Professional Documents
Culture Documents
ISBN: 978-9929-702-10-3
Primera edición, 2016
Colección de Ciencias Sociales
Centro de Estudios Latinoamericanos “Manuel Galich” (CELAT)
Escuela de Ciencia Política
Universidad de San Carlos de Guatemala
3
Argentina, etcétera). Y no es fácil la prolongación no
únicamente porque en un periodo tan turbulento y pa-
ralógico la deinitiva palabra: la voluntad irreversible
de los pueblos en contra de sus opresores y hacia una
vida genuinamente humana, no está todavía, como lo
estará antes de lo que se espera, incontrastable y mul-
titudinariamente airmada en la práctica histórica de
este submundo del subdesarrollo y la dependencia;
sino también porque las transformaciones, los progre-
sos, vaivenes y relujos de la realidad socioeconómica
y las “vías de desarrollo” o “las pruebas de fuego” que
apasionadamente se discuten en la teoría o se adoptan
sobre la marcha intuitivamente, condicionan y modi-
ican nuestras personalidades. Y siendo así, el juicio
que un proceso histórico o su análisis por otros nos
sugieren, o resulta demasiado supericial y mecánico o
adolece de subjetivismo anectótico; cuando no desata
la negación total de los Catones contemporáneos.
4
segundo la responsabilidad asumida como Canciller y
Presidente de la Delegación de Guatemala a la batalla
política de Caracas, fue profundizando su conciencia,
vigorizó su actitud revolucionaria, alejándose progre-
sivamente de lo meramente democrático-burgués, que
ambos, como muchos otros revolucionarios de la épo-
ca, defendíamos todavía en 1954.
5
A nuestro regreso de la trinchera político-diplomática
de Caracas, Venezuela, convencidos íntimamente de
que la invasión norteamericana a nuestro país se rea-
lizaría, escribimos unas líneas en “Tribuna Popular”
el 30 de abril de 1954, tratando de situar en sus jus-
tos términos pero con todas sus limitaciones el triun-
fo de Guatemala en Caracas. Me parece procedente
reproducir aquí algunos de aquellos conceptos, pues
contribuirán a aclarar mi punto de vista en cuanto a
la signiicación y trascendencia de la obra teórica y
práctica de Toriello, entonces él como yo y muchísi-
mos otros medianos y pequeños burgueses e intelec-
tuales que apenas nos iniciábamos en la problemática
revolucionaria, todavía no un socialista. Nosotros es-
tábamos convencidos de que en Guatemala en aquel
tiempo, la tarea histórica era más limitada: enterrar
los resabios feudales y aún esclavoides, modernizan-
do al país dentro de los moldes de un capitalismo mo-
derno... ¡ ¡eso sí, con cierta “justicia social”!!
6
estaba asegurado de antemano. Podía preverse con
certeza. Expliquémonos:
7
des obvias, la justicia de la causa de Guatemala tenía
que reairmarse en la conciencia de todo el mundo”...
“La Delegación de Guatemala debía relejar y relejó en
lo internacional, los esfuerzos y los ideales de un pue-
blo que está empeñado en construir un futuro mejor y
un mayor bienestar”... ( ¡ese fue el secreto de su éxito!)
(Y hasta aquí la autocita).
8
na vez “La Verdad de Guatemala: Credo de América”
con la narración, sin remedio cargada de subjetivismo,
de algunas pequeñas escaramuzas conceptuales en la
Conferencia de Caracas.* (Estas desde la óptica cien-
tíicamente justa y desde el ángulo de las actitudes
fundamentales de los hombres, fácilmente se confun-
dirían con la anécdota, la seudo hazaña o el chisme).
9
época del tránsito del capitalismo al socialismo a es-
cala mundial, en la época de transformación de las
revoluciones democrático-burguesas y de liberación
nacional en movimientos socialistas. Se reiere a la
descarnada brutalidad imperialista descargada con la
complicidad anticomunista de las “democracias” co-
lonizadas de la OEA, sobre un pequeño pueblo cen-
troamericano que ayer simplemente buscaba superar
su atraso secular: un temerario pionero dentro de
las agresivas condiciones de la llamada “guerra fría”
cuando apenas se insinuaba la airmación decisiva
del campo socialista. Esta airmación, hoy es una ver-
dad histórica irrefutable que, para los antidialécticos
o ahistóricos, es argumento suiciente para negar su
carácter a la revolución guatemalteca de 1944/54.
10
Es ilustrativo recordar a este respecto tres casos su-
cesivos en este continente que, creemos, revelan la
acentuación de idéntica tendencia histórica: Uno, la
revolución mexicana de 1910/17 con algunos aspec-
tos socializantes, que aún logra desarrollarse por lo
menos hasta el periodo cardenalista, como revolución
democrático-burguesa y antiimperialista. Dos, la revo-
lución guatemalteca de 1944/54 que, por la dialéctica
misma de la historia, en la práctica tendía a profundi-
zarse y a avanzar más allá de los programas limitados
de los partidos burgueses que hacían gobierno, pero
que cabalmente por eso fue sofocada, invadida pre-
ventivamente por el imperialismo. Y tres, la revolución
cubana, que de democrático-burguesa se transformó
aceleradamente en socialista y que, asombrando a
quienes sostenían la invencibilidad del semidiós yan-
qui y la fatalidad de la geopolítica, heroicamente hizo
morder el polvo de la derrota al imperialismo invasor
en Playa Girón en 1961. Ello evidenció que la correla-
ción de fuerzas en el mundo había cambiado a favor
de las fuerzas progresistas.
11
pendiente ni gesto realmente popular son tolerables,
menos si constituían un mal ejemplo que pudiera ser
imitado por otros pueblos: reforma agraria, código de
trabajo, organización sindical, puertos propios, desa-
rrollo con recursos nacionales, política internacional
independiente, legalización de un partido comunista...
¡De ningún modo! “¡Peligra la seguridad del continen-
te!”, máxime cuando esto último: un Partido Guate-
malteco del Trabajo (PGT), tendía a ser la vanguardia
estimulante del proceso revolucionario y mediatamente
de su conversión en algo más odiado, por profundo y
popular, por la oligarquía y sus padrinos imperialistas:
la construcción del socialismo.
12
en lo indispensable las añosas y descompuestas es-
tructuras del capitalismo dependiente, y decíamos, en
este mismo laboratorio histórico: Guatemala, pueblo
admirablemente indomeñable, ha venido experimen-
tando del imperialismo en las últimas décadas sus ge-
nocidas métodos de contra- insurgencia y de paliati-
vos o disimulos “desarrollistas”, aprendidos y usados
con atroz vileza y rotundo fracaso en las ciudades y
campos del indómito Vietnam.
13
un hombre de su tiempo. No cualquiera, y menos con
extracción burguesa como la suya, asume una res-
ponsabilidad ( ¡y sus consecuencias!) de la magnitud
aludida, que deinitivamente lo divorcia y enfrenta a
su clase. Y segundo, porque pudimos comprobar que
nosotros, como relejo de lo acaecido en nuestra Gua-
temala y en el mundo desde nuestra frustación par-
cial en junio de 1954, también hemos avanzado otro
trecho: ahora entendemos mejor que ayer las leyes
histórico-dialécticas de esta segunda mitad del siglo
14
ADVERTENCIA
15
la caída del gobierno constitucional y la implantación
en su lugar, del primer régimen neofascista en Amé-
rica Latina.
16
fraudes electorales y a dar a los usurpadores, visos de
ascendencia legal al poder.
17
Aérea Nacional. En 1973, bajo el régimen criminal del
Coronel Carlos Arana Osorio (hoy también General),
otra redada que realizaron sus bandas de genocidas
en una casa de barriada, logró capturar a once per-
sonas (diez miembros del PGT y una infeliz empleada
-“sirvienta”- de dicha casa). Todos fueron asesinados,
incluyendo la infortunada empleada “...para que no
hablara...” Y bajo la satrapía de otro lamante Gene-
ral -electo por un escandaloso fraude- Kjell Laugerud
García expresidente “Constitucional” de la República),
en el mes de diciembre de 1973, se despedazó -sacán-
dole previamente los ojos- al Secretario General del
PGT, Licenciado Huberto Alvarado, intelectual desta-
cado y patriota ejemplar.
18
frido en nuestro país... Hasta esos increíbles extremos
de barbarie ha llegado el sistema “anticomunista” que
impera en la República.
19
Es un deber histórico dejar constancia de la ejemplar
conducta revolucionaria de los trabajadores guatemal-
tecos. Desde la intervención yanqui en nuestra patria,
en 1954, fueron blanco feroz de la contrarrevolución:
sus organizaciones, declaradas fuera de la ley “por co-
munistas”; sus principales líderes perseguidos hasta
la muerte; sus locales y bienes, coniscados; y cientos
de obreros encarcelados y muchísimos cesados en sus
labores. Hambre, miseria, enfermedad, cárcel, tortu-
ra y asesinato, ha sido el injusto acontecer para esta
combativa clase, hoy más explotada que nunca. Pero
el imperialismo y las clases dominantes que usurpan
el poder en Guatemala, se equivocaron totalmente al
pensar que habían logrado someter y anular las aspi-
raciones y el espíritu de lucha de esta gallarda clase,
al ejercer contra ella los métodos salvajes del sistema
fascista.
20
Tan pronto como quedó instaurado el régimen de la
traición antinacional en 1954, después que éste de-
rogó el Decreto 900 del Congreso, el cual contenía la
justísima Ley de Reforma Agraria (que asentó en el
campo, en menos de un año, a cien mil familias cam-
pesinas), a balazos despojó de sus tierras a todos los
que las habían recibido, les quemaron los ranchos
que habitaban y se masacró a miles de ellos. Se can-
celaron todos los sindicatos campesinos y los líderes
que no cayeron en prisión o fueron ultimados, tuvie-
ron que huir del país o esconderse por años.
21
unidos podrán librarse de la ignominia de un régimen
canalla como el que impera en la nación y que los
mantiene sumidos en la miseria y en la desesperación.
22
tes frente a la escalada fascista del régimen gobernan-
te, en defensa de la autonomía universitaria y de la
soberanía nacional.
23
nación más poderosa del planeta, volcar toda su in-
luencia y sus medios en favor de tres desacredita-
dos monopolios yanquis y para mantener sus injustos
privilegios, aplastar un movimiento democrático y pa-
triótico que realizaba una pequeña nación indefensa
e inofensiva? ¿No fue una descarada traición a los ca-
careados principios de respeto a la autodeterminación
de otros pueblos enunciados por el Presidente Eisen-
hower el 16 de abril de 1953: “El derecho de cualquier
nación a formar un gobierno y un sistema económico
de su propia selección, es inalienable” y “El intento de
cualquier nación de dictar a otras naciones su forma
de gobierno, es indefensible”...? ¿Y no tiene todos los
visos de una gran traición el que Estados Unidos haya
engañado al mundo entero airmando que se trataba
de erradicar en Guatemala un grave “peligro comunis-
ta” cuando en realidad perseguía apoderarse -como lo
ha hecho- de toda la economía y de los recursos natu-
rales de nuestro país?
24
Abro pues, las ventanas de mi patria para que las lec-
toras o lectores puedan asomarse a ella y sean testi-
gos del drama que vive nuestro pueblo bajo el sistema
de violencia y terror fascista impuesto y sostenido por
el imperialismo.
25
CAPITULO I
LA VITRINA LUMINOSA
27
ambición de extender y prolongar indeinidamente el
control que ya ejercían sobre toda la nación. Su si-
guiente paso era obvio: debían caer en sus manos to-
dos los demás recursos y riquezas naturales, de tal
forma, que sus avorazados inversionistas no encon-
traran en el futuro ningún valladar que les impidiera
el dominio absoluto y total de nuestra economía.
28
impuestos por el Departamento de Estado, cumpliera
esa meta soñada por Washington, era indispensable
que la Administración del inescrupuloso binomio Ei-
senhower-Nixon, le diera todos los elementos necesa-
rios, en especial, económicos para que no fracasara,
ya que en caso contrario, sería el “hazme reír” del es-
fuerzo anticomunista estadounidense.
29
de bondades “anticomunistas”, pudieran fracasar.
Mucho menos iban a tolerar la pérdida de las sumas
invertidas con ese in y, sobre todo, no alcanzar sus
propósitos de dominación integral del país. Sin em-
bargo, no perdían la esperanza de llevar adelante sus
torvos designios mediante el cumplimiento del plan
de sus estrategas, el cual consistía en esencia en la
realización de tres puntos que consideraban funda-
mentales y determinantes: 1° la sumisión y control
total del Ejército Nacional; 2° la imposición y someti-
miento absoluto de los próximos gobiernos; y 3° el im-
plantamiento deinitivo del sistema fascista iniciado
con Castillo Armas, institucionalizando la violencia y
el terror en todos los ámbitos de la República.
30
CAPITULO II
31
los conlictos internos, después de haber peleado en
un bando, meses después combatieran en el bando
opuesto, esto según la importancia de la remunera-
ción económica que se les ofreciera.
32
de, trasladan a sus comunidades. Pero lo que ocultan
es el desquiciamiento que la separación forzosa y por
dos años, causa en el seno de las familias, fuera de la
lesión a sus mínimos patrimonios. Lo más grave es que
se les enseña, ahora más que nunca, a matar a sus
hermanos y a todos aquellos que desde hace más de
veinte años a la fecha, son acusados de “comunistas”.
Y esto lo hacen por la obediencia ciega a que el soldado
está obligado ante sus Jefes, según la disciplina militar
vigente. No pueden razonar, ni pensar si sus hermanos
están en una lucha justa por ellos y por la patria. “Ya
se les dio la orden y hay que cumplirla, so pena de se-
rios castigos, inclusive el fusilamiento.”
33
de la jerarquía castrense, por tiempo de servicio en
los cuarteles, sin haber asistido nunca a la Escue-
la Politécnica y careciendo, muchos de ellos, de toda
instrucción elemental. Nació así un sentimiento de ri-
validad explicable entre los dos bandos, y aunque en
algunas ocasiones alcanzó proporciones dramáticas,
generalmente “la sangre no llegó al río”, se concreta-
ba a la peyorativa designación entre los respectivos
grupos de: Oiciales de “escuela” y Oiciales de “línea”.
Pugna que ha perdurado hasta nuestros días.
34
amigos, ordenó la demolición del ediicio que ocupaba
la Politécnica.
35
sino del más alto contenido nacionalista. Además de
considerarlos como “Ejército de la Revolución”, se les
colmó de seguridades para ellos y sus familias. Y esto
constituyó uno de los tantos errores cometidos ya que
se comenzaron a “engallar” y a pensar que constituian
una “casta privilegiada” digna de un tratamiento de
privilegio y excepción. Era imposible en pocos meses
cambiarles la mentalidad y hacerles comprender el
sentido de la revolución y su obligación de defenderla
patrióticamente. En mis libros ya citados se encuen-
tra un análisis sobre este tema en el cual señalo los
errores cometidos por los presidentes Arévalo y Arbenz
con relación al Ejército en sus respectivos periodos en
el poder. Si en Arévalo son muy explicables sus coque-
teos con las Fuerzas Armadas, dados su temperamen-
to y personal concepción “espiritualista” del proceso
revolucionario, en Arbenz se lamenta su fe ciega en
“sus compañeros de armas” que tenían bajo su con-
trol los puestos claves de mando y en su mayoría se
negaron a combatir al enemigo y se opusieron rotun-
dametne a que se armara al pueblo (como Arbenz lo
ordenó) cuando los mercenarios dirigidos, armados,
inanciados y contratados por el Pentágono y la CIA,
agredieron a nuestra patria en 1954.
36
tares de “línea” y de “escuela” a los cuales por razones
políticas se les había dado de baja.
37
Desde el momento en que Estados Unidos instauró
el régimen neocolonial (1954), una de sus principales
preocupaciones fue “ganarse” al Ejército Nacional de
Guatemala, empleando para ello, todos los medios de
que es capaz. Halagos personales a los Jefes y Oicia-
les; dotación en gran parte, gratuita, de toda clase de
equipos militares para la infantería y modernos avio-
nes de combate para la fuerza aérea. Puso in al blo-
queo económico contra la República y también al boi-
cot de suministros de repuestos para la aviación civil
que había prácticamente paralizado la operación del
transporte aéreo interno e internacional. Se aumentó
el personal de la embajada de un total de 10 miembros
estadounidenses y 18 guatemaltecos hasta 1954, a la
cantidad de 185 empleados de los cuales únicamente
35 eran nacionales. Se tuvo buen cuidado, en aque-
llos primeros días de la “liberación” de seleccionar un
alto número de elementos importantes de la CIA, cuya
principal labor fue la fundación del Comité de Defensa
contra el Comunismo, la organización de los cuerpos
investigadores y represivos de la Policía Nacional para
la institucionalización del terror y la violencia contra
el pueblo y la persecución de toda la ciudadanía. Ade-
más, dentro del personal de la Embajada se aumentó
apreciablemente el número de agregados militares y
aéreos, cuya tarea especíica sería, además de la de
tipo político, el adiestramiento de oiciales del Ejército
Nacional en el manejo de los nuevos equipos y arma-
mentos militares, así como en el de los modernos avio-
nes ya entregados en virtud de los Pactos de Ayuda
Mutua (suscritos entre ambos gobiernos).
