mestizos
duplicaban la ambigüedad criolla, la ilegitimidad era su destino, los hijos verdaderos de la
Nueva España.

3. Sincretismo e imperio
La política religiosa del siglo XVI fue el de la tabula rasa. En el siglo XVII a esta le sigue
la del puente: establecer una vía de comunicación más sobrenatural que natural entre
el mundo indígena y el cristiano. Se buscaba en el cristianismo prefiguraciones y signos
en la cultura mexicana. La estrategia de los Jesuitas fue una visión del estado del
mundo como un paulatino desvelamiento de la verdad universal. La totalidad de esa
verdad era el cristianismo y la pasión de Jesús. El sincretismo de los jesuitas del siglo
XVII podría compararse con la política de San Pablo (quien cortó los lazos con el
judaísmo) quien explicaba que no son incompatibles los cultos con las creencias
cristianas. Los franciscanos lograron la condenación papal de esas opiniones. Las ideas
de los Jesuitas provocaron por su tendencia separatista en el despertar del espíritu
criollo. Confusamente el criollo se sentía heredero de los dos imperios, amaban el
pasado indio pero odiaban a los indios. La imagen de Roma se confundía con la de
México Technotichlan. El despertar del espíritu criollo coincidía con el acceso de los
jesuitas que desplazaron a los funcionarios y se convirtieron en la orden más poderosa
e influyente de la Nueva España. Ellos no solo fueron los maestros de los criollos sino
sus voceros y conciencia. El sincretismo Jesuita unido a su creciente patriotismo criollo
no solo modificó la actitud tradicional frente a la civilización india sino que provocó
una suerte de resurrección de ese pasado. En esa resurrección la influencia del
humanismo clásico también fue capital. También lo fue la operación de analogía
histórica y la imaginación en la cual romanizaron a México Technotichlan. La
resurrección del mundo azteca fue su transfiguración en el espejo imperial del
humanismo (como Roma México fue primero pagana y después cristiana). La tentativa
jesuita debe verse desde la perspectiva de la contrarreforma. La fuente del sincretismo
jesuita se encuentra en el hermetismo neoplatónico renacentista (Filosofía hermética
de Hermes Trimegisto).
La tentativa imperial a pesar de su pretensión de universalidad ignoraba un
particularismo que estaba constituido por el grupo de los mestizos (no se resolvía la
contradicción real entre los criollos y los mestizos) el imperio era una universalidad a la
que no tenían acceso los segundos. Por eso la realidad hizo añicos el proyecto ideal. El
primer golpe fue la expulsión de los jesuitas por Carlos III. El segundo golpe fue la
Guerra de la Independencia. La expulsión de los jesuitas les sacó a los criollos su
fundamento teológico. La independencia aumentó las tensiones separatistas de los
criollos pero en un sentido contraproducente para ellos: los verdaderos vencedores
como se vería mas tarde habían sido los mestizos. Los criollos no pudieron defender la
contradicción histórica a la que se enfrentaron al otro día de la independencia: el
tránsito de la sociedad novohispana a una nueva nación independiente exigía al
mismo tiempo una ruptura y una continuidad. Los criollos se dividieron en una
república federal y una monarquía central. Ganaron en apariencia los de la federación
pero en realidad México siguió siendo un estado centralista y patrimonialista. No
tuvieron reyes sino caudillos y dictadores constitucionales que llamaron presidentes.
En el siglo XVII la aparición de la Virgen de Guadalupe precisamente en el santuario de
una diosa india era la confirmación del carácter único y singular de la Nueva España
insinuaba una misteriosa conexión entre el mundo pre colombino y cristiano. Se
transformó en un culto nacional. La virgen es el punto de unión entre criollos, indios y
mestizos y ha sido la respuesta a una triple orfandad: la de los indios porque
Guadalupe Tonatnzin es la transfiguración de sus antiguas divinidades femeninas, la
de los criollos porque la aparición de la virgen convirtió a la tierra de la Nueva España
en una madre más real que la España; la de los mestizos porque la virgen fue y es la
reconciliación con su origen y el fin de su ilegitimidad. Otra manifestación del
sincretismo fue la demostración de que el evangelio había sido predicado antes de la
llegada de los españoles nada menos que por el apóstol Santo Tomás conocido por los
indios con el nombre de Quetzalcóatl.
La sociedad de Nueva España era una sociedad estática quería imitar en la tierra el
orden eterno. La Edad Moderna ha sido la negación de las ideas que inspiraron a
Nueva España. La misma nació como un movimiento de crítica radical. El cambio es lo
que pone en marcha la historia. La edad moderna empezó por criticar la religión, la
crítica de la reforma fue antirreligiosa. La religiosidad de Nueva España fue una
estrategia para enfrentar la historia y los cambios. Era una filosofía defensiva
protectora de la fe de Roma, la neo escolástica era la defensora de la monarquía y el
imperio. En el siglo XVII Nueva España era una sociedad muy fuerte. México cambió y
ese cambio fue un desgarramiento, una herida que aun no sana.
4. Una literatura trasplantada
El concepto de “cultura “en Nueva España puede entenderse en el sentido más
limitado de la palabra como producción, circulación y comunicación de novedades
artísticas y filosóficas solo para una minoría de la población. La reina de las ciencias era
la Teología producto de la tradición cristiana y el humanismo clásico. Solo una minoría
tenía acceso a las grandes instituciones educativas de la época que eran la iglesia, la
universidad y la corte. La corte era rival de la iglesia y la universidad, centros de
irradiación estética y cultural. La aristocracia tenía ambiciones literarias y artísticas. El
gongorismo era la estética aristocrática.
La literatura novohispánica era minoritaria, docta, profundamente religiosa, hermética
y aristocrática. Leída por hombres y escrita por ellos. Es extraordinario que el escritor
más importante de Nueva España haya sido una mujer: Sor Juana Inés de la Cruz. Ni la
universidad ni los colegios de educación superior estaban abiertos a las mujeres. Para
instruirse Sor Juana combinó los únicos dos modos posibles de acceder a la cultura: el
religioso y el palaciego. La cultura novohispanica fue ante todo verbal (el púlpito, la
cátedra y la tertulia).Irving Leonard ha demostrado que se leían muchos libros
prohibidos por la inquisición. La literatura castellana viajó en el siglo XVI trasplantada
a tierras americanas. Su arraigo fue lento y difícil. Antes de la colonización México y
Perú ya tenían otro lenguaje, el de sus grandes civilizaciones. Más que una visión de
mundo una civilización es un mundo (de objetos, de nombres, etc.). Desde su
nacimiento la literatura del Nuevo Mundo tuvo conciencia de su realidad: la sombra
del otro verdadero, lenguaje de fantasmas. Desde el principio en poesía se
desarrollaba la rama culta y la popular y una tercera corriente, la edificante al servicio
de la evangelización de los naturales. La poesía tradicional penetró en México con los
conquistadores. En el siglo XVI predominan las formas y maneras renacentistas
aclimatadas en nuestra lengua por Garcilaso. Las raíces de la poesía mexicana no están
ni en la Edad Media ni en un posible clasicismo sino en el momento de transito del
renacimiento al barroco que fue el manierismo del siglo XVI. Es un periodo largo, rico y
original. Podemos hablar de dos características del barroco novohispano. No fue solo
el periodo más rico en figuras literarias sino que fue el más largo pues se extiende a
mediados del siglo XVI y además poderosamente original. Con frecuencia se ha
querido explicar el barroco como una consecuencia de factores históricos, psicológicos
y religiosos: La crisis del orden católico, el descalabro de la gran armada, la inflación y
la crisis económica en España, los descubrimientos de la física y la química que
hicieron tambalear al tomismo y a la neo escolástica. Todo esto coincidió con una
crisis espiritual y una continua tensión entre el cuerpo y el alma. Esta discordia
psíquica y moral se resolvió en un arte moderno. Manierismo y Barroco representan el
triunfo de la subjetividad del creador frente a la doble tiranía del canon estético y del
modelo natural.
La universidad y la iglesia produjeron una literatura de certamen. Los llamaban “justas
poéticas”. Leonard comenta algunas de las particularidades del verso barroco: los
ecos: “sagrada agrada”, los acrósticos, las aliteraciones, poemas que admitían dos o
tres lecturas, las poesías retrogradas que podían leerse de arriba para abajo o de abajo
para arriba, los centones, poemas hechos de versos ajenos , casi siempre de Góngora,
las paronomasias “me despierta odio al oído” entre otras.
En prosa las preocupaciones religiosas adoptaron las del sermón. Sor Juana como
mujer no podía decir sermones pero si podía escribir críticas de ellos. Eso es lo que
hizo justamente en su célebre carta atenagòrica. Otro rasgo que revela la carta es que
la teología se utilizaba como máscara para discutir temas políticos a veces no tenían
otro objeto que descubrir las diferencias entre los distintos individuos y grupos. En el
siglo XVII las diferencias se ventilaban en el púlpito. Sabemos que la carta atenagòrica
provocó muchas discusiones. El convento ocupaba un lugar intermedio entre la corte y
la iglesia.
Hay una conjunción entre la sensibilidad criolla y el estilo barroco. Los estilos artísticos
son siempre transnacionales y el barroco lo fue acertadamente. La estética barroca
acepta todos los particularismos y todas las excepciones. Precisamente por ser la
técnica de la extrañeza su meta es asombrar y maravillar, por ello la extrañeza de ser
criollo recubría un acto de compensación.
Segunda parte
1. La familia Ramírez

