Professional Documents
Culture Documents
Lo que quiero presentarles hoy es un pequeño texto que está representado en las
diapositivas, y que está referido, de manera directa, a lo que se conoce en relación a la
“formación universitaria basada u orientada a competencias”. Esto es todo un campo
temático y práctico que ha causado muchos movimientos –algunos más incómodos,
otro menos– en nuestro ambiente, pero que de alguna manera corresponden a las que
han sido las políticas de Educación Superior en Chile en los últimos años, en la que
distintos gobiernos y el Estado, en última instancia, han apoyado una evolución en
esta dirección, a través de distintos instrumentos que se tienen, como el MECESUP,
financiando su implementación.
Me voy a referir solamente a un par de conceptos, atendiendo al tiempo que, como
siempre, es escaso. Y ya que partimos con algún retraso, voy a tratar de comprimirme
para respetar los tiempos de mis colegas.
Lo primero, es el tema de responder a las preguntas: ¿qué hablamos cuando
decimos competencias?70 Y, en segundo lugar: ¿de qué noción de competencias
tenemos necesidad, puesto que distintas profesiones, distintos ámbitos ocupacionales
o actividades laborales presentan distintas y diferentes necesidades? Aquí nos vamos a
referir a la necesidad de concebir las competencias insertas en el marco de la formación
profesional universitaria, no de la formación profesional al nivel de un técnico superior.
Estamos hablando de la formación de un profesional universitario de pregrado. Ese es el
marco en que nos vamos a situar.
Voy a partir con algunas precisiones que hace Philippe Perrenoud, que es un profesor
de la Universidad de Ginebra, quien dice en primer lugar que competencia, es un
concepto que aún es vago, ambiguo, impreciso, pues no es en sí misma conocimientos,
69
Profesor de Filosofía. Académico del Departamento de Educación en Ciencias de la Salud de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Chile. Consultor nacional e internacional.
URL: http://www.gustavohawes.com. Correo electrónico: gustavohawes@gmail.com
70
Los conceptos que se desarrollan en esta breve exposición los hemos desarrollado en trabajo y reflexión
compartidos con la profesora Dra. Karenina Troncoso N., experta en el área del currículum y la innovación.
131
Actas del Primer Congreso Nacional de Pedagogía Universitaria y Didáctica del Derecho
71
Este conceptualización la hemos hecho a partir de los aportes de teóricos como G. Le Boterf, Ph. Perrenoud,
Ph. Joannaert, X. Roegiers, entre otros, así como de la propia experiencia y reflexión.
132
Gustavo Hawes Barrios
133
Actas del Primer Congreso Nacional de Pedagogía Universitaria y Didáctica del Derecho
Otro aspecto que quería mencionar es que la competencia, en este sentido, más
que un atributo –que es algo que yo tengo–, es una atribución en relación a un nivel
de desempeño. Esto es claramente importante cuando pensamos que la universidad es
un ente acreditador de competencias. Entonces, la universidad –o en el caso específico
de la carrera de Derecho, que será la Corte Suprema– va a dar licencia para ejercer. Es
sobre esa base que la universidad, este ente, acredita que un sujeto está en posesión, está
habilitado en esas competencias profesionales que demandan un conjunto importante
de saberes en un cierto estándar de logro, de tal manera que es otro el que me atribuye
la competencia. Así visto, no es procedente decir: “yo poseo una competencia”, sino
que lo propio es que otros atribuyen una competencia. Entonces, un estudiante puede
estar dando su examen de grado en el cual, con una gran asistencia y acompañantes, sus
compañeros lo encuentran bastante bien, está la abuelita que lo encuentra maravilloso
(“qué pena que exista hasta siete no más”), y está la comisión examinadora, que va a
tener otro juicio, porque son las audiencias las que atribuyen la competencia. En este
caso la audiencia de expertos, que es la comisión examinadora, es la que tiene el poder
también para certificar.
Bien, voy a ir rápido al esquema que Guy Le Boterf denomina el “cursor de la
competencia”. Esto es solamente para explicar que cuando hablamos de competencias
hablamos de muchas cosas y, por lo tanto, tenemos que ser cuidadosos al momento de
poder afirmar las cosas. Dice que el concepto más reductivo, el más brutal, es aquello
que denomina “la prescripción estricta en el modelo de organización tecnoindustrial”.