38
Además unos pocos eran seleccionados para ir opor-
tunamente, en calidad de Agregados Militares a Was-
hington y asistir como delegados a la Junta Interame-
ricana de Defensa. Otros grupos viajaban en calidad
de estudiantes al Colegio Interamericano de Defensa,
dependencia de aquel organismo.
39
Aunque algunos sectores de las’ fuerzas armadas no
participaban de esta humillante situación, la estruc-
tura de la jerarquía castrense les impedía tomar la
acción impostergable para limpiar la mancha estam-
pada sobre sus pechos y en contra de sus voluntades.
Pero nada podían hacer debido al espionaje interno y
la constante vigilancia de los jefes y oiciales incrusta-
dos en los puestos claves.
40
las oligarquías militares y de esta manera tendrían
“perros de presa” para la defensa sacrosanta de sus
intereses y monopolios.
41
Gualán), sino que se opusieron a dar armas al pueblo
cuando Arbenz se lo ordenó.
42
CAPITULO III
43
signa de votar por él. Es posible que haya inluido en
los electores revolucionarios los ofrecimientos del Ge-
neral de que daría amnistía para todos los exiliados en
1954, y en las derechas su anuncio de que gobernaría
“con mano de acero inoxidable”. Así la oligarquía se
sentía protegida, pues recordaba que había sido iel
servidor de Ubico.
44
a peones centroamericanos. Así escogieron a Somoza y
a Ydígoras, quienes aceptaron con alacridad.
45
Mientras tanto, dentro de las fuerzas armadas aumen-
taba el disgusto. Algunos elementos pundonorosos se
sentían ofendidos por el ambiente de corrupción que
invadía el Ejército, por la maniiesta incapacidad del
gobernante y por los abusos de los asesores militares
yanquis quienes dentro de la inca Helvetia, impedían
a los militares guatemaltecos la entrada a las instala-
ciones, usándolos simplemente de guardianes de las
alambradas que rodeaban la propiedad.*
46
alzamiento fue el bombardeo aéreo hecho por pilotos
“gusanos” cubanos y yanquis estacionados en la cita-
da inca de Alejos, quienes emplearon aviones P-26 en
sus ataques. Algunos de los jefes coludidos en el golpe
y que se hallaban en la capital comenzaron a asilar-
se en las Embajadas. Alejandro de León y su grupo
de valientes oiciales, pelearon hasta lo último, pero
careciendo de aviación les fue inútil resistir y se refu-
giaron en El Salvador y Honduras.
47
48
CAPITULO IV
49
tira mendrugos. Así es que poco fue lo que obtuvo el
viejo gorilla y el descontento contra su régimen fue
creciendo.
50
Buscaba alianza con los partidos pequeñoburgueses
que se ocupaban de ganar las elecciones al Congreso
y pedían a Yon Sosa un compás de espera. Pretendie-
ron también dirigir desde la capital a los guerrilleros.
En esta ocasión la alianza fracasó.
51
de limpia trayectoria, su grupo de 23 hombres sería
acuerpado por la fuerza campesina. Infortunadamen-
te, la improvisación, el absoluto desentrenamiento de
los participantes, la falta de conocimiento del terreno,
y la ignorancia de la lengua indígena, los hizo fraca-
sar en su empresa. Avisado el Ejército de esta acción
aventurera, mandó un fuerte destacamento que rodeó
a la pequeña columna, casi desarmada, causándole 8
muertos, entre ellos, al “Patojo” el famoso amigo del
“Che” Guevara -su ex compañero de exilio en Méxi-
co-, varios heridos y prisioneros; el resto, entre ellos,
Paz Tejada, lograron salvar la vida ocultándose en los
bosques. Como más tarde en una revisión autocrítica
(1969) lo reconoció el PGT: “la ausencia de una con-
cepción clara del desarrollo de la lucha guerrillera y
de la inluencia que podía tener en la situación prein-
surrecional que entonces se vivía”, fueron las causas
de esa trágica derrota.
52
-o sea la del comunismo internacional- contra nues-
tras mejores tradiciones, se realice’; de paso recuerda
la pena de excomunión para los católicos que coope-
ren con el partido comunista; 2°- El episcopado no
puede auspiciar formas de gobierno ni favorecer de-
terminada tendencia partidista, pero `está obligado a
defender la fe y la moral cristianas en las instituciones
y estructuras estatales y particulares’; 3°- Los católi-
cos deben cooperar urgentemente al restablecimiento
del orden público y `respetar a la autoridad legalmen-
te constituida, siempre que ésta no actúe contra los
dictados de la moral cristiana’.”
53
apoyaron los gobiernos de Arévalo y Arbenz. Adelante
veremos cómo el FUR fue inoperante y las guerrillas
quedaron bastante aisladas pues el PGT más se pre-
ocupaba de hallar soluciones “democráticas” a los in-
gentes problemas con los cuales se enfrentaba en la
Capital ante la nueva situación surgida después de
las históricas jornadas.
54
samente en las postrimerías de su régimen (después
que el Departamento de Estado, de los EE.UU., les
exigió con votar a elecciones presidenciales y emitir
previamente nueva Carta Magna), cuando para dejar
mesa limpia al sucesor, se capturó y dio muerte vio-
lenta a 28 personas, cuyos cadáveres horriblemente
torturados fueron lanzados al mar desde aviones de la
Fuerza Aérea Nacional (marzo, 1966).
55
encargó personalmente de adiestrarlos en escuelas de
cuadros, ayudado por sus compañeros militares. Dá-
banles cursillos de veinte días, después de los cuales
volvían a sus labores, pero ya quedaban enrolados y
como reservistas.
56
Ante la fuerza indiscutible que en su conjunto iba al-
canzando en las áreas campesinas y los serios golpes
que los miembros del frente “Edgar Ibarra” comanda-
dos por Turcios, asestaba dentro de las poblaciones
bajo su jurisdicción y en la propia capital (sabotajes,
secuestros para obtener fondos destinados al sosteni-
miento de la lucha, ajusticiamientos de verdugos del
pueblo.y de militares “traidores”, así como de inque-
ros que daban trato inhumano a sus trabajadores,
ataques relámpagos a patrullas policíacas y militares,
etcétera), el Ejército Nacional evidenciaba su mani-
iesta incapacidad para poner in a la “subversión”,
como lo había prometido Peralta Azurdia. Ante esa
dura realidad el Departamento de Estado -amo y se-
ñor de los destinos guatemaltecos “liberacionistas”- se
hallaba cada día más alarmado y en estrecho contacto
con sus asesores militares y civiles (pentagon-univer-
sitas), decidieron cambiar sus estrategias para com-
batir la insurgencia.
57
cantidad de cinco millones de dólares. Por supues-
to, la inalidad esencial de la tal “Acción Cívica”, era
contrarrestar en el campo el apoyo y la simpatía que
los campesinos daban a los guerrilleros, cuyos éxitos
los consideraban suyos. Con ese in, bajo el pretexto
de una piadosa “acción cívica” se dedicaron a aplicar
sistemáticamente los mismos métodos de terror, ase-
sinatos y torturas, contra aquella indefensa población
rural, que habían usado en Vietnam. Naturalmente el
programa, para publicidad nacional e internacional,
se disfrazaba con propaganda de este tipo, impresa en
grandes cartelones:
58
realiza nuestro Instituto Armado, mereciendo el reco-
nocimiento y el aplauso del pueblo guatemalteco...”
59
Yon Sosa, molesto como lo estaban los otros coman-
dantes, por la falta de suministros prometidos, se
puso en contacto con un guatemalteco trotskista:
Francisco Amado Granados. Era el agente en Guate-
mala del Buró Latinoamericano de la IV Internacional
y de inmediato accedió a la petición del “Chino” para
que le hiciera llegar un cargamento de armas que se
hallaban en el exterior. En pocas semanas cumplió el
encargo y ayudó al inanciamiento de otros embar-
ques, logrando así ganar la absoluta conianza de Yon
Sosa. Hábilmente se iniltró así, en el MR 13, el “po-
sadismo” brazo del trotskismo continental y pronto
al lado de Amado se hallaron como consejeros el ar-
gentino Adolfo Gilly y los mexicanos Felipe Galván y
Evaristo Aldana. Redactaban un periódico Revolución
Socialista que planteaba la inevitabilidad de la guerra
mundial y llamaba a los obreros a tomar las fábricas,
a los estudiantes a asaltar la Universidad, a los cam-
pesinos a ocupar todas las tierras y luego al pueblo
-así de fácil- a escalar violentamente el poder. Eran
en realidad grandes provocadores y quién sabe si no
agentes de la CIA.
60
cuenta cabal de que el trotskismo había hecho presa
del MR 13 y del abandono en que lo tenía el PGT, les
dirigió una carta-documento (octubre de 1964) simul-
táneamente al Comité Central del PGT y a la dirección
del MR 13, espresándoles su disgusto y ijando clara-
mente su posición. Dio un plazo de dos meses para
llegar a un nuevo acuerdo, bajo amenaza de que si
no se revisaban las posiciones de esas dos entidades,
actuaría en forma autónoma.
62
conducidos a uno de los cuarteles militares, interro-
gados y horriblemente torturados durante dos días,
para luego acribillarlos a balazos. Sus cuerpos fue-
ron lanzados al mar desde aviones de la Fuerza Aérea,
para que no quedara ningún rastro del genocidio.
63
64
CAPÍTULO V
65
Engañadas las masas, las fuerzas de oposición demo-
cráticas y revolucionarias, así como un fuerte sector
del PGT y las guerrillas, le dieron su apoyo a esa man-
cuerna y, para desgracia de la Revolución y de la Pa-
tria, salieron victoriosos.
66
He aquí algunos párrafos del denigrante pacto.
67
alguna, administrativa, judicial o de cualquier otra
índole, por los actos ejecutados con motivo de sus
funciones. El respeto y protección a que se reiere
esta cláusula, se extiende a los familiares de dichos
funcionarios.
68
documento llamando a la conciliación. Toda esa acti-
tud se basaba en la buena fe y en la ingenua suposi-
ción que el nuevo gobierno llevaría adelante, como lo
había prometido, por lo menos los principios postula-
dos esenciales de la Revolución de Octubre.
69
teró de la gran ofensiva que el Ejército estaba orga-
nizando y aceleradamente comenzó los preparativos
para la defensa. Hizo un serio y urgente llamamiento
a la unidad inmediata de todos los frentes guerrille-
ros, pero le prestaron “oídos sordos” a su alerta. Cé-
sar Montes, otro notable patriota y combatiente que
era su mano derecha y hombre de total conianza, lo
secundó y juntos se dedicaron a fortalecer sus fren-
tes de lucha.
70
Turcios Lima que ya era un héroe popular, con su la-
mentable muerte se convirtió en una igura histórica.
Sus hazañas temerarias y un insospechado valor per-
sonal, se evidenciaron más aun cuando en mayo de ese
mismo año infringió una seria derrota en Zunzapote a
numerosas tropas del Ejército Nacional, combatiendo
al frente de un puñado de sus valientes camáradas
guerrilleros. Con la muerte de ese insigne caudillo, los
expertos yanquis creyeron llegada la hora para que el
“Ejército Nacional” bajo su control, desencadenara la
ofensiva general contra los frentes de las guerrillas.
71
72
CAPITULO VI
VIETNAMIZACION DE GUATEMALA
73
E. Culbertson, director de AID y Jack Forcey, conse-
jero de seguridad pública (todos arribaron en 1970);
Rudy V. Fimbres, oicial de sectores múltiples; Nobert
F. Holz, oicial de sectores múltiples; Karl L. Mahler,
oicial ejecutivo; Carl M. Fisher, ingeniero de caminos;
Robert R. Parker, oicial de sectores múltiples (llega-
ron en 1971); y Raymond F. Burghardt Jr., oicial po-
lítico (1973). Todos fueron adscritos al personal de la
Embajada yanqui en Guatemala.
74
de Thieu. (Michael Klare, Operation Phoenix; Libera-
tion, Mayo 1973, p.p. 21/27).
75
los métodos que le aconsejaban los asesores milita-
res yanquis y sus propios conocimientos adquridos
en contrainsurgencia, cuando siendo Agregado Militar
de Guatemala en Washington fue entrenado y coloni-
zado, prepararon juntos un vasto plan para un asalto
masivo a los frentes guerrilleros. Este consistía: 1° En
el ejercicio de la “Acción Cívica Militar”; 2° En ataques
con patrullas del Ejército sobre sitios sospechosos en
las montañas; y 3° Ejercer toda clase de violencia te-
rrorista contra los civiles de las poblaciones aledañas
a esos lugares. Con esta bárbara estrategia lograron
obtener información de casi todos los lugares donde
se hallaban los focos de la guerrilla. Se aprovechaban
de la ingenua tregua que las FAR, sincera y caballero-
samente cumplían por su parte.
76
práctica y técnica de espionaje, lucha anti motines,
operaciones paramilitares, etcétera. Otros grupos
eran llevados a una Academia secreta en Texas, donde
aprendían a fabricar bombas y a manejar toda clase
de explosivos. Los instructores, invariablemente eran
miembros de la CIA. De los altos oiciales extranjeros
que recibían entrenamiento superior, grupo de 165,
fueron 18 los guatemaltecos agraciados.
77
12.000 aptos para el servicio, llegando a constituir
una poderosa fuerza represiva casi igual, en número,
a la del Ejército cipayo.
78
La ofensiva del Ejército
79
un fuerte núcleo de latinoamericanos naturalizados
estadounidenses: cubanos (anticastristas), puertorri-
queños y algunos mexicanos (dominando el español
les era fácil manejar a los soldados y éstos no podían
identiicarlos como extranjeros). Tomaban prisioneros
a campesinos indefensos y después de torturarlos lo-
graban, en algunos casos, información sobre los lu-
gares donde estaban los focos guerrilleros; luego les
obligaban a servir de guías hasta los mencionados si-
tios. Después de utilizarlos, los mataban a sangre fría.
80
que aún se hallen con vida). Me concreto a relatar aho-
ra el hecho conocido de que a la muerte del heroico Co-
mandante Turcios, el CPDR hizo nuevos nombramien-
tos: César Montes, fue designado Comandante en Jefe
de las FAR; Camilo Sánchez, Comandante del Frente
Guerrillero “Edgar Ibarra”; Leonardo Castillo John-
son, Comandante 2° en la regional “costa sur” y Néstor
Valle, Comandante 3° en la región nororiental; Pablo
Monsanto y Socorro Sical fueron nombrados capitanes.
Camilo Sánchez dividió su frente en varios grupos de
combatientes, los cuales fueron abatidos, uno a uno,
por el Ejército y sus asesores extranjeros.
81
ño grupo cakchiquel, dirigido por Emilio Roldán, alias
Pascual, sí formó parte del frente “Edgar Ibarra”, pero
las grandes mayorías de los otros grupos étnicos de
ancestro maya, estuvieron al margen completamen-
te. Tampoco se hizo esfuerzo alguno para incorporar
en esa guerra popular a las mujeres; las pocas que
se aliaron y combatieron heroicamente, lo hicieron de
manera espontánea.
82
coroneles John Weber y Ernest Munro. Eran además
los jefes de la campaña de represión y Weber llegó al
colmo de ofrecer recompensas económicas por cada
“comunista” muerto.
83
Jefes militares responsables de dicho secuestro y de
las masacres paramilitares: Coroneles Carlos Arana
Osorio, Rafael Arriaga Bosque* y Sosa Avila. Se trata-
ba en el fondo de un arreglo para aplacar el repudio
popular contra ellos y para salvarles la vida ante las
seguras represalias guerrilleras y del partido. ¡Nunca
fue un acto sincero de cambio de política del binomio
Méndez-Marroquín!
84
Nunca en la historia de Latinoamérica un pueblo ha
sido sometido a un genocidio sistemático y tan salvaje,
de las proporciones dantescas, como del que ha sido
objeto, desde 1954, el pequeño pueblo guatemalteco.