Para estudiar la vida de Sor Juana disponemos de dos textos básicos: Su carta al obispo de
Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, Respuesta a sor filotea de la cruz, y la biografía del
jesuita Diego Calleja. Los dos textos tienen lagunas y defectos. La respuesta al obispo de
Puebla fue escrita con ánimo defensivo y en medio de un larga polémica. Contiene
revelaciones precisas pero no toca un periodo esencial: sus años en la corte y guarda silencio
sobre otros aspectos de su vida. No es una autobiografía sino una autodefensa.

Calleja no conoció a Sor Juana pero trató a varias personas que habían sido sus amigos como el
Marques de Mancera. Sostuvo además correspondencia con ella. La biografía de Calleja es, en
realidad, una narración edificante en el que los mínimos incidentes de su vida son signos y
señales sobrenaturales de su ascenso hacia la virtud y la santidad. Dorothy Schons abrió el
camino hacia la biografía crítica.

Hay tres misterios en la vida de Sor Juana: 1. ¿Por qué tomó el velo? 2. ¿cómo se llamaba
realmente Juana Ramírez o Juana de Asbaje?3. ¿Por qué en plena madurez intelectual
renunció a las letras?.

Pfandl escribió un extenso volumen sobre Sor Juana y habla del narcisismo de la monja y lo
relaciona con tendencias propiamente masculinas. Parte de la idea de la época de los tipos
biológicos fijos femenino y masculino son para él categorías fijas e inmutables. Los casos
intersexuales como Sor Juana derivan su sexualidad enfermiza hacia la literatura o la vida
pública. Pfandl identifica el mundo del saber y las letras con lo masculino y así coincide con sus
persecutores. La descripción de Pfandl no se ajusta a la realidad. La “masculinidad” de Sor
Juana fue más bien psicológica que biológica y más social que psicológica. Luego habla de una
“fijación de la imagen paterna”, el transito del narcisismo primario (autoerotismo infantil) al
secundario fue para Sor Juana como pasar gramaticalmente del modo transitivo al reflexivo. La
intuición de Pfandl debe completarse y corregirse, Sor Juana trasciende el narcisismo común y
corriente por la introspección. Su narcisismo contiene un elemento crítico o más bien
autocritico y esto es lo que la distingue del narcisismo vulgar o del simple neurótico. Sor Juana
no se mira para admirarse sino que al admirarse se mira y al admirarse se explora. Pfandl
ignoró casi del todo las circunstancias sociales e históricas nunca reparó en el carácter
masculino de la cultura y el mundo en que vivía Juana Inés. Su método es risueño,

A Dorothy Schons debemos la tentativa de insertar la vida y obra de Sor Juana en la historia de
la sociedad novohispana del siglo XVII. La erudita norteamericana trató de comprender el
feminismo de la poetisa como una reacción frente a la sociedad hispánica, su acentuada
misoginia y su cerrado universo masculino.

Según Calleja Juana Ramírez de Asbaje en 1651 en una alquería pero hay razones para creer
que se equivocó. Se cree que la fecha de nacimiento se encuentra en un acta de bautismo
datada en 1648. Hay un misterio en torno a la figura del padre se cree que fue Pedro Manuel
de Asbaje. No se sabe si un caballero vizcaíno o un cura. Juana Inés apenas menciona el
nombre de su padre, mientras vivió llevó el apellido de su madre (Ramírez). Hay que tener en
cuenta que el siglo XVII era una época de opuestos: rigorismo y libertinaje eran una
combinación habitual, por lo que el hecho de que la madre de Sor Juana tuviera tres hijos con
un hombre y otros tres con otro no despertaba un gran escándalo.

2. Sílabas las estrellas compongan

El rasgo característico de Juana Inés durante su infancia fue la curiosidad intelectual “podía
más el deseo de saber que el de comer” manifiesta en su respuesta a Sor filotea. A los seis
años ya sabía leer y escribir en base a engaños para que la maestra de su hermana le enseñase.
También se le ocurrió pedirle a su madre que la enviase a la universidad vestida de hombre.
No es casual que las memorias infantiles de Sor Juana hayan dado lugar a la hipótesis acerca
de su masculinidad, la clave de su situación psíquica, la naturaleza de sus vínculos compuesta
por el triángulo amoroso de su madre y sus dos amantes. Hay distintas pruebas del abandono
de su padre biológico, Pedro Manuel de Asbaje, las relaciones con los ausentes están a merced
de nuestra subjetividad. El ausente es una proyección de nuestros deseos odios y temores.
Experimentamos la ausencia como un vacio y a este lo llenamos con nuestras imaginaciones.
¿Cuál es la imagen que se hacía Juana Inés de su padre?La proyección infantil de la imagen
paternal es, en sí misma, compleja: tres imágenes se mezclaban, sin duda, en la imagen de su
paternidad, la del padre biológico Pedro Manuel de Asbaje, la de su sustituto y rival, Diego Ruiz
Lozano y la del abuelo con el que vivió y al que seguramente consideraba como su verdadero
padre. El abuelo murió cuando ella tenía 8 años. Ante el abandono paterno, Sor Juana como el
común de los niños debe haberlo matado y enterrado simbólicamente. Matar en sueños al que
queremos y nos ha dejado es una compensación psíquica. Con esto quiero decir que el padre
no solo fue un ausente sino un fantasma para Juana Inés. Sus poemas amorosos no giran
nunca en torno a la presencia del amado sino a una imagen. La persona querida aparece como
un ser de humo. Es indudable la ambigüedad de sus sentimientos frente al fantasma de su
padre. El ausente era un destino, un muerto y un desaparecido. Doble transgresión matar a su
padre y asumir así no la imagen de la madre sino la masculina. Pero esa masculinización es
negada por un segundo movimiento de su vida psíquica: Juana Inés convierte al fantasma
paternal en el espectro de su marido y ella se transforma en su viuda. Así se realiza la
identificación con la madre (la verdadera viuda de Asbaje) y la masculinización se trueca en
feminización. Juana Inés sustituye idealmente a su madre y la trasciende. Toma a la diosa
egipcia Iris para asignar en sus poemas una doble maternidad: la natural y la de los símbolos.
La segunda trasciende a la primera y Sor Juana se reconocen ella.

