LA MUJER BELLAS ARTES

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o POLVOS DEL Dr. KUÍTTZ
Este REMEDIO, bajo la forma de POLVOS, puede titularse
o MARAVILLOSO, por lo RADICAL de sus curaciones y sus
H componentes están combinados con arreglo á la última palabra o
(/)
de ;a ciencia. Todos los enfermos se curan por crónica que sea

H la dolencia. Nuaca falla. Triunfa siempre, aún en los casos más

rebeldes. Enfermos hay que se han curado con una sola caja.
Comprobado este remedio en la clientela privada de distingui-
dos médicos, podemos asegurar el EXITO cada vez que se to-
<
u
1—1

fe
I—
H I—
o
h-
me. No daña por mucho que se use. No hay Dispepsia, Gastralgia
ó Diarrea que resista al ESTOMAGO ARTIFICIAL!^ Cuando han fracasado
todos los demás digestivos, el único remadio positivo que puede
devolver la salud es el ESTO.VIAGO ARTIFICIAL ó POLVOS DEL Dr.
X

H H KUNTZ.

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O
H <
O
O
««LIRA
wVeirr 'as dispepsias estomacales en sus diferentes formas
atónica-catarral-flatulenta y la dilatación de estómago,
haciendo desaparecer el peso en el estómago, llenura, la hin-
chazón de vientre, los eructos agrios ó acedías, gases, sed
> ?3
< < después de las comidas, pesadez de cabeza, vértigos, mareos,
ansiedad, soñolencia, opresión, repugnancia á las comidas, etc.,
H
c/}

W
bien proceda de comer alimentos pesados, exceso de alimenta-
ción, exceso de vino y alcohólicos, hábito sedentario y vida po-
co activa, falta de reposo después de comer ó hacerlo bajo la
influencia de disgustos morales que preocupan el ánimo, ó co-
n
r
O
mer precipitadamente como los einpleados, hombres de negocios
etc., y toda persona que trabaje mentalmente después de las
comidas.
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fe
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wwllrm las dispepsias intestinales,
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cesando pronto las DIARREAS
cólicos ó pujos, por antiguos que sean;
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hace desaparecer el olor fétido y restablece la normalidad del
intestino, produ:iendo deposición natural; tal efecto lo realiza EL
'X

H ESTOMAGÓ ARTIFICIAL, porque destruye los microbios productores

tí
< de la infección iacestinal, adquirida bien por mala calidad de
<
o
o
O
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aUmentos y de las aguas de beber, insalubridad del terreno, ca-
sa ó lugar donde se habite ó predisposición individual á infec
clonarse; así t:)do estado diarréico debe ser tratado por EL ESTO-
H
O
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H
MAGO ARTIFICIAL, el cual actúa también como Preventivo.
I IJk A
WUIIfm con flujo de sangre, diarrea catarral con
la disanteria
^ gjf^ mucosidades, por crónica que sea. evitando r.
1
H
o
c/) cO
tí W adquirirla á las personas que anualmente la padecen.

Waifm
IjLIIiA gastritis, gastralgias y catarro crónico
biliosidad y el estreñimiento, por falta
del
de
suprimiendo la fiatulencia, ó desarrollo de gases, proce-
bilit-r,
estómago,
secreción
Q
H
dentes de la fermentación de alimentos en el estómago ó intes-
<
I—
u
tinos.

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n H
<
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 Año II BUENOS AIRES, Marzo 30 de 1900 NúM. 9
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LA MUJER
ALBUM-REVISTA DEDICADO Á LAS FAMILIAS
cr

Juan Manuel
recibió en pa-
^o que don
Justo José de
Urquiza . .

No, no era
esto lo que
queríamos de-
cir, sino... Así
como López
Jordán, ie vió
encum brado
por don Justo
José de Urqui-
za y luego don
Justo José de
Urquiza. .

Tampoco; va-
mos mal. ¿Qué
tiene que ver
don Sabá Z.
Hernándezcon
don Juan Ma-
nuel ni con Ur-
quiza ni con
López Jordán?
En tal caso
tendría que
ver con don
Miguel Juárez
Celman, y con
éste no imitó
la conducta de
aquéllos ni de
los otros pues-
to que le fue
fiel hasta ofre-
cerle. . cien
. ¡

mil entrerria-
nos! -que nun-
ca se vieron,
pero que se los
ofreció cuando
lo del 90.
Porque no es
de creer que
á Echagüe le
deba don Sabá
encumbra-
miento alguno
ni favor de
ninguna espe-
cie?
Nada, ni si-
quiera un a-
pretón de ma-
nos cariñoso
que justifique
su rebelión
contra el... su-
sodicho. ¿El
DON SABÁ Z. HERNANDEZ susodicho? Si.
Así como don Justo 'José de Urquiza pues: Echagüe; pero es que don Sabá
llegfó á encumbrarse con el apoyo y el sabía porque se lo habían dicho y repetido
présiig'io de don Juan Manuel y luego "don El País, que tras ese aiiciaiio venerable
 ALBUM -REVISTA «LA MUJER»

se encontraba el general Roca (¿ó Pelle- de la Nación, porque si no va todo el po-

grini?), el presidente de la República, todo der de la Nación á esta fecha no queda de
el poder de la Nación! Echagüe ni siquiera un Carbó.
—No haga eso, don Sabá; no haga eso. Pues para qué estaban los cien mil en-
—Pero es que esto ya. no se puede aguan- trerrianos de marras?. .

