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Son varias las células que están implicadas en la inflamación tal como:
MACRÓFAGOS:
Son el tipo celular dominante en la inflamación crónica (es decir, permanente). Son uno de
los componentes del sistema fagocítico mononuclear (un núcleo), también denominado
sistema retículo-endotelial, que está formado por células originadas en la médula osea
(tejido presente en el interior de los huesos largos). Los macrófagos son células residentes
en los tejidos, que se originan a partir de los monocitos (glóbulos blancos) del plasma. Sin
embargo, mientras que los monocitos tienen una vida media corta (1 día), los macrófagos
tisulares sobreviven durante meses o años.
LINFOCITOS:
Son células que se movilizan en la respuesta específica del sistema inmune, activándose
con el objetivo de producir anticuerpos y células capaces de identificar y destruir el
microbio patógeno. Los macrófagos segregan citoquinas (sobre todo TNF e IL-1) y
quimioquinas capaces de reclutar leucocitos a partir de la sangre y movilizarlos hacia la
zona afectada.
Las interacciones entre linfocitos y macrófagos son bidireccionales, ya que los macrófagos
reclutan y activan linfocitos, y estos a su vez segregan citoquinas (sobre todo IFN-γ) con
una potente capacidad de activar macrófagos. De manera que una vez que los linfocitos
entran en acción, la inflamación tiende a agravarse, convirtiéndose en crónica y severa.
EOSINÓFILOS:
Son abundantes en reacciones inflamatorias mediadas por IgE y en infecciones por
parásitos. Estos leucocitos tienen gránulos que contienen la proteína básica principal, una
proteína catiónica muy básica que es tóxica tanto para los parásitos como para los tejidos.
Tienen por ello un papel importante en la destrucción de tejidos en reacciones inmunes,
como las alergias.
MASTOCITOS:
Los mastocitos, como los macrófagos, son células centinelas ampliamente distribuidas por
los tejidos, que reaccionan al estrés físico (calor, frío, presión), y participan tanto en la
inflamación aguda como en la crónica. En sus membranas tienen receptores para IgE, que
en reacciones de hipersensibilidad inmediata, estimulan la degranulación, liberando
mediadores como histamina y prostaglandinas. Este tipo de reacción ocurre en las
reacciones alérgicas, pudiendo llegar a producir un choque anafiláctico. En la inflamación
crónica, como presentan una gran variedad de mediadores, pueden promover o limitar la
inflamación, en función de las circunstancias.
NEUTRÓFILOS:
Aunque son característicos de la inflamación aguda, en muchos casos de inflamación
crónica puede detectarse la presencia de PMN durante meses, bien debido a la persistencia
de la infección o de mediadores producidos por los linfocitos. Esto ocurre por ejemplo en la
osteomielitis (infección bacteriana crónica del hueso) o en el daño crónico de los pulmones
inducido por el humo del tabaco y otros irritantes.
RECLUTAMIENTO
Por tanto, entre los mecanismos defensivos del huésped están sistemas de comprobación y
equilibrio orientados a garantizar que los leucocitos se recluten y activen exclusivamente
cuando y donde sean necesarios (p. ej., en respuesta a invasores extraños y tejidos muertos).
La activación sistémica de los leucocitos puede tener consecuencias negativas, como se
observa en el shock séptico.
El flujo sanguíneo normal de las vénulas, los eritrocitos quedan confinados a una columna
axial central, desplazando los leucocitos hacia la pared del vaso. Dado que, durante la
inflamación, el flujo sanguíneo se ralentiza (Éxtasis) las condiciones hemodinámicas
cambian (la tensión de cizallamiento de la pared disminuye) y aumenta el número de
leucocitos que adopta una posición periférica a lo largo de la superficie endotelial. Este
proceso de redistribución leucocitica se denominada marginación.
Las interacciones de rodamiento iniciales son mediadas por una familia de proteínas
denominadas selectinas de las cuales hay tres tipos una que se expresa en los
leucocitos (selectina L), el otro en el endotelio (selectina E) y el otro y las plaquetas
y el endotelio (selectina P). Los ligandos de la selectina son oligosacaridos
sialilados unidos a esqueletos de glucoproteínas similares a la mucina. La expresión
de selectinas y de sus ligandos es regulada por citocinas producidas en respuesta a la
infección y a la lesión.
Son varias las moléculas de adhesión presentes en las uniones intercelulares entre las
células endoteliales que están implicadas en la migración de leucocitos. La prueba más
significativa de la importancia de las moléculas de adhesión leucocitica es la existencia de
la deficiencia genética en esta molécula, que dan lugar a infecciones bacterianas de
repetición, como consecuencia del deterioro de la adhesión leucocitica de la inflamación
defectuosa.
Después de salir de la circulación, los leucocitos de desplazan por los tejidos hacia el sitio
de lesión en un proceso llamado quimitaxia, definido como movimiento a lo largos de un
gradiente químico. En el pueden actuar como quimiotacticos sustancias exógenas como
endógenas. Las exógenas más comunes son productos bacterianos, incluidos péptidos que
poseen un aminoácido terminal N-formilmetionina y ciertos lípidos.
La naturaleza de infiltrado leucocitico varía en función de la duración de la respuesta
inflamatoria y el tipo de estímulo. En la mayoría de las formas de inflamcion aguda, los
neutrófilos predominan en el infiltrado inflamatorio durante las primeras 6-24 h y son
reemplazados por monocitos en las 24-28 h. En ciertas infecciones, como las causadas por
bacterias del genero Pseudomonas, el infiltrado celular es dominado por neutrófilos
reclutados continuamente durante varios días; en las infecciones víricas, los linfocitos
pueden ser las primer células que llegan; ciertas reacciones de hipersensibilidad son
dominadas por linfocitos activados, macrófagos y células plasmáticas (lo que refleja la
respuesta inmunitaria), y en las reacciones alérgicas es posible que el tipo celular principal
sean los eosinofilos.