Volviendo al triángulo paternal: Ruiz Lozano, el segundo esposo de su madre, representa la


figura del padre y el padrastro, el fantasma y el intruso. Ruiz Lozano representa una función
compensadora en la dialéctica de la culpa y el castigo. La tiranía del padrastro fue la
purificación por la muerte simbólica del padre. La relación entre las dos imágenes de virilidad
asume la forma de la pasividad y de la actividad. La pasividad de fantasma excita y redobla la
imaginación. La agresiva presencia del intruso provoca una reacción de inmovilidad defensiva.
Juana Inés se repliega frente al padrastro y se encierra en sí misma. La madre es la
permanencia y la fijeza. Encarna una suerte de legitimidad, no jurídica, sino terrestre y carnal.
Es la casa, la tierra. La madre es la señora de la realidad. Aunque su vida fue la negación de la
vida de su madre ¿por qué no ser un homenaje oblicuo? Realiza una sublimación de la
maternidad, el conceptismo le sirve para este género de paradojas, la transgresión del orden
lógico produce una nueva realidad espiritual: el concepto. La transgresión espiritual no es
menos portentosa que la transgresión carnal de su madre. Una engendra criatura mortales y
otra, criaturas mentales. El otro vinculo con lo masculino está representado por el abuelo. Es el
sustituto del padre, en su respuesta a Sor filotea:”... que vivió de niña con su madre y con su
abuelo (Pedro Ramírez) este era una persona amante de los libros y la cultura...” la figura del
abuelo es también ambigua, no solo está en el lugar del padre sino que está más allá de la
masculinidad. Los libros del abuelo fueron la puerta de entrada al mundo masculino. La
función de los libros es triple: compensación por la doble falta original (nacimiento ilegitimo,
ausencia del padre), sustitución de la presencia dominante del intruso (Diego Ruiz Lozano) Y
negación de la sexualidad y el tiempo por los libros. La sublimación por la cultura resolvió el
conflicto. El costo fue grande, ella misma se convierte más y más en un signo. En los libros la
realidad es el lenguaje. Juana Inés habita la casa del lenguaje. La casa de las ideas es estable,
segura, sólida. La biblioteca no sólo es un refugio es un espacio que sustituye a la realidad. Es
una operación de retorno a la situación infantil, una verdadera clausura. La celda biblioteca es
la caverna maternal y encerrarse en ella es regresar al mundo origen. La lectura reemplaza al
autoerotismo. La confusión entre sujeto y objeto revive transmutada en la pasividad de la
lectura. La analogía entre la lectura y la situación original no se detiene ahí. La lectura es una
metáfora doble. En uno de sus extremos reproduce la situación infantil original. La escritura es
la leche mágica con la que pretendemos disipar la separación entre objeto y sujeto. En el otro
extremo despliega ante nosotros, una antigua y compleja analogía. Desde su origen el hombre
vio el cielo estrellado y a esta visión se le dio una entidad maternal y a este inmenso cuerpo
femenino se le relaciona estrechamente a otra: Las estrellas y las constelaciones se asocian y
combinan en el espacio celeste y así trazan figuras, signos y formas. La leche primordial se
transforma en un vocabulario, el cielo estrellado en un lenguaje, la leche estelar es destino y
las figuras que dibujan los astros son las de nuestra historia. Leer el cielo o su doble: la página.
Las gotas de leche estelar son sílabas que escriben nuestro destino. La lectura es peregrinación
“un ir hacía”. El lector al momento de leer reinventa aquello mismo que lee. Participa así en la
creación universal “sílabas las estrellas compongan” las estrellas componen frases pero es ella
la que los escribe. El conocimiento es transgresión. Se identifica en su Primero sueño con el
héroe Faetón origen evidentemente social y no psicológico de la virilizaciòn. En esa época hay
que hacer lo que hacen todos los ladrones, disfrazarse, la virilidad es un disfraz impuesto a
Juana Inés por la sociedad y lo mismo sucede con su profesión religiosa. El origen bastardo y la
ausencia del padre la llevaron a la biblioteca y de ahí al convento. Faetón es un bastardo pero
con honra porque busca reparar la falta mediante un acto temerario. A ella le gusta esta figura
por ser una transposición en el mundo mítico de su situación infantil. La figura de Faetón
cayendo desde la altura es la imagen de uno de los momentos más intensos y menos abstracto
de Primero Sueño. El fantasma del abuelo reaparece en Apolo, Zeus y su rayo en los rigores de
Núñez de Miranda, etc. El saber como transgresión implica el castigo del saber, Faetón es
castigado por su imprudencia. Para Sor Juana ese castigo es una consagración. En su obra los
libros son sus confidentes y podría agregarse, los espejos, su poesía está lleno de ellos y de sus
hermanos: los retratos. Cierto que son tópicos barrocos pero la función de los espejos en Sor
Juana es retórica y simbólica. La estética de los espejos es para ella una filosofía y una moral. El
espejo es el agente de transmutación del narcisismo infantil. Tránsito del autoerotismo a la
contemplación de sí misma .Por obra del espejo el cuerpo se vuelve simultáneamente visible e
intocable y cuyo interlocutor es el tiempo. Los retratos y los espejos son elementos
especulativos. El concepto no es sino una última reflexión sobre la vanidad de las cosas y del
mundo. El concepto es tiempo que se disipa.

3. Los empeños de Juana Inés


En su Respuesta a Sor Filotea hay una laguna: Juana Inés pasa bruscamente de su
infancia al convento de San Jerónimo. Se salta así diez años de su vida: los de su
juventud en la corte virreinal.
Según el padre Calleja fue enviada a México a los ocho años. A los 21 entra al
convento de modo que vivió unos doce años sola primero con unos parientes y
luego en la corte. ¿Por qué la enviaron a México lejos de su madre y hermanos?
¿Qué género de vida llevó en la casa de los Mata?
La soledad ha sido la condición originaria de sor Juana debido a que pronto se dio
cuenta que no tenia sitio en el mundo. La llevaron al palacio virreinal y la
presentaron a la recién llegada virreina doña Leonor Carreto duquesa de Mancera.
Juana Inés había pasado ocho años con los Mata y ya tenía 16 cuando la llevaron
allí el virrey y su esposa. La marquesa se impresionó con ella rápidamente. Fue
admitida por ella en la corte con el titulo de muy querida por la señora virreina. La
prontitud con la que dejó la casa de sus tíos y se puso al servicio de la duquesa de
Mancera confirma lo que antes insinué, su situación era por lo menos equivoca. El
equívoco procedía no solo de ser hija natural sino por verse obligada por razones
que desconocemos a vivir lejos de su casa y su familia. Don Antonio Sebastián de
Toledo, Marqués de Mancera era un político ambicioso y sagaz. Su mujer fue dama
de la reina, sin duda su origen alemán le valió el cargo. Leonor Carreto era
ingeniosa, vivaz, altanera e impertinente. Laura, el nombre poético que le dio Sor
Juana en alusión a Petrarca.
En uno de sus poemas Juana hace alusión a una tradición que provenía del amor
cortés provenzal, los galanteos de palacio, reproduce aunque de un modo más
frívolo la relación entre las damas y los trovadores de los siglos XII y XIII. Al
reproducirla la invierten, es a la vez transgresión e idealización, el platonismo se
inserta naturalmente en este contexto social .El amor asciende del cuerpo al alma
y como repite sor Juana las almas no tienen sexo.
En su origen el amor occidental fue predominantemente homosexual .Platón y
Atenas le dan dignidad filosófica al amor al convertirlo en una escala del
conocimiento y en una forma de contemplación. Para Platón el amor es
conocimiento para los poetas reconocimiento. Los árabes tomaron esta idea
platónica del amor y la transmitieron a los provenzales. A través de los herederos
de Provenza esta concepción llegó a Florencia que estaba en pleno neoplatonismo
y reformulada se convirtió en el nuevo alimento espiritual de todos los grandes
poetas y novelistas modernos. El amor como experiencia intelectual y por eso no
es sinónimo de procreación. Es transgresión y sublimación del orden social tal
como lo encarnan el matrimonio y la familia. Los galanteos de palacio estaban
orientados a introducir un poco de orden en una sociedad cerrada en la que los
individuos de ambos sexos están obligados a convivir con cierta intimidad. Mas
que una ideología del amor es un código de convivencia erótica. Durante el tiempo
en que fue dama de la virreina Sor Juana participó en estos ritos mundanos, antes
de convertirlos en conceptos de sus poemas fueron experiencias vividas por ella.
Su calidad de dama de la virreina no podía ofrecerle una posibilidad de
matrimonio. Los Mata la colocaron en el palacio virreinal ya sea porque querían
salvarse de la responsabilidad de tenerla en casa o para que Sor Juana se puliese
en la corte. En ningún caso para que se casase. El matrimonio estaba excluido
porque los que realizaban los galanteos de palacio eran casi siempre casados.
Además y sobre todo los casamientos se realizaban entre cabezas de familia y el
eje de las negociaciones era la dote algo que no tenia Juana Inés.
La posición de Juana Inés en la corte debe haber sido brillante. Su afición a las
nada discretas adulaciones de los poderosos es prueba de su narcisismo y su
coquetería además de su inseguridad. Desde muy joven reveló extraordinaria
maestría para versificar. Sus dos primeros escritos fechables: Soneto fúnebre en
honor a Felipe IV (1666) y el dedicado al presbítero Juan de la Rivera Los empeños
de una casa.
Calleja cuenta una anécdota bastante inverosímil sobre el examen que el marqués
de Mancera le tomó a Sor Juana. A los 19 años entra como novicia en el convento
de San José de las Carmelitas Descalzas. La Orden era severa y Juana Inés regresó
rápidamente a la corte. Un año entero más tarde profesó definitivamente. Pero
ahora en una orden conocida por su laxitud y la blandura de su disciplina. Tomó los
hábitos en la Orden de San Jerónimo. Iba a cumplir 21años.
4. La profesión.