tar! _Lo mismito que Cronjé, que íue necesa-

—Pues hay que aguantarlo porque el
presidente y su muñeca lo quieren así.
—
Y reventar de pura indignación? Pues
yo prefiero reventar con las armas en la
mano defendiendo la vergüenza de mi pro-
vincia.
Y como lo dijo lo hizo.
Ah, valiente cochabambino!. No, mas .
propiamente comparativo con el valiente
temerario cualquiera
Krüger, el Joubert, ó
de los estupendos boers por la tan digna ac-
titud asumida en defensa de los sanos prin-
cipios que debieran regir en la tierra sa-
crosanta de su nacimiento (sic)!
Alabado seas don Sabá en los cantos de
poetas laureados!
Ya en el 90 demostró que era un carác-
ter y si no se hizo ver del todo fue por-
que no le dieron tiempo, que sise lo dan,
otra cosa sería Entre-Ríos á la fecha.
Desde entonces á acá ha venido juntando
rabia y ahí lo ven que ha tenido que ir
todo el poder de la Nación para que de-
ponga lasarmas; si, señor, todo el poder
rio todo un mariscal Robert y las tres
cuartas partes del ejército inglés para
rendirle. Y eso no en tan dignas condicio-
nes como á don Sabá.
Y decir que á Crongé se le está por re-
galar una espada de honor y que nadie se
acuerda de hacer lo mismo con el héroe
.
de Villaguay, es cosa que clama al cielo!
Pero no importa y digámoslo en serio
para concluir: aunque la actitud de don
Sabá Hernández ha sido digna de mejor
suerte, no por el'o deja de ser patriótica
al echar mano del último recurso que le
queda á los pueblos oprimidos, según la
sanción de todos los pueblos libres de la
tierra: la revolución!
¿No andaba buscando /zo7;?&r^s el doctor
Pellegrini.rPues ahi los tiene personifica-
dos en Hernández.
El poder de la Nación no ha querido que
triunfe; pero que conste que se ha salvado
el honor!
LEAFAR.

CANTARES

El dolor me dijo: — Llora

Para de tus males.
alivio
Las lágrimas acabé
Y estoy llorando cantares.
Pequeñita eres de cuerpo
Y llena de gracia estás
Resalada 3'pequeñita
Como la arena del ir.ar.

\^íen un cor: zón de A'icjo

Brotar un amor de n ño
Como de cepa arrugad:i
Sale jugoso racimo

Midiéndolo mientras rasa

lidiarás el tiempo largo;
Si quieres hallarlo corto
Mídelo cuando ha pasado.

No te cases sin amor

Si quieres paz duradera
Que arbolito sin raices
Cualquier viento se lo lleva.

Pí .i tu madre si te adora
Qwc tu pasión no avasalle»
Que el río si lo detienen
Preparativos maternales Suele salirse de n^.adre.
 ALBÜM REVISTA
- « LA MUJER »

CASA PROFESSIONE, COSTA 8¿ Cía*

FACHADA

TALLER
La
casa de los señores Profesione, Costa mercantil de los más notables grabados y
y C.'^hoy una de las más importantes, por
es facsímiles de pinturas que se producen en
no decir la más, en el ramo de la venta los centros artísticos de Europa.
de libros y útiles para la edat:ación pri- Nuestros favorecedores han tenido }' tie-
maria y en la introducción á nuestra plaza nen ocasión de comprobar esto último" por
 ALBUM REVISTA LA MUJER.
- *
muchas de las magnílicas producciones que
ha venido dando La Mujer, y que le han
sido proporcionadas por la predicha casa.
Y sin embargo, hace apenas 16 años que
el señor Profesione, fundador, puede de-
cirse, de esa empresa, establecía con un
un pequeñísimo capital pecuniario, lo que
vulgarmente se llama un boliche: pero su
honradez constancia, actividad é ingenio
de milanés srt!;/^', le abrieron las puer-
tas del crédito y asociándose luego al se-
ñor Piaget diole tal impulso á su bolicJie
que pronto se vió convertido en una de
las casas más respetables de los indica-
dos ramos.
Incorporóse después á éllos el señor
Costa, que al par de sus luces y trabajos
personales les llevó fuerte capital, con el
que la casa Profesione, Costa y C.^ pudo
estender sus operaciones en grande es-
cala y cimentar su crédito tan valiosa-
mente que, á pesar de los vaivenes y con-
trastes que desde tiempo atrás hasta la
fecha ha venido soportando nuestro co-
mercio en general, no ha dejado ni un
solo día de cumplir estrictamente sus com-
promisos mercantiles.
Y, sin embargo, no basta para ello con-
tar con una poderosa fuente de recursos
pecuniarios, que al fin se agotan; es me-
nester, como ya lo decimos, cualidades
especiales como las que adornan á Pro-
DESPEDIDA DEL CARXAVAL DE
ORFEON GALLEGO
Esta simpática sociedad ha obtenido varios primeros premios en diversos corsos del Carnaval ppdo^
fesione, incansable para el trabajo, acer-
tado para llevar á cabo sus operaciones,
siempre en la brecha y siempre estendien-
do la acción de su industria al más allá.
Con efecto, no hay ciudad, pueblo ó rin-
cón poblado en la República Argentina en
donde los señores Prolesione, Costa v C.^
no tengan agente y dejen de haber lle-
vado la especialidad de su industria, que
es. como ya lo decimos, librop y útiles para
la educación primaria, concordante con
las disposiciones sobre textos en uso.
No por ello, como también lo indicamos,
descuidan los otros ramos á que han de-
dicado su actividad.
Corresponsales idóneos de los principa-
les mercados de Europa, les envían, casi
semanalmente, todo lo más artístico y no-
table que en materia de grabados y facsí-
miles de pinturas se produce allí, 'lo que
inmediatamente de llegar encuentra inte-
resados como ha acontecido con los clá-
sicos de Alma Tadema y otros" que he-
mos reproducido.
La casa de los señores Pro'esione, Costa
y C.''^ se encuentra hoy, pues, á la altura
de los primeros establecimientos en sus
especialidades.
L.A. Mujer, parca en elogios como lo es,
no duda, sin embargo, en prodigárselos,
porque al hacerlo lleva á cabo un acto
de verdadera 3' estricta justicia.
1^00
 ALBUM REVISTA «LA MUJER»
-

SU BIHX PHRDIDO

Llorando estaba María

junto al verde y triste sauce
y iriurmuraba en su cauce
un riachuelo aquel día...