Y esta acción criminal es tanto más repudiable cuanto
que ha sido decidida, coordinada y ejecutada por un
poder extranjero: los Estados Unidos, con el único in
de llevar adelante sus designios de dominación eco-
nómica y política de nuestra patria. Por ello resulta
monstruosa la complicidad de los regímenes que han
gobernado el país, y especialmente, la complicidad de
los civiles “universitarios”: Julio César Méndez Monte-
negro, Clemente Marroquín Rojas y Eduardo Cáceres
Lenhoff (éste, como se verá después, hizo mancuerna
como vicepresidente con el Coronel Carlos Arana Oso-
rio, sucesor de Méndez).
85
En agosto de 1967 después de la gran ofensiva del
Ejército, planeada, instigada y dirigida por los aseso-
res yanquis, el frente “Edgar Ibarra” había sido des-
truido y los combatientes de Yon Sosa dispersados.
Prácticamente puede decirse que en ese mes dejó de
existir la guerrilla rural organizada en la República.
Las causas de esta derrota son múltiples, pero es ne-
cesario señalar las fundamentales.
86
ellos habían entrenado, fuera a perder la “guerra”; sí,
mis estimados lectores, la “guerra” contra su propio
pueblo. Porque no hay que perder la atención de que
con las acciones terroristas empleadas contra los in-
defensos campesinos y sus infelices familias, sólo en
un año, las organizaciones del Ejército, la Policía y la
oligarquía (MANO y CADEG), asesinaron, entre 1966 y
1967, más de 7.000 personas, sin contar los desapa-
recidos. Esta era la clase de “guerra” que realizaba el
citado Ejército “para paciicar” Guatemala.
87
comunistas” han puesto en manos de los monopolios
estadounidenses. serán recuperados y nacionalizados
a favor de la República y para exclusivo beneicio de
las grandes mayorías del pueblo trabajador.
88
CAPITULO VII
La Espada y la Cruz
89
popular se fortalecería. Estas serias contradicciones
de concepción, estrategia y táctica revolucionaria, evi-
denciaban que el movimiento guerrillero confrontaba
nuevas y profundas diferencias que minaban su débil
estructura.
90
sionado por la Embajada yanqui, cumpliera ninguna
de las condiciones demandadas por el comando y éste
ejecutó a von Spretti.
91
fotografía. Fue el mismo día y un poco antes de ha-
cer la llamada telefónica para que llegara la avioneta.
Este oicinista se comunicó con el ejército mexicano
y denunció la presencia de Yon en la zona. El mando
del ejército mexicano movilizó una sección de tropa a
las órdenes del general Casillas hacia el lugar donde
se encontraba el jefe guerrillero. Un pelotón coman-
dado por el capitán Barquera capturó al campesino
que alojaba a Yon Sosa sin saberlo. Barquera ame-
nazó al campesino con ahorcarlo si no colaboraba en
la detención del líder rebelde. Colocado ya frente a la
soga tendida sobre la rama de un árbol, el campesino
aceptó colaborar, condujo al ejército a la choza e hizo
salir a Yon Sosa, con engaños, desarmado. Lo captu-
raron inmediatamente, pero él, con la serenidad que
lo caracterizaba, pidió ser llevado ante las autoridades
para solicitar su asilo. Entregó sus efectos personales
y entre ellos algunos miles de dólares (se estima eran:
200.000). Le pidió a Barquera un recibo por la suma
entregada, pero éste rehusó. Yon le replicó que siendo
él un oicial también, conocía el código militar y que
informaría a los superiores de Barquera de la actitud
de éste, como correspondía. El capitán mexicano se
dio cuenta de que si Yon llegaba vivo ante sus superio-
res tendría que devolver una suma que jamás había
soñado tener en sus manos. Mientras los guatemalte-
cos (al principio de este relato dicen Debray-Ramírez
que estaban con Yon Sosa, Socorro Sical y otro mili-
tante) estaban de espaldas dio orden a sus soldados
de hacer fuego contra ellos. Así murió el más popular
de los guerrilleros guatemaltecos, víctima de su con-
ianza en los hombres y de una concepción caballe-
resca del oicio de las armas de que jamás se había
desprendido aún después de haber renunciado a él.
El ministro de la Defensa mexicana anunció unos días
después que en la frontera guatemalteca se había re-
chazado una incursión guerrillera y que la soberanía
nacional está salva. El capitán fue ascendido a gene-
ral. El cadáver del guía campesino, que había creído
92
tener la mejor oportunidad de su vida y que fue muer-
to con los demás, nunca fue encontrado”. (pp. 320 y
321 de la citada obra).
93
En cuanto a los heroicos combatientes caídos en esos
años en defensa de la soberanía nacional y de sus
ideales, no está lejano el día en que todo el pueblo les
rinda el merecido homenaje a su memoria. Los nom-
bres de Marco Antonio Yon Sosa, Luis Augusto Tur-
cios Lima, Luis Trejo, Alejandro de León, Néstor Valle,
Leonardo Castillo Johnson y tantos otros que cayeron
abatidos, unos en combate y otros traicionados, como
el caso de Yon Sosa, pasarán a nuestra historia como
símbolos de nuestra nacionalidad, y en igual dimen-
sión Nora Paiz y Rogelia Cruz inmoladas bárbaramen-
te, lo mismo que la compañera francesa Michéle Firk,
quien también dio su vida por Guatemala en valiente
actitud y consecuencia con el internacionalismo socia-
lista; el poeta Otto René Castillo y tantos intelectua-
les sacriicados; los miles de campesinos asesinados
por ayudar o simpatizar con el movimiento guerrillero;
los heroicos combatientes de todas las clases sociales
que han muerto por defender las banderas de la jus-
ticia social. Todos ellos, mujeres y hombres, merecen
nuestro profundo respeto y admiración. Su sacriicio
no ha sido en vano. Han regado con sangre propia
el surco en el cual germinará una nueva Guatemala,
que será cultivada y engrandecida por sus propios hi-
jos en una nueva revolución socialista, que pese a los
derrotistas y las fuerzas del imperialismo, será incon-
tenible. Y llegará también la hora, no de la venganza,
sino de la justicia popular. Ya el pueblo sabe muy bien
quienes son sus enemigos.
94
ra algunos pasos para conocer a las cabezas ‘isibles y
ponerlas ordenadamente en la lista de los que serían
eliminados tan pronto como se terminara la mascara-
da gubernamental. Algunos sectores sociales llegaron
a creer, ingenuamente, que las promesas electorales
de Arana-Cáceres, sobre la “paciicación” del país, se
convertirían en una realidad. Pero los sectores revolu-
cionarios sabían a ciencia cierta que se trataba de una
treta maquiavélica. Fue así que el natural repudio de
las fuerzas populares y universitarias a la nueva ad-
ministración se evidenció al manifestar éstas su opo-
sición a la irma del contrato para la explotación, tan
onerosa para el país, de las minas de níquel de la zona
de Izabal. Los Estados Unidos que habían perdido en
Cuba, con la llegada de Fidel Castro al poder, la posi-
bilidad de saquear en esa nación las grandes reservas
de ese mineral, apremiantemente exigían a los regí-
menes entreguistas de Guatemala la exterminación
de las guerrillas y el camino legal (el contrato), para
dedicarse al pacíico saqueo de las ricas minas nique-
leras descubiertas en la Republica. Las trasnaciona-
les: International Nickel Company y la Hanna Mining
Company formaron una compañía con el nombre de
Exploraciones y Explotaciones Mineras de Izabal (EX-
MIBAL), de la cual hablaremos ampliamente al expli-
car la dominación económica estadounidense de que
es objeto nuestra patria.
95
orden del gobierno, habiendo perecido los dos prime-
ros y quedando gravemente herido el último. El con-
sorcio transnacional del níquel quedó muy agradecido
y satisfecho con esta prueba de lealtad de la mancuer-
na Arana-Cáceres.
96
Durante el “estado de sitio” decretado por el régimen
de Arana- Cáceres, que duró del 13 de noviembre de
1970 a mayo de 1971, el New York Time Magazine
(13 de junio 1971) revelo que en ese lapso se habían
asesinado a más de 2.000 personas. La mayoría de
sus cuerpos estaba con señales de infames torturas
-mutilaciones y castraciones- cometidas de la manera
más lombrosiana y antihumana. Los crímenes, decía
la citada revista, fueron cometidos por las organiza-
ciones oicialmente apoyadas por el gobierno: MANO,
Ojo por Ojo y NOA, dirigidas por la extrema derecha,
la Policía y el Ejército y sus autores entrenados por
los asesores estadounidenses. ¡Ya para ese tiempo no
podía seguirse tapando el sol con un dedo!
97
popular, son los de los cambios fundamentales de las
estructuras económicas y sociales, único camino para
alcanzar metas impostergables de una vida más dig-
na, equitativa y libre.
98
99
Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA)
100
apremiantes durante los años 1960-61. Sin poder re-
sistir a los mandatos del Pentágono, se reunieron en
Guatemala los miembros del Comando Supremo de
los cinco países y Panamá, y con la asesoría militar
estadounidense decidieron formar el Consejo de De-
fensa Centroamericana (CONDECA), pero no llegaron
a formalizarlo debido a que tanto Panamá como Costa
Rica, no tienen en sus instituciones el cargo de Minis-
tros de la Defensa. Acordaron no obstante, tomar me-
didas conjuntas para combatir la “subversión interna”
mediante las técnicas de contrainsurgencia aconseja-
das desde entonces por los enviados del Pentágono.
Para convencerlos a aceptar las exigencias de Estados
Unidos sobre la materia, esta nación organizó bajo su
dirección varias operaciones en que debían participar
unidos todos los ejércitos centroamericanos y a la pri-
mera se designó con el nombre de Operación Fraterni-
dad (Operation Brotherhood) y tuvo lugar en la Costa
Norte de Honduras en 1962; la segunda fue llama-
da “Falconview” y con el pretexto de enseñar tácticas
para repeler una posible invasión a Cuba, se utilizó
para el entrenamiento en Guatemala a los mercena-
rios y cubanos anticastristas quienes transportados
por aire a Nicaragua, iniciaron desde allí la Operación
“Bahía de Cochinos”; y la tercera, fue conocida con el
nombre de “Nicarao” y en ella participó Costa Rica con
elementos de su Guardia Nacional.
101
De esta manera quedó armado este cuerpo de repre-
sión colectiva. Estados Unidos estaba de plácemes.
Tenía bajo su dominio absoluto el aparato militar de
la región y era este nuevo sistema parte de su ambi-
cioso plan de llegar, algún día, a crear, también bajo
su control, una Fuerza de Defensa Interamericana a
la cual afortunadamente se oponen varios países, en-
tre ellos México a la cabeza.
102
con esos “perros guardianes” no tienen que realizar
intervenciones directas con sus “marines” (como lo
hizo en la República Dominicana, en 1965), pues tales
ejércitos son en realidad verdaderas fuerzas armadas
de ocupación de sus propios pueblos...
103
En febrero de ese mismo año (1972) CONDECA tuvo
su primera acción importante en la región. En la Re-
pública de El Salvador celebráronse elecciones presi-
denciales y salió triunfante el doctor José Napoleón
Duarte. El Gobierno de ese país, que presidía el Ge-
neral Fidel Sánchez, realizó un burdo fraude haciendo
robar los votos de las urnas. Un grupo de militares
apoyados por sectores populares, dio un golpe de Es-
tado y derrocó a Sánchez impidiendo así, al mismo
tiempo, que el candidato oicial, Coronel Arturo Ar-
mando Molina, fuera impuesto en el poder. El General
Fidel Sánchez que además era Presidente de CONDE-
CA, logró avisar a la Embajada yanqui y ésta se co-
municó de inmediato con el Pentágono. A las pocas
horas aviones procedentes de la Zona del Canal de
Panamá, de Nicaragua y Guatemala, bombardeaban
los Fuertes militares tomados por los alzados, hasta
que lograron su rendición. El General Sánchez fue re-
instalado en el poder y a los pocos meses le entregó el
mando a “su” protegido: Coronel Molina. El verdadero
Presidente electo, fue encarcelado y luego enviado al
exilio. La represión contra la ciudadanía no se hizo
esperar y se extendió a todo el país, de manera cruel y
feroz. He ahí pues, la “democrática” misión que tiene
que desempeñar CONDECA, o sea la de mantener el
statu quo de las tiranías impuestas por el Departa-
mento de Estado de Estados Unidos.
104
blicas a través de sus misiones diplomáticas, sino al
control absoluto y constante en el campo militar.
105
haber causado más de 4 millones de muertos y dejar
inservibles para el cultivo agrícola cientos de miles de
hectáreas”. Todo ese arbitrario esfuerzo dominador
fue en vano. La épica victoria de las fuerzas armadas
populares vietnamitas quedará grabada en letras de
oro, como una de las luchas más heroicas y combati-
vas de todos los tiempos.
106
Dentro de la vesania y la bestialidad criminal ejercida
por el régimen de Arana Osorio-Cáceres Lenhoff, he
dejado para inal de este capítulo el relato sangriento
de los sucesos del 26 de setiembre de 1972.
107
Se equivocaron los genocidas al pensar que con la de-
capitación colectiva del consecuente y heroico partido
de vanguardia de la clase obrera, y la muerte de sus
más capaces dirigentes, el PGT no volvería a levantar
cabeza. Pensaban como militares y naturalmente con
tan poca mentalidad, no entendieron que un partido
nacido de la clase más combativa de todos los tiempos
y asentada en los principios del marxismo-leninismo
es invencible porque nace de la entraña misma del
pueblo y la capacidad de sus integrantes es adquirida
a base del constante estudio de las doctrinas cientíi-
cas de aquellos insignes pensadores, del materialismo
dialéctico y de las condiciones objetivas y subjetivas
del proceso histórico que viven los pueblos. Así el cri-
minal descabezamiento de un partido, como hicieron
con el PGT, fuera de constituir un hecho monstruoso
y mil veces condenable, no puede acabar de ninguna
manera ni con la ideología de sus miembros ni con la
dirección del organismo. Prueba de ello es que el PGT
sigue en pie de lucha cumpliendo su labor de van-
guardia de la clase obrera y su trabajo unitario con
todos los sectores revolucionarios y democráticos de
la nación.
108
CAPITULO VIII
109
La imposición de candidatos, militares con exclusión
de cualquier
110
La ausencia de votantes fue notable. De los que ejerci-
taron el sufragio en las citadas elecciones, la mayoría
lo hizo por el General Ríos Montt, más que todo como
una manifestación de rebeldía contra la imposición
oicial. Su triunfo, entre el puñado de electores, fue
indiscutible. No obstante, Arana Osorio-Cáceres Len-
hoff dirigidos por Anastasio Somoza (quien llegó espe-
cialmente a Guatemala para ese in), acordaron hacer
un burdo fraude y de la manera más cínica w-con la
ayuda de la Embajada de los Estados Unidos- presio-
naron a los diputados para que en la elección de se-
gundo grado (ésta se lleva a cabo en el Congreso cuan-
do ninguno de los candidatos obtiene mayoría abso-
luta o sea la mitad más uno de los votos sufragados),
le dieran el triunfo a Laugerud conjuntamente con
su compañero de planilla para Vicepresidente, Mario
Sandoval Alarcón (Jefe de la Mano Blanca, fundador
del M.L.N. y ex presidente del Congreso Nacional).
111
Ya referimos antes, cómo en julio de 1954 los Estados
Unídos al perpetrar su infame intervención en Gua-
temala, entronizaron en el poder al fementido “Movi-
miento de Liberación Nacional” y cómo éste esgrimió
la falsa consigna falangista de: “Dios, Patria y Liber-
tad”, altos símbolos -respetados por el pueblo- que
sistemáticamente ha traicionado, al extremo de que
en realidad en sus banderas el lema que les corres-
pondería blasonar sería el: “Sin Dios, contra la Patria
y la Libertad”. Relatamos también que desde sus orí-
genes formales (1871) el Ejército Nacional fue forma-
do dentro de la doctrina liberal dieciochesa y como
una institución laica.
112
esos católicos sinceros que Laugerud “unja y bañe”
al Señor Sepultado de Santo Domingo y luego 1o sa-
que en hombros del templo? He ahí una muestra del
“fervor religioso” de los Generales y Coroneles y “una
tolerancia inexplicable” de los “sinceros católicos” o
¿será una complicidad con los farsantes?