¿Por qué cuando nada en su vida era indicio de una vocación religiosa abandonó la corte y se
encerró en el convento? Las respuestas son tan variadas como las interpretaciones. Una de
ellas consiste en atribuir la decisión de sor Juana a un amor desdichado. Esta hipótesis
comprende una gama muy rica de interpretaciones. La mayoría variantes del viejo tema
romántico del Obstáculo que es uno de los ingredientes de la imagen tradicional del amor. A la
idea del amor como transgresión corresponde necesariamente la de amor como obstáculo.
Estas interpretaciones parten de un equívoco sentimental que se convirtió en un error crítico:
leer con ojos románticos un texto barroco. Toda la naturaleza psicológica de Juana Inés niega
esta hipótesis. En torno a su posible homosexualidad Octavio Paz considera que sería mejor
sostener una Sor Juana ambigua y que sus vínculos con lo femenino son más complejos de
explicar. Ella misma escribe que no tenía ninguna inclinación por el estado matrimonial.

La antigüedad nos dejó dos arquetipos femeninos: Venus y Diana. Sor Juana estaba más cerca
de Diana. Los poemas que han analizado los críticos si bien son de temática amorosa son
esquemas arquetípicos del amor propios del barroco y no puede aceptarse sin más que poseen
un valor confesional. Justamente por eso puede hacerse un tratado de amor con sus poemas:
son conceptos y arquetipos no confesiones. Los poemas eróticos de Sor Juana son ilustraciones
de una metafísica, una estética y una retórica que vienen de la poesía Provenzal y de Dante y
son recogidos por Petrarca que inspiran a los poetas del Renacimiento y de la edad barroca.

La vida religiosa en el siglo XVII era una profesión. El convento era un acomodo, para poder
ingresar había que tener una dote o pertenecer a una familia reconocida pero Núñez de
Miranda gracias a las donaciones del acaudalado Pedro Velázquez de la Cadena se paga la dote
de Juana Inés. El convento no era una escala hacia Dios sino el refugio de una mujer que
estaba sola en el mundo. La palabra clave en su Respuesta a sor Filotea no es santidad sino
decencia y esto se apoyaba en su negación al matrimonio.

Tercera parte:

1. La celda y las celadas:


La función de los conventos era triple: la religiosa, la mundana (profesión) y la social (caridad y
enseñanza). En el siglo XVII la Compañía de Jesús fue la educadora de la sociedad criolla. La
alta cultura estuvo marcada por los métodos y orientaciones de los jesuitas. Gracias a las
religiosas hubo en México una cultura femenina. Las órdenes eran ricas pero no sus accionistas
(frailes y monjas) su actividad económica por otra parte estaba al servicio de una actividad
transpersonal (la iglesia) a su vez referido a un valor ultra terreno. Los jerónimos dependían
del arzobispo y la priora. Las monjas elegían cada tres años, por votación secreta, las
autoridades. La autoridad máxima del convento era la priora o la abadesa. Sor Juana fue
archivista y contadora. En los conventos había muchas visitas que se producían en el locutorio.

En relación al ascetismo hizo que el cuerpo se convirtiera en signo sobre el cual se producían
actos penitentes y flagelantes. Las jerónimas tenían como arte el martirizarse a sí mismas y a
sus hermanas. En los conventos había una política hecha de rebeliones, querellas e intrigas.

En el convento la vida comunal era nula, cada una vivía en su celda, aunque las reglas decían lo
contrario. El extraordinario con este género de vida es que no hayan enloquecido todas y que
sor Juana no se haya dejado llevar por la “pasión cabalista” que nos lleva a formar camarillas y
bandos. La pasión cabalista busca para satisfacerse la complicidad de los demás. Sor Juana se
quejó mucho de las envidias e intrigas de sus hermanas. Es casi seguro, además, que su
renuncia a las letras haya sido el resultado del odio clerical en su contra. Aunque las religiosas
llevaban una vida particular las monjas se veían unas a otras en sus celdas. Sor Juana alude a
estas visitas y las llama estorbos. Su vida social se producía con una sostenida correspondencia
con el exterior.

El voto de pobreza tampoco era observado.

2. Ritos políticos:

El imperio español tuvo que enfrentarse a dos obstáculos en apariencia inseparables: la


heterogeneidad de los pueblos que componía México y la enorme extensión de su territorio.
Cuando llegaba un nuevo virrey el camino hasta México era una verdadera peregrinación.
Tenía las características propias de los rituales y podía leerse como una alegoría política. Poco
a poco tendió a la representación y a la teatralidad. La edad barroca teatralizó a la política y
convirtió el rito de entrada del príncipe en una pantomima popular y en una representación
alegórica. Se produjo el paradójico reinado de la ilusión y de la crítica. Según Octavio Paz en
México “tenemos fiesta por la misma razón que no tuvimos ilustración” (la fiesta, es
aristocrática). En las ceremonias hispánicas de entrada se conjugan dos corrientes distintas. La
primera es de origen popular y tradicional: la fiesta pagana de rotación de los días y la segunda
la influencia borgoñona que en México se convirtió en fiesta y obsesión por la muerte. Dos
formas trágicas del lujo y la disipación que vienen de Borgoña.

El 8 de marzo de 1860 fue designado virrey de España el marqués de la Laguna, su esposa era
la condesa de Paredes quien incitó a Sor Juana a escribir El divino narciso y luego estuvo a
cargo del arco triunfal El Neptuno alegórico.

3.El mundo como jeroglífico:


¿Por qué sor Juana hizo el arco triunfal con el nombre de Neptuno alegórico? Hace un juego
de palabras con Marqués de la Laguna, el hecho de que México fue fundado en una laguna,
seguro que hizo surgir la alegoría acuática de sor Juana , el Océano porque este no es solo la
morada de Neptuno ( sino porque eran muy parecidos en los retratos). Simulacro político por
ser el arco el modelo de las virtudes de reyes y príncipes como Neptuno y el virrey. El arco
poseía muchas adulaciones a los virreyes. Representa al virrey y a la virreina como Neptuno y
Anfitrite. Según ella explica los tomó del famoso tratado de mitología de Vicenzo Cartario
inspirado en una descripción de Pausanias. Aunque Octavio Paz cree que lo tomo
directamente de Baltasar de Vitoria. Es posible que sor Juana consultara obras de divulgación
general. No hay forma de que sor Juana haya supervisado personalmente la construcción de
arco debido a su voto de clausura. Escribió además un pequeño volumen en el que explica su
alegoría. Cada una de las descripciones contiene un breve poema. La sección en prosa
justifica esta alegoría y la despliega. Sor Juana Explica que los egipcios representaban a sus
dioses con los jeroglíficos y por ello buscaba ese tipo de ideas para representar el arco triunfal
en este caso una fabula de la antigüedad y Neptuno le pareció parecido a su excelencia. La
genealogía de sor Juana es tendenciosa. Hace la siguiente correspondencia: Opis, la mamá de
Neptuno es Isis y a su vez sus hijos también serian las mismas representaciones ya que
Neptuno seria Harpocrates el hijo de Isis de quien se dice era el “dios del silencio” (Neptuno no
cuadra para nada en esa característica) y de esa forma deshilvana el sincretismo. Para salir de
ese obstáculo toma una cita de autoridad para explicar que los peces son los reyes del
silencio. El arquetipo del Marqués de la Laguna no era realmente el grecorromano Neptuno
sino una divinidad compuesta, un dios niño Horus en su forma helenizada, Harpocrates. El
Neptuno Alegórico comienza con una comparación entre los jeroglíficos egipcios y el arco
erigido en honor al virrey. Para Sor Juana el arco era un jeroglífico, uno más dentro de la vasta
representación alegórica que era el universo. El siglo XVII fue el signo de los emblemas que
estuvo vinculado al redescubrimiento de la escritura jeroglífica. Los emblemas se utilizaron
como instrumentos pedagógicos. Para la gente de la época la realidad misma era simbólica, los
signos adquirieron la propiedad de ser una de las versiones de lo real. Si la realidad era
simbólica y emblemática cada cosa y cada ser era símbolo de otra. El mundo era un tejido de
reflejos, ecos y correspondencias. La conjunción emblemática del universo junto al
neoplatonismo era fatal. De esta interpretación egipcia del platonismo. Así nació un Egipto
quimérico cuyos rasgos fantásticos serian acentuados por el renacimiento y la edad barroca.
Los logros en la ciencia y el triunfo del pensamiento de Descartes posibilitaron las ruinas de
este tipo de pensamiento.