— María, por qué postrada, ahí,

siempre te encuentro llorando?
—Siento que se van secando
las fuentes del corazón.
Siento que van concluyendo
las lágrimas de mi alma.
— ¿Y qué te quita la calma,
María?
— ¡Mi única pasión!
— ^Perdiste de entre 'tus flores
las mejores?
— No, señor ¡
!

— ¿iMgun amante traidor

ha burlado tus amores?
— No es amor
de amante lo que he perdido !

Es más. . . mucho más querido

lo que perdí
Debajo este sauce triste,
lo que lloro tanto existe,
ay de mí
i

i
Mi madre!... La pobrecita
en su postrera agonía
me besaba y sonreía
con su sonrisa bendita !

Pierden las ñores su aroma,

marchitas caen en el suelo,
y su esencia, allá en el cielo
entre celajes asoma !

Mas viene la primavera

y otras flores y otras cien
apareciendo se ven,
tras de la que fue primera!
Pero su postrer acento
no volverá con su vida...
fué la eterna despedida
de mi dicha y su contento!
\o vi lívida su faz
v toqué su cuerpo yerto!...
Aladre mía, ¿por qué has muerto?
rDónde te hallas? -'Dónde estás?

Un pajarillo. en su nido,
tiernos gorgeos lanzó,
y al oírlo sonrió
María, á 5// bien perdido.
R. B.

Una señora cuyo nombre no damos por tn la misma silla y lanza inmediatamente
discreción, usa dentadura postiza. Cierta un gesto de dolor.
noche, — y como acostumbra hacerlo, —se — Que le pasn, señora? — le pregunta la
saca la dentadura y la coloca en una silla sirvienta, ^^j^íí-. v-
". . •

al lado de la cama. Descuidada se sienta F*ues... nada; que me he mordido.


Por fin sabemos á qué atenernos ya
tenemos programa,
i
Loado sea Dios ! tura.
No porque pensáramos que nos Íbamos
á quedar sin él, porque aún ha}^ mucho
tiempo de por medio, si
cía falta.
¡Claro! ¿Qué diablos Íbamos á hacer
todo ese tiempo sin programa?
PerO; según parece, ha habido un batu-
que con firuletes entre la comisión con-
íeccíonadora (del programa) 3^ el presi-
dente de la República, á causa del cual (el
batuque), la comisión se escusa de seguir
confeccionando para la futura recepción.
Se le paseará por Palermo á Campos Salles
¡
Muy bien hecho; sí,
hecho. ¿El programa? No, señor: el pro-
ceder de la comisión. Muy ajustado á la
decencia y sobre todo al derecho que
las personas honorables tienen períecta-
mente reconocido por las prácticas esta-
blecidas en toda sociedad bien organiza-
da, etc., de no dejarse manosear impune-
mente, aunque se trate del presidente de
laRepública.
al presideute de la república le dá el
Si
capricho por manosear, ahí tiene á sus
edecanes que pasan el tiempo sin hacer
maldito de Dios la cosa importante, que
pueden servirle para eso; pero á las per-
sonas que formaban esa comisión, nunca!
Acontece que á esa comisión, formada-
de altas personalidades, se le dió amplias
facultades para la confección de las fies-
tas; pero resulta que esta comisión se
vió, por repetidas veces, inhibida de ha-
cer esto ó lo otro debido á la oposición ó
me]or dicho, imposición de S. E. que pa-
recía haberla tomado por un compuesto
de edecanes ó una agrupación de padres....
de la patria, sumisos á la voluntad impe-
rante.
—Eso
sí que no. O hav descentralización
de poderes como rige en nuestra Carta
íundament :\1, con autonomía propia ó allá
va nuestra renuncia.
Y en este tira y afloia entre el presiden-
te de la ReDública y esa comisión, sirvien-
do de intermedi'irio el ministro Yofro, se
ALBUM -REVISTA «LA MUJER.
A LA MINUTA
: ha pasado el tiempo hasta que la tirantez
ha sido tan grande que se produjo la rup-
—Allá va el programa y allá va nuestra
renuncia.
no porque nos ha- --Muy bien, señores; se les acepta el
programa y la renuncia y nómbrase al
intendente municipal para que corra con
todas las fiestas.
¡Al intendente municipal!
Sí, señores, á nuestro lord mayor, co-
mo le llamaban al diíunto Ah'ear. Aliren
si iVlvear viviera y lo hubiesen nombrado
para esas cosas aunque no lo hubiesen
3''
nombrado que á él le importaba un bledo
esos requisitos, cómo se hubiese floreado
¿Y creen ustedes que Bullrich no hará
lo mismo? Que le den soga 3" 3'a verán
ustedes á donde va....
señor, muy bien
Se le paseará á Campos Salles por el camino Je
Belgrano
Dicen que al tener noticia de la tal reso-
lución se presentó á la casa de gobierno
vestido á lo mocito emprendedor 3' que.
apesar de hallarnos en Cuaresma,' lleva-
ba cara de Pascua de Resurrección.
Entróse de rondón en el salón presiden-
cial donde se hallaba el presidente 3^ su
secretario de Estado, en el departamento
del Interior, á quien le dirigió una mira-
dita irónica.(Don Adolfo es de los hom-
bres que no olvidan).
—¿Y bien, señor intendente?— le pregun-
tó el presidente— ¿Está usted conforme?
—Sí, señor, y aunque mi iucouipeteiicúj...
—¿Qué le parece el programa?
— Ün poco corto, señor.
— Ha3^ tiempo de alargarlo.
—Faltan fuegos pirotécnicos 3' lumina-
rias.
--Se agregan....
—Loque no me parece bien es eso de
indicar las calles por donde deberá pasar
y atravesar el presidente de los Estados
Unidos del Brasil cuando salga de la ca-
s de gobierno, cuando va3'a á Falenno.
i
cuando lo lleven al fei'ro-carril, cuando lo
conduzcan á la Opera, cuando entre ó
salga del albergue que le esta/nos prepa-
rando. Parece como que quisiéramos exhi-
birlo.
 A LBUiM -REVISTA «LAMU IER»