113
“Guatemala es un país atrasado y dependiente cuya
estructura actual es incapaz de responder a las ne-
cesidades más urgentes del pueblo. Esta situación se
maniiesta por medio de una crisis generalizada cuyos
principales aspectos son los siguientes:
114
De los 11 principios de acción universitaria, por su
máxima importancia, cito dos:
115
lectura al censo, que la cifra es mucho mayor y que
los documentos sólo comprendían el 60% del mate-
rial recopilado.
116
Pero es indispensable señalar desde ahora que el
nefasto régimen de la “Mano Blanca”, siguiendo los
consejos de Anastasio Somoza (cuya actitud en el te-
rremoto de Nicaragua de 1972 es execrable, por la
matanza que hizo de sus compatriotas opositores y el
robo descarado de la ayuda internacional) se dedicó a
perseguir y a ultimar a líderes políticos, estudiantiles,
obreros y campesinos, haciéndolos aparecer a esos
asesinados, como muertos por el terremoto. A tal ex-
tremo llegó la saña y el cinismo en esos momentos de
la tragedia que vivía el pueblo, que éste, con el ingenio
que no se pierde ni aun frente al infortunio, sacó a luz
los siguientes chistes: “...ese no murió del terremoto,
sino le dieron `terremotazo ; “que cuando Somoza lla-
mó por teléfono a Arana Osorio y éste le informó que
se había destruido media Guatemala, Somoza le pre-
guntó: ¿cuál, la tuya o la mía?;” y inalmente, el más
dramático de todos, hecho en forma de adivinanza: %
En qué se parecen las películas de vaqueros al terre-
moto...? en que sólo mueren los `indios’...”. Y así fue
en la realidad. Del tremendo saldo de 23.000 muertos
y 70.000 heridos, más del 90% correspondió a las cla-
ses marginadas, especialmente al campesinado, cu-
yas viviendas hechas con bloques de lodo (adobe) y
techos de teja, se desplomaron totalmente al furioso
embate de los temblores. El cataclismo telúrico que
provocó esa gran desgracia popular, ha sido caliicado
nacionalmente como el “terremoto del adobe”...
117
vorecieron a las clases dominantes y a la oligarquía.
Para los sectores populares la asistencia fue selectiva,
discriminatoria y condicionada, llegando esto último
al colmo de “chantajear” a los jefes de familias ofre-
ciéndoles alimentos a cambio de ailiarse a los parti-
dos oiciales.
118
cólume el dominio ideológico y la sumisión espiritual
sobre las grandes mayorías analfabetas de la nación,
para que “como buenos cristianos que son” no vayan
a rebelarse contra el sistema de explotación que los
oprime y del cual, el clero pre-conciliar, es cómplice
privilegiado.
Acción económica
119
Debido a los procesos económicos de los especulado-
res internacionales que controlan los precios de cier-
tos productos agrícolas, hicieron que algunos de ellos
se fueran por las nubes: café, azúcar, algodón y car-
damomo, de los cuales nuestro país exporta aprecia-
bles cantidades; también fueron cotizados muy alto:
henequén, kenaf, y algunos aceites esenciales que se
cultivan en la República. Ahora bien, fuera de estos
juegos internacionales de mercadeo, que hoy le fue-
ron favorables a las clases opresoras de la nación, la
realidad es que su alta producción en materia agrícola
e industrial, básicamente se debe al desarrollo capita-
lista creado y planeado por la Revolución de Octubre
(1944- 1954), periodo en que se pusieron en marcha
nuevas fuentes de riqueza nacional, tecniicando la
agricultura (se dejó el monocultivo del café y por vez
primera se sembró algodón, kenaf, henequén, y se in-
tensiicaron las plantaciones azucareras) y se dieron
grandes facilidades para la industrialización (legales
y económicas), abriendo de par en par las puertas
de los bancos y creando las instituciones de crédito
que fueron necesarias en aquella época. Pero si bien
es innegable que la revolución perseguía la liquida-
ción de los resabios semi-feudales y semi-coloniales
del pasado, mediante el desarrollo de un capitalismo
moderno, también lo es que realizaba esas metas con
patriotismo y dentro de un marco fundamentalmente
nacionalista y antiimperialista; en cambio los regíme-
nes llamados de la “liberación” que encontraron ya
hecha esa base de desarrollo económico, han sido en-
treguistas y antipatriotas como lo he demostrado en
mis libros anteriores y en éste, especialmente.
120
su cauda de miles de muertos y heridos, buscaba los
medios esenciales para supervivir. En segundo lugar,
la gran ayuda económica volcada por muchas nacio-
nes para la reconstrucción posterior fue una inyección
decisiva para el bienestar de las clases dominantes,
algunos de cuyos sectores “hicieron su agosto” con el
sufrimiento y la necesidad de los marginados.
121
4. Estrato muy alto, o sea el 5% de la población reci-
bió Q 2.025.00 per capita o sea el 35% del ingreso
nacional”.
122
-tal y como lo desean los Estados Unidos- que atra-
viese el país de Sur a Norte, para facilitarle pasar de
un lado al otro todo el petróleo que les llegue por el
Océano Pacíico. La propia Shenandoah reconoció ha-
ber hecho sobornos a funcionarios guatemaltecos de
la actual administración para lograr, antes que cual-
quier otra empresa, los derechos de construcción de
ese tubo, que indiscutiblemente, constituirá el más
grave problema nacional del futuro. A este respecto
no puede dejarse de mencionar aquí la noticia apare-
cida en el diario mexicano Uno más Uno (9 de abril de
1978) relativa a que los imperialistas tienen en el área
del Mar Rojo, un “Ejército del Golfo” especializado y
listo para atacar en cualquier parte del mundo al país
o países que en cualquier forma traten de impedir el
libre suministro de energéticos a los Estados Unidos.
Ante esa amenaza real, la concesión que por 40 años
prorrogables se está gestionando sobre el oleoducto,
debe ser denegada, ya que en ese enclave en las entra-
ñas de nuestra tierra, sería un “canalito de Panamá’.
pero mucho más gravoso y explosivo. Por todo ello nos
oponemos a esa nueva entrega del territorio nacional
y hacemos un llamado a las fuerzas democráticas y
revolucionarias para que se opongan por todos los
medios a dicho proyecto.*
123
ascendió a Q 795.817.360.00, contrastando con un
ingreso bajo promedio de Q 450 millones.
124
interna para la década 19601970 ascendió a 825.5
millones de quetzales, mientras que la expansión de
la oferta interna para la misma década sólo alcanzó
683.7 millones de quetzales. El producto interno bru-
to, menos las exportaciones, fue inferior en la citada
década, a las necesidades de la población, o sea que,
el incremento de la producción nacional interna sólo
cubrió el 77.4% del incremento de las necesidades de
los guatemaltecos”. Consejo Superior de la USAC, L’1
Imparcial, 2 7 de setiembre de 1973).
125
De otro estudio importantísimo realizado por el Comi-
té Nacional de Unidad Sindical -ONUS- hecho recien-
temente y que parte de la airmación indiscutible que
la economía guatemalteca es dependiente del imperia-
lismo y tiene una estructura deformada, citamos sus
siguientes conclusiones:
126
ma, entre los cuales es indispensable analizar breve-
mente, el de la tenencia de la tierra.
127
es bastante interesante estudiar no sólo lo que ocu-
rre en la Costa Sur del país, sino que en El Petén y el
norte de Guatemala, donde se esceniican despojos de
tierras y se intensiica la represión en contra de los
campesinos”. Estas acciones bárbaras tienen como
explicación que en esas nuevas zonas de la nación
se tiene la certeza de que existen yacimientos de hi-
drocarburos y las tierras han sido acaparadas por los
militares en el poder, terratenientes de la Costa Sur y
varios políticos “prominentes”.
Acción Social
128
Esa política regresiva en el campo social, ha sido la
permanente acción de los regímenes “liberacionistas”,
para dislocar el proceso de justicia social que se rea-
lizaba bajo las banderas de la Revolución de Octubre,
pero las medidas represivas contra la clase obrera y
campesina, a pesar de haber llegado a extremos de
incaliicable salvajismo y crimen, no han podido do-
blegarlos. La lucha de estos sectores, no sólo ha sido
heroica, sino ejemplar. Es cierto que por casi dos dé-
cadas las batallas sostenidas para reconquistar algu-
nos de sus derechos más elementales se convirtieron
en sangrientas y terribles derrotas, pero a pesar de
ellas y del encarcelamiento, torturas, “desapariciones”
y asesinatos de muchos de sus valientes dirigentes,
otros tomaban el mando y reanudaban el combate.
129
movimiento de pobladores de asentamientos urbanos
bajo el nombre de Comité Nacional de Unidad Sindical
-CNUS-, cuyas metas esenciales se encaminan a la
formación de una central única de trabajadores.
130
y en estrecha unión con todas las organizaciones de-
mocráticas y revolucionarias, juega un papel de suma
importancia en este nuevo movimiento contra el fas-
cismo que han impuesto en nuestra patria los impe-
rialistas. Estos no cejan en su empeño de dividir, inil-
trar a las organizaciones mencionadas y corromper a
algunos de sus líderes, pero afortunadamente esta la-
bor ya es bien conocida por las bases y sus dirigentes.
Acción cultural
131
penetración anticultural yanqui. Nuestra sociedad de
consumo se abastece moral y materialmente de mu-
chas partes de ella. En otra parte me reiero especí-
icamente a este problema. Pero seguimos coniados
en que las nuevas autoridades universitarias, recién
electas, continuarán y, de ser posible, aumentarán
sus defensas y ailarán sus nobles armas del conoci-
miento y la sabiduría para extender su labor de con-
cientización a todos los ámbitos nacionales a in de
rescatar nuestras tradiciones y nuestras esencias ver-
náculas.
Acción política
132
vimientos de liberación y “de contraviolencia revolu-
cionaria”, se ha empeñado en caliicarlos de “terro-
rismo”, con el in de desprestigiarlos, identiicándolos
con acciones cometidas por delincuentes comunes.*
Empero, estas tácticas bien conocidas y empleadas
por todos los gobiernos antipopulares y antidemocrá-
ticos, pierden enteramente su fuerza cuando los otros
pueblos saben la falta de escrúpulos y de moral de los
que lanzan tales especies.
El caso de Belice
133
de crimen y entreguismo llevado adelante por los mi-
litares en Guatemala dentro de ese mismo lapso, los
beliceños no pueden ni pensar en ser “liberados” del
colonialismo por esos asesinos y, menos, integrarse al
territorio nacional para ser ellos también víctimas de
la barbarie fascista que impera en nuestra República;
ante esa disyuntiva preferirían seguir siendo colonia
inglesa.
134
reconoció a los beliceños su derecho inalienable a la
independencia y a la autodeterminación (Resolución
XXXI), y nosotros los revolucionarios debemos apoyar
ese derecho y aquella Resolución.
135
fascistas del Cono Sur y en Haití, Santo Domingo y
Nicaragua, ha sido ayuda económica y armas, para
aianzar el movimiento fascista en Guatemala, y com-
binarlo con los de esos países que ya trabajan conjun-
tamente en casi todo el Hemisferio con el llamado ESA
(Ejército Secreto Anticomunista), organismo paramili-
tar, una de cuyas inalidades es la de ultimar intelec-
tuales en cualquier lugar en que se hallen, siempre
que denuncien o se opongan a la implantación del fas-
cismo en nuestra América.
Condecoración a Pinochet
137
El único candidato civil con posibilidades de dar una
sorpresa electoral frente al oicialismo, era el Licencia-
do Manuel Colom Argueta, representante de un sector
importante de la pequeña burguesía, pero debido a
presiones del gobierno el Registro Electoral le denegó
la inscripción a su partido: FUR (Frente Unido de la
Revolución).*
138
prometiendo volver por sus fueros. Atacó furiosamen-
te los desmanes del actual gobierno y prometió es-
tar “del lado de los obreros y campesinos explotados”.
Por supuesto, nadie creyó en esas patrañas. De León
Schlotter usó toda la demagogia bien conocida de la
Democracia Cristiana en apoyo de su candidato y
compañero de planilla, pero el pueblo ya está escama-
do de las maniobras y falsedades de esa agrupación.
139
nazas armadas, se realizaron algunas acciones de ese
tipo y Peralta Azurdia, con Aragón Quiñónez apoyados
por el entonces Vicepresidente de la República, juntos
invadieron el Registro Electoral, respaldados por unos
doscientos hombres del MLN armados hasta los dien-
tes. Allí gritaron, lanzaron amenazas y alegaron ser
víctimas de un gran fraude... No contentos con esta
acción, se dedicaron varios días a manifestar su des-
contento ante el Palacio Nacional y cantar el himno
falangista; los actos de esta comedia se cerraban con
encendidos discursos de Aragón Quiñonez y inaliza-
ban con el saludo fascista a todos los presentes.
140
mocrática y es posible que intenten hacerla, mas no
se crea que será iniciativa sincera del nuevo binomio
sino presión norteamericana que ya está convencida
que con la violencia no puede conseguir doblegar al
heróico pueblo guatemalteco. Pero éste tiene que estar
muy alerta y recordar la vileza de estos regímenes que
ya en tiempos de Arana Osorio-Cáceres Lenhoff, me-
diante esa misma maniobra engañaron durante casi
seis meses a las fuerzas democráticas y cuando ya las
tenían bien controladas, continuó la terrible represión
contra ellas.
141
No ha habido en todos esos gobiernos pues, solución
de continuidad en ese camino de la infamia manteni-
da durante ese lapso de más de veinte años de trai-
ción y entrega de la patria.
142
CAPITULO IX
EL IMPERIALISMO
143
“Si fuera necesario dar una deinición lo más breve
posible del imperialismo, debería decirse que el impe-
rialismo es la fase monopolista del capitalismo. Una
deinición tal comprendería lo principal, pues, por
una parte, el capital inanciero es el capital bancario
de algunos grandes bancos monopolistas fundido con
el capital de los grupos monopolistas de industriales,
y por otra, el reparto del mundo es el tránsito de la
política colonial, que se expande sin obstáculos en las
regiones todavía no apropiadas por ninguna potencia
capitalista, a la política colonial de dominación mo-
nopolista de los territorios del globo, enteramente re-
partido.
144
es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha
tomado cuerpo la dominación de los monopolios y el
capital inanciero, ha adquirido una importancia de
primer orden la exportación de capital, ha empezado
el reparto del mundo por los trusts internacionales y
ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo
entre los países capitalistas más importantes”.
145
Ronald Stell** dice:
146
americanos sólo constituyen un 6 por ciento de la po-
blación mundial, producen un 14 por ciento de las
cosechas de trigo, el 45 por ciento de las cosechas de
maíz y un 20 por ciento de la carne suministrada a
los mercados mundiales*. Recientemente, han decidi-
do reducir su producción agrícola y liquidar sus stoc-
ks de cereales, pero si quisieran podrían alimentar a
casi toda la humanidad. Al mismo tiempo, sin servirse
de su potencial militar más temible, han demostrado
tanto en Vietnam como en Corea y durante las dos
guerras mundiales la eicacia de su formidable apara-
to destructor. Pueden decidir la vida o la muerte de la
especie humana y, más que ningún otro pueblo, con-
tribuyen a su progreso cientíico y tecnológico.
147
lejanas de aprovisionamiento, explotan con prioridad
los yacimientos extranjeros con el in de economizar
sus reservas nacionales. Sea como fuere y en unas
proporciones muchas veces insospechadas, la pro-
ducción de la industria americana y el consumo de los
americanos depende del aprovisionamiento por parte
de los Estados Unidos de minerales que es preciso ir a
buscar a América Latina, Africa o Asia. Deben impor-
tar también, por supuesto, los productos tropicales
de los cuales son grandes consumidores. Lo cierto es
que los Estados Unidos no pueden mantener su ele-
vado nivel de vida si pierden su libertad de acceso a
las materias primas del Tercer Mundo. Unos cuantos
ejemplos en cifras se hacen necesarios para mostrar
de qué modo los americanos que constituyen el 6 por
ciento de la población mundial absorben una propor-
ción impresionante de las materias primas disponi-
bles en el mundo entero.
149
cortadas sus fuentes de suministro. Ahora bien, los
principales yacimientos conocidos se hallan en países
del tercer mundo, que poseen unos gobiernos inesta-
bles, acaso a la merced de un levantamiento popular
que los llevaría al campo socialista.