Kircher al igual que Sigüenza y Góngora quiso realizar una síntesis cristiana de las religiones
universales para él la clave estaba en Egipto. Los lectores novohispanos de aquel deben haber
acogido estas noticias con inmensa y comprensiva emoción. El sincretismo jesuita asume en
su obra un carácter total. Roma era el centro y el puente entre todas las religiones es el
antiguo Egipto. Su gran pasión fueron los jeroglíficos y como todos en su época los vio como
emblemas (pinturas simbólicas que escondían verdades divinas).

4. La madre Juana y la diosa Isis

Sor Juana hace descender a Neptuno de Isis y así lo convierte en una deidad egipcia. Había
razones no del todo desinteresadas para esta identificación. Bajo Tolomeo Soter nació el culto
sincretista de Osiris Serapis. Este culto fue propagado por mercaderes y marineros egipcios por
todos los puertos del Mediterráneo. Su popularidad y lo de los puertos explica que a veces
haya sido identificado con Poseidón y más tarde con Neptuno. Pero a sor Juana le interesaba,
sobre todo, subrayar los nexos entre Neptuno y la sabiduría. Para convertirlo en hijo de Isis se
vale del método de Sigüenza y Góngora,

Sor Juana sostiene que Cartario confunde a Minerva con Isis y en realidad son la misma. En
ambos casos se trata de la sabiduría. En la tradición hermética de Egipto confluyen la sabiduría
pagana y la revelación bíblica. Que Sor Juana le atribuya a la sabiduría un papel femenino es
sorprendente. Ella conoció estas ideas a través de tratados sincretistas de la mitología y todas
las especulaciones del hermetismo neoplatónico. Al afirmar que la sabiduría es, en esencia,
femenina caía en una herejía y por ello sor Juana recurre a la etimología de Isis, is significa
varón en hebreo. Por lo tanto, Isis, es doblemente varón. Esta etimología la pone al abrigo de
toda sospecha. La diosa Isis es la personificación de la sabiduría por su origen doblemente
masculino. La etimología extravagante de Sor Juana revela su intimidad: es una decidida
exaltación de la condición femenina y sin embargo expresa una voluntad de trascender esa
condición. Los enigmas mitológicos con los que se deleita Sor Juana son mascaras que al
ocultarla la revelan. Isis es también la “madre universal” y a través de ella trasciende la
masculinidad. La identificación de Isis esconde un tercer elemento: hemos dicho que Sor Juana
transforma la imagen del padre en la imagen del marido muerto y ella adopta el papel de
viuda. La analogía con el mito de Isis y Osiris es turbadora y significativa. Cuando Osiris es
asesinado por Seth quien desparrama pedazos de su cadáver por toda la tierra. Isis encuentra
sus fragmentos y lo resucita. La historia de la resurrección de Osiris completa la identificación
de la viuda Juana Inés con la diosa. La materialidad se vuelve resurrección histórica del pasado
y de los muertos. Los agentes de resurrección son los signos, las letras. Así, con otra desviación
Juana Inés regresa a la femineidad para apropiarse del saber masculino, las letras y el saber.

Las sucesivas neutralizaciones bajo el hábito religioso son los sucesivos momentos de una
peregrinación hacia otra maternidad que encarna Isis: Juana Inés es la madre de las obras
poéticas vivas.

Cuarta parte:

1, Lisonjas y mercedes:

El gobierno de Juan de Austria fue un fracaso. Sus sucesores, Tomas de la Cerda y su ambiciosa
esposa no ejercieron un poder mucho mayor, para el nuevo virrey “gobernar era transigir y
transigir es ceder”. El acto más recordado de su gobierno fue el auto de fe de 1680 en el que
participaron (esos actos eran un espectáculo) el rey, la reina, la iglesia y 118 reos. 34 fueron
ajusticiados y 18 quemados vivos. El auto de fe tuvo como finalidad política distraer al pueblo
por los desaciertos financieros del gobierno. El gobierno del marqués de la Laguna no fue
brillante (sublevación de indios mexicanos y piratas) para evitar que los piratas tomen
posesión les pagó diversos rescates. Por las falencias de su gobierno culpó al gobernador y lo
mandó a degollar. Este apeló y se salvó gracias al Consejo de Indias. Su gobierno tuvo la suerte
de un federalismo involuntario. Mientras los virreyes iban y venían las aristocracias populares
perduraban. Parálisis intelectual y cultural por la educación de la Iglesia, especialmente, por
parte de los jesuitas. Repentino colapso de la clase dirigente. La decadencia apareció luego por
perdida de un proyecto nacional tras la sucesión de dirigentes avaros e ignorantes. Pero en los
años de gestión del Marqués de la Laguna hubo una gran vitalidad cultural. La existencia de
Sor Juana no es un milagro como pensaba Vossler sino que es uno de los signos de la
emergencia de la nueva sociedad. El colapso cultural se sitúa después de la independencia.
Situada entre dos mundos y dos épocas Nueva España estaba en un crepúsculo dorado. Estos
años fueron los más fecundos de Sor Juana: de esos años salió El divino Narciso y Primero
sueño y muchísimos poemas de encargo y circunstancias. Estos últimos poseían la función
ceremonial que constituía una estética, una ética y una moral de su época. La etiqueta es un
signo de la representación social. La etiqueta nunca es explicita ni literal y limita entre los que
saben y los que no. Exige un aprendizaje. Dice hasta aquí. La ceremonia representa la
geometría que encarna una visión de mundo. Es un ritual en el que confluyen los tres niveles
de la realidad: el divino, el natural y el político. A su vez este orden jerárquico reproduce de
alguna manera el orden de las cosas y los seres en el universo. El orden social es un muestrario
de poderes verticales y horizontales.

Sor Juana atraía los favores de la corte a la iglesia con sus poemas y lo logró en tiempos del
Marqués de la Laguna sobre todo con su esposa la condesa de Paredes. Sus escritos parecen
una declaración de amor exaltado. ¿Era sincera? Sí y no. Las expresiones hiperbólicas parecían
naturales en aquella época. La cortesía era una segunda naturaleza de la aristocracia y del
clero. El modelo de esa cortesía era la relación entre el superior y el inferior simbolizada por la
del rey y sus cortesanos, el cielo y los planetas, dios y las criaturas.

Se describe la naturaleza de las relaciones entre Sor Juana y la marquesa. Octavio Paz utiliza la
palabra amor para dar cuenta la naturaleza de esos vínculos.