regia mai:sión del señor Basualdo que le

toca hacerlo al castellano, ni... Pero, repito,
señor presídeme, que el programa es cor-
to y que debía alargarse con algo así como
cohetes voladores, globos aereostáticos y
otras menudencias.
—Ya veremos, ya veremos de alargarlo;
pero de manera seria y que no se preste
á la crítica justa ó maldiciente.

CHACAft,»TA
Se le paseará a Campos Salles por Fl res

—Es fórmula.
la
—Muy acertado que asista á la inaugura-
ción de la estatua de Sariniento. ¡Qué ho-
nor postumo para nuestro viejo luchador!...
_— Si llegaría á preveer que en el go-
bierno de aquel comandante que tanto
iba á dar que hacer, según le escribió á
mi compadre Arredondo, tendría su apo-
teosis!-dicen que murmuró el presidente. Ultimo paseo de Campos Salles camino de la
—Por lo demás— añadió don Adolfo- sin Chacarita
parar mientes en el aparte del general,~e\
programa se ajusta
nuestra situación
á
—Entendido. Nada de chafalonia?
económica. No tenemos que gastar en ca- —Eso.
sa para alberíjarlo porque nos la dan de —Pues mi cuenta y aunque
déjelo por
balde. Ni en banquetes, puesto que el que no soy competente. .—mirando de soslayo
.

va á darle el presidente es intimo. al doctor Yofre.

— Eh? Y ya lo tenemos en campaña al señor
—Y las intimidades no se cobran. Tam-
intendente, quien ha jurado sobre la cre-
dencial de su nombramiento, demostrarle
poco 7tos costará nada el asadito con cue-
al ministro del Interior, que en eso de ha-
ro que le daremos en la estancia de Alvear
cer recepciones no hay quien le gane.
que eso corre por cuenta del esta>iciero,Tí\
el piscolabis que se le presentará en la CUCHARA.

CANTO DE LOS PIRATAS

(de victo rhugo)

Con cien cautivas llevamos

fletada nuestra g:alera,
que en una y otra ribera
para el harén recluíamos.
¡Al mar! ¡al mar! marineros;
en Fez entramos mañana.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

Cabe un convento botamos

al agua el ancla tenaz,
linda muchacha apresámos
dormida en traidora paz;
mil fantasmas hechiceros
soñaba á la mar serena.
Somos ochenta remeros
sobre nuestrA capitana.

— Forzoso es, niña callar-

Ea, g-anemos el viento,
esto no es mñs que cambiar
por un harén un convento.
Os haremos mahometana,
y el sulti'in ha de quereros.
Somos ochenta remeros
sobre niiestra capitana.

Huir desesperada quiso.

—¡Y osáis, hiios de Satán...!
Lloró, suplicó.— Es precíse-
la contestó el capitán.
Sus clamores lastimeros,
su resistencia fué vana.
Somois ochenta remeros
sobre nuestra capitana.
- EL PIRATA >

ConstruiJo } adornado para el corso por Leonardo Fornabaro JOSÉ ZORRILLA

BELLAS ARTES «LA MUJER»
ANTAÑO
COSTUMBRES'jARGENTINAS (Año l90ív>
 ALBUM-REVISTA «LA MUJER.

— No, señor; me atoro porque mi her-

mano ha dispuesto en su última hora que
las diez y siete vacas se repartan de la
siguiente manera: á su hijo mayor, la
mitad; un tercio al segundo y una nove-
na parte al tercero. Vamos á ver, com-
padre, cómo se hace eso sin descuartizar
las vacas, pues ya ve usted que la mitad
de diez y siete son ocho y media y el no-
veno de diez y siete...
—Pues, amigo, la dificultad es fácil de
resolver, si sus sobrinos se contentan con
recibir más de lo que su padre les testa.
— Ya lo creo! Pero, ¿cómo van á reci-
bir más sin agregar?...
—Sin dada,— replicó el compadre,— usted
tiene diez y siete vacas para repartir, ¿no es
eso? Pues las reparte usted déla siguiente
manera:
Al mayor 9 que es más de la mitad de 17
» 2.° 6 » » » del tercio » »

» 3.° 2 » » » » noveno » »

Total.... 17
El compadre se hizo repetir la operación
treinta veces y aunque llevó á cabo la par-
tición con gran contentamiento de sus so-
brinos, aún anda crevendo que el leído y
escribido de su compadre es medio brtijo
en eso de sacar cuentas.