Me imagino que los caballeros de la mesa, al igual que yo, vimos alguna vez “Tiempos
Modernos” de Chaplin, y los jóvenes, eventualmente la habrán visto por cultura. Bien,
en “Tiempos Modernos” de Chaplin hay una maravillosa primera parte, en los primeros
15 minutos, donde Chaplin, como poeta, describe y hace una crítica profunda del modelo
fordista de la producción, que hace que cada sujeto se reduzca a una ejecución. En ese
contexto la competencia se transforma en eso, en una ejecución, el sujeto hace una
ejecución, aprieta una tuerca o instala una rueda en el montaje de la obra. La exigencia
que se le hace es una exigencia unidimensional. Es decir, tiene que hacer eso y solo eso,
y por favor no piense en otra cosa, no necesita saber más que lo que tiene que hacer. Esta
operación se repite infinitamente y, por el hecho de ser simple, entonces el potencial de
varianza o variabilidad de las realizaciones se lleva prácticamente a cero, al punto que
hoy día eso lo hace un robot que no tiene ninguna capacidad de discernimiento. Ser
competente en este marco es ejecutar las operaciones prescritas.
Por cierto que no estamos pensando en eso cuando hablamos de competencias en el
mundo de la formación universitaria. Estamos pensando en otro tipo de cosas, también
hay competencias entendidas como realización de complejos de acción, de series de
acción. Por ejemplo, cuando ustedes han ido al supermercado y van a pagar, al llegar a
la caja, lo primero que preguntan es: ¿junta puntos? Eso le da al operador un switch y
realiza una operación. Después le pregunta: ¿cómo va a pagar? Entonces, usted le dice:
en efectivo, con cheque, con cheque restorán, con puntos, con tarjeta de crédito, etc., y el
operador hace el switch, desarrolla todas las operaciones respectivas. ¿Es complejo? Sí
es complejo. ¿Pero qué es lo importante aquí? Es que es prescrito, y cuando el operador
de la caja no puede resolver un problema –o sea, se encuentra frente a un problema que
134
Gustavo Hawes Barrios
El cursor de la competencia
Prescripción abierta
Prescripción estricta Organización de “trabajo
Organización tayloriana completo”
123
Actas del Primer Congreso Nacional de Pedagogía Universitaria y Didáctica del Derecho
así que, cuando nos movemos en el mundo de las competencias, nos movemos en este
amplio rango, pero el eje de la formación está en este segundo sentido.
Entonces, cuando pensamos en un currículum basado en competencias, no “por”
competencias sino “orientado a” competencias, estamos hablando de una gestión que
demanda construir, negociar y seleccionar saberes de todo tipo, representaciones,
realizaciones profesionales y disciplinarias, una estructura grande de saber. Ese
currículo no es solamente un listado de asignaturas. Hay saberes que tienen que ver con
construcciones intelectuales que se expresan en un conjunto de habilitaciones: pero uno
queda, al final de su proceso de formación, habilitado para ejercer la profesión en un
nivel de entrada, de novato. Estos saberes se intencionan, se organizan, se significan, se
administran y se gestionan en un itinerario, en un camino, en un currículo, un itinerario
formativo que se orienta al logro de un perfil de término, y aquí encontramos otra
palabra súper clave en nuestra lógica, que es la idea del perfil de egreso.
El perfil de egreso es la declaración explícita del compromiso que la institución
asume con la sociedad y con sus estudiantes en relación a una identidad profesional. El
perfil de egreso nos anuncia, a mí como estudiante: ¿qué es lo que la universidad me
ofrece? ¿en qué aspectos y en qué niveles me va a formar? Y a mí como universidad me
dice: ¿sobre qué tengo que responder?
Cuando nosotros formulamos y declaramos un perfil de egreso en términos de
competencias, es decir, de los potenciales de realización que tienen los egresados,
estamos también haciendo una transferencia de poder, puesto que ahora que ya no
tenemos esa declaración vaga y adaptable a todo lo que se puede resumir como “el
profesional de nuestra casa de estudios es un profesional con sólidas bases científicas
o teóricas, altos estándares éticos, etc.”, que es una cosa tan vaga que nadie te puede
reclamar nada, pero cuando nosotros precisamos los ejes de la formación estamos
instalando la posibilidad de que haya accountability, que haya responsabilización por
parte de la universidad y, por lo tanto, que haya transferencia de poder hacia los demás
que ahora me pueden cobrar la palabra, me pueden exigir que cumpla este compromiso
o esta promesa ante la sociedad.
Bueno, esas eran básicamente las dos ideas que quería plantearles. Estuve dentro
del tiempo, lo que constituye todo un logro, y les agradezco. Dejamos abiertas las
conversaciones.
136