2. Concilio de luceros:

“Ningún ser humano es enteramente transparente ni para los otros ni para él mismo” Sartre

Octavio Paz no intenta revelar los repliegues de la intimidad de sor Juana sino acercarse a su
vida y a su obra con la esperanza de comprenderlas en su complejidad. La verdadera biografía
no pretende ser el doble del sujeto ni sueña con dilucidarlo. Ambas son tareas imposibles. El
objeto de la biografía es convertir al personaje lejano en un amigo más o menos íntimo. La
comprensión de la persona que tal vez fue sor Juana depende a su vez de la compresión de la
historia que es también relativa y aproximada. Su mundo fue muy distinto al nuestro.

Fue un ser de palabras que vivió para y por la palabra. La lengua cambio en estos tres siglos y
el lenguaje de sus poemas nos parece exagerado. Estas hipérboles, llamar al rey sol, por
ejemplo, obedecían a un sistema de metáforas, metonimias y sinécdoques fundadas en una
triple equivalencia: El orden del universo era el modelo de la sociedad y ambas se reflejan en la
casa real (Nadie creía que el pobre Carlos II fuera realmente el sol). El lenguaje de sor Juana
refleja el patrimonialismo y el absolutismo de su tiempo. Se llamaba a si misma esclava aunque
sabía que no lo era. Los favoritos y los protegidos de los grandes pertenecían a la Casa por eso
se les llamaba también familiares. El Estado era la Casa. Esto lindaba con ideas y prácticas. Se
relacionaba con el concepto de “propiedad” el rey disponía de todos como “servidumbre
doméstica”. Por otro lado el señor era, como jefe de la casa, la imagen del padre. La relación
entre él y sus cortesanos y protegidos se asimilaba a la relación filial y a sus derivaciones. Los
dos órdenes se mezclaban en el lenguaje diario. El señor era considerado como padre y
propietario. Nadie encontraba extraño que sor Juana dirigiera a la Condesa de Paredes
expresiones en las que se mezclaban la retórica de los amantes con el lenguaje jurídico y
familiar. La fidelidad del enamorado, la lealtad del criado, y, el afecto del hijo eran sinónimos
que designaban una misma devolución: eran retórica cortesana e ideológica. Hay que leer los
poemas en el contexto de la amistad cortesana. Pero en ellos hay algo particular, la influencia
del neoplatonismo en el lenguaje desafiante. La condesa de Paredes había llevado a España los
manuscritos de sor Juana y es casi seguro que ella misma haya costeado la impresión. El libro
era un homenaje a su persona y a la Casa de los Laguna. El conjunto de poemas a la Condesa
de Paredes contiene un texto llamado “advertencia” probablemente escrito por un
compilador, por su contenido, Octavio Paz considera que puede tratarse del Padre Calleja
donde se da cuenta de la extrañeza de la relación de Sor Juana con la Condesa de Paredes.

La primera explicación de la advertencia: La gratitud de Sor Juana a la Condesa.


Probablemente tomó para sus poemas de agradecimiento los modelos de la poesía provenzal.
Es decir, se trataba de una ficción poética trovadoresca. Los poemas de sor Juana a María
Luisa eran los homenajes del poeta profesional a su señor. ¿Por qué no al virrey? Habría sido
escandaloso. En los poemas se observa la temática de la sumisión a la dama del amor cortés:
el enamorado es el sirviente de la dama que adoptó la forma social del vasallaje simbólico. El
tema de la sumisión a la mujer amada estaba íntimamente asociada a una influencia de origen
árabe: la singular costumbre de masculinizar el objeto amado. Esta actitud puede interpretarse
como una transposición del vínculo de vasallaje feudal pero también indicaba que se le
otorgaba a la dama la dignidad más alta: la de la amistad entre hombres. Utiliza dichos
recursos al servicio de la etiqueta palaciega. Metáforas como: sol, imán, corazón. En los
poemas de Sor Juana encontramos todos los motivos de la poesía erótica tradicional
transformadas en metáforas de la relación de gratitud y dependencia que unía a la monja con
la virreina. Es más arriesgada que los grandes poetas de su época. Muchos de estos poemas
rompen los moldes de la mera alabanza. Es la única que les da una coloración personal.

La segunda explicación de que da cuenta la advertencia: “el conocimiento de las prendas que a
la virreina había dado el cielo” llevaron a Sor Juana a utilizar expresiones singulares para una
persona también singular. La condesa debe haber sido un ser fuera de lo común. En esto su
platonismo es franco: la belleza corporal es el primer grado.

La división de cuatro temperamentos cada uno determinado por un humor corporal es muy
antigua y aparece ya en Hipócrates. Esta teoría desarrollada ya en la civilización grecorromana
y por la medieval no desapareció sino hasta los albores de la Edad Moderna. Cuatro Humores:
sangre-flema-cólera y bilis negro. Eran la causa de cuatro temperamentos: los sanguíneos, los
flemáticos, los coléricos y los melancólicos. Los temperamentos estaban en relación con los
cuatro elementos y estaban sometidos a la influencia de los astros. Se transformó en una
teoría cosmológica de las pasiones y los tipos humanos que fue resultado de una larga
evolución que va desde la antigüedad estoica hasta los neoplatónicos. Los filósofos y médicos
las reelaboraron. Sus reflexiones influyeron en el Occidente Cristiano y prepararon el gran
florecimiento de la escolástica del siglo XVII. A su vez los poetas del Dolce Stil Novo lo
convirtieron en una poética del amor. Por último el hermetismo neoplatónico los sistematizo y
le dio su forma final. Esa fue la fuente de la bebió Sor Juana. Para el Renacimiento y la Edad
Barroca el hombre era un microcosmos, un teatro regido por las fuerzas del libre albedrio. Los
teólogos ortodoxos aceptaban la idea de que los planetas afectaban los comportamientos y los
acontecimientos. La Iglesia estaba en contra no de la astrología sino del determinismo
absoluto. Sor Juana creía en los poderes de los planetas. La acción de los astros, los elementos
y los humores producían la simpatía universal (consentimiento universal) soplo vivificante
(Pneuma) que luego es re elaborada y da origen a la idea de amor en Occidente. Los estoicos
convirtieron la idea médica de Pneuma y la convirtieron en el principio animador del cosmos y
de cada ser humano. Era tanto fuego primordial del sistema del cosmos y al mismo tiempo
motor vital de cada hombre, el alma de su alma, aquello que le daba su unidad y aquello que lo
hacía ponerse en relación con otros hombres y buscar amistad. Macrobio concepto de
“cuerpo astral” envoltura etérea del alma, puente entre dos realidades: cuerpo y alma. Dante
utilizó aquella teoría de los espíritus vitales. La dama se convierte en un espíritu vaporoso
como el Pneuma. El inicio del amor está en los spiritelli (suspiros). Los espíritus vitales venían
de la tradición médica árabe. La concepción de los neoplatónicos contenía dos ideas
incompatibles con el dogma cristiano: la existencia del alma antes del nacimiento y la
separación del cuerpo después de la muerte. La resurrección de los muertos es un misterio del
cristianismo. En Sor Juana es primordial el tema del viaje del alma pero relacionada no con el
amor sino con el conocimiento.

Ficino inventó la expresión amor platónico (Sor Juana no lo leyó pero si a su discípulo, Crinito).
Para Ficino, la “simpatía universal” es la afinidad hacia todas las cosas que es la atracción hacia
lo bueno “amor” que va de lo útil a lo perfecto, se resuelve en el bien y el bien sumo es dios. El
deseo es siempre contemplativo, no sexual. Para Ficino el amor debe ser reciproco, no así para
Sor Juana sino que se basa en la amistad y la caridad: “Amor no busca la paga” por todo ello el
amor no es exclusivamente el amor entre el hombre y la mujer. Ficino no es un fin sino un
comienzo. La historia del amor en Occidente puede verse como un proceso de liberación y
sublimación. Los poderes del amor son particularmente temidos en las sociedades jerárquicas.
Sin embargo una conjunción de circunstancias internas y externas en e seno de una sociedad
feudal y caballeresca, el amor se integró en el orden social en una de sus expresiones más
violentas como violación de las jerarquías sociales y transgresión de la institución matrimonial.
Asumió la forma del Rito, el amor cortés: poesía, música y trovador. Doble transgresión: la
poesía y el amor negaron al matrimonio, a las jerarquías y a los linajes. Además exaltaron a la
mujer y así le devolvieron su albedrio. La sublimación del a sexualidad fue el precio de la
conversión de la poesía erótica en ritual. Eros es un dios creador y destructor. Lo que
llamamos civilización es simultáneamente represión y sublimación de sus poderes. En todas las
sociedades los dos signos que definen a los hombres (signo cuerpo y signo no cuerpo)
entablan un dialogo encarnizado que a veces se resuelve en un instantáneo y delicado
equilibrio. La represión es contraproducente y se resuelve en estallidos y doble moral.