CUENTA DE PARTICION
Pues yo venía, compadre, á que me sa-
que de un apuro puesto que usted es tan Al trovar Rubén Dario
leído y escribido.
Las estrofas decadentes
—No compadre; pero si 3'o puedo
tanto,
Todos los perros del Orbe
servirle ya sabe que me tiene á su dispo- Lo acompañan dolorioites
*
sición. Diga lo que le pasa.
-Que me encuentro metido en una que Pensamientos menudos:
no la entiendo. Proteger á un artista es
— Esplíquese. esplotarlo.
—Pues sucede que un hermano mío ha No me aterra la muerte
muerto . . .
sino la sensación de mo-
—Dios tenga su alnia en su gloria. Y rir.
bien? La mejor manera de ser
—Que estaba á cargo de un puestito e:i original es no siéndolo.
la estancia de ño Ruperto... Reflexionando mientras pasa..
—Y qué? * *
¡Qué llover continuamente!
—Que ha muerto dejando... En un álbum: va mal
Si esto siíTuc esto
— Eortuna^ «La pereza es la Pues vamos directamente
—Tres hijos y diez y siete vacas. tontera del cuer- Al diluvio universa!.
— No veo". . po y la tontera es Se encuentra paralizado
Con el ag:ua sin cesar
—Es que yo soy su albacea. la pereza de la Todo affarc del -"ercado,
— Bueno. 'Y por eso se atora? inteligencia». ;Quc hacer entoncesr-Pescar!
 ALBUM REVISTA «LA MUJER»
-
LAS DOS MADRES
I
Me hallaba en un pequeño pueblo del
Estado Oriental y mis amigos habían dis-
puesto que en la madrugada del día si-
guiente saliéramos á la caza de una tigre
que decían se hallaba á cinco ó seis le-
guas de allí, en unos tupidos pajonales
Así fue; hechos todos los preparativos,
marchamos.
II
Fascinado por la abundante caza luíme
alejando de mis compañeros, cuando, casi
perdido, la tarde me sorprendió en un de-
sierto. Me eché en la yerbezuela para re-
cuperar las fuerzas y buscar el camino
que me condujera al pueblo, cuando mi
fiel Alí, levantando su noble cabeza, diri-
gió la mirada hacia un pequeño bosque
que había á distancia de media milla. Pa-
ró sus largas orejas y estremeciéndose
todo, lanzó gruñidos entrecortados.
- •¿Qué es eso Alí, tenemos algún peligro
de qae quieres prevenirme?
Alí se levantó de un salto }' temblando
como si estuviera azogado, se colocó tras
mí, prorumpiendo en lastimeros aullidos.
A un cazador de le}'' no podía escapár-
sele el motivo de aquella actitud los ca-
: mios se la hubiera dado. Hasta entónces
ballos tiemblan convulsivamente y relin-
chan con dolor á la presencia latente de
un leopardo ó un tigre. Lo mismo tiem-
blan los perros y aullan con instintos de
muerte.
¿Estaría allí la tigre á cuya caza sali-
mos? Apegar de tener íe en la seguridad
de mi puntería y la mayor confianza en
mi escopeta de clos cañones, no me hacía
mucha gracia hallarme solo para hacer
frente á aquella fiera.
III
—Vamos, Alí— le dije á mi perro, acari-
ciándolo—calla y deja de temblar, que he-
mos de hacer lo posible para no encon-
trarnos con ese terrible enemigo
Y coutraveiitaiido la marcha de donde
Alí dirigía sus angustiados ojos, seguí ca-
minando con todas las precauciones que
nuestra seguridad exigía.
De pronto oí un rugido que estremeció
espantosamente á Alí.
— Parece que no está lejos — murmuré
alarmado -V que es probable que nos si-
ga. Preparémonos entonces al combate.
\"olví á examinar mi escopeta y las cáp-
sulas á bala que en ella había "colocado.
Estaban bien, pero lo que no estaba bien
era mi espíritu. Al mejor cazador de los
3^0 no me había visto la cara si no con
aves inofensivas ó cuando mas con cone-
 ALBUM -REVISTA «LA MUJER.
jos silvestres, bizcachas ó peludos; pero,
jcon un tigre !— jamás ! que nos amenaza?
Sin embargo, no había mas que hacer de
tripas corazón v adelante, si es que an-
tes de vernos la cara no_ tenía la fortuna
de que acudieran mis amigos.
—Calla, Alí, calla...— le volví á decir á mi
perro que no cesaba en sus prolongados
aullidos 3' en sus temblores nerviosos— si
no te caflas iremos de mal en peor.
Creo que comprendió inis palabras, pues,
pegado á mis piernas siguió temblando,
pero silencioso.
Cada paso que daba ver aparecer
sin
la fiera era una esperanza más de salva-
ción; pero es que á cada instante me pa-
recía también abrirse aquel bosque 3^ pre-
sentarse á mí. Inútil de todo punto que
buscase con la vista un refugio; pues sólo
veía el llano y aquel bosque. Iba, pues, á
lo que saliera cuau'io al Un distinguí un
pequeño rancho de paja.
— Gracias á Dios — dije — allí por lo me-
nos buscaré la manera de defenderme
mejor.
Y me dirigí á él. Cuando cerca estaba
apareció en su puerta una mujer alta y
fornida, vestida con harapos, desgreñado el
cabello y tostada la piel.
— Diga — le pregunté — ;sabe el peligra
— Tigra cebada en carne de cristianó-
me contestó con dejo de india salvaje;-
esa tigra venir aquí y mi hijo ha salido....
Esto}' temiendo me lo agarr-r en el ca-
mino, aunque el caballo que monta es
guapo.... Sí, es guapo.
—Su hijo!
— Si, marchar á buscar
patrón. Mi hijo
comida pueblo para los dos en su ca-
al
ballo guapo.
Alí, que nos miraba atentamente se puso
á ladrar furioso
\^
i^emontando una esplanada se apareció
un inditcito como de 12 años, ginete en
un pampa á quien, con la voz, los brazos
y piernas incitaba á la carrera. Pare-
las
cía que
el caballo no necesitaba de ello
para correr desesperadamente, largo el
cuello y tocando casi la tierra con el vien-
tre.
Tras del ginete sonó un rugido 3' Aimos,
con espanto, un enorme animal que á sal-
tos los perseguía con la boca abierta y
los ojos losforeccntes. Era la tigra cebada.
Distaba el ginete de nosotros doscientas
varas cuando^ vimos que traía un pequeño
bulto en la parte delantera del caballo. ,
— Larga cachorro! — le gritó la
el
india,— larga cachorro! e;
— Encontrándolo en el pajonal que
estaba solo — oím.os que replicaba
. . .
el indiecito,— 3' yo lo traía...
—Lárgalo !
— repitió la india más
angustiosa atm pero no había con-;
cluido de decirlo cuando el caballo
iropezó 3' rodó con el indiecito.
M
Con ma3'or rapidez que tarda en
contarse vi á la india esgrimir un
largo cuchillo que llevaba en la cin-
tura y lanzarse Á la carrera para
llegar donde su hijo y el caballo
hacían esfuerzos para levantarse.
Un sentimiento de generosidad me
indujo á ir tras élla; pero la fiera
multiplicó sus saltos 3' de un brinco
se arrojó al grupo que formaban el
caballo y el indieciio que acababa
de soltar el cach(>rro.
Oí un grito; pero un grito terri-
ble, que estremeció mis libras con
mayor poder que los rugidos de ia
íiera un : de madre valero^^a
grito
CjUe va ;i ver despedazar á su hijo
en su presencia. Era la india quien
lo había lanzado 3' pronto se halló
frente á frente de la tigre. Ambas
se contemplaron por un instante; pe-
ro la fiera, sin dejar de mirarla, se
arrastró á donde estaba su cachorro
y lanzando maullidos lo acarició^con
"su lenírua.
 ALBUiM-REVISTA <LA MUJER»