150
do que iba a estallar una revolución en Cuba, la hacía
funcionar a ritmo lento (13.200 toneladas en 1954) y
guardaba el níquel cubano como `reserva estratégica’
. Después de la ruptura entre la Habana y Washing-
ton, la URSS ayudó a poner en funcionamiento estas
instalaciones. Con ello, el imperio americano perdió el
acceso a los yacimientos de níquel más ricos del mun-
do, cuando su metalurgia los absorbe en cantidades
que aumentan sin cesar. El gobierno de Fidel Castro
obtuvo en 1965 la revisión del acuerdo soviético-cu-
bano sobre el níquel, con objeto de poder vender a
Francia una parte importante de la producción de la
isla, lo que permitió a la Habana inanciar la compra
en Francia de nuevos equipos industriales. Inmedia-
tamente Washington replicó amenazando las exporta-
ciones francesas destinadas a los Estados Unidos. Lu-
chas de semejante aspereza quedan bastante lejos de
los esfuerzos de un imperio `generoso’ que no pensase
más que en llevar la libertad a los pueblos esclaviza-
dos y la felicidad a las poblaciones atrasadas. La ideo-
logía, en forma de anticomunismo militante, no deja
de estar presente en el combate, pero éste adquiere
formas muy concretas cuando se trata de garantizar
el acceso de una materia prima de la que el imperio
americano es el mayor consumidor”.
151
cipando únicamente que este metal-explotado injusta-
mente por los monopolios yanquis- fue la causa esen-
cial del derrocamiento del Presidente Allende, cuando
éste, en patriótica actitud, quiso recuperar esta rique-
za nacional, para beneicio exclusivo de su pueblo.
152
nuevo precio por barril de petróleo de 11 dólares* lo
cual motivó que Estados Unidos amenazara con inva-
dirlos, para evitar el estrangulamiento de la nación,
como airmó Ford).
153
Toda esta injusta acción de poderío brutal que ejer-
ce Estados Unidos con el in de extender su acción
imperialista en escala mundial (pero en particular en
contra de los débiles países del Tercer Mundo), tratan
cínicamente de justiicarla en nombre de Dios y como
“una santa cruzada contra el comunismo internacio-
nal”. Recordemos que el Cardenal Spellman (de New
York), recibió como hijo pródigo a Castillo Armas, y
eligió las iestas de Navidad para identiicar la guerra
infame del Vietnam como “una cruzada de defensa de
la civilización cristiana”. No olvidemos que el vaquero
tejano Lyndon Johnson al despedir un contingente de
soldados que partía hacia Saigón en 1968, los despidió
con estas frases: “Cumplir con nustro deber al servicio
de la libertad nunca ha sido fácil”... “Las esperanzas
de numerosas naciones os acompañan en el campo
de batalla. ¡Que Dios os bendiga!... Pero en 1965 al no
más desencadenar la injusta guerra contra ese peque-
ño y heroico país, los buitres de la banca volaron hacia
Saigón para abrir sus sucursales: el Bank of America,
el Chase National Bank, el First National City Bank y
el American Express. El Vice presidente del First Na-
tional City Bank, Mr. Sperry, hizo declaraciones a la
prensa: “Creo que vamos a ganar esta guerra y des-
pués será preciso emprender un gran trabajo de re-
construcción. Ello implicará unos medios de inancia-
ción y quien habla de inanciación habla de bancos...”
154
una oferta generosa dei Estado, esta teoría en nada
ha perdido su actualidad... Nuestra conciencia será
nuestra más segura recompensa y la historia nuestro
único juez. Pidamos a Dios su bendición y su ayu-
da para guiar a este país al que tanto amamos, pero
recordemos que sobre la tierra el trabajo de Dios, es
nuestro”. (20 de enero, 1961).
155
“...Ya no se trata sólo de asegurar el dominio de las
materias primas que garanticen la expansión de la
economía interna de la potencia imperial, y de impo-
ner a partir de ello relaciones de intercambio que le
faciliten la apropiación de recursos de `la periferia’ por
la vía de una relación favorable de precios, en una
división internacional del comercio entre productos
primarios y manufacturas, o de la apropiación direc-
ta de excedentes como utilidades de las inversiones
directas en esos mismos sectores. Un esquema como
ese, caracterizadamente neocolonialista, constituyó
fuente de alimentación al desarrollo capitalista de los
Estados Unidos durante largo tiempo, y muchas de
sus manifestaciones le siguen siendo igualmente ne-
cesarias hoy en día; pero resulta insuiciente frente a
sus necesidades de expansión en esta nueva etapa:
ahora requiere abrir y dominar mercados, desplazar
recursos productivos, controlar los mercados inan-
cieros de cada país, reorganizar el comercio apartán-
dolo de los canales competitivos tradicionales para
transformarlo en un comercio `cautivo’ al interior de
sus propias empresas, fortalecer su capacidad de acu-
mulación mediante una apropiación más generalizada
de los excedentes locales de los países dependientes,
concentrar las fuerzas económicas necesarias para
sostener una investigación y una renovación tecnoló-
gica cada vez más costosa. Y para todo ello necesita
reorganizarse en grandes conglomerados y asentar su
presencia directa en las más variadas actividades de
los países sobre los que ejerce y profundiza su do-
minación. En ellos suscita una apariencia de desa-
rrollo, por la diversiicación industrial que representa
el espectro más amplio de las inversiones extranjeras
directas, pero localizado directamente en un peque-
ño segmento `moderno’ al precio de un alto grado de
concentración del ingreso, la marginación de amplias
capas de la población y la postergación indeinida de
la resolución de los problemas más apremiantes de
las grandes masas”.
156
“Es todo el fenómeno complejo que se releja en el rá-
pido crecimiento del poder económico de las `empre-
sas transnacionales’ y los términos de relación de és-
tas con los países dependientes”.
157
“Su crecimiento ha sido y sigue siendo extraordina-
riamente rápido. Las sucursales norteamericanas en
el exterior de los Estados Unidos eran 10.000-(diez
mil) en 1957 y 25.000 (veinticinco mil) en 1970, año
para el cual sus exportaciones totales fueron estima-
das entre 70 y 75.000 millones de dólares.** Sólo en
el quinquenio más reciente, 1968-1973, el total de la
propiedad, planta y equipo de las iliales norteame-
ricanas en el exterior se ha duplicado, de 10.200 a
lo que se estima 20.100 millones de dólares. *** Sin
embargo, esa expansión extraordinaria no ha repre-
sentado un desplazamiento de capitales hacia los paí-
ses dependientes de magnitud comparable, ni mucho
menos; de hecho, una de sus inalidades importantes
es precisamente la absorción de los recursos locales,
de modo que la constitución de su gigantesco imperio
económico termina por ser inanciado principalmente
por el escaso ahorro nacional de los propios países
dependientes.****
158
establecidas en América Latina lo han hecho en Ar-
gentina, Brasil y México, y que más del 89°/o de sus
iliales se orientan principalmente al mercado interno
del país en que se localizan. Por supuesto, se trata de
expandir mercados internos, y de procurar en conse-
cuencia una concentración creciente de éste, conside-
rando además que son precisamente esos sectores los
que están en capacidad y disposición de asimilar las
formas de consumo y hasta los hábitos culturales del
centro del imperio”.
159
se en instrumentos activos de los intereses del impe-
rialismo en contra de los movimientos internos de libe-
ración. Incluso aceptan hacerse cargo ellas mismas de
la imposición policial necesaria para preservar la de-
pendencia y la explotación, eximiendo de esa tarea a la
presencia directa de las fuerzas armadas imperiales”.
160
todo el mundo, y para nuestra desgracia, en particu-
lar, en América Latina.
161
“En julio de 1973, se formó el Cuerpo de Oiciales de la
Inteligencia Nacional. Lo integraron 30 hombres pro-
venientes en su mayoría de la CIA, y lo presidió George
Carver. Su función es la de estudiar, haciendo uso de
los amplios recursos de la Intelligence Community, las
situaciones estratégicas consideradas de interés para
los Estados Unidos y llevar los informes correspon-
dientes al Consejo Nacional de Seguridad. Con ello se
buscó fortalecer la posición efectivamente dirigente de
ese Consejo y del Comité de los 40, ya que hasta en-
tonces la preparación de tales informes correspondía a
la Junta de Estimaciones de la propia CIA”.
162
las decisiones son adoptadas según el criterio perso-
nal de su presidente Kissinger.”
163
anteriormente director del Departamento de Planes y
responsable en calidad de tal, del Plan Phoenix apli-
cado en el Vietnam.*
164
incluye también predios y empresas agrícolas, utili-
zadas como campos de adiestramiento paramilitar de
guardias blancas”.
165
tácticas de la penetración militar y policial de Estados
Unidos.
166
y la `doctrina militar’ en cada uno de los países lati-
noamericanos; asegurar una posición privilegiada de
los Estados Unidos como abastecedor de armamentos
y otros implementos de importancia militar para cada
una de las fuerzas armadas y de seguridad de todas
las naciones latinoamericanas, consolidando así su
control militar y con las ventajas consiguientes para
la industria norteamericana de armamentos desde el
punto de vista comercial; crear por esa vía una suerte
de control de armamentos en la región, asegurando
así su adecuación a los intereses militares y políticos
de los Estados Unidos y colocando a este país en con-
diciones de resolver sobre el mantenimiento o modii-
caciones de las relaciones militares tradicionales entre
los países de la región; e inluir en la proporción y dis-
tribución de los efectivos militares latinoamericanos,
de modo que respondan a los intereses estratégicos de
los Estados Unidos en el continente”.
167
A propósito de este último concepto, el señor Carlos
Altamirano, secretario general del Partido Socialista
de Chile, en unartículo publicado en la revista yu-
goslava Cuestiones actuales del socialismo, agosto de
1974, escribió a este respecto:
168
son los que ya “colonizados”, con excepción de los hé-
roes militares, Luis Angel Turcios Lima y Marco An-
tonio Yon Sosa, y algunos pocos oiciales dignos que
supieron reaccionar o reorientarse a tiempo, se han
convertido en lacayos del imperialismo y en verdugos
de su propio pueblo).
169
& E Project No. IT665706M541), Aberdeen Proving
Ground, Md. Abril 1973, se reiere a las tácticas de
guerrilla urbana, a ‘las condiciones políticas, sociales
y morales en que se desenvuelve la guerrilla urbana’
y las formas más eicaces para combatirla. Un punto
especial, dedicado al ‘rol del helicóptero’...”_
170
y el agua, causando tensión moral de modo que se
deprima la mente del prisionero, trabajo que se acom-
paña de un testimonio de agradecimiento formulado
en los siguientes términos: ‘Gracias a la ayuda exte-
rior de otros países del mundo libre, sobre todo a los
Estados Unidos, que ha asistido a la policía nacional
en ayuda técnica y equipos para ayudar al interroga-
dor, de modo que sus interrogatorios a los prisioneros
comunistas sean más efectivos’. (Antecedentes como
éstos están contenidos en informes existentes en el
Comité de Relaciones Exteriores del Senado Nortea-
mericano, elevados por la CIA, según consta en carta
del senador Fulbright al senador Abourezk, de fecha 2
de agosto de 1974)”.
171
nales se llevaban a la metrópoli, era mucho mayor, sin
tomar en cuenta además, la pérdida de 1.500 millones
de dólares anuales que sufrían nuestros países debi-
do a los bajísimos precios de su comercio exterior, de
los cuales la ventaja absoluta correspondía exclusiva-
mente a los Estados Unidos. Y no olvidemos que en la
década 1960-1970, la deuda exterior del Tercer Mun-
do era de 60.000 millones de dólares, que demanda-
ban pagos por servicios e intereses de 5.000 millones
de dólares anuales. (Vuskovic Bravo, op cit., p.36).
172
las demandas de renegociación de la deuda externa
acumulada por los países dependientes...”
173
De gran interés, sin lugar a dudas, habrán sido para
los lectores las observaciones y datos que se han co-
piado. Sin embargo, todo ello sólo conigura una míni-
ma parte de los procesos de dominación y de los ins-
trumentos que tiene a su alcance el imperialismo. Se-
ría imposible por la limitación de espacio tratar aquí
otros de los múltiples aspectos utilizados por Estados
Unidos como métodos de penetración y sojuzgamiento
de nuestros pueblos.
174
denigrante, morbosa y estupidizante propaganda co-
mercial, manejan a su antojo la mente gregaria de su
pueblo, haciéndole creer, en materia política, lo que
sea indispensable a los intereses inconfesables del im-
perio. Por eso decía en uno de los primeros capítulos,
que el pueblo de Estados Unidos es el mejor malinfor-
mado del mundo entero.
175
guo de las Naciones Unidas, la Unión Internacional de
Comunicaciones). En la conferencia plenipotenciaria
celebrada en Washington (1969-71), que dotó al con-
sorcio INTEPSAT de un régimen deinitivo, la delega-
ción mexicana encabezada por el embajador Rafael de
la Colina trató de hacer triunfar el plan primitivo: la
organización debería ser verdaderamente internacio-
nal y democrática; cada uno de sus miembros (hay
87) contaría con voz y voto, y con los mismos derechos
que todos. Pero una realidad muy diferente es a la que
ahora nos enfrentamos”.
176
tres, acompañada por las demás empresas igualmen-
te ligadas al Pentágono; entre otras cosas, para en-
cargarse de las redes de satélites de uso militar, más
avanzados, por cierto, que el satélite INTELSAT IV (a
su abuelo, el INTELSAT I, lo afamó el mote de Pájaro
Madrugador. “
177
caciones mediante satélite. Uno de sus usuarios es
México, desde 1966 y a cambio de ocho millones de
dólares obtenidos que anualmente nuestro pueblo
paga, aun cuando los principales beneicios obtenidos
son gozados por la televisión mexicana, y en algo tan
alejado de la cultura como la transmisión de noticias
amarillistas y bochinches pugilísticos o partidos de
cabezazos y patadas, los cuales, además permiten la
difusión de las transnacionales...”
178
“De acuerdo con el informe citado, funcionarios del
Pentágono tienen en sus manos información detallada
sobre los recursos naturales existentes en tierras o
mares de otros países `y cuya existencia no será dada
a conocer a los gobiernos respectivos más que cuando
sea conveniente a la seguridad norteamericana’ ”.
179
Todos estos datos tan siniestros nos llenan de honda
preocupación ante el hecho de la ocultación que de los
mismos se hace aviesamente a nuestros pueblos. No
debemos olvidar que en todo el mal llamado “Mundo Li-
bre” y naturalmente en nuestra América en particular,
los medios de comunicación local están en manos de
los círculos dominantes de la oligarquía. Prensa, radio
y televisión, esa trilogía es tanto más peligrosa, cuanto
que su acción es evidentemente de abierta complici-
dad con sus amos imperialistas. Existe una que otra
excepción, determinada por el patriótico nacionalismo
de sus propietarios, más en rigor de verdad, aquella
es, en general, la dramática situación de los medios
informativos. Y cuando surge una actitud contraria a
lo que el imperio y sus secuaces latinoamericanos lla-
man “libertad de información”, salta a la palestra, en
defensa de esa fementida “libertad”, la desacreditada
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cuya actitud
lacayuna y dependiente de Estados Unidos, le resta,
en absoluto cualquier categoría moral.
180
través del estudiantado -ultra derecha y ultra izquier-
da- es de tipo académico. Intercambio de estudiantes
y profesionales, cursos de verano, donaciones de li-
bros, uniicación de planes de estudio, todo ello busca
el logro de la colonización mental, de la ideologización
bajo cartabones de esencia estadounidense.
181
les rinde jugosos frutos, pues han logrado que aun los
estratos más desamparados culturalmente de nues-
tros países, se familiaricen con ese sistema de domi-
nación cerebral.
182
drogas. En combinación con altos Jefes del “Ejército
Nacional” y la Policía, la droga se distribuye impune-
mente en cafés, restaurantes, refresquerías y hasta
salones de té.
183
pecialistas en el manejo de salas de juego de azar. La
situación económica tan desigual entre las clases so-
ciales, unido a la corrupción de las costumbres reali-
zada a propósito por los imperialistas, sus cómplices
cubanos anticastristas, militares locales y miembros
de la burguesía, han fomentado la trata de blancas y
la prostitución en gran escala.
184
y la arbitrariedad con que interieren en nuestra vida
nacional. Por el contrario, esa insolencia, esa bruta-
lidad, debe acrecentar en todos nosotros el espíritu
patriótico y combativo para luchar sin descanso frente
a los invasores yanquis y sus cómplices locales.
185
186
CAPITULO X
188
Después de los Tratados de 1958 (en que surgió el
MERCOMUN) el gobierno de Eisenhower envió a Cen-
troamérica a dos expertos, Isaiah Frank y Harry Tur-
kel para “ayudar al desarrollo” de ese nuevo sistema
económico. Llevaban como “carnada”, escondida en la
cartera, una oferta de 10 millones de dólares siempre
y cuando se hiciera una modiicación sustancial a los
referidos tratados en el sentido de que un nuevo or-
ganismo estuviera funcionando dentro de un plazo no
mayor de tres años; que además estipulara una abso-
luta libertad en el tránsito de mercaderías, capitales y
personas, ijando, sobre todo, bajas tarifas externas.