3. Religiosos incendios:

Los poemas dirigidos a la virreina deben haber causado cierto asombro sino hubiera sido
innecesaria la advertencia .Los poemas se insertaban con naturalidad en un género y en una
tradición: poemas cortesanos, homenajes de gratitud y declaraciones platónicas. El proceso de
sublimación que inició el amor cortés y que consumó el neoplatonismo renacentista logró
legitimar pasiones e inclinaciones que eran transgresiones de la moral sexual como las
relaciones fuera del matrimonio o entre personas del mismo sexo. Así mientras esos actos
eran cruelmente reprimidos no lo era su expresión sublimada. Los sentimientos que expresan
los poemas de Sor Juana son complejos y ambiguos. ¿Cómo justifica los vínculos con la
virreina? Los poemas cumplían esa legitimación. Amor, amistad y caridad. Sor Juana alude a La
índole espiritual de su amor (alma/cuerpo). La posición de la Virreina y Sor Juana aunque por
motivos distintos las colocaban por encima de las normas y las exigencias ordinarias. Pero
también acarreaba responsabilidades y pesadas servidumbres. Las dos mujeres eran en cierto
modo prisioneras de su rango. Sor Juana no estaba sometida a la autoridad de su marido pero
si a la del convento y a las intrigas de sus compañeras. Continúa correspondencia literaria
entre ambas. Freud: Libido poderosa y sin objeto de Sor Juana, vivió entre apariencias
fantasmales, entre sombras eróticas. Octavio Paz toma le concepto de melancolía de Marsilio
Ficino: “suerte de vacuidad interior” y la relaciona con la de Freud “vacio semejante al duelo”.
El duelo se diferencia de la melancolía debido a que la pérdida del objeto deseado es un caso
real y en la otra imaginaria.

Para la virreina y Sor Juana la relación con hombres estaba excluida. El excedente libidinal era
sustituido por una amiga. Su relación, aunque apasionada, fue casta. Neutralización de la
sexualidad. El nombre arcádico que le otorgó Sor Juana a la Condesa de Paredes fue Lisi:

“.. Solamente en el alma de religiosos incendios arde sacrificio puro de adoración y silencio..”

También, en ocasiones, la llama Filis. Se observa una tendencia andrógina en Sor Juana, la
profesión religiosa ha neutralizado su sexualidad y no se inclina ni a lo masculino ni a lo
femenino.

Entre los grandes placeres eróticos están los de la vista. Sor Juana no se priva de ellos y en sus
poemas, la visión es tan primordial como el concepto. Incluso puede decirse que su
conceptismo parte de una imagen visual o desemboca en otra. Gongorismo innegable.

4. El reflejo, el eco

Los retratos que tenemos de Sor Juana son copias de otros destruidos o perdidos. Ella
menciona algún que otro retrato suyo en sus poemas. Algunos dicen que Sor Juana
pintaba y que algunos de ellos eran, en realidad, autorretratos. En su poesía siempre
expresaba la temática del espejismo y el desengaño de los retratos. Octavio Paz
considera que la poetisa se refiere más bien a lo literario, es decir, a la descripción con
palabras de una persona. Interés por el cuadro de un tal Miranda.

Armonía que Sor Juana percibía entre las artes que deriva de la teoría de las
correspondencias que más tarde descubrirían los románticos y los simbolistas. Sor
Juana la hereda del hermetismo neoplatónico: “la belleza es relación. La música es la
idea más perfecta del tiempo. La música es el jeroglífico del tiempo”. Pitágoras y el
lado matemático de la música. La correspondencia entre la luz y el sonido en la poesía
de la monja. En la Respuesta dice Sor Juana que todas las artes y todas las ciencias son
escalones para subir a la cumbre de la sagrada teología.
Temas que obsesionaban a Sor Juana: Eco y Reflejo (auditivo y visual) que poseían para
ella significados homólogos, funcionaban como metáforas del espíritu y sus adjetivos
eran intercambiables. La faceta de coleccionista. Es conveniente recordar el hecho de
lo de su infancia: acerca del significado de la celda: matriz, biblioteca, caracol. El
movimiento de repliegue y despliegue que se materializa, por decirlo así, en la celda y
también se manifiesta en la colección. No era gratuita su elección del espiral, el caracol
es uno de sus emblemas psíquicos. El otro es la bóveda estrellada. El caracol es la casa
de los ecos.