Era digno de ver aquel

cuadro; ambas madres, --la
ñera del bosque y la india
salvage, — seguían contem-
plándose, acariciando la pri-
mera su cachorro, abrazan-
do la segunda A su hijo.

VII cho de la ñera que dio un salto hacia atrás

y quedó inerte.
No había tiempo que perder, el blanco El indiecito se había sa'vado y yo había
era espléndido; puse una rodilla en tierra, conseguido la más asombrosa de mis victo-
apunté y, una tras otra, 1as dos balas de rias cinegéticas.
mi escopeta fueron á incrustarse en el pe- RAFA El. BARREDA.

DOS LÁGRIMAS

Por dos rostros de mujer

Enlazados con un beso,
Van caminando dos. lágrimas
En misterioso descenso.
Se aproxim.an, se retratan
Mutuamente en sus espejos,
Y este diálogo sencillo
Entre ambas, comienza luego:
—Como te llamas?-- Miseria,
Y tu?— Me llamo Consuelo.
Y al reconocerse en una
Sola se confunden riendo.
-Nuestro camino es el mismo,
— ;A dónde vamcs?— Al cielo!
 Trovador, esa hermosa obra tradicional,
tipo de los dramas románticos que en una
noche cimentó la fama del ilustre escritor
don Antonio García Gutiérrez.
Son de aplaudir los propósitos de la em-
presa, que aspira á facilitar por los precios
módicos de sus localidades el que las fa-
milias y personas que deseen algo mas
que el asendereado género chico, puedan
pasar un rato de solaz, presenciando un
espectáculo culto, a^rradable é instructivo.
Para fines de i\bril terminará sus tra-
bajos la compañía y empezará la de opera
vienesa, contratada por el señor Becaria.
El señor Allredo Freum, uno de los di-
rectores artísticos más conocidos y apre-
ciados en Austria y Alemania, será el di-
rector de la compañía que consta de se-
senta personan, y ho}^ damos en La Mujer
el retrato de uña de las primeras tiples,
qne es tan hermosa como notable ariista.
El repertorio es variadísimo, y consti-
tuirá una verdadera novedad en Buenos
Aires.
—En el
Politeama se cantó discretamente
laGioconda, dirigiendo la orquesta el se-
ñor Giovanelli con acierto y esquisito
gusto.

Señor don Alfredo l-^rciind, director de la compañía

alemana que en breve debutará en el Teatro Ar-
gentino.

En el Teatro Argentino ha comenzado

á trabajar una conipañía dramática diri-
jida por el primer actor señor Burón, y de
la que forman parte los mejores elemen-
tos de ese género que existen hoy en Bue-
nos Aires.
Las obras puestas en escena, hasta ahora,
han merecido el aplauso del público y de
la prensa en general, tanto por el lujo y
propiedad con que han sido puestas eh
escena, como por la manera con que ha
sido cuidada su interpretación.
El drama sacro Los siete dolores de
Maria santísima, obra escrita en hermo-
sos versos por Julián Cavero, ha sido es-
pléndidamente 'decorado v vestido, v el
señor Burón ha dicho y sentido la obra
de un modo admirable.
l'ero en las obras en que el actor ha de-
mostrado más escepcionales condiciones
artísticas ha sido en Giiziiiáti el Bueno v
>
Uíi drama nuevo, en cuyas obras ha al-
canzado un legítimo y merecido triunfo. i
En el momento que escribimos esta re-
vista, no podemos juzgar del éxito de El Primera tiple de la inJicada compañía alemana
 ALBU^Í- REVISTA «LA MUJER
ARTISTAS DE LA COMPAÑIA ALEMANA