Guatemala, Honduras y El Salvador no pudieron re-
sistir a la tentación de aquella oferta y después de
algunas juntas, en febrero de 1960, irmaron el Con-
venio Tripartito de Asociación Económica, a espaldas
de la CEPAL y con violación de los Tratados de 1958
que comprendía, como punto total, el Acuerdo de In-
tegración de las Industrias. Meses más tarde los in-
dustriales hondureños recriminaban la premura con
la cual se irmó el citado Convenio, denunciando que
este “fue presentado en inglés” y tuvo que ser traduci-
do al español para darle su aprobación.
189
gar extenderse, en este ensayo, sobre la complicada
y truculenta historia de todas las maquinaciones po-
líticas y económicas empleadas por Estados Unidos,
para desvirtuar los verdaderos y justos objetivos que
perseguía la Integración Centroamericana, según los
lineamientos que había trazado la CEPAL. Muchos li-
bros y documentos importantes se han escrito sobre
esta materia, y a esas fuentes remitimos a los lectores
interesados*. Nos concretaremos, pues, a sumarizar la
acción estadounidense para dominar el MERCOMUN.
190
económica. Allí surgió, pues, la Alianza para el Progre-
so (ALERO) con una “generosa” oferta del “coloso del
Norte” que ofrecía 20 mil millones de dólares para el
desarrollo de América Latina.
191
Debido a esa oposición local, por una parte, y por la
otra, al teje y maneje de la gigantesca burocracia que
se creó dentro de las oicinas de la Alianza, tanto en
la metrópoli como en Centroamérica, la cual impedía
el serio cumplimiento de los préstamos ofrecidos, la
ALPRO comenzó a irse en picada. Después del ase-
sinato de Kennedy, el Presidente Johnson, con otros
asesores, comprendió que lo importante para Estados
Unidos era defender los 10.000 millones de dólares
de inversiones yanquis en el Continente y evitar la
acción nacionalista emergente en el Hemisferio y que
ellos caliicaban como la penetración del “comunismo
internacional”. Entonces pensaron que eso de “la de-
mocracia representativa” era tortas y pan pintado, y
que las clases dominantes coludidas con las Fuerzas
Armadas, eran su única alternativa. Y así, pragmáti-
camente, Johnson decidió cortar la ayuda a la ALPRO.
192
capital, con la condición de que ejercería el derecho
de veto.
193
No quisiéramos prolongarnos más en el análisis de
la vida, pasión y muerte de la ALPRO, sólo diremos
como réquiem que no pudo llenar sus objetivos debi-
do a la falta de interés de Estados Unidos en llevarlos
adelante y por la férrea oposición que presentaron las
clases dominantes en toda América Latina, en parti-
cular Centroamérica, al programa de sus modestas
reformas en el agro, en lo social y en lo económico.
194
quis y a las clases dominantes que se aprovechan en
su exclusivo interés de dichos préstamos.
195
jado por éste a su antojo. La experiencia ha demos-
trado lo incontrovertible de esta airmación. Por otra
parte no se previó que organizado el sistema regional
bajo dichas bases, en ninguna forma tendría beneicio
alguno para las grandes mayorías.
197
de cometido en impuestos que debía al país; por las
tarifas discriminatorias y favorables a la UFCO de la
cual era subsidiaria; y por las exenciones de impues-
tos de que había disfrutado por todo el tiempo en que
manejó el transporte, etcétera, etcétera. Todos estos
hechos eran causa suiciente para que, en vista de la
maniobra cínica y fraudulenta de haberse declarado
en quiebra y haber suspendido un servicio público,
el gobierno de Guatemala procediera a la declaratoria
inmediata de nacionalización, medida con la cual, se
haría un acto de justicia para la nación y, en parte se
hubiera sentado un precedente ejemplar contra una
empresa extranjera, que además de su actitud delic-
tuosa se había inmiscuido en la política interna, lle-
gando hasta auspiciar la intervención yanqui de 1954.
198
ción, tal y como se llevó a cabo, resultó sumamente
onerosa para Guatemala, puesto que en vez de recla-
mar daños y perjuicios de aquel monopolio ladrón, los
desembolsos hechos para cubrir los salarios caídos de
trabajadores, indemnizaciones laborales, compra in-
dispensable de equipo, construcción del ramal Puerto
Barrios-Matías de Gálvez, llegaron a más de 31 millo-
nes de dólares sin contar los 16.045.948,72 millones
que entre los gorilas Castillo Armas e Ydígoras Fuen-
tes le regalaron a la IRCA.
199
la EEGSA por la increíble suma de 14.5 millones de
dólares...
200
ses, entre ellos Ecuador, Costa Rica y Panamá. Ante
el reciente esfuerzo de formar un bloque de naciones
productoras de banano (Guatemala, Honduras, Costa
Rica, Panamá y Ecuador) para imponer un impuesto
de un dólar por caja de exportación a las compañías
bananeras, el Ecuador no quiso entrar en el bloque
por oposición absoluta de la “Asociación de Produc-
tores” de ese país. Se ve, pues, que la estrategia de la
UFCO de crear dichas asociaciones, tenía además, un
in político importante para la empresa.
201
No estando en capacidad de ampliar los mercados tra-
dicionales en nuestra América y cercada por las otras
empresas bananeras competidoras, dispuso abrir
nuevos mercados en Madagascar, Ghana y el Golfo
Pérsico. Y para absorber la totalidad del mercado del
Japón, acaba de iniciar cultivos en gran escala en las
Filipinas.
202
CAPITULO XI
203
han comprado la mayoría de las mejores existentes en
la República.
204
también una serie de privilegios. Cuando la propuesta
iba a ser desechada, el General Eisenhower nombró
Secretario del Tesoro a George M. Humphrey que pre-
cisamente era el presidente de Hanna y, naturalmente
el contrato fue aprobado. Estos yacimientos de Ore-
gon producían 25 millones de libras de níquel anuales
y las fabulosas ganancias de Hanna eran de 57.40/o
sobre las ventas.
205
con grandes recursos naturales y extraordinarios de-
pósitos minerales. Por esas razones, nos indigna que
nuestro pueblo se muera de hambre y enfermedades,
viva en la más ofensiva miseria y sumido en la igno-
rancia, cuando podría disfrutar de una existencia lle-
na de satisfacciones materiales y espirituales, tal y
como se había programado y se llevaba adelante bajo
las banderas de la Revolución de Octubre. Y esta si-
tuación es tanto más dramática, cuanto que a ella se
suma ese genocidio que sistemáticamente han veni-
do cometiendo los regímenes impuestos por Estados
Unidos, desde 1954 hasta la fecha. Pero las cosas no
quedan ahí. Tales gobiernos, en lugar de proteger y
defender el patrimonio nacional, lo enajenan sin nin-
gún escrúpulo “por las bíblicas treinta monedas” a los
monopolios yanquis.
206
apto para que se hiciera el saqueo de esas riquezas
(Decreto 272).
207
La Mesa Redonda, cuyas reuniones duraron tres días,
en mayo de 1969, llegó a las siguientes conclusiones:
208
de minería, de impuesto sobre la renta y de control
sobre el movimiento de divisas en la nación”.
209
`Proceso de Transformación ‘con lo que el Ministerio
de Economía le otorgó una exoneración del impuesto
sobre la renta, incluidos los dividendos de los accio-
nistas, por un periodo de 10 años.”
210
carias permiten actualmente. La propagación de este
principio a otras empresas nacionales o extranjeras,
destruiría completamente los fundamentos económi-
cos incorporados a la legislación nacional que permi-
ten establecer una adecuada defensa de la estabilidad
económica, en especial, de las reservas monetarias
internacionales.”
212
“En lo que respecta al valor real del mineral que EX-
MIBAL espera sacar, la cortina de humo es aún más
densa. Sin embargo, es posible hacer algunas deducc-
ciones:
213
“Por si esto fuera poco, los contratos celebrados esta-
blecen que Guatemala deberá aportar los servicios de
muellaje en su propio Puerto de Santo Tomás de Cas-
tilla, a la mitad del valor de las tarifas regulares, lo
cual representa una carga para el país equivalente a
varios millones de quetzales anuales. Además, Guate-
mala deberá obsorver el gasto de mantenimiento de ca-
rreteras, servicios de vigilancia, protección y otros, los
cuales representan también varias decenas de miles de
quetzales cada año, que los 22.920 que recibirá el país
difícilmente cubren ni siquiera en mínima proporción.”
214
to con la EXMIBAL sellando por cuarenta años - pro-
rrogables- la enajenación de los recursos niqueleros
de Guatemala.
215
ni al contado, sino que en Acciones a favor del Estado.
Que esa cantidad en títulos representaba, el 30°/o del
capital autorizado de EXMIBAL (que fue de 50 millo-
nes). Con esta cláusula de “engaña bobos”, Guatemala
quedó como socia de EXMIBAL y sus entradas serán
los dividendos que produzcan las accciones, si los hay,
y si la empresa no decide reinvertirlos para aumentar
sus operaciones o para otros ines, a lo cual no puede
oponerse el Estado, puesto que INCO y Hanna contro-
lan el 70o/o de las acciones y, por ende tienen no sólo
mayoría absoluta, sino los dos tercios de la mayoría.
216
La EXMIBAL empleará únicamente a 750 trabajado-
res, de los cuales, cien de ellos serán entrenados, por
cuenta de la empresa, en Estados Unidos con la obli-
gación de servir en la explotación minera. Esta me-
dida que en realidad sólo beneicia al consorcio -los
salarios son bajísimos comparados con los que ganan
los obreros especializados en Estados Unidos y Ca-
nadále asegura, por muchos años, contar con dichos
obreros y oicinistas entrenados en ese negocio que no
podrían trabajar en otros diferentes.
217
más a Guatemala en la dependencia, por cuanto la
amalgama de todos esos consorcios ejercerá siempre
una gran presión política sobre nuestra patria en de-
fensa y protección de sus créditos, así como de los
intereses de EXMIBAL, que casi se convierten en in-
tocables.
218
219
220
221
222
223
224
225
226
227
228
229
230
231
Como dato adicional, no curioso, sino alarmante, de
la acción de las multinacionales en América Latina, o
sea, el saqueo que hacen de nuestras riquezas, baste
indicar que en 1950 habían extraído la cantidad de
700 millones de dólares, mientras que en 1974, inclu-
yendo intereses, se llevaron más de 9.200 millones de
dólares. Las iliales de esos monopolios yanquis en-
viaron a sus respectivas casas matrices, entre 1960-
1969, por utilidades obtenidas: 6.745 millones de dó-
lares, astronómica cifra que excedió en esa cantidad a
las transferencias de capital hechas a nuestros países
en ese mismo periodo.
232
cionista de los intereses del país, que los inversionis-
tas de aquella nación, llegaron masivamente y con la
voracidad que les caracteriza.
233
lacionada con estas adquisiciones, estimo importante
que el lector se entere de una Tabla de las inversiones
extranjeras en Guatemala, recopilada por el Departa-
mento de Cambios del Banco de Guatemala:
234
Existe otro cuadro sumamente interesante. Proviene
del estudio de 110 irmas en las cuales se invirtió ca-
pital estadounidense. En dicho análisis se encontró
un alto porcentaje de empresas mezcladas con capital
local. La fuente de información la tomamos de Phill
Church, Foreign Investment: The operation of U.S. Di-
rect Inuestment in Guatemala, unclassiied U.S. AID
document, CERPD, Guatemala A-107, June 16, 1972,
pp.4-5. He aquí el cuadro:
235
burguesía más poderosa económica y políticamente
vinculado al régimen imperante.
236
En esas cifras, desde luego, no están incluidas las
nuevas inversiones realizadas desde ese año de 1970
hasta la fecha. Recordemos que EXMIBAL asegura
haber invertido ya más de 30 millones de dólares en
instalaciones para la futura explotación niquelera.
237
Muy interesante es, sin duda, comprender que las
inversiones hechas por las transnacionales en Gua-
temala, no persiguen únicamente desarrollar sus ne-
gocios en nuestro país, sino dominar, además, el te-
rritorio centroamericano donde unos 5 millones, entre
una población aproximada de 15.5 millones, puede
consumir principalmente: medicinas, un poco de pro-
ductos alimenticios y, bastante menos, petróleo y sus
derivados. Pero como tal mercado es muy limitado, su
meta es lograr exportaciones en gran escala a otras
regiones del mundo -inclusive a Estados Unidos para
aprovechar la mano de obra, dramáticamente barata
de los guatemaltecos, las exenciones concedidas por
los regímenes entreguistas, y el clima “de paz de los
cementerios” impuesto en la nación mediante la vio-
lencia y el terror institucionalizados.
238
239
240
241
242
243
Después de que el lector se ha enterado de la lista de
las empresas nacionales que cayeron en manos ex-
tranjeras, se extrañará de no ver en ella ninguna men-
ción de irmas de productos farmacéuticos. En efecto
así es porque en este renglón no existe -que sepamos-
sociedades mixtas. De las 20 más poderosas indus-
trias farmacéuticas que operan en Guatemala, sólo 4
son de nacionales y las 16 restantes están en poder
de extranjeros. De éstas 2 son europeas y, las 14 res-
tantes estadounidenses (comprendidas en la nómina
de otro número de 1969, de la Revista Fortune 500).
En 1962 las ventas de medicinas en toda el área cen-
troamericana era de 38 millones de dólares; de dichas
medicinas, sólo el 200/o se elaboraban en la región.
En 1971 las ventas aumentaron a 50 millones de dó-
lares y la producción en el área aumentó al 500/o.
La competencia entre las irmas estadounidenses, eu-
ropeas y locales es dura, siendo las más afectadas,
naturalmente, las guatemaltecas. En efecto, las em-
presas extranjeras son propiamente “industrias de
transformación (conversión)”. Importan las medicinas
en polvo y las vuelven pastilla; o las introducen en
obleas, etcétera, y no producen las materias primas
que necesitan utilizar. En cambio las droguerías gua-
temaltecas tienen, algunas de ellas, sus laboratorios
establecidos desde hace muchísimos años, y esas “in-
dustrias de conversión” les causan evidente daño, y
no sería extraño que en el futuro se vean obligadas a
vender sus negocios a las “aves de rapiña” yanquis.
(Cámara de Industria de Guatemala, Directorio In-
dustrial 19711972. Guatemala, abril 1971).
244
poration (LAAD) está integrado por 11 compañías y de
otra, gigantesca, Atlantic Community Group for De-
velopment of Latin America (ADELA) Invest Company.
Para iniciar sus operaciones, LAAD recibió de la AID
6 millones de dólares al 30/o y a largo plazo, para
emplear esos fondos en adquirir control por compra
y inanciamiento de los pequeños productores locales
en diversas ramas de la agroexportación, a in de al-
canzar un monopolio total en beneicio de las corpora-
ciones estadounidenses que dominan estas activida-
des por ser propietarias directas, o bien, asociadas al
capital nacional.
245
246
CAPITULO XII
LA GRAN BURGUESIA
247
un sector que al volverse intermediario de tal merca-
do, funde sus intereses personales y de clase con los
de otra burguesía, dejando de lado los intereses de la
Nación en su conjunto. Se trata de un fenómeno ex-
tendido a todos los países subdesarrollados o en pro-
ceso de completar su independencia en virtud del cual
se encuentran antagónicamente situados los intereses
del país (vale decir, la creación de una base industrial
agraria moderna, la destrucción de las supervivencias
feudales, la libertad política, independencia en lo ex-
terior, etcétera) frente a los intereses de la burguesía
monopolista norteamericana. Existe una capa de la
clase alta que se enriquece al actuar como intermedia-
ria entre el mercado norteamericano y el mercado na-
cional, fundiendo de esta manera, en mayor o menor
grado, sus intereses con el capital extranjero”.
248
cional. - .En términos generales podemos decir que la
burguesía, a la que llamamos intermediaria, es la re-
presentada por la cúspide de la gran burguesía ligada
al capital extranjero; y que la burguesía nacional, es
la burguesía media, representada por la producción o
el comercio interior, nacional o ligada a la exportación
de productos nacionales...”