5. Reino de los signos:


La biblioteca ha excitado más la curiosidad de los biógrafos que la colección.
Calleja dice que era su quitapesares. Dorothy Schons dice que poseía 400 libros.
Pero no se sabe con exactitud. Para Octavio Paz fueron cerca de 1500. Leonard
dice que hay que tener en cuenta la existencia de libros prohibidos en dicha
colección. En el retrato de Miranda podemos ver a Sor Juana con gruesos
volúmenes. Abreu Gómez quiso reconstruir tal biblioteca pero en opinión de
Octavio Paz no lo logró. Es un hecho el que Sor Juana no podía citar todos sus
libros. Se enuncian otros tantos intentos fallidos. Una biblioteca es el reflejo de su
dueño. Religiosa de profesión y poeta de nacimiento debe haber poseído una
vasta colección de los poetas españoles del siglo XVI y XVII. Sor Juana conocía la
poesía tradicional, tanto profana como religiosa. Los villancicos eran una clara
muestra del apogeo de dicho género. Se observa una perfecta asimilación por
parte de Sor Juana y maestría poética de lo que se desprende que poseía
conocimientos de los tratadistas de la época. También debe haber poseído lectura
de entretenimiento y haber leído a sus contemporáneos. Sabía latín y la literatura
latina ocupaba un lugar central en su biblioteca. De los griegos poseía un saber de
manual, superficial. Se observa la presencia de pocos libros literarios en el retrato
de Miranda. Tratados de música, como el de Cerone.
La cultura del siglo XVII era simbólica y emblemática (unión entre lo alegórico,
mitológico y simbólico). La cultura de Sor Juana era ya un anacronismo. Leonard
definió a la Nueva España como una sociedad neo medieval que combatía a la
modernidad, una cultura de silencio, charadas y circunloquios no es una sociedad
moderna.
6. Diversa de sí misma
“.. Y diversa de mi misma entre vuestras plumas ando”
El examen de la biblioteca de Sor Juana permite comprender mejor su soneto “En
aplauso a la ciencia astronómica al padre Eusebio Kino. La monja se refiere a un
escrito del famoso jesuita sobre el cometa de 1680 que había conmovido a Europa
y América. Curiosa historia. El cometa había aterrorizado a México debido a una
creencia muy antigua de que eran ominosos y traían malos presagios. Galileo
rompió con aquella creencia medieval. Sigüenza y Góngora tenían una posición
cambiante con respecto al cometa. Llegó de Europa el padre Eusebio Kino, de la
Compañía de Jesús, Sigüenza lo invitó a su casa y lo llevó al locutorio de San
Jerónimo para que conociera a Sor Juana. Luego, Kino publicó un libro en el cual
refutaba las ideas de Sigüenza sin ni siquiera nombrarlo: “los cometas eran
ominosos y traían malas noticias”. Entre las pocas personas a las que Kino envío su
exposición se encontraba Sor Juana, la respuesta de la misma fue un soneto de
alabanza en el que lo coloca sobre el cielo. La sorpresa de Sigüenza debe haber
sido tan grande como su despecho. Los teóricos consideran el acto de sor Juana un
acto de cortesía. Pero ellos omiten la amistad de Kino con la Duquesa de Aveyro,
esta señora era pariente de María Luisa Manrique de Lara y la casa de Medinaceli.
Kino era una persona muy bien vista en la corte virreinal. Sor Juana dedicó a
Aveyro un romance laudatorio. La fidelidad al clan es supervivencia. La respuesta
de Sigüenza fue el famoso ensayo Libra astronómica y filosófica ¿lo leería Sor
Juana? No dijo una palabra. Existió realmente una amistad entre Sor Juana y
Sigüenza? Hubo momentos de rivalidad y otros de amistad. La relación con María
Luisa continúo a pesar de dejar de ser la virreina, se escribían con frecuencia y su
contenido no era amistoso sino literario.
El nuevo virrey, Portocabrero (famoso por su brazo de plata, aparece mencionada
en una loa de Amor es mas laberinto) apareció cuando los Laguna aun se
encontraban en Nueva España, la presencia de los mismos la libraban de escribir
sobre el virrey. En cambio, la llegada del virrey que sustituyó a Portocabrero, Don
Gaspar Silva y Mendoza Conde de Galve renovó su aspiración cortesana. El
Conde tenía 53 años, vino con su mujer Elvira de Toledo. No tuvo la habilidad
política de Mancera aunque su gestión no fue inepta. El final de su mandato con
un motín le hizo perder autoridad. Sor Juana dedicó a los virreyes pocos poemas
(encomiástico poema a la condesa de Galvès , de un gongorismo estereotipado)
mantenía en sus poemas la función ritual, política, alegoría de las relaciones entre
el señor y sus vasallos. Gracias a dichos poemas ella ganaba autonomía en el
convento. Siempre fue una intrusa y una extraña. Primero Sueño tiene que ver con
su vida está simbolizado por el vuelo y la caída del faetón, poesía del fracaso. La
amenaza más grande contra su independencia y seguridad comenzó el día en que
Francisco de Aguiar y Seijas fue nombrado arzobispo de México.
La faceta teatral de los retratos:
Nos hacen pensar en una alegoría, rito, sor Juana como espectáculo que se le
aleja, oscilación entre la representación y la reserva (seducción y desengaño) entre
el ser y el parecer, melancolía barroca que se inclina a desaparecer. La realidad no
es la presentación teatral.
Quinta parte:
Musa décima
1. Óyeme con los ojos :
En la respuesta al obispo de Puebla, para defenderse de la acusación de vivir
entregada a la pasión de las letras, Sor Juana dice: “En lo poco que se ha
impreso mío, no solo mi nombre, pero ni el consentimiento para la impresión
ha sido dictado propio, sino libertad ajena que no cae bajo mi dominio”.
Recurso polémico que nadie que conociera la verdad podía tomar muy en
serio y que desmiente todo lo que sabemos de ella, el continuo cartearse con
literatos y clérigos, el deseo de ser publicada, etc. Vivió inmersa en el tráfico
de la literatura. La fama fue buscada y obtenida. Esta frase ha sido motivo para
convertirla en un prodigio indiferente a la gloria. Pero esto no es así, quería
que la publicaran.
Como todos los poetas de su tiempo Sor Juana no pretende expresarse,
construye objetos mentales que son emblemas o monumentos que ilustran
una visión del amor transmitida por la tradición poética. La originalidad reside
en las combinaciones inusitadas de elementos que componen el arquetipo
poético del sentimiento amoroso. En los poemas más intensamente
personales del siglo de Oro no hay confesión ni confidencia. Estas experiencias
se insertan en formas canónicas y tienen una suerte de ejemplaridad genérica.
Lógica jurídica del amor en Sor Juana. El amor es una disyuntiva lógica.
Abundan metáforas que tienen por tema la escritura: papel, plumas, tintas,
letras, soledad: “Óyeme con los ojos, óyeme sordo pues me quedo muda” el
tema es la ausencia, la ausencia es el territorio en el que se despliega el deseo
y la imaginación, sus criaturas. Sor Juana recurre también a otras ficciones
para dar libertad a su fantasía erótica. Otra ficción a la que acudió, a veces, es
la muerte. Celos, ausencia, muerte, nombres distintos de la soledad. A solas y
porque está sola también es un método de introspección (el tema de la
viudez). Dos corrientes de la poesía erótica: razonadora y sentimental
(describe racionalmente los efectos irracionales de amor). El tema del
fantasma erótico aparece en toda la poesía de occidente y es natural que Sor
Juana recoja este motivo.
2. Tintas en alas de papel:
Los poemas religiosos de Sor Juana son pocos, apenas, 16, casi todos son
composiciones de circunstancias. Solo tres poemas de amor a Dios. Algunos
críticos creen que estos poemas fueron escritos después de 1690 y que
anunciaban la conversión de 1693. Afirmación imprudente ya que Sor Juana se
mantuvo firme a las presiones de Núñez de Miranda hasta 1692 por lo menos.
Se ha dicho muchas veces que el lenguaje de la poesía mística, sobre todo, en
el caso de la española es indistinguible de la poesía erótica. Los pudores no son
enteramente cristianos sino platónicos. El cristianismo al adoptar la filosofía
platónica no adoptó la condenación del cuerpo, como lo demuestra, por
ejemplo, la doctrina de resurrección de la carne y la del cuerpo glorioso. El
misticismo cristiano, aunque derivado del platónico encontró en la poesía
erótica profana una mina de imágenes y asociaciones. Los poemas de amor
divino de Sor Juana continúan esta tradición. Auto tortura en algunos poemas,
culpable deseo de ser amado. El amor no es correspondencia. Ficino decía lo
contrario, el amor a Dios es correspondido. La afirmación que hace Sor Juana
acerca de la no correspondencia del amor es grave pero se leyó como paradoja
propia de su tiempo, un dios aristotélico que siendo la plenitud del ser no
necesita ser amado ni es capaz de amar. Plotino: “desear es la marca del ser
incompleto”. Neoplatonismo de Sor Juana, el amor no necesita
correspondencia pero nosotros la buscamos. La apetencia por ser amados es
parte de nuestra imperfección. Falta en el sentido original. Imagen e idea, a
veces el ser humano transciende la necesidad de ser correspondido. Noción
del otro, la figura que dibuja todas esas piezas se llama soledad. También
autosuficiencia y libertad. El primero, es existencial, el segundo, ontológico y
el tercero, moral. Son las tres etapas del camino hacia la autorrealización
intima. Los poemas de Quevedo aparecían según sus temas y cada uno era
invocación a una musa. Doble carácter de estas composiciones, descubrir la
interioridad humana y aleccionar. La poesía moral fue popular en el siglo XVII
y colinda entre lo ético y la sátira. Género afín al genio barroco y a sus
expresiones típicas: la agudeza, la destreza, el emblema, el memento mori. La
reflexión moral se prestaba a su temperamento: la melancolía la llevaba a
interrogarse, la inteligencia a presentar sus ideas y el humor para reflejar lo
absurdo de su tiempo. Poema 145 retrato como engaño de los sentidos,
dialogo entre el original y la copia. Sonetos dedicados a las heroínas romanas.
Los sonetos fúnebres también colindan con la poesía moral, lo solemne y lo
sentencioso son los vestidos de ceremonia. Hay otra Sor Juana, también,
simple y fluida, llana e irónica. Por ejemplo, el poema que la salvó del olvido
del siglo XVIII y XIX: Las redondillas en las que censura a los hombres y
defiende a las mujeres. Fue una sátira que nunca se dejó de leer. La misma
debe verse en el cuadro general de la literatura de su siglo, es simplemente un
ejercicio literario. Sor Juana quiso sobresalir en dicho género, hay quienes ven
en esto el testimonio de su feminismo: ¿se podía ser feminista en el siglo XVII?
La condición de inferioridad de la mujer, respuesta a una situación histórica. El
merito poético de esta pieza es dudoso. La defensa que hace Sor Juana de su
sexo no es ideológica, se funda en la moral de la época y en el sentido común:
las relaciones eróticas fuera del matrimonio son pecaminosas. Es un delito
acusar al cómplice de un delito que ambos cometen. Lo que se rescata de Sor
Juana es que por primera vez una mujer habla por nombre propio. Es
sorprendente que la redondilla haya sido leída con simpatía y hasta publicada.
Algunos de sus poemas usan lenguaje de taberna.
3. Arca de música:
Las formas poéticas se parecen a las plantas : unas son oriundas del suelo en
que crecen y otras, son el resultado de injertos y trasplantes.

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