En el Mayo
sigue el público llenando las
localidades para aplaudir á las señoras
Montilla. Gasperis, Solé, y los señores
Palmada, Lozoya, San Juan y demás ar-
tistas, que hacen cuanto pueden para agra-
dar al público, no cesando de estrenar
obras y variar constantemente su cartel.
También la Comediíi trabaja por su
Cabo, se ha intercalado una escena criolla
admirablen^iente escrita por el señor Gar-
cía Belloso, que ha dado nueva vida á la
revista^ destinada á no desaparecer por
mucho tiempo de los carteles. En dicha
obra Cebrián hace un negro compadrón
inimitablemente. ^^^^
Terminada la Pascua, abrirá la Opera

parte para complacer al numeroso público

que acude al teatro de la
calle de Artes
en donde, para reemplazar á las tiples se- su elefante sala con una aran compañía
ñeras Guerrero 3^ García de Pinedo, se que formar¿í el deleite de los alicionados
han contratado á la señora Pilar Chaves al bel canto.
y á la inimitable intérprete de Chateaux- NOTA— En el número siiíuiente daremos los demás
retratos y al^íunos Jatos biográficos de los artistas
Mavgaiix Isabel López. vieneses que deb'.itarán en breve en el teatro Ar-
En el pasillo Cosas de la Comedia, de gentino.
 ALBUM REVISTA LA MUJER
- « ^

PINTURA
JVIODO DE APRENDER Á JUZGAR
EL MÉRITO DE LAS OBRAS DE
ARTE EX LAS PINOTECAS.
Xo gustéis ver en las ex-
posiciones y museos las ñr-
mas de los "autores antes de
fijaros bien en los cuadrob
todos para poder así libre-
m m
en te j u zga r y a d r ar a q u e
i
-

líos lienzos que más os cau-

tiven la atención, sin la su-
^•estión de las rúbricas de
aquéllos cuya reputación os
haría, sin duda, pasar por
alto otras firmas quizas des-
conocidas á la sazón y lla-
madas á cotizarse á más pre-

cio que las delosquetan-

to os suenan al oído y os
apasionan por aquello
de que «la pasión quita
el conocimiento».
Después del eyímen
que os propongo, re-
concentraos en voso-
tros mismos y pensad
cuál es de todas la obra
que, cerrando los ojos,
parecéis ver todavía:
ésa, indudablemen-
te, tiene algún mérito;
ved entonces si la firma
es de algún autor de
fama y si es así, vues-
tra educación artística
se halla comprobada.
Xo hace falta deciros
los nombres de los au-

tores de los tres preciosos cuadros que

ocupan esta página.
Representa el primero un fígaro sevilla-
no que descuida !a barba hirsuta de un
labriego por conte.v.plar á una moza de
cántaro sembrada de gracia, que pone los
ojos dulces al barbero enamorado. Tanto
ei andaluz que lía un cigarro en primer
término como, eí majo al pie de la escale-
ra, son tipos genuinamente andaluces.
El segundo cuadro es sencillamente her-
moso y de tal naturalismo en su dilicil fa-
cilidad, que cautiva almas despreocupado
en asuntos artísticos.
Picaresco es el tercer cuadro
un campesino observa la caja
.Mientras
de colores de un pintor recién llegado á
su morada, éste parece decir á la caste-
llana de aquel lugar, que está dispuesto
á hacer de élla un modelo de... de vir-
tud. 1.^
Tres asuntos diferentes en costumbres
y manera de sentir el arte y sin embar-
go, tres joyas dignas de Apeles.

E. SOTO.
 ALBUM -REVISTA «LA MUJER»

Sr. Apostólico—No es que me niegue á Augusto Loredo — artículo titulado

publicar su soneto si no que no quiero De tiendas ha llegado tarde é mi poder.
darle el disgusto de que lo vea en letras Irá en el número siiruiente.
de molde. EstuV seguro de que ni-\^d. des-
cifraría esa charada viéndola en letras de
molde.

A. Pico— ¿Lo ha hecho Vd. apro pósito?

Pues si es así tiene gracia. Solamente
apropósito podría escribirse cosa tan dis-
paratada.

Agamenón— TiímVa \&. Orientales á una

de sus composiciones, y las otras vienen
con pretenciones de ser sonetos. La pri-
mera no merece mencionarse, y en cuan-
to á las segundas, ¿le parece á'Vd. que es
soneto este que trae los siguientes versos :

Y parece desgüazarse el maderaje.

-;Flota solo la gente ya ahoofada?
El primero es largo y el segundo es...
cualquier cosa.

Sr. Armando Ayer be— Si, señor; le con-

testo á Vd. en Correspondencia crítica,
repitiendo su última frase: Basta, por
Dios, de escribir disparates y menos abu-
sar del nombre de una señorita para de-
dicárselos.

A. i?.— ¿No tiene Vd. otra cosa en que

pasar el tiempo? Pues acollárese con el se-
ñor Pico, á quien contesto en esta Corres-
pondencia, y vayan á.... abrir la tierra.
Vamos, hombre, que no!