249
honrado (y ayudados por sus altos sueldos y inancia-
miento bancarios) y otros a costa de negocios turbios
y peculado. Algunos de estos últimos, desde el poder,
o estrechamente vinculados a él, son el mayor sostén
de la gran burguesía reaccionaria (en la que también
navegan miembros del alto clero y extranjeros nacio-
nalizados o cuyos descendientes son guatemaltecos
por nacimiento: judíos, turcos, árabes, chinos y es-
tadounidenses) y servidores incondicionales del im-
perialismo, frenan, a sangre y fuego, todo intento de
cambio de el statu quo.
250
Oligarcas y ` gringueros “
251
tución fomentada deliberadamente (fuera de la que se
practica por las condiciones de bajísimo nivel econó-
mico), para destruir las bases morales y nobles de las
mujeres de la clase media.
252
Guatemalteco Americano (IGA) y el Servicio de Infor-
mación de Estados Unidos (USIS). Afortunadamente,
hay grupos dentro de esa misma clase dominante que
se dan cuenta y repudian este sistema de penetración
foránea. También lo desprecian y esto es lo más im-
portante, los vastos sectores populares.
253
John Foster Dulles.
254
CAPITULO XIII
255
Hay que atacarle con todas las armas, por todos los
medios -aun por los empleados por él mismo-, con
todas las tácticas y estrategias conocidas, e inventar
otras, si fuere posible. Todas las fuerzas revolucio-
narias tienen el deber ineludible de compactarse, de
hacer, cuanto antes, un frente único de lucha bajo
la consigna de: Delenda est Imperialismo. Esa misma
táctica de frente único, es el solo camino indicado para
derrocar a las tiranías en el poder. Los partidos polí-
ticos, sindicatos, militares, patriotas, organizaciones
estudiantiles, gremiales y guerrilleras que se nieguen
a integrar esos frentes, estarán traicionando no sólo a
su país, sino a todo el Continente.
256
empeñada en feroz batalla, brindando el espectáculo
ejemplar de un pueblo que no tranza ni claudica ante
sus verdugos. Hoy, más que nunca, necesita el aliento
y el estímulo de la valiosa solidaridad internacional.
257
258
APENDICE
259
260
ANEXO 1
CAPITULO XIV
261
262
Introducción
263
graves daños a la capital y a Quetzaltenango, segunda
ciudad en importancia del país. Luego, en 1917, los
fortísimos terremotos de diciembre de ese año y ene-
ro del siguiente, arrasaron gran parte de la nación y,
esta vez, la capital quedó prácticamente en ruinas. Y,
recientemente, el 4 de febrero de 1976, la magnitud
de la hecatombe no tiene paralelo en la historia de
nuestras tragedias geológicas.
264
En 1976, el nuevo fenómeno geológico halló al pueblo
en peores condiciones de opresión y represión que en
el pasado. Después de la primavera democrática del
decenio revolucionario de 1944 a 1954, única oportu-
nidad que ha tenido en su dolorosa historia, de gozar
a plenitud el ejercicio de todas las libertades, fue la
descarada intervención de los Estados Unidos la que
puso in a ese glorioso periodo de grandeza nacional.
Inmediatamente de perpetrado el zarpazo imperialis-
ta (en junio de 1954), el Departamento de Estado se
ijó la ingrata tarea de imponer en Guatemala y a su
exclusivo servicio, una serie de regímenes antinacio-
nales, sangrientos, corruptos y de naturaleza fascis-
toide. Estos se han turnado en el poder, sin solución
de continuidad, por más de 22 años. Han institucio-
nalizado y tecniicado la violencia. Igualmente lo han
hecho con el crimen, la tortura, los secuestros sin re-
torno (miles de personas desaparecidas, seguramente
asesinadas). Se convirtieron en maestros del robo, el
tráico de drogas y el peculado y entronizaron como
su sistema de vida la más grande corrupción jamás
imaginada. Y no contentos con esa condenable con-
ducta antipatriótica, han violado permanentemente
las normas de la Constitución de la República y los
más elementales principios consagrados en la Carta
Universal de los Derechos Humanos.
265
Estos regímenes antinacionales, entreguistas y anti-
patrióticos, además de haberse convertido en ieles la-
cayos de los intereses de los grandes monopolios yan-
quis -a los cuales en condiciones infames les han cedi-
do los más importantes recursos y riquezas naturales
de la nación-, han sido durante todo ese largo calvario
sufrido por el pueblo, sus implacables verdugos.
266
todo el orbe se apresuraron a brindar a mi patria toda
clase de ayuda para aliviar, perentoriamente, la peno-
sa situación de los miles y miles de damniicados.
267
países una imagen apocalíptica de la catástrofe, de
las poblaciones soterradas, de los heridos y muertos,
así como de los gravísimos daños materiales sufridos
en todo el territorio nacional durante aquella danza
macabra, que sólo en dos meses, sacudió la tierra con
más de 2.000 impresionantes temblores.
268
“ciudades perdidas” o “limonadas”. Allí la población
carece de todos los recursos económicos y habita en
cuartos levantados con pedazos de cartón, madera y
retazos de láminas de zinc. Situados en las laderas
de los barrancos aledaños a la capital y privados, de
las más elementales normas de seguridad e higiene,
cayeron al fondo de los abismos cuando las orillas de
éstos desmoronáronse, arrastrando consigo a sus in-
felices habitantes, quienes perecieron soterrados.
269
cias internacionales decidieron, por ines inconfesa-
bles, seguir ocultando a todo el mundo el verdadero
fondo del ya famoso “caso de Guatemala”.
270
personas entre muertos y desaparecidos? Es decir,
que para igualar la cifra macabra de este increíble ge-
nocidio se hubieran necesitado más de dos terremotos
de la magnitud del que arrasó la República el 4 de
febrero de 1976 . . .
271
ilustres compatriotas y algunos de los míos, en que
denunciamos el caso, impidiendo su distribución, re-
edición y traducción a otros idiomas.
273
del cual eran y siguen siendo los legítimos dueños, se
les hizo trabajar a sangre y fuego, en bárbara escla-
vitud física. Los conquistadores y sus descendientes,
los criollos, se enriquecieron a sus costillas y median-
te las acciones más increíbles de latrocinio. Después
de la Independencia y hasta nuestros días -salvo en
el lapso del decenio revolucionario 1944 a 1954- esos
“despreciables indios” son los que bajo la nueva escla-
vitud económica (salarios de hambre y trabajo forzoso)
del sistema capitalista imperante, han trabajado y lo
siguen haciendo, de sol a sol, no en su propio beneicio
sino en el de la minoría de terratenientes semifeuda-
les que acaparan la tierra en toda la República. Si no
fuera por el insustituible concurso de esa gran masa
campesina no se levantarían las cosechas de café, al-
godón, maíz, frijol, caña de azúcar, trigo, henequén,
papa, kenaf, citronela, té de limón, cardamomo, etcé-
tera, etcétera. En una palabra, son el principal sus-
tento y la base de la producción agrícola de la nación.
274
La mayoría de estas familias de la grande y de la pe-
queña burguesía, a pesar de que la primera desprecia
a la segunda y ésta sólo ambiciona a vivir como la
primera, habitan en la Capital de la nación y en nú-
mero mucho menor, en las principales ciudades de los
departamentos. De todas ellas podría airmarse que
dentro de su propio país son verdaderas “turistas”.
Han visitado Antigua Guatemala, Chichicastenango y
el Lago de Atitlán. Hasta allí termina su conocimiento
nacional. Lógicamente hay excepciones que han viaja-
do hasta Europa, pero para todas ellas “no hay nada
comparable con los Estados Unidos” y su mayor pla-
cer es ir de compras a Nueva Orleans o a Miami.
275
Ambas clases hacen permanente alarde de ser “pro-
fundamente católicas” y asisten a servicios religiosos y
reciben los llamados “sacramentos”. Todo ello no obs-
ta para que si no todas, muchísimas de las personas
que las integran, violen a diario la mayoría de los Diez
Mandamientos y la esencia del cristianismo auténtico.
Los genocidas y “generales” Carlos Arana Osorio, ex
presidente de la República y Kjell Laugerud García,
su impuesto sucesor, obscenamente se retratan bajo
cruciijos, asisten a misas y procesiones y comulgan
con frecuencia. Así como ellos, muchos otros jefes y
oiciales militares, siguiendo los planes estratégicos
del fascismo y el falangismo, traicionaron la tradición
laica del país y de su institución, que había sido una
de las máximas conquistas nacionales de la Reforma
Liberal de 1871 y quieren aparecer como paladines y
defensores de la “civilización cristiana”.
276
servirían de “seguros contra el inierno” y “boletos
para el cielo”, algunas familias se ofrecieron volunta-
riamente a prestar ayuda a la población.
277
Causas del terremoto: opiniones religiosas
279
amenaza de que el Dios rubio que ellos habían impor-
tado, les enviaría nuevos desastres, a menos que se
convirtieran deinitivamente a la nueva religión y aca-
taran, sumisamente, su autoridad. Tácticas similares
empleaban con sus coterráneos españoles y con los
criollos, en su mayoría ignorantes y por lo mismo, fa-
náticos. De esta guisa les mantenían bajo su dominio
espiritual y seguros de sacarles los diezmos y primi-
cias y otras contribuciones económicas.
280
documentos publicados en esos días por los propios
jerarcas de la Iglesia Católica guatemalteca.
281
tales esa fatídica madrugada del 4 de febrero, frente a
otros sacerdotes y doctores, de que esta tragedia era
un castigo de Dios, debido a que se había ofendido pú-
blicamente a su Santísima Madre y Madre nuestra, la
Virgen María... Pueblo de Guatemala, amadísimos ie-
les volvamos a Dios con corazón sincero. Confesemos
nuestros pecados delante del sacerdote y pidamos la
absolución sacramental y la penitencia. No hagamos
que Dios asiente pesadamente su mano y todo lo nues-
tro con nosotros desaparezca. No son palabras vanas,
son palabras de vuestro Pastor puesto por Dios. No
querrán los sacerdotes resistirse a escuchar confesio-
nes, alma por alma; ni los ieles a confesarse, pecado
por pecado. La misericordia abunda; pero la justicia
reclama. Y es justo pedir perdón a Dios... Fortalecidas
así nuestras almas, amadísimo pueblo de Guatemala,
vuestra ayuda a los que han quedado sin pan, a la re-
construcción de nuestro templo mayor, la Santa Igle-
sia Catedral Metropolitana, como de los otros templos
que pasan de 17, será de este modo la señal exterior
de algo más profundo operado en el alma de cada uno,
será el símbolo auténtico y personal de volver a Dios...
Os bendigo a todos de todo corazón en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
282
tigo, sino para invitarnos a la relexión y al esfuerzo
que nos impulse a ser más humanos y cristianos. No-
sotros pensamos también que este acontecimiento es
una llamada de Dios para que nos unamos más, nos
sintamos más hermanos y seamos más solidarios,
haciendo resaltar los originales y auténticos valores
de nuestro pueblo. Pero especialmente pensamos que
tanto sufrimiento sería una tragedia aún más terrible,
si no aprovecháramos la llamada divina. Guatemala
ha compartido con Cristo su pasión y su muerte. Mi-
llares de guatemaltecos quedaron sepultados entre
los escombros de las casas derruidas y varios cientos
de miles viven todavía horas de angustia e inseguri-
dad. Pero apunta la aurora de la resurrección: Pone-
mos nuestra conianza en Dios, al que amamos como
Padre lleno de bondad y misericordia; nos sentimos
protegidos por la Virgen Santísima, a la que nuestro
pueblo siempre ha honrado como Madre y Esperanza
Nuestra...”
283
cardenal Casariego? Luego, razonarían severamente
as¡: No cabe duda de que si cualquiera de estas ab-
surdas o infantiles (¿por qué no llamarlas: perversas?)
declaraciones, tuvieran siquiera una mínima base de
posibilidades- juzgados exclusivamente desde el pun-
to de vista de la Fe- que desde luego no la tienen,
resultaría evidente de que el Dios de que hablan el
cardenal y los obispos, no tiene ninguna de las carac-
terísticas esenciales de una entidad sublime, pletórica
de misericordia y amor (como se les ha hecho creer a
los cristianos), sino que por el contrario se trata de un
ser vulgar, carente de la más elemental inteligencia y
sabiduría, dotado de todas las bajas pasiones huma-
nas, principalmente del rencor y la venganza. Además
de tales razonamientos les invadiría un sentimiento
de repulsa y desprecio hacia los dirigentes máximos
de la iglesia guatemalteca al comparar sus aviesas
declaraciones con las emitidas por el Papa Pablo VI
(Excélsior, p. 2-A, 11 de junio de 1976), en las cua-
les deine a Dios: “como el eterno principio y la suma
bondad”. Y entonces se preguntarán: ¿Quién tiene la
razón, el Papa o el cardenal y sus obispos? Puesto
que si Dios es la suma bondad, como dijo Pablo VI, no
puede admitirse que se ensañe en castigar en Guate-
mala al miserable pueblo desamparado y menos a la
gran masa campesina explotada secularmente por los
propios curas y las clases dominantes. ¿Y cómo es po-
sible, pensarán también, que si se trataba de castigar
a los pecadores, se haya ensañado contra quienes no
lo son y haya dejado “vivos y coleando” y gozando de
todas sus fechorías e iniquidades a los opresores, a
los verdugos, a los militares genocidas, a la oligarquía
despiadada y a la propia Iglesia traicionera?
284
verdadera esencia espiritual del cristianismo y en el
terror ideológico sistematizado.
285
viven las mayorías del país. Para todas estas iglesias,
que abiertamente traicionan los ideales y la esencia
del cristianismo auténtico, el sistema de explotación
del hombre por el hombre y la injusticia social, de-
ben prevalecer. Lo establecido (el “stablishment”) es
parte del “Plan de Salvación de Dios que nos tiene un
amor ininito”. Airman que el statu quo “es un man-
dato divino” que las masas, muertas de hambre, en la
miseria e ignorancia, deben aceptar y respetar como
“buenos católicos”, pues no deben olvidar que con ta-
les sufrimientos se ganarán la Gloria eterna:
286
dad, abandono, ignorancia, opresión, explotación y
marginación que ha estado sufriendo nuestro pueblo
bajo los regímenes impuestos por los Estados Unidos
desde hace más de dos décadas. Bien enterados y con
maniiesta culpabilidad han estado de tal situación,
tanto el señor obispo Martínez como los otros jefes de
la citada iglesia. Pero “nada queda oculto bajo el sol.
. .” Insensatamente pensaron que por muchos años
más podrían seguir escondiendo bajo sus sotanas al-
midonadas, la pavorosa realidad existente en el país.
Creían irmemente que sus jugosas canonjías, conce-
siones y prebendas serían eternas. Nunca imagina-
ron, que un terremoto (su “Dios” les jugó una mala
pasada) sacaría a luz, además de la mísera condición
en que se halla nuestra población, el engaño, la po-
dredumbre y la corrupción que corroe a las iglesias en
general y, en particular, a la Católica reaccionaria que
nunca se ha preocupado de cumplir en lo más mínimo
su blasonada misión cristiana, sino que por el contra-
rio la ha traicionado sistemáticamente.
287
anticristiana posición de tales dirigentes religiosos se
hace cada vez tanto más despreciable cuanto más se
comprueban sus bajas actitudes. Un solo ejemplo: el
propio cardenal Casariego ha bendecido tanto las ins-
talaciones militares que se han puesto en servicio, cor-
no los vehículos y armas para reprimir al pueblo que
han sido obsequiadas por las agencias estadouniden-
ses POS -Oicina de Seguridad Pública- y AID -Agencia
Internacional para el Desarrollo-; celebra misas para
los militares genocidas a quienes bendice y da la “san-
ta comunión”; y además de todo esto, ha otorgado su
apoyo incondicional al régimen castrense que contra
la voluntad popular impera en la República.
288
Pasemos ahora a conocer las explicaciones cientíicas,
que son las únicas aceptables, sobre los fenómenos
telúricos.
Opiniones cientíicas
289
que a lo largo de ellas se han producido movimien-
tos horizontales de diferentes intensidades, causando
terremotos durante milenios. Se considera que dicho
patrón tectónico es muy antiguo... “
290
fue “in, crescendo” cuando la misma agencia noticiosa
(AP) dio cuenta (Excélsior, 15 de marzo de 1976) que el
día anterior la Agencia Federal de Energía de Estados
Unidos había realizado otra prueba subterránea nu-
clear en Mercury, Nevada, y otro gran terremoto sacu-
dió de nuevo a Guatemala, provocando más muertos
y heridos, así como serios derrumbes que volvieron a
bloquear los caminos que ya habían sido despejados
desde el 10 de febrero.
291
¿Sería cierto lo aseverado por la Agencia de Investi-
gación y Desarrollo de la Energía de Estados Unidos,
que el terremoto fue cinco horas antes que el estallido
de sus dos infernales artefactos?