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El propietario de la estancia '

San Andrés" en el Parti- calmente curada; agradecida, autorizo á hacer públi-
do de Ayacucho. — Hotel de la Paix— Buenos Aires, co este notable caso en la forma que mejor le -pa.-
marzo 2 de 1900. — Veinte años he sido víctima de rezca.— Angela Bussi de Bardi.
una tenaz dispepsia flatulenta, rebelde á todos los tra- El estanciero señor Teodoro Fernández, domiciliado ert
tamientos y específicos que se anuncian para los en- la casa de su propiepad calle Rioja 1061.— Buenos Aires,
fermos del estómago. Sentía con el uso de éstos un marzo 8 de 1900. —
Durante veinticinco años he pade-
insignificante alivio de muy corta duración y creía cido de acidez al estómago, complicado con catarro
no encontrar remedio completo para mi crónica do- gastro-intestinal, cuyas enfermedades me proporcio-
lencia, opinión reforzada por innumeraoles diagnós- naban los sufrimientos y molestias consiguientes, hasta
ticos que se me hicieron, hasta que tomé durante tres privarme de alimentarme lo necesario. Probé varios
meses el digestivo mojarrieta y obtuve mi curación métodos y específicos recomendados para el estómago
radical. sin obtener alivio, y hoy, gracias al digestivo moja-
rrieta, puedo tomar cualquier alimento sin sentir mo-
Hoy hace próximamente ocho meses que dejé de to-
lestia alguna, pues tengo mi estómago perfectamente
mar DIGESTIVO MOJARRIETA y también ocho meses que
el
soy el más decidido propagandista de este específico, normalizado.
en bien de todos los enfermos del estómago, que con Este brillante resultado me obliga á recomendar la
él encontrarán su verdadera curación. Avelino F. — verdadera eficacia del digestivo mojarrieta. Teodoro —
Arroyo. Fernández.
El literato propietario de la colonia de su nombre, si-
El señor capellán del Carmen, prefectos de notarlas del

arzobispado, director del Internado Universitario y del

tuada en Formosa, y antiguo rematador. — Buenos Ai-
Colegio Federal del Oeste. — Buenos marzo 9
Aires, res, marzo de 1900.— La vida americana, tan com-
7

de 1900. —
Como un acto de reconocimiento y en pleja por las múltiples preocupaciones que asedian al
bien de la humanidad, declaro que el digestivo moja- hombre que se destaca del nivel común en la gimnás-
tica del pensamiento ó del trabajo, desgasta fuerzas y
rrieta me ha sanado completamente de la antigua en-
fermedad al estómago que tanto me hizo padecer. — debilita con celeridad abrumadora, siendo de todos los

Aurelio Alcoba. órganos el estómago el más mal tratado, sin género

de duda.
La distinguida señorita Astaiilcn, domiciliada Méjico 835—
De mí se decir que todas mis energías, en armónico
Adrogué, quinta La Eslher », marzo 6 de
« 1900.—
consorcio con mi voluntad, no habían podido evitar el
Me complazco en hacer constar mi cura radical
derrumbe de mi salud por las digestiones difíciles, hasta
con el iinico verdadero remedio, que es el digestivo
que se me ocurrió tomar el digestivo mojarrieta.
mojarrieta, de la enfermedad al estómago que venía
El uso constante del referido digestivo mojarrieta
padeciendo hacía varios años. — Catalina Astaillon.
durante 3 meses, ha bastado para devolverme la salud
La distinguida señora esposa del estanciero Sr. Castag- y el contento, razones de que complacido lo consigno
nino. — Gran Hotel, Buenos Aires, marzo 1° de 1900 — por escrito en homenaje á la verdad. Miguel Cano. —
Sufriendo desde mucho tiempo de acidez al estómago Su casa, Bolívar l'^S.

y habiéndome recomendado el Digestivo Mojarrieta, El señor procurador con escritorio establecido en la calle
me decidí á tomar este remedio. No sentí mejoría en
San Wlartin 132— Buenos Aires, marzo 2 de 1900, — Puedo
el primer tubo, más continué tomándolo con perseve-
certificar Ja verdadera eficacia de las obleas Moja-
rancia, hasta que hoy me encuentto completamente
rrieta con cuyo uso, por espacio de tres meses, des-
curada de mi enfermedad, gracias solamente á la in-
terré por completo la dispepsia crónica que me venia
comperable eficacia del Digestivo Mvjarrieta. — Cata-
atormentando desde muchos años.--/. Busuclli.
lina C. de Castagiiino.
El director de la fabrica de velas estearinas establecida
La señora esposa del propietario de la sastrería situada
en la calle Suáres 1571, en Barracas al Norte— Buenos
Defensa 732— Buenos Aires, marzo 5 de 1900— En bien
de la humanidad y en testimonio de esumulo al me- Aires, marzo de l^r^OO. — Declaro
que padeciendo des-
recido crédito de que goza el preparado Digestivo de hace de dilatación de estómago, me curé con to-
Mojarrieta, certifico: que habiendo padecido por mu- mar ocho tubos del Dijeslivo Mojarrieta.— Manuel ('.
chos años de dispepsia, constantemente sometida á Migoiic.
tratamientos, me fué indicado el Digestivo Mojarrie- El socio do la firma Barbagelaía hermanos, con escritorio
ta con el que obtuve el completo restablecimiento de en la calle Piedad núm. 383 — Buenos Aires, marzo 1" de
mi salud. Noté mu}- notable mejoría á los cinco tu-, 1900.— Certifico haberme curado de dispepsia con el
bos, y la curación radical á los 20 tubos. Hoy hace J}igcstivo Mojarrieta y lo autorizo para hacer cons-
un año que terminé de tomarlo y me considero radi- tar este caso.— César Barbagelaía

ese libro están millares de testimonios de diversos paises, y además han lle-
En
gado de todos esos países incluso de Montevideo 3' Brasil, testimonios nuevos que
pronto aparecerán en dicho libro que trae cada estuche; todo lo cual demuestra que
universalmente el DIGESTIVO MOJARRIETA anuló ;i los otros remedios para el
estómago, y las personas sensatas exigen grabado en cada hostia el nombre del único
verdadero remedio superior, rápido, radical, saludable en cualquier caso.
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