292
bre una capa incandescente y semiderretida donde se
deslizan constantemente impulsadas por inmensas
fuerzas energéticas indeterminadas. Cuando estas
plataformas se desplazan, llega un momento en que
se tocan. La presión de la una contra la otra hace que
a veces sus bordes encajen de tal manera que cesa el
movimiento y quedan inmóviles por largos periodos de
tiempo. Mas, a medida que dicha presión aumenta,
las orillas donde se han entrelazado sufren enormes
resquebrajamientos, al extremo que las plataformas
se liberan violentamente, provocando así grandes te-
rremotos. Una vez separadas, continúan en su ince-
sante movimiento, en tanto no se vuelva a producir el
fenómeno del acoplamiento.
293
se ha establecido que también se producen en otras
áreas muy alejadas de los citados puntos de contacto
entre dichas plataformas. Según los cientíicos, esto
obedece a que la estructura rocosa de estas gigantes
planchas, a través de miles de años de sufrir enormes
presiones de origen volcánico, se debilitan y al libe-
rar la energía acumulada, producen también intensos
movimientos tectónicos.
294
Desde hace varios meses logré obtener una copia fo-
tostática del original impreso en Inglés que contiene el
documento del Senado de los Estados Unidos titulado
así
WEATHER MODIFICATION
295
El documento consta de 123 páginas y se halla dividi-
do en dos partes. La primera incluye el texto completo
de la Resolución número 71 del Senado de los Estados
Unidos, adoptada el 11 de julio de 1973, en la cual se
urge al gobierno norteamericano para que promueva
la irma de un acuerdo internacional que prohiba el
uso militar de las alteraciones geofísicas y del medio
ambiente. En esta primera parte se incluyen los testi-
monios de personas eminentes en los campos cientíi-
cos y tecnológicos:
296
de marzo de 1974. En ellos se explican las actividades
utilizadas por el Departamento de la Defensa para ob-
tener las modiicaciones climatéricas y atmosféricas
sobre el Sudeste Asiático (Vietnam, Laos, Kampuchea,
etcétera). Contiene, además, cartas y mapas militares
y meteorológicos, y los testimonios de los siguientes
funcionarios del Departamento de Defensa:
297
de guerra” las alteraciones geofísicas y ambientales
realizadas por el hombre, de las cuales, con éxito han
experimentado las siguientes:
298
de ozono de la atmósfera, para permitir el paso sin
obstáculos de las radiaciones ultravioletas del sol, las
cuales, de llegar con toda su fuerza, suprimirían todo
tipo de vida en el área afectada
299
ción del medio ambiente y las alteraciones geofísicas,
como “armas de guerra oculta”.
300
arsenal militar normal de cada nación. En este ensayo
sostengo la idea de que ese tipo de armas (geofísicas)
son esencialmente idóneas para guerras secretas o
encubiertas”.
301
rizontal imaginaria cuyo trazo atraviesa la corteza de
la Tierra. La tensión puede ser parcialmente aliviada
por el lujo lento y convexo de material proveniente
de las profundidades de la tierra, lujo que según al-
gunos geofísicos ha estado empujando y separando
a los continentes. Sin embargo, esa tensión también
puede ser aliviada mediante fracturas drásticas o por
medio de movimientos a lo largo de fallas ya previa-
mente existentes en las formaciones rocosas cerca-
nas a la supericie. Este último tipo de movimientos
irradia energía hacia afuera de la supericie y produce
los terremotos. Aproximadamente 200 megatones de
energía tensional es liberada de esta manera cada año
y los más grandes terremotos corresponden a libera-
ciones de energía del orden de los 100 megatones. La
cantidad de energía liberada depende del volumen del
material afectado. Los más grandes terremotos ocu-
rren a lo largo de las fallas de 1.000 kilómetros de
extensión lineal y los más pequeños ocurren en fallas
de un kilómetro o menos”.
302
bricante local que ha permitido que rocas adyacentes
resbalen unas sobre otras (es decir, que dicha agua ha
sido factor de inestabilidad)”.
303
de Energía de los Estados Unidos, al detonar los dos
gigantescos artefactos nucleares en Yucca Flats, Ne-
vada, minutos antes de que acaeciera el sismo.
304
estaban en capacidad absoluta para inducir la libera-
ción de energía hacia fallas menores situadas lejos de
su territorio y que ya sea por error, o bien deliberada-
mente, las explosiones subterráneas (dos efectuadas
el 4 de febrero y la otra el 14 de marzo) provocaron los
graves acontecimientos geológicos de Guatemala.
305
los cubanos, así como el temor de la segura acción de
todo el campo socialista en su defensa. Ante la impo-
sibilidad señalada, además del injusto bloqueo, han
buscado otros caminos para agredirla indirectamente
y, por tanto, no está lejos de lo real pensar que uno
de ellos ha sido el de activar la gran falla del Caimán
para destruir la Isla mediante un gran terremoto o
desencadenando un enorme maremoto que la arrase.
Las gigantescas explosiones nucleares subterráneas
efectuadas el 4 de febrero de 1976, en Yucca Flats,
Nevada, es muy posible que persiguieran ese crimi-
nal objetivo, mas los efectos letales no alcanzaron a
llegar hasta la falla del Caimán, pero sí a la falla que
circunda y atraviesa Guatemala, nación que sufrió la
hecatombe antes relatada.
306
se haya espantado como el legendario brujo: de sus
propias travesuras...
307
308
BIBLIOGRAFIA
309
310
ANEXO 2
311
312
Antecedentes históricos
313
la población y empleando los mismas tácticas de la
citada “Operación Fénix” crearon las organizaciones
paramilitares de asesinos para ultimar a los simpati-
zantes y colaboradores de los guerrilleros que opera-
ban en el país y para eliminar a todos los opositores
al gobierno. Así aparecieron La Mano, NOA, CADEG,
Buitre Justiciero, el Escuadrón de la Muerte y, más
recientemente, el ESA (Ejército Secreto Anticomunis-
ta), organizaciones que han cometido los más horren-
dos crímenes contra la ciudadanía.
Acción de solidaridad
315
316
ANEXO 3
SOBRE GUATEMALA
317
Dada la represión genocida y fascista implementada
en Guatemala desde la intervención norteamericana
en 1954 y el recrudecimiento de los asesinatos, tor-
turas y desapariciones de personas en estos últimos
tiempos, frente a las luchas del pueblo por sus liberta-
des y su bienestar económico. Y en virtud que ese ge-
nocidio ha sido llevado a la práctica mediante bandas
paramilitares y entendimientos policíacos y militares
regionales como el Consejo de Defensa Centroameri-
cano -CONDECA-. esta Conferencia por la Paz, la So-
beranía y la Independencia Económica,
318
ANEXO 4
319
Guatemala, 4 de octubre de 1960.
Ciudad.
Señor Director:
320
Esta intervención conlleva una serie de compromisos
y concesiones que el presidente (que se insiste inade-
cuadamente en llamarse constitucional) de la Repú-
blica, ha contraído en nombre de Guatemala, ponien-
do en grave riesgo la independencia y soberanía na-
cionales, por sí y ante sí sin consultar siquiera, ya no
digamos someter a aprobación ante el Congreso de la
República como debiera ser, al adquirirse compromi-
sos tan graves, en un país donde hubiera un Gobier-
no Constitucional, Representativo y Parlamentario y
como si Guatemala fuera su propiedad privada.
321
en el Puerto de Santo Tomás, ahora llamado Matías de
Gálvez, no son más que anexos de funciones secun-
darias a las obras secretas, destinadas a ser la parte
visible de ellas para engañar al tantas veces engaña-
do pueblo de Guatemala. Es una descarada mentira
decir que la “iniciativa privada” invirtió ochocientos
mil quetzales en un aeropuerto para exportar cama-
rón (no habiendo una lota adecuada para pescarlo) o
que se invierta una enorme suma -no presupuestada
ni iscalizada- en una radiodifusora, cuando al mismo
tiempo se cierran otras fuentes de trabajo por la ban-
carrota a que la deshonestidad administrativa actual
ha llevado al país. Nadie lo ha creído, pero nadie lo ha
desmentido públicamente.
322
Yo conjuro a los diputados al Congreso, al menos a
aquellos que no son producto de ninguna imposición
oicial y que no tienen intereses contraídos con el ac-
tual régimen, a los ciudadanos y periodistas promi-
nentes y honestos, a los Militares patriotas y a los
guatemaltecos en general, que amen la libertad y la
independencia nacionales, sin distinción de su opi-
nión política, sin que esto tenga ninguna tendencia de
partido e ideología, a que ijen su atención y unan sus
voces de protesta exigiendo que se investigue lo que
aquí denuncio y se rectiiquen todos los actos ilegales
e inconstitucionales que se han cometido y se están
cometiendo, bajo pena de que, de lo contrario, podrán
ser acusados ante la historia patria como cómplices
y encubridores, por su cobardía e indiferencia ante
los actos antipatrióticos que sólo encuentran compa-
ración en los de aquellos gobernantes nicaragüenses
que importaron a William Walker y sus ilibusteros
hace poco más de un siglo.
323
la original repugnancia de los funcionarios de dicha
Embajada. Muchos de los propósitos que arriba de-
nuncio contra otros ciudadanos y contra mí, lo hemos
sabido a través de iltraciones que han tenido algunos
de los policías-criminales que manejan nuestra “alta
política”.
324
rechos naturales, sin que esto necesariamente apla-
que a los perseguidores, o se toma el de la dignidad
y el decoro, pase lo que pase. Yo escojo este camino
último y creo que muchos otros guatemaltecos están
siendo llevados a esa encrucijada. El futuro próximo
dirá qué pasa.
325
326
ANEXO 5
327
La vida política de Guillermo Toriello está vinculada
sobre todo al gobierno de Arbenz. Además, ya en el
destierro, cuando la derrota del régimen democrático
en 1954, se consagró a denunciar al imperialismo y a
la represión en Guatemala. Sus obras escritas en esos
años sirven a tal propósito. Son varios centenares de
páginas, con información documentada y de primera
mano. Tuvo la máxima responsabilidad en nuestra po-
lítica internacional, como embajador en México, la OEA
y Washington, ministro de Relaciones Exteriores de
Arévalo y de Arbenz, y varias veces jefe de nuestra
delegación ante la ONU y en la X Conferencia Interna-
cional Americana, la Conferencia de Caracas, en 1954.
328
Cuernavaca, Morelos, 9 de diciembre de 1976
Señor Presidente:
329
llos años, que la derrota del Partido Republicano -crea-
dor y sostenedor de las políticas del “gran garrote” y
de la “diplomacia del dólar”- determinaría un cambio
radical y favorable en las injustas relaciones que los
Estados Unidos sostenían con nuestros países. Además
tenían conianza en que la ascensión al poder de un
Presidente demócrata, signiicaría el ejercicio de una
efectiva política de “buena vecindad” basada ésta en el
respeto mutuo y en el de los principios consagrados por
el derecho internacional, particularmente, en los de “no
intervención” y de autodeterminación de los pueblos.
330
Otro gran descontento lo tuvieron con la llamada
Alianza para el Progreso, creación del propio Presi-
dente Kennedy. Idealísticamente creyó su fundador
que dicha organización contribuiría a promover el
efectivo desarrollo económico y social de la región, a
sacar a las grandes mayorías de su atraso secular y
a mejorar básicamente sus niveles de vida. A pocos
años de su funcionamiento, la ALPRO demostró ser
un instrumento al servicio exclusivo de los grandes
monopolios estadounidenses y de sus aliadas, las cla-
ses dominantes de estas naciones, mientras que las
masas se hundían más en la miseria y sufrían mayor
explotación.
331
también los demócratas han intervenido y agredido a
esta otra parte del Continente, sin solución de con-
tinuidad. A estas indiscutibles realidades obedecen,
entre otras circunstancias las dudas que invaden a
los que desearían que durante su administración, us-
ted efectuara un cambio fundamental, favorable y jus-
to en el trato, hacia nuestra América.
332
nuestros pueblos y al escepticismo que me he permi-
tido manifestarle.
333
Ante esa durísima realidad, nuestros pueblos se ha-
yan ante una grave encrucijada: o logran alcanzar su
propia liberación por los caminos de la democracia o
la conquistarán por cualquier medio, inclusive por el
de la violencia.
334
Ante tales circunstancias y condiciones expuestas,
Usted, Señor Presidente Carter y su Partido Demócra-
ta, serán los únicos responsables del mantenimiento
de la paz internacional, así como de llevar adelante,
con todos los países de la tierra y en particular con los
de nuestra América, una política más honesta, justa,
equitativa y humanista. Por esos factores históricos,
se hallan Ustedes ante los ojos de todo el mundo, que
desea y espera que hagan honor a este gran reto de la
humanidad.
Respetuosamente,
335
Excelentísimo Señor John Fitzgerald Kennedy
CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE
JOHN F. KENNEDY
Guatemala 9 de Diciembre de 1960
Presidente Electo de los Estados Unidos Boston, Mass. U.S.A.
Señor Presidente:
336
La administración del Partido Republicano remplazó
dicha política amistosa y, con una concepción estric-
tamente de mercaderes, creó la de los “buenos socios”
en la cual, dados los hechos, resultó que la penetra-
ción del capital monopolista en condiciones de pri-
vilegio y excepción, causaron el desquiciamiento de
nuestras economías, debido al natural fenómeno de la
descapitalización que producen los mismos.
337
interamericanas, restablecieron la injusta y ofensiva
política del “gran garrote”.
338
sobre el resto de nuestro Continente, no han tenido
el menor escrúpulo de usar hasta la violencia arma-
da, para el logro de sus propósitos imperialistas. Es
un hecho histórico que durante los últimos cien años,
nuestra América ha sido agredida por Ustedes hasta
la fecha, más de 47 veces y las intervenciones han
sido tan numerosas, que bien podría decirse que exis-
te una intervención permanente en nuestros asuntos
internos.
339
Otra causa de la desconianza y el empeoramiento
de las relaciones de nuestra América con los Estados
Unidos, y Usted no puede ignorarlo, es la alianza de
su nación con los países que aún detentan colonias
en nuestros territorios. En varias conferencias inte-
ramericanas se ha planteado con energía el deseo de
nuestros pueblos a poner in a ese sistema anacróni-
co e injusto. A excepción de los Estados Unidos, que
siempre se “abstiene” de votar, los veinte países de
América Latina han dado su voto unánime y favorable
para que termine la dominación extranjera en Belice,
Las Malvinas, Las Guayanas, etcétera. Resulta pues
un contrasentido que frente al hecho real del coloniaje
en nuestra América los Estados Unidos mantengan
discretamente guardada la declaración del Presidente
Monroe, que Ustedes llaman “doctrina” y que hagan
alarde de ella cuando alguna nación de nuestra Amé-
rica hace una revolución democrática y nacionalista,
que menoscabe en alguna forma el dominio económico
de los consorcios estadounidenses. Asimismo en el or-
den económico existen numerosas circunstancias que
fomentan la falta de conianza de nuestros pueblos
hacia el decantado “buen trato” de sus poderosos ve-
cinos. Tenemos por ejemplo, la fútil lucha que vienen
librando nuestros países desde hace varios años por
lograr una justa y aceptable relación entre los precios
de las materias primas que exportamos y los precios
de los productos manufacturados que importamos de
los Estados Unidos. El marcado desequilibrio existen-
te en dicha relación es un factor decisivo en la estag-
nación de nuestro progreso económico. Es cierto que
el gobierno de los Estados Unidos no ha creado di-
rectamente esa situación, pero es indudable también,
que tienen a su alcance los medios para remediarla o,
por lo menos, para aliviarla decisivamente, lo cual no
ha hecho hasta ahora. Más bien en diversas ocasiones
hemos visto seriamente dañada la economía de uno o
varios de nuestros países por el lanzamiento al mer-
340
cado por el Gobierno de Estados Unidos, de grandes
cantidades de excedentes agrícolas.
341
mejoramiento de la posición de su país ante nuestros
pueblos en grados de conianza y buena voluntad. Es
innegable, entonces, la necesidad de revisar radical-
mente esa política para encaminarla nuevamente por
los derroteros de una sincera, efectiva y mutuamente
provechosa “buena vecindad”, de cuya efímera vigen-
cia en un pasado reciente aún guardan nuestros pue-
blos un emocionado recuerdo.
Respetuosamente,
342
BIBLIOGRAFIA
343
Thomas y Margarie Melville. Guatemala: Another
Vietnam. Penguin Books Ltd., England, 1